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Amán Rosales Rodríguez escribirle a Heidegger en 1974: "Nadie puede dictar una conferencia de la forma en que usted lo hace, nadie pudo antes de usted,"? Hans lonas, quien tanto criticó aspectos diversos de la filoso- fía y personalidad heideggerianas, por ejemplo su soberbio desinterés por problemas éticos, para no hablar de su tristemente célebre "pecado políti- co", pudo sin embargo reconocer en 1987, evo- cando también sus propios años de aprendizaje, que "Heidegger fue sin duda el filósofo más im- portante que Alemania tuvo por entonces. Tal vez se puede decir el pensador filosófico más impor- tante de este siglo."4 Manifestaciones similares de admiración -aunque sea teñida de distancia crítica- podrían citarse en los casos de Marcuse y Lowith. Tan documentado está el impacto de Ser y tiempo sobre el joven marxismo marcusiano, como de la audaz y controversial lectura heideg- geriana de Nietzsche sobre el enfoque lowithiano en torno al nihilismo europeo. Gadamer, por su parte, ha sido magnánimo en sus testimonios escritos y orales sobre Hei- degger. Baste citar solamente dos ejemplos. La llegada de Heidegger a la provincial Marburgo a finales de los años veinte la califica Gadamer de "un acontecimiento fundamental no sólo para mí, sino para el Marburgo de aquella época". Sobre el modo heideggeriano de filosofar se refiere Ga- damer como "una síntesis tal de energía espiri- tual, de a la vez simplicidad tan poderosa en la expresión y tan radical simpleza en sus preguntas, que todos los juegos de ingenio con categorías y modalidades a que, con mayor o menor destreza, alguien como yo estaba acostumbrado, se desva- necieron sin dejar rastro,"? En otro lugar escribe también Gadamer: "Lo que Heidegger ofrecía era Gadamer y Heídegger! 1 Pienso que para nadie es un secreto la in- fluencia de Martín Heidegger en la filosofía del siglo XX. Eso es algo que incluso la mayoría de sus detractores reconoce -aunque sea a regaña- dientes. Ni qué decir de aquellos que fueron du- rante un tiempo sus estudiantes cercanos, o al menos sus oyentes en los primeros cursos impar- tidos por Heidegger en Marburgo, sobre todo los previos a la aparición de Ser y tiempo. En lo que respecta a Hans-Georg Gadamer, ninguno de sus maestros o colegas contemporáneos (P. Natorp, N. Hartmann, M. Scheler, etc.) tuvo el impacto sobre él que sí produjo Heidegger a su llegada a la pequeña ciudad universitaria de Hese, más cono- cida por el brillante trabajo de sus filósofos neo- kantianos (con Paul Natorp, bajo cuya dirección Gadamer se doctoró con un trabajo sobre Platón y Herman Cohen a la cabeza). Gadamer ya había conocido brevemente al Heidegger asistente de Husserl en Friburgo durante tres meses en 1923, antes de su arribo como Catedrático a Marburgo. No está de más recordar que el impacto de Heidegger sobre Gadamer es similar al que expe- rimentaron otros brillantes autores de la época, cada uno de los cuales seguiría después su propio derrotero filosófico. Aparte de Gadamer, quizá habría que citar sobre todo a aquellos cuatro des- tacadísimos filósofos de origen judío que un es- critor reciente, explorando sus complejas y a ve- ces tormentosas relaciones intelectuales y perso- nales con Heidegger, ha llamado, no sin cierta ironía, "los hijos de Heidegger", es decir: H. Arendt, H. lonas, K. Lowith y H. Marcuse/, Re- cuerden ustedes cómo Hannah Arendt podía aún Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XL (100), 165-169,2002

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Amán Rosales Rodríguez

escribirle a Heidegger en 1974: "Nadie puededictar una conferencia de la forma en que usted lohace, nadie pudo antes de usted,"? Hans lonas,quien tanto criticó aspectos diversos de la filoso-fía y personalidad heideggerianas, por ejemplo susoberbio desinterés por problemas éticos, para nohablar de su tristemente célebre "pecado políti-co", pudo sin embargo reconocer en 1987, evo-cando también sus propios años de aprendizaje,que "Heidegger fue sin duda el filósofo más im-portante que Alemania tuvo por entonces. Tal vezse puede decir el pensador filosófico más impor-tante de este siglo."4 Manifestaciones similaresde admiración -aunque sea teñida de distanciacrítica- podrían citarse en los casos de Marcuse yLowith. Tan documentado está el impacto de Sery tiempo sobre el joven marxismo marcusiano,como de la audaz y controversial lectura heideg-geriana de Nietzsche sobre el enfoque lowithianoen torno al nihilismo europeo.

Gadamer, por su parte, ha sido magnánimoen sus testimonios escritos y orales sobre Hei-degger. Baste citar solamente dos ejemplos. Lallegada de Heidegger a la provincial Marburgo afinales de los años veinte la califica Gadamer de"un acontecimiento fundamental no sólo para mí,sino para el Marburgo de aquella época". Sobreel modo heideggeriano de filosofar se refiere Ga-damer como "una síntesis tal de energía espiri-tual, de a la vez simplicidad tan poderosa en laexpresión y tan radical simpleza en sus preguntas,que todos los juegos de ingenio con categorías ymodalidades a que, con mayor o menor destreza,alguien como yo estaba acostumbrado, se desva-necieron sin dejar rastro,"? En otro lugar escribetambién Gadamer: "Lo que Heidegger ofrecía era

Gadamer y Heídegger!

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Pienso que para nadie es un secreto la in-fluencia de Martín Heidegger en la filosofía delsiglo XX. Eso es algo que incluso la mayoría desus detractores reconoce -aunque sea a regaña-dientes. Ni qué decir de aquellos que fueron du-rante un tiempo sus estudiantes cercanos, o almenos sus oyentes en los primeros cursos impar-tidos por Heidegger en Marburgo, sobre todo losprevios a la aparición de Ser y tiempo. En lo querespecta a Hans-Georg Gadamer, ninguno de susmaestros o colegas contemporáneos (P. Natorp,N. Hartmann, M. Scheler, etc.) tuvo el impactosobre él que sí produjo Heidegger a su llegada a lapequeña ciudad universitaria de Hese, más cono-cida por el brillante trabajo de sus filósofos neo-kantianos (con Paul Natorp, bajo cuya direcciónGadamer se doctoró con un trabajo sobre Platón yHerman Cohen a la cabeza). Gadamer ya habíaconocido brevemente al Heidegger asistente deHusserl en Friburgo durante tres meses en 1923,antes de su arribo como Catedrático a Marburgo.

No está de más recordar que el impacto deHeidegger sobre Gadamer es similar al que expe-rimentaron otros brillantes autores de la época,cada uno de los cuales seguiría después su propioderrotero filosófico. Aparte de Gadamer, quizáhabría que citar sobre todo a aquellos cuatro des-tacadísimos filósofos de origen judío que un es-critor reciente, explorando sus complejas y a ve-ces tormentosas relaciones intelectuales y perso-nales con Heidegger, ha llamado, no sin ciertaironía, "los hijos de Heidegger", es decir: H.Arendt, H. lonas, K. Lowith y H. Marcuse/, Re-cuerden ustedes cómo Hannah Arendt podía aún

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XL (100), 165-169,2002

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cia de la verdad" y "La doctrina de Platón acercade la verdad". Dichos trabajos suponen un re-planteamiento más o menos radical de tesis ca-racterísticas de Ser y tiempo. Ante todo se dese-cha, a favor de una ambiciosa perspectiva históri-co-ontológica, la perspectiva existencial típica deesa obra. Quiero hacer hincapié, previo a su pre-sentación, que los ensayos de Gadamer no sóloson muy variados en sus temáticas, sino que ade-más, por abarcar las décadas de los sesenta, se-tenta y ochenta del siglo pasado, no resulta deltodo fácil integrarlos en una temática común. Loque haré será seleccionar algunos ensayos paradestacar tanto la imagen filosófica de Heideggerque de ellos se desprende, como la valoraciónque Gadamer realiza de los aportes de su exmaestro. Creo que indirectamente será posibledetectar también aquellos elementos heidegge-rianos ya integrados en el pensamiento gadame-riano. Apelo a su comprensión por las inevitablessimplificaciones y esbozos imperfectos que ten-dré que introducir en aras del tiempo.

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(...) la plena entrega de todas las fuerzas -y quéfuerzas de genio- de un pensador revolucionarioque casi se asustaba de la osadía de las preguntasque él mismo iba formulando con cada vez ma-yor radicalidad, pero al que la pasión por el pen-samiento llenaba de tal modo que se trasmitía asu auditorio con una fascinación irrefrenable.t"

Ahora bien, muchos de ustedes estarán fami-liarizados con la propuesta interpretativa de Jür-gen Habermas, según la cual el gran aporte filo-sófico de Gadamer estriba en haber "urbanizadola provincia heideggeriana". Dicho de otro modo,pero desde la misma lectura habermasiana, Gada-mer se habría esforzado por tender un puente en-tre el pensamiento radical, "terco y duro" -agre-ga Habermas- de Heidegger y nosotros." La tareaque Gadamer se habría impuesto residiría en algoasí como continuar o retomar ciertas líneas filo-sóficas fundamentales sugeridas o apenas insi-nuadas por Heidegger. Tales líneas deberían ser-vir, adecuadamente integradas en una hermenéu-tica filosófica, para "tender puentes" con unamaltrecha tradición humanista que el mismo Hei-degger habría intentado -y según algunos tam-bién logrado- desmontar o 'deconstruir' -comodicen ahora- como mera metafísica del ente, o, loque viene a ser lo mismo, del sujeto episternoló-gico. Permítanme que asuma en lo que sigue lasugerencia de Habermas, que en lo fundamentalme parece correcta. No habría tiempo en todo ca-so, para ahondar más críticamente en sus detalles.

La breve exposición que sigue buscará apo-yar, entonces, la propuesta habermasiana de en-tender el esfuerzo hermenéutico gadamerianorespecto a la difícil filosofía de Heidegger. Paraello recurriré a algunos ejemplos de una obra deGadamer que por cierto Habermas no mencionaen su artículo, pero que sin embargo me pareceilustra con claridad lo que éste interpreta del pro-yecto interpretativo gadameriano. La obra encuestión es Heideggers Wege. Studien zum Spdt-werk (1964)8. Se trata de una compilación de en-sayos relativamente breves sobre distintos aspec-tos de la filosofía heideggeriana, en especial so-bre los del así llamado período pos-rviraje". Conel "viraje" se entiende aquella fase creativa hei-deggeriana que arranca, aproximadamente, conensayos de los años 1930/1 como "Sobre la esen-

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Tres ensayos gadamerianos que deseo pre-sentar en primer lugar se hallan bastante separa-dos en el tiempo, si bien sus temas son afines. Setrata de "Existencialismo y filosofía de la existen-cia" (1981), "La dimensión religiosa" (1981) y elmucho más anterior "La teología de Marburgo"(1964). Uno de los principales objetivos del pri-mero es valorar, comparándolos, los aportes dediversos pensadores alemanes al movimiento-fundamentalmente francés según Gadamer- delexistencialismo. Éste se nutrió de los aportes delo que en Alemania, bajo elliderazgo de Karl Jas-pers y Heidegger, se dio en llamar más bien "filo-sofía de la existencia". Cada uno a su manera,Jaspers y Heidegger, asumieron el reto lanzadopor Kierkegaard a Hegel, al Profesor absoluto deBerlín, que habría olvidado, enredado en la ma-deja de la dialéctica de la razón y maniatado porel Espíritu absoluto, nada menos que la existenciaconcreta misma del ser humano con sus posibili-dades de realización, elección y decisión en situa-ciones igualmente concretas y apremiantes. El

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camino de Jaspers le condujo -en virtud de supropia preparación clínica- a toparse, a la luztambién de su enfrentamiento con la crítica we-beriana a la modernización, con "situaciones ií-mite" que traspasan lo científicamente expresa-ble y solucionable. Gadamer estima más influ-yente el enfoque de Heidegger que el estilo mo-ralizante de Jaspers. Si bien al primero no le eranajenos los problemas de ciencia natural y mate-mática, su inicio filosófico se alimentó más biende la teología y de la por entonces aún preponde-rante filosofía de la vida (de autores como Dilt-hey, Bergson y Simmel).

En su ensayo de 1924, Gadamer tambiéncomprueba la ligazón entre las inquietudes teoló-gicas y las referentes al lenguaje en el joven Hei-degger. Según éste, la verdadera misión de la teo-logía es encontrar la palabra adecuada, capaz dellamar y preservar la fe, haciendo digno al ser hu-mano para su encuentro con lo sagrado y de ahíindirectamente con el propio ser. El tema dellen-guaje es central en la relación filosofía-teologíaestablecida por Heidegger. El lenguaje que le in-teresa a Heidegger, apunta Gadamer, es aquelconcebido no como fenómeno susceptible de"objetivación", como en el caso del neokantismo,sino el lenguaje como fenómeno embebido en unmás primordial "mundo de la vida" (Lebenswelt)de existencia temporalmente condicionada. Encuanto tal, dicha existencia exige un esfuerzohermenéutico antes que simplemente explicati-vo-causal para su captación integral. En el ensa-yo "La dimensión religiosa", Gadamer escribeacerca del impacto de ciertas ideas escatológicasdel cristianismo más temprano, así como de lasepístolas paulinas sobre el joven Heidegger. Sumisión la veía entonces como un intento de libe-rarse de los presupuestos teológicos en que habíasido educado para llegar a ser un auténtico "teó-logo cristiano".

La originalidad de Heidegger consistió des-de sus primeros trabajos, en opinión de Gadamer,en su atrevida articulación, desde diversas fuen-tes, del problema radical de la existencia indivi-dual con la pregunta metafísica por excelencia, lapregunta por el ser. En el fondo, lo que Gadamersugiere es que antes de Heidegger nadie habíaosado plantear con semejante radicalidad el pro-

blema de la interpretación del ser desde la imper-fecta, temporal y mortalmente condicionada eirrepetible existencia personal. Paradójicamente,sugiere Gadamer, Ser y tiempo llevó tan lejos-ontológicamente hablando- la pregunta existen-cial, que el resultado final propuesto en sus pági-nas apenas tenía ya que ver con intentos simila-res de Jaspers, y aún menos con el idealismo tras-cendental husserliano. Gadamer concluye sucomparación de Jaspers, Heidegger y otros auto-res aseverando que si bien la filosofía de la exis-tencia como tal pertenece ya al pasado filosófico,los nombres que contribuyeron a su desarrollo,con Heidegger en primer plano, siguen ofrecien-do valiosas incitaciones al diálogo filosófico.

Un punto similar lo expone Gadamer en otroensayo posterior, "El pensador Martín Heideg-ger" (1968). En éste, Gadamer defiende a Hei-degger de las numerosas acusaciones de que hasido objeto por su presunto uso abusivo del len-guaje. El lenguaje heideggeriano sin duda resultatorcido y deficiente, dice Gadamer, para personasprovenientes de ámbitos disciplinarios muy aje-nos a la investigación propiamente ontológica,como sociólogos o politólogos. Eso es cierto porcuanto el lenguaje heideggeriano ejemplifica elesfuerzo de su autor por trasmitir no informacio-nes, sino por hacer ver cómo al final del túnel odel laberinto del lenguaje es el ser mismo, nadamenos, el que aguarda. Gadamer interpreta el ra-dical preguntar heideggeriano por el ser no comoun capricho extravagante, menos aún como ejem-plo de calculado esoterismo, sino como una mues-tra del esfuerzo de Heidegger por hacer que ellen-guaje llegue a comprenderse a sí mismo a la vezque penosamente busca acercarse al ser. Ser y len-guaje están entonces esencialmente conectados.Gadamer coincidiría con la siguiente afirmaciónde Heidegger: "Si es verdad que el ser humanotiene en el lenguaje la verdadera estancia de suexistencia, entonces una experiencia con el len-guaje nos tocará en la estructura más profunda denuestra existencia."? Además, emparentado con lapoesía, el lenguaje heideggeriano expresa, paraGadamer, un esfuerzo supremo del pensar paraconectar consigo mismo en su esencia y a partir deahí vislumbrar la manifestación oculta y reveladaa la vez del ser. Esa es una idea heideggeriana que

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un tratar con la propia verdad de ente. Sin embar-go, Gadamer no omite manifestar su desacuerdoante las conspicuas libertades o violencias queHeidegger se permitía en la traducción e interpre-tación de textos, sobre todo de los presocráticos.Gadamer nos recuerda también un pensamientocentral de Heidegger: el consistente en llamar laatención acerca de la frase heraclítea sobre la ten-dencia a la ocultación de la naturaleza. Con ellose nos advierte que al ser hay que pensarlo no co-mo objeto cuya resistencia hay que romper paradominarlo, sino como un ámbito de revelaciónontológica que hay que respetar en su simplemostrarse o acaecer.

En su semblanza conmemorativa de Gada-mer, Jens Halfwassen, nos recuerda algunas se-mejanzas y diferencias más entre los enfoquesheideggeriano y gadameriano con respecto a lafilosofía griega 10. Sobre Heidegger ejerció unafascinación inmensa lo que él entendió como unacomprensión primigenia de la experiencia de laverdad presente en algunos autores presocráticos,es decir, por lo menos antes que se diera el girometafísico platónico-aristotélico. No obstante,ambas perspectivas, la presocrática y la platóni-co-aristotélica son actuales, están vivas aunqueconvivan aún en tensión, según Heidegger, en lahistoria posterior de la cultura occidental. La fi-losofía griega, para Heidegger y Gadamer, puedeser sin duda objeto de estudio de la investigaciónhistórica-filológica, pero también representa algomás importante: las raíces fundamentales quemoldean y todavía determinan el cariz de la cul-tura europea occidental y mundial. Ese poder delos comienzos, siempre enfatizado por Heideg-ger, lo acepta también gustosamente Gadamer,aunque su visión de la influencia posterior de lametafísica griega (específicamente la platónica)sobre occidente es mucho menos pesimista que laheideggeriana. La fecundidad de los comienzosgriegos se muestra en el hecho de que éstos cons-tituyen una tradición activa que nos mantiene li-gados a sus mismos fundamentos. La modernidadno ha comenzado de cero, sus orígenes determi-nan también el contexto de objetos culturales par-ticulares, como textos literarios y obras de arte,que hay que ubicar en el marco de esa tradiciónpara su adecuada interpretación y comprensión.

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el propio Gadamer intentaría con sus propios me-dios aplicar al estudio de sus poetas preferidos,como Rainer M. Rilke, Stefan George o Paul Ce-lan. La búsqueda del ser no puede depender paraHeidegger del aparato conceptual tradicional dela metafísica. La "destrucción de la metafísica"heideggeriana es una rebelión contra el lenguajeque pretende asir clara y distintamente la expe-riencia del ser, pero lo que hace es más bien en-cadenarse a los entes. ¿Pero cómo poder "decir"adecuadamente todo eso? Gadamer escribe queHeidegger siempre fue consciente de la "penuriadel lenguaje", de sus limitaciones expresivas res-pecto a la tarea decisiva de recuperación del sen-tido de la pregunta por el ser.

Otro tema significativo en el que Gadamerexamina la influencia decisiva de Heidegger es,por supuesto, en su lectura de la filosofía griega.Entre otros, Gadamer le dedica reflexiones en en-sayos relativamente recientes como "Platón"(1976) y "Los griegos" (1979). En el primero,Gadamer subraya cómo fue de Heidegger que sugeneración aprendió que la metafísica griega tie-ne una presencia activa, influyente y sobre todoambivalente en los estratos más insospechadosde la mentalidad moderna. Así, Gadamer recuer-da cómo Platón, desde la interpretación de Hei-degger, pudo dar el paso determinante para lametafísica posterior de identificar, culminandotendencias presocráticas anteriores, el acontecerde la verdad en tanto que desocultamiento del en-te como rectitud de la representación. Con ello seinauguraría el período dominante de la metafísi-ca como onto-teología cuya nueva cumbre se al-za con la filosofía cartesiana. Gadamer no semuestra muy convencido de la lectura heidegge-riana, y más bien pregunta si no es que el mismoPlatón procuró ya superar esa dicotomía entreidea y representación al postular la idea del Biencomo el sitio por antonomasia del desoculta-miento pleno, no subjetivamente condicionadodel ente. En su ensayo sobre los griegos, Gada-mer recalca cómo con Heidegger irrumpió unanueva forma de entender, justo como historia vi-va, el sentido e influencia del pensamiento grie-go. Ejemplo de ello es la interpretación heideg-geriana de la Phronesis aristotélica como otraforma fundamental del conocer, entendido como

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Creo que parte de lo que Habermas sugierecuando dice que Gadamer procuró urbanizar laprovincia heideggeriana, queda insinuado en lasiguiente valoración final que hace Gadamer deHeidegger en sus recuerdos de los años deaprendizaje: "Dos son las cosas que nadie de-bería poder discutir: nadie se ha remontado enla memoria tan lejos como Heidegger para ex-plicamos el desembocamiento de la historia dela humanidad en la civilización técnica denuestros días y en la lucha por el dominio delplaneta inmediatamente a partir de la filosofíade los pensadores griegos, a partir de su funda-mentación de la ciencia y su creación de la me-tafísica. Y nadie ha arriesgado tan lejos en el te-rreno vacilante de conceptos convencionalespara que las experiencias de otras culturas, y enparticular de las culturas asiáticas, se perfilarande lejos por vez primera como nuestras propiasposibilidades experienciales." 11

Para terminar, deseo agregar que aunqueno podría referirme con la suficiente seguridadacerca del último punto mencionado por Gada-mer, a efecto de evaluarlo adecuadamente, perosí tras haber estudiado un poco el primer temaheideggeriano indicado por él, no puedo sinocoincidir con su valoración del aporte decisivo,pero siempre susceptible de examen crítico, deMartín Heidegger al pensamiento filosóficocontemporáneo. Con respecto a su aporte alpensamiento gadameriano, espero que las so-meras indicaciones que he ofrecido puedan daruna idea siquiera parcial de su importancia, re-

conocida generosamente por el propio Gada-mer en todas sus etapas creativas.

Notas

1. Conferencia pronunciada el día 15 de mayo de2002, con motivo de una mesa redonda sobreHans-Georg Gadamer (1900-2002), en el Miniau-ditorio de la Facultad de Letras, Universidad deCosta Rica.

2. R. Wolin, Heidegger's Children. Hannah Arendt,Karl Lowith, Hans lonas, and Herbert Marcuse(Princeton & Oxford: Princeton U. Press, 2(01).

3. Ibid., p. 38.4. "Heideggers Entschlossenheit und Entschluss",

en: G. Neske, E. Kettering (Hg.). Antwort. MartinHeidegger im Gespriicñ (Pfullingen: Neske,1988), p.221.

5. Mis años de aprendizaje (trad. R. Fernández deMaruri Duque. Barcelona: Herder, 1996), p. 35.

6. Ibid., p. 251.7. JUrgen Habermas, "Hans-Georg Gadamer. Urba-

nización de la provincia heideggeriana" (1979),en: Perfiles filosófico-políticos (trad. M. JiménezRedondo. Madrid: Taurus, 1975), pp. 346-54.

8. Todas las citas de esta obra se refieren a su edi-ción en las Gesammelte Werke de Gadamer (Band3. Neuere Philosophie 1: Hegel - Husserl - Hei-degger. TUbingen: Mohr, 1987), pp. 332-74.

9. Unterwegs zur Sprache (Pfullingen: Neske, 1993,10.Aufl.), p. 159.

10. Cf. "Zum Tode Hans-Georg Gadarner",http://www.philosophie.uni-hd.de/termine/todga-damer.html.

11. Mis años de aprendizaje, op. cit. p. 258.