Análisis Situacional en Criminología Birbeck

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    HACIA

    EL

    DESARROLLO

    EL

    ANALISIS SITUACIONAL

    EN L

    CRIMINOLOGIA: UN ESTUDIO E TRES

    TIPOS

    DE DELITO

    EN ESTADOS UNIDOS Y VENEZUELA

    ary LaFree

    Christopher Birkbeck

    Profesor Asociado de Criminología, Universidad de Nuevo México. Estados Unidos.

    Profesor Agregado de Criminología. Centro de Investigaciones Penales y Criminológi-

    cas, Universidad de los Andes.

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    Ambos autores contribuyeron en forma igual a la preparación de este artículo.

    Esta investigación ha sido desarrollada con el apoyo del Social Science Research

    Council

    la

    Organización de Estados Americanos y el

    D HT

    de la Universidad

    de Los Andes.

    Por

    su valiosa colaboración en el levantamiento y procesamiento

    de los datos

    en la

    ciudad de Maracaibo agradecemos a Aníbal Marín Carmelo

    Boada Miguel Barreto Marisol Azuaje Marlene Gutiérrez Arminda Oquendo al

    Instituto de Criminología de la Universidad del Zulia la Dirección de Prevención

    del Delito del Estado Zulia la Dirección Nacional de Prevención del Delito la

    Oficina Central de Estadísticas e Informática y la Cárcel Nacional de

    Maracaibo.

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    INTRODUCCION

    Frente a la tarea de formular explicaciones adecuadas de la conducta humana,

    los investigadores en ciencias sociales han optado

    por

    dividir analíticamente las

    posibles causas del mismo. En este sentido,

    fue

    Lewin

    1935;

    1973) el primero en

    proponer la ya famosa ecuación que expresa esta distinción:

    e

    = f

    (P.S)

    donde

    e

    = comportamiento

    P persona

    S situación

    F una función que expresa la combinación de los dos factores, per-

    sona

    y

    situación.

    A partir de allí, la noción de que la conducta puede ser entendida como la com-

    binación de la persona y de la situación en que se encuentra la persona, ha

    influido notablemente en los estudios de la personalidad (ver, por ejemplo, Pervin

    1985)

    y de la psicología social (ver,

    por

    ejemplo,

    Fumham

    y Argyle

    1981).

    En la criminología, este mismo enfoque fue aplicado al estudio de la conducta

    desviada y delictiva por Sutherland

    1960, p. 76),

    quien distinguió entre las explica-

    ciones históricas o genéticas de dicha conducta, que se refieren a los procesos

    operando durante la historia anterior del delincuente , y las explicaciones meca-

    nicistas o situacionales , que

    se

    refieren a los procesos en operación en el

    momento de ocurrencia del delito . 'Según Sutherland (ver también Gibbons

    1971),

    ambos enfoques son necesario

    si se

    quiere llegar a

    una

    comprensión global

    de cualquier conducta.

    n esta división de trabajo empleada por los investigadores, personalidad y

    situación tienen igual peso en la formulación de modelos explicativos. Sin

    embargo, en lo que

    se refiere a la investigación criminológíca, la mayoría de los

    estudios sobre la conducta delictiva se han ocupado, de una u otra manera, de la

    personalidad del delincuente, intentando identificar las causas biológicas, psi-

    cológicas o sociales de la motivación o predisposición general a cometer un delito,

    y dejando de lado el estudio de los factores situacionales (Gibbons 1971).

    En parte, esta falta de interés podría obedecer a lo aparentemente obvio del

    papel de la situación en la dinámica del delito. Como .lo expresara Sutherland

    1973. p.

    32):

    Es axiomático que las personas que cometen un delito específico

    deben disponer de la oportunidad para cometer ese delito , y seguramente algunos

    lectores de esas líneas encontrarían poco interés en

    una

    proposición tan sencilla.

    En este sentido,

    por

    ejemplo, Sparks 1980,

    p. 27)

    ha observado que el papel de la

    oportunidad (léase situación propicia) en la génesis del delito es obvio y carente

    de interés.

    Pero otra explicación del poco estudio de los factores situacionales en la

    comisión del delito sería que apenas en años recientes

    han

    sido consolidados

    los bancos de datos empíricos que hayan estimulado a los criminólogos a

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      Fueuna cosa repentina, n realidad,

    no

    quería hacerlo.

    No

    lo planifique,

    ni nada; simplemente ocurrió. Porque me lo ofreció. No hay razón.

    Agarré el dinero y eso

    fue

    todo. Sabes que lo golpeé? Estuve feliz de

    g o l p e ~ r l o Yo iba a alejarme caminando y dejarlo allí pero medió cuatro

    dólares.

    El

    pensaba que lo iba a degollar. Me los dió . (Feeney 1986, p.

    58 .

    Una revisión preliminar de datos como éstos indica que la dinámica situacio-

    nal del delito es más compleja que el modelo empleado en las teorías de las opor-

    tunidades para el delito, Estas parecen referirse únicamente al delito cometido con

    premeditación, donde la motivación a delinquir surge en una situación anterior a

    aquélla que

    se

    escoge para el delito. Sin embargo, el segundo caso relatado aquí

    muestra que,

    por

    lo menos para algunos delitos, la motivación a delinquir surge en

    la misma situación donde se registra el hecho delictivo. de esta manera, resulta

    difícil hablar de la selección de la situación para cometer el delito, y las teorías

    de las oportunidades para el delito tendrían que ser reformuladas para incorporar

    esta aparente anomalía.

    Otro problema que se puede identificar en estas teorías se refiere más al

    método de contrastación empírica que a su contenido. n las investigaciones

    realizadas hasta ahora sobre las características situacionales del delito,

    ha

    resul-

    tado difícil establecer vínculos claros y plausibles entre los patrones de hechos

    delictivos observados y los procesos que, se supone, producen dichos patrones.

    Por ejemplo, la teoría de las activdades rutinarias y la teoría de la victimación

    interpersonal centran la atención en las características y actividades de las vícti-

    mas del delito. Sin embargo, como hemos planteado en un trabajo anterior (Birk-

    beck y LaFree

    1989 ,

    las relaciones postuladas entre las características de la

    víctima y las actividades del delincuente son frecuentemente cuestionables.

    De manera similar, el método alternativo para la contrastación de estas teorías

    también resulta problemático. Nos referimos a los estudios sobre delincuentes,

    bien en libertad, bien recluidos en la cárcel (ver, por ejemplo, Walsh 1986 . Estas

    investigaciones proporcionan una amplia gama de datos sobre el proceso de pla-

    nificación y comisión del delito. Sin embargo, las limitaciones de tipo de estudio

    deben ser reconocidas. Normalmente recurren a experimentos de simulación para

    investigar el proceso de selección de situaciones y frecuentemente asignan preemi-

    nencia al delito premeditado frente al delito reactivo . Por último, estas investiga-

    ciones están obligadas a trabajar con muestras no aleatorias de delincuentes.

    Todos estos condicionantes implican la imposibilidad de estudiar muestras alea-

    torias de hechos delictivos, y así resulta difícil vincular el proceso de selección

    situacional con los patrones que se quieren explicar.

    Vemos, entonces, que el análisis situacional del delito no es tan obvio como

    parecería. De hecho, podemos afirmar que esta perspectiva se encuentra apenas

    en la primera etapa de su desarrollo y que faltaría mucho para que

    se

    acumule la

    misrp.a cantidad de teorías e investigaciones empíricas que aquella proveniente de

    los estudios sobre la personalidad delictiva. n este trabajo, intentamos un acer-

    camiento inicial al tema general del análisis situacional del delito, buscando, en

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    primer lugar, ofrecer algunas soluciones a los problemas anteriormente identifica-

    dos, y

    en

    segundo lugar, ejemplificar los aportes del enfoque sitUacional

    para la

    comprensión del fenómeno delictivo.

    l .

    UN MODELO DE LAS CARACTERISTICAS SITUACIONALÉS DEL

    DELITO

    a palabra

    situación

    ha

    sido empleada

    con

    gran frecuencia

    en

    las ciencias

    sociales (Dewey

    1920;

    Thomas 1928; Lewin

    1935;

    Goffman

    1974),

    aun cuando su

    significado

    ha

    sido difícil de

    precisar Fumham

    y Argyle 1981).

    En

    lo que atañe al

    delito,

    la

    situación puede definirse, tentativamente, como el campo perceptivo,

    en

    un

    momento determinado, de

    un

    individuo motivado a delinquir. El campo per-

    ceptivo incluye los objetos del delito, definitivos o potenciales,

    humanos

    o

    materiales, y el entorno físico y social,

    por

    ejemplo, la presencia de otras personas,

    el disefto de las edificaciones y la iluminación.

    Para

    plantear la relación entre situaciones y conducta, utilizamos

    un

    enfo-

    que ecléctico que se

    basa en

    dos postulados p.Hncipales.

    En

    primer lugar, nos

    adherimos a la teoría de la funcionalidad de las situaciones, propuesta

    por

    Argyle,

    Fumham

    y

    Graham

    (1981), que concibe toda conducta

    en

    términos de

    la orientación hacia metas. Según estos autores, el individuo intenta la adap-

    tación racional de conductas a situaciones

    con

    el objetivo de lograr sus metas.

    Esta visión del comportamiento se encuentra ampliamente difundida

    en

    las cien-

    cias sociales (ver,

    por

    ejemplo, Mischel 1976; Simon

    1978; Comish

    y Clarke

    1986).

    En segundo lugar, tomamos ciertos planteamientos de la perspectiva del

    aprendizaje social propuesta

    por

    Bandura

    1977).

    Esto es necesario, porque

    la

    adaptación de conductas a situaciones implica

    un

    proceso de aprendizaje que

    comprende dos dimensiones. La primera de ellas

    se

    refiere a los resultados de

    cualquier acción. Mediante la experimentación (Brantingham y Brantingham

    1984) y la observación (Akers 1985), el individuo adquiere conocimiento sobre el

    resultado probable de utilizar

    una

    conducta

    en una

    situación determinada (ver,

    Pervin 1981).

    La

    segunda dimensión comprende la evaluación que práctica el

    individuo del resultado obtenido mediante el empleo de esa conducta

    en

    esa situa-

    ción.

    Dicha

    evaluación obedece a reglas de conveniencia, que se refieren a la facti-

    bil idad y utilidad del resultado, y a reglas morales, que interpretan el resultado

    en

    términos del

    bien

    y el

    mal

    (Pearson y Weiner

    1985,

    pp.

    121-122).

    Desde esta perspectiva, la vida del individuo se convierte

    en un

    proceso ince-

    sante de armonización de conductas y situaciones

    en

    busca de determinados

    resultados que permitan lograr sus metas.

    Así, en

    vez de

    hablar

    de la selección de

    situaciones, o de la reacción ante la situación, nos parece mejor referimos a

    la

    armonización de conductas y situaciones, ya que este término incluye ambos

    procesos.

    En

    el estudio de la relación entre la situación y la conducta, es conveniente

    adoptar una

    estrategia huerística que postula la existencia de

    una

    plantilla men-

    tal

    en

    el inllividuo. Esta organiza las características situacionales necesarias

    para

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    el logro de algún resultado Brantingham y Brantingham 1984 . Se supone que el

    individuo intenta buscar una situación con las características indicadas por la

    plantilla, para de esta manera producir el resultado deseado.

    Si lo que planteamos tiene algo de cierto, y existe un proceso de armonización

    de conductas y situaciones, debe ser posible observar una correspondencia entre

    determinados tipos de conducta y determinados tipos de situación. Dicho de otra

    manera, habrá una especificidad, o concentración, situacional de la conducta.

    Esto implica que la conducta no se observará con la misma frecuencia en todo

    tipo de situación. Así, el proceso de armonización de conductas y situaciones se

    puede estudiar mediante la observación de las características de las situaciones en

    que se manifiesta la conducta. 3)

    El concepto de especificidad situacional de la conducta permite la construc

    ción de un modelo de armonización de conducta y situaciones útil para la for

    mulación y contrastación empírica de hipótesis.

    n

    este modelo, el nivel y tipo de

    especificidad situacional de la conducta representan la variable dependiente,

    cuyos determinantes son, en primera instancia la plantilla mental que relaciona la

    conducta con uno o varios tipos de situación, y en segunda instancia, las carac

    terísticas de la conducta y del individuo que propone utilizarla. El Gráfico N° 1

    muestra los lineamientos generales de este modelo.

    Las variables dependientes son clasificables de dos maneras.

    n primer lugar,

    la especificidad situacional del delito puede ser medida bien en términos de su

    nivel esto es, la homogeneidad o heterogeneidad situacional del delito), bien

    en

    términos de su tipo. n segundo lugar, las características situacionales del delito

    pueden ser estudiada.s en términos de los criterios de evaluación empleados por el

    delincuente en la armonización de conductas y situaciones. Según las teorías de

    las oportunidades para el delito, estos criterios se refieren a la

    factibilidad utilidad

    de la situación para la comisión del delito. A su vez, estos criterios representan la

    utilización de las reglas de conveniencia señaladas por la teoría del aprendizaje

    social. Esta teoría también señala que el individuo evalua la situación en términos

    de criterios de

    moralidad

    Obsérvese, entonces, que la variable dependiente en este

    modelo representa, en realidad,

    una

    gran cantidad de variables específicas, referi

    \das

    a los diferentes indicadores que el investigador desee incluir en el

    modelo.

    Las características situacionales de cualquier clase de delitos responden, en

    términos generales, a la plantilla mental que posee el delincuente, la cual indica el

    tipo de situación-. propicia para la comisión del delito. Esta plantilla mental

    tendría las mismas características generales que las variables referidas al tipo de

    situación, analizadas anteriormente. Así, una plantilla mental comprendería una

    serie de indicadores, relacionados con los criterios de factibilidad, utilidad y

    moralidad; y combinados de tal manera que constituyen una descripción sintética

    del tipo de situación propicia para el delito.

    Las características situacionales de una/clase de delitos no están determinadas

    únicamente

    por

    la plantilla mental que posee el delincuente, ya que, como hemos

    57

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    visto éste intentará cometer el delito en aquellas situaciones que

    se

    perciben idén

    ticas o casi idénticas a la situación descrita por la plantilla. Sin embargo es

    posible que el delincuente

    se

    equivoque en su apreciación de la situación objetiva

    y que intente cometer el delito donde no están dadas todas las condiciones indica

    das por la plantilla.

    Así

    la capacidad para emparejar la plantilla con diversas

    situaciones objetivas también se constituye en determinante de las características

    situacionales del delito.

    Los determinantes de la plantilla mental y de la capacidad para emparejar la

    plantilla con situaciones objttivas

    se

    refieren a diversas características del delin

    cuente.

    En

    cuanto a la plantilla mental

    se

    incluyen cuatro tipos de determinante

    en el modelo. El primer conjunto

    se

    refiere a la experiencia que tenga el delin

    cuente con el tipo de delito que piensa cometer o con delitos similares.

    En

    este

    sentido Brantingham y Brantingham

    1984,

    pp.

    341-344)

    postulan que la plantilla

    mental

    se

    construye

    en

    la medida

    en

    que el delincuente adquiera experiencia

    en

    la

    comisión del delito.

    El segundo conjunto de variables

    se

    refiere al tipo de delito cometido. a incor

    poración de estas variables responde a los planteamientos de Mclntosh

    1971;

    1977)

    y Letkemann

    1974)

    sobre la relación entre la modalidad delictiva y el tipo

    de situación más propicia para el delito.

    El tercer conjunto de variables comprende los objetivos del delito.

    Se

    su

    pone que los objetivos del delito influyen sobre las características de las

    si

    tuaciones propicias para las mismas y que dichos objetivos pueden ser clasi

    ficados en materiales y sociales. Los objetivos materiales comprenden benefi

    cios de variada índole tales como la adquisición de dinero u objetos de pro

    piedad o la satisfacción sexual. Los objetivos sociales

    se

    refieren bien al

    anonimato del delincuente bien al reforzamiento de su imagen

    en

    la situación.

    El cuarto conjunto de variables es sugerido por las investigaciones sobre los

    delitos contra las personas ya que estas indican la importancia de los valores del

    delincuente en la evaluación de la situación. Siguiendo los planteamientos de

    Black 1984) sobre la evaluación como actividad social postularemos que los

    valores del delincuente son clasificables

    en

    tres: intelectuales estéticos y morales.

    Como debe ser evidente los valores morales llevan a la evaluación de la situación

    en términos de la moralidad del delito.

    De estos conjuntos de variables se postula que la experiencia también influye

    sobre la capacidad para emparejar la plantilla mental con situaciones objetivas.

    Por lo demás también se incluye otro determinante ~ esta capacidad que se

    refiere a la habilidad perceptiva del delincuente. Aun cuando no se hayan reali

    zado investigaciones sobre este punto se supone que existen diferencias generales

    en la capacidad de observación de cada persona - de allf la fama de Sherlock Hol

    mes como detective. Pero también habrán variaciones temporales en la habilidad

    perceptiva del individuo relacionadas

    por

    ejemplo con el· consumo de

    alcohol o drogas. ·

    Los conjuntos de variables incluidos en el modelo deben considerarse ilustra-

    58

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    tivos antes que definitivos, ya que nuestro estado de conocimiento sobre el com-

    portamiento situacional del delincuente es todavía bastante deficiente. Para

    poder

    ejemplificar su uso, en la próxima sección centraremos la atención en las relacio-

    nes entre el tipo de delito y los objetivos del delito, como variables independientes,

    y el nivel y tipo de especificidad sit0;acional del delito

    para

    el criterio

    de

    evalua-

    ción de factibilidad. En un modelo multivariante de esta naturaleza, se supone

    que las demás variables

    permanezcan

    iguales.

    3. SITUACIONES FACTIBLES PARA EL DELITO

    Para analizar las relaciones entre las características del delito y las característi-

    cas de situaciones factibles para

    el

    Qlismo, nos referiremos a los delitos que impli-

    quen

    contacto

    directo entre el delincuente y la víctima, y que

    denominaremos

    delitos de contacto directo . Esta decisión se

    basa

    en el .hecho de que estos delitos

    sean relativamente frecuentes y por ende, proporcionan suficientes casos para el

    método de análisis situacional que se propone emplear.

    Muchos delitos de contacto directo responden a un objetivo material por

    ejemplo, la obtención de dinero) combinado con el objetivo social de anonimato.

    Así,

    por

    ejemplo, el carterismo, el atraco, o la violación. Estos delitos serán deno-

    minados

    delitos instrumentales .

    En

    términos generales, para que el delito instrumental tenga éxito, es necesario

    que el delincuente entre en contacto con la víctima, cometa el delito contra aquella,

    para luego darse a la fuga, esto es, aislarse físicamente de

    cualquier

    persona que

    haya

    presenciado el delito

    y

    en última instancia, de la policía (ver,

    por

    ejemplo,

    Maurer 1955;

    Letkemann 1973;

    Luckenbilll981; Besty Luckenbil1982). Las cuali-

    dades de la situación que dificultan el logro de estas condiciones representan

    impedimentos

    para

    el delito y disminuyen la factibilidad de cometerlo

    con

    éxito

    en esa situación.

    Muchos delitos de contacto directo

    implican una

    situación antagónica, donde

    los intereses del delincuente y de la víctima

    están

    en contraposición.

    Por

    lo tanto,

    este tipo de delito

    engendra

    oposición

    por

    parte de la víctima o de otras personas,

    la cual puede impedir el contacto, el delito

    o

    la fuga. Hay

    por

    lo menos dos

    variables situacionales que afectan el nivel de resistencia potencial al delincuente.

    En primer

    lugar, las características de la víctima influyen sobre el nivel

    de

    resis-

    tencia

    que

    esta puede oponer al delincuente. Así, esperaríamos encontrar que

    una

    sola víctima, con poca fuerza física a su disposición, presentaría menos impedi-

    mentos al delincuente.

    En

    segundo lugar, la resistencia potencial al delincuente depende de la capaci-

    dad de las demás personas presentes para captar cualquier acción ocurrida, ya

    que su intervención para impedir el delito sólo puede producirse si se han dado

    cuenta de

    lo

    que

    está ocurriendo. El n ivel de

    captación

    es

    producto

    de varios fac-

    tores, entre ellos el tipo de ámbito (público o privado) y la cantidad de personas

    presentes. Se supone que ese nivel aumenta en ámbitos privados,

    por

    ejemplo,

    en

    una vivienda o en una oficina, y que disminuye en espacios públicos, tales como

    59

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    11/32

    las calles o los centros comerciales. Paradójicamente, la cantidad de personas pre-

    sentes

    en

    la situación ejerce

    un

    efecto

    inverso

    sobre el nivel de captación, ya que, al

    aumentar esa cantidad, disminuye el nivel de captación. Como regla general,

    podemos postular que, cuanto menor el nivel de captación, mayor la probabilidad

    de éxito para el delito.

    Veamos ahora cómo el tipo de delito

    se

    relaciona con estas condicionantes

    situaciones, y a este efecto, consideraremos las diferencias entre los delitos instru-

    mentales con y sin coerción. El uso de la coerción, por ejemplo

    en

    el atraco, per-

    mite al delincuente

    un

    mayor nivel de control sobre la víctima

    en

    comparación

    con las técnicas no coercitivas. Como lo explicara

    un

    atracador en la Cárcel de

    Maracaibo, Al tener algo interesante, no hay edad, ni tamat\o, o si es hombre o

    mujer . En cambio, el descartar la coerción como técnica para cometer el delito, el

    delincuente también está obligado seleccionar aquellas víctimas que probable-

    mente ofrezcan menos resistencia si

    se dan

    cuenta del delito. Así, por ejemplo,

    se

    supone que el carterista seleccionará, preferentemente, a los nit\os, las mujeres y

    los ancianos como víctimas del delito. De allí

    se

    desprende que, en cuanto a la

    víctima, habrá menor especificidad situacional en los delitos coercitivos que en

    los delitos no coercitivos.

    En cuanto al nivel de captación en la situación, la naturaleza manifiesta de la

    técnica coercitiva ejerce un efecto paradójico.

    a

    coerción es empleada para elimi-

    nar, o por lo menos controlar, la resistencia de víctimas y otras personas presentes,

    y el delincuente debe inmovilizar a todas ellas. (4) Sin embargo, la capacidad coer-

    citiva del delincuente tiene sus límites, de modo que debe seleccionar la situación

    con cuidado, porque la naturaleza evidentemente manifiesta del delito aumenta el

    nivel de captación de otras personas y así podría generar resistencia.

    or

    ejemplo,

    el empleo de una técnica coercitiva en

    un

    ambiente generalmente caracterizado

    por

    un

    bajo nivel de captación (vgr.,

    un

    sitio públic9 con muchas personas presen-

    tes) probablemente aumentará el nivel de captación y así el nivel de resistencia.

    Por lo tanto,

    una

    consideración importante para el empleo de una técnica coerci-

    tiva es la cantidad

    de

    perso·nas presentes, independientemente de su nivel de cap-

    tación. Como resultado,

    se

    supone que las técnicas coercitivas

    se

    emplean con

    mayor frecuencia en aquellas situaciones con pocas personas presentes, bien sea

    un

    espacio público, o bien

    un

    espacio privado.

    En cambio, las técnicas pasivas, que no implican

    el

    uso de la coerción, depen-

    den de su naturaleza subrepticia y de la habilidad del delincuente para cometer el

    delito sin que

    la

    víctima

    se

    dé cuenta en forma inmediata.

    or

    ende, las mejores

    probabilidades de éxito

    se

    presentan en aquellas situaciones caracterizadas por

    ser espacios públicos con muchas personas presentes, ya que, bajo esas condicio-

    nes, será más fácil acercarse a la víctima sin despertar sospechas. (5)

    Hasta aquí

    se

    han

    examinado los efectos del tipo de delito (coercitivo/no coer-

    citivo) sobre el nivel y tipo de especificidad situacional, pero también es posible

    estudiar la influencia de los objetivos del delincuente sobre la especificidad situa-

    cional del delito, manteniento el tipo de delito constante. Así, de acuerdo con los

    planteamientos anteriores. es posible estudiar la coerción (tipo de delito) según el

    6

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    12/32

    objetivo i n s t r u m e n t a l / e ~ p r e s i v o ) perseguido por

    el

    delincuente.

    La coerción instrumental implica

    el

    uso, o amenaza, de violencia para poder

    satisfacer un objetivo material.

    El

    objetivo social es

    el

    del anonimato del delin

    cuente en la situación escogida

    para el delito. En cambio, la coerción expresiva no

    persigue objetivos materiales, únicamente

    el

    objetivo social de reforza miento de la

    imagen del delincuente frente a las demás personas que estén presentes. La

    diferencia de objetivos impone una diferenciación situacional en

    el

    delito.

    Así,

    para

    conservar, hasta donde sea posible, al anonimato,

    el

    delincuente debe

    emplear la coerción instrumental contra personas desconocida y en situaciones

    con pocas otras personas presentes. En cambio, la coerción expresiva busca

    anunciar el delincuente a los demás y comunicarles algo sobre su imagen como

    persona. Aquí,

    el

    éxito no radica en

    el

    anonimato

    del delincuente sino en su reco

    nocimiento

    por

    parte de los demás.

    or

    ende,

    se

    supone que la coerción expresiva

    no tendrá las mismas limitaciones situacionales que la coerción instrumental,

    pudiendo

    ocurrir en

    una

    amplia gama de situaciones -

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    13/32

     por ejemplo, Hindelang, Gottfredson y Garofalo

    1978;

    Cohen y Felson

    1979;

    U.S.

    Departament of Justice

    1985,

    1987a, 1987b), de modo que aquí nos limitaremos a

    una breve descripción de las mismas.

    La ENV emplea una muestra nacional de aproximadamente 25.000 hogares y

    un diseño de tipo panel con una rotación de la séptima parte de la muestra en

    cada semestre. La ECRV fue una encuesta complementaria aplicada únicamente

    durante el segundo semestre de

    1983,

    con el propósito de recopilar información

    más detallada sobre las actividades y modo de vida de los entrevistados. Esta

    encuesta comprendió una muestra definitiva de

    25.238

    personas, quienes infor

    maron sobre 2.950 casos de victimización. De estos casos de victimización, 514

    corresponden a delitos de contacto directo, permitiendo hasta tres casos por per

    sona y excluyendo los casos de homicidio.

    Los datos referidos a Venezuela provienen de una Encuesta de Hogares reali

    zada en la ciudad de Maracaibo entre julio y agosto de 1987. La muestra compren

    dió

    100

    segmentos de la ciudad, escogidos en forma aleatoria. 6) En cada segmento

    fue seleccionado un mínimo de 30 hogares, dando como resultado una muestra

    total de aproximadamente 3.000 hogares para toda la ciudad.

    A objeto de garantizar comparabilidad entre los dos estudios de casos, la

    encuesta de Maracaibo fue diseñada en base a la ECRV-ENV, adaptando esta

    última al medio cultural venezolano. La encuesta arrojó un total de 311 víctimas,

    quienes informaron sobre 326 casos de victimización por concepto de delitos de

    contacto directo.

    Para poder contrastar las hipótesis formuladas,

    es

    necesario identificar y clasi

    ficar, dentro de la categoría general de los delitos de contacto directo, los tipos de

    delito a ser incluidos en el análisis. De los 514 delitos de contacto directo detecta

    dos a través de la ENV, se incluyen los casos de lesiones personales N = 370 ,

    atraco N = 85 y carterismo N = 37 .

    7)

    De los

    326

    casos recogidos en la Encuesta

    de Maracaibo, se

    incluyen las lesiones personales N=

    51 ,

    los atracos N= 136 y

    los arrebatones N

    =

    138 . 8) Para ambos estudios de caso, las lesiones personales

    se

    consideran delitos de coerción expresiva y los atracos

    se

    consideran delitos de

    coerción instrumental. 9)

    Para

    los datos estadounidenses, se define el carterismo

    como

    un

    delito no coercitivo, y para los datos venezolanos esta categoría

    comprende los casos de arrebatón. Aun cuando estos tipos de delito no son exacta

    mente iguales, guardan suficiente concordancia entre sí para permitir compara

    ciones con los delitos coercitivos.

    La contrastación de las hipótesis también requiere de la identificación, en cada

    conjunto de datos, de cualquier indicador situacional referido a los posibles impe

    dimentos al delito. Aun cuando la SRV-ENV y la Encuesta de Maracaibo no

    fueron realizadas con el objetivo específico de estudiar la facibilidad situacional

    del delito, es posible identificar ocho variables

    en

    cada encuesta que miden

    posibles impedimentos aldelito, y que

    se

    relacionan, bien con las características de

    la víctima, bien con el entorno físico y social de la situación.

    Para

    los efectos del

    análisis posterior, es necesario presentar estas variables en forma dictomizada.

    62

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    14/32

    CUADRO N : CARACfERISTICAS SITUACIONALES DE LESIONES PERSONALES

    ATRACOS Y CARTERISMO ESTADOS UNIDOS.

    Lesiones

    Personales

    Atraco

    Carterismo Total

    N= 370) N =85) N= 37)

    N=492)

    N

    N N

    Resistencia de la Víctima

    S ~ X

    la

    ~ t i m a

    o

    Femenino 128

    34.6 37 43.5

    19

    51.4 184 37.4

    1 Masculino 242

    65.4 48 56.5 18

    48.6 308 62.6

    Edad de la ~ t i m l l

    o

    12-16, 40+ 138

    37.3 34 40.0 25 67.6 197 40.0

    1 17-39 232

    62.7

    51

    60.0 12

    32.4 295 60.0

    Q t m V ~ t i m a ~

    o

    No

    346 93.5

    79

    92.9 29 78.4

    454 92.3

    1 Si

    24 6.5 6 7.1 8

    21.6 38 7.7

    Entorno Físico

    y

    Social

    R ~ l l l < Í Ó D Víctima-Vj¡;tirnariQ

    o

    Extraños

    156

    42.2 69

    81.2

    32

    86.5

    257 52.2

    1 Conocidos 214

    57.8

    16 18.8

    13.5 235 47.8

    Ubicación

    o

    Afuera

    204 55.1 58 68.2 10

    27.0 272 55.3

    Adentro 166 44.9

    27

    31.8 27 73.0 220 44.7

    o

    Público 321

    86.8

    82 96.5 37

    100.0 440 89.4

    1

    Privado

    49

    13.2

    3 3.5

    o

    0.0 52 10.6

    Qrros .eresentes

    o

    No 140

    37.8

    51

    60.0 10

    27.0 2 1 40.9

    1 Si 230

    62.2 34 40.0

    27 73.0

    291

    59.1

    l l u n i n ª ~ < i ó n

    o

    Noche

    167 45.6 41 48.2 7

    18.9 215 44.1

    Día 199

    54.4 44

    51.8

    30

    81.1 273 55.9

    ll) En cuatro casos, faltaba la información correspondiente a este renglón.

    63

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    15/32

    CUADRO N" 1: CARACTERISTICAS SITUACIONALES

    DE

    LESIONES PERSONALES,

    ATRACOS Y ARREBATONES,MARACAIBO.

    Lesiones

    Personales Atraco

    Arrebatón Total

    N=

    51

    N=

    136

    N=

    138

    N=

    325

    N %

    N

    %

    N %

    N

    %

    Resistencia de la Víctima

    S ~ X Q 1l

    V ~ t i m a

    o Femenino

    15

    29,4

    40,4

    130

    94,2

    200 61.5

    1

    Masculino 36

    70,6

    81

    59,6

    8

    5.8 125 38.5

    Edad

    d ;llíl

    í ~ t i m a

    o 12-16,40 + 17

    33.3

    76 55.9

    81

    58.7 174

    53.5

    1

    17-39 34 66.7

    60

    44.1 57

    41.3

    151

    46.5

    Qtras H t i m ~

    o

    No

    36 70.6

    103

    75.7

    136

    98.5 275 84.6

    1 Si

    15

    29.4

    33

    24.3 2

    1.5

    50

    15.4

    Entorno Físico

    y

    Social

    R d a ~ i ó n VH

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    16/32

    Las variables referidas a la víctima, y

    su

    resistencia potencial al delito son: sexo

    femenino= 1, masculino= 0),

    edad de 12 a 16, o mayor de 40

    atl.os

    =

    1,

    de 17 a

    39

    afl.os = 0), y la presencia de otras víctimas no = 1, si = 2).

    Se

    supone que sería más

    fácil cometer el delito contra mujeres, personas de 12 a 16 o mayores de

    40

    afl.os, y

    contra

    una

    sola víctima. Las variables referidas al entorno físico y social son: rela

    ción entre delincuente y víctima extratl.os =

    1,

    conocidos=

    0),

    ubicación afuera

    = 1, adentro = 0), espacio público = 1, privado = 0), presencia de otras personas

    si = 1, no =

    O)

    y

    hora

    del día noche = 1, día = 0).

    Se

    supone que,

    en

    términos

    generales, el delito tendrá mayores probabilidades de éxito si se comete contra

    extratl.os, afuera, en

    espacios públicos, sin la presencia de otras personas y

    en

    horas de la noche.

    En los Cuadros Nos. 1 y 2, se presentan las frecuencias correspondientes a

    estas variables

    en

    ambas

    encuestas. Allí, se observan variados niveles de homoge

    neidad situacional de los delitos de contacto directo

    en

    los Estados U nidos y Vene

    zuela. Por ejemplo, en cuanto a la relación entre víctima y victimario y el tipo de

    espacio, el carterismo en los Estados Unidos manifiesta mayor homogeneidad

    situacional

    (86.5

    extratl.os,

    100.0

    público) que el atraco y las lesiones personales

    (81.2

    extratl.os,

    96.5

    público;

    42.2

    extratl.os,

    86.8

    público; respectivamente).

    De la misma manera, los casos de carterismo son altamente homogéneos en

    cuanto a las dos variables sefl.aladas anteriormente, pero mucho más heterogé

    neos

    en

    cuanto al sexo y la

    edad

    de la víctima (51.4 femenino,

    67.6

    entre

    12

    y

    16

    o mayores de

    40 afl.os).

    Estos datos llevan a la conclusión de que los conocidos y

    los espacios privados representan impedimentos muchos más fuertes al trabajo

    del carterista que el sexo o la

    edad

    de la víctima.

    5 METODO

    DE ANALISIS

    La contrastación de las hipótesis presentadas anteriormente requiere que, en

    primer lugar, se calcule el nivel de homogeneidad situacional de cada tipo de

    delito, y en segundo lugar, que se comparen los diferentes delitos en cuanto al tipo

    de homogeneidad situacional manifestado.

    En relación al nivel de homogeneidad situacional, existen métodos estadísti

    cos para medir niveles de concentración, lO) pero estos resultan inadecuados

    para

    el estudio de la homogeneidad situacional del delito, porque se calculan en base a

    casos. La medición del nivel de homogeneidad situacional no. se ocupa de los

    valores de

    cada

    variable, sino de la distribución de los casos

    en

    relación a estos

    valores.

    Por

    ende, es menester elaborar un nuevo método de análisis. Para estimar

    el nivel de especifidad de cada tipo de delito, se utiliza la técnica del chi-cuadrado,

    y se compara la distribución observada de los casos con la distribución hipotética

    correspondiente al caso de heterogeneidad situacional absoluta del delito. Por

    ejemplo, al analizar los casos de lesiones personales en los Estados Unidos en tér

    minos de dos variables situacionales, la distribución hipotética de estos casos se

    obtiene dhjdiendo el número total 370) por la cantidad de situaciones posibles

    (4),

    dando como resultado

    92.5

    casos

    por

    situación. Luego se compara la distribu

    ción observada de los casos de lesiones personales con esta distribución hipoté

    tica. Cuanto mayor el valor del chi-cuadrado, mayor es la diferencia entre las

    65

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    17/32

    distribuciones hipóteticas y observadas, lo cual indica mayor homogeneidad

    situacional del delito.

    Puesto que

    no

    existen límites

    teQ[Ícos

    a la cantidad de variables situacionales

    que

    se

    pueden incluir en

    el

    análisis, esta cantidad debe ser determinada en base al

    número de casos empíricos disponibles.

    El

    criterio adoptado, entonces, es

    el

    de

    incluir la cantidad máxima de variables situacionales cuyas combinaciones no

    sobrepasen el número de casos correspondientes al tipo de delito menos frecuente

    incluido

    en

    el estudio. Como debe ser evidente, cuatro variables dicotomizadas

    describen

    16

    tipos de situación, cinco variables describen 32 tipos de situación y

    así sucesivamente. Dado que el tipo de delito que

    se

    registra con menor frecuencia

    en este estudio es el carterismo en los Estados Unidos N =

    37 ,

    sólo

    se

    incluyen

    hasta cinco variables situacionales en el análisis.

    Así, en efecto

    se

    genera

    una

    matriz de 32 renglones y

    se

    analizan las diferencias

    entre la distribución real de los delitos en esta matriz y la distribución esperada si

    existiera

    una

    heterogeneidatd situacional total. Se impone, entonces, la necesidad

    de escoger cinco de las ocho variables situacionales correspondientes a cada tipo

    de delito. n líneas generales, las variables situacionales más homogéneas a nivel

    individual ver los Cuadros Nos 1 y

    2

    también lo son en combinación, y esto pro

    que la distribución de frecuencia para cada variable individual fija los límites

    para la distribución de las mismas variables cuando

    se

    tabulen

    en

    forma conjunta.

    Sin embargo, no siempre ocurre que las variables más homogéneas a nivel indivi

    dual también lo sean en contbinación. Así, la selección de las cinco variables que,

    en combinación,producen el máximo nivel de homogeneidad, no puede basarse

    en las características de las variables a nivel individual y es necesario examinar

    todas las posibles combinaciones de cinco de las ocho variables incluidas en

    el estudio.

    Pero el o ivel de homogeneidad situacional del delito también dependerá de la

    cantidad de variables analizadas y la distribución de frecuencia de cada

    una

    de

    ellas a nivel individual. Así, en teoría es perfectamente posible pensar en

    un

    delito

    que muestre dos variables situacionales de alta homogeneidad, tanto a nivel indi

    vidual como en combinación, y las seis restantes variables de alta heterogeneidad.

    Un

    cálculo de la homogeneidad situacional del delito en base a sólo dos variables

    indicaría

    un

    alto nivel de homogeneidad en comparación con otros delitos. Sin

    embargo, al agregar

    una

    tercera variable, el nivel de homogeneidad bajaría

    apreciablemente.

    A objeto de examinar esta característica, es necesario, entonces, calcular

    los índices de homogeneidad situacional del delito

    para

    dos, tres, cuatro y

    cinco variables. Los Cuadros Nos. 3 y 4 presentan las combinaciones más

    homogéneas, seleccionando dos, tres, cuatro y cinco de las ocho variables

    situacionales disponibles. Para facilitar la comparación entre cada tipo de de

    lito, también

    se

    incluyen los chi-cuadrado ajustados, basados

    en up.a

    muestra

    estandarizada de

    100

    casos para cada tipo de delito. Este ajuste

    se

    hace nece

    sario, porque el tamaño del chi-cuadrado se encuentra afectado por el número de

    casos. Así,

    por

    ejemplo, para generar una muestra de lOO caos de lesiones perso-

    66

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    18/32

    nales en los Estados Unidos, se multiplican los

    370

    casos por0.27027 100/370) y se

    multiplican las lesiones personales en Maracaibo por 1.96078 100/51). Con una

    muestra estandarizada de lOO casos para cada tipo de delito, la distribución hipó

    tetica de casos es la misma para todos: 100/32

    3.125

    casos esperados en

    cada renglón.

    Los Cuadros Nos. 3 y 4 indican tanto el nivel como el tipo de homogeneidad

    situacional del delito. Por ejemplo, según el análisis de cinco variables, la situa

    ción más común para las lesiones personales en los Estados Unidos comprende

    una

    sola víctima, espacios privados, hombres entre 17 y 39 años de edad y perso

    nas conocidas. Los arrebatones en Maracaibo se concentran en situaciones con

    una

    sola víctima, afuera, en espacios públicos, con víctimas femeninas y no cono

    cidas por el delincuente. Estos Cuadros también incluyen la propoción de casos

    registrada

    en

    la situación más

    común

    tipo modal) y el número total de tipos de

    situación en que ocurre cada delito. Por ejemplo, de 32 posibles situaciones descri

    tas por las cinco variables, en los Estados Unidos las lesiones personales ocurren

    en

    25

    tipos de situación tipo modal = 20.3 ), pero los casos de carterismo ocurren

    únicamente en 11 tipos de situación tipo modal = 43.2 ).

    Las últimas dos columnas en los Cuadros Nos. 3 y 4 presentan los valores de

    chi-cuadrado, normales y ajustados. Sin excepción alguna, estos valores son signi

    ficativos

    p

    0.001), lo cual indica que los tres tipos de delito

    en

    ambos países

    manifiestan un mayor nivel de homogeneidad situacional de lo que se produciría

    aleatoriamente. Puesto que el chi-cuadrado representa

    una

    suma y no un prome

    dio, los valores aumentan de dos a cinco variables.

    En

    líneas generales, la proporción de casos

    en

    el tipo modal de situación dis

    minuye en la medida en que se incluyan variables adicionales en el análisis. Por

    ejemplo, con sólo dos variables situacionales,

    91.8

    de los casos de lesiones perso

    nales

    en

    los Estados Unidos ocurren en el tipo modal de situación; pero

    con

    cinco

    variables esta proporción decae al 20.3 . De manera similar, la proporción

    aún

    cuando

    no

    el número) de tipos de situación observados para cada delito dismi

    nuye con la adición de nuevas variables. Así, con sólo dos variables, los atracos en

    los Estados Unidos se registran en los cuatro tipos de situación posible; pero

    con

    cinco variables, los atracos

    se

    registran en sólo

    13

    de los 32 posibles tipos de

    situación.

    Obsérvese también que, sin excepción, las dos variables más homogéneas se

    incluyen entre las tres variables más homogéneas, que las tres variables más

    homogéneas se incluyen entre las cuatro variables más homogéneas, y así sucesi

    vamente. Esto significa que,

    por

    lo menos

    en

    relación a estos datos, la agregación

    de nuevas variables proporciona información adicional, pero no afecta la impor

    tancia de las variables ya incluidas.

    La técnica aquí propuesta para la estimación del nivel de homogeneidad situa

    cional del delito también proporciona alguna información sobre el tipo de homo

    geneidad situacional. Sin embargo, a objeto de examinar con mayor rigor las

    diferencias entre las características situacionales del delito, es necesario recurrir a

    una

    técnica estadística que emplee algún tipo de análisis discriminante. A este

    67

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    19/32

    CUADRO

    N

    3: LAS CARACTERÍSTICAS SITUACIONALES

    DE

    LOS

    DEUTOS

    DE LE

    SIONES, PERSONALES, ATRACO Y CARTERISMO EN LOS ESTADOS UNIDOS.

    Variables Situacionales

    Delito 1 2 3

    4 5 Tipo

    de

    Chi2*

    Chi2

    Modal( ) Tipos Ajustado

    2

    V ; u i í l l : l ~ s

    Lesiones Pers, Unavic Privado

    80,0

    4 625.65

    169,09

    Atraco

    Público Unavie 9L8 4

    202,29

    237,99

    Carterismo Público Extraños 86.5 2 76,40 206,50

    3

    Yí rií hks

    Lesiones Pers, Unavic Privado Mase,

    53,5

    7

    729,55 197,17

    Atraco Público Unavic Extraños

    74.1

    5

    3 L71

    366,71

    Carterismo Público

    Extraños Día

    70,3

    4

    120.62

    326,00

    Yí liílhks

    Lesiones Pers Unavic Privado

    Mase,

    Edad.17-39

    34,3

    4

    813,65

    219,91

    Atraco público Unavi e Extraños Afuera

    52,9

    9

    380,88

    448.10

    Carterisrno Público Extraños Día Unavi e

    56,8

    7

    177,92 480,91

    í l i i i l i l ~ ~

    Lesiones Pers, Unavic

    Privado Mase. Edad.l7-39 Conocidos20,3

    25

    895,47

    332.02

    Atraco Público Unavic

    Extraños Afuera

    Nootros

    36,5

    3 442.43 520.51

    Carterismo Público Extraños Día Unavic Adentro 43,2 238.89 645.69

    *Chi2

    =

    (Fo-Fe)

    2/Fe

    Para el Chi

    2 ajustado,

    Fo

    corresponde a 100 casos

    para cada

    delito,

    Identificación de las Variables: UNA

    VIC

    =Una sola víctima,

    EXTRAÑOS CONOCIDOS=

    relación

    entre delincuentes

    y

    víctimas;

    ADENTRO, AFUERA=

    ubicación del delito; PUBLICO, PRIVADO

    = tipo

    de

    espacio;

    NOOTROS

    =

    ninguna otra persona

    presente;

    UIA

    = hora del día,

    68

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    20/32

    CUADRO

    No :

    LAS CARACTERISTICAS SITUACIONALES

    E

    LOS DELITOS DE LE-

    SIONES PERSONAL&. , ATRACO Y ARREBATON EN MARACAIBO

    Variables Situacionales

    Delito 1 2 3

    4 Tipo

    N°de

    Chi2* Chi 2

    Modal( )

    Tipos Ajustado

    2 V l r i i l b l < ~

    Lesiones Pers. Adentro Mase. 66.7 4 48.84 95.77

    Atraco

    Extraños Afuera 81.6 4 235.12 172.88

    Arrebatón Unavic Afuera

    97 1

    3 382.70 277.31

    3 a r i i l b l < ~

    Lesiones Pers. Adentro Mase.

    Unavie

    51.0 8 74.65 146.37

    Atraco Extraños Afuera Público 75.7

    6.

    508.23 473.70

    Arrebatón

    Unavic Afuera Público

    93.5 4 828.61 600.43

    4 V ª r i í h k ~

    Lesiones Pers. Adentro Mase. U navic Conocidos

    31.4 11

    89.23

    174.97

    Atraco Extraños Afuera Público Unavic 59.6

    9

    719.06 528.71

    Arrebatón Unavic Afuera Público Femenino 87.7

    1570.75 1138.20

    S

    i l r i a b k ~

    Lesiones Pers. Adentro Mase. Unavic Conocidos Privado

    25.5

    14

    155.43 304.86

    Atraco Extraños Afuera Público Unavic Mase. 39.0

    15

    801.41 588.72

    Arrebatón Una

    vi

    e Afuera Público Femenino Extraños 83.3 8 2954.41 2143.11

    * Chi2 = (Fo-Fe )2/Fe Para el Chi 2 ajustado, Fo corresponde a 100 casos para cada delito.

    Identificación de las Variables: UNAVIC Una sola víctima; EXTRAÑOS, CONOCIDOS relación

    entre delincuente y víctima; ADENTRO,

    AFUERA

    ubicación del delito; PUBLICO,

    PRIVADO

    tipo de espacio: NOOTROS = ninguna otra persona presente' DIA hora del día.

    69

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    21/32

    efecto, aquí se utiliza un análisis de regresión logística, que permite estimar la

    importancia relativa de las ocho variables situacinales

    en

    la diferenciación de los

    tipos de delito (ver Cuadros Nos. 5 y

    6). Dado un

    valor de la variable, esta técnica

    indica cuál es el tipo de delito que, con mayor probabilidad, se cometería en esa

    situación. 11)

    Los coeficientes

    indican la

    tendencia de

    cada

    variable situacional de asociarse

    con el delito codificado con (1) en las comparaciones. Así, por ejemplo, en com

    paración con los robos en Máracaibo, los arrebatones tienden a ocurrir con mayor

    frecuencia

    en

    contra de mujeres y de

    una

    sola víctima, y

    con

    otras personas pre

    sentes. omo

    se observa, este tipo de análisis permite estudiar 1 as diferencias

    en

    las características situacionales de

    cada

    tipo de delito.

    6. CONTRASTACION DE

    HIPOTESIS

    La primera hipótesis plantea que los delitos coercitivos manifiestan

    menor

    homogeneidad situacional que los delitos no coercitivos, por que en el primer

    1caso, el delincuente tiene mayores posibilidades de neutralizar los impedimentos

    al delito.

    Para

    la evaluación de esta hipótesis, los delitos más indicados son el

    atraco y el carterismo

    en

    los Estados Unidos y el atraco y el arrebatón

    en

    Mara

    caibo. Todos

    son

    delitos instrumentales, siendo el atraco coercitivo y el carterismo

    y el arrebatón

    no

    coercitivos.

    Los datos presentados

    en

    los Cuadros 3 y 4 muestran bastante apoyo a esta

    hipótesis. Para los Estados Unidos, el chi-cuadrado ajustado para combinaciones

    de cuatro y cinco variables situacionales revela que el carterismo tiene mayor

    homogeneidad situacional que el atraco. Para Maracaibo, todas las combinacio

    nes de variables situacionales indican

    una

    mayor homogeneidad situacional del

    arrebatón frente al atraco. La hipótesis

    no

    encuentra apoyo en las combinaciones

    de dos y tres variables situacionales

    para

    los Estados Unidos. Sin embargo, es

    pequeña la diferencia en el valor del chi-cuadrado para el atraco y el carterismo

    en

    estos casos, y se observa que el carterismo se encuentra

    en menor

    cantidad de

    situaciones que el atraco.

    La tercera hipótesis postula que los delitos de coerción instrumental manifies

    tan

    mayor homogeneidad situacional que los delitos de coerción expresiva, por

    que

    en

    los primeros el delincuente busca conservar

    su

    anonimato. Aquí, la

    comparación indicada es la de las lesiones personales

    con

    el atraco. Ambos deli

    tos implican el uso de la coerción, pero como hemos visto, el atraco tiende a ser

    instrumental y las lesiones personales expresivas. Nuevamente, los resultados

    presentados en los Cuadros 3 y 4 respaldan esta hipótesis. Para todas las combina

    ciones de variables y en ambos p í s e ~ chi-cuadrado ajustados son más altos

    para

    el atraco que para las lesiones personales. Para cinco variables en los Estados

    Unidos la situación modal

    para

    el atraco representa el

    36.5

    de los casos, com

     parado con 20.3 de los casos

    en

    la situación modal para las lesiones personales. De

    igU;al manera, para cinco variables

    en

    Maracaibo, la situación modal para el

    atraco engloba el

    39

    de los casos, y la situación modal

    para

    las lesiones perso

    nales el

    25.5 .

    Cabe señalar que, pese a sus frecuencias de ocurrencia marcada-

    70

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    22/32

    CUADRO N S

    REGRESIONES LOGISTICAS

    PREDICIENDO LAS

    CARACTERISTICAS

    SITUACIONALES DEATRACOS,LESIONE S

    PERSONALES

    Y CARTERISMO,ESTADOS

    UNIDOS

    Comparaciones Efectuadas

    Variables Lesiones Q)

    y

    Atraco(}) Lesiones Q) V Carterismo

    m

    Atraco Q) y, Carterismo 1)

    Situacionales B ES B ES B Es

    Resistencia de la Víctima

    Sexo-Femenino .527**

    .270 .703 .425 -.166 .533

    Edad-12-16/40+ .445 .281 1.439*** .436 1.063** .516

    Una Víctima -.502 .531

    - 1.271** .609

    -.364

    .788

    Entorno Físico y Social

    Relación Víctima/ 1.681*** .316 2.510*** .539

    .800

    .667

    Victimario-Extraños

    Ubicación-Afuera .366 .278 -1.289*** .440 -1.763*** .508

    Espacio-Público .949 .642 7.046 19.489 8.053

    19.778

    Otros Presentes .758*** .280

    .637

    .479 -1.313***

    .525

    Hora del Día-Día .096

    .277 -1.677*** .503 -1.106**

    .568

    Corte -.372 .383 2.680*** .729 2.693***

    .818

    R2

    .112***

    .295***

    .182***

    Chi-Cuadrado

    Modelo (8_ ,1)

    64.94*** 88.81 ***

    43.35

    N

    451

    403 122

    Nota: *p

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    23/32

    CUADRO

    r J• :

    REGRESIONES LOGISTICAS PREDICIENDO LAS CARACTERÍSTICAS

    SITUACIONALES

    DE

    ATRACOS,

    LESIONES PERSONALES Y

    ARREBATONES,

    MARACAIBO

    Variables Lesiones Q)

    v

    Atraco })

    Situacionales B ES

    Resistencia de la Víctima

    Sexo-Femenino .832 1.694

    Edad-12-16/40+ 2.825*** L314

    Una Víctima 6.197*** 1.824

    Entorno Físico y Social

    Relación Víctima/ 5.836***

    .675

    Victimario-Extraños

    Ubicación-Afuera

    -.091 2.217

    Espacio-Público .585 L330

    Otros Presentes

    -.954

    1.139

    Hora del Día-Día

    -2.920** 1.207

    Corte -6.434*** 1.967

    R2

    Chi-cuadrado

    Modelo 8 ~ 1 )

    .724***

    88.21***

    7

    Nota: *p

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    24/32

    mente distintas, el atraco muestra mayor homogeneidad situacional frente a las

    lesiones personales en ambos países.

    En cuanto a las características si Uacionales de cada delito, la segunda hipóte

    sis plantea que, frente a los delitos coercitivos, los delitos

    no

    coercitivos

    tendrán

    mayor probabilidad de concentrarse en espacios públicos con muchas personas

    desconocidas presentes e involucrarán a una sola víctima cuyas características

    implican menos resistencia al delincuente. A objeto de contrastar esta hipótesis,

    se supone que las mujeres y las personas menores de 17 o mayores de

    40

    at\os ofre

    cerán menos resistencia al delincuente. También

    se

    supone que la capacidad de

    captación es

    menor en

    sitios al aire.libre (afuera), abiertos al público, con muchas

    personas presentes y entre personas desconocidas. Es posible que los carteristas y

    los practicantes del arrebatón prefieran

    trabajar en

    horas de

    la

    noche, ya que la

    falta

    de luz reduce la capacidad de captación

    por

    parte de otras personas. Sin

    embargo, el trabajo nocturno sólo dará resultados si

    se

    reúnen grupos grandes de

    personas en horas de la noche, de modo que es necesario examinar la variable

    hora del día".

    La segunda y tercera columnas de los Cuadros Nos. 5 y 6 comparan los delitos

    no coercitivos (arrebatones, carterismo) con los delitos coercitivos (atracos, lesio

    nes personales). Los resultados muestran

    un

    fuerte respaldo a la segunda hipóte

    sis. Siete de los ocho coeficientes referidos al sexo y edad de la víctima en los

    Estados Unidos y Venezuela son positivos, lo cual indica que los practicantes del

    arrebatón y del carterismo prefieren cometer sus delitos contra las mujeres y

    contra personas menores de 17 o mayores de 40 afi os Cinco de los siete coeficien

    tes son estadísticamente significativos. La única excepción, que se refiere al coefi

    ciente para el sexo de la víctima en la comparación de carterismo y atraco en los

    Estados Unidos, no es estadísticamente significativo.

    Finalmente, la cuarta hipótesis postula que, frente a los delitos de coerción

    expresiva, los delitos de coerción instrumental tendrán mayores probabilidades

    de cometerse en situaciones con pocas personas presentes y de involucrar a perso

    nas desconocidas. La primera columna en los Cuadros Nos. 5 y 6 compara los

    atracos (coerción instrumental) con las lesiones personales (coerción expresiva).

    Una vez más, los resultados respaldan la hipótesis: tanto en los Estados Unidos

    como en Maracaibo, los atracos tienen mayor probabilidad de involucrar a perso

    nas

    desconocidas,

    con

    pocas otras personas presentes.

    7. CONCLUSION

    En este estudio, hemos intentado proporcionar algunas bases más sistemáticas

    para el análisis situacional del delito. Esa tarea ha requerido, en primer lugar, la

    formulación de un modelo que de algún modo capte las complejidades del pro

    ceso de interacción entre actores (en este caso delincuentes) y situaciones. El

    modelo propuesto

    aquí

    obedece a

    una

    perspectiva funcionalista sobre el signifi

    cado de la situación para el actor, y enfatiza el nivel y tipo de homogeneidad situa

    cional del delito. Esta propuesta constituye el núcleo de

    una

    teoría situacional del

    delito y será necesario formularla de manera explícita y sistemática si se quiere lle-

     13

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    25/32

    gar a la conformación de un marco explicativo aceptable

    en

    este campo. La tarea

    de formulación y formalización de esta teoría probablemente tendrá que proceder

    a través de dos estrategias simultanéas. or una parte, es necesario profundizar en

    el estudio de la teoría situacional general, dedicando atención expecífica al

    modelo del ser racional que subyace alli, y a la teoría del aprendizaje social que

    también hemos utilizado.

    or

    otra parte, la elaboración de postulados de

    un

    alto

    nivel de generalización también deptnderá de la formulación y contrastación de

    hipótesis empíricas sobre diferentes aspectos situacionales del delito.

    En este segundo sentido que

    han

    de interpretarse las hipótesis formuladas y

    contrastadas

    en

    el presente trabajo, ya que representan desarrollos específicos de

    algunos elementos del modelo general. Es necesario formular hipótesis referidas a

    otros elementos del modelo, como

    por

    ejemplo la plantilla situacional que lleva

    el delincuente

    en

    el proceso de armonización de conductas y situaciones. Además,

    es necesario ampliar el campo de referencia empírica de las hipótesis para incluir,

    no sólo otros ámbitos geográficos y culturales, sino también otros tipos de

    delito.

    Hemos propuesto un médoto de análisis de las características situacionales del

    delito que vincule proceso y patrón en la dinámica de las oportunidades para el

    delito. Dicho método tiene tres componentes: la medición de las dimensiones

    situacionales de los hechos delictivos; el uso de

    una

    muestra aleatoria de hechos

    delictivos, proporcionada

    por

    las encuestas de victimización; y la estimación del

    nivel de homogeneidad situacional del delito mediante la técnica del chi

    cuadrado y la comparación de las características situacionales del delito mediante

    la técnica de la regresión logística.

    a

    combinación de estos componentes permite

    la contrastación más rigurosa posible de las hipótesis formuladas, de modo que

    resulta alentador encontrar que los datos respaldan las mismas, sobre todo en

    vista de su recolección en ámbitos geográficos y socio-culturales apreciablemente

    distintos. Debe ser evidente que cada

    uno

    de estos componentes puede ser

    empleado en forma autónoma. or ejemplo, se puede estimar

    el

    nivel de homoge

    neidad del delito para una muestra no aleatoria de hechos delictivos relatados por

    delincuentes. Empero, la contrastación de las hipótesis,

    por

    razones obvias, pierde

    algo de precisión.

    Finalmente, vale la pena recordar que el análisis situacional es sólo

    una

    manera de acercarse al estudio del fenómeno delictivo

    y,

    por

    ende, debe evitarse

    cualquier tentación de interpretarlo cómo

    una

    explicación total de ese fenómeno.

    Pese a las dificultades con que

    han

    tropezado las teorías sobre la personalidad

    delictiva (Nettler

    1978 , es

    indudable que la situación,

    por

    sí sola,

    no

    puede expli

    car todo lo que quisieramos saber sobre el delito. Unicamente

    se

    presenta aquí

    como

    un

    enfoque alternativo, cuyos aportes están todavía

    por

    descubrirse y que,

    por lo demás, podría ofrecer algunas ideas innovadoras para la tan difícil tarea de

    prevención del delito (Clarke

    1980 .

    74

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    26/32

    NOT S

    l. Esta perspectiva también incluye los modelos económicos de victimización

    (ver, por ejemplo, Balkin y McDonald

    1981);

    Cook

    1986)

    y algunas proposicio

    nes de menor grado de formalización, tales como la hipótesis sobre el despla

    zamiento de la actividad delictiva (ver,

    por

    ejemplo, Reppetto 1976; Cornish y

    Clarke 1987) y la que

    se

    refiere al espacio defendible (Newman

    1973;

    Mayhew

    1979).

    2. A la par con estos desarrollos teóricos,

    se

    ha observado

    un

    volumen creciente de

    estudios empíricos sobre diferentes aspectos del comportamiento del delin

    cuente que son vinculables a la dimensión situacional. Por ejemplo, los geógra

    fos

    se

    han ocupado de la movilidad espacial del delincuente (ver, por ejemplo,

    Harries 1980; Rhodes y Conly 1981); muchas entrevistas (formales o infor

    males) realizadas a reclusos

    se

    refieren a la planificación del delito (ver, por

    ejemplo, Petersilia, Lavin y Greenwood

    1978;

    Feeney 1986); y algunos estudios

    sobre la violencia interpersonal centran la atención en la interacción entre

    delincuente y víctima (ver,

    por

    ejemplo, Luckenbil 1977; Felson y Steadman

    1983; Campbell y Gibbs

    1986).

    3. Veamos un ejemplo sencillo.

    Si

    examinamos cualquier conducta en términos

    de su incidencia en dos tipos

    de

    situación - por ejemplo, espacios públicos o pri

    vados - y encontramos que 50 de los casos ocurre en cada tipo de situación,

    concluiríamos que, para esa variable, no existe especificidad situacional de la

    conducta.

    n

    cambio,

    si

    encontramos que el 90 de los casos de esa conducta

    ocurren en espacios privados, concluiríamos que existe especificidad situacio

    nal de la misma. Como debe ser evidente, no

    se

    trata de afirmar que siempre

    existe

    una

    especificidad situacional de la conducta, sino que

    se

    dirige la aten

    ción hacia el nivel de especificidad situacional para esa conducta

    en

    términos

    de

    una

    o más variables situacionales que hayan sido escogidas para el estudio.

    Estos planteamientos forman la base del método de análisis situacional

    empleado posteriormente en este trabajo.

    4.

    n

    la investigación de Letkeman, un atracador de bancos describe este proceso

    en los términos siguientes:

    ..se

    busca a todas las personas

    ..

    Las traemos arriba y las metemos

    en

    un sólo

    rincón. Ahora sabemos que todas las personas están

    en

    ese rincón - y no nos

    pueden hacer daño . (1974,

    p. 101).

    5. Los comentarios de Maurer

    (1955, p. 23)

    sobre los carteristas expresan perfecta

    mente este requisito:

    Los lugares predilectos del carterista

    se

    encuentran en los grandes centros

    urbanos,

    en

    las arterias de comunicación, y en las multitudes dondequiera

    se

    congregan

    ..

    Los carteristas deben contar siempre con

    una

    cantidad suficiente

    de personas desconocidas presentes para así hacerse prácticamente invisibles

    ..

    siguen los flujos de la humanidad como los tiburones que juegan en un banco

    de peces .

    75

    6.

    Un segmento es

    una

    área geográfica delimitada

    por

    la Oficina Central de

  • 8/19/2019 Análisis Situacional en Criminología Birbeck

    27/32

    Estadística e Informática (OCEI) para efectos del levantamiento del Censo de

    1981,

    y contiene aproximadamente

    225

    familias.

    7. Se excluyen doce casos de arrebatón y diez casos de violación ya que no ofrecen

    suficientes casos

    para

    el análisis estadístico.

    8. Se excluye un caso de violación. Cabe señalar que la Encuesta de Maracaibo

    no contemplaba la recolección de información sobre el carterismo; sin

    embargo, tanto en

    la

    realización de la encuesta piloto como

    en

    la entrevista

    exploratoria llevada a cabo en cada hogar incluido en

    la

    muestra definitiva, se

    pudo apreciar la ausencia casi

    por

    completo de este delito.

    9.

    Es obvio que algunos casos de lesiones personales podrían corresponder a la

    categoría de coerción instrumental, y de la misma manera, algunas investiga-

    ciones sobre el

    atraco (por ejemplo, Debaun

    1950;

    Conklin

    1972;

    Lejeune

    1977) indican que

    por

    lo menos algunos casos de este tipo de delito podrían

    obedecer a

    un

    modelo expresivo. Sin embargo, en' ausencia de indicadores

    específicos sobre los objetivos de cada delito, aquí se trabajará con la suposi-

    ción de que la mayoría de los casos de lesiones personales representen coer-

    ción expresiva, y la mayoría de los atracos, coerción instrumental.

    10.

    Por

    ejemplo, el índice

    de.

    disimilitud , que es una técnica empleada con gran

    frecuencia para estimar el nivel

    de

    segregación residencial

    de

    grupos

    de

    pobla-

    ción (Lieberson 1981; James y Taeuber

    1985;

    Massey y Denton

    1988).

    Otras

    técnicas son el análisis de agrupaciones (Clifford y Stephenson 1975), los

    índices de entropía (James y Taeuber

    1985;

    White 1986) y las escalas multi-

    dimensionales (Kruskal y Wish

    1978;

    Davison 1983 ).

    11. El análisis de regresión logística

    se

    escoge en preferencia a otras técnicas, tales

    como el análisis discriminante lineal, porque implica menos suposiciones

    sobre las características de los datos y produce estimados eficientes (Press

    y

    Wilson

    1978;

    Harrel

    y

    Lee 1985).

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