Análisis del discurso político. Courtine

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    LANGAGES

    Analyse

    du

    discours politique

    (le discours communiste

    adress aux chrtiens)

    par

    Jean-Jacques Courtine

    Prface de Michel Pcheux

    JUNIO1981 62

    LANGAGES

    Anlisis

    del

    discurso poltico

    (el discurso comunista

    dirigido a los cristianos)

    por

    Jean-Jacques Courtine

    Prefacio de Michel Pcheux

    Trad. Cast.: Mara del Carmen Saint-Pierre

    Supervisin: Giovanna Winchkler

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    PREFACIO

    Michel PCHEUX

    El extrao espejo del anlisis de discurso

    "Estoy convencido de que si no visemos a las personas mover los labios, no sabramosquin habla en una sociedad, as como apenas sabramos cul es el objeto real en una habitacinde espejos"

    G. C. LICHTENBERG

    En este espacio incierto en el que la lengua y la historia se encuentran mutuamente encarrera -y en lucha- la expresin de "anlisis de discurso" ha adquirido progresivamente suderecho de ciudadana: algunos aspectos institucionales, la oferta y la demanda, y cada vez mscirculacin... Paradoja de un derecho de ciudadana implantado en una zona marginal: continasiendo una ciudad construida en el campo?

    Acerca de esta paradoja, quisiera bosquejar aqu algunos rasgos, como introduccin a lalectura de J.-J. COURTINE. La paradoja del anlisis de discurso, es que (a travs de sus

    vicisitudes, sus cambios de direcciones y sus fracasos) esta prctica es indisociable de lareflexin crtica que ejerce sobre s misma, bajo la presin de dos determinaciones mayores: laevolucin problemtica de las teoras lingsticas por una parte y los avatares del campopoltico-histrico por otra. En consecuencia, dos estados de crisis que se encuentran en el puntocrtico del anlisis de discurso.

    Este encuentro se confirma por el hecho de que esta disciplina parece haber demostradodesde sus orgenes, una inclinacin irresistible, en Francia, para elegir como objeto de estudiolos "discursos polticos" (con la mayor frecuencia, de la izquierda), para escrutar susespecificidades, sus alianzas y sus lmites1.

    Pero esta inclinacin irresistible tiene su propia historia, en la medida en que se encuentraafectada por la historia: el anlisis de los discursos (polticos) nace con la forma de un trabajopoltico y cientfico especializado, con la intencin de tomar posicin en un campoideolgicamente estructurado (desprestigiador/crtico/justificador de tal o cual discurso,enrolado en tal o cual posicin). Los desmoronamientos y los resurgimientos que afectan alcampo poltico, al francs en particular, parecen determinar una inflexin del trabajo de anlisis

    hacia la explicacin de las determinaciones a largo plazo y de las causalidades de largaduracin: porque los discursos polticos, mas all de su funcin de enmascaramiento y de

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    autojustificacin, constituyen tambin una huella, una red de indicios para comprenderconcretamente cmo se ha llegado hasta all y al mismo tiempo para intentar, a partir de ellos,remontar la memoria histrica y, en particular, la del movimiento obrero.

    Retrospectivamente, el anlisis de discurso (poltico) aparece as como conduciendo unapoltica (del anlisis de discurso) y manteniendo una relacin fundamentalmente ambigua con loque aqu se me permitir llama laimbecilidad .

    Intentar hacer anlisis de discurso, acaso no es presuponer una ausencia (una flaqueza,carencia o parlisis) que afectara a la prctica "natural" de la lectura y de la escucha polticas, ala que se pretende suplantar con una prtesisterico-tcnica ms o menos sofisticada?

    Segn el lugar que el anlisis del discurso se atribuya con respecto a esta falta, el que tomacada tanto la delantera es el fantasma de la objetividad minuciosa (que consiste literalmente enhacerse el imbcil, prohibindose pensar en el sentido bajo la textualidad2) o el de la posicinpartidaria de base cientfica (que tiende a tratar a los indgenas de la poltica como imbciles),que triunfan de tanto en tanto.

    De qu busca uno protegerse en este juego de espejos alrededor de una carencia, en el cuallas posiciones se reflejan y se intercambian hasta el infinito? Qu defecto se trata de exorcizarmediante esta laboriosa serie de dispositivos artificiales de lectura, que va desde el recuentolxico-estadstico de los vocablos hasta el anlisis sintctico de las secuencias y la

    desarticulacin de los mecanismos enunciativos y de las "estrategias argumentativas"?No hay que ver en todo esto el sntoma contradictorio de una doble impaciencia (doble en

    cuanto sta toca el campo de las ciencias por el costado de la lingstica y el de la poltica),encarnizndose en descubrir lo que se esconde incesantemente en lo que se dice?

    Esta impaciencia no poda dejar de hallar al "discurso comunista" como su objetoprivilegiado, a veces corriendo el riesgo de encontrarse atrapado en l al punto de reflejarlo yreproducirlo se tratar, finalmente, de un asunto de investigadores comunistas que se lanzan alanlisis del discurso a travs del discurso comunista, tomado como ese espejo histricoexcepcional en el que, precisamente, se considere que la ciencia ir a condensarse en la poltica?

    Pero simultneamente, se constata que el cuestionamiento de esta impaciencia terica delanlisis del discurso (y el reconocimiento de aquello en lo que sus descubrimientos hanfracasado3) hoy raramente se desarrolla sin un cuestionamiento poltico de la historia de lasprcticas comunistas, tal como stas se inscriben en la discursividad.

    As, el cuestionamiento terico de toda concepcin homogeneizante de la discursividad, quela fija en "tipologas" y la concibe como la identidad de uno mismo que se repite4, es -sobre todocuando se elige estudiar un aspecto del discurso comunista- indisociable de un cuestionamiento

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    poltico de la homogeneidad estratgica bajo la que ese discurso se presenta a travs de susdiversos rganos oficiales de expresin: el discurso de direccin del PCF en el proceso de launin-desunin de la izquierda constituye en este aspecto un sntoma discursivo en el que secondensan las tcticas de desplazamiento de la cuestin, la retrica del doble lenguaje y el

    ocultamiento de la contradiccin.

    Si hoy es fcil tomar -o fingir tomar- a ese discurso como la realidad del comunismo (ya seapara pisarle los talones o para arrojar esta realidad en los cestos de la historia), queda en pie undesafo: mantener la existencia de un enunciado poltico que enfrente el estado de cosasexistente, cuestionando la facticidad de esta homogeneidad del "discurso comunista". Este es elcamino terico y polticamente poco confortable que ha recorrido J.-J. COURTINE.

    El resultado se refleja, como se ver en la lectura de J.-J. COURTINE, en particular bajo la

    forma de la nocin de enunciado dividido, que caracteriza el hecho de que una formacindiscursiva se vea constitutivamente atormentada por su opuesto: la contradiccin motriz noresulta del choque de "corpus enfrentados", que se supone que trasmiten cada uno lahomogeneidad de los antagonistas, sino de este efecto de sobredeterminacin por el cual laalteridad afecta del mismo modo: justamente, el sujeto "pleno" del discurso comunista harechazado esta heterogeneidad, mediante un uso ritualizado de la interrogacin, donde lapregunta slo tiene sentido porque se conoce ya la respuesta: el idealismo ventrlocuo esmaestro consumado en el arte de hablar en lugar del otro, es decir, por l, en su favor y en su

    nombre.

    Por este sesgo se impone la cuestin terica del "discurso de alianza", caracterstico deldiscurso poltico surgido de la Revolucin francesa y del cual J.-J. COURTINE ha explorado unaspecto especfico bajo la forma del "discurso comunista dirigido a los cristianos". Parece queese discurso no constituye ni un ardid tctico, ni una real confrontacin, sino unautnticodilogo de sordosentre dos organizaciones altamente estructuradas desde el punto devista estratgico5, detrs del cual se trasparenta en filigrana el hecho de dirigirse a las masaspopulares en tanto que relacin con el otro.

    Puesto que se trata de asuntos religiosos, se me permitir retomar el trmino deTransubstanciacin6 para designar este extrao proceso mediante el cual, as como el pan y elvino se vuelven cuerpo y sangre de Cristo, la voluntad popular se transsubstancia en poder de laclase burguesa dominante; de una manera anloga (a travs de las homologas del aparatocomunista con el aparato de Estado burgus respecto del cual se contraidentifica), la voluntadpoltica de los que entran, salen, dudan, circulan en la base del PCF, se transsubstancia en poderrespecto de una direccin inmutablemente instalada en sus clculos estratgicos.

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    Detrs de todo esto, y ms all de las denegaciones: el miedo frente a las masas, con todoslos efectos de legitimacin de los portavoces que surgen ineluctablemente.

    Medir este miedo, es, sin duda, desde el punto de vista que aqu nos concierne, comenzar adespegarse de la tendencia, casi exclusiva, del anlisis del discurso por los enunciados de losportavoces legitimados (textos impresos, declaraciones oficiales, etc.) y aceptar la confrontacincon esta "memoria bajo la historia" 7 que surca el archivo no escrito de los discursossubterrneo, bajo esas mltiples formas orales que el grupo Rvoltes logiques o loshistoriadores marxistas ingleses como Ralph SAMUEL han comenzado a estudiar.

    Lo que constituye el inters de esta heterogeneidad discursiva, hecha de migajas y defragmentos, es que se determinan las condiciones concretas de existencia de las contradiccionesa travs de las cuales se produce la historia, bajo la repeticin de las memorias "estratgicas".

    Esta determinacin implica tambin construir los medios de anlisis lingstico y discursivo dela lengua y supone una reflexin sobre lo que acta sobre y bajo la gramtica, en el ladodiscursivo de la lengua. No es cuestin, entonces, de re-inventar el mito anti-lingstico de lapalabra-libre, bella salvaje que escapa a las "reglas".

    Del mismo modo, parece crucial separar la idea, tan seductora como falsa, segn la cual lasideologas dominadas, por no ser el simple reflejo-inverso de la ideologa dominante,constituiran especies de grmenes independientes: ellas nacen en el lugar mismo de ladominacin ideolgica bajo la forma de esas mltiples fallas y resistencias cuyo estudiodiscursivo concreto supone atrapar a la vez el efecto de lo real histrico que, en el inter-discurso, funciona como causalidad heterognea y el efecto de la realidad sintctica quecondiciona la estructura interiormente contradictoria de la secuencia intra-discursiva.

    Tomado entre lo real de la lengua y lo real de la historia, el anlisis de discurso no puedeceder ni ante lo uno ni ante lo otro sin caer de inmediato en la peor de las complacenciasnarcisistas.

    Sera extrao que los practicantes del anlisis del discurso sean los ltimos en advertir laconjuncin entre el enceguecimiento ante la historia y la sordera respecto de la lengua queconcierne a la vez a sus objetos y a sus prcticas.

    Sera hora de comenzar a romper los espejos.

    ALGUNOS PROBLEMAS TERICOS Y METODOLGICOS

    EN ANLISIS DEL DISCURSO

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    A PROPSITO DEL DISCURSO COMUNISTA

    DIRIGIDO A LOS CRISTIANOS

    "Tal contradiccin, en vez de ser apariencia o accidente del discurso, en vez de ser eso de loque hay que emanciparlo para que libere al fin su verdad desplegada,constituye la ley misma desu existencia: a partir de ella emerge, se pone a hablar a la vez para traducirla y superarla; parahuir de ella al tiempo que renace sin cesar por su intermedio, prosigue y recomienzaindefinidamente; porque siempre est delante de l y nunca puede abarcarla completamente,cambia, se metamorfosea y escapa de su propia continuidad. La contradiccin funciona, pues, alhilo del discurso, como el principio de su historicidad.

    M. FOUCAULT, L'Archologie du savoir , p. 197

    "La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido"

    M. KUNDERA, Le livre du rire et du l'oubli, p. 10

    INTRODUCCIN

    1. Un proyecto para el anlisis del discurso

    En la presentacin que dedica a un nmero reciente de la revista Langagesque tratasobrel'Analyse du discours jaursien(CHEVEAU, 78), J. DUBOIS recuerda algunos datosfundamentales sobre los cuales se apoya el anlisis del discurso a travs de las diferentesvariantes metodolgicas que esta disciplina pudo conocer, desde el momento en que se inaugur

    en Francia, en los aos 1968-1970. El anlisis del discurso se somete a los siguientes principios:

    1. Debe realizar la clausura de un espacio discursivo

    "El anlisis del discurso, para poder operar, supone enunciados finitos, espacios discursivoslimitados: esto significa tanto que se trabaja con textosNATURALMENTEcerrados, como que,mediante diversos artificios, se procede explcitamente (por muestreo) o implcitamente (porgeneralizacin a partir de fragmentos) a una clausura del texto" (DUBOIS, 78, p. 3).

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    Esta primera exigencia plantea al analista del discurso la cuestin de laconstitucin delcorpus discursivocmo limitar un espacio discursivo? Cmo decidir la clausura de un corpusdiscursivo, la pertenencia de tal o cual "texto" a un corpus? Qu forma asignar a un corpus dediscurso de tal modo que no se lo convierta en un simple corpus de lengua? Cul es la

    especificidad de un corpus discursivo que lo separa de los conjuntos de objetos empricos quemanipula el fonlogo o el gramtico en su descripcin de la lengua?

    Este conjunto de interrogantes reclama seguramente que se supere la generalidad de losprincipios empricos a travs de los cuales la respuesta que se d se encuentra reglamentada:"exhaustividad", "representatividad", "homogeneidad" del corpus, adecuacin de la forma delcorpus "a los fines de la investigacin"... Sin duda, convendra dar a los procedimientos derecoleccin y de organizacin de los datos empricos en anlisis del discurso un estatuto terico

    que parece faltarles.

    2. Supone un procedimiento lingstico de determinacin de las relaciones inherentes altexto

    "El anlisis de discurso implica la aplicacin de un mtodo para determinar las relacionesinherentes al texto, las cuales se supone, por hiptesis, que sean las que definan la estructura deldiscurso; y estas relaciones son aquellas que los trminos del texto (palabras, sintagmas, frases)

    mantienen entre s" (DUBOIS, op. cit., p. 3)El procedimiento de determinacin de tales relaciones puede variar, tomar la forma de

    recuperacin de co-ocurrencias entre elementos del texto, o expresarlos en trminos dedependencias (derivaciones gramaticales que equivalen a secuencias de operaciones). Elprincipio permanece, no obstante, invariable: si se formula la hiptesis de una estructura deldiscurso, recuperable a partir de la co-ocurrencia y la recurrencia de determinadoselementos,esta estructura debe caracterizarse gramaticalmente. El discurso, como objeto,mantiene una relacin determinada con la lengua y la posibilidad misma de un anlisis deldiscurso se enmarca en tal relacin. Todo procedimiento de anlisis del discurso encuentra en lalingstica su campo de validacin... y el correlativo riesgo de reducir el discurso a la lengua.

    Esta cuestin se resume, en anlisis del discurso, en la caracterizacin del enunciado. Si esverdad que, "como todo anlisis lingstico, el anlisis de discurso descansa sobre cierto nmerode axiomas que ataen a la sinonimia, la parfrasis, la relacin predicativa y que permiten alfuncionamiento del enunciado (es decir, quiero decir que...)" (DUBOIS,ibid ., p. 3), cmoasignar un funcionamiento a este objeto, fuera de las categoras lingsticas (frase, proposicin)

    en las cuales, espontneamente, se lo tiende a representar? Qu propiedades atribuir al

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    enunciado, qu representacin proponerle en un orden del discurso que no sea la simple rplicadel orden de la lengua?

    Respecto de la definicin del enunciado como respecto de la determinacin de un corpusdiscursivo, el problema dela especificidad de lo discursivose plantea en su relacin con lolingstico.

    3. Produce, en el discurso, una relacin de lo lingstico con el exterior de la lengua

    "La interpretacin de los resultados obtenidos mediante el anlisis de discurso no puede ser elresultado sino de una comparacin interna entre dos o varios enunciados y de unacorrespondencia con modelos no lingsticos. En efecto, el discurso realizado,independientemente de la variable 'lengua', implica tres sistemas de variables; unas toman encuenta al locutor, otras, a los temas del enunciado, las ltimas, a las condiciones de produccindel enunciado mismo." (DUBOIS,ibid ., p. 4).

    Por tanto, se considera al discurso como una relacin, una correspondencia entre la lengua ylas preguntas que surgen en su exterior, respecto de todo discurso concreto: quin habla, cules el sujeto del discurso, y cmo puede caracterizarse la emergencia del sujeto en los discursos?De qu habla el discurso, cmo detectar all la existencia de temas determinados? En qucondiciones se produce finalmente el discurso, pero tambin se lo comprende y se lo interpreta?En cules de esas condiciones se inscriben dichas preguntas atendiendo a la relacin del

    discurso con la lengua? Cmo se refleja el exterior de la lengua en la organizacin lingsticade los elementos del discurso?

    * * *

    Este conjunto de principios delimita el espacio de las preguntas en las que se inscribenuestro trabajo; se tratar deanlisis del discurso poltico, ya que el corpus de la investigacinconsistir en un conjunto de discurso dirigido por el Partido Comunista Francs a los cristianos,de 1936 a 1976, en el marco de su "poltica de mano tendida". Este trabajo se ubica as en latradicin de quienes, en el campo del anlisis del discurso en Francia, han hecho del discursopoltico un objeto de estudio privilegiado de las relaciones de la lengua con las ideologas.

    En el interior de esta problemtica coexisten sin embargo abordajes diferenciados delconjunto de las preguntas que el discurso poltico hace surgir: hay ciertas preocupaciones quecompartimos con tal o cual tipo de trabajo, otras que nos resultan ajenas. Realizaremos,haciendo camino, las distinciones que se imponen, situando nuestra posicin en el interior deesta configuracin de preguntas y de problemas. No obstante ya podemos adelantar algunascaractersticas generales desde el punto de vista que aqu desarrollamos:

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    (1) El discurso como objeto debe pensarse en su especificidad. La adopcin de un punto devistaespecficamente discursivodebe evitar, si es verdad que en el discurso se establece unarelacin determinada entre lo lingstico y la ideologa, reducir el discurso al anlisis de lalengua o disolverlo en el trabajo histrico entre las ideologas. Pero debe tomar en cuenta la

    materialidad discursiva como objeto propio, es decir, producir en funcin de ella lasproposiciones tericas.

    (2) Estas preposiciones tericas deben conducir al establecimiento de procedimientosqueconcreten su montaje instrumental en un campo metodolgico. La materializacin, bajo la formade procedimientos determinados, de un cuerpo de proposiciones tericas que apuntan aldiscurso como "objeto de conocimiento" considera al discurso como objeto emprico concreto, u"objeto real". Respecto de esta condicin puede emplearse la expresin: "el objeto del anlisis

    del discurso", o incluso "el discurso como objeto"1

    . (3) El desarrollo seguido debe serexplcitoen su conjunto, lo que constituye una condicin desu reproducibilidad y, sobre todo, quizs del hecho de que puedacriticarse; deseamos que ladescripcin del marco terico de la investigacin y de los procedimientos que regula seasuficientemente explcita como para permitir un conjunto de cuestionamientos, al exponerse, loms posible, a la crtica.

    Y ello, especialmente, respecto de nociones o procedimientos que ponemos a prueba en estetrabajo (forma de corpus, condiciones de produccin de una secuencia discursivavs.condiciones de formacin de un proceso discursivo, dominio de memoria, la definicin dediferentes formas de enunciado, una concepcin de la relacin enunciado/enunciacin, etc.).Asimismo, esperamos, sin estar, no obstante, siempre seguros, que la exposicin de estasnociones o procedimientos no revista un aspecto demasiado "compacto" y conserve la huella, ensus intersticios y tambin en sus grietas, de las preguntas que ha hecho surgir para nosotros. Yque no se vea en las pginas que siguen, un sistema cerrado de respuestas sobre el discurso, sinoun cuestionamiento en cuanto al discurso.

    * * * El marco terico que nos hemos propuesto se inscribe as en una posicin determinada en el

    dominio del anlisis del discurso. Adems de los principios tericos generales que delimitan eldominio y que proveen de un marco a la descripcin, esta ltima integra un conjunto deelementos tericos que han podido avanzar, en anlisis del discurso, frente a las preocupacionesde lingistas, de filsofos o de historiadores, ya que todos trabajan, en el discurso,la relacinde la lengua con la historia.

    Este conjunto de trabajos apunta a lo que se ha podido llamar (PCHEUX, 75) la"articulacin" de la lingstica y del materialismo histrico, como "ciencia de la historia de las

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    formaciones sociales y de sus transformaciones" y, ms particularmente, la parte delmaterialismo histrico designada como "teora de las ideologas" en la relectura del corpusmarxista emprendida por L. ALTHUSSER.

    Quisiramos sealar al respecto, lo que nos parece constituir, en los desarrollos de estaposicin en anlisis del discurso, una adquisicin terica importante: se trata del conceptode formacin discursiva2 y de la distincin entre procesos discursivosy lengua: si los procesosdiscursivos constituyen la fuente de la produccin de los efectos de sentido en el discurso, lalengua, pensada como una instancia relativamente autnoma, es el lugar material en el que serealizan los efectos de sentido. P. HENRY (75, p. 94) lo formul de la siguiente manera:

    "La nocin de autonoma relativa de la lengua caracteriza la independencia de un nivel defuncionamiento del discurso con respecto a las formaciones ideolgicas3 que all se encuentran

    articuladas, nivel de funcionamiento relativamente autnomo cuya teora formula la lingstica.El concepto que permite pensar este nivel de funcionamiento es el de lengua. La autonoma esrelativa, pues en la produccin y la interpretacin de lo que se llama 'secuencias discursivas', esdecir discursos 'concretos', las fronteras que separan aquello que proviene de la autonomarelativa de la lengua y aquello que proviene de la determinacin de sus discursos 'concretos'mediante formaciones discursivas, (...) no puede fijarsea priori. En otras palabras, sostenemosque todo discurso 'concreto' est determinadodoblemente, por una parte, por formacionesideolgicas que remiten este discurso a formaciones definidas, por otra parte por la autonoma

    relativa de la lengua pero sostenemos queno es posibletrazara prioriuna lnea de demarcacinentre la que da cuenta de una o de otra de esas determinaciones".

    Esta distincin entre base lingstica, relativamente autnoma, y procesosdiscursivos/ideolgicos que se desarrollan sobre esta base, nos parece fundamental en la medidaen que hace de la relacin de lo lingstico con lo ideolgico, la materialidad misma de lodiscursivo: es la nica que puede autorizar la toma en consideracin de las relaciones decontradiccin, antagonismo, alianza, absorcin... entre formaciones discursivas que pertenecen aformaciones ideolgicas diferentes, y dar cuenta as del hecho de que, en una coyunturadeterminada de la historia de una formacin social caracterizada por un estado determinado delas relaciones sociales, los "sujetos hablantes" tomados dentro de la historia puedan coincidir oenfrentarse sobre el sentido que dan a las palabras, hablar de diferentes formas, mientras hablanla misma lengua.

    A travs de esta distincin que retomamos aqu, as como en mltiples ocasiones en nuestrotrabajo4, se expresa la deuda de nuestra investigacin con respecto al conjunto de laproblemtica desarrollada por M. PCHEUX: sin ningn lugar a dudas, hay que situar el origen

    de nuestro trabajo en el conjunto de preguntas que planteaba desde 1969, la aplicacin del

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    procedimiento deanlisis automtico del discursoa corpus discursivos, luego, en los elementostericos contenidos en Les Vrits de la Palice. Las pginas que siguen representan, desde estepunto de vista, una tentativa de discusin, definicin, reconfiguracin de este conjunto deproposiciones tericas y metodolgicas, un proceso de demarcacin del pensamiento en el

    interior del pensamiento, el esfuerzo -a menudo incierto, siempre difcil- de una filiacin que nosea una repeticin pura y simple.

    Esta cuestin, a nuestro modo de ver esencial, y ms all de las ilusiones subjetivas a travsde las cuales "un sujeto pensante" se representa la relacin de su pensamiento con el otro sujeto,concierne a la referencia comn almaterialismo histrico y dialcticoque atraviesa un conjuntode trabajos de anlisis del discurso. Cmo el marxismo puede hoy, mientras desde todos losngulos se escuchan los rumores de su final o de su muerte, mientras est inscripta en la

    memoria colectiva la huella de los errores y de los crmenes cometidos en su nombre, permitirpensar una relacin con lo real en un campo cientfico determinado? Esta "inquietud" en cuantoa la intervencin del marxismo en el proceso de produccin de los conocimientos cientficos enel domino del anlisis del discurso -como en cuanto a su intervencin en el terreno de las luchaspolticas y sociales- constituye para nosotros un antecedente incontrovertible, un interroganteformulado sin cesar cuando nada se podra reglamentar en la religin de las frmulas.

    Pero puesto que la referencia al marxismo esconde, en anlisis del discurso, tentativascontradictorias, quisiramos indicar que el sentido de su intervencin en esta disciplina no

    esconde para nosotros unadescripcin sociologista de la diferenciacin lingstica de los"grupos sociales", en la que el marxismo ocupara, en cuanto social, un lugar en el cortejodisciplinado de las ciencias humanas.

    No pensamos tampoco que esta intervencin pueda reducirse al proyecto voluntarista de una"teora del discurso". La referencia a esta ltima expresin denota, en el campo del anlisis deldiscurso, una actitudteoricistaque consiste en substituir el trabajo necesario de unacontradiccin por el enunciado de su resolucin terica, en el que el marxismo aparecenuevamente, en una versin de "izquierda" de la interdisciplinariedad, para "articularse" con lalingstica y con una teora freudiana del sujeto.

    Si el anlisis del discurso tiene que ver con objetos atravesados por la lucha de clases, si, enanlisis del discurso poltico, todo discurso concreto remite a una posicin determinada en lalucha ideolgica de clases, entonces es muy posible que el sentido primero de una intervencindel materialismo histrico en este campo terico-prctico sea el de venir a recordar aqu losprincipios, olvidados de manera diferente por el sociologismo o el teoricismo, de la primaca dela contradiccin sobre los contrariosas como delcarcter desigual de la contradiccin; lo

    que L. ALTHUSSER (75, p.148) subraya en estos trminos:

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    "Ahora bien, si puedo superar lo que he sostenido en mis primeros ensayos, pero en el mismosentido, dir que la contradiccin, tal como la encontramos enEl Capitalpresenta laparticularidad sorprendente de serdesigual, de poner en juego contrarios que no se obtienenafectando al otro de signo opuesto al primero, porque se toman en una relacin de desigualdad

    que reproduce sin cesar sus condiciones de existencia debido a su vez a esta contradiccin... Laclase capitalista y la clase obrera no tienen la misma historia, no tienen el mismo mundo, notienen los mismos medios, no tienen la misma lucha de clases, y sin embargo, se enfrentan yesto es lisa y llanamente una contradiccin, puesto que la relacin de su enfrentamientoreproduce las condiciones de su enfrentamiento..."

    A partir de este doble principio debe concebirse el recurso al marxismo en nuestro trabajo: lacontradiccin constituye aqu un principio terico, que interviene en la representacin de lo real

    histrico, pero tambin unobjeto de anlisis, en el sentido de que la contradiccin desigualentre formaciones discursivas antagonistas es el objeto de este estudio. El tema de lacontradiccin atraviesa as nuestra investigacin en diferentes niveles, de manera recurrente,con insistencia; deseamos que produzca un efecto de conocimiento, que sea en ella untestimonio de la presencia del marxismo como cuerpo terico real y no como una expresin nosignificativa.

    * * *

    Nos gustara, sin embargo, antes de entrar de lleno en el trabajo, cerrar estas lneasintroductorias mediante el examen de un punto problemtico en la definicin de anlisis deldiscurso (de ahora en ms: AD) como disciplina:la cuestin de su relacin con la lingstica; elAD se ha constituido en efecto, histricamente, dentro de una relacin privilegiada con lalingstica.

    Sin entrar en los detalles de esta formacin histrica5 podemos subrayar, sin embargo, queesta relacin de estrecha cercana tuvo como efecto, especialmente, dibujar una configuracinepistmica interna del dominio del AD que toma la forma de una coexistencia entre

    procedimientos de anlisis del enunciado (mediante una aplicacin de los mtodos de anlisisdistribucional a los corpus discursivos, en el marco del "anlisis harrisiano ampliado", inspiradoen el trabajo de HARRIS (52)) y procedimientos de anlisis de la enunciacin (que provienen dela tradicin de una "lingstica de la palabra", que se ilustra a travs de los trabajos deBENVENISTE, JACKOBSON,...).

    Si los procedimientos de anlisis de enunciados constituyen un estado inaugural del AD, losanlisis enunciativos han conocido recientemente un desarrollo cuya importancia se acrecienta.En este aspecto quisiramos adelantar las siguientes tesis, que desarrollaremos a lo largo denuestro trabajo:

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    (1) una teorizacin especficamente discursiva, que intenta desprenderse de los modeloslingsticos, de la relacin enunciado/enunciacin, nos parece undesafo centralpara el AD yun objeto esencial de nuestra investigacin. La transformacin de esta relacin implicaigualmente de manera crucial la redefinicin de las operaciones de constitucin de un corpus en

    AD.

    (2) El desarrollo actual de una problemtica de la enunciacin en AD constituye lamanifestacin de una posicin continuistaque ubica al discurso en la continuidad de la lengua,se acompaa de unencubrimiento psico-social de la relacin entre lengua e historiae impidepensar en la materialidad especfica de lo discursivo.

    El trabajo en el interior de este desafo, la critica y la superacin de esta posicin, son tareasurgentes para el AD.

    2. La relacin del AD con la lingstica

    Que las relaciones entre la lingstica y el AD son muy estrechas puede considerarse comouna evidencia: en una acepcin "amplia" de la extensin del dominio de la lingstica, stapuede llegar hasta incluir al AD, hacindola parte beneficiaria de una de las "ramas"especializadas de esta disciplina, la socio-lingstica. Pero si nos referimos a una extensin ms"estricta" del dominio de la lingstica, la que delimita su dominio desde la ruptura saussuriana,

    debemos convenir que los objetos respectivos de la lingstica y del AD (la lengua y eldiscurso) por una parte, as como la respectiva posicin de esas dos regiones de conocimientoen el corte universitario del saber y de las disciplinas, las ubican en una situacin dedelimitacin recproca, es decir que constituyen la frontera, una de la otra.

    No por ser estrechas estas relaciones son menos paradjicas, lo que los analistas del discursotienden a olvidar en la definicin que dan de ellas.

    1. Las posiciones de los analistas del discurso sobre las relaciones entre lingstica y AD

    En primer lugar, se va a enfocar la "ruptura saussuriana": la dicotoma lengua/habla,fundadora de la lingstica, "obstaculiza" la constitucin de un AD. La relacin de la teorasaussuriana con el objeto lingstico generalmente se presenta bajo la metfora de lo que cie,comprime o constrie, trtese de un "corset" (ROBIN, 73, p. 79) que es necesario "hacerestallar", de una "verruga" (GUESPIN, 71, p. 11) que es necesario "hacer saltar", de un"edificio" en donde se respira una "atmsfera enrarecida", que es necesario "demoler"

    (GUESPIN, 71, p. 12 y 14) o finalmente, de un "viejo modelo" cuyo "bloqueo" debe ser

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    sometido a una "accin erosiva" (GUESPIN, 76, p. 47 y 48). Sobre las ruinas del edificiosaussuriano, se elevar entonces el AD.

    Sealemos que tambin se enfatiza con frecuencia el carcter restrictivo de la competenciachomskyana.

    En este sentido, los analistas del discurso se proponen indicar la imposibilidad de que unaconstruccin del AD se efecte en el interior de los paradigmas saussurianos o chomskyanos, loque parece plenamente justificado, puesto que estas dos teoras se constituyeron rechazandoexplcitamente tal posibilidad6. Destaquemos sin embargo, que, en la prctica de los analistasdel discurso, se utilizan corrientemente procedimientos provenientes de esos marcos tericos(como los procedimientos distribucionales, las nociones de frase de base o de transformacin)en la constitucin de los sistemas de representacin, sin que se cuestione el estatuto de tal

    empleo.Conviene igualmente sealar que las referencias del AD a la lingstica, cada vez con ms

    frecuencia recurren a las nociones producidas en la problemtica de la enunciacin, es decir, enel exterior de los marcos tericos estrictamente saussurianos o chomskyanos, en la tradicin delo que hemos llamado la "lingstica del habla". De all se desprende el uso de las nociones depresupuesto, deixis, ndices de personas, performativos y conectores [embrayeurs]. El papel deesta ltima nocin, debida a JAKOBSON(63), nos parece claramente indicativa de la manera enque los analistas del discurso entienden la relacin de la lingstica con el AD y, msampliamente, de los hechos de lengua con los hechos de discurso.

    "Los conectores ( yo, aqu , ahora) permiten detectar esta presencia del sujeto hablante en sutexto" (COURDESSES, 71, p. 23); aseguran, por intermedio del sujeto de la enunciacin (delcual constituyen la huella) colocado en una "situacin de discurso" dada, el pasaje continuodelos hechos de lengua al discurso. Ese continuum, que va de la lengua al discurso, se encuentrarepetido por la metaforizacin de la misma nocin, la cual, actuando esta vez en el planoepistemolgico, ubica al AD en la prolongacin de la lingstica, por intermedio de

    unalingstica del discursocon base en la enunciacin.Tal es la posicin que aparece en la formulacin siguiente de ROBIN (73, p .26), a pesar de

    una restriccin del autor:

    "Esta lingstica del discurso, que pone en duda completamente la distincin operadapor SAUSSURE entre lengua y habla, a condicin de que se desprenda de un modeloindividualista centrado en una problemtica del sujeto, puede (...)conectarse conuna teora delas formaciones discursivas..." (el subrayado es nuestro)

    Conexin de la lengua con el discurso, conexin de la lingstica con el AD, igualmente,conexin del discurso con su exterior, es decir con sus condiciones de produccin, como lo

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    subraya GUESPIN (76, p. 50): "... convendr no olvidar la facultad del discurso deconectarseconsus propias condiciones de produccin" (el subrayado es nuestro)

    La nocin de conexin as se retoma a diferentes niveles. Al perder su especificidad inicial,parece reencontrar en esto, como el "obstculo verbal" de BACHELARD (38), una parte de susentido comn; en efecto, est capturada en lametfora de un desplazamiento lineal ycontinuoque conoce ciertamente sus bloqueos, sus frenos, sus tiempos de interrupcin, perotambin sus retornos, sus reinicios. Bajo esta metfora principalmente, se expresa la posicincontinuista de la relacin entre lingstica y AD.

    La distincin que hemos efectuado en la introduccin, entre base lingstica y procesodiscursivo, no puede conformarse con un continuum que, borrando tendenciosamente la fronteraentre lingstica y anlisis del discurso, puede llegar a negar a la vez la autonoma relativa y la

    especificidad del objeto de la una y el otro. Las relaciones entre AD y lingstica, no nos pareceentonces que deban explicarse a partir del pasaje gradual del uno a la otra, lo que se confunde aveces con la evidencia del reemplazo del uno por la otra, sino por la forma de una coexistenciacontradictoria, que se origina en la configuracin epistmica interna de la lingstica, loque KUENTZ ha observado (77, p. 113):

    "Es como si la posicin de un AD ms all del quehacer lingstico fuera, para esta disciplina, elefecto de una necesidad interna, Planteando la existencia del AD como sums allsiempre porllegar, la lingstica no busca apartar la sospecha de que se trata de unms acque nunca pudoneutralizar enteramente y que funciona a sus espaldas como susiempre all?"

    2. "Tendencias" en Lingstica y AD

    Un cierto nmero de trabajos (PCHEUX, 75; GADET-PCHEUX, 77) se esforzaron porproducir un anlisis de la configuracin epistmica de la lingstica que da cuenta de lascontradicciones que oponen las "tendencias" que pueden identificarse en el seno de ella. A partirde esta caracterizacin del dominio de la lingstica vamos a tratar de delimitar la "necesidadinterna" a la que KUENTZ hace referencia.

    De este modo GADET y PCHEUX (77) intentan describir la historia de la lingstica7, as como su situacin actual a partir de una "especie de lucha entre dos vas -el logicismo y elsociologismo- que forman los elementos de una contradiccin que toma sucesivamentemltiples formas, desde la prehistoria de la lingstica hasta sus aspectos ms modernos, msactuales y ms cientficos" (op. cit., p. 1), lo que tendra como efecto llevar a una situacin decrisis. Se puede oponer rpidamente el logicismo (y su forma ligada: el formalismo) al

    sociologismo (y su forma ligada: el historicismo), indicando que el primero se preocupa porinvestigar universales lingsticos, por fundar una teora gramatical y por plantear la autonoma

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    de lo lingstico, mientras que el segundo cubre la variacin y el cambio lingstico, efectadescripciones empricas y se ofrece como objeto al individuo lingstico "concreto" y "ensituacin" (estos ltimos objetivos parecen muy cercanos a preocupaciones clsicas de losprocedimientos del AD).

    As la situacin, dos preguntas quedan planteadas: qu posicin ocupa la problemtica de laenunciacin -que situamos como un desafo del trabajo en AD- en esta contradiccin? Qudominacin manifiesta esta contradiccin necesariamente tan desigual? Y una preguntarelacionada, que nos retrotrae al AD: en qu aclara esto la configuracin epistmica deldominio del AD, en sus relaciones con la lingstica?

    Consideramos la problemtica de la enunciacin como una forma privilegiada decompromisoentre las tendencias logicista y sociologista. En efecto, en el anlisis del proceso de

    enunciacin en el enunciado, combina a la vez los aspectos formales de la relacinenunciado/enunciacin (relaciones entre ndices de persona, lugar, tiempo y modalidad de laenunciacin) con los efectos subjetivos del acto de enunciacin, anclado en una situacin deenunciacin cuyos protagonistas pueden conferirse un status social. Parece entonces ocupar,dentro del espectro de las formas posibles que conducen del logicismo al sociologismo, unaposicin central otransicionalque concuerda con la caracterstica anteriormente destacada, deasegurar un pasaje continuo entre los hechos de la lengua y los hechos de discurso por una parte,la lingstica y el AD, por otra.

    La segunda pregunta concierne a la dominacin que se expresa en el seno de la contradiccinprincipal que divide la configuracin epistmica de la lingstica. En otrotrabajo, PCHEUX (75, p. 18) caracterizaba a la tendencia logicista como dominante; puededestacarse por otra parte, que la descripcin sumaria que hemos dado antes de la tendenciasociologista indica que el AD constituye su reciente prolongacin. Las peticiones de principioanti-saussurianas que inauguran numerosos trabajos en AD nos parecen sin duda la marca delcarcter dominante del logicismo en el interior de la lingstica8 porque el sociologismo "seapoya muy a menudo (mediante prstamos, devoluciones, reapropiaciones...) para separarse del" (PCHEUX, 75, p. 18) sobre el logicismo.

    Lo que responde a la segunda pregunta y lleva a la tercera: los analistas del discursorepresentan generalmente la autonoma del dominio del AD respecto del de la lingstica enforma de unainversin de la dominacin: substituyen lo emprico por lo formal, lo social y lohistrico por lo sincrnico y lo estructural; reemplazar SAUSSUREpor VOLOCHINOV.

    Sostendremos que tal posicin, por el contrario, lo encierra todava con mayor seguridad enel seno de la contradiccin que gobierna la configuracin epistmica de la lingstica, y que noalcanzara la autonoma terica del dominio del AD: la contradiccin entre logicismo y

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    sociologismo, esta "necesidad interna" en el dominio de la lingstica, ha producido al AD como"desarrollo adicional" (FOUCAULT, 69, p. 202) al margen de esta ltima, por la inversin delos dos trminos de la contradiccin, es decir, mediante sureproduccin especular .

    Nos parece que desplazando los trminos de esta contradiccin el AD puede llegar,a costade un descentramiento, a avanzar hacia una autonoma terica. Es evidente que no pretendemosrealizar tal proyecto en el marco de este trabajo. Quisiramos, simplemente, indicar lo queexige: el descentramiento del que acabamos de hablar plantea al AD el problema de laredefinicin de sus relaciones con los dos trminos de la contradiccin; es decir, que se trataraen, verdad, de responder a una doble pregunta: cmo considerar las relaciones del AD en elorden de loempricofuera del modo que el sociologismo lingstico regula esta cuestin? Ytambin, cmo prever las relaciones del AD en el orden de lo formalsin dejarse encerrar en el

    logicismo?Trataremos en la primera parte de este trabajo, que reneelementos crticos(Cap. I y II), de

    adelantar una respuesta a la primera pregunta, examinando los procedimientos de recoleccin delos datos empricosen AD, as como las nociones que sistematizan esos procedimientos.Asimismo, en la segunda y tercera parte (Cap. III y IV, por un lado; Cap. V y VI, por otro) queexponen lasorientaciones tericasde la investigacin y presentananlisis de un procesodiscursivo, nos esforzaremos por abordar la necesidad de larepresentacin de los objetosdiscursivossin calcarlos de los modelos utilizados en el marco del anlisis de la lengua.

    CAPTULO I

    LA NOCIN DE "CONDICIN DE PRODUCCIN

    DEL DISCURSO"

    Mediante la nocin de "condiciones de produccin del discurso" deseamos comenzar elexamen de las dificultades que encuentran en el dominio del AD tanto las tentativas deteorizacin como la aplicacin de los mtodos. La nocin de "condiciones de produccin" (CP),tanto por su ubicacin en sistema conceptual del AD como por la heterogeneidad a menudocontradictoria de las definiciones de su contenido, nos parece, en efecto, que constituye el lugary el sntoma de tales dificultades1.

    1. Los orgenes de la nocin

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    Dichos orgenes nos parecen ser de tres rdenes. La nocin de CP tiene su origen enprincipio en elanlisis de contenido, tal como se la practica en psicologa social especialmente.En la tradicin de los trabajos de BERELSON (1952), se la constituye explcitamente comoobjeto del anlisis de las "condiciones de produccin de los textos" (HENRY Y MOSCOVICI,

    68). No volveremos sobre las crticas a menudo formuladas respecto de este tipo de enfoque,contentndonos con destacar superficialidad.

    La nocin de CP se atribuye, por otra parte, a los "servicios" que la psicologa social puedeprestar al AD, especialmente por GUESPIN (71,p. 13), quien agrega: "Con estos ofrecimientosde servicio, quedamos muy cerca de la socio-lingstica". Esta observacin nos parece queseala un segundo origen de la nocin de CP, lasociolingstica, a propsito de la cualconviene agregar que representa el papel de unorigen indirecto. Si la sociolingstica se

    propone por objetivo "poner en evidencia el carcter sistemtico de la covariante de lasestructuras lingsticas y sociales y eventualmente, establecer una relacin de causa a efecto"(BRIGHT, 66), admitir como variables sociolgicas "la situacin social del emisor, la situacinsocial del destinatario, las condiciones sociales de la situacin de comunicacin (gnero deldiscurso), los objetivos del investigador (explicaciones histricas), etc." (MARCELLESI, 71a,pp. 3-4). GUESPIN (71, p. 19) reconoce en ella "variables sociolingsticas, responsables de lasCP del discurso".

    El carcter de origen indirecto que posee la sociolingstica con respecto a la nocin de CP

    del discurso nos parece que queda probado por el hecho de que la tradicin sociolingsticaamericana, tal como se ilustra en BRIGHT (66) o an en FISHMAN (68),oen PRIDE y HOLMES (72), ignora al AD, reteniendo solamente, como discurso, los problemasrelativos al bilingismo e incluso a la etnografa de la comunicacin. El hecho de que losparmetros sociolingsticos se admitan como CP del discurso, da cuenta a la vez de sureinterpretacin en el marco del "anlisis sociolingstico francs del discurso" al mismo tiempoque de su analoga con las variables constitutivas del plano de las CP del discurso tal como lasdefinen los psicosocilogos en la prctica del anlisis de contenido.

    En el texto de Z. HARRIS (52), Discourse Analysis, se sita el tercer origen de la nocin deCP del discurso. Esta vez se trata de unorigen implcito: el trmino no figura en el artculode HARRIS, que en ciertos aspectos represent el papel de "matriz"2 para el AD. Por elcontrario, encontramos all el trmino "situacin", en correlacin con el de "discurso", cuandoslo se trata de considerar las frases de un nico discurso continuo, es decir, "las que sepronuncian o escriben unas a continuacin de las otras por una o varias personas en una nicasituacin", o bien de determinar la correlacin entre las caractersticas individuales de un

    enunciado y "las particularidades de personalidad que provienen de la experiencia del individuoensituaciones interpersonales condicionadas socialmente" (HARRIS, 69, p. 10).

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    Sealemos, sin embargo, la insuficiencia de la elaboracin de esta nocin de "situacin" que,para un lingista como HARRIS, ocupa, junto a las de "particularidades de personalidad" y"experiencia del individuo", el lugar de un impensado, el de "lo extralingstico" al que sloespecifica su exterioridad al objeto lingstico.

    Sealemos seguidamente la compatibilidad de las definiciones de la "situacin" que proponecon las que el anlisis de contenido en psicologa social o en sociolingstica admiten de las CPdel discurso. Sealemos finalmente que esas formulaciones ("caractersticas individuales de unenunciado", "situaciones interpersonales"), designan lo que la lingstica conoce comosujeto dela enunciaciny situacin de enunciacin.

    Estas tres observaciones pueden llevar a reconsiderar el carcter original de lasociolingstica respecto de la cual hemos hablado de origen indirecto y del trabajo

    deHARRIS respecto del cual hemos hablado de origen implcito. Si seguimos a F. GADET (77)respecto de la sociolingstica, se podr hablar de origen derivado o segundo, en la medida enque este autor ve all "una forma refinada de psicologa social de la lengua", lo cual coloca aesta ltima disciplina como origen de la sociolingstica y puede entonces explicar lacompatibilidad que destacbamos anteriormente. En cuanto al trabajo de HARRIS, quizshubiese sido mejor caracterizarlo como origen "espontneo"o "involuntario" de la nocin de CP,en el sentido de que la representacin que all encontramos del exterior del objeto lingstico seinscribe "espontneamente" en la caracterizacin psicosocial de una situacin de comunicacin.

    Este conjunto de consideraciones refuerza, de hecho, elcarcter de origen directoqueatribuimos a la psicologa social en la formacin de la nocin de CP.

    Esto nos permite precisar, por una parte, el modo de articulacin de la lingstica y de ciertasciencias humanas y sociales en la constitucin del discurso como objeto de una disciplinaespecfica, articulacin cuyo lugar a menudo se ha presentado como constituido por el AD. Loque se anuncia como pluridisciplinariedad necesaria en el AD, y sita al discurso en el campode una complementariedad ("todo lo que pueden aportar otras disciplinas al estudio de un hecholingstico" (GUESPIN, 75, p. 5)), con el cortejo de denegaciones con que esas posiciones seacompaan ("el AD no podra constituirse en encrucijada"... "no se trata entonces aqu deyuxtaposicin de disciplinas"... (ibid .)), nos parece que enmascara el reconocimiento del hechode que el AD se inaugura bajo el signo de laarticulacin de dos ausencias, de las cuales lanocin de CP constituye el sntoma ms seguro: la psicologa social que carece de laposibilidad, al caracterizar el enunciado, de apoyarse sobre la base material de la lengua, acuenta de la lingstica; la lingstica, que carece de una "teora del sujeto y de la situacin", esdecir, de las CP del discurso, se remite a las disciplinas psicolgicas y sociales. "El sentido de

    un texto, sus CP -que dependen del sujeto hablante y del contexto situacional- competen msespecialmente a la psicologa y la sociologa" (PROVOST, 71, p. 8); lo que se ha podido

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    formular igualmente as: "el modelo de la actuacin (del que depende el discurso)3 recurre a lavez: 1) al lingista, 2) al psiclogo, en cuanto sujeto, 3) al historiador y al psiclogo, en relacina la situacin" (GUESPIN, 71, p. 9)4. El recurso a la pluridisciplinariedad no contribuye en estecaso sino a subrayar lo mismo que se esfuerza por remediar: la ausencia de una construccin

    terica de lo discursivo.

    Todo esto parece caracterizar, en cuanto a la nocin de CP del discurso, un estado inicialrespecto del cual se trata de evaluar las transformaciones.

    2. Las transformaciones de la nocin

    1. Definicin tericavs. definicin emprica

    Los estados sucesivos de la nocin de CP del discurso se reparten en dos conjuntos: unconjunto de definiciones que llamamos "definiciones empricas", en el que las CP del discursotienden a confundirse con la definicin emprica de una situacin de enunciacin. Estasdefiniciones se ubican en la continuidad de los orgenes de la nocin. Nosotros les opondremosun conjunto de "definiciones tericas" que aparecen desde 1971 en AD con el trmino de" formacin discursiva" (HAROCHE, HENRY, PCHEUX, 71, p. 102), que proviene deltrabajo de FOUCAULT (69). Ms adelante discutiremos estas definiciones tericas (cf . Cap. II).

    2. Una nocin de contenido heterogneo e inestable

    a) Un intento de definicin emprica general

    La nocin de CP conoce su primera definicin emprica general en los trabajosde PCHEUX (69, pp. 16-29). Se encuentra definida all en el marco del esquemainformacional de la comunicacin de R. JAKOBSON (63, p. 214), a partir de "lugaresdeterminados en la estructura de una formacin social, lugares cuyo haz de rasgos objetivospuede describir la sociologa" (p. 18). Las relaciones entre esos lugares objetivamente definiblesse encuentran representadas en el discurso mediante una serie de "formaciones imaginarias" quesealan el lugar que el destinador y el destinatario se atribuyen cada uno a s mismo y al otro(...)

    La relacin as establecida entre lugares objetivamente definidos en una formacin dada y larepresentacin subjetiva de estos lugares en una situacin concreta de comunicacin ha dadolugar a interpretaciones en las queel elemento imaginario domina o borra las determinacionesobjetivas que caracterizan un proceso discursivo5.

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    Esas interpretaciones, en verdad, se fundan en las ambigedades de la propia nocin: por unaparte, el recurso al esquema de la comunicacin de JACOBSON permite comprender lascondiciones (histricas) de la produccin de un discurso como las circunstancias de laproduccin (en el sentido psicolingstico del trmino) de un mensaje mediante un sujeto

    hablante; por otra parte, esas formulaciones no estn para nada alejadas del reparto de las tareasespontneamente operado en AD, por el cual las CP reciben su caracterizacin de la psicologao de la sociologa. Los trminos de "imagen" o de "formacin imaginaria" podranperfectamente substituir la nocin de "papel", tal como se la utiliza en las "teoras del papel",heredadas de la sociologa funcionalista de T. PARSONS (61) o an del interaccionismopsicosociolgico de GOFFMAN (71). Los pares de nociones, lugar/formacin imaginaria, obien situacin (objetiva)/posicin (subjetiva) recortan estrechamente los pares estatus/papel dela sociolingstica deBERNSTEIN (74, pp. 203 y 205) o bien los pares posicin social/papel delfuncionalismo y la etnologa (por ejemplo, en RADCLIFFE-BROWN (52, p. 11)).

    El intento de definicin general esbozado por PCHEUX (69) no puede romper con losorgenes psicosociolgicos de la nocin.

    b) Aplicacin de la definicin emprica de las CP

    Si la nocin de CP asimilada a un "vector de formaciones imaginarias" constituye un marcogeneral para la definicin de las CP del discurso (o de todo discurso), nos parece necesariodistinguirla de las CPde undiscurso ode variosdiscursos particulares, tal como puedenencontrarse definidas en un trabajo de AD.

    As, en el trabajo de COURDESSES (71), analizando los discursos de L. BLUM y de M. THOREZ en la coyuntura del Frente Popular (en una perspectiva centrada "en la diferenciativaenunciativa de tipos de discursos"), la clase de hiptesis formuladas como CP del discursoasegura el pasaje continuo de la historia (la coyuntura y el estado de las relaciones sociales) aldiscurso (en la medida en que all se manifiestan tipologas) por la mediacin de unacaracterizacin psicosociolgica(las relaciones del individuo con el grupo) de una situacin de

    enunciacin; esto subraya la posicin continuista o transicional, que hemos destacado antes, apartir de la cual las problemticas de la enunciacin se esfuerzan por presentar las relacionesentre lengua y discurso. Notemos asimismo que las determinaciones propiamente histricas seborran en este pasaje: la caracterizacin del proceso de la enunciacin en cada discurso no serefiere al efecto de una coyuntura, sino a lascaractersticas individuales de cada locutor 6 o ana lasrelaciones interindividualesque se manifiestan en el seno de un grupo (el "carcter" de lossujetos enunciadores, la "inquietud fundamental" de BLUM, la diferencia en la formacin de losdos lderes, las relaciones "afectivas" y "pasionales" que los unen al grupo). Los planos

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    histrico, psicosociolgico y lingstico a los cuales remiten las CP se yuxtaponen sin queninguna jerarqua ni orden de determinacin se indiquen explcitamente.

    Hemos tratado de mostrar que la nocin de CP del discurso posee un contenido a la vezemprico y heterogneo. Hemos querido agregar que ese contenido es igualmenteinestable. Enefecto, tanto en el marco de la definicin general propuesta por PCHEUX (69) como en laaplicacin de la nocin en cuanto hiptesis especfica en una investigacin particular, resultque en ausencia de una jerarquizacin terica de los planos de referencia de la nocin, el planopsicosociolgico (que ofrece como marco la situacin de enunciacin, las interacciones verbalesde los locutores en esta situacin y las hiptesis tipolgicas que a ello se vinculan) domina dehecho el plano histrico de caracterizacin de las CP. Este no es siempre el caso (especialmenteen diferentes trabajos de J. GUILHAUMOU, D. MALDIDIER, J.B. MARCELLESI, R.

    ROBIN...) lo que tiende a confirmar el carcter de inestabilidad de la nocin.En lo concerniente a nuestro trabajo y en funcin del marco general de definicin de las

    relaciones entre discurso e ideologa que hemos expuesto en la introduccin, deseamosliberarnos de la irresistible atraccin que toda investigacin, especialmente sobre la enunciacinen el discurso, parece tener por una definicin de las CP en la que domine la referencia a unasituacin psico-sociolgica de comunicacin. El carcter heterogneo e inestable de la nocinde CP de un discurso hace del mismo, en otra perspectiva, el lugar en que se operauna psicologizacin espontneade las determinaciones propiamente histricas del discurso (el

    estado de las contradicciones de clase en una coyuntura determinada, la existencia de relacionesde lugar a partir de las cuales el discurso se concibe, en el seno de un aparato, que remiten arelaciones de clase), que amenaza sin cesar con transformar esas determinaciones en simplescircunstancias en donde interactan los "sujetos del discurso", lo que al propio tiempo viene asituar en el "sujeto del discurso" la fuente de relaciones de la que no es ms que el portador o elefecto. Esto nos parece que necesita una redefinicin de la nocin, que la reordene en funcindel anlisis histrico de las contradicciones ideolgicas dentro del concepto de formacindiscursiva (lo que intentamos en el Captulo II).

    Quisiramos, para concluir este punto, indicar a partir de los objetivos que nos hemos fijadoy de las observaciones que preceden, lo que sera unaimpassepara nuestra investigacin.Consistira en hacer coincidir el plano de definicin de CP del discurso con la nocin desituacin de enunciacin por una parte, y en recurrir a la pragmticacomo anlisis del juego delas interacciones verbales, por otra parte. En esta concepcin, la lengua se asimila a las reglasdel juego que instituyen las relaciones entre los individuos en el lenguaje (por ejemploen DUCROT, 72, 737; FILLMORE, 74; SEARLE, 72). Este recurso a la pragmtica tiende a

    generalizarse en los anlisis que se enmarcan en los fenmenos enunciativos en el discurso8

    . Esto se realiza bajo dos metforas: la primera presenta al discurso como un teatro. De esta

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    manera, para VIGNEAUX (74, p. 169), el plano de las CP se reduce a un "anlisiscircunstancial que permitira llega a una unidad de conjunto necesaria (del discurso), puesto quela argumentacin es teatralidad". Encontramos huellas de esta concepcinen MAINGUENEAU (76, pp. 133-138), pero en DUCROT ella se origina en la nocin de

    presuposicin. Para este ltimo, la lengua constituye un gnero teatral particular, que "abarca, attulo irreductible, todo un catlogo de relaciones interhumanas, toda una panoplia de papeles,que el locutor puede elegir l mismo e imponerle al destinatario", y entre esos papeles, lapresuposicin "puede ser el (papel) ms permanente en la gran comedia del habla" (DUCROT,73, p. 49).

    La segunda metfora es ladel combate. La encontramos empleada en una reformulacin(BACHMANN, DURO-COURDESSES y LE GUENNEC, 77) del artculo de L.

    COURDESSES (71). Esta metfora concierne ms especficamente al discurso poltico: elrecurso a la pragmtica toma al pie de la letra la vieja metfora retrica de la "justa verbal". LasCP del discurso ya no se identifican con una escena de teatro, sino con el ring en donde sedesarrolla un "match de boxeo" (op. cit., p. 87), en una aproximacin psico-social del "conflictopoltico" como confrontacin inter-individual. "Si aceptamos que todo discurso, ya fortioritododiscurso poltico, reviste una funcin esencialmente problemtica, y que es un medio de accin,lo que va a llamar nuestra atencin son sus procedimientos de produccin en la interaccin, susfinalidades, sus estrategias en funcin de la situacin de los interlocutores, de las fuerzas

    polticas presentes y de los objetivos que persigue" (op. cit., p. 80). Para el AD se tratar deidentificar a los protagonistas (L. BLUM, M. PIVERT) descomponiendo los "movimientos",mostrando los "blancos" y precisando la "estrategia" (op. cit ., p. 86) de cada uno de ellos9.

    Bajo estas dos metforas hay una psicologa social de la lenguaen marcha. Actualmente,tiende a unificar el campo desordenado de los mtodos de tratamiento de los textos alrededor dela nocin de papel, que tambin se puede encontrar en anlisis estructural de texto, eninvestigaciones sobre la argumentacin (VIGNEAUX, 74), en las "hiperfrases decomunicacin" de las gramticas de textos (CHAROLLES, 76, p. 138), como en el anlisis delos fenmenos enunciativos. Las metforas del discurso como teatro o como combate tienen elmrito de mostrar la distancia que separa esas perspectivas de las que en AD tienen comoobjetivo la articulacin terica de la lingstica con la historia: las peripecias discursivas sedesarrollan en uncampo cerrado, sobre la escena del teatro o entre las cuerdas del ring, alabrigo de las determinaciones de la historia.

    3. CP y constitucin de un corpus discursivo: el plano de estructuracin de un corpus en

    AD

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    portavoces de partidos polticos franceses yespecialmente de partidos polticos de la izquierda francesa. Nos ser necesario intentar explicar la masividad de ese efecto (ver Captulo IV).

    Un campo discursivo restringido, tal como el que acabamos de nombrar, no nos pareceentonces haberse extrado de un "universal del discurso" por las virtudes de la abstraccinemprica homogeneizante de la definicin de las CP del discurso, sino, por elcontrario, parece preexistir a toda nocin de "universal del discurso" que en realidad nointerviene sino fuera de tiempo.

    De este campo discursivo restringido se extraen las secuencias discursivas que sernsometidas al anlisis. Definiremos las secuencias discursivas como "secuencias orales o escritasde dimensin superior a la frase": aqu hay que indicar que la naturaleza misma y la forma delos materiales recogidos son eminentemente variables y que la nocin de "secuencia discursiva"

    es una nocinvaga. Depende de los objetivos asignados a un tratamiento particular: la forma delas secuencias discursivas reunidas en corpus no ser la misma si se trata de un anlisis delproceso de la enunciacin o de un "anlisis automtico del discurso" realizado sobre la base desecuencias producidas en situacin experimental; los procedimientos de segmentacin, que vana atribuir una forma determinada a una secuencia, son, a su vez variables.

    Sealamos, finalmente, laheterogeneidad de los planos de estructuracinde los corpusefectivamente realizados en AD: realizaremos, a continuacin (cf.3), un listado sistemticode formas de corpus, es decir, de las formas de organizacin de las secuencias discursivas en elmontaje particular que constituye un corpus determinado.

    2. Los criterios de constitucin del corpus

    Adems, se han establecidos criterios de constitucin de un corpus en AD. En efecto, entodos los casos, la constitucin del corpus debe responder a exigencias de "exhaustividad, derepresentatividad y de homogeneidad", caracteres "que son impuestos por la adecuacin a losfines de la investigacin" (MARCELLESI y GARDIN, 74 p. 240).

    La exigencia deexhaustividad prescribe no dejar en la sombra ningn hecho discursivo quepertenezca al corpus, aunque "perturbe al investigador". La exigenciaderepresentatividad indica "no extraer una ley general de un hecho constatado una sola vez"(op. cit., p. 240). En verdad, estos dos principios expresan restricciones a las generalizacionesautorizadas por el anlisis de un corpus, en un desarrollo de tipo inductivo. Al igual que elprincipio de homogeneidad, provienen de las exigencias expresadas enlingsticadescriptivarespecto de la constitucin de corpus a partir de los cuales se intenta detectar hechos

    de lengua: los principios de exhaustividad, representatividad y homogeneidad se encuentrandefinidos a partir de las exigencias propias al anlisis de la lengua. Esto deja planteada la

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    cuestin de una evaluacinespecficamente discursivade esos principios (respecto de qu sepuede juzgar la exhaustividad, la representatividad y la homogeneidad discursivas?)

    A propsito del tercer principio, el de lahomogeneidad , los autores sealan que se trata del"concepto ms difcil de utilizar ya que el estudio de los contrastes discursivos excluye lahomogeneidad". Nos esforzaremos por mostrar en las pginas que cierran este captulo que, si elconcepto de homogeneidad de un corpus discursivo es efectivamente difcil de utilizar, ello sedebe, por el contrario, a que la constitucin de un corpus discursivo en AD se efecta bajo lacondicin de un postulado muy fuerte dehomogeneidad o decoherencia discursiva, an en lostratamientos contrastativos, y que ese postulado de homogeneidad constituye una obstculo parauna perspectiva como la que intentaremos desarrollar.

    3. La forma del corpus

    Las secuencias discursivas que se han reunido y que responden a las exigencias expresadasanteriormente, sern organizadas segn un plan estructurado en determinada cantidadde dimensiones, lo cual dar una formaal corpus discursivo.

    La forma de los corpus efectivamente realizados en AD puede representarse como unacombinacin simple o compleja de las dimensiones siguientes, que representan cada una laoposicin de dos restricciones posibles en la serie de las homogeneizaciones que experimenta el

    corpus:

    -Corpus constituido por una secuencia discursiva/por varias secuencias discursivas. Eltrabajo de HARRIS (52) representa un ejemplo del primer tipo de corpus, mientras que la mayorparte de los trabajos del AD se ubican en la segunda posibilidad.

    -Corpus constituido por secuencias discursivas producidas por un locutor10 / por varioslocutores. Esta dimensin es relativa al (a los) productor (es) de discursos identificables en uncorpus determinado. Los corpus del primer tipo son ms raros que los del segundo.

    -Corpus constituido por secuencias discursivas producidas a partir de posiciones ideolgicashomogneas/heterogneas. Esta dimensin interesa a los anlisis del discurso poltico ya que enAD son ms frecuentes que cualesquiera otros. Podra hablarse igualmente de un corpusconstituido por secuencias discursivas que pertenecen a una formacin discursiva/a variasformaciones discursivas.

    -Corpus constituido por secuencias discursivas producidas en sincrona/en diacrona. Estadimensin, relativa a la simultaneidad o la secuencialidad temporal de produccin de las

    secuencias discursivas determina dos conjuntos de corpus; los de la primera categora parecenms abundantes que los de la segunda.

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    -Corpus constituido a partir de archivos (o "corpus preexistentes", segn el trminode MARCELLESI y GARDIN, 74, p. 241)/corpus experimentales (producidos a partir deencuestas empricas mediante cuestionarios, mediante respuestas a ciertas consignas...). Estadimensin se refiere a la naturaleza del modo de produccin de las secuencias discursivas

    reunidas. Los corpus de la segunda clase son raros en AD.

    -Corpus de dimensiones simples/de dimensiones complejas. Por corpus de dimensionescomplejas, se entender los corpus que combinen restricciones opuestas en una (o varias)dimension (es), por ejemplo, corpus constituidos a partir de secuencias discursivas producidas ala vez en sincrona y en diacrona, lo que no hacen los corpus de dimensiones simples.

    4. Las formas de corpus realizadas en AD y sus dominantes

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    Nos parece que tal concepcin de las contradicciones de clase en AD poltico se inscribe,tratndose del "discurso comunista", en la teora burguesa del "contra-Estado" as comotambin seguramente en el "correlato" de esta ltima, la concepcin staliniana de la " fortalezasitiada".

    Apuntemos para concluir que esta concepcin se concreta a travs de la metfora del"teatro", precedentemente analizada: la "teatralizacin de la vida poltica" o ms an la"escenificacin de lo real", que proporcionan a D. LABB la conclusin de su trabajo, no sesostienen sino con unadesmaterializacin discursiva de la historia.

    2. Individuacin y contraste en los trabajos de J.-B. MARCELLESI

    En "anlisis sociolingstico del discurso poltico" encontraremos la segunda de las formastpicas de constitucin de corpus que deseamos mencionar: esas concepciones se handesarrollado ms amplia y explcitamente en el conjunto de los trabajos de J.-B. MARCELLESI. Se articulan alrededor de las nociones deindividuacin lingstica de losgrupos socialesy deestudio contrastativoen AD.

    "Por individuacin, se entender el conjunto de los procesos mediante los cuales un grupoadquiere un nmero de particularidades de discurso que pueden permitir reconocer, salvoenmascaramiento o simulacin, a un miembro de ese grupo" (MARCELLESI y GARDIN, 74, p.

    231). El estudio de tal individuacin debe encararse a la vez en el nivel del lxico y de lasintaxis (tipos de frases, presencia o ausencia de ciertas transformaciones,...), a partir dediscursos "referidos a las mismas condiciones de enunciacin" y que presenten "diferencias almenos parciales" (op. cit., p. 232).

    La utilizacin del mtodo contrastativo es, as, una consecuencia del estudio de laindividuacin. "Loscontrastesharn resaltar paralelismos de evolucin, losacercamientosentregrupos, el mayor o menoralejamientocon respecto al sistema inicial. Se responder as apreguntas como: el discurso de los comunistas en 1925 est mscercao mslejosdel discursode la Mayora de Tours que el discurso de los socialistas respecto del discurso de la Minora deTours (suponiendo que se ha conseguido constituirlos como discursosdiferentesde Tours)?. Obien, siendo comn el punto inicial -relativamente- cul es el discurso que msse alejade estecomienzo y cmo"?13 (op. cit., p. 233).

    Destacaremos en principio que esta concepcin del examen constrastativo induce a laconstitucin de un corpus discursivo en las CP cuyos contrastes discursivos estn representados;esto constituye la crtica a los puntos de vista de D. LABB expuestos antes: "Nuestro estudio

    parece condenar en nuestro dominio todo estudio propiamente estructural que excluya el

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    examen constrastativo (...). En modo general, en sociolingstica, hay que negarse a plantearproblemas en trminos de sociedad global y de contra-sociedad" (MARCELLESI, 76, p. 121).

    Los objetivos que nos hemos sealado subrayan la necesidad de articular en forma de corpusconjuntos de discursos producidos a partir de posiciones ideolgicas contradictorias. Peroenseguida aadiremos que tal perspectiva difcilmente concuerda con la prioridad que da el"anlisis sociolingstico del discurso"a una ptica diferencial o contrastativa: nuestra posicinse separa de la expresada en los trabajos mencionadosen el punto en que la categora decontradiccin se separa de la nocin de contraste.

    Querramos observar, en efecto, que las contradicciones ideolgicas de clase en la esfera delos discursos, no se inscriben necesariamente bajo la forma de una diferenciacin discursiva. Elpar "individuacin/contraste", tal como lo muestra el conjunto de los trminos subrayados en la

    cita anterior, privilegia un acercamiento en el que la inscripcin discursiva de lascontradicciones de clase se adecua al establecimiento de diferencias, de proximidades oseparaciones entre los conjuntos de discursos cuya individuacin se postul previamente ("elmtodo constrastativo es una consecuencia de la individuacin"). Esto es afirmar lapreexistencia de contrarios individuales en su relacin contradictoria.

    A esta altura nos es posible adelantar que el uso de la categora de contradiccin:

    1) implica la primaca de la relacin de contradiccin sobre la individuacin de contrarios que la

    contradiccin "hace existir" en el sentido en que los une y los divide al mismo tiempo;2) seala la irreductibilidad de tal relacin de contradiccin en una perspectiva puramentediferencial o comparativa: la contradiccin es una contradiccin "desigual";

    3) recuerda que la individuacin no es en absoluto un "estado inicial", sino que es ella mismaun proceso contradictorio: los efectos de las contradicciones ideolgicas de clase sondetectables en el interior mismo de la "unidad" de los conjuntos discursivos cuya individuacinse postula;

    4) que, en consecuencia, todo conjunto de discurso (discurso comunista, discurso socialista,...)debe pensarse comounidad dividida, en unaheterogeneidad con relacin a s misma, y que lecorresponde al AD poltico detectar la huella. Ms que hacer de la presencia o de la ausencia deesta transformacin el signo de una distancia entre dos "tipos de discursos", esto mostrara cmoel funcionamiento discursivo de tal operacin lingstica permite a un conjunto de discursos,con determinadas CP, integrar elementos que provienen de su exterior heterogneo.

    Para concluir este punto, quisiramos mencionar que la adopcin de un desarrollo como ste,nos parece que se puede fundar en observaciones recientes de J.-B. MARCELLESI (76, p. 122;77b, p. 4) en cuanto a la relacin entre contraste y contradiccin.

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    As:

    "El movimiento de los discursos polticos refleja, en principio,las contradicciones de las luchas polticas y sociales y no directamente los grupos mismos" (el subrayado es nuestro).

    o an, a pesar de una restriccin:"Queda claro que los contrastes en la utilizacin de la lengua por grupos de diversos rdenesson los resultados de las contradicciones de la sociedad, pero la determinacin puede sercompleja y pasa por diversos relais e interacciones, pese a que la conciencia social puedatranquilamente no ser idntica a la existencia social."

    3. "Referente social" y "circulacin de las frmulas" en los trabajos de Ebel y Fiala (77)

    En la tercera de las formas tpicas de corpus, Recherches sur les discours xnophobes,de EBEL y FIALA (77), encontramos elementos crticos con respecto a las dos primeras: setrata del postulado de coherencia o de homogeneidad discursiva, que articula la definicin de lasCP del discurso en una forma de corpus determinado tanto en LABB ("un solo discurso paratodos") como en el "anlisis sociolingstico del discurso" ("cada uno con su discurso..."), queaqu se trata, a travs de las nociones decondiciones de circulacin de los discursos,de frmulay dereferente social.

    El estudio de los discursos xenfobos en el seno de las "prcticas del lenguaje popular[langagires]" de la formacin social suiza lleva a loa autores a plantear que "no son slo lascondiciones de produccin diferentes las que determinan efectos de sentido diferentes y enconsecuencias cambios de sentido, sino tambin las condiciones de circulacin de los discursos,sus encuentros" (op. cit., p. 10). Los discursos xenfobos no estn encarados como puntosaislables a partir de CP determinadas, sino en la perspectivatransversaldel encuentro, delintercambio o de la "puesta en circulacin de frmulas" en el seno de discursos producidos encondiciones heterogneas (pasquines, discursos de un "locutor colectivo", carta de lectores de

    diarios o discursos de "locutores individuales" producidos a partir de posiciones ideolgicasheterogneas...).

    La nocin de "frmula", tomada de J.-P. FAYE (72a, 72b), designa aqu los morfemaslexicales (ueberfremdungy xenofobia) que han "condensado en ellos una masa considerable dediscursos, los cuales servan, en algn modo,de equivalentes semnticoso de paradigmas primitivospara las familias parafrsticas de enunciados" (op. cit., p. 14). La nocin de "referentesocial" proviene de la existencia de tales "frmulas"; asignar a una "frmula" un "referentesocial" equivale a designarla como elemento de un saber comn a todo locutor de una formacinsocial dada en una coyuntura determinada: la frmula xenofobiapertenece as a "una categora

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    semntica comn al conjunto de la formacin social, lo mismo que otras frmulas, msantiguas, como patria, neutralidad , independencia nacional, comunismo, libertad ..." (op. cit., p.16).

    Estas frmulas nos parecen que presentan a la vez una ventaja y un riesgo. Tienen el intersde recordar que los discursos producidos a partir de posiciones ideolgicas contradictorias noconstituyen en absoluto entidades separadas, sino quesiguen en contactomediante lacirculacin y el intercambio de "frmulas" cuyas condiciones es importante definir a partir deuna pluralidad heterognea de CP.

    Pero conviene tambin mostrar hasta qu punto las mismas frmulas pueden revestir valorescontradictorios y ah es donde nos parece que se instala un riesgo y esto a pesar de lasprecauciones tomadas por los autores. Si stos, en efecto, dicen que "la nocin de referente

    social comn en una formacin social no expresa en absoluto su homogeneidad", o an que"esas frmulas son siempre el objeto de luchas", o que "esta batalla sobre las palabras es parteintegrante de la lucha de clases" (op. cit., p. 17), nos parece grande el riesgo que presentan lasnociones dereferente social comny de frmulas comoequivalentes semnticosy categorasemntica comn, de llegar a unaconcepcin hegemnicade la circulacin de las frmulas en elseno de un "mercado de intercambio discursivo", que se confunde con el mercado delintercambio monetario y en el cual las "frmulas", como monedas que pasan de mano en mano,recibiran el mismo valor.

    Esto puede conducir a hacer de los discursos producidos a partir de posiciones ideolgicasdominadas, variantes hegemnicas del discurso de la ideologa dominante, en una perspectivaque disuelve, de hecho, las contradicciones ideolgicas de clase. Quizs por este costado sereintroduce en su trabajo el postulado de homogeneidad, del cual los autores intentan separarse.

    Este conjunto de observaciones, que se originan en las insuficiencias de la nocin de CP deldiscurso, nos parece que exige su redefinicin. Lo intentaremos a travs del concepto deformacin discursiva, para que delimite una forma de corpus que preserve, en AD poltico, la

    posibilidad de recuperar, a travs de las producciones y los intercambios discursivos, el efectode las contradicciones ideolgicas de clase, inscriptas en la materialidad del discurso.

    CAPTULO II

    EL CONCEPTO DE FORMACIN DISCURSIVA

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    El trmino de formacin discursiva (de ahora en ms: FD), aparece en 1969con L'Archologie du savoir , fuera del dominio del AD, en los trabajos de M. FOUCAULT, enese vasto y fecundo cuestionamiento sobre las condiciones, histricas y discursivas, en las quese constituyen los sistemas de saber. Un cuestionamiento que se efecta lejos de los caminos

    ms habituales, por vas que han podido caracterizarse como "paralelas" (LECOURT, 72), peroque nos parece que se aproximan indefinidamente a objetos como el discurso, el sujeto, laideologa, sin alcanzarlos nunca por completo. Un cuestionamiento que, a travsde L'Archologiey elOrdre du discours, aparece como una prctica terica en sentido estricto yque, a mitad de camino entre la historia y la filosofa y a veces absolutamente cerca del AD,produce explicaciones extremadamente fecundas, a las que deja en suspenso al abrigo de laverificacin experimental. Un trabajo que se cumple al margen y se condena as a la paradoja deno poder hablar sino con la condicin de no ser escuchado.

    Se ha comprendido poco a FOUCAULT por parte del AD, siendo que sin embargo, habladel discurso, lo diga de otro modo. No obstante, ser de L'Archologieque M. PCHEUX tomeel trmino de FD, del que el AD se apropiar, sometiendo a un trabajo especfico ciertoselementos conceptuales.

    En un trabajo reciente, PCHEUX (77) desarrolla una crtica marxista de la concepcinfoucaultiana del discurso, desde el punto de vista de la categora de contradiccin, y concluye enla necesidad "de una apropiacin de lo que el trabajo de FOUCAULT contiene de materialista",

    separndose del mismo en puntos que precisaremos.

    Es el momento de indicar el sentido de lo que deseamos aqu emprender. Se trata enprincipio de dar cuenta del uso que se ha hecho del concepto de FD en los trabajosdePCHEUX, tanto en los desarrollos tericos como en la prctica concreta de anlisis, quecoexisten en este autor, luego de mostrar que hay en L'Archologieelementos que sirven paralevantar los obstculos que encuentran en los trabajos de PCHEUX y en el AD en general, lasoperaciones de constitucin de un corpus discursivo en CP homogneas. Esto nos llevar adefinir una forma general de corpus que permita, en anlisis del discurso poltico, reducir laseparacin que existe actualmente entre el trabajo terico del concepto de FD, de su puesta enmarcha prctica en el plano experimental. Esta forma general se encontrar especificada en laconstitucin del corpus de nuestra investigacin, en el Captulo IV.

    1. "Formacin discursiva" en los trabajos de M. Pcheux

    La problemtica de PCHEUX comprende dos aspectos ligados pero distintos, desde la

    aparicin en 1969 del Analyse automatique du discours. Estos dos elementos vieron variar susrelaciones o invertir su importancia relativa en el transcurso de las transformaciones sucesivas

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    que el conjunto de la problemtica conoci. En estos trabajos coexiste un corpus deproposiciones tericas o "teora del discurso"1 con un mtodo de anlisis del discurso, el AAD.El ttulo de la obra de 1969 indica que la primera fase de esos trabajos fue esencialmentemetodolgica. El desfasaje entre teora y mtodo va a invertirse progresivamente a partir de

    1971, especialmente bajo el efecto del trabajo deALTHUSSER (70) por una parte, y de lareferencia terica al concepto de FD por otra, pero sin que el trabajo terico de ese conceptohaya tenido efectos en las prcticas de reunin y organizacin de datos discursivos. Esto nosllevar a disociar esos dos planos e intentar precisar sus relaciones en el estado actual de lostrabajos de PCHEUX.

    1. Formacin ideolgica y FD

    Con la modalidad de lo que conocimos -en la perspectiva de las tesis althusserianas sobre lainstancia ideolgica- como el sometimiento2 (o la interpelacin) del sujeto en cuanto sujetoideolgico, la instancia ideolgica contribuye a la reproduccin de las relaciones sociales: "detal suerte que cada uno sea conducido, sin darse cuenta y teniendo la impresin de ejercer sulibre voluntad, a tomar ubicacin en una u otra de las dos clases sociales antagonistas del modode produccin" (FUCHS y PCHEUX, 75 p. 10).

    Esta reproduccin est materialmente asegurada mediante la existencia de "aparatos

    ideolgicos de Estado". Se trata de realidades complejas que ponen en juego prcticas asociadasa relaciones de lugares (determinadas por las relaciones de clase). Se trata, igualmente, derealidades contradictorias, en la medida en que, en una coyuntura dada, las relacionesantagonistas de clases determinan el enfrentamiento, en el seno de esos aparatos, "de posicionespolticas e ideolgicas que no dependen de individuos, sino que se organizan en formacionesque mantienen entre ellas relaciones de antagonismo, de alianza o de dominacin. Hablaremosde formacin ideolgicapara caracterizar un elemento susceptible de intervenir como unafuerza confrontada a otras fuerzas en la coyuntura ideolgica caracterstica de una formacin

    social en un momento dado; cada formacin ideolgica constituye de esta manera un conjuntocomplejo de actitudes y de representaciones que