AMOR a toda prueba - franciscajaratarot.com · constituye una infracción que puede ser perseguida...
Transcript of AMOR a toda prueba - franciscajaratarot.com · constituye una infracción que puede ser perseguida...
AMOR
a toda prueba
Claves para sanar tu autoestima
y descubrir tu propósito
Por Francisca Jara
Para conocer más de la autora y su trabajo con el Tarot
y Coaching espiritual visita www.franciscajara.cl
© Francisca Jara Barrientos, 2016
Impreso por CreateSpace
Edición: octubre 2016
Diseño portada: Pablo Rodríguez, de Finder Design
Corrección: Triunfacontulibro.com
Todos los derechos de esta obra se encuentran reservados, y su
reproducción total o parcial, de cualquier modo y en cualquier
plataforma, y su transmisión total o parcial por cualquier medio
(electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autori-
zación previa y por escrito del titular de los derechos de autor,
constituye una infracción que puede ser perseguida civil o pe-
nalmente.
Índice
1. Descubrir tu espiritualidad y abrir el corazón...…...11
2. Todo es un proceso………..…………...….……...27
3. Sana tus heridas para amarte….………..…..……...45
4. Conoce tus pensamientos y tus emociones.....…...81
5. Tu intuición………………..….…………..….…..107
6. ¿Cómo reconocer tu ego?.......................................119
7. ¿Cuál es tu camino? Tu propósito y ser servi-
cio…...127
Este ebook corresponde al capítulo 2 del libro Amor a
toda prueba, Claves para sanar tu autoestima y descu-
brir tu propósito.
Lo has recibido de regalo por ser parte de mi comuni-
dad online en franciscajara.cl
Si quieres comprar el libro, puedes hacerlo en este link
en la tienda de Amazon y por supuesto, ¡dejarme tus
comentarios!
Con amor,
Para comenzar
Éste es un libro que puedes leer como entretención, o
que puedes usar como guía en tu camino de crecimien-
to espiritual. Si quieres usarlo así, te sugiero que co-
miences a leerlo con lápiz y cuaderno en mano, y
anotes las ideas que te gusten, que resuenen contigo y
en especial, todas aquellas ideas que a ti te surjan du-
rante su lectura.
Capítulo 2. Todo es un proceso
Quiero contarte un poco de mí porque tengo la convic-
ción de que compartiendo mi experiencia, puedo ayu-
darte de alguna forma. Reconozco que me costó deci-
dirlo, pero recordé cada vez que pasé por algo difícil y
pensé: “¡Esto tengo que compartirlo con alguien para
que valga la pena!”. Es muy potente compartir los pro-
cesos personales, porque por una parte te ayuda a ob-
tener nuevas impresiones, análisis y perspectivas, y
sobre todo, porque hay otra persona que necesita sentir
que no es la única pasando por cierta situación, y ayu-
da a generar esperanza.
Tuve la idea de escribir este libro por años. Según la
época cambiaba la temática en la cual ponía el acento,
pero la motivación fue siempre la misma: escribir toda
la información práctica que he aprendido a lo largo de
varios años y que sé que puede ayudar mucho a quien
está comenzando su proceso de expansión de cons-
ciencia. A mí me pasa que cuando miro hacia atrás
pienso “ojalá hubiera sabido esto”, o “¡si tan solo al-
guien me lo hubiera explicado de esta forma, si era tan
simple!”. Sin pretensiones, sino que con mucha since-
ridad, estoy haciendo mi mejor esfuerzo porque quiero
ser esa persona que logre explicarte con claridad lo que
te ayude a comprender tu proceso en este momento.
Para mí todo comenzó cuando estaba en la universi-
dad; tenía veintiún años y pasaba por una depresión
gatillada por aguantar la angustia tantos años. Dormía
mucho para evadir y comencé a soñar cosas espectacu-
lares. Se volvió una adicción dormir todas las tardes,
en las que ansiaba soñar. Gracias a esta fuerte activi-
dad onírica, quise saber qué significaban todos los
símbolos con que soñaba. Volví a un libro maravilloso
que había leído gracias a la recomendación de mi ma-
dre, que se llama Sueños, un camino al despertar, de
Malú Sierra. Siempre pienso en esa etapa de mi vida
como el inicio de mi despertar en consciencia, cuando
me hice las preguntas fundamentales.
Había llegado hasta ahí complaciendo al resto y
moviéndome por las expectativas de todos. Estudiaba
una carrera tradicional en una excelente universidad,
pero mi vida se acababa en ello. No tenía visión de mi
futuro, ni de lo que quería para mi vida y menos tenía
una idea de quién era. Al mismo tiempo, pasaba en so-
ledad, mis relaciones de amistad eran difíciles y nada
me atraía lo suficiente como para empeñar un poco de
mi tiempo en ello. Viéndolo en retrospectiva, me en-
contraba en una etapa muy negativa, sobre todo por mi
apatía y egoísmo. No estaba involucrada en ninguna
actividad a través de la cual pudiera colaborar con
otros. Mis relaciones de pareja eran una madeja de ex-
pectativas e insatisfacción, y me había vuelto muy hu-
raña respecto a todos los demás.
En ese primer episodio a mis veintiuno, reconozco
que no tenía idea hacia dónde me estaba dirigiendo,
pero sí tenía claro que buscaría todo lo necesario hasta
dar con el sentido de mi vida y experimentar la felici-
dad. Este impulso interno me llevó a psicoterapia, en la
cual estuve dos años. Fue un proceso de reconstrucción
profunda y de aprender a disfrutar. Mi diálogo interno,
AMOR A TODA PRUEBA
11
desde muy temprana edad, era autodestructivo. Gracias
a esa terapia, reseteé muchos patrones y comencé a sa-
nar mi corazón. Me di la oportunidad de aceptarme, sin
culpas ni disculpas.
En adelante fui trabajando en mí, primero en apren-
der a aceptarme, a ser feliz y luego en descubrir mi pro-
pósito. En ese proceso, me apoyé en el tarot, estudié
distintas corrientes espirituales, conocí muchas personas
y viví otras tantas experiencias que me fueron transfor-
mando. Pero si tuviera que encontrar un punto de infle-
xión y la causa de mi despertar de consciencia, estoy
segura de que fue el momento en que acepté todo lo que
estaba sufriendo internamente y decidí pedir ayuda sico-
terapéutica. Aprendí a apreciar y construir mi felicidad,
y vivo con esta intención cada día de mi vida. Por eso
quiero decirte que sí podemos cambiar y crear nuestra
vida según lo que deseamos y nos hace sentido.
Hay momentos claves en la vida en que somos mo-
vidos por una fuerza interior tremenda, que ni siquiera
somos capaces de reconocer. Es este impulso, como de
sobrevivencia, nos conduce al momento clave en que
tomamos esa decisión que lo cambia todo. Tal vez lo
más difícil que enfrentar en esa parte del proceso, es la
incertidumbre por no saber si servirá de algo ni saber
hacia dónde dar el siguiente paso. Pero aquí está lo
crucial: tienes que dar ese paso. Ya sea de pedir ayuda
psicológica, de renunciar a tu trabajo, de dejar una re-
lación sin amor, de hacer ese viaje, de estudiar eso que
te encanta, de perdonar. Desde ahí en adelante, las co-
sas no serán más fáciles ni fluirán, como me habría en-
cantado decirte. Pero te aseguro, que si te mantienes
dando un paso cada día en la dirección que te marca tu
deseo por descubrir el sentido de tu vida, por conectar
con el amor y evolucionar, entonces irás siempre por el
camino correcto para ello. Y podrás reconocerlo en ca-
da paso. Confía en ti.
Lo maravilloso de cada proceso es que es único y no
tiene reglas predefinidas. Por ejemplo, para dos perso-
nas que han enfrentado divorcios similares, sus proce-
sos emocionales serán completamente distintos. Y
aunque parezca que han vivido lo mismo, no lo es. Po-
demos acompañarnos en nuestro camino, pero el pro-
ceso se vive adentro y cada uno tiene que experimen-
tarlo para permitir que lo transforme. El proceso estará
lleno de emociones, expectativas y esperanzas, y en
cada paso vamos puliendo unas con otras, acostum-
brándonos a lidiar con las resistencias y con la redefi-
nición personal. Hay que vivirlo, día a día. Te puedo
ayudar sugiriéndote que no dejes de buscar, que no de-
jes de probar, de abrirte a nuevas experiencias, que no
dejes de ir a tu interior y explorarlo con entusiasmo, y
que no dejes nunca que la comodidad te devuelva al
modo automático y de la complacencia. Mantente
siempre abierto y dispuesto a encontrar nuevas maravi-
llas en ti, a conectar con Dios en cada instante, a actuar
diferente y elegir con consciencia qué experiencias
deseas vivir. Si lo haces así, estarás viviendo con sen-
tido, apreciación y propósito.
Por otra parte, entender la implicancia de que todo
es un proceso nos ayuda a sortear las dificultades con
mayor determinación, sobre todo si podemos ver que
en el horizonte será mejor. Cuando estemos viviendo
momentos agudos de conflicto, duda o miedo, pode-
mos recordar que ese momento pasará. ¡No hay nada
que se mantenga igual eternamente! Todos esos episo-
dios son parte del proceso y tienen una función especí-
AMOR A TODA PRUEBA
13
fica, algo que enseñarnos. Si aprendemos a ver la lec-
ción detrás de ellos, sabremos tomar la acción adecua-
da para superarlos. Por ejemplo, hay procesos en los
cuales hay etapas extremadamente complejas para
quien las vive. Alguien que está tratando su adicción,
términos de relaciones de parejas con dinámicas tóxi-
cas o la muerte de un ser querido. El peor momento
suele no ser el inicio, sino un poco después. Cuando te
encuentres en ese tormento, recuerda esto: es un proce-
so, aguanta un poco más y esa peor parte pasará. Defi-
ne tus salvavidas para sobrellevar los episodios más
difíciles, como rezar, meditar, ir a la naturaleza, hacer
ejercicio, juntarte con amigos, ayudar a otros.
Otra verdad que viene de la esencia de los procesos,
es que están compuestos de muchísimas subetapas, flu-
jos consecutivos y objetivos para cada uno. Cada pro-
ceso es dinámico y tiene un movimiento orgánico.
Cuando nos equivocamos, nos quebramos, nos rendi-
mos o damos pasos en falso, estamos dentro del mismo
proceso. Todo tiene una razón detrás para descubrir.
Por eso, los procesos no se juzgan ni se comparan,
porque se expresan auténticos en cada uno. Por ejem-
plo, si me quedo pegada en una frustración, hay algo
que tengo que aprender de esa experiencia que de otro
modo no podría integrar. Por esto, con mayor razón
aún, tampoco deberíamos juzgar los procesos de otros.
Si tienes algún amigo a quien le ha costado salir ade-
lante después de su divorcio, hay algo grande que está
aprendiendo internamente y que desde fuera nosotros,
no podemos comprender. De esta idea podemos ver
que nadie tiene la verdad ni sabe qué es lo mejor para
otro. Por supuesto, si tu amigo te pide ayuda y tú estás
en condiciones de dársela, ¡hazlo sin demora! Eso
también es parte de su proceso. Pero no podemos juz-
gar que antes de pedir ayuda, estaba haciendo lo inco-
rrecto. No podemos creer que sabemos la verdad por-
que nunca estaremos enterados de todo lo que está
ocurriendo, menos aún en el interior de otra persona.
Entender lo anterior nos ayudará a soltar la necesi-
dad de control sobre la forma de nuestro proceso y de-
jar de exigirle al resto que cumpla nuestras expectati-
vas. El mejor remedio para eliminar el impulso de con-
trolar y aprender a soltar es inyectar amor, sin descan-
so y con convicción.
Cuando entendemos que los errores y los conflictos
son parte de nuestro proceso, facilitamos la aceptación.
Ya vimos que lo contrario son la resistencia y el juicio.
Aprender a aceptar es por excelencia la vía para aplicar
amor a cualquier cosa, persona o situación. Cuando
entendemos que los errores y los conflictos son parte
de todo proceso de evolución, podemos sacar al ego de
la ecuación.
Esta comprensión también nos ayuda a resistir la
tendencia a controlar que otros no se equivoquen y no
sufran, porque respetamos con devoción lo que implica
cada proceso, aceptamos que no tenemos posibilidad
de saber lo que es bueno y lo que no en cada caso, y
honramos la libertad del otro de experimentar su pro-
ceso sin manipularlo. Este punto en especial es muy
relevante para todos aquellos que sienten la necesidad
de controlar que nada malo ocurra en la vida de sus
seres queridos, sobre todo de sus hijos y parejas.
Cuando intervenimos en la vida de otros para prote-
gerlos, según nuestra opinión, de sufrir, perderse o pa-
ra que no se equivoquen, estamos limitando su creci-
miento. Cada vez que intentamos controlar que todo
AMOR A TODA PRUEBA
15
salga bien, subvencionando al otro en las conductas
que esperamos que realice, estaremos privándolo de
realizar su proceso en libertad y crecer a través de esos
aprendizajes. Lo que parece ser una actitud altruista, es
realmente la máscara del egoísmo. Seamos realmente
generosos con los demás y respetemos su libertad para
desarrollar sus procesos sin intervención. Y al mismo
tiempo, aprendamos a trabajar la responsabilidad per-
sonal y si bien, mantenernos conectados con el resto a
través de la compasión, no asumir como propio el su-
frimiento ajeno. Esto es una práctica constante y muy
importante que hacer para dar espacio a que nuestras
relaciones se mantengan en dinámicas saludables.
Que todo implique un proceso también tiene sus pro-
pias razones espirituales. Cada proceso nos regala la
posibilidad de actualizar nuestro potencial y también de
estar preparados para apreciar y mantener lo que
deseamos manifestar. Igual que la gestación de un ser
humano, no son sólo nueve meses para el crecimiento
de ese ser, sino también son nueve meses de transfor-
mación de la mujer para actualizar sus cualidades que la
ayudarán a ser madre.
Por todo esto, lo más sabio es aprender a respetar los
tiempos de los procesos, sobre todo de nuestros procesos
internos como lo son de la alegría, del miedo, del dolor,
de la pérdida, de la incertidumbre, del entusiasmo, del
compromiso, del amor de pareja. Sin apuro y sin resistir-
los.
En lo personal, me gusta ver los procesos que vi-
vimos como ramas de un árbol que van creciendo y
tomando sus propias formas, a veces hacia abajo,
otras hacia arriba, a veces se enredan entre sí y otras
dan a luz a un fruto carnoso. Darle libertad de forma
a nuestros procesos elimina espacio para cuestiona-
mientos y ansiedades. Si creemos que los procesos
son lineales, ¿qué pasará cada vez que atravesemos
por una etapa de pausa o de vuelta a lo mismo? Pro-
bablemente nos sentiremos en punto cero. Esto pue-
de ser devastante si nos cuesta lidiar con la frustra-
ción y el perfeccionismo. De hecho, percibir la vida
así puede llegar a ser muy deprimente. Lo que ocurre
en este caso es que estaremos pelando una cebolla.
Cuando repites dinámicas, vuelves a los mismos es-
tados o se te presentan situaciones tan similares una
y otra vez, significa que hay aprendizajes pendientes
o tomas de consciencia más profundas que hacer. Por
eso, si te enfrentas una y otra vez a situaciones que
te hacen sentir confundido, imagina que cada vez
que las superas, estás yendo más adentro, purifican-
do en capas más profundas.
Por lo anterior quiero decirte que no juzgues tu pro-
ceso. No le pongas etiquetas a tus etapas, no lo compa-
res ni con tus procesos anteriores ni con los de otras
personas, ni intentes controlar que se desarrolle de de-
terminada manera. Cada proceso tiene su propia inteli-
gencia y sólo puede revelar su potencial si le damos
espacio y tiempo para ello.
Una manera poderosa de soltar esa necesidad de
control sobre nuestros procesos es involucrarnos por
completo en ellos. Con este planteamiento me refiero a
lo siguiente: es natural que tengamos una idea de lo
que deseamos alcanzar como meta en varios aspectos
de nuestra vida. Observar esta meta a lo lejos nos ayu-
da a mantener la motivación para movernos y también
a sostener el foco en lo que deseamos. Sin embargo,
para alcanzar ese objetivo, es indispensable que reco-
AMOR A TODA PRUEBA
17
rramos el camino que nos llevará hasta allá.
Este camino es nuestro proceso y en realidad, lo que
estamos buscando se encuentra escondido en cada paso
que demos en él. Por eso, aunque sea el horizonte el
que nos mueva, recordemos siempre que donde tene-
mos que mirar con atención es en el presente.
Aprende a vivir tus procesos con tu consciencia en
el presente
Involucrarnos en nuestros procesos, para desarrollar
certeza y transformarnos en ellos, requiere aprender a
soltar dejando ir la necesidad de control. Requiere
practicar la apertura del corazón, que, como hemos di-
cho, es conectar con esa emoción de amor en nuestro
interior que nos ayuda a dejar de juzgar, ser compasi-
vos, aceptar y comprometernos con nuestro crecimien-
to y todo lo que este requiera de nosotros.
Involucrarnos en nuestros procesos quiere decir que
aunque tenemos claro hacia dónde queremos llevarnos,
no estamos sólo observando la meta, sino que estamos
ante todo, en el presente. Esto requiere aprender del
desapego y sumergirnos en las dinámicas del momento
y de lo que cada paso que damos, nos revela.
El arte del desapego
El concepto de desapego hoy está muy de moda y su
utilización genera bastante confusión. A pesar de que
todos se refieren a esta práctica, poco entendemos de
qué se trata. Al menos, así fue mi experiencia y tam-
bién lo he visto con muchas personas en mis cursos y
talleres.
La primera distinción importante es respecto al
desapego emocional y los vínculos de apego seguro.
Quiero mencionarlo porque el tema de la crianza y las
relaciones parentales está a la orden del día, y no quie-
ro que, por ahorrarme este comentario, mezclemos pe-
ras con manzanas. Las teorías del apego respecto a la
crianza, se relacionan con las dinámicas del vínculo
parental, con los beneficios que trae para la salud emo-
cional y desarrollo de los bebés, y entrega mapas para
aplicarlo.
Cuando yo me refiero al desapego, estoy hablando
de algo totalmente distinto. Con este concepto hago
referencia a la capacidad de superar ciertos aspectos de
nuestro ego, tales como la necesidad de controlar lo
que ocurra, la manipulación y la posesión. Se trata de
una perspectiva espiritual que nos ayuda a lidiar con
esa fuera egoica que se aferra a lo material. Podrás en-
contrar este concepto en corrientes espirituales de
Oriente, como en el budismo, y también en la herencia
espiritual de Occidente constituida por la Kabbalah.
Practicar el desapego no quiere decir que no me
importe lo que estoy deseando. Al contrario; el desa-
pego permite que la llama del deseo se encienda en
niveles mucho más profundos, porque quitamos al
ego del medio. Por ejemplo, cuando deseamos desde
el ego sintonizamos con una energía de ansiedad.
Nos mantenemos preocupados pensando en el futuro,
si va a ser o no como yo quiero, qué puedo hacer pa-
ra controlar que se den las cosas tal como yo quiero,
añadiendo una energía de carencia porque sentimos
la necesidad de que sea tal como se me ha ocurrido.
Esta forma de desear es desde el ego, porque hay
AMOR A TODA PRUEBA
19
control, materialismo, posesión, manipulación, estrés
y sometemos nuestra paz interior a lo que va a ocu-
rrir. De hecho, es común que cuando deseamos de
esta manera, las cosas no resulten como queríamos o
peor, perdamos oportunidades mejores, porque esta-
mos tan enfocados en esa ansiedad y en lo que va a
ocurrir que malgastamos energía, perdemos momen-
tos propicios para actuar porque no los vemos y de-
mostramos tener muy poca confianza en nosotros y
en Dios.
En cambio, si deseamos desde el desapego, la acti-
tud es mucho más liviana y optimista. Tenemos certeza
que va a ocurrir lo mejor para nosotros si nos empe-
ñamos en hacer que cada segundo cuente. Con esta de-
terminación, hacemos nuestro trabajo, estamos atentos
a lo que ocurre a nuestro alrededor, tomamos acciones
coherentes y hacemos todo el esfuerzo necesario para
dar lo mejor de nosotros en el proceso, demostrando la
convicción y la fuerza de nuestro deseo. Entregamos al
Universo que defina el resultado, porque sabemos que
si damos espacio para ello, será lo mejor para nosotros
y el que probablemente, ni siquiera podamos imaginar
hoy.
Creo que en el asunto donde es más complejo prac-
ticar el desapego es en las relaciones, tanto con hijos
como con las parejas. En el caso de los hijos, a muchos
padres les cuesta dar espacio para que sus hijos en-
cuentren su camino y florezcan en él. Por lo general,
intentan aconsejar y dirigir las decisiones con las me-
jores intenciones, pero interviniendo en la libertad de
sus hijos para experimentar la vida en su amplitud. Es
más complicado cuando los padres influyen en los hi-
jos para llevarlos realizar lo que son sus propias expec-
tativas de lo que es el éxito. La definición de lo que
nos realiza depende de la generación y de la cultura,
pero nunca estos dos podrán acallar lo que significa la
realización para el alma. Por esto tenemos que apren-
der a respetar el camino auténtico de nuestros seres
queridos y cada uno asumir la responsabilidad de en-
contrar lo propio para ser felices.
Por otro lado, cuando vivimos crisis en nuestra re-
lación de pareja es más caótico aún manejar el apego
del ego. En las dinámicas de pareja es muy fácil en-
ganchar con los aspectos más oscuros de nuestro ego
y llenarla de celos, posesión y control. De alguna
forma, tergiversamos la percepción de la realidad, sa-
crificamos la propia valía y juramos que no somos
nada sin el otro. Pasamos horas hundidos en la angus-
tia de si el otro llama o no, inventando todo tipo de
estrategias para que el otro no nos olvide y conven-
cerlo de que regrese, como si fuera la representación
viviente de nuestra felicidad.
En ese lugar emocional no estamos conectados con
el amor, respeto ni libertad que deben ser siempre la
nota alta en nuestras relaciones de pareja. Estamos tan
nublados por los impulsos del ego que no podemos
darnos cuenta de la trampa en la que caímos. Si te en-
cuentras en una situación similar, creo que el salvavi-
das es aceptar lo que ocurre y el dolor de la separa-
ción, y buscar ayuda hoy mismo para que te des cuen-
ta e identifiques la herida en tu autoestima de la que
te tienes que hacer cargo ahora. Mientras no nos
amemos no hay nada que sea amor real que podamos
entregar a otros. Por otra parte, no podrías saber si
esta separación es realmente algo negativo para ti,
pues puede ser una gran bendición. Si tu mayor deseo
AMOR A TODA PRUEBA
21
es tener una relación de pareja del tipo alma gemela,
¡pídelo! Pídelo con todo tu corazón, pero con desape-
go. Es decir, pide la oportunidad de tener esa relación
en tu vida, pero el “con quién” entrégaselo a Dios. Y
pon atención porque muchas veces este tipo de quie-
bres tiene por objetivo enseñarte del amor propio. Si
te enfocas en sanar tu autoestima y amarte cada día
más, estarás tomando la ocasión para crecer y hacien-
do espacio para que los milagros ocurran.
Cuando deseamos con desapego, estamos desean-
do desde el alma. Es el ego el que se apega a la ma-
nifestación física de nuestros objetivos. Desde nues-
tro ego, creemos que sabemos lo que es mejor que
nosotros y queremos mantener para siempre aquello
que nos ha costado. Pero resulta que no siempre lo
que ganamos con esfuerzo necesita ser mantenido en
nuestra vida. Desear con desapego requiere que pon-
gas tu mejor esfuerzo en cada proceso y te permitas
fluir en él. Es decir, permitir que las cosas se vayan
manifestando sin calificarlas como buenas o malas, o
decidir si son finales o no. Muchas veces el desapego
es la lección misma y aprenderás a verlo en tu vida.
El arte de desear con desapego es desear lo sustan-
cial, lo iluminado, lo radiante y expansivo. Es desear
lo más real del Universo para compartir. Es desear
todo lo que tenga origen en el amor.
Involucrarnos en el proceso de manera consciente,
nos permite soltar el apego sobre un resultado especí-
fico, teniendo certeza de que lo que revelaremos de
todo nuestro esfuerzo y compromiso será lo mejor pa-
ra nosotros y los demás. Al mismo tiempo, soltar la
necesidad de controlar que las cosas se den como no-
sotros queremos desde nuestro ego, nos permite nutrir
y encender la pasión verdadera detrás de cada deci-
sión de manifestar.
Cuando soltamos el control, entregamos toda la
energía al Universo que encendemos con nuestra de-
terminación, compromiso y acción, para convertirnos
en instrumento de esa manifestación.
Puede ocurrir que estés llevando adelante algún
proyecto y que se te ocurran muchas ideas de accio-
nes distintas, pero antes de intentar alguna, descartas
varias pensando que no son útiles, que no tienen nada
que ver o que no tendrán un impacto importante. Esa
censura la realiza el ego, tus miedos e inseguridades
detrás de una máscara de lógica. Cuando te involucras
plenamente en tu proceso no juzgas a priori, porque
sabes que no puedes predecir si una acción será útil o
no para tu objetivo y porque entiendes que todo se
trata de la energía puesta en ese camino, no de que
cada acción te dé utilidad material.
Involucrarnos en nuestro proceso nos conecta con
todas las expresiones de Dios. Nos ayuda a ver la be-
lleza, a apreciar cada momento, guiarnos por nuestra
intuición y nos hace creativos porque nos trae al pre-
sente.
Honra tu proceso
Estemos arriba o abajo en nuestros procesos, estare-
mos siempre en el lugar perfecto donde tenemos que
estar para aprender. Si hoy te sientes con baja autoes-
tima, estás viviendo crisis en tu carrera profesional o
relación de pareja, te invito a mirar tu realidad de una
manera distinta para que te des cuenta de que todo lo
que estás viviendo tiene un propósito de luz: tiene el
AMOR A TODA PRUEBA
23
propósito de reconectarte con tu alma.
Tener esta consciencia es lo que te ayudará a persis-
tir para superar tus obstáculos, no importa cuán gran-
des sean, porque mientras más grande sea el obstáculo,
lo verás como una mejor oportunidad para evolucio-
nar. Cuando dejamos de forzar desde el ego, las cosas
luminosas realmente suceden. Esto requiere practicar
la paciencia y tener fortaleza para y en nuestro proce-
so. Amar y honrar nuestro proceso significa respetar
sus tiempos y ciclos de danza. En los procesos no exis-
ten los “debería”, como pensar que “debería ser de
cierta manera”.
Permitimos que un proceso se desarrolle plenamen-
te cuando estamos presentes, somos flexibles y damos
espacio para que se muestre en su forma auténtica.
Confía y ama tu proceso. Aprende a honrarlo. Consi-
dera que cada experiencia y circunstancia vivida es
parte de éste y no una equivocación. Amar tu proceso
es amarte a ti mismo. Honrar tu proceso es honrarte a
ti mismo. Es honrar tus esfuerzos, tus deseos, tus difi-
cultades y tus sueños. Es honrar tu vida y la razón de
tu existencia.
Tomar una decisión equivocada, no quiere decir
que estés haciendo algo negativo. Cometer errores es
parte de todo proceso y siempre guiará a la transfor-
mación si somos capaces de aprender de esos baches.
Tus errores tanto como tus aciertos son perfectos por-
que han sido creados a la medida de la experiencia
que necesitas vivir para hacer el aprendizaje específi-
co que tu alma persigue en ese momento. Se trata de
construir confianza y cultivar certeza. Lo más impor-
tante es no resistirse. Tienes que confiar en que la ola
te llevará hasta la arena. Si te resistes, retardas el
cambio y aumentas el sufrimiento. La bendición que
persigues se encuentra escondida en tu transforma-
ción, así que deja de temerle. Abraza tu cambio y
permite que ocurra, para que todas tus bendiciones se
liberen.
Disfruta el paseo
Esta frase representa lo que aprendí después de mis
dos años de psicoterapia. “Disfruta el paseo” se trans-
formó en mi motto y es una de mis mayores clarida-
des hasta hoy. Si hay algo que no estoy disfrutando,
siempre me detengo y me pregunto por qué. Ésta es
una pausa esencial, intransable. Aprendí que el hecho
de no estar disfrutando algo no significa que deba
abandonarlo, sino más bien, gran parte de las veces,
significa que debo aprender a cambiar mi enfoque y
descubrir las razones para vivirlo con alegría.
Aquí te pregunto, ¿cuánto disfrutas de tu vida?
¿Disfrutas con tu trabajo, con tus tiempos libres, rela-
ciones, hogar, ciudad, proyectos? Si no disfrutas tu
trabajo y el lugar donde vives te deprime, te sugeriría
revisar los motivos para quedarte. Uno de los motivos
más frecuentes que nos separan de disfrutar cada
momento, es el encontrarnos perdidos en nuestra
mente, nadando en expectativas puestas sobre noso-
tros mismos y los demás, sobreviviendo a la autoexi-
gencia, perfeccionismo, a la crítica, a la inseguridad y
al fracaso. El secreto para volver a casa es detenernos
un segundo para admirar el presente y encontrar razo-
nes para amar, celebrar, sonreír, hacernos la vida más
liviana y más feliz.
La ausencia de capacidad para disfrutar puede ve-
AMOR A TODA PRUEBA
25
nir de la desconexión emocional que nos ha permitido
sobrevivir a heridas infantiles —y no tanto—, que
cargamos como una mochila atiborrada de malos re-
cuerdos. También puede venir de vivir encerrados en
la mente. Cuando no disfrutamos el camino, nos he-
mos perdido a nosotros mismos. Pero volver a casa
toma un minuto. Es un retorno que está siempre dis-
ponible y a la mano, y que consiste en usar los ojos
del amor para encontrar las bendiciones en nuestra
vida y comenzar a apreciarlas.
Si te gustó este capítulo, te invito a comprar el libro
Amor a toda prueba, Claves para sanar tu autoestima
y descubrir tu propósito en en este link y a dejar tu
comentario en la página de Amazon donde está publi-
cado.
Y si te parece que te ha ayudado, ¡compártelo con tus
amigos!
¡Muchas gracias!