Alfredo, Alfredo, el heroísmo de escribir para que a uno lo quieran más

3
 Alfredo, Alfredo, el heroísmo de escribir para que a uno lo quieran más Por: Robert Baca Oviedo Ha blar de Br yce Echeni que co mo ex peri en ci a pe rs on al es vo lver el rost ro a la adole scenc ia. Dicie mbre del 2000, a mis catorce años un regalo de navidad me topó nuevamente con Alfredo – digo nuevamente porque la primera fue a través de una novela que según mis profesores de secundaria –tomando como base la tradicional cr ít ica ve lazq ui sta-, “r ep res entaba con ex acti tud la fra ct ur a de una clase social decadente y la tensión de posiciones culturales antagónicas”, lectura obligatoria en el colegio que por ser obligatoria resultaba ya inaprensible. En aquel tiempo tenía la firme convicción que en todo texto escolar habitaba una especie de muralla transparente y hermética, idea que regresa de vez en cuando para dejar mis obligaciones y adentrarme de lleno en un texto de ficción. Pero este segundo encuentro tenía algo distinto, una edición de tapa dura, hojas cremas y acabados marrones, dejó ver entre su tercera o cuarta página una frase que no me soltó durante la toda la cena: “porque uno escribe para que lo quieran más”, era la dedicatoria de un cuaderno de azul –que hoy en la conferencia en el hotel Casa Andina, me enteré representa la tristeza-. Este diario de navegación en un sillón Voltaire tenía un nombre  propio “La Vida Exagerada de Martín Romaña”, hecatombe de anécdotas, imágenes y si tu aciones ve ro símilmente inve ro símiles qu e sacudieron mi adolescencia, conduciéndome a una cacería de su obra restante y a una indagación de sus influencias. Con el tiempo, comprendí que en él radicaba un heroísmo, una capacidad de dotar a sus  personajes de inyecciones de juventud, de una manipulación de lo entrañable y la no stal gi a co n rt ices de ex tra ña feli ci dad, ironía sutil en medio de desgrac ias inconcebibles. Éstas son las cualidades natas de los héroes bryceanos. A partir de ellos o con ellos mismos, Alfredo integra a especie de escritores que al encarnar sus textos, colocan en un mismo plano lo difuso del relato oral y esa superposición de narraciones  propias de la novela latinoamericana moderna, haciendo de nosotros sus lectores, víctimas u objetos de experimentación a partir de peculiares estrategias narrativas.

Transcript of Alfredo, Alfredo, el heroísmo de escribir para que a uno lo quieran más

5/10/2018 Alfredo, Alfredo, el heroísmo de escribir para que a uno lo quieran más - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/alfredo-alfredo-el-heroismo-de-escribir-para-que-a-uno-lo-quieran-mas 1/3

 

Alfredo, Alfredo, el heroísmo de escribir para que auno lo quieran más

Por: Robert Baca Oviedo

Hablar de Bryce Echenique como experiencia personal es volver el rostro a laadolescencia. Diciembre del 2000, a mis catorce años un regalo de navidad me topónuevamente con Alfredo – digo nuevamente porque la primera fue a través de unanovela que según mis profesores de secundaria –tomando como base la tradicionalcrítica velazquista-, “representaba con exactitud la fractura de una clase socialdecadente y la tensión de posiciones culturales antagónicas”, lectura obligatoria en elcolegio que por ser obligatoria resultaba ya inaprensible. En aquel tiempo tenía la firme

convicción que en todo texto escolar habitaba una especie de muralla transparente yhermética, idea que regresa de vez en cuando para dejar mis obligaciones y adentrarmede lleno en un texto de ficción.

Pero este segundo encuentro tenía algo distinto, una edición de tapa dura, hojas cremas yacabados marrones, dejó ver entre su tercera o cuarta página una frase que no me soltódurante la toda la cena: “porque uno escribe para que lo quieran más”, era la dedicatoriade un cuaderno de azul –que hoy en la conferencia en el hotel Casa Andina, me enterérepresenta la tristeza-. Este diario de navegación en un sillón Voltaire tenía un nombre

 propio “La Vida Exagerada de Martín Romaña”, hecatombe de anécdotas, imágenes ysituaciones verosímilmente inverosímiles que sacudieron mi adolescencia,conduciéndome a una cacería de su obra restante y a una indagación de sus influencias.

Con el tiempo, comprendí que en él radicaba un heroísmo, una capacidad de dotar a sus

  personajes de inyecciones de juventud, de una manipulación de lo entrañable y la

nostalgia con vórtices de extraña felicidad, ironía sutil en medio de desgracias

inconcebibles. Éstas son las cualidades natas de los héroes bryceanos. A partir de ellos o

con ellos mismos, Alfredo integra a especie de escritores que al encarnar sus textos,

colocan en un mismo plano lo difuso del relato oral y esa superposición de narraciones

  propias de la novela latinoamericana moderna, haciendo de nosotros sus lectores,

víctimas u objetos de experimentación a partir de peculiares estrategias narrativas.

5/10/2018 Alfredo, Alfredo, el heroísmo de escribir para que a uno lo quieran más - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/alfredo-alfredo-el-heroismo-de-escribir-para-que-a-uno-lo-quieran-mas 2/3

 

Desfila entonces por nuestros ojos una joven mamá aristocrática de mechones rubios que

escapan de su peinado, un niño llamado Julius que empieza a entender el mundo entre

 profesoras de piano –hipotéticas nietas de Beethoven, la servidumbre por doquier y un

 padrastro algo egocéntrico; por otro lado, un risueño Manongo Sterne con lentes de sol,

el primer cigarrillo en su boca y esa adicción a Lucho Gatica, Nat King Cole, Felipe

Pinglo -entre otros llorones- que tras sus aciertos o desatinos durante una larga estadía

de verano limeño en el Country Club, conquista a Teresita para volver a perderla

capítulos adelante, quedando desamparado y hecho un Frank Sinatra mientras canta

“Pelucón y bilingüe”: “Ella era San Isidro,/ yo, el Callao./ Ella era Crêpe Suzettes/ Yo,

manjarblanco./ Ella era Alianza Francesa,/ yo, Cantinflas./ Pero yo la amaba/ mañana

tarde y noche./ Ella era Mozart,/ yo, Los Panchos./ Ella era té, a las cinco,/ Yo, cantina./Ella era la U,/ Yo, Alianza Lima”. O ya sea una María Fernanda de la Trinidad del

Monte Montes -acaudalada muchacha salvadoreña- que se enamora en París del inusual

trovador y –como diría él mismo- peruanísimo, Juan Manuel Carpio, quienes entablan

una relación por correspondencia durante toda su vida. Aquí comprendemos, entonces,

del amor epistolar como un nudo invisible que permite la existencia del otro: “La carta

debe ser como un retrato del alma o algo así, porque tú y yo somos de lo más fotogénicoque se pueda dar, epistolarmente hablando", se escribirían sus personajes en secreto. Y

Alfredo nos regalaría una poderosa imagen: la sensación de estar enamorados a pesar de

no tener novia.

Pero es quizás Martín Romaña el héroe más representativo de lo entrañable. El naufragiode una maleta llena de libros en Albuquerque, el único poema escrito en su exageradavida, Inés “luz de donde el sol la toma” durmiendo en la hondonada de un cuartucho

 parisino, Octavia de Cádiz –encarnación de la dulzura y coquetería- durante la cátedrade un profesor que lleva sus clases preparadas en una grabadora, el Vía Crucis rectal quemantuvo en silencio para evitar molestias, el rumor sobre Bryce Echenique y susconsultas bibliográficas de psicología infantil para una novela que se traía entre manos;Inés comunista, Inés trostkista, Inés maoísta y el proyecto de una novela proletaria en

 plena efervescencia de Mayo del ‘68. El extraño juego de la cajita de fósforos entreBryce y J. Ramón Ribeyro en la azotea de un edificio, la simpática bizquerita de Inés…

5/10/2018 Alfredo, Alfredo, el heroísmo de escribir para que a uno lo quieran más - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/alfredo-alfredo-el-heroismo-de-escribir-para-que-a-uno-lo-quieran-mas 3/3

 

Con situaciones algo disparatadas como éstas en toda su obra, Alfredo termina por dominar lector con una intimidad compartida, forjando además un acercamientoreflexivo de lo circundante a través del humor y un compadrazgo debido al barullo –tan

 bien tejido y retejido- con el que nos encandila desde la primera línea. O como él mismoafirma en sus “Crónicas Perdidas” (2001): “La alegoría humorística no exige ser creída,

sino ser comprendida: veía la realidad pero sólo para sugerirla mejor, para incitar allector a ir más allá de esta realidad, para despertar en él un eco inteligente y fraternal almismo tiempo. Detesto los libros destinados a la grosera carcajada. Ésta lo hace a unoabrir tan grande la boca que se le cierran los ojos y al fin no ve nada”.

Los héroes de Alfredo Bryce Echenique son seres que más allá de ser carne o hueso, son personajes con ojos y mirada hechas a punta de palabras, tildes y comas entre otrosrecursos que nos dan la oportunidad de percibir nuestro entorno, a través de una

sensibilidad particular. Y como Ud. escribe don Alfredo, al momento de referirse a lasnovelas largas difíciles de leer: “Al Público se le conquista, pero a los amigos se lemerece”. Cabe recordarle que desde la aparición de “Huerto Cerrado” –su primer libro-cada uno de sus lectores además de ser conquistados, hemos sentido ese cálidomerecimiento de ser sus amigos.