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Entre lo indgena y lo ladino : El tiempo principia en Xibalb y Velador de
noche, soador de da, tonalidades melodramticas en la narrativaguatemalteca contempornea
Aida ToledoUniversidad de Alabama
El rea centroamericana es conocida dentro del mbito latinoamericano como uno de
esos pequeos espacios geogrficos, indgenas, ms que subdesarrollados, en donde las
posibilidades de progreso han sido mnimas por haber estado sometidos a fuerzas internas
y externas --las guerras de guerrillas y el constituir una de las reas agrcolas ms
explotadas y saqueadas por las potencias mundiales-- que le han impedido los niveles de
progreso econmico y social, que otros lugares de Amrica Latina relativamente han
alcanzado. Dentro de este conjunto geogrfico, Guatemala viene a constituir un territorio
que a lo largo del siglo XX se caracteriza por la inmersin profunda en un perodo
polticamente beligerante, que oscila entre un sinnmero de dictaduras de corte militar y la
presencia silenciosa de una guerra interna que dur ms de 36 aos --se firma la paz entre
ejrcito y guerrilla en 1996-- y cuyo perodo de posguerra constituye hoy una
prolongacin de la violencia poltica, convertida en otro tipo de violencia ciudadana, que
no permite an el libre ejercicio de la democracia.
Dentro de un panorama poltico como el que se describe, los renglones de la cultura
estuvieron naturalmente asediados y monitoriados por las instancias oficiales de turno. El
trabajo de los Ministerios de Cultura durante los gobiernos militares se limit a una
pretendida labor de apoyo a sectores que no constituyeran peligro alguno para la
estabilizacin de los regmenes militares; los quehaceres del Ministerio se hicieron a
travs de las Casas de la Cultura en las diferentes reas del pas, que sin o con el apoyo
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econmico del gobierno, seguan funcionando, unas ms, otras menos, financiadas y
trabajadas por escritores, pintores, en general artistas y promotores culturales que se
dedicaron a promover el arte y la cultura de las distintas localidades. A lo largo de los 36
aos de la guerra de insurgencia y contrainsurgencia Guatemala fue lentamente tomando
la apariencia de un pas modernizado; los adelantos de la tecnologa se insertaron en la
vida de las poblaciones, conectando a stas con muchos lugares del mundo; el uso de la
televisin por cable, el correo electrnico, la posibilidad de obtencin de informacin
variada a travs de las redes electrnicas le dieron al pas una fisonoma mucho ms de
mezcla, ya que a la posibilidad del uso de la nueva tecnologa se le adheran las distintas
faces por las que el pas iba buscando la paz. La cultura guatemalteca iba presentando
distintas caras de desarrollo, en tanto que en algunos renglones de la vida diaria apareca
en un estadio troglodtico; por otro lado presentaba un perfil global, que le proporcionaba
cierta sofisticacin, gracias a las bondadades de la ciberntica. Los contrastes en los usos
de estas posibilidades fueron tan fuertes como los cambios que las comunidades
campesinas experimentaron al pasar de un estado agrcola y rural a la miseria de las
ciudades, donde regularmente venan a vivir, asediados por los problemas polticos que la
guerra trajo consigo. Estos desplazamientos de las comunidades indgenas hacia las
ciudades le proporcionaron un perfil de cultura de mezcla; all en las ciudades, pequeas o
grandes se vean circular y relacionarse de las ms distintas maneras a individuos que en
los aos sesenta, hubiera sido imposible pensarse en ningn otro tipo de relacin, que no
fuera la de la subordinacin del indgena con el ladino.
As como en el aspecto fsico, Guatemala en las ciudades principales pareca haberse
detenido en el tiempo, los grupos sociales, sobre todo indgenas, se encontraron insertosen prcticas transculturadoras de corte global, cuyo control haba quedado afuera de los
grupos de poder econmico, que no vean en estas manifestaciones ningn tipo de peligro
de ndole ideolgico. Es innegable que la coyuntura de la guerra silenciosa coadyuv con
estos fenmenos globalizadores. Un buen porcentaje de las poblaciones indgenas y
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campesinas haba invadido las ciudades en busca de proteccin, dado que los
enfrentamientos entre ejrcito y guerrilla se daban principalmente en el real rural, y con
esto la represin sobre las poblaciones del interior de la repblica se haba agudizado. Esta
inmersin de emergencia en la vida de las ciudades proporcion a los grupos indgenas
otro estilo de vida, mucho ms apegado a la vida urbana, ms ligado a los usos de los
medios de comunicacin masiva y al consumo de bienes materiales, creando una serie de
necesidades que transformaron sus maneras de convivir, inclusive entre los integrantes de
la misma comunidad. As en cuanto a la ropa, el sombrero de petate fue sustituido por la
gorra de beibolista, tanto para los hombres como para las mujeres. Los caites o sandalias
fueron inmediatamente sustituidos por los zapatos tenis de marca o sus imitaciones ms
fieles. La vida de los ciudadanos tanto indgenas como ladinos asumi una apariencia
similar, las marcas de lo colonial se fueron diluyendo agradecidamente por lo global.
Estos comentarios ilustran someramente las marcas de lo hbrido en un pas cuyo rasgo
central es lo multicultural y en donde dentro de los lmites de una modernidad trunca --
proceso que se inici durante el gobierno de Juan Jos Arvalo (1945 a 1951) 1 ya que
desde ese momento se sucedieron modificaciones importantes en el mbito institucional y
de la cultura, que luego tuvo seguimiento durante el gobierno de Jacobo Arbenz Guzmn
(1952-1954) y cuyo proyecto poltico de modernizacin y cambio con apoyo popular, era
por su misma naturaleza un factor de ruptura del orden tradicional-- 2 irrumpen los rasgosde lo postmoderno con su consabida mezcla entre lo neobarroco y lo kitsch, 3 elemento que
est inicialmente trabajado en la temprana arquitectura de la tercera ciudad de Guatemala,
Antigua, dado que a los importes arquitectnicos trados de Europa, se le sumaron como
1 En la segunda postguerra, despus de 1945, se empez a aplicar en el pas un radical proyectomodernizador por parte de una alianza de fuerzas democrticas, que fracas. Edelberto Torres-Rivas."Construyendo la paz y la democracia: el fin del poder contrainsurgente en Guatemala", Del autoritarismoa la paz ,11. 2 Edelberto Torres-Rivas, Del autoritarismo ..., 12. 3 El trabajo Kitsch y cultura de masas en la potica de la narrativa neobarroca latinoamericana de LidiaSantos, puede ilustrar esta mezcla que se transforma en un rasgo singular de las poticas latinoamericanas,en Barrocos y modernos , ed. de Petra Schumm, Frankfurt am Main: Vervuert; Madrid: Iberoamericana,1998, 337-51.
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caracterstica de estilo, el hecho que la mano de obra fuera nativa; es en esa arquitectura
en donde ya aparece el primer rasgo de mezcla y asimilacin, resultante de la fusin e
interpretacin que los artesanos y constructores nativos hicieron de la cultura extranjera,
que necesariamente deba fusionarse con la local.4
Los distintos renglones de la cultura y el arte se vieron tocados por estas fusiones del
kitsch durante el desarrollo de la poca colonial que al arribar al siglo XX se fueron
afincando como rasgos mestizos, dando como resultante una marca del ser
guatemalteco.
Durante la segunda mitad del siglo XX es posible rastrear en las diferentes instancias
de la cultura, las formas que asumi el lento proceso de hibridacin entre lo indgena y lo
espaol colonial, que durante el veinte se repetira como proceso, entre la cultura indgena
de los descendientes de las comunidades no exterminadas durante el proceso colonial y el
nuevo producto cultural llamado en Guatemala lo ladino, que en otras partes de
latinoamrica se conoce como lo mestizo. Lo cierto es que tanto en un proceso como en el
otro, la parte indgena tuvo un papel subordinado, asimilando, transformando y haciendo
suyo lo extranjero, incluida la lengua, para poder sobrevivir en el primer perodo, y
preservando sus costumbres y tradiciones frente a la cultura fluctuante del ladino, que con
suma facilidad asuma y metamorfoseaba los insumos venidos de otras culturas, sobre
todo los considerados por este grupo como superiores.
Estas diferencias pueden ser mucho mejor comprendidas si se hace un viaje por el arte
y la literatura guatemaltecos de la primera mitad del siglo XX. Tanto arte plstico como
literatura se mantendrn dentro de registros distintos. En el arte indgena las marcas de lo
colonial persistirn, hay un empeo por los paisajes tradicionales, buscando definir unperfil de identidad relacionado con el pasado prehispnico. En tanto el arte ladino se
4 Sergio Gruzinski apunta que en Hispanoamrica los ejecutores del arte kitsch eran los mestizos,descendientes de indgenas precolombinos, en Do Barroco ao Neobarroco: Fontes coloniais dos temposmodernos, ed. de Chiappini, Ligia e Wolf de Aguiar, Flavio. Literatura e Histria na Amrica Latina:Seminario Internacional , 9 ao 13 de setembro de 1991. So Paulo: Editora da Universidade de So Paulo,75-89.
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presenta como un arte de lite, muy cosmopolita y moderno. Durante esta primera mitad
del siglo aparece tambin la necesidad de definir lo nacional y hay un empeo por fusionar
lo indgena y lo mestizo, como una marca identitaria. La generacin del cuarenta y del
cincuenta trabaj tanto en arte plstico como en literatura ese tipo de fusiones, no sin la
presencia de un paternalismo ladino que an no refleja los cambios que se operaron
durante la segunda mitad. Y si el arte plstico tiene en su desarrollo estos matices, en
literatura me parece importante sealar que desde la generacin del 30 hay voces que
intentan dar cuenta de lo indgena, pero desde una reflexin de lo mestizo -el caso de
Miguel Angel Asturias-- dado que en su mayora los escritores procedan de este grupo.
Uno de los temas que se han abordado frecuentemente en narraciones cortas y novelas ha
sido el shock de las clases populares ante el fracaso del gobierno arbencista y las
implicaciones que este hecho trajo a las clases sociales menos aventajadas, como es el
caso indgena. La segunda mitad del siglo XX viene a ser importante en estos comentarios
porque junto al aparecimiento de los primeros movimientos guerrilleros en los aos
sesenta 5 es posible localizar la obra de uno de los primeros escritores indgenas que fuera
militante de las izquierdas durante los aos setenta e inicio de los ochenta. El tiempo
principia en Xibalb ( ) es la nica novela de Luis De Lin, escritor nacido en uno de los
municipios de la ciudad de Antigua Guatemala, y donde estuviera asentada durante la
colonia, la encomienda del Obispo Marroqun, uno de los ms famosos encomenderos
espaoles, radicados en Guatemala durante el perodo colonial.
La novela de De Lin es una de las pocas obras guatemaltecas desde la visin de los
vencidos, publicadas durante la dcada del setenta. En su mayora el resto de ficciones y
obras testimoniales escritas por indgenas, se publicarn hacia finales del ochenta yprincipalmente durante la dcada del noventa, muy cercanos a la firma de la paz.
5 El aparecimiento de los primeros brotes guerrilleros se sucede en 1962, hecho llamado primera olaguerrillera y que se prolonga hasta 1967, cuando los frentes rurales estaban esencialmente destrudos. Elsegundo momento que est formado por cuatro organizaciones, se inicia a partir de 1972 y concluye en1996. Edelberto Torres-Rivas, Del autoritarismo a la paz , 26-63.
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El mundo de la novella de De Lin utiliza una serie de elementos estructurantes
provenientes de la llamada visin maya. Las atmsferas son tortuosas y mgicas, ligadas a
partes de un mundo alucinado que tiene su referente en lo colonial, y en las experiencias
de la represin, acumuladas por las comunidades indgenas durante ese perodo. Las
secuencias de la narracin estn aparentemente a tono con lo contemporneo, pero De
Lin est trabajando principalmente con un tiempo cclico propio de las literaturas
indgenas prehispnicas.
Lo interesante es que este escritor crea y matiza la novela con la fantasmagora del
mundo mtico y tradicional indgena, fusionado a una percepcin hbrida que posee el
indgena contemporneo postcolonial; en este sentido la concepcin del tiempo como ya
se ha advertido posee una circularidad excntrica, mixta, de all que la narracin inicia con
la presencia del viento y finaliza cuando el viento est an soplando en el mismo
momento, como que no hubiera ocurrido nada en ese lapso narrativo que se reduce a cero:
Primero fue el viento...lleg como jugando, brincando por todas partes, sacudindoles los
pantalones a los patojos... ( El tiempo principia en Xibalb, 3)
Entonces, esa noche primero fue el viento... ( El tiempo principia en Xibalb , 103)
El otro elemento que consigue deterner el paso del tiempo es la manera como elabora la
historia y conecta los captulos o espacios narrativos. La historia es contada a retazos, la
intensidad est en los estados anmicos, en el odio, el amor, la sensualidad, la desolacin,
el miedo, etc., produciendo ambigedades en la accin, lo que hace que el lector que seencuentra preso del estado de sensualidad y extraeza, quiera hilar una narracin
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totalmente fragmentada y contada dentro de un estado alucinado, con otro tipo de tiempo
narrativo que no permite, sino algunas especulaciones respecto a la trama. 6
La obra cuestiona y trata el dilema del indio ladinizado, el regreso a la comunidad y el
impacto que eso le produce. La visin naturalmente es contraria y diferente a lo planteado
por Miguel Angel Asturias y Mario Monteforte, ya que es la visin desde adentro; es el
relato de un escritor indgena que reflexiona, cuestiona y emplaza su participacin en la
vida de la sociedad ladina. Sin embargo en el libro no encontramos una reflexin exacta de
lo que significa ser un indgena a la manera en que lo hicieron los indigenistas y criollistas,
Luis De Lin elabora una alegora de ese ente cultural, postcolonial e histrico; 7 lo presenta
delante del lector, enajenado y frustrado, buscando una forma de entender ontolgicamente,
lo que se es en el momento histrico en el que el autor se encuentra dentro y fuera de su
comunidad. 8 El pueblo o aldea es descrito en toda su pobreza, pero el acierto no est en la
descripcin detallada a manera de cuadros realistas o en el mejor estilo testimonial
contemporneo, sino en un registro mucho ms ficcional; todo inicia con el viento y la
presencia de la muerte alegorizada en el miedo de la poblacin al pecado, herencia
proveniente de la iglesia catlica y su aparato represivo desde la poca colonial.
Sus referencias literarias sealan sus influencias, aunque contextualmente sus fuentes
estn localizadas en el Popol Vuh. De Lin se apoya en la tradicin prehispnica para
instalar a sus personajes, indgenas contemporneos, dentro de un espacio ficcional del
presente, pero no absolutamente despojados del pesado legado colonial, aprendido durante
tantos aos de servidumbre. La comunidad de San Juan del Obispo que juega aqu un papel
colectivo, sirve de coro a una historia con matriz melodramtica, dado que los hombres del
6 Respecto a esta fluctuacin en el tiempo se ha observado que la novela de De Lin puede ser consideradadentro del registro postmoderno, ya que trabaja con una fragmentacin sintctica del relato, caractersticaque pone en crisis la relacin entre tiempo histrico y tiempo real. La novedad estriba en que a estafragmentacin temporal corresponde una fragmentacin ms ntima: la fragmentacin del sujeto narrativo,Dante Liano en Visin crtica de la literatura guatemalteca , Guatemala: ?, 310. 7 Esto es lo que encontramos en El tiempo principia en Xibalb : la plena y orgullosa asuncin de laidentidad tnica junto con una exploracin rabiosa y crtica de su comunidad, Dante Liano, Visincrtica ..., 303. 8 Mario Roberto Morales en La articulacin de las diferencias , Guatemala: FLACSO (1998): 365.
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pueblo, descendientes de los vencidos, cargan a cuestas un trauma causado por una mujer,
que histricamente viene a ser la Virgen de la Concepcin, patrona del pueblo desde la
poca de la encomienda de Marroqun. La obra entrama en su construccin elementos
provenientes de los distintos gneros. Hay la presencia de elementos picos dados en la
presencia de los personajes colectivos que est ligados a la oralidad y carcter matriarcal
originario de los pueblos indgenas, como el dar voz a las mujeres, que mucho ms lcidas
que los hombres elaboran una serie de resistencias dentro de su mundo mgico, para alejar
el "deseo" de los hombres por la mujer ladina, cuyo proceso naturalmente les traer la
muerte. En sus voces, De Lin rescata el poder de la colectividad ante los peligros del
Otro. 9 Luego el aspecto que le confiere a esta novela una absoluta excentricidad, y que le
proporciona un estatuto histrico evidente, es relatar desde la visin patriarcal indgena,
pero en el contexto postcolonial de las comunidades que han logrado sobrevivir al
exterminio. En este libro se produce una catarsis ficcional, una venganza colectiva. Los
resabios de la conquista y la colonia vienen a explicar aqu, histricamente, que hay una
revancha en la actitud escritural de De Lin. Los hombres de la comunidad tienen una
obsesin, poseer sexualmente a la virgen, ya que histricamente representa como smbolo,
no al cristianismo en la imaginera indgena, sino a la mujer espaola, intocable, virgen,
blanca y libre de pecados como parte de los valores inculcados, durante el proceso de
evangelizacin a que son sometidos los indgenas conquistados y coloniales. 10
El mundo catico en que sus personajes sobreviven a este perodo histrico, revela el
nivel de frustracin proveniente de su visin hbrida del mundo. La novela relatada en un
estilo mgico realista, bastante ligado con Miguel Angel Asturias, Juan Rulfo y Ricardo
9 Sagrario Castellanos trabaja este aspecto en "Mujeres, antagonismo y Xibalb", Conversatorio. Homenaje imaginario sobre la obra literaria de Luis De Lin , (Antigua Guatemala: Galera Imaginaria,1991) 22-29. 10 Enrique Noriega integrante de la generacin del 70, comenta que hablando con Luis De Lin sobre esaobsesin de poseer a la virgen, ste explicaba que era un odio muy antiguo que l haba heredado y quemuchos de su comunidad lo sufran, por la angustia y la impotencia que durante el proceso decolonizacin haban sufrido las comunidades indgenas por el abuso sexual de las mujeres. Es entoncesinevitable ver esta actitud escritural como una manera de pagar con la misma moneda, pero dentro de unareflexin literario-histrica.
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Estrada 11 en este sentido, conserva sin embargo cierto perfil "indefinible" que an debe
estudiarse especficamente.
La visin srdida con la que De Lin trabaja al sujeto femenino tiene que estar
alterada por su visin ladina. En el pueblo hay dos tipos de mujer, una es indgena, madre,
fea, plana; en tanto que la mujer ladina, representada en la figura de la prostituta, est
sexualizada, sensualizada y poetizada. An y a pesar del apelativo "puta", esta mujer est
llena de cualidades, as dice De Lin:
S, ella estaba en su apogeo, como quien dice en la mera cumbre. Era el tiempo en que le dio por
llorar de la pura alegra. Y ni modo, era sabroso, riqusimo, gozar seguido ese rito lacrimoso con
que ella reciba a los hombres, los haca soar como si de verdad estuvieran sobre la autntica
Virgen de la Concepcin, aunque quienes lo cuentan no lo digan. Indios al fin. ( El tiempo
principia en Xibalb , 13)
La Virgen de la Concepcin era una puta.
Yo no la conoc. Pero la recuerdo.
Por ejemplo, recuerdo que su cuerpo estaba tan lleno de pjaros de tal manera que cuando uno se
embrocaba encima de ella, antes de ascender a los cielos por fuerza las manos tenan que
convertirse en jaulas para que ninguno se escapara. ( El tiempo principia en Xibalb , 10)
Sin embargo en el proceso narrativo, la virgen cuya alegora recae en Concepcin, la
prostituta que se le parece a la Virgen de Concepcin, y con la cual todos los hombres del
pueblo han tenido relacin sexual como parte del proceso reivindicativo indgena,
11 Ricardo Estrada es un escritor guatemalteco, catedrtico universitario, al que De Lin debe haber ledodurante sus estudios universitarios bsicos en la universidad y con el que establece dilogos intertextuales,dado que Estrada trabaja en sus dos libros de cuentos Unos cuentos y cabeza que no siento y Santosmrtires , el asunto de la identidad y del tiempo cclico desde la visin ladina, pero con una diferencia, suspersonajes son subalternos, marginales, indgenas y ladinos en procesos rpidos de degradacin, aspectoque tiene que haber interesado culturalmente a De Lin.
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adquirir an mayores significaciones dentro de la visin de nacin que De Lin
construye, ya que incapacitada para tener descendencia, nadie procrear hijos con ella,
anulando la posibilidad de revertir el proceso, al crear la nueva nacin bastarda, la mezcla
entre ladinos e indios postcoloniales.
Lo pattico de la obra de De Lin est dado en la trama misma, porque los indgenas,
muchos de ellos ladinizados por el tiempo de subordinacin y servil convivencia entre
espaoles y ladinos, se encuentran trastornados y obnubilados en un presente que ya no les
permite la venganza, porque inevitablemente han sido tocados por el proceso
transculturador, en donde la culpa cristiana es una de las formas de mantenerlos sometidos
y alejados de este tipo de acciones. El parecido asombroso de la prostituta con la Virgen se
convierte en esta obra en un detalle casi teatral, adems las formas que asume la narracin,
al entrelazar tiempos y momentos, en donde el lector no puede establecer si aquello que se
cuenta est sucediendo ahora, en el presente ficcional en San Juan del Obispo, o en ese
pasado atrapado en el imaginario de la comunidad, provocan en el lector, una sensacin de
repeticin serial que parece propio de la matriz melodramtica comandadora de la
narracin en este libro; la trama se apoya en esa memoria que entrelaza tiempos, y a travs
de los cuales es posible percibir las relaciones entre inicio, medio y finales, pero como una
totalidad de lo narrado o lo relatado. 12 Algunas acciones devienen inclusive cmicas
delante del absurdo, y son crueles y erticas, se da en alguna medida esa mezcla entre lo
trgico y lo cmico. 13 La Virgen de Concepcin es robada de la iglesia por uno de los
personajes que intenta intilmente violarla, las figuras esperpnticas y grotescas de este
acto, transforman esta parte en otra alegora del fracaso, dado que el violador resulta
totalmente lastimado y queda delante de s y del espectador-lector en un total ridculo,adems que se da ese juego entre risa, llanto, dolor y xtasis que se convierten en
caractersticas centrales en el texto, volviendo a entrelazar los tiempos en que se sucede y
12 Peter Brooks, Reading for the plot , New York: Knopf,1984, 11.13 Jess Martn-Barbero, Claves para reconocer el melodrama, en Televisin y melodrama , Colombia:Tercer Mundo Editores, 1992, 45-46.
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se escribe la historia; adems que el contexto poltico de Guatemala durante esa dcada en
que De Lin crea este libro, es recordada histricamente, como una etapa donde se
mezclan una serie de sentimientos encontrados y de actividades catrticas, pero vinculadas
con el estado de verdadero terror en el trabajo de los escuadrones de la muerte, sobre la
poblacin civil. El relato adems coloca al hombre en una posicin descentrada respecto al
sistema patriarcal e ilustra los descentramientos ocurridos a las comunidades indgenas
dentro del sistema de valores de sus grupos sociales. La obra, que se encuentra trabajada
en un registro de lo sagrado indgena, en su desarrollo, se fusiona a la conciencia cristiana
que la poblacin ha absorbido a lo largo de siglos de represin, y se transforma en la
visin desquiciada que De Lin nos presenta de los descendientes. El aspecto religioso
sufre la inquisicin indgena en esta narrativa del guatemalteco. Los anlisis que los
personajes van haciendo, respecto a las deformaciones que la iglesia ha provocado en la
conciencia de los habitantes, otorga una completa desautorizacin y denuncia quedando
claro, en el tratamiento de los distintos smbolos religiosos, desde la virgen hasta la
hipocreca y doble faz del cura, que la iglesia fue y es uno de los aparatos ideologizantes y
represores ms fuertes, en el proceso de colonizacin de los pueblos indgenas. 14
La serie de alusiones polticas que la obra trae consigo, permiten afirmar que El tiempo
principia en Xibalb es la primera novela guatemalteca en donde se pueden encontrar
aspectos relevantes dentro del anlisis postcolonial, obra elaborada en poca de total
inestabilidad poltica, la dcada de los 70; De Lin recrea una sociedad indgena, imagina
su propia Comala en donde es posible observar desde la visin de los vencidos, lo que un
estado de explotacin y genocidio pudo hacer a los pueblos indgenas originarios. El libro
adems hace reflexionar al lector sobre los cambios internos que las comunidadesindgenas, conviviendo junto a los ladinos, han experimentado, y tambin puede servir
para comprender libros posteriores como Me llamo Rigoberta Mench , en donde en
14 Algunas aproximaciones a este tema se pueden ver en Mario Roberto Morales, "Luis de Lin, el indiopor el indio", Conversatorio ..., 3-10.
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lecturas simultneas es posible enlazar cabos sueltos, respecto a aspectos centrales
provenientes de los imaginarios indgenas contemporneos. Encontrar all en esas lecturas,
algunas respuestas a las incgnitas de un mundo casi desconocido, inclusive para los
ladinos guatemaltecos, puede abrir nuevos caminos a discusiones y a los dilogos que
socilogos y estudiosos nacionales y extranjeros mantienen sobre los indgenas
contemporneos.
La obra de De Lin viene a ser entonces casi nica en la narrativa indgena
guatemalteca, y me parece que es ese momento cuando se produce un cambio en el
registro, dado que durante el setenta y el ochenta aparecen otras obras en las cuales los
roles de los personajes abandonan el consabido herosmo de la participacin poltica y se
dedican a trabajar aspectos mucho ms oblicuos, en donde el juego de identidades y de
identidad me parece crucial, y donde es posible observar las formas que asume lo
melodramtico en productos escritos, provenientes de distintas visions, pero que parecen
compartir una misma matriz. Una de estas obras es Velador de noche, soador de da
(1988) de Luis Eduardo Rivera, la cual se arma pardica e intertextualmente, dentro del
mundo de Rayuela de Julio Cortzar, y que a diferencia de la del mundo ficcional del
argentino, Pars no deviene en el sueo deseado del escritor latinoamericano que se
representa ultra marginal y se convierte en la sombra contrahecha de Horacio Oliveira. El
personaje de Rivera dilucida annimamente su condicin de escritor de segunda clase, en
una ciudad como Pars, trabajando subempleadamente en un hotel de citas, en uno de los
ms conocidos barrios de la ciudad libro. Tato, que es el personaje de Rivera, deja
encargado a su amigo LER que se ocupe de ordenar su obra que ha sido escrita a manera
de diario ntimo. A partir de all se empieza a contar la historia fragmentada de otrofracaso. El libro dentro del libro, el cuasidiario de Tato, contiene una historia relatada con
un lenguaje desnudo y ertico, donde se cuentan las aventuras y desventuras del autor con
una muchacha francesa, que ha conocido en el hotel de citas. A esta historia de amor, se
le adicionan una serie de reflexiones de tipo literario, filosfico y esttico, en las cuales el
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pretendido autor dilucida su vida en Pars. En el contexto de la historia de amor con la
joven francesa, Rivera retrabaja el asunto de la identidad latinoamericana enfrentado a la
cultura extranjera.
El artificio de contar la historia a travs de la forma del diario, nos habla de la posicin
desde donde se relata, en este sentido el libro se inscribe en una tradicin narrativa que
evidentemente se afianza como forma en el siglo XIX, 15 y cuyas tonalidades ldicas
parecen responder a los planteamientos efectuados por Machado de Assis en Memorias
pstumas de Bras Cubas (1881). El gnero literario que asume esta narrativa guatemalteca
es entonces, el autobiogrfico, forma genrica que es sumamente cuestionada, luego que
pierde en su desarrollo la funcin institucional que le toc cumplir durante la colonia; y
esta forma desprestigiada e invalidada como gnero narrativo, es la escogida por Rivera
para relatar, en el entendido que un diario viene a ser sinnimo de forma indefinida o
incompleta. 16 Efectivamente uno de los aspectos importantes de este libro es la manera que
asume la voz narrativa, que se debate pardicamente respecto al gnero, en una serie de
preguntas que acosan a las memorias autobiogrficas hispanoamericanas, en los
cuestionamientos de la voz del narrador que oscilan entre persona pblica y un yo privado,
entre honor y vanidad, entre sujeto y patria, entre evocacin lrica y registro de los hechos.
Tato se expresa as al respecto:
Un diario es siempre polimrfico, un gnero aptrida de la literatura, una especie de no man's del
espritu (65). 17
15 Estudios de Sylvia Molloy han revelado que aunque la tradicin autobiogrfica en Hispanoamricaprocede desde los inicios de la colonia, se iniciaron las investigaciones sobre el gnero a principios delsiglo xix, porque interesaba la peculiar toma de conciencia del sujeto y la cultura, lo cual proviene de unacrisis ideolgica, y porque refleja la incorporacin en la textura misma de la autofiguracinhispanoamericana. Silvia Molloy en Acto de presencia , (Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1991) 14. 16 Silvana Serafin, "L'estilio parigino di un guatemalteco d'oggi", Revista Centroamericana 2 (1991): 47 17 Luis Eduardo Rivera, Velador de noche, soador de da , Pars: Ediciones del Correcaminos, 1988.Todas las citas corresponden a esta edicin.
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Si se considera la mediacin narrativa presente en toda autobiografa, interesa analizar
en este libro algunos de sus aspectos textuales, pero son tambin importantes las formas
culturales que asume el texto para inscribir las memorias de Tato, procedimiento que ser
elaborado por el autor, detrs del personaje narrador. Segn Sylvia Molloy este
procedimiento de inscripcin en obras hispanoamericanas suele darse recurriendo al
archivo cultural europeo, 18 y obviamente Rivera est acudiendo a esas imgenes en los
procesos intertextuales del libro (las referencias a Rayuela en la ciudad luz de Cortzar),
sin embargo esas formas de inscripcin ponen en evidencia mediante las estrategias
pardicas, las tonalidades culturales de lo hispanoamericano. El Velador entonces se
disea siguiendo una estructura de carcter autoconsciente, 19 ya que de manera sistemtica
hace alarde de su propia condicin en cuanto artificio, y explora adems la relacin
problemtica entre el artificio con apariencia de lo real y la realidad misma , retrabajando
uno de los rasgos centrales del melodrama en cuanto a reconocimiento y confusion, entre
relato y vida. 20 Es aqu en donde entran a funcionar a nivel sincrnico y en relacin con la
parodia, recursos retricos como la irona y el humor, y a mezclarse con modos narrativos
como la stira. Los escritores latinoamericanos como Tato, el alter ego del autor, haban
buscado en Pars ese Pars-libro, la ciudad soada, la ciudad deseada por todo escritor del
tercer mundo; sin embargo el libro de Rivera convierte en una stira castica ese deseo
colectivo de pertenecer y estar en otro espacio escritural que slo era posible en libros
como Rayuela. La abulia, el aburrimiento y la depresin son los estados anmicos de los
personajes de Velador al verse sumidos en espacios marginales, habiendo soado con los
espacios ficcionales de Oliveira y de la Maga. Las estrategias pardicas asumen distintos
niveles, la alienacin y la locura son algunas de las representaciones con las cuales, loslatinoamericanos en un Pars real, aparecen ante los ojos del lector, para colocar en el altar
de los recuerdos las travesas fantsticas y onricas de los personajes de Rayuela .
18 Sylvia Molloy, Acto de presencia , 16. 19 Robert Alter citado por Elzbieta Sklodowska en La parodia en la nueva novela ..., 64.
20 Martn-Barbero, Claves para reconocer el melodrama, 52-53.
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El registro satrico: el asedio de Pars en el cuerpo de Murielle
Las formas que adquiere la narracin son variadas a lo largo del libro. La mezcla entre
lo cmico, lo pcaro y la stira, hace que los textos en el nivel de la historia, se alejen, o se
realice un rebajamiento respecto al plano de la realidad, 21 como ya se ha comentado. Los
encuentros con Murielle la azafata del tren con la que Tato sostiene relaciones amorosas,
estn en un plano entre lo cmico y lo picaresco, de alguna manera estos latinoamericanos
sobreviviendo en Pars, hurfanos culturalmente, devienen pcaros que se van
acomodando a las circunstancias de vida que la ciudad luz les permite. Y as dice Tato en
uno de los momentos amorosos con Murielle:
Lo que sigui fue un preludio sinfnico de movimientos dulces y palabras tctiles,
decididamente molto vivace . Pero pasado un rato, aquello-que-te-cuento no se me terminaba de
entiesar. No era posible! No lo poda creer, jams me haba defraudado en los momentos
cruciales. Pero por ms que le haca la lucha, el muy cabrn no se daba por enterado (38).
Las alusiones a la falta de ereccin en situaciones apresuradas devienen entonces, en un
rasgo cmico e hilarante, los detalles de este tipo de escenas son otro de los registros
pardicos del libro de este autor. Los personajes se estn autoflagelando, no slo en las
desilusiones amorosas sino tambin en situaciones en las cuales siempre estn en
desventaja, frente a la cultura de poder que en este caso es la francesa, y que en la
ancdota de la azafata, est representado en el poder copular con ella, satisfacerla y
mantenerla interesada; con este artificio Rivera utiliza al mximo el humor negro, paraponer en evidencia el excesivo racismo de los franceses como rasgo cultural, y tambin
21 Acerca de la forma en que este proceso se produce ver Sklodowska, La parodia en la nueva novelahispanoamericana , 68.
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apunta hacia las debilidades latinoamericanas como rasgos del subdesarrollo y el
provincianismo, y que asmismo son propios de las tramas telenovelezcas.
Los encuentros con Murielle no slo son pretextos para hacer el amor a la francesa,
sino lugares textuales en donde Rivera cuestiona de forma satrica, cmo los elementos
culturales entran en juego en las relaciones amorosas y sociales. La azafata que es una
mujer joven, bonita y desinhibida, toma de amante al escritor guatemalteco para vengar
ntimamente la falta de fidelidad de su novio. En tanto para Tato --y su bagaje cultural
latinoamericano-- Murielle es elevada a la calidad de poesa, sobre todo cuando la toca
desnuda dentro del cuarto de hotel:
Antes de salir, se vuelve hacia m, se abre la bata y me deja ver su cuerpo por unos
instantes...Vuelvo a sentarme a la mquina, con la certeza de que, por ms que lo intente, no
podr aadir una sola letra a mi poema. Cmo escribir poesa si hace unos instantes la he
tocado con mis propias manos? (81)
Los contrastes entre las dos culturas revelan al lector mundos distintos, mundos
antagnicos, irreconciliables y el sujeto masculino patriarchal, deviene an ms profundo
en su marginalidad, en el proceso de la relacin amorosa.
El uso continuo de un lenguaje procaz y vulgar de parte del personaje que dilucida su
vida sexual en un annimo apartamento parisino, las continuas reflexiones filosficas
acerca de literatura, arte y vida, en la ciudad luz en estatuto marginal, van dejando en el
lector la sensacin de estar participando en un proceso mucho ms ficcional que real,
correlacin de imgenes y efectos que se realiza en relacin con las imgenes de lospersonajes de Rayuela . El lenguaje ertico es utilizado aqu para desfamiliarizar
culturalmente el proceso de absoluta marginalidad del personaje. Las continuas
asociaciones entre literatura y cultura dejan observar cmo Rivera soluciona en los
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espacios crticos, abiertos por la parodia y la stira, las contradicciones de la vida
moderna:
Hasta qu punto la marginalidad en la que vivo es el producto de mis limitaciones personales;
hasta qu punto es una consecuencia de las circunstancias, y hasta qu punto es el r esultado de
una posible toma de posicin frente a la vida?
Despus de los treinta aos, intentar responder a este dilema -si es que alguna vez existi tal
dilema- ya no tiene sentido -si es que alguna vez lo tuvo-.
Se trata -dice Camus- de vivir con lucidez en un mundo en el cual la dispersin es la regla
(115).
Las afirmaciones contenidas en las memorias de Tato revelan al lector, cmo se discute
la alienacin de los individuos sumergidos en los grandes centros urbanos, y cmo este
factor define sus relaciones sociales y amorosas; evidencia tambin los rasgos culturales
de pertenencia y carencia en los distintos espacios geogrficos; as comenta Tato en otro
de los captulos:
No podra vivir sin las ciudades, sin sus olores, sin su decrepitud, sin su grandiosidad aplastante,
sin sentirme perdido e ignorado, sin dejar de arrastrar entre sus calles mi annima condicin de
masoquista entre los masoquistas. Soy una rata urbana, sta es mi condena y mi ventaja (141).
La construccin de la novela contiene muchsimas referencias erticas, sexuales y
biolgicas; en el juego de armado de la obra se interpolan ocho "textculos", en dondeRivera reflexiona sobre el problema de la escritura, y esas ideas texticulares llevan insertas
diversas cargas semnticas. Las alusiones a los textculos en el libro, imagen extravagante
sacada del imaginario patriarcal, sirve al autor para lucubrar acerca de cuestiones que
alegricamente, se asocian con partes de su cuerpo escritural. Las asociaciones y
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traslaciones de sentido dentro de la narracin satrica, adquieren una fuerza pardica
increble, sobre todo cuando se asocian a partes del cuerpo femenino o masculino o
elaboran imgenes erticas, que relacionan los cuerpos de los protagonistas con la
bsqueda y definicin de un cuerpo textual.
El libro tambin trabaja las reflexiones de corte existencialista, en este sentido los
registros rayuelianos aparecen, pero matizados por esa insistencia ertico-reflexiva que
asocia unos aspectos con los otros; as dice Tato cuando la felicidad de amar a Murielle es
exacerbada:
Me observo la ereccin. Mi pija sigue tiesa, erguida, cosquillante bajo mi pantaln, la acarici
con ternura. Me siento feliz. En este momento puedo afirmar que soy un hombre dichoso. Tengo
una ereccin en la mitad del alma, qu ms podra desear? Que se vaya a la mierda la literatura
(81).
Y como referencia estructural, los "textculos" tambin parecen apuntar como partes
interpoladas a una necesidad de validar dentro del relato, hechos que simblicamente
tienen relacin con una verdad ertica.
En las dos obras, los escritores guatemaltecos se encuentran trabajando el asunto de la
identidad, pero en el escritor ladino la visin del mundo tiene una apariencia al revs,
donde se plantea el asunto de la carnavalizacin; la cultura francesa que es en el libro la
cultura dominante, blanca y europea, le sirve al autor para poner en evidencia la inversin
de los complejos. El latinoamericano marginal que sufre las culpas del mestizaje devieneen afortunado "guerrero maya", gratificndose por la mezcla, como castigo a la cultura
francesa que rechaza a las culturas precolombinas y por ende a los latinoamericanos, a
quienes ve y trata como seres inferiores. Si se analiza la preocupacin nacional vertida por
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Rivera en estas escenas, es posible deducir que funcionan abriendo un espacio crtico,
marcado por la ansiedad de los orgenes y la representacin.
En el captulo "Un indio con suerte" que es uno de los ejemplos claves de este tipo de
reflexiones transculturadoras, dentro de un espritu jocoso y satrico, Tato y el dueo del
hotel sostienen un dilogo de valores, respecto a los procesos de hibridacin de la cultura
latinoamericana; el dilogo se desarrolla mediante la irona del personaje latinoamericano
que en situacin de dependencia y desventaja, mediatiza y abre un espacio de discusin
sobre el exacerbado racismo de los franceses, respecto a las culturas que consideran
inferiores. El nivel de la stira en este texto es sumamente sutil, ya que un hecho real en la
ficcin son sus relaciones amorosas con la azafata, sin embargo en el imaginario cultural
del dueo del hotel y sus explicaciones acerca de la tradicin francesa, eso no sera posible
sino fuera por el color "ms blanco" de la piel del protagonista; las respuestas del
empleado latinoamericano devienen mucho ms irnicas y sarcsticas, sutilezas que el
representante de la cultura de poder no puede localizar, ya que estn dadas en su misma
lengua. Los recursos provenientes de la matriz melodramtica, con la fusin y mezcla de
gneros sita este libro dentro de la bibliografa, que al igual que el De Lin retrabajan los
problemas de mestizaje y transculturacin.
Los dos libros guatemaltecos aparecen en el contexto de la guerra de guerrillas,
planteando visiones literarias que revelan una misma matriz cultural. Provenientes de dos
universos culturales dentro de un mismo pas, sus personajes aparecen hipermarginales,
asediados por otra cultura que funciona por oposicin como la cultura de poder. Lo
paradjico de sus visiones, e interesante para este trabajo, es que las tramas que aparecen
fragmentadas, pueden verse en el trabajo de los matices culturales como una unidad. Enlas dos se reproblematiza el asunto de la identidad guatemalteca desde distintos ngulos, y
lo que en la obra del escritor indgena aparece como un obstculo, como lo es pertenecer a
la cultura indgena, para el escritor ladino, enfrentado a la cultura francesa, se convierte en
una forma de ser alguien, de adquirir identidad. Tambin el asunto de la venganza
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aparece recurrentemente en los dos libros, y parece estar en relacin con la tensin entre
los principios de placer y de realidad que provocada por las tramas, produce los efectos
melodramticos. 22
En los dos libros las representaciones de lo femenino recaen negativamente en la
imagen de la mujer blanca, que est representada como un smbolo de la cultura de poder,
a la que hay que asediar para sitiar a la cultura dominante, al cobrarse la factura de la
subalternidad. Es innegable que se plantea tambin el exceso, y que este hecho constituye
un rasgo ms de la ya mencionada matriz.
En la obra de Rivera los efectos de realidad son maximizados al entrar en comparacin
con el mundo de Rayuela , a partir de all sus personajes devienen mucho ms patticos al
establecer como estructura mayor la obra del escritor argentino. En El tiempo principia en
Xibalb , el paralelo est en relacin con el Popol Vuh, en donde se revela que hay una
lnea ininterrumpida de identidad que se desarrolla dentro de un proceso de degracin, no
menos pattico y efectista que en el Velador .
Ambos libros se mueven gelatinosamente dentro de un estatuto que revierte las
posibilidades del gnero dentro del corpus literario centroamericano, apoyndose
intertextualmente en distintas instancias, llevando cada autor a sus personajes, a
enfrentarse con una realidad dolorosa, de tonalidades patticas y jocosas, dentro de
procesos de transculturacin distintos, en el cual tienen poco o casi de nada de acceso al
poder.
Bibliografa
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22 Silvia Oroz. Melodrama: o cinema de lgrimas da Amrica Latina . Rio de Janeiro: Rio Fundo Ed.,1992, 39.
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