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    Boletin del Instituto de Historia Argentina y Americana "Dr, Emilio Ravignani"Tercero serie, num. 1 S , 1er; sernestre de 1997

    "EN LA PRIMAVERA DE LA HISTORIA",EL DISCURSO POLITICO DEL ROQUISMO DE

    LA DECADA DEL OCHENTA A TRAVES DE SU PRENSA*PAULA ALONSO**

    i.Que diran los futuros historiadoresargentinas cuando estudien nuestraepoca y sepan cuan poderosa y mul-tiplicada era nuestra prensa, ' ,?ERNESTO QUESADA, 1882

    En octubre de 1880 Julio A. Roca asumio la presidencia luego de haber vencidoal gobernador de Buenos Aires, Carlos Tejedor, en elecciones primero (abril de1880) y en la guerra despues (junio de 1880). EI nuevo presidente inauguraba sinsaberlo 1 0 que se convertirfa en mas de tres decadas de predominio en la Argenti-na de su organizaci6n polftica, el Partido Autonomista Nacional. La historia de laArgentina entre finales del siglo X IX y principios del xx nos resulta hoy familiar.Ella generalmente arranca can la primera presidencia de Roca (1880-1886) Y ter-mina can la victoria electoral de la Uni6n Civica Radical en 1916, yen el relatose subrayan los grandes cambios ocurridos durante el perfodo en el campo de lasideas, la economfa, las transformaciones sociales y la polftica.

    ~ Una version prelirninar de este trabajo fue presentada en las III Jornadas lnternacionales deHistoria del Dep, de Historia de la Universidad Nacional de Mar del Plata en octubre de 1996 y enLASA, Guadalajara, en abril de 1997, Quisiera agradecer los cornentarios recibidos en dichas jorna-das, los recibidos por E, Gallo y las sugerencias de los arbitros de esta revista, Tambien quisiera men-cionar la ayuda recibida de Alexandra de Brito y Natalia Rubin, y , en particular, mi agradecimientoal Leverhulrne Trust y la Fundaci6n Antorchas por financiar la investigaci6n de la que este articuloforma parte,** Dep, d e Humanidades, Universidad de San Andres, Dep, de Gobierno, Universidad T. Di Tella,octubre d e 1997,

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    Se ha repetido muchas veces que 1 0 que resulta mas familiar y obvio es a veces1 0 mas diffcil de percibir para el historiador y esto mismo puede facilrnente apli-carse a algunos aspectos de este perfodo. Es indudable que fueron aiios de grandescambios y transformaciones, pero quizas 10 que ha sido menos percibido es la inten-cionalidad de los principales actores politicos en definirlo (y defenderlo) como tal.Desde el primer dfa de estreno tie la silla presidencial, el roquismo comenz6 unacampafia publica con la expresa intencion de disefiar una imagen de ruptura, de cam"bio, de progreso y de gran des destines, con la que el nuevo gobiemo deseaba verseasociado. La principal arma de la campafia fue su peri6dico, titulado La Tribuna Na-cional (LTN) durante la decada del ochenta y rebautizado Tribuna en 1891. Como ve-remos en las pr6ximas paginas, la funcion del peri6dico roquista no se reducfa al rolestrecho de construir una deseada imagen de cambio, E I tambien estaba encargadode "instruir" al publico sobre la naturaleza de la nueva era comenzada y de sus am-plias implicancias. EI peri6dico comenzaba entonces una campafia que repetirfa in-cansablemente por mas de tres decadas donde predicaba desde sus columnas sobrecuales eran los valores a defenderse en la nueva era, y sobre que y quienes represen-taban sus principales amenazas. En simples palabras, apeJando tanto a la historia na-cional como a la experiencia ajena, LTN repetirfa con constante monotonia susdefiniciones de progreso, y sus Iecciones sobre la funci6n que la polftica y los parti-dos politicos debian cumplir en la nueva era.

    Este trabajo se propone reconstruir el contenido del mensaje que el roquismo di-fundia a traves de su peri6dico. Este no es un ejercicio de historia intelectual dondese intenta buscar las rakes Iiberales 0 conservadoras del pensamiento roquista 0 seprocura entender dentro de que corriente liberal se pueden ubicar las ideas emanadasde LTN. Tampoco se trata aquf de inventariar el contenido del renovado clima de ideasque caracteriz6 el perfodo.' Por el contrario, el objetivo es de otra naturaleza: se tra-ta de un intento de reconstrucci6n ideol6gica, entendiendose por ideologfa a una va-ga asociacion de ideas destinadas a generar apoyo, a promover entendimiento y , enalgunos casos, a inspirar accion, M as que construcciones intelectuales a veces sinmucho contacto can la realidad, las ideologfas definen funciones, jerarquizan valo-res, crean identidades y adjudican roles.e La distinci6n entre intelectualidad e ideo-logfa que predornina hoy, resulta particularmente pertinente en el presente ensayo. Enprimer lugar, porque la idea de progreso que en sus variadas facetas domin6 eI perfo-do ya ha sido objeto de varios estudios.! Lo que interesa rescatar aquf, en cambio, es

    IE sto y a ha s id o e jem pla nn en te re aliz ad o e n T . H a lp erin Do ng hi, " Un n ue vo c lim a de id ea s", e n G . F erra -ri y E . Ga ll o ( comp s.) .LA Argentina del ochenta al centenario. Bue no s A ire s, S u dam eric an a. 1 9 80 , p p. 1 3 -2 4.

    2 La co ncep cio n h oy co nien te d e id eo lo gfa y s u d is tin ci6 n d e 10 in telectu al s e d es pren de d e C . G eertz,The Interpretation of Cultures, N ueva Y ork. B asic B ooks . 1 973 . Las id ea s a qu f e xp re sa da s fu ero n tom ad asd e J . Appl eb y , Without Resolution: The Jeffersonian Tensions in American Nationalism, Lecture deliveredin A pril 1 99 1, O xford U niv ers ity , p. 4.

    3 y e a s e p ar e jem plo M . Mo n serra t, "La men ta lid ad ev olu cio nis ta : u na id eo lo gia d el p ro gres o"; en F e-rrari.LA Argentina del ochenta al centenario, pp. 786 -8 18 .

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    su funci6n como una ideologfa expresamente difundida por el gobiemo con el obje-to especffico de lograr apoyo a sus poifticas y legitimidad a su acci6n. En segundolugar, porque el lenguaje constitufa un elemento esencial del mundo politico, y elanalisis del discurso de los partidos poifticos (dentro del cual el impreso en sus res-pectivos diarios forma un aspecto sustancial) nos permite analizar un elemento cons-titutivo y ala vez constituyente del ambito politico. En tercer lugar, la fuente elegidapara rastrear dichas ideas es de fundamental importancia, ya que la funci6n que el ro-quismo le adjudicaba a su peri6dico era la de crear y difundir una ideologfa para lanueva era." Y, finalmente, porque despues de todo, el esfuerzo por imponer una re-presentaci6n determinada de la sociedad compitiendo con representaciones rivales,forma parte esencial de los mecanismos de lucha entre distintos grupos.t

    EI presente ensayo consta de tres secciones. En la primera se analiza brevemente lanaturaleza del periodismo polftico de fines de siglo, acentuandose el rol del diario ro-quista dentro del rengI6n periodfstico que denominamos prensa polftica. Lareconstruc-ci6n del discurso roquista sobre e1 progreso y la polftica, domina Ia segunda seccion,En ella se reconstruye la ideologfa del nuevo gobiemo expresada en las paginas de LTN,y se analizan algunas de sus implicancias. Resulta diffcil, como veremos hacia el final,delimitar el campo de los efectos de una ideologfa en la sociedad en general y en elespectro polftico en particular. Temerosos dellaberinto abierto que representa 10 pri-mero, preferimos finalizar estas paginas can unas breves referencias sabre las conse-cuencias m a s inmediatas de la ideologfa roquista en el ambito de la polftica,

    LA PRENSA POLfnCA Y LA PRENSA ROQUISTA

    "Y Ud. sabe que este pueblo se gobiema y tiraniza can los diarios",6 eran las pala-bras can que Julio A. Roca se referfa a la prensa polftica portefia, uno de los princi-pales componentes en la vida poiftica argentina del fin de siglo XIX y principios delXX. Los diarios politicos eran el principal medio a traves del cual carla facci6n 0 par-tido polftico de relevancia lanzaba sus ideas, combatfa at adversario y se defendfa delos ataques de la oposicion. Este tipo de prensa es hoy un fen6meno extinguido, ha-

    4 Esto 10 repite el peri6dico a 10 largo de los alios; ver por ejemplo las palabras de celebraci6n de suaniversario donde se define como "un diana aI servicio del orden y de la autoridad ... [que) se fund6 parasostener una politic a de paz interior y de conciliaci6n iniciada por el general Roca". "Nuestro Aniversa-rio", Tribuna, 15 de mayo de 1903. En las citas de Tribuna y de La Tr ibuna Nac iona l se han respetado laOItografia y puntuaci6n original. Para facilitar las lecturas de las notas de pie de pagina correspondientes. a citas de peri6dicos se han repetido las referencias completas en cada cita.

    5 R. Chartier, Cultural History. Between Practices and Representations, Cambridge, 1994, p. 5.6 Julio A. Roca a Miguel Juarez Celman, AGN, Archive de Miguel Juarez Celman (AMJC). 17 de di-

    ciembre de 1878. Leg. 2.

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    biendo sido gradual mente reemplazada desde los primeros afios de este siglo por unaprensa "independiente" que, como muestra de su "objetividad" proclama ser apolfti-ca -0,mejor dicho, no apoyar demasiado abiertamente 0con indiscutible lealtad a unpartido politico- y cuya principal fuente de financiamiento esta compuesta por avi-sos publicitarios. Por el contrario, la prensa politic a de hace cien afios no cumpJiapracticarnente con ninguno de los requisitos de la prensa modema, y es justamente eltratarse de un periodismo muy distinto y ya extinguido 1 0 que la convierte en unatractivo objeto de investigacion, un atractivo explorado en forma creciente en los 1.11timos afios pero que todavfa deja un amplio potenciaL Como consecuencia, antes deconcentrarnos en las principales caracterfsticas de LTN, es necesario reservar primerolos siguientes parrafos para delinear las principales caracterfsticas del periodismo po-litico del que la prensa roquista formaba parte.

    i,En que consistia la prensa politica? Estaba compuesta por un pequefio mime-ro del enorme caudal de periodicos que circulaban en el Buenos Aires del fin de sipglo, estaba geograficarnente concentrada en Buenos Aires y, por sus objetivos,estilo y contenido, era un hfbrido en transicion entre el panfleto politico y el diariode las capitales europeas y las grandes ciudades norteamericanas, 0 en compara-cion con la actual prensa moderna. Cada una de estas caracterfsticas de la prensapolftica requiere, sin embargo, de una mayor calificacion, EI adjetivo de "pequefionumero" solo es aplicable si se tiene en cuenta que el Buenos Aires de las tlltimasdecadas decimononicas posefa, a nivel mundial, una de las mayores circulacionesde periodicos pOThabitante. En 1885, los 25 diarios que se imprimfan cada dfa enBuenos Aires, sumaban una circulacion total de 17.000 ejemplares, constituyendoun promedio de 23 ejemplares par cada 100 habitantes." En 1896, el numero dediarios en la ciudad de Buenos Aires Ilegaba a 28 y, como explica el compilador deestos datos, este era un numero fiable, contabilizado dos afios antes de la eleccionpresidencial, ya que "[es] un hecho bien conocido que el movimiento periodfsticoaumenta en proximidad de las contiendas electorates dando siempre origen, lospartidos que en ella acnian, a nuevos 6rganos de publicidad'V Es necesario aclararque de estos 25 028 diarios que circulaban en Buenos Aires en 1885 y en 1896, notodos correspondfan, ala categorfa de "prensa polftica". S610 18 cumplieron los repquisitos necesarios para calificar como tales entre 1885 y 1896, Y s610 algunos po-

    7 M. G. YE. T. Muhall, H andbo ok o f the R iv er P la te , Londres, 1885, p. II. Emesto Quesada estima-ba qu e la Argentina se ubicaba en 1887 en el cuarto lugar rnundial en l a r el ac ion de cantidad de periodi-cos poe habitante, para escalar al tercer puesto en 1882 ("EI periodismo argentino", La n lr ev a r ev ista d eBuenos Aires, ailo III , 1883). Estas cifras ha n sido citadas en E . C ib ot ti , "Periodismo politico y polftica pe -riodistica, la construccion publica de una opinion italiana en el Buenos Aires finisecular", Emrepasados,num.7. 1994, pp. 7-25, Y en E . Zimmermann "La prensa y la oposicion polftica en la Argentina de co-mienzos de siglo: el caso de la La Nadon y el Partido Republicano", sin publicar, 1995, P- 2. Un analisismas exhaustive puede encontrase en A. Prieto, E l d iscu rso c rio llista en la formacion de la A rgentin a m o-dema, Buenos Aires, Sudamericana, 1988. pp, 26-82.

    81. Navarro Viola, A nu ario d e la p ren sa a rg en tin a. /896, Buenos Aires, 1897.

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    cos entre ellos existieron en forma continua durante todos estos anos.? Durante pe-rfodos no electorales, el elenco de la prensa poiftica apenas sobrepasaba la mediadocena. 1 0Un hecho singular de la ciudad de Buenos Aires consistfa en que proporcional-mente concentraba la mayor cantidad de publicaciones peri6dicas y diarios del pats."En el caso de la prensa polftica a que aquf nos referimos, sin embargo, toda ella te-nia su base en la Capital Federal. Tarnbien existfan diarios polfticos provinciales e in-cluso a nivel departamental, pero ninguno de ellos logro trascendencia a nivelnacional y eran mera copia de los diarios de la capital.l? Si Buenos Aires era el cen-tro de la prensa polftica, esto se debfa a una serie de razones: era de hecho la capitaldel pais desde 1862 y tenfa un largo linaje de liderazgo polftico que arrancaba desdela colonia; Buenos Aires disfrutaba de una mayor concentracion de poblacion alfa-beta y, siendo el hogar de los partidos polfticos portefios y de las autoridades nacio-nales, era un centro de constante agitacion de la vida publica. De todas formas, laprensa polftica que se imprimia en la Capital Federal era distribuida a las dernas pro-vincias. En el easo de los diarios oficiales esta distribuci6n se realizaba a traves desuscripciones hechas por los gobemadores leales al partido a cuenta del gobiemo na-cional 0provincial, mientras que en el caso de los partidos de oposicion y de los go-bemadores no pertenecientes al partido del presidente, la distribuci6n se realizaba atraves de suscripciones hechas por los miembros provinciales de cada partido, ya seacon el fin de estar al dfa en los iiltimos chimentos politicos, como para demostrarapoyo por la causa partidaria.

    i,Cuales eran entonces los requisitos para formar parte de la minoritaria prensapolftica portefia? En primer lugar debe tenerse en cuenta el objetivo del diario. Es-te distaba de ser el de informar al lector sobre los eventos del dfa, locales e inter-nacionales, reclamando mantener cierta independencia u objetividad. Tampoco eraeste el caso de una prensa semiindependiente que en pertodos electorales se incli-naba abiertamente por uno u otro partido. Par el contrario, LTN explicaba sobre sfmisma: "No somos simples espectadores que, en el teatro del mundo polftico, juz-

    9 T. Duncan, "La prensa politic a: Sud-America, 1884-1892", en Ferrari, La Argentina del ochenra, p.773. En su estudio pionero sobre la prensa argentina E. Quesada adoptaba una definicion m a s amplia dediario polftico definiendolo como "los diarios que tienen VOl deliberante en las cuestiones del momento"y estimando que de las 214 publicaciones del pais en 1882, 146 correspond ian a esta categona. "Et perio-dismo politico", pp, 84-86. Si bien et terrnino "prensa pohtica" puede ttevar a malentendidos, el criterioestaolecido en el presente trabajo es bastante m a s restringido que el de Quesada, ya que s610 se definencomo tales a los diarios que pertenecen a una agrupaci6n polftica y son creados por etta con el prop6sitoinmediato de ser su portavoz.

    1 0 Dado que aquf nos interesa la prensa polftica m a s relevante del perfodo, no tomaremos en cuentalos periodicos que nacfan antes de una eleccion y desaparectan a su terrnino.

    u De un total de 610 publicaciones en 1896, 279 pertenecfan a Ia Capital Federal; 327 a las provin-cias y 4 a los territorios nacionales, Navarro Viola, Anuario"" p. 105,

    12 Navarro Viola, AtIlUlrio ..., p. 8.

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    gucmos tranquilamente los hechos que pasan, como el sabio los fen6menos some-tidos a su observacionv.P Los micmbros de la prensa politic a eran actores impor-tantes del mundo politico y por 1 0 tanto la parcialidad en los juicios y la arbitrariedaden los comentarios constitufan un aspecto esencial de su naturaleza. Esto se debe aque era el partido polftico el que les daba vida con el iinico fin de ser su portavozen el batallar de la vida publica. Era el partido politico (0 para ser mas precisos losdirectivos superiores de cada partido) el que les daba origen, los financiaba, losprovefa con el personal de redacci6n y les impartfa las directivas sobre la materiay el tone de los editoriales.!" En su nacimiento, supervivencia y muerte, el diariopolitico estaba atado al partido que Ie habfa dado origen. "Los diarios no son sinoinstrumentos de propaganda" afirmaba abiertamente LTN, y la propaganda que ejer-dan era, exclusivarnente, la de su propio partido. IS

    La prensa polftica, como ya hemos dicho, era un hibrido en transicion entre elpanfleto polftico y el diario modemo. J6 Habfa nacido como tal despues de la cafdade Rosas, durante los primeros afios del perfodo constitucional, definiendo su natu-raleza durante las decadas del sesenta y el setenta. J 7 Constitufa la cara publica deuna poiftica esencialmente facciosa. Sin embargo, Jorge Navarro Viola, uno de lospioneros en estudiar la prensa periodica argentina, encontraba en 1896 que se habfavenido operando una transformacion entre los principales diarios de la decada delnoventa y los de ese pasado todavfa cercano. No sin exagerar, Navarro Viola subra-yaba "ese rasgo caracterfstico de nuestro periodismo actual: la impersonalidad". J8La transicion que el definfa como modema, 0 como el paso del periodismo francesa t norteamericano, parecfa haber comenzado a sentirse durante los ultimos afios dela decada del ochenta y mas aceleradamente durante la del noventa. i.En que consis-tia ese cambio hacia la "impersonaJidad"? Lamentablemente Navarro Viola no 1 0hace expIfcito pero, como veremos, las paginas de su analisis ofrecen algunas pistassobre continuidades y discontinuidades en el periodismo argentino a 1 0 largo de tresdecadas del siglo.

    La naturaleza del elenco que empufiaba la pluma para Ilenar las columnas de laprensa politica se habfa mantenido estable a 1 0 largo de los afios, y en la tarea colabo-

    1 3 "Program as y hechos", La T ri buna N acional (de ahora en m a s l.TN), 1 4 de enero de 1 886. Los titu-los se refieren genera lm ente a l editoria l del peri6dico. A 1 0 la rgo de este traba jo he rcpetido la s fechas delos a rticulos , a un cuando fueron citados mas de una vez, pa ra facilita rle a lector seguir la cronologfa de lapublicaci6n.

    1 4 Duncan . "La prensa politica ... ". p. 763.1s "La o pin io n p ub lic a" , LTN. 1 3 d e j ulio de 18S7 .16 Esta definicion pertence a D uncan. "La prensa polftica ... ", p. 762.1 7 Naturalmente , esto no implica que el periodism o politico hay a nacido en es tos ados . No obstante, el

    periodism o del perfodo rosista inm edia tam ente anterior era de otta na twaleza que el de la p ol fn ca f ac cio sa dela s decadas de finales de s iglo, L a m ejor descripcion del periodism o de los a ilos sesenta y setenta se encuen-tra en T. H alperin D onghi, Jose Hernandez y su s m und os , B uenos A ires , S udarnenricana , 1 985, pp . 23-219.

    1 8 N ava rro V iola , Anuario . .. . p. 7.

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    raban "las mas altas personalidades intelectuales del pafs".19 Inicialmente esto no ha-bfa sido 5610resultado de la cultura poiftica local sino tambien de una exigencia de-mandada por las caracterfsticas mismas de estos diarios. Durante las decadas delsesenta y del setenta, la parte central de cada peri6dico estaba compuesta por las treso cuatro largas columnas de su editorial. Segun Navarro Viola, fuera de elias el lectors610podfa satisfacer su deseo de novedad en unos breves recuentos sobre 10ocurridoen la ciudad durante el dfa, en resumidas noticias sobre los hechos culminantes en lasprovincias y en escasos telegramas del exterior, mayormente provenientes de Monte-video. La materia prima del diario estaba, por 1 0 tanto, compuesta por largos editoria-les y resef ias de libros, par 10 que los redactores "dada la importancia de los temastratados y la extensi6n con que desarrollaban sus tesis, debfan por fuerza ser literatos,con una s6lida base de instrucci6n jurfdica y fondo filos6fico, pensadores muchas ve-ces profundos, 0verdaderos estilistas, cinceladores de la frase."2o Durante las decadasdel ochenta y del noventa se operaron, segun Navarro Viola, grandes cambios. Uno deellos fue el gran crecimiento de la revista especializada sobre temas cientfficos, mo-rales, sportivos [sic], filatelicos, fotograficos, sociales, de gremios y asociaciones; "re-lojeros, panaderos, empleados de tramways, cocheros, peluqueros, hasta los aburridostienen cada cual su peri6dico."21 En consecuencia, la prensa especializada Ie habfa ro-bade lectores a los grandes diarios y , en los atios noventa, el ruimero de estos ultimosse habfa visto incIuso disminuido en comparaci6n con la decada anterior.P En segun-do lugar, prosigue Navarro Viola, "un rapido progreso ha sacudido esa perezosa incu-ria semitropical que nos dominaba" y , como resultado, "e1 publico ya no tiene tiempopara leer y sin embargo quiere estar informado de 10que pasa en el pals y en el mun-do entero. Comprende de todo y de todo quiere: literatura y ciencia, polftica y filoso-ffa, novedades y cr6nica social 0 policial. Todo se 1 0 tiene que servir en forma corta yconcreta't.P Por 10tanto el autor afirmaba que los viejos artfculos largos y doctrina-rios ya no se lefan en los noventa, "[los artfculos de] polemica suelen todavfa entrete-ner a condici6n de que sean muy cortos y muy violentos 0 satfricos. Pero quien setraga ahora un articulo politico de cuatro columnas como eran los de antaiio?"24 Na-varro Viola tambien resaItaba que en la ultima decada decimononica, "los diarios nose escriben ya para agradar a un hombre 0 a un grupo, sino para satisfacer las exigen-cias de informacion que rec1arna el publico".25 Can este fin, cada gran diario habfa in-corporado 0 expandido dos nuevos elementos: la correspondencia y noticia graficaextranjera, y el aviso cornercial.P Mientras que el diario de antes apuntaba a satisfa-

    1 9 Nava rro V io la . Anuario. '" p. 5.20 Ibtdem,21 lb., pp. 15-16.22 lb., p. 20 .23 lb., p. 23.24lbfdem.2 :; lb., p. 24.26 lb., pp. 23-24.

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    cer la inteligencia, conclufa Navarro Viola, el diario modemo apuntaba a satisfacer lacuriosidad.?"

    Si bien la naturaleza de esta prensa se habfa visto alterada durante el recorridode las tres ultirnas decadas del siglo, las grandes personalidades del pafs segutancontribuyendo en las columnas de los diarios. Esa contribuci6n, ya sea en forma re-gular 0 esporadica, era antes como despues del ochenta un ejercicio ordinario de to-do hombre publico de cierto peso. S610 excepcionalmente el editorial, 0 la columna,era acompaiiada por la firma del autor. Por 10general, se empleaban alias (algunosvoluntariamente reconocidos) 0 la columna no iba autografiada. EI autor podia man-tener el anonimato si asf 10 preferfa, 10 que Ie daba libertad a presidentes 0 minis-tros de participar activamente en las discusiones publicas sin dar a conocer suidentidad. De todas formas, ya sea en forma publica 0an6nima, contribuir en las co-lumnas de estos diarios era una actividad que otorgaba una reputacion casi impres-cindible para la vida publica. Esto no significa, sin embargo, que en estos diariosescribieran s610 las altas figuras de la politica; junto a eIlas tambien babia periodis-tas menos conocidos que gradualmente fueron profesionalizando el oficio.28

    En toda transicion generalmente coexiste una superposicion entre 10 viejo y 10nuevo, y 10mismo ocurrio en el caso de la prensa polftica porteiia de los dos ultimosdecenios del XIX: mientras que algunos diarios politicos exhibfan mas elaramente al-gunas de las caracterfsticas de la prensa modema, otros representaban a la prensa po-lftica en su version m a s pura. La Prensa, fundada en 1869 por Jose C. Paz, eraprobablemente el mejor ejemplo de un peri6dico politico que lideraba la transici6n ala modemidad y, por 10 tanto, unicamente entrarfa dentro de nuestra concepcion deprensa polftica si se flexibilizan un tanto los parametres. Propiedad de su fundador,el peri6dico manifestaba tener por objetivo "consultar concienzudamente la opinionpublica antes de invocarla, se propone seguirla y apoyarla en vez de conducirla vio-Ientamente'V? una meta muy distinta a la profesada por los representanles del perio-dismo politico m a s puro, quienes se autodefinfan como organos de doctrina de supartido. Si bien L a P ren sa no disimulaba sus preferencias polfticas, el contenido deldiario distaba de agotarse en apoyar una causa partidaria. La Prensa ofrecfa una am-plia gama de informaci6n sobre acontecimientos nacionales e intemacionales, pose-yendo el mejor servicio telegrafico, una amplia garna de corresponsales extranjerosy , desde 1898, la mas sofisticada imprenta del pals.30 Sus redactores pertenecfan adistintos partidos politicos, imprimfa 18.000 ejemplares por dta de ocho paginas ca-da uno en 1887, y era el que mayor cantidad de avisos ofrecfa evidenciando su prin-

    21 Navarro Viola, A nu ario ... , p. 15.28 Quesada, "El periodismo argentino", p. 82.29 Citado por Navarro Viola, A nu ario ... , pp. 11-12.3 0 Para un breve recuento sobre la historia de fa irnprenta utilizada por La Prensa ver, G. FogJi "La

    estetica tipografica de los diarios y revistas de Buenos Aires", Las pu blica cion es perio dica s en la A l1 Ien -linn. ia Argentina grdfica, Buenos Aires, 1946-1947, pp. 97-105.

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    cipal, si no unico, modo de financiaci6n. Quizas una definici6n mas justa de la natu-raleza de La Prensa seria la de ser un periodico independiente que se inclinaba pordetenninadas causas polfticas.El segundo diario en importancia era La Nacion, propiedad de Bartolome Mitre.Si bien en este caso tambien se habfa operado una transfonnaci6n hacia la "moder-nidad", por sus caracteristicas exhibidas durante las decadas del ochenta y del noven-ta, se 1 0 podria definir como un diario politico modemo, con mayor acentuacion en"polftico" que en "moderno"." Nacido en 1862 como La Nacion Argentina y rebau-tizado La Nacion en enero de 1870, era probablemente uno de los diarios mas pres-tigiosos del pats. Como organo partidario de Mitre era un miembro importante de laprensa politica, sin embargo, a diferencia de la prensa polftica mas pura, no se res-tringfa a ser un organo partidario. Junto can La Prensa, La Nacion se vendfa par lamanana y si bien el tono de sus editoriales no dejaba lugar a ambivalencias en cuan-to a sus preferencias polfticas, el diario aspiraba a ofrecer informaci6n adem a s de unpunta de vista. La Nacion, por 1 0 tanto, competfa can La Prensa en el mimero de ven-tas, en la cantidad y calidad de los corresponsales extranjeros, utilizaba regularmen-te el servicio telegrafico intemacional y ofrecia ademas una de las mas prestigiosassecciones literarias. Sus ocho paginas tambien registraban un gran numero de avisospublicitarios, evidenciando una fuente considerable de sustentacion,

    iCuales eran entonces los mejores ejemplares de la mas pura prensa polftica? Du-rante las decadas del ochenta y del noventa elias fueron La Tribuna Nacional (rebau-tizada Tribuna en 1891), Sud-America, La Union, El Nacional, El Argentino, ElTiempo, La Nacion (con los atenuantes ya mencionados), y hacia el final de la deca-da se les sumaron los diarios socialistas liderados por La Vanguardia.32 Estos diarioseran portavoces de una causa, ya sea de una faccion dentro de un partido, de todo unpartido polftico 0del movimiento catolico. Sus columnas estaban casi exclusivamen-te dedicadas a difundir las opiniones de la organizaci6n a la que representaban y aatacar a la oposici6n a traves del usa del ridfculo, el chimento,las mentiras y las ver-dades a medias. Eran financiados a traves de acciones que se compraban entre los di-rigentes partidarios y, como se ha mencionado, en el caso del partido oficial, a travesde abultadas suscripciones del gobiemo nacional a provincial. Los miembros masacaudalados del partido tambien ofrecian generosas contribuciones directas y tam-bien aportaban en forma indirecta a traves de avisos publicitarios de sus finnas de

    31 A partir de 1909 La Nadon va a intentar deshacerse de su naturaJeza de organo partidario y tomarcierta distancia del diarismo politico. Vease R. Sidicaro, La politica mirada desde arriba. Las ideas deldiurio La Nadon, 1909-1989, Buenos Aires. Sudarnericana, 1993, pp. 13-21.

    32 Esta lista no es exhausti va, Duncan, por ejemplo, calcula alrededor de 18 diarios incluyendo peri6-dices importantes como EI Diari o de Manuel Lainez, 0 1 Nacional , dominado por las figuras de Sarmien-to y Aristobulo del Valle, pero cuya fuerza legendaria de la decada del setenta se vio fuerternenredisminuida en los pocos MOS que actu6 en 10$80. Aquf s610 mencionamos a los miernbros m a s represen-tati vos de la prensa polftica ligados a una agrupacion especffica, a los representantes en forma relativa-mente leal y continua de un partido politico en particular.

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    abogados 0 de distintas ramas del comercio. Con la excepci6n de La Nadon, los de-mas periodicos de la prensa polftica no se autofinanciaban, y no podian subsistir in-dependientemente de los aportes partidarios. EI costo financiero del diario era vistopor cada partido 0 faccion como una inversion imprescindible de la vida polnica.P

    Mientras que La Prensa y La Nadon se vendian par la manana, el resto de losmiembros de la prensa polftica salfan por la tarde. No viendose, por 10tanto, necesi-tados de brindar informacion, quedaban Iibres para concentrase en opinar sobre 10yainformado por los matutinos. La mayorfa de estos peri6dicos contaban entre dos ycuatro paginas -Ia rnitad de elias destinadas a avisos publicitarios, costaban todos porigual y utilizaban una tipograffa simple y similar, sin iconograffa ni grandes titulares-.En el caso de los diarios del partido oficial, como LTN 0Sud-America, gozaban delacceso al servicio telegrafico nacional, por 10que ofrecfan informacion fresca sobrepolftica provincial." Y si bien esto ultimo escaseaba en los peri6dicos opositores, 1 0que tenian en comun los miernbros de la prensa polftica, con excepci6n de La Pren-sa y La Nacion, era que ninguno mantenia corresponsales en el exterior 0 poseia unbuen servicio telegrafico internacional. Despues de todo, estes eran 6rganos de difu-sion de argumentos y no de eventos, donde ellector podia encontrar la posici6n to-mada par su partido en los asuntos publicos, seguir los chimentos de 1a polfticaportefia, e informarse sobre reuniones y meetings partidarios. Eventuales cartaspublicadas por partidarios en viaje por Europa, ocasionales resenas literarias 0publi-caciones de cuentos, eran considerados como "extras", fuera de los lfmites que de-mandaba la lucha partidaria.Can excepcion de los dos meses que llevaban las campafias electorales, el conte-nido de estos periodicos estaba destinado a la opinion publica entendida como "laopinion de los hombres publicos". Mas que a exhortar al hombre privado a abrazarla causa partidaria, sus editoriales se dirigian a los redactores de la oposicion y lossimpatizantes partidarios mas que a un vasto publico ya que, por 10 general, "nadie[lela] sino el periodico destinado a la defensa de sus propias ideas politicas".35 Natu-raImente, esto cambiaba durante las campafias electorales cuando se intentaba con-veneer a un electorado mayormente indiferente de que abandone la apatia y vote porel partido. Generalmente, nuevas diarios emergfan para las eampaiias y, al mismotiempo, cuando se acercaban las elecciones diarios no pertenecientes al cfrculo de laprensa polftica pura en perfodos no electorales manifestaban mas c1aramente sus pre-ferencias 0apoyaban abiertamente a un partido." Los candidatos contaban casi dia-

    33 Sobre los costos de mantener un periodico vease Quesada, "EI periodismo argentino", pp. 9495.:l4 Duncan, "La prensa pohtica ... ", p, 771.35 Navarro Viola, Anuario ... , p. 13.36 Vease por ejemplo el caso de la prensa italiana, en Cibbotti, "Periodismo politico y politica perio-

    dtstica ... ", pp , 7-26; E. Cibotti, "Sufragio, prensa y opinion publica: las elecciones municipales de 1883en Buenos Aires", en A. Annino (coord.), Historia de la s elecciones en Iberoamerica. siglo XIX , BuenosAires, Fondo de Cultura Econ6rnica, 1995, pp . 143-175.

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    riamente el mimero de diarios que apoyaban sus aspiraciones, ya que los periodicosformaban una parte crucial de la campana"

    En el caso del PAN, cuyos dos dirigentes principales, Julio A. Roca y MiguelJuarez Celman, esquivaban el acto partidario y el discurso publico, el periodico seconvertfa en uno de los principales elementos de propaganda electoral, reempla-zando completamente al discurso oral. En el caso de la OCR, para mencionar el ex-tremo opuesto, su principal dirigente durante los afios noventa, Leandro Alem, eraun apasionado del evento partidario multitudinario y de los discursos publicos, Lacampafia electoral se llevaba a cabo en comites barriales donde dirigentes partida-rios declamaban sus discursos, mientras que el cierre de campafia tenfa lugar enuno de los teatros de la ciudad donde los lfderes del partido intentaban dirigirse aun publico que constantemente los interrumpfa con aplausos y exclamaciones deapoyo. Por 1 0 tanto, durante la campafia electoral, mientras la palabra impresareemplaz6 casi por completo al discurso oral en el caso del PAN, este desplazamien-to fue menos completo en el caso de la UCR donde la propaganda escrita conviviacon el discurso publico. De todos modos, mientras la palabra escrita era la comba-tiente diaria e infatigable, el discurso publico era naturalrnente mas excepcionalpor ser mas esporadico.

    Durante los perfodos no electorales, la propaganda partidaria se Ilevaba a cabo enforma publica exclusivamente en la prensa polftica y, como hemos dicho, esta esta-ba m a s destinada al ciudadano que al habitante. Esto quizas explique por que, a pe-sar del rapido crecimiento del numero de lectores durante estos afios, ese incrementono se vio reflejado en un aumento numerico de la prensa polftica, Buenos Aires erauna de las ciudades con mas rapido crecimiento poblacional en el mundo y luego deuna activa campafia gubemamental, su tasa de alfabetizaci6n tambien crecio acelera-damente. En 1895, por cada mil habitantes de la ciudad, 719 sabfan leer y escribir encomparaci6n con los 450 (de cada mil) en 1869.38 La creciente tasa de alfabetizaci6ny la existencia de una sociedad mas afluente se relaciona directamente con la explo-sion de publicaciones que experiment6 la ciudad en estos afios. Pero mientras estoscambios se vieron reflejados en un mayor numero de revistas especializadas y en unincremento de la circulaci6n de la prensa en general, no tuvieron mayor efecto sobrela prensa poiftica. Esto se debe a que, como ya hemos mencionado, el nacimiento yfuncionamiento del diario polftico dependfa exclusivamente del partido 0 faccion y,por 1 0 tanto, su existencia se vefa afectada por los vaivenes de la polftica, indepen-dientemente de la sociologfa de la ciudad.

    37 Ejemplos de dichos recuentos pueden encorurarse en 1. A. Roca a M. 1uarez Celman, 17 de diciem-bre de 1878, AMJC, Leg. 2; J. A. Roca a M. Juarez Celman, 22 de febrero de 1879, Yo . Andrade a M. Jua-rez Celman, 16 de agosto de 1879; AMJC, Leg. 3.

    38 Segundo Cen.w Nacional, 1895, vol. II, pp. LXXXII-XXXIII. Para un analisis de los resultados de es-ta campafia de alfabetizacion vease Prieto, El discurso criollista ... , pp. 27"34.

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    "Cual era la relevancia de ese exclusivo sector dentro del periodismo politico quedenominamos prensa polftica y el cual, con la excepcion de La Prensa y La Nacion,solo contaba con un pequefio numero de fieles? De 10 dicho anteriormente resultaclaro que es preferible resistir la tentacion de concluir que su relevancia esta vincu-lada al crecimiento demografico y de alfabetizacion que experimento la ciudad, y queesto a su vez resulto en la formaci6n de una opinion publica mas amplia, mas alertay mas dernandante que la del Buenos Aires de la gran aldea. Despues de todo, hemosvisto como los cambios sociol6gicos resultaron en una gran demanda de revistas es-pecializadas y exigieron que algunos periodicos se amoldasen a las exigencias de unpublico avido de informacion y con poco tiempo disponible. Pero, como tarnbien he-mos mencionado, la prensa polftica esquiv6 los principales efectos de los cambiossocioeconomicos de la ciudad, Continuo con su lfnea de opinar, mas que informar,manteniendo su naturaleza de elemento de propaganda partidaria y sin hacer grandesintentos por aumentar su caudal de lectores ofreciendo una mayor amplitud de servi-cios. Y si bien entre las decadas del sesenta y del noventa, el nurnero total de miem-bros de la prensa polftica se mantuvo practicamente estable, su proporcion enrelaci6n al total de diarios y periodicos circulantes se vio disminuida-"

    La relevancia de la prensa polftica, por 1 0 tanto, no radica mayormente en ser lapromotora y representante de una opinion publica resultante de cam bios sociales.Serfa ilusorio pensar en la opinion publica como una entidad que emergi6 esponta-neamente de la sociedad para dirigir los asuntos del Estado y que tenia a la prensapolftica como su principal portavoz. Es indudable que eventual mente, algunas co-munidades 0 grupos de personas hicieron ofr su voz a traves de estos organos.t" Haytambien varios ejemplos sobre como una polftica especffica fue lanzada con tantainsistencia por un periodico que el gobierno se vio presionado a adoptarla.f Yexis-ten tambien varios estudios sobre el rol de la prensa como agente de movilizaci6ndurante las carnpafias electorales.V En estos casos, por 10 tanto, se puede apreciarcomo los diarios, irguiendose como portavoces de la opinion publica, lograron irn-primir cierta direccion a los asuntos del Estado. Sin embargo, como se ha argumen-tado, la opinion publica es un concepto politico mas que sociologico, A 10 que seapunta con el nombre mas generico de opinion publica es, ante todo, a un conceptoabstracto que invocan las distintas fuerzas politicas para atribuirse legitirnidad; el

    ~9 Navarro Viola, Anuario ... , p. 20.40 Vease, por ejemplo, H. Sabato y B e Cibotti, "Hacer polftica en Buenos Aires: los italianos en la es-

    cena publica portena, 1860-1880", Boletin del lnstituto de Historia Argentina y Americana, Dr. "EmilioRavignani", 3a serie, 2, primer sernestre, 1990, pp. 7-46; H. Sabato, "Citizenship, Political Participationand the Formation of the Public Sphere in Buenos Aires, I 850s-1880s", Past and Present, 136, agosto de1992; E. Cibotti, "Periodisrno politico ... ".

    41 Por ejemplo la camparia lanzada por La Prensa en 1897 para adecuar la representacion en el Con-greso de acuerdo aI Censo Nacional de 1895, citada en P. Alonso, "The Origins of the Argentine RadicalParty; 1880-1898", D. Phil, Universidad de Oxford, 1992, pp. 265266.

    42 Zimmermann, "La prensa y la oposicion ... "; Cibotti, "Sufragio, prensa ... ".

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    termino se refiere a una construcci6n ideologica de "tribunal publico" cuya repre-sentatividad es disputada por todos los contendientes del espectro politico, es el hue-so de pelea entre los distintos pretendientes al poder y el gobierno.f Todos dicenhablar en su nombre y, como argumentaba LTN, la opinion publica es "esa reina sincetro del mundo moderno, que invocamos tantas veces sin damos cuenta de los re-sortes misteriosos de su poder."44 Cada miembro de la prensa polftica portefia se au-todefinia como representante de la opinion pUblica.45 Elias eran los porta vocesoficiales de su partido, el cual, cada uno argumentaba, era el mejor, el mas autenti-co reflejo de dicha opinion. Si se entiende que la polftica consiste, en gran parte, enla competencia de distintos discursos por la apropiaci6n de la legitimidad, esta bata-11apublica se lIevaba a cabo, mayormente, en la prensa polttica." La importancia dela prensa polftica mas pura, par 10 tanto, no depende de las caracterfsticas sociologi-cas de los lectores ni radica signifieativamente en su capacidad circunstaneial de mo-vilizar a la poblaei6n, sino en ser la herramienta a traves de la eual cada partidopolftico competfa par la legitimidad.

    La prensa polftica eumpJfa otros roles en su funcion de representantes de los par-tidos poifticos. Un partido poiftico es una agrupacion de individuos dentro de la cualexiste cierta diversidad de ideas en el marco de un espectro cormin. EI diario politi-co forjaba la idenlidad del partido unificando las distintas miras en una sola pluma,uniendo la diversidad en una sola voz: cada integrante de la prensa poiftica Ie cons-trufa imageries de homogeneidad a organizaciones que distaban de poseerla. El dia-rio polftico, ademas, ofred a a los partidarios actives un forum de reunion, un lugardonde socializar, intercambiar ideas, ejercitar la pluma y estar al dfa en los chi men-los y rumores.f? Despues de todo, los redactores de la prensa polftica distaban mu-cho de ser el reportero independiente que cumple estrictamente con su labor. En su

    43 K. M. Baker, "Politics and Public Opinion under the Old Regime: Some Reflections", en J. R. Cen-ser y J. Popkin (eds.), Press and Politics in Pre-Revolutionary France, Berkely, California, 1987, pp. 212-213. Estes conceptus fueron luego expandidos en K. M. Baker, "Public opinion as a political invention",en inventing the French Revolution, Cambridge, 1990, pp. 167-199, y retornados por J. A. W. Gunn,Queen of the World: O pin io n in the Public Life of France from the R en ais sa nc e to the Revolution, Oxford,1995. pp. 8-11; J. R. Censer, "English Politics in the Courier d' Avignon", en Censer, Press and Politics,pp. 212-213, yen Zimmermann, "La prensa y la oposici6n ... ", p. 4.

    44 "La opinion publica", ~TN, 13 de julio de 1887.45 EsIO, sin embargo, no fue siempre ast; sobre el rol de la prensa y la opinion publica entre 1862 y

    1868 vease A. R. Lettieri. "Formaci6n y disciplinamiento de la opini6n publica en los inicios del sistemapolitico moderno. Argentina 1862-1868", Entrepasados, Aiio IV, mirn, 6, 1994, pp. 33-48.

    46 Si bien la definici6n sobre poljtica es en parte influenciada por los conceptos difundidos a partir dela obra de F . Furet, Pensar la Revolucion, Buenos Aires. 1987, se desvfa en no aceptar reducir a la poltri-ca a una lucha de discursos ya que la pasi6n polftica se manifiesta muchas veces por otros medics que lasmeras construcciones discursivas. Simultaneamente, tampoco creo que 1 3 prensa polftica, sin descuidar suimportancia, fuese el unico ambito u ofreciese el unico medio para la competencia de discursos polfticos.Exisnan otros ambitos como el comite, el club, el cafe, el banquete, el Congreso.

    41 Zimmerman, "La prensa y la oposici6n ... ", p. 3.

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    gran mayorfa eran miembros activos de sus partidos y la actividad periodfstica laejercian exclusivamente en el periodico del partido. "EI hombre de la prensa", LTNexplicaba, "no es e I hombre de la verdad entre nosotros. Cuando mas, es un batalla-dor, jadeante de fatiga, estremecido por [a pasi6n".48 Era inconcebible, por 1 0 tanto,que este apasionado polfticoconvertido en periodista empefiase la pluma en e1 dia-rio del adversario, a no ser que su partido y el periodico que este financiaba se des-vanecieran en los rapidos cambios del mundo polftico, 1 0 cual sucedfa en formafrecuente.t?

    La prensa polftica, sin embargo, curnplfa funciones aun mas significativas quelas de crear la imagen del partido, reflejar sus ideas y proveer centros de sociabi-lidad partidaria. En primer lugar, como veremos especfficamente en el caso deLTN, el discurso publico que ofrecian estos diarios estaba destinado a crear unaimagen disefiada tanto sobre la situacion general del pais como sobre aspectosmas especfficos de la polftica. Ellos recreaban sus propias versiones de la historiaargentina, de su presente y de su futuro, amoldandola a objetivos partidarios. Li-brad os de las convenciones que limitan a los diaries modernos, sus discursos re-creaban situaciones, defendian polfticas, fomentaban rumores y ridiculizaban alcontrincante. En segundo lugar, en el ejercicio de estas construcciones verbales,de la difusion del chimento y el anuncio de reuniones, el diario politico "republi-canizaba" a la politica, convirtiendola en una cosa mas publica.5 o La polftica era,en gran rnedida, arrebatada de los confines de la intimidad del salon, del comite,del banquete y, a veces incluso de la correspondencia privada, para ser lanzada ala vida publica a traves de los periodicos, La prensa polftica no se ruborizaba an-te el chimento, no escatimaba la ironia, acosaba al secreto y violentaba la intimi-dad. La "republicanizacion" de la polftica era, sin embargo, una moneda con doscaras ya que al hacer de la politica una cosa publica integraba al mismo tiempo alpublico a la polftica.P! Como hemos mencionado, la importancia de este publicono radicaba tanto en su mimero, sino en que introducia un elemento de disputa en-tre los actores polfticos. La integracion de un publico a la vida politica, cualquie-ra sea su tamario, imponta ciertas restricciones a los partidos. Por un lado, obligabaa los politicos a fonnular con cuidado sus discursos, dandole al lenguaje un carac-ter principista, altruista, de busqueda del bien publico. Por el otro lado, el estilobatallador, agudo e ironico empleado en las columnas de la prensa hacfa diffcil laretracci6n. La publicidad de la polftica en la prensa partidaria encasillaba al par-tido en posiciones que resultaban embarazosas cuando un cambio de la situacion

    4g "Los grandes y los pequenos temas", LTN, 5 de mano de 1881 .. 49 Sobre la rapidez con que los diarios politicos se desvanecfan vease Halperin Dongui, Jose Hemdn-

    dez, y Duncan, "La prensa politica ".so Duncan, "La prensa poHtica ", p, 775.51.1. Popkin. "The Gazette de Leyde and French politics under Louis XVI", en Censer, P ress a nd P o-

    litics, p. 130.

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    requerfa un cambio en el discurso, Baste solo ver los malabarismos verbales a losque LTN y La Nadon se vefan exigidos cada vez que recurrfan a los famosos acuer-dos electorales.

    i,Cual era ellugar que oeupaba LTN dentro del espectro de la prensa polftica? Eraun periodico nuevo, lanzado en octubre de 1880, unos dfas antes de la asuncion pre-sidencial de Roea. Su primer director fue Olegario Andrade, una figura letrada no so-lo respetada sino tambien muy experimentada en el diarismo politico, condiscfpulode Roca en Concepci6n del Uruguay, y quien desde las paginas de La Tribuna de losVarela, escribfa a favor de su candidatura desde 1876.52A su muerte en 1882, la re-dacci6n del peri6dico paso a manos de Agustin de Vedia, y de su hijo Mariano.53 Sibien su director inicial habfa tenido una experiencia de cinco afios en La Tribuna an-tes de tomar en sus manos la direccion de La Tribuna Nacional, el primer mimero deldiario hace explfcito que no tiene conexi6n alguna con el viejo diario de los Varela,que se encontraba suspendido por el gobiemo desde junio de 1880. La publicacionde LTN era solventada por creditos en el Banco Nacional, por el sistema habitual deaccionistas entre simpatizantes y amigos de confianza, y por las suscripciones del go-biemo nacional y de los gobiemos provinciales.>'

    Juarez Celman Ie infringe una muerte temporal a LTN en 1889, en el clfrnax de lalucha polftica contra su concufiado, pero el peri6dico roquista reaparece en 1891 co-mo Tribuna. Su impresi6n diaria era puesta en la calle a las dos de la tarde, tenfa for-mato y tipografia ordinaria, costaba igual que los otros, y profesaba ser en cuerpo yalma un digno representante de la prensa politica. Su tirada diaria era de 5.500 ejem-plares en 1887, apenas 500 numeros por debajo de Sud-America, cobijado por el go-biemo nacional y sus suscripciones, muy por debajo de los 18.000 ruimeros de LaPrensa y La Nadon. pero de tirada semejante a la de otros miembros de la prensa po-litica pura.55 Las cifras insimian que la funcion del diario no se limitaba a ser un bo-letfn interno para su dirigencia, como podria ser el caso, por ejemplo, de La voz dela Iglesia, con sus meros 800 ejemplares diarios. Estimando en alrededor de 5.000los votantes del roquismo en elecciones al Congreso en febrero de 1886, podrfa con-c1uirse que LTN era un medio de comunicaci6n destinado a1 sequito roquista en suconjunto.l?Si bien era el diario del partido que estaba en el gobierno, LTN renegaba de que sela identificara como la voz oficial del gobiemo nacional, argurnentando que este te-

    5 2 Sobre la relaci6n entre Andrade y Roca, vease J. A. Roca a M. Juarez eel man, 8 de octubre de 1876,AMIC, Leg. I.

    53 De Vedia va a ser reemplazado por Regino Marquez en 1904.54 Sobre las finanzas de LIN, vease Agustin de Vedia a Roca, I de abril de 1888, AGN, Archive Julio

    A. Roca, Leg. 57.55 C enso genera l de poblacion, edi fi ca c ion, comerc io e industrias de la ciudad de B uenos Aires, 1887,Torno Segundo, Buenos Aires, 1889, p. 546 .

    .1 6 Fuente: diario La Prensa.

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    nfa otros medios, como documentos 0 discursos oficiales, para infonnar y hacerseofrY Declarandose autonomo en su relacion con el gobierno, el diario roquista pro-clamaba que representaba al PA N y que, si bien el hecho de que el PA N fuese el parti-do oficial Ie otorgaba ciertas ventajas, era independiente del gobierno nacional."Obviamente, la Ifnea de demarcacion entre el periodico y el gobiemo no era tan cla-ra como LTN pretendfa; al fin y al cabo, LTN pertenecfa al presidente Roca y su cfrcu-10 Intimo. Era el mismo Roca quien impartfa las directivas generales que losredactores del diario debfan seguir, eran las suscripciones del gobierno las que 1 0ayudaban financieramente y tanto el presidente como sus ministros escribfan fre-cuentemente en sus columnas, a veces en forma anonima y otras veces publica.

    Naturalmente, la imagen autocreada del periodico como distante del gobierno yen una supuesta condicion de iguaJdad con los restantes miembros de la prensa polf-tica Ie ofrecfa ciertas ventajas al gobierno nacional. En primer lugar, este no se hacfaresponsable ni del contenido del periodico ni del tone de su lenguaje, quedando en-tonces LTN libre de adoptar el mismo estilo informal, ironico y virulento propio de laprensa polftica. En segundo lugar, LTN ofrecfa a los miembros del gobierno un ambi-to donde defender sus politicas y un arma can que salvar al gobiemo del "despresti-gio que pueden atraerle las opiniones inconsistentes, apasionadas 0 alarmantes de laprensa opositora" .59 Par 10tanto, independientemente de las definiciones que LTN es-tablecfa sobre sf rnisma, el ser el diario del partido oficial la colocaba en una situa-cion ambigua. AI mismo tiempo que se declaraba autonorna de el, era el peon debatalla del gobierno nacional. Este tipo de ambigiiedades tambien se vefan reflejadasen otras posturas adoptadas por el periodico en su relacion con el gobierno. En 1 0 re-ferente a la opinion publica, por ejemplo, LTN insistfa en que el gobierno de Roca erael mejor representante de la opinion publica, el que mejor habfa interpretado sus an-sias de paz, progreso y trabajo. Pero al mismo tiempo LTN se apresuraba a establecerque el gobiemo nacional no podia quedar sometido a la opinion publica ya que elloimplicarfa "cerrar los ojos a los extravfos de las muchedumbres; convertir a los hom-bres publ icos en los cortesanos de una deidad fantastica", 60 EI juego establecido aqufera semejante ala contradictoria situacion del periodico con el gobierno: el gobiernoutilizaba a LTN al mismo tiempo que se desligaba de las implicancias de poseer unvocero oficial, y tambien aquf el gobiemo se adjudicaba la legitimidad de ser el re-presentante de la opinion publica pero a la vez se declaraba libre de someterse a ella.

    LTN cumpJfa el papel primordial de construir la imagen publica del gobierno y desus integrantes. Como veremos en los siguientes parrafos, era la principal herramien-ta con la que el gobierno nacional podia construir una deterrninada imagen de sf mis-mo, de su posicion en el desarrollo de la historia argentina y de defender las polfticas

    57 "La Tribuna Nacional", LTN, 23 de noviembre de 1884.58 "Nuestra propaganda", LTN, 19-20 de marzo de 1888.59 Ibidem.eo "La opinion publica", LTN, 13 de julio de 1887.

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    emprendidas. La funcion del diario era, par 1 0 tanto, lograr que un pueblo agil para lamovilizacion revolucionaria, aceptase rutinariamente al gobiemo roquista. Esta fun-cion era primordial ya que se trataba de revertir en poco tiempo viejos habitos acumu-lados en largas decadas. Justamente aquf residfa la peculiaridad de LTN y de Tribunapara Roca, y luego de Sud-America para Juarez Celman: en ser una herramienta delgobiemo y al mismo tiempo parte integrante de la prensa polftica; en ser el portavozpresidencial y simultaneamente luchar codo a codo con los restantes diarios politicospar ganar para sus miembros una legitimidad que se caracterizaba por ser esquiva.

    EL PAN, EL PROGRESO Y LA POLfTICA

    El mensaje mas inmediato que LTN se apresuro a difundir era que la Argentina, final-mente, habfa entrado en una nueva era. Desde su fundacion en octubre de 1880, LTNcomenzo una diaria campafia para dar contenido y construir esa imagen de novedad,iniciacion e inauguracion con la que el gobierno nacional deseaba verse asociado. EIperiodico apelo a todo tipo de alegorfas en la construccion del deseado mensaje decelebracion y esperanza: "germenes que revientan", el "arrullo de la maternidad", el"desatarse de las corrientes congeladas", "la explosion de fuerzas comprimidas". As!como ocurre en la naturaleza cuando se inicia un nuevo ciclo, LTN afinnaba, el paistambien habfa arribado a esa etapa de feliz iniciacion: la Argentina se hallaba en "laprimavera de la historia".61

    Lo que marcaba la novedad de la nueva situacion, segtin el gobierno, era la I1e-gada del progreso. La fecha exacta de su arribo era 1880, su expansion abarcaba a to-da la Argentina y su efecto fundamental consistfa en haber logrado, subitamente, que"el pafs despiert(e) a la vida, al trabajo, ala esperanza".62 Las sefiales de que el pro-greso habfa lIegado eran abundantes e inequfvocas: "buenas cosechas, industrias nue-vas, empresas que requieren grandes capitales e ilimitada fortuna, vias ferreas queavanzan hacia sus cabeceras naturales, puentes que se arrojan sobre los nos, rfos quese encauzan para que no se desborden, colonias que adquieren vida propia, expedi-ciones en fin que cruzan el desierto en todas la direcciones para hacer e1 prolijo in-ventario de sus riquezas".63 Se trataba de un progreso arrebatador, nunca antesconocido, cuya llegada merecfa y debfa sec diariamente celebrada, E1periodico tam-bien ac1araba que si bien el arribo del progreso era motivo de celebracion, su lIega-da en 1880 no era fruto de la casualidad. La federalizacion de Buenos Aires Ie habraborrado definitivamente el adjetivo de huesped al gobierno naciona1 y la resolucion

    ~I "Progresos que no se mencionan", LTN, 1 de enero de 1881.61 Ibidem.63 Ibidem.

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    del ultimo gran conflicto institucional habfa abierto las compuertas del progreso. Ro-ca y su partido se autoadjudicaban la paternidad exclusiva de todos los cambios. Lavictoria inauguraba, decian, la nueva epoca de esplendor que se hacfa sentir en todala Republica; el progreso, afirmaba LTN, avanzaba ahora a raudales.r"

    LTN se apresuraba tambien a afirmar que serfa err6neo entender por progreso iini-camente el desarrollo material: la construccion de puentes y caminos, la lIegada deinmigrantes y del credito, y la extension de vias ferreas. Segiin el peri6dico, tal re-duccionismo no nos permitirfa ver que cuando hablamos de progreso tambien nos es-tamos refiriendo al progreso moral de un pueblo, es decir, "al desenvolvimiento delos espiritus y la purificacion de las costumbres't.F' Y de nuevo, entendiendo al pro-greso en este sentido arnplio, LTN anunciaba jubilosa que estos tambien eran tiemposde celebracion ya que a solo tres meses del nuevo gobierno de Roca se podia apre-ciar que las costumbres polfticas del pafs evolucionaban a la par del desarrollo mate-rial: "cada dia que pasa, desaparece una intransigencia, se disipa una preocupacion,se elimina una resistencia'V'" La vieja polftica de exaltaciones e intolerancias habfasido reemplazada por el entendimiento y la aceptacion, y cI pueblo se mostraba ad-verso a las disputas polfticas. La politica misma, que hasta el ochenta habia sido elprincipal tema sobre el que habfa girado toda la prensa y la vida del pais, habia pa-sado ahora a un discreto segundo plano. A s610 dos afios de la asuncion de Roca, LTNconfiadamente difundfa que la paz inalterable habia reemplazado las viejas costum-bres y que gobernadores, senadores y diputados en todas las provincias eran elegidosregularmente, sin la violencia ni la coercion de antafio.67

    Segun LTN, dicha moderaci6n de las costumbres polfticas no deberfa ser motivode asombro ya que era el resultado natural de los efectos del desarrollo econ6micoen la vida polftica. La razon principal por la cual el progreso no podia ser entendidoen un senti do exclusivamente material, insistia el periodico, se debfa a que el desa-rrollo material produce una serie de efectos que van mas alia de los beneficios estre-chamente materiales. El desarrollo econornico fomenta el arnor al trabajo, el respetoa la ley y el arnor por la paz, proclamaba LTN.68 EI mundo industrial estimula el de-sarrollo de los intereses conservadores, "que si bien no influyejn] directamente en losdestinos politicos del pais, no dejan por ello de ejercer una funci6n poderosa, contri-buyendo al desarrollo de la vida ordenada y regular, a formar la independencia y elcaracter, en los habitos del orden y en las necesidades del trabajo".69 La gran gloriadel gobierno nacional, afirmaba LTN en 1886, consistta en que "le ha dominado laidea fundarnental de buscar el progreso moral, en todas su fases, por el desarrollo y

    64 "Progresos que no se mencionan", LTN, 1 de enero de 18 8 1 .Mlbfdem.66lbfdem.67 "Anacronismos", LTN. 21 de julio de 1882.68 Ibidem.69 "La lucha legal". LTN, 8 de enero de 1886.

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    el impulso de sus elementos materiales"."? EI gobierno habfa comprendido que soloa traves del impulso del desarrollo economico se conquista el progreso en su concep-cion mas amplia, es decir, se perfeccionan las cualidades personales de independen-cia y trabajo y se lIeva una vida de orden"

    La facil fusion de 10 material con 10 moral en el discurso del PAN es propia delpensamiento liberal al que el partido decfa adherirse y LTN intentaba difundir.P Pa-ra elliberalismo, el desarrollo material se basa en la iniciativa privada, florece en laIibre empresa y fomenta en la naturaleza burnana las cualidades del planeamientoordenado, el calculo de riesgo, los habitos de constancia y fuerza de voluntad reque-ridos para desarrollar con exito Ia empresa emprendida. EI desarrollo econ6mico fo-menta, entonces, las caracterfsticas que esta vertiente considera mas loables del serhumano. EI progreso material se funde asf con el progreso espiritual y el desarrolloecon6mico se transforma en sin6nimo de desarrollo social ya que la sociedad se de-fine como la suma de individuos." Definiendose como predicadores del credo libe-ral, LTN repetfa que el desarrollo material no solo tiene importantes consecuenciaseticas individuales y sociales, sino que tambien resulta en una serie de positivosefectos politicos. EI perfeccionamiento de las cualidades morales de la persona queresulta del desarrollo economico, decian, se ve a su vez reflejado en el tipo de ins-tituciones que estos individuos eligen para gobernarse. Los pueblos modernos, pro-c1amaba el periodico, desarrollan la aptitud para establecer leyes sabias y fecundas,distinguiendose as! de los antiguos por su caracter reflexive, por la conciencia quetienen de sus propios actos y por el dominio de si mismos.I"

    LTN predicaba que si el comercio y la industria desarrollan en el hombre una se-rie de cualidades positivas que a su vez se reflejan en la sociedad y contribuyen albuen gobierno, se debe a que estas actividades logran reprimir las pasiones del in-dividuo. Las pasiones humanas representaban para el PAN los sentimientos mas ba-jos, las tendencias mas destructivas que guarda el ser humano en sus esquinas masoscuras. Hirschman ha inventariado notablemente las distintas acepciones de losconceptos de pasion e interes desde el Renacimiento hasta el advenimiento del ca-pitalismo moderno, analizando las distintas relaciones que se establecieron entre

    70 "Los grandes fines", L T N , 17 de enero de 1886.71 "El rnensaje y la polftica", LTN, II de junio de 1888.72 Si bien LTN decia adherirse a esta coniente liberal no creo que ello los convierta en liberales. Co-

    mo se ha enunciado al principio de este trabajo, no se intenta aquf entrar en discusiones tales como defi-nir al liberalismo 0 si este conjunto de ideas expresadas por el peri6dico roquista podna definirse comoliberal, El objetivo aqui es m a s modesto y se limita solamente a establecer que LTN decta concordar con elliberalismo, sin detenerse a analizar las implicancias de este reclamo.

    73 Estas eran las caractertsticas m a s salientes del Iiberalismo puesto en practica en Norteamerica, na-cion que segun el PAN debra tomarse como modelo. Los conceptos mencionados fueron en gran parte to-rnados de J. Appelby, "Liberalism and Republicanism in the Historical Imagination", en su libro delmismo titulo, Cambridge, Massachusetts, 1992.

    74 "El progreso modemo", LTN, II de febrero de 1887.

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    estos conceptos." EI discurso del PAN refJeja concepciones simi lares a las sosteni-das durante los siglos XVII y XVIII cuando al interes, asociado con el desarrollo ma-terial, se Ie adjudicaba el rol de amordazar las pasiones, concebidas como los masdafiinos instintos del ser humano. En los conceptos difundidos por LTN, la pasionrepresentaba las tendencias destructivas del hombre, se expresaba en la polftica yera fomentada a traves de los partidos politicos. EI peri6dico roquista afirmabaque, mientras los intereses positivos apuntalaban al progreso, la polftica era la res-ponsable de la destrucci6n, la envidia y la guerra. LTN repetfa una y otra vez en suseditoriales que si el pais habia comenzado una nueva etapa en 1880 era, justamen-te, porque el nuevo gobierno habia comprendido mejor que nadie que las pasionesdestructivas de la polftica solo podian ser reducidas por el desarrollo de los intere-ses conservadores asociados con la industria y el progreso material. Es el progresomaterial el que lleva al progreso moral y no viceversa, insistfa el periodico: es atraves del desarrollo economico que se construye Ja civtlizacion.?"

    Siguiendo estas ideas, LTN insistfa en que era equivocado reducir al progreso auna estrecha concepci6n material sin reconocer sus implicancias morales, sociales ypolfticas. EI gobierno, por el contrario, "en la construcci6n de un ferrocarril, porejemplo, no ha visto s610 un suceso comercial y econ6mico, sino un acontecimientomoral y politico"."? Facilitar las comunicaciones y el transporte no significaba parael presidente Roca solamente una mejor, mas rapids y mas barata forma de transpor-tar productos. Mas importante aiin, era una manera de aproximar a los hombres, devincular a los pueblos, de estrechar la solidaridad de los intereses humanos y de darbases mas s61idas a la paz. "Asf, al lado del progreso material, se desarrolla el pro-greso moral. EI bienestar ffsico de las poblaciones estimula y aviva el sentido moral,y trae su contingente robusto a las instituciones polfticas."78 El gobierno roquista, adiferencia de sus predecesores, afirmaba LTN, habfa descubierto esta verdad y , por 10tanto, habra "facilitado la conciliacion de todas las fuerzas activas del pais, en unnuevo teatro de accion."?? Las pasiones polfticas del hombre, LTN repetfa, fueronamordazas por el desarrollo de los intereses econornicos, 10que a su vez se vio rapi-damente reflejado en un cambio favorable de las costumbres polfticas. Segun el pe-riodico, los viejos odios dieron paso a la tolerancia, la division irrevocable a laconciliacion, la violencia a la paz, la rebeldfa al respeto por la autoridad.s''

    La paz era definida por LTN como el fruto mas preciado del progreso econ6mico.EI periodico la situaba a la cabeza de la lista de las conquistas de la primera adminis-

    7~ A. O. Hirschman, The Passions and The Interests. Political Arguments for Capitalism before ItsTriumph, Princeton, Nueva Jersey, 1977, pp. 7-66.

    7~ "EI mensaje y la politica", LTN, II de mayo de 18g8.rt "Los grandes fines", LTN, 17 de enero de 1886.78lbfdem .. 79Ibfdem.

    II U "Progresos que no se mencionan", LTN, 1 de enero de 1881.

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    tracion del ochenta, insistiendo en que era el valor que el presidente Roca mas esti-maba, la hazafia por la que sentia mayor orgullo.I' EI gobiemo nacional, sostenfaLTN, ha logrado 1 0 que ningun otro: "irnponer la supremacfa de las leyes sobre la vo-luntad de los hombres."82 La paz alcanzada tarnbien era resultado de la accion de lasfuerzas productivas ya que "las guerras civiles, las rebeliones contra la autoridad, losmovimientos de sediciones que se sucedfan sin intervalo hasta hace algunos afios, te-ntan principalmente por causa el profundo malestar, la despoblacion, la miseria, lafalta de trabajo".83 Fomentando la industria y el comercio, sostenfa LTN, el gobiemohabia logrado erradicar finalmente las causas de la anarquia. Hoy podemos felicitar-nos una y otra vez, insistia el periodico, del simple hecho de que "el tiempo de la po-Utica teatral ha pasado. No hay multitudes ociosas que fraguen revoluciones.v'" Lacausa de la transformacion era, segun LTN, muy clara: el amor al trabajo habia reern-plazado al ocio y la miseria habfa sido transformada en riqueza a 1 0 largo de la Re-publica.85 Y esto se debfa a que "los ferrocarriles, los bancos, los telegrafos y dernasagentes de civilizacion y de progreso llevados al interior, estan destinados a desarro-lIar habitos de trabajo, a dar unidad y solidaridad a las poblaciones, a elevar la per-sonalidad humana y a desarrollar en ella el espfritu de independencia y el sentirnientode la responsabilidad.t'=

    EI desarrollo economico no solo habfa traido paz y civilizacion al pais, anun-ciaba LTN, sino tarnbien la libertad civil y la Iibertad politica. Ellas tambien eran elproducto del perfeccionamiento de la personalidad del individuo que resulta cuan-do este se embarca en tareas tales como la busqueda de capitales, la moderniza-cion de industrias primitivas y entabla relaciones para extender sus interesescomerciales.F Los pueblos modernos han cornprendido, LTN insistfa, que las liber-tades civiles y polfticas son fruto de la civilizacion y que su conquista y permanen-cia no depende de teorfas abstractas ni de leyes escritas sobre pape!. EI peri6dicopredicaba que, al contrario de 1 0 que muchos afinnaban, el mensaje de los econo-mistas modernos no era que el derecho y la libertad son los generadores naturalesy necesarios del trabajo, que para que este exista deben existir los anteriores pri-mero. La verdad es justamenle 1 0 contrario, afirmaba LTN, es el trabajo el que gra-dual mente introduce en las sociedades el orden y el buen gobierno, y con ellos lalibertad. "No se requiere mucho esfuerzo para reconocer que hay mayores garan-tias y libertad en las poblaciones donde estan mas desarrollados los habitos del tra-bajo y donde es mas abundante el fruto de la labor industrial, asf como es mas

    8 1 "Decretar la anarqufa", LTN, 3 de mayo de 1882, y "Politica", LTN, II de noviembre de 1885.82 "La fuerza del sistema", LTN, 2 de noviembre de 1887.83 "La antigua escuela", LTN, 3 de marzo de 1887.84lbfdem.85 "Anacronismos". LTN, 21 de julio de 1882.86 "La antigua escuela", LTN, 3 de marzo de 1887.87 LTN, 12 de febrero de 1887.

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    precaria, independiente de las leyes y de los gobiernos, allf donde no han penetra-do todavfa las corrientes vivificadoras del progreso".88 Aquellos que no vefan laverdad de las ensefianzas de los econornistas modernos, insistfa LTN, era porque es-taban confundidos en sus conceptos de libertad. Ella no era la dernagogia desen-frenada, insistfa el periodico, la libertad es, simplemente, "el orden publicocimentado en la ley".89

    EI progreso desarrolla los habitos adecuados, templa las pasiones, conquista lapaz y concibe a la libertad. Mas aun, anunciaba LTN, tambien perfecciona a la de-rnocracia, EI periodico estimaba que en 1885, cerca de la mitad de la poblacion ca-recfa de instruccion elemental y que habfa 400.000 ciudadanos habilitados paravotar, de los cuales no menos de 300.000 estaban desprovistos de la menor instruc-cion. La triste conclusi6n a la que LTN arribaba era que la gran mayorfa legal esta-ba compuesta de ignorantes, Sin embargo, LTN insistfa que la corrupcion del votoque tanto agitaba a la oposicion no era resultante de las instituciones polfticas si-no de la situacion social en que estas se apoyaban. Esta ignorancia explicaba ennuestra sociedad el prestigio del caudillo, nuestras conmociones periodicas y latransmisi6n del poder por la victoria de las armas que hasta hacfa poco nos carac-terizaba, Y si bien esta ultima caracterfstica de nuestras costumbres polfticas ha-bfa sido erradicada, LTN sostenfa, "el voto inconsciente de la mayorfa ignorante esuna amenaza suspendida sobre el destino de los pueblos".90 LTN se apresuraba aagregar que esto no implicaba que el gobierno estuviese a favor de restringir el vo-to a los letrados 0a los propietarios como ocurrfa en muchos pafses avanzados; por10 contrario, el gobierno crefa firmemente en que el ejercicio hace a la perfec-cion.?' Pero 10 que era indudable, segun el periodico, era que el gobiemo de Rocahabfa comprendido que el mayor problema de la democracia argentina era socialy economico, y que estos escollos sedan solo salvados a traves de la inmigraci6n,la extensi6n de los ferrocarriles y telegrafos, y la promoci6n de la educacion. Per-feccionar las bases donde se asientan las instituciones, repetfa LTN, era cumplir,principalmente, una tarea constitucional, era trabajar para el perfeccionamiento dela democracia ya que solo asf se eliminarian las verdaderas causas de la venalidaddel votO.92En el discurso del PAN, por 10 tanto, la palabra progreso tenia una significacionsumamente ampJia y sus efectos positivos reclamaban tener un largo alcance. Comohemos visto, segun el peri6dico el progreso contribuye al desarrollo del caracter dela persona, al perfeccionamiento de la moralidad individual y social, conIleva al buengobiemo, instaura el orden, la libertad, la paz y desarrolla la democracia. Sin embar-

    88 "EI mensaje y la polftica", [IN, II de mayo de 1888.89 "La antigua escuela", LTN, 3 de marzo de 1887.9() "La democracia practica", LTN, I de octubre de 1885 ..91 Ibidem.n Ibidem.

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    go, una rapida mirada a la forma en que LTN define los conceptos constitutivos delprogreso muestra que, en su gran mayorfa, estos conceptos son mutuamente inter-cambiables ya que sus definiciones son tautol6gicas. En el lenguaje del PAN, el or-den, la paz y la libertad definen el buen gobierno: el buen gobiemo, la paz y el ordenconstituyen la libertad; la paz es orden, Iibertad y buen gobierno: el orden, es buengobierno, paz y libertad, etc. Estos conceptos son mutuamente intercambiables por-que en el lenguaje del PAN poseen una rafz cormin: el desarrollo economico. EI per-feccionamiento de la etica individual y social, as! como las buenas instituciones, lalibertad y la democracia se desprenden de el, Las implicancias de este discurso sonsignificativas. En primer lugar, establece una jerarquia e interrelacion de valores 50-bre los que el gobierno roquista va a basar su acci6n y, en segundo lugar, este len-guaje construye tanto la identidad del gobiemo y eI partido que 1 0 sostiene, as! comola de la oposici6n.

    En el discurso lanzado por LTN a partir de fines de 1880, no s610 se celebraba lalIegada del progreso sino que se identificaba al gobiemo como el ilnico responsablede su arribo. "Si se quiere reconocer su obra," afirmaba L7N refiriendose ala adminis-traci6n de Roca, "btisquesela en los hechos que afianzaron la paz interna; que arregla-ron las m a s graves cuestiones intemacionales; que resolvieron la eterna cuesti6n de lasfronteras; que dieron a la nacion su capital hist6rica y definitiva y que han dado a laactividad nacional una direcci6n nueva y fecunda en las gloriosas y pacfficas hazafiasdel trabajo y del progreso, convirtiendo en elemento de vida y de reproducci6n todaslas fuerzas que antes se malgastaban en las luchas sangrientas y destructoras.T" LTNinsistfa en que estos logros podfan ser mejor apreciados si se contrastaba ala situaci6nactual con la que el pais habia vivido desde la independencia hasta el presente. EI pe-ri6dico roquista pasaba entonces a reconstruir en sus paginas una lecci6n de historianacional en los siguientes terrninos:

    EI pueblo argentino se habta visto en la necesidad de luchar contra un legado colo-nial que distaba de ser positive, "La naci6n colonizadora nonos leg6 ni educaci6n po-lttica, ni habitos de orden, ni instituciones regulares de gobierno, ni un sistema delegislaci6n propia, ni amor al trabajo, ni comercio, ni industria",94Por 10 tanto no erade extrafiarse que la Argentina hubiese extraviado el camino por cincuenta MOS y sehubiese visto dominada por "los elementos disolventes y desordenados que surgieron .del coloniaje y de la revoluci6n".95La historia de nuestro pafsera la historia del cal-vario donde todos los esfuerzos de construccion se desvanecfan bajo el in-cendio provocado por las pasiones pollticas, "una historia de luchas, de infortunios,de martirios"y6 Los errores del perfodo posrevolucionario habfan sido engendradospor las pasiones polfticas que llevaron al pais de los horrores de la anarqufa a las ga-

    93 "Los partidos", LTN, 16 de diciembre de 1887.94 "1888-1889", LTN, I de enero de 1889.9j "Atavismomoral",LTN, 13 de febrero de 1886.96 "La lucha legal", LTN, 8 de enero d e 1886.

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    so y la lucha contra la adversidad es la lucha del progreso por abrirse camino con-tra las desatadas pasiones polfticas que se 1 0 obstaculizaban. Mas significativo aiin,es una historia donde las guerras de independencia, la anarquia, eI gobierno rosistay los intentos de construcci6n nacional entre el 53 y el 80, forrnaban 5610 el prole-go de la historia argentina. Unicamente en 1880, con la llegada de Roca al poder,comenzaba a llenarse con tinta el blanco de la primera pagina de la historia de la Ar-gentina modema.

    Si bien la lecci6n de historia nacional fabricada por LTN peca de simplista, distor-sionada y arbitraria, 1 0 importante para rescatar de ella es, justarnente, estos elemen-tos que la caracterizan. Lo mas significativo de esta historia caprichosa es lamultiplicidad de funciones que aspiraba a cumplir. Su objetivo mas obvio era resal-tar diariamente los triunfos de la administraci6n del ochenta, enumerando los frutosdel progreso que se decfan sentir en todo el pafs desde el primer dfa de la adminis-tracion de Roca. De allf el empefio con el que el peri6dico enumeraba las Ifneas fe-rreas, los telegrafos y el puerto, y la insistencia con que el resumen "de la pohticasemanal pubJicado cada viernes celebraba el final de otra semana donde la paz no ha-bfa sido interrumpida. Asimismo, la construcci6n de un relato negro de la historia an-terior al ochenta, como reconocia el mismo peri6dico roquista, no tenia otro fin queresaltar los logros del nuevo gobiemo.102

    La necesidad de construir un discurso de grandeza, honor y triunfo para la ad-ministraci6n roquista y contrastarlo con un pasado opuesto demuestra, primordial-mente, la urgencia con la que el peri6dico fabricaba una reputaci6n donde el nuevogobierno pudiera basar su legitimidad. Si bien la narracion de la historia nacionaldifundida por LTN lindaba con 10 grotesco, no es menos cierto que de esa narracionse desprende una de las evidencias mas obvias de esa historia: la falta de legitimi-dad de las autoridades elegidas y la fragil capacidad de estas para imponer su au-toridad en toda la Republica. Durante el perfodo de la organizaci6n nacional, laindiferencia e incluso el desprecio por la autoridad nacional, por las leyes y laConstituci6n habra demandado grandes esfuerzos belicos y economicos. Este pasa-do reciente s610 hacfa mas urgente la necesidad de construccion de una legitimidadpara el nuevo gobierno. Despues de todo, Roca habra asumido a los tres meses dela revoluci6n mas sangrienta del perfodo constitucional y su eleccion presidencialhabfa sido desafiada por la mayor parte de ese sector de la poblacion portefia don-de ahora residfa el presidente. Si las elecciones no bastaban para investir a la auto-ridad nacional de una legitimidad que contuviese los instintos guerreros de lospretendientes al poder, era imperioso construir una reputaci6n que invistiera al pre-sidente de la iegitimidad que las elecciones, hasta ese entonces, no alcanzaban aotorgarle. Los largos y reiterativos editoriales sobre el Presidente-General que ha-bfa conquistado el desierto, habfa aniquilado el ultimo bastion de localismo y ha-

    lU2 "La lucha legal", LTN. 8 de enero de 1886.

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    bfa abierto las compuertas del progreso estaban destinadas, desde el primer dfa, acumplir esa funcion.

    AI narrar su propia version de la historia nacional, LTN manifestaba cumplir conuna mision patriotica: "corresponde a los ciudadanos y a los partidos no olvidar laslecciones de ese pasado que se evoca para estimular el sentimiento nacional".lo3 Siera necesario recrear una leccion de historia que fomentase el sentimiento de perte-nencia a una nacion, obviarnente ello se debfa a que los contemporaneos percibfanque ese sentimiento era todavfa fragil, Ese nacionalismo embrionario, el peri6dicoaducfa, podia ser mas valorado si se 1 0 contraponfa con aquella imagen de anarqufainstitucional que Ie precedio.P" Despues de todo, 1 0 que la historia pasada mostrabaera que la union de la Argentina no solo era una union reciente sino tarnbien unauni6n institucional, Varias veces, y no siempre con exito, habfa sido necesario em-plear la fuerza para crear la uni6n de regiones en las que un pasado colonial comun,una misma lengua y una misma religi6n, no parecfan constituir razones suficientescomo para quedar institucionalmente unidas par una autoridad comun, La narrativaroquista, por 10 tanto, hacia una celebraci6n de la unidad institucional sellada en elochenta. Ella fabricaba una imagen festiva del inicio de un tipo de union, que si biense habfa articulado en la teorta, su realidad luchaba aiin por imponerse,

    Como ya hemos mencionado, el relato roquista de la historia nacional cumpJiaademas la doble funcion de garantir la patemidad del PAN como unico gestador de lanueva era y de crear la identidad del nuevo gobierno, la del partido oficial y la de laoposicion, Era el presidente Roca, LTN repetfa, quien habra conquistado el desiertopara la naci6n, habia hecho triunfar el sentimiento nacional sobre ellocalismo porte-fio, habra organizado un partido nacional y habfa hecho germinar las semillas del pro-greso. Si la Argentina, a diferencia de Estados Unidos, no poseia en su independenciauna serie de padres fundadores, era porque ella no habia disfrutado de una organiza-ci6n temprana. La Argentina modema comenzaba en 1880 y el gobierno roquista erael equivalente nacional a los padres fundadores norteamerlcanos. En la historia re-construida por LTN, el ochenta establecfa una lfnea de demarcacion entre el pasado yel presente. Esta dicotomfa que establecfa el ochenta entre el antes y el despues, eraempJeada por el periodico, entre otras cosas, con el objetivo de "instruir" al publicosobre la diferencia entre el atraso y la modernidad. Lo que diferenciaba a los pueblosanc\ados en el atraso de aquellos que lograron la civilizaci6n, afirmaba LTN, era queen los primeros reinaba la inmovilidad, la costumbre, la tradicion, la religion y la for-ma de gobiemo de tribu.105 Los pueblos atrasados, LTN afirmaba, tienen horror a lainnovaci6n y custodian la estaticidad, mientras que en los modemos "todo es dina-mico y se aspira al cambio continuo en el sentido de una mejora".I06 La Argentina,

    103 "La lucha argentina", LTN , 8 de enero de 1886.1 04 "La Republica Argentina", LTN. 26 de enero de 1887 .. 1 0 .5 Ibidem.106 Ibidem.

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    gracias al gobierno roquista, habfa logrado entrar a fa modernidad "y despues de lu-chas sangrientas ha conseguido salir de la epoca salvaje, deshaciendo el caudiJIajeque conservaba la fuerza como instrumento't.l'" Gracias al nuevo gobiemo, insistfaLTN, la Constituci6n no era ya una letra escrita sino una encamacion, el pafs experi-mentaba una paz sin precedentes "y ya esta por 1 0 tanto en su epoca de discusion, deprogreso y de adelanto".IOS

    Era justamente en esta abrupta divisi6n entre el pas ado y el presente que el nue-vo gobiemo basaba su identidad, En su narrativa historica, LTN no 10 presentaba co-mo un gobiemo que aspiraba a construir sobre las bases de sus antecesores, comolos continuadores de una empresa emprendida con anterioridad a su arribo al podery que ellos se proponfan engrandecer, Por el contrario, LTN reconstruia un pasado ala vez cercano y lejano, donde la cercania cronol6gica era alejada por la brecha en-tre el atraso y el progreso. Roca no era presentado al publico como el ministro deGuerra de Avellaneda, sino como el conquistador independiente del desierto, y lasvfas ferreas, el telegrafo y las exportaciones 5610 parecfan haberse iniciado juntocon la nueva administraci6n. A su vez, el PAN no era presentado en sociedad comoun partido poseedor de un prestigioso arbol geneal6gico cuyas raices podfan ras-trearse en las presidencias anteriores, Por el contrario, era presentado como una or-ganizaci6n completamente nueva y modema, creada en la aurora de 1880 y sincontacto alguno con el pasado, Si en la dicotomia historica creada por Ia LTN el pa-sado era asociado con atraso, la identidad del gobierno y su partido basada en laimagen de modernidad no podia tener ningtin vinculo con el ayer. Por el contrario,su personalidad era conform ada por imagenes de inauguracion y comienzo, nutridapor los conceptos de cambio, modemidad, orden y progreso construidos, principal-mente, en las editoriales de LTN.

    La narraci6n hist6rica difundida por e 1 periodico roquista tambien tenia un obje-tivo pedagogico, Si el pais habfa entrado definitivamente en la modernidad, se hacfanecesario educar a la nueva naci6n en los valores que se crefan correspondientes a lanueva situacion, De allf las ya mencionadas lecciones sobre la naturaleza del progre-so y sus efectos de largo alcance, La difusi6n de estos conceptos se hacfa mas nece-saria, se aducfa, en una naci6n nueva con viejos y malos habitos. Era necesarioensefiar, tanto a los ciudadanos como a la oposicion, que las viejas practices polfti-cas eran incompatibles con la nueva era. LTN comenzo, por 10tanto, una campafia in-sistente para aleccionar sobre el lugar que debfan ocupar fa polftica y los partidospoliticos en la nueva etapa, El periodico los presentaba en el perfodo anterior a 1880como uno de los personajes centrales de la historia argentina y los principales res-ponsables de sus infortunios, En la modemidad recreada por el roquismo, sin embar-go, ellos estaban destinados a ocupar un rol mucho mas modesto.

    1 0 7 "La Republica Argentina", LTN, 26 de enero de 1887.1 0 3 "La lucha argentina", LTN, 8 de enero de 1886.

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    Como hemos visto, la gran leccion que LTN pretendfa extraer de la historia ar-gentina era mostrar 1 0 que ocurre cuando las pasiones polfticas, "esas pasiones cie-gas y subversivas [... ] que ha(n) solido convertirse en llama", se desbordan.l''? Esallama destructora habfa, desde el comienzo, triunfado sobre todo intento de cons-truccion nacional. Asf 10 habfan experimentado Rivadavia y Urquiza y , mas cerca-namente, los participantes de la revolucion del ochenta cuando "del seno mismo dela capital argentina, surgio el grito de las pasiones comprimidas, concitando los an-tiguos odios, y agitando los recuerdos luctuosos de las guerras civiles".110 EI respon-sable del agitamiento de las pasiones polfticas era, segun LTN, "el espfritu de partidoque soplo el incendio de las guerras civiles, que reanim6 el esfuerzo de la barbarie,y que reprodujo tantas veces la lucha de sus elementos contra la civilizacion."!" Ysi el proceso de destruccion se habfa revertido en 1880, era porque solo entonces,las pasiones polfticas habfan sido amordazadas por los efectos del progreso. EI ob-jetivo del gobierno habfa sido conquistar y mantener la paz porque ella es "Ia pri-mera condicion de una vida normal".112 Como hemos visto, LTN rescataba de supropia narrativa hist6rica una serie de moralejas: que para que exista el progreso sehacfa necesario restringir las pasiones; que el principal canalizador de las pasioneseran los partidos politicos; y que los logros alcanzados debfan ser cuidados ya quela historia de la anarqufa prerroquista mostraba 1 0 que sucedfa cuando las pasionespoifticas se desatan.

    LTN insistia en que los partidos de oposicion se equivocaban al acusar al gobier-no nacional de abusar del poder. Segiin el periodico, ellos no comprendfan que lafuente de los rnayores peligros no provenfa de un exceso de pader sino de sopJar so-bre las cenizas de la pasion polftica de la forma en que 10 hacfan los politicos irres-ponsables de la oposiclon.!'? La oposicion erraba el camino at sostener que lasagitaciones politicas son sinonimo de libertad; par el contrario, repetia LTN, ell as re-presentan su obstaculo ya que "suspenden el curso de los intereses materiales y mo-rales del pais, suprimen la seguridad, y tadas las garantias del derecho.l"!" LTNaseguraba que la leccion sobre el peJigro que representan los partidos politicos parael progreso, no s610 provenfa de la propia historia argentina, sino incluso de las en-sefianzas de George Washington, "el padre de las democracias modemas't.U" Estasmostraban como los partidos alientan el espfritu de venganza trayendo desordenes ymiseria que generalmente llevan al despotismo, asi como el espiritu de partido inter-fiere en la administraci6n publica introduciendo la perturbaci6n en los consejos, pro-

    10 9 "Atavismo moral", LTN, 13 de febrero de 1886.110 Ibfdem.IlIlbfdem.11 2 "Politics", LTN, II de noviernbre de 1885.III"La lucha legal", LTN, 8 de enero de 1886.11 4 "Politica", LTN, II de noviembre de 1885.1 1 5 .. Atavismo moral", LTN, 13 de febrero de 1886.

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    duciendo infundados reeelos y falsas alannas, fomentando incluso la insurreccion.U''Las ensef ianzas de Washington eran particularmente aplicables a la Argentina, afir-maba el periodico, "tambien