Alberto Melucci_Asumir Un Compromiso-1

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,:"":;. r.=. 0/".,./ 7 , '. ,.I. . :·11 152 ZONA ABIERTA 69 (1994) AJ- i El desarrollo de un estilo politico pluralista y secularizado, y\ . con su acento sobre la negociabilidad de todos los objetivos. la filOt\t o perclida de definici6n ide%gica experimentada por los particlos, y el abandono de las identificaciolles nacionalistas. haccn al sis- tema mas vulnerable a los nuevos ingresos. Esra vulnerabiiidad aparece de modo particularmentc evidente en 10 que concierne a la posicion de los jovenes deruro de la sociedad polftica. La falta de una definicion de los objetivos a largo plaza hace ia so- cializaci6n politica mas dificil. empujando a los jovenes hacia el disenso total 0 hacia la apatra, El ser jove n se vuelve de par sf una base de identificaci6n colectiva y una fuente potencial de «nuevos ingresos» reiterados. Lo mismo rige tarnbien para otras bases «biologicas» 0 «cutruralcs, de identificacion colecriva. Esas parecen proveer los criterios no negociables para el calculo de los intereses cuando los criterios polftico-ideologicos se vue]- ven tendenciaimente incompatibles can el sistema reglamentam, (parlam::ntario 0 administrativo) de la representaci6n. F 303.484 M496a 1, , L .s., r;rG·Oo ------------"-1 2087 I 'CUT. -6'J2:'"2_ .. r\ .': <:; .. 1- -----.- -{Ii. s Asumir e un compronuso: identidad y movilizacion en los movimientos sociales f:-:Albeito:KJfeiucci-' :)' fLACSO - Biblioteca r, LA Acero" COLECTWA ES UNA CONsnUCCION SOCIAL En los analisis tradicionales de los tenomenos colectivos encon- trarnos dos orientaciones principales y recurrentes. Unas veces se hace hincapie en et mismo hecho de ta accion colectiva que aparece, de esta forma. como acci .. "J!! sin actor. una surna acci- dental de acontecirnientos individu.iles. La psicologia de maS2S, siguiendo esta caracteristica. pone el enfasis en los Iactores de irnitacion, irracionalidad, contagia 0 sugesti6n. En la sociologfa del cornportamiento colectivo, Ia accion colectiva se ve repre- sentada como la respuesta reactiva 2. la crisis 0 desorden del sis- tema social. Otro pun to de vista tradicional ha buscado los fun- darnentos objetivos del fen6meno observado en la est ructura social y ha deducido la accion del analisis de las condiciones so- ciales que los actores parecen tener en cornun. Aqui nos encon- tramos can un actor sin accion, ya que el espacio entre las condi- «Getting Involved: Identity and Mobilization in Social Movements». en B. Klan- dermans. H. Kriesi y S. Tarrow (comps.). From Structure to Action. Comparing Social Movement Research Across Cultures, Greenwich: lAI Press. 1988. pp. 329- 348. Traduccion de Marisa Revilla. I

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Nuevos Movimientos sociales

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AJ- i El desarrollo de un estilo politico pluralista y secularizado,y\ . con su acento sobre la negociabilidad de todos los objetivos. la filOt\t

o perclida de definici6n ide%gica experimentada por los particlos, y el abandono de las identificaciolles nacionalistas. haccn al sis­tema mas vulnerable a los nuevos ingresos. Esra vulnerabiiidad aparece de modo particularmentc evidente en 10 que concierne a la posicion de los jovenes deruro de la sociedad polftica. La falta de una definicion de los objetivos a largo plaza hace ia so­

,,~ cializaci6n politica mas dificil. empujando a los jovenes hacia el disenso total 0 hacia la apatra, El ser jove n se vuelve de par sf una base de identificaci6n colectiva y una fuente potencial de «nuevos ingresos» reiterados. Lo mismo rige tarnbien para otras bases «biologicas» 0 «cutruralcs, de identificacion colecriva. Esas parecen proveer los criterios no negociables para el calculo de los intereses cuando los criterios polftico-ideologicos se vue]­ven tendenciaimente incompatibles can el sistema reglamentam, (parlam::ntario 0 administrativo) de la representaci6n.

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En los anal isis tradicionales de los tenomenos colectivos enco n­trarnos dos orientaciones principales y recurrentes. Unas veces se hace hincapie en et mismo hecho de ta accion colectiva que aparece, de esta forma. como acci.."J!! sin actor. una surna acci­dental de acontecirnientos individu.iles. La psicologia de maS2S, siguiendo esta caracteristica. pone el enfasis en los Iactores de irnitacion, irracionalidad, contagia 0 sugesti6n. En la sociologfa del cornportamiento colectivo, Ia accion colectiva se ve repre­sentada como la respuesta reactiva 2. la crisis 0 desorden del sis­tema social. Otro pun to de vista tradicional ha buscado los fun­darnentos objetivos del fen6meno observado en la est ructura social y ha deducido la accion del analisis de las condiciones so­ciales que los actores parecen tener en cornun. Aqui nos encon­tramos can un actor sin accion, ya que el espacio entre las condi­

«Getting Involved: Identity and Mobilization in Social Movements». en B. Klan­dermans. H. Kriesi y S. Tarrow (comps.). From Structure to Action. Comparing Social Movement Research Across Cultures, Greenwich: lAI Press. 1988. pp. 329­348. Traduccion de Marisa Revilla.

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! cione s objetivas v las conducm, colectivas empfricamente obser. vadas se pruebat~le'll1pre il11posible de salvar. EI viejo problema

'de \'farx (como pasar de la clase en sf a la clase para sf, de las condiciones de clase a la accion de clase) permanece sin resol­ver. como trasfondo.

Estas orientaciones. que forman parte de los tradicionales es­tudios sobre los fen6menos colectivos que contiruian influyenclo en este ambito de estudio en 1'1 actualiclad. compartcn dos enun. ciados epistemologicos. Pr imern se trata el fenomeno colectivo -ya sea una re accion de p.inico, un movimiento social 0 un pro­ceso revolucionario_ como un data empirico unitario, Esto es. se as ume de entrada ia lInid(;d cl11pfrica del fenomeno segun es pereibida e interpretada por cl observador. como realmente exisre nte. La ocurrencia de eiertos comportamientos individua­Ies (oncomitantes forma una gestal: unitaria que se transfiere desde 10 fenomenologico al nivcl conceptual yadquiere consis­tencia ontol6gica: la realidad colectiva existe Como obje to. Al mismo tiempo. se insimia e! segundo enul1ciado en el proceso de cosificacion del objero «f;:>norncno colectivo». la idea de que in dimension colectiva de la accion social es un hecho incontrover­'tilile.·(o'dado que no merece mavor investigacion.

En los afios recientes la j'~.'fle.\i6n crftica ha empezado a reco­nocer el caractcr cuestion~l~k de estes enunciados. Tanto los carnbios en las condiciones historicas como la evoluei6n en el debate teorico han contribuido a este reconocimiento, Los COn­flictos que die ron lugar a la tcorfa y analisis de la accion colec­tiva estan vinculados historicamente Con formas de accion. en las que Juc-gan un impon~lflte r<lpel tanto la crisis del vii?jo orden (las lu.:has sociales en sentiJo estricto), como las luchas por la ciudadania.

La accion de Ia clase obri?ra en 1a fase del capitalismo indus­trial sirvio como modelo, unas veces temido, otras veces favore­cido. para el estudio de los fen6menos colectivos. Esta accion combinaba la resistencia a la decadencia de las forrnas de pro­duccion preindustriaks 0 protoindustriales (las luchas directa­mente relacionadas con el desarrollo del sistema empresarial ca­pitalista) Con las demandas de acceso al Estado y de expansion de la ciudadanfa. EI conflicto industrial se encOlliraba asf ligado al problema nacional y a la extension de los derechos polfticos a los grupos sociales 'excluidos. En este contexto hist6rico se desa-

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rrolla la idea del rnovimiento social como el agente hist6rieo que rnarcha hacia un destine de liberacion 0 como la masa suzestio­nada y bajo el control de unos pocos agitadores I. ~,

Hoy nos encontrarnos al final de este ciclo, no porque se ha­yan acabado las luchas par la ciudadania 0 porque no quedeu es­pacios dernocraticos que conquistar. sino porque los diferentes as­pectos de los conllictos sociales se han separado progresivamente. Los contlictos re lacionados con las relaciones sociales constitu­yendo un sistema. por un lade. y las luchas encarnirradas a la ex­tension de la ciudadania (para la concesion de derechos a grupos

"excluidos 0 marginados y para su iniciacion en las «re glas del juego»), por otro. tienden a diferenciarse y a involucrar a distintos aetores. De nuevo son diferentes las forrnas de accion a traves de -las cuales se expresa la resistencia a los procesos de moderniza­_Ci(\ll '! a su extension rnundia!. La diferenciaci6n de campos. acto­E.es y Iorrnas de accion no pennite seguir con la imagen estereoti­pad a de los acto res colectivos rnoviendose en el esce ua r io historico como los personajes de un drama epico: igualmente de­sacreditada se encuentra la imagen opuesta de una masa amorfa guiada exclusivamerite por sus instintos gregarios.

Los carnbios en la estructura historica de referencia vienen acornpariados de una nueva concieneia teorica. vinculada a la evolucion en el debate mantenido en el sene de las ciencias so­ciales. La percepcion de los Ienornenos colectivos como datos empfricos unitarios se reve la como Iundarneruo analitico rnuy freigil e. inclusive. inexistente. EI progreso en la reflexion e in­vestigacion dentro de los ambitos socio16gicos y psico16gieos no\ lleva a considerar los fenomenos colectivos como resullado de; miHtiples procesos que favorecen 0 impide~ i~ -formacion '! el mantenimiento de las estructuras cognoscitivas y los siSl·.::mas de relaciones necesarios para la accion. Lo que se da por sentado en muchos amllisis de la acci6n colectiva. esto es.la existencia dt un actor relativamente unificado, es. en esta perspectlva, un pro­blema que tiene que ser explicado. EI fenomeno col~ctivo,~s, de hecho. producto de procesos sociales diferenciados. de orienta­ciones de aecion, de elementos de estructura y motivacion que

I Los eSludios de Tilly (1975. 1986) Y ~1oscovici (1981) arrojan una nuevo: luz sobre esws aspectos, Vease tambien la contribuci6n c1asica de Bendix (19t).t, 1978). que sigue teniendo una importancia fundamental.

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pueden se r combinados de maneras distintas. EI problema del analisis se centra. de esta forma. en la explicacion de como esos elementos se combinan y unen. de como se forma y se rnaruiene un actor «cole ctivo-".

uno de los corolarios mas importantes de est a evolucion de las orientaciones teoricas es la posibilidad de aume ntar ltl com­prension de los fenornenos colectivos en terrninos de accion. Los avances en las reorias cognoscitivas y constructivas de la accion hurnana nos ayudan a considerar los Ienomenos colectivos como procesos en los cuales los actores producen significados. coniuni­can: negocian y toman decisiones. En otras palabras,los actores son capaces de ir mas alla de la logica lineal de estirnulo-res­puesta. De este modo. la accion co lectiva tarnpoco pue de ser cxplicada a tr aves de puros de terrninantes estructurales (par cjernplo. en te rrninos de sugestion. imitaci6n 0 manipulaci6n).

Podernos ahora regresar a los enunciados implicitos cornunes en la tradici6n y examinar sus consecuencias en el analisis de los Ienornenos colectivos. Al considerar la acci6n colectiva como un date v una unidad empirica. las aproxirnaciones tradicionales irnpiden la formulaci6n de una serie de cuestiones cruciales. que solo hoy en dia se incluye n explicitamente en el debate cientifico y se revelan de gran significacion para cualquier teoria de la ac­cion colectiva:

I:.A traves de que procesos construyeri los actores una ac­cion corruin?

- l'Como se produce la unidad entre las distintas partes. ni­veles y orientaciones presentes en un fen6meno empirico de ac­cion colectiva?

- l.Cuales son los procesos y relaciones a traves de los cua­les los individllOS se implican en la aeei6n colectiva?

: Un gran numero de estudios conlribuyen a1 desarrollo de esta perspectiva . .1,puntO aqui el papel de la psicologia social cognoscitiva (vease. por ejemplo. Ei­sa. 1980): la sociologia de la accian (Touraine. 1973); el constructivismo de la sociologia de la organizacion (Crozier y Friedberg. 1977) y los procesos de toma Je decisiones' (para una revision y sintesis, veas.: Gherardi. 1985). En el ambito je la accion colectiva juga un importante papel la teoria de la movilizaci6n de :ecursos (para una sinlesis, \lease Jenkins. 1983), En el campo de los moviHlien' :os sociales. han adoptado u~P!9,xjmacia!1 cQl1Structivi~ta_Melucci(1984a, :484h, !985). Hosking (1983). Brown y Hosking (1984). Donati (1984).

Si volvemos a la tradicion buscanclo respuestas a estas pre­guntas (necesariamente respuestas implicitas. ya que tales preguntas nunea se formularon como tales). nos eneontramos con dos ambitos recurrentes de explicaci6n: las contradicciones estructllrales 0 las disfullciones de I sistema social. por un lado. y las diferencias psicol6gicas 0 las motivaciones inclividuaks. por otro. En cllalquier caso. ninguno de estos factores es en si rnisrno capaz de responder satisfactoriamente a estas preguntas.

De hecho. tanto los Iacrores macroestructurales como las va­riables indi\'lcluales implican la existencia de un espaeio insalva­ble entre el nivel de explicacion propuesto y los proeesos concre­tos que permiten a un cierto nurnero de individuos actual' juntos, Lii"explicaci6n basada en la existeneia de condiciones estructura­les comunes para los aetores da pOl' sentada SLI capacidad para percibir. evaluar y deeidir 10 que tienen en cornun: en otras pala­bras. ignora los procesos que perrniten (0 impiden) a los acrorcs • definir la situaei6n como susceptible de una acci6n cornun. Por otro lado. las diferencias individuales Y las motivaciones no ex­plican satisfactoriamenle la cuesti6n de como ciertos indi\'icluos Ilegan a reconocerse Y a formal' parte de un «nosotros- mas 0

rnenos integrado.Esta situacion de callej6n sin sallda s610 se resuelve can una

Ilamada al «ingenuo» enllnciado de la accion colectiva como un dato v como unidad. Sin embargo. es necesario cllestionar el "dato i)araa~'eriguar como se pr;dllce y diseccionar la unic\ad ,::,11~pirica para descubrir lapll.iralidad de elementos analiticos (de orientaciones. significacioncs Y relaciones) que convergen en e!

mismo fen6meno.'En" la perspectiva que propongo aquL la accion colectiva se '. considera el resultado de inteneiones: recursos y limites. una

"onenra:Ci6n'intencional eonstruida mediante relaciones sociales 'oesarr;il~das en un"sis'tem"cideoportlmidades y obligaciones. No puede. por tanto. considerarse exclusivamente como el decto de las precondiciones estrLlcturales 0 como la expresi6n de valores y creencias. Los individuos que actuan colectivamente «constru­yen» su acci6n mediante inversiones «organizadas»: ~~t.s> es. defi­nen en,~erminos cognoscitivos el campo ge posibilidades,y.l[mi­teSqu'e per'cib'en.-·mienCras que. al m;smo 'ti'empo. activan sus reiaciones como' forma de dotal' de sentido a su «estar juntos" y 'aTO's objetivos que persiguen. Siempre que observamoS un nli­

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me ro dctermjnado de inJi\'iduos que acnian colectivamente. nos enfrentamos a un sistcm.: .It' accion m II ltip0 {ar. La accion colec. tiva no~s._un fenomeno cmpirico unitario:.fa unidad, en caso de exisrir. debe eonsider;lr~;:: como el resuttado, no como el punto

. de p artida, un hecho que 'I' debe explicar. no una evidencia Los acontecimientos en los que Ins individuos actuan colectivamente combinan difercntes oric:'nt:lCiones, involucran a multiples acto­res e implican un sistema de Oportunidades y obligaciones que dan forma a sus relacion('~,

Los actores "prod UCL' 11 .. la acci6n colecnvs porque son capa­ces de definirse a si mismos y de definir sus relacioncs con elarn. biente (otros actore s rl'L'Ur~I)S disponibles. Oportunidades y obs­tacuios ). La ddiniciL1n L!lk' vonstruyen los acto res no es lineal, sino producida por la ink;·;h.'ci6n. In negociacion y la oposici6n de diferentes oriemacion('~, Los individuos contribuyen a la for­rnaci6n de un «nosorros.. I m.is 0 menos estable e integrado de­pendiendo del tipo de aL'C!l,n) poniendo en cornun y ajustando, al me nos, trcs 6rdenes de c)rientaciones: las relacionadas con los fines de las acciones (es de,'ir. el sentido que la acci6n tiene para el-i-ClOr): las rel[lcionad;~, con los medias (las posibilidades y Ifmites de la accion): y. ;i;wlmente, las que concierncn a las relaciones con el fimbimf., . ~.! ambiro en el que Una accion tiene lugari.

El sistema de accion 11~'.::(jpolar de un actor colectivo se orga­l1i1.3. por tanto. a 10. largo ...:,: Ires ejes (fines. medios yambiente) que pueden imaginarse (','iJIO un conjunto de vectorex interde­pcnd io:: n tes en estado de ,~' ;··;iLin. La forma ,<or£anizacional" de la acci0n es Ia manera Cl~ i.: L'ual el actor colectivo intenta dar una unidad aceptable y Juradera a este sistema sometido a tension constante. De he.:ho. la acci6n colectiva se enfrenta a multiples requisitos. No c's nunca [a simple expresi6n de una intenci6n propositiva. sino (Iue se construye mediante los recur­sos disponibles para los actores y de acuerdo COn las posibili­dades/obstaculos provistos ror un determinado ambiente. Los fi­nes. los medios y el ambiente crean continuamente posibilidades de tensi6n: los objetivos nl' Son adecuados a los medios 0 vice­versa. el ambiente posee nluchos 0 pocos recursos relevantes, los medios Son mas 0 menos congruentes con el ambito de la acci6n, etc. Se dan situ3ciones de tc-nsi6n incluso en el area de cada eje: por ejemplo. en la definicion de los fines. entre los objetivos a

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corto plaza y los objetivos a largo plazo: en la elecci6n de los medics. entre el usa de los recursos para conseguir eficacia 0

para consolidar la solidaridad; en las relaciones con el arnbiente, entre el equilibrio interne y los iutercarnbios exte rnos .

Los actores colectivos continuarnente negocian y renegocian todos estes aspectos de su accion. Las funciones de liderazgo y las forrnas de organizacion intentan dar un orden duradero y previsi­ble a esras definiciones. Cuando se observan Ienornenos colecti­vos. la atencion se centra en los aspectos mas visibles de la acci6n (acontecimientos, movilizaciones y actos de violencia): sin em­bargo. estes aspectos visibles son las manifestaeiones de un pro­ceso que actua al nivel analitico que he descrito. norrnalrnente ig­norado. Los acontecirnientos. las movilizaeiones. las expresiones de frustracion 0 entusiasrno pueden ocurrir, e incluso pucden con­tinuar. porque un actor colectivo ha conseguido (y continua pro­duciendo en el curso de In accion) una cierta integraciou entre las orie ntaciones que he indicado. Los' factores de tipo coyuntural que tavorecen la accion (por ejernplo, la estructura de oportuni­dad sea politica 0 de OLI'O tipo: la existencia de empresarios; el grade de integraci6n 0 crisis del ambiente) contribuyen, sin duda. a la explosion de los fen6menos colectivos. Pero estos factores no pue den operar sin la capacidad del actor para percibirlos e integrarlos en un sistema interactive y negociado de orientacio­nes que conciernen a los fines. medios y arnbie nte de la acci6n. Esta «construccion social>' de [0 -colectivo» esra continuarnenre en funcionamiento cuando tiene lugar una acci6n colectiva. Cn fallo 0 un qlliebre en este proceso constructi\'o imposibilita la accion.

Una vez clarificado el sentido en el que la acci6n eolectiva es un produCEO. puedo introdueir algunas distinciones que indican la existencia. en los mismos fen6menos colectivos. de una plwaiidad de dimensiones analiticas. El caracter "colectivo» de un -aconteci­miento puede car-act'erizarse. en tem1inos fenomenologicos. como la simple presencia de varias individuos que. compartien-elo un misrno espacio y tiempo. manifiestan comportamientos comunes. Sln embargo. es facil observar que esta no diferenciaci6n empfrica se puede someter al menos a tres distinciones allalfticas:

1. Algunos J~,~.~men()~£9I~~tiv9_~.implican sofidaridad, esto es. la capacic\ad de los-actores para reconocerse a sf mismos y ser

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reconocidos como parte de la misma unidad social. Otros tienen el caracter de fen6menos de agregacion (Alberoni, 1977): pue­den ser reducidos al nivel individual sin perder sus caracteristi ­cas morfo16gicas y se orientan exclusivamente hacia el exterior, no hacia el grupo. En una huelga esta probablemente implicada la solidaridad. mientras que una reacci6n de panico estara mas cerca del polo de conducta agregativa.

2. Algunos fen6menos colectivos implican la presencia de un con/hero, es decir. de una oposici6n entre dos 0 mas actores que cornpite n por el control de los recursos a los que atribuyen un valor. Sin embargo. otros fen6menos colectivos se basan en el consenso de los actores sobre las reglas y procedimientos de con­trol y uso de los recursos valorados. Una manifestaci6n antinu­clear implicata probablemente una orientaci6n conflict iva y se diferenciara en esto de una marcha de aficionados al Iutbol des­pues de un partido,

3. Algunos fen6menos colectivos realizan una transgresion de los limites de compatibilidad del sistema de relaciones sociales en el cual tiene lugar la acci6n. Llamo limites de cornpatibilidad al intervale de variacion que un sistema puede tolerar sin tener que modificar su propia estructura. Otros fen6menos colectivos pueden describirse como formas de adaptacion del orden, por­que se situan en los lfmites de variabilidad estructural de un sis­tema de relaciones sociales. Muchas re ivindicaciones organiza­ciorialcs que afectan exclusivarne n te a la redistribuci6n de recompensas dentro de una empresa se constituyen como ejern­plos del ultimo caso. Sin embargo, cuando una protesta intenta cambial' la estructura de toma de decisiones en una empresa, la acci6n colectiva implica una redefinici6n de las fronteras actua­les de la misma organizaci6n J.

1 Uri corolario para esta distlncion es la necesidad de definir el sistema de referencia 0 el campo de accion considerado. Todo analisis que, irnpllcita 0 ex­pllcitarnente , introduce la nocion de una ruptura de los limites, implica la defini­cion de un sistema de referencia. Sin embargo. no todos los autores son cons­cientes de esra necesidad cuando trabajan con formas «disruptivas» de ace-on colectiva. Puede ser util, por ejemplo, distinguir al menos el sistema que asegura la produccion de los recursos constitutivos de una sociedad. el sistema en el que se adoptan las decisiones que conciernen a la distribucion de esos recursos y el sistema de roles que perrnite el intercambio y disfrute de los recursos. EI signifi­cado de la accion variara dependiendo de que sistema se ve afectado 0 «rnodifi­cado» por la movilizacion colectiva.

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Este conjunto de distinciones analiticas nos permite separar las diferentes orientaciones de la accion colectiva que pueden en­contrarse. can variadas combinaciones. en los Ieriomenos empiri ­cos. POI' ejemplo. en los mis1110S casos empfricos se puede n encon­trar una competici6n reg.ulada de intereses dentro de los hmites de un orden social dado. orientaciones de acciou que extie nden el contlicto mas alia de los Ifmites del sistema de compatibilidad. comportamientos colectivos que son la surna de objetivos indivi­duale s y atomizados (como en algunos comportamientos de rnasa), conducias des\'iadas que transgreclen las reglas cornparti ­das. sin embargo. sin implicar conflicto, ctcete ra '.

EI reconocimiento de esta pluralidad de significados sugiere cuestione s de investigacion que normalmente se ignoran 0 que reciben respuestas rriviales: i,como «construyen» los actores su accion de forma que pueda ser obscrvada aparentemente como conducta empfrica unificada? i,Que Iavorece 0 impide la integra­cion de las diferentes orientaciones en un fen6meno colectivo dado? i,C6mo se produce el compromiso 0 la desercion indivi­dual teniendo en cuenta esta pluralidad de significados? Ate n­dere a todas estas cuestiones en las Slguientes secciones, expli­cando su importancia para la comprensi6n de los fen6menos colectivos conternporaneos e indicando. por tanto. algunos ele­

mentos de una respu esta.

II. U:--JA EQL'l\OCAC10' EPISTOIOLOGICA:

EL c..\SO DE LOS ..NL'=:VOS ;'-.lOV\i\IlE:--JTOS SOCIALES..

Un buen ejernplo de las ambigiledades a las que esta sujeto el analisis de los Ienornenos colectivos. en la ausencia de una clari­ficacion de los problemas conceptuales a los que me he referido. 10 constituve el.debate sobre los «nuevos movimieruos sociales». En los ultirnos 25 arios se han desarrollado formas de accion co­lectiva en areas que previamente quedaban fuera de los conflic­tos sociales: han erne rgido nuevos actores con modelos organiza­tivos y repertorios de acci6n distintos de los de los anteriores

movimientos sociale s.

• Para un estudio detallado de los tipos de accion colecuva que se derivan de la cornbinacion de lasdirnensiones analiticas aqui descritas, vease vlelucci (1982. J9~<l),

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La irnport ancia sociologica de estes fen6menos colectivos inspire, especialrnente en la segunda mitad de los anos setenta, un numero considerable de estudios, teoricos y empiricos. re lati­vos a la mayor parte cit: los paises occidcntales. Una de las cues­tiones recurrentes en cl debate sobre estes kn6menos colcctivos concierne a la «novedud» de los conflictos modernos: ~.quc es «nuevo- en los «nucvos rnovimientos sociale s»? Este debate constituye una revcladora estructura de referencia porque ex­pone las ambiguedadcs cpisternologicas ~. las importantes conse­cuencias que t iene n en In comprensi6n sust antiva de uri Ieno­me no que juega un impor tante papel en los sistemas sociales 111,1S avanzados. Siendo uno de los que introdujeron el terrnino «nuevos movimientos sociales» en la literatura sociologica (Me­lucci. 1978. 1980). he obscrvado con aSOOlQrO la progresiva onto­logizaci6n de est a expresion. que. en el curse del debate lIeg6 a carncte rizarse como un verdadero «paradigma». Algunas contri­buciories recientes han propuesto de nuevo el «paradigrn a de los nuevos movirnientos sociales». ya sea en terrninos de fa investi­gacion erupirica 0 como uno de los polos de cornparacion entre los enfoques europcos ~. cstadounide nses 5. EI problema de la «novedad» de los «11L1C\'OS movirnientos» ha side ampliarne nte discurido y criticado en esta literatura. Desde mi punto de vista. sin embargo. el debate estu ccntrado en un problema talso. "No­ve dad- es. per definicion, uu co ncepto relative cuya funcion temporal consiste en rcs,lltar algunas dikrencias comparativas entre tipos de fenornenas (en este caso. entre [as formas tracli­cian,lles de contlic{o llc clJse '! las formas emagentes ete accion eo[ecti\·a). Pero. si el al1;ilisis es incapaz de ir m~s alia de est a de­finicion con\'encional y no puede determinar las caracteristicas especificas y distintivas clel «nuevo» fenomeno. el acento en la "novedad» acaba siendo la envoltura de una subyacente debili­dad conceptual.

Si no se percibe la naturaleza transitoria y relativa del con­cepto «nuevo movimiento social.,. tanto criticos como analis­

, Para la discus ion contparativa de la litcratura sobre leoda de m0\'1lizaci6n de recursos y «nuevos movimientos". vease Klandermans ([ 9S6). TaITow (1986). Cohen ( [985\. Una sinlesis de ro-sullados de invesligaci6n empfrica sobre «nue­vos movimiemos» se oirece ~n Oife (1985). Olras comribuciones empfricas de caracler comparali\'o son las de Ruche (1984.1986) YKitsch~lt (1985).

ias co rre n el riesgo de verse arrapados en un debate intermi­nable. Tanto los clefensores como los detractores de la "nove­dad» de los movimientos contemporaneos cornpar ten la rnis­rna debiliclacl epistcmol6gic<l. La critica nl «paradigms de los nuevos movirnientos sociales» se basa en el heche de que rnu­chas de las caracteristicas de las Iormas de accion contemponi­neas ap arecian tam bien en ante riores pe rlodos historicos De esta forma, la proclamada nove clad seria s610 consecuencia de la «miopia del prese nte» suiricla a rnenudo pOl' los sociologos. sobre rodo cuando se implicau emocionalmente con el objeto

de cstudic. En su version mas radical (<<nada nuevo bajo el sol»). esta

cntica. sin embargo. est a basada en un historicismo ingenuo que asurne la cOl1tinuidad sustancial del tlujo historico: es. por tanto, incapaz de percibir las diferentes loealizaeiones sist e rnicas ~esto es, la diferente significacion- de los sucesos Yconductas que, en el plano de los hechos. pueden aparentar innegables analcgias y semejanzas. La version mas suave de esta crit ica (<<[1') todo bajo el sol es nuevo») esta emptricamente justificada. pero. en mi opinion. esta justificaclon no la hace mas valida. De heche. los que critiean la «novedad» de los «nuevos rnovirnieu­ros- eomparten con los defensores de este «paraoigma- la rnisrna limitacion epistemologica: ambos se refieren a los teno- . monos contemponineos como un objeto ernpirico unitnrio. Par­tiendo cle esta unidacl. los deknsores intentan cua\ificar esta no­vedad. los detractores negarla 0 cuestionarla. El problema es. asi. si d «movimiento de mujeres» 0 el «movimiento paciiista>, son nUeVOS 0 no: algullos indican las diferencias can el pasado. otras resaltan la continuidad '! analogia.

Lo expuesto basta ahara da una idea de pOl' que un debate de este tipo me parece inutil: la (lcci6n colectiva eontempon\nea. en su unidad empirica. combina diferentes orientaciones Ysigni­

-fieados. A menos que se distingan e identiriquen tales compo­-'nentcs es imposible comparar diferentes formas de aceion. Se

puede acabar considerando a los movimientos como "persona- : jes>, que se mueven en el escenario hist6rico y que afirman algun

tipo de esencia.

165 . .~ t~l.

':M:r

ZONA ASIERTA 69 (1994) 164

iClUil es. par tanto, el resultado del debate sobre los nuevas movimientos sociales?

Parad6jicamente. y sobrepasando las inrenciones de los partici­pantes en el debate. el resultado favorable es. para mi. cl agora­rniento de In imagen de los movirnientos como «personajes-. La discusi6n sobre 10 que es nuevo 0 loque no 10 es en los fen6me­nos modernos ha abie rto una via para el reconocirnie nro de la pluralidad de significados y de formas de acci6n prcscntes en los fen6menos colectivos concretos. Traspasando la considcracion «ingenua» de un objeto ernpirico global. podemos quizas reco­nocer quelos rnovimientos conrernporaneos. como otros feno­menos colectivos, cornbinan formas de acciori que conciernen a diferentes niveles 0 sistemas de la estructura social. implican difererues orientaciones y pe rt e necen a diferentes fuses de desarrollo de un sistema 0 a dife re ntes sistemas hist6ricos. Se trata. por tanto. de entender la multiplicidad de elementos sin­cronicos y diacronicos y. despues. de explicar como se ruantie­nen juntos en la unidad concreta de un actor colectivo.

Una vez dicho esto. es todavia legitime preguntarse si esta­mos observando la aparici6n de un nuevo paradigma de accion colectiva. no en un sentido ernpirico -referido a la totalidad del tenorneno observado-. sino en un se ntido analitico. refe rido a ciertos niveles. elementos y aspectos de la acci6n observuda. De este modo. e l problema se convie rt e en si hay niveles 0 dirne n­siones de las «nuevas» formas de acci6n que pcr te nece n a un contexte sisternico diferente al del capitalisrno industrial.

Los criticos del «paradigma de los nuevos rnovirnieruos so­ciales,· dejan de lado esta cuestioD demasiado rapido. £1 :-educ­cionislno politico -al que en bre\';: regresare- es el resultado previsible de tal critica. Si los mO\'imientos contemponinc'os no son «nuevos". el principal fundamentO para la comparaci6n con formas pre vias de acci6n se encontrara en su impacto en el sis­tema politico. Senin relevantes para el analista solo en cuanto que actuen como actores politicos. EI reduccionismo politi.:o eli­mina de este modo el problema relacionado con el. cambic siste­micoen las sociedades avanzadas. sin ofrecer una respuesta. Lo que es mas, subestima las dimensiones sociales v culturale:; de la accion colectiva contemporanea. fundamentales' en el caso de'los

ZONA A.SIERTA 69 (1994) FLACSO - Bibliofec~

«nuevos movirnientos». EI resultado es una «rniopia de 10 visi­bTe),' q-ue'~e~tra su atenci6n en los aspectos mensurablcs de la acci6n colect iva (la confrontaci6n con el sistema politico y los etectos en politicas concretas) e ignora la produccion de nue vos c6digQ_~.culturales. 10 que constituye la actividad surne rgida de lasre de s conternporaneas de movimiento y In condicion para su

acci6n visible". A rnenudo los observadores describer; la accion de los rnovi­

mienros contemponineos genericamente como «protcsta». apli­cando de esta forma la simplificaci6n ernpirica que he criticado a una gran varie dad de torrnas de accion. El analisis. sin embargo. esta reducido al nivel politico 7. En este punta de vista no dife­renciado. el concepto de protests es el upico eje mplo de 10 que he llamado reduccionismo politico. Tal reducciouismo pue de te­ner un aspecro negative. pero pue de tarnbien repre se ntar una elecci6n metodologica consciente. 51 el concepto de protests se lirnita explfcitamente al nivel politico. es decir. a Ins Iorrnas de accion colectiva que implican un cnfrentamiento directo con la autoridad, eruonces. necesariamente. otros niveles de la acci6n colectiva no son incluidos en este concepto. Sin embargo. si el reduce-ionismo es aplicado implicitamentc. tiende a e lirninar 0

negar rcdas las dimensiones de la acciou colcctiva que no son re­ducible s a 10 politico (se dejan de lado por se r conside radas como no interesantes. no mensunbles. expre sivas. totclor icas.

etcetera). E1 reduccionismo politico tarubien atecta a h)~ nive les de ob­

se rvacion considcrados significativos por los investigndores. POl' ejernp lo, la investigaei6n cuantitativa sobre accion cole cr iva (Tilly. 1975. 1978: Tarrow. 1988) utiliza sucesos como unidades de analisis. Esta eleccion metodologica resulta una estrategia de 'Tnvesligaci6n muy efectiva y ha con~ribuido sensibkmente a la reno\'aci6n de este campo ofreciendo una gran evidencia empi­rica al estudio de la accion colectiva y de los movimientas socia­les. Este enfoque privilegia el concepto objetivo de accion como comportamiento. incluso cuando 10 que se observa es. de hecho.

• ?:J.ra la discusion de eSlOS aspectos. \,':3se ;"lelucci ( \98411. HS4b. !985). • s.~gun mi propio conocimiento. solo Tarrow (1983. 19,sS) ha propucs10 una

delimi::J..::ion explicita del concepto de prolesta al ni"cl politico. como base para

su mo-::elo de ..ciclos de prolcs1a» ,

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167 L.U(~A AI:\II::RTA 69 (1994)

el producto de relaciones y orient<lciones que constituyen la es­tructura subyacentc de la accion. Los sucesos SOn el resultado «objetivizado., (especialmente cuando las Iue ntes Son infofines de prensa y grabaciones publicas) de una Iabrica de relaciones y significados, de un proccso interactive que es la base de la ac­cion visible.

Una vision constrllctlVlsta no puede lirnitarse a considerar la accion como un suceso. Los estudios cuantitativos basados en sucesos estrin relacionados con el efecto final de la accion no con la forma en que la accion se produce. TaJ enfoque ofrece irnportante informacion. pero requiere que el investiga­dor sea plenarnento consciente de las limitaciones de su punto de vista: se concentra en la accion colectiva como un «hecho» v no como Lin proceso; por esta razon. tie nde necesariamente ~ privilegiar la escena publica y el enfrentamiento con las autori­clades politicas (el area en el cual las relaciones sociales esran ya cristalizadas como un sistema de orden). Ademas. excluye de Sll campo de analisis la red de relaciones que constituye la re alidad sumergida del movimiento antes. durante y despuesde los sucesos.

Este punto de vista puede representar una delimitacion Cons­cicnte y legitirna del campo. una eleccion selectiva de un nivel es­pecifico de analisis, Puede llegar a ser una forma «negativa. de redllccionismo en la medidn en que nicga <:,1 proceso de «produc­cion» de In accion colectiva. Cuando nicga estos procesos, ignora algunas dimensiones muy significativa, de los «nuevos rnovirnien­ros-: las que se relacionan con la creacion de rnodelos culturales y los retos simb61icos. Estas dimensioues no pueckn percibirsc en efiJi\:el politico y necesitan para ser uetectadas un enfague meto­tlologico diferente.

De esta forma, el debate sobre los «nuevos movimientos» confirma la necesidad de ccntrar la especulacion epistemologica y metodologica en las cuestiones que hc formulado. La posibili­dad de determinar especffiearnente 10 que es "nuevo» en los mo­vimientos contemporaneos depende. en gran medida, de la capa­cidad del analisis para traspasar la globalidad del fenomeno observado y.para expl)car como se produce una. realidadco!ec­tiva a traves de la convergenciae integracion de los distintos ele­

. rnentos que la componen... _--. --_. -. , ......

ZONA ABIERTA 69 (1994)

Ill. EL COMPROMISO INDIVIDUAL: EXPECT Arrv .-\S. IDENTID.-\O Y ACCION

Ni los rnodelos macroestructurales, ni los basados en las rnotiva­clones individuales tienen capacidad para explicar las formas concretas de accion colectiva 0 la irnplicacion individual en tales acciones. Entre el aruilisis de los deterrninantes estructurales yel de las preferencias individuales falta el analisis del nivel inter­medio relacionado con los procesos a traves de los cuales los in­dividuos evaluan y reconocen 10 que tienen en cornun y deciden actuar conjuntamcnte.

En los anos recientes. el trabajo enrico se ha concentrado en este nivel intermedio. en un esfuerzo por hacer cornparables los e nfcques europeos y estadounidenses i. La primera distinci6n que resulta util para la delirnitacion de este nivel identifies el po­tencialde rnovilizacion, las redes de reclutamiento y la motiva­cion para la participacion (Klanderrnans. 1986).

£1 concepto de potencial de movilitacion se refiere normal­mente al sector de la poblacion que. a causa de su situacion, rnantiene actitudes Iavorables haria cierto rnovirniento 0 hacia ciertos ternas. Segun el sentido en el que se utiliza aqui el ter­rnino, sin embargo. el potencial de movilizacion no puede cons i­derarse como una actitud subjetiva basada en las precondiciones objetivas: en tal caso, nos enfrentanaruos al problema insalvable de la relacion entre eondici6n de clase y conciencia de clase que ya he rnencionado. Si se parte de un enunciado dualisra. se debe recurrir a un dellS ex machina (los intclectllales. el partido. La Or­ganizaeion) para poner en relaci6n las precondiciones objetivas y las actitudes subjetivas y para transformar las segllndas en ac­cion. Si la unidad no existe como concepto des de el principio del proceso. no pucde encontrarse en el final. Par tanto. el pOlencial de movilizacion debe concebirse. desde el principio: como la'

't~rcepci6n interactiva y negociada de las oportunidades y las l . restricciones de accion comunes a un cierto numero de indivi­-duos.

~ /'vIi primt:ra propuesta de comparacion de esws dos enlOques se encuentra t:n Melucci (1984b). P"ra una recopilacion critica "ease Klandennans (1986). En ~I nivel intermedio vease Tarrow (1986). ~Ic:\dam (1988). Snow y Benford (t986) v Kriesi (1986). Una ampliaci6n psicosocial de la leo ria de la movilizaci6n de reCUiSOS centrada en el nivel intennedio se offect: en Klandennans (1984).

169 "

ZONA ABIERTA 69 (1994)168

Las redes de reclutamiento juegan un pape l fundamental en el proceso de implicacion individual. NingLIO proceso de rnovili­zacion cornienza en el vacio y. contrariarnente a 10 que se for­mula desde la te o ria de la sociedad de rnasas (Kornhauser. 1959 i. nunca quienes se rnovilizan son individuos aislados y de­sarraigados. Las redes de relaciones ya presentes en la Iabrica social facilitan los procesos de irnplicacion y reducen los costes de la inversion individual en la accion colectiva ".

El ya clasico argumento de Olson sobre el free rider i" es un terrnino de cornparacion util en este contexte. Como es sabido. Olson mantiene que el inte res en obtener un bien cole ctivo es insuficiente para inducir a los iridividuos a pagar los costes de su lagro (ya que el individuo distrutara igualrneute de los fruros de la accion llevada a cabo por los otros). Este argurnento repre­sent a un peso enrico innegable frente al ingenue presupuesto de que la accion colectiva se deriva de los intereses «objetivos» co­ruunes de varies individuos. Sin embargo. esta irnportante con­tribucion no va mas ana de su funcion critica.

En el debate sobre el argumento de Olson se han Iorrnulado nume rosas objeciones. Fireman y Gamson (1979). por ejernplo, senalaron que los individuos participan en la accion para obte­ner un beneficio colectivo porque son conscierues de que el be­neticio no se conseguira si cada uno espera que los dernas ac­tuen. Otros autores dirigen su atencion al papel jugado por la pcrce pcion individual de las oportunidades de exito de la accion. 10 qu~ esta frecuentementc relacionado con el numero d(' parti­cipantLs y can la importancia de la propia contribucion (Obers­chall. 1980: Oliver, 1984). Se ha senalado tambien que la existen­cia de una identidad colectiva es la condicion para el calculo de los cr:Sles y beneficios de la accion (Pizzorno. 1983a). Como con­clusi6n podemos afirmar que las redes constituyen un nivel in­termedio de fundamental importancia para la comprension de los procesos' de compromiso individual. Los individuos interac­tuan. se influencian reciprocamente, negocian en el marco de es­

, Entre las abundantes contribuciones de investigaci6.n empirica. vean5e. es­pecialmente. Oberschall (1973), Wilson y Orum (1976), MC.-\dam (19821. Me· lucci (H840). Donati (1984), Diani y Lodi (1986).

,,, Comunmenle se traduce como el problema del «gorron». el que intenta oblener un «viJje gratis» a costa de la acci6n de los dermis. [:--". de T.]

ZONA AB[ERTA 69 (1994) tLACSO - nibliotecl!

tas redes y producen las estructuras de referencia cognoscitivas y motivacionales necesarias para la acci6n.

De este modo. la motivacion para fa panicipacio/l no pue de considerarse exclusivamente como una variable individual. aun cuando opera en el nivel del individuo. La rnotivacicn esta cie rta­mente enraizada en las dikrencias psicol6gicas individuates y en los rasgos de la personalidad pero se construye y consolida e n in­teraccion. Una influencia determinantc en la motivacion es e ier­cida por la estructura de incentives. cuyo valor se origina en ;;! ni­vel de las redes de relaciones entre los indivicluos. La efectividad de los incentives sobre la motivaci6n individual proviene del re­cOl1ocimiento de su valor: pero los criterios de evaluacion son siempre interactivos y se establecen a traves del intercarnbio ac­tivo en el sene de las reeks a las que pertenecen los individuos,

A la luz de estas consideraciones esta clara la debilida.i de los modelos de la tradicion politica occidental que explican e l compromiso y la participacion de los individuos. Simplificando, me voy a referir a ellos como «leninistes- y ,<luxemburguianos». Al primer moclelo pertenecen. paradojicamente. el propio ie ni­nismo, la psicologla de masas y la teoria de la sociedad de O1.15as: el presupuesto cormin es que el compromiso es el resultado del trabajo de una minoria que arrastra a una masa indiferen.:-iJ.da de individuos en la direccion de sus intereses reales (en la ve r­sian leninista) 0 en la direccion de los iJrop6sitos de los agi:.::do­res par medic cle la sugestion y la manipulaci6n (en el case .ie la psicologia de rnasas). EI modele "Iuxemburguiano». contf ::ria­mente al «Ieninista». atribuye al individuo la capacidad eSf'(Dla­nea para movilizarse colectivamente ante situaciones de dc5con­tento. injusticia 0 privacion. Lo que ambos modelos dej2.11 de lado es que los individuos interactuan. se influencian redpruca­mente y negocian para definirse como Ull ~.ctor colectivo ~- para delimitar el ambito de su accion. -

Observemos mas de cerca como tiene lugar el proceso. Los individuos construyen sus orientaciones Y hacen elecciones y adoptan decisiones en el ambiente que perciben. En este ':011­

texto,~1 concepto de expectativa es fundamental para anali.z.3.r la cJ;>nexi6n entre un actor y su ambiente II. La expectativa e5 una

II La discusion critica del modelo de expectativas se realiza en ;"~=:ucci.

[982 (cap. 2).

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171 ZONA ABIERTA 69 (1994) ZONA ABIERTA 69 (1994)

construcci6n de la realidad social que permite al actor relacio­narse con el mundo externo. Pero i,sobre que base se construyen las expectativas y c6mo pueden ser cornparadas con la reaiidad?

Manterigo que solo si un actor puede percibir su consisten­cia y su continuidad tendra capacidad para construir su propio gui6n de Ia realidad social y para cornparar expectativas y reali­zaciones. De este modo. cualquier teoria de la accion que intro­duzca el concepto de expectativa irnplica una subyacente teorta de la identidad. Esta dimension. sin embargo. rararnente seela­bora de una manera explicita. Un rapido repaso de los modelos que, en el ambito de la acci6n colectiva. implican una teoria de expectativas, revela la debilidad de sus fundamentos y el enun­ciado implicito de una teoria de la identidad. Los modelos mas c:omunes pue de n ser reducidos a las siguientes descripciones:

1. Subida y caida (.<rise and drop»): los ciclos de agitacion y protesta colectiva ocurren cuar.do un perfodo de aumento en los niveles de bieuestar es seguido por una brusca caida en la capa­cidad del sistema para satisfacer las necesidades de su poblacion,

2. Expectativas crecientes «(rising expe ctations»): despues de un periodo de crecimiento ininterrumpido. durante el cual se produce una multiplicacion de las expectat ivas cornunes, apa­rece inevitablerucntc un desajuste entre la curva de expectativas y la de satisf'accion real de necesidades. Este desajuste es la causa de In agitacion social.

J. Privacion reiativa (<<relative depri\ation>.): un actor com­para su posicion y las recompensas adquiridas desde esa posi­cioa con las de un grupo de refcrencia considerado similar en la c-scala de estratificaclon. Esla comparaci6n da lugar a la apari­cion de malestar y movilizaciones.

-1-. Movilidad descendente «<down\\'ard mobility»): cuando un actor esta perdiendo su posicion cn la escala social y se cam­para con su poslcion anterior y con la posicion relativa de atros grupos de referencia tiene lugar una forma pa rticular de priva­cion re lativa.

5. [nconsisteneia de posicion «(status inconsistency»): un actor social percibe las diferencias entre los distintos elementos de su posicion (ingresos. prestigio, poder) y se moviliza para eli­rnina r las discrepancias.

Todos estos modelos imp!ican una teorfa de expectativas

(basada en I" experiencia previa 0 en la comparaci6n con los grupos de referencia) y forroulan la existencia de un desajuste entre expectativas y realizaciones como base para 13 accion. Co­mo tales son una ampliacion del paradigma frustracion/agresi6n: una diferencia percibida entre las gratiEicaciones esperadas y las rcalizaciones (frustraci6n) produce una respuesta agresiva (en l0rminos colectivos. protesra. violencia, etcetera).

La simplificaci6n excesiva de este modelo ya ha sido critiea­cia pOl' los aurores de la teor ia de la movilizaci6n de recursos (t lcCarth y y Zald, 1977: para una revision. vease Jenkins, 1983).vLa critica explicit a se refiere a la teorfa de la privacion relativa, perc se aplica impllcitamente tarnbien a los otros cases. Los auto­res de la teoria de la movilizacion de recursos han senalado que c] descontento esta siernpre preserue en un sistema y que, como tal. es insllficiente para justificar los procesos de movilizacion. Estes auto res resaltan la importancia de los «recursos discrecio­nates- disponibles y de la «estrllctura de oporturtidades» que hace posible la accion. La critica revela 10 inapropiado de la ecuaci6n descontento (Irustracion) = movilizaci6n (agresion) y subraya la importancia do: ciertas condiciones presentes en el am­biente. Sin embargo. esta crttica ni se enfrenta a la debilidad fun­damental del modelo ni formula una altemativa propia.

De heche. el paradigma frustraci6n/agresi6n y, en general. todas las reorias basadas en expectativas. asurnen la capacidad del actor para: a. rnante ne r la unidad y la consistencia que Ie pcrrniten cornpara r expect ativas : recompensas en difer entes ticl1lpos: b. relacionar su situaci6n de pri v3ci6n con un agente identiric:able del ambiente. contra el que dirige la movilizaci6n 0

13 protesta; y c. reconocer los beneficios esperados no s610 como

deseables. slno como debidos. En ausencia de estas condiciones (y. pOl' tanto, si no se ad-

mite que el actor intervierte en un proceso de construcci6n de una identidad) es dificil afirmar que la simple prlvacion de una gratificaci6n esperada producira una respuesta del tipo de la «voz», en otras palabras. una respuesta con connotaeiones con­t1ictivas. De hecho. son posibles muchas otras respuestas en ter­minos de «salida»: sublimaci6n, hUlda simb6lica. busqueda de una vfa de escape. etcetera 12,

~: Sobre las alternaci,oas salida y VOl vease Hirschman (1970).

173 : ,:,·1. . i • ZONA ABIERTA 69 (1994) 172

La critica realizada por los autores de la movilizacion de re­cursos indica que las expectativas se construyen en la evaluacion de las posibilidades y restricciones del ambiente. De este modo. la teo ria de la movilizacion de recursos revela la importancia de un nivel intermedio completamente ignorado por los modelos que asurnen una relacion directa entre descontento y rnoviliza­cion. Sin embargo. en 10 que concierne a la identidad. la rnovili­zacion de recursos tiene las mismas lirnitaciones que las teorias que critica. De hecho. conceptos tales como «recursos discrecio­nales» y «estructura de oportunidades» no se refieren a realida­des «objetivas». sino a la capacidad del actor para percibir. eva­luar y de terminar las posibilidades y lfmites de su ambiente. La teoria de la movilizacion de recursos formula. por tanto. un cierto proceso de construccion de una identidad porparte del actor. aunque no exarnina este nivel de analisis, Esta teoria y los modelos basados en expectativas presuponen una teoria de la identidad que de fundamento a sus enunciados. Las expectativas se construyen y comparan con una realidad (con la realizacion, pero tarnbien con la estructura de oportunidad) solo sobre la base de una definici6n negociada de la constitucion intern a del actor y del ambito de su accion ..Que un actor elabore expectati­vas y evahie las posibilidades y limites de su accion implica una capacidad para definirse a sf mismo y a su arnbiente. Este pro-

t ceso de «construccion» de un sistema de accion 10 llamo identi­diidcolectiva.

La ide nt idad colectiva es una definicion inte ractiva y com­partida, producida por varios individuos y que concierne a las orientaciones de acci6n y al ambito de oportunidades y restric­ciones en el que tie ne lugar la accion: por «interactiva y compar­tida» cntiendo una definici6n que debe concebirse como un pro­ceso, porque se construye y negocia a traves de la activacion repetida de las relaciones que unen a los individuos.

EI proceso de construccion. adaptacion y mantenimiento de una identidad colectiva refleja siernpre dos aspectos: la cornpleji­dad interna del actor (Ia pluralidad de orientaciones que le ca­racterizan) y las relaciones del actor con el ambiente (otros acto­res, las oportunidades y restricciones). La identidad colectiva proporciona la base para la definicion de expectativas y para el calculo de los costes y beneficios de la acci6n. La construccion de una identidad colectiva se refiere a una inversion continuaj

ZO"A ABIERTA 69 (1994) tLACSO . Biblioteca

o~~~~~__CS).~~_proceso. Segun se aproxirna a torrnas mas institu­cionalizadas de accion social. la ideru idad puede cristalizar en formas organizacionales. sistemas de r,,'~las y re laciones de lide­razgo. En las formas menos instituci\)11.11izadJs de accion. su ca­racre rizacion es la de un proceso que debe se r activado conti­nuarnente para hacer posible la accion.

La identidad colectiva como proccso e nlaz a tres dime nsiones fundamentales que distingo a n a lit ic am e n t e . a u nq ue en la realidad se entreteje n: 1. forrnulacion J~ las estructuras cognos­citivas relativas a los fines. rne dios y ambito de la accion: 2. acti­vacion de las relaciones entre los actore s. quie nes interactuan. se comunlcan. negocian y adoptan decisiones: :. realizaci6n de in­versiones emocionales que pe rmiten j los indivicluos recono­

cerse. La identidad colectiva es, por tanto. un proceso. a traves del

cual los actores producen las estructur.is ccgnoscitivas comunes que les perrniten valorar el arnbiente ~. calcular los costes y be­neficios de la accion; las definiciones que formulan son, por un lado. el resultado de las interacciones negociadas y de las rela­ciones de influencia y. por otro lado. e l truto del reconocimiento emocional. En este sentido, la accion ':c'kcti\J nunca se basa ex­clusivarnente en el calculo de costes y r-eneflcios y una ide ntidad colectiva nunca es enteramente negl:,(:.lble ..-xlgunos elementos de la participaci6n en accion colecuv.a eS13n dot ados de sig­nificado. pero no pueden ser reducido- J la racionalidad instru­mental (ni son irracionales, ni estrin :':,sadl..'s en una logica de

calculo) \'. La identidad colectiva asi definida propene la explor acion de

una dimension analftica clave en el casu del analisis sociol6gico de los fen6menos colectivos. La estabilidad 0 variabilidad. la concentraci6n 0 dilusion, la integracion 0 tragrnentacion de tal

:; EI concepto de identidad colectiva (ue :~::odu(,":0 en .::1 debate sociol6­gico reciente por aurores como Touraine (11.)-.: 19i5.. ! 984. (985) Y Pizzorno (1978. 1983a. 1983b. 1986). Para la discusion c c . parac.gma ieorico. "ease Co­hen. 1985. Con respecto al concepto de idenll":"': colc.:::i,·a qu.:: aqui propongo. esto:. aulores fracasan en la clarificacion dc:l p:..:·.:eso ":'c conslru(cion del actor colcctivo por medio de la interacci6n. la nc:goc:"..:;on y ..?5 relaciones con el am­bient.::. La identidad aparece como un Jato. ~~." .::sp-:::e de esencia del movi­miento. en el caso de Touraine: en el casu Je: P:czorn(·. e! conccpto parece fun­dan< todavia en intereses comunes. de acuerul' : '!l la :~.?ji(i6n marxista.

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175 _ .' •• wu.. " , A 0::1 ~l ;/)14)

dimension variara considerable mente. dependiendo del grade de estructuracion del Ienorneno colectivo (segun una escala ideal continua que se moviese desde la pura agregacion a la or­ganizaci6n formal).

La propension de un individuo a implicarse en la accion _co­lectiva esta ast ligada ala capacidad diferencial para definir una ide ntidad, esto es, al acceso diferencial a los recursos que Ie per­ruiten participar en el proceso de construccion de una identidad. Estas diferencias tarnbien influyen en la calidad de las expectati­vas representadas por los individuos 0 los subgrupos que partici­pan en los fen6menos colectivos, El grade de exposicion de ..un individuo a ciertos recursos (cognoscitivos y relacionales) in­fluye en la posibilidad 0 no de entrada de este individuo en el proceso interactive de construccion de una ideritidad colectiva. De este grade de exposicion dependen las oportunidades indivi­duales de participacion en la negociaci6n de esa identidad. y en particular: a. la intensidad y calidad de la participacion de un in­dividuo. y b. el punto de inicio y la duracion de su compromise. Los facrores circunstanciales pueden intluir en la estructura de oportunidades y en sus varinciones. pero la forma en que estas oportunidades son percibidas y usadas depende del acceso dife­rencial de los inclividuos a los rccursos de idenridad.

Los estudios de militancia y participaci6n muestran que los militantes y activistas de los movimicntos son siernpre reclutados entre los que estan altamente integrados en la estructura social. juegan un papel central en las redes a las que pertenecen y tie­nen a su disposici6n recursos cognosciti\"os y relacionales sustan­dales. Estos estudios tambien clarifican las diferencias entre los militantes y los inclividuos pertenecientes a grupos sociales mar­ginates. privados 0 decadentes. EI segundo grupo se implica en momentos avanzados, durante cortos periodos de tiempo y en los niveles de participaci6n que tienen costes mas bajos 14.

La evidencia empfrica comparativa contenida en las investi­gaciones sobre "nuevos» movimientos sociales confirma la natu­raleza plural de los actores implicados. La base social de estos movimicntos esta localizada en tres sectores de la estructura so­cial: a. la "nueva clase media» 0 «clase de capital humano», es

I' Para una revision exhaustiva de la literatura empirica. vease Grazioli y Lodi (1984) y Mc.o\dam (1988).

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decir, los que trabajan en sectores tecnologicos avanzados basa­dos en la informacion, las profesiones de se rvicios hurnanos ylo el sector publico (en especial. educacion y asistencia) y los que mantie nen altos niveles educativos y distrutan de una relativa seguridad econornica: b. los que ocupan una posicion marginal respecto al mercado de trabajo (por ejernplo. estudiantes. juven­tud desernple ada o «pe riferica», persona" jubiladas, arnas de casa de clase media I: y c. elementos independientes de la «vieja clase media» (ancsanos y granjeros. especialrnente en las rnovili­zaciones regionales y arnbientales l. El PC~() relative de cada ca­tegona es distinto. perc el grupo central de .ictivistas y seguido­res se encuent ra en el primer grupo ;'.

Carla uno de estes tres grupos manticue difere ntes posicio­nes estructurales y participa por razones distintas. La «nueva clase media>, se comporie de. al rnerios. des grupos distintos: nuevas elites que estan emergiendo y desatian a las elites ya es­rablecidas. y los protesionales de «capital humane». que experi­mentan tanto el excede nte de potencialidades ofrecido por el sistema como sus rest ricciones. La investigaci6n ernpirica ha mostrado que estas personas estan integradas en actividades e instituciones sociale s. han participado en forrnas politicas y re­des sociales rradicionales. son retarivarnente jovenes y tienen ni­veles altos de educacio n. Todas estas caracteristicas nos hablan de la posici6n central de estos individuos. su adhesion a los valo­res mas rnodernos y su re lacion con las estructuras centrales de la sociedad. Su capacidad para la co nstruccion de una iclentidad esta arraigada en el coni unto de recursos Jisponibles. recursos que pueden percibir porque estan cxruc:st\'s al conocimiento y la informacion disronib\ts en la sociedad. El giro desde una po­sicion de contlicto al papel de «contra-e1itc> es facil para este grupo de indi\"iduos. ya que los procesos de institucion"tizaci6n ocurren frecuente y rapidamente. Por ejemplo. los grupos de medio ambiente con altas habilidades profesionales pueden con­vertirse facilmente en consultoras que trabJ.\an en problemas de medio ambiente.

El grupo .'periferico» esta tambien comruesto por una varie­dad de actores. Algunos son «marginates prosperos», por ejem­plo, estudiantes 0 mujeres de clase media que experimentan el

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desajuste rnencionado entre el excedente de posibilidades ofre­cido pOl' e l sistema y las restricciones reales de su condicion so­cial. Otros son marginales en sentido estricto (viejos 0 desern­pleados): su accion debe explicarse en distintos terrninos: estos grupos resporideran a las condiciones de crisis solo cuando se dispone de un contexto de rnovilizacion ya existente.

Los grupos de la «vieja cIase media» reaccionan ante desa­rrollos sociales que amenazan su posicion social previa. Aqui domina la orientaci6n populista 0 re-accionaria.

Estos t res grupos mantienen distintas capacidades para la corist ruccion y negociacion de una identidad colectiva en el tiempo: desarrollan, por tanto, diferentes expectativas. De este modo. las razones pOl' las cuales los individuos se implican ell la accion colectiva difieren. Para los grupos «centrales» 0 los «mar­ginales pr osperos», la probabilidad del compromiso esta relacio­nada. por un lado, con su grade de «centralidad» y de exposici6n a la informacion y conocimiento esenciales en el sistema «rno­demo» y. pOl' otro lado, con el impacto de los requisitos coyun­turales y contradictories a los que esran sometidos. Para los mar­ginales 0 los grupos desfavorecidos. pOl' el contrario, el grade de exclusion y el ritmo de los proeesos de crisis se constituyen como las dimensiones diferenciales.

Tarnbien es importante considerar en que nivel de la accion se iruplican los diferentes individuos. Los pertenecientes al pri­mer grupo tienden a irnplicarse en las primeras Iases de la rnovi­lizacion porque pueden con tar con sus recursos de identiciad. Los individuos perteneeientes al segundo grupo aprovecharan la ola existe nt e de rnovilizacion como canal para su re-acci6n y tienden a abandonar antes.

IV. CONCLL'SION

Incluso en los niveles menos estructurados de la accion colec­tiva. los actores «organizan» su comportamiento, producen sig­nificados y establecen relaciones. La irnplicacion 0 el cornpro­rniso individual necesitan, por tanto. explicaciones que atiendan a la capacidad de los actores para «construir» su accion colectiva de rnaneras distintas.

Los procesos que caracterizan la construccion de una identi­

dad colectiva varian considerablemente, tanto en la intensidad como en la complejidad de las dimensiones involucradas. de acuerdo can el tipo de (enomeno colectivo en euesti6n. Los in­vestigadores. cuando se e nfr entan a las dimensiones «colectivas­de la accion social. 110 pue de n seguir evitando prcguntarse sabre las in\'ersiones emocionale s y cognoscitivas de los actores en esta construcci6n interactiva y comunicativa.

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