ALBIÑANA - España Bajo La Dictadura Republicana

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    ras y pasajeros. Y la depresin causada por la tira-na gobernante en todas las actividades nacionales, llega a tan funesto grado, que el proceso de putre-faccin dictatorial avanza rpidamente, segn vamos a registrar en el captulo siguiente.

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  • OQQQQQQQQQQQQQOOQOQOQQQOQOQQQOQOQO

    C A P I T U L O X I I

    Mxima putrefaccin Repugnante negocio ^ periodstico.Los dictadores se refu-gian en m "trust" hmoral.El Gobierno pretende destruir la gran prensa nacional.Implantacin de una, censura ca-nallesca.Las maniobras militares del Pisuerga. Causas de su fracasoLos ayuntamientos de la Repblica escamotem 120 millones de pesetas destinados al pairo obrero.Veinti-cuatro millones para la mayora parlamenaria.Vano re-miendo a la diplomacia).Rotundo fracaso de la Refprma agraria, Asaltos y robos.La putrefaccin en la "Repbli-ca Catalcma". Descomposicin dk las mesnadals dictatoria-les.El viaje de Monsieur Herriot y la prxima guerra. Grave amenaza para Espaa.rPeligroso momento mter-

    nacional

    La situacin impopular y desastrosa del Gobier-no dictatorial antes de la sublevacin nacional a que di lugar en agosto, se reproduce en trminos ani-quiladores dos meses despus. De nada han servido a los alegres usufructuarios de la cosa pblica las brbaras medidas adoptadas para prevalecer, a la fuerza, sobre la voluntad espaola.

    Lo que ms ha quebrantado a los dictadores es el brutal amordazamiento de toda la prensa verda-deramente intrprete de la sana opinin nacional. El Gobierno la ha suprimido de golpe, haciendo en-mudecer a Espaa. Despus, va autorizando la pu-blicacin de los diarios, cautelosamente, con cuenta-gotas. A qu obedece esta calculada precaucin?

    Es que se est fraguando en la clandestinidad del

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    forzoso silencio, la ms repugnante inmoralidad que registran los anales del periodismo universal. Los explotadores de la dictadura republicana necesitan una batera de prensa personal, domstica, para fin-gir la existencia de una opinin, que les es adversa. Y hasta que su propsito no sea logrado, los peri-dicos honrados continuarn suspendidos.

    " E l Sol" y " L a Voz", dos bueyes cansados del periodismo oportunista, que alabaron primero a Pri-mo de Rivera y se pasaron despus a la Repblica, haban perdido la casi totalidad de sus lectores. Sus acciones valan muy poco, y sus columnas, menos. Los propietarios monopolizaban la explotacin pes-quera del atn; un diputado pidi en las Corte la revisin de ese monopolio, que perjudica al Estado, y los vividores del atn se echaron a temblar. La revisin no se ha hecho, y los propietarios, agrade-cidos, traspasaron sus acciones a unos amigos del seor Azaa, para poner esos rganos a disposicin de la poltica de su jefe.

    Otros peridicos, "Luz" , que se apagaba rpida-mente por falta de lectores, entr tambin en la combinacin, lo mismo que el diario "Ahora", de tan breve como edificante historia, que se anocheci monrquico y amaneci republicano el 14 de abril. E l dueo de "Ahora" es el concesionario de la "Gaceta" y otras publicaciones del Gobierno. Co-mo se ve, cada uno de estos papeles que pretenden encauzar a la opinin espaola, lleva anexo un pin-ge negocio, al amparo de la proteccin oficial.

    Para redondear estos negocios y unificar su orien-tacin al servicio personal de Azaa, se constituye-ron estos cuatro diarios en un "trust", escandalo-samente favorecido por la dictadura gubernativa. La suspensin indefinida del resto de la prensa, no tena otra finalidad que preparar la formacin de

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    este honrado "trust". Por eso, los peridicos sus-pendidos no reaparecerian hasta que el "trust" es-tuviera formado. Y actuando sobre la marcha, se capt a los anunciantes por toda clase de procedi-mientos, con presiones deshonestas, para que tras-pasasen al "trust" los contratos de publicidad co-rrespondientes a los mrtires diarios suspendidos. Jams el Poder pblico ha descendido de su rango para prestarse a corretajes en beneficio de una em-presa privada.

    El diario ms castigado ha sido el gran rotativo " A B " , gloria de Espaa y de la prensa europea, indefinidamente suspendido, con prdida de millones de pesetas, en provecho del advenedizo "Ahora", uno de los rganos de Azaa. Es un caso flagrante de competencia ilcita, que cae dentro del Cdigo penal, con la complicidad incalificable de los mis-mos elementos que por razn de sus cargos vienen obligados a defender a la vctima contra la rapia.

    E l propsito de la dictadura republicana es matar al " A B C", que no slo significa el mximo xi-to del periodismo espaol, sino que representa un gran volumen internacional. Este crimen no tiene par en la historia de la prensa, y revela el grado de inmoralidad y perversin a que puede llegar la con-fabulacin caciquil de la ms asquerosa degenera-cin en las costumbres polticas-

    Matar oficialmente una industria esplendorosa para apuntalar a una empresa nociva en provecho propio! Semejante auxilio de arbitrariedad no se sabe a quin perjudica ms: si al brazo que lo pres-ta, o al mendigo que lo recibe.

    I os peridicos rastreros del incienso ministerial, han tenido la desvergenza de afirmar que el mo-vimiento de agosto fu sofocado por el Gobierno,

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    "sin apelar, como la Monarqua, a la censura de prensa".

    Esto es una de tantas indignas falsedades como propalan. La dictadura republicana, que ha dejado achicadas a todas las tiranas, no slo suspendi brutalmente a la prensa ya conocida, sino que se apoder por la fuerza de las agencias informativas de los peridicos de derecha. A l frente de ellas, y asaltando el derecho de propiedad/ puso a un mer-cenario que se ha descalificado para siempre entre sus compaeros periodistas, por l atropellados. Vase con cunta honradez desempeaba su odioso cargo el sujeto aludido. Cuando la condena del ilustre general Sanjurjo, lleg a las agencias la siguiente noticia:

    "En la Presidencia se reciben numerosos tele-gramas solicitando el indulto, y algunos pidiendo el cuiraplimiento de la pena."

    Pues bien: el mercenario disloc la informacin, y la envi as al "Siglo Futuro":

    "En la Piresidencia se reciben algunos telegra-mas solicitando el indulto, y numerosos pidiendo el cumplimiento de la pena".

    Completamente al revs! La maldad de algunos necrfagos no se detiene ni siquiera ante el dolor de un condenado a muerte.

    Otra informacin al mismo diario: "Ha sido detenido el seor X , como presunto

    complicado1 en el complot monrquico."-E l mercenario tach el presunto, y convirti al

    seor X en complicado efectivo y verdadero. Des-pus result inocente. Claro es que el diario catli-co se abstuvo de publicar tales supercheras. Con mentiras como estas se ha hecho y se sostiene la revolucin! As se falsea la opinin pblica en

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    beneficio de unos cuantos privilegiados dictatoria-les!

    Comprendes ahora, pueblo espaol, pueblo ca-tlico y honrado, la urgentsima necesidad de po-seer una prensa numerosa y decente que neutralice las mentiras revolucionarias que engaan y embru-tecen a la nacin?

    Esta putrefaccin de Ja prensa reptil se extiende rpidamente a todas las actividades nacionales, a ex-pensas de la inmoralidad ambiente.

    Para exhibir sus heroicas aptitudes blicas, el se-or Azaa moviliz unas cuantas unidades milita-res en la zona del ro Pisuerga, que a juzgar por sus diarios domsticos, resultaron un movimiento guerrero mucho ms importante que el de Napolen en Austeritz. Esa divertida prensa ditirmbica, obligada a forzar la sonrisa, no tiene nocin de la medida y llega a provocar la hilaridad con sus com-paraciones ridiculas. "Las grandes maniobras mili-tares del Pisuerga"^ "Desde la guerra de la Inde-pendencia no se ha visto en Espaa otra cosa igual". " E l ejrcito de la Repblica es algo formidable", "Qu diferencia con aquel otro ejrcito pretencio-so de la Monarqua!"

    Estas y otras camelancias aparecan con grandes titulares en los diarios de la mesita de noche. Pero las mentiras eran tan gordas, que el "Heraldo" el "Heraldo", seores!no se atrevi a suscri-birlas y en su editorial republicano del dfa 17 de septiembre escriba lo siguiente:

    "Digmoslo sin eufemismos: Las maniobras militares del Pisuerga, en su conjunto, no han sido, desde luego un xito. L a Repblica debe reconocerlo sin paliativos ni ambigedades. U n rgimen nuevo tiene como prime-ra obligacin la de ser claro."

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    " S i las maniobras del Pisuerga no han resultado todo lo bien que fuera de desear, aceptemos el hecho para corregirlo. Porque es lcito discutir isi nuestra Consti-tucin consiente o aconseja, en aras de los ideales paci-fistas que patrocina, la disolucin del Ejrcito. Ahora bien: de conservar ste es de una lgica irrebatible que ha de ser eficiente."

    "Las maniobras del Pisuerga no dicen qu el Ejrcito sea monrquico. Pero dicen acaso que sea republica-no? Dondequiera que han aparecido el presidente de la Repblica o el del Gobierno, se les ha acogido con una discreta correccin. Se ha echado de menos un solo viva, uno nada ms a la Repblica. Suceda esto antes?"

    He ah una afirmacin que causa sorpresa: el ejrcito no grit viva la Repblica! y acogi a los dos Presidentes con una correccin "discreta".

    Pues qu esperaba el "Heraldo"? Que despus de las graves ofensas que los revolucionarios con cargo pblico han dirigido al siempre heroico ejr-cito espaol, se dedicara ste a vitorear a sus detrac-tores ? |1

    Coincidiendo con las maniobras militares fraca-sadas, haba en el penal del Dueso un soldado ilus-tre, gloria del ejrcito, perseguido por los revolucio-narios y maltratado como el peor de los bandidos. Y en la cuadra flotante del "Espaa 5", yacan amontonados como reses, multitud de valientes mi-litares, laureados con la Cruz de San Fernando, que por la Patria dieron su sangre en Africa, mientras sus cobardes perseguidores felicitaban al bandolero Abd-el-Krim porque asesinaba a indefensos solda-dos espaoles. Y al Africa volvan los hroes, no para rememorar sus glorias en los campos rgado8 con su sangre, sino para gemir, inermes, en los are-nales de Villa Cisneros, bajo el ltigo inmundo de los revolucionarios, antes emboscados.

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    ' Contina la putrefaccin dictatorial. Ahora es el propio ministro de la Gobernacin, Casares Quiro ga, el que la pone de manifiesto, en trminos que causa nuseas. En una sesin parlamentara, inter-viniendo en la interpelacin sobre el estado social de Andaluca, afirm que desde el advenimiento de la Repblica, el Tesoro ha enviado a las provincias andaluzas ciento veinte millonea de pesetas! para resolver, intilmente, el paro obrero. Y con ines-perada sinceridad, descubri el ministro pestferas sentinas, como las que revelan las siguientes pala-bras :

    " L a mayora, de los Ayuntamientos que destitu, caen en esta sancin porque no justifican la inver-sin de las cantidades que se les han enviado para remediar el paro". "No se sabe en qu se ha gasta-do el dinero". "Se han hecho obras que no sirven paira nada". "Para m no hay crimen ms grave que dar otra inversin al dinero destinado a soco-rrer al hambriento." "Se ha creado el oficio de pa-rado profesional".

    Enorme! Los ayuntamientos republicanos se han gastado alegremente los millones de los obreros hambrientos! i Y ha habido' que destituirlos!

    Y an siguen los enchufistas hablando de los ca situacin de caciquismo municipal-insolvente-re-pite en son difamatorio la vil muletilla de los "seis aos indignos" y la "orga dictatorial" y dems embustes propalados para conquistar esta magnfi-ca situacin de caciquismo municipal-insolvente- re-volucionario-econmico-putrefaoto!

    Para que la desaprensin de los difamadores re-sulte ms cnica, registraremos en esta crnica ve-rdica de la putrefaccin republicano-socialista, aca-paradora, del Poder dictatorial, los datos exactos que en el Congreso de Juventudes Radicales se hicieron

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    pblicos, referentes a los escandalosos sueldos y ga-jes que del presupuesto nacional, provincial y mu-nicipal cobran mensualmente algunos grupos de di-putados sitUacionistas:

    Radicales, 90 diputados, 125.000 pesetas. Accin Republicana, 27 diputados, 278.481 pe-

    setas. Radical socialista, 55 diputados, 278.487 pesetas. Esquerra catalana, 41 diputados, 476.000 pesetas. Partido socialista, 115 diputados, 738.363 pesetas. Justo es reconocer, que de esta relacin se des-

    prende un saldo de austeridad a favor de la minora radical del seor Lerroux, cuyos miembros vienen a percibir solamente las mil pesetas mensuales que les corresponden por dietas. Pero los dems de la lista, maman de una manera monstruosa. Individua-lizando las cantidades, cada diputado del Gobierno cobra el promedio siguiente:

    AL MES

    Accin Republicana 9-943 pesetas Radical-socialista 6.185 Esquerra Catalana 11.609 Partido socialista 6.420

    AL DA

    Accin Republicana 33 M 1 pesetas Radicales-socialistas 206,17 Esquerra Catalana 386,90 Socialistas 214,02

    Total: que los abnegados mandatarios del pue-blo consumen al ao, en esta Repblica de trabaja-, dores, la enorme suma de VEINTICUATRO MILLO-NES DE PESETAS!!

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    Y aqu no entran los diputados de la O. R. G. A. , que pastorea Casares Quiroga, ni los del Servicia de la Repblica, ni los f ederales, comunistoides, sin-dicalistoides y alguna que otra pieza suelta.

    Esta lista de la voracidad ministerial, publicada en varios diarios radicales, caus en toda Espaa unnimes y enojadas protestas. Los diputados de la Monarqua, solamente cobraban una pequea asig-nacin de 500 pesetas mensuales para gastos de co-rrespondencia, incompatibles con cualquiera otra re-muneracin.

    Los peridicos jabales, a pesar de esta clridad numrica, tenan la grosera desfachatez de afirmar diariamente, que eso de los "enchufes" era una fal-sedad inventada por "los enemigos de la Repbli-ca"ya salt otra vez el toro!. E l propio Azaa se vi en la necesidad de echar una paletada de tie-rra sobre esta manifestacin putrefacta, y declar tmidamente que esa lista "era una estupidez". Bero no encontr manera de negarla, ni mucho menos de rectificarla. Tan fcil, que es oponer unas cifras a otras! No lo hizo, sencillamente, porque no poda hacerlo. Porque no poda ocultar lo que toda Espa-a conoce, con datos irrefutables.

    Este alarmante despilfarro de los dineros de la nacin, es una de las mayores lacras de la dictadura republicana, que no pueden olvidar los angustiados contribuyentes.

    De nuevo se plantea en las Cortes la reorganiza-cin de la carrera diplomtica, de la que muchos de sus miembros ms ilustres y competentes han sido violentamente separados del servicio, porque el Go-bierno busca francamente, no un brillante organis-mo, servidor de Espaa, sino una leva obediente a la tirana republicana. E l desafortunado Zulueta, ministro de Estado, declara alegremente que ya tie-

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    ne el asunto resuelto, porque se reclutar el nuevo Cuerpo "entre estudiantes de la F. U . E . y alum-nos de la Institucin Libre de Enseanza"!

    Esta ingenua declaracin causa estupor y gestos de irona en las Cancilleras extranjeras. Revela, adems, una realidad lamentable: la Repblica, que no ha logrado hallar gobernadores aptos, tampoco encuentra diplomticos competentes. Y se ve forza-da a echar mano de lo primero que encuentra, es-pecialmente de los grandes internacionalistas de la F. U . E., que hicieron su brillante aprendizaje di-plomtico trepando a los tejados universitarios para arrojar las tejas contra las cabezas de los guardias-"Protocolo" novsimo, no previsto en el Congreso de Viena.

    La reforma agraria produce el ms alto grado de perturbacin nacional. Se despoja violentamen-te a los propietarios, incorporando sus fincasexcep-to las de don Nicetoal acervo del Estado presovi-tico. Se consignan 50 millones nominales en el pre-supuesto con la pretensin de asentar a 70.000 cam-pesinos, maniobra estril que no convence a nadie, porque los trabajadores han de seguir pagando ren-ta al Estado, Un grande de Espaa, el duque de Wellington, subdito ingls, que ve sus fincas espao-las gravemente amenazadas de despojo, protesta y propone al Gobierno republicano la compra de sus propiedades. Gran pnico en las alturas. E l Gobier-no declara que al duque no le ocurrir nada, y que sus colonos "estn muy satisfechos de l". Carcajada general- La dictadura republicano-socialista, que atropella a los espaoles, respeta a los ingleses, por-que tienen una escuadra muy grande, y no quieren los con Albin. Mientras tanto, los obreros del cam-po, alentados por la prensa izquierdista y por una condenable impunidad, asaltan las fincas en Casti-

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    lia, Extremadura y Andaluca, andando a tiros dia-riamente con la Guardia civil. Invaden las dehesas y roban las cosechas de bellota. En esta labor ciudada-na se distinguen principalmente los socialistas de la provincia de Badajoz, que se llevan por fanegas el fruto de las encinas. La opinin pblica comienza a mirar con alarma esta sospechosa inclinacin de los socialistas por las bellotas.

    Para entretener sus ocios, los revolucionarios del Progreso, siguen dando muestras de su refinada cultura. En Zaragoza aparece una bomba en el mis-msimo Gobierno^ civil. En Biedmaz (Jan) unos grupos de "ciudadanos conscientes" invaden la Ca-sa Ayuntamiento, se apoderan del alcalde, lo asesi-nan y dejan brbaramente mutilado. En La Caro-lina, tambin Jan, antiguo f eudo poltico del seor Alcal Zamora, cuando era diputado monrquico, un orador radical denuncia en un mitin que a los obreros socialistas se les ensean nociones de ana-toma humana, para agredir a los patronos, dando un golpe seguro en los puntos ms vulnerables del cuerpo...

    Como las brbaras hordas de la triple dic-tadura revolucionaria no se satisfacen con perse-guir y maltratar a los vivos, inician su ofensiva contra los muertos. En Ciempozuelos, a dos pasos de Madrid, una partida de bandolero? afiliados al marxismo, invade el cementerio, pisotea las tumbas, arranca todas las cruces y destroza las lpidas. Y nadie descerraj un tir contra las hienas!

    De Catalua autnoma, presidida por el estram-btico Maci, comienzan a llegar excelentes noti-

    - cas. Apenas aplicado el Estatuto libertador, 8t descubren chanchullos repugnantes, que escandali-zan al honrado pueblo barcelons- La Generalidad ha adquirido en seis millones de pesetas la colec-

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    don de arte Plandiura para instalar el "Museo Ca-taln". Pero alguien afirma que en este negocio hay ms de un milln y medio a repartir entre des-tacados polticos izquierdistas que intervienen en l. Se practican indagaciones. E l chmtage toma cuer-po. Y un diputado, de lo ms jabal, confiesa al pro-pio Maci que ha percibido 15.000 pesetas de la par-te que le corresponda en el negocio.

    A l mismo tiempo, la "polica de Espaa" descubre seis agencias barcelonesas de venta de destinos en el Ayuntamiento, que se realizaban en combinacin con algunos concejales. E l escndalo es de primera magnitud, y revela, con el fet diferencial, lo bien capacitados que estaban los separatistas para admi-nistrar honradamente los intereses de Catalunya lliure. Pero el juez no lo entiende as, y empapela a los concejales complicados en tan redondo negocio.

    Arrecia en trminos salvajes la infame propagan-da contra Espaa, desarrollada, tal como se pronos-ticaba, al amparo del Estatuto. Lo de la compren-sin y cordialidad sigue siendo una mentira. La Re-pblica ha agravado de tal modo el odio separatista, que se produce la enorme vergenza contenida en el siguiente telegrama dirigido al Gobierno:

    "Barcelona, 31.Mitin organizado por el parti-do republicano de Concentracin Espaola, de la barriada de Pueblonuevo, ha sido suspendido ante la pasividad de las autoridades con vivas a Catalua libre y mueras a Espaa- Habr que declararse se-paratista ante el abandono del Gobierno. Firman: Antonio Bermejo, jefe del partido; e Ismael Mr-quez, presidente de la Junta del Centro."

    La prensa reptil, que tap aquella fuga de pesetas 750.000 intentada por cierta seora relaciosada con influyentes personajes izquierdistas, y que fu dete-nida en la frontera, sin que se haya vuelto a ha-

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    blar de ela, publica con exaltado celo las actuacio-nes de un juez especial y ambulante que entiende en la "evasin de capitales", hecha por "elementos mo-narquizantes". Las medidas de la "justicia republi-cana", como dice Albornoz, son tremendas: tres mi-llones para la libertad provisional de los presuntos culpables. Treinta millones para asegurar la respon-sabilidad civil.

    Espaa compara y recuerda las facilidades que don Niceto Alcal Zamora encontr en tiempos de Primo de Rivera para exportar^patriticamente a un Banco de Francia su capital ahorrado. Y en-tonces no habci incautaciones, ni leyes confiscato-rias, ni despojo' de tierras!

    Tambin lamenta la opinin espaola que un obstculo internacional impida al celoso juez espe-cial ampliar sus investigaciones fiscales al Banco de Zurich, donde residen crecidos capitales de improvi-sados propietarios, cuyos nombres causaran estu-por...

    En uno de sus mtines provincianos y hebdomeda-rios, Marcelino Domingo afirm, ante un pblico de incautos, que desde el advenimiento de la Repbli-ca, "Espaa ha aumentado de volumen".

    Exactsimo. Han aumentado de volumen los en-chufistas y comensales polticos, que ahora estn ms gordos que nunca. Sus vientres se han hincha-do; ocupan ms rea. De ah el "aumento de volu-men de Espaa".

    E l proceso de putrefaccin va invadiendo rpi-damente a todos los partidos, grupos y mesnadas que integraban la conjuncin republicano-socialista, comanditaria del Poder. Azaa, que adivina la ca-tstrofe, preconiza en un discurso, lanzado en San-tander, una "Alianza de Izquierdas" para defender "las conquistas de la revolucin" ( !) Los radica-

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    ks, del seor Lerroux, son combatidos fieramente por socialistas, radicales-socialistas y azaistas. En plenas Cortes, los socialistas afirman que "ios le-rrouxistas, desde el 10 de agosto no pueden hablar". Y el rgano de su partido acusa concretamente al seor Lerroux de inteligencia con los sublevados de agosto, aadiendo "que el jefe radical lo saba todo".

    Se disuelve la Agrupacin "al Servicio de la Re-pblica", en medio del ridculo ms espantoso que conocieron los siglos. Sus caporales Ortega Gasset, Maran y Prez de Ayala, lanzan un manifiesto pedante declarando finado el concilibulo. La gente re a carcajadas, recordando la magnfica "labor par-lamentaria" llevada a cabo por los magnates del re-clamo. E l profundo Maran, ha hablado cuatro veces en las Cortes. La primera para decir "no". La segunda para decir "s" . La tercera fu ms amplia, pues dijo nada menos que "eso no nos interesa". Y en la cuarta repiti la faena. Total: diez palabras de altsima y nueva sabidura republicana, que compu-tadas con las 14.000 pesetas cobradas en los 14 me-ses de su brillante intervencin, resultan pagadas a 1.400 pesetas la palabra- Pero esto no significa na-da comparado con las 272.000 pesetas que el erudito en gangas, Prez de Ayala, cobra por ser campen del silencio.

    La nica labor seria y acertada ha sido la de don Jos Ortega Gasset, que bautiz a las mesnadas vio-lentas con los sonoros nombres de "tenores, paya-sos y jabales". Ms tarde calific a la Repblica de "triste y agria". Despus aadi aquello de "no es esto, no es esto". Y ltimamente se ha metido en casa, asqueado de "esto". Los dems diputados del grupo, quedan tambin a disposicin de las em-presas.

    Hace dos aos, en mi libro "Los cuervos sobre

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    la tumba", vaticin este fracaso de los del "Servi-cio", al comentar cierto manifiesto ampuloso que estos tres ilustres arrinconados dirigieron pomposa-mente a la juventud espaola.

    Los socialistas han sufrido un rudo golpe, que los ha dejado al desnudo. E l Congreso de la Unin Ge-neral de Trabajadores, feudo del partido, se pro-nunci en contra de la continuacin de los tres mi-nistros en el Gobierno, exaltando a Ja presidencia de la entidad al "camarada" Besteiro, por su signifi-cacin anticolaboracionista. Largo Caballero, elegido para la Secretara general, se vi precisado a dimi-tir el cargo. A pesar de esta solemne y pblica des-autorizacin de la masa obrera, los tres ministros socialistas, que ya no representaban a nadie, conti-nuaron aferrados al Poder, con una impudicia des-conocida en las costumbres polticas espaolas.

    Se produce una fuerte escisin entre los radica-les-socialistas, surgiendo de su seno esculido otro grupo llamado "Izquierda Radical-Socialista", nom-bre vano, porque ni unos ni otros representan nada en la vida nacional, que les niega contingente- Y el fracasado Miguel Maura, ambicioso de erigirse en caudillo republicano conservador, llama desespera-damente a las derechas, que no le hacen caso. Los correligionarios azaistas, desde las columnas de "Luz", se burlan de Maura, pintndolo en caricatu-ra vestido de trapero, con un talego al hombro, re-cogiendo por las casas los trastos viejos e intiles de todos los partidos.

    Descomposicin, inseguridad, recelo, desaliento, fracaso. Estas son las notas caractersticas de los partidos del rgimen, a los veinte meses de su adve-nimiento. Slo una comn ambicin los liga: la apro-bacin de los tremendos Presupuestos agobiadores, que han de asegurar la pitanza copiosa de la horda

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    dictatorial, a costa de la sangre y el hambre de to-dos los productores espaoles.

    Nada de esto tiene importancia, ante el peligro in-minente que entraa el momento internacional. La prensa extranjera viene hablando de un viaje que el jefe del Gobierno francs, monsieur Herrot, pro-yecta realizar a Espaa para concertar una inteligen-cia con miras a posibles actitudes blicas. La pren-sa de Azaa pone inusitado empeo en negar lo que todo el mundo afirma, porque teme enfrentarse con el pueblo espaol, que odia la guerra y es par-tidario de la neutralidad. Pero qu valor tienen las negativas de unos peridicos que estn mintiendo to-dos los das?

    En cambio, la prensa francesa, no disimula su confianza en una colaboracin franco-espaola. U l n -trmsigen, diario parisin muy afecto a Herriot, es-cribe las siguientes filigranas:

    "Una sola frontera terrestre une a Espaa con Europa. Esa frontera es la nuestra. No es, por lo tanto, lo ms indicado el que estos dos pueblos vi-van en buena armona y SE PRESTEN AYUDA Y ASIS-TENCIA EN CASO NECESARIO?"

    Claro es, que el "caso necesario,, ser estricta-mente aquel que a Francia le convenga sealar. Por-que cuando nuestra ltima guerra colonial, por ejem-plo, en que los Estados Unidos intervinieron para arrebatamos las posesiones, nuestra dilecta amiga Francia, tan vecina como ahora, no se tom la mo-lestia de ayudamos.

    Lleg monsieur Herriot a Espaa, el 31 de octu-bre de 1932, y el recibimiento fu de una frialdad desconcertante, por parte del pueblo. No por hosti-lidad hada el ilustre poltico francs, que es hombre de innegable simpata personal, sino por la antipa-ta que inspiraba a Espaa la gente oficial que le

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    rodeaba. En la estacin haba doscientos guardias de asalto, vestidos de paisano, encargados de secun-dar, a golpe de consigna, los entusiastas vtores y aplausos iniciados por el fervor ministerial. E l al-calde de Madrid, Perico Rico, que no entiende una palabra de francs, saludaba a Herriot con un mo-noslabo aprendido la vspera, repitiendo siempre oui, oui! a todas las palabras que el insigne hus-ped le diriga. Fu la nota cmica, reveladora de la gran cultura que adorna a los "estructuradores de la nueva Espaa". Un redactor del "Heraldo", ha-ba abordado al Presidente francs en la frontera con esta sencilla pregunta:

    " Qu solucin prev Su Excelencia a la cues-tin del Mediterrneo?"

    E l bondadoso Herriot se qued turulato, pensan-do, sin duda, en la insensatez de un diario republi-cano que considera que el grave problema del Me-diterrneo, fatal emplazamiento de la futura gue-rra, puede resolverse en un asiento del ferrocarril.

    Los ministros de la Repblica, diputados y mes-naderos, repetan constantemente en su prensa los grandes apoyos que Herriot haba prestado a su re-volucin, creyendo que con este artificio le conquis-taban el agrado nacional, cuando precisamente era todo lo contrario. Buena estaba Espaa! Pero lo cierto es que los beneficiarios del rgimen recibie-ron la visita del poltico francs con el mismo ser-vil acatamiento con que los colonos de un cortijo salen a recibir al dueo de la finca.

    Los acaparadores del Poer, monopolizaron la acogida de Herriot con ese afn con que los alcal-des de pueblo absorben la visita del "deputao", al que presentan a sus familiares, con exclusin del resto del vecindario, haciendo las presentaciones de rjgor: "el to Perico, mi sobrina Casilda, el abuelo

  • D O C T O R A L B I A N A

    Bernat, la sea Olegaria la comadre". Y al mismo tiempo, extendan los codos, para impedir que al ilustre husped se acercaran los dems. En un ban-quete de directores de peridicos, slo se invit a los diarios de la izquierda. A los periodistas fran-ceses, invitados desde Pars a una recepcin de con-fraternidad por el gran diario " A B C"invitacin que aceptaron, no se les dej concurrir, coaccio-nados por la gentecilla mercenaria del libelismo de-tonante. Haba especial empeo en demostrar a He-rriot y a sus acompaantes extranjeros, que en Es-paa no hay ms Espaa que la menguada Espaa enchufista. Y en los salones fraternos de " A B C " , esperaron intilmente seres tan "insignificantes" como Benavente premio Nobel!, Benlliure, Mar-quina, Maeztu y muchos otros insignes representan-tes del arte y de la intelectualidad.

    E l viaje, que, segn decan, vena a "estrechar los lazos", produca un abismo entre los mismos espaoles. Esta es la consecuencia de la poltica tor-pe y gorromina de los analfabetos de la revolucin.

    Bajo el rgimen monrquico, vinieron a Espaa dos Presidentes de la Repblica Francesa, los seo-res Loubet y Poincar, que el pueblo espaol aco-gi con viva simpata y cordial respeto hacia la na-cin hermana, sin necesidad de invocar para la con-fraternidad, la analoga de rgimen, que no existia, ni hizo ninguna falta para expresar la buena amis-tad hispano-francesa. Y el Gobierno Primo de R i -vera colabor con Francia en Marruecos con xito victorioso, sin que se echara de menos esa comuni-dad de rgimen que ahora se pretende explotar para llevar a Espaa a una posible guerra continental, que la nacin entera rechaza. Mucho ciudado, seores alojados del rgimen, que Espaa os arrollar al gri-to de NEUTRALIDAD!

  • D I C T A D U R A R E P U B L I C A N A

    No poda faltar en el viaje de Herriot la nota fes-tiva, que corri a cargo del "Temps", el viejo dia-rio francs, que, agradecido a las oficiosidades mi-nisteriales, dijo nada menos que esta exquisitez:

    -"Monsieur Azaa es la ms grande revelacin de la joven Repblica".

    Vamos, 'hombre! Muy desorientados estn en Francia acerca de

    este asunto. Porque en Espaa, el ex ministro re-publicano Miguel Maura, di una conferencia en el local de " L a Fraternidadde Cuenca, para decir a voz en cuello estas palabras:

    " E l seor Azaa, con su poltica EST DESHON-RANDO LA REPBLICA."

    Ya lo habamos notado todos los espaoles, re-publicanos y caverncolas!

    Tambin lo not M . Herriot, que en sus campe-chanos paseos por Madrid no fu. acompaado por ningn miembro del Gobierno- Todos se metieron en casa, rehuyendo las "ovaciones" que les prepa-raba el decepcionado pueblo madrileo. Y por si el Presidente francs no haba dado con la causa de tal frialdad, me apresur a enviarle, en propia ma-no, la siguiente salutacin, que la prensa enchufco-la silenci con unanimidad, naturalmente!

    "Monsieur Herriot.

    Prefidmte del Gobierno francs.

    Madrid.

    En nombre de millares de inocentes espaoles que gimen en crceles y destierros, injusta y cruelmente perseguidos por este hermoso rgimen de "Liber-tad" que amordaza y destruye a la prensa honrada, saludo respetuofamente a Vuecencia desde mi con-

  • D O C T O R A L B I A N A

    finamiento ilegal, y exprsale mi afecto admirativo por la noble Francia, ciMa de los Barbones, y pre-gonera de los famosos Derechos del Hombre, que el Gobierno de ta Repblica democrtica, tan amigo de Vuecencia, niega con insuperable tirana a los es-clavizados ciudadanos espaoles.

    Doctor Albiana,

    Jefe del Partido Nacionalista Espaol."

    Por si este aviso era poco, la generosa clase es-tudiantil se encarg de interpretar la verdadera vo-luntad de Espaa. En la Universidad de Madrid, los alumnos se declararon en huelga durante los tres das que permaneci el seor Herriot, a los gritos de viva Espaa!, abajo la guerra y mueran los enthufistas! Para amenizar el patritico movimiento, los estu-diantes la emprendieron a insultos y golpes contra el apolneo profesor socialista, "camarada" Jimnez Asael del repollo, que, por lo visto, disfruta el honroso privilegio de recibir todas las bofetadas que se pierden en la Universidad y cien leguas a la re-donda. Lo mismo en Madrid, que en Barcelona, hubo cargas de los guardias de Asalto contra los estudiantes, llegando aqullos a entrar, pistola en mano, en los recintos escolares, atropellando, una vez ms, el famoso "fuero universitario", tan defen-dido por los farsantes de la revolucin en tiempos de la Monarqua. Por cierto, que a la dictadura re-publicana le parece poco eficaz el vergajo^ que haba puesto en manos de los de asalto para apalear al pueblo, y los ha provisto de fusiles-ametralladoras, para que puedan demostrar, a tiro limpio, las exce-lencias de este rgimen democrtico. La Repblica gasta en polica OCHENTA MILLONES MS que emple

    296

  • D I C T A D U R A R E P U B L I C A N A

    la Monarqua- Y como los republicanos afirmaban en tiempos del Gobierno Berenguer, "que a mayor gasto de polica, corresponde mayor miedo e inesta-bilidad de un rgimen", ya sabemos lo que significa ese aumento policaco de ochenta millones en la dic-tadura republicana: "Inestabilidad y miedo".

    Finaliz el viaje de Herriot con la firma de unos tratados de reciprocidad obrera. Labor sencilH'sima, que se resuelve fcilmente en un correo de ida y vuelta con la valija diplomtica, sin necesidad de moverse de Pars. Pero con algo haba de justificar-se la excursin del distinguido turista. E l diputado radical-socialista Ortega Gasset, se quej en las Cor-tes de la notoria "frialdad" con que el pueblo aco-gi el viaje del seor Herriot, lamentando que "no se hubiera preparado lo suficiente por el elemento oficial", como si la espontaneidad pudiera organizar-se igual que una funcin de circo. Y para no incu-rrir en heladas repeticiones, se organiz oficialmen-te la conmovedora despedida. Los diarios de la mur-ga redoblaron el parche, llamando a "las fuerzas de la democracia republicana". E l Gobierno envi a la estacin buen golpe de empleados pblicos y nueva remesa de guardias vestidos de paisano. Hasta se habilit una nia, "vestida de Repblica", para be-sar al gran hombre. Qu monada y cunta emo-cin!

    Pero el pueblo soberano, al despedir con vtores convenidos al ilustre presidente del Gobierno fran-cs, no olvid llevar unos grandes cartelones, en los que se lea esta frase, inquietante para algunos:

    "Abajo la guerra" ! Y nada ms. Qu vendr despus? Permuta de los "dere-

    chos franceses en Tnger" por nuestras posesiones de Ro de Oro? Colaboracin hispano-francesa en

    297

  • D O C T O R A L B I A N A

    el alto Atlas? Otra guerra en Marruecos, despus de !a que tan victoriosamente termin el gran Pri-mo de Rivera?

    Bueno es advertir, que los servicios politicos pres-tados a ciertos revolucionarios domsticos, encum-brados por el azar, no pueden ser pagados con el llanto de las madres y la sangre de los espaoles. Se tendr esto en cuenta, cuando- estalle la futura guerra continental...?

    Espaa no tolerar a la Repblica que los sagra-dos ibogares espaoles se conviertan en campo de concentracin para una prxima recluta de senega-leses. Eso, jams!

    i Hasta ah podamos llegar! La putrefaccin dictatorial sigue precipitadamen-

    te su curso. E l diputado derechista, Gil Robles, pide que se lleven al Parlamento los expedientes de los deportados a Villa Cisneros, presos gubernativos, confinados, y los de jueces y magistrados destituidos en masa por Albornoz, ministro de Justicia, "por desafectos al rgimen". Estas escandalosas ilegali-dades son contrarias a la Constitucin... E l seor Azaa, en un discurso lamentable y cnico, tiene el desenfado de contestar lo siguiente;

    "Qu se traigan a la Cmara los expedientes? Qu ms quisiera su seora! No existe el Poder judicial. La Constitucin dir lo que quiera. Pero yo digo..."

    Nunca se ha desconocido con ms desahogo el derecho de fiscalizacin de un diputado. Nunca se ha proclamado tan francamente una dictadura.

    As hubo de reconocerlo el propio don Miguel Unamuno en una ruidosa conferencia que di en el Ateneo de Madrid. Sin detenerse en ninguna consi-deracin ministerial, el diputado republicano afirm "que la expulsin de los jesutas es el mayor crimen

    398

  • D I C T A D U R A R E P U B L I C A N A B a g a """PMMMMW^MMMMWWWMWBBBMMHBBMBM I I irr,""1

    que se ha cometido. Que los frailes son los mejores pedagogos y los ms baratos. Que "esto" es peor que la Inquisicin, porque la Inquisicin daba ga-rantas de defensa, y la dictadura republicana, no. Y que en Espaa, bajo el Gobierno dictatorial de la Repblica, se han perdido todos los derechos in-dividuales."

    La prensa mercenaria llen de insultos a su anti-guo dolo Unamuno, que fu aplaudido por la opi-nin decente.

    Celebrse el juicio por las "responsabilidades" del golpe de Estado de 1923, en medio de la mayor indiferencia. Despus de las atrocidades que Espa-a viene sufriendo desde abril del 31, este juicio no interes a nadie. N i siquiera a sus propios jue-ces! E l asunto se despach con unos cuantos confi-namientos antijurdicos y una protesta honrada en todas las conciencias hidalgas. Si la base del castigo impuesto a los auxiliares del gran Primo de Rivera era haber infringido la Constitucin del 76, que es-taba en suspenso, qu pena merecern estos dicta-dores republicanos, que diariamenite estn atrope-Uando la misma Constitucin por ellos aprobada?

    La incapacidad de estos dictadores ha acarreado a Espaa, entre mil daos interiores, enojosas com-plicaciones internacionales. E l Gobierno de Washing-ton, envi una grave nota al de Madrid, reclamando contra su actitud en el contrato con la Compaa Te-lefnica, integrada por capital norteamericano, de la Banca Morgan. E l seor Azaa se encontr sin fuerzas propias para resolver la cuestin, y hubo de suplicar el apoyo de todas las minoras, incluso las catlicas, para salir del atolladero. Los diputados extremistas de izquierda promovieron un enorme escndalo parlamentario, porque el presidente Bes-teiro les neg la palabra para defender una propo-sicin contra la Telefnica.

    299

  • D O C T O R A L B I A N A

    Tambin Inglaterra present otra nota relativa al ferrocarril Ontaneda, que afecta al capital ingls. Y se hablaba de dos notas de Italia. En buen lo nos han metido los expertos "diplomticos" de la Repblica!

    Finaliza el ao 32 con la reaparicin del gran diario " A B C", que es acogida con general con-tento. Los ejemplares son arrebatados en masa por la opinin vida. Y en Correos se plantea un serio conflicto: no hay vagones suficientes para trans-portar las enormes tiradas del primer diario de Es-paa! Esta f u la respuesta del pueblo espaol a los cuatro meses de inicua suspensin.

    Y aqu quedo, en este ttrico rincn jurdano, con-tinuando mi crnica de la dictadura republicana, PEOR QUE LA INQUISICIN, segn el "maestro" Una-muno. Desterrado contra todas las' leyes, enfermo y pobre, maldigo ila hora en que mi infeliz Espaa cay prisionera de la barbarie. Pero, nimo, lec-tor! Ya saldr de ella!

    En mi confinamiento ilegal de Las Hurdes. Ene-ro de 1933.

    Prximamente aparecer " C O N F I N A D O E N L A S H U R D E S "

    (UNA VCTIMA DE LA INQUISICIN REPUBLICANA) Ptor el doctor Albiana

    Un tomo, con grabados: 5 pesetas. Pedidos: Galileo, 6. Madrid.

    I00

  • Fe de errata

    Pgina Lnea Dice Debe decir

    38 43 66 81 88 93

    101 121 140 152 168 181

    199 202 206 207 209 213 218 261 265

    26 3i 9

    17 4

    23 12 30 15 13 4

    11 10 21 23 9 3

    19 19 18 8

    10 15

    Banco, asistido. que las que las. resreva. Termin, de. desconcierto, una docena, de. perdicos. para la ver. amenaza. ilegal de. perpetuar. mejunjes'. legal. Burocracia, sus. arrendamiento y. temeroso. inconvenientes. inicial. progrmas.

    Barco. asistida. que las. reserva. Termino. del. concierto, unas docenas, de un. peridicos, para ver. intervencin, ilegal la. perpetrar, mejurjes. ilegal. Democracia, su. arrendamientos temeroso. inconveniente. iniciar. programas.

    301

  • OQQQOOQQQQQQQOQQOQQQQQOQQOQOQOOOOOO

    Ind i c e PAGINAS

    Prlogo 9

    C A P I T U L O P R I M E R O

    Un ao de Repblica

    Establecimiento de la dictadura republicana.Los "mrtires" de la libertad.Ocultacin del resul-tado monrquico de las elecciones del 12 de abril. Origen bastardo del nuevo poder dictatorial. Trgico balance de un ao de dictadura: 300 muertos, 2.125 heridos y 3.800 huelgas.Perpetra-cin de crmenes espantosos.Cadveres mutila-dos y seoras arrastradas 17

    C A P I T U L O n

    Bancarrota de la Hacienda

    Horrible desastre financiero.Funesta incompeten-cia ministerial.La Repblica enva al extranjero el oro de Espaa.La Banca extranjera se niega a negociar con el llamado Gobierno provisional. Un "rasgo" de don Niceto.El Presidente tripli-ca sus dineros.El primer Presupuesto de la Re-pblica : 1 ms de mil millones de aumento!Ex-poliacin ruinosa.Se aumenta l fondo de "rep-tiles".Disminucin de la capacidad de crdito. Prdida de la confianza.Despilfarro de inte-reses 42

    303

  • D O C T O R A L B I A N A

    PGINAS

    C A P I T U L O III

    El desastre en Instruccin Pblica

    U n dmine incompetente.La "democracia" del mi-nistro.Una ctedra regalada, libre de gastos. Farsa de las 27.000 escuelas "creadas"... en el aire.El calvario de los "cursillistas".Los guar-dias de asalto en la Normal.Pedagoga indecen-te: las alumnas del Magisterio se niegan a exhi-birse en cueros.Los irritantes privilegios de la F . U . E . originan fuertes protestas en toda Es-paa.Lastimosa decadencia de la F . U . E . A J i -mnez le refriegan un .repoillo por la cara.Eacan-yecto ruinoso.Un ministro extranjero.'Escan-daloso reparto de ctedras a ministros y subsecre-tarios.La enseanza abandonada.La "austeri-dad" republicana 57

    C A P I T U L O I V

    El escndalo de la Justicia

    Estafadores libertados por Fiscales.Rubor en los Tribunales.Una nota ridicula.Los besos de una prostituta.Hambre en los presos y anar-qua en las crceles.Reclusos apaleados por los guardias de asalto.La vergenza de la crcel de Barcelona.Indignada protesta del Cuerpo de Prisiones.La farsa de la "juricidad" en el Co-legio de Abogados de Madrid.Eliminacin de Ossorio y Gallardo y Miguel Maura.Violenta agresin a la independencia judicial.Escandalo-so atropello contra un juez de Madrid 85

    304

  • D I C T^A D U R A R E P U B L I C A N A

    PGINAS

    C A P I T U L O V

    Destruccin de la Economa

    Destrozo de la propiedad.Alcaldes y jueces ladro-nes.Encarcelamientos inicuos.La tragedia en los campos.Abandono de labores.El 85 por ico de las fincas estn hipotecadas.El paro for-zoso por la paralizacin de obras.Crmenes so-cialistas.El control obrero.Cierre de fbricas. E l parasitismo socialista.Agresin a los trigue-ros.Hambre y desesperacin.Espantosa situa-cin de Espaa 105

    C A P I T U L O V I

    Descrdito exterior

    Recluta de "diplomticos".Embajadores rechaza-dos.Espaa en ridculo.De pedigeo a emba-jador.Ofensiva contra Espaa.La Espaa in-mortal.Patritica protesta de los espaoles de Chile.La opinin espaola en la Argentina. L a prensa inglesa contra el embajador Prez. La prensa francesa llama clown a "nuestro" em-bajador.Incompetencia del ministro de Estado. Palmetazo a un cnsul enchufista.Un museo "ja-balcola".Papeles al viento.^Lacayos y cama-reros 126

    C A P I T U L O V I J

    Cuarto menguante

    Se inicia la decadencia.La Dictadura republicana pierde miles y miles de votos.La elocuente lec-cin de Madrid.El Ateneo se revuelve contra los

    305 20

  • D O C T O R A L B I A N A

    PAGINAS

    abusos del rgimen.Violentos ataques al Gobier-no provisional.Indalecio Prieto y su protector Echevarrieta.Los Astilleros de la Carraca.Un ministro que firma sin leer.El secretario de don Niceto.Propsitos de la Revolucin juda.^Al-zamiento de Espaa contra los traidores 163

    C A P I T U L O V I I I

    En plena decadencia

    Descontento general."Triste y agria"."No soy liberal"."Muera la libertad y viva la Repbli-ca !".Carta reveladora de don Miguel de Una-muno.Mensaje desconocido al "Padre de la Re-pblica".Aniversario fnebre.Un viaje "triun-fal".Los-"caverncolas" comienzan a derrotar a los " enchufcolas " en toda Espaa.Demostra-ciones de "cario".Los negocios de la Rep-blica 184

    C A P I T U L O I X

    Espaa indefensa

    Destruccin del Ejrcito.Graves ofensas a las instituciones militares.Ni hombres ni material. Movilizacin armada de los separatistas contra Espaa.La gran infamia del Estatuto cataln. E l "camelo" del "nuevo Estado".Subversin del orden jurdico.Ataques contra nuestra exporta-cin comercial.La inminente amenaza comunis-ta.El dinero dle Espaa para el sovietismo ruso. 212

    C A P I T U L O X

    El eisfuerzo libertador

    Oprimidos contra opresores.Levantamiento civil y militar contra la tirana republicano-socialista.

    306

  • D I C T A D U R A R E P U B L I C A N A

    PGINAS

    E l general Sanjurjo se apodera de Sevilla.Un manifiesto vibrante.Sangrientas luchas en las calles de Madrid.Asalto al Ministerio de la Gue-rra.Muertos y heridos.Suspensin de todos los peridicos derechistas de Espaa.Indiferencia popular.Ofrecimientos grotescos.Ni republica-nos ni socialistas toman las armas para defender la Repblica.Una nota cmica del enchufismo nacional 234

    C A P I T U L O X I

    Despus de la maniobra Marchas "triunfales" y pelcula pateada."Estre-

    no" del Estatuto Cataln.El jefe del Gobierno dictatorial entra en Barcelona protegido por la

    . Polica.Se retira la bandera republicana.Ocul-tacin de la alarmante criminalidad."La Rep-blica utiliza ideas viejas, mandadas retirar en to-das las naciones".Recrudecimiento de la indis-ciplina social en toda Espaa.Los socialistas contra la Guardia civil.Otra vez el ridculo "boicot".Pnico ante las elecciones.La Rep-blica contra el sufragio universal.Ruina de los trigueros.El segundo Presupuesto republicano. Ms de mil millones de trampas en veinte meses'. De fracaso en fracaso 260

    ^ 1 ^ ' ^ C A P I T U L O X I I

    Mxima putrefaccin

    Repugnante negocio periodstico.Los dictadores se refugian en un "trust" inmoral.El Gobier-no pretende destruir la gran prensa nacional. Implantacin de una censura canallesca.Las maniobras militares del Pisuerga. Causas de su fracaso.Los ayuntamientos de la Repblica es-

    307

  • D O C T O R A L B I A N A

    PAGINAS

    camotean 120 millones de pesetas destinados al paro obrero.Veinticuatro millones para la ma-yora parlamentaria.Vano remiendo a la di-plomacia.Rotundo fracaso de la Reforma agra-ria. Asaltos y robos.La putrefaccin en la "Repblica Catalana". Descomposicin de las mesnadas dictatoriales.El viaje de Monsieur Herriot y la prxima guerra.Grave amenaza para Espaa.Peligroso momento internacional... 277

    Fe de erratas 301

    308 -

  • n M f l f i Q Q Q Q Q Q O O Q O Q Q O Q Q O O Q O O Q O O O O Q O Q O Q

    Obras del Doctor Albiana

    1. Fraternidad y cultura. Memoria que obtuvo el pri-mer premio en el Concurso de la Asociacin de la Prensa Mdica Espaola; 1904. Folleto. Agotada.

    2. La medicacin cacodticofosforada en el tratamiento de la neurastenia. Comunicacin presentada al Congreso de la Asociacin Espaola para el progreso de las Ciencias. Zara-goza, 1908. Folleto.

    3. Orientacin de la juventud ante el problema religioso. Valencia, 1908. Folleto.

    4. Concepto actual de la FILOSOFA MDICA y su valor en el desarrollo de la Medicina. Premiada en pblico Con-curso por la Real Academia Nacional de Medicina. Madrid, 1911. U n tomo de 260 pginas, 4 pesetas.

    5. Desarrollo de las comunidades espirituales. Trabajo de ctedra (Psicologa experimental). Folleto.

    6. La tragedia de E l Pobo, Defensa del mdico don Al -fredo Alegre. Informe forense. Madrid, 1916; 64 pginas; 1,50 pesetas.

    7. La ignorancia en las Academias. Crtica acadmica. Madrid, 1918. Folleto.

    8. La ruta de Esculapio. Viaje mdico-histrico a travs de los museos de Europa.

    9,, Cooperacin de Espaa a la formacin de la Escuela

    309 ~

  • Mdica e Montpellier. Comunicacin presentada a! I Con-grs International d'Histoire de la Mdecine. Amberes, 1920 (en Comptes rendus).

    10. Efiseansa prctica de la Medicina histrica. Trabajo de ctedra; 300 cuartillas a mquina, con mapas y grabados. Indita.

    11. Programa para un curso de Historia crtica de la Medicina. Folleto,

    12. La situacin de Mjico vista desde Espaa. Conferen-

    cia en el Ateneo de Madrid; 1921. Folleto.

    13. Las leyes de Indias y leu colonizacin espaola. Con-ferencia pronunciada en el Casino Espaol de Mjico; 1922. Folleto,

    14. E l orgullo de ser espaol. Conferencia en el Casino Espaol de Mjico; 1924. Folleto.

    15. Sol de Levante. Novela autobiogrfica. Mjico, 1923, U n tomo de 430 pginas; 6 pesetas.

    16. Vindicacin de Espaa en Amrica. Discurso en el Centro Gallego de la Habana; 1928. Folleto,

    17. La grandeza del alma espaola. Conferencia en el Crculo de la Unin Mercantil. Madrid, 1928. Folleto.

    18. Aventuras tropicales. En busca del oro verde. Nove-la de ambiente mejicano. Madrid, 1928. Espasa-Calpe. U n tomo de 360 pginas con grabados; 8 pesetas.

    19. Las Armas espaolas en la conquista del mundo. Con-ferencia en el Casino de Clases. Madrid, 1929, Folleto.

    20. Bajo el cielo mejicano. Sensaciones y comentos. Ma^ drid, 1930. U n tomo de 276 pginas con numerosos fotogra-bados; 5 pesetas,

    21. Historia de{ la villa de Enguera y de sus hijos ilus-tres. U n gran volumen con grabados. En publicacin.

    3IO

  • 22. Despus de la Dictadura. Los cuervos sobre la tum-ba. Madrid, 1930. U n tomo; 5 pesetas.

    23. Prisionero de la Repblica, Madrid, 1932. U n tomo; 5 pesetas.

    24. Espaa bajo la Dictadfira republiciana (Crnica de un perodo putrefacto). Madrid, 1932. U n tomo; 5 pesetas.

    E N PREPARACION

    Confinado en Las Hurdes (Una vctima de la Inquisicin republicana); 5 pesetas.

    Los PEDIDOS, AL AUTOR: GALILEO, 6, MADRID,

    311