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10 Valiosos consejos para el teletrabajo efectivo

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10 VALIOSOS CONSEJOS PARA

EL TELETRABAJO EFECTIVO

César Piqueras


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Titulo: 10 valiosos consejos para el teletrabajo efectivo Autor: César Piqueras Fecha: Abril 2020 Esta obra es un obsequio, queda prohibida su comercialización o venta. Si desea más información o quiere contratar los servicios de César Piqueras como formador o conferenciante le invitamos a contactar a través de: Email: [email protected] www.excelitas.es www.cesarpiquerasacademy.com www.cesarpiqueras.com Copyright: Licencia Creative Commons: Atribución - Compartir Igual 3.0 Unported


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Índice

1. Introducción 2. Se realista 3. Haz “Cómo sí” fueras a trabajar 4. Ordena y limpia 5. Define una agenda 6. Establece metas y objetivos claros 7. Evita interrupciones 8. Anota tus ideas o tareas 9. Trabaja en bloques de tiempo 10. Se rígido, pero fluye 11. Se amable contigo mismo/a


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Introducción

Teletrabajar suele ser una de esas cuestiones que gustan mucho

a primera vista, pero que una vez practicadas y utilizadas por

nosotros no siempre ofrecen los resultados que deseamos.

Conviene gestionar muy buen nuestra productividad y el tiempo

del que disponemos para el teletrabajo, ya que de lo contrario

podemos acabar decepcionados con nuestro rendimiento y sin

ofrecer los resultados que deseamos.

Es por este motivo que debemos tener mucha disciplina,

metodología, y sobre todo ser fieles a un sistema de teletrabajo.

Si lo conseguimos, lograremos hacer el trabajo una herramienta

mediante la cual podamos conseguir objetivos, incluso más lejos

de lo que le podríamos llegar a conseguir en un entorno habitual


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de trabajo en una oficina tradicional. Este ebook pretende darte

algunas de las principales claves. Espero sinceramente que las

apliques y esto mejore tus resultados.


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Primer consejo

Se realista

A muchas personas nos puede atraer la idea del teletrabajo, y

podemos empezar un día de trabajo con metas muy ambiciosas

y queriendo cumplir una lista de tareas bastante amplia. Suele

ocurrir, después de haber finalizado este día o esta semana de

teletrabajo, que los resultados no sean los deseados, que nos

hemos quedado demasiado lejos de las metas que nos

planteamos en un inicio.

Hemos visto en la crisis del COVID-19, como el teletrabajo ha sido

una realidad para millones de profesionales, y al mismo tiempo,

nos hemos dado cuenta de como muchas de estas personas no

han conseguido sacar partido de estas semanas que han vivido


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en cuarentena. Mientras que unas personas se quedaban muy

lejos de ser productivas, otras lograban un alto cumplimiento de

sus objetivos, ¿Qué los diferencia?

Una de las claves tiene que ver con ser realistas, con mirar hacia

nuestra realidad personal y familiar y después plantearnos unos

objetivos para el teletrabajo. Si nuestro entorno familiar es un

entorno en el que viven más personas, hay niños, incluso con muy

pocos meses de vida, y quizás no disponemos de una casa que

nos permita concentrarnos demasiado, es posible que quizás no

podamos llegar tan lejos como una persona que dispone de

espacio, de mayor tiempo en soledad, y de menos distracciones.

No obstante, cualquier persona tiene la responsabilidad de

organizarse para lograr hacer realidad estos objetivos, y no

tendríamos que poner excusas para no llegar a nuestros objetivos.

En ocasiones, personas que teletrabajan al mismo tiempo que

están sus hijos en casa, que pueden ser una grandísima fuente de

distracción, deciden despertarse mucho antes, por ejemplo, a las

cinco de la mañana, para así tener tres horas o cuatro de

teletrabajo antes de que despierte en el resto de las personas de

su casa. Una vez que estas personas han realizado tres horas de

teletrabajo, se hace bastante más sencillo encontrar otras tres por

ejemplo durante el resto del día. Sin embargo, si esta persona

tuviera que encontrar seis horas en el día, al tiempo que todas las

personas de su casa están despiertas e interrumpiendo,

seguramente se encontraría con muchas dificultades.


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Quizás lo importante, antes de que te pongas a teletrabajar, es

que evalúes como es tu realidad personal como son tus

circunstancias, de cuánto tiempo podrías exponer en un día

normal para hacer teletrabajo, que interrupciones podrías tener,

que imprevistos podrían aparecer en tu vida. También de que

evalúes que hábitos, comportamientos, o costumbres podrías

aprender, y también qué compromisos podrías adquirir con otras

personas de tu entorno para permitir que el teletrabajo realmente

sea una herramienta efectiva para ti.

De esta forma nos aseguramos de que estamos abordando el

trabajo de una manera responsable. Somos realistas, hacemos

algunos ajustes en nuestro entorno y nos ponemos con ello, es

hora de empezar a teletrabajar.


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Segundo consejo

Haz “Como si” fueras a trabajar

Muchas personas cuando hacen teletrabajo se dan cuenta de que

lo hacen desde una perspectiva demasiado hogareña, demasiado

personal, quizás no con una mentalidad tan productiva como la

que podrían tener un día habitual de oficina. Es por este motivo

que es recomendable para cualquier persona que teletrabaje

ponerse primero en un modo mental “como si” fueran a trabajar.

De alguna forma, tenemos que llegar a aceptar íntegramente la

idea de que cuando estamos teletrabajando estamos trabajando,

estamos tratando de sacar el máximo partido productivo de un

tiempo acotado del que disponemos. Tenemos que hacer “como

sí” trabajáramos, cuidar aspectos tales como el aseo o la

vestimenta, y el lugar en el que hacemos teletrabajo.


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Si eres un profesional que viaja de vez en cuando, o que hasta

teletrabajando en alguna ocasión, seguro que recuerdas

momentos en los que has sido muy productivo con tu ordenador

portátil, desde la cama del hotel, vestido en ropa interior, por

ejemplo, o desde el sofá de tu casa, en pijama, con los pies

apoyados encima de una mesa. Esto suele ser así para muchas

personas, han teletrabajado algunas horas de esta forma y les ha

dado buenos resultados, y piensan que hacerte el trabajo de

forma efectiva también será algo así.

Sin embargo, cuando hacemos el teletrabajo una herramienta

habitual, una rutina diaria, que queremos que sea efectiva,

tenemos que hacer como si fuéramos a trabajar, esto quiere decir


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asearnos con corrección, vestirnos correctamente y elegir un lugar

adecuado para ello.

No es necesario que vistamos traje o un elegante vestido para

teletrabajar, tampoco es necesario que nos pongamos nuestro

mejor perfume para hacerlo, ni siquiera tampoco es necesario que

tu pelo esté tan perfecto como los días en los que tienes esa

reunión tan importante. Pero sí es necesario que cuidemos los

detalles. Puedes vestir casual para hacer teletrabajo, como si

fueras a tener una reunión informal con un cliente. Puedes utilizar

un perfume diferente a ese que tanto aprecias y que sólo te pones

cuando sales de casa porque cuesta una fortuna.

La ciencia hace muchos años ha demostrado como los pequeños

detalles de nuestro comportamiento nos influyen muchísimo a la

hora de hacer algo. Por ejemplo, si queremos ser muy creativos

en una reunión y crear un buen clima, es mucho mejor que

estemos con los brazos abiertos, en lugar de cruzados. Si

queremos sentirnos bien un día cualquiera, es mejor sonreír para

lograrlo que mantener una mueca neutra. Esto nos dice que, si

queremos ser productivos en el teletrabajo, hacer que sea

realmente en trabajo a distancia, tenemos que intentar cuidar

pequeños detalles. Aunque estemos en casa, estamos

teletrabajando.


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Tercer consejo

Ordena y limpia

En un espacio de trabajo ordenado y limpio, se crea el clima

propicio para que exista productividad. Nos damos cuenta, de

que muchos lugares de trabajo en casa no son ideales para poder

desempeñar una función productiva, quizás no tienen el orden

que necesitan, o quizás no están tan limpios como nos gustaría.

Es obvio que cada casa es distinta, cada hogar dispone de unos

espacios y unas habitaciones con tamaños muy diferentes. Son

pocas las personas que pueden decir que tienen un amplio

despacho en casa, teniendo en cuenta como son muchas de las

viviendas de las grandes ciudades, seguramente tu lugar de


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trabajo sea también una habitación de invitados, un rincón de tu

salón de estar, la habitación de los niños u otro lugar.

No obstante, el orden y la limpieza no son negociables. Cada día,

antes de empezar a teletrabajar, es importante que pongas

organización en el lugar. Además, como un pequeño ritual que te

ayudará, aprovecha para tomar un paño con algo de limpiador y

pasarlo por tu mesa de trabajo, así como limpiar la pantalla de tu

ordenador. Parecen pequeños detalles, pero mediante los

mismos, adoptas una predisposición que te ayudará.

Aprovecha además para tener agua cerca, el agua te ayudará a

hidratarte, a disminuir el estrés y mejorará tu salud durante tu

tiempo de teletrabajo. Un consejo útil es que llenes una botella

de agua de uno o un litro y medio antes de empezar tu jornada y

la tengas a la vista. Tu objetivo es que, al acabar tu jornada de

tres a ocho horas de teletrabajo, la hayas vaciado.


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Cuarto consejo

Define una agenda

Uno tiene que saber cuánto tiempo de cada día va a teletrabajar,

de lo contrario acabará por hacer unas y otras tareas, pero no

encontrará el tiempo para centrarse en lo importante. Hay que

sentarse con uno mismo cada día durante dos o tres minutos para

decidir de qué tiempo para teletrabajar va a disponer en ese día.

Lo que necesitamos es que los horarios estén lo más claros

posible para que así sepamos cuántas horas disponibles de

teletrabajo vamos a tener en el día. Al mismo tiempo, tener esta

claridad de horarios hará también que seamos lo más fieles

posible a ellos. Si hemos decidido que realizaremos teletrabajo

entre las seis y las ocho de la mañana, entre las once y las dos y

entre las tres y las cinco, es decir que dedicaremos siete horas ese


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día al teletrabajo, este horario tendría que estar definido y claro,

para así evitar autosabotearnos. Cuando no decidimos cuánto

vamos a teletrabajar, lo más probable es que tus mejores planes

no los puedas cumplir ni de lejos.


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Quinto consejo

Establece metas y objetivos claros

Dispones de una agenda para cada día, un lugar en el que existen

tiempos acotados para poder sacar el máximo partido de cada

minuto. Pero esto no es suficiente, ahora la clave reside en ser

precisos con los objetivos que vamos a cumplir durante ese

tiempo de teletrabajo.

Muchas personas gestionan su tiempo con una libreta en la que

anotan todo lo que hay por hacer, otras tienen alguna aplicación

que les puede ayudar a organizar mejor sus tareas dependiendo

del tipo de tarea, pero muy pocas establecen objetivos concretos,

realistas y acotados, cumpliéndolos con al menos un noventa por

ciento de exactitud, para cada día de trabajo que empieza. De


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hecho, es menos del uno por ciento de los profesionales que

teletrabaja.

De ahí que la importancia de hacer un plan específico y concreto

cuando el día comienza sea tan fundamental. El plan debe ser:

• Concreto: El plan debe de definir con concreción a qué

tipo de tarea nos estamos refiriendo. Por ejemplo: “Hacer

llamadas a clientes”, “hacer propuestas” o “preparar

reuniones” no es concreto. Sin embargo “Llamar a diez

potenciales clientes”, “Realizar las dos propuestas de

Stevenson” o “Preparar reuniones de ventas del Lunes y

Martes” sí es concreto.

• Acotado: Aquí es dónde la mayor parte de profesionales

falla. Se dicen a si mismos que es lo que quieren hacer,

pero no saben lo que van a tardar. Nuestro plan debe de

estar acotado en tiempos, es decir que tenemos que

marcar un tiempo para cada tarea. Por ejemplo: “Llamar a

diez potenciales clientes” – 50 minutos, “Realizar las dos

propuestas de Stevenson” - 2 horas y “Preparar reuniones

de ventas del lunes y martes” -1:30 horas.

• Realista: Cuando decimos que nuestro plan debe ser

realista estamos apuntando al mayor problema de la

mayoría de las personas que teletrabaja, y es que, por lo


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general, no cumplen con aquello que han dicho que van

a hacer. Esto acaba haciendo que se sientan

profundamente decepcionados consigo mismos cuando

finaliza la semana. Al final dejan de planificar

adecuadamente y acaban haciendo de todo, a toda hora.

Para que el plan sea realista hay dos reglas importantes.

La primera regla es que hay que empezar a rodar, y cuánto más

hayamos rodado con esta metodología tanto más realistas

seremos. Uno puede pensar, en su imaginario, que tarda treinta

minutos en realizar una propuesta para un cliente. Sin embargo,

cuando mide los tiempos llega a la conclusión de que tarda entre

cincuenta minutos y una hora y cuarto. Esto es lo habitual.

Somos mucho más lentos de lo que creemos en nuestro

imaginario.

Por este motivo, recomendamos un sistema fácil para crear el plan

diario, una hoja de Excel en la que puedas medir si has llegado al

tiempo que te marcaste o si has llegado tarde. Si has llegado

tarde un día, otro día, y otro día, entonces hay que ser más realista

con ese tipo de tareas. No sirve de nada engañarte y pensar que

lo harás antes si después vas a acabar frustrado.

La segunda regla es que para que nuestro día de teletrabajo sea

realista, tenemos que considerar que casi con toda seguridad


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entre un veinte y un treinta por ciento de nuestro tiempo

planificado para trabajar nos lo pedirán, quitarán o robarán otros,

o habrá incidencias urgentes que resolver y que no había previsto.

Esto hace que si habías planificado cinco horas para teletrabajar,

en realidad no dispongas de cinco horas para ejecutar los

objetivos que te vas a plantear, sino que dispondrás de cuatro. Ya

que un veinte por ciento de cinco horas, una hora, se la vas a dar

a otras personas o aparecerán imprevistos. ¿Qué otras personas?

Por ejemplo, tu jefe, un compañero o un cliente que te pide algo

urgente.

¿Qué tipo de imprevistos podrían surgir? Muchos imprevistos son

causados por nuestra falta de organización, es decir que de

repente recordemos que hay que hacer una tarea que no hemos

planificado al inicio del día. Otros imprevistos surgen porque nos

hemos despistado, hemos mirado nuestro email más de la cuenta,

y nos hemos ido a resolver temas en nuestra bandeja de entrada,

lo que nos ha quitado un tiempo que habíamos planificado para

otras tareas. Otra tarea que surge de vez en cuando es el

momento lentejas ¿Qué es esto? Es cuando estás teletrabajando

a pleno rendimiento a las doce de la mañana y de repente (ya que

la tarea que afrontas es incómoda) dices “voy a poner unas

lentejitas para que se vayan haciendo” y te despistas durante

veinte minutos. Cuando vuelves a tu silla, tu fuerza de voluntad,

motivación y ganas ya no son las mismas. Como puedes imaginar

en la agenda de teletrabajo de un profesional puede haber


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muchos ladrones de tiempo, y es algo de lo que se tendrá que

proteger.

La cuestión es que hay que considerar siempre ese veinte o treinta

por ciento del tiempo. ¿Cómo saber cuál es tu porcentaje

concreto? Es la práctica la que te ayudará. Si en tu hoja Excel has

planificado unas horas y luego no has cumplido, como has

medido tiempos puedes ver qué ha ocurrido, cuánto tiempo del

día te han “robado” otros y en qué medida tus previsiones han

sido flojas. Pero recuerda que ese tiempo que te piden otros o te

requieren las urgencias, también se planifica y se tiene en cuenta.


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Sexto consejo

Evita interrupciones

Dependemos de nuestra concentración para conseguir objetivos

y ejecutar tareas concretas, sin concentración y sin atención no

podemos llegar a cumplir una tarea que requiere de cierta

capacidad cognitiva por nuestra parte, es decir que requiere

pensar, analizar y decidir.

Se ha demostrado que, a lo largo de un periodo de dos horas un

profesional que teletrabaja tiene hasta dieciocho interrupciones,

esto hace que muchas personas sean altamente improductivas y

merma notablemente sus resultados. Tenemos que pensar que

cuando una persona sufre una interrupción de un minuto, en

realidad su concentración no se ha visto disminuida durante un


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minuto, sino que su concentración no será la misma que era hasta

pasados entre tres y ocho minutos. Dependemos de nuestro nivel

de atención y foco para ser productivos con una tarea y si nuestra

mente estaba en una tarea compleja (la mayoría de las que

tenemos hoy en día lo son), cuando salimos de esta para

ocuparnos de la interrupción, volver a la tarea anterior y a estar

igual de concentrados que estábamos nos costará mucho más

tiempo.

Es obvio, que pensar actualmente en un ambiente de trabajo

(aunque sea a distancia) en el que no existen instrucciones es una

quimera, sin embargo, si hay cuestiones que podemos plantear,

prever y negociar con otras personas.

Una interrupción es cualquier cosa que te saque de tu estado de

foco, por lo tanto, muchas interrupciones pueden venir de otras

personas, otras pueden venir de elementos externos a ti, y otras

pueden venir de ti mismo.

• Interrupciones de otras personas. Estas pueden venir del

ámbito personal, por ejemplo, tus hijos o pareja, o del

ámbito profesional, por ejemplo, compañeros de trabajo.

En tu familia lo más importante cuando teletrabajas es

comunicar los horarios en los que vas a hacer teletrabajo

y pedir que se respeten lo máximo posible, evitando

interrupciones. En tu trabajo esto es más difícil, aunque


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hay dos formas de evitar interrupciones: Tomar el teléfono

y decir “Luis, ¿te podría llamar yo algo más tarde? Estoy

enfocado en una tarea y necesito acabarla”. La otra, si lo

puedes hacer y la situación lo requiere, es poner tu

teléfono en modo avión, silencio o en colgar la llamada.

• Interrupciones de elementos externos a ti. Estas

interrupciones generalmente las provoca la tecnología.

Todos los avisos automáticos en pantalla y sonidos

indicadores que tenemos en los distintos dispositivos que

utilizamos, son realmente nocivos porque distraen nuestra

atención. Si cada vez que nos llega un email vemos en

pantalla “te ha llegado un email de ……”, entonces

estamos teniendo unas cincuenta potenciales

interrupciones cada día. Es obvio que no vas a leer todos

los emails que lleguen a tu bandeja de entrada en el

momento que llegan, pero con que tan sólo lo hagas con

un veinte por ciento de las veces, ya habrás perdido tu

atención demasiadas veces. El email es una herramienta a

la que debemos de ir nosotros (es decir, entrar a ella), no

es la herramienta la que tiene que interrumpirnos. Pues

esto provocará que perdamos concentración, ya que de

entre los treinta y cien emails que recibe un profesional

cada día, muy pocos requerían una atención inmediata,

quizás tres o cuatro. Una buena práctica que podemos

llevar a cabo es consultar nuestro email cada dos horas


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aproximadamente. De esta forma, no se nos pasarán los

temas urgentes y podremos centrarnos en lo que estemos

haciendo sin interrupciones. Llevado a nuestro teléfono

móvil es algo similar, hay que evitar al máximo los avisos

en pantalla. Aunque somos conscientes de la dificultad

que requiere esto, y una buena práctica que llevamos a

cabo es que, mientras teletrabajamos, nuestro teléfono

móvil está boca abajo, sin sonidos o vibraciones, más que

para las llamadas.

• Interrupciones de ti mismo. Estas son las interrupciones

más difíciles de abordar, pues requieren de una gran

fuerza de voluntad. Mientras teletrabajas es normal que

hagas, de vez en cuando, algunos descansos, pero

muchas veces estos “descansos” son excesivos, no sirven

como descansos (porque te dedicas a mirar redes sociales,

por ejemplo) y, en realidad lo que reflejan es nuestra

incomodidad para ponernos con las tareas importantes.

Cuando tienes que ponerte con una tarea incómoda, lo

más difícil es ser fiel a tu plan y estar el trabajando en ella

el tiempo que requiere, de forma que tu subconsciente te

estará todo el tiempo dando ideas sobre qué cosas

puedes hacer más divertidas, placenteras o sabrosas

(estas son las que quedan dentro de tu cocina en forma

de snack poco saludable). La clave para superar esto

requiere que fortalezcas tu autodisciplina, que es como un


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músculo que se entrena poco a poco. Para ser más

autodisciplinado empieza por pequeñas victorias que te

ayuden a construir ese músculo, se trata de ser un poco

mejor cada día.


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Séptimo consejo

Anota tus ideas o tareas

Somos personas altamente creativas, nuestra mente está todo el

tiempo pensando y elaborando ideas y planes. Especialmente

cuando estamos en un entorno distendido como nuestra casa,

nos relajamos y empezamos a tener más ideas de lo normal.

Estudios científicos han demostrado que somos más creativos

teletrabajando en casa que en nuestra oficina.

Esta capacidad creativa tan sorprendente en el ser humano, es

una gran virtud, pero también puede ser una barrera importante

para ser productivos, ya que cuando estamos con una tarea

compleja lo que necesitamos es concentración no nuevas ideas,


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ni pensamientos aleatorios que vengan a nuestra mente y que

nada tengan que ver con esa tarea que estamos abordando.

Por este motivo, una buena práctica consiste en tener una lista de

tareas en una libreta o lugar para apuntar todo aquello que va

surgiendo en tu mente mientras teletrabajas. De esta forma, no

abandonas tu foco en lo que estás llevando a cabo, ni tampoco

te pierdes la idea que ha llegado a tu mente. Cuando acabas de

hacer esa tarea compleja o cuando acabas un bloque de tiempo

(como ahora después veremos), será el mejor momento para

hacerse cargo de las cuestiones que has anotado en tu libreta.


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Octavo consejo

Trabaja en bloques de tiempo

Cuando nos concentramos nuestra productividad aumenta hasta

en un setenta por ciento, podemos conseguir mucho más con

menos. Trabajar en bloques de tiempo es una de las técnicas más

efectivas para teletrabajar, de hecho, es la técnica por excelencia,

de lo contrario nuestra productividad acaba por ser muy baja.

¿Qué es un bloque de tiempo? Es un tiempo variable entre treinta

minutos y dos horas en el que has decidido hacer unas tareas

concretas. Lo recomendable es que dure entre treinta y cincuenta

minutos, pero en ocasiones, para tareas muy complejas este se

puede alargar más. Lo más importante del bloque de tiempo es

que durante el mismo tu atención está sólo en eso, no nos

distraemos, no respondemos al email, no tomamos llamadas de


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teléfono o si lo hacemos decimos “Luís, te llamo en unos

minutos”.

Las personas que prueban el trabajo por bloques de tiempo

descubren pronto que tareas que antes les llevaban una hora de

tiempo, cuando trabajan en bloques de tiempo las hacen en

treinta minutos. La pregunta no es “¿Cuánto tiempo tardo en

hacer esto?”, sino “¿Cómo puedo hacer esto en este tiempo?”.

Lo que estamos haciendo, en definitiva, es potenciar nuestra

capacidad de focalizarnos en una tarea, algo que nos falta

habitualmente, especialmente en un mundo con hiper-

información, múltiples interrupciones y en el que nuestra fuerza

de voluntad se ve tentada constantemente por pequeños

placeres en forma de redes sociales, comida y un largo etcétera.


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Noveno consejo

Se rígido, pero fluye

Aunque la rigidez te va a ayudar a ser productivo, también

debemos tener en cuenta que estamos en nuestra casa, con las

personas que más queremos cerca de nosotros. No se trata de

ser productivo y dejar de atender totalmente las peticiones de tus

hijos o de tu pareja. Se trata en definitiva de saber cuándo sí o

cuándo no es el momento de atender a esas peticiones y poder

hacer un descanso en tu rutina de teletrabajo. Tu familia te va a

pedir también una parte de ese veinte o treinta por ciento del

tiempo que habías planificado, y tendrás que hacer de padre,

madre, marido o mujer.

Una de las rutinas que más ayuda a muchas personas que

teletrabajan es hacerlo en aquellos momentos en los que saben


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que habrá menos interrupciones, y este es el motivo por el que

muchas personas aprovechan para despertar muy temprano y

disfrutar de una a tres horas de alta productividad. Aun así,

recuerda que lo más importante está en tu casa, tu familia es lo

más importante, y tendrás que saber balancear correctamente tus

obligaciones profesionales y las familiares.


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Décimo consejo

Se amable contigo mismo/a

El último consejo tiene que ver con la herramienta más

importante, precisa, valiosa y efectiva que existe, tú. La

amabilidad contigo mismo es fundamental para lograr que el

teletrabajo sea realmente algo que sea efectivo y que puedas

proyectar a largo plazo.

En primer lugar, la amabilidad tiene que ver con ser tolerante

contigo mismo, con que no hayas llegado al cien por cien a las

metas establecidas. Hay que ponerle método al teletrabajo, ya

hemos hablado de esto, pero si cumples con todo lo que hemos

comentado y todavía no has llegado a cumplir al cien por cien tus

metas, tampoco te castigues o culpes. Simplemente ajusta tu

sistema. Quizás tengas que ser más realista los próximos días,


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evitar más interrupciones o ser más disciplinado, pero la culpa

hacia ti mismo no es nunca una buena herramienta que te hará

más productivo. Puedes decirte “Hoy no he llegado a mis

objetivos ¿Qué puedo hacer diferente mañana?”

La amabilidad contigo mismo también tiene que ver con cuidar

los pequeños hábitos que van a lograr que tengas una buena

salud física y mental durante el día de teletrabajo. En concreto

hay tres hábitos que te pueden ayudar:

• Ejercicio físico. Integrar entre veinte y cuarenta minutos de

ejercicio diario a tu día hará que te sientas con más energía

y aumentará tu fuerza de voluntad. El movimiento nos

hace más productivos, y tú mismo puedes hacer en casa

algo de ejercicio a través de los múltiples canales que

encontrarás en YouTube con rutinas de entrenamiento

para hacer en casa. No obstante, quizás te apetezca salir

de casa, lo cual también es ideal, salir a dar un paseo, ir a

tu centro deportivo o a hacer running hará que puedas

tener más energía para tu día de teletrabajo.

Especialmente a primera hora del día, el ejercicio físico

hace que tengas un día más productivo.

• Alimentación. Cuidar tu alimentación es la mejor forma de

ser amable contigo mismo. Al teletrabajar se reduce

considerablemente la energía que gastas, ya que no sales


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de casa, te desplazas o mueves tanto. Esto puede hacer

que, con el tiempo, y la nevera tan cerca, puedas ganar

peso o adquirir malos hábitos. Al teletrabajar tienes que

cuidar tu alimentación más que nunca: Beber mucha agua,

tomar alimentos frescos, evitar alimentos procesados, que

contengan azúcares añadidos o excesiva sal, evitar picar y

cuidar las cantidades, será saludable.

• Meditación. Meditar es una de las herramientas más

poderosas que existen para hacer limpieza mental, serenar

la mente y aprender a enfocarnos. Una de las buenas

prácticas de los mejores “teletrabajadores” es dedicar

diez minutos al comienzo del día a meditar. Es un

momento en el que poder centrar la atención en uno

mismo, respirar conscientemente para calmarse, y

empezar a enfocar su energía en la dirección correcta.

Muchas personas aprovechan en los últimos minutos de

esa meditación para visualizar aquello que harán durante

el día, es cómo “empezar a darle forma” al día que

empieza, estableciendo sus intenciones y objetivos para el

día. Se ha demostrado científicamente que las personas

que meditan tienen mayor capacidad de foco, más

felicidad, creatividad y empatía, todas ellas cuestiones

muy importantes para cualquier profesional.


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Cuidar de ti mismo durante el teletrabajo hará que te sientas más

feliz y con la sensación tan positiva de estar haciendo realidad tus

objetivos. No lo olvides, tú eres tu principal herramienta, y cuando

tú estás bien, todo está bien.

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