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PARTIDO DEL TRABAJO EL FUTURO DE DEMOCRACIA SOCIAL POR: GILBERTO RINCÓN GALLARDO

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  • PARTIDO DEL TRABAJO

    EL FUTURO DE DEMOCRACIASOCIAL

    POR: GILBERTO RINCÓN GALLARDO

  • EL FUTURO DE DEMOCRACIASOCIAL

    POR: GILBERTO RINCÓN GALLARDO

  • Democracia Social ha sido, desde sufundación, un partido en el que las ideas y eldebate abierto y racional han prevalecido sobrelas inercias emocionales y el fragor de lacompetencia política. En nuestro escaso lapsode vida como institución política, y a pesar dehaber tenido que cumplir simultáneamente lastareas de conducir una campaña electoral y deconstruir el partido en el ámbito territorial dostareas que hemos comprobado prácticamenteincompatibles hemos privilegiado la discusiónacerca de la situación nacional y de nuestropropio proyecto. Siempre hemos tenido claroque una identidad partidista de izquierdamoderna y democrática tiene en la discusióncolectiva el instrumento clave para orientar susdecisiones.

    Los saldos de las elecciones federales del 2de julio son complejos y no admitensimplificaciones ni justificaciones artificiosas.La nueva situación a la que se abre el país, losnuevos equilibrios de poder que se prevén, la

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    persistencia de los antiguos problemasnacionales ahora bajo la óptica de un cambio enel poder presidencial que replantea la políticanacional y nos enfrenta con un México diferente,y la aparición de numerosos desafíos para laizquierda democrática que tratamos deconstruir, obligan, en conjunto, a quebusquemos compartir opiniones y definamos,desde ahora, el perfil político de DemocraciaSocial para los tiempos por venir.

    Nuestro debate interno acerca de losproblemas de esta coyuntura tiene que darse enun marco de libertad. Necesitamos que estepleno sea un espacio en el que todas las voces delpartido, las que hacen su riqueza y pluralidadinterna, se expresen para generar los acuerdos deacción sobre los cuales nos vamos a mover en elfuturo inmediato. No obstante, debemos evitarque la necesaria discusión interna se reduzca auna catarsis colectiva. Necesitamos, más bien,buscar la construcción compartida de un puntode vista, de un rumbo político y de una identidad

    común que nos proporcionen criterioshomogéneos para planear lo que hemos de hacercon Democracia Social. Ésa será la base real denuestra unidad en estos momentos.

    La manera en que seamos capaces dedebatir y compartir un punto de vista serádecisiva para seguir con éxito la construccióndel partido. A diferencia de lo que ha sidotradición en muchos partidos políticos, enDemocracia Social no esperamos una unidadprevia a cualquier discusión o debate. Deninguna manera nos encontramos ante lanecesidad de una operación pronta y forzadapara cerrar filas. Lo que esperamos es que launidad surja de una discusión reflexiva,incluyente, que mire hacia adelante y seapolíticamente eficaz.

    Aunque seguiremos luchando en elTribunal Electoral por la obtención del registro,es necesario tener claro que existe una tendenciadificil de revertir que nos conduce a la pérdida de

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    éste. Por ello, Democracia Social tiene queplantear sus estrategias políticas y organizativassobre la base de la inexistencia del registro y lasprerrogativas que le van adheridas. Laresolución final acerca del registro se dará en elcorto plazo; nuestra ruta política ha de ser delargo plazo y tendrá que ser definida desdeahora. El registro legal es de enormeimportancia para la eficacia del juego políticofuturo, sin embargo, no nos da másrespetabilidad o hace nuestra identidad másconsistente (para comprobar que un registro nohace milagros políticos sólo pensemos en lospartidos emergentes que, ahora con registro,siguen significando nada en la políticamexicana); el registro da más derechos y laoportunidad indiscutible de las prerrogativas.Sin embargo, sería un grave error creer que, enausencia del registro legal, no hay posibilidad deexistencia para un partido político con presenciareal en el país. Confundir el registro con laexistencia política de un partido significaría

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    convertir lo legal en real y condenar a laimposibilidad el surgimiento de todo esfuerzoindependiente de lo estatal.

    Democracia Social ha conquistado, pese atodo lo que sucedió en estas elecciones, unespacio político que nos instala como la cuartafuerza política real del país. El nuestro es unespacio electoral que, considerando las distintaselecciones del 2 de julio, convocó a casi unmillón de electores y que, simbólica einformativamente, tiene contornos políticosdefinidos. Éste es un espacio que estamosobligados a ampliar. No es suficiente decir"gracias". Son personas que, en una situaciónadversa, votaron por' convicción, poridentificación con Democracia Social y porapoyo a la nueva izquierda que representamosen esta campaña. Esta votación genera uncompromiso que no admite titubeos. Nuestratarea es avanzar en la construcción de esteproyecto político que cuenta con un sólidosustento.

  • El convencimiento que quienespresentamos esta ponencia hemos recogidodentro del partido es que nuestra estrategiaglobal debe definirse sin considerar laconservación del registro. Las ideas quepresentamos para la discusión pueden serproductivas cualquiera que sea el resultado delesfuerzo por conservar la acreditación comopartido político nacional.

    Los nuevos retos para DemocraciaSocial

    Ninguna visión de futuro sería realista yposible si nos desentendiéramos de lasexperiencias políticas que hemos tenido durantelos meses que han transcurrido desde lafundación de Democracia Social. Ahora, sepresenta como necesario definir, a la luz de loque ya somos, las rutas de acción que nospermitan seguir creciendo en condiciones deunidad política y eficacia organizativa.

    Estas rutas de acción tendrán sentido sólobajo el supuesto de que seamos capaces dehacernos cargo de la nueva situación en que hadesembocado la política mexicana.

    El dato crucial para definir la estrategia deDemocracia Social en el futuro inmediato debeser la evaluación de la alternancia en el poderpresidencial.

    Contra la interpretación que ahoraempieza a generalizarse, puede decirse que hayalternancia ahora porque en México teníamos yacondiciones básicas de competenciademocrática. La alternancia no ha traído lademocracia a México, sino que ha venido aconfirmarla. Hablamos, por supuesto, de laexistencia de una democracia electoral quetodavía tendría pendiente, entre otras cosas, laresolución de una escandalosa inequidad en lascondiciones económicas que favorece a lospartidos mayores y una regulación del uso de losmedios de comunicación en el marco de las

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  • campañas electorales. la solución de los graves problemas sociales quepadecemos.

    La tendencia a regularizar la democraciaelectoral deja pendiente, sin embargo, laresolución de las tareas sociales queconsideramos propias de un régimendemocrático que no se reduce a sus condicioneselectorales. El contenido social de la democraciaen México está por construirse y los problemasde desigualdad, discriminación, ausencia deEstado de derecho y carencia generalizada deoportunidades deben continuar como laprioridad de nuestra acción política, toda vezque son las necesidades nacionales másevidentes.

    Esta interpretación de la alternancia escrucial si no queremos caer en el exceso deadjudicar a ésta capacidades que no tiene por sísola. En términos generales, seguimos viviendoen un país con una democracia de bajorendimiento institucional y carente de unmodelo de negociación eficaz e incluyente para

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    Esto no implica escatimar la relevanciahistórica de la alternancia presidencial. Todaestrategia política debe partir del hecho de que lasalida pacífica del pri de la Presidencia será unhito histórico que definirá la política mexicanaal menos durante la primera década del siglo xxi.

    Tenemos alternancia presidencial y nomás. En contrapartida, las reformas legales,políticas y de las identidades partidistas estánpor construirse. El peor error en estos momentossería sentarse a esperar que, como reedición delviejo estilo presidencialista, sea el nuevoPresidente el que se encargue por sí solo deavanzar el nuevo diseño sociopolítico deMéxico.

    Los resultados electorales queatestiguamos en este proceso son una muestraclara de que éstas fueron unas elecciones

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  • presidencialistas. Fueron eleccionespresidencialistas porque el electorado sintióasfixiante el peso de los vicios de un poderprolongado y optó mayoritariamente por elcambio de partido en la Presidencia. No sólo seejerció un voto de castigo contra laadministración zedillista y sus promesasincumplidas de bienestar social; también seejerció un amplio voto en positivo que resultó dela capacidad de la candidatura panista deconcentrar en su figura las esperanzas de cambioy de aprovechar con suma eficacia su accesoprivilegiado a los medios masivos decomunicación.

    La novedad contenida en este masivoapoyo a la Alianza por el Cambio reside en latransformación de un sentimiento de cansancioy agravio históricos, producto de la largapermanencia del pri en el poder, en unapercepción generalizada de que éste y no otrohabría de ser el momento de la alternanciapolítica. El que el discurso foxista presentara su

    alternativa bajo la falaz interpretación de un"cambio de régimen", no hace menos eficaz suestrategia de plebiscitar la elección presidencial.

    Al menos en la elección presidencial, laselecciones del 2 de julio se formularon como unadecisión en favor o en contra del pri. Ellocondujo a elevar al poder presidencial a unafigura que capitalizó la inconformidadacumulada más que a un proyecto o un programade gobierno. Por su mismo contenidoplebiscitario, que esconde la pluralidad políticadel país, estas elecciones presidencialistasdeberían ser las últimas de ese tipo que se vivanen México.

    En cualquier caso, nuestra reflexióncolectiva debería evitar interpretacionesunilaterales de este proceso electoral. No existenahora certezas suficientes que amparen ladenuncia de algunos sectores de izquierdaacerca de la "derechización" del país. Noobstante, Democracia Social debería tener

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  • presente que fue precisamente la candidatura dela Alianza por el Cambio, a la que repetidamentecalificamos de "derecha populista", la que logróconvertir en voto positivo el deseo generalizadode cambio en México. Si no somos capaces deapreciar en sus justas dimensiones este avancede la derecha, difícilmente podremos adecuarnuestro ideario político a la nueva distribuciónde las preferencias electorales en nuestro país.

    La prédica de la derechización nacional o,su contrapartida, el triunfalismo que declarainaugurada con la alternancia la democracia enMéxico, dejan de lado que el perfil político einstitucional de México está todavía ensuspenso, que los equilibrios y contrapesos delpoder están todavía en proceso de asentamientoy que las líneas generales de las políticas deEstado apenas están por discutirse.

    Lo cierto es que, tras la victoria panista enla Presidencia de la República, todo se presentacomo un proyecto a construir. Tenemos que

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    partir del hecho de que no hay ninguna fatalidad,ninguna solución previa para el diseñodemocrático y que, en general, la negociación yla fuerza de la pluralidad serán cruciales paragenerar resultados políticos e institucionalesmás cercanos a lo que hemos venidodefendiendo de manera programática.

    Por ello, este momento se presentapropicio para volver a plantear los grandestemas del debate político nacional que, demanera paradójica, quedaron en gran medidaocultos durante las campañas electorales. De lamisma forma, éste será el momento a partir delcual se definirán las fuerzas políticas, lasidentidades partidistas y las estrategias denegociación o confrontación.

    Por parte de Democracia Social esnecesario mantener en el debate público no sólolos ocho compromisos generales que marcaronel tono de nuestra campaña electoral, sinotambién darle toda la difusión posible a nuestros

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    proyectos como la Ley Antidiscriminación o laCarta Ecológica, la defensa del Estado laico ylos compromisos con las minorías sociales quealcanzaron un notorio apoyo entre la ciudadanía.Junto al renovado esfuerzo de construcción denuestro partido a escala nacional, debemospromover una discusión amplia sobre nuestroscompromisos con un Estado de derecho, con unademocracia eficaz, con un federalismointegrador, con un desarrollo económicoincluyente y sustentable, con una educación decalidad para todos, con el respeto a los derechoshumanos y a la diversidad, con un nuevo espaciopúblico y con una inserción global equilibrada.

    Debemos apoyar nuestro crecimientonacional con los temas que le dieron mayorvisibilidad a Democracia Social en la campaña yque son prioridades para la vida social enMéxico. La formación de redessocialdemócratas en el país sólo será posible sicontinuamos una defensa consistente de ladiversidad, de los derechos de las minorías

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    sexuales, de las mujeres, de los discapacitados yde los grupos que viven en una vulnerabilidadespecial.

    Este perfil político se ha creado en elmarco de nuestras campañas electorales y es elque más apoyo ciudadano nos allegó. En esteperfil está la clave de nuestro crecimiento comouna izquierda moderna, garantista e incluyente.

    Con una identidad política clara para laciudadanía, Democracia Social tendrá laposibilidad de crear un espacio creciente en losnuevos equilibrios de poder que se perfilan enMéxico. Sobre la base de esta agenda, podremosestablecer lazos y alianzas con lasorganizaciones de la sociedad civil que estáncercanas a nuestras propuestas. Tambiénseremos uno de los pocos partidos con unaagenda precisa para que se discuta durante lagestión del nuevo gobierno.

    En este contexto, la prioridad nacional será

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  • evitar que la nueva presidencia panistareproduzca, así sea inercialmente, losmecanismos de subordinación y control que hancaracterizado la gestión histórica de losgobiernos priistas.

    La posibilidad de evitar que el nuevoPresidente de México empiece a recorrer elcamino del personalismo que ahora le esallanado por numerosos grupos políticos,poderes tácticos y medios de informaciónreside, sin duda, en la construcción de un nuevomecanismo de negociación política quesustituya al viejo modelo de intercambiopresidencialista hasta ahora prevaleciente.

    Si el nuevo Presidente quiere en realidadsuperar la inercia autoritaria heredada de losgobiernos priistas, está obligado a negociar conquienes integramos la pluralidad sociopolíticade México. De hecho, es una necesidad que eltitular del Ejecutivo sea capaz de abrir unmecanismo de diálogo directo no sólo con todas

    las fuerzas parlamentarias sino también con lasfuerzas sociales y políticas con algún peso en lavida nacional.

    Hasta la fecha, Democracia Social se hamanifestado en favor de la promoción desoluciones negociadas y estabilizadoras para losgrandes problemas nacionales. No sólo nodebemos renunciar a esta conducta sinopotenciarla. Por nuestra parte, debe quedar claradesde un principio nuestra inclinación a darconsistencia a la gobernabilidad democráticadel país. Y esta opción de conducta no debejustificarse únicamente por el escasorendimiento electoral que acaban teniendo lasestrategias rupturistas, sino también, y sobretodo, porque no podemos concebir unaizquierda moderna divorciada de uncompromiso sólido con la legalidad y laestabilidad.

    No obstante, esta apuesta por lagobernabilidad democrática no puede

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  • transformar nuestro papel en el de un puntal parala reconstrucción del presidencialismopersonalista.

    En las nuevas condiciones políticas delpaís, es previsible que ya no exista espacio niprestigio para las conductas testimoniales o parael cultivo de la marginalidad política.Democracia Social emprendió un caminoelectoral autónomo cuando el despoblamientoprogramático en el terreno partidista noscondujo a renunciar a alianzas electorales conotros partidos que, a fin de cuentas, estuvieronguiadas por un pragmatismo chato yconvenenciero. Ahora, la nueva situación de lavida nacional nos obliga a pensar en una políticaque influya en este periodo de gran fluidez y enposibles alianzas que nos permitan mantenerexistencia y espacio propios en un escenarioque, sin duda, se caracterizará por unarecomposición de prácticamente todas lasfuerzas políticas del país.

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    La normalización de la competenciademocrática, salvado ya el escollo de laalternancia, nos obliga a establecer unacomunicación y colaboración constantes con lasdemás fuerzas políticas. No habiendo másespacio para los partidos testimoniales,Democracia Social no debe correr el riesgo de lamarginación debido a una sobrevaloración de loque un esfuerzo en solitario puede alcanzar.

    En este sentido, nuestras relaciones con elresto de las fuerzas políticas deben estar guiadaspor tres razones fundamentales: a] lacontribución a la gobernabilidad democrática,argumentada con coherencia y capaz de mostrara los ciudadanos que es posible combinar lapolítica de izquierda con una oferta de ordenpúblico y certidumbre social fundadas en lavigencia de la ley; b] la autonomía y laindependencia de nuestro proyecto político paradesarrollar la nueva izquierda, y c] una políticade alianzas, que nos permita apoyar las políticasy reformas institucionales que más se acerquen a

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  • nuestros ejes discursivos y a nuestro ideario política reconciliada con una concepción

    socialdemócrata. democrática de centro -izquierda.

    Democracia Social tiene un lugar en lapolítica nacional y debe ponerlo en juego. Todoslos partidos mayores, incluso el que alcanzó elpoder presidencial, se hallan en un proceso dereorganización interna que generará, en untiempo relativamente corto, un mapa políticomuy distinto a aquél con el que llegamos a estaelección. Democracia Social debe buscar todaslas posibilidades de alianza con los actorespolíticos con los que se pueda establecer algunaafinidad real.

    Debemos ahora estar dispuestos a laconvergencia con quienes, desde el prd,coinciden con muchas de nuestras tareas.

    También debemos estar atentos a laevolución de la crisis interna del pri que, entresus posibles desembocaduras, puede acercar asus sectores menos arcaicos a una identidad

    El pan tendrá que definir cuál será su eje decohesión. En el pri, ese eje, durante toda suexistencia, fue la Presidencia de la República. SiAcción Nacional, aun con formas distintas, tomaese camino, la reconstrucción de los antiguosmecanismos de control asomará corno riesgo ytentación. La transparencia de su relación con elpróximo Presidente de la República definirá supropia identidad, misma que hoy está ensuspenso desde el momento en que suabanderado no la adoptó y condujo su campañasobre la base de un populismo de derechaideológica y políticamente inconsistente. Estafractura entre partido y Presidente no carece derelevancia. Si sólo se trata de sortearla sinresolverla, el pan empezará a vivir con dosalmas, es decir, en la incongruencia.

    Una apertura a las alianzas que tome encuenta el inminente reacomodo de todas las

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  • fuerzas políticas del país no significa, endefinitiva, la promoción de un bloque opositor algobierno panista, pero sí significa laresponsabilidad de ubicarnos con claridad enmomentos que marcan un antes y un después enla vida política de México para hacernos de unespacio propio en el nuevo equilibrio de fuerzaspolíticas que se empezará a construir.

    Democracia Social contempla las alianzasentre quienes componen la pluralidad políticadel país y el fortalecimiento del sistema departidos como la única forma eficaz de evitarque el entrante gobierno panista reproduzca lasrutinas de subordinación y control que, sin dudaalguna, se le presentarán como una tentacióndificil de resistir.

    Las lecciones electorales

    Si una conclusión puede obtenerse delcomportamiento del voto en estas elecciones esque, pese a los esfuerzos que muchos hicimos

    por desplebiscitar la elección, ésta se concretó,en la pista del presidencialismo, en elenfrentamiento del voto del cambio contra elvoto de la conservación priista.

    El que pan y pri hayan alcanzado,conjuntamente, una suma de poco más de 80%en la elección presidencial, muestra que la ideadel voto útil (conservar o eliminar el poderpresidencial del pri) prevaleció frente a otrasmotivaciones del sufragio. En la elecciónpresidencial, el tripartidismo quedó anulado y,con él, también las posibilidades de expresar enesa elección la pluralidad política en la queDemocracia Social cree.

    La inercia del voto útil en la elecciónpresidencial levantó, por ejemplo, la votaciónpanista en el Distrito Federal hasta permitirle unnivel de representación que las encuestasprevias no auguraban. El que un partido como elprd vaya a tener en la próxima legislatura federaluna fracción parlamentaria de menos de la mitad

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  • de la que actualmente tiene, nos indica la fuerzacon la que la polarización presidencial influyóen los restantes campos electorales.

    La concentración del llamado voto útil enla candidatura presidencial del pan, y elconsecuente arrastre del resto de suscandidaturas, convirtió, en efecto, la jornada del2 de julio en una elección presidencialista. Eltripartidismo que parecía haberse impuesto en elámbito federal a partir de 1997 entró en crisis yel bipartidismo que creíamos haber superadoaparece de nuevo, aunque, por fortuna, comotendencia reversible.

    El dominio del voto por el cambiopresidencial en la jornada electoral afectógravemente al resto de las fuerzas políticas.Democracia Social se ve ahora sin registro legaly contempla desmentidas las predicciones de lasencuestaas que daban por supuesta susuperación de 2% de la votación nacional en sustres elecciones. El prd, por su parte, tuvo la

    experiencia inédita de que sus candidaturas algobierno, Asamblea Legislativa y delegacionesde la Ciudad de México, además de suscandidaturas a diputados federales y senadores,estuvieran por encima, en proporciones quellegan a 40%, de la votación de su propiocandidato presidencial.

    En este ambiente de polarización, queincluso redujo a la mitad la representaciónfederal de uno de los tres partidos más ricos deesta contienda como el prd, el que DemocraciaSocial haya alcanzado, de manera desglosada,casi un millón de votos debe considerarse comouna verdadera hazaña colectiva.

    Sería un falso triunfalismo o llanademagogia argumentar que esta cifra deberíasatisfacer nuestras expectativas políticas. Sinembargo, a la vista de las presiones de lapolarización electoral sufrida, esta masa devotos se convierte en una masa de votos deconvicción, de electores que se identificaron con

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    este proyecto. Este compromiso con ellos esrazón suficiente para no titubear un solo instantey para redoblar esfuerzos en la construcción deDemocracia Social.

    No desconocemos las dificultades quetendremos que enfrentar en el corto plazo. Desdeun principio sabíamos que nos adentrábamos enuna tarea ardua y que estaría llena de altibajos.No deberíamos aparentar un triunfalismo falsoque a nadie convencería, pero tampoco existenrazones para pensar que este momento esinsuperable y que se tendría que interrumpir latarea de construir la nueva opciónsocialdemócrata para México.

    Nuestros votos son votos alcanzados en elfragor de la competencia electoral másdisputada en la historia de México. También enel fragor del más obsceno de los dispendioselectorales que ha habido en nuestro país.

    Estos votos son una muestra de que, en

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    unos cuantos meses, es posible crear unacorriente de opinión estable y comprometidacon una política democrática de principios yrazones.

    Veamos estos votos como el nuevo puntode partida, como una estación de redefinición enla tarea colectiva de abrir el espacio de laizquierda democrática que tanta falta le hace anuestro país.

    Sigamos construyendo DemocraciaSocial, pues nuestras convicciones y nuestraidentidad política no han nacido con estaselecciones ni se enterrarán con sus resultados

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  • PTUNIDAD NACIONAL

    ¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

    1a Edición JULIO 2005

    ESTA EDICIÓN ES SUPERVISADA POR EL PARTIDO DELTRABAJO, UBICADA EN AV. CUAUHTÉMOC NO. 47 COL. ROMA,C.P. 06700, DELEG. CUAUHTÉMOC, MEXICO, D.F. Y CONSTA DE3000 EJEMPLARES Y SE IMPRIMIERON CON CLAUDIAHERNÁNDEZ CORONA ESCUADRÓN 201 NÚM. 20 COL CRISTOREY DELEG: ALVARO OBREGÓN, MEXICO D.F. ESTA EDICIÓNSE TERMINO DE IMPRIMIR EL 29 DE JULIO DEL 2005.

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