AMADO NERVO

MATERIA: Español.

TEMA: Leer la obra de un autor y conocer datos biográficos del mismo.

ALUMNA: Andrea Mireya Torres Vargas.

MAESTRA: María Del Rosario Montaño Gradilla.

GRADO: 4°

GRUPO: C

INDICETEMA 1.- MI FAMILIA

TEMA 2.- UNA MUJER DE TEMPLE Y TALENTO

TEMA 3.- MI NODRIZA JULIANA

TEMA 4.- DE LA FANTASIA AL NIÑO ESCRITOR

TEMA 5.- MI RETORNO A TEPIC

TEMA 6.- DE TEPIC A MAZATLÁN

TEMA 7.- PASCUAL AGUILERA

TEMA 8.- ENTRE LOS BULLICIOS Y LA BRISA DEL MAR

TEMA 9.- FOTOGRAFÍAS DEL MUSEO

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TEMA 1

MI FAMILIASoy descendiente de una vieja familia española que se estableció en San Blas a principios del siglo XIX. Mi apellido es Ruiz de Nervo; mi padre lo modificó, encogiéndolo. Se llamaba Amado y me dio su nombre. Resulté, pues, Amado Nervo y esto, que parecía seudónimo –así lo creyeron muchos en América- y que en todo caso era raro, me valió, quizá, no poco para mi fortuna literaria. Fui el primogénito y el mayor de siete hermanos: Francisco, Luis, Rodolfo, Ángela, Elvira y Concepción. Tuve dos hermanas adoptivas: Virginia y Catalina Cadenne.

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TEMA 2

UNA MUJER DE TEMPLE Y TALENTOMuerto mi padre el 18 de julio de 1883, cuando yo tenía 13 años, mi madre me envió a un Colegio de Padres romanos, al San Luis Gonzaga en Jacona Michoacán, excelente internado establecido por Don Antonio Plancarte y Labastida, que entonces gozaba de cierta fama. En 1885, no vaciló en abandonar nuestro Tepic natal, trasladando nuestro hogar a la ciudad de Zamora, e hizo frente a una responsabilidad que mostró el temple de su alma para educar a sus nueve hijos. Esta noble empresa mermó el patrimonio hereditario de la familia, un comercio y varias casas, pero la dotó de otro más preciado y duradero: el de una educación cristiana y moral en consonancia con las recomendaciones de nuestro padre y de sus propias aspiraciones para la familia. Antes la educación que la fortuna fue la norma moral que todos sus hijos hemos alabado, aun en las peores vicisitudes.

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TEMA 3

MI NODRIZA JULIANACuando yo era niño, mi nana, una rubicunda y pecosa campesina ingenua, en términos siempre invariables me contaba cuentos de Reyes y de los Duendes del Bosque, quienes cantaban aquello de: lunes y martes y miércoles tres, jueves y viernes y sábado seis. Y la historia del viejecito que moría y de su hijo muy colorado y muy guapo que iba a naces a las doce de la noche del 31 de diciembre.

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TEMA 4

DE LA FANTASÍA AL NIÑO ESCRITOREsa plenitud de satisfacción causada por el cuento no disminuyó, más bien persistió cuando iba creciendo. Disfrutaba mis libros elementales y el de Mantilla, donde dos buenas señoras nos hacían deletrear las primeras nociones de Geografía y Cosmografía no menos que mi maestro de música, ciego. En las modestas escuelas de mi ciudad natal donde hice mi instrucción primaria y en mi casa, leía con deleite cuentos infantiles y el día entero transcurría teniendo en mis rodillas un libro de Julio Verne. Tan solo interrumpía la lectura para soñar y el ensueño para seguir leyendo.

Muchas veces, por el luminoso paisaje de mis sueños infantiles, pasaron los Reyes Magos al trote de sus dromedarios. En las estampas y en los cuentos de mi abuelita Doña Cecilia Núñez, aquellos monarcas llevaban mantas salpicadas de piedras preciosas. También imaginaba que poseía camaleones misteriosos que yacían entre las ropas de los armarios sumidos en su nirvana… y ostentando coronas de marqués. Siempre me causaron curiosidad dos peregrinaciones: la de las golondrinas y la de los cirqueros, no menos que el sueño de mi tía Daria, en el que un caballero de fines del siglo XVIII, dijole que en un ángulo del salón (de la casa solariega) había enterrado un tesoro.

Yo habría mis ojos como los abre un infante, con esa actitud que revela el ansia inmensa de abarcarlo todo, de verlo todo, de absorber toda la vida en una mirada precozmente observadora y curiosa. Y entonces empecé a escribir siendo muy niño y en cierta ocasión, una hermana mía encontró mis versos, hechos a hurtadillas y los leyó en el comedor a toda la familia reunida. Yo escapé a un rincón. Mi padre frunció el ceño. Y eso fue todo. Un poco más de rigidez y escapo para siempre. Hoy sería, quizá, un hombre práctico. Habría amasado una fortuna… mi madre escribía también versos y también a hurtadillas.

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TEMA 5

MI RETORNO A TEPICA finales del año 1891, el quebrantamiento rápido de la herencia paterna me obligó a volver a Tepic ponerme al frente de lo poco que nos quedaba y a trabajar para ayudar a mi familia, que era numerosa. Y como en lo eclesiástico no hubo un destino que pudieran darme al negárseme la primera tonsura, me sentí en medio de una crisis vacacional y me destine a trabajar como dependiente mayor, encargado del escritorio en la tienda de ropa de las señoritas Virginia y Natalia Retes.

En mis ratos libres, estudiaba y paseaba por los portales de Tepic, conversaba con el escritor Antonio Zaragoza, leía la prensa metropolitana y devoraba los artículos de Manuel Gutiérrez Nájera. A los pocos meses de mi estancia de Tepic en una vida social y mundana, comprendí que mi vocación para el sacerdocio no procedía las raíces de mi alma. Atraído por el mundo de la literatura y buscando mejor destino, marque a Mazatlán.

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TEMA 6DE TEPIC A MAZATLAN

Yo recuerdo que en cierta noche a la orilla del Pacífico, en la bahía de San Blas, un lobo de mar me refirió el siguiente espantoso martirio, sufrido por un bandido contrabandista.

Junto al puerto hay una playa cubierta de vegetación lujuriosa, donde los moscos forman nubes espesas noche y día.

Desnudaron al infeliz y le ataron de pies y manos, completamente desnudo, a un árbol.

Una noche duró la inenarrable agonía. Zumbaban en su derredor las miríadas de moscos y cada uno –cada uno - clavaba su aguijón en la piel indefensa y sorbía una gota de la sangre en fiebre.

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TEMA 7PASCUAL AGUILERA

En1892 escribí estas páginas a la edad de que según Gautier, se estila “el juicio corto y los cabellos largos”. En ese tiempo me enamoraban las ideas revolucionarias… que lo anterior sirva de norma a quien sorpresas halle al aventurarse por la selva virgen de mi libro.

Mucho tiempo yacio este libro en un cajón y allí lo hubieran encontrado tal vez algún día una mano indiferente para liberarlo al tiempo, al fuego… Mas recordando que fue escrito por amor y entusiasmo, de acuerdo con el paisaje que me rodeaba, el campo y la vida rural de México, pensé que merecía mejor suerte y el editor se la deparó más que buena, presentándolo al público vestido de gala en 1905.

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TEMA 8ENTRE LOS BULLICIOS Y LA BRISA DEL MAR

En contraste con mi vida anterior, la dominante en Mazatlán era la del bullicio festivo y la despreocupación en el goce. Verdadero paraíso donde los carnavales animaban bailes callejeros que desataban la locura del gentío, al son de los aparquis ejecutados por charangas.

En ese hermoso puerto del litoral de los Pacíficos, mimado por el trópico, en un importante diario me desempeñe por primera vez me desempeñe como periodista y, año con año, el 31 de diciembre asistía a un gran baile con el cual era costumbre que el casino, núcleo y resumen de la vida social porteña, despidiese al cansado diciembre. Ahí bailaba, animaba corrillos y galanteaba con ingenio. Al día siguiente escribía yo la crónica de la fiesta y ¡ay de mi se me olvidaba el detalle de unos toilettes , el nombre de una dama y especialmente el poroto! Estaba yo tácitamente obligado a enumerar los encantos de todas, absolutamente todas las porteñitas, que eran mayormente mi público lector.

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TEMA 9 FOTOGRAFÍAS DEL MUSEO

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