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Un nuevo referente para los tapatíos, Plaza Andares vo o nuev nu nuev Un n n n n n apatíos, , patíos, p p ap ap ta ta os tapatíos, Pla complejos de entretenimiento como sus cines y casino. Hoy por hoy, Andares es el nuevo punto de reunión de las familias tapatías, que se hermanan cada vez más con las zapopanas y de cualquier otra región del estado. Dentro de diez, veinte o cincuenta años, hablaremos de Andares como el parteaguas de la imagen de Jalisco, pues no sólo revolucionó con su oferta comercial, sino de servicio al consumidor con su área de concierge y su amable auditorio al aire libre, toda una experiencia para pasarla bien en familia. No cabe duda que Guadalajara es cada vez más la ZMG, es decir, la Zona Metropolitana de Guadalajara y en este contexto, el centro comercial Andares es el nuevo referente de la ciudad, no sólo por encontrarse en el área más moderna de Zapopan, con sus rascacielos de moderno diseño, sino porque en este complejo se ubican las marcas internacionales y nacionales de mayor prestigio en el mundo, contenidos en sus dos tiendas anclas -El Palacio de Hierro y Liverpool-, así como sus boutiques, área de comida, restaurantes de primer nivel y Un orgullo cocido a fuego lento Pueden haber transcurrido cuatro siglos y siete decenios, pero igual que a los primeros oriundos de Guadalajara, a los de hoy les gana el fervor de ser “tapatío” L os tapatíos se fueron haciendo, como la buena cocina, a fuego lento”, sostiene uno de los “guadalajarólo- gos” más conocidos en estas tierras, y ciertamente de los más interesados en la historia local de Guadalajara y en sus usos y costumbres: Juan José Doñán. El autor de Ahí pinchemente, no tiene pudor para evocar el origen del orgullo de ser tapatío. Ese que nació, una vez que los primeros pobladores consiguieron en la ciudad definitiva. Doñán resalta que tras el naci- miento accidentado, sus habitantes prosperaron con perseverancia, y a la vuelta de un corto lapso, presumían de un asentamiento que cambió el devenir de ciudad secundaria al que la había confinado el conquistador de estas tierras Nuño de Guzmán, tras designó como capital del reino a Compostela (Nayarit). Los primeros tapatíos, empero, tuvieron la suerte de que la famosa ruta de la plata pasara relativamente cerca y se convirtió en el proveedor de alimentos y otros insumos de Zacatecas. “Así, para 1560 a tan sólo 18 años de su fundación ya estaban aquí las autoridades más importantes: la silla episcopal, pues se vino el obispo de Compostela y la silla del oidor o autoridad civil y ahí empieza la suerte de Guadalajara como una ciudad venturosa”, relata. El orgullo de sus fundadores que creen en sus bondades, en su destino, se heredó, pues, de gene- ración en generación. “Ser tapatío es ser un personaje contradictorio”, responde Doñán a la pregunta expresa, hoy. Y ar- gumenta: a la postre, los nativos de Guadalajara han alimentado su orgullo también con mucha ficción. “Ya desde el siglo XIX, hay una serie de personajes que hacen una serie de elogios desmedidos a Guadalajara, uno de ellos un se- ñor, Eduardo Gibon, quien dice que ‘Guadalajara es la Florencia mexi- cana’ para hablar de sus prendas artísticas y de sus autores, como las torres de la Catedral”. Lo propio hizo la Época de Oro del cine nacional en el siglo XX, al exaltar a Guadalajara y a Jalisco como “ombligo de la mexicanidad, como el centro y la esencia de lo que es ser mexicano”, describe Doñán, dando pie a esa frase ‘Ja- lisco es México’, impulsada por la Secretaría de Turismo. En su revisión del orgullo de ser tapatío, el escritor y articulista sostiene que “el tapatío posterior a la época de oro del cine mexicano, se terminó creyendo esa leyenda del cine mexicano, como real”, orgullo que prevalece hasta el siglo XXI. “Desde luego que también hay cosas reales para mantener ese or- gullo, es decir, hay esta mezcla de fantasía y realidad, que eso final- mente forma parte del imaginario tapatío, para los propios tapatíos y fuera de Guadalajara y yo me atre- vería a decir incluso hasta fuera de México, es la imagen del país que creó el cine mexicano, un país que finalmente cabía en Jalisco, cuya zona rural eran Los Altos de Jalisco, fantaseados e imaginados, y una zona urbana que era Guadalajara, igualmente idealizada”. Para Doñán, la fantasía tiene su lado negativo: que los tapatíos “se la crean, que ya la hicieron” y olviden que si la Perla de Occidente prosperó es justamente con trabajo y perseverancia. En eso, más allá de los clichés, abreva la esencia de ser tapatío. MARICARMEN RELLO “Ser tapatío es ser un personaje contradictorio” Juan José Doñán CHEMA MARTÍNEZ 3 Viernes 17 de Febrero de 2012

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3 MARICARMEN RELLO Viernes 17 de Febrero de 2012 Juan José Doñán CHEMA MARTÍNEZ

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Hoy por hoy, Andares es el nuevo punto de reunión de las familias tapatías, que se hermanan cada vez más con las zapopanas y de cualquier otra región del estado. Dentro de diez, veinte o cincuenta años, hablaremos de Andares como el parteaguas de la imagen de Jalisco, pues no sólo revolucionó con su oferta comercial, sino de servicio al consumidor con su área de concierge y su amable auditorio al aire libre, toda una experiencia para pasarla bien en familia.

No cabe duda que Guadalajara es cada vez más la ZMG, es decir, la Zona Metropolitana de Guadalajara y en este contexto, el centro comercial Andares es el nuevo referente de la ciudad, no sólo por encontrarse en el área más moderna de Zapopan, con sus rascacielos de moderno diseño, sino porque en este complejo se ubican las marcas internacionales y nacionales de mayor prestigio en el mundo, contenidos en sus dos tiendas anclas -El Palacio de Hierro y Liverpool-, así como sus boutiques, área de comida, restaurantes de primer nivel y

Un orgullo cocidoa fuego lentoPueden haber transcurrido cuatro siglos y siete decenios, pero igual que a los primeros oriundos de Guadalajara, a los de hoy les gana el fervor de ser “tapatío”

Los tapatíos se fueron haciendo, como la buena cocina, a fuego lento”, sostiene uno de los “guadalajarólo-gos” más conocidos

en estas tierras, y ciertamente de los más interesados en la historia local de Guadalajara y en sus usos y costumbres: Juan José Doñán. El autor de Ahí pinchemente, no tiene pudor para evocar el origen del orgullo de ser tapatío. Ese que nació, una vez que los primeros pobladores consiguieron en la ciudad defi nitiva.

Doñán resalta que tras el naci-miento accidentado, sus habitantes prosperaron con perseverancia, y a la vuelta de un corto lapso, presumían de un asentamiento que cambió el devenir de ciudad secundaria al que la había confi nado el conquistador de estas tierras Nuño de Guzmán, tras designó como capital del reino a Compostela (Nayarit).

Los primeros tapatíos, empero, tuvieron la suerte de que la famosa ruta de la plata pasara relativamente cerca y se convirtió en el proveedor de alimentos y otros insumos de Zacatecas.

“Así, para 1560 a tan sólo 18 años de su fundación ya estaban aquí las autoridades más importantes: la silla episcopal, pues se vino el obispo de Compostela y la silla del oidor o autoridad civil y ahí empieza la suerte de Guadalajara como una ciudad venturosa”, relata.

El orgullo de sus fundadores que creen en sus bondades, en su destino, se heredó, pues, de gene-ración en generación.

“Ser tapatío es ser un personaje contradictorio”, responde Doñán a la pregunta expresa, hoy. Y ar-gumenta: a la postre, los nativos de Guadalajara han alimentado

su orgullo también con mucha fi cción. “Ya desde el siglo XIX, hay una serie de personajes que hacen una serie de elogios desmedidos a Guadalajara, uno de ellos un se-ñor, Eduardo Gibon, quien dice que ‘Guadalajara es la Florencia mexi-cana’ para hablar de sus prendas artísticas y de sus autores, como las torres de la Catedral”.

Lo propio hizo la Época de Oro del cine nacional en el siglo XX, al exaltar a Guadalajara y a Jalisco como “ombligo de la mexicanidad, como el centro y la esencia de lo que es ser mexicano”, describe Doñán, dando pie a esa frase ‘Ja-lisco es México’, impulsada por la Secretaría de Turismo.

En su revisión del orgullo de ser tapatío, el escritor y articulista sostiene que “el tapatío posterior a la época de oro del cine mexicano, se terminó creyendo esa leyenda del cine mexicano, como real”, orgullo que prevalece hasta el siglo XXI.

“Desde luego que también hay cosas reales para mantener ese or-gullo, es decir, hay esta mezcla de fantasía y realidad, que eso fi nal-mente forma parte del imaginario tapatío, para los propios tapatíos y fuera de Guadalajara y yo me atre-vería a decir incluso hasta fuera de México, es la imagen del país que creó el cine mexicano, un país que fi nalmente cabía en Jalisco, cuya zona rural eran Los Altos de Jalisco, fantaseados e imaginados, y una zona urbana que era Guadalajara, igualmente idealizada”.

Para Doñán, la fantasía tiene su lado negativo: que los tapatíos “se la crean, que ya la hicieron” y olviden que si la Perla de Occidente prosperó es justamente con trabajo y perseverancia. En eso, más allá de los clichés, abreva la esencia de ser tapatío.

MARICARMEN RELLO

“Ser tapatío es ser un personaje contradictorio”

Juan José Doñán

CHEMA MARTÍNEZ

3Viernes 17 de Febrero de 2012