Alfonsina Storni (Poemas).

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Alfonsina Storni (1892-1938) (Selección poética) 1. “Voy a dormir” Dientes de flores, cofia de rocío, manos de hierbas, tú, nodriza fina, tenme prestas las sábanas terrosas y el edredón de musgos escardados. Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. Ponme una lámpara a la cabecera; una constelación; la que te guste; todas son buenas; bájala un poquito. Déjame sola: oyes romper los brotes... te acuna un pie celeste desde arriba y un pájaro te traza unos compases para que olvides... Gracias. Ah, un encargo: si él llama nuevamente por teléfono le dices que no insista, que he salido... 2. “Palabras a Rubén Darío Bajo sus lomos rojos, en la oscura caoba, tus libros duermen. Sigo los últimos autores: Otras formas me atraen, otros nuevos colores Y a tus fiestas paganas la corriente me arrastra. Gozo de estilos fieros- anchos dientes de loba. De otros sobrios, prolijos - cipreses veladores. De otros blancos y finos - columnas bajo flores. De otros ácidos y ocres - tempestades de alcoba. Ya te había olvidado y al azar te retomo, y a los primeros versos se levanta del lomo 1

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Alfonsina Storni (1892-1938)

Alfonsina Storni (1892-1938) (Seleccin potica)

1. Voy a dormir Dientes de flores, cofia de roco, manos de hierbas, t, nodriza fina, tenme prestas las sbanas terrosas y el edredn de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza ma, acustame. Ponme una lmpara a la cabecera; una constelacin; la que te guste; todas son buenas; bjala un poquito.

Djame sola: oyes romper los brotes... te acuna un pie celeste desde arriba y un pjaro te traza unos compases

para que olvides... Gracias. Ah, un encargo: si l llama nuevamente por telfono le dices que no insista, que he salido...2. Palabras a Rubn DaroBajo sus lomos rojos, en la oscura caoba,

tus libros duermen. Sigo los ltimos autores:

Otras formas me atraen, otros nuevoscolores

Y a tus fiestas paganas la corriente me arrastra.

Gozo de estilos fieros- anchos dientes de loba.

De otros sobrios, prolijos - cipreses veladores.

De otros blancos y finos - columnas bajo flores.

De otros cidos y ocres - tempestades de alcoba.

Ya te haba olvidado y al azar te retomo,

y a los primeros versos se levanta del lomo

tu fresco y fino aliento de mieles olorosas.

Amante al que se vuelve como la vez primera:

Eres la boca dulce que all, en la primavera,

nos licuara en las venas todo un bosque de rosas.

3. Esta tarde

Ahora quiero amar algo lejano...algn hombre divinoque sea como un ave por lo dulce,que haya habido mujeres infinitasy sepa de otras tierras, y florezcala palabra en sus labios, perfumada:suerte de selva virgen bajo el viento...

Y quiero amarlo ahora. Est la tardeblanda y tranquila como espeso musgo,tiembla mi boca y mis dedos finos,se deshacen mis trenzas poco a poco.

Siento un vago rumor... Toda la tierraest cantando dulcemente... Lejos,los bosques se han cargado de corolas,desbordan los arroyos de sus caucesy las aguas se filtran en la tierraas como mis ojos en los ojosque estoy soando embelesada...

Pero...ya est bajando el sol tras de los montes,las aves se acurrucan en sus nidos,la tarde ha de morir y l est lejos...lejos como este sol que para nuncase marcha y me abandona, con las manoshundidas en las trenzas, con la bocahmeda y temblorosa, con el almasutilizada, ardida en la esperanzade este amor infinito que me vuelvedulce y hermosa...

4. Fiero amor

Oh, fiero amor, llegaste como la mariposa.Cuando comienza Octubre se aproxima a la rosa;era silencio todo, era silencio abiertoa sombras misteriosas como el ojo de un muerto.

Yo era la misma sombra, yo era menos, yo erauna cosa durmiente que ni suea ni espera,cuando el vuelo de aquella mariposa celesteme hizo gorjear de pronto como un pjaro agreste.

Oh, cien soles se alzaron por el lado de oriente,oh, cien ros corrieron por la misma pendiente,oh, cien lunas de plata brillaron en el cieloy cien altas montaas emprendieron el vuelo.

Abr los brazos: tuve la divina locurade tocar con mis dedos las cosas de la altura.Abr los ojos: tuve la divina tristezade beber con los ojos la celeste belleza.

Llor, llor sin tregua; grit: Corazn mo,detente en el camino que lleva al desvaro;pero el corazn mo fue una gota de cera...Dios, qu pudo esa gota contra la primavera?...

Fiero amor: en tus manos yo he soltado mi vida;acgela: Paloma que se posa rendidaen las garras sangrientas, ya no bate las alas:muere de lo que vive; vive de lo que exhalas.

Bien s que no hay cien soles que nazcan en oriente,bien s que no hay cien ros por la misma pendiente,bien s que no hay cien lunas que brillen en el cielo,bien s que no hay montaas que se alarguen al vuelo.

Bien s que las palomas ciegan sus ojos, dejanen el nido las plumas, las auroras se alejan,caen las hojas, viene el otoo, la muerte,y se agrisan los das, y se agrisa la suerte.

Pero soy una esclava del dolor y lo adorocomo adora el avaro el sonido del oro:oh, terrible tormenta de relmpago y rayo,en tu fuego revivo, en tu fuego desmayo.

Fiero amor: soy pequea como un copo de nieve,fiero amor: soy pequea como un pjaro breve,triste como el gemido de un nio moribundo,fiero amor, no hallaras mejor presa en el mundo.

Ninguna morira ms ligero en tus garras,ninguna morira ms pronto en tus amarras.Alumbra, sol naciente... Naturaleza, crece:sobre la vida oscura la muerte resplandece.

5. La Loba A la memoria de mi desdichada amiga J.C.P. porque ste fue su verbo.Yo soy como la loba.

Quebr con el rebao

Y me fui a la montaa

Fatigada del llano.

Yo tengo un hijo fruto del amor, de amor sin ley,

que yo no pude ser como las otras, casta de buey

con yugo al cuello; libre se eleve mi cabeza!

Yo quiero con mis manos apartar la maleza.

Mirad cmo se ren y cmo me sealan

porque lo digo as: (Las ovejitas balan

porque ven que una loba ha entrado en el corral

y saben que las lobas vienen del matorral).

Pobrecitas y mansas ovejas del rebao!

No temis a la loba, ella no os har dao.

Pero tampoco riais, que sus dientes son finos

y en el bosque aprendieron sus manejos felinos!

No os robar; la loba al pastor, no os inquietis;

yo s que alguien lo dijo y vosotros lo creis

pero sin fundamento, que no sabe robar

esa loba; sus dientes son armas de matar!

Ha entrado en el corral porque s, porque gusta

de ver cmo al llegar el rebao se asusta,

y cmo disimula con risas su temor

bosquejando en el gesto un extrao escozor...

Id si acaso podis frente a la loba

Y robadle el cachorro! no vayas en la boba

conjuncin de un rebao ni llevis un pastor...

Id solas! Fuerza a fuerza oponed el valor!

Ovejitas mostradme los dientes. Qu pequeos!

No podris, pobrecitas, caminar sin los dueos

por la montaa abrupta, que si el tigre os acecha

no sabris defenderos, moriris en la brecha.

Yo soy como la loba. Ando sola y me ro

del rebao. El sustento me lo gano y es mo

donde quiera que sea, que yo tengo una mano

que sabe trabajar y un cerebro que es sano.

La que pueda seguirme que se venga conmigo,

pero yo estoy de pie, de frente al enemigo,

la vida, y no temo su arrebato fatal

porque tengo en el mano siempre pronto un pual.

El hijo y despus yo y despus... lo que sea!

aquello que me llame ms pronto a la pelea.

A veces la ilusin de un capullo de amor

que yo s malograr antes que se haga flor.

Yo soy como la loba.

Quebr con el rebao

Y me fui a la montaaFatigada de llano. 6. Mundo de siete pozos

Se balancea,arriba, sobre el cuello,el mundo de las siete puertas:la humana cabeza...

Redonda, como dos planetas:arde en su centroel ncleo primero.Osea la corteza;sobre ella el limo drmicosembradodel bosque espeso de la cabellera.

Desde el ncleoen mareasabsolutas y azules,asciende el agua de la miraday abre las suaves puertasde los ojos como mares en la tierra.

... tan quietasesas mansas aguas de Diosque sobre ellasmariposas e insectos de orose balancean.

Y las otras dos puertas:las antenas acurrucadasen las catacumbas que inician las orejas;pozos de sonidos,caracoles de ncar donde resuenala palabra expresaday la no expresa:tubos colocados a derecha e izquierdapara que el mar no calle nunca.y el ala mecnica de los mundosrumorosa sea.Y la montaa alzadasobre la lnea ecuatorial de la cabeza:la nariz de batientes de cerapor donde comienzaa callarse el color de vida;las dos puertaspor donde adelanta-flores, ramas y frutas-la serpentina olorosa de la primavera.

Y el crter de la bocade bordes ardidosy paredes calcinadas y resecas;el crter que arrojael azufre de las palabras violentas,el humo denso que vienedel corazn y su tormenta;la puertaen corales labrada suntuosospor donde engulle, la bestia,y el ngel canta y sonrey el volcn humano desconcierta.

Se balancea,arriba,sobre el cuello,el mundo de los siete pozos:la humana cabeza.

Y se abren praderas rosadasen sus valles de seda:las mejillas musgosas,

Y rielasobre la comba de la frente,desierto blanco,la luz lejana de una muerta...

A madona

Aqu a tus pies lanzada, pecadora,contra tu tierra azul, mi cara oscura,t, virgen entre ejrcitos de palmasque no encanecen como los humanos.

No me atrevo a mirar tus ojos purosni a tocarte la mano milagrosa;miro hacia atrs y un ro de lujuriasme ladra contra t, sin Culpa Alzada.

Una pequea rama verdecidaen tu orla pongo con humilde intentode pecar menos, por tu fina gracia,

ya que vivir cortada de tu sombraposible no me fue, que me cegastecuando nacida con tus hierros bravos.

7. La inquietud del rosal ".

El rosal en su inquieto modo de florecerva quemando la savia que alimenta su ser.Fijaos en las rosas que caen del rosal;tantas son que la planta morir de este mal!El rosal no es adulto y su vida impacientese consume al dar flores precipitadamente.

8. Dulce dao

Polvo de oro en tus manos fue mi melancolaSobre tus manos largas desparram mi vida;Mis dulzuras quedaron a tus manos prendidas;Ahora soy un nfora de perfumes vaca.

Cunta dulce tortura quietamente sufridaCuando, picada el alma de tristeza sombra,Sabedora de engaos, me pasaba los dasBesando las dos manos que me ajaban la vida!

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