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ANALÍSIS DE: “EL AMOR POR LAS RIQUEZAS”

(LUCAS 18:18-30, MARCOS 10:17-31 y MATEO 19:16-30)

18 –“Un hombre principal le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?

19 -Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo Dios.

20- Los mandamientos sabes: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre.

21- Él dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud.

22- Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.

23- Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico.

24 -Al ver Jesús, que se había entristecido mucho, dijo: !Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!

25- Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.

26- Y los que oyeron esto dijeron: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?

27- Él les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.

28- Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado todas nuestras posesiones y te hemos seguido.

29- Y él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios,

30- que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna”.(Evangelio de Lucas. Reina Valera versión de 1960).

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NOTA: Este relato y los versículos remarcados, tienen la misma identidad en

los otros evangelios.

PRIMERA PARTE: CONOZCAMOS A LUCAS.

Médico de profesión, autor del evangelio que lleva su nombre y del Libro de

Los Hechos. Compañero permanente de Pablo.

Como había tantos rumores y mala información sobre Jesús, Lucas quiso

investigar la historia, para que nadie dudara de los reportes y testimonios

acerca de Jesús y sus seguidores.

La primera parte de sus pesquisas, la encontramos en el Evangelio de Lucas

y la segunda en el libro de Hechos. Lucas nos deja el más completo de los

evangelios, poniendo atención a ciertos detalles que los demás no incluyen,

y organizando los eventos cronológicamente.

Debido a esa intensa investigación, muchos expertos bíblicos consideran a

Lucas como un auténtico historiador y la exactitud de la información que

aporta, ha sido comprobada por documentos históricos y descubrimientos

arqueológicos

De la afirmación del autor en el prefacio del capítulo 1, podemos derivar las

siguientes deducciones:

"1.- Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de

los sucesos que ciertamente se han cumplido entre nosotros, 2.- tal y

como nos los enseñaron quienes desde el principio fueron testigos

presenciales y ministros de la palabra, 3.- después de haber investigado

todo con sumo cuidado desde su origen, me ha parecido una buena idea

escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, 4.- para que llegues a

conocer bien, la verdad de lo que se te ha enseñado." (Lucas 1: 1-4).

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1.- En el tiempo en que el autor escribió, existían diversos escritos que

contenían relatos de la vida de Jesús, de forma parcial o incompleta.

Es de creer, que no solamente los autores de los cuatro libros, fueron los

únicos que relataron la vida del Maestro.

2.- Sus otros discípulos de igual manera han podido dejar testimonio escrito

de sus obras. Los amigos que le colaboraron. Las mujeres que lo auxiliaron.

Y muchos otros que tenían la capacidad de escribir y quisieron hacerlo (1:1).

3.- Esos relatos que ya existían, habían procurado un arreglo sistemático de

hechos completamente ciertos. (1:1).

4.- Había testigos vivos que presenciaron estos hechos y por lo tanto, el

autor contaba con fuentes oficiales y fidedignas (1:2).

5.- El autor pensaba que tenía la capacidad de escribir toda la historia y

declara, que ha iniciado un proceso de investigación. (1:3).

6.- Al hablar de poner las cosas en orden, no necesariamente implica un

orden cronológico, sino más bien un orden sistemático. Esto es, de manera

organizada. Que tenía un plan definido para realizar su obra y que se apegó

a ese plan. (1:3).

7.- El destinatario de Lucas era posiblemente un hombre de clase alta a

quien se llama aquí por su nombre de pila “Teófilo” (amado de Dios). Podía

ser un alto dignatario discipulado por Lucas, que financiaba las

producciones de Lucas y quizás también sus viajes. (1:3).

8.- Este desconocido destinatario, ya había sido informado “oralmente”

acerca de Jesús, probablemente por la predicación que había escuchado,

pero necesitaba instrucción especial para afirmarse y convencerse de la

realidad de todo lo que Jesús hizo en la tierra. Por lo tanto el propósito de

Lucas es, dar a su apreciado e instruido amigo un conocimiento completo

de la verdad. (1:4).

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Los “Testigos oculares y Servidores de la Palabra” son hombres y mujeres

que alrededor de los años 30-60, transmitieron oralmente lo que vieron y

escucharon directamente de labios de Jesús.

Constituyen la primera generación responsable de la tradición oral.

Luego, menciona un enigmático “Muchos han tratado de poner en orden”.

Quizás sean aquellos que escribieron los acontecimientos inherentes a

Jesús y que procuraron que no se perdiera la historia de los hechos. Entre

ellos debe estar mencionando a los autores de sus fuentes principales: El

Evangelio de Marcos y el Evangelio de Galilea.

El “componer ordenadamente un relato” se refiere ciertamente a escritos

que recogen la tradición oral. Los hombres y mujeres de esta generación ya

no conocieron a Jesús personalmente y dependen de la tradición de la

primera generación.

Constituyen la segunda generación, que entre los años 60-80 iniciaron el

desarrollo de la tradición escrita.

SEGUNDA PARTE: DILUCIDEMOS LA PORCIÓN.

Esta es una historia maravillosa.

La palabra "Principal", indica que es miembro del Sanedrín o un dirigente

de la Sinagoga. Un dignatario. Muy rico y obediente de la Ley.

Marcos dice, que aquel hombre hincando la rodilla delante de Jesús, en

señal de reverencia le pregunta: “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar

la vida eterna?

La óptica de esta pregunta, puede ser capciosa.

Pretende y hace parte de las que continuamente le formulan para hacerle

caer, entonces tendría razón la fuerte y extraordinaria respuesta que este

hombre recibe.

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También nos revela la inconformidad que siente aquel hombre consigo

mismo y de su condición moral. Está convencido, que a lo mejor ha pasado

por alto alguna norma de los 613 mandamientos del judaísmo.

¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios”.

Este hombre quedó anonadado. Jamás esperó esta respuesta.

¡Asombrado!

Venía a preguntarle:

“¿Qué obras puedo hacer con mi dinero para ganar la vida eterna?”.

“¿Cuánto dinero necesita para su ministerio y YO se lo doy?”.

“Conocía que era un hombre bondadoso y que requería de dinero”.

“Mi dinero puede usarlo para beneficio propio”.

¡Y Jesús le responde de manera extraordinaria¡

No estaba diciéndole que Él no era bueno.

Jesucristo siendo el hijo de Dios, era bueno.

Lo estaba cuestionando, porque jamás, había hecho algo que pudiese

denominarse un acto de bondad, conforme lo establecido por los judíos.

Que los probables actos de bondad y misericordia, que realizaba en su

ministerio, eran inherentes a su Naturaleza Divina y no obedeciendo reglas

humanas.

Que no lo conocía para que se refiriera a él con ese calificativo.

Rechaza el apelativo, porque su interlocutor piensa en Jesús cómo un

superprofeta destacado o un misericordioso Rabino, que necesariamente

debe comportarse en forma bondadosa.

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No le decía, que no llamara así, a ningún hombre, porque en el Libro de los

Hechos 11:24 se dice de Bernabé que “era varón bueno y lleno del Espíritu

Santo y de fe”.

Le informa que realmente el único con características bondadosas es Dios.

Que ÉL como ser humano, puede fallar y cometer errores.

Esta zanjando la situación y nuevamente ha quedado bien con todos.

¡Esta respuesta trastorna y transforma totalmente al hombre!

En Mateo 19:17 el evangelista anota: “Mas si quieres entrar en la vida,

guarda los mandamientos”.

Esto es una premisa cierta en cualquier época de la historia bíblica.

Bajo la dispensación patriarcal; bajo la dispensación mosaica y bajo la

dispensación de Jesucristo.

Como sabemos, los Diez Mandamientos están divididos en dos secciones:

La primera concierne a las relaciones que el hombre debe tener con Dios.

La segunda, tiene que ver con las relaciones que el hombre debe tener con

sus semejantes.

Pues bien, en este caso, Jesús confrontó al hombre rico con la segunda

sección de los Diez Mandamientos, o sea los que gobiernan las relaciones

entre los hombres, no tocó para nada su comportamiento cotidiano con

Dios, porque entendió que era un hombre observante de La Ley:

“Los mandamientos sabes: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no

dirás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre y amarás a tu prójimo

como a ti mismo”.

Lo sorprendente fue que este hombre –aparentemente- estaba cumpliendo

y obedeciendo los mandamientos:

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“Él dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud”.

El Comentario Bíblico Moody del Nuevo Testamento, redactado por Everett

F. Harrison en la página 35 dice:

“No es la respuesta de un descarado justificador de sí mismo, sino de uno

que pensaba que el guardar la ley consistía en observancias externas”.

El evangelio de Marcos, 10:21 dice: “Entonces Jesús, mirándole, le amó”.

Esta situación nos permite concluir que aquel hombre, tenía destacadas

cualidades: Corrección y cumplimiento de las normas. Franqueza. Nobleza.

Ansias de cambiar su vida. Ganas de aprender y seguirle. Humildad con el

sólo hecho de inclinarse delante del Maestro. Generosidad.

Reconoció la sinceridad del hombre, en la búsqueda de algo que satisficiera

su necesidad espiritual.

En Mateo 19:20 aquel hombre suplica: “¿Qué más me falta?”

Y viene la respuesta que más controversia ha provocado.

La que estaría rompiendo, con lo que Él mismo pregonaba.

La que produciría asombro generalizado en sus discípulos.

Aquella que decía, que dejándolo todo se garantizaba el cielo.

La que señalaba, que siendo pobre se heredaba la vida eterna.

Que debíamos quedarnos en ruina para ser partícipes de la gracia.

Que necesariamente debíamos dejar nuestras posesiones.

Que es imperativo rechazar todo cuanto tengamos.

Que es indispensable hacer millonarios a los pobres.

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Miremos las respuestas de La Santa Biblia Reina Valera 1960.

Lucas 18:22 dice: “Jesús oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: Vende

todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven

sígueme”

Marcos 10:21 dice: “Entonces Jesús, mirándole, le amó y le dijo: Una cosa te

falta: Anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro

en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz”.

Mateo 19:21 dice: “Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dalo

a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme”.

La Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada en 1998 transcribe:

Marcos 10: 21: “Jesús fijando en él su mirada con cariño le dijo: Una cosa te

hace falta: Anda vende todo cuanto tienes y dáselo a los pobres y tendrás

un tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme”.

La versión critica de la Sagrada Biblia de Cantera e Iglesias dice:

Mateo 19:21: “Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, vete a vender tus bienes

y da el importe a los pobres y tendrás un tesoro en los cielos; y vuelve aquí y

sígueme”.

Marcos 10:21: “Jesús, fijando en él la mirada, quedó prendado de él, y le

dijo: Te falta una cosa: Vete, vende lo que tienes y da a los pobres y tendrás

un tesoro en el cielo y vuelve aquí y sígueme”.

Lucas 18:22: “Jesús al oírlo le dijo: Te queda una cosa: Vende todo lo que

tienes y distribúyelo a los pobres y tendrás un tesoro en los cielos; y vuelve

aquí y sígueme”.

La Escritura Santa de José Luis Hernández dice:

Luka 18:22: “Ishú, oyendo esto, le dijo: Una cosa te falta: Ve y vende todo lo

que tienes, dalo a los pobres y tendrás tesoro en el cielo; luego sígueme”.

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El Código Real, versión textual hebraica de D. A. Hayyim, publicado en 2004

por la Editorial Ami de México dice:

Marcos (Meir) 10:21: “Entonces Yeshua, mirándolo fijamente, le tomó un

profundo cariño y le dijo: Una cosa te falta: Anda y vende cuanto tienes y

dale a los pobres y tendrás una herencia en el cielo; vuelve entonces y

siéntate a mis pies y serás mi talmid”.

Mateo (Mattityahu) 19:21: “Yeshua le explicó: Si en verdad has tomado

esto seriamente y quieres venir a ser un Tzadik, ve y vende tus posesiones y

reparte a los pobres y tendrás un galardón grande reservado para ti en los

cielos y ven y bebe del polvo de mis pies”.

LUCAS (Hilel) 18:22: “Pero Yeshua, luego de oírlo, le dijo: Una cosa veo que

te falta todavía: Vende todo lo que tienes y reparte entre los pobres, y

tendrás un tesoro en el cielo; entonces ven, y sígueme”.

El Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español de Francisco Lacueva,

publicado por Editorial Clie en 1984 dice:

Mateo 19:21: “Dijole Jesús: Si quieres perfecto ser, anda, vende de ti las

posesiones y da a los menesterosos, y tendrás un tesoro en los cielos, y ven

y sígueme”.

Marcos 10:21: “Mas Jesús mirándole, amole y dijole: Una cosa te falta:

Anda cuanto tienes vende y da a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo, y

ven, sígueme”.

Lucas 18:22: “Oyendo Jesús dijo a él: Todavía una cosa a ti falta: Todo

cuanto tienes vende y reparte a pobres y tendrás un tesoro en los cielos, y

ven, sígueme”.

Cada una de las exposiciones vesiculares aquí descritas, varían en muy

poco, respecto a la verdadera porción escritural de los originales.

Sin embargo, es curioso que se plantee una posición tan dura de JESÚS.

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¿Realmente usó esos términos para responderle al sujeto?

LA REACCIÓN DE ESTE HOMBRE que la biblia dice que Jesús amó, es la más

Pretenden quitarle de un solo tajo todo cuanto tiene. A un hombre natural:

que apenas está conociendo a Jesús. A un hombre que ha tratado toda su

vida de portarse rectamente y cumplir con todas sus obligaciones civiles y

religiosas.

¡Ni siquiera han pensado que tiene esposa, hijos, hermanos, padres y quizás

empleados y no los puede dejar en la miseria!

La aparente exigencia de Jesús, conlleva que deba quedarse en la ruina y

pasar a las filas de los menesterosos y mendigos de Israel, y empezar a

caminar detrás del Nazareno, esperando las migajas que caigan de su mesa.

¡Que venda todo y le siga en la más absoluta pobreza!

Si no hubiere estado sinceramente interesado en Jesucristo, no se hubiera

entristecido, sino que lo hubiera despedido altivamente. Él quería lo que

Jesús ofrecía en sus predicaciones.

Pero ese deseo, bastante intenso no podía pasar olímpicamente por encima

de sus obligaciones y necesidades familiares.

Para cumplir aquellos terribles requisitos… ¡debía quedarse en la inopia!

La medida de su tristeza era la cuantía de sus bienes, pero no por avaricia,

antes por el contrario, Jesús entendió que era un hombre generoso.

VERSICULO 23-24 y 25: “Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste,

porque era muy rico. Al ver Jesús que se había entristecido mucho dijo:

¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas.

Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar

un rico en el reino de Dios”.

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Estaba aterrado. Salió de la presencia del hijo de Dios y nunca más, nadie se

preocupó de conocer que fue de su vida.

Para juzgarlo, todos estuvieron prestos.

Aún ahora, en el tiempo moderno, algunos ilustres tratadistas lo tildan de

“loco por preferir las riquezas”.

¿Acaso Jesús mide de manera diferente a los hombres?

Pero, por qué Jesús le muestra una posición tan radical, que no le permite

tener una solución a la vista, o por lo menos reservar parte de sus bienes y

fortuna, para subsistir con los suyos.

En Mateo 13:45-46 dice: “También el reino de los cielos es semejante a un

mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla

preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró”.

¡Extraordinaria parábola!

En el plano físico, vendió todo y compró algo más valioso, que le permitió

seguir adelante: No se quedó en la ruina.

En el campo espiritual, dejó muchas cosas, para seguir al Señor.

Pero, ¡SIN DEJAR DE SER MERCADER!

Ahora bien, si Jesús, le hubiera explicado de otra forma, lo que aquello

significaba, quizás la actitud de aquel hombre hubiese sido diferente.

Hoy en día es el texto predilecto de los manipuladores de altar, para

lograr que muchos de sus feligreses, malinterpreten este versículo y les

entreguen sus posesiones. La iglesia católica fue la primera en enfatizar,

la importancia de “asegurar la vida eterna”, donando sus fortunas y

tierras, para “ayudar a los pobres”.

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Hay varias maneras de “vender y dejar todo”:

1.- Abraham dejó su tierra y su parentela (Génesis 12:1).

Pero Dios le permitió sacar todos sus bienes (Génesis 12:5).

2.- Jacob dejó sus padres y trabajó para Labán varios años (Génesis 31:41).

Pero Dios le entregó la bendición que había acumulado (Génesis 31:42).

3.- José fue vendido por sus hermanos y encarcelado (Génesis 37:28).

Pero Dios le permitió enriquecerse en Egipto (Génesis 45:8).

4.- Moisés dejo el honor y los placeres de la corte (Éxodo 2:15).

Pero fue escogido por Dios para dirigir a su pueblo (Éxodo 3:10).

5.- David se escondió en cuevas huyendo de Saúl (1ª Samuel 22:1).

Pero Dios le entregó todo un reino (2ª Samuel 2:4).

William Farstad en su libro Análisis del Nuevo Testamento página 67 dice: “Si en vez de decirle que debía vender todas sus posesiones, Jesús le hubiera

dicho que debía vender parte de ellas, para no tener tantas cargas

financieras y disponer de mayor tiempo para conocer realmente de Dios,

este hombre hubiere aceptado de buena gana esa propuesta”.

En el libro Consecuencias de una palabra de Alberto Escuain en la página 57

manifiesta:

“Las riquezas tienden a transformarse en ídolos. Es difícil poseerlas sin

confiar en ellas. En este pasaje el hombre rico, duda claramente, por cuanto

poseía demasiados bienes. Pero esa duda no es respecto a si aceptar o no la

propuesta de Jesús, es únicamente sobre el perderlo todo sin tener al frente

una opción genuina que le satisfaga”.

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Alberto Durán Ortiz en su Tesis “Un hombre desconocido no comprendido”,

especifica que:

“Fue tan dura y tajante la respuesta de Jesús, que aquel hombre, que tenía

todas las intenciones de seguirle, no pudo soportar el perder todo cuanto

poseía y prefirió alejarse hacia la oscuridad. Si la respuesta hubiese tenido

otro matiz menos exigente, este hombre hubiere cambiado de opinión”.

El revés de la moneda lo encontramos en Lucas 19:1-9, con la historia de

ZAQUEO, rico publicano, ladrón, pecador y defraudador de sus hermanos.

¡Zaqueo ofreció la mitad de sus bienes y Jesús le declaró salvo (Verso 9)!

Entonces, ¿que impulsó a Jesús a responderle al otro hombre de la manera

que hemos visto?

Sería acaso que, ¿JESÚS despreciaba el dinero?

Acaso deseaba que, ¿TODOS sus seguidores fuesen pobres de verdad?

En Marcos 14:1-9, leemos un hermoso pasaje:

“Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos,

y rico, procuraba ver quien era Jesús…Cuando Jesús llegó a aquel lugar, le

dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo

en tu casa. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a

posar con un hombre pecador”.

VERSICULOS 8 y 9: “Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He

aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he

defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha

venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de

Abraham”.

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En Juan 12:1-8 se dice que Jesús estaba en la casa de Lázaro y su hermana

“María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio y ungió

los pies de Jesús y los enjugó con sus cabellos”.

¡SIEMPRE TENDRÉIS POBRES EN MEDIO VUESTRO!

*Aunque yo disponga de millones de pesos para dar, siempre estarán ahí.

*Aunque ustedes repartan todo lo que tienen, siempre estarán ahí.

*Si permitimos que los bienes del rico, pasen a manos de los pobres, el rico

se tornara en pobre y engrosará la fila y siempre estará ahí.

*Lo único que hacemos es cambiar la identidad física de los pobres.

*Y no por recibir lo de los ricos, serán merecedores de bendiciones.

*Aunque ustedes impidan que mi cuerpo sea ungido con el mejor perfume,

los pobres, ¡siempre estarán en medio de ustedes y… perfumados!

*No es, con costalados de dinero cómo se les solucionan sus problemas.

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Deuteronomio 15:11 afirma:

Que porción tan diciente. No hay que preocuparse por solucionar todos los

problemas de los pobres. Hay que ayudarles en los momentos propicios.

En Levitico 19:10: “Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu

viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios”.

NO DICE: ¡Deja todo el cultivo para los pobres!

En Ester 9:22: “…que los hiciesen días de banquete y de gozo, y para enviar

porciones cada uno a su vecino, y dádivas a los pobres”.

NO DICE: ¡Envíenle todo a los pobres y ustedes quédense con porciones!

El Salmo 41:1: “Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo

librará Jehová”.

NO DICE: ¡Piensa todo el día en el pobre y ayúdale!

Proverbios 14:21: “Peca el que menosprecia a su prójimo; Más el que tiene

misericordia de los pobres es bienaventurado”.

¡No está cuantificando la misericordia!

Proverbios 19:17: “A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha

hecho, se lo volverá a pagar”.

NO DICE: ¡Dale todo al pobre para que Dios te pague!

Proverbios 22:2: “El rico y el pobre se encuentran; A ambos los hizo Jehová”.

NO DICE: ¡Escogí únicamente al pobre!

“Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso

yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre

y al menesteroso en tu tierra”.

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Proverbios 28:27: “El que da al pobre no tendrá pobreza; Más el que aparta

sus ojos tendrá muchas maldiciones”.

NO DICE: ¡El que da a los pobres quedará en la ruina!

Mateo 11:5: “Los ciegos ven….y a los pobres es anunciado el evangelio”.

NO DICE: ¡A los pobres se les anuncia que serán ricos muy pronto!

Lucas 6:20: “Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados

vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios”.

NO DICE: ¡Que alegría que estén conmigo, los convertiré en ricos!

Lucas 14:13: “Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos,

los cojos y los ciegos”.

NO DICE: ¡Deja de comer y dale todo a estos personajes!

Juan 13:29: “Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que

Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a

los pobres”.

¡Acostumbraban a darle ALGO A LOS POBRES, NO TODO!

Santiago 2:5: “¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que

sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le

aman?”.

NO DICE: ¡Eligió a los pobres para hacerlos ricos en dinero!

-Entre sus seguidores algunos eran ricos e influyentes.

-Pedro, Santiago, Juan y Andrés eran empresarios acomodados.

-Mateo, como recaudador de impuestos, probablemente era adinerado.

-Entre las mujeres que acompañaban a Jesús, estaba Juana la esposa del

mayordomo de Herodes, una mujer del palacio del rey.

-María, Marta y Lázaro eran de las familias ricas de Jerusalén

17

-José de Arimatea y Nicodemo era miembros del Sanedrín.

-El noble de Capernaúm (Juan 4:46) era un oficial de la corte de Herodes.

-El centurión de Capernaúm había construido una sinagoga (Lucas 7:1-10) y

era un oficial adinerado del ejército romano.

-Zaqueo el publicano era muy rico (Lucas 19:2).

Entonces, porque le dijo que, ¿debía venderlo TODO?

ANALICEMOS OTRA POSIBILIDAD:

Jesús conoce el corazón de los seres humanos.

La actitud de este hombre, no es compatible con la primera pregunta:

¿Maestro bueno, que haré para ganar la vida eterna?

Jesús sabe que lo está probando.

Sabe que viene enviado por sus enemigos.

Sabe que simplemente es una ardid para tratar de hacerlo equivocar.

Sabe que internamente está luchando con sus verdaderas inclinaciones.

Entonces merece una posición dura, inflexible y radical.

Marcos 10:24: “Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús,

respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino

de Dios, a los que confían en las riquezas!”.

La expresión, “los que confían en las riquezas”, no se encuentra en los

manuscritos más primitivos y mejores; por eso, es omitida por Francisco

Lacueva en el Nuevo Testamento Interlineal, como también por La Biblia de

Las Américas y otras versiones.

Varios comentaristas y tratadistas concuerdan, que esta frase fue agregada

por algún escribano.

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Aparte de la falta de evidencia textual, la expresión no tiene un sentido

claro, porque para “los que confían en las riquezas” no es simplemente

difícil entrar en el reino, sino totalmente imposible, porque la confianza en

las riquezas equivale al amor al dinero. (1 Tim. 6: 9-10).

Porque “es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja”, (la apertura

más pequeña al lado del portón de ingreso a la ciudad), que entrar un rico

en el reino de Dios.

Algunos han querido suavizar esta enseñanza diciendo que había una

puerta en Jerusalén llamada “el ojo de la aguja” y que, para que un camello

pasara por allí tendría que descargarse, pero esta idea está sin fundamento.

Un camello jamás pasaría por ese lugar. Los que llegaban tarde a la ciudad,

debían dejar bien custodiados sus animales afuera.

Otros han sugerido que en lugar de KAMELOS (camello), la palabra debe

ser KAMILOS (soga), pero este es otro esfuerzo sin mérito alguno.

Pasar un camello por el ojo de una aguja es, desde luego, literalmente

imposible, pero este dicho es un proverbio que significa “muy difícil” y no

completamente imposible.

V. 24, “¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen

riquezas!” Y luego el v. 27, “es posible para Dios”.

Y los que oyeron esto dijeron: “¿Quién, pues, podrá ser salvo?” 27.- “Él les

dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios”.

Porque ellos creían que la posesión de riquezas era la prueba real de estar

aprobado por Dios.

Nunca se imaginaron que podría estorbar la salvación.

La Biblia no condena la riqueza. Abraham y Job eran hombres muy ricos.

Mateo mismo era rico, como también Zaqueo. Dios puede hacer lo que al

hombre parece imposible. (Génesis 18:14; Job 42:2; Lucas 1:37; Mar. 9:23).

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El problema no es la riqueza misma sino el uso correcto de ella. (Lucas 16:1-

13, 19-31). El peligro está en el amor al dinero, 1ª. Tim. 6:9, 10.

Entonces Pedro dijo: “He aquí, nosotros hemos dejado nuestras posesiones

y te hemos seguido”. (Dejar no es DAR o regalar, es simplemente dejarlas

en otras manos para su custodia y producción).

Los apóstoles hicieron lo que Jesús requería de aquel hombre rico.

Tal vez, el “todo” de los apóstoles (con la excepción de Mateo), no se

pudiera comparar con las riquezas de él, pero el todo de cualquiera es todo,

y el dejar todo requiere la sumisión total a la voluntad del Señor.

Innegablemente el sacrificio de los apóstoles era muy grande, y ¿qué les

esperaba en el futuro ya que habían dejado su empleo? (Pedro dejó su

oficio como pescador y dejó sus posesiones, pero no abandonó a su esposa

para seguir a Jesús, como el clero romano afirma, 1ª. Corintios 9:5).

Al decir esto, Pedro no mostraba espíritu orgulloso (como el fariseo de los

versículos 11 y 12). No se jactaba de lo que había sacrificado. Simplemente

hizo una afirmación de lo que habían hecho y Jesús no le reprendió, sino

que les prometió grandes bendiciones.

Y les dijo: “De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o

padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de

recibir mucho más en este tiempo”.

Entonces, según esto, el rico tomó una decisión equivocada, porque con

todo el sacrificio que Jesús le exigió, él habría ganado “mucho más en este

tiempo y en el siglo venidero la vida eterna”. (Mar. 10: 29-30).

La esperanza de la recompensa en el cielo es una motivación enseñada por

Jesús mismo y no ha de ser menospreciada. Además, Jesús conocía a sus

apóstoles y entendía, que ellos no lo habían dejado todo con una actitud

“comercial” de “comprar” la recompensa eterna.

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Por eso, les habla de verdaderas y ricas bendiciones que se reciben aún,

ahora, en esta vida y luego después la vida eterna.

Algunos pseudo maestros religiosos no se sienten cómodos con el concepto

de recompensa.

Están tan entregados a las doctrinas nocivas y equivocadas del calvinismo,

acerca de la depravación total del hombre que no pueden aceptar, que en

realidad Dios podría recompensar al hombre por su vida consagrada.

Estos maestros enseñan que el hombre hereda una naturaleza corrupta de

Adán, y que, por eso, es incapaz de hacer cualquier cosa buena y que

cuando haga algo bueno, aun así, “todos nosotros somos como suciedad y

todas nuestras justicias son como trapo de inmundicia” (Isa. 64:6).

Cuando los hombres se sienten obligados a torcer las Escrituras como lo

hacen con este texto, no son dignos de predicar la Palabra de Dios.

Isaías 64:6 no es ni el primo más remoto de lo que éstos enseñan.

Léanse el texto y contexto. Isaías está diciendo que el pueblo no tenía

justicia alguna, que habían caído en la apostasía, que eran inmundos.

Que prevaricaban y ya no hacían justicia como antes.

Isa. 1:21, “¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo

de justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas”.

Estuvo llena de justicia, pero ahora se ha convertido en ramera, pero aun

así, continuaban con sus actos religiosos.

Isaías 64: 6 y 7, enseña que toda la religión que practicaban y profesaban

(oraciones, sacrificios, ofrendas, alabanzas) estaba contaminada y por eso,

sucia como trapos de inmundicia (literalmente, los que la mujer de aquellos

tiempos usaba durante su menstruación).

21

¡Y los tales profesan ser predicadores del bendito evangelio de Jesucristo!

Desde luego, no habría recompensa celestial para personas cuya justicia

fuera como trapos de inmundicia, pero acerca de la iglesia de Sardis Jesús

dijo:

“Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus

vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas”

(Apocalipsis 3:4).

¿Puede haber personas dignas delante de Dios? Jesús dice que sí.

Apocalipsis 19:7-8 asevera:

“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas

del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se

vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las

acciones justas de los santos”.

¡Las acciones justas de los santos no son trapos de inmundicia!

Más bien, son lino fino, limpio y resplandeciente.

¿Quién tendrá razón? ¿Cristo o los calvinistas que dicen que todas nuestras

buenas obras, son como los trapos que una mujer usa, durante su período

menstrual?

Para terminar el pasaje respecto al rico, queremos agregar las palabras del

Rabino Moisés Ackerman:

Los maestros religiosos que aplican este texto a los actos de obediencia a

JESÚS y las buenas obras del cristiano en su obediencia a las enseñanzas

de ÉL y los apóstoles, son profundamente ignorantes o voluntariamente

maliciosos, insultando y difamando a los que obedecen la voluntad de

Dios.

22

“Estoy plenamente convencido que lo que el Maestro quiso decirle a aquel

hombre, fue que vendiera sus posesiones más preciadas y a las cuales tenía

demasiado apego emocional y por eso su tiempo era absorbido totalmente

por la contemplación de sus propiedades. Quizás le sobraban caballos de

fino paso, costosos carruajes, adornos excesivos o valiosas obras de arte y

le “sugería” que diera una buena cantidad a los pobres del camino. Por el

contrario, si su posición hubiere sido, aquella que se nos presenta en las

traducciones, reñiría abiertamente con su conducta y estaría sugiriendo que

“exigía que le siguieran únicamente los pobres” y que un estado de total

pobreza es el pasaje para una recompensa celestial”.

En lo personal, me acojo a lo manifestado por Francisco Lacueva en su

Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español, publicado por Editorial Clie

en 1984 y que en Mateo 19:21 dice:

“Dijole Jesús: Si quieres perfecto ser, anda, vende de ti las posesiones y da a

los menesterosos, y tendrás un tesoro en los cielos, y ven y sígueme”.

Le está diciendo, que venda las posesiones más estimadas y excesivamente

gratas y que lo demás lo deje al cuidado de los suyos y le siga. Como lo hizo

con sus discípulos y otros más que le siguieron.

En otras palabras, al versículo referente le fue cercenada por los primeros

traductores católicos -manipulados hábilmente- con oscuras intenciones, la

palabra “PARTE DE LO QUE TIENES”.

“Realmente lo que Yeshua está diciendo es que venda parte de lo que tiene,

pues tantas propiedades y dinero, ocupan todo su tiempo para estar al lado

de él. Que sería bueno que diere una porción a los pobres, como una señal

de buena voluntad para quienes lo conocen y que el resto lo deje a buen

recaudo y protegido, como lo hicieron sus discípulos”.

Esta sería la posición correcta del Maestro de la Sabiduría y del Amor.