Aníbal Ponce y El Bolívar de Marx

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Aníbal Ponce y “el Bolívar de Marx” por Armando de Magdalena* Escrito por Marx en 1858 para la New American Cyclopedia, el artículo titulado “ Bolívar y Ponte” se ha prestado (y se sigue prestando) para todo tipo de malentendidos y discusiones. Volver sobre el mismo, una vez más, a pesar de sus casi 150 años de existencia, me parece oportuno por dos razones fundamentales: 1) por la entronización de la llamada Revolución bolivariana en Venezuela y por la importancia del movimiento antiimperialista que se está conformando en América latina y el Caribe en torno, no solo de la figura de Simón Bolívar, sino también de los demás próceres de la Primera Independencia o Primer Gran Guerra de Liberación Nacional en el continente. 2) porque Aníbal Ponce (el primer glosador, del que se tenga noticia, de este trabajo) que ha ejercido una gran influencia intelectual sobre el pensamiento comunista en Argentina y en el resto del continente, no solo que coincide con Marx sino que, va mucho más allá que él, a mi entender, en cuanto a la temeridad de los juicios emitidos sobre uno de los dos grandes libertadores de nuestra América. Me parece por tanto necesario que los comunistas argentinos, XVI Congreso 1 por medio, redefinamos nuestra posición frente a Bolívar y también con respecto al movimiento que se sintetizó en su figura. Este artículo tiene entonces esa vocación, la de aportar a una nueva visión de nuestra historia a la luz del marxismo (o lo que es lo mismo, de un marxismo americano). 1 El XVI Congreso del Partido Comunista Argentino, llevado a cabo en el año 198 marca el inicio del llamado “viraje”, donde el Partido abandona sus posiciones reformistas.

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Un debate sobre el marxismo latinoamericano y el eurocentrismo

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Anbal Ponce

Anbal Ponce

y el Bolvar de Marx

por Armando de Magdalena*

Escrito por Marx en 1858 para la New American Cyclopedia, el artculo titulado Bolvar y Ponte se ha prestado (y se sigue prestando) para todo tipo de malentendidos y discusiones. Volver sobre el mismo, una vez ms, a pesar de sus casi 150 aos de existencia, me parece oportuno por dos razones fundamentales: 1) por la entronizacin de la llamada Revolucin bolivariana en Venezuela y por la importancia del movimiento antiimperialista que se est conformando en Amrica latina y el Caribe en torno, no solo de la figura de Simn Bolvar, sino tambin de los dems prceres de la Primera Independencia o Primer Gran Guerra de Liberacin Nacional en el continente. 2) porque Anbal Ponce (el primer glosador, del que se tenga noticia, de este trabajo) que ha ejercido una gran influencia intelectual sobre el pensamiento comunista en Argentina y en el resto del continente, no solo que coincide con Marx sino que, va mucho ms all que l, a mi entender, en cuanto a la temeridad de los juicios emitidos sobre uno de los dos grandes libertadores de nuestra Amrica. Me parece por tanto necesario que los comunistas argentinos, XVI Congreso por medio, redefinamos nuestra posicin frente a Bolvar y tambin con respecto al movimiento que se sintetiz en su figura.

Este artculo tiene entonces esa vocacin, la de aportar a una nueva visin de nuestra historia a la luz del marxismo (o lo que es lo mismo, de un marxismo americano).

Casi todo el mundo coincide (incluso muchos marxistas) en que el artculo de Marx sobre Bolvar, no es, lo que se podra llamar, un hecho feliz. El mismo Marinello (amigo y difusor de la obra de Ponce) califica de lamentable al artculo de Marx. Muchos se preguntan (quizs por fetichismo, quizs por sana admiracin) como el genio de Marx pudo concebir semejante artculo. Otros (los que creen en la infalibilidad de los clsicos marxistas) lo han defendido a ultranza por dogmatismo. El hecho es que el citado artculo ha sido utilizado por los sectores ms reaccionarios, sobre todo en nuestro continente, en primer lugar para descalificar al propio Marx, en segundo, para presentar al marxismo como opuesto a los valores, a las tradiciones y al sentir de nuestros pueblos y tercero para demostrar que el marxismo (como en el caso del citado artculo) distorsiona la realidad, la historia, para forzar una visin de lucha irreconciliable de clases como nico modo posible de explicar los acontecimientos presentes y pasados. Pero cual es la verdad del artculo de Marx?.

El historiador boliviano Jos Roberto Arze en su libro anlisis crtico del Bolvar de Marx, realiza a mi parecer, un trabajo formidable en el sentido de esclarecer en que condiciones Carlos Marx escribi dicho artculo y porque arrib a las conclusiones a las que arrib en torno del Libertador. El trabajo en realidad es una defensa del coautor del Manifiesto del Partido Comunista. Pero curiosamente para defenderlo, se ocupa de refutarlo sistemticamente en los pasajes ms significativos del artculo: ...porque en primer lugar, para explicar los errores de Marx, es preciso previamente refutarlos; y en segundo lugar, porque muchos de estos errores aparecen todava en la literatura histrica contempornea, como lugares comunes de los libros de texto y obras de divulgacin... . Tal es as (lo de los lugares comunes) que en el Prefacio al Bolvar y Ponte de Marx comentado por Ponce que tengo en mis manos, publicado en Bs.As. en 1987, el Editor (Rafael Cedeo Editor) no solo coincide con Ponce cuando dice que tenemos que comprender que: ...en Amrica colonial no se dio lo que entendemos por Revolucin, sino que se luch contra los residuos del ya caduco reino de Espaa, a la sazn derrotado y ocupado militarmente por Francia... y que la guerra de liberacin fueron solo ...escaramuzas, en la que los pueblos tuvieron muertos y los militares , hroes..., sino que va ms all que el mismo Ponce cuando descalifica a los Libertadores por militares para terminar comparndolos con Roca (el mata indios) y las dictaduras militares de las ltimas dcadas. Es increble realmente, la sarta de estupideces que pueden escribirse a partir de una falsa apreciacin. Por eso no es menos importante, la refutacin que hace Arze, a travs de sus glosas, tanto a los historiadores antimarxistas, como a los dogmticos y yo agregara oportunistas. En realidad lo primero que se plantea respecto al artculo de Marx, es si el mismo puede tomarse como un auto de fe sobre la figura de Simn Bolvar. Tanto Marx, como Engel no se preocuparon demasiado por reivindicar la paternidad de los trabajos en los cuales no estampaban su firma y no seguramente, porque tuvieran problemas en reconocer que los haban escrito, sino por que quizs no tendran para ellos, la importancia que posteriormente otros le han dado. El mismo Ponce reconoce en su comentario al artculo de Marx, que Bolvar y Ponte es uno de esos trabajos que Marx escriba pane lucrando (segn las propias palabras del argentino) y en esto Ponce coincide con Arze y con otros historiadores y analistas, en el sentido que el citado artculo, al igual que tantos otros, eran trabajos que Marx escriba por encargo y con los cuales se ganaba la vida en un momentos de su vida en el que padeca ciertos problemas econmicos. No sera muy aventurado entonces, decir que el Bolvar y Ponte de Marx, nunca habra tenido otra pretensin que la de ser lo que fue, un artculo encargado por una enciclopedia, acerca de un hombre sobre el cual se saba muy poco en la Europa de mediados del siglo XIX. Tal es as, que despus de analizar profundamente el artculo de Marx, Arze llega a la siguiente conclusin: La conclusin general que se desprende [...] es que el artculo de Marx sobre Bolvar est pleno de errores histricos y falsas apreciaciones que se deben, en lo fundamental, al influjo de las fuentes consultadas por Marx. Las fuentes a las que se refiere Arze son: Henri Lafayette Villaume Ducoudray-Holstein (Alemania 1763/Albany 1839), Gustavus Hippisley (ingls) y William Miller (ingls 1795-1861). Estos tres personajes sirvieron como oficiales bajo las rdenes de Bolvar y en distintos momentos del proceso de liberacin se vieron enfrentados, cada uno a su turno, con el Libertador. Los tres tienen en comn que despus de haber abandonado las filas del Ejrcito Libertador, publicaron todos, crnicas y semblanzas acerca de la guerra y sobre la figura de Bolvar, trasladando con distinto grado de intensidad en los relatos sus prejuicios y animadversiones personales, con los que falsearon la verdad histrica contribuyendo al nacimiento de una verdadera leyenda negra que circund durante dcadas la figura del Libertador. Arze exhibe en su libro una fotocopia de la parte referente a Bolvar del catlogo de 1885 del British Museum (donde habitualmente Marx realizaba sus investigaciones) y donde se puede ver claramente que Marx no contaba al momento de escribir su artculo con una cantidad importante de documentacin sobre el tema y que las obras de los autores arriba citados, constituan las ms difundidas y aceptadas en Europa por aquellos tiempos, siendo a juicio de muchos la de Ducudray-Holstein la que ms influy en la formacin del perjuicio amtibolivariano de Marx. No menos probable es que Marx pudiera haber visto en Bolvar una expresin del bonapartismo, fenmeno al que haba dedicado gran parte de sus reflexiones por aquella misma poca. Fueran cual fuesen, en definitiva, las razones de peso que expliquen los juicios de Marx sobre Bolvar, no deben estar muy distantes de las expuestas ampliamente por Arze en su libro, lo cual nos ayudara a entender mejor la incomprensin al menos, del fenmeno Bolvar por parte de Marx, sobre todo si tenemos en cuenta adems, la dificultad adicional lgica, que para cualquier intelectual europeo representa el tener que analizar un fenmeno de un continente que le es totalmente ajeno tanto en su cultura como en su sicologa y tradiciones histricas. Pero obviamente ese no es el caso de Ponce.

Hacia 1936, fecha en que Dialctica publica la traduccin del artculo de Marx comentada por Ponce, la cantidad de documentacin y trabajos realizados sobre Bolvar y el proceso de la Primera Independencia en Amrica, era al menos, aceptable; lo cual nos lleva a descartar (a diferencia que con Marx) que la falta de informacin o de posibilidades de acceder a estudios sobre el tema, haya sido el origen de los juicios de Ponce al respecto. En el captulo Cuatro de su libro (captulo dedicado a las FALSAS APRECIACIONES SOBRE EL BOLIVAR DE MARX) Arze se refiere, entre otros trabajos, a los Comentarios Marginales de Ponce y en determinado momento dice: Desde que Ponce escribi sobre Bolvar han transcurrido varias dcadas. A Bolvar se lo conoce ahora mucho, muchsimo mejor que hace medio siglo. Se reconoce la complejidad de su carcter, de su pensamiento y de su accin. Quin sabe si a la luz de estos avances, Ponce habra cambiado de opinin. Pensamos que fue la pasin dogmtica la que condujo a Ponce a juicios tan simplistas, sin menoscabo de la importancia de este escritor en la historia del pensamiento poltico latinoamericano, en general, y del pensamiento marxista en particular. Tomando como vlido que seguramente as hubiera sido, tenemos aqu que atenernos a lo que Ponce escribi y tratar de ahondar en los fundamentos de sus juicios ya que estos constituyeron y lo siguen haciendo, un lugar comn para muchos otros intelectuales marxistas y no marxistas. Arce cree hallar en la pasin dogmtica de Ponce, la explicacin de su prejuicio antibolivariano. En mi opinin, no creo realmente que la lectura dogmtica del Bolvar y Ponte de Marx sea la nica explicacin posible, ni la determinante en este caso. Creo que en todo caso, en Anbal Ponce se combinan ese dogmatismo del que nos habla Arze, con su visin liberal de la historia. Creo que es ms justo decir, que ese liberalismo, tan importante en la formacin intelectual de Ponce, encontr, no solo, en el artculo de Marx, sino en el dogmatismo de los historiadores soviticos, un sustento, un aval para sus ya formadas opiniones. Anbal Ponce, como lo expres al principio, va ms all que el propio Marx, cuando dice: Terrateniente, hacendado, propietario de minas y de esclavos, Bolvar no solo interpret los intereses de su clase, sino que los defendi contra la pequea burguesa liberal y las todava inconsistentes masas populares. Apoyado por Inglaterra, al igual que todos los restantes revolucionarios del continente, es difcil comprender como Bolvar puede servir honradamente al llamado bolivarismo democrtico y antiimperialista

El primer argumento descalificatorio que esgrime Ponce, es la condicin social de Bolvar: Terrateniente, hacendado, propietario de minas y de esclavos.... S, Simn Bolvar al igual que la inmensa mayora (por no decir la totalidad) de los lderes independentistas, pertenecan a las clases propietarias de nuestro continente y cierto es tambin que esa clase de propietarios se hallaba dividida entre quienes se beneficiaban con el monopolio impuesto por la Metrpoli y quienes se vean afectados por no poder comerciar libremente. Esta situacin no solo explica la adhesin de parte de estos sectores a la lucha independentista, sino que tambin, que no pocos espaoles militaran en las filas patriotas e incluso comandaran sus ejrcitos, como es el caso del General Arenales. Aunque resulte tedioso, Ponce nos obliga a recordar, que nos hallamos en estos momentos en el siglo XIX y que el mundo occidental est tratando de librarse de una vez y para siempre del absolutismo monrquico. Esto es posible porque la burguesa tomado conciencia de ser una clase en s y para s. Marx y Engel lo dicen claramente en el Manifiesto: La burguesa ha desempeado en la historia un papel altamente revolucionario. Donde quiera que ha conquistado el poder, la burguesa ha destruido las relaciones feudales, patriarcales, idlicas. En ese contexto, en la lucha contra el absolutismo, contra el colonialismo, surge la figura de San Martn, de Bolvar y del resto de los libertadores (sin comillas, porque s lo fueron). Y solamente este hecho, habla de la grandeza y la importancia de estos hombres y constituye a la vez, su principal justificacin histrica (no nos olvidemos que Cuba logr su independencia recin en 1898 y que Puerto Rico sigue siendo hoy da un enclave colonial). Tampoco es ocioso decir que no es el origen social, sino la conciencia, lo que define a un revolucionario; porque ni Marx, ni Engel, ni Lenin, ni el Che, ni el mismo Ponce, eran proletarios. El entrecomillado de familias mantuanas (a las que alude Marx en su artculo, como el origen de Bolvar) no representa en Marx un juicio de valor, como seala Arze, sino que responde a la costumbre que tienen muchos escritores, de entrecomillar los trminos que son ajenos a la lengua en la cual se expresan; en el caso de este artculo, la lengua de Shakespeare. Por lo tanto no hay segundas intensiones en Marx, al respecto. Inmediatamente despus de la frase analizada, Ponce contina diciendo: ...Bolvar no solo interpret los intereses de su clase, sino que los defendi contra la pequea burguesa liberal y las todava inconsistentes masas populares. Aqu las cosas se complican an ms ya que el termino pequea burguesa, parece, a mi juicio, extrapolado del presente. No se sabe bin a que segmento de la sociedad colonial americana, Anbal Ponce se refiere. Asumo que pequea burguesa liberal se refiere a los sectores ms progresistas de aquella sociedad. Tambin es poco claro que entiende Ponce por liberal, ya que en esa poca la palabra tena una connotacin muy distinta a la que tena en tiempos de Ponce y mucho ms an, a la que tiene en nuestros das. Bolvar era liberal, pero liberal en la Amrica de aquellos tiempos y en la misma Europa, era una palabra demasiado gruesa para definir poltica e ideolgicamente a alguien. Por ejemplo Rivadavia tambin era un liberal y sin embargo estaba en las antpodas del pensamiento, no solo de Bolvar, sino tambin del de San Martn, a tal punto que el nacido en Yapey, lo haba retado en duelo de muerte, por considerarlo un ser detestable y un acrrimo enemigo. Tenemos que coincidir entonces, como sealaba Arze, que los juicios de Ponce son en extremo simplistas. Hernandez Arregui en su libro Que es el ser nacional, dedica varios captulos a desarrollar estos temas. A diferencia de lo que expresa Ponce, (que no solo entrecomilla en su comentario: libertadores, sino tambin ideales), estos hombres s tenan ideales y estaban nutridos de lo mejor del pensamiento de su poca. Es muy frecuente reducir esta influencia al iluminismo francs, cuando en realidad no menos importante fue la influencia de los pensadores ingleses, del constitucionalismo norteamericano y a juicio de Arregui, la ms importante de todas, la del liberalismo espaol y ms precisamente las tesis del Conde de Aranda. En ese sentido el pensamiento de Bolvar, es a mi parecer, uno de los ms eclcticos de la Amrica de entonces. Cuando hablamos de liberalismo, estamos hablando de antiabsolutismo, ni siquiera de antimonarquismo (Inglaterra, cuna del pensamiento liberal, cambi la monarqua absoluta (del rey por mandato divino) por la monarqua parlamentaria, donde son las cmaras las que gobiernan). San Martn, Belgrano, Ohiggins y muchos otros, eran liberales, conservadores y monrquicos; otros eran decididamente republicanos y dentro de ese bando, lI

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al, iba creando las condiciones para la liberacin de las potencialidades de esa burguesa que reclamaba su lugar en la historia. Los Libertadores no solo se enfrentaron a los absolutistas, sino que tambin enfrentaron a esa pequea burguesa liberal librecambista (a la cual pertenecan, en el caso de nuestro pas, los prceres de Ponce: los Rivadavia, los Mitre, los Sarmiento) que estaban comprometidos con el librecomercio ingls, en desmedro del incipiente capitalismo americano y que fieles a l hasta las ltimas consecuencias, le dieron la espalda al Congreso Anfictinico de 1826, sumieron a la Amrica toda, en la guerra civil, desmembraron la unidad poltico-cultural que constitua la Amrica antes espaola, en una multitud de pequeos estados, que fueron pasto fcil del imperialismo anglosajn, primero y del estadounidense despus. La guerra del Paraguay es la obra cumbre de este pensamiento y de esta poltica de los hroes librecambistas y una de las vergenzas ms grandes que nuestro pueblo tendr que cargar siempre. En cuanto a las todava inconsistentes masas populares, de las cuales en otra parte de su comentario Ponce dice que Bolvar despreciaba, no sabemos en que se basa realmente, porque una cosa es decir que el pensamiento de Bolvar era en cierta forma aristocrtico (cosa que habra que discutir seriamente) y otra cosa es el desprecio a las masas del que habla Ponce y que no merece la menor refutacin, porque nadie creer, me imagino yo, que el Ejrcito Libertador, era un ejercito de Terratenientes, hacendados, propietarios de minas y de esclavos. Lo que realmente llama la atencin es que Ponce descubra este desprecio a las masas en Bolvar, (cuando podramos transcribir aqu, infinidad de fragmentos de los escritos del Libertador que hablan de lo contrario) y no pueda verlo en Sarmiento que lo proclama a gritos y al que Ponce se dedicara a ensalzar en gran parte de sus escritos. Finalmente, el argentino dice: Apoyado adems por Inglaterra, al igual que todos los restantes del continente, es difcil comprender como Bolvar puede servir honradamente al llamado bolivarismo democrtico y antiimperialista. Aqu, en ese Apoyado adems por Inglaterra al igual que todos los restantes revolucionarios del continente..., aflora la influencia sarmientina de la que hablbamos recin o sea la subestimacin a todo lo que es americano. Nadie puede, por mucho que escriba, por brillante que sea su pluma, cambiar el hecho irrefutable de que fuimos los americanos los que derrotamos al absolutismo en estas tierras. El apoyo de Inglaterra fue real y se explica, no por una cuestin de ideales, sino porque la erradicacin del monopolio serva a sus intereses y permiti nada ms y nada menos que se convirtiera en la ms grande nacin capitalista de la poca ya que le permiti colocar los excedentes, que su mercado interno no poda ya absorber, en los rincones ms impensados del planeta de los cuales por otra parte extraa sus materias primas a precio de despojo. Apoyo s, pero no subordinacin a sus intereses. Ponce acierta sobre el final en dos cosas Bolvar no fue ni antiimperialista, ni democrtico. No fue antiimperialista, por la sencilla razn de que es anterior a ese fenmeno que recin fue analizado a profundidad por Lenin en las primeras dcadas del siglo XX; lo que si es cierto (y es una de las tantas cosas que hacen a Bolvar un ser singular) es que Bolvar no solo vislumbr este fenmeno, hasta cierto modo previsible en el caso de los ingleses por su poltica hacia nuestro continente, sino que previ que iban a ser los EEUU los destinados por la providencia divina para plagar la Amrica de miserias, a nombre de la libertad. Esto si era difcil de vislumbrar en los tiempos de Bolvar. El Congreso Anfictinico de 1826 tena como fin supremo conservar la unidad poltico cultural de Hispanoamrica y oponerse a las ambiciones de los green go, sintetizadas en lo que despus se conocera como doctrina Monroe. Con respecto a relacionar al movimiento independentista americano del siglo XIX con la democracia, esa es una falsificacin que segn Hernandez Arregui le debemos a Esteban de Echeverra. Si alguien puede hablar con autoridad sobre como se emplea el trmino democracia en el mundo, somos nosotros, los inviables del siglo XXI. Tanto Bolvar como San Martn no crean (y ese es otro punto en comn entre los Libertadores y los marxistas) en lo que hoy llamamos democracia burguesa. Libertad, Igualdad, Fraternidad, no democracia.

Cual era entonces, el ideario real de Bolvar y de los Libertadores? Y hasta que punto ese ideario puede servir honradamente al (por usar las mismas palabras de Ponce) bolivarismo antiimperialista y democrtico?

Primero: Bolvar perteneca a una comunidad que era un algo indisoluble con el resto de la Corona Espaola. Su oposicin era a un rgimen poltico (el absolutismo), no a una cultura. La faccin a la que pertenecan nuestros libertadores, nunca reneg del acervo cultural hispano.

Segundo: Bolvar perteneca, al igual que el resto de las facciones independentistas, a la logia masnica con sede en Londres llamada de La Gran Reunin Americana, cuya razn de ser era desterrar definitivamente al absolutismo en Amrica. Lo cual nos dice dos cosas muy importantes: a) que hubo, por as llamarlo, un partido de la revolucin u organizacin revolucionaria (si no queremos usar ese trmino) al que estaban subordinados todos nuestros prohombres y b) que el partido nico era coherente a la idea de una sola Patria Americana. Yo soy del partido americano deca San Martn en medio de la guerra faccional entre unitarios y federales en nuestro actual territorio, Nunca manchar la espada con la sangre de mis hermanos y esto no era apata ni falta de compromiso con lo que all estaba en juego, sino que esto suceda en medio de la guerra contra el enemigo principal que era el externo y que de haberse involucrado en ella nuestros ejrcitos libertadores, la independencia no habra sido posible.

Tercero: la idea de una sola Patria un solo Partido, hecha por tierra el argumento de Marx, de Ponce y de la historia oficial escrita por Mitre, del Bolvar ambicioso, del dictador avasallando el derecho de las naciones (que por otra parte ni existan), del San Martn argentino y el Bolvar venezolano, o el Artigas uruguayo. Habra que preguntarle a los hombres de la historia liberal u oficial, (que es lo mismo), porqu San Martn no cruz los Andes con la bandera argentina? por que creo la bandera de los Andes?. Y es que San Martn no era un general argentino (cuyo gobierno dicho sea de paso lo declara traidor a la patria en esos momentos), como Bolvar no era un general venezolano, sino que ambos eran los conductores de un Ejrcito Multinacional de Liberacin, que defenda la causa de Amrica. En torno a esa idea estaba estructurado el movimiento policlasista que ellos lideraban.

Cuarto: El eclectisismo de Bolvar, al que me refera anteriormente (y que podemos hacer extensivo a todos los hombres de esta tendencia) tiene que ver con este objetivo supremo que sealbamos en el prrafo anterior. No haba ningn fundamentalismo hacia sistema alguno de gobierno, sino que haba s, una preocupacin prctica, si se quiere, acerca de cual era el sistema de gobierno que garantizara la unidad poltica para llevar a buen trmino la guerra y que garantizara posteriormente (una vez derrotado el enemigo) el mejor desarrollo de acuerdo a las realidad sociocultural de la Amrica antes espaola. Ese pensamiento fue dinmico en los libertadores y fue mutando a medida que se iba desarrollando el proceso y modificado muchas veces por las dificultades y desafos que de l surgan. Bolvar saba y as lo expreso en varias oportunidades, que el sistema republicano y federal era el mejor, (lo mismo podemos decir de San Martn) el ms avanzado, pero saba tambin que no se adaptaba a la realidad que le tocaba enfrentar. Aqu no haba sucedido como en las vecinas colonias del norte, donde se desarrollaron las artes industriales, y la labranza de los campos. Aqu se llev a cabo una conquista y no una colonizacin. Aqu no se desarroll el derecho individual, ni la cultura cvica, ni la educacin popular, todo aquello que sirve de basamento a la democracia republicana. Aqu exista una cultura patriarcal, monrquica y era necesario, para no romper la cohesin, no solo poltica y econmica, sino hasta espiritual de las colonias hispanas, reemplazar esa monarqua metropolitana, por una monarqua parlamentaria que permitiera el desarrollo del capitalismo abrindose al comercio con otras naciones pero protegiendo la incipiente industria nacional del bombardeo de las manufacturas inglesas. Una monarqua que garantizara la unidad poltica, cultural y territorial de las colonias antes espaolas, en momentos que el absolutismo recompuesto a travs de la Santa Alianza se dispona a reconquistar sus territorios de ultramar. Esa era la tesis inicial de muchos de nuestros libertadores. Bolvar comparta esta visin pero desconfiaba de la figura de un rey americano para las ex-colonias y propona el reemplazo de esta figura por la del dictador o como en el caso de la constitucin que diseo para Bolivia, por la figura de un presidente vitalicio, tomando as elementos de los dos sistemas tanto el republicano como el monrquico. Ms all de los juicios que nos merezcan, podemos ver entonces claramente, que los libertadores, no eran unos simples seores feudales, de cabeza hueca, movidos solamente por el ansia desmedida de poder y riquezas, sino que la cosa era un tanto ms compleja.

Nosotros como marxistas americanos podemos extraer muchsimas enseanzas de esta primera gran guerra de liberacin, siempre y cuando no perdamos de vista que este fue un movimiento revolucionario que se desarroll en las primeras dcadas del siglo XIX y que por tanto no exceda el horizonte del pensamiento ms avanzado de su poca. La amplitud del movimiento liberador arquitectado entorno a la lucha contra el enemigo principal. La unidad monoltica como un arma poderosa e insuperable de los oprimidos. La mstica imprescindible para llevar hasta las ltimas consecuencias el proceso. La conviccin de que no son los medios materiales sino la voluntad inquebrantable, lo que vence al enemigo. Eso es tan vlido para el siglo XIX como para el XX o el XXI.

Muchos hombres como Maritegui, Ugarte, Vivin Tras, vieron la importancia sustantiva que tena el imperialismo en nuestro continente. El mismo Che Guevara, fue a mi entender, la mxima expresin del convencimiento de que la lucha revolucionaria por el socialismo, pasaba en Amrica por la liberacin nacional y que era la radicalizacin de estos procesos (como fue el caso de Cuba) de un nacionalismo que por consecuente, tena que chocar con los intereses imperiales de los EEUU y por ende, por antiimperialista, devenir en anticapitalista o sea. de trnsito al socialismo. En el mundo globalizado de hoy, esta tesis a mi parecer, est ms vigente que nunca, porque el imperialismo hoy, lejos de ser un fenmeno superado, es ms crudo, ms implacable y soberbio que nunca antes. La poltica antiimperialista es lo suficientemente amplia para cobijar a la inmensa mayora del pueblo y es en medio de ese proceso donde los marxistas tenemos que lograr la comprensin, por parte de los dems sectores involucrados, de que el imperialismo no es un fenmeno meramente extrnseco, sino que solo es posible a travs de la existencia de una burguesa nacional subordinada a sus intereses. Porque el imperialismo es solo una fase del capitalismo, es que la lucha por la segunda y definitiva independencia en Amrica, pasa por la construccin de la nueva sociedad y la abolicin de las antiguas relaciones socioeconmicas, polticas y culturales, del estado burgus.

Nosotros somos un pueblo victorioso, que hemos derrotado a uno de los poderes ms grandes que registra la historia reciente de la humanidad: el absolutismo espaol, pero para recuperar esa mstica tenemos que recuperar nuestra memoria histrica y las potencialidades reprimidas de nuestra propia cultura. La historia liberal-oficial a la que adscribi Ponce, ha sido el principal vehculo de desinstalacin de la memoria de nuestro pueblo, de domesticacin cultural y de disolucin como pueblo-nacin. Los juicios de Ponce tienen su raz en el pensamiento de Mitre (el primer gran tergiversador de nuestra historia), en el menosprecio que el padre de la educacin argentina, tena hacia todo lo que no era francs o anglosajn. Ellos escribieron una historia fraudulenta con la sangre del indio y del gaucho, de las todava inconsistentes masas populares. Ellos arquitectaron una nacin transplantada, que por tal, siempre le dio la espalda a lo americano, que por otra parte siempre los sedujo y nunca pudieron comprender. De ellos se ocup entre otros, la insuperable pluma de Mart. Las clases dominantes conocen muy bien la importancia, la gravitacin, que poseen en la conciencia popular ese pasado histrico y en que medida cada personalidad individual, aunque ello no sea enteramente consciente y aparezca difuso, ms intuido que comprendido, es vigorosamente influda y determinada por la forma en que se transmiten las tradiciones histricas comunes Vivian Tras Aportes para un socialismo nacional.

El Ponce insoslayable, magistral y creador de Educacin y lucha de clases, de Humanismo burgus y humanismo proletario, del Elogio al Manifiesto Comunista y de tantos otros trabajos, fue vctima de estas influencias que a mi parecer constituyeron una seria limitacin a su gran inteligencia. Las palabras de Marinello, en su prlogo a sus obras, creo que avalan en cierta forma lo dicho hasta aqu: Recordemos la carta que escribe desde Mxico a su hermana Clarita, en la que confiesa la persistencia de prejuicios raciales en su enjuiciamiento. No tena en verdad que confesarlo, porque cuando discurre sobre los gauchos de su tierra, se mezcla tal prejuicio con el propsito justiciero. Mirando las cosas desde la perspectiva ms exacta, pensamos que no poda ocurrir de otro modo. Acaso su mismo maestro Ingenieros no padeci tal limitacin? No haba de mojarle la pluma una turbia marejada de larga presencia en el pensamiento americano Sarmiento, Rod, Justo Sierra...-, y de la que solo, qued libre, el genio clarividente y generoso de Mart. [...] De traspasar la cuarentena, hubiera vuelto sobre su aplauso al artculo lamentable de Marx sobre Simn Bolvar, retirando las comillas con que encerr siempre el dictado de libertador. Releyendo los papeles de su juventud lo esperbamos mucho- hubiera mantenido devocin ardorosa por Sarmiento, pero anotndole ajustadamente la claridad y la sombra de sus opciones polticas. Por fortuna, los errores de Ponce hijos de su origen social, de su formacin juvenil y de sus maestros ms cercanos- , pueden ser combatidos con sus armas y vencerse en su misma jurisdiccin

Pero lo importante no es juzgar a un Ponce que lamentablemente no tiene la posibilidad de contestarnos. Lo importante es tratar de desentraar un fenmeno de vasta extensin y peso dentro del pensamiento americano y del que nosotros fuimos parte durante muchas dcadas y que nos impidi ver entre otras cosas, por donde pasaba el torrente fundamental de la lucha de clases, durante dilatados perodos de tiempo. Y es que ha habido a mi entender, una relacin evidente, entre el marxismo liberal y el (por as llamarlo) dogmatismo sovitico. Basta leer la Gran Enciclopedia Sovitica: La actividad de Bolvar, a pesar de su lucha progresista contra la dominacin espaola, estaba enteramente enmarcada en los intereses de las clases pudientes. Dese conservar permanentemente el sistema semifeudal de explotacin de los campesinos por parte de los terratenientes criollos y se opuso a la activa participacin de las masas trabajadoras en su lucha por la independencia. Toda esta lnea argumental est en total consonancia con lo escrito por Ponce. Otro historiador sovitico, ms reciente, M.S. Alperovich se refiere al tono de aquellas publicaciones soviticas de la poca de Ponce y an posteriores: Dicha concepcin unilateral de los problemas debi su origen, indudablemente y en la mayora de los casos al culto a la personalidad de Stalin y las subsiguientes de la poca teniendo estos factores la culpa a la vez, de que tanto se extendieran las opiniones dogmticas y sectarias, as como las interpretaciones errneas en toda la literatura histrica de la Unin Sovitica / Tomando como dogma el juicio negativo de la figura y la actuacin del destacado representante sudamericano de la Guerra de la Independencia, Simn Bolvar, que en su tiempo formulara Carlos Marx [...] algunos historiadores soviticos no se satisfacan con reproducir maquinalmente la mencionada apreciacin incompleta, sino que procedieron a aplicarla incluso con otras personas del movimiento libertador (San Martn, OHiggins) y hasta con el movimiento mismo Ahora bien, pregunto: Siguiendo el razonamiento de la Gran Enciclopedia Sovitica en lo referente a la conservacin de las relaciones semifeudales de explotacin, no podramos pensar que si despus de la cada del absolutismo espaol en Amrica, las relaciones semifeudales de explotacin fueron mantenidas, sera en verdad esta una revolucin burguesa o un simple cambio de amo? Puede ser posible que esta caracterizacin haya conservado su vigencia o sea, que haya sido aplicada a la realidad socioeconmica de nuestros pases entrado ya el siglo XX? Esta negacin de la revolucin burguesa en nuestro continente, no tiene nada que ver con la caracterizacin de la IC, ni con la polmica del ao 29 protagonizadas por Maritegui, en torno a cuales eran las relaciones dominantes, si las semifeudales o las capitalistas y por ende, sobre cual tena que ser el carcter de la revolucin, si democrtico burguesa o socialista? Seguramente estas preguntas formen parte de otro debate, o no, pero est claro que exceden las posibilidades de este trabajo. Yo creo que si hay una relacin estrecha entre el marxismo liberal y el dogmatismo sovitico, en el sentido de que son funcionales y se retroalimentan el uno del otro. Tanto detrs del liberalismo intelectual como del dogmatismo sovitico, yace solapadamente el etnocentrsimo, el menosprecio a nuestra cultura y a las fuerzas que de ella emanan. Es de manera clara una forma de colonialismo mental, de complejo de inferioridad del cual no nos hemos podido librar aun totalmente. No es estrechez, no es autosuficiencia, ni negacin de lo universal, es, como dira Mart, injertar lo mejor de lo universal al tronco de lo americano. Lo fundamental es saber en definitiva (y sobre esto creo que todos vamos a coincidir) que tan importante como el estudio del marxismo, es la formacin intelectual (en el sentido ms abarcador) de todo revolucionario y que nuestra historia, al igual que la del resto de nuestro continente, aun espera ser visitada por un nuevo tipo de intelectual, uno que sea capaz de superar la mirada eurocntrica, mesinica y descalificadora de los que an no han logrado descifrarla.

El XVI Congreso del Partido Comunista Argentino, llevado a cabo en el ao 198 marca el inicio del llamado viraje, donde el Partido abandona sus posiciones reformistas.

Prlogo del libro editado por Casa de las Amricas en 1975, Anbal Ponce Obras, compilacin y prlogo de Juan Marinello.

Jos Roberto Arze anlisis crtico del Bolvar de Marx Anthrpos Grupo Editorial. La Paz, Bolivia, 1998.

Es tambin asombrosa la coincidencia de este argumento, con el que se esgrime contra Hugo Csar Chavez.

Carlos Marx, Simn Bolvar, ensayo comentado por Anbal Ponce, publicado en el n 1 de la revista dialctica en marzo de 1936.

Ob. cit.

Se da el nombre de bonapartismo (nombre derivado de los emperadores franceses de la dinasta Bonaparte) al gobierno que, esforzndose por aparentar imparcialidad, se aprovecha de la lucha aguda y extrema planteada entre los partidos capitalistas y los obreros. Sirviendo en realidad a los capitalistas... Lenin.

Subrayado de AdeM.

El artculo de Marx le fue entregado a Ponce por el director del Instituto Marx-Engels-Lenin de Mosc, profesor Adoratsky, en febrero de 1935.

Anbal Ponce Comentarios Marginales.

Las mujeres de las castas aristocrticas eran las nicas que en Venezuela podan usar manto largo. De donde les vino el nombre de mantuanas. Nota de Anbal Ponce al Bolvar y Ponte de Marx.

La Constitucin que escribiera para la Repblica de Bolivia es una prueba acabada de ello.

Esta lnea divisoria entre proteccionistas y librecambistas fue la que ms se proyect en el tiempo y en realidad constituye la explicacin econmica de toda la lucha faccional en Amrica. Fue la verdadera divisoria de aguas que atraves tanto a monrquicos como a republicanos, federales o centralistas. Esta fue una lucha de los estados costeos vinculados al monopolio y al contrabando primero y al librecomercio despus y de los estados interiores que no perciban los beneficios de las aduanas y que se vean inundados de manufacturas inglesas, que poco a poco fueron minando hasta hacer desaparecer, las incipientes manufacturas americanas. Hay un relato de poca muy significativo que dice que todo lo que llevaba el gaucho, desde la tela del chirip, hasta la hoja de su facn, eran de fabricacin inglesa. Con el triunfo del librecambismo, se abren las puertas al imperialismo como un largo proceso de expoliacin y saqueo que se extiende hasta nuestros das. La misma existencia de los actuales estados nacionales ( Uruguay por citar un caso) tiene que ver con la prosecucin de esos intereses.

La estructura econmica social venezolana, con un sistema productivo cuya base era la hacienda explotada en rgimen esclavista, sector dominado por la aristocracia propietaria, los grandes cacaos, supone la existencia de grandes dominios que actuaban como factor de resistencia frente a las decisiones del poder central Nelson Martnez Simn Bolvar. Bolvar fue el primero en liberar los esclavos de su familia, aun antes de prometrselo a Petin lder de la Repblica de Hait que costeara parte de los gastos del ejrcito de Bolvar.

El odio no solo al indio, al gaucho y al negro, sino tambin a los europeos meridionales, se est presente en casi toda su obra y hasta su correspondencia. Seguramente la ms emblemtica en ese sentido es Civilizacin o barbarie.

Los que s estaban subordinados a los intereses britnicos eran las burguesas portuarias librecambistas que por ejemplo durante el bloqueo anglo-francs al Ro de la Plata ayudaban desde Montevideo a los sitiadores en contra de los intereses de su patria. Subordinacin es tener al encargado de negocios britnico como miembro del gabinete, como sucedi con Mister Thorton, durante la presidencia de Mitre.

Si bien dijimos al principio que la clase revolucionaria perteneca a los sectores propietarios, tambin es cierto que tomaron las reivindicaciones de las masas de mestizos fundamentalmente y de los indgenas, sin cuya incorporacin hubiera sido imposible la victoria sobre los colonialistas.

op. cit.

Citado por J.R. Arze en su anlisis crtico del Bolvar de Marx

Ibidem

Para comprender el carcter de la revolucin en Amrica latina, es entonces, necesario tener en cuenta que la independencia de estos pases, realizada a principios de siglo pasado, ha sido una independencia de forma, puesto que el imperialismo ha intervenido directamente en la misma, impidiendo el desarrollo normal de una burguesa agraria e industrial independiente, sino que conservando el rgimen de explotacin semifeudal, dejando que la economa se desarrollara en forma primitiva y de acuerdo a los intereses imperialistas. [...] Hoy, es tal el estado de deformacin de la economa nacional y su dependencia del mercado exterior, que toda tendencia a crear una economa nacional dentro de los cuadros de la legalidad burguesa, est llamada al fracaso. Unicamente uan revolucin democrtico-burguesa dirigida contra el imperialismo y los grandes terratenientes, puede crear las condiciones para ese desarrollo independiente Vitorio Codovilla S.S.A de la I.C. Conferencia del 29. Bs.As.