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Análisis de la evidencia disponible respecto las recomendaciones de soporte nutricional y metabólico a los pacientes con Enfermedad por COVID-19.
COMITÉ DE SOPORTE NUTRICIONAL Y METABOLISMO (COSONUME) y CAPITULO
LICENCIADAS EN NUTRICIÓN (CALINU). GRUPO DE TRABAJO ENFERMEDAD POR COVID-19
SOCIEDAD ARGENTINA DE TERAPIA INTENSIVA.
Miembros: Lic. Nazarena Asus, Dra. Laura Cabana, Dra. Claudia Kecskes, Dr. Fernando
Lipovestky, Lic. Victoria Rebagliati, Dr. Oscar Fernández Rostello, Dr. Andrés L. N. Martinuzzi1 y
Lic. Lorena Magnifico2 1 Director COSONUME. 2 Directora CALINU.
INTRODUCCIÓN:
En vista de la situación de emergencia en la cual la pandemia de enfermedad por COVID-19 ha
puesto a la población mundial, a la falta de evidencia de peso para la toma de decisiones
médicas, a la excesiva información inexacta difundida, y a la necesidad perentoria de dar
lineamientos claros basados en la evidencia, COSONUME como equipo multidisciplinario de
trabajo decidió conformar un grupo de trabajo para el análisis de la evidencia científica
disponible respecto a intervenciones metabólicas, nutricionales y tendientes a la necesaria
conservación y/o recuperación de la masa muscular y prevención de complicaciones
relacionadas a la internación prolongada y las desnutrición en esta patología y con mayor
énfasis en su población más vulnerable.
Recomendaciones respecto a la evaluación del riesgo nutricional:
Esta debe realizarse de forma precoz, priorizando a los adultos mayores y a los pacientes con patologías crónicas o agudas preexistentes. También se debe evaluar por riesgo nutricional a aquellos pacientes con peor pronóstico y mayor mortalidad por infección de SARS-COV-2, específicamente adultos mayores e individuos poli-mórbidos (2 o más comorbilidades)1. La evaluación debe comprender los criterios del MUST o NRS 2002 para pacientes
hospitalizados, los pacientes obesos deben ser tamizados con el mismo criterio.
Alternativamente se puede utilizar la herramienta MNA validada para adultos mayores.
También, recientemente se propuso el abordaje en 2 pasos propuesto por GLIM para el
diagnóstico de desnutrición. En el primer paso se realiza el tamizaje nutricional con las
herramientas previamente mencionadas. Y para el diagnóstico de desnutrición se requiere un
criterio de fenotipo y un criterio etiológico2 (véase tabla 1).
Se ha reportado mal pronóstico en pacientes desnutridos. Preservar el estado nutricional y prevenir o tratar la desnutrición puede reducir las complicaciones de pacientes en riesgo nutricional con COVID-19. Particularmente, la infección por COVID-19 puede acompañarse de nauseas, vómitos y diarrea afectando la ingesta y absorción de nutrientes, por lo que un correcto estado nutricional es una ventaja para personas con alto riesgo de infección severa por COVID-191. Se recomienda que la evaluación nutricional se realice previa al inicio de los tratamientos.
Se ha observado en múltiples publicaciones previas que en pacientes con infecciones por influenza la desnutrición se identificó como predictor de mortalidad y malos resultados3–5.
TABLA 1.
Traducida de Cederholm T, Jensen GL, Correia MITD, et al. GLIM criteria for the diagnosis of malnutrition – A consensus report from the global clinical nutrition community. J Parenter Enter Nutr. 2019;43(1):32-40
Recomendación respecto a los sujetos con desnutrición:
Se debe tratar de optimizar su estado nutricional, idealmente con el asesoramiento de
profesionales experimentados (licenciados en nutrición, científicos experimentados en
nutrición y médicos especializados en nutrición)
En la pandemia de influenza, la desnutrición y hambruna se asociaron con mayor severidad en la enfermedad e incluso mortalidad en la población más joven4,5. Los adultos mayores presentan mayor riesgo por sarcopenia, dificultad para la masticación y deglución, factores psicosociales, económicos y deterioro cognitivo. Los pacientes obesos con enfermedades crónicas también presentan riesgo por el déficit de masa muscular (obeso sarcopenico). Tanto la desnutrición como la obesidad aumentan la severidad de la enfermedad6,7.
Recomendaciones respecto a los requerimientos calóricos y proteicos en
pacientes no en ventilación mecánica:
Requerimientos calóricos Los requerimientos calóricos pueden estimarse por calorimetría indirecta (CI) cuando esta se encuentre disponible y se pueda realizar en un sistema cerrado que garantice la no propagación del virus. En caso de que eso no sea posible en pacientes no ventilados se recomienda el uso de ecuaciones predictivas o por fórmulas basadas en peso tales como:
27 kcal/kg/día para pacientes polimórbidos mayores de 65 años
30 kcal/kg/día para pacientes polimórbidos severamente desnutridos*
1 RE: Requerimientos energéticos.
Criterios Fenotípicos Criterios Etiológicos
Pérdida de peso
(%)
Índice masa
corporal bajo
(kg/m2)
Reducción de
masa muscular
Reducción de la
ingesta de
alimentos o de su
asimilación
Inflamación
>5% dentro de los
últimos 6 meses, o
>10% en más de 6
meses.
<20 si es <70
años, o
<22 si es >70 años
Asia:
<18.5 si <70 años,
o
<20 si >70 años.
Reducción
validada o
determinada
por técnicas de
medición de la
composición de
masa corporal.
≤50% of RE1 > a 1
semana, o cualquier
reducción > a 2
semanas, o
cualquier condición
GI que impacte
negativamente la
asimilación o
absorción de
comida.
Injuria/Enfermedad
aguda o enfermedad
crónica relacionada.
30 kcal/kg/día para adultos mayores e individualizar el aporte según el estado
nutricional, actividad física, condición de la enfermedad y tolerancia digestiva. *La meta de 30kcal/kg/día para pacientes severamente desnutridos debe alcanzarse en forma lenta y cautelosa, por riesgo de síndrome de realimentación en este grupo.
Requerimientos proteicos Usualmente se estiman por medio de fórmulas como:
1 g/kg/día en adultos mayores e individualizar el aporte según el estado nutricional, actividad física, condición de la enfermedad y tolerancia digestiva.
≥1 g/kg/día en pacientes polimórbidos hospitalizados, en función de prevenir la prevenir la pérdida de peso corporal, reducir el riesgo de complicaciones y las reinternaciones y mejorar el resultado funcional
Requerimiento de lípidos e hidratos de carbono
Se adaptan a las necesidades energéticas considerando una proporción de grasa y
carbohidratos de 30:70 (en sujetos sin insuficiencia respiratoria) y de 50:50 (para pacientes
ventilados)
Recomendaciones respecto a los pacientes con desnutrición y déficit de
oligoelementos y/o micronutrientes:
Respeto a los pacientes con desnutrición: Se les debería asegurar una suplementación
suficiente con vitaminas y minerales.
Parte del tratamiento en las infecciones virales es la suplementación vitamínica para mejorar
el resultado de la enfermedad4.
Vitamina D: La deficiencia de vitamina-D se ha asociado a gran cantidad de enfermedades virales, incluyendo influenza8,9 y hepatitis C10, mientras que otros estudios han cuestionado dicha relación11,12. La COVID-19 se diagnosticó inicialmente en invierno de 2019 y afectó principalmente a personas de mediana edad y ancianos. La población infectada por el virus puede tener déficit de vitamina D. Además, se ha reportado que la deficiencia de vitamina-D en el ganado causa infección por coronavirus bovino13. Por lo tanto, la vitamina-D podría ser una opción terapéutica de este nuevo virus4. Vitamina C: La importancia de la vitamina C, radica en que los seres humanos hemos perdido la habilidad de sintetizarla y además las reservas corporales son limitadas. Esta vitamina es antioxidante y antiinflamatoria, además de ser un cofactor necesario en la mayoría de las rutas bioquímicas para sintetizar colágeno, catecolaminas, y hormonas peptídicas. El efecto antioxidante de la vitamina C, está basado en la donación de un electrón a las especies oxidantes reactivas. Cuando lo hace se desarrollan los radicales de ascorbato, con potencial pro-oxidante, pero por lo general ha reemplazado a un radical más dañino. Además, el radical de ascorbato es relativamente estable y no reacciona con otras moléculas. La depleción ocurre mucho más rápidamente si el estrés oxidativo es alto, como sucede habitualmente en los pacientes críticos14. Debido a sus acciones pleiotrópicas, su depleción puede aumentar la gravedad de la enfermedad crítica y retrasar la recuperación de la enfermedad. Además, las concentraciones supra-fisiológicas de vitamina C podrían tener un papel adyuvante en el tratamiento de la sepsis grave. En el meta-análisis realizado por Manzanares W et al (2018), publicado en Critical Care15. Los autores luego de analizar un total de 10 ensayos clínicos aleatorizados sobre el uso de vitamina C en críticos, observaron que esta se asociaba a un ODD RATIO respecto a la mortalidad de 0,85 con IC95%, 0,54 a 1,34, por lo cual afirmaron que la
vitamina C no se asociaba a una reducción estadísticamente significativa de la mortalidad en los pacientes críticos. Vitamina A: Esta vitamina ha sido llamada “anti-infecciosa” porque muchas de las defensas del
cuerpo dependen de su adecuado suministro. Por ejemplo, la deficiencia de vitamina-A esta
fuertemente ligada al sarampión, pudiendo transformarse en una forma grave de sarampión
en niños con deficiencia de vitamina-A. Adicionalmente, se ha reportado que la
suplementación con vitamina-A redujo la morbimortalidad en diferentes enfermedades
infecciosas, como ser sarampión, diarrea infecciosa, neumonía asociada a sarampión, infección
por VIH y malaria. La suplementación con vitamina A también da algún tipo de protección
frente a las complicaciones de otros tipos de infecciones que amenazan la vida, incluyendo
malaria, enfermedades pulmonares y VIH. El efecto de la infección por virus de la bronquitis
infecciosa (IBV), un tipo de coronavirus, fue más pronunciado en pollos alimentados con dieta
ligeramente deficiente en vitamina A que en aquellos alimentados con una dieta adecuada en
vitamina-A16. Por lo tanto, la suplementación de vitamina-A y de β-caroteno, su precursor
derivado de vegetales, podría ser una opción prometedora para el tratamiento de COVID-19 y
para la prevención de la infección respiratoria4. Fuentes ricas en β-caroteno son por ejemplo la
ensalada de zanahoria con aceite, el jugo de zanahoria, la calabaza, batata y la espinaca.
El mecanismo por el que la vitamina A y los retinoides inhiben la replicación del virus del
sarampión es aumentando ciertos elementos de la inmunidad innata en células no infectadas,
impidiendo la replicación del virus en estas células y cortando la cadena de replicación4. Queda
aún por ver si este efecto se demuestra efectivo en los pacientes con SARS-Cov2.
Otras vitaminas: Se han asociado a resultados clínicos adversos la presencia de bajos niveles
plasmáticos de los siguientes micronutrientes: vitamina-E, B6 y B12, Zinc y Selenio. Sobre todo
cuando se asocian a infecciones virales como VIH y otros virus. Se han publicado estudios que
sugieren que la suplementación con micronutrientes podría ayudar a reducir la
morbimortalidad en la infección por VIH17. Este concepto fue confirmado en una revisión
reciente de Lei Zhang y Yunhui Liu4 que propuso que se debería considerar en la evaluación de
micronutrientes (además de vitamina A y D), vitaminas B, C, ácidos grasos poliinsaturados
omega-3, así como también selenio, zinc y hierro.
La combinación de zinc y piritiona (un ionoforo de zinc) a bajas concentraciones inhibe la
replicación de SARS-CoV18.
Recomendaciones respecto a los pacientes en cuarentena y/o en
aislamiento por enfermedad leve-moderada:
Respecto a los pacientes en cuarentena: Estos deberán continuar con actividad física de
forma regular, tomando las precauciones necesarias del caso.
La reducción del riesgo infectológico se logra mejor con la cuarentena domiciliaria, que se
recomienda fuertemente para toda la población en riesgo de COVID-19 y para aquellos
infectados cursando enfermedad leve a moderada. Sin embargo, la estancia prolongada en
casa puede conducir a aumento de conductas sedentarias, como pasar gran cantidad de
tiempo sentado, reclinado o acostado realizando actividades de pantalla (jugando videojuegos,
mirando televisión, usando dispositivos móviles); lo cual reduce la actividad física cotidiana y
por lo tanto, el gasto energético. Esta cuarentena puede llevar a un aumento del riesgo o al
potencial empeoramiento de enfermedades crónicas, como aumento de peso y posiblemente
también, pérdida de inmunocompetencia. En una publicación reciente, Chen19 et al concluyen:
“…hay una fuerte razón para continuar la actividad física en casa para mantenerse saludable y
conservar las funciones del sistema inmune en el actual precario ambiente”.
Ejercitarse en casa usando varios ejercicios seguros, simples y fácilmente implementables, es
conveniente para evitar el coronavirus y para mantener el nivel de aptitud física. Estos
ejercicios pueden incluir (aunque no se limitan a eso) ejercicios de fuerza, actividades de
equilibrio y control corporal, estiramiento, o una combinación de éstos. Ejemplos de ejercicios
caseros son caminar dentro de la casa y a los negocios si es necesario, levantar y llevar la
compra, alternar estocadas de piernas, subir escaleras, pasar de sentado a parado y viceversa
usando una silla o desde el piso, sentadillas en la silla, abdominales y flexiones de brazos.
Además se puede considerar el yoga y ejercicios similares, ya que no requieren de
equipamiento, así como tampoco es necesario mucho espacio y se pueden realizar en
cualquier momento. El uso de eHealth y ejercicios en video, que se enfocan en alentar y
entregar actividad física a través de internet, tecnologías móviles y televisión, son otras vías
para mantener la función física y la salud mental durante este crítico período. Teniendo
especial precaución, hasta las actividades de exterior pueden considerarse, como ejercitarse
en el patio (si se tiene), ejercicios de jardín (jardinería).
Se recomienda ejercitarse todos los días más de 30 minutos o más de 1 hora día de por medio
para mantener el estado físico, la salud mental y masa muscular, y así el gasto energético y la
composición corporal.
Recomendaciones respecto a los suplementos nutricionales orales:
Respecto a los suplementos nutricionales orales (SNO): Estos deben usarse siempre que sea
posible para satisfacer las necesidades del paciente. Es importante considerarlos luego de la
evaluación nutricional y habiendo fortificado adecuadamente los alimentos, y estos no son
suficientes para aumentar la ingesta dietética y alcanzar los objetivos nutricionales
recomendados1.
Los SNO proporcionarán al menos 400 Kcal/día, incluidos 30 gr o más de proteínas/día y se
deben continuar por al menos un mes. La eficacia y el beneficio esperado de SNO se
evaluaran una vez al mes1.
Sugerimos que las posturas generales sobre prevención y tratamiento de la desnutrición
mediante el uso de SNO es totalmente aplicable al contexto de la infección por COVID-19. Por
lo tanto, las personas infectadas con SARS-Cov2 fuera de la UCI deben recibir tratamiento para
prevenir o revertir la desnutrición.
La vía oral se prefiere siempre que sea posible. El tratamiento nutricional debe comenzar
temprano en el curso de la hospitalización (dentro de las 24-48 hs). Especialmente para
pacientes mayores y con comorbilidades, cuyas condiciones nutricionales pueden estar
comprometidas. El tratamiento nutricional y los objetivos deben cumplirse gradualmente para
prevenir el síndrome de realimentación1.
Los SNO proporcionan alternativas energéticamente más densas a las comidas regulares y
pueden enriquecerse específicamente para cumplir los objetivos en términos de proteínas y
micronutrientes (vitaminas y oligoelementos).
El tratamiento nutricional debe continuar incluso después del alta hospitalaria con SNO y
ofrecerles a los pacientes planes nutricionales individualizados. Esto es particularmente
importante ya que los factores de riesgo nutricional pre-existentes continúan aplicándose y es
probable que la enfermedad aguda y la hospitalización empeoren el riesgo o la condición de
desnutrición al alta120.
Recomendaciones respecto a la indicación de Nutrición Enteral y
Parenteral
La nutrición enteral (NE) se debe administrar en pacientes hospitalizados con múltiples
comorbilidades y en personas mayores con un pronóstico razonable, cuyos requisitos
nutricionales no pueden cumplirse por vía oral121.
La nutrición parenteral (NP) debe considerarse cuando la NE no está indicada o no se pueden
alcanzar los objetivos122,23.
La NE debe implementarse cuando las necesidades nutricionales no pueden satisfacerse por
vía oral. Se debe realizar un seguimiento de las posibles complicaciones de la NE. No existen
limitaciones para el uso de la NE o de la NP según la edad o el diagnóstico del paciente, en
presencia de un paciente que pueda mejorar su estado clínico nutricional.
RECOMENDACIONES RESPECTO AL MANEJO NUTRICIONAL DE
PACIENTES EN UCI INFECTADOS CON SARS-COV-2 Proporcionamos estas recomendaciones basadas en las recientes guías ESPEN de terapia
nutricional en UCI, en la etapa de la terapia respiratoria según la condición del paciente. Las
recomendaciones nutricionales deberían ser tenidas en cuenta según el soporte respiratorio
indicado en el paciente de UCI como lo muestra la tabla 2.
Periodo pre intubación:
Los pacientes con COVID-19 con signos tempranos de síndrome de distrés respiratorio agudo
(SDRA) pueden ser tratados con Cánula Nasal de Bajo Flujo (FCN), Cánula Nasal de Alto Flujo
(HFNC) o Ventilación Mecánica no Invasiva (VNI) utilizando una máscara o Helmet, o el
dispositivo disponible en las respectivas unidades. Los primeros dos métodos incrementan
considerablemente el riesgo de diseminación ambiental del virus, aunque son recomendados
con algunas precauciones tales como el aislamiento o habitaciones cerradas.
Periodo post extubación: También necesita ser considerado como el final de la ventilación
mecánica y será abordado por separado.
RECOMENDACIÓN:
Respecto a pacientes con COVID-19 NO INTUBADOS que no alcanzan el objetivo energético
con la ingesta oral, la suplementación oral (SNO) debería ser considerada primero y luego el
tratamiento nutricional enteral. Si hay limitaciones para la vía enteral se podría aconsejar la
nutrición parenteral suplementaria en la población que no alcance los objetivos calórico-
proteicos por vía oral o enteral.
VNI: Por lo general solo una minoría (25-45%) de los pacientes admitidos a la UCI para
monitoreo, VNI y para observación post-extubación recibieron nutrición oral, tal como se
observó en el estudio “NUTRITION DAY ICU SURVEY”24. Reeves25 et al también reporto que el
aporte energético y proteico a los pacientes con VNI era inadecuado a los requerimientos.
Debe señalarse que las complicaciones de la vía aérea en pacientes con VNI prolongada
tratados con alimentación enteral pueden ocurrir de todas formas26. Las recomendaciones
para iniciar alimentación enteral podrían afectarse por la dificultad para la colocación de la
sonda nasogástrica, así como también debido a la fuga de aire que compromete la efectividad
de la VNI y por la dilatación gástrica con disfunción diafragmática que condiciona la
aerofagia27. Esto puede explicar en parte la alta incidencia de una inadecuada implementación
de la nutrición enteral en pacientes durante las primeras 48 horas de estadía en UCI y el alto
riesgo de desnutrición y las complicaciones relacionadas. La nutrición parenteral
suplementaria podría ser considerada en estas situaciones28.
FNC y HFNC: los pacientes oxigenados con cánula nasal pueden reanudar la ingesta oral. Pocos
estudios describieron la implementación del soporte nutricional cuando esta técnica es
utilizada. Sin embargo, la limitada evidencia indica que la ingesta calórica proteica podría ser
baja e inadecuada para prevenir o tratar la desnutrición en pacientes con HFNC. Si se pasa por
alto una adecuada administración calórica-proteica, el deterioro del estado nutricional con
malnutrición y sus complicaciones pueden aparecer. Se recomienda la valoración nutricional y
la indicación de suplementación oral o nutrición enteral si la vía oral es insuficiente.
Periodo de Ventilación Mecánica:
Cuando fracasa la terapia no invasiva, luego de más de dos horas sin éxito en la mejoría de la
oxigenación, la ventilación mecánica está recomendada. Las recomendaciones de ESPEN
201829son completamente aplicables con el mismo objetivo para prevenir el deterioro del
estado nutricional y malnutrición con las complicaciones asociadas. A continuación resumimos
sugerencias para COVID-19 en pacientes intubados y con asistencia ventilatoria mecánica
invasiva.
Recomendación:
Respecto a pacientes COVID-19 INTUBADOS Y VENTILADOS: La NE debería ser iniciada
mediante una sonda nasogástrica; la alimentación post pilórica se deberá realizar en
pacientes con intolerancia gástrica demostrada luego del tratamiento con pro-quinéticos o
en pacientes con alto riesgo de aspiración, la posición prono no representa una limitación o
contraindicación para la NE en sí misma.
Requerimientos calóricos: el gasto energético del paciente (GE) debería ser determinado
evaluando las necesidades utilizando la calorimetría cuando esté disponible. La nutrición
isocalórica puede implementase en vez de la nutrición hipocalórica, progresivamente luego de
la fase temprana en la enfermedad aguda. Si la calorimetría no está disponible, se puede
obtener el VO2 (consumo de oxígeno) de un catéter de arteria pulmonar o la MVCO2
(producción de dióxido carbono) derivado del respirador, puede resultar ser una mejor
evaluación del GE que las ecuaciones predictivas. Siempre y cuando el paciente no presente un
SDRA severo con altos requerimientos de PEEP o esté bajo la estrategia de hipercapnia
permisiva3031. Las recomendaciones para la selección de la formula predictiva para el GE
estimado de las guías ESPEN 2018 son totalmente aplicables al escenario presente23.
Aporte Calórico: La nutrición hipocalórica (no exceder el 70% del GE medido o estimado) debe
administrarse en la fase temprana de enfermedad aguda con incremento al 80-100% luego del
TERCER DÍA. Si las formulas predictivas son utilizadas para estimar el GE, la nutrición
hipocalórica (menor al 70% de las necesidades estimadas) debería ser elegida sobre la
nutrición isocalórica en la PRIMERA SEMANA DE ESTADIA EN LA UCI, ya que sobreestiman las
necesidades calóricas.
Requerimientos Proteicos: 1,3g/kg de proteínas día pueden ser administrados
progresivamente. Este objetivo mostro la mejoría principalmente en la sobrevida de pacientes
con fragilidad. Considerando la importancia de preservar la masa muscular y su funcionalidad;
debido al hipercatabolismo relacionado a la enfermedad grave y a la estadía prolongada en
ICU, y su impacto en el consumo de la proteína muscular como fuente o sustrato energético.
Considerar además estrategias para mejorar el anabolismo del musculo esquelético.
Particularmente la actividad física controlada y la movilización mejoran los efectos benéficos
de la terapia nutricional1,23,31.
TABLA 2. SOPORTE NUTRICIONAL DEPENDIENDO DEL SOPORTE RESPIRATORIO APLICADO EN
EL PACIENTE EN UCI.
AJUSTE SALA ICU DÍA 1-2
ICU DÍA 2 o +
SALA DE REHABILITACIÓN
OXIGENOTERAPIA Y VENTILACION
MECANICA
NO O OXIGENOTERAPIA CON CÁNULA DE
ALTO FLUJO
FNC SEGUIDA DE VENTILACION
MECÁNICA
VENTILACION MECÁNICA
EXTUBACION POSIBLE Y
TRANSFERENCIA A SALA
FALLA ORGÁNICA NEUMONÍA BILATERAL,
TROMBOCITOPENIA
DETERIORO RESPIRATORIO; SDRA;
POSIBLE SHOCK
FOM RECUPERACION PROGRESIVA LUEGO DE LA EXTUBACIÓN
SOPORTE NUTRICIONAL
SCREENING DE MALNUTRICION; ALIMENTACION
ORAL/SNO; ENTERAL O NUTRICION PARENTERAL
PERIFÉRICA SI ES NECESARIA
DEFINIR EL OBJETIVO CALÓRICO-PROTEÍCO.
EN FNC O INV, ADMINISTRAR LAS
CALORÍAS/PROTEÍNAS VÍA ORAL O VÍA
ENTERAL Y SI NO ES POSIBLE NUTRICION
PARENTERAL.
NUTRICIÓN ENTERAL
TEMPRANA, APORTE
PROTEICO Y MOVILIZACIÓN
EVALUAR DISFAGIA; VÍA ORAL SI ES POSIBLE; SI NO,
NUTRICIÓN ENTERAL O
PARENTERAL CON INCREMENTO DE LA INGESTA PROTEICA
Y EJERCITACIÓN
De acuerdo a la progresión de la infección, la terapia nutricional es propuesta en conjunto con
el soporte respiratorio en UCI1.
Recomendaciones en el caso que el paciente en VM no tolere la NE
En el caso que el paciente de UCI en VM no tolere la dosis total de NUTRICIÓN ENTERAL (NE) durante la primera semana en la unidad, el inicio de NUTRICIÓN PARENTERAL (NP) se definirá realizando un análisis caso por caso. No debiera iniciarse NP hasta que no se hayan intentado todas las estrategias disponibles para maximizar la tolerancia a la NE1. Limitaciones y precauciones: La progresión del SN hasta la cobertura total de los requerimientos nutricionales debe realizarse cautelosamente en pacientes que requieren ventilación mecánica y estabilización. Contraindicaciones: el inicio de la NE debería demorarse ante:
• La presencia de un shock no controlado, y en los casos en los que no se logran los objetivos hemodinámicos y de perfusión tisular.
• En caso de una hipoxemia, o hipercapnia o acidosis refractaria que pone en riesgo la vida.
Precauciones durante la estabilización inicial: Bajas dosis de NE se pueden iniciar en las siguientes situaciones: • Tan pronto como el shock se ha controlado con fluidos y vasopresores o inotrópicos. Mantenerse vigilantes ante la potencial aparición de signos de isquemia intestinal no oclusiva.
• En pacientes con hipoxemia estable, e hipercapnia o acidosis permisiva, es recomendable intentar NE a bajas dosis. Este apartado respeta las recomendaciones de la guía ESICM 2017 sobre NE temprana, donde dice claramente: “En caso de una hipoxemia e hipercapnia incontrolable, que pone en riesgo la vida, debería retrasarse el inicio de la NE. Pero en casos de pacientes con hipoxemia crónica, o subaguda, compensada o en casos de hipercapnia permisiva, no hay motivo para no iniciar la NE”21. Comentarios Generales: Cuando se logre la estabilidad en los pacientes, e incluso estando en posición de prono, la NE puede ser iniciada después de haber medido el objetivo de calorías, idealmente mediante calorimetría indirecta o la formula basada en la MVCO2. En caso de no contar con ninguna de estas opciones más adecuadas, se recomienda que durante la emergencia utilicen la ecuación predictiva “20 kcal/kg/día”. La progresión debería realizarse de esta forma: 1) Llegar al 50-70% del valor predictivo al 2° día, y 2) alcanzar al 80-100% al día 4. El objetivo proteico mínimo de 1.3 gr/kg/día, debería alcanzarse entre el 3°-5° día1. La guía ESPEN para el soporte nutricional de la enfermedad por COVID-19 recomienda como acceso nutricional el uso de sonda nasogástrica (SNG), y en caso de que durante los controles se observen grandes volúmenes de residuos gástricos (mayor a 500 ml), debería considerarse colocar una sonda nasoduodenal1. En este aspecto cabe destacar que la guía ASPEN 2016 de soporte nutricional en críticos, no recomienda tomar el punto de corte de 500 ml determinado en el estudio “REGANE”, si no buscar signos claros de intolerancia con distensión y vómitos. Múltiples estudios han demostrado que no hay correlación directa entre el residuo gástrico aumentado medido rutinariamente y el desarrollo de neumonía bronco-aspirativa y/u otras complicaciones. También dicha guía recomienda que si algunos centros prefieren seguir utilizando dicho punto de corte de 500 ml, no lo hagan como única medida, sino que lo pongan en relación a datos clínicos de la semiología abdominal32.
El uso de ácidos grasos omega-3, pueden mejorar la oxigenación, pero no hay evidencia “Dura” que lo avale. Las revisiones sistemáticas disponibles respecto al uso de lípidos que contienen este tipo de ácido graso no son concluyentes en su beneficio para el SDRA. Se puede afirmar de estos que podrían disminuir significativamente la incidencia de complicaciones infecciosas, y también se podría asociar a una tendencia en la reducción de la duración de la ventilación mecánica y la duración de la internación. Sin modificar los resultados de supervivencia33,34. En caso de intolerancia demostrada a la NE no demorar el inicio de NP23. Periodo Post-ventilación mecánica y Disfagia Pacientes desvinculados de la ventilación mecánica tienen una alta incidencia de problemas deglutorios, y consecuente disfagia, lo que condiciona una gran limitación de la ingesta oral, incluso en un momento en el que se observa una mejora general de las condiciones clínicas. Por lo tanto, las siguientes recomendaciones se pueden aplicar también a la población de pacientes con COVID-19 después de la extubación1.
Recomendación respecto a los pacientes de UCI con disfagia
Respecto a los pacientes de UCI con disfagia, la alimentación con textura adaptada puede ser considerada después de la extubación. Si la deglución es insegura, se debe administrar NE. En casos de un riesgo elevado de broncoaspiración, se recomienda la NE post-pilórica, y si no es posible, se puede realizar NP temporaria durante el entrenamiento deglutorio removiendo la sonda naso-enteral135. Los trastornos de la deglución post-extubación se pueden prolongar hasta 21 días, sobre todo en pacientes añosos y en intubaciones prolongadas 36, lo cual hace esta complicación particularmente relevante en los pacientes con COVID-19. En este grupo se reportó una incidencia de hasta 24% de pacientes dependientes de NE por sonda hasta 3 semanas después de la extubación7. La presencia de disfagia severa post-extubación se asoció a peores resultados, desarrollo de neumonía, re-intubación y mortalidad hospitalaria. Un trabajo reciente reporta que el 29% de 446 pacientes de UCI tienen una prolongada alteración de la deglución luego de la extubación que puede durar inclusive hasta 4 meses posterior al alta37. Los autores refieren remitir los pacientes con sospecha de alteración de la deglución para realizar una evaluación adecuada para prevenir dificultades para la nutrición oral7,38,39. Respecto a la traqueotomía, la mayoría de los pacientes van a poder volver a la dieta oral después de este procedimiento, aunque el uso prolongado de la cánula traqueal puede demorar el inicio de una dieta oral adecuada y suficiente40. La nutrición parenteral complementaria no ha sido estudia extensivamente en esta población pero debería considerarse en caso de que no se alcancen los objetivos proteicos23. Debilidad adquirida en la UCI (ICUAW) El pronóstico a largo plazo de los pacientes que sobrevivan a los cuidados intensivos estará marcado por las disfunciones físicas, mentales y cognitivas que se desarrollaran durante la internación en la UCI41. La pérdida de masa muscular y de función muscular puede llegar a ser masiva y una problema increíble para los sobrevivientes de la UCI42. Esto puede aplicar particularmente para los pacientes añosos y con comorbilidad que están más predispuestos para presentar condiciones catabólicas pre-existentes y una función muscular previamente alterada. Más aun, este grupo de pacientes es presumible que tenga mayor tendencia a desarrollar respuestas catabólicas más intensas debido a la enfermedad por COVID-19 y la internación en la UCI.
Por lo que una adecuada entrega de energía, evitando la sobrealimentación, una adecuada administración de proteínas los puntos críticos para prevenir la pérdida de masa muscular y su función (véase RECOMENDACIÓN 2 y los comentarios relacionados). Aunque no se pueden brindar recomendaciones muy fuertes respecto a tratamientos adicionales o adyuvantes debido a la falta de estudios de alta calidad, hay evidencia reciente que muestra un potencial efecto positivo de la actividad física con aminoácidos suplementarios43 y nutrientes específicos como β-Hidroxi-β-metilbutirato (HMB)44, es el producto de la desaminación oxidativa de la leucina: un aminoácido de cadena ramificada que es consumido en cantidades significativas por el músculo esquelético durante la fase de recuperación del ejercicio físico. En sujetos involucrados en programas de resistencia para el incremento de la masa muscular, la suplementación con HMB ha incrementado tanto la acreción muscular como la fuerza de contracción. La suplementación con HMB del paciente críticamente enfermo puede conducir a una mejoría de la actividad del sistema inmune. Igualmente, la suplementación con HMB puede reducir la proteólisis muscular inducida por el cáncer y otros estresores, y mejorar así el balance nitrogenado45.
CONCLUSIONES: Todos los pacientes con COVID-19 internados en áreas críticas se consideran en “Riesgo
Nutricional”. Los requerimientos nutricionales son mayores y a menudo la ingesta es baja o
nula secundaria al motivo de su internación, es decir, la insuficiencia respiratoria. Todos ellos
requieren de algún tipo de intervención guiada por profesionales especializados en soporte
nutricional; desde la adecuación de la dieta por vía oral, la adicción de suplementos
nutricionales cuando los objetivos calórico-proteicos no son alcanzados o el uso de una vía
alternativa (nutrición enteral o parenteral) cuando la vía oral no se ajusta a las necesidades
nutricionales.
Si hacemos un recorrido imaginario por la guía, la primera recomendación es evaluar desde el
punto de vista nutricional a todos los pacientes, con la meta de diagnosticar malnutrición
previa, es decir, desnutrición u obesidad. A partir de consensos y guías recientes, estas
entidades se encuentran claramente definidas. Factores como la pérdida de peso (teniendo en
cuenta magnitud y tiempo), la ingesta de alimentos, la presencia de comorbilidades, la edad
avanzada son tenidos en cuenta para cuantificar, incluso para ser utilizados dentro de scores
específicos. Sin embargo, la mayor dificultad encontrada en esta población es el interrogatorio
para confeccionar una adecuada historia nutricional (investigando cambios en el peso y de la
ingesta) debido a que el paciente no puede hablar y sus allegados se encuentran en
aislamiento social.
Detectar desnutrición pre-existente nos obliga a reformular los objetivos nutricionales
(precisamente los aportes calórico-proteicos); la cantidad de calorías aportadas será menor
durante la primera semana para evitar el Síndrome de realimentación y luego se incrementará
en el período de recuperación e inicio de la rehabilitación, para lograr repleción nutricional,
apuntando principalmente a la recuperación de la masa muscular.
Los requerimientos nutricionales no difieren de lo recomendado para la población de
pacientes críticos de otra etiología; seguiremos quizás discutiendo el porcentaje de grasas e
hidratos de carbono como aporte de calorías no proteicas en ventilados y en no ventilados.
Con el objetivo de disminuir la producción de CO2, algunos expertos son más proclives a
modificar esta relación en los pacientes ventilados a 50%/50% mientras que otros mantienen
el tradicional 70%/30%, el más comúnmente utilizado. El uso de calorimetría indirecta quedará
restringida para unidades que cuenten con dicha aparatología y lo ideal sería contar con
respiradores que incluyan la medición del gasto energético de reposo (GER) dentro de los
parámetros monitorizados. Lamentablemente son muy pocos los centros que cuentan con
dicha aparatología en nuestro país. Los calorímetros portátiles tienen la dificultad de la
aerolización cuando sus conexiones presentan fuga de aire y la desinfección entre estudios.
Respecto a cuál será la intervención nutricional más utilizada en áreas críticas, sin duda, la
nutrición enteral. Sin embargo, el logro de adecuados aportes según los requerimientos
calculados se pueden ver dificultados por la presencia de disfunción gastrointestinal asociada a
fármacos sedantes y analgésicos, ventilación mecánica con PEEP, hiperglucemia y la respuesta
inflamatoria exacerbada, entre otros. Esos casos necesitaran nutrición parenteral
complementaria si durante las primeras 72-96 hs no es posible administrar lo necesario por la
vía enteral. En lo que respecta a la elección de la fórmula enteral, las guías coinciden en
recomendar las de mayor porcentaje de proteínas (denominadas “hiperproteicas), ya
disponibles en nuestro medio.
Por último, tener presente la importancia de continuar con una terapéutica nutricional
ajustada a las necesidades luego del alta del área crítica; seguramente, al alta, los pacientes
presentaran déficits nutricionales de distinta magnitud de acuerdo al estado nutricional previo
y las enfermedades crónicas subyacentes, la edad, la severidad de la enfermedad y las
complicaciones asociadas, el tiempo de internación, la duración de la ventilación mecánica, y
principalmente el adecuado soporte nutricional en la etapa aguda. Recordar que esto
impactara en la función muscular, tanto esquelética como respiratoria, en la prevalencia de
infecciones intrahospitalarias, en la rehabilitación motora, en la calidad de vida y en la
mortalidad.
Quedan varios interrogantes aún por contestar: ¿micronutrientes? ¿Cuáles, cuanto, por
dónde? ¿Algún otro nutriente específico?, ¿Otras estrategias para mejorar la masa muscular?
¿La rehabilitación precoz es posible? Y muchas otras preguntas que surgieran desde nuestra
experiencia en el tratamiento nutricional de estos pacientes.
Sera un desafío que debemos afrontar los que trabajamos intensamente en esta área;
participando activamente en estudios científicos ayudaremos a esclarecer aun mas los
conocimientos y de esta manera, contribuiremos a la realización de estas prácticas
nutricionales bajo la mejor evidencia disponible.
ANEXO 1- Resumen de las recomendaciones:
Respecto a la evaluación del riesgo nutricional: o Esta debe realizarse de forma precoz, priorizando a los adultos mayores y a los
pacientes con patologías crónicas o agudas preexistentes. También se debe evaluar por riesgo nutricional a aquellos pacientes con peor pronóstico y mayor mortalidad por infección de SARS-COV-2, específicamente adultos mayores e individuos poli-mórbidos (2 o más comorbilidades).
o La evaluación debe comprender los criterios del MUST o NRS 2002 para pacientes hospitalizados, los pacientes obesos deben ser tamizados con el mismo criterio.
Recomendación respecto a los sujetos con desnutrición: o Se debe tratar de optimizar su estado nutricional, idealmente con el
asesoramiento de profesionales experimentados (licenciados en nutrición, científicos experimentados en nutrición y médicos especializados en nutrición)
Recomendaciones respecto a los requerimientos calóricos y proteicos pacientes no en ventilación mecánica:
o Requerimientos calóricos 27 kcal/kg/día para pacientes polimórbidos mayores de 65 años 30 kcal/kg/día para pacientes polimórbidos severamente desnutridos* 30 kcal/kg/día para adultos mayores e individualizar el aporte según el
estado nutricional, actividad física, condición de la enfermedad y tolerancia digestiva.
o Requerimientos proteicos 1 gr/kg/día en adultos mayores e individualizar el aporte según el
estado nutricional, actividad física, condición de la enfermedad y tolerancia digestiva.
≥1 gr/kg/día en pacientes polimórbidos hospitalizados, en función de prevenir la prevenir la pérdida de peso corporal, reducir el riesgo de complicaciones y las re-internaciones y mejorar el resultado funcional
Recomendaciones respecto a los pacientes con desnutrición y déficit de oligoelementos y/o micronutrientes:
o Se recomienda suplementar y reponer déficits de vitamina-D, vitamina-C, vitamina-A, vitamina-E, vitaminas del complejo B, y zinc y selenio.
Recomendaciones respecto a los pacientes en cuarentena y/o en aislamiento por enfermedad leve-moderada:
o Respecto a los pacientes en cuarentena: Estos deberán continuar con actividad física de forma regular, tomando las precauciones necesarias del caso.
o Se recomienda ejercitarse todos los días más de 30 minutos o más de 1 hora día de por medio para mantener el estado físico, la salud mental y masa muscular, y así el gasto energético y la composición corporal.
Recomendaciones respecto a los suplementos nutricionales orales: o Estos deben usarse siempre que sea posible para satisfacer las necesidades del
paciente. o Los SNO proporcionarán al menos 400 Kcal/día, incluidos 30 gr o más de
proteínas/día y se deben continuar por al menos un mes.
Recomendaciones respecto a la indicación Nutrición Enteral y Parenteral o La nutrición enteral (NE) se debe administrar en pacientes hospitalizados con
múltiples comorbilidades y en personas mayores con un pronóstico razonable,
cuyos requisitos nutricionales no pueden cumplirse por vía oral.
o La nutrición parenteral (NP) debe considerarse cuando la NE no está indicada o no se pueden alcanzar los objetivos.
RECOMENDACIONES RESPECTO AL MANEJO NUTRICIONAL DE PACIENTES EN UCI INFECTADOS CON SARS-COV-2:
o Periodo pre intubación: Respecto a pacientes con COVID-19 NO INTUBADOS que no alcanzan
el objetivo energético con la ingesta oral, la suplementación oral (SNO) debería ser considerada primero y luego el tratamiento nutricional enteral.
Si hay limitaciones para la vía enteral se podría aconsejar la nutrición parenteral suplementaria en la población que no alcance los objetivos calórico-proteicos por vía oral o enteral.
Tener en cuenta la dificulta del SN en pacientes en VNI, y maximizar las medidas de seguridad.
o Periodo de Ventilación Mecánica: Respecto a pacientes COVID-19 INTUBADOS Y VENTILADOS: La NE
debería ser iniciada mediante una sonda nasogástrica; la alimentación post pilórica se deberá realizar en pacientes con intolerancia gástrica demostrada luego del tratamiento con pro-quinéticos o en pacientes con alto riesgo de aspiración, la posición prono no representa una limitación o contraindicación para la NE en sí misma.
Requerimientos y aportes Calóricos:
Se recomienda CI, o MVCO2, en su defecto las ecuaciones basadas en 20-25 kcal/kg/día.
Llegar al 60-70% del objetivo calórico a las 72hs. En caso de CI llegar al 80-100% en el 5° día, si se realizaron ecuaciones predictivas tolerar durante la primera semana el objetivo de 60-70%.
Requerimientos proteicos:
Se recomienda un aporte igual o mayor 1.3 gr/kg/día Recomendaciones en el caso que el paciente en VM no tolere la NE
Los pacientes de UCI que no toleran la dosis total de NUTRICIÓN ENTERAL (NE) durante la primera semana en la unidad se recomienda el inicio de NUTRICIÓN PARENTERAL (NP). La cual se definirá realizando un análisis caso por caso.
No debiera iniciarse NP hasta que no se hayan intentado todas las estrategias disponibles para maximizar la tolerancia a la NE.
o Recomendación respecto a los pacientes de UCI con disfagia Respecto a los pacientes de UCI con disfagia, la alimentación con textura adaptada puede ser considerada después de la extubación. Si la deglución es insegura, se debe administrar NE. En casos de un riesgo elevado de broncoaspiración, se recomienda la NE post-pilórica, y si no es posible, se puede realizar NP temporaria durante el entrenamiento deglutorio removiendo la sonda naso-enteral.
ANEXO 2- Flujogramas de manejo propuestos en base a las recomendaciones:
Flujograma 1.
FLUJOGRAMA 2.
FLUJOGRAMA 3.
FLUJOGRAMA 4.
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