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    Poul Anderson

    Titulo original: Tau ZeroTraduccin: Pedro Jorge Romero 1970 by Poul Anderson 1997 Ediciones B S.A.Bailn 84 - BarcelonaISBN: 84-406-7362-0

    Edicin digital: Carlos PalaznCorreccin: SadracR6 11/02 L

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    PRESENTACIN

    Nuestros lectores habituales saben que NOVA ciencia ficcin, iniciada en 1988, es unacoleccin especializada que carece en gran medida de ttulos clsicos, ya publicados ensu momento por otros editores. Tambin saben que, poco a poco, como mnimo una vezal ao, vamos incorporando a nuestra coleccin obras en cierta forma inolvidables en la

    historia del gnero. Aunque en ocasiones pueda tratarse de una operacin arriesgadadesde el punto de vista comercial, considero imprescindible incluir en NOVA cienciaficcin algunos clsicos indiscutibles que acompaen a los buenos ttulos del presenteque, sos s, estn siempre presentes en nuestras publicaciones.

    De ah las reediciones, concebidas a veces como homenaje, que aparecen con unacierta periodicidad en NOVA ciencia ficcin. Por otra parte, la particular y sesgada historiade la edicin de ciencia ficcin en Espaa me permite encontrar de vez en cuando algnclsico indiscutible o algn ttulo para m imprescindible que aparece en castellano porprimera vez, precisamente en NOVA ciencia ficcin. As ocurre con este TAU CERO dePoul Anderson que (finalmente!) logramos presentar.

    Homenaje fue la publicacin de CIUDADANO DE LA GALAXIA (1957) de Robert A.

    Heinlein, publicado en NOVA ciencia ficcin, nmero 18, en 1989, un ao despus de lamuerte de un autor de gran importancia en el gnero. Tambin un homenaje, aunque deotro tipo, fue CNTICO POR LEIBOWITZ (1960) de Walter M. Miller Jr., publicada enNOVA ciencia ficcin, nmero 47, en 1992. Es ocioso decir que es una de las mejoresnovelas que ha ofrecido la ciencia ficcin de todos los tiempos.

    Cuando en 1991 emprendimos la publicacin ntegra y ordenada de la serie de LOSSEORES DE LA INSTRUMENTALIDAD de Cordwainer Smith (publicada en NOVAciencia ficcin, en los nmeros 37, 38, 59 y 70), en la que incluimos textos hasta entoncesinditos en formato de libro en todo el mundo, ya no se trataba de una simple reedicin deun clsico, sino de una labor editorial que me pareci necesaria para rendir justicia a unade las obras y a uno de los autores ms sugerentes de la ciencia ficcin de todos lostiempos.

    En 1993, el clsico de NOVA ciencia ficcin fue una novela que, sorprendentemente,segua indita en Espaa: MISIN DE GRAVEDAD (1953) de Hal Clement, que sepublic en el nmero 55 de la coleccin, precisamente tras cuarenta aos de cosecharxitos en todo el mundo. Un historial que le ha merecido la consideracin de novelaemblemtica de la ciencia ficcin hard, brillantemente centrada en los aspectos cientficosy tecnolgicos de este gnero.

    En 1994, nuestro clsico fue CRONOPAISAJE (1980) de Gregory Benford (NOVAciencia ficcin, nmero 66) que, indiscutiblemente, es la mejor novela sobre la relacinexistente entre ciencia y ciencia ficcin. Y en 1995 se trat de la edicin ntegra, en un

    nico volumen, de todos los relatos de la emotiva saga de EL PUEBLO de ZennaHenderson (NOVA ciencia ficcin, nmero 75).Como puede verse, desde 1989 hemos publicado, como mnimo, un ttulo clsico

    cada ao. Para los curiosos dir que el de 1990 fue RADIX (1981) de A. A Attanasio, en elnmero 27 de la coleccin. Se trata de un libro sorprendente y una impresionante muestrade la desbordante imaginacin que slo la mejor ciencia ficcin puede ofrecer. Tal vez unclsico particular de este editor que, sin ningn complejo, reivindica el derecho a suspropias filias...

    Posiblemente nuestro clsico de 1996 fuera otro de esos ttulos que el editorconsidera imprescindibles, a pesar de no ser excesivamente famosos. Fue esemaravilloso RITO DE CORTEJO (1982) de Donald Kinsbury, publicado en el nmero 82

    de la coleccin. Se trata de una obra que ha sido comparada frecuentemente con DUNEde Frank Herbert, aunque surca con mayor seguridad los mares de una brillante ciencia

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    ficcin centrada en la antropologa, sin olvidar las races ecolgicas, ni la interesantepsicologa de sus personajes.

    Estoy convencido de que la perspectiva ofrecida por estos ttulos en cierta formaclsicos permite apreciar mejor la riqueza de la ciencia ficcin moderna y entender suevolucin. Una evolucin que se apoya precisamente en los hitos que ciertos ttulos, yahistricos, representaron en su tiempo.

    Y con eso llegamos a este TAU CERO de Poul Anderson que hoy presentamos, trasalgunas que otras vicisitudes. En realidad es un proyecto en el que llevo embarcadodesde hace ms de siete aos... Casi nada.

    En realidad, Anderson sigue siendo un autor tan slo parcialmente conocido enEspaa, donde los editores no parecen haberle prestado el debido inters en las ltimasdcadas.

    Pese a ser uno de los ms prolficos autores de la ciencia ficcin, varias de las msfamosas novelas de Anderson siguen inditas en castellano. Un ttulo muy representativoera, hasta hoy, TAU CERO (1970), la historia de una exploracin interestelar avelocidades casi lumnicas, y que se detiene en el anlisis de la conmocin psquica querepresenta la relatividad y los problemas de convivencia que se producen en el espacio

    fsico de la nave. La fama de esta novela de Anderson es tal que ha sido en cierta formahomenajeada en REDSHIFT RENDEZVOUS (1990) de John E. Stith; tal vez en la mismalnea que adoptara Robert L. Forward al escribirHUEVO DEL DRAGN (1980), siguiendola huellas de otro clsico como MISIN DE GRAVEDAD (1953) de Hal Clement.

    Para contribuir a paliar este desconocimiento, hace unos aos me propuse el proyectode traducirTAU CERO para publicarlo en NOVA ciencia ficcin. Llev tiempo encontrarlos derechos y un ejemplar en ingls para las labores de traduccin (yo la haba ledo enfrancs), e incluso el propio Anderson colabor envindolo personalmente. Cuando yaestaba todo prcticamente dispuesto, se public en Estados Unidos LA NAVE DE UNMILLN DE AOS (1989), posiblemente una de las ms ambiciosas novelas deAnderson hasta la fecha, en la que aborda con gran maestra el tema de la inmortalidad.

    Ante la inesperada sorpresa que supuso LA NAVE DE UN MILLN DE AOS, decidcambiar de planes. Me pareci ms adecuado iniciar la publicacin de Poul Anderson enNOVA ciencia ficcin con la nueva e interesante novela que, tras haber sido finalista delos premios Hugo y Nebula, marcaba el triunfal retorno de uno de los grandes autoresclsicos de la ciencia ficcin.

    Tras LA NAVE DE UN MILLN DE AOS (y el aadido interpuesto de COSECHA DEESTRELLAS) aqu esta (por fin!) TAU CERO, un ttulo clsico de la ciencia ficcin, comoreconoce, por ejemplo, David Pringle, al incluirla entre las cien mejores novelas deciencia ficcin, en su libro del mismo ttulo publicado en 1985. Lo es, sin ninguna duda.

    El mismo Pringle cita el comentario laudatorio de un autor tan distinto a Anderson como

    Barry Malzberg, quien considera TAU CERO una novela magnfica. No me resisto atranscribirlo:

    TAU CERO me sorprendi en mi adolescencia como la nica obra de ciencia ficcinpublicada desde 1955 que me sugiri ciertas nociones: un sentido de la inexistencia deltiempo, de la eternidad humana y del orden del cosmos reflejado en el destino de todoaquel que intente medirse frente a esos conceptos. [...] La novela crece hasta un clmaxarrollador y, al mismo tiempo, pone de manifiesto una gran humildad.

    Poco voy a decir aqu del argumento, me temo que demasiado conocido incluso enEspaa, sobre todo teniendo en cuenta que los aficionados se han visto condenados a

    hablar durante aos de una novela indita en castellano y con una tesis de ciencia ficcinhard bien conocida. Su resumen ha aparecido en el citado libro de Pringle, en miCIENCIA

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    FICCIN: GUA DE LECTURA y en cualquiera de las enciclopedias del gnero. Ya hedicho que se trata de un clsico indiscutible: se menciona en todas partes.

    La poca es el siglo XXIII. Los personajes son cincuenta especialistas, hombres ymujeres elegidos tras un largo y cuidadoso proceso de seleccin destinado a incorporarslo personal particularmente entrenado en el viaje espacial y excepcionalmente aptopara desarrollar con xito una nueva colonia. La nave es la Leonora Christine, la ms

    reciente de su clase. Y todos los esfuerzos estn puestos al servicio de una nica misin:viajar a travs del espacio interestelar hasta un lejano planeta donde debe establecerseuna colonia terrestre.

    Sin embargo, dos aos despus de su partida, la Leonora Christine colisiona con unanube de desechos del espacio, se avera y la ruta se altera. Todos se venirremediablemente obligados a seguir un viaje presuntamente sin fin hacia lo desconocido.

    A partir de esta idea, lo interesante es la forma en que Anderson expone susespeculaciones cosmolgicas. Incluso un crtico tan severo con la ciencia ficcin hardcomo John Clute, el editor de la ENCICLOPEDIA ILUSTRADA DE LA CIENCIA FICCIN(Ediciones B), ha dicho de TAU CERO:

    Sus especulaciones en cosmologa son fascinantes y la hiptesis que desarrolla est

    sorprendentemente bien concebida.O, como dice el mismo David Pringle en su comentario, al incluirla entre las cien

    mejores novelas de ciencia ficcin, TAU CERO es:Ciencia ficcin tradicional: una aventura espacial concebida a escala galctica, y un

    relato con gran sentido de lo maravilloso, que explota las perspectivas de la cosmologamoderna para mostrar una brillante secuencia de importantes descubrimientosconceptuales.

    En efecto. TAU CERO es una novela clsica, imprescindible en la historia de la cienciaficcin, que por fin aparece en Espaa, precisamente treinta aos despus de la primera publicacin en forma de novela corta, en el nmero de agosto de 1967 de la revistaGalaxy Science Fiction. All apareci como TO OUTLIVE ETERNITY (Para sobrevivir aeternidad), un ttulo que yo prefiero, pero que cedi su lugar en la historia a ese TAUCERO que corresponde a la publicacin en 1970 de esa misma narracin ampliada hastala extensin de novela. La versin que, a partir del ejemplar que nos envi el mismo PoulAnderson, presentamos hoy.

    Despus de tantos aos de intentar publicar esta obra, es un orgullo y una satisfaccinofrecrsela. Que ustedes la disfruten.

    MIQUEL BARCEL

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    A Fritz Leiber

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    Mira all, sobre la Mano de Dios. Es ella, no?S, creo que s. Nuestra nave.Eran los ltimos en irse mientras cerraban el Millesgrden. Haban pasado la mayor

    parte de la tarde vagando por entre las esculturas, l entusiasmado y maravillado al verlas

    por primera vez, ella despidindose en silencio de algo que haba sido ms importante ensu vida de lo que haba credo nunca. Tuvieron suerte con el tiempo, ahora que el veranoacababa. Ese da en la Tierra haba sido soleado, con brisas que hacan que las sombrasde las hojas bailasen sobre las paredes de la villa, acompaadas del sonido claro de lasfuentes.

    Pero cuando el sol se puso, el jardn apareci de pronto ms vivo. Era como si losdelfines saltasen por sus aguas, Pegaso asaltase los cielos, Folke Filbyter buscase a sunieto perdido mientras su caballo cruzaba un vado, Orfeo escuchase y las jveneshermanas se abrazasen en su resurreccin, todo en silencio, porque aquello se percibaen un instante, pero el tiempo en que esas figuras se movan no era menos real que eltiempo que llevaba a los hombres.

    Es como si estuviesen vivos, camino de las estrellas, y nosotros tuvisemos quepermanecer atrs y envejecer murmur Ingrid Lindgren.

    Charles Reymont no la escuchaba. Se qued quieto sobre las baldosas bajo un abedul,cuyas hojas crujan y ya haban comenzado a cambiar ligeramente de color, y mir haciala Leonora Christine. Sobre su base, la Mano de Dios sosteniendo el Genio del Hombreelevaba su silueta contra el crepsculo verde azulado. Tras ella, la pequea estrella velozcruz y se hundi de nuevo.

    Est seguro de que no se trataba de un satlite normal? pregunt tranquilaLindgren. No crea que pudisemos ver...

    Reymont levant una ceja en su direccin.Es la primer oficial y no sabe dnde est su propia nave o qu hace en este

    momento? Su sueco tena un acento entrecortado, como la mayora de las lenguas quehablaba, un acento que destacaba el tono sardnico.

    No soy el oficial de navegacin dijo ella a la defensiva. Adems, medespreocup todo lo que pude del tema. Debera hacer lo mismo. Ya pasaremos muchosaos con esa preocupacin. Se medio acerc a l. Su tono se hizo ms amable. Porfavor, no me arruine la tarde.

    Reymont se encogi de hombros.Perdneme. No lo pretenda.Un empleado se acerc, se detuvo y dijo deferente:Lo siento, debemos cerrar.

    Oh! Lindgren se sorprendi, consult el reloj, y mir a las terrazas. Estabancompletamente vacas exceptuando la vida que Carl Milles haba moldeado en piedra ymetal tres siglos antes. Pero ya hace tiempo que deban haber cerrado. No me habadado cuenta.

    El empleado se inclin.Ya que la dama y el caballero claramente lo deseaban, les dej solos despus de

    que los otros visitantes se fuesen.Entonces sabe quienes somos dijo Lindgren.Quin no? El empleado la admir con la mirada. Era alta y bien formada, de

    rasgos regulares, grandes ojos azules y pelo rubio cortado justo por debajo de las orejas.Sus ropas civiles tenan ms estilo que lo normal en las mujeres del espacio; los ricos

    colores suaves y las telas fluidas de estilo neomedieval le sentaban bien.

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    Reymont contrastaba con ella. Era un hombre robusto, oscuro, de rasgos marcadosque jams se haba tomado la molestia de eliminar la cicatriz que le marcaba la frente. Sutnica y pantalones sencillos bien podan haber sido un uniforme.

    Gracias por no molestarnos dijo, ms brusco que cordial.Di por supuesto que deseaban liberarse de ser celebridades contest el

    empleado. Sin duda muchos otros les reconocieron, pero pensaron lo mismo.

    Descubrir que los suecos son corteses. Lindgren le sonri a Reymont.No lo discutir dijo su acompaante. Nadie puede evitar encontrarse conustedes cuando andan por todo el sistema solar. Hizo una pausa. Aunque aquel quecontrola el mundo es mejor que sea amable. Los romanos lo eran en su momento. Porejemplo, Pilato.

    El empleado se ech atrs ante el rechazo implcito. Lindgren dijo algo cortante:Yo dije lskvrdig, no artig (corts no amable). Ofreci su mano. Gracias,

    seor.El placer ha sido mo, Seora Primer Oficial Lindgren contest el empleado. Que

    tengan un viaje afortunado y que regresen a salvo.Si el viaje es realmente afortunado le record ella, nunca volveremos a casa. Si

    lo hacemos... Se interrumpi. l ya estara en la tumba. De nuevo le doy las graciasle dijo al hombrecillo de mediana edad. Adis dijo a los jardines.

    Reymont tambin le dio la mano y murmur algo. l y Lindgren salieron.Paredes altas oscurecan la calle exterior casi desierta.Las pisadas sonaban huecas. Despus de un minuto la mujer dijo:Me pregunto si lo que vimos era la nave. Estamos en una latitud muy alta. Y ni

    siquiera una nave Bussard es lo bastante grande y brillante como para destacar frente alresplandor de la puesta de sol.

    S lo es cuando la red de recogida est extendida le dijo Reymont. Y ayer lamovieron a una nueva rbita como parte de las comprobaciones finales. La volvern acolocar en el plano de la eclptica antes de partir.

    S, por supuesto, he visto el programa. Pero no tengo razones para recordarexactamente quin hace qu en qu momento. Especialmente cuando todava faltan dosmeses para partir. Por qu lo sabe usted?

    Quiere decir cuando slo soy un polica. La boca de Reymont se dobl en unasonrisa. Digamos que me preocupo porque aspiro a tener una lcera.

    Ella le ech una mirada de lado, que se volvi escrutadora. Haban salido a unaexplanada en el agua. Al otro lado, las luces de Estocolmo se encendan una a una amedida que la noche cubra las casas y los rboles. Pero el canal permaneca casi comoun espejo, y haba pocas luces en el cielo exceptuando a Jpiter. Todava se poda ver sinayuda.

    Reymont tir del bote alquilado. Los amarres aseguraban las cuerdas al muelle. Habaconseguido una licencia especial para atracar prcticamente en cualquier sitio; unaexpedicin interestelar era un gran acontecimiento. Lindgren y l haban invertido lamaana en un crucero por el archipilago unas pocas horas en medio de vegetacin,casas como partes de las islas sobre las que crecan, velas y gaviotas y el sol reflejado enlas olas. Poco de aquello existira en Beta Virginis, y nada en la distancia intermedia.

    Empiezo a sentir lo extrao que me es usted, Carl dijo ella lentamente. Paratodos?

    Eh? Mi biografa est en los ficheros.El bote choc con la explanada. Reymont se meti en la caseta del timn. Sosteniendo

    una soga con la mano le ofreci la otra a ella. No tena necesidad de apoyarse en l

    mientras bajaba, pero lo hizo. Sus brazos apenas se movieron bajo su peso.Ella se sent en un banco al lado del timn. l gir la parte alta del amarre que habacogido. Las fuerzas de unin intermoleculares se soltaron con un ruido ligero que

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    respondi al choque del agua en el casco. Sus movimientos no podan definirse comogrciles, como lo eran los de ella, pero eran rpidos y seguros.

    S, supongo que todos hemos memorizado los registros oficiales de los dems admiti ella. En su caso, hay lo mnimo posible.

    (Charles Jan Reymont. Ciudadana interplanetaria. Treinta y cuatro aos. Nacido en laAntrtida, pero no en una de sus mejores colonias; los subniveles de Polyugorsk slo

    ofrecan pobreza y caos a un chico cuyo padre haba muerto joven. El joven en que seconvirti fue a Marte por algn medio sin especificar y ejerci varios empleos hasta queempezaron los problemas. Luch con los Zebras, con tal distincin que a continuacin elCuerpo de Rescate Lunar le ofreci un puesto. All complet su formacin acadmica yascendi con rapidez, hasta que como coronel fue responsable de mejorar la ramapolicial. Cuando se ofreci para la expedicin, la Autoridad de Control lo acept feliz.)

    Nada en absoluto sobre usted seal Lindgren. Descubrieron algo en lapruebas psicolgicas?

    Reymont se adelant y agarr las lneas de atraque. Recogi ambas anclas conmaestra, agarr el timn y arranc el motor.

    El motor magntico era silencioso y la hlice haca poco ruido, pero el bote se movi

    con rapidez hacia delante. Mantuvo la vista fija al frente.Por qu le preocupa? pregunt.Vamos a estar juntos durante muchos aos. Muy posiblemente durante el resto de

    nuestras vidas.Eso me hace preguntarme por qu ha pasado este da conmigo.Me invit usted.Despus de que usted me llamase al hotel. Debi consultar el registro de tripulacin

    para descubrir donde estaba.El Millesgrden desapareci en la oscuridad creciente a popa. La iluminacin del canal

    y de la ciudad en la distancia no permitan ver si ella se haba ruborizado. Aun as, apartel rostro.

    Lo hice admiti. Yo... pens que estara solo. No tiene a nadie, verdad?No me quedan parientes. Recorra los lugares de diversin y lujo de la Tierra. No

    habr muchos all adonde vamos.Ella volvi a levantar la vista, esta vez hacia Jpiter, una lmpara fija de blanco

    parduzco. Iban apareciendo ms estrellas. Tembl y se ech la capa por encima paraprotegerse del viento otoal.

    No le dijo en voz baja. Todo ser extrao. Y cuando apenas hemos empezado aexplorar, a entender ese mundo ah fuera, nuestro vecino, nuestro hermano, debemoscruzar treinta y dos aos luz...

    La gente es as.

    Por qu va usted, Carl?Levant los hombros y los dej caer.El descontento, supongo. Y francamente, hice enemigos en el cuerpo. Me cruc en

    su camino, o los alej de los ascensos. Me encontraba en una situacin en la que nopoda avanzar ms sin jugar a poltica de despachos, algo que odio. Su miradaencontr la de ella. Ambos la mantuvieron durante un momento. Usted?

    Ella suspir.Seguramente puro romanticismo. Desde que era nia pensaba en ir a las estrellas,

    de la misma forma que el prncipe de los cuentos de hadas debe ir a la tierra mgica.Finalmente, insistiendo mucho, consegu que mis padres me dejasen matricularme en laAcademia.

    La sonrisa de l era ms clida que de costumbre.Y realiz una gran carrera en el servicio interplanetario. No vacilaron en nombrarlaprimer oficial en su primer viaje en una nave extrasolar.

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    Lindgren agit las manos en el regazo.No. Por favor. No soy mala en mi trabajo. Pero es fcil que una mujer ascienda

    rpido en el espacio. Estamos muy solicitadas. Y mi trabajo en la Leonora Christine sersobre todo administrativo. Estar ms cerca de... bien, las relaciones humanas... que dela astronutica.

    l volvi a mirar al frente. El bote bordeaba la tierra en direccin a Saltsjn. El trfico

    acutico se hizo ms intenso. Los hidrofoils pasaban volando. Un submarino de carga seabra paso majestuoso hacia el Bltico.En el aire, los taxis volaban como lucirnagas. Central Estocolmo era un fuego

    intranquilo de muchos colores y miles de ruidos unidos para formar un rugido en ciertaforma armnico.

    Eso me lleva de vuelta a mi pregunta. Reymont ri entre dientes. Micontrapregunta, mejor, ya que era usted la que me presionaba. No crea que no hedisfrutado de su compaa. Lo he hecho, muchsimo, y si cena conmigo considerar esteda como uno de los mejores de mi vida. Pero la mayor parte del grupo se desperdigcomo gotas de mercurio en el momento en que termin el perodo de entrenamiento.Deliberadamente evitan a sus compaeros. Mejor pasar el tiempo con aquellos que no

    volveremos a ver. Ahora bien, usted... tiene races. Una vieja y distinguida familiaacomodada; su padre y su madre viven, tiene hermanos, hermanas, primos, seguro queansiosos por hacer todo lo que puedan por usted en las pocas semanas que quedan.Por qu los dej hoy?

    Ella permaneci sentada sin hablar.La reserva sueca dijo l tras un rato. Apropiada para los gobernantes de la

    humanidad. No deb haberme inmiscuido. Slo concdame el mismo derecho a la vidaprivada, eh?

    Y a continuacin:Le gustara cenar conmigo? He descubierto un pequeo restaurante bastante

    decente.S dijo ella. Gracias. Lo har.Se levant para ponerse tras l, reposando una mano sobre su brazo. Los gruesos

    msculos se agitaron bajo sus dedos.No nos llame gobernantes le pidi. No lo somos. sa era la idea tras la Alianza.

    Despus de la guerra nuclear... tan cerca de la destruccin mundial... deba hacerse algo.Uh, uh gru l. De vez en cuando leo libros de historia. Desarme general; una

    fuerza de polica mundial para mantenerlo; sed quis custodiet ipsos Custodes?A quinpodemos confiar el monopolio de las armas capaces de asesinar el planeta y el poderilimitado de inspeccin y arresto? Un pas lo suficientemente grande y moderno comopara convertir en una gran industria el mantenimiento de la paz; pero no tan grande como

    para conquistar a otros o imponer su voluntad sin el apoyo de la mayora de los pases; yrazonablemente bien considerado por todos. Vamos, Suecia.Lo entiende entonces dijo ella con alegra.S. Incluyendo las consecuencias. El poder se alimenta a s mismo, no por

    conspiracin, sino por necesidad lgica. El dinero que el mundo paga para cubrir loscostes de la Autoridad de Control pasa por aqu; por lo que se convierten en el pas msrico de la Tierra, con todo lo que eso conlleva. Y ni hablar del centro diplomtico. Ycuando todo reactor, nave espacial, laboratorio es potencialmente peligroso y debe estarsometido a la Autoridad, eso significa que algn sueco tiene voz en todo lo que importa. Yello lleva a que sean imitados, incluso por aquellos que ya no les quieren. Ingrid, amiga,su gente no puede evitar convertirse en los nuevos romanos.

    La alegra de Lindgren desapareci.No le gustamos, Carl?

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    Supongo que tanto como cualquiera. Hasta ahora han sido amos humanos.Demasiado humanos, dira yo. En mi caso, debera estar agradecido, ya que me permitenser bsicamente una persona sin estado, situacin que, creo, prefiero. No, no lo hanhecho mal. Seal hacia las torres que extendan su brillo a derecha e izquierda. Sinembargo, no durar.

    Qu quiere decir?

    No s. Slo estoy seguro de que nada es para siempre. No importa con qu cuidadodisees l sistema, acabar mal y morir.Reymont se detuvo para elegir las palabras.En su caso dijo, creo que el final podra venir de la misma estabilidad de que

    estn tan orgullosos. Ha cambiado algo importante, en la Tierra, desde finales del sigloXX? Es sta una situacin deseable? Supongo aadi que sa es una de lasrazones para fundar colonias en la galaxia. Contra el Ragnarok.

    Lindgren cerr los puos. Volvi el rostro hacia l. Ya haba anochecido por completo,pero pocas estrellas podan verse a travs del velo de luz que cubra la ciudad. En otrolugar en Laponia, por ejemplo, donde sus padres tenan una casa de campo brillaraninmisericordes en gran cantidad.

    Estoy portndome como un mal acompaante se disculp Reymont. Dejemosesas profundidades de colegial y discutamos temas ms interesantes. Como el aperitivo.

    Ella sonri insegura.l se las arregl para mantener una charla insustancial mientras se dirigan a

    Strmmen, atracaba el barco y la llevaba a pie por el puente a la ciudad vieja. Ms all delpalacio real se encontraron bajo una iluminacin ms suave, mientras atravesaban callesestrechas entre altos edificios de tonos dorados que haban tenido el mismo aspectodurante los ltimos cientos de aos. La temporada turstica ya haba terminado; de losincontables extranjeros en la ciudad, pocos tenan razones para visitar ese enclave;exceptuando algn peatn ocasional o un electrociclista, Reymont y Lindgren estabanprcticamente solos.

    Echar de menos todo esto dijo ella.Es pintoresco admiti l.Ms que eso, Carl. No es slo un museo al aire libre. Aqu viven seres humanos de

    verdad. Y los que estaban aqu antes que ellos, no son menos reales. En las Torres deBirger Jarl, la Iglesia Riddarholm, los escudos de la Casa de los Nobles, el Golden Peacedonde Bellman beba y cantaba... Estaremos solos en el espacio, Carl, muy lejos denuestros muertos.

    Aun as te vas.S. No es fcil. Mi madre que me tuvo, mi padre que me cogi de la mano y me llev

    fuera para ensearme las constelaciones. Saba aquella noche lo que me haca?

    Respir profundamente. En parte sa es la razn por la que contact con usted. Tenaque huir de lo que les estaba haciendo. Aunque slo fuese por un da.Necesita una copa dijo l, y ya hemos llegado.El restaurante quedaba frente al Gran Mercado. Entre las fachadas alguien podra

    imaginarse cmo los caballeros recorran felices las piedras del pavimento. No recordaracmo las alcantarillas se llenaron de sangre y las cabezas formaron montones altsimosdurante cierta semana de invierno, porque eso pas hace tiempo y los hombres rara vezrecuerdan las heridas que afligieron a otros hombres. Reymont llev a Lindgren a unamesa en una habitacin, iluminada con velas, dispuesta para ellos solos, y a continuacinpidieron akvavit con cerveza.

    Ella lo igual bebiendo, aunque tena menos masa y menos prctica. La comida, a

    continuacin, fue larga incluso para los escandinavos, con mucho vino durante y muchobrandy despus. l dej que ella llevase la conversacin.

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    ...sobre una casa en Drottningholm, cuyos parques y jardines casi eran suyos; la luz delsol por las ventanas, reflejndose en los suelos de madera pulida y en la plata que habapermanecido en la familia durante diez generaciones; un balandro en el lago, inclinado porel viento, su pelo volando suelto, su padre al timn con un silbato entre los dientes;noches monstruosas en invierno, y en medio la caverna clida llamada Navidad; lascortas noches ligeras de verano, las luces de gua encendidas en la vspera de San Juan

    que una vez se haban encendido para dar la bienvenida a casa a Baldr en su regreso delotro mundo; un paseo bajo la lluvia con un primer amor, el aire fro, empapado de agua yel olor de las lilas; viajes alrededor del mundo, las pirmides, el Partenn, Pars alatardecer desde lo alto de Montparnasse, el Taj Majal, Angkor Wat, el Kremlin, el puenteGolden Gate, s, y el Fujiyama, el Gran Can, las cataratas Victoria, la gran barrera decoral...

    ...sobre el amor y la alegra en casa, pero tambin disciplina, orden, seriedad enpresencia de los extraos; msica, Mozart el ms apreciado; un buen colegio, dondeprofesores y compaeros trajeron a su conciencia un nuevo universo en explosin; laAcademia, trabajo an ms duro de lo que crea que poda hacer, y cun encantadaestaba de descubrir que poda hacerlo; cruceros por el espacio, a los planetas, oh, haba

    pisado las nieves de Titn con Saturno sobre su cabeza, anonadada por la belleza;siempre, siempre su deseo de regresar a...

    ...sobre un buen mundo, sus gentes, sus ocupaciones, sus placeres todos buenos; s,segua habiendo problemas, crueldades evidentes, pero podan ser resueltos con tiempopor medio de la razn y la buena voluntad; sera una alegra creer en algn tipo dereligin, ya que ello mejorara el mundo dndole un propsito, pero en ausencia depruebas convincentes poda poner su mejor empeo en dar ese sentido, ayudar a lahumanidad a ir hacia algo mejor...

    ...pero no, no era una mojigata, no deba pensar eso; de hecho, a veces se preguntabasi no sera demasiado hedonista, un poco ms liberada de lo deseable; aun as, disfrutabade la vida sin herir, por lo que saba, a nadie ms; viva llena de esperanzas.

    Reymont le sirvi la ltima taza de caf. El camarero ya haba trado la cuenta, aunquepareca que no tena tanta prisa en cobrar como el resto de sus colegas en Estocolmo.

    Espero que a pesar de los inconvenientes le dijo Reymont, disfrutes de nuestroviaje.

    A ella le costaba un poco hablar. Sus ojos, que lo miraban fijamente, eran brillantes yfirmes.

    se es mi plan declar. sa es la razn principal por la que te llam. Recuerda,durante el entrenamiento te exhort a venir aqu durante parte de tu permiso. A esasalturas ya usaban el pronombre ntimo.

    Reymont sac un cigarrillo. Fumar estara prohibido en el espacio, para evitar

    sobrecargar el sistema de soporte vital, pero esa noche todava poda poner una nubeazul frente a l.Ella se ech hacia delante, poniendo una mano sobre la de l.Pensaba por adelantado le dijo. Veinticinco hombres y veinticinco mujeres.

    Cinco aos en un cascarn de metal. Otros cinco aos si nos volvemos inmediatamente.Incluso con tratamientos antisenectud, una dcada es un buen trozo de una vida.

    l asinti.Y por supuesto nos quedaremos a explorar sigui ella. Si ese tercer planeta es

    habitable nos quedaremos para colonizarlo, para siempre, y empezaremos a tener nios.Hagamos lo que hagamos, habr relaciones. Nos emparejaremos.

    l habl en voz baja por miedo a sonar brusco:

    Crees que t y yo formaremos una pareja?S. Su tono se hizo ms firme. Puede que parezca inmodesta, sea o no unamujer del espacio. Pero estar ms ocupada que la mayora, especialmente durante las

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    primeras semanas de viaje. No tendr tiempo para rituales y matices. Podra acabar enuna situacin que no me gustase. A menos que piense por adelantado y haga algunospreparativos. Y eso es lo que hago.

    l se llev su mano a los labios.Es un honor para m, Ingrid. Aunque puede que seamos muy distintos.No, sospecho que eso es lo que me atrae de ti. Su palma se dobl sobre la boca y

    roz las mejillas. Quiero conocerte. Eres ms hombre que nadie que haya conocidoantes.l cont el dinero de la cuenta. Era la primera vez que ella lo vea moverse sin control.

    Apag el cigarrillo, mirndolo mientras lo haca.Me hospedo en un hotel de Tyska Brinken dijo. Bastante andrajoso.No me importa contest ella. Dudo que me d cuenta.

    2

    Vista desde el transbordador que llevaba a la tripulacin, la Leonora Christine pareca

    una daga dirigida hacia las estrellas.Su casco era un cono que se estrechaba hacia proa. Su bruida superficie pareca

    ornamentada, ms que rota, por el equipamiento exterior. Eran escotillas y esclusas;sensores para los instrumentos; almacenamiento para los dos yates que serviran paraaterrizar en el planeta, algo para lo que la Leonora Christine no estaba diseada; la reddel motor Bussard, ahora completamente plegada. La base del cono era muy ancha, yaque entre otras cosas contena la masa de reaccin; pero la longitud era demasiadogrande para que se notase mucho.

    En la punta de la daga, se abra una estructura que podra suponerse era la proteccinde la empuadura de una espada. Su borde serva de base a ocho cilindros esquelticosque apuntaban hacia fuera. sos eran los tubos de impulso, que aceleraban la masa dereaccin cuando la nave se mova a simples velocidades interplanetarias. La empuaduracontena sus controles y planta de energa.

    Ms all, algo ms oscuro, se extenda el mango de la daga, que acababa finalmenteen un pomo intrincado. Eso ltimo era el motor Bussard; el resto, cuando se activase,sera un escudo contra la radiacin.

    As era la Leonora Christine, la sptima y ms joven de su clase. Su simplicidadexterior era una exigencia de la naturaleza de su misin y era tan engaosa como la pielhumana; en su interior era casi tan complicada y sutil. El tiempo desde que se concibi laidea bsica, a mitad del siglo XX, inclua quizs un milln de aos-hombre depensamiento y trabajo dirigidos a convertirla en realidad; y algunos de aquellos hombres

    haban posedo intelectos iguales a cualquiera que jams hubiese existido. Aunque laexperiencia prctica y las herramientas esenciales ya se haban obtenido cuandocomenz la construccin, y aunque la civilizacin tecnolgica haba conseguido sufantstico florecimiento (y finalmente, por un tiempo, no haba sufrido el castigo o laamenaza de la guerra), su coste no era en ningn sentido despreciable y haba provocadoamplias protestas. Todo eso para enviar cincuenta personas a una estrella cercana?

    Exacto. se es el tamao del universo.Surga a sus espaldas, a su alrededor, donde giraba alrededor de la Tierra. Mirando en

    sentido opuesto al Sol y los planetas, veas una oscuridad cristalina mucho mayor que loque te atrevas a comprender. No pareca totalmente negra; hay reflexiones de luz en tusojos, si no en otro sitio; pero era la noche definitiva, esa que nuestro amable cielo reserva

    para nosotros. Las estrellas la atestaban, sin parpadear, con un brillo de una frialdadinvernal. Aquellas suficientemente luminosas para verse desde el suelo mostraban suscolores con claridad en el espacio: Vega de un azul metlico, Capella dorada, Betelgeuse

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    mbar. Y si no estabas acostumbrado, los miembros menores de la galaxia que se habanhecho visibles eran tantos que amenazaban con ahogar las constelaciones familiares. Lanoche era un desorden de estrellas.

    Y la Va Lctea cruzaba el cielo con hielo y plata; y las Nubes de Magallanes no erandestellos vagos sino agitados y brillantes; y la galaxia de Andrmeda resplandeca ntidapor ms de un milln de aos; y sentas que tu alma se ahogaba en aquellas

    profundidades y presuroso retirabas la vista a la cmoda cabina que te contena.

    Ingrid Lindgren entr en el puente, cogi un agarre y se puso firme en el aire.Presentndose, capitn anunci formalmente.Lars Telander se volvi para saludarla. En cada libre, su figura demacrada y torpe se

    haca agradable de ver, como un pez en el agua o un halcn en vuelo. De otra formapodra haber sido cualquier otro cincuentn de pelo gris. Ninguno de ellos se habamolestado en ponerse las insignias de mando en los monos que eran el atuendo detrabajo estndar a bordo.

    Buenos das dijo. Espero que haya tenido un agradable permiso.S, muy bien. El color le subi a las mejillas. Y usted?

    Oh... estuvo bien. Me dediqu principalmente a hacer turismo de un extremo al otrode la Tierra. Me sorprendi lo mucho que no haba visto antes.

    Lindgren lo mir con algo de compasin. Flotaba solo al lado del silln de mando, unode los tres que estaban alrededor de las consolas de comunicacin y control en medio dela habitacin circular.

    Los medidores, pantallas de datos, indicadores, y otros dispositivos que ocupaban losmamparos, ya parpadeaban, se estremecan y dibujaban lneas, destacando suaislamiento. Hasta la llegada de ella, l no haba escuchado nada sino el murmullo de losventiladores y los infrecuentes chasquidos de un repetidor.

    No tiene a nadie? pregunt.Nadie cercano. Los grandes rasgos de Telander se arrugaron en una sonrisa.

    No olvide que, en lo que se refiere al Sistema Solar, casi tengo ya un siglo. Cuando visitpor ltima vez mi villa natal en Dalarna, el nieto de mi hermano era el orgulloso padre dedos adolescentes. No poda esperar que me consideraran un pariente cercano.

    (Haba nacido tres aos antes de que la primera expedicin tripulada partiese para AlfaCentauri. Entr en el jardn de infancia dos aos antes de que el primer mensaje mser dela expedicin llegase a la Estacin Farside en la Luna. Ese acontecimiento fij latrayectoria vital de un nio introvertido e idealista. A los veinticinco aos, recin graduadode la Academia con una actuacin notable en las naves interplanetarias, se le permitiformar parte de la primera tripulacin a psilon Eridani. Volvieron veintinueve aos mstarde; pero debido a la dilatacin temporal, para ellos slo haban transcurrido once,

    incluyendo los seis que haban pasado en el planeta de destino. Los descubrimientos querealizaron les dieron la gloria. La nave a Tau Ceti estaba siendo aprovisionada cuandoregresaron. Telander poda ser el primer oficial si estaba dispuesto a partir en menos deun ao. Lo estaba. Pasaron trece aos de los suyos antes de volver, mandando una navecuyo capitn haba muerto en un mundo extraamente salvaje. En la Tierra, el intervalohaba sido de treinta y dos aos. La Leonora Christine estaba siendo construida en rbita.Quin mejor que l para tomar el mando? Dud. Iba a ser lanzada en apenas tres aos.Si aceptaba, la mayor parte de esos mil das los pasara planeando y preparando... Perono aceptar era probablemente impensable; y adems, caminaba como un extrao por unaTierra que tambin se le haba hecho extraa a l.)

    Vamos al trabajo dijo. Doy por supuesto que Boris Fedoroff y sus ingenieros

    vinieron con usted?Ella asinti.Me dijo que le llamara por el intercomunicador despus de que se organizase.

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    Mmmm. Podra haber tenido la cortesa de notificarme su llegada.No est de buen humor. Estuvo malhumorado durante todo el camino. No s por

    qu. Importa?Vamos a permanecer juntos en esta nave durante un tiempo, Ingrid seal

    Telander. Nuestro comportamiento importar mucho.Oh, a Boris se le pasar. Supongo que tena resaca, o una chica lo rechaz anoche,

    o algo as. Durante el entrenamiento me pareci un hombre de corazn blando.El perfil psicolgico lo indica. Aun as, hay cosas, potencialidades, en cada uno denosotros que no se ven en las pruebas. Hay que estar all lejos... Telander seal elperiscopio ptico como si fuese el lugar ms remoto antes de que se manifiesten, parabien o para mal. Y lo hacen. Siempre lo hacen. Se aclar la garganta. Bien. Elpersonal cientfico tambin cumple el horario?

    S. Llegarn en dos grupos, el primero a las 13.40 y el segundo a las 15.00. Telander not el acuerdo con el programa sujeto a la consola. Lindgren aadi: No creoque necesitemos un intervalo tan amplio entre ellos.

    Margen de seguridad le respondi Telander ausente. Adems, conentrenamiento o no, necesitaremos tiempo para llevar a tantos terrcolas a sus camarotes,

    ya que no pueden comportarse adecuadamente en ingravidez.Carl puede ocuparse de ellos dijo Lindgren. Si es necesario, los puede llevar

    individualmente ms rpido de lo que parece creble.Reymont? El de seguridad? Telander estudi las pestaas que se agitaban.

    S que es bueno en cada libre, y que llegar en el primer grupo, pero es tan bueno?Estuvimos en L'Etoile de Plaisir.Dnde?Un satlite de descanso.Mmmm, s, se. Y jugaron a juegos de ingravidez? Lindgren asinti, sin mirar al

    capitn. l sonri de nuevo. Entre otras cosas, sin duda.Va a quedarse conmigo.Mmmm... Telander se toc la barbilla. Para ser honesto, me gustara ms que se

    quedase en el camarote asignado, en caso de que haya problemas con, hmmm, lospasajeros. se ser su trabajo en ruta.

    Podra unirme a l ofreci Lindgren.Telander agit la cabeza.No. Los oficiales deben vivir en la zona de oficiales. La razn terica, que estn

    cerca del puente, no es la verdadera. En los prximos cinco aos descubrir, Ingrid, quelos smbolos son muy importantes. Se encogi de hombros. Bien, los otros camarotesslo estn a un nivel por debajo. Me atrevo a suponer que sera capaz de llegar all conrapidez si fuese necesario. Suponiendo que a su compaero asignado no le importe el

    cambio, que sea como usted quiere.Gracias dijo ella en voz baja.No puedo evitar estar un poco sorprendido confes Telander. No me parece el

    tipo que usted elegira. Cree que su relacin durar?Espero que s. l dice que est dispuesto. Se sali de su confusin con un ligero

    ataque. Qu hay de usted? Ha establecido ya alguna relacin?No. En su momento, sin duda, en su momento. Al principio estar muy ocupado. A mi

    edad esas cuestiones no son tan urgentes. Telander se ri y luego se puso serio. Noestamos sobrados de tiempo, y no podemos malgastarlo. Por favor, realic lasinspecciones y...

    El transbordador se encontr con la nave y se acopl. Anclajes de enlace seextendieron para mantener su casco rechoncho contra la amplia curva de la LeonoraChristine. Los robots unidades actuadoras-sensoras-computadoras que dirigan las

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    maniobras de la terminal hicieron que las esclusas se uniesen en un beso exacto. Algoms que eso se les exigira ms tarde. Ambas cmaras fueron vaciadas, las vlvulasexteriores hacia dentro, permitiendo que el tubo de plstico se convirtiese en un sellohermtico. Los cierres fueron represurizados y comprobados en busca de una posiblefuga. Cuando no se encontr ninguna se abrieron las vlvulas interiores.

    Reymont se desat. Flotando en cada libre en el asiento dio un vistazo a toda la

    seccin de pasajeros. El qumico americano Norbert Williams tambin se estaba soltando.Pare le orden Reymont. Aunque todos hablaban sueco no todos lo entendanbien. Para los cientficos, el ingls y el ruso seguan siendo las verdaderas lenguasinternacionales. Qudese en su sito. Les dije en el embarcadero que los escoltaraindividualmente a sus camarotes.

    No tiene que preocuparse por m le contest Williams. Puedo manejarme bienen ingravidez. Era bajo, de cara redonda, pelo rubio rojizo, aficionado a las ropaschillonas y hablaba en voz alta.

    Todos tienen algo de experiencia dijo Reymont. Pero eso no es lo mismo queconseguir los reflejos adecuados por la prctica.

    Nos equivocaremos un poco, y qu?

    Que puede producirse un accidente. No es probable, lo admito, pero posible, y mitarea es ayudar a evitar tales posibilidades. Mi conclusin es que debo ayudarles a llegara sus camarotes, donde permanecern hasta nueva orden.

    Williams se puso rojo.Mire, Reymont...Los ojos del condestable, que eran grises, lo recorrieron por completo.Es una orden directa dijo Reymont, con lentitud. Tengo la autoridad suficiente.

    No comencemos el viaje con una infraccin.Williams se at de nuevo. Sus movimientos eran innecesariamente enrgicos, y tena

    los labios apretados uno contra el otro. Unas gotitas de sudor salieron de su frente yflotaron por el pasillo; el fluorescente del techo hizo que brillasen.

    Charles Reymont habl al piloto por el intercomunicador. Aquel hombre no subira abordo de la nave, pero se ira en cuanto descendiese la carga humana.

    Le importa si abrimos las contraventanas? Para que los amigos puedan ver algomientras esperan.

    Adelante dijo la voz. No hay peligro. Y... no volvern a ver la Tierra durante unatemporada, no?

    Reymont anunci el permiso. Manos ansiosas se volvieron locas en la parte de la naveorientada al espacio, corriendo los paneles que cubran las ventanas. Reymont seconcentr en hacer de gua.

    La cuarta era Chi-Yuen Ai-Ling. Se haba girado por completo en su red de seguridad

    para orientarse hacia la portilla. Tena los dedos apretados contra la superficie.Ahora usted, por favor dijo Reymont. Ella no respondi. Seorita Chi-Yuen. Letoc el hombro. Usted es la siguiente.

    Oh! Pareca como si la hubiesen sacado de un sueo. Tena lgrimas en losojos. Yo, disculpe. Estaba perdida...

    Las naves unidas se acercaban a otro amanecer. La luz se extenda sobre el inmensohorizonte de la Tierra, rompindose en miles de colores desde el escarlata de hojas dearce hasta el azul del pavo real. Momentneamente pudo verse un ala de luz zodiacal,como un halo sobre el disco de fuego que se elevaba. Ms all estaban las estrellas y laluna creciente. Debajo estaba el planeta, brillando con sus ocanos, sus nubes dondecaminaban la lluvia y el trueno, sus continentes verdes-marrones-nevados y ciudades

    como joyas. Se vea, se senta que aquel mundo viva.Chi-Yuen abri torpemente las hebillas. Sus manos parecan demasiado finas para eltrabajo.

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    Odio tener que dejar de mirar susurr en francs. Descansa bien, Jacques.Podr mirar por las pantallas de la nave, una vez que comencemos a acelerar le

    dijo Reymont en la misma lengua.La sorpresa de orle hablar la devolvi a la vida ordinaria.Entonces nos estaremos yendo dijo, pero con una sonrisa. Su estado de nimo

    era, evidentemente, ms de xtasis que de tristeza.

    Era pequea, de huesos delicados. Su figura pareca la de un chico con la tnica decuello alto y los pantalones de corte ancho de las nuevas modas orientales. Sin embargo,los hombres solan estar de acuerdo en que tena el rostro ms encantador de la nave,rodeado de pelo negro azulado que le llegaba hasta el hombro. Cuando hablaba ensueco, el rastro de entonacin china que le daba lo converta en una cancin.

    Reymont la ayud a soltarse y pas el brazo por su cintura. No se molest enarrastrarse con los zapatos de enlace. En su lugar, puso un pie contra el asiento y volpor el pasillo. En la escotilla cogi una agarradera, hizo un arco, se dio otro empujn yqued dentro de la nave espacial. En general, aquellos a los que escoltaba se relajaban;le era ms fcil llevarlos pasivamente que luchar contra sus torpes esfuerzos por ayudar.Pero Chi-Yuen era diferente. Ella saba cmo hacerlo. Sus movimientos conjuntos se

    convirtieron en una danza suave y grcil. Despus de todo, como planetloga tenamucha experiencia en cada libre.

    Su vuelo no fue menos estimulante por ser explicable.La escalera que vena de la escotilla atravesaba varias capas concntricas de cubiertas

    de almacenamiento: escudo extra y proteccin para el cilindro del eje de la nave en el quese alojaba el personal. Los ascensores podran funcionar all, para elevar cargas pesadasadelante o atrs contra la aceleracin. Pero probablemente las escaleras queserpenteaban en el interior de pozos paralelos a los huecos de los ascensores seran msutilizadas. Reymont y Chi-Yuen usaron una de ellas para ir de la cubierta de centro demasa, dedicada a la maquinaria elctrica y giroscpica, en direccin a la proa hasta lazona de personal. Ingrvidos, se empujaron por la escalera sin tocar un travesao. A lavelocidad que adquirieron, la fuerza centrfuga y de Coriolis les provoc un ligero mareo,como una borrachera ligera que les hiciese rer.

    Y ah vamos otra vez... uuuh!Los camarotes de aquellos que no eran oficiales se dividan en dos corredores que

    bordeaban una fila de baos. Cada compartimento tena dos metros de alto y cuatrometros cuadrados; haba dos puertas, dos armarios, dos vestidores con estantes y doscamas plegables. Esas dos se podan unir para formar una cama mayor, o separarse. Enel segundo caso, era posible bajar una pantalla del techo y as convertir la habitacindoble en dos individuales.

    ste fue un viaje para recordar en mi diario, condestable. Chi-Yuen cogi una

    agarradera y peg la frente al metal fro. La alegra todava le temblaba en la boca.Con quin la comparte? pregunt Reymont.Por el momento, con Jane Sadler. Chi-Yuen abri los ojos y los fij en l. A

    menos que tenga una idea diferente.Eh? Uh... Estoy con Ingrid Lindgren.Ya? La alegra desapareci. Perdneme. No debera cotillear.No, yo soy el que le debe una disculpa le dijo. Por hacerla esperar sin nada que

    hacer, como si no pudiese manejarse en ingravidez.No puede haber excepciones. Chi-Yuen volva a estar seria. Extendi su cama,

    flot sobre ella, y comenz a atarse. Quiero tenderme un rato a solas y pensar.En la Tierra?

    En muchas cosas. Estamos dejando ms de lo que muchos todava no hancomprendido, Charles Reymont. Es una especie de muerte; quiz seguida por laresurreccin, pero aun as muerte.

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    ...cero.El motor inico se encendi. Ningn hombre podra haber atravesado el grueso escudo

    para verlo y sobrevivir. Tampoco podra orlo, o sentir la ms mnima vibracin de supoder. Era demasiado eficiente. En la llamada sala de motores, que era en realidad uncentro nervioso electrnico, los hombres oan el pulso suave de las bombas quealimentaban la masa de reaccin de los tanques. Pero apenas lo notaban, concentradosen los indicadores, pantallas y seales en cdigo que controlaban el sistema. La mano deBoris Fedoroff nunca estaba muy lejos del interruptor principal. Entre l y el capitnTelander en el puente de mando flua un murmullo de comentarios. No era necesario en elcaso de la Leonora Christine. Naves mucho menos avanzadas podan operarse a smismas. Y eso exactamente era lo que haca. Sus robots internos interconectadostrabajaban con mayor velocidad y precisin incluso con ms flexibilidad, dentro de loslmites de su programacin que cualquier esperanza de la carne mortal. Pero vigilar era

    una necesidad humana.En el resto de la nave, la nica prueba directa de movimiento que tuvieron aquellos que

    yacan en los camarotes fue el regreso a la gravedad. No era mucho, menos de undcimo de g, pero les daba un arriba y abajo, cosa que agradecan sus cuerpos. Sesoltaron de las camas. Reymont hizo un anuncio por el intercomunicador del saln:

    Condestable al personal libre. Pueden moverse ad libitum, es decir, hacia delante. Su tono cambi a sarcstico: Puede que recuerden que al medioda de Greenwich seemitir una ceremonia de adis, con bendicin y todo. La pondremos en la pantalla delgimnasio para aquellos que quieran verla.

    La masa de reaccin entr en la cmara de ignicin. Los generadores termonuclearesencendieron los furibundos arcos electrnicos que convertan esos tomos en iones; loscampos magnticos que separaban las partculas positivas y negativas; las fuerzas quelos enfocaban en rayos; los pulsos que los impulsaban cada vez a mayor velocidad amedida que corran por los anillos de los tubos de empuje, hasta que surgan apenas amenos velocidad que la misma luz. Su impulso era invisible. No haba energa paramalgastar en llamas. En su lugar, todo lo que las leyes de la fsica permitan se empleabaen empujar a la Leonora Christine hacia delante.

    Una nave de su tamao no poda acelerar por ese mtodo como si fuese un crucero devigilancia. Eso hubiese exigido ms combustible del que poda llevar, cuando ya debatransportar medio centenar de personas, y atender sus necesidades durante diez o quinceaos y herramientas para satisfacer su curiosidad cientfica despus de la llegada, y (si

    los datos enviados por los instrumentos de la sonda que la haba precedido indicabanrealmente que el tercer planeta de Beta Virginis era habitable) los suministros y mquinascon los que el hombre podra comenzar en un nuevo mundo. Realiz una espiral lentafuera de la rbita terrestre. Los que la habitaban tuvieron amplias oportunidades para ir alas pantallas y observar cmo el hogar se perda entre las estrellas.

    No hay espacio para malgastar en el espacio. Cada centmetro cbico en el interior delcasco deba ser til. Pero personas lo suficientemente inteligentes y sensibles como paraaventurarse all fuera se hubiesen vuelto locas en un ambiente funcional. Por elmomento los mamparos eran metal y plstico desnudo. Pero los que tenan talentoartstico hacan planes. Reymont vio a Emma Glassgold, biloga molecular, en un

    comedor, dibujando un mural que representara un bosque alrededor de un lago iluminadopor el sol. Desde el comienzo, las secciones residenciales y de recreo estaban cubiertaspor un material verde y elstico como la hierba. El aire que sala de los ventiladores

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    estaba ms que purificado por las plantas de la seccin hidropnica y los coloides delequilibrador Darrell. El aire pasaba por cambios de temperatura, ionizacin, olor. En esemomento ola a trboles frescos, con un rastro apetitoso aadido si pasabas por la cocina,ya que la comida de gourmet compensa muchas carencias.

    Igualmente, las zonas comunes formaban un laberinto que ocupaba toda una cubierta.El gimnasio, que serva tambin de teatro y sala de reuniones, era la unidad mayor. Pero

    incluso el comedor era lo bastante grande para permitir que los comensales estirasen laspiernas y se relajasen. Cerca haba talleres para hobbies, cuartos para juegossedentarios, una piscina, pequeos jardines y emparrados. Algunos de los diseadores dela nave haban propuesto poner las cajas de sueo en ese nivel. Deba recordarse a lagente que fuese all que deban conformarse con fantasmagricos sustitutos de la realidadque haban dejado atrs? Pero el proceso era en cierta forma un entretenimiento;ponerlas en la enfermera poda ser desagradable, y sa era la nica alternativa.

    No haba necesidad inmediata para esos aparatos. El viaje apenas haba comenzado.Una alegra ligeramente histrica llenaba la atmsfera. Los hombres armaban escndalo,las mujeres hablaban, las risas eran desmesuradas a la hora de la comida y losfrecuentes bailes eran ocasiones para flirtear. Reymont contempl un partido de

    balonmano. A baja gravedad, cuando de hecho se puede caminar por una pared, laaccin se haca espectacular.

    Sigui hasta la piscina. Estaba situada en un hueco fuera del corredor principal y podacontener a varias personas sin apretujones; pero a aquella hora, 21.00, nadie la usaba.

    Jane Sadler estaba en el borde, con el ceo fruncido. Era canadiense, una biotcnicadel departamento de ciclos orgnicos. Fsicamente era una rubia alta, con rasgosordinarios pero el resto se apreciaba con gran facilidad en pantalones cortos y camiseta.

    Problemas? pregunt Reymont.Oh, hola, condestable respondi en ingls. Nada malo, excepto que no puedo

    imaginar la mejor forma de decorar esto. Se supone que debo presentar algunasrecomendaciones al comit.

    No tenan planeado un efecto de bao romano?Uh-uh! Sin embargo, eso es muy amplio. Ninfas y stiros, o lamos, o templos, o

    qu? ri. A la mierda. Propondr N y S. Si no queda bien, siempre podremos haceralgo encima, hasta que se nos acabe la pintura. Nos dar algo ms en que entretenernos.

    Quin puede aguantar cinco aos, y cinco ms si tenemos que regresar, slo enhobbies? dijo Reymont lentamente.

    Sadler ri de nuevo.Nadie. No se preocupe. Todos los de a bordo tienen un programa completo de

    trabajo ya preparado, ya sea la investigacin terica, escribir la gran novela de la eraespacial o ensear griego a cambio de clculo tensorial.

    Por supuesto. He visto las propuestas. Son adecuadas?Condestable, reljese! Las otras expediciones lo consiguieron, ms o menoscuerdas. Por qu no nosotros? Dse un bao. Su sonrisa se hizo ms amplia. Y yaque est, mjese la cabeza.

    Reymont imit una sonrisa, se quit la ropa y la colg de una percha. Ella silb.Hey! dijo. No le haba visto antes en nada ms pequeo que un mono. sa es

    una buena coleccin de trceps, bceps y dems. Calistenia?En mi trabajo, mejor me mantengo en forma respondi incmodo.En algn turno libre que no tenga nada que hacer propuso ella, venga por mi

    camarote y ejercteme a m.Me gustara dijo l mirndola de arriba abajo, pero por el momento Ingrid y yo...

    S, por supuesto. Bromeaba, ms o menos. Parece que pronto yo tambin tendruna relacin estable.S? Quin?, si puede saberse.

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    Elof Nilsson. Levant una mano. No, no lo diga. No es exactamente Adonis. Susmodales no siempre son los ms delicados. Pero tiene un cerebro maravilloso, creo que elmejor de la nave. No te cansas de escucharle. Apart la vista. Tambin se siente muysolo.

    Reymont se qued quieto durante un momento.Y usted es una buena persona, Jane dijo. Ingrid va a encontrarse conmigo aqu.

    Por qu no se une a nosotros?Ella inclin la cabeza.Cspita, tiene un ser humano escondido bajo ese polica. No se preocupe, no

    divulgar su secreto. Y tampoco me quedar. La intimidad es difcil de conseguir. senlamientras la tengan.

    Se despidi con la mano y se fue. Reymont desvi la mirada de ella al agua.As estaba cuando lleg Lindgren.Lo siento, llego tarde dijo. Una transmisin de Luna. Otra pregunta idiota sobre si

    todo iba bien. Vaya si me alegrar cuando estemos en el espacio profundo. Lo bes. lapenas respondi. Ella se ech atrs, con la cara preocupada. Qu pasa, cario?

    Crees que soy demasiado serio? dijo bruscamente.

    Ella no respondi al instante. El fluorescente se reflejaba en su pelo rojizo, el aire delventilador lo enred un poco; el ruido del juego de pelota llegaba desde la entrada.Finalmente:

    Por qu lo preguntas?Un comentario. Bien intencionado, pero un ligero golpe de todas formas.Lindgren frunci el ceo.Ya te lo he dicho antes, has sido ms duro de lo que a m me gustara las pocas

    veces que alguien se ha pasado de la raya. Nadie a bordo es un tonto, un farsante o unsaboteador.

    No deba haberle dicho a Norbert Williams que se callase el otro da, cuandoempez a atacar a Suecia durante la comida? Cosas as pueden tener consecuenciasterribles. Puso el puo cerrado sobre la palma de la otra mano. Lo s dijo. Ladisciplina militar no es necesaria, ni siquiera es deseable... todava. Pero he visto tantasmuertes, Ingrid. Llegar el momento en que no sobreviviremos a menos que podamosactuar unidos y saltar cuando nos lo ordenen.

    Bien, supuestamente en Beta 3 admiti Ingrid Lindgren. Aunque el robot noenvi ningn dato que sugiriese vida inteligente. A lo peor, podemos encontrarnos consalvajes armados con lanzas, que probablemente no nos seran hostiles.

    Pensaba en peligros como tormentas, corrimientos de tierra, enfermedades, Diossabe qu en un mundo que no es la Tierra. O un desastre antes de llegar all. No estoyconvencido de que el hombre moderno lo sepa todo sobre el universo.

    Hemos tratado este tema muy a menudo.S. Es tan viejo como el viaje espacial; ms an. Pero eso no lo hace menos real. Reymont vacil buscando las frases. Lo que intento hacer es... no estoy seguro. Estasituacin no se parece en nada a cualquier otra a la que me haya enfrentado. Intento... dealguna forma... mantener viva alguna idea de autoridad. Ms all de la simple obedienciaa los reglamentos y a los oficiales. Autoridad que tenga derecho a ordenar cualquier cosa,ordenar que un hombre muera si eso es necesario para salvar al resto... Mir lasorpresa de ella. No suspir, no entiendes. No puedes. Tu mundo siempre fuebueno.

    Es posible que puedas explicrmelo si me lo dices de muchas formas diferentes dijo con suavidad. Y puede que yo sea capaz de aclararte algunas cosas a ti. No ser

    fcil. Nunca te has quitado la armadura, Carl. Pero lo intentaremos, no? Sonri y le dioun palmada en el muslo. Ahora, sin embargo, idiota, se supone que estamos dedescanso. Qu hay del bao?

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    Ella se quit la ropa. l la observ mientras se le acercaba. A ella le gustaban losdeportes duros para luego descansar bajo una lmpara solar. Era evidente en los senos ycaderas firmes, en la cintura delgada, en los miembros flexibles y en un bronceado en elque destacaba su intenso pelo rubio.

    Bozhe moi, eres preciosa! dijo l en voz baja.Ella hizo una pirueta.

    A su servicio, amable seor... si puedes cogerme! Dio cuatro saltos de bajagravedad hasta el final del trampoln y salt. Su descenso fue lento como un sueo, unaoportunidad para un ballet areo. Su entrada en el agua dej lentas formas ondulantes.

    Reymont se meti directamente desde un lado de la piscina. Nadar no era muydiferente bajo aquella aceleracin. El golpe de los msculos, el fluir fro y aterciopeladodel agua, sera igual en el borde de la galaxia e incluso ms all. Ingrid Lindgren habadicho una vez que verdades como aqullas le hacan dudar que algn da sintieserealmente nostalgia. El hogar del hombre era todo el cosmos.

    Esa noche ella jugaba, zambullndose, esquivando, escapndose de l una y otra vez.Sus risas se reflejaban en las paredes. Cuando finalmente l la atrap, ella le abraz elcuello, puso los labios en su odo y murmur:

    Bien, me cogiste.Mmmm. Reymont le bes la zona entre el hombro y la garganta. A pesar del agua

    ola a mujer. Cojamos la ropa y vaymonos.l levant fcilmente sus seis kilos con un brazo. Cuando estuvieron solos en la

    escalera, la acarici con su mano libre. Ella agit los talones y ri.Sensualista!Pronto volveremos a estar a un g le record, y comenz a lanzarse hacia el nivel

    de oficiales a una velocidad que hubiese roto cuellos en la Tierra....Ms tarde, ella se alz sobre un codo y le mir fijamente a los ojos. Haba bajado la

    intensidad de las luces. Las sombras se movan a su espalda, a su alrededor, dndoletonos dorados y mbar. Con un dedo recorri su perfil.

    Eres un amante maravilloso, Carl murmur. Nunca he tenido uno mejor.T tambin me gustas dijo l.Un rastro de dolor toc frente y voz.Pero sa es la nica ocasin en la que realmente te entregas. E incluso entonces lo

    haces por completo? dijo ella.Qu ms hay que dar? Su tono se hizo ms rudo. Te he contado cosas que me

    sucedieron en el pasado.Ancdotas. Episodios. No hay conexiones, no... En la piscina me ofreciste, por

    primera vez, una imagen de quien eres. La imagen ms pequea posible, y la escondisteinmediatamente. Por qu? No utilizara lo que supiese para hacerte dao, Carl.

    l se sent ceudo.No s qu quieres decir. La gente se conoce al vivir juntos. Sabes que admiro apintores clsicos como Rembrandt y Bonestell, y no me interesan ni las abstracciones y nila cromodinmica. No soy muy musical. Tengo un sentido del humor de barracn. Misideas polticas son conservadoras. Prefiero un tournedos a un filet mignon pero megustara que los tanques de crecimiento pudiesen proveernos de cualquiera de ellos msa menudo. Juego al pquer de forma perversa, o lo hara si tuviese sentido a bordo deesta nave. Disfruto trabajando con las manos y soy bueno, as que ayudar a construir loslaboratorios una vez que el proyecto se organice. En estos momentos intento leer Guerray pazpero me quedo dormido continuamente. Golpe el colchn. Qu ms quieressaber?

    Todo contest ella triste. Seal toda la habitacin. Su armario estaba abierto,mostrando las vanidades inocentes de sus mejores galas. Los estantes estaban repletosde sus tesoros privados, hasta el lmite de la masa permitida: una ajada copia de Bellman,

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    un lad, una docena de fotos esperando su turno para ser colgadas, retratos mspequeos de su familia, una mueca kachina Hopi.... T no trajiste nada personal.

    He tenido poco equipaje a lo largo de mi vida.Y parece que el camino fue difcil. Quizs algn da te atrevas a confiar en m. Se

    acerc a l. Ahora no importa, Carl. No quiero acosarte. Te quiero dentro de m otravez. Sabes?, esto ha dejado de ser una cuestin de amistad y conveniencia. Me he

    enamorado de ti.

    Cuando alcanzaron la velocidad apropiada, en lnea recta desde los dominios de laTierra hacia el signo del zodiaco donde reinaba la Virgen, la Leonora Christine se liber.Apagados los impulsores, se convirti en un cometa ms. Slo la gravedad actuaba sobreella, doblando su trayectoria y reduciendo su marcha.

    Lo haban permitido. Pero el efecto deba mantenerse al mnimo. Las incertidumbres dela navegacin interestelar eran demasiado grandes de por s como para aadir factoresextras. As que la tripulacin los astronautas profesionales, para distinguirlos delpersonal cientfico y tcnico trabajaba con un lmite de tiempo.

    Boris Fedoroff gui un grupo fuera. Su trabajo era complejo. Se necesitaba habilidad

    para trabajar en condiciones de gravedad reducida y no agotarse intentando controlar lasherramientas y el cuerpo. Aun al mejor hombre podan soltrsele sus suelas de agarre dela estructura de la nave. Flotara entonces, maldiciendo, mareado por las fuerzas de giro,hasta que llegase al final de su lnea de rescate y volviese a la nave. La iluminacin erapobre: brillo directo al sol, negro tinta en la sombra rota slo por la iluminacin no difusade las lmparas de los cascos. El odo no funcionaba mejor. Las palabras tenanproblemas para superar los sonidos de la dura respiracin y la corriente sanguneacuando se les confinaba en un traje espacial, y el borboteo csmico en los auriculares deradio. A falta de una purificacin de aire comparable a la de la nave, los desechosgaseosos no se eliminaban por completo. Se acumulaban durante horas hasta que setrabajaba lleno de sudor, vapor de agua, dixido de carbono, sulfuro de hidrgeno,acetona... y la empapada ropa interior se pegaba a la piel... y se miraba las estrellas por elvisor con el dolor de cabeza formando una banda tras los ojos.

    Aun as, el mdulo Bussard, la empuadura y el pomo de la daga, fue separado.Alejarlo de la nave fue un trabajo peligroso y difcil. Sin friccin o peso, conservaba cadagramo de su considerable masa inercial. Era tan difcil detenerlo como ponerlo en marcha.

    Finalmente se desplaz a popa unido a un cable. Fedoroff comprob l mismo laposicin.

    Hecho gru. Eso espero.Sus hombres unieron sus lneas de seguridad al cable.l hizo lo mismo, habl con Telander en el puente y se solt. El cable fue arrastrado a

    bordo, llevando consigo a los ingenieros.Deban apresurarse. Aunque el mdulo seguira al casco ms o menos en la mismarbita, haba influencias diferenciales. Pronto provocaran un desvo indeseado en elalineamiento relativo. Pero todos deban estar dentro antes de la siguiente fase delproyecto. Las fuerzas que iban a activarse no seran amables con los organismos vivos.

    La Leonora Christine extendi las redes del campo de recogida. Brillaban al sol, con elcolor de la plata, frente al cielo estrellado. Desde lejos hubiese parecido una araa, unode esos pequeos arcnidos valientes que se aventuran en cometas hechas de sedacubierta de roco. No era, despus de todo, nada grande o importante en el universo.

    Aun as, lo que haca era impresionante a escala humana. La planta de energa activlos generadores del campo de recogida. De sus redes de control surga un campo de

    fuerzas magnetohidrodinmicas invisible pero que se extenda por miles dekilmetros; una combinacin dinmica, no esttica, pero mantenida y ajustada conabsoluta precisin; enormemente fuerte pero an ms enormemente compleja.

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    Las fuerzas atraparon la unidad Bussard, la trajeron a una posicin micromtricamenteexacta con respecto al casco y la fijaron en su lugar. Los monitores verificaron que todoestaba en orden. El capitn Telander hizo una ltima comprobacin con la Patrulla enLuna, recibi la seal de partida y dio una orden. En ese momento, los robots se hicieroncargo.

    La baja aceleracin del impulso inico le haba dado una modesta velocidad hacia

    delante, cuantificable en decenas de kilmetros por segundo. Era suficiente para activar elmotor estelar. La potencia disponible se increment en varios rdenes de magnitud. Agravedad uno, la Leonora Christine comenz a moverse!

    4

    En una de las habitaciones jardn haba una pantalla sintonizada con el exterior.Oscuridad y diamantes quedaban bordeados por helechos, orqudeas, fucsias arqueadasy buganvillas. Una fuente tintineaba y reluca. El aire era ms clido all que en la mayorparte de los lugares de a bordo, hmedo, lleno de perfumes y verde.

    Nada de eso eliminaba por completo el pulso subyacente de energas. Los sistemasBussard no haban sido desarrollados hasta tener la fluidez de los cohetes elctricos.Siempre, y tambin ahora, la nave suspiraba y temblaba. La vibracin era ligera, en elmismo lmite de la conciencia, pero se abra paso por entre el metal, los huesos y quizlos sueos.

    Emma Glassgold y Chi-Yuen Ai-Ling estaban sentadas en un banco entre las flores.Haban estado paseando, forjando una amistad. Sin embargo, desde su llegada al jardnhaban permanecido en silencio.

    Abruptamente Glassgold hizo una mueca y apart la vista de la pantalla.Fue un error venir aqu dijo. Vmonos.Por qu?, creo que es encantador contest sorprendida la planetloga. Una

    huida de paredes desnudas que necesitarn aos para convertirse en agradables.No podemos huir de eso. Glassgold seal la pantalla. En aquel momento estaba

    dirigida a popa y mostraba una imagen del Sol, encogido hasta ser slo la estrella msbrillante.

    Chi-Yuen la mir minuciosamente. La biloga molecular era igualmente pequea ymorena, pero sus ojos eran redondos y azules, su rostro redondo y rosa, su cuerpoestaba un poco rellenito. Se vesta de forma sencilla estuviese trabajando o no; y sinrechazar por completo las actividades sociales era ms una observadora que unaparticipante.

    En... cunto tiempo?... un par de semanas sigui hemos alcanzado las

    fronteras del Sistema Solar. Cada da... no, cada veinticuatro horas; da y noche yano significan nada... cada veinticuatro horas ganamos ochocientos cuarenta y cincokilmetros por segundo de velocidad.

    Una persona pequea como yo agradece tener el peso de la Tierra dijo Chi-Yuenintentando sonar animada.

    No me malinterpretes respondi Glassgold apresurada. No gritar: Demos lavuelta! Demos la vuelta! Intent un chiste propio. Eso decepcionara al psiclogoque me examin. El chiste se disip. Es slo... encuentro que necesito tiempo... paraacostumbrarme, poco a poco, a esto.

    Chi-Yuen asinti. Ella, en su ms reciente y colorido cheong-sam entre sus hobbiesse encontraba el realizar sus propias ropas, poda casi haber pertenecido a una especie

    diferente a la de Glassgold. Pero palme la mano de la otra mujer y dijo:No eres la nica, Emma. Lo esperaban. La gente empieza a entender con algo msque el cerebro, con todo su ser, lo que significa un viaje como ste.

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    A ti no parece que te moleste.No desde que el brillo del Sol se trag a la Tierra. Y antes tampoco demasiado.

    Duele decir adis. Pero tengo experiencia en eso. Una aprende a mirar hacia delante.Siento vergenza dijo Glassgold. Cuando yo he tenido mucha ms experiencia

    que t. O eso me ha hecho dbil de espritu?Realmente tuviste ms que yo? La pregunta de Chi-Yuen era apagada.

    Cmo?... s. No? O no te acuerdas? Mis padres siempre fueron personasacomodadas. Mi padre es ingeniero en una planta de desalinizacin, y mi madre esagrnomo. El Negev es hermoso cuando crecen las cosechas, y es tranquilo y amable, noapresurado como Tel Aviv o Haifa. Aunque disfrut estudiando en la universidad. Tuve laoportunidad de viajar, con buenas compaas. Mi trabajo iba bien. S, era afortunada.

    Entonces por qu te alistaste para ir a Beta 3?Inters cientfico... una evolucin planetaria completamente nueva...No, Emma. Los mechones de ala de cuervo se agitaron cuando Chi-Yuen neg

    con la cabeza. Las primeras naves trajeron datos para mantener la investigacindurante cientos de aos, en la misma Tierra. De qu huyes?

    Glassgold se mordi el labio.

    No deb curiosear se disculp Chi-Yuen. Esperaba ayudarte.Te lo dir dijo Glassgold. Tengo la impresin de que podras ayudarme. Eres

    ms joven que yo, pero has visto ms. Los dedos se enredaban en su regazo.Aunque yo misma no estoy muy segura. Cmo empezaron las ciudades a parecervulgares y vacas? Y cuando volva a casa para visitar a mi gente, el campo me parecapagado de s mismo y vaco. Cre que podra encontrar... un propsito?... ah fuera. Nos. Me present por un impulso. Cuando me llamaron para las pruebas de verdad, mispadres montaron tal jaleo que ya no pude echarme atrs. Sin embargo, siempre fuimosuna familia muy unida. Fue tan doloroso dejarlos. Mi padre, grande y seguro de s mismo,pareci de pronto pequeo y viejo.

    Haba tambin un hombre? pregunt Chi-Yuen. Lo hubo para m. Te lo digoporque no es un secreto, l y yo estbamos prometidos, y todo lo que era pblico sobreesta tripulacin acab en los informes.

    Un compaero de estudios dijo Glassgold humilde. Le amaba. Todava le amo.l apenas saba que yo exista.

    No es raro contest Chi-Yuen. Una lo supera o se convierte en una enfermedad.Tienes buena salud en la cabeza, Emma. Lo que necesitas es salir de tu concha. nete atus compaeros. Preocpate de ellos. Sal de tu camarote por un rato y mtete en el de unhombre.

    Glassgold enrojeci.No hago esas cosas.

    Chi-Yuen arque las cejas.Eres virgen? No nos lo podemos permitir, no si queremos empezar una poblacinen Beta 3. El material gentico es escaso.

    Quiero un matrimonio decente dijo Glassgold con algo de furia, y tanto nioscomo Dios provea. Pero sabrn quin es su padre. No hago ningn dao si no juego alridculo juego de ir cambiando de camas mientras viajamos. Ya tenemos a bordosuficientes chicas que lo hacen.

    Como yo. Chi-Yuen no estaba enfadada. Sin duda se desarrollarn relacionesestables. Mientras tanto, de vez en cuando, por qu no dar y recibir unos pocosmomentos de placer?

    Lo siento dijo Glassgold. No debera criticar asuntos privados. Especialmente

    cuando nuestras vidas han sido tan distintas.Verdad. No estoy de acuerdo en que tu vida fuese ms afortunada que la ma. Alcontrario.

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    Qu? A Glassgold se le abri la boca. No puedes hablar en serio!Chi-Yuen sonri.Como mucho conoces la superficie de mi pasado. Adivino lo que piensas. Mi pas

    dividido, empobrecido, paralizado por las consecuencias de las revoluciones y las guerrasciviles. Mi familia culta y preocupada por la tradicin pero pobre, con la pobrezadesesperada que slo los aristcratas cados en tiempos terribles conocen. Sus sacrificios

    para mantenerme en la Sorbona, cuando lleg la oportunidad. Despus de licenciarme, eltrabajo duro y el sacrificio que realic a cambio, ayudndoles a volver a ponerse en pie. Volvi el rostro hacia la luz del sol y aadi con calma: Sobre mi hombre. Nosotrostambin ramos estudiantes, en Pars. Ms tarde, como ya te he dicho, tena quealejarme de l a menudo por el trabajo. Finalmente fue a visitar a mis padres en Pekn. Yoiba a unirme a l lo antes posible, y nos hubisemos casado, en ley y sacramento ascomo de hecho. Hubo disturbios. Lo mataron.

    Oh, Dios mo...! empez a decir Glassgold.sa es la superficie la interrumpi Chi-Yuen. La superficie. No lo entiendes?,

    tambin tuve un hogar lleno de amor, quiz ms que el tuyo, porque me entendan tanbien que no se resistieron a que los abandonase para siempre. Vi muchas partes del

    mundo, ms de lo que puede verse viajando cuidadosamente en primera clase. Tuve a miJacques. Y a otros, antes y despus, como l hubiese querido. Voy al exterior sin pesaresni heridas que no sanarn. La suerte es ma, Emma.

    Glassgold no respondi con palabras.Chi-Yuen la cogi de la mano y se levant.Debes liberarte de ti misma dijo la planetloga. Al final, slo t puedes ensearte

    a ti misma cmo hacerlo. Pero quiz pueda ayudarte un poco. Ven a mi camarote. Teharemos un vestido que te haga justicia. La fiesta del Da de la Alianza est cerca, ypretendo que te lo pases bien.

    Piense: un solo ao luz es un abismo inconcebible. Numerable pero inconcebible. Avelocidad ordinaria digamos, el ritmo razonable de un coche en el trfico metropolitano,dos kilmetros por minuto se invertiran casi nueve millones de aos en atravesarlo. Yen la vecindad del Sol las estrellas estn a una media de nueve aos luz de distancia.Beta Virginis estaba a treinta y dos.

    Aun as, tales espacios podan conquistarse. Una nave acelerando continuamente agravedad uno habra recorrido medio ao luz en algo menos de un ao de tiempo. Yestara movindose a casi la velocidad lmite: trescientos mil kilmetros por segundo.

    Aparecieron problemas prcticos. De dnde saldra la masa-energa para hacer algoas? Incluso en un universo newtoniano, la idea de un cohete que transportase tantocombustible desde el principio sera ridcula. Era an ms cierto en el verdadero cosmos

    einsteniano, en el que la masa de la nave y la carga aumentan con la velocidad,alcanzando el infinito a medida que la velocidad se acerca a la de la luz.Pero el combustible y la masa de reaccin estaban en el espacio! El universo estaba

    repleto de hidrgeno. Es cierto, las concentraciones no eran muy grandes para losestndares terrestres: alrededor de un tomo por centmetro cbico en la vecindadgalctica del Sol. Aun as, eso significaba treinta mil millones de tomos por segundo,golpeando cada centmetro cbico de la seccin transversal de la nave a medida que seaproximaba a la velocidad de la luz (la cifra era ms o menos igual en las primeras fasesdel viaje, ya que el medio interestelar era ms denso cerca de una estrella). Las energaseran increbles. Se emitiran megaroentgens de radiacin dura por el impacto: y menos demil r en una hora es fatal. Ningn apantallamiento ayudara. Aunque fuera imposiblemente

    grueso al empezar, acabara erosionndose.Aun as, en los das de la Leonora Christine haba medios no materiales disponibles:campos magnetohidrodinmicos, cuyos pulsos se extendan por millones de kilmetros

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    para atrapar tomos por los dipolos sin necesidad de ionizacin y controlar su flujo.Esos campos no servan pasivamente como simples armaduras. Desviaban el polvo, s, ytodos los gases menos el dominante hidrgeno. Pero ste era forzado a popa en largascurvas que evitaban el casco por un margen razonable hasta que entraba en untorbellino de electromagnetismo compresor y ardiente centrado en el motor Bussard.

    La nave no era pequea. Aun as no era sino un diminuto rastro de metal en esa vasta

    red de fuerzas que la rodeaba. Ella misma ya no la generaba. Haba iniciado el procesocuando haba conseguido la velocidad mnima de ramjet; pero se hizo demasiado grande,demasiado rpida hasta que slo poda ser creada y mantenida por s misma. Losreactores termonucleares primarios (se usara un sistema distinto para desacelerar), lostubos Venturi, todo el sistema que la impulsaba no estaba contenido a bordo. La mayorani siquiera era material, sino la resultante de vectores a escala csmica. Los sistemas decontrol de la nave, controlados por ordenador, no eran anlogos a pilotos automticos.Eran como catalizadores que, usados juiciosamente, podan afectar el curso de aquellasmonstruosas reacciones, podan incrementarlas, reducirlas o apagarlas... pero no conrapidez.

    Como en las estrellas, el hidrgeno se fusionaba a popa del mdulo Bussard que

    enfocaba el electromagnetismo que lo contena. Un titnico efecto de lser de gas dirigalos fotones mismos en un rayo cuya reaccin empujaba la nave hacia adelante, y quehubiese podido vaporizar cualquier cuerpo slido que tocase. El proceso no era eficienteal cien por cien. Pero la mayor parte de la energa perdida se empleaba en ionizar elhidrgeno que escapaba a la combustin nuclear. Esos protones y electrones, junto conlos productos de la fusin, tambin eran impulsados hacia atrs por los campos de fuerza,un vendaval de plasma que aportaba su propio incremento de impulso.

    El proceso no era estable. Ms bien, comparta la inestabilidad del metabolismo vivo ybailaba siempre al borde del desastre. Se producan variaciones impredecibles en elcontenido de materia del espacio.

    La extensin, intensidad y configuracin de los campos de fuerza deba por tantoajustarse continuamente: un problema con un nmero indeterminado de millones defactores que slo un ordenador poda resolver con la suficiente rapidez. Los datos deentrada y las seales de salida viajaban a la velocidad de la luz: una velocidad finita querequera tres segundos y un tercio para recorrer un milln de kilmetros. La respuestapodra ser fatalmente lenta. Ese peligro se incrementara a medida que la LeonoraChristine se acercase tanto a la velocidad final que el tiempo cambiase de formamesurable.

    Aun as, semana tras semana, mes tras mes, la nave se mova hacia delante.

    Los mltiples ciclos de materia que convertan de nuevo los desechos biolgicos en

    aire respirable, agua potable, comida y fibras utilizables, llegaban tan lejos como paramantener un equilibrio del alcohol etlico a bordo. El vino y la cerveza se producan conmoderacin, principalmente para la mesa. Las raciones de licores fuertes eran escasas.Pero ciertas personas haban incluido botellas en sus equipajes personales. Ms an,podan negociar las partes de los amigos abstemios y guardar las suyas hasta que fuesensuficientes para una ocasin especial.

    Ninguna regla oficial, pero s la costumbre, deca que fuera de los camarotes slo sepoda beber en el comedor. Para estimular la vida social, esa habitacin tena variasmesas pequeas en lugar de una sola mesa larga. Por tanto, entre comidas, serva declub. Algunos hombres construyeron un bar al fondo para servir hielo y productos paramezclar. Otros fabricaron cortinas para los mamparos, para que los murales decorosos

    pudiesen ocultarse durante las horas de bebida tras escenas un poco ms verdes.Continuamente haba msica de fondo, cosas alegres, desde gallardas del siglo XVI hastalo ltimo de los asteroides llegado desde la Tierra.

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    En una fecha particular, alrededor de las 20.00, el club estaba vaco. Haba un baileprogramado en el gimnasio. El personal libre que quera asistir la mayora se estabavistiendo. Las prendas, todas de gala, se estaban volviendo terriblemente importantes. Elmecnico Johann Freiwald resplandeca dentro de una tnica dorada que una dama habacosido para l. Ella todava no estaba lista, ni tampoco la orquesta, por lo que dej queElof Nilsson lo llevase al bar.

    No podemos hablar maana de negocios? pregunt. Era un joven grande yamigable, de rasgos rectos, con una calva que resplandeca rosa por entre un pelo rubiomuy corto.

    Quiero hablarlo contigo ahora que lo tengo fresco en la cabeza dijo la voz chillonade Nilsson. Me vino de golpe mientras me cambiaba. Su aspecto lo confirmaba.Antes de pensarlo ms quiero saber si es prctico.

    Jawohl, si t pones las bebidas y no nos lleva mucho tiempo.El astrnomo encontr su botella personal en el estante, cogi un par de vasos y se

    dirigi a la mesa.Yo tomar agua... comenz a decir Freiwald. El otro hombre no lo oy. se es

    Nilsson le dijo Freiwald al aire. Llen una jarra de agua y se la llev.

    Nilsson se sent, sac una libreta de notas y comenz a dibujar. Era bajo, gordo, canoy feo. Se saba que un padre intelectualmente ambicioso, en una antigua ciudaduniversitaria de Upsala, le haba obligado a convertirse en un prodigio a costa de todo lodems. Se supona que su matrimonio haba sido el resultado de la desesperacin mutuay se haba convertido en una catstrofe prolongada, porque a pesar de tener un hijo lapareja se deshizo en el momento en que tuvo la oportunidad de ir en aquella nave. Aunas, cuando hablaba, no sobre las humanidades que no entenda y que por tantodespreciaba, sino sobre sus propios temas... entonces olvidaba su arrogancia ypomposidad, recordaba sus observaciones que haban probado finalmente el modelo deluniverso oscilante, y se le vea coronado de estrellas.

    ...oportunidad nica para conseguir datos valiosos. Piensa en la base que tenemos:diez parsecs. Adems de la capacidad de examinar espectros de rayos gamma conmenos incertidumbre, con mayor precisin, cuando se desplazan al rojo hacia fotonesmenos energticos. Y ms y ms. Aun as, no estoy satisfecho.

    No creo que sea realmente necesario mirar una imagen electrnica del cielo,estrecha, borrosa y degradada por el ruido, por no mencionar los malditos cambiospticos. Deberamos montar espejos en el exterior del casco. Las imgenes podrandirigirse por conductores de luz a los oculares, fotomultiplicadores y cmaras a bordo.

    No, no lo digas. S que los intentos anteriores han fallado. Se podra construir unamquina que saliese por una esclusa, le diese forma al soporte de plstico de eseinstrumento y lo aluminizara. Pero los efectos de induccin de los campos Bussard pronto

    haran que el espejo fuese algo ms apropiado para una casa de la risa en Grna Lund.S.Pero mi idea es grabar sensores y circuitos de retroalimentacin en el plstico,

    flexores de control que automticamente compensaran las distorsiones a medida quesucedan. Me gustara conocer tu opinin sobre las posibilidades de disear, probar yproducir esos flexores, seor Freiwald. Aqu tienes, ste es mi esquema rpido de lo quetengo en mente...

    Nilsson fue interrumpido.Hola, ah estn, amigos!l y el mecnico levantaron la vista. Williams se acercaba dando bandazos. El qumico

    llevaba una botella en la mano derecha y un vaso medio lleno en la izquierda. Su cara

    estaba ms roja que de costumbre y respiraba con pesadez.Was zum Teufel? exclam Freiwald.

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    En ingls, chico dijo Williams. Habla ingls esta noche. Al estilo americano. Lleg hasta la mesa y se sent sobre ella con tal mpetu que casi la tira. Un fuerte olor awhisky flotaba a su alrededor. Especialmente t, Nilsson. Apunt con un dedovacilante. Habla en americano esta noche, sueco. Me oyes?

    Por favor, vete a otro sitio dijo el astrnomo.Williams se ech de golpe sobre la silla. Se inclin hacia delante apoyndose en ambos

    codos.No sabes qu da es dijo. Verdad?Dudo que t lo sepas, en tus condiciones actuales le respondi Nilsson en sueco

    . La fecha es el Cuatro de julio.E-e-e-exacto! Sabes qu significa? No? Williams se volvi hacia Freiwald.

    Lo sabes t, Heinie?Un aniversario? aventur el mecnico.Eso es. Un aniversario. Quin lo dira? Williams levant su brazo. Bebed

    conmigo, vosotros dos. He estado reuniendo para hoy. Bebed!Freiwald lo mir con simpata y brind con l.Prositempez a decir Nilsson, Skl. Pero volvi a poner el licor sobre la mesa

    y lo mir fijamente.Cuatro de julio dijo Williams. Da de la Independencia. Mi pas. Quise dar una

    fiesta. A nadie le importaba. Una copa conmigo, quiz dos, luego a su maldita fiesta. Mir a Nilsson durante un rato. Sueco dijo lentamente, bebe conmigo o te romperlos dientes.

    Freiwald puso una mano grande sobre el brazo de Williams. El qumico intentlevantarse. Freiwald lo mantuvo donde estaba.

    Calma, doctor Williams le pidi amablemente el mecnico. Si quiere celebrar suda nacional, por supuesto que estaremos contentos de brindar con usted. Verdad,seor? aadi para Nilsson.

    El astrnomo adopt un tono adusto.S cul es el problema. Me lo cont antes de partir un hombre que saba lo que

    pasaba. Frustracin. No poda aguantar los mtodos modernos de administracin.Maldita burocracia del estado del bienestar dijo Williams con hipo.Comenz a soar con la era imperial y soberana de su pas sigui Nilsson.

    Fantase sobre el sistema de libre empresa que no creo que existiese nunca. Expresabaideas polticas reaccionarias. Cuando la Autoridad de Control tuvo que arrestar a variosoficiales americanos de alto rango por conspiracin para violar la Alianza...

    Me hart. El tono de Williams subi hasta convertirse en un grito. Otra estrella.Un nuevo mundo. La oportunidad de ser libres. Incluso si tengo que viajar con un montnde suecos.

    Ves? Nilsson le sonri a Freiwald. No es sino una vctima del nacionalismoromntico con el que nuestro mundo demasiado ordenado se ha estado consolando a smismo en la pasada generacin. Es una pena que no quedase satisfecho con la ficcinhistrica o la mala poesa pica.

    Romntico! grit Williams. Luch sin xito para liberarse de Freiwald. T,monstruo de ojos de bho, barriga cada y largo como un palo, qu crees que te hahecho? Cmo te sentas al ser as, mientras los otros chicos jugaban a ser vikingos? Tumatrimonio sali an peor que el mo! Y yo aguant, hijo de puta, yo tena que ganarme lavida, algo que t jams has tenido que hacer... Sultame y veremos quin es el hombreaqu.

    Por favor dijo Freiwald. Bit