Anonimo - Al Final de La Calle

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  • 7/28/2019 Anonimo - Al Final de La Calle

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    Al final de la calle Y fue lanzado fuera el gran dragn, la serpiente antigua, quese llama diablo y Satans, el cual engaa al mundo entero, fuearrojado a la tierra y sus ngeles fueron arrojados con l Revelacin 12:9

    Conocemos el orden anarquista, ya nunca rechazaremos elcaos capitalista.

    Apuntes para una teora.

    No existen las teoras completas, y no porque el tiempo las tirecomo a otros tantos templos, aunque tambin.De los post-estructuralistas podemos aprender a bucear pordebajo de las pretensiones faranicas de las momias del

    pensamiento, para agarrarnos al anlisis de lo concreto. S lo que perseguimos es la autonoma, sta slo puede surgir desde la consideracinde lo especfico, y no de la resolucin de frmulas reglamentadas, sobre los atriles de la sabidura, que nos igualan a los valores de unaincgnita x, y z.El peligro de todo anlisis se encuentra en caer en visiones mecanicistas que tratan la realidad como s fuese el funcionamiento de una noria.La difcil relacin existente entre las condiciones objetivas y las subjetivas ha sido concluida siempre por las teoras cientficas con un notabledesprecio hacia las segundas (1). S bien no fue Marx quien determin la existencia de las clases sociales (2), sino simples historiadores yeconomistas que ya hablaban antes que l de la evolucin y autonoma de dichas clases, s fue l el primero en establecer la dictadura delproletariado como un objetivo ineludible en el engranaje de la Historia, y ste un paso previo a la sociedad sin clases. Historiadores,economistas y viejos barbudos, diseccionan el universo como a un gran cadver que habla por boca de sus cirujanos. A pesar de que hoy enda no est tan claro que los muertos no lleven la contraria. Por eso, la gran mayora de las teoras polticas, a lo que llaman anticipacindialctica ( dialctica, del griego, "raciocinio" ) no son ms que meras justificaciones histricas.

    La evidencia ms clara, es que entendiendo la ideologa como la conciencia deformada de la realidad, producida por unas condicionesobjetivas concretas que lo envuelven todo, la capacidad de subversin est siempre presente. Pero no siendo sta la necesidad obligatoria deuna contradiccin interna, sino la posibilidad no reglada que parte de lo subjetivo.Las entraas de la subversin se encuentran en lo impredecible, en lo particular, en lo despreciable, en lo defectuoso. Quien quiera leer sobresus verdaderas causas tendr que buscar en la " informacin ausente", sa que se encuentra ms all del lmite del pensamiento ordenado,

    lgico, racional.El tiempo no es ms que una coartada para las teoras completas. Una coartada para un rato, ms corto por lo general del que disponen lamayora de los templos.

    La teora slo es una proyeccin de la realidad en la mente, una representacin de nuestro entorno- "teora" y "teatro" vienen de la raz griega"ver". Lo que suele ocurrir es que se produce tal identificacin entre teora y sujeto, que se acaba haciendo todo lo posible por adaptar elmundo y la mente a esa teora. Aqu es donde la razn juega su funcin fundamental procurando controlar la naturaleza, poniendo barreras ala realidad para poder ser pensada. No tenemos porque convertirnos en esclavos de una teora ; no hace falta acabar creyndose las propiasproducciones teatrales.En el teatro los deseos son orgasmos fingidos. En la vida, el deseo es creacin de realidad. La teora nunca va ms all de una simple miradaperdida, de una congelacin de los deseos que ahora ya slo escenifican, simulan, un orden establecido, fijo. Es la accin la que hace fluir losdeseos, son las fuerzas las que chocan en un conflicto, es el movimiento l que genera caos.La subversin est en los valores despreciables que daban en las ecuaciones de Edward Lorenz resultados caticos ; en la particular poesa

    de Bataille, incapaz de razonar ; en los defectos de todas las teoras que abren la posibilidad a lo impredecible.Danzad, danzad, malditos.El fuego es la imagen carnal del movimiento. No se puede ni sospechar en reposo. Es devorador, voluptuoso y, s se deja suelto, incontrolable.Devoradores, voluptuosos, incontrolables : as narran las crnicas subversivas a los malditos.El comps que los mantiene en trance es una tensin que no se resuelve con ninguna superacin dialctica ( sntesis ). No hay conciliacin deopuestos, la libertad no es un producto. Para Herclito (3) la tensin y la discordia entre contrarios es permanente, no hay solucin fuera de larivalidad, por eso dice que la justicia es la guerra. Para l de lo que se opone surge lo que es : la meloda nace siempre de sus contrapuntos, shay armona es porque hay sonidos que se contraponen ; en la pintura tambin se combinan las tensiones. As, la fuerza sin la diferencia noexiste como tal, no existe conceptualmente. De esto que el lugar de la negacin en la filosofa nietzscheriana est completamente enfrentadoal que ocupa en la dialctica.Tesis, afirmacin, el en s ; anttesis, negacin de la afirmacin, el para s ; sntesis ( Aufhebung ), superacin de la negacin, el en s y paras : s bien Bakunin no peg un puntapi a tanto palabro, si se permiti el lujo de escoger. Un lujo reservado a los que toman partido a pi decan, y no palideciendo a la sombra de los manifiestos. El era un hombre de accin y vio en la negacin el movimiento, en lo positivo el

    reposo absoluto. El nico valor que lleg a conceder a lo positivo era que en s llevaba el principio de la destruccin, que l mismo es negativo.La negacin es una relacin que no existe ms que en la medida en que se niega algo. " El placer de la destruccin es, al mismo tiempo, un

    A veces, uno se encuentra en la vida con textos como este.Qu es lo que hay al final de la calle?Por lo general, otras calles. Pero a veces sucede que eso no es as, y teencuentras con una pared o con el campo abierto. La seal que loadvierte es la misma para los dos casos: calle cortada.Con un plano en la mano, es fcil orientarse y distinguir las unas de lasotras. Pero no siempre es cierto lo que cuentan los planos. Como casinada en este mundo.A veces hay que arriesgarse a descubrirlo, aun a sabiendas de que el

    retroceso no siempre es posible. O deseable.

    (Hay campos yermos, y bellos muros pintados. Nadie dijo que lanaturaleza fuera idlica. El idilio lo inventamos nosotros para venderlo. Yas es que existen jardines tapiados.)

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    placer creador". La prctica de Bakunin es una afirmacin inmediatista de la libertad, no hay una verdadera Aufhebung ( superacin de lanegacin ) hegeliana.Es necesario entender la libertad fuera de los parmetros a los que nos tiene acostumbrados la izquierda (4). Esta, despus de derrocar aDios, se dedic a reponer el altar con una larga coleccin de espectros : Igualdad, Libertad, Justicia, Humanidad,..., Clase. Se ha sustituido laley divina por la ley humana, el individuo sigue bajo la dominacin de la ley moral, de la Ley. De esto que la Revolucin Francesa fue un triunfode la burguesa (5), logr que reinasen sus intereses en nombre de la nacin. El individuo continua preso.Sois " los ms moderados de los moderados. En otras palabras, los ltimos Idealistas..."- esput Stirner a aquellos que pretendan ladisolucin dialctica del Idealismo por medio de nuevos fantasmas. Se haba sustituido el " ms all fuera de nosotros " por el " ms all ennosotros ", Dios sigue siendo el hombre alienado (6). Cuando nuestro yo despierta se encuentra cautivo en una red de conceptos con los que

    el s mismo interpreta su existencia, y que le llevan a generar intereses y valores fuera de los suyos propios, transformndole en un ttere amerced de quimeras producidas por su propia fuerza creadora.Cantos de sirena que mecen nuestros sueos, rotos slo por laestridencia punk que salta de la boca al odo. Dar la vuelta a Hegelno significa acabar con el Idealismo, simplemente es tener a Hegelpatas arriba, dar la vuelta a los ideales. Con falda escocesa y sincalzones a lo sumo alcanzamos a verle los genitales.La libertad no es la voluntad de servir a una lgica determinista (7),sino la capacidad de afrontar de una forma autnoma y espontnealos conflictos. La justicia no es el ideal perseguido por la RevolucinFrancesa, es la guerra.

    Philips : enemigo del Estado.

    Dictadura y democracia se alternan en defensa de un mismoproyecto. En momentos de convulsin social, la dictadura toma lasriendas del Estado y dirige la sociedad militarmente, con disciplinafrrea ; cuando los valores del mercado y del consenso son

    asumidos por la poblacin, la democracia toma el relevo, y diluye en gran medida los papeles del Estado entre la ciudadana. Aqu se revela ladominacin como algo no solo impuesto desde arriba, sino como un conjunto de relaciones que se reproducen en la vida cotidiana. Un Estadoaparentemente raqutico, reducido a sus ms brutas expresiones, es por el contrario el ms fuertemente consolidado ya que mantiene en cadaindividuo, en cada ciudadano, una institucin. S la dictadura requiere grandes esfuerzos y en alguna medida puede llegar a presentarsituaciones de inestabilidad, la democracia permite el relax y la calma, crea condiciones de mercado : es ms rentable.Las crisis del Capital son resueltas una y otra vez (8), con menos problemas en ocasiones de los que tienen muchos defensores de la teora dela decadencia (9) en buscar remiendos (justificndose). El movimiento real del capitalismo con el cual adivinar las necesidades de la luchaparece ser ms bien ficticio, y sus teoras, profecas de saldo ( teoras separadas de la prctica ).Lejos de estar en una economa abocada al fracaso, es el mercado quien ejerce hoy el control sobre la sociedad. Las polvorientas institucionesdisciplinarias ( familia, escuela, ejercito, universidad,...) no suponen ya los antiguos centros de normalizacin (10). S bien siguen existiendo, lo

    hacen de un modo distinto. La familia desestructurada hace tiempo dejo de indicar un hecho marginal ; la escuela y la universidad cada vez seconforman ms con cubrir los conocimientos tcnicos que el proceso productivo reclama ; el ejrcito renunci a su obligatoriedad, entre otrosmotivos por exigencias de la eficacia militar ;...La mercanca no es algo fabricado para satisfacer las necesidades, sino para multiplicarlas ( organiza la carencia ). Es un producto destinado ala venta y al mercado, no cuenta su utilidad sino la capacidad de venderse. Es, adems, un reflejo de las relaciones sociales, encierra en s elespritu de la autoridad. Pero sobre todo, en la actualidad, es un integrador social, cubre la misin de las caducas instituciones disciplinariasdisminuyendo dependencias del Estado. La existencia de ste es ms aceptada ahora que sus aspectos desagradables se restringen a ladefensa de la razn. Quien adquiere una mercanca adquiere sobre todo un modo de vida, una ideologa. El individuo est integrado porque esidentificado como una conquista para el mercado.Un chaval de familia rota, con pocos aos en la escuela, sin haber conocido la mili y con una oferta laboral deprimente, est integrado por sumvil, que representa control, consumo, relaciones virtuales, tecnologa,... ; una periodista, sin haber pasado por una facultad que machaqueespecialmente su sentido crtico, y sin necesidad de padecer a un jefe de editorial que lo censure todo, cumple perfectamente las expectativasde su puesto ya que como el resto de sus compaeros periodistas, tiene coche, que representa propiedad, seguridad, progreso, velocidad,...

    El marketing se manifiesta como un verdadero modelador de subjetividades. La complicidad que puede llegar a desarrollar ste con elconsumidor, en la construccin de un falso sentido comn entre ambos, le permite llegar a usar slogans e iconos que antes previamente avaciado de significado dentro del contexto de la propia mercanca. As, Philips, que nadie presupone agente desestabilizador del ordenmundial, dentro de su amplio abanico de merchandaisin distribuye gorras americanas con la inscripcin : ENNEMY OF THE STATE.El perro siempre vuelve al vmito. El mercado no se independiza del Estado por medio de una desterritorializacin ( proceso de valorizacintransnacional ). La reorganizacin de los aparatos del Estado a nivel supranacional, y el relevo del mercado en el control social de lo que anteseran instituciones de encierro ( ahora no se est encerrado, se est endeudado ), slo muestra la viabilidad econmica de la democracia y supoder de dominacin. El Estado sigue siendo la fuerza organizada de este Mundo Matadero, y por tanto con quien chocan nuestras iras : sonlos disparos de la polica los que continan manteniendo nuestros cuerpos dentro de la frontera de lo permitido, las correas de los mdicos lasque no cesan de apretar nuestras mentes enfermas.El enemigo del Estado es una amenaza siempre presente.

    Vctimas o culpables.

    Ayer romp con mis manos en mil pedazos un cristal la sangrebaaba mis brazos con una roja crueldad.Pensaba en perros rabiosos lameculos de oficina por eso estoyseguro de que iba a reventar un da.Que estalle la bomba bajo mis pies que el mundo aprenda aenloquecer.Estoy lleno de problemas que no voy a solucionar espero que micadver os ensee a llorar.Harto de lamentaciones se han comido mis ideas por eso coloco labomba en el centro de la tierra.Que estalle la bomba bajo mis pies que el mundo aprenda aenloquecer. ( Barricada )

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    El imperio de la carencia, organizado por la mercanca, puede ser fracturado. El capitalismo, como la tecnologa, es un hecho impositivo quenos gobierna por medio de la necesidad, pero presenta puntos de fuga que perforan contra-razn : la creacin de realidades donde semanifieste la subversin.La materializacin de realidades subversivas slo puede ser fruto del deseo (11), que ya no encierra el concepto idealista de carencia, sino porel contrario, el de voluntad de poder (12), creacin de realidad. Una realidad que no existe dentro de otra, sino contra otra ; que no sedesarrolla en tiempos y espacios diferentes, sino desde la atemporalidad ( no requiere de un proceso de acumulacin ) y en el espacio deltab, lo prohibido. Una condicin bsica para deambular por ella es reapropiarnos de la animalidad : la fuerza es una pulsin, y el animal tieneel instinto. Como el Marques de Sade, no pretendemos fundar nuestra libertad en principios morales, sino en satisfacer nuestros instintos : "Matar a un hombre en el paroxismo de una pasin es una cosa que se comprende. Hacerlo matar por otro en la meditacin seria bajo elpretexto de un ministerio honorable, eso no se comprende ". La naturaleza necesita del crimen.En esta esquizofrenia, los registros que nosotros interpretamos no pueden estar determinados por la necesidad, no hay zonas restringidas. Sinuestro deseo puede crear realidad, no la tomar medidas como hace la ciencia, sino que dejar desbordarse la pasin, la locura, eldesenfreno. La hereja, la fantasa, la irresponsabilidad, la recorren transversalmente. Son la musa, lo que ms se escapa al asfixiante estadode las cosas, lo ms cercano al inconsciente, la dimensin donde el yo est menos preso. No hay porque ser tmidos sirvientes cuandopodemos transformarnos en monstruos insaciables. Aunque conquiste este Mundo, el sirviente no podr ms que reproducirlo, al fin y al cabo,forma parte de l.Puestos a elegir, entre pillados o pillos, decapitados o verdugos, dueos o ladrones (13), dinamitados o dinamiteros, cobardes o valientes,...,vctimas o culpables, escogemos siempre lo segundo. Culpables.As entendemos el salir de esta sociedad sin dejarla en paz. Esquizofrenia, la mayor de las locuras.Una banda de colegas.Querer destruir la sociedad no significa buscarla alternativas que la prolonguen. Algo en un principio evidente, luego no lo es tanto.A una dinmica muy extendida se la suma otra. A la parcializacin de las luchas que las convierte en fcilmente recuperables, el humanismoreivindicativo exudando condena : el Sistema instrumentaliza toda disidencia. Feminismo, comunas, escuelas "libres", ecologismo,..., son

    proyectos destinados a crear alternativas dentro de lo conocido y sin las cuales la gestin actual encontrara dificultades.Sin embargo, las relaciones anarquistas son inevitables, como la anarqua. Pero sacarlas fuera de su comunidad de lucha, no es, sino romperel movimiento real (14) que niega la sociedad. Definimos la comunidad de lucha, como el encuentro de quienes en la lucha estn dispuestos yson capaces de establecer relaciones anarquistas. Dentro de ella es donde se discuten las crticas, se elaboran las armas, se organizan lasinquietudes y se comparten los deseos.

    La insurreccin.Las explosiones insurrecionales suelen tener pocas consideraciones para con los revolucionarios, acontecen como sucesos impredecibles ydesbaratan repentinamente, casi sin quererlo, como por arte de magia, urdidas estrategias en la contemplacin de lo cotidiano. Diramos queresponden ms que a grandilocuentes discursos en torno a metodologas organizativas, tesis programticas, clarificaciones tericas,..., asentimientos atvicos que hechizando cuerpos y mentes provocan un encuentro colectivo. Son as de sacrlegas, no respetan ni a sus propiosenviados en la Tierra.La fuerza de los acontecimientos es ms poderosa que cualquier proceso de acumulacin. Abre la oportunidad a los individuos de volver a s

    mismos, de quebrar las relaciones de alienacin. Los procesos de acumulacin por el contrario las reproducen : amontonar es lo que se hacecon las mercancas. S las arterias del capitalismo estn recorridas por el flujo de mercancas, un corte de circulacin, genera espacios ytiempos donde las personas se encuentran, se descubren, se identifican,..., interactan. La insurreccin siempre tiene que ir orientada adesmantelar la normalidad al mximo posible.Febrero de 1848 no estaba marcado en ningn calendario. Sin pedir permiso y en unos pocos das, se extendi desde Pars, como unamancha de aceite, una revuelta que alcanzar Miln, Venecia, Berln,... Bakunin la vivir como " una fiesta sin un principio o un final ". Era en elplacer insurreccional donde l encontraba el ser colectivo de la persona (15). En lo ldico, lo divertido, lo que an est por ensayar. Mientrasque unos se entregaban sin concesiones en los brazos de la lujuria y de la aventura, otros se conformaron con redactar framente unManifiesto (16) donde explican como la nica propuesta tcnicamente viable para Francia en esos momentos era agudizar el capitalismo. Lofirm, la Liga de los Comunistas.La Comuna se levanta en Pars en 1871 sin ninguna direccin ni programa revolucionarios. Sin ellos se mantuvo durante dos meses, y no caypor su falta, sino por las fuerzas reaccionarias y el aislamiento que sufri. No les atac la sarna porque se libraron del cncer. Lamuchedumbre tom las calles y empu lo nico que tiene y con lo que mejor se expresa : la accin.

    Las burocracias sindicales se sumarian a hechos consumados, a lo que ms tarde estrangularn a base de Decretos Ley. Las constantesllamadas a respetar bancos, embajadas, instituciones,..., en 1936, tenan la intencin de no alterar la poltica en las altas esferas a nivelinternacional : todo se quera reducir a la Repblica. Lo contrario hubiese sido extender el descontrol a otras geografas, podran brotar focosinsurreccionales en aquellos pases cuyos gobiernos se tuviesen que posicionar en contra de la revuelta. Se poda extender la mancha deaceite. A pesar de todo, de las diferentes iglesias y religiones revolucionarias, la insubordinacin mantuvo un ltimo acto de desobediencia :Mayo 37." Tu felicidad est en venta: rbala " ( Mayo 68 ). Ya no se trataba de pedir dinero, ni tan siquiera mucho dinero, sino de recuperar la vida, dedescubrir las posibilidades que se esconden tras el monlogo imperante : lo que nosotros queremos, no nos lo puede conceder nadie, noexiste, est por imaginar. Quien quiera atraparlo tiene un problema, nosotros. As corri, como un rumor, por el Barrio Latino de Pars y entrelas barricadas, un espectro que asombr a propios y extraos. La insolencia, el iconoclasta, la pornografa, el exceso. El 24 arde la Bolsa,quien quiera reutilizar esta casa de los horrores tendr que buscar entre sus cenizas.Los gritos arrancados en las plazas donde se batieron los amotinados, sangran los susurros de las mejores lecciones que podemos aprender:hacer de la accin una poesa subversiva y del escrito un acto criminal.

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    defensores, slo se presenta cuando responde a sus expectativas, durmiendo mientras tanto en el inconsciente de su colectivo determinado. Alas condiciones objetivas se le buscan todos los inconvenientes posibles que nos consigan explicar porque las subjetivas nunca florecen.La reestructuracin del modelo productivo, la prdida de fuerza estructural por parte de los trabajadores ; el posfordismo, la desaparicin de lafbrica como principal centro de explotacin ; el papel fundamental del obrero dentro de la salida de productos, como consumidor ; elreformismo de las organizaciones obreras, que administran las crisis del Capital,...La nica conclusin a la que pueden llegar es que el Capitalest siempre en crisis, y su clase obrera, en contra de lo que se debera esperar, tambin.El mecanicismo marxista que nos obliga para ser libres a haber conocido el feudalismo y a someternos a los designios de las Maquinas, se haestancado, y parece ser que los sesudos anlisis de sus representantes contemporneos no pueden hacer nada para sacarle de este bachehistrico.

    No afirmamos la abolicin de la clase obrera tras un proceso de transformacin, tras la estocada del Capital, negamos su existencia. El intershistrico que se le atribuye, motor de los cambios sociales, desaparece con el nuevo papel que el Capital le designa en su representacin,porque ste nunca ha existido realmente. Lo que hoy nos parecen intereses contrapuestos en el seno de la clase trabajadora, son los mismosque sirven para su argumentacin histrica : continuacin de los que la hicieron protagonista de las gestas revolucionarias.Definir al proletariado como a aquel que no es dueo de sus condiciones de vida, y con ello, concederle un carcter revolucionario por elpotencial que le aportan sus condiciones materiales, es ocultar una subjetividad que en ltimo lugar marca la voluntad de los protagonistas delos acontecimientos. Los esquemas mentales jerrquicos siempre han supeditado la subjetividad por considerarla fruto de las pasiones, y stasun peligro para el orden. Y sin embargo, no ser dueo de las condiciones de vida no supone el ms mnimo aliciente de rebelin para unamasa social cuya nica demanda apenas hoy es recuperar el Estado del Bienestar. Satisfacer las necesidades de sus sbditos no representala mayora de las ocasiones ningn inconveniente para el Estado, cuya nica preocupacin es en todo caso, ser l el nico en disposicin depoder hacerlo. Sabe, que en ltimo trmino, las conquistas sociales le refuerzan.De todas formas, no hay que prestar demasiada atencin a los entretenimientos de los intelectuales (20), siempre se corre el riesgo de acabardndoles razn. Y el nico riesgo que merece la pena hoy ser vivido es el de quemar este Maldito Mundo.

    Solo existen dos clases: la de quienes quieren ser libres y la de quienes se conforman con ms de lo mismo.De una cosa estamos seguros, el proletariado jams destrozar este Mundo, porque el proletariado pertenece a este Mundo.

    No hay futuro, pero de haberlo, est muerto.La mercanca se extiende abarcando todos los anhelos de la humanidad, llegando incluso a empaquetar el futuro, no solo con planes depensiones, sino con las utopas.Los cristianos ocultan tras la paz del paraso la violencia de tener un dios, al igual que los revolucionarios ocultan tras la paz de la utopa laviolencia de tener un plan. Religin y revolucin en este sentido, como en tantos otros, caminan de la mano. Pero no es paz lo que ambasofrecen realmente con sus productos, es ausencia de conflicto. La violencia se mantiene organizada en forma de sociedad: para los unos, elconflicto queda enmarcado en la oposicin entre la carne y el espritu ; para los otros, entre los que mandan hoy y los que debern mandarmaana. Anulando el conflicto, que es la puesta en juego de los intereses en el campo de la prctica, perpetan sus proyectos, los que elloshan diseado.No hace falta interpretar la realidad, han escrito libros por nosotros ; no hace falta vivir el presente, han dispuesto nuestro futuro.Sin embargo, el problema no es el conflicto, sino el libre desarrollo de ste. La libertad no es una palabra asptica y sin consecuencias,aceptarla supone apostar por encarar de una forma autnoma y espontnea todas las inquietudes que son opuestas y chocan con lasnuestras, no por negar su existencia. Esta tensin define la anarqua y la estampa en la actualidad en una guerra social abierta en todos losfrentes.No hay ms futuro que el presente al que estemos dispuestos a aventurarnos, dejarle pasar supone entrar a formar parte de las filas de zombisempolvados con ilusiones artificiales, hacerle nuestro, es entrar en guerra. A ella vamos. De la guerra social no se libra ni dios.

    Afrontar la lucha de una forma separada es la labor del militante. El se debe a la revolucin. Sus deseos se venrestringidos al comps de los acontecimientos: cuando la revolucin est muerta, debe sacrificarse y morir con ella ;s est viva, el sacrificio es para mantenerla en pi. Desde esta ptica, el talante revolucionario no se ve identificadocon los deseos que mueven a la persona, sino con la capacidad de sacrificio que la mortifica.

    Del muerto de la revolucin militante, surge la revuelta del individuo, cuya nica consigna es el desafo al orden, y como nico programa, el finde todos los programas, la anarqua. Aqu la lucha adquiere una perspectiva de integralidad: ms all del reduccionismo al que nos quierensujetar los economistas y los economicistas, nuestro ser monstruoso va abriendo frentes en todos los campos donde su existencia seescenifica. En el guin impuesto, donde nuestros personajes representan los monigotes sacados de los sueos de los amos de este mundo :obreros, mujeres, negros, maricas, invlidos,..., la lucha supone el impulso que nos permite saltar entre renglones, ofrecindonos laoportunidad de elegir nuestro propio personaje, y porque no, de inventarle: piratas, bandidos, terroristas, conspiradores, vagabundos,falsificadores, ... , e incluso, locos anarquistas.Contra el victimismo que cumple su rol dentro de este sistema de mierda y se impone como ideologa, recremonos en nuestros pecados ydeformidades. Gritemos : Accin Mutante !!.La revuelta nace del espritu de la negacin: nada de este mundo merece la pena ser rescatado, porque todo l responde a una mentalidadautoritaria. Revolucionar unas estructuras cuyo nico objetivo es generar dominacin, como mucho transforma la dominacin: .. .nos vemosprcticamente obligados a rechazar el concepto de revolucin, ya que sta supone un cambio desde algo que ya existe, hacia otra variante delo existente (21).Y se proyecta en la guerra social, que es la plasmacin del enfrentamiento desatado contra todo aquello que sigue haciendo de nuestra vidaalgo ruin. Nada es respetado, todo lo existente tiene que posicionarse: o con nosotros o contra nosotros, en medio no hay nada. Los miedos

    solo prolongan la inercia de la pasividad, y la fuerza de los acontecimientos arrolla todas las incertidumbres y vacilaciones. Las cartas seponen sobre la mesa, pintan bastos. En la espiral del conflicto situamos a nuestros amigos y enemigos.

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    No son estos tiempos para la derrota ......sobre todo porque son los nuestros. Las huidas hacia delante son posibles cuando se quiere ir hacia delante (22). Pero aqu nadie estahablando de avanzar. Abrir caminos en la miseria nicamente arrima a diferentes partes de la miseria (...se hace camino al andar- puaahhgg!! ). Preferimos bailar, nuestra pareja y aliada es la blasfemia. No tenemos respuestas para todo y estamos llenos decontradicciones, sinceramente, no sabemos lo que queremos, pero lo queremos ya. Somos los hijos bastardos de la ilusin y la esperanza.Vamos a finiquitar la historia, ser el punto y f inal. Las largas horas de insomnio siempre nos han llevado a un mismo sitio. Solo estamos, al finalde la calle.al final de la calle

    Por la destruccin de todo lo que nos oprime. Guerra social en todos los frentes.

    Notas :1 - La Escuela de Frankfurt, por ejemplo, ha tratado de explicar la ausencia de revoluciones recurriendo a la capacidad del sistema cultural deabsorber toda resistencia, y con ella, subjetividad.2- Carta a Weydemeyer, Marx, marzo 1852.3- Herclito, S. VI- V a. de C., suele presentarse como anterior y enfrentado a Parmnedes. Mientras Herclito se sita al margen de losprincipios de la lgica, Parmnedes ser el primero en enunciarlos.4- El inicio del hegelismo se remonta a la publicacin en 1835 de La vida de Jess, por D.F. Strauss, obra donde se define a Jess como a unmito creado por la colectividad en el que se expresa el Volksgeit, y que distingua entre los seguidores de Hegel tres lneas diferentes -derecha, centro, izquierda - segn su diversa posicin sobre la historicidad de los Evangelios. Esta clasificacin, del propio Straussinspirndose terminologicamente en la divisin del Parlamento francs, pronto se redujo a derecha e izquierda, al disolverse el centro dentro

    de la derecha. La derecha hegeliana continuara con el sistema acabado y esttico de Hegel ; y la izquierda optar por su mtodo, sustituyendola dialctica de la idea, por la dialctica de la materia. Izquierda, extrema izquierda, izquierda escorada a la derecha, izquierda de tendencia...cuarto y mitad manzanas traigo. Est claro, preferimos la luna, con los lunticos.5- " La burguesa se reconoce en que prctica una moral estrechamente ligada a su esencia. Lo que exige ante todo es que se tenga unaocupacin seria, una profesin honorable, y una conducta moral. El caballero de industria, la ramera, el ladrn, el bandido, el asesino, eljugador y el bohemio son inmorales, y el buen burgus experimenta con respeto a esas " gentes sin costumbres" la ms viva repulsin ". Elnico y su Propiedad, Max Stirner, 1844.6- " Dios es el hombre alienado" : Feuerbach aplica el concepto de alienacin en su critica a la religin. Argumenta que Dios es una creacinhumana ya que el ser humano se niega las propias excelencias, enajenndose, y las se atribuye a un ser superior pero ilusorio. Dios es, deesta forma, la proyeccin de la grandeza humana.7- " Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera al estado de cosas actual. Las condiciones de este movimiento sedesprenden de premisas actualmente existentes". La ideologa alemana, K. Marx y F.Engels, 1845.8- Desde 1776 con Adam Smith el capitalismo hay que entenderlo en constante transformacin, con medidas encaminadas siempre a

    reforzarlo. Cuatro hechos marcarn desde un principio esta evolucin : 1- El crecimiento de los sindicatos. La " lucha de clases" representa unmovimiento inmanente en la relacin del capital, una inquietud interna propulsora ( Las lecturas de Marx en el S.XXI, Robert Kunz ) 2- Eldesarrollo del Estado del Bienestar que remonta sus inicios a los aos ochenta del S.XIX en la Alemania de Bismarck. Ser despus GranBretaa en 1910-1911, Estados Unidos en 1935, y el resto de Europa. Se trataba de "paliar" las crueldades del sistema : vivienda, educacin,sanidad,... 3- A lo largo del siglo XIX y principios del XX, el gran problema del capitalismo haba sido la creciente gravedad del cicloeconmico : multiplicacin de grandes corporaciones cuando todava no estaba realmente preparado el terreno econmico para ellas entrminos de demanda masiva. Esta es una de las causas de la Gran Depresin de los aos treinta. Se desarrolla el sistema pero no suban lossalarios. La renta no estaba suficientemente distribuida como para comprar los productos. El keynesianismo tiene como objetivo que sea elpresupuesto del gobierno l que compense todas las carencias del gasto privado. Cuando disminuye la demanda el Estado entra en accin :disminuye los impuestos y aumenta los gastos, incrementando la demanda, aumentando la produccin y volviendo al " pleno" empleo. 4-Virtual desaparicin del dueo capitalista sustituido por el manager, el burcrata de empresa, ligado al predominio del capital financiero( capital desvinculado de procesos de produccin particulares para moverse gilmente en la bsqueda de beneficios a corto plazo ). Con estoscuatro acontecimientos los veinticinco aos que siguieron a la segunda guerra mundial fueron un notable periodo de crecimiento en la vida del

    capitalismo. Dentro de este periodo, los sindicatos, que consiguieron asegurar una porcin estable de renta para los trabajadores, produjeronuna demanda adicional en beneficio de la economa. Pero el keynesianismo empez a manifestar inconvenientes para el desarrollo capitalista :a partir de los 70 el problema paso a ser la inflacin. El desarrollo de los sindicatos, que hizo aumentar los salarios de los trabajadores, juntocon el alza del precio del petrleo, y la reestructuracin econmica, origin que los precios se aumentasen para compensar. Los aumentos deprecios provocaban entonces que volviesen a subir los salarios, y con ello creo en la economa una espiral precio-salario. La intervencin delEstado en este caso supondra medidas muy antipopulares : menor gasto del gobierno, subir los impuestos, y tipos de inters ms altos. EEUUy Gran Bretaa buscaron a finales de los 70 y principios de los 80 una frmula para resolver los problemas de la inflacin : el monetarismo,dejarlo todo en manos del banco central, que ste determine la oferta monetaria.9- La teora de la decadencia mantiene que el colapso del capitalismo, que se expresa mediante sus crisis, tiene su origen en la crecientesocializacin de las fuerzas productivas, las que llegado a cierto punto, entraran en conflicto con las relaciones de produccin. La destruccindel capitalismo se reduce a una cuestin tcnica y cuantitativa.10- Otras instituciones disciplinarias son la fbrica, el hospital y la crcel, esta ltima el lugar de encierro por excelencia. En la transicin de lasociedad disciplinaria a la de control, la fbrica va cediendo su puesto a la empresa. S la primera es un molde donde se concentra el espacio y

    se ordena el tiempo con una finalidad productiva, la segunda es una modulacin que por medio de la rivalidad ( como el sistema de primas o

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    de promocin laboral ) hace, en cierta medida, de cada trabajador un empresario. Ser Michael Foucault quien mejor describa las institucionesdisciplinarias, y en cuyos ltimos escritos encontramos el paso a la sociedad de control.11- El antiedipo : capitalismo y esquizofrenia, Deleuze y Guattari, 1985.12- La voluntad de poder hay que entenderla en su puro sentido nietzscheriano como el poder de la voluntad, es decir, el poder-querer, laconstante posibilidad de querer, de estar en tensin hacia algo.13- Tanto para Kropotkin como para Miguel Amors, el robo no solo no acaba con la propiedad, sino que la refuerza. Pero sto es porqueambos entienden el capitalismo como una simple produccin de cosas, y no como una produccin y reproduccin de relaciones alienadas. Noqueremos decir con sto que todo robo vaya encaminado a destruir el Sistema, pero si que puede estarlo.14- Lamamos movimiento real al conjunto de fuerzas que luchan por la anarqua, y cuya nica premisa por la que se hallan condicionadas es

    el impulso de sus pies.15- Otros lo buscarn en el trabajo y afirmarn que el individuo aislado no existe, que el hombre es un ser activo que se autocrea por eltrabajo, y este es siempre social, cooperativo.16- Manifiesto del Partido Comunista, K. Marx y F. Engels, 1848.17- Circunstancialismo vs. voluntarismo. Ideas y circunstancias contra el anarquismo democrtico. FIJL.18- Comunicado desde la crcel de Soto del Real (22-9-03) de los anarquistas detenidos en BCN (16-9-03): Compaer@s , aqu estamos,con una sonrisa en los labios y el puo ms apretado que nunca. No hemos dejado ni una sola de nuestras ideas, de nuestras pasiones ynuestros sueos por el camino. En los calabozos de la benemrita, a pesar de los cinco das y noches de incomunicacin, no se ha quedado niun solo pedacito de nuestro ser. Ah se mueran de asco es@s verdug@s, con sus amenazas y sus golpes, con su rostro oculto y con sumiserable existencia. Nosotr@s seguimos nuestro camino sin que hayan conseguido que surjan en nuestros corazones ni la duda ni ladesesperacin. No han ganado, aunque nos hayan encarcelado. Pues, por supuesto, desde aqu sigue la lucha. Y , querid@s amig@s, no ospreocupis, que si siguen llenando los talegos de "terroristas", acabaremos por tomar sus crceles, convirtindolas en focos de resistencia.Compaer@s, nimo a tod@s. Con toda la cautela necesaria, que tiene que ser mucha, sigamos sin retroceder. Desde Soto, un abrazo

    inmenso a tod@s. SABEMOS QUE NO ESTAMOS SOL@S LIBERTAD ANARQUISTAS DE VALENCIA, DE GRECIA Y DE TODAS PARTESPor la anarqua siempre. 22- septiembre-0319- " La misma clase adquiere conciencia de clase en el curso de las duras pruebas que sufre. (...) . Los individuos que se encuentran bajo lasmismas condiciones de existencia forman una clase. Al principio, sobre todo cuando se forma una clase, los individuos que la constituyenpueden no saberlo, bien porque sigan todava separados ( como los "burgueses" en las pequeas ciudades rivales, durante la edad media ),bien porque se hagan la competencia ( como los obreros que buscan trabajo antes de estar organizados y a veces incluso despus deestarlo ). " Los individuos solo constituyen una clase en su lucha comn contra otra clase" (...) (La ideologa alemana, K. Marx )" Qu es laclase?, Henri Lefebvre, 1948.20- O por lo menos, nunca una atencin que vaya ms all del simple giro en nuestro inters, contextualizado o descontextualizado, eso no esinconveniente. Se trata casi de una cuestin puramente esttica, reducida al adorno: s las tuercas que agarran la Mquina pueden ser losproyectiles de la revuelta, las oraciones que la bendicen los insultos de nuestras diatribas.21-La muerte de la revolucin, El Pjaro del Trueno N10.22- Pero existe tambin una crtica de la separacin y de la representacin que justifica la espera y valoriza el rol de los crticos. Con el

    pretexto de no separarse del movimiento social se acaba por denunciar toda prctica de ataque en cuanto a fuga hacia delante o mera propaganda armada . Una vez ms el revolucionario est llamado a desvelar , quizs en su misma inaccin, las condiciones reales de losexplotados. En consecuencia ninguna revuelta es posible por fuera del movimiento social visible. El que acta, entonces, debe querernecesariamente sustituir a los proletarios. El nico patrimonio a defender llega a ser la critica radical , la lucidez revolucionaria . La vida esmiserable, y por lo tanto no se puede teorizar ms que sobre la miseria. La verdad ante todo. . Ai ferri corti. Romper con esta realidad, susdefensores y sus falsos crticos.

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    - Nuestra teora es la fuerza,y nuestra fuerza el deseo.

    Ediciones (Intangibles).Textos para la conspiracin.Abril del 2005. Burgos, Espaa.

    Para conspirar, comentar, pelotear, opinar, amenazar, amenizar y poner a parir:[email protected]

    Re-editado y difundido por Contracaos.los 4 nmeros de Conspiracin hasta el momento pueden fotocopiarse o conseguirse digitalmente, bajndolos de

    internet o pidindolos todos en un cd, para eso, ponerse en contacto o pedir catlogo: [email protected]

    como un clandestino beso negro,como una descarada reyerta.