Algunas aproximaciones a las ciudades latinoamericanas.

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ALGUNAS APROXIMACIONES A LAS CIUDADES LATINOAMERICANAS CIENCIAS SOCIALES Introducción | Ciudades latinoamericanas en perspectiva histórica | Ciudades sobre ciudades | La ciudad en damero | De la ventana enrejada española al balconcito francés | Ciudades de campesinos | El crecimiento urbano desmesurado | Ciudades y ciudadanos Autores: Prof. Mario Petrone (UBA), con la colaboración de Patricia Funes | Coordinación Autoral: Dra. Patricia Funes (UBA y CONICET) y Dr. Áxel Lazzari (UBA) PROGRAMA DE CAPACITACIÓN MULTIMEDIAL EXPLORA LAS CIENCIAS EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO

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Explora. Ciencias Sociales.Curso Multimedial.

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ALGUNAS APROXIMACIONES A LASCIUDADES LATINOAMERICANAS

CIENCIAS SOCIALES

Introducción | Ciudades latinoamericanas en perspectiva histórica | Ciudades sobre ciudades | La ciudad en damero | De la ventana enrejada española al balconcito francés | Ciudades de campesinos | El crecimiento urbano desmesurado | Ciudades y ciudadanos

Autores: Prof. Mario Petrone (UBA), con la colaboración de Patricia Funes | Coordinación Autoral: Dra. Patricia Funes (UBA y CONICET) y Dr.Áxel Lazzari (UBA)

PROGRAMA

DE CAPACITACIÓN

MULTIMEDIALEXPLORALAS CIENCIAS EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO

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L a ciudad se relaciona con un sinnúmerode términos estrechamente vinculados:

modernidad, capitalismo, progreso, "luces"(de iluminación e "iluminismo-racionali-dad"), burguesía (burgos), política (polis),ciudadanía. Las ideas e ideologías suelenasociarse al mundo urbano, así como su difu-sión y registro. Histórica morada de sacerdo-tes, letrados, reyes, presidentes, técnicos, laciudad es poder, administración, "contabili-dad" y distribución de recursos materiales ysimbólicos. Incluso como experiencia de vida,¿es posible pensar el "espacio público" sinremitir a la experiencia urbana?

Sociológica e históricamente, lo urbanosuele definirse "frente" o "contra" el cam-po, lo rural. Esquemas duales (o funcionalis-ta-dualistas) establecen contradicciones en-tre ambos mundos. Es difícil encontrar algu-na utopía futurista que no se ubique en lasciudades ("máquinas que hacen el trabajode hombres, hombres que se comportancomo máquinas", escribió Orwell). En cam-bio, las utopías retrospectivas y/o milenaris-tas se ligan a lo rural: arcadias perfectas,

igualitarias, ubicadas en un tiempo mitológi-co y generalmente circular.

"La ciudad −dice Raymond Williams− sealimenta (literalmente) de lo que el campoproduce y puede hacerlo a cambio de losservicios que ofrece en las esferas de la auto-ridad, la política, la ley y el comercio a quie-nes están a cargo de la explotación rural, conquienes, de modo característico, está ligadaorgánicamente por una necesidad mutua debeneficio y poder." Sin embargo, con eltiempo, esa relación en principio recíproca,se autonomiza en favor de las ciudades, quese alienan y adquieren una fisonomía apa-rentemente autosustentable.

Las ciudades se definen como sistemassobrecapitalizados subsidiados desde la pe-riferia, de donde provienen los recursos.División del trabajo, estratificación, aliena-ción y acumulación son notas que las carac-terizan. Por lo mismo, la ciudad es sede de laadministración y el poder. El campo y la ciu-dad son realidades históricamente variables,tanto en sí mismas como en sus interrelacio-nes. Mucho más en América Latina, donde

la "arcaización de lo moderno, la moderni-zación de lo arcaico" generan zonas grises,híbridas, mucho más polifónicas y menosdiáfanas que las díadas y los opuestos. Haymás de dialéctica, de complementariedad yde contaminación que lo que esas imáge-nes sugieren.

Las ciudades latinoamericanas compartenla lógica del capitalismo, aunque se objetiva yenraíza con rasgos peculiares. Si las compara-mos con otras sociedades del Tercer Mundo,las ciudades latinoamericanas han mostradouna densidad y complejidad propias.

En este fascículo veremos algunas imáge-nes de las ciudades latinoamericanas,centrándonos en el proceso histórico funda-cional de las denominadas “ciudades masifi-cadas”, procesos ligados a las transformacio-nes de entreguerras. Si bien señalaremos losprincipales rasgos de las ciudades en la his-toria de la región, nos detendremos enestas "ciudades de campesinos" que sur-gieron en las décadas de 1940 y 1950, yaque marcan un quiebre cuantitativo y cuali-tativo de largo plazo que aún continúa.

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INTRODUCCIÓN

San Pablo, una de las más grandes metrópolis latinoamericanas.

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3ALGUNAS APROXIMACIONES A LAS CIUDADES LATINOAMERICANAS

CIUDADES SOBRE CIUDADES

La ciudad latinoamericana, si bien productodel genérico proceso de la modernidad, tie-ne sus linajes y precedencias.

El 8 de noviembre de 1516, las huestes deHernán Cortés avistaron Tenochtitlán, unaincreíble ciudad compuesta de varias ciuda-des, construidas sobre un lago. Los soldadosque acompañaban a Cortés habían viajadopor casi todo el mundo occidental conocido yno podían sino compararla de maneraincompleta y aproximativa con Roma o Cons-tantinopla. Los símiles eran del orden de lamagia o de los sueños. Escribió Bernal Díaz:

Y desde que vimos tantas ciudades y villas

pobladas en el agua, y en tierra firme otras gran-

des poblaciones, y aquella calzada tan derecha y

por nivel cómo iba a México, nos quedamos admi-

rados, y decíamos que parecía a las cosas de

encantamiento que cuentan en el libro de Amadís,

por las grandes torres y cúes [templos] y edificios

que tenían dentro del agua, y todos de calicanto, y

aun algunos de nuestros soldados decían que si

aquello que veían si era entre sueños, y no es de

maravillar que yo escriba aquí de esta manera, por-

que hay mucho que ponderar en ello que no sé

como lo cuente: ver cosas nunca oídas ni aun

soñadas como veíamos.

Otro tanto ocurrió con Cuzco, considera-da el "ombligo" del mundo incaico, des-cripta así por el Inca Garcilaso:

Tiene calles anchas y largas y plazas muy gran-

des, por lo cual los españoles en general, y los

escribanos y notarios en sus escrituras públicas,

usan del primer título porque el Cuzco en su

imperio fue otra Roma en el suyo; y así se puede

cotejar la una con la otra, porque se asemejan en

las cosas más generosas que tuvieron. La primera

y principal, en haber sido fundadas por sus prime-

ros reyes. La segunda en muchas y diversas nacio-

nes que conquistaron y sujetaron a su imperio. La

tercera en las leyes tantas y tan buenas y bonísi-

mas que ordenaron para el gobierno de sus repú-

blicas. La cuarta en los varones tantos y tan exce-

lentes que engendraron, y con su buena doctrina

urbana y militar criaron.

Tenochtitlán y Cuzco fueron parcialmentedestruidas y sobre ellas se edificaron "nue-vas" ciudades: México sobre Tenochtitlán,en el virreinato de la Nueva España, y NuevaToledo sobre las ruinas de Cuzco. Sobre sustemplos, las iglesias mayores, y sobre sus cal-zadas, las calles, en dificultoso damero.

LA CIUDAD EN DAMERO

La conquista española, menos que la lusita-na, se centró en la creación de ciudades. Noeran factorías, eran ciudades para estable-cerse y crear una nueva sociedad, una"nueva Europa". La ciudad era el centro deexpansión de un hinterland indeterminado.

Representaban al rey, a la religión católica (lalegitimidad de la conquista) y al mundo euro-peo. Muchas de ellas se trazaron sobre ciu-dades o encrucijadas de caminos precolom-binos. Otras se crearon ex nihilo. Tambiénhubo ciudades en los centros productivos:Taxco, Guanajuato, Villa Rica de Albuquerque(hoy Ouro Preto), pero la más impresionan-te fue Potosí. Y las hubo puertos, que se vol-vieron muy dinámicos hacia finales del sigloXVIII, cuando se flexibilizó el monopolio co-mercial. Justamente, de las ciudades de losnuevos virreinatos borbónicos surgieronlos primeros movimientos independentistas.

En todos los casos, la idea era trasladar laimpronta del mundo conocido y civilizado.

Plano de Tenochtitlán, posiblemente realizado por Cortés (México, 1524).

CIUDADES LATINOAMERICANAS EN PERSPECTIVA HISTÓRICA

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Por eso muchas se llamaron "nuevas" −Nue-va España, Nueva Granada, Nueva Galicia;New York, Nouvelle Orleans, Nova Lisboa−o eran bautizadas con el nombre de ciuda-des conocidas −Córdoba, Rioja, Cartagena(de Indias)−. Como afirma Benedict Anderson,los europeos del siglo XVI habían adoptadoel hábito de dar a lugares remotos "nuevasversiones" de "antiguas" toponimias de sustierras de origen. "Lo sorprendente de losnombres americanos de los siglos XVI y XVIIes que lo "nuevo" y lo "viejo" fueron inter-pretados de manera sincrónica, no comoherencia". Nueva España junto a España, unidioma de competencia entre hermanos yno de herencia: "Entre 1500 y 1800, unaacumulación de innovaciones técnicas enlos campos de la construcción de barcos, lanavegación, la relojería y la cartografía,hacía posible este tipo de imaginación".

El "orden" fue otro concepto importanteen la fundación de ciudades. Es la palabraque obsesivamente utiliza el rey en las ins-trucciones a Pedrarías Dávila (1513) para laconquista de Tierra Firme:

Vistas las cosas que para los asientos de los

lugares necesarios e escogido el sitio más prove-

choso [...] habréis de repartir los solares del lugar

para hacer casas, y estos han de ser repartidos

según las calidades de las personas e sean de

comienzo dados por orden; por manera que [...] el

pueblo parezca ordenado, así en el lugar que se

dejare para la plaza, como el lugar en que hubie-

ra la iglesia, como en el orden que tuvieran las

calles; porque en los lugares que de nuevo se

hacen dando la orden en el comienzo sin ningún

trabajo ni costa quedan ordenados e los otros

jamás se ordenan.

Para Ángel Rama, la traslación del orden auna realidad física −la fundación de ciuda-des− implicaba un diseño urbanístico queno podía dejarse al azar; debía tener racio-nalidad, incluso, para prever el futuro y neu-tralizar la entropía de un mundo con otraslógicas que debía ser disciplinado desde elespacio. "El resultado en América Latina fueel damero, que reprodujeron, con o sin pla-no a la vista, las ciudades barrocas y que seprolongó hasta prácticamente nuestros días[...]. Pero más importante aún que el dame-ro es el principio rector que asegura todo unrégimen de transmisiones: de lo alto a lobajo, de España a América, de la cabeza delpoder a la conformación física de la ciudadpara que la distribución del espacio urbano

asegure y conserve la forma social. El ordendebe quedar estatuido antes de la existenciafísica, real de las ciudades para impedir futu-ros desórdenes."

No obstante estas previsiones, la mayoríade las ciudades criollas fueron apenas algomás que "aldeas": plaza, catedral, casa delgobernador, cabildo, ejido. Acechadas porla escasez, la invasión o la enfermedad. Pesea las sincronías y los órdenes, las ciudadeslatinoamericanas no se comportaban deltodo como la modernidad de la cual forma-ban inequívocamente parte.

Luego de las independencias y el derrum-bamiento de los espacios administrativos,mercantiles y políticos del orden colonial, sedesató una fuerza centrífuga en el que for-mas moleculares y rurales de dominaciónconformaron un principio articulador dereemplazo: las plantaciones, las haciendas,las estancias, matrices del orden oligárquico,se impusieron sobre las ciudades. Las con-tradicciones entre puertos e "interiores",entre conservadores y liberales, entre fede-rales y centralistas tuvieron como protago-nistas el orden urbano vs. el orden rural.

1. Representación de Cuzco, realizadapor Guamán Poma de Ayala (1572).

2. Plano de la ciudad de Buenos Aires(1713) en el que se puede apreciar eldiseño en damero original.

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5ALGUNAS APROXIMACIONES A LAS CIUDADES LATINOAMERICANAS

urbana muy influido por la cultura francesaque animaba a las elites culturales. Lasreformas de Haussman en París inspiraronesos cambios. Otra referencia importantefueron las políticas emanadas de las escue-las positivistas e higienistas. Las epidemias

DE LA VENTANA ENREJADA ESPAÑOLA AL BALCONCITO FRANCÉS

Creo que no hay imagen que mejordefina el profundo cambio que a todavelocidad regía a las ciudades latinoame-ricanas, que la sustitución de la vieja ven-tana enrejada de origen español, por elbalconcito de origen francés, moda quefue arrasadora desde los años noventa.

Ángel Rama.

El proceso de consolidación de los Estadoslatinoamericanos (hacia fines del siglo XIX)volvió a poner de relevancia el mundo urba-no. El proceso de centralización política pro-ducto de los pactos intra e interoligárquicospautaban, al compás de la inserción de laseconomías regionales al mercado mundial,otro "orden" para el "progreso". Las nue-vas funciones (administración estatal, víasférreas, puertos, en síntesis, las obras deinfraestructura que demandaba una econo-mía en expansión) imprimieron a las ciuda-des nuevas fisonomías.

Las ciudades, sobre todo las capitales, des-cribieron un proceso de reestructuración

de fiebre amarilla, disentería o cólerademostraron que la ciudad era un espaciocolectivo y que ni las clases propietariasestaban a salvo de esas epidemias en ámbi-tos insalubres. De allí que se impusieranobras de alcantarillado, apertura de calles,avenidas, bulevares, iluminación y "airea-miento" por medio de espacios verdes.Además, el Estado corporizaba su presenciafísica en edificios o "palacios" (las sedes delos congresos, de los correos, las mismasaduanas) reafirmando un poder político cadavez más presente. Sin embargo, la moderni-dad mostraba imágenes bifrontes, ambiva-lentes, que se expresaron con mucha nitidezen las ciudades.

Para las oligarquías latinoamericanas lasciudades presentaban una fisonomía con-tradictoria: por un lado, eran el espejo delprogreso, la modernidad, la civilización; porotro, un ámbito de creciente hostilidadcuando (como contracara de esos mismosprocesos) contingentes de obreros socialis-tas y anarquistas se apropiaron de lo públi-co. La calle se transformó en un lugar parael ejercicio de la opinión, la recreación, elencuentro, la protesta. Esta "publicidad"aparecía transgrediendo la "privacidad" deuna política restringida a los clubes de nota-bles y los círculos familiares. No se trataba deuna "ciudad desencantada", una "jaula dehierro", sino de un improvisado bricolaje

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Planos en damero de la fundación de las ciudades de Mendoza y San Juan.

Destrozos provocados durante la Semana Trágica (Buenos Aires, 7-15 de enero de 1919), comoconsecuencia de la dura represión a la huelga general promovida por la FORA anarquista.

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nidas y se modernizó el puerto. Se constru-yeron veredas y macadanes, se demolieronviejos mercados y cientos de cortiços, con-juntos habitacionales precarios donde seaglomeraba buena parte de la poblaciónpobre que debió dirigirse hacia las colinas,lo que dio comienzo a un proceso de"favelización" de larga data.

El conjunto de transformaciones era vividocon un explícito ethos civilizatorio. Uno delos narradores de la ciudad, Olavo Bilac lodescribía así:

Hace pocos días, los picos, entonando un him-

no jubiloso, iniciaron los trabajos de la Avenida

Central, tirando abajo las primeras casas conde-

nadas [...]. Comenzamos a marchar hacia nuestra

rehabilitación. Al derrumbarse las paredes [...] se

hacía presente un largo gemido. Era el gemido

triste y lamentoso del Pasado, del Atraso, del

Oprobio. La ciudad colonial, inmunda retrógrada

empeñada en sus viejas tradiciones, estaba sollo-

zando [...]. ¡Con qué alegría cantaban los picos

regeneradores [...] celebrando la victoria de la

higiene, del buen gusto y el arte!

Acompañó estas medidas un conjunto depolíticas destinadas a superar un problemarecurrente de las ciudades latinoamerica-nas: las epidemias. En 1904, el gobierno deBrasil hizo que el Congreso aprobara unaley que declaraba obligatoria la vacunacióncontra la viruela.

Los barrios centrales afectados por lareforma y la zona del puerto se convirtieronen el foco de la primera protesta de enver-gadura contra el gobierno republicano: laRevuelta de la Vacuna. El 13 de noviembrede 1904, los opositores a la norma guberna-mental levantaron barricadas y se lanzaron alas calles. El conflicto, finalmente controladopor la fuerza pública, terminó con un saldode 30 muertos, 110 heridos y 945 deteni-dos. Como afirma José Murilo de Carvalho,la Revuelta de la Vacuna fue una protestapopular, más allá de la vacuna. Fue un pro-nunciamiento espontáneo contra la refor-ma urbana, la destrucción de casas, la ex-pulsión de sectores de la población, lasmedidas sanitarias (entre ellas, la prohibi-ción de que mendigos y perros circularan

de modernidades que se yuxtaponían. Paradistintos actores, la modernidad tenía signi-ficados diferentes.

RÍO DE JANEIRO: HIGIENISMO Y REVUELTA DE LA VACUNA

Río de Janeiro sufrió un conjunto de meta-morfosis hacia comienzos del siglo XX. Hayque recordar que, todavía en 1872, unnúmero importante de sus habitantes (alre-dedor de 200.000) eran esclavos y que fueasiento de una corte hasta 1889.

La complejización de las funciones delEstado y el crecimiento económico impac-taron fuertemente en la ciudad, que requi-rió de una nueva infraestructura y mayoresservicios. Si bien el alcantarillado instaladoa mediados del siglo XIX (como consecuen-cia de una epidemia de fiebre amarilla)había mejorado la salubridad, hacia co-mienzos del siglo XX era insuficiente. Entre1903 y 1906, bajo la dirección del arquitec-to Pereira Passos, se ampliaron e iluminaronlas calles angostas y oscuras, se trazaron ave-

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Rocinha, la favela más grande de Río de Janeiro, Brasil.

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7ALGUNAS APROXIMACIONES A LAS CIUDADES LATINOAMERICANAS

Caricatura del prefecto de Río de Janeiro, Pereira Passos, y del director de Salud Pública, Oswaldo Cruz, publicada en la prensa brasileña durante la "Revuelta de la Vacuna", en noviembre de 1904.

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por la ciudad, la prohibición de escupir en lavía pública y los transportes públicos) y, porúltimo, la vacuna obligatoria. La oposiciónhacia la vacuna presentó aspectos moralis-tas. Corrió el rumor de que debía ser aplica-da en las nalgas. Los hombres considerabanque el Estado no tenía derecho de meterseen sus casas para tocar las partes "íntimas desus esposas".

LUCES Y SOMBRAS EN BUENOS AIRES

Los festejos de los centenarios de las inde-pendencias encontraron a las capitales en elcenit de los regímenes oligárquicos. Loscentenarios son ocasiones privilegiadaspara las recapitulaciones simbólicas. En lasconmemoraciones de los centenarios de lasindependencias de los países de AméricaLatina se evidencian rotundas imágenes dela "identidad" nacional. Las ciudades fue-ron el centro de esos símbolos.

En 1910 llegó a la Argentina el mayornúmero de inmigrantes de la historia delpaís. Desembarcaron en el puerto de BuenosAires 289.000 personas (en promedio seríancerca de 800 por día). La ciudad capitaltenía, entonces, 1.270.000 habitantes, delos cuales el 51% eran inmigrantes. Entre1906 y 1910 arribaron 1.200.000 inmigran-tes a una ciudad que absorbía el 25 % de lapoblación total del país. La mayoría vivía enconventillos y precarias piezas de alquiler.

Mientras tanto, Buenos Aires intentabatenazmente parecerse a París. La aperturade la Avenida de Mayo, el Palacio deCongreso, los petit-hoteles de la calleAlvear o de la Plaza San Martín parecíanconfirmarlo. En uno de los libros oficialesdel Centenario se leía: "París, soberana delas ciudades [...], tu hermana muy jovenaún, hasta hoy recatada, va a presentarse almundo en Mayo de 1910. ¡Puedes sentirteorgullosa! La humanidad, al contemplarla

[...] verá que pertenecen a la misma estirpe".Los festejos del Centenario se realizaron

con toda pompa y boato, pero bajo estadode sitio. Este recorte a las libertades indivi-duales era la respuesta del Estado a la con-flictividad social del movimiento obrero. Lossectores anarquistas y socialistas veníandesplegando un conjunto de protestas queel año anterior habían sido reprimidas dura-mente, y la amenaza de boicot a los festejosdel Centenario llevaron al gobierno no sólo arestringir las libertades, sino a sancionar la Leyde Defensa Social, que profundizaba laLey de Residencia (1902), cuya derogaciónera una parte importante de las reivindica-ciones obreras. La Ley de Defensa Social eraun instrumento del Estado para penalizarprotestas y movilizaciones obreras. Y, dehecho, el Estado hizo uso de esas faculta-des ya que, para los festejos de Mayo, hubodeportaciones, encarcelamientos y proscrip-ciones. Es que el año 1910 es la condensa-

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8 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES

ción de las contradicciones de la moderni-zación argentina (mirada desde los sectoresdominantes). Como Jano, con dos caras:una, la de la "oda al ganado y las mieses";la otra, la de la bomba anarquista al jefe depolicía. Inmigrante y maximalista tienden aser una sola identidad, y la palabra "disol-

vente" (con la fuerza expresiva de la queestá impresa), un mote frecuente.

Algo inquietaba a las elites políticas y cul-turales, aun más que los posibles efectos dela llegada del cometa Halley, que cruzaba elcielo porteño en mayo de ese año. Las lucesde la "Belle époque" argentina y de la repú-

blica oligárquica se iban apagando. Entre lasnovedades del festejo del Centenario se pre-veía la iluminación completa de los edificiospúblicos de la Capital, cosa que ocurrió amedias. Algunos hablaron de imprevisión;otros, de sabotaje anarquista.

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1. Construcción de la Estación Plaza Miserere de la Línea A de subterráneos,la primera de Latinoamérica.

2 y 3. Las dos caras del Centenario: la oligarquía desfilando con la infantaIsabel de España e inmigrantes recién llegados al puerto de Buenos Aires.

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9ALGUNAS APROXIMACIONES A LAS CIUDADES LATINOAMERICANAS

Lucas Ayarragaray: [...] Yo quiero que sesancione una ley, que lleve su acción has-ta la raíz misma de la idea anarquista,para ahogar todas sus siniestras manifes-taciones, declarando delito esa mons-truosidad que hoy germina en los duroscerebros de algunos proletarios suscita-da por las declamaciones malsanas deciertos ilusos. Yo proclamo sin ambagesque el anarquismo es un delito contrarioa la civilización argentina, porque noestá en nuestros antecedentes, en nues-tra complexión social, económica e histó-rica: y por eso, como miembro de lacomisión de legislación, presenté a suseno un proyecto combinado, de exclu-sión de extranjeros y de expulsión,penando, además, a los que una vezexpulsados vuelvan al país. Ese proyectotomado en todos sus fundamentos y contoda su doctrina intacta, lo ha reproduci-do el diputado Meyer Pellegrini, conmodificaciones de detalle. Es siempremuy difícil saber lo que un hombre traedentro de sí, las intenciones que abrigaen el seno de su conciencia; y con losmedios que tenemos hoy de preserva-ción social no llegaremos a evitar la infil-tración del virus anarquista en el pueblo,por más que le opongamos un tamiz demallas más apretadas que el que tieneactualmente la ley de inmigración y resi-dencia en vigor. Y para ese caso necesita-mos la ley de expulsión en la forma quela he propuesto a la comisión de legisla-ción, con sanciones para los que reinci-dan y vuelvan al país después de serexpulsados. Y no sólo eso; allí no queda-ría la eficacia de la ley sino en límitesreducidos y deficientes: sería en realidaduna ley frustránea. El anarquismo se hadesarrollado entre nosotros como se de-sarrolla todo, por falta de autoridades y contrapesos contrarios. Evitemos que el delirio anarquista se propague a lasclases inferiores de la sociedad y asumaformas bárbaras, como el atentado deanoche, dirigido contra lo más granado

de nuestra sociedad, en desmán de asesi-nato colectivo y anónimo.

[...] Yo estudié la materia y presenté [unproyecto] en forma de ley especial, ley deorden público y de carácter político-social.Constituye una iniciativa nueva y mecabe la satisfacción de haberla formula-do. Por esa ley, que el diputado MeyerPellegrini modificó en detalles, pero con-servando integralmente todos sus artícu-los fundamentales, declaro delito elanarquismo; prohíbo, en consecuencia,los centros y asociaciones anarquistas, laprensa anarquista, el mitin público anar-quista y la reunión secreta, la banderaanarquista; cancelo la carta de ciudada-nía a los anarquistas; también a los quefabriquen, expongan, etc., bombas; creotodo un régimen de penas; amplío loscasos de expulsión; castigo a los que,expulsados, regresan al país: es decir, ¡lle-vo por primera vez en este país el fuegode la ley hasta la raíz misma de la ideaanarquista!

[...] Yo sé que el derecho de defensa dela sociedad deriva de un concepto su-perior de subsistencia y de vida; pero enestos momentos no está en cuestión laexistencia de la nación. Yo le doy almonstruo anarquista toda la importanciay reconozco todas las aberraciones bru-tales que entraña; pero estoy tranquilosabiendo que nos bastan por ahora lasdefensas especiales que tenemos en jue-go para contener los siniestros deliriosde una banda de aventureros. ¡Nosotrossomos un partido conservador, somos elpartido burgués; el anarquismo, que esel engendro monstruoso, que es la aberra-ción del socialismo y que pretende atacaren este momento la organización funda-mental de la sociedad, desde la familiahasta la propiedad, no debe intimidarnos;nosotros, como partido conservador y bur-gués, tenemos en nuestras manos el ejérci-to, la fuerza moral, la tradición y el poder;estamos perfectamente autorizados, portodos los artículos de la Constitución,

desde la cláusula inicial hasta la últimade sus disposiciones, para poner en ejer-cicio todos los poderes −los explícitos, losimplícitos, los virtuales− para defenderlo que constituye nuestra vida, nuestrohonor, nuestro progreso y nuestra esta-bilidad futura como nación!

Entonces, ¿qué más quiere el PoderEjecutivo? ¿Acaso la opinión no ha pues-to en sus manos para combatir el crimenanarquista todas las delegaciones deconfianza, como nunca se otorgaroniguales en este país? Nosotros damos, yel país también da, todos los poderesimplícitos, todos los explícitos que hayen la Constitución, para que defiendacon eficacia la sociedad. Nosotros cree-mos que la familia y la propiedad son lasbases y fundamentos insustituibles ydefinitivos de toda organización culta, yno permitimos que ningún partido polí-tico argentino, y menos bandas deextranjeros aventureros, vengan a atacarlo que todos consideramos las basesinconmovibles del mundo moderno, deesta civilización, que es un lejano reflejode una cultura que viene hasta nosotros,de orígenes desconocidos, y a través delas edades y de la historia, llega a la vir-gen América para fundar esta civiliza-ción argentina, que será grande y quehace pocos días hemos conmemorado,en presencia de delegaciones de Américay de Europa, como una demostracióninconmovible de nuestro destino y denuestro poder.

Diario de sesiones, Cámara de Diputados,Buenos Aires, 27 de junio de 1910.

DISCURSO SOBRE LA LEY DE DEFENSA SOCIAL (1910)

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10 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES

oposición, le pone hora, día y mes (las 18 deldomingo 20 de noviembre de 1910) a la Re-volución en su Plan de San Luis Potosí. En1914, los ejércitos campesinos llegaban a laciudad de México. La ciudad −en rigor, todoMéxico− se campesinizaba. “¡Existían Méxi-co y los mexicanos!”, escribió un agudo ensa-yista. La ciudad se llenó de zarapes multicolo-res, de caras oscuras; los mercados callejerosse multiplicaron. Y aunque Zapata y Villa llega-ron al sillón presidencial, no fueron los queganaron la revolución. Sin embargo, fue unpunto de no retorno. En los años veinte, elethos civilizador y la praxis nacionalizadora deJosé Vasconcelos desde la Secretaría de Edu-cación Pública tenía como eje la idea del"México mestizo". Para ello, la ciudad de Mé-xico debía reconciliarse con lo rural. Su ambi-cioso plan educativo contemplaba nuevasimágenes para proyectar en la ciudad ese nue-vo México. La Universidad, el Palacio de Go-bierno, en síntesis, los espacios públicos y esta-tales, se llenaron de murales de Diego Riveracon sus indios, sus nopales y sus huarachas.

La difícil cimentación de la obra requirió demucha pericia técnica y fe en el progreso. Lacolumna mide 36 metros de altura y sumadala del grupo escultórico que la corona, alcan-za un total de 43 metros. La columna estádecorada con palmas, guirnaldas y anilloscon los nombres de los héroes de laIndependencia. La escultura que se encuen-tra en la cúspide de la columna −"El Ángel",que representa a la Victoria Alada− es debronce con recubrimiento de oro, mide 6,7metros de altura y pesa siete toneladas.

Muchos, en su momento, criticaron el pro-yecto por inviable o por efímero: pensabanque la columna iba a desmoronarse ante elprimer temblor. Sin embargo, la columnaaún está en pie. Si bien el Ángel se cayódurante el sismo de 1957, fue reinauguradoen 1958 y sobrevivió a los subsiguientes sis-mos que azotaron la ciudad.

Los festejos del Centenario fueron la apo-teosis del porfiriato y la política de los "cientí-ficos", y también su despedida. Sólo dosmeses después, Francisco Madero, líder de la

El Ángel de la Independencia, erigido en el Paseo de la Reforma, en la ciudad de México.

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MÉXICO: DEL ÁNGEL DE LA INDEPENDENCIA A LOS MURALES DE RIVERA

El 16 de septiembre de 1910, como partede los festejos del Centenario de la In-dependencia, se inauguraba en la Ciudadde México el monumento conocido como ElÁngel de la Independencia. El grupo escul-tórico es un buen ejemplo de los símbo-los de la confianza en la modernización. Secomenzó a construir en 1902 y el mismoPorfirio Díaz lo inauguró para los festejos.Enclavado en una de las glorietas del Pa-seo de la Reforma (el sucedáneo mexica-no de los Campos Elíseos parisinos) eraun desafío para el futuro. La ciudad deMéxico está asentada sobre las aguas deun gran lago y, por añadidura, es un fre-cuente epicentro de sismos y terremotos.Sin embargo, el arquitecto mexicano An-tonio Rivas Mercado proyectó una altísimacolumna coronada por una escultura debronce macizo.

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11ALGUNAS APROXIMACIONES A LAS CIUDADES LATINOAMERICANAS

CIUDADES DE CAMPESINOS

E l año 1930 suele ser sinónimo de cam-bios políticos en América Latina. Muchas

interpretaciones enfatizan la relación entrelos efectos de la crisis capitalista y los golpesde Estado que se suceden en un conjunto depaíses de la región. Generalmente, las inter-pretaciones se despliegan en este orden: pri-mero, agotamiento del orden primarioexportador; segundo, muestras de agota-miento de los distintos regímenes oligárqui-cos. No en todos los países los cambios sondel mismo signo. En 1930 se sucedieron va-rios golpes de Estado en América Latina: elocurrido en la Argentina clausuró la expe-riencia de ampliación de la ciudadanía políti-ca; el de República Dominicana habilitó lalarga dictadura de Rafael Leónidas Trujillo; elprotagonizado por Luis Miguel SánchezCerro en Perú terminó con once años degobierno de Augusto B. Leguía y abrió laposibilidad de las primeras elecciones li-bres y competitivas en ese país, eleccionesque −aunque no lograron quebrar el ordenoligárquico− permitieron la creación del pri-

mer partido político de masas, el APRA, con-trario a Sánchez Cerro; en Brasil, el golpe dela Alianza Liberal inauguró la larga experien-cia del Estado Novo de Getúlio Vargas. Entodos estos casos, el denominador comúnfue la intervención de las Fuerzas Armadas;sin embargo, muy distinto es el caso deMarmaduque Grove en Chile, quien instau-ró la fugaz experiencia de la "RepúblicaSocialista" (entre el 4 y el 16 de junio de1932). Estos pocos ejemplos evidencian elsignificado no unívoco que asume la crisispolítica en la región, pero también un pro-fundo cambio en el orden político, social yeconómico. Si bien todos estos cambios seexpresaron en las ciudades, sobre todo enlas capitales, el cambio parecía venir de otroslados, en principio, de las ciudades del inte-rior: Sánchez Cerro era de la ciudad deArequipa (que, junto con Trujillo y Cuzco,eran las más importantes del interior delPerú), Getúlio Vargas era de Rio Grande DoSul; Lázaro Cárdenas, de Michoacán. Peroesto no sólo desde los liderazgos era visible.

EL CRECIMIENTO URBANO DESMESURADO

Desde la década de 1920, las ciudades capi-tales habían sido un imán para migrantesinternos. También, objeto de críticas por laexcesiva apropiación de recursos, por el pesodesmesurado en las decisiones políticas y,además, por ser la imagen de una moderni-zación macrocéfala y en algún sentido "des-gajada" de la "nación".

Por ejemplo, en el Perú, en esos años, des-de las ciudades del interior se impugnó alorden oligárquico simbolizado por Lima.Desde comienzos de siglo, la ciudad experi-mentó un alto nivel de urbanización y unimportante crecimiento demográfico: en1876 tenía alrededor de 120.000 habitan-tes; en 1907, 172.927; en 1920, 223.807, yen 1931 había alcanzado los 376.097. Estose debió principalmente a la multiplicaciónde las actividades mercantiles y a su carácterde locus centralizador del poder. Nudo ferro-viario, asiento de la burocracia estatal y de

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1. El mural Mercado de Tlatelolco, de Diego Rivera, 1951, ilustra aspectos de la forma de vida de los pobladores originarios de México.

2. Emiliano Zapata, líder de una fracción de campesinos durante la Revolución Mexicana.

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las autoridades nacionales, centro neurálgi-co de las actividades comerciales, bancariasy financieras, era la ciudad más grande delPerú en un contexto eminentemente rural(en los años veinte, Arequipa, que la seguíaen importancia, tenía alrededor de 30.000habitantes; Trujillo, 20.000). Los descentra-listas arequipeños le criticaron a Lima laconcentración de poder en desmedro de lasprovincias; los trujillanos apristas, que ladictadura de Leguía había favorecido elcapital extranjero en la economía azuca-rera de la costa norte. Los indigenistascuzqueños instalaron uno de los temas re-currentes en la cultura peruana: la confron-tación costa-sierra, indio-blanco, represen-tada por Lima y Cuzco. El antropólogo yensayista indigenista Luis Valcárcel, decíaen los años veinte:

En una sociología freudiana estas dos regiones

del Perú representan dos sexos. Feminidad la cos-

ta, masculinismo la sierra. El Cusco y la sierra son

la naturaleza, el ruralismo, lo perenne e indesa-

rraigable. Nada extraño que Lima sea extranjeris-

ta −¡hispanófila!− imitadora de los exotismos,

europeizada; y el Cusco, vernáculo, nacionalista,

castizo, con un rancio orgullo de legítima prosa-

pia americana.

En los años treinta y cuarenta, un movi-miento social desconocido se precipitó sobrelas ciudades: la presencia masiva del "otro".Un otro "rural", generalmente campesino,muchas veces con una lengua "distinta" yunos patrones culturales "extraños". Frentea la pauperización de las economías rurales,la gente se volcó a las ciudades. Si ese proce-so era lento y casi imperceptible en los años

veinte, luego de la crisis de 1929 pasó a serun fenómeno social, colectivo y estructural.Las ciudades se tiñeron de olores y coloresintensos, de comidas y músicas diversas. Aprimera vista −como muchos análisis con-temporáneos señalaron−, las sociedades pa-recieron escindidas y "duales".

Las ciudades se volvieron desconocidaspara sus tradicionales moradores. LuisAlberto Sánchez, al regresar a Lima desde elexilio, escribió: "Aquella vez de mi tercerregreso, en 1945, me aturdió el cambio físi-co de mis conlugareños. Vi muchas mujeresde ojos oblicuos. Muchos 'injertos'. Muchosrostros aindiados o simplemente indios".

Además del impacto cultural sobre esasciudades "europeas", los migrantes eranpobres. Expulsados de sus minifunidos, delas haciendas o plantaciones, los migrantes

En los siglos duros y brutales de laColonia germinó un nuevo Perú quehoy parece muy próximo a su defini-ción. El pueblo español llegó parafecundar el Nuevo Mundo, no sólo aconquistarlo. Con la generosidad sinpar y desenfrenada, propia de su san-gre y de su espíritu, con violencia cruele impaciente redujo al pueblo con-quistado a la servidumbre, y no dejóun punto del gran Tahuantinsuyudonde no hubiera clavado su planta eimpuesto su mandato; pero con lamisma energía y desenfreno, pan yfruto de su violencia, fecundó a esepueblo y multiplicó sobre la nuevatierra los árboles, las plantas y el rei-no animal superior de Europa. Perolos siglos, el medio, el paisaje, lainmensa mayoría del pueblo sojuzga-do, modelaron, a pesar de todo, esatremenda fuerza. Y los descendienteslejanos, los peruanos de hoy, hanencontrado que también lo indio essu estirpe; y como el proceso ha deseguir, como los elementos determi-nantes seguirán fluyendo y mandan-do, acaso más tarde esta estirpe indiapodrá ser la dominante.

Pero ha bastado la conciencia dehoy para que la antigua, la milenariaciudad imperial empiece a cobrar suextinguida categoría espiritual: cen-tro y símbolo del Perú nuevo.

Y los hombres de las cuatro regio-nes −el anti, el kolla, el chinche y elkunti− son los que conocen la historiay tienen la conciencia del proceso ydel destino de este Perú más peque-ño. Pero nacidos del centro, del focomáximo de la cultura inca, esos estánempezando de nuevo a ir en peregri-nación a la gran ciudad; y a la vista deella, a su proximidad, también se des-cubren, como los indios quechuas, yal entrar a sus calles lo hacen con laveneración y el orgullo de los anti-guos indios, aunque en estos es orgu-llo y emoción que viene de un espíritumás alto e iluminado.

[...] en las calles incas, estrechas,duras y clavadas en la tierra como lasrocas perpendiculares de granito, y suremate de balcones gráciles y casti-zos, se funden con humana armoníalo inca y lo castellano, con profundased, en indisoluble y apasionada uni-dad estética; las cúpulas y las torres

con muros indios, los escudos blaso-nados con la piedra imperial de don-de fueron esculpidos. Y como la vozde toda esta ciudad hecha de ele-mentos bárbaramente extraños, uni-dad de genios, de razas, de mundosdiferentes, fundidos por la obra deldolor, del tiempo y de la voluntadhumana, una voz áurea de esta nue-va armonía, en el silencio de la auro-ra, a las cinco de la madrugada, cantala gran campana del Cuzco, la "MaríaAngola", con el oro inca refundido,hecho voz cristalina e inimitable.Porque cuando ella canta a esa horaparece que fuera realmente la voz delos aukis lejanos, de las estrellas y delcielo, de la ancha quebrada oscura,de las calles vacías, y del propio cora-zón sensible de quien la escucha, delespíritu transido o exaltado de quienbajo la gran ciudad ha esperado has-ta el alba.

José María Arguedas: Señores e indios.Acerca de la cultura quechua,

Buenos Aires, Arca/Calicanto, 1976.

SEÑORES E INDIOS

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internos buscaban en las ciudades trabajo,oportunidades, ascenso social. Ellos tambiéntenían las imágenes de abundancia y progre-so que las elites habían forjado sobre los cen-tros urbanos y pretendían participar de susbeneficios.

¿De qué realidades laborales venían? Aquíla circunstancia de nuestro país o del Uruguayno es representativa de la región. En Chiletodavía existía el "inquilinaje"; en Méxicoaún había "peones acasillados"; en Bolivia,"pongos"; en Perú, yanaconas; en Ecuador,huasipungos; en Brasil aún perduraban dis-tintas formas de colonato. ¿Qué tienen encomún estas relaciones de trabajo? No sonasalariadas, o no principalmente. Por añadi-dura, esas formas de trabajo iban acompaña-das de micromundos, en los que el prebenda-lismo, el patrimonialismo y el personalismode hacendados, plantadores, mayordomos ypropietarios atravesaban el conjunto de lasrelaciones sociales y de poder.

Rotos, pelados, huasipungos, cholos, cabe-citas negras, caipiras rodeaban unas ciuda-des que no podían albergarlos ni como fuer-

za de trabajo ni como habitantes dignos, ytampoco como ciudadanos. Favelas, callam-pas, vecindades, pueblos jóvenes, villas mise-ria, cantegriles poblaron los cordones de lasciudades en Río de Janeiro, Santiago deChile, Lima, Buenos Aires, Montevideo, y enpoco tiempo formaron parte inescindible deellas. Parecían brotar "como hongos" (ese esel significado de la palabra callampa).

El incremento de la población urbana fuecasi geométrico. En 1900, sólo diez ciudadeslatinoamericanas superaban los 100.000habitantes. Hacia 1940, Buenos Aires,México, Río de Janeiro y San Pablo supera-ban el millón; Santiago de Chile estaba cercade esa cifra, pero, además, Lima, Monte-video y Rosario superaban los 500.000habitantes y once ciudades superaban los200.000 (Recife, Salvador y Porto Alegre enBrasil; Avellaneda, Córdoba y La Plata en laArgentina; Guadalajara en México; La Paz enBolivia; Bogotá en Colombia; Caracas enVenezuela, y Valparaíso en Chile).

Las ciudades se extendieron geográfica-mente hacia pueblos o "suburbios" circun-

dantes. Por ejemplo, el área urbana deSantiago de Chile abarcaba hacia 1930 unas6.500 hectáreas; treinta años después,20.000. La rivera este del río Mapocho sepobló de callampas. El primer censo deviviendas de 1952 arrojó datos alarmantes:el 15 % de la población de la ciudad (alrede-dor de 200.000 personas) eran ocupantes dehecho y sus asentamientos sufrían el 54 %del déficit de agua potable y el 57 % deldéficit de alcantarillado. Una situación simi-lar ocurrió en San Pablo, que había crecidovertiginosamente desde fines del siglo XIXpor la expansión de la economía cafetalera yla inmigración promovida desde el Estado.En 1895, su población era de 130.000 habi-tantes (de los cuales 71.000 eran extranje-ros); en 1900 llegó a 239.000 y en 1950, a2.660.000 habitantes. Después de la PrimeraGuerra Mundial, y mucho más en la décadade 1930, se transformó en el área más in-dustrializada de Brasil y de América Latina(generaba más del 50 % de la producciónindustrial del país). En los años cuarenta fuemarcada por una intervención urbanística sin

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Habitación familiar de un conventillo porteño (ca. 1910).

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14 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES

precedentes, sobre todo a partir del "PlanAvenidas", que abría accesos rápidos de cir-culación a orillas de los ríos para atender losintereses de una industria automotriz cadavez más pujante. La ciudad creció de maneradesordenada hacia la periferia, lo que generóuna grave crisis habitacional y una crecienteespeculación inmobiliaria en la zona central.En los cincuenta comenzó un proceso dedesconcentración del parque industrial quese transfirió a otros municipios del áreametropolitana (el ABC paulista, Guarulhos) yhacia el interior del Estado (Campinas, porejemplo). San Pablo ha sido históricamenteun polo de atracción de inmigrantes y, des-pués de 1930, de migrantes internos, sobretodo nordestinos. Paradójicamente, hoy SanPablo es la ciudad "nordestina" más grandede Brasil: en ella hay más nordestinos que enSergipe, la ciudad más grande del nordestebrasileño.

Por su parte, la ciudad de México creciódesde los años cincuenta a razón de 36metros cuadrados diarios: en 1940 ocupaba11.783 hectáreas; en 1988, 125.000. El Dis-trito Federal se ha extendido sobre todo elvalle de México. ¿Cómo surgen las vecinda-des? Según Carlos Monsiváis "a un terrenobaldío acuden veinte o treinta familias que seinstalan como pueden en chozas precarias alas que por cariño les dicen casa, con piso detierra y paredes de cartón. El líder les exigedinero para tratar con las autoridades; loscolonos entregan lo que pueden; el líder vacon el funcionario y le grita recordándole losderechos del pueblo [...] y el tiempo pasa y, sino hay desalojos violentos, veinte o treintaaños después han conseguido una o dosescuelas, una iglesia [...] agua potable, luzeléctrica y algún otro atributo urbano".

El Distrito Federal mexicano (que hoy tie-ne más o menos la misma cantidad de habi-tantes que toda Venezuela), enfrenta seriosdesafíos: la polución ambiental (para la quese han imaginado innumerables soluciones,hasta hacer una "ventana" en la montañaAjusco), el constante problema habitacionaly la falta de agua potable (hay algunas esti-maciones que sostienen que el 70 % de losniños ya nace con plomo en la sangre).

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Vista aérea de una de las grandes avenidasque cruzan la ciudad de San Pablo, Brasil.

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15ALGUNAS APROXIMACIONES A LAS CIUDADES LATINOAMERICANAS

derechos. El Estado, que desde los añostreinta había asumido un papel interven-cionista y empresario en el orden económi-co, también intervendría en el orden social,movimiento que se hacía más visible en lasciudades.

Hacia finales de los años treinta, duranteel período del Estado Novo, Getúlio Vargasextendió derechos de jubilación, salariomínimo y obras sociales a los obreros indus-triales y del sector servicios que estuvieransindicalizados, pero excluyó a los campesi-nos. La ciudadanía social precedió a la ciu-dadanía política, es decir, antes de podervotar, los obreros estuvieron incorporados

CIUDADES Y CIUDADANOS

De pronto pareció que había muchamás gente, que se movía, que se movíamás, que gritaba más, que tenía másiniciativa; más gente que abandonabala pasividad y demostraba que estabadispuesta a participar como fuera en lavida colectiva.

José Luis Romero.

La sola presencia numérica de los migrantesen las ciudades no implicó un registro auto-mático por parte del poder político.

Los migrantes pidieron inclusión, sobretodo en el plano social. Los sectores obre-ros se organizaron y presionaron por sus

Masiva movilización en reclamo de la libertad del general Perón en la Plaza de Mayo, en Buenos Aires, el 17 de octubre de 1945.

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Cárdenas, presidente de México, decretala nacionalización del petróleo el 23 demarzo de 1938.

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16 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES

El 23 de marzo de 1938, alrededor de250.000 personas se concentraron en elzócalo de la Ciudad de México para de-mostrar su respaldo al decreto del presi-dente Cárdenas sobre la nacionalizacióndel petróleo. Esa adhesión se explicaba enel contexto de otras medidas, sobre todo,la reforma agraria. Los 400.000 reemigra-dos a México desde los Estados Unidos yla caída de las economías mineras (sobretodo la de la mina de plata de Guanajuato)impusieron una fuerte presión sobre lasciudades. Si bien el derecho a la tierraestaba reconocido en la constitución revo-lucionaria de 1917, no fue sino con elreparto ejidal de Cárdenas que se rees-

tructuró el sistema de tenencia de la tierraen México.

Pero no sólo las experiencias populistasdieron respuestas a las demandas sociales.Los gobiernos del Frente Popular en Chilea partir de 1938 ampliaron derechos socia-les a los trabajadores mineros y urbanos,no así a los trabajadores rurales. En el cam-po siguió existiendo (hasta la reforma agra-ria de 1964) la "ley de trabas" que prohi-bía la sindicalización campesina y los excluíade los derechos.

Gente en las ciudades, ciudadanía y dere-chos. ¿Será la razón por la que −desde en-tonces− las ciudades latinoamericanas noterminan de crecer?

por la vía de los derechos sociales. Paravotar había que ser alfabeto, y muy pocoslo eran. Sin embargo, hacia 1945, los mis-mos sindicatos del ABC paulista incluyerona los trabajadores (alfabetos y analfabetos)en los registros electorales a través de lasplanillas de cobro de sus salarios en las fábri-cas. "Queremos Getúlio" fue su consigna,quien regresó al poder en 1950.

Otro tanto ocurrió el 17 de octubre de1945, cuando los obreros de la periferiade la ciudad de Buenos Aires se traslada-ron a la Plaza de Mayo para pedir por lalibertad de Juan Domingo Perón. No fuepoca la sorpresa. Los opositores hablaronde "aluvión zoológico".

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Página webwww.Tierramerica.net/ciudades

AgradecimientosEl equipo de Publicaciones de la Dirección Nacional de Gestión Curricular yFormación Docente agradece a las siguientes instituciones y personas porpermitirnos reproducir material fotográfico y colaborar en la documenta-ción de imágenes: UNESCO Photobank; OASIS Photobank; BibliotecaFrancisco Xavier Crivejo (México); Agencia Estado (Brasil); Biblioteca delCongreso de la Nación Argentina; Archivo General de la Nación Argentina;Renato Luiz Ferrerira, de Agencia Estado (Brasil).

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