Aguas Vivas 78 · ... que el Padre puso en su sola potestad ... ya no tienen autoridad para...

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Dos contrastes “No os toca a vosotros saber los tiempos y las sazones, que el Padre puso en su sola potestad”, respondió nuestro Señor a sus inquietos discípulos, cuando se aprestaba a dejar este escenario terrenal. Hemos llegado a un nuevo año, sin saber todavía cuando llegará el día y la hora en que una nueva y soberana intervención divina cambie el rumbo de la historia humana. Mientras preparábamos esta edición, el mundo entero fue conmovido por acon- tecimientos violentos. Paralelamente, en la intimidad, lejos del tumulto, el Es- píritu Santo habla al pueblo del Señor, acerca de la gracia y de la verdad, del Espíritu en oposición a la carne, de no contristar al bendito Consolador, sino de dejarse conducir por él, de adorar al Señor con sabiduría e inteligencia, y de permanecer en la esperanza bienaventurada de la manifestación gloriosa (y visible al mundo entero) de nuestro amado Redentor. Dos grandes contrastes: “Entonces habrá … en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas (crisis sociales, migra- ciones, guerras, hambrunas, sequías, etc.); desfalleciendo los hombres por el temor (¿terrorismo?) y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra” (Luc. 21:25-26, palabras de Jesús). Y por otro lado, un pueblo que se prepara, que se santifica, que pone su oído atento a lo que su Dios le habla al corazón, esperando, porque escrito está: “He aquí un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará” (Heb. 10:37).

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Dos contrastes

“No os toca a vosotros saber los tiempos y las sazones, que el Padre puso en susola potestad”, respondió nuestro Señor a sus inquietos discípulos, cuando seaprestaba a dejar este escenario terrenal.

Hemos llegado a un nuevo año, sin saber todavía cuando llegará el día y lahora en que una nueva y soberana intervención divina cambie el rumbo de lahistoria humana.

Mientras preparábamos esta edición, el mundo entero fue conmovido por acon-tecimientos violentos. Paralelamente, en la intimidad, lejos del tumulto, el Es-píritu Santo habla al pueblo del Señor, acerca de la gracia y de la verdad, delEspíritu en oposición a la carne, de no contristar al bendito Consolador, sinode dejarse conducir por él, de adorar al Señor con sabiduría e inteligencia, yde permanecer en la esperanza bienaventurada de la manifestación gloriosa(y visible al mundo entero) de nuestro amado Redentor.

Dos grandes contrastes: “Entonces habrá … en la tierra angustia de las gentes,confundidas a causa del bramido del mar y de las olas (crisis sociales, migra-ciones, guerras, hambrunas, sequías, etc.); desfalleciendo los hombres por eltemor (¿terrorismo?) y la expectación de las cosas que sobrevendrán en latierra” (Luc. 21:25-26, palabras de Jesús). Y por otro lado, un pueblo que seprepara, que se santifica, que pone su oído atento a lo que su Dios le habla alcorazón, esperando, porque escrito está: “He aquí un poquito, y el que ha devenir vendrá, y no tardará” (Heb. 10:37).

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EVANGELIO

Cuando la fe ve el arco en las nubes, adora alSalvador que está sentado a la diestra de Dios.

El arco iris posee una belleza quetodo ojo puede percibir. La tierra sealegra cuando recibe su visitaavivadora desde los ventanales de latormenta, y sus suaves matices anun-cian que las tinieblas han pasado. Lle-ga hasta las nubes, como el heraldode la claridad que retorna. Su formanoble, y la variedad y distinción desus colores, sobrepasan toda alaban-za. Con admiración, debemos confe-sar que ensalza dignamente a su po-deroso Hacedor.

Dios ha escrito el libro de la natura-leza, y cada línea es una lección santi-ficante. El espíritu iluminado canta:«Grandes son las obras de Jehová,buscadas de todos los que las quie-ren».

AgrAgrAgrAgrAgradecimientoadecimientoadecimientoadecimientoadecimientoPero la luz brillante del arco iris vamás allá de enseñar que Dios planeacon sabiduría y actúa con gran poten-

cia. Para comprender su significadoespecial debemos considerar su ori-gen. Retrocedamos, pues, y recorde-mos aquella primera ocasión en quedespertó el agradecimiento de Noé.

Por fin podía poner los pies otra vezen tierra firme, pero el ruido de lostorrentes desbordados resonaba aúnen sus oídos, y su vista seguía perci-biendo la extensa desolación del pai-saje. ¿Volvería a suceder de nuevo?Cada nube parecía amenazar al mun-do con una catástrofe final. Cada gotapodía abrir las compuertas de otrodiluvio. Sí, su pecho albergaba talestemores, y el miedo le atormentaba.

Dejemos al meditabundo patriarca yfijémonos en nuestro Dios. Su ternu-ra, piedad y compasión son gloriosas;él guarda a su pueblo con gran celo.Su misericordioso deseo es que ésterepose con paz perfecta, y nos invitaa que bebamos de las aguas tranqui-las de un amor fiel. Su deseo es que

El arco en las nubes

"Mi arco he puesto en las nubes..." (Gén. 19:13).

Henry Law

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cada soplo de la brisa nos traiga re-novado gozo, y que cada sombra noscubra con su ala protectora.

Pero, ¿cómo calmará el Señor la an-siedad de Noé? Una palabra, una pro-mesa del cielo, bastaría. Pero Diosmultiplica, no solo el perdón, sinotambién la seguridad. Cuando su pa-labra brota, lo hace con un sello per-manente y revelador. Por ello, hacesurgir una nueva maravilla de aque-llas nubes. Es un chorro sonrienteque asegura a la tierra que las aguasya no tienen autoridad para destruir.

¿Qué es esta maravilla? Un arco queabraza el firmamento. En ese perga-mino de luces multicolores se puedeleer: Ahora las tormentas descarga-rán fertilidad; se desencadenarán, nopara herir, sino para bendecir.

¿Cómo se ha formado esta maravilla?Las obras de Jehová son sublimes porsu simplicidad. EL sol observa desdeatrás, y sus rayos entran en las gotasque descienden de las nubes. Luegollegan al ojo divididos en muchos co-lores que han dibujado un arco so-bre un fondo iluminado.

El cielo seca las lágrimas de la tierra,y su bóveda parece repetir: «¡Gloriaa Dios en las alturas, y en la tierrapaz, buena voluntad para con loshombres!». Por lo tanto, el arco esmucho más que una evidencia delpoder y habilidad de Dios. Es el selloreluciente de su brazo protector; es

la marca dorada con que ratifica elpacto: «Y no habrá más diluvio deaguas para destruir toda carne».

Un pUn pUn pUn pUn pactoactoactoactoactoPero la fe mira más allá. Siempre pro-cura percibir la imagen de su amadoSeñor, porque ha aprendido la granlección de que toda la naturaleza re-fleja la belleza y gloria de Jesús. Tam-bién ha leído el testimonio que afir-ma que él es la «luz verdadera», «elverdadero pan», y «la vid verdade-ra». Por esta razón, pregunta conprontitud: ¿No es él, entonces, el«testigo fiel en el cielo?».

Mientras la fe espera para oír la mú-sica evangélica del arco iris, resuenanclaramente estas palabras: «Por unbreve momento te abandoné, pero terecogeré con grandes misericordias.Con un poco de ira escondí mi rostrode ti por un momento; pero con mi-sericordia eterna tendré compasiónde ti, dijo Jehová tu Redentor. Porqueesto me será como en los días de Noé,

Cuando nubes negrísi-Cuando nubes negrísi-Cuando nubes negrísi-Cuando nubes negrísi-Cuando nubes negrísi-mas se ciernen sobrmas se ciernen sobrmas se ciernen sobrmas se ciernen sobrmas se ciernen sobreeeeenosotrnosotrnosotrnosotrnosotros, el Sol de Jusos, el Sol de Jusos, el Sol de Jusos, el Sol de Jusos, el Sol de Justi-ti-ti-ti-ti-cia, que no escia, que no escia, que no escia, que no escia, que no estttttá ocultá ocultá ocultá ocultá oculto nio nio nio nio nieclipeclipeclipeclipeclipsadosadosadosadosado, en, en, en, en, envía su son-vía su son-vía su son-vía su son-vía su son-risa, crisa, crisa, crisa, crisa, conononononvirtiendo las gvirtiendo las gvirtiendo las gvirtiendo las gvirtiendo las go-o-o-o-o-tttttas en un aras en un aras en un aras en un aras en un arccccco iris de paz.o iris de paz.o iris de paz.o iris de paz.o iris de paz.

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cuando juré que nunca más las aguasde Noé pasarían sobre la tierra; asíhe jurado que no me enojaré contrati, ni te reñiré. Porque los montes semoverán, y los collados temblarán,pero no se apartará de ti mi miseri-cordia, ni el pacto de paz se quebran-tará, dijo Jehová, el que tiene miseri-cordia de ti» (Is. 54:7-10).

Aquí está revelada la gran profundi-dad del amor de Dios. Del mismomodo que el diluvio cubrió las másaltas montañas, así también esta cer-teza sobrepasa las cimas de la vacila-ción y la duda. El pacto de Noé que-da así contrastado con el pacto deJesús. El Dios que promete detenerlas aguas representa al Dios que hajurado salvación hasta el fin.

La tierra a salvo de ser destruida porlas aguas, es la iglesia libre de todaira. Pero si la seguridad de la primeraestaba impresa en el firmamento, lade la segunda está en un sello de per-petuidad indeleble: Jesús exaltado enla gloria celestial. Y cuando la fe ve elarco en las nubes, adora al Salvadorque está sentado a la diestra de Dios.

Emblema de grEmblema de grEmblema de grEmblema de grEmblema de gracia y veracia y veracia y veracia y veracia y verdaddaddaddaddadPero esto no es todo. El mismo arcoque brilla alegre en las primeras pá-ginas de la Biblia, continúa con elmismo fulgor hasta el fin. En Apoca-lipsis leemos que Juan estaba en elEspíritu. Vio ante él una puerta abier-ta en el cielo y, he aquí, había un tro-

no establecido en él. ¿Y qué es lo quelo rodeaba? En Apocalipsis 4:3 lee-mos que era un arco iris.

Al proseguir la visión, también viodescender del cielo a un ángel fuer-te, envuelto en una nube, con el arcoiris sobre su cabeza (Apoc. 10:1). Ve-mos así que, en la plenitud del Evan-gelio, se sigue eligiendo al arco iriscomo emblema de la gracia y la ver-dad que vinieron por Jesucristo.

¿Cómo podremos agradecer bastan-te esta perla añadida a nuestra ya re-pleta diadema de consolaciones?Ahora, podemos buscar nuestro arcoiris en las tormentas amenazadoras.No siempre es visible en el mundonatural, pero siempre brilla en elmundo de la gracia. Cuando nubesnegrísimas se ciernen sobre nosotros,el Sol de Justicia, que no está ocultoni eclipsado, envía su sonrisa, convir-tiendo las gotas en un arco iris de paz.

Ilustremos esto con algunos ejemplosde la vida diaria. En nuestro viajar poreste desierto, el horizonte se obscu-rece, con frecuencia, con tempesta-des tales como la acusación de la con-ciencia, la ausencia de paz, las dudas,las dificultades y los problemas. Pero,tras esta cortina tenebrosa, el arco irisirradia con todo su poder.

¡Qué triste es el día en que la con-ciencia empieza a descargar sus gol-pes despiadados! Los espectros de lospecados cometidos se alzan ante no-

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sotros. Una triste procesión de iniqui-dades pasadas sale de sus tumbas ynos aterroriza con sus formas impre-cisas, anunciando que la muerte eter-na es su salario. Tan grande es el te-mor, que nos parece que la luz de lavida ya no existe.

El gozo rEl gozo rEl gozo rEl gozo rEl gozo retornaetornaetornaetornaetorna¿Puede haber esperanza cuando lospecados han sido tantos, y cometidoscon pleno conocimiento? ¿Puedehaber esperanza después de tan tier-no perdón y curación tan misericor-diosa? ¡Cómo aturde el rugido de estatempestad! Pero, en medio de ella,la fe mira hacia arriba, y ve a Jesús,con los brazos extendidos, ante el tro-no de Dios. Hay un arco iris sobre sucabeza, y sus brillantes colores pare-cen escribir: «Padre, perdónalos».«La sangre de Jesucristo su Hijo noslimpia de todo pecado». La oscuridaddesaparece y el gozo retorna.

La ausencia de paz también es unanube cargada. El sendero del creyen-te está lleno de angustias espiritua-les. Si hoy descansa con gozo en lasladeras soleadas del Evangelio, ma-ñana se aterroriza ante los truenosdel Sinaí. David se sienta hoy en elprimer lugar del banquete real, peromañana será un fugitivo en la cuevade Adulam. La iglesia se regocija aho-ra en la voz del Amado que llama di-ciendo: «Ábreme». Pero pronto selamenta: «Lo busqué, y no lo hallé».

No puedo detenerme a investigar lascausas de estas anomalías, pero, contoda certeza, la culpa está en nues-tro corazón. La paz gime si se es in-dulgente con el pecado; la comunióncelestial se interrumpe cuando sedescuidan los medios santificantes.Sin embargo, el arco iris de esperan-za que corona la cabeza del Reden-tor aparece en esas horas áridas yproclama: «Jesucristo es el mismoayer, y hoy, y por los siglos». «Porqueyo Jehová no cambio; por esto, hijosde Jacob, no habéis sido consumidos.Nunca te dejaré ni te abandonaré».Una vez más, las tinieblas se desva-necen y la claridad del gozo retorna.

Brillo y fBrillo y fBrillo y fBrillo y fBrillo y fortortortortortalezaalezaalezaalezaalezaLos problemas se nos presentan, confrecuencia, como una masa de nubes.El peregrino quisiera subir al montede Sión, pero a ambos lados se alzanrocas inescalables; el mar se extien-de delante y los egipcios acosan pordetrás. Como aquellos leprosos deSamaria, exclama: «Si tratáremos deentrar en la ciudad, por el hambreque hay en la ciudad moriremos enella; y si nos quedamos aquí, tambiénmoriremos» (2 Reyes 7:4). Cree en-contrarse en la misma angustia deDavid, a quien el enemigo había de-jado amargado y los amigos queríanapedrear (1 Sam. 30:6). Pero mira aJesús, y el Arco resplandece. «El tes-tigo fiel y verdadero» te anima a con-tinuar, diciendo: «Éste es el camino,

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andad por él». «Te haré entender yte enseñaré el camino en que debesandar; sobre ti fijaré mis ojos».

También las dificultades nos oprimena menudo, y el creyente parece hun-dirse bajo su peso. Moisés sentía esto,cuando dijo: «¿Quién soy yo para quevaya a Faraón, y saque de Egipto alos hijos de Israel?». Pero, en estanube, había un arco que brilló conesta promesa: «Ve, porque yo estarécontigo». Y Moisés fue y triunfó.

Las mujeres que fueron al sepulcrocaminaban preocupadas: «¿Quiénnos removerá la piedra de la entra-da?». Avanzando, vieron brillar elarco iris de aquella nube, hallandoque la piedra ya no estaba. Pablo tem-bló cuando compareció solo ante eltirano y su corte. Pero también allíhubo un arco que le fortaleció: «Enmi primera defensa ninguno estuvoa mi lado, sino que todos me desam-pararon... Pero el Señor estuvo a milado y me dio fuerzas... Así fui libra-do de la boca del león».

¿No te ha llamado Dios, como a Noé,para que entres en el arca de salva-ción? Si es así, como Noé, puedestambién entrever el arco iris en to-das tus pruebas y desalientos. Avan-za sin desmayar, confiando en el pac-to de gracia, porque nada podrá se-pararnos del amor de Dios que es enCristo Jesús. Si crees que las aguas yano pueden volver a destruir la tierra,debes creer también que ni Satanás

ni el pecado pueden arrastrarte a laperdición.

Tu vida está escondida con Cristo enDios. El Dios eterno es el bastión quete protege, y Cristo te rodea con susbrazos. En tanto que Dios sea Dios, ymás poderoso que Satanás, estás asalvo. En tanto que Cristo sea el Cris-to todo suficiente para redimir, estása salvo. Satanás no puede arrancar elarco de las nubes, no puede tocar eltrono de Jesús.

¿Acaso no alaban la belleza del arcoiris aun los incrédulos? Por desgracia,para ellos, el arco iris no es un heral-do de paz. Es cierto que anuncia queDios es amor y verdad, pero un amorrechazado no es un buen amigo, yuna verdad despreciada es un enemi-go despiadado. Cuando el cielo seoscurezca, temblarán, porque la Ver-dad dice: «Sobre los malos hará llo-ver calamidades; fuego, azufre y vien-to abrasador». Que tiemblen cuan-do el arco brille, porque anuncia queDios lo ha puesto como prueba deque su palabra es inquebrantable.

Miremos hacia arriba y hacia adelan-te. Aquí en la tierra no hay arco irissin nubes o tempestades. Aquí solovemos a Jesús con los ojos de la fe.Pero muy pronto veremos el resplan-dor del arco iris de su gloria. Y mien-tras lo contemplamos, seremos se-mejantes a él, porque le veremos talcomo él es (1ª Juan 3:2).

De El Evangelio en Génesis.

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TEMA DE PORTADA

Sirviendo en espíritu

Sujetando la naturaleza humanabajo el gobierno del Espíritu Santo.

Rodrigo Abarca

Una de las grandes virtudes del apóstol Pablo esque, en algunos pasajes, él logra resumir granparte de la vida cristiana en un pequeño versí-culo. Aquí, hablando del servicio en la obra deDios, vemos uno que contiene muchas riquezas,mucha verdad resumida.

La vida cristiana es una vida de unión con Cris-to, en todos los aspectos de nuestra naturalezahumana: espíritu, alma y cuerpo. La obra de Diosen nosotros tiene un orden, que va desde aden-tro hacia afuera, partiendo desde el espíritu. Estan profunda esa unión, que no es posible se-pararlos. En la obra que el Señor hace en nues-tros corazones, a veces es imposible distinguiral Espíritu Santo del espíritu humano.

EEEEEspírispírispírispírispíritttttu y "eu y "eu y "eu y "eu y "espírispírispírispírispíritttttu"u"u"u"u"«...los que en espíritu servimos». Podemos pen-sar que se refiere al espíritu humano. Y es cier-

Porque nosotros somos la circuncisión, losque en espíritu servimos a Dios y nos gloria-mos en Cristo Jesús, no teniendo confianzaen la carne".

– Flp. 3:3.

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to, la energía para el servicio tieneque brotar de nuestro espíritu. Elespíritu debe ser el que gobierna.Pero esto ocurre porque el espírituhumano es el asiento del Espíritu deDios. Por lo tanto, aquí está lógica-mente implicado que el espíritu hu-mano está unido al Espíritu Santo.

El Señor Jesús dijo: «El que cree enmí, como dice la Escritura, de su in-terior correrán ríos de agua viva»(Juan 7:38). De su interior, de lo másprofundo, del espíritu humano. Peroesos ríos, ¿qué son? Dice el mismoescritor: «Esto dijo del Espíritu San-to que habrían de recibir los que cre-yesen en él» (v. 39). Del interior delhombre regenerado por el Espíritu,fluyen ríos de agua viva, para inun-dar todo nuestro ser, y no solo eso,sino para alcanzar y tocar a otros.

El espíritu humano es el punto departida de la obra de Dios, cuyo pro-pósito es formar a Cristo en noso-tros. Esto comienza mediante launión de nuestro espíritu con el Es-píritu Santo, y continúa hacia el res-to de nuestro ser. No solo es una vidade unión con Cristo en el espíritu,sino también en el alma.

¿Cómo el alma puede vivir una vidade unión con Cristo? Nuestra men-te tiene que ser conformada a lamente de Cristo. Sus pensamientos,sus sentimientos y su voluntad tie-

nen que llegar a ser nuestros pen-samientos, nuestros sentimientos ynuestra voluntad, de manera que lavida de Cristo también se conviertaen la vida de nuestra alma.

Alma y cuerpAlma y cuerpAlma y cuerpAlma y cuerpAlma y cuerpoooooY no solo eso; también nuestro cuer-po tiene que llegar a ser la habita-ción, el vehículo, de la poderosa vidade Cristo. Pablo dice que aun nues-tro cuerpo físico, por causa de esaunión, es miembro de Cristo, y comotal, tiene que experimentar tambiénesa vida de unión con Cristo.

«Todo vuestro ser, espíritu, alma ycuerpo, sea guardado irreprensiblepara la venida del Señor Jesucristo»(1a Tes. 5:23). Cristo es la vida denuestro espíritu, pero también lle-gará a ser la vida de nuestra alma yaun de nuestros cuerpos. «Y si elEspíritu de aquel que levantó de losmuertos a Jesús mora en vosotros,el que levantó de los muertos a Cris-to Jesús vivificará también vuestroscuerpos mortales por su Espíritu quemora en vosotros» (Rom. 8:11).

PPPPPrrrrroblema de origenoblema de origenoblema de origenoblema de origenoblema de origen«Porque nosotros somos la circun-cisión» (Flp. 3:3). Pablo alude a losjudaizantes, que intentaban rein-troducir el judaísmo en las iglesiasgentiles, confundiendo a los herma-nos. Ellos querían imponer a todos

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la circuncisión, invalidando así laobra de Cristo y la obra del EspírituSanto, haciendo que los creyentesvolvieran atrás.

Pablo discierne más profundamen-te el asunto. No era solo regresar ala Ley; peor aún, era volver a la es-clavitud de la carne. Por eso, él dice:«Nosotros somos la circuncisión, losque en espíritu servimos a Dios». Esdecir, el origen de nuestro serviciono está en nuestra capacidad natu-ral, sino en el Espíritu de Dios.

«...y nos gloriamos en Cristo Jesús»,es decir, no creemos ser nosotros lafuente de nuestra obra; porque elpoder y la gracia están en el Espíri-tu, y por tanto, en Cristo. Él es lafuente de nuestro poder, nuestroservicio y nuestra vida.

ÁmbiÁmbiÁmbiÁmbiÁmbitos exclutos exclutos exclutos exclutos excluyenteyenteyenteyenteyentesssss«...no teniendo confianza en la car-ne». Para servir en espíritu, que esel lado positivo, hay un lado negati-vo: tener confianza en la carne. Es-tas dos cosas son mutuamenteexcluyentes, no pueden caminar jun-tas; si una está presente, la otra nolo está. Es imposible confiar en lacarne y, a la vez, servir a Dios en es-píritu. Pero, si servimos en espíritu,entonces no confiaremos en la car-ne. Veamos un poco más este aspec-to de la vida cristiana.

«Andad en el Espíritu, y no satisfa-gáis los deseos de la carne» (Gál.5:16). Aquí hay una pequeña dificul-tad, porque la versión Reina-Valerano da el significado exacto. Ésta diceque, por un lado, nos esforcemospor andar en el Espíritu; pero que,por otro lado, procuremos no satis-facer los deseos de la carne. Así, ten-dríamos una tarea doble.

Otra traducción más adecuada es:«Andad en el Espíritu, y no satisfa-réis los deseos de la carne». Es de-cir, si tú te ocupas de andar en elEspíritu, él mismo se ocupará de lacarne. No trates de mortificar tu car-ne, no de manera directa, porquenadie tiene poder para tratar conella. Si lo intentas en tu propia fuer-za, solo lograrás fortalecer la carne.

Pero, si nosotros nos ocupamos delespíritu, él mismo tratará con la car-ne. Carne y Espíritu son mutuamen-te excluyentes. «Porque el deseo dela carne es contra el Espíritu, y el delEspíritu es contra la carne; y éstosse oponen entre sí, para que no ha-gáis lo que quisiereis» (v. 17). Es unaoposición rotunda; no hay reconci-liación posible entre ambos.

Cuando la carne está gobernando lavida, necesariamente, el Espírituestá fuera. La unción del Espíritununca desciende sobre la carne; élnunca actúa en unión con la carne.

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Por otro lado, si el Espíritu está enel trono de nuestra vida, gobernán-dola, la carne está excluida.

Por eso, el gran secreto que mues-tra Pablo a los gálatas es: «Andad enel Espíritu». ¿Y qué ocurre si ellosandan en el Espíritu? «No satisfaréislos deseos de la carne». La carne notendrá poder sobre sus vidas.

La suLa suLa suLa suLa suttttt ileza de "la carne"ileza de "la carne"ileza de "la carne"ileza de "la carne"ileza de "la carne"Ahora, ¿qué es la carne? Recuerdenque aquellos discípulos eran tenta-dos por los judaizantes a regresar alas normas de la Ley. La Ley es san-ta, justa y buena, porque es la ex-presión del carácter de Dios. El pro-blema no está en la Ley, sino en no-sotros.

La Ley, dice Pablo, es débil por cau-sa de la carne; no tiene poder paracambiarnos. La carne impide la obrade la Ley en nuestra vida y, peor aún,ella es tan engañosa, que puede usarla Ley para fortalecerse a sí misma.

La Escritura llama «la carne» al vie-jo hombre, la concupiscencia, la na-turaleza pecaminosa. Es un términodifícil de definir. El apóstol, a veces,usa expresiones que no define, yademás, no las usa siempre con elmismo significado. A veces usa «car-ne», literalmente, como sinónimodel cuerpo físico. Pero acá la estáusando metafóricamente.

Ahora, en este caso, con significadonegativo, la carne es la naturalezahumana bajo el poder del pecado.La naturaleza humana, en sí misma,no es mala. Por eso, a veces, la car-ne se usa en sentido positivo, cuan-do se toma desde el punto de vistade la creación de Dios, porque ellafue creada por él, y todo lo que Dioshace es bueno. La mente humana,en sí misma, como creación de Dios,no es mala. La voluntad, los senti-mientos, el cuerpo humano, en sí,no tienen nada malo; son diseño deDios. No estamos hablando de bon-dad moral, sino de bondad natural,creacional.

NatNatNatNatNaturururururaleza sin gobiernoaleza sin gobiernoaleza sin gobiernoaleza sin gobiernoaleza sin gobiernoSeparado de Dios, separado de esavida de dependencia, de obedienciay de unión con Dios, la vida del hom-bre se convirtió en un jardín aban-donado. Eso es la carne: la natura-leza humana sin el gobierno del Es-píritu. Sin este gobierno, la natura-leza humana crece de manera des-ordenada, sin control ni propósito.

Recuerden, en el diseño original,Dios hizo al hombre con espíritu,alma y cuerpo. El espíritu es el órga-no de unión, que nos habla del pro-pósito divino de que el hombre pu-diese vivir una vida de unión conDios. Sin esa unión, la naturalezahumana se convierte en carne.

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El hombre fue creado para depen-der del Espíritu, para que su vida vi-niese del Espíritu Santo. Cuando esono ocurre, el hombre ya no tiene unafuente de poder, de conocimiento,ni de entendimiento en Dios. Y siDios ya no es más esa fuente, ¿quéle queda al ser humano? Solo su na-turaleza humana caída.

Entonces, la obra de restauración deDios tiene que ver, esencialmente,con que seamos sacados de esa vidade confianza, de dependencia de lacarne, y traídos a una vida de depen-dencia del Espíritu. Eso es lo queDios quiere hacer en nosotros.

Diseño originalDiseño originalDiseño originalDiseño originalDiseño originalRecordemos que en Génesis 2, en elcentro del huerto, Dios plantó el ár-bol de la vida, figura de Cristo, querepresentaba el principio por el cualel hombre debería vivir.

Pero nosotros crecimos bajo el go-bierno del pecado, y aprendimosdesde el principio a confiar en nues-tra carne. De manera que la obra deDios en el corazón humano, desdeel momento en que nacimos de nue-vo, consiste en traernos a ese lugardonde el Espíritu es el centro quesostiene nuestra vida. Eso es apren-der a andar en el Espíritu.

Cuando eso ocurre, la naturalezahumana es traída al lugar donde

siempre debió estar: bajo el gobier-no del Espíritu. Este es un procesodoloroso, pero necesario, una obraque Dios hace por su Espíritu Santo.

NueNueNueNueNuestststststrrrrro consento consento consento consento consent imientoimientoimientoimientoimientoEl Espíritu trabaja en nosotros y connosotros; pero nunca sin nosotros.Él solo opera con nuestro consenti-miento. Él no invade nuestra vida;él conquista por amor.

Necesitamos conocer al EspírituSanto. Una de las tragedias de la igle-sia es su desconocimiento de él. Paramuchos, es una especie de fuerza.Pero el Espíritu Santo es infinitamen-te más que una influencia o un po-der: él es Dios, la tercera personabendita y gloriosa de la Trinidad. Esel Espíritu de Dios, idéntico en to-dos sus atributos al Padre y al Hijo.Porque hay una sola esencia divina,de la cual el Padre, el Hijo y el Espí-ritu Santo participan en plenitud.

DDDDDoctoctoctoctoctrina verrina verrina verrina verrina versus rsus rsus rsus rsus realidadealidadealidadealidadealidadMuchas veces, nuestra comprensióndel Espíritu es simplemente teoló-gica. Por eso, no conocemos lo quesignifica realmente vivir en el Espí-ritu. Sabemos, doctrinalmente, quela vida espiritual no es posible sin elEspíritu. No obstante, en la prácti-ca, tú puedes vivir sin el Espíritu,cuando lo haces confiando en tu car-ne. Más que un entendimiento teo-

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No crNo crNo crNo crNo creemeemeemeemeemos ser nosotos ser nosotos ser nosotos ser nosotos ser nosotrrrrros la fuente deos la fuente deos la fuente deos la fuente deos la fuente denuenuenuenuenuestststststrrrrra obra obra obra obra obra; pa; pa; pa; pa; porororororque el pque el pque el pque el pque el poder y la groder y la groder y la groder y la groder y la graciaaciaaciaaciaaciaeeeeestán en el Están en el Están en el Están en el Están en el Espírispírispírispírispíritttttu, y pu, y pu, y pu, y pu, y por tor tor tor tor tanto, en Cristo.anto, en Cristo.anto, en Cristo.anto, en Cristo.anto, en Cristo.

lógico, necesitamos un entendi-miento espiritual y una experienciareal en nuestras vidas. Sin el Espíri-tu Santo, no es posible vivir unidosa Cristo. En Romanos capítulos 5 y6, tenemos el fundamento de unavida de unión con Cristo: la obraobjetiva del Señor en la cruz.

Todos nosotros, habiendo sido sal-vos y justificados, estamos de hecho,

donde todo parece no funcionar.«¡Miserable de mí! ¿Quién me libra-rá de este cuerpo de muerte?» (Rom.7:24). ¿Qué pasó? ¿Por qué todasesas riquezas de Cristo no están flu-yendo en mi vida? ¿Por qué Cristono está llenando mi vida?

Hay una clave esencial para la pose-sión efectiva de la vida y de las ri-quezas insondables de Cristo, y esa

clave es el Espíritu Santo. Sin él, esimposible experimentar a Cristo demanera real. Esto tiene que llegar aser una verdad aprendida, por decirasí, a sangre y fuego. Es como cuan-do tú aprendes por experiencia.

AprAprAprAprAprender comender comender comender comender como niñoso niñoso niñoso niñoso niñosSi tú le dices a un niño pequeño: «Noacerques las manos al fuego, porquete vas a quemar», ¿qué hace él? Vay mete la mano, porque no basta consaberlo mentalmente. Pero, cuandopone la mano al fuego, aprende parasiempre. No necesita más lecciones;nunca más hará aquello.

Así tiene que ser con respecto a lasverdades fundamentales de la vidacristiana.

unidos a Cristo. Incluidos en él, he-mos muerto y resucitado, y estamossentados en los lugares celestiales.Y esa verdad de nuestra unión conCristo es lo que Pablo señala con laexpresión «en Cristo».

«En Cristo», significa unido a Cristo.Es una unión vasta e inclusiva, unaunión jurídica, legal, una unión or-gánica, real y espiritual, completa,con Cristo, forjada por Dios a travésde la obra de Cristo.

Eso tenemos que asumirlo con fe,fijando la mente en esa verdad, ypersistiendo allí, contra todo lo queexperimentemos en nuestra vida.Pero, aun con todo eso, cuando to-das estas verdades han sido afirma-das, tenemos ahora Romanos 7,

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Tenemos que ser como niños. Nohay otra forma de aprender nuestranecesidad radical del Espíritu Santo,sino de esta manera dolorosa. En-tonces, Dios hace lo que hizo conPablo, cuando lo dejó batallar conlos recursos de la carne.

Pablo era un hombre capaz, decidi-do, un hombre extraordinario. En-tonces, el trato de Dios con él tuvoque ser radical. Mientras tuviera es-peranza en su carne, nunca apren-dería a andar en el Espíritu. Diospermitió que fracasara una y otravez, hasta que llegó a un punto dedesesperación. Allí, entendió final-mente que no había esperanza al-guna en su carne. «¡Miserable demí!».

EEEEEsa carne "buena"sa carne "buena"sa carne "buena"sa carne "buena"sa carne "buena"No hablamos aquí, necesariamente,de la carne pecaminosa, sino de esacarne ‘buena’, las cosas ‘buenas’ quetú tienes. ¿No eres acaso una per-sona inteligente, con habilidades,una persona de carácter, decidida?Eso es la carne. Es todo eso que túcrees es tan bueno, y que traes alaltar de Dios y lo pones allí, dicien-do: «Señor, úsame».

¿Crees que al Señor le hace faltatodo aquello? Sin darte cuenta, leestás diciendo a él que use tu car-ne. Y ya sabes la respuesta: La carneno tiene ninguna utilidad para Dios.

Eso, Dios lo sabe; el problema es quetú y yo no lo sabemos. Somos comolos niños. Si Dios nos dice: «Tu car-ne no sirve; es peligrosa. Ten cuida-do», ¿qué respondemos? «No, no,no. No lo creo». ¿No es así? «La voya usar igual». Pero, cuando te que-mas, entonces empiezas a aprender.

HábiHábiHábiHábiHábitos arrtos arrtos arrtos arrtos arraigadosaigadosaigadosaigadosaigadosPablo fue aprendiendo esta verdad,hasta que llegó el día en que advir-tió que le faltaba la capacidad queviene del Espíritu. Si no es por el Es-píritu, todo lo que está en Cristo espara nosotros un concepto ideal, ynunca llega a ser real en nuestrasvidas, a menos que abandonemos laconfianza en la carne.

Hasta qué punto dependemos de lacarne, ni tú ni yo lo sabemos. Y nolo podemos saber, a menos que Diostrate con nosotros. Depender de loque ven tus ojos y oyen tus oídos,depender de la sabiduría que apren-des a través de tu cuerpo, de tussentidos, eso es depender de la car-ne. Todos somos así, desde niños.

Nunca supiste nada del Espíritu San-to ni de la vida que viene de Cristo.¿Cómo podrías aprender a vivir porella? En tu vida, se crearon hábitos,costumbres automatizadas. Pero,¿sabes lo que es el carácter? Lasuma de nuestros hábitos, la sumade todas nuestras conductas habi-

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tuales. Por eso es tan difícil tratar elcarácter, porque los hábitos estánarraigados en la carne. Y como tú nopuedes tratar con la carne, no tie-nes cómo modificar tu carácter.

El carácter no puede ser modifica-do. Por eso Pablo dice: «Pero veootra ley en mis miembros» (Rom.7:23). Hay hábitos implacables en micuerpo. El pecado es automático.«Así que, queriendo yo hacer el bien,hallo esta ley: que el mal está en mí»(7:21). Y no puedo luchar contra eso,porque, mientras más lucho, másfortalezco la carne.

La cruz: único rLa cruz: único rLa cruz: único rLa cruz: único rLa cruz: único remememememedioedioedioedioedioLa carne es intratable para nosotros.En términos prácticos, solo hay unoque puede tratar con ella. «Los queson de Cristo han crucificado la car-ne» (Gál. 5:24). De manera objeti-va, Dios ya trató con ella. La carnefue crucificada con Cristo; pero elúnico que puede hacer real esto ennuestra experiencia es el EspírituSanto. Necesitamos aprender a vi-vir bajo su unción.

El camino de Pablo llegó al fin cuan-do descubrió la maldad radical de sucarne. Al llegar a ese punto, comen-zó a conocer que hay otra fuente depoder, diferente a él mismo – el Es-píritu Santo, por quien todo lo quees de Cristo se hace real en la vidade Pablo, y en nuestras vidas.

No podemos vivir una vida cristianareal si solo conocemos la obra deCristo en los capítulos 3 a 6 de Ro-manos, y aun si vemos nuestro fra-caso en el capítulo 7. La vida cristia-na plena solo llega en el capítulo 8,con la obra del Espíritu Santo.

La vida del Señor JeLa vida del Señor JeLa vida del Señor JeLa vida del Señor JeLa vida del Señor JesússússússússúsNinguno de nosotros vivió de otramanera, excepto el Señor Jesucris-to. Él es el comienzo de una nuevahistoria, una nueva raza. Dios reco-menzó todo, ahora con un nuevoAdán: Cristo. Todo lo que se perdióen Adán, se recuperó en Cristo. Y nosolo fue recuperado lo que se per-dió en Adán, sino mucho más; aque-llo que Pablo llama «el misterio es-condido desde los siglos en Dios» (Ef.3:9). Todo eso fue añadido en Cris-to. Este es el hombre que Dios que-ría en el principio.

«Y aquel Verbo fue hecho carne»(Juan 1:14). Él asumió la naturalezahumana, despojándose de esa vidaque él vivía en la gloria con el Pa-dre. No se despojó de sus atributosdivinos, porque si lo hiciera, dejaríade ser Dios. Lo que él hizo fue ocul-tar sus atributos divinos, limitándo-se a sí mismo voluntariamente, paravivir una vida completamente huma-na.

El Verbo asumió la naturaleza huma-na, en espíritu, alma y cuerpo. Toda

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la raza humana cayó en Adán, peroDios, de esa misma raza, de María,tomó la naturaleza humana. Dios nocreó otra humanidad, sino que tomóla naturaleza humana antigua, la li-bertó del poder del pecado, y le dioesa naturaleza a su Verbo. Cristo te-nía una humanidad completa, comola nuestra, pero sin pecado. Desdeque él fue engendrado, su naturale-za humana estuvo unida a Dios, enespíritu.

Por primera vez, vemos al hombresegún el pensamiento de Dios, he-cho a imagen y semejanza de Dios:el Señor Jesucristo. Y en él, desde elprincipio, la naturaleza humana cre-ció y se desarrolló bajo el gobierno,el poder y la gracia del Espíritu San-to.

«Saldrá una vara del tronco de Isaí,y un vástago retoñará de sus raíces.Y reposará sobre él el Espíritu deJehová; espíritu de sabiduría y deinteligencia, espíritu de consejo y depoder, espíritu de conocimiento y detemor de Jehová» (Is. 11:1-2). Des-de el momento en que Jesús fueengendrado, el Espíritu Santo estu-

vo sobre él. Mientras él crecía en elvientre de su madre, todo estababajo el control del Espíritu. Su natu-raleza humana se desarrolló bajo launción del Espíritu.

DDDDDependiendo del Eependiendo del Eependiendo del Eependiendo del Eependiendo del Espírispírispírispírispíritttttuuuuu¿Cuántas cosas sabemos nosotros,que no hemos aprendido del Espíri-tu Santo? No podrás entender lapalabra de Dios, a menos que el Es-píritu te enseñe. ¿Hemos aprendi-do a depender del Espíritu para leerla palabra de Dios? ¿O todavía lohacemos en nuestra habilidad men-tal?

Jesús, siendo el más sabio de todoslos hombres, dependía del EspírituSanto, para conocer a Dios y su Pa-labra. Porque él sabía que los recur-sos de la carne son limitados, y losrecursos del Espíritu son infinitos.

¿Dependeremos de la carne o delEspíritu? Así como la carne crea há-bitos, cuando se aprende a depen-der del Espíritu, él crea hábitos; ydespués, confiar en el Espíritu, seráalgo automático. Tu voluntad se ha-bituará a depender de él.

Los almendros en florEn los países de la cuenca mediterránea, a veces los almendros flore-

cen temprano. Aunque aún es invierno, esta floración es una promesade la primavera. En hebreo, la palabra almendro significa «el árbol quevela». Dios empleó esta imagen del almendro para animar al profetaJeremías y anunciarle que Su palabra se cumpliría.

De la Web

16 AGUAS VIVAS

TEMA DE PORTADA

No basta conocer a Cristo como la verdad; necesita-mos conocerlo como la vida – la vida divina.

LibrLibrLibrLibrLibreeeees del engaños del engaños del engaños del engaños del engañoEl antónimo de verdad es mentira. Lo primeroque diremos es que la verdad nos hace libresdel engaño. Nos hace libres del engaño de lamentira y de las medias verdades. A veces, lamentira no se presenta en forma abierta, por-que sería muy evidente y provocaría rechazo,sino que se disfraza, se disimula, mostrándosecomo verdad a medias.

La verdad nos libra también del engaño de lasverdades subjetivas. «Esto es verdad para mí,aunque para ti no lo sea», como si cada uno tu-viese su propia verdad. Así mismo, la verdad noslibra de las verdades particulares y delrelativismo moderno.

En mi época de juventud, había una secta seudocristiana llamada «los niños de Dios». Ellos pre-dicaban una media verdad, diciendo: «Dios amaal pecador». Y a partir de esa premisa, decían:

Cristo,la verdad y la vida

...y conoceréis la verdad, y la verdad os harálibres".

– Juan 8:32.

Rubén Chacón

17AGUAS VIVAS

«Solo tenemos que ser pecadores,para que Dios nos ame». Eso pos-tulaban en su práctica; no teníanninguna regla que les regulara, ycada uno hacía lo que bien le pare-cía.

LibrLibrLibrLibrLibreeeees de la prs de la prs de la prs de la prs de la preeeeesunciónsunciónsunciónsunciónsunciónEn otro aspecto, la verdad nos libratambién de la presunción de creerque podemos guardar la enseñanzade nuestro Señor Jesucristo por no-sotros mismos. Necesitamos conurgencia tener clara la enseñanzadel Señor respecto a estas cosas.Pero es necesario saber que el meroconocimiento de sus enseñanzas nonos capacita de forma automáticapara vivirlas.El saber no me da la seguridad deno caer en pecado. Por lo tanto, asícomo podemos ser engañados porla mentira, también podemos serengañados por la presunción decreer que el hombre, en sus propiasfuerzas, puede guardar las enseñan-zas de Cristo.«Por cuanto los designios de la car-ne son enemistad contra Dios; por-que no se sujetan a la ley de Dios, nitampoco pueden; y los que vivensegún la carne no pueden agradar aDios» (Rom. 8:7-8). Todo lo que pro-cede de la mentalidad de la carne,está contra Dios; el hombre naturales esclavo del pecado. Los deseos de

la carne no se sujetan a la ley deDios, porque no pueden. «...y los queviven según la carne no puedenagradar a Dios». Aunque quisieran,no podrían agradar a Dios.

Así que, tenemos que ser libradosde la mentira en estos dos aspectos.No es solo cuestión de enseñar mo-ralidad o de enseñar valores; aun-que esto es necesario, no sería sufi-ciente. La palabra de Dios debe serenseñada; pero eso, por sí mismo,no garantiza que haremos aquelloque sabemos.

«Dijo entonces Jesús a los judíos quehabían creído en él: Si vosotrospermaneciereis en mi palabra, seréisverdaderamente mis discípulos; yconoceréis la verdad, y la verdad oshará libres» (Juan 8:31-32). ¿Cuál esla verdad, según el versículo 31? «Mipalabra». Es lo que él enseñó. Asíque, la verdad que nos hace libres,primeramente, es la verdad bíblicao verdad escritural.

La verdad es la palabra de Jesús;pero, también, es Cristo mismo. Laverdad es lo que él dijo, y lo que éles. Hay dos ámbitos de esta verdadque nos hace libres. Jesús no solomostró la verdad en su discurso, sinotambién con su propia vida. Él fueconsecuente con todo lo que ense-ñó. No solo necesitamos conocer sudoctrina, sino que lo necesitamos a

18 AGUAS VIVAS

él mismo, porque sin él no podemosser verdaderamente libres.

«Así que, si el Hijo os libertare, se-réis verdaderamente libres» (Juan8:36). Aquí, Cristo mismo es la ver-dad. Si escudriñamos las Escrituras,nos sacarán del engaño de la menti-ra. Y Cristo mismo, como la verdad,nos hará realmente libres, porquesolo en él y con él se puede vivir laverdad.

Cristo nos librCristo nos librCristo nos librCristo nos librCristo nos libra con su enseñan-a con su enseñan-a con su enseñan-a con su enseñan-a con su enseñan-zazazazazaVamos al tercer punto. Entonces,dado que Cristo es la verdad, ¿cómonos libra él? En primer lugar, con suenseñanza, que es verdad objetiva,absoluta y eterna. Veamos un ejem-plo.

«Y manifiestas son las obras de lacarne, que son: adulterio, fornica-ción, inmundicia, lascivia, idolatría,hechicerías, enemistades, pleitos,celos, iras, contiendas, disensiones,herejías, envidias, homicidios, borra-cheras, orgías, y cosas semejantesa estas; acerca de las cuales os amo-nesto, como ya os lo he dicho antes,que los que practican tales cosas noheredarán el reino de Dios» (Gál.5:19-21).

La lista podría extenderse más aún.Aquí se mencionan 17 cosas que sonobras de la carne, o sea, son lo que

manifiesta la naturaleza pecamino-sa que está en aquellos que son es-clavos del pecado.

A la luz de esto ¿podremos decir queel adulterio no es pecado? ¿A quiéncreeremos, a la sociedad, o a la en-señanza de nuestro Señor Jesucris-to? O te afirmas sobre la mentira, ote paras sobre la verdad.Necesitamos tomar una decisión, detal manera que, si yo caigo en algu-na de estas cosas, no puedo justifi-carme diciendo: «Bueno, pero estoes lo que hacen todos, esto es lo quela sociedad dice hoy en día que estáen discusión». Debo reconocer quelo malo es malo, que el pecado especado. No puedo cambiar la verdadpor la mentira.

Aquello que para Dios es pecado,para nosotros también debe serlo.Por supuesto, hay perdón para lospecados; pero, para que lo haya,debe haber convicción de pecado.No podemos recibir el perdón delSeñor y ser limpios del pecado, si lla-mamos bueno a lo malo.Si alguien tiene la verdad en el uni-verso, no puede ser otro que Dios,el Creador de todas las cosas. Si nole crees a Dios ¿a quién le creerás?Si no es Dios quien merece tu con-fianza, tu fe y tu credibilidad ¿aquién le vas a creer? ¿A los filóso-fos, a los sociólogos, a los psicólo-

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gos? No puede haber alguien quebrinde mayor confianza que el Crea-dor de los cielos y de la tierra.

Cristo nos librCristo nos librCristo nos librCristo nos librCristo nos libra con su vidaa con su vidaa con su vidaa con su vidaa con su vidaVolvamos al punto. Jesucristo nos li-bra con su enseñanza. Y, en segun-do término, él nos libra impartién-donos su vida divina, que es la úni-ca vida que puede guardar su ense-ñanza.

Jesús vivió, de manera natural, lasenseñanzas sobrenaturales del cie-lo. En los días de su carne, él vivió lavida humana por medio de la vidadivina que había en él. Y nosotrosno tenemos otra posibilidad, si que-remos guardar sus enseñanzas, quevivir por medio de la vida divina.

Nuestro problema no es tanto el dis-cernir lo que es bueno y lo que esmalo, sino que, aun cuando sabe-mos la verdad, no hemos podidovivirla; porque la carne no se sujetaa la ley de Dios, ni puede (Rom. 8:7).Si intentamos vivir la vida cristianaen nuestras propias fuerzas, esta-mos destinados al más rotundo fra-caso. Pablo pasó por eso. Romanos7 está escrito por esta razón.

Las verdades escriturales sonconnaturales a la vida divina. Si va-mos a vivir por la vida divina queestá en nosotros, entonces descubri-remos que las verdades bíblicas son

afines con ella. Pero, si intentamosvivir las enseñanzas de Cristo en lacarne, recuerden que la mentalidadde la carne es enemiga de Dios.

«Porque los que son de la carne pien-san en las cosas de la carne; perolos que son del Espíritu, en las cosasdel Espíritu» (Rom. 8:5). Pablo nodice: «Los que son de la carne, es-fuércense en pensar en las cosas delEspíritu». Eso no tiene ningún sen-tido. Los que son de la carne, demanera espontánea, piensan en lascosas de la carne. De la misma ma-nera, los que son del Espíritu, demanera natural, piensan en las co-sas del Espíritu. Lo que tenemos quedefinir es: ¿Somos de la carne o so-mos del Espíritu? Dime lo que eres,y yo te diré en qué pensarás.

Nuestro mayor problema es la faltade vida; no porque no la tengamos,pues tenemos a Cristo, sino porqueno hemos aprendido a vivir por me-dio de esa vida. No basta saber laverdad; necesitamos la vida de Cris-to para vivir la verdad.

La vida divina en nosotLa vida divina en nosotLa vida divina en nosotLa vida divina en nosotLa vida divina en nosotrrrrrososososos«Y éste es el testimonio: que Dios nosha dado vida eterna; y esta vida estáen su Hijo. El que tiene al Hijo, tienela vida; el que no tiene al Hijo de Diosno tiene la vida» (1a Juan 5:11-12).No basta conocer a Cristo como la

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verdad; necesitamos conocerlocomo la vida – la vida divina.

«¡Miserable de mí! ¿Quién me libra-rá de este cuerpo de muerte? Gra-cias doy a Dios, por Jesucristo Señornuestro. Así que, yo mismo con lamente sirvo a la ley de Dios, mas conla carne a la ley del pecado» (Rom.7:24-25).

1. Cristo es la vida cuando él moraen nosotros

No solo es Cristo, sino Cristo vivien-do en nosotros. «Con Cristo estoyjuntamente crucificado, y ya no vivoyo, mas vive Cristo en mí» (Gálatas2:20). Este es un texto fundamen-tal. Para que Cristo viva en mí, hayuna cosa previa: «Ya no vivo yo».

En los días de su carne, JeEn los días de su carne, JeEn los días de su carne, JeEn los días de su carne, JeEn los días de su carne, Jesús vivió lasús vivió lasús vivió lasús vivió lasús vivió lavida humana pvida humana pvida humana pvida humana pvida humana por mor mor mor mor medio de la vida divinaedio de la vida divinaedio de la vida divinaedio de la vida divinaedio de la vida divina

que había en él.que había en él.que había en él.que había en él.que había en él.Pablo relata aquí su propia experien-cia. Un «cuerpo de muerte», un cuer-po muerto, no puede hacer nada.Ante las demandas de Dios, somosincapaces de guardar, por nosotrosmismos, la doctrina de Cristo. Pablo,habiendo renacido, queriendo agra-dar a Dios, descubrió que no podía.

«¿Quién me librará?». Cristo, comola verdad, nos liberta. Pero ahoraPablo necesita conocer a Cristocomo la vida, para ser completa-mente libre.

¿Quién me librará de este cuerpoque no puede hacer la voluntad deDios? La respuesta está en el versí-culo 25: «Gracias doy a Dios, porJesucristo Señor nuestro». Cristo esla vida que necesitamos para poderandar en los caminos del Señor.

¿Cómo encontró Pablo la liberaciónde este cuerpo mortal? Él dijo: «...ylo que ahora vivo en la carne, lo vivoen la fe del Hijo de Dios, el cual meamó y se entregó a sí mismo pormí». O sea, lo vivo en la fe de que éles quien vive en mí. Que el Señorviva su vida en nosotros.2. Es Cristo en nosotros, pero Cristoen nosotros por el Espíritu SantoGracias a la persona del Espíritu San-to, Cristo mora en nosotros. Ese esel nexo. Así que, cómo no estar agra-decidos del Espíritu de Dios, si esgracias a él que Cristo mora en no-sotros.Juan 14:23 dice: «Respondió Jesús yle dijo: El que me ama, mi palabraguardará; y mi Padre le amará, yvendremos a él, y haremos mora-

21AGUAS VIVAS

da con él». Es decir: «Yo y mi Padrevendremos a él, y haremos moradacon él». En el contexto, Jesús esta-ba hablando de la venida del Espíri-tu Santo. Cuando el Espíritu Santovino a morar en nosotros, en él, tam-bién, el Hijo vino a morar en la igle-sia, y en el Hijo, vino a morar el Pa-dre.¿A quién da gracias Pablo en Roma-nos 7:25? ¿Dónde halló la liberaciónpara su cuerpo de muerte? En Cris-to. Pero ahora, en el versículo 8:2,dice: «Porque la ley del Espíritu devida en Cristo Jesús me ha libradode la ley del pecado y de la muer-te». Para vencer una ley, se necesitaotra ley; en este caso, una ley supe-rior a la ley del pecado y de la muer-te – la ley del Espíritu de vida en Cris-to Jesús.Si yo lanzo una piedra, inmediata-mente la ley de gravedad la hacecaer. Pero, a diferencia de la piedra,los pajarillos pueden volar, y pareceque para ellos no rige la ley de gra-vedad. ¿Por qué? Porque a ellos losestá rigiendo otra ley, como a noso-tros, la ley de la vida, y esa ley essuperior a la ley de gravedad.«Porque si vivís conforme a la car-ne, moriréis; mas si por el Espírituhacéis morir las obras de la carne,viviréis. Porque todos los que songuiados por el Espíritu de Dios, és-tos son hijos de Dios» (Rom. 8:13-

14). Necesariamente, tenemos queconsiderar al Espíritu Santo.

Cristo mora en nosotros por la fe;pero ello ocurre «por medio del Es-píritu Santo». Yo tengo que vivir enla fe del Hijo de Dios, creyendo queél es quien vive en mí; pero no solopor la fe, sino también mediante elEspíritu.

Y, ¿cuál es la relación entre la fe y elEspíritu? La fe crea el ambiente ne-cesario para que el Espíritu Santo,la ley del Espíritu de vida, actúe ennosotros. Tenemos al Espíritu Santomorando en nosotros y, por mediode él, tenemos morando en noso-tros al Padre y al Hijo.

3. Siempre llenos del Espíritu

Pero necesitamos agregar algo más:es Cristo en nosotros, por el Espíri-tu... siempre y cuando vivamos lle-nos del Espíritu Santo.

Podríamos decir: Sin Cristo, es im-posible vivir la vida cristiana. Y esta-ría correcto. O decir: Sin el EspírituSanto, es imposible vivir la vida cris-tiana. Y también estaría correcto. Ytambién sería correcto decir: SinCristo, y sin el Espíritu Santo, es im-posible vivir la vida cristiana.

Pero, más aún: Sin la llenura del Es-píritu Santo es imposible vivir la vidacristiana. Para vivir llenos de Cristo,debemos necesariamente vivir lle-

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nos del Espíritu. No podemos pre-tender llenarnos de Cristo, sin en-tender que, para ello, debemos lle-narnos del Espíritu.

Aquí hay algo muy fino, pero muyimportante. El propósito de Dios esque todo se llene de Cristo. Sin em-bargo, no se puede estar lleno deCristo sin estar lleno del Espíritu.

La Escritura dice que el Espíritu San-to en nosotros es un sello, que eslas arras de nuestra herencia, que esla unción, que es un don, que es lasprimicias, que es un bautismo. Ydice que es una llenura.

¿Cuál es la figura de la llenura? Escomo tomar un jarro con agua, y lle-nar un vaso. O sea, si tú eres el vaso,debes ser llenado por completo. Haymuchas otras figuras que describenel variado significado espiritual de lamorada del Espíritu Santo en noso-tros. Ahora, lo interesante de estafigura es que ella es la única de to-das que tiene mandamiento.

Un mandamiento y un caminoUn mandamiento y un caminoUn mandamiento y un caminoUn mandamiento y un caminoUn mandamiento y un caminopráctpráctpráctpráctprácticoicoicoicoico«No os embriaguéis con vino, en locual hay disolución; antes bien sedllenos del Espíritu» (Ef. 5:18). La ex-presión «sed llenos» está en impe-rativo. Es un mandato dirigido a loshijos de Dios. Los creyentes de laiglesia en Éfeso tenían el Espíritu. El

sentido de la frase, entonces, es queellos debían continuar siendo llenos,que no debían dejar de vivir llenosdel Espíritu.

Para hacerlo práctico, sigamos le-yendo: «...hablando entre vosotroscon salmos, con himnos y cánticosespirituales, cantando y alabando alSeñor en vuestros corazones; dandosiempre gracias por todo al Dios yPadre, en el nombre de nuestro Se-ñor Jesucristo» (v. 19-20).

Pareciera que aquí se describe laexperiencia de una persona que estállena del Espíritu Santo. Se muestranlas evidencias de la llenura con elEspíritu. Así, su vida será un canto yuna alabanza al Señor; será una per-sona que dará gracias al Padre portodo. Estos serían, por decir así, losfrutos de vida que tiene una perso-na llena del Espíritu.

Sin embargo, también podríamosinterpretar los versículos 19 y 20 deotra forma, sin negar que la anteriorsea verdadera. Estos textos podríandescribir el cómo ser llenos del Es-píritu. Si Pablo ha dicho: «Sed llenosdel Espíritu», pudiera ser que nosesté diciendo cómo se alcanza esallenura.

Entonces, aquí hay cuatro verbosque enuncian todo lo que debemoshacer si queremos ser llenos del Es-píritu.

23AGUAS VIVAS

El primero es hablando; el segundo,cantando; el tercero, alabando, y elcuarto, dando gracias. Este es uncamino práctico. Si, para vivir llenosde Cristo, necesitamos vivir llenosdel Espíritu, sería bueno tomarcomo una práctica de vida estas cua-tro acciones.

Primero: «hablando». Nosotros sa-bemos hablar. Pero, para ser llenosdel Espíritu no es cosa de saber ha-blar, sino de qué vamos a hablar.¿Cómo ha de ser nuestro hablar?¿Qué quiere decir: «hablando entrevosotros con salmos, con himnos ycánticos espirituales»? Creo que loque Pablo está diciendo es que tuhablar sea conforme al contenido deaquello que cantas.

Si queremos ser llenos del EspírituSanto, tendremos que cuidar nues-tras palabras. No cualquier hablarfacilita la llenura del Espíritu, sino elhablar de acuerdo a los salmos, him-nos y cánticos espirituales.

En segundo lugar, cantando. Todosnosotros cantamos, pero aquí no setrata de cualquier canto. Dice: «can-tando al Señor en vuestros corazo-nes». Cuando cantamos al Señor consentimiento, con afecto, amándolocon el corazón, ese cántico nos lle-nará del Espíritu.

Luego, «alabando al Señor». Alabares poner en alto a una persona, ha-

blar bien de ella. En la iglesia, lo ha-cemos. Pero debemos practicar estoafuera, si queremos vivir llenos delEspíritu. Tendremos que cuidarnuestro hablar, cuidar lo que canta-mos y alabar al Señor.

En el caos del mundo, se ha desplo-mado la imagen de los políticos, delos empresarios y de los religiosos.¿No es un precioso momento paralevantar el nombre de Cristo? Solohay uno digno de ser creído, en elcual se puede confiar. Es tiempooportuno para que los hijos de Diosalcemos la voz y hablemos bien delúnico del cual se puede hablar bien– nuestro Señor Jesucristo.

Y, cuarto, dice: «Dando siempre gra-cias por todo al Dios y Padre, en elnombre de nuestro Señor Jesucris-to». Noten el aspecto trinitario. Hayque llenarse del Espíritu, hay quecantar al Señor (refiriéndose al Se-ñor Jesucristo), y dar gracias al Pa-dre.

«Dando siempre gracias por todo».¿Damos gracias por todo, o solo porlo bueno? Tenemos un Padre bue-no, que nos guarda y nos cuida; y, sialgo permite él que nos ocurra, serápara nuestro bien, porque «a los queaman a Dios, todas las cosas les ayu-dan a bien» (Rom. 8:28).

Entonces, si tú crees que estás bajola providencia del Padre, bajo su so-

24 AGUAS VIVAS

beranía y su amor, confíate plena-mente a él, en las cosas buenas y enlas malas, y dale gracias por todo.

Aquí hay un camino práctico para serllenos del Espíritu. Cuidando nues-tro hablar, cuidando lo que canta-mos, cuidando a quién alabamos, ysiendo agradecidos.

El fruEl fruEl fruEl fruEl fruto del Eto del Eto del Eto del Eto del EspírispírispírispírispíritttttuuuuuPara terminar, es Cristo en nosotros,por el Espíritu Santo, del cual debe-mos vivir llenos. Y agregamos esteúltimo aspecto, cuyo fruto principal,cuando se vive lleno del Espíritu, esque él enciende nuestra vida deamor por Cristo. Porque el Espírituha venido a glorificar a Cristo, a dartestimonio de él, a hacer que Cristoy su vida sean reales en nosotros.

«Para mí el vivir es Cristo» (Flp.1:21). Esta es una declaración llenade realidad. Pablo era un apasiona-do, un enamorado de Cristo. Y loamaba, gracias a que él estaba llenodel Espíritu Santo. El Espíritu Santo

producirá ese fruto, porque «el fru-to del Espíritu es amor» (Gál. 5:22).Es amor por todos, pero, primera-mente, por el Señor Jesucristo.

¿Es posible vivir enamorados deCristo? Sí. Si esta es nuestra expe-riencia, entonces la vida del Señorprevalecerá.

Esto no garantizará que, eventual-mente, caigamos en pecados; perosí asegurará que nada será mayor ymás fuerte que el amor de Cristo. Sivivimos apasionados por él, no po-dremos zafarnos jamás de su verdady su amor.

La vida divina es Cristo en nosotros,por el Espíritu Santo, del cual debe-mos vivir llenos y cuyo fruto princi-pal es el amor a Cristo.

«La gracia sea con todos los queaman a nuestro Señor Jesucristo conamor inalterable» (Ef. 6:24). ¡Quéprecioso! Este amor, que nunca dejade ser, solo puede ser fruto de laobra del Espíritu en nosotros. Amén.

Dos evangeliosEl evangelio moderno dice: «Dios te ama y tiene un maravilloso plan

para tu vida. Por lo tanto, sigue estos pasos y serás salvo». Mientrastanto, el evangelio bíblico dice: «Eres enemigo de Dios, estás muertoen tus pecados y en tu actual estado de rebelión; ni siquiera puedesver que necesitas vida y mucho menos revivirte a ti mismo. Por lo tan-to, dependes de manera radical de Dios para que haga algo en tu vidaque nunca podrás hacer». El primero vende libros y atrae multitudes.El último salva almas. ¿Cuál es más importante?

David Platt, Radical

25AGUAS VIVAS

TEMA DE PORTADA

Hablando de manera simple, hay una diferen-cia que es necesario establecer primero: músi-ca, alabanza y adoración, son tres cosas. Vamosa comenzar desde la última, la adoración.

Una rUna rUna rUna rUna realidad eealidad eealidad eealidad eealidad espirispirispirispirispiritttttualualualualual¿Qué es la adoración? Es una realidad espiritual.Si nosotros no entristecemos al Espíritu Santo,si él ha sido honrado en nuestras vidas, enton-ces, mantenemos ese espíritu de comunión conDios. Dios es Espíritu, y sus adoradores le ado-ran en espíritu. Dios creó en nosotros un órga-no, nuestro espíritu, para que tengamos comu-nión con él. Y eso incluye la adoración.

Música, alabanza y adoración

La alabanza proviene de un espíritude adoración, y tiene una expresiónverbal, que no siempre es el cántico.

Romeu Bornelli

Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espí-ritu y en verdad es necesario que adoren ...Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por me-dio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fru-to de labios que confiesan su nombre ... ha-blando entre vosotros con salmos, con him-nos y cánticos espirituales, cantando y ala-bando al Señor en vuestros corazones”.

– Jn. 4:24; Heb. 13:15; Ef. 5:19.

26 AGUAS VIVAS

La adoración es un asunto espiritual.Veinticuatro horas al día, depen-diendo de nuestra relación con elSeñor, podemos decir que debemosvivir en un espíritu de adoración, asícomo debemos vivir en el Lugar San-tísimo, en la presencia del Señor.

La adoración no depende de la mú-sica, ni de expresiones verbales. Po-demos adorar al Señor en silencio,absolutamente quietos, porque esuna relación espiritual con Dios.Dios, por su Espíritu, encuentra re-poso en nuestros corazones. ¡Quécosa maravillosa es la adoración! Laintención de Dios es hallar reposo enla iglesia. Y, ¿en qué sentido él hallareposo? En su satisfacción en nuestrasvidas. Y eso es la adoración.

AlabAlabAlabAlabAlabanzaanzaanzaanzaanzaAhora, hablemos de la alabanza.«Ofrezcamos siempre… sacrificio dealabanza» (Heb. 13:15). La alaban-za proviene de un espíritu de ado-ración, y tiene una expresión verbal,que no siempre es el cántico. Cuan-do nosotros declaramos: «Jesucris-to es nuestra paz; él es nuestro Se-ñor», eso es alabanza, es «fruto delabios que confiesan su nombre».

La músicaLa músicaLa músicaLa músicaLa músicaY luego está la música. Y ahora te-nemos un problema, porque, cuan-do vamos a Génesis 4, vemos cómo

empezó la música. Tengamos cuida-do aquí; no tenemos en absolutonada contra la música, sino contrala prioridad de las cosas. En los cie-los, hay una música eterna, peroveamos la historia sobre la tierra.

¿Cómo empezó la música en la tie-rra? Cuando Caín fue expulsado dela presencia del Señor (Gén. 4:17),él fue a habitar a la tierra llamadaNod. Allí, Caín edificó una ciudad.Ese no era el proyecto de Dios. PeroCaín construyó aquella ciudad, por-que él perdió la seguridad. Y le dio aaquella ciudad el nombre de su hijoEnoc. Éste no es el Enoc que andu-vo con Dios, sino Enoc hijo de Caín.

«Y a Enoc le nació Irad, e Irad en-gendró a Mehujael, y Mehujael en-gendró a Metusael, y Metusael en-gendró a Lamec» (Gén. 4:18). Lameces el séptimo después de Adán enel linaje de Caín, y representa la cimade la impiedad.«Y Lamec tomó para sí dos mujeres;el nombre de la una fue Ada, y elnombre de la otra, Zila. Y Ada dio aluz a Jabal, el cual fue padre de losque habitan en tiendas y crían ga-nados. Y el nombre de su hermanofue Jubal, el cual fue padre de todoslos que tocan arpa y flauta. Y Zilatambién dio a luz a Tubal-caín, artí-fice de toda obra de bronce y de hie-rro» (v. 19-22).

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Los tres hijos de Lamec hablan detres formas de provisión para sí mis-mos. El primero, Jabal, es «padre delos que habitan en tiendas y críanganados», proveyendo para su pro-pio sustento (autopreservación).

Jubal fue «padre de todos los quetocan arpa y flauta». Cuando esageneración fue expulsada de la pre-sencia del Señor, perdió el gozo dela presencia del Señor. Entoncescrearon instrumentos musicales,para su autosatisfacción.

Y Tubal-caín se preocupó de los ins-trumentos de bronce y de hierro, nosolo como algo necesario para suvida, sino como armas para su pro-pia protección. Aquí vemos auto-preservación, autosatisfacción y au-todefensa. Todo lo que Dios habíasido antes para ellos, ahora ellos locrearon por sí mismos.

Un peligrUn peligrUn peligrUn peligrUn peligroooooEse es el peligro de la música. Lamúsica, en sí misma, tiene capaci-dad de involucrar el corazón, agitarel alma, y aun apagar la voz del Es-píritu.

No es difícil descubrirlo. Basta mi-rar lo que la música hace con el mun-do y, en forma lamentable, lo que lamúsica, en sí, ha sido en la cristian-dad. Entonces, necesitamos ser muycuidadosos al respecto.

Imaginen que tenemos un problemaen casa, con nuestra esposa o connuestros hijos. El Espíritu Santo ha-bla a nuestro corazón, pero de algu-na forma lo resistimos, y vamos a lareunión de la iglesia. Nos sentamos,y la música empieza a sonar. Nues-tra alma empieza a ser agitada, y esfácil confundir el hablar de Dios, conesa agitación del alma. Nos emocio-namos, y vivimos un momento muyespecial. Sin embargo, al volver acasa, somos incapaces de trataraquel asunto. Esa es una prueba deque fuimos tocados en nuestra almay no en nuestro espíritu.

¡Cuántas veces ocurre eso! ¿No esasí? Porque, si nuestro espíritu fue-se tocado, nos arrepentiríamos ybuscaríamos el perdón del Señor yel perdón de los demás. Este ejem-plo práctico muestra la diferenciaentre alma y espíritu. Lo que es es-piritual es tan diferente de lo que esdel alma.

El alma: vehículo del eEl alma: vehículo del eEl alma: vehículo del eEl alma: vehículo del eEl alma: vehículo del espírispírispírispírispíritttttuuuuuPor otro lado, el alma fue creadapara ser el vehículo del espíritu;pero, a causa del pecado, cuandohay esa unión entre el alma y el pe-cado (Génesis 3), alma + pecado =carne. Eso es lo que la Biblia llamala carne; vivir según la carne es vivirbasados en un alma contaminadapor el pecado. El alma perdió la ca-

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La adorLa adorLa adorLa adorLa adoración eación eación eación eación es un camino es un camino es un camino es un camino es un camino espirispirispirispirispiritttttual, un ca-ual, un ca-ual, un ca-ual, un ca-ual, un ca-mino subjetmino subjetmino subjetmino subjetmino subjetivivivivivo, y tenemo, y tenemo, y tenemo, y tenemo, y tenemos que aos que aos que aos que aos que avvvvvanzar en él.anzar en él.anzar en él.anzar en él.anzar en él.

pacidad de seguir la conducción delespíritu.Dios creó al hombre con espíritu,alma y cuerpo, para que funciona-ran en este orden. Nuestro gran de-safío como cristianos es aprender aser guiados por el Espíritu. Si nues-tro espíritu no funciona, nuestraalma tiene toda la capacidad de fun-cionar por sí misma. Si no compren-demos esto, nos volvemos muy vul-nerables, y esa es nuestra preocu-pación con respecto a la música.

Ahora, cuando tomamos el punto devista correcto, sin duda, la músicapuede ser algo maravilloso, una ex-presión adecuada de aquello queestá en nuestro espíritu, lo que Cris-to es para nosotros, en nuestras re-uniones; pero ella siempre debe es-tar en segundo plano.

Seamos honestos y prácticos. En lareunión de iglesia, cuando los músi-cos y sus instrumentos están adelan-

sas me son lícitas, mas no todas con-vienen...» (1a Cor. 6:12).

Un camino eUn camino eUn camino eUn camino eUn camino espirispirispirispirispiritttttualualualualualLa adoración es un camino espiri-tual, un camino subjetivo, y tenemosque avanzar en él, desde el atrio, alLugar Santo y al Santísimo. La ado-ración se inicia en el atrio. Veamoseso.

A veces, cuando llegamos a una re-unión, tenemos nuestros pies conpolvo. El problema no es el pecado,sino el peso. «Despojémonos detodo peso y del pecado que nos ase-dia» (Heb. 12:1). Venimos del hogaro del trabajo, y nuestra mente estáagitada, pensando tantas cosas, queno tenemos capacidad de adorar.

Es claro, necesitamos mirar al Señor.Cuando Jesús lavó los pies a sus dis-cípulos, él les dijo: «El que está la-vado, no necesita sino lavarse lospies, pues está todo limpio; y voso-

te, en una plataforma alta, ellos es-tán expuestos a la atención, a la ob-servación de todos. Y ese es un granpeligro. No significa que esto, en símismo, está errado. Pocas cosas sonerradas en sí mismas. «Todas las co-

tros limpios estáis…» (Juan 13:10).Entrando en el atrio, está el altar debronce: Cristo, la ofrenda por nues-tros pecados. Nos apropiamos deeso, y luego está la fuente de bron-ce, «el lavamiento del agua por la

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palabra». Entonces, el Señor, por suEspíritu, nos lava los pies, y la comu-nión en el Espíritu es posible.

Un pUn pUn pUn pUn paso másaso másaso másaso másaso más¿Qué más es necesario experimen-tar? El Lugar Santo. Un paso más. Allíhay un candelero. No hay luz del sol,carecemos de la luz natural, no ob-servamos el mover natural. No im-porta quién está tocando aquí o allá,no importa si hay o no hay instru-mentos. La única luz en el Lugar San-to es la luz del candelero. Entonces,es posible dar un paso más en la ado-ración, enfocando al Señor mismo.Pero hay que dar un último paso, yentrar al Lugar Santísimo. El SeñorJesús ya está allí, detrás del velo, ynosotros estamos con él. Pero, en laexperiencia, necesitamos pasar poresa etapa. En el Lugar Santísimo nohay ninguna luz. Es un cuarto peque-ño, completamente oscuro. Recor-demos Isaías 50:10. «El que anda entinieblas y carece de luz, confíe enel nombre de Jehová, y apóyese ensu Dios». El Señor Jesús es el Siervoque anduvo en las tinieblas, sin luzninguna, y aun así, confió en el nom-bre del Señor.En el Lugar Santísimo están las ta-blas de la Ley, que nos hablan de lapalabra de Dios; también hay allí unavasija con maná, que habla de Cris-to mismo como el pan de vida, y

también la vara de Aarón, que flo-reció, y que habla del poder de laresurrección. Pero ninguna de ellasestá expuesta a la vista; están ocul-tas. Entonces, la adoración en el Lu-gar Santísimo es cuando Dios mis-mo es todo para nosotros. En él te-nemos nuestro maná; en él tenemosel poder de la resurrección y en éltenemos la palabra de Dios.

Una rUna rUna rUna rUna reunión normaleunión normaleunión normaleunión normaleunión normalNecesitamos andar el camino de laadoración. «Si, pues, toda la iglesiase reúne en un solo lugar, y todoshablan en lenguas, y entran indoc-tos o incrédulos, ¿no dirán que es-táis locos? Pero si todos profetizan,y entra algún incrédulo o indocto,por todos es convencido, por todoses juzgado; lo oculto de su corazónse hace manifiesto; y así, postrán-dose sobre el rostro, adorará a Dios,declarando que verdaderamenteDios está entre vosotros» (1ª Cor.14:23-25).

¿No es maravilloso? Esta es una re-unión normal de la iglesia. ¿Está ocu-rriendo así con nosotros? La reuniónde iglesia se basa en el hecho de queDios está presente, pero eso no ocu-rre de manera automática. Necesi-tamos recorrer ese camino. Estadebe ser una experiencia corporati-va. Pero, con frecuencia, somos to-cados en nuestras emociones, en

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nuestra alma, pero muy poco en elespíritu.

Otro ejemplo práctico. En muchoslugares, cuando la iglesia canta, losmúsicos parecen ser los más toca-dos. Vemos un grupo de fervientesadoradores, pero solo externamen-te. Cuando termina ese periodo, lacongregación se sienta, empieza aser ministrada la palabra, y, ¿quéhacen los músicos? A menudo, sa-len a andar por los pasillos, o van atomar un café, y no vuelven. Enton-ces, aquello no era adoración en elEspíritu, porque, si lo fuera, la pala-bra de Dios sería honrada.

AdorAdorAdorAdorAdoración corpación corpación corpación corpación corporororororatatatatativivivivivaaaaaEl último punto es la adoración cor-porativa. Claro, ella fluye en cadacreyente; el Señor quiere hallar unadorador, un espíritu limpio, en ti yen mí. Sin embargo, la adoración escorporativa, y debemos avanzar enesa experiencia, aprendiendo a re-conocer la conducción del EspírituSanto. En primer lugar, tenemos queaprender a oír al Espíritu Santo, yluego entrar en ese tiempo de ado-ración, juntos.

Si hay dos o tres hermanos que ten-gan una carga específica, ellos ini-cian el camino, pero cada hermanodebería tener libertad. Esto es algoque debe ser aprendido, para poderdecir: «Hermanos, adoremos con

este cántico». Luego, la música pue-de cesar, pero seguimos adorando.La música no es imprescindible. Tododepende de nuestra sensibilidad ala guía del Espíritu. Él es el Espíritude adoración; entonces, si somoscapaces de seguir su conducción,experimentaremos algo maravilloso.El Señor ya está en nosotros, peroél quiere darnos esa experienciaviva. Recuerden 2ª Corintios 6:16:«Habitaré y andaré entre ellos, yseré su Dios, y ellos serán mi pue-blo». Cada vez que nos reunimos yadoramos al Señor, él se pone enmedio de nosotros; entonces perci-bimos su presencia y le adoramos.Experimentar esto en la práctica, esun desafío.El camino no es fácil, porque a ve-ces se levanta alguien diciendo:«Adoremos de esta forma; cante-mos este cántico», y aquello se es-capa de la conducción del Espíritu.Y al terminar la reunión, es necesa-rio acercarse al hermano y mostrar-le su error. No es una obra fácil, perotiene su recompensa: adorar al Se-ñor de manera serena, enfocada,guiados por el Espíritu Santo.Que el Señor nos ayude. Que él ten-ga libertad de cambiar lo que seanecesario, en lo interior o en lo ex-terior, para que prosigamos hastaver Su presencia de manera clara, enmedio de los santos. Amén.

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TEMA DE PORTADA

En el escenario futuro de la iglesia, hay un acon-tecimiento ansiado por los creyentes: aquelmomento en el cual ella verá realizado su anhe-lo de encontrarse definitivamente con su ama-do Señor. Es el rapto o arrebatamiento, el en-cuentro del Señor con la iglesia.

El amEl amEl amEl amEl amor, la bor, la bor, la bor, la bor, la base de todoase de todoase de todoase de todoase de todoEste es un hito en la historia humana. En el últi-mo siglo, las interpretaciones de los sucesosescatológicos han generado discusiones, des-viando con ello la atención de lo fundamental,hacia la forma y el tiempo en el cual ocurrirá.Deseando tener una mayor comprensión, se haperdido el sentido más profundo de este en-cuentro de amor entre Cristo y la iglesia.

Un arrebatode amor

El Señor Jesucristo, en su venida,tomará una esposa santa para sí.

Marcelo Díaz

Porque el Señor mismo con voz de mando, convoz de arcángel, y con trompeta de Dios, des-cenderá del cielo; y los muertos en Cristo resu-citarán primero. Luego nosotros los que vivi-mos, los que hayamos quedado, seremos arre-batados juntamente con ellos en las nubes pararecibir al Señor en el aire, y así estaremos siem-pre con el Señor".

– 1a Tes. 4:16-17.

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La iglesia es levantada, atraída parareunirse con su Señor. Ni el mejorfilme podría expresar lo que seráeste evento. La plenitud de gozo seráel sentimiento predominante, simi-lar a un encuentro añorado de dospersonas que se aman. En verdad,es el encuentro de dos amores.

En la experiencia humana, podemosimaginar pálidamente aquel gozo.Los novios, al fin, estarán unidospara siempre. En ese momento, laeternidad será un instante absorbi-do por el amor. El Novio viene her-moso y radiante. Ella, ataviada, leanhela expectante. En un instante,el amor la arrebatará a una unióneterna. Al fin, Cristo y la iglesia se-rán uno para siempre. ¡Aleluya!

El EEl EEl EEl EEl Espírispírispírispírispíritttttu Santo y la noviau Santo y la noviau Santo y la noviau Santo y la noviau Santo y la noviaSin embargo, el Señor vendrá poruna novia «sin mancha, ni arruga,ni cosa semejante» (Ef. 5:27), unanovia que ha dedicado tiempo aembellecerse para él. Dios ha pro-visto todas las condiciones para queeste sea un evento único. Por ello,el Espíritu Santo ha comprometidosu asistencia permanente.

El criado ejemplarEl criado ejemplarEl criado ejemplarEl criado ejemplarEl criado ejemplarExisten en el Antiguo Testamento al-gunas figuras de la acción del Espíri-tu Santo sobre la iglesia. En Génesiscapítulo 24, tenemos la historia del

momento en que Abraham buscamujer para su hijo Isaac, figura delPadre que busca esposa para Jesu-cristo su Hijo.

Es sorprendente ver que la repre-sentación para mostrarnos el servi-cio del Espíritu Santo en compromi-so con los propósitos de Dios, sea uncriado. El criado de Abraham fueencomendado bajo juramento a en-contrar esposa para Isaac. ¿Quéaprendemos en esta figura respec-to del Espíritu Santo?La lealtad al propósitoEl criado de Abraham era quien go-bernaba sobre todo, y además elmás viejo, con mayor experiencia.Sin duda, él era quien mejor inter-pretaba los deseos de Abraham. Porello, le encargó esa trascendente mi-sión, vinculada a la promesa quehabía recibido de Dios mismo.El Espíritu Santo conoce los más pro-fundos pensamientos de Dios y co-noce el interior del hombre (1a Cor.2:11). Por ello, en lealtad al eternoconsejo de Dios, él direcciona la vo-luntad divina en la iglesia, a travésde una experiencia personal concada creyente. La intención final delEspíritu en nosotros es llevarnossiempre a Cristo. Cualquier otro ob-jetivo es incompatible con el sentirde Dios. El Padre ha encargado estamisión al más fiel «criado», el cual

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no se apartará ni un ápice de su vo-luntad en nosotros, por lo cual po-demos confiar plenamente en él.Diligencia en el servicioEl criado salió acompañado de sier-vos y diez camellos porque el viajesería largo. El propósito da sentidoy urgencia al servicio. Vemos a tra-vés del relato que el criado no de-seaba descansar hasta ver cumplidasu misión. De igual manera, el Espí-

de entre todas las doncellas, Raquelcumplió la señal, y su belleza confir-mó el designio divino. Luego, el cria-do la adornó con un pendiente y bra-zaletes en sus brazos.

Así es el Espíritu Santo, quien ha es-cogido, conforme al plan divino, lamujer más idónea para el Hijo, y ellaha accedido. La iglesia fue elegidapara servir al Señor; en cada acto deservicio desborda su hermosura.

Una jovenciUna jovenciUna jovenciUna jovenciUna jovencittttta huéra huéra huéra huéra huérfffffana, sin ninguna pana, sin ninguna pana, sin ninguna pana, sin ninguna pana, sin ninguna posi-osi-osi-osi-osi-bilidad en la vida, ebilidad en la vida, ebilidad en la vida, ebilidad en la vida, ebilidad en la vida, es prs prs prs prs prepepepepeparararararada pada pada pada pada pararararara sera sera sera sera serrrrrreina. La figureina. La figureina. La figureina. La figureina. La figura ea ea ea ea es fácil de entender.s fácil de entender.s fácil de entender.s fácil de entender.s fácil de entender.

ritu trabaja en los creyentes, equi-pándonos de riquezas divinas hastaver consolidado el propósito del Pa-dre, el cual es presentar una donce-lla santa para su Hijo. Esta es la mi-sión más importante del Espíritu,que no claudicará en su tarea. Una yotra vez, insistirá en nosotros la ne-cesidad de santificarnos para pre-sentarnos dignos.

La elección

Abraham delegó su confianza en elcriado. Los cánones de belleza esta-rían subordinados a Eliezer, quienoró pidiendo como señal una mujerque tuviese aptitud de servicio. Élescogió primero la belleza del servi-cio, antes que la belleza natural. Y,

Cada creyente que sirve a Cristo des-pliega lo que en esencia es la igle-sia. El Espíritu que nos santifica yreparte sus dones, no tiene otroobjetivo más que llevar atributosdignos al Amado, entregando lasarras de la herencia con la cual enri-quece a la iglesia, frutos de serviciopara el Señor.

El ejemplo de MarEl ejemplo de MarEl ejemplo de MarEl ejemplo de MarEl ejemplo de MardoqueodoqueodoqueodoqueodoqueoEn el libro de Ester, tenemos otra fi-gura importante que nos enseña lapreparación de la novia antes de iral Amado. El relato destaca la figurade Mardoqueo, un judío que prepa-ra a Ester, su prima huérfana, parapresentarla al rey. Mardoqueo adop-ta a Ester para guiarla en los propó-

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sitos divinos. ¿Qué aprendemos deesta historia en relación con la ac-ción del Espíritu Santo en la iglesia?

La filiación

Esta historia comienza con la valio-sa acción protectora a una huérfa-na. Tal vez ni el mismo Mardoqueopensó en primera instancia que enese acto se jugaba los destinos delpueblo Judío.

La historia es conmovedora. En elmomento más culminante Mardo-queo declara a Ester: «¿Y quién sabesi para esta hora has llegado al rei-no?» (4:14). Ella debía presentarseante el rey, para interceder por supueblo, a riesgo de su propia vida.La historia termina en beneficio paraEster y su pueblo.

El Nuevo Testamento nos enseñaque, por el Espíritu de adopcióndado a los creyentes, podemos acer-carnos a Dios diciendo: «¡Abba Pa-dre!».

La filiación de hijo es el mayor actode generosidad recibido a través deJesucristo. El Espíritu Santo tiene elmismo propósito en cada creyente,pero la ejecución es distinta en cadauno. Se irá desarrollando conformea nuestra historia individual. Los cris-tianos compartimos un mismo naci-miento, un mismo propósito, perodistintos procesos de vida.

La sabiduría divina

Mardoqueo, sabiamente, conduce aEster. Sus intervenciones, vigilancia,acciones, trajeron luz a las situacio-nes, descubriendo maquinacionesadversas. La sabiduría fue obrando,paso a paso, en la historia de Ester.Así también es la acción del Espírituen los creyentes: una acción dinámi-ca, nueva y protectora a beneficiodel propósito eterno en la iglesia.Los creyentes contamos con el másfiel consejero, como atestigua elmismo Señor: «Mas el Consolador,el Espíritu Santo, a quien el Padreenviará en mi nombre, él os ense-ñará todas las cosas, y os recordarátodo lo que yo os he dicho» (Jn.14:26).

La formación«Y cada día Mardoqueo se paseabadelante del patio de la casa de lasmujeres, para saber como le iba aEster, y como le trataban. Y cuandollegaba el tiempo de cada una de lasdoncellas para venir al rey Asuero,después de haber estado ya docemeses conforme a la ley acerca delas mujeres (porque así se cumplíael tiempo de sus purificaciones, estoes, seis meses con óleo de mirra, yseis meses con perfumes aromáticosy afeites de mujeres) entonces ladoncella venía así al rey. Todo lo queella pedía se le daba, para venir con

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ello de la casa de las mujeres hastala casa del rey» (Est. 2:11-13).

Diríamos que Ester fue llevada a unconcurso de belleza, donde recibiódistintos tratamientos antes de ir ala presencia del rey.

¡Qué maravillosa figura! Una joven-cita huérfana, sin ninguna posibili-dad en la vida, es preparada para serreina. La figura es fácil de entender.El Espíritu Santo nos guiará por unproceso de santificación, a fin deperfeccionar a la esposa, durante eltiempo que sea necesario. El Espíri-tu Santo la cuida, favorece el proce-so y le otorga todos los dones parair al encuentro del Amado.

El amEl amEl amEl amEl amor todo lo puedeor todo lo puedeor todo lo puedeor todo lo puedeor todo lo puedeEl Señor Jesucristo, en su venida,tomará una esposa santa para sí. Laatracción de su amor levantará a laiglesia de la tierra y a los muertosen Cristo para reunirnos con él. Porello, la santificación por amor es unproceso de importancia al cual de-bemos atender.

Existen en el Antiguo Testamentotres personajes a quienes, por suscaracterísticas, Dios los arrebató deentre los hombres. Ellos movieron elcorazón de Dios para irrumpir en lahistoria humana, tomándolos paraSí, por amor. El testimonio de susvidas es un ejemplo para nosotros.

El primero es Enoc (Gén. 5:22; Heb.11.5). Fue traspuesto para no vermuerte y no fue hallado, porque lotraspuso Dios. Su rasgo principal esque «caminó con Dios» y tuvo testi-monio de haber agradado a Dios.

El segundo es Moisés (Heb. 3:5,11:23-28), quien «fue fiel en toda lacasa de Dios». Rehusó identificarsecon los deleites temporales del mun-do, prefiriendo el vituperio de Cris-to que los tesoros de los egipcios,porque tenía puesta la mirada en elgalardón. El cuerpo de Moisés fuedisputado con el diablo (Jud. 9),como señal de lo importante que fuepara Dios este siervo. De algunamanera, él representa a aquellosque han muerto en Cristo y que se-rán tomados de entre los muertos.

Por último, el profeta Elías. Existendos exclamaciones propias de él quecaracterizan su vida y su servicio. Laprimera es: «Vive Jehová en cuyapresencia estoy»; y la segunda:«Siento un vivo celo por Jehová Diosde los ejércitos». Estas son caracte-rísticas de la vida de aquellos que,pronto, en un abrir y cerrar de ojos,serán arrebatados para encontrarsecon su amado Señor en el aire, y asíestar para siempre con él.

«Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven.Amén; sí, ven, Señor Jesús» (Apoc.22:17,20). ***

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LEGADO

El hecho de que el Espíritu Santo pueda sercontristado es una evidencia de su personalidad.Es difícil pensar que una influencia o una simplemanifestación espiritual sean contristadas. Solopuede serlo una persona, y así evidenciamos queél es una persona distinta en la santa Trinidad.

Al mismo tiempo, nuestro texto revela la estre-cha conexión que hay entre el Espíritu Santo y elcreyente. Él tiene un tierno interés en nosotros,puesto que le entristecen nuestras imperfeccio-nes y nuestros pecados. No es un Dios que reineen solitario aislamiento, antes bien, el benditoEspíritu entra en contacto íntimo con nosotros,hace observaciones tan minuciosas y tiene consi-deraciones tan tiernas que puede ser contristadopor nuestras fallas e insensateces.

¡Qué maravilla es que se diga que la Deidad secontrista por las faltas de seres tan insignifican-tes como somos nosotros! Tal vez no debamosentender la expresión literalmente, como si el

El Espíritu Santo nos ayuda ennuestras debi l idades, pero secontrista por nuestros pecados.

No contristéis al EspírituC.H. Spurgeon

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con elcual fuisteis sellados para el día de la reden-ción”.

– Efesios 4:30.

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Espíritu pudiera ser afectado por algosemejante a la tristeza humana, perono renunciamos a la seguridad con-soladora de que él siente el mismointerés profundo por nosotros que elinterés que siente un padre por unamado hijo rebelde. ¿No es esto algomaravilloso?

El EEl EEl EEl EEl Espírispírispírispírispíritttttu puede ser contu puede ser contu puede ser contu puede ser contu puede ser contristristristristristadoadoadoadoadoEse Espíritu tierno y amoroso que haasumido la tarea de vivificarnos, deser el educador de la nueva vida queha implantado en nosotros; ese ins-tructor divino, a quien Jesús ha en-viado como nuestro guía y maestropermanente, puede ser contristado.

Nosotros podemos contristar a eseEspíritu cuyo divino poder es vidapara nuestras almas, luz para nues-tro entendimiento y consuelo paranuestros corazones. El fuego celestialpuede ser sofocado; el viento divinopuede ser resistido; el bendito Para-cleto puede ser menospreciado.

La pena amorosa del Espíritu es atri-buible a su carácter santo y a sus per-fectos atributos. Él no puede menosque sentirse agraviado por la inmun-dicia, y en especial, sentirse con-tristado por la presencia del mal enquienes son objeto de sus afectos.

Espíritu de santidad

El pecado, en cualquier forma, es des-agradable para el Espíritu de santi-dad, pero el pecado de su propio pue-

blo le es aflictivo en grado sumo. Élno desechará a su pueblo, pero abo-rrece el pecado, y máxime cuandoanida en los hijos de Dios. Él no seríael Espíritu de verdad si aprobara lofalso en nosotros: no sería puro si nolo contristara lo que es impuro.

No podríamos creer que él es santosi mirara complacido nuestra impie-dad; tampoco pensaríamos que fue-ra perfecto si nuestra imperfecciónfuera considerada por él sin desagra-do. Siendo él el Espíritu Santo, el Es-píritu de santidad, entonces todo loque en nosotros resulte ser deficien-te en relación a Su naturaleza, tieneque contristarle. Él nos ayuda ennuestras debilidades pero se contristapor nuestros pecados.

Él se contrista con nosotros por nues-tra propia causa, pues sabe cuántamiseria nos ocasiona el pecado. Él secontrista porque ve cuánta disciplinamerecemos y cuánta comunión per-demos. Él ve anticipadamente cuánamargamente lamentaremos el díaen que nos apartamos de Jesús y fui-mos traspasados por muchas afliccio-nes, y se contrista porque mira des-de antes la aflicción del rebelde.

Un alto precio

Tal es la santa tristeza del Espíritu deDios por aquellos en quienes mora:es por causa de ellos que está apesa-dumbrado. Además, es sin duda porcausa de Jesucristo que el Espíritu

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está contristado. Nosotros somos lacompra hecha por la muerte de Je-sús en la cruz. Él nos ha comprado conun precio muy caro y debe poseernosenteramente para Sí; y si no nos po-see por completo como suyos, pode-mos entender muy bien que el Espí-ritu de Dios esté contristado.

Hemos de glorificar a Cristo en estoscuerpos mortales; el único fin y elpropósito de nuestro deseo han deser coronar con joyas esa cabeza queuna vez fue coronada de espinas; eslamentable que fallemos tan frecuen-temente en este servicio racional.

Jesús merece lo mejor de nosotros:cada herida suya, cada dolor que so-portó y cada gemido que escapó desus labios es un motivo para una per-fecta santidad y devoción a su causa;y, debido a que el Espíritu Santo nosve siendo tan traidores al amor deCristo, tan falsos para con Su sangreredentora, él se contrista por noso-tros, porque deshonramos al Señor.

Por causa de la iglesia

¿Me equivocaría si dijera que secontrista por nosotros en razón de laiglesia? ¡Cómo podrían ser útiles al-gunos de ustedes si solo vivieran deconformidad con sus privilegios!Cómo ha de contristarse de seguro elConsolador por nuestra causa, cuan-do nos pone como atalayas, pero novigilamos y la iglesia es invadida;cuando nos asigna la comisión de ser

sembradores de la buena semilla, ynuestras manos están llenas a me-dias, o cuando esparcimos hierbasmalas y cizaña en lugar de sembrarel buen trigo. ¡Cómo ha de contris-tarse por nosotros porque no tene-mos esa ternura de corazón, esa ve-hemencia de celo, esa entrega dealma que deberíamos exhibir!

Cuando la iglesia de Dios sufre dañopor causa nuestra –el Espíritu ama ala iglesia y no puede soportar verladespojada, ver que sus hijos andendescarriados, que sus hijos heridosno reciban socorro, y que sus corazo-nes quebrantados no sean sanados–porque somos indiferentes en el ser-vicio y descuidados en nuestra laborpor la iglesia–, el Espíritu Santo estámuy entristecido.Hay un rol que cada uno debe des-empeñar, y si esa función queda va-cante, entonces la iglesia pierde, elreino de Cristo sufre daño, y el Espí-ritu Santo se contrista. La falta de ora-ción, la carencia de amor y de gene-rosidad, podrían ser pérdidas para laiglesia de Dios y, por tanto, el amoro-so Espíritu de Dios se aflige.Además, el Espíritu de Dios deploralos defectos de los cristianos, en ra-zón de los pecadores, pues Su oficioes convencer al mundo de pecado, dejusticia y de juicio; pero el rumbo demuchos creyentes es directamentecontrario a esta obra del Espíritu. Susvidas no convencen al mundo de pe-

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¡¡¡¡¡ Qué marQué marQué marQué marQué maraaaaavilla evilla evilla evilla evilla es que se diga que la Ds que se diga que la Ds que se diga que la Ds que se diga que la Ds que se diga que la Dei-ei-ei-ei-ei-dad se contdad se contdad se contdad se contdad se contristristristristrista pa pa pa pa por las for las for las for las for las falalalalaltttttas de seras de seras de seras de seras de sereeeeessssstttttan insignificantean insignificantean insignificantean insignificantean insignificantes coms coms coms coms como somo somo somo somo somos nosotos nosotos nosotos nosotos nosotrrrrros!os!os!os!os!

cado, antes bien tienden a consolara los transgresores en su iniquidad.

Creyentes sin celo

Algunos creyentes son citados por losmundanos como una excusa para suspecados. Personas abiertamente pro-fanas dicen: «¡Miren a esos cristia-

su nivel correcto, fuera demasiadodébil para adaptarse al caso.El punto en que fallamos es éste: so-mos limitados en poder espiritual,somos miserables en gracia, tibios encelo, magros en devoción, vacilantesen fe. No estamos estrechos en nues-tro Dios; estamos estrechos en nues-

nos! Hacen esto y lo otro, y ¿por quéno podríamos hacerlo nosotros?».

La obra del Espíritu es convencer almundo de justicia, pero muchos cre-yentes convencen al mundo de loopuesto. El Espíritu de verdad con-vence al mundo del juicio venidero;pero cuán pocos le ayudamos en esaobra. Vivimos y hablamos como si nohubiera un juicio venidero. Indiferen-tes a la ruina de la humanidad, mu-chos creyentes viven como munda-nos, y están tan lejos de ser cristia-nos como lo están los infieles.

No puedo imaginar a una iglesia lle-na del ardor de los primeros discípu-los, que permanezca por largo tiem-po sin testificar sensiblemente a lasmasas. Yo sé que el incremento denuestra población es inmenso; perono voy a aceptar la idea de que el celode la iglesia de Dios, si estuviera en

tras entrañas. Creo que el Espíritu deDios es contristado por muchas igle-sias, a causa de los pecadores quereciben escasos cuidados. Quisieraque este pensamiento nos moviera atodos a enmendar nuestros caminos.

Lo que contLo que contLo que contLo que contLo que contristristristristrista al Ea al Ea al Ea al Ea al EspírispírispírispírispíritttttuuuuuEn segundo lugar, veamos las causasdeplorables que motivan que el Espí-ritu Santo se contriste.

Nuestro hablar

El contexto nos sirve de ayuda.Aprendemos que los pecados de lacarne, la inmundicia y la maledicen-cia de cualquier tipo, lo contristan.Noten el versículo precedente: «Nin-guna palabra corrompida salga devuestra boca». Cuando un cristianose habitúa a hablar de manera pococomedida, cuando se deleita en co-sas indecorosas, aunque no cometa

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alguna inmundicia externa, el Espíri-tu de Dios no se agrada de él.

El Espíritu Santo descendió sobrenuestro Señor como paloma. Unapaloma se deleita en los ríos de aguapura, pero rehúye toda inmundicia.Si vivimos en el Espíritu, no obede-ceremos los deseos de la carne; quie-nes caminan en pos de la carne nosaben nada del Espíritu.

La amargura

Según el versículo 33, da la impresiónde que el Espíritu es contristado sialbergamos amargura, enojo, ira, gri-tería y maledicencia, y toda malicia.Si en la iglesia hay disensiones, si unhermano habla mal de otro, el amorestá ausente y el Espíritu de amor noestará presente por largo tiempo.

Si hubiera algún sentimiento malig-no entre nosotros, o alguna raíz ocul-ta de amargura, aunque aún no vinie-se a turbarnos, puede ser quitada ydestruida de inmediato.

No tengo conocimiento de una cosaasí de abominable, y me siento felizde poder decirlo; confío en que ca-minamos juntos en unidad y concor-dia de corazón; y si alguien está cons-ciente de alguna amargura, aunquefuera en una medida muy pequeña,ha de deshacerse de ella, para que elEspíritu de Dios no sea contristadopor su culpa, y contristado por la igle-sia de Dios debido a esa persona.

La mundanalidad

No hay duda de que el Espíritu secontrista cuando ve en los creyentesalgún grado de amor al mundo. Sucelo es provocado por ese tipo deamor impío. El Espíritu de Dios nosda a nosotros, los creyentes, gozos yconsuelos abundantes; y si nos ve quedamos la espalda a todas esas cosaspara nutrirnos de la vanidad que sa-tisface a los mundanos, siendo unDios celoso, consideraría eso comoun gran desprecio contra Él.

¿Acaso el Buen Pastor adereza lamesa con exquisiteces del cielo y no-sotros preferimos las algarrobas quecomen los cerdos? Cuando pienso enun cristiano que trata de encontrarsu gozo allí donde los mundanos ha-llan los suyos, difícilmente puedoimaginar que sea cristiano, o, si lofuera, de seguro contrista grande-mente al Espíritu de Dios.¿Qué dice el mundo? «Aquí está unode esos cristianos que viene en posde un poco de felicidad. Su religiónno le proporciona ningún gozo; poreso busca un poco de dicha en otraparte». ¡Qué calumnia es ésa! Y sinembargo, si viviéramos en comunióncon Jesús, no desearíamos lo que elmundo ofrece.La mundanalidad, en cualquiera desus formas, es muy aflictiva para elEspíritu de Dios: no solo el amor alplacer, sino el amor a las ganancias.

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La mundanalidad de los cristianos alimitar al mundo en el vestido, en ellujo o en la conversación, tiene quedesagradar al Espíritu de Dios, por-que él nos define como un puebloúnico, y nos dice: «Salid de en mediode ellos, y apartaos… No toquéis loinmundo». Y luego nos promete: «Yseré para vosotros por Padre, y voso-tros me seréis hijos e hijas»; pero, sino nos apartamos, ¿cómo podríamosesperar que no sea contristado?

Yo creo que el Señor se deleita en vera su pueblo rompiendo vínculosafectivos, renunciando a los placerescarnales y saliendo del campamentopara llevar el vituperio de Cristo. Sucorazón se goza cuando ve que suiglesia abandona el mundo. Le agra-da que sus santos sean enteramentepara Él. Él es un Salvador celoso, y deaquí que Pablo diga que laborabapara presentar a la iglesia «como unavirgen pura a Cristo» (2a Cor. 11:2).

Jesús quiere que nuestra pureza paraél sea guardada más allá de toda sos-pecha, que lo escojamos como nues-tra única posesión y dejemos las co-sas ruines de la tierra a quienes lasaman. Evitemos contristar al EspírituSanto en razón de la mundanalidad.

La incredulidad

Además, el Espíritu de Dios es contris-tado grandemente por la increduli-dad. Querido amigo, ¿qué podríacontristarte más que tu hijo sospe-

chara de tu veracidad? Ninguno denosotros, como padres, ha llegadotodavía a ese punto, y sin embargo,¿habrá llegado a ese punto nuestroDios? ¡Ay!, hemos despreciado al Es-píritu de verdad al dudar de la pro-mesa y desconfiar de la fidelidad deDios. De todos los pecados, segura-mente éste ha de ser uno de los másprovocadores. Dios perdone nuestraincredulidad, y que nunca máscontristemos a su Espíritu.

Ingratitud y altivezAdicionalmente, el Espíritu es contris-tado sin duda por nuestra ingratitud.Cuando Jesús nos revela su amor, siabandonáramos la comunión parahablar con ligereza y olvidar eseamor; o si, cuando hemos sido sana-dos de la enfermedad, no estuviéra-mos más consagrados que antes; o si,cuando nuestro pan nos es dado,nuestro corazón no agradeciera aldador generoso; o si, siendo preser-vados en medio de la tentación, fa-lláramos en magnificar al Señor, se-guramente, en cada caso, esto seríaun pecado que provoca a Dios.Cuando agregamos altivez a la ingra-titud, entonces contristamos grave-mente al Espíritu. Cuando un peca-dor salvado se vuelve altivo, insulta ala sabiduría del Espíritu de Dios porsu necedad; pues, ¿qué podría haberen nosotros para estar orgullosos? Elorgullo es una hierba mala que creceen cualquier tipo de suelo. Algunos

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de nosotros somos tan insensatosque Dios no puede exaltarnos, puessi lo hiciera, pronto sufriríamos demareos y caeríamos por tierra.

La falta de una persona, y aún más,la falta de una iglesia, contrista gran-demente al Espíritu. Si nos jactára-mos de ser generosos o ricos, todohabría terminado para nosotros. Diosabate a quienes se exaltan.

Falta de oración

Hay muchos males que contristan alEspíritu de Dios, pero permítanmemencionar aquí, particularmente,uno: la falta de oración. ¡Cuán pocooramos algunos de nosotros! Queri-do hermano, ¿qué hay en cuanto alaposento y a la secreta comunión conDios? ¿Qué hay en cuanto a la luchapidiendo por tus hijos? ¿Has interce-dido por la conversión de tu vecino?La falta de oración de esta época esuno de sus peores signos, y la faltade oración de algunas iglesias hacepensar como si Dios estuviera a pun-to de retirarse de la tierra, pues enmuchas de ellas hay dificultades paralograr que un suficiente número dehombres asista a las reuniones deoración para siquiera continuarlas.Hay iglesias que han renunciado a lasreuniones de oración porque nadieasiste. ¡Ah!, si éste fuera un caso so-litario, debería ser lamentado coti-dianamente, pero hay muchísimasasambleas en una condición seme-

jante; que el Señor tenga misericor-dia de ellas y de la tierra en la queellas moran.

Renuentes al deber

Para resumir, pienso que el EspírituSanto será contristado si nos entre-gáramos a cualquier pecado conoci-do, sea cual sea; y voy a agregar a esoque también será contristado, si al-guno de nosotros descuida cualquierdeber conocido, sea cual sea.

No puedo imaginar que el Espíritu deDios se agrade con un hermano queconoce la voluntad de su Maestro yno la hace: la Palabra dice que reci-birá muchos azotes. Seguramente,dar azotes ha de ser el resultado dela pesadumbre de parte de la manoque administra tales azotes.

Si alguna persona o alguna iglesiaconoce el bien y no lo hace, para ellao para la iglesia constituirá un peca-do; y aquello que podría no ser pe-cado en el ignorante, se convertirá enpecado para los que son bendecidoscon la luz. Cuando tu conciencia esiluminada y conoces la senda del de-ber, no puedes decir: «Otros debenhacerlo». Si tu juicio es iluminado,apresúrate y no te demores en guar-dar los mandamientos de Dios.

Obediencia a la palabra

Cuando una iglesia reclama para sí elderecho de juzgar cuáles han de sersus propias ordenanzas, en lugar de

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reconocer voluntariamente que notiene ningún derecho de elección deningún tipo, sino que está obligada aobedecer la voluntad revelada de sugloriosa Cabeza, peca terriblemente.El deber de los cristianos es escudri-ñar la Palabra para conocer cuálesson las ordenanzas que Dios ha esta-blecido, y una vez estando claros dela regla de la Palabra, nos correspon-de obedecerla.

Hagan de la iglesia un cuerpo queconste únicamente de hombres queprofesan ser creyentes en el SeñorJesús, y que la iglesia diga a todos losdemás: «Ustedes no tienen arte niparte en este asunto mientras nosean convertidos», y entonces habríaun término a la alianza profana en-tre la iglesia y el mundo, que es aho-ra una plaga que marchita a nuestratierra.Hemos de estar dispuestos a renun-ciar a nuestras más preciadas opinio-nes al mandato de la Escritura, cua-lesquiera que pudieran ser. Si la for-ma de gobierno de nuestra iglesia, silas doctrinas que sostenemos, no sonjustificadas por la palabra de Dios,debemos ser fieles a nuestras con-ciencias y a la Palabra, y estar dispues-tos a cambiar según la luz que hemosrecibido.Debemos renunciar a la idea de este-reotipar cualquier cosa; debemosestar listos en todo momento, a ha-cer justo aquello que el Espíritu de

Dios quiere que hagamos, pues, si nolo hacemos, no podemos esperar queel Espíritu de Dios permanezca ennosotros.

¡Oh, que tengamos un corazón quesirva a Dios perfectamente, de talmanera que esté dispuesto a renun-ciar a toda autoridad, antigüedad,gusto y opinión, y a inclinarse única-mente ante el Espíritu Santo! ¡Que laiglesia camine todavía según la sim-ple regla del Libro de Dios y de con-formidad con la luz del Espíritu, yentonces cesaremos de contristar alEspíritu Santo!

Consecuencias de contConsecuencias de contConsecuencias de contConsecuencias de contConsecuencias de contristristristristristar alar alar alar alar alEEEEEspírispírispírispírispíritttttuuuuuEn tercer lugar, brevemente, veremosel lamentable resultado de que el Es-píritu Santo sea contristado.

Estando en el hijo de Dios, eso noconducirá a su entera destrucción,pues ningún heredero del cielo pue-de perecer; tampoco le será retiradocompletamente el Espíritu Santo,pues el Espíritu de Dios nos es dadopara que permanezca con nosotrospara siempre. Pero los efectos noci-vos son, sin embargo, sumamenteterribles.

Un doloroso vacío

Mis queridos amigos, ustedesperderían todo sentido de la presen-cia del Espíritu Santo: Él se ocultaríade ustedes, y no habría rayos de con-

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suelo, ni palabras de paz, ni pensa-mientos de amor; sino un dolorosovacío que el mundo no puede llenarjamás. Si contristaran al Espíritu San-to perderían todo gozo cristiano; laluz les sería retirada, y tropezarían enla oscuridad; los propios medios dela gracia que una vez fueron un de-leite, no tendrían ninguna músicapara su oído.

Si contristaran al Espíritu Santo, per-derían todo poder; si oraran, seríauna oración muy débil y no prevale-cerían con Dios. Cuando leyeran lasEscrituras, no serían capaces deadentrarse en los misterios de la ver-dad. Cuando subieren a la casa deDios no experimentarían nada de esegozo, de ese correr sin cansarse. Si elEspíritu se apartara, y la seguridad sefuera, se presentarían las dudas, ysurgirían las preguntas y las sospe-chas. «¿Amo al Señor o no? ¿Soy suyoo no lo soy?».

Sin fruto

Si contristaran al Espíritu de Dios,la utilidad cesaría: el ministerio norendiría ningún fruto; su trabajo se-ría estéril; hablarles a otros y traba-jar para otras almas sería como sem-brar al viento. Si una iglesia contristaal Espíritu de Dios, las plagas vendrány marchitarán su hermoso jardín. Susdías de solemne asamblea no ten-drían ninguna aceptación en el cielo;sus hijos, aunque todos ellos fueranordenados como sacerdotes para

Dios, no ofrecerían ningún inciensoaceptable.

Si la iglesia contrista al Espíritu, noproyectaría ninguna luz en las tinie-blas circundantes; ningún pecadorsería salvado por su medio; habríasolo unas cuantas adiciones a su nú-mero; sus misioneros cesarían de ir aotros lugares; tinieblas y muerte rei-narían donde todo era gozo y vida.

Hermanos, que el Señor evite que,como iglesia, contristemos a su Espí-ritu, y haga que seamos celosos, ve-races, unidos y santos, de tal formaque podamos retener entre nosotrosa este huésped celestial que nosabandonaría si lo contristamos.

El sello de DiosEl sello de DiosEl sello de DiosEl sello de DiosEl sello de DiosPor último, el texto usa un argumen-to personal para prohibirnos quecontristemos al Espíritu: «Con el cualfuisteis sellados para el día de la re-dención».

¿Qué significa eso? Se pone un sellosobre algo para atestiguar su auten-ticidad y autoridad. ¿Por qué mediopuedo saber si soy realmente un cris-tiano por profesión? Dios pone unsello sobre cada santo genuino: laposesión del Espíritu Santo.

Si tienes al Espíritu Santo, ése es elsello que Dios ha puesto sobre ti paraindicar que eres su hijo. Entonces, sicontristaras al Espíritu, perderías tusello y serías como una comisión con

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el sello suprimido; serías como unanota escrita a mano sin una firma. Tuevidencia de ser hijo de Dios es elEspíritu, pues «si alguno no tiene elEspíritu de Cristo, no es de él».

Si no tienes en ti al Espíritu, ésa seríapara ti una evidencia decisiva de queno perteneces a Cristo, pues carece-rías del cimiento de la verdadera se-guridad, que es la presencia perma-nente, el poder y el gozo del Espíritu.

Para ser testigos

Además, el sello se usa para testifi-cación; y eso es lo que es, no solopara ti, sino para los demás. Le dicesal mundo que te rodea: «Yo soy unhijo de Dios». ¿Cómo habrían de sa-berlo? Ellos solo pueden juzgar comotú te debes juzgar, es decir, mirandoel sello. Si posees el Espíritu de Dios,pronto verán que eres un cristiano; ysi no lo tienes, sin importar qué otracosa tengas, pronto se descubriríaque eres una falsificación.

Toda la historia de la iglesia demues-tra que, cuando ella ha sido llena delEspíritu de Dios, el mundo ha confe-sado su linaje porque no podía evitarhacerlo; pero cuando la iglesia haperdido su entusiasmo y fervor, sufuego celestial, entonces el mundo seha preguntado: «¿Qué más es estaiglesia cristiana que una sinagoga delos judíos o que la compañía deMahoma?».

El mundo conoce el sello de Dios; y sino lo ve, despreciará a esa sociedadque pretende ser la iglesia de Dios,pero que no tiene la marca ni la prue-ba de ello. La misma verdad es válidaen todos los casos; por ejemplo, enel tema del ministerio. Hermano, siprofesas ser llamado a cualquier for-ma de ministerio, la única manera dedemostrar tu llamamiento sería mos-trando el sello del Espíritu; cuandoese sello está estampado en tu labor,no requerirás ningún otro reconoci-miento.Así es como el cristiano ha de forzarel reconocimiento de su status y lla-mamiento. Los caballeros de la cruztienen que ganar sus reconocimien-tos en el campo de batalla. La únicamanera en que un cristiano puede seridentificado como tal, o en que la igle-sia puede ser reconocida como unaiglesia de Dios, es teniendo el Espíri-tu de Dios, y en el nombre del Espíri-tu de Dios hacer proezas para Dios, ydar gloria a Su santo nombre.Para preservarAdemás, se usa también un sellopara preservar, así como para atesti-guar. Nosotros sellamos nuestras car-tas para guardar su contenido. El se-llo es puesto para seguridad. La úni-ca manera por la que puedes ser re-conocido como cristiano es por po-seer realmente el poder sobrenatu-ral del Espíritu Santo, así, también, laúnica manera por la que puedes ser

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preservado siendo cristiano, y preser-vado de regresar al mundo, es porcontinuar poseyendo el mismo San-to Espíritu.

¿Qué serían ustedes si el Espíritu deDios se fuera? El Espíritu Santo no esun lujo para ti, sino una necesidad:tienes que poseerlo, o morirás; tie-nes que poseerlo, o estás condena-do. Aquí interviene esa promesa deque el Señor no nos dejará ni nosabandonará; pero si nos dejara parasiempre, no quedaría ningún sacrifi-cio más por el pecado; sería imposi-ble renovarnos otra vez para arrepen-timiento, pues habríamos crucificadoal Señor de nuevo, y lo habríamospuesto en una visible vergüenza.

Un susurro interior

No contristes, entonces, a ese Espíri-tu de quien eres tan dependiente: Éles tu credencial como cristiano; él estu vida como creyente. Valóralo másallá de todo precio; habla de él conreverencia; descansa en él con unaconfianza amorosa e infantil; obede-ce sus amonestaciones más delica-das; no descuides sus susurros inte-riores; no te apartes de sus enseñan-zas contenidas en la Palabra; y has deestar tan presto a sentir su podercomo las olas del mar están dispues-tas a ser movidas por el viento, o unapluma a ser transportada por la bri-sa. Has de estar listo a cumplir susórdenes.

Así como los ojos de la sierva estánatentos a su ama, así tus ojos han deestar atentos a él. Cuando conozcassu voluntad, no hagas preguntas, nocuentes los costos, enfrenta todos lospeligros, desafía todas las circunstan-cias. La voluntad del Espíritu ha de sertu ley absoluta, independientemen-te de tu propio juicio o de tu propiogusto.

Una vez que percibas claramente lavoluntad del Espíritu, obedece instan-táneamente, y trata de seguir perci-biendo esa voluntad. No cierresintencionalmente tus ojos a un deberdesagradable, ni cierres tu entendi-miento a una verdad que no es bienrecibida. No te apoyes en tu propioparecer; considera que solo el Espíri-tu Santo puede enseñarte, y queaquellos que no quieren ser enseña-dos por él, han de permanecer sien-do necios irremediablemente.

¡Oh, que la iglesia de Dios reconozcael poder del Espíritu Santo! Si soloobedeciera al Espíritu, si el Espíritulibre del Dios vivo gobernara por do-quier; si, solo abrazara la libertad conla que Cristo la ha hecho libre, y ca-minara según su Palabra y según lasenseñanzas del Maestro celestial,entonces podríamos oír el grito delRey en nuestro medio, y las almenasdel error caerían. ¡Que Dios lo envíe,y que lo envíe en nuestro tiempo, ysuya será la alabanza! Amén.

Condensado de www.spurgeon.com.mx

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Epístola a los Colosenses

BIBLIA

A.T. Pierson

Palabra clave: En Cristo - Completos Versículo clave: 2:10.

Claves para el estudio de la Palabra

Esta carta muestra a los santos, completos en Cristo Jesús, y sus privilegios yposición, sus derechos y riquezas, en él. Primero, es afirmada la divinidad deCristo como la imagen de Dios; luego, su dignidad como Cabeza del cuerpo ysu identidad con la iglesia y, por tanto, la consiguiente dignidad de la iglesiay la identidad con él y en él, con el Padre. La preeminencia es de él, la verda-dera plenitud de la existencia, de la cual participan, en él, todos los santos.

Colosas era una ciudad de Frigia, cer-cana a Laodicea. La iglesia no habíasido fundada por Pablo, ni visitadapor él. Epafras, un colosense, relatóla condición de la iglesia a Pablo, du-rante su primer encarcelamiento enRoma, y éste escribió a los colosensesen el año 63 de nuestra era.

Esta epístola es la compañera deEfesios. En ambas, el tema son lossantos en Cristo Jesús. En Efesios,ellos son vistos "en él"; en Colo-senses, "completos en él". En una yen otra, son tratados los mismos te-mas sublimes: el misterio de Dios, lasoberanía de Cristo, el viejo y el nue-vo hombre.

Esta epístola es marcada por su Cris-tología. Su estilo es polémico, com-batiendo el misticismo semi-judaico,

un falso ascetismo, el gnosticismo, elculto a los ángeles y la sabiduría en-gañosa. Había una antigua controver-sia acerca de la plenitud de la exis-tencia y la fuente de todas las otrasvidas. Aquí se demuestra que estaplenitud es preeminentemente deCristo y, en él, es también de todoslos santos, como miembros del cuer-po del cual él es la Cabeza. Esto im-plica plenitud de conocimiento (1:9),de vida, de posición y estado espiri-tual, de resurrección y de gloria.

Divisiones:

1:1-12. Salutación y oración.1:13-2:5. La doctrina de la epístola:Los santos en Cristo.2:6-4:6. Exhortaciones prácticas ba-sadas en la enseñanza doctrinal.4:7-18. Saludos finales.

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El principio del pecado y deldolor en la historia humana

BIBLIA

Cada pasaje de las Sagradas Escrituras tiene su propiagrandeza; no obstante, hay capítulos que destacan porsobre los demás por lo que apelan al corazón humano.

G. Campbell Morgan

GéneGéneGéneGéneGénesis 3sis 3sis 3sis 3sis 3El tercer capítulo de Génesis es unoque, tanto la filosofía como la ficciónmodernas, niegan o ignoran. Inclusomuchos creyentes dudan respecto asi la narración es literal o alegórica.

Para contestar, diremos que, conside-rarlo totalmente como una alegoría,es destruir los fundamentos de la his-toria bíblica. El hombre no puede sertratado como algo imaginario, sinnegar por completo todo el relatoacerca de la raza que encontramos através de la literatura.

Por otra parte, considerar el capítulocomo meramente literal, es negarlegran parte de su valor. Por ejemplo,si ha de tomarse en un sentido estric-tamente literal, entonces la promesaque en él encontramos se interpre-taría literalmente, es decir, la serpien-

te hiriendo el calcañar del hombre, yéste hiriendo la cabeza de la serpien-te. Nadie acepta esto como el signifi-cado de tal afirmación.

El hecho es que ésta es la historia deacontecimientos reales, pero de unamanera espiritual. La maldad espiri-tual se representa aquí adquiriendoforma física, para alcanzar al hombreespiritual por medio de su ser físico;de aquí que debamos considerar loshechos físicos, sin perder de vista elvalor espiritual.

El pecadoEl pecadoEl pecadoEl pecadoEl pecadoAquí, en la Biblia, nos encontramospor vez primera con el pecado, lomismo que con Satanás. El mal yahabía sido reconocido tres veces enlos dos primeros capítulos: en el ver-sículo 2 del capítulo 1, en el relato dela inundación que se desbordó sobre

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la tierra; en la comisión que se le daal hombre en el capítulo 2, de labrarel huerto y de guardarlo; y en la limi-tación de la libertad que le fue im-puesta, simbolizada en el árbol plan-tado en medio del huerto.

Este capítulo es, pues, una revelaciónmicrocósmica del principio del pe-cado en la historia humana. Hemosavanzado mucho desde esta sencillezprimitiva, pero no hemos recorridoninguna distancia partiendo de su sig-nificado esencial. Vivimos en mediode una vida complicada; pero aquítodo lo complejo se ve en su formamás sencilla. Aquí hay una descrip-ción de las fuentes del veneno queha emponzoñado la vida humana, desu método, de su actividad y de susconsecuencias en la historia humana.

SatSatSatSatSatanásanásanásanásanásSurgen en esta narración tres perso-nalidades: Dios, Satanás y el hombre.En el primer capítulo solo vimos ados: a Dios y al hombre. Aquí apare-ce la otra, y las tres son contempla-das guardando cierta relación entresí. Al estudiar el capítulo, entonces,hay tres cosas que hemos de obser-var: el método satánico, la experien-cia humana, y la acción divina comoconsecuencia de la rebelión humana.

Al examinar el método satánico, ne-cesariamente hemos de ver, prime-ro, la personalidad que está detrás deél. No me propongo detenerme a dis-

cutir en cuanto al hecho de tal per-sonalidad. Puedo decir, de paso, quepara mí es siempre un hecho curiosodescubrir que, aquellos que afirmanla bondad esencial de la naturalezahumana, niegan la existencia de Sa-tanás.Si no creemos en la personalidad deldiablo, entonces se hace evidenteque todo lo siniestro, todo lo diabóli-co, lo detestable y lo bestial en la vidahumana, han surgido de la naturale-za humana. Pero la Biblia no toma esaposición; por el contrario, afirma des-de este capítulo, y confirma en todasu enseñanza subsecuente, que todolo que ha arruinado a la humanidad,no se originó en la vida humana.Mas, consideremos la personalidadaquí descrita. Nuestra lectura empie-za con la frase: «Pero la serpiente eraastuta» (3:1). Debo decir que esta tra-ducción me parece un tanto desafor-tunada, porque, cada vez que deci-mos «la serpiente», pensamos en unavíbora, y ese no es el significado esen-cial de la palabra hebrea. Es ciertoque la palabra se usa como víbora,pero tiene otra significación, y se usaen otras aplicaciones.La palabra nawchasch, literalmente,significa «uno que brilla». La perso-nalidad que se aproximó a la madrede todos nosotros en el huerto, nofue una serpiente, evidentemente in-ferior a ella, sino algo resplandecien-te, aparentemente superior. Cuando

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Pablo menciona este asunto, diceentre otras cosas: «La serpiente en-gañó a Eva» (2a Cor. 11:3), y poco des-pués, refiriéndose a lo mismo, expre-sa: «El mismo Satanás se disfrazacomo ángel de luz». Creo que bajoeste disfraz se apareció a Eva.

Ahora, observemos su método. De-seo hacer notar, entre paréntesis, queno pretendo desperdiciar tiempo re-partiendo la culpa entre el hombre yla mujer. Ellos eran uno. Un poco másadelante, en este mismo libro, en elcapítulo 5, se dice: «Varón y hembralos creó... y llamó el nombre de ellosAdán» (v. 2).

La tentLa tentLa tentLa tentLa tentaciónaciónaciónaciónaciónEl Tentador se aproximó al hombrecon una pregunta: «¿Conque Dios osha dicho: No comáis de todo árbol delhuerto?». Su segunda línea de ataquefue una negación definida: «No mo-riréis». Y la última fue una afirmación:«...sino que sabe Dios que el día quecomiereis de él, seréis como Dios».

La significación de la pregunta resideen que despierta una duda acerca dela bondad de Dios. Aun cuando tiene

Desde el momenDesde el momenDesde el momenDesde el momenDesde el momenttttto eno eno eno eno enque el hombrque el hombrque el hombrque el hombrque el hombre ce ce ce ce comien-omien-omien-omien-omien-zzzzza a hablar ca a hablar ca a hablar ca a hablar ca a hablar con el diabloon el diabloon el diabloon el diabloon el diablo,,,,,esesesesestttttá a puná a puná a puná a puná a punttttto de ser vo de ser vo de ser vo de ser vo de ser ven-en-en-en-en-cido.cido.cido.cido.cido.

forma de interrogación, no entrañabaun mero deseo de investigar; el ene-migo no estaba pidiendo informa-ción. Las palabras eran una sátira conuna sugestión oculta: la de que Dioshabía sido demasiado severo al pro-hibirles algo. Para decirlo de otromodo, la primera sugestión del malhecha al hombre, fue en el sentidode que la restricción era demasiadosevera.

Hallamos esta misma primera suges-tión de maldad en el relato de la ten-tación del Señor, cuando el enemigodice: «Si eres el Hijo de Dios», ¿porqué estás hambriento? El diablo in-tentaba lanzar un reproche a la bon-dad de Dios.

Entonces, la mujer contestó: «Del fru-to de los árboles del huerto podemoscomer; pero del fruto del árbol queestá en medio del huerto dijo Dios:No comeréis de él, ni le tocaréis, paraque no muráis».

La respuesta de la mujer sugiere laidea de que, desde el momento enque el hombre comienza a hablar conel diablo, está a punto de ser venci-do. La afirmación de la mujer no eracompletamente exacta. Dios habíadicho: «No comeréis»; pero ella aña-dió a las palabras de Dios estas otras:«...ni le tocaréis». Siempre aconteceque, cuando el hombre se inclina adesafiar la restricción, la interpretamás allá de lo que la palabra de Diosdice.

51AGUAS VIVAS

La siguiente línea de ataque fue unadirecta negación de la palabra deDios: «No moriréis». Primero, el dia-blo sugiere que la restricción es dura,y luego sugiere que ésta es imagina-ria.

El mal está siempre envuelto en con-tradicciones; primero, dice que la res-tricción es dura, y después afirma queno hay tal restricción, y que Dios noquiere decir lo que dice.

Una vez más, volvemos al desierto, yoímos la voz del enemigo diciendo:«Si eres Hijo de Dios, échate abajo».En otras palabras: «Búrlate de los pla-nes divinos, y no morirás; los ángeleste cuidarán; la restricción es imagina-ria».

La afirmación final del mal fue: «SabeDios que el día que comáis de él, se-rán abiertos vuestros ojos, y seréiscomo Dios, sabiendo el bien y el mal».Esta declaración es una blasfemiacontra Dios, sugiriendo que la restric-ción es injusta.

De esta manera, el enemigo afirmaabiertamente que, la razón por la cualDios impuso la prohibición sobre elhombre, fue porque no deseaba queéste estuviera en un plano de igual-dad con Él.

Eso es tanto como sugerir el egoís-mo en el corazón de Dios; que el hom-bre debe ser mantenido fuera de unreino que le pertenece como derechoinherente.

De nuevo, pasamos al desierto, y oí-mos la palabra final de Satanás a Je-sús: «Todo esto te daré, si postradome adorares», o lo que es lo mismo,la sugestión de que Dios lo está man-teniendo fuera de su Reino, o lo estáobligando a entrar en él por sende-ros marcados de sufrimiento.

Todo ello no es únicamente el huer-to de Edén. En todo tiempo, Satanásusa los mismos métodos. Primero,hace creer que la prohibición es se-vera. Tal es el espíritu del pensamien-to de los hombres en el día de hoy. Eldiablo les sopla al oído que rompancon todas las barreras, lazos y limita-ciones, en la medida en que se les tie-ne restringidos.

Su segunda línea de ataque tambiénes poderosa. Se afirma que el castigono es una realidad, que los hombresno sufren realmente si quebrantan laley. Se les amonesta para que se des-embaracen de su temor al reino delo moral, y lo desechen, porque nohay causa para tener miedo.

La última blasfemia contra Dios toda-vía se proclama y se lleva a efecto. Seafirma que la idea de Dios como elGobernador moral implica el mante-ner a los hombres alejados de aque-llo a lo cual tienen derecho de poseer.

Tennyson dice: «Podemos hacer fren-te a las mentiras cuando ellas son fal-sedades evidentes; pero, con las ver-dades a medias, es diferente, porque

52 AGUAS VIVAS

es arduo luchar contra ellas». Conesto, quiero expresar que, lo pavoro-so de esta historia, reside en que cadapalabra de Satanás contiene un ele-mento de verdad.Dios había dicho: «Vosotros no». Y elenemigo sugiere que en ello se en-cuentra la ausencia de bondad deDios. En eso está el peligro.Cuando el enemigo dijo: «No mori-réis», contemplando la vida humanadesde el nivel de lo físico, pareceríaverdad que ellos no murieron física-mente el día que comieron del frutoprohibido; mas, lo cierto es que mu-rieron – murieron espiritualmente.El significado final de la muerte no esque el espíritu se separe del cuerpo,sino que el espíritu se separe de Dios.Las palabras del enemigo fueron unaverdad a medias, es decir, verdad enel reino de la materia, pero falsedaden el reino de la Deidad.Finalmente, la sugestión de que Diosestaba manteniendo al hombre fue-ra de cierto reino, fue evidentemen-te correcta; pero se omitía el hechode que Dios tiene el anhelo apasio-nado de levantar al hombre hasta unaasociación íntima con Él, en toda laplenitud de la experiencia.Pasamos ahora a considerar la expe-riencia humana revelada en el cono-cimiento que Eva tenía, y estrecha-mente ligados a ella, consideremostambién las consecuencias.

La caídaLa caídaLa caídaLa caídaLa caídaSu conocimiento asoma claramenteen las palabras de la narración, allídonde dice: «Y vio la mujer que elárbol era bueno para comer, y que eraagradable a los ojos, y árbol codicia-ble para alcanzar la sabiduría».

Tal vez el comentario que arroja másluz sobre esta declaración es el quese encuentra en los escritos de Juan,cuando se refiere a «los deseos de lacarne, los deseos de los ojos y la va-nagloria de la vida» (1ª Juan 2:16).

La palabra «vanagloria» pudo teneruna traducción más literal, para dar-nos una idea más acertada de su sig-nificado; por ejemplo, fanfarronería.

Eva vio que el árbol era «bueno paracomer». Eso fue la lujuria de la car-ne. Vio que era «agradable a losojos». Eso fue la lujuria de los ojos. Yvio que era «árbol codiciable paraalcanzar sabiduría», o lo que es lomismo, la vanagloria de la vida.

Como respuesta a ese conocimiento,Eva comió del fruto. Éste fue un actovolitivo, que tuvo como base la vista.Ella vio, y su voluntad obró de acuer-do con lo que vio. Parece ser éste unprocedimiento digno de confianza,pero nunca es así. Es solo una acciónmatemática de la mente, y no impor-ta cuán correctos sean los descubri-mientos, en último análisis nunca sonexactos.

53AGUAS VIVAS

No paso por alto que las matemáti-cas se describen como las cienciasexactas. En mis días de estudiante,aprendí geometría por el método deEuclides, y en dicho estudio fue ne-cesario comenzar por definiciones.Una de las primeras definiciones fue:«Un punto es una posición sin mag-nitud». Analizadla, y veréis que elloes un absurdo, un imposible. Otra erade la misma naturaleza: «Línea es lon-gitud sin anchura», lo que es igual-mente absurdo.

Una ilustración aún más sencilla delo inadecuado de las matemáticas esla afirmación de que 2 más 2 son 4.Esto es perfectamente exacto; perosuponiendo que al hacer vuestrocómputo omitáis con vuestra vistaalguna cantidad, entonces vuestrasmatemáticas no solo fallarán, sinoque aun pueden ser motivo de mal-dición para vosotros.

«Y vio la mujer», y todo lo que vio fuelo que la hizo tomar una determina-ción. En ese momento, sin embargo,no estaba tomando en cuenta la Can-tidad suprema, que era Dios. De aquíque su acto constituyó un acto de re-belión y, en consecuencia, de suici-dio. El resultado inmediato fue el mie-do. Este es el punto en el cual el mie-do entra en la narración bíblica en lahistoria humana. El miedo se apode-ró de ellos, el abatimiento los ano-nadó, y una abrumadora concienciade lo físico los llenó de vergüenza.

JustJustJustJustJust icia y bondad de Diosicia y bondad de Diosicia y bondad de Diosicia y bondad de Diosicia y bondad de DiosLlegamos luego a la revelación deDios, cuando él obra después de larebelión del hombre. La Escritura diceque él «se paseaba en el huerto, alaire del día». La palabra hebrea quese usa aquí es ruach, y aunque a ve-ces exige que se traduzca como «vien-to», es una palabra que se usa cons-tantemente como espíritu; siendo así,yo traduciría: «...al espíritu del día».

Al observar la manera cómo procedeDios, vemos, en primer término, queella vindica eso que el diablo habíadesafiado, es decir, Su bondad. Ade-más, reafirma lo que el diablo habíanegado: la severidad de Dios. Y porúltimo, contradice la blasfemia con-tra Dios, de que era injusto.

La bondad de Dios fue vindicada enjusticia. Es esta una historia sencilla,pero sublime, de cómo Dios estuvopresto para escuchar en cada caso loque había de decirse, aceptar las de-claraciones, y reconstruir los hechosdesde sus orígenes.

Su primera pregunta a Adán llama laatención: «¿Dónde estás tú?». No esésta la voz del policía que arresta alcriminal, sino más bien el lamento delpadre que ha perdido a su hijo. Larespuesta del hombre, indicando quetiene miedo porque está desnudo yque por ello se ha escondido, es muyreveladora. Él se ha enterado de lofísico, de lo material, cuando se di-

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vorció de lo espiritual; de allí nace suvergüenza.

La investigación divina continúa.«¿Quién te enseñó que estabas des-nudo? ¿Has comido del árbol de queyo te mandé no comieses? Y el hom-bre respondió: La mujer que me distepor compañera me dio del árbol, y yocomí». Esta respuesta de inexplicablevillanía, revela hasta dónde puede lle-gar un hombre que no ha sido toca-do por Dios, en sus acciones cobar-des hacia un compañero.

Adán fue el primer villano, y desdeentonces ha habido una larga suce-sión de ellos. Una observación máscuidadosa nos dice, en último análi-sis, que el hombre no está echandola culpa sobre la mujer, sino sobreDios mismo. «La mujer que me dis-te...». De acuerdo con esta afirma-ción, si la mujer había constituido laocasión, Dios había sido el responsa-ble por ponerla al lado del hombre.

La investigación sigue adelante, y Diosse vuelve a la mujer para decirle:«¿Qué es lo que has hecho?». La res-puesta de ella fue, de nuevo, un in-tento de echar la responsabilidad so-bre otro. «La serpiente me engañó, ycomí». Dios no argumentó con ella;no la reprendió. Sabía que lo que ha-bía dicho Eva era así, y que lo queAdán había afirmado, era verdad.

Observad, sin embargo, que Dios nopregunta nada acerca de Satanás, y

que tampoco argumenta nada conéste. Pronuncia sobre él una senten-cia, en lenguaje de un simbolismorevelador: «Sobre tu pecho andarás,y polvo comerás todos los días de tuvida». Este es, necesariamente, unlenguaje figurado.

En todo este proceso, se revela la jus-ticia perfecta de Dios. Él escuchó todolo que tenía que decirse. La bondadfue vindicada en justicia. La severidadfue ejercitada en paciencia. Sobre laserpiente, la maldición; sobre el hom-bre, la sentencia suavizada con lamisericordia; y sobre la mujer, la sen-tencia radiante de esperanza.

La sentencia sobre el hombre fue enel sentido de que la dignidad del tra-bajo había de conservarse, aunquehabría de ir acompañado de fatiga ypena, que, después de todo, son be-néficas en su intención y en sus re-sultados.

Sobre la mujer, la sentencia fue en elsentido de que, más allá del misteriode los dolores del parto, con el tiem-po, vendría el camino de la victoriasobre el enemigo, y la consecuenteliberación y restauración del hombre.

El hecho final en la revelación es elde la soberanía divina, y el motivooculto, es el de la gracia. Tal es el re-lato bíblico del principio del pecadoy del dolor en la historia humana.

Condensado de«Grandes Capítulos de la Biblia», Tomo I.

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"De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señorindignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor" (1a Cor. 11:27).

VIDA CRISTIANA

El partimiento del panLecciones básicas sobre la vida cristiana práctica

Watchman Nee

DDDDDoble significado de la cena deloble significado de la cena deloble significado de la cena deloble significado de la cena deloble significado de la cena delSeñorSeñorSeñorSeñorSeñor1. Recordar al Señor

La idea central de la cena del Señores recordar al Señor. El Señor mismodice: «Haced esto en memoria de mí»(1a Cor. 11:24). Él sabe cuán olvidadi-zos somos nosotros. No pensemosque, porque hemos recibido tal abun-dancia de gracia y experimentadouna redención tan maravillosa, noseríamos capaces de olvidarlo.

Es claro que nosotros, los hombres,somos en extremo olvidadizos. Poresta razón, el Señor desea especial-mente que hagamos memoria de él,rememorando lo que él hizo por no-sotros. Él quiere que le recordemos,no solo porque somos tan olvidadi-zos, sino también porque él necesitanuestra memoria. En otras palabras,él no quiere que lo olvidemos.

El Señor es tan grande y tan trascen-dente que podría permitir que le ol-videmos, sin sentirse molesto porello. Sin embargo, él dice: «Hacedesto en memoria de mí», revelandoasí cuán condescendiente es, al de-sear nuestro recuerdo.

Que el Señor quiera que le recorde-mos plenamente, es una expresión desu amor. Es la demanda del amor, node la grandeza. En relación a su gran-deza, él podría permitirse ser ignora-do por nosotros; pero su amor insis-te en que lo recordemos. Si no lo ha-cemos, sufriremos gran pérdida.

Si no lo recordamos a menudo, si notenemos siempre su redención delan-te de nosotros, fácilmente nos con-formaríamos al mundo y nos volve-ríamos contenciosos con los hijos deDios. Así, pues, no solo necesitamosrecordarlo, sino que somos beneficia-dos por ello. Este es un medio por el

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cual podemos recibir la gracia delSeñor.

Te disocia del mundo

Un valor cardinal en hacer memoriadel Señor radica en el hecho de queel mundo no podrá ejercer su influen-cia continua sobre ti. Si cada ciertotiempo recuerdas cómo el Señormurió por ti y te recibió, el mundono tendrá cabida en ti.

Puesto que mi Señor sufrió la muer-te aquí en el mundo, ¿qué puedo de-cir? Si ellos no hubieran matado a miSeñor, aún habría lugar para que ellostuviesen parte conmigo. Pero ahoraque ellos lo mataron, y su muerte esexhibida delante de mí, no tengonada más que decir, y no hay manerade comunicarme con el mundo; nopuedo tener ninguna comunión conél. Este es uno de los principales be-neficios del partimiento del pan.

Agranda tu corazón

Otra ventaja de hacer memoria delSeñor es que, todo aquel que lo re-cuerda, ensanchará naturalmente sucorazón para abarcar a todos los hi-jos de Dios. Será natural ver que, to-dos los que han sido redimidos porla sangre de Jesús, son amados delSeñor; por lo tanto, ellos también sonel deleite de nuestro corazón.

Si todos nosotros estamos en el Se-ñor, ¿podría haber celos, agravios yfalta de perdón? ¿Cómo podrías con-

Es clarEs clarEs clarEs clarEs claro que nosotro que nosotro que nosotro que nosotro que nosotros,os,os,os,os,los hombrlos hombrlos hombrlos hombrlos hombres, somos enes, somos enes, somos enes, somos enes, somos eneeeeexxxxxtrtrtrtrtremo olvidadizemo olvidadizemo olvidadizemo olvidadizemo olvidadizos. Pos. Pos. Pos. Pos. Porororororesesesesesttttta ra ra ra ra razazazazazón, el Señor de-ón, el Señor de-ón, el Señor de-ón, el Señor de-ón, el Señor de-sea especialmensea especialmensea especialmensea especialmensea especialmenttttte quee quee quee quee quehaghaghaghaghagamos memoria de él.amos memoria de él.amos memoria de él.amos memoria de él.amos memoria de él.

tender con el hermano o la hermanaque se sienta junto a ti en la cena delSeñor? ¿Qué derecho tendrías a exi-gir cualquier cosa de tu hermano,cuando recuerdas cuántos de tus pe-cados han sido perdonados? Si insis-tes en los pleitos, en los celos y en unespíritu no perdonador, no serás ca-paz de recordar al Señor.

Cada vez que nos reunimos para ha-cer memoria de él, somos invitadosa considerar una vez más su amor.Debemos reexaminar la corrupcióndel mundo y el juicio que pesa sobreéste, y debemos renovar la convic-ción de que todos los redimidos sonamados por el Señor.

Cada vez que recordamos al Señor,evocamos su amor: cómo él nos amóy se entregó a sí mismo por nosotros.En amor, él descendió al Hades, pornosotros. El mundo ya ha sido juzga-do, porque crucificó al Señor. Perotodos los hijos de Dios son nuestrodeleite, porque han sido compradospor la sangre de Cristo. ¿Cómo po-

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dríamos abrigar algún pensamientode odio hacia ellos?

2. Proclamar la muerte del Señor

La cena del Señor tiene un segundosignificado. Éste se encuentra en 1a

Corintios 11.26: «Así, pues, todas lasveces que comiereis este pan, ybebiereis esta copa, la muerte delSeñor anunciáis hasta que él venga».Necesitamos proclamar o exhibir lamuerte del Señor, para que todospuedan verla.

Desde un punto de vista humano,Dios no ha dejado nada en la tierraque no sea la cruz. La obra de la cruzestá consumada, pero el hecho de lacruz permanece. Sin duda, muchoshoy han olvidado la cruz, pero no loscreyentes, quienes siempre la tene-mos presente. Cada día del Señor,vemos, en la cena del Señor, la cruzdel Hijo de Dios exhibida en la igle-sia. Esto sugiere que, aunque poda-mos olvidar todo lo demás, debemosrecordar el hecho de su muerte pornosotros.

Significado de la mSignificado de la mSignificado de la mSignificado de la mSignificado de la meeeeesa del Señorsa del Señorsa del Señorsa del Señorsa del Señor1a Corintios 11 habla de «la cena delSeñor», con su doble significado derecordar al Señor y exhibir su muer-te. El capítulo 10 del mismo libro, sinembargo, habla de ella como «lamesa del Señor». Aunque el tema esel mismo, se utilizan dos designacio-nes diferentes.

Tal como la cena del Señor, la mesadel Señor también tiene un doble sig-nificado. «La copa de bendición quebendecimos, ¿no es la comunión dela sangre de Cristo? El pan que parti-mos, ¿no es la comunión del cuerpode Cristo? Siendo uno solo el pan,nosotros, con ser muchos, somos uncuerpo; pues todos participamos deaquel mismo pan» (1a Cor. 10:16-17).Aquí, la mesa tiene un doble signifi-cado: primero, comunión, y luego,unidad.

1. Comunión

El significado primero y principal dela mesa del Señor es comunión. «Lacopa de bendición que bendecimos,¿no es la comunión de la sangre deCristo?». Así como 1a Corintios 11 seadentra en la relación del creyentecon el Señor, 1a Corintios 10 trata delas relaciones entre los creyentes.

El capítulo 11 no alude a nuestrasmutuas relaciones; simplemente su-braya el recordar al Señor y el pro-clamar la muerte del Señor hasta Suvenida. Por otro lado, el capítulo 10hace hincapié en la comunión de lasangre de Cristo.

Vemos que «la copa de bendición quebendecimos» es singular en número.Todos bebemos de la misma copa;ello demuestra el sentido de la comu-nión. A menos que las personas seanmuy íntimas, no beberán de una mis-ma copa. El hecho de que muchos

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hijos de Dios beben de la misma copa,atestigua plenamente del aspecto dela comunión de la mesa del Señor.

En el capítulo 11, nuestros ojos secentran en el Señor, pero en el capí-tulo 10 vemos a nuestros hermanos.Los vemos en la copa. La copa es parabeber, y todos bebemos de la mismacopa. En este acto, tenemos comu-nión con todos los hijos de Dios. Sea-mos cuidadosos, para no perder devista este aspecto.

2. Unidad

El segundo significado de la mesa delSeñor es la unidad. «Siendo uno soloel pan, nosotros, con ser muchos, so-mos un cuerpo; pues todos participa-mos de aquel mismo pan» (v. 17). Enesto, vemos de inmediato que todoslos hijos de Dios son uno.

El pan tiene diferentes enfoques enlos capítulos 10 y 11. Mientras que,en el capítulo 11, el Señor dice: «Estoes mi cuerpo que por vosotros es par-tido» (v. 24)), lo cual hace referenciaal pan como su cuerpo físico, en elcapítulo 10, el versículo 17 dice: «No-sotros, con ser muchos, somos uncuerpo», esta vez sugiriendo que laiglesia es el pan.

Así como necesitamos aprender anteel Señor los diversos significados desu mesa como memoria, exhibicióny comunión, así también debemosaprender su significado como unidad.

Todos los hijos de Dios son uno, asícomo el pan es uno. Solo tenemos unpan, y cada creyente toma un trozo.Si fuese posible reunir todos los tro-zos rotos, podríamos restaurar el pancompleto. El pan repartido entremuchos todavía sería un pan, si suspartes se reunieran.Físicamente, después que el pan espartido y comido, no se puede recu-perar. Pero, espiritualmente, aún so-mos uno en el Espíritu Santo. El Espí-ritu Santo nos da a Cristo; sin embar-go, Cristo está todavía en el EspírituSanto. Lo que se ha distribuido es elpan; pero, en el Espíritu Santo, toda-vía somos uno, y nunca hemos sidodivididos. Así, en el partimiento delpan, confesamos que los hijos de Diossomos uno. Este pan significa la uni-dad de la iglesia de Dios.La cuestión básica de la mesa del Se-ñor está en el pan. Cuando los hijosde Dios se reúnen para partir el pan,si el pan solo los representara a ellosmismos, sería demasiado pequeño;no debería ser partido. El pan debeincluir toda la iglesia, abarcando atodos los hijos de Dios sobre la tie-rra, así como a aquellos de tu locali-dad particular. Por lo tanto, él testifi-ca acerca de la unidad de todos loshijos de Dios.

El principio de rEl principio de rEl principio de rEl principio de rEl principio de recibirecibirecibirecibirecibir¿Cómo, entonces, recibimos a laspersonas en la mesa del Señor? Re-

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cuerden, no somos nosotros los anfi-triones; en el mejor de los casos, so-mos los porteros. Se trata de la cenadel Señor, la mesa del Señor, no denosotros.

Nosotros no tenemos autoridad so-bre la mesa del Señor. Tenemos elprivilegio de comer del pan y beberde la copa, pero no podemos impe-dir su acceso a otros. A ningún redi-mido por la sangre de Jesús podemosprohibirle llegar a la mesa del Señor.No tenemos autoridad para detenera nadie. No podemos rechazar a quie-nes el Señor ha recibido, ni rechazara aquellos que pertenecen a él.

Solo podemos rechazar a quienes elSeñor rechaza, o a aquellos que nopertenecen a él. El Señor solo recha-za a aquellos que no le pertenecen,o que aún permanecen en pecado.Puesto que su comunión con el Se-ñor ya ha sido interrumpida, nosotrostampoco tenemos comunión conellos.

Notemos que nosotros somos delSeñor, y no tenemos ninguna autori-dad para hacer algo distinto a lo queel Señor hace. Cada vez que partimosel pan, debemos pensar en todosaquellos que han recibido la gracia;no solo en aquellos hermanos y her-manas que conocemos personalmen-te. Si los creyentes reunidos en lamesa en un lugar rehúsan tener co-munión con los hijos de Dios en otroslugares, ellos son muy exclusivos.

Esperamos que los corazones de loshermanos y hermanas en cada lugarse abran hasta que puedan aceptar atodos los hijos de Dios. Permaneceren el terreno de la iglesia, no es dis-criminar a otros hijos de Dios, comosi algunos fuesen bienvenidos y otrosno. Cada vez que nos acercamos a lamesa del Señor, se nos permite verloa él una vez más; así nuestros cora-zones se amplían nuevamente paraincluir a todos los hijos de Dios.

El corazón es un gran misterio. No seexpande por sí mismo; por el contra-rio, al más mínimo descuido, tiendea hacerse más estrecho. Su inclina-ción natural es a contraerse, no aampliarse. Pero, en el momento derecordar al Señor, nuestros corazonesdeben ensancharse.

Participando dignamente

«De manera que cualquiera quecomiere este pan o bebiere esta copadel Señor indignamente, será culpa-do del cuerpo y de la sangre del Se-ñor. Por tanto, pruébese cada uno así mismo, y coma así del pan, y bebade la copa. Porque el que come y bebeindignamente, sin discernir el cuerpodel Señor, juicio come y bebe para sí»(1a Cor. 11.27-29).

Es extremadamente importante quecomamos y bebamos dignamente.Esto no se refiere a la dignidad de laspersonas, sino a la manera en queellas participan. La dignidad de un

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creyente reside en ser redimido porla preciosa sangre. Si él no pertene-ce al Señor, no puede tener partici-pación alguna en la mesa del Señor.Pero, aquellos que son del Señor, nodeben comer indignamente, es decir,recibir ocasionalmente el pan sin dis-cernir el cuerpo del Señor.

Por lo tanto, exhortamos a los jóve-nes creyentes a recibir el pan respe-tuosamente. Tú estás calificado de-lante de Dios para participar, pero el

Señor te pide que te examines. De-bes discernir que se trata del cuerpodel Señor; por lo tanto, no debes to-marlo livianamente. Debes recibirlode manera digna, porque es el cuer-po del Señor. Puesto que él da su san-gre y su carne para ti, necesitas reci-birlos con respeto. Nadie, sino unnecio, despreciaría lo que Dios le hadado.

Spiritual Exercise, Chapter 21.Christian Fellowship Publishers

Nada que dar

Cierto día, un misionero predicaba en medio de una tribu indígena,hablando de cómo el Salvador expió nuestros pecados en la cruz.

Entonces, un nativo de noble aspecto preguntó emocionado: «¿Je-sús también murió, por mí, un hombre pobre? Verdad es que no tengoninguna tierra para dar a Jesús, pero quiero darle mi perro y mi mone-dero». El misionero le dijo que el Señor Jesús esperaba de él otra cosa.

«Entonces le doy mi perro, mi monedero y mi manta de lana. Soypobre, y no puedo darle más. Esto es todo lo que tengo». El predicadorle dio la misma respuesta.

Entonces el hombre bajó tristemente la cabeza y reflexionó. De re-pente, dirigió una mirada confiada al misionero, y le dijo: «Aquí está mipersona entera. ¿La acepta Jesús?». ¡Qué alegría para el misionero cuan-do este hombre fue a los pies de Jesús y entregó su vida a Aquel que lohabía amado y se había dado a sí mismo por él!

El melón del desierto

En el desierto de Namibia (África), existe un fruto parecido a un me-lón, que es cosechado para ser consumido. Su presencia en semejantelugar nos sorprende. ¿Dónde encuentra el agua indispensable para cre-cer en un lugar tan árido? Los botánicos que lo estudiaron hallaron queno solo posee raíces muy largas que van hasta la más pequeña veta deagua, sino que también absorbe la más mínima humedad del aire.

Este ejemplo nos anima a permanecer cerca de Jesús, manantial deaguas vivas, a fin de llevar fruto para Dios.

Tomado de la Web

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FAMILIA

IntIntIntIntIntrrrrroducción - La afoducción - La afoducción - La afoducción - La afoducción - La aflicción dellicción dellicción dellicción dellicción delpueblo de Diospueblo de Diospueblo de Diospueblo de Diospueblo de DiosEn el libro de Éxodo, Egipto represen-ta la aflicción. Allí, el pueblo de Diosamasaba el barro, pisando en círcu-los, sin poder escapar, como ocurre aveces con los matrimonios y las fami-lias. Cuando se pierde el propósito,pareciera que la vida no es otra cosasino trabajar. Podemos tener el gozodel Señor en una reunión; sin embar-go, volvemos a casa y regresamos almismo afán.

No sabemos cómo salir de los proble-mas conyugales, ni cómo resolver losconflictos de nuestros hijos. Tenemosel Espíritu de Dios habitando en no-sotros, pero no logramos oír su vozpara conducirnos en estas situacio-nes. Amasamos el barro, día tras día,mes a mes, año tras año.

¡Cuán triste es la situación de algu-nas familias! Entonces, el texto deÉxodo dice que Dios vio la aflicción

Los roles del esposo y la esposa

Cézar Coneglian

Solo en el Señor hay salvación para nosotros, para elmatrimonio y para los hijos.

de su pueblo. Llega un momento enque Dios el Padre nos visita, y él le-vanta a algún amigo o un hermano,que nos habla, como Moisés. Moisésrepresenta a Cristo, y el Faraón repre-senta al diablo, aquel que mantieneal pueblo en esclavitud.

Las eLas eLas eLas eLas estststststrrrrrategias de Fategias de Fategias de Fategias de Fategias de FarararararaónaónaónaónaónMoisés le dice a Faraón: «Deja ir a mipueblo a celebrarme fiesta en el de-sierto» (Éx. 5:1). El pueblo de Diosnecesita alegrarse. Dios no nos creópara la depresión, ni menos para laansiedad. Él no creó a nuestros hijospara el pecado, sino para vivir en ale-gría; pero esa fiesta es en el desierto,en esta tierra, en un lugar que no esnuestra habitación.

«¿Quién es Jehová, para que yo oigasu voz y deje ir a Israel? Yo no conoz-co a Jehová, ni tampoco dejaré ir aIsrael» (v. 2). Satanás se levanta con-tra el Señor. Él desprecia al Señor ydesprecia a su pueblo. Él solo quiere

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esclavizarnos. Desde el capítulo 5 alcapítulo 10, Moisés se presenta cin-co veces ante Faraón, y cada vez, éstelevanta un impedimento para que elpueblo salga.

1. La carga del trabajo

«Y mandó Faraón... a sus capataces,diciendo: De aquí en adelante no da-réis paja al pueblo para hacer ladri-llo, como hasta ahora; vayan ellos yrecojan por sí mismos la paja. Y lesimpondréis la misma tarea de ladri-llo que hacían antes» (v. 6-8).

La primera estrategia del diablo con-tra las familias es aumentarles el tra-bajo. Es una batalla espiritual fácil depercibir. Nos endeudamos compran-do cosas que son prescindibles, au-mentamos el trabajo, para poder pa-gar y, con eso, tenemos menos tiem-po para el Señor.

2. La presencia del mundo

La segunda cosa que el diablo hacees decir: «Andad, ofreced sacrificio avuestro Dios en la tierra» (8:25), esdecir, dentro de Egipto. Satanás estáproponiendo: «Amen a Dios, pero nonecesitan apagar el televisor, ni elcomputador; continúen disfrutandolas cosas de esta vida».

Nosotros somos forasteros en tierraextraña. Fuimos comprados por unaSangre preciosa. No podemos amara Dios en la reunión, y tener luego elmismo comportamiento del mundo.

Satanás ha ganado ventaja sobremuchos de nosotros, porque hemosamado a Dios dentro de Egipto.

Pero Moisés dice a Faraón: «Caminode tres días iremos por el desierto, yofreceremos sacrificios a Jehovánuestro Dios» (8:27). El número 3 enla Biblia nos recuerda la muerte y laresurrección. Moisés está diciendo:«Nuestra adoración tiene que pasarpor la cruz». En nuestra casa no en-trará nada que Dios no apruebe.

3. Un servicio en la periferia

Entonces, Faraón levanta el tercerimpedimento. «Yo os dejaré ir paraque ofrezcáis sacrificios a Jehovávuestro Dios en el desierto, con talque no vayáis más lejos» (v. 28). Esdecir: «No vayan muy lejos; adorenen la periferia de Egipto».Hermanos, el evangelio es un cami-no estrecho, un camino que requierede mucha firmeza. Por ejemplo, lospadres no deberían dar a sus hijos uncelular con internet antes de los quin-ce años. Ellos no tienen estructurapara filtrar lo que están viendo, y co-mienzan a navegar en sitios indebi-dos, siendo alimentados por cosasperniciosas.El camino de Dios para la familia esun camino estrecho. Tenemos que sermuy firmes, y decir a nuestros hijos:«Presten atención, ustedes van a laescuela a aprender lenguaje, mate-mática y geografía; pero quienes les

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enseñarán sobre la vida, por mediode la Palabra, somos nosotros». So-bre el matrimonio, sobre el dinero,sobre el sexo, quienes enseñan sonel padre y la madre.

¡Cuántos de nosotros hemos entre-gado la educación de nuestros hijosal mundo! Y el domingo venimos aadorar a Dios, y es una adoración enla periferia, donde las cosas del mun-do están contaminando la mente denuestros hijos.

4. Separando a los hijos

En el capítulo 10, Faraón levanta elcuarto impedimento. «¿Cómo os voya dejar ir a vosotros y a vuestros ni-ños? ¡Mirad cómo el mal está delan-te de vuestro rostro! No será así; idahora vosotros los varones, y servida Jehová, pues esto es lo que voso-tros pedisteis» (v. 10-11). «Ustedespueden ir, solo que los niños se que-dan». Porque el testimonio de Cris-to, de la próxima generación, sonnuestros hijos, y el diablo no quiereque ellos adoren junto con nosotros.

¿Cómo se presenta este impedimen-to en nuestro hogar? ¿Cuándo fue laúltima vez que leímos la Biblia en fa-milia? ¿Cuándo fue la última vez queministramos una palabra a los hijos?¿Cuánto cuidas del devocional deellos? ¿Cuánto tiempo dedicas a tushijos, para ver qué está entrando enla mente de ellos? Si las respuestas

son negativas, es porque Satanás hapuesto tal impedimento.Hombre, ¿cuándo fue la última vezque leíste la Biblia completa? ¿Cuán-do fue la última vez que Dios puso undepósito en ti? ¿O tu testimonio esañejo, porque no hay nada nuevo queDios te haya hablado? Madre, ¿cuán-tas veces, durante este año, tu hijo teoyó dar un testimonio de unaministración que el Espíritu de Dioste haya dado?Satanás se ha levantado en nuestromedio, poniendo obstáculos para quelas familias no adoren a Dios. ¿Sabíasque, si dedicas una hora de lectura aldía, leerías la Biblia seis veces en unaño? Si no creemos que esto es eter-no, le hemos dado poco valor.Cierta vez, el príncipe de los predica-dores, Charles Spurgeon, visitó algu-nas iglesias en África, y se sorpren-dió por el nivel de conocimiento es-piritual de muchos hermanos, sin ins-trucción de libros. Queriendo sabercómo habían alcanzado aquello, loshermanos le respondieron que ellosdedicaban seis horas diarias a leer lasEscrituras.Madre, tú necesitas contar las histo-rias de la Biblia a tus hijos; tienes querescatar los principios bíblicos paratus hijos. Marido, debes edificar a tuesposa. Cuando identificas un proble-ma en ella, necesitas buscar en laPalabra y ministrarla al corazón de

64 AGUAS VIVAS

En Génesis cEn Génesis cEn Génesis cEn Génesis cEn Génesis capítulo 3,apítulo 3,apítulo 3,apítulo 3,apítulo 3,Dios rDios rDios rDios rDios redeedeedeedeedefine los pape-fine los pape-fine los pape-fine los pape-fine los pape-les. Tles. Tles. Tles. Tles. Todo lo que vodo lo que vodo lo que vodo lo que vodo lo que vemosemosemosemosemosen Génesis 3, aparen Génesis 3, aparen Génesis 3, aparen Génesis 3, aparen Génesis 3, aparecerecerecerecereceráááááen ten ten ten ten todos los demás pa-odos los demás pa-odos los demás pa-odos los demás pa-odos los demás pa-sajes que hablan sobrsajes que hablan sobrsajes que hablan sobrsajes que hablan sobrsajes que hablan sobre lae lae lae lae lafffffamilia.amilia.amilia.amilia.amilia.

ella. Pero, antes, necesitas identificartus propios pecados, buscando en laEscritura y dejando que ella lave tucorazón. No confiemos en un psicó-logo, porque esto es eterno, y es su-ficiente para nosotros.

Si tenemos un problema, nuestroshijos tienen un problema. Estemos derodillas, oremos todos los días, ore-mos en familia, oremos como ma-trimonio, busquemos al Señor, ayu-nemos, hasta que él hable a nuestroscorazones. Necesitamos buscarlo,porque él se deja hallar.

5. Viviendo sin recursos

El último impedimento. «Id, servid aJehová; solamente queden vuestrasovejas y vuestras vacas; vayan tam-bién vuestros niños con vosotros»(10:24). Ellos podían ir, pero sin susbienes. ¿Por qué? Porque Satanássabe que nosotros necesitamos re-cursos para vivir. Entonces, él traeráconfusión en medio de la familia, porcausa del dinero.

RedeRedeRedeRedeRedefiniendo los rfiniendo los rfiniendo los rfiniendo los rfiniendo los roleoleoleoleolesssssAhora, veamos cómo los textos quehablan de los roles nos muestran es-tos cinco impedimentos. Como yahemos visto, en Génesis 1, Dios defi-nió los papeles; en Génesis 2, Diosamplió el entendimiento de los roles,hablando de la mujer como auxi-liadora. Pero en Génesis 3 viene lacaída. Entonces, el Señor redefine lospapeles.

Cuando la Biblia menciona un asun-to por primera vez, éste se manten-drá a través de toda la Escritura. Porejemplo, en Génesis 22:2, aparecepor primera vez la palabra amor.«Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac,a quien amas, y vete a tierra deMoriah, y ofrécelo allí en holocaustosobre uno de los montes que yo tediré». Aquí, el sentido de la palabraamor es de un padre entregando a suúnico hijo. ¿Y cuál es el sentido delamor en toda la Biblia? El Padre en-tregando al Hijo.

En Génesis capítulo 3, Dios redefinelos papeles. Todo lo que vemos en Gé-nesis 3, aparecerá en todos los demáspasajes que hablan sobre la familia.

El rEl rEl rEl rEl rol de la mol de la mol de la mol de la mol de la mujer – cuidar deujer – cuidar deujer – cuidar deujer – cuidar deujer – cuidar deperperperperpersonassonassonassonassonas«A la mujer dijo: Multiplicaré en granmanera los dolores en tus preñeces;con dolor darás a luz los hijos; y tudeseo será para tu marido, y él seenseñoreará de ti» (Gén. 3:16).

65AGUAS VIVAS

¿Qué vemos aquí, además de los do-lores de parto? ¿Qué vemos, más alláde la mujer siendo gobernada por elmarido? Que los roles de la mujerestán ligados a personas. Cuando lamujer se casa, ella está ligada al hijoy está ligada al marido; la mujer edi-fica al hijo, y auxilia al marido.

En el Nuevo Testamento vemos quelas solteras sirven al Señor, cuidandode personas. Y, sobre las viudas, lacarta a Timoteo dice que, a fin de quesean cuidadas por la iglesia, ellas de-ben tener más de sesenta años, ha-ber lavado los pies de los apóstoles,haber cuidado de sus familias y de losnecesitados, y haber sido esposas deun solo hombre. Todo está relaciona-do con personas.

Mujer, no te dejes seducir por el tra-bajo, porque la vocación que Dios tedio es cuidar de personas. Así de sim-ple. Por eso, cuando un niño tieneproblemas, lo primero que se inves-tiga es la conducta de la madre en sucasa.

La mujer puede cometer muchoserrores que agitan la casa. Si yo llegoa casa furioso, y mi esposa está bien,la casa permanecerá tranquila. A lainversa, si yo llego tranquilo, pero miesposa está irritada, el hogar se veráalterado, porque el ambiente de lacasa es la función de la mujer.

En la familia, quien cuida de las per-sonas es la mujer. «La mujer sabia

edifica su casa; mas la necia con susmanos la derriba» (Prov. 14:1). No seedifica a un sofá, a una silla o a unaalfombra – se edifican personas. En-tonces, la serenidad de la mujer estádirectamente relacionada con la ma-durez de los miembros de la familia.

Una hogar con una esposa tranquilaes una casa que madura; una esposaagitada paraliza el crecimiento de sucasa. Por eso, ellas no pueden sersobrecargadas. Nosotros no pode-mos poner muchas tareas sobre ellas.La esposa toca los dos extremos: loshijos y el marido. Si ella sufre una des-compensación, se descompensanambos extremos. Si el hombre se des-compensa, él cargará el peso sobreella.

La mujer, como madre, es el primerelemento que protege a los hijos. Porproximidad, un error de una madretrae más daño sobre un hijo que unerror del padre. Hermana, esta es tuvocación: cuidar de personas. No de-jes que Satanás te robe; no permitasque desvíe tu atención de tus hijos yde tu marido. Pelea esta batalla;mantén la conciencia de tu gran lla-mamiento. Este papel se mantendráa lo largo de toda la Biblia.

Los rLos rLos rLos rLos roleoleoleoleoles del hombrs del hombrs del hombrs del hombrs del hombreeeee«Y al hombre dijo: Por cuanto obede-ciste a la voz de tu mujer, y comistedel árbol de que te mandé diciendo:No comerás de él; maldita será la tie-

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rra por tu causa; con dolor comerásde ella todos los días de tu vida. Espi-nos y cardos te producirá, y comerásplantas del campo. Con el sudor detu rostro comerás el pan hasta quevuelvas a la tierra, porque de ella fuis-te tomado; pues polvo eres, y al pol-vo volverás. Y llamó Adán el nombrede su mujer, Eva, por cuanto ella eramadre de todos los vivientes» (Gén.3:17-20).

1. La provisión materialEl rol de la mujer está vinculado apersonas: el marido y los hijos. Aho-ra, Dios ha dado otros papeles alhombre. Primero, el proveer. El dine-ro es responsabilidad del hombre. Siun varón no gana lo suficiente, o nose desempeña bien en el trabajo, noestá listo para casarse. Si yo no lidiobien con el dinero, mi esposa estaráen una situación de angustia.Los hombres no estaríamos dispues-tos a sufrir dolores de parto, pero sísomos capaces de sobrellevar el su-dor del rostro. La provisión de la casaes muy pesada para la mujer, porqueno es un papel que Dios le haya dadoa ella. 1a Juan 5 dice que los manda-mientos de Dios no son gravosos.Cuando intentamos asumir una fun-ción que no nos corresponde, aque-llo va a ser pesado. ¿Por qué algunasmujeres en nuestro medio están tansobrecargadas? Porque están cum-pliendo papeles que no les pertene-cen.

Con seis años de casado, yo debía unaño de salario. Mi esposa no lo sa-bía, hasta que tuve que decírselo. Sihay alguien que sabe administrarbien el dinero, es ella. Entonces,cuando tuve esa crisis, yo fui tentadoa poner el gobierno financiero enmanos de ella. Pero el Espíritu no melo permitió. Los hombres tenemosque aprender a tratar con el dinero.No puedes endeudarte; en lo posible,tienes que aprender a ahorrar.

2. La edificación del hogar

El rol del marido es atender a su es-posa y a sus hijos. Sin embargo, suprovisión no es solo financiera, aun-que comienza con el dinero. Dios ledio al hombre un segundo papel.Adán mira a su esposa, y la llama Eva.En la Escritura, un nombre represen-ta el carácter. Salomón significa pací-fico. En Cantares, nosotros tenemosla sulamita. Sulamita es el femeninode Salomón. Ella tuvo la cara de sumarido, y se volvió pacífica, porqueél era pacífico.

La Biblia dice que el esposo le da unnombre a su esposa; esto significaformar el carácter de ella.

Si hay alguna cosa que te gustaría quetu esposa fuese, algo que ella aún nohaya alcanzado, eres tú quien tienesque formar eso en ella. Es tu respon-sabilidad formar el carácter de tu es-posa. Una esposa problemática hablade un hombre problemático.

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Siempre pensé que el rol de una mu-jer era difícil, hasta que descubrí cuá-les eran los papeles del hombre. Todolo que ocurre en una casa es nuestrapropia responsabilidad. Nosotros re-cibimos de parte de Dios el poder decambiarlas, de darles un nombrenuevo.

En el primer matrimonio de la Biblia,Adán mira a Eva y dice: «Ella será lla-mada Varona, por cuanto del Varónfue tomada». Ella tiene la misma carade él.

En otro matrimonio, en Cantares, lasulamita tiene el mismo nombre deSalomón. Y en el último matrimonio,en Apocalipsis, el Señor le muestra aJuan la esposa del Cordero. Aquellanovia tenía la cara del Cordero (Apoc.21:10-11).

Nuestras esposas tienen nuestra cara.Necesitamos que, en medio de la con-gregación, se levanten hombres quelean la Escritura, que juzguen las si-tuaciones que ocurren en la casa, quejuzguen su propio corazón, que con-fiesen pecados y ayunen, hombresque se levanten en esta generación,porque somos nosotros los que res-ponderemos por la casa.

A menudo, ocurre que las mujeresoran más. Gracias a Dios que ellasoran; pero es triste que nosotros nooremos. El hombre debe proveer ora-ción, y proveer la Palabra. La mujeres santificada por el lavamiento del

agua. Pero no solo eso. Él debe pro-veer cuidado. Efesios capítulo 5, ha-blando de la mujer, dice que nadieaborreció jamás su propia carne, an-tes bien, la alimenta y la cuida.3. La provisión afectivaEn el original griego, la palabra cui-dar significa confortar, dar calor. Lamujer necesita calor, necesita afecto.¡Qué necesidad tienen ellas de sercuidadas y mimadas! El hombre debeproveer cariño, porque nosotros re-presentamos a Cristo. Tenemos queaprender a que no falte nada en nues-tra casa. Hay periodos en que nues-tras mujeres tienen un humor ines-table; necesitamos proveer esa pa-ciencia que tanto necesita la casa.Debemos proveer el diálogo.Un día, leyendo la Biblia, saltó a misojos la historia de Ana, y Dios hablóconmigo. Elcana amaba a Ana, sumujer, su escogida. Pero Ana tenía undolor: ella era estéril. Y Elcana le dijo:«¿No soy yo mejor que diez hijos?».Él no entendía a su mujer, no com-prendía la mente de ella; no com-prendía que el amor por un hijo esdiferente del amor por el marido.¡Cuántas aflicciones tienen nuestrasesposas, que nosotros no compren-demos! Nosotros no nos comunica-mos, no las oímos, no oramos conellas, simplemente porque tenemosotra opinión. El hombre debe proveertodas estas cosas. ¡El Señor derramesu gracia sobre nosotros!

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AfAfAfAfAferrándonos al Señorerrándonos al Señorerrándonos al Señorerrándonos al Señorerrándonos al SeñorTú no necesitas de un psicólogo. Ne-cesitamos de la Palabra. Durante unacrisis matrimonial, yo pedí ayuda alSeñor. Y, un día, abrí Génesis, y leí elpasaje de Jacob en el valle de Jaboc.Jaboc significa desbordamiento, efu-sión. Algo saldrá hacia afuera. Allí,Jacob tuvo una crisis con Dios.

El nombre de Jacob era «agarrador».Él se aferró a muchas cosas: se asióde su madre, se tomó de la bendición,agarró los rebaños. Pero llegó unmomento en que tuvo que dejarlotodo, y se quedó solo con Dios, y lu-chó con el ángel. Un agarrador resis-te a Dios. Él se aferró a muchas co-sas, pero no se agarró de Dios. El án-gel quería bendecir a Jacob, pero élresistía, hasta que el ángel lo hirió.

Hermanos, algunos de nosotros ten-dremos que ser heridos para tomarla vía correcta. ¡Qué triste es cuandoDios hiere a un hijo, porque nos asi-mos a muchas cosas, pero no a él! Nonos aferramos a la verdad que él nosquiere ministrar.

Es triste cuando los matrimonios sedistancian, y Dios los hiere. Pero, sitú estás herido, tómate del ángel, afé-rrate de la Palabra y de la minis-tración que el Espíritu Santo trae atu vida. Agárrate del único del cualnos debemos tomar, del bendito Se-ñor, porque en él hay salvación para

nosotros, salvación para el matrimo-nio y salvación para los hijos.

Entonces, el nombre de Jacob fuecambiado. Así también, nuestro nom-bre es cambiado, cuando el Señorministra a nuestro corazón; solo élministra verdades más profundas so-bre quiénes somos nosotros. Despuésde eso, renovaremos nuestra consa-gración al Señor.

Cuando Jacob volvió a la vida, él fuecambiado. ¿Quieren ver el primercambio? Esaú vino hacia él, y ambosse reconciliaron. Cuando Esaú le dijo:«Ven conmigo», Jacob respondió:«No, yo seguiré al paso del rebaño.Tengo una mujer e hijos, y ellos ya noseguirán mi ritmo; yo iré al ritmo deellos».

Presten atención a esto. En el hogar,somos una cadena de varios eslabo-nes: el marido, la esposa y los hijos. Yesta cadena soporta lo que soportael eslabón más débil. Por eso, en lavida familiar, caminamos al paso delmás frágil. Si tenemos un hijo conproblemas, disminuimos el ritmo yatendemos aquella situación.

¡Bendita es la Palabra! ¡Cuánta pro-visión podemos tomar de ella! Ama-dos hermanos, pidan, busquen y lla-men, por el Espíritu. Somos depen-dientes de él. Si lo tenemos a él, nonecesitamos nada más. Dios les ben-diga. Amén.

***

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APOLOGÉTICA

En defensa del Jonáshistórico

La odisea de Jonás tiene fundamentos fuertes para serconsiderada una historia real y no un mito.

Ricardo Bravo M.

Estos y otros argumentos similaresserán revisados en este artículo, des-de una perspectiva naturalista, perotambién desde una perspectiva so-brenatural, porque la historia contie-ne situaciones excepcionales descri-tas de forma explícita.

Por ejemplo, la Escritura afirma quees Dios quien genera la tempestad enel mar y quien la termina (1:4; 1:15)y es él quien «tenía preparado ungran pez que tragase a Jonás» (1:17).Por tanto estas complejas variablesestán sujetas a control sobrenaturaldesde el principio de la historia.

Cuando se producen excepciones enciencia, con hechos que están másallá del ámbito de su competencia,puede tratarse de fenómenos que sedeben a una acción sobrenatural, quees lo que la teología reconoce comomilagros. No obstante, estos suelenser eliminados por secretaría en el

La narración bíblica acerca de Jonásy el “gran pez” que lo traga es una delas historias más complejas y difíci-les de aceptar desde el punto de vis-ta de la teología liberal, e inacepta-ble para personas con visión natura-lista.

Efectivamente, la historia tiene ele-mentos que la hacen poco creíbledesde un punto de vista natural:¿Cómo puede sobrevivir una perso-na tres días en el vientre de un pez?¿Cómo se puede adorar a Dios y almismo tiempo escribir un salmo es-tando dentro del vientre de un ani-mal marino?

Otro argumento recurrente apunta aque una ballena o cachalote (anima-les lo suficientemente grandes paraalbergar a una persona en su interior)son mamíferos, no peces, por lo quela historia bíblica literal no sería acep-table.

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ámbito naturalista, por no ser facti-bles de probar empíricamente.

Pero los milagros deben ser creídosy no sometidos a pruebas empíricas,si se reconoce la autoridad de la Es-critura y el accionar de un Dios Todo-poderoso.

Si no se observa este principio, en-tonces se establece un peligroso pre-cedente que anula la interpretaciónadecuada de la Escritura, dejando sinsentido innumerables pasajes bíbli-cos donde se evidencia la acción so-brenatural de un Dios Omnipotente(el diluvio, la confusión de lenguas enBabel, el embarazo de la ancianaSara, las plagas de Egipto, la separa-ción de las aguas del Mar Rojo, la pro-visión de maná del cielo, y de aguaen el desierto para una multitud depersonas, la multiplicación de panesy peces descrita en los evangelios, laconversión excepcional de Pablo, yhasta la propia encarnación y poste-rior resurrección de Cristo).

La odisea de Jonás tiene fundamen-tos fuertes para ser considerada unahistoria real y no un mito, en primerlugar porque la ratificó el propio Se-ñor Jesucristo en los evangelios (Mat.12:40), y porque el historiador secu-lar Flavio Josefo reitera la historia deJonás como un hecho real, entregan-do muchos detalles en su libro LasAntigüedades de los Judíos1, en elcapítulo 10, párrafos 1 y 2.

En segundo lugar, la historicidad deJonás tiene un respaldo importante,teniendo en cuenta el propio estiloliterario del libro que lleva su nom-bre, con descripciones de épocas ypersonas reales, en un contexto cul-tural, económico y geográfico real2.Estos antecedentes revelan que setrata de un libro histórico, y no de unafigura inventada. Adicionalmente,Jonás fue efectivamente un persona-je histórico, el cual es mencionado en2 Reyes 14:25, durante el reinado deJeroboam II.

ContexContexContexContexContexto geográfico y culto geográfico y culto geográfico y culto geográfico y culto geográfico y cultttttururururural yal yal yal yal ysu consecuencia con el rsu consecuencia con el rsu consecuencia con el rsu consecuencia con el rsu consecuencia con el relatoelatoelatoelatoelatobíblicobíblicobíblicobíblicobíblicoLa historia de Jonás se desarrolla enel Mar Mediterráneo, en los años 793a 753 a. C., de acuerdo a la cronolo-gía bíblica.

Se inicia con Jonás huyendo del man-dato divino, para así evitar entregarun mensaje de parte de Dios a loshabitantes de Nínive, una ciudad ubi-cada en Asiria, al interior de Asiamenor. Se embarca en el puerto deJope, una ciudad ubicada en la costadel Mediterráneo, a unos 56 km alnoroeste de Jerusalén, y que hoy co-rrespondería a la ciudad de Jaffa.Jope es uno de los puertos más anti-guos del mundo, el cual todavía fun-ciona con embarcaciones pesquerasmenores.

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Respecto a Nínive (hoy equivaleaproximadamente a la ciudad deMosul en Irak), se sabe que se ubica-ba al Este de Israel, y que Jonás esta-ba intentando alejarse lo más posi-ble de esa ciudad, al abordar un bar-co y navegar en sentido opuesto, esdecir, hacia el Oeste. Si Tarsis era unpuerto específico, con seguridad ha-bría estado ubicado en algún sitio alo largo de la costa del Mar Medite-rráneo, tal como lo sugieren variostextos del Antiguo Testamento (Sal-mos 48:7; lsaías 23:6; Ez. 27:25).Los candidatos geográficos más pro-bables para definir a la ciudad deTarsis son Tartessos en el suroeste deEspaña o Tarso en el sureste de AsiaMenor. Sin embargo Tartessos cum-pliría mejor los requisitos, por cuan-to era el lugar más alejado y opuestode Nínive (objetivo principal deJonás), al cual se podía llegar nave-gando. Adicionalmente, una inscrip-ción fenicia del siglo IX a.C. sugierela posible presencia de Tarsis en loque hoy es Andalucía en el suroestede España, a orillas del Mar Medite-rráneo, área donde se ubicaba Tar-tessos3.Tartessos pudo además haber sido laTarsis bíblica, debido al importanteintercambio comercial con la ciudadfenicia de Tiro, ubicada en la mismaribera mediterránea que Jope2. Unantecedente claro al respecto loaporta el texto bíblico, donde señala

que el barco que transportaba aJonás llevaba cierto tipo de «ense-res» que fueron arrojados por la bor-da para alivianarlo en medio de latormenta (Jonás 5:1).

Según relatos de los antiguos griegos,Tartessos se caracterizaba por seruna nación (o región) muy rica, prin-cipalmente por su minería y comer-cio. Entre los minerales destacabanel oro, la plata y el estaño, siendo esteúltimo esencial para la fabricación delbronce. Estos materiales eran inter-cambiados por productos feniciosmanufacturados, generando un im-portante intercambio cultural y reli-gioso.

Tartessos era también rica en produc-tos agrícolas tales como, cereales,aceitunas, y diversas frutas. Parte deeste importante intercambio comer-cial marítimo entre ambos extremosdel Mar Mediterráneo, es menciona-do en Ezequiel 27:12. Las naves ma-rítimas que hacían la travesía entreambas puntas del Mediterráneo eranlos denominados «barcos de Tarsis»,unos buques marítimos de carga, de-signados así quizás por la ubicacióngeográfica desde donde salían, o porel cargamento metalúrgico que trans-portaban desde esa zona.

Al respecto, el historiador secularMaluquer2 señala que: «el viaje deJonás nos da la verdadera medida dela densidad del tráfico marítimo ha-

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cia Tartessos (porque) cuando quie-re huir, no precisa de grandes prepa-rativos. Baja al puerto, toma pasajeen una nave que aparejaba para zar-par hacia Tartessos y se embarca.Nada más sencillo y simple». Este úl-timo relato confirma la lógica del es-crito bíblico.

Se sabe que desde las costas de Is-rael (o del puerto fenicio de Tiro) has-ta las de Tartessos (Tarsis) en la Pe-nínsula Ibérica, hay unos 4.000 ki-lómetros aproximadamente.

Una nave de gran tamaño, navegan-do a una velocidad de 5 nudos entreambos puntos, demoraría unas tressemanas en cubrir esa distancia, sicontaba con condiciones climáticasadecuadas.

¿P¿P¿P¿P¿Pez o bez o bez o bez o bez o ballena?allena?allena?allena?allena?¿Puede considerarse errónea la des-cripción bíblica al decir que fue un«gran pez» el que se tragó a Jonás,cuando en realidad hubo de ser unaballena o cachalote, y estos enormesanimales marinos no son peces sinomamíferos?

No, no estaría equivocada la Biblia sifue una ballena o cachalote u otroanimal marino gigante que engulló aJonás. La Biblia le nombra como un«gran pez», porque para la época deNoé, todos los grandes animales ma-rinos (incluidos los cetáceos) eran

considerados peces, y esto fue asíhasta mediados del siglo XVIII.Luego, a partir de los estudios de cla-sificación taxonómica de CarolusLinneus (1735), se produce la sepa-ración taxonómica de los animales enbases a caracteres morfológicos yfuncionales, y se separa a los pecesde los cetáceos, porque estos últimosalimentan a sus crías con una secre-ción equivalente a la leche, dado locual se les considera de la ClaseMammalia (mamíferos).Así todo, esta clasificación, comomuchas otras en Zoología, es muyprobablemente artificial, no natural,porque tiene implícita la teoría evo-lutiva darwiniana, la que hoy estácientíficamente cuestionada a nivelmacroevolutivo.

Una situación similar de clasificaciónalgo forzada ocurre con el murciéla-go. En la Biblia a estos animales seles cataloga como aves (Lev. 11:13,19; Deut. 14:11, 12, 18); sin embar-go, la Zoología lo clasifica taxonó-micamente como mamífero (OrdenChiroptera).

Candidatos al "grCandidatos al "grCandidatos al "grCandidatos al "grCandidatos al "gran pez" del libran pez" del libran pez" del libran pez" del libran pez" del librooooode Jonásde Jonásde Jonásde Jonásde JonásEn Mateo 12:40 (Biblia de las Améri-cas), se habla de un monstruo mari-no (ketos, traducido del griego origi-nal), es decir, un gran animal acuáti-co capaz de tragarse a un hombre

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completo. Hay al menos cuatro espe-cies marinas de gran tamaño quesuelen frecuentar el Mar Mediterrá-neo, y que califican como candidatospara el «gran pez». Estos son el ca-chalote, la yubarta o ballena joroba-da, el rorcual común o ballena de ale-ta, y el gran tiburón blanco.A dos de estas especies (Cachalote ytiburón blanco) se les nombra desdela antigüedad como habitantes delMediterráneo, en relatos de marine-ros y por lo descrito por Aristótelesen el siglo IV a. C., en su obra Histo-ria Animalium. Existe una quinta es-pecie con un tamaño considerablepara tragar a una persona, y que eshabitante de mares cálidos como elMediterráneo. Es el tiburón ballena.Sin embargo, en la actualidad no hayregistros de la presencia de esta es-pecie en el Mar Mediterráneo.El cachalote (Physeter macroce-phalus) es un enorme animal mari-no, clasificado como mamífero (Or-den Cetácea). Un macho puede cre-cer hasta 20 metros de largo. Los ca-chalotes, a diferencia de las ballenastienen dientes, pero no mastican asus presas cuando las ingieren, sinoque solo las succionan y tragan. Den-tro de las presas se encuentra el ca-lamar gigante, de hasta 250 kg depeso, y de unos 20 metros de largo4.El cachalote es un buen candidatopara ser el «gran pez» que tragó a

Jonás porque es un habitante fre-cuente del Mar Mediterráneo, y tam-bién debido a la morfología y fisiolo-gía de su múltiple estómago, si sesupone que Jonás sobrevive a supaso por el vientre del animal mari-no. Es sabido que el estómago de lasballenas y los cachalotes está com-puesto de varias cámaras (3 o 4), endonde la primera cámara es un sacodilatable, que continúa después delesófago, y no tiene glándulas diges-tivas ni ácido clorhídrico, en dondelas presas experimentarían una espe-cie de molienda en esta zona7.

En los cachalotes, el primer estóma-go es bastante grande, y perfecta-mente puede recibir el cuerpo de unapersona, y aún contar con amplitudde espacio. Al haber un control so-brenatural en todo este proceso, nohabría ocurrido la presión de molien-da en este primera parte del estóma-go, porque ello habría significado lamuerte segura de Jonás. Esto puedehaber formado parte de las conse-cuencias de que Dios «preparase odispusiese» de un «gran pez».

Otro candidato a ser «el gran pez» dela historia de Jonás es la yubarta oballena jorobada (Megapteranovaeangliae). Es uno de los rorcua-les más grandes, donde los adultoslogran una longitud de hasta 16 m.La yubarta se distribuye en todos losocéanos, incluyendo el Mar Medite-

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rráneo5. Se alimentan principalmen-te de krill y peces pequeños. Layubarta es también una candidataadecuada por los argumentos ex-puestos en la descripción del cacha-lote, si se sigue la hipótesis que Jonásno muere dentro del vientre del ani-mal que lo engulle.

Finalmente, el rorcual común o ba-llena de aleta (Balaenoptera physa-lus), es una especie de cetáceomisticeto (con barbas y sin dientes),también con presencia en el MarMediterráneo. En tamaño, este ani-mal es el segundo más grande exis-tente en el planeta, solo superadopor el rorcual azul, o ballena azul.Puede alcanzar una longitud de 27metros. Esta ballena también reúnelas condiciones para ser el «gran pez»que engulle a Jonás.

El gran tiburón blanco como candi-dato a ser el «gran pez» no sería muyprobable si se sigue la hipótesis queJonás permaneció vivo en su interior.La probabilidad de que el tiburónmastique el cuerpo al momento deingerirlo es alta, además de que lospoderosos jugos gástricos presentesen su estómago juegan en contra deuna sobrevivencia en el vientre deeste violento depredador marino.

Si se sigue la hipótesis de que Jonásmuere al ser ingerido, y luego resuci-ta al ser vomitado por el «gran pez»,pudiese ser plausible. El gran tiburón

blanco es efectivamente un visitantedel Mar Mediterráneo, y existenejemplares de gran tamaño en estaespecie (hasta 6 metros de longitud).

ContContContContContrrrrrol sobrol sobrol sobrol sobrol sobrenatenatenatenatenatururururural sobral sobral sobral sobral sobre la si-e la si-e la si-e la si-e la si-tttttuaciónuaciónuaciónuaciónuaciónLa Biblia dice que Dios «tenía prepa-rado un gran pez que tragase aJonás». Sin duda que esta sentenciacambia completamente el escenariode la lógica humana y del natura-lismo, por cuanto todos los cálculoszoológicos, fisiológicos y de sentidocomún y natural, quedan supedita-dos al control sobrenatural que Diosestableció sobre la compleja situa-ción vivida por Jonás, al ser engulli-do directamente sin ser masticado,ni verse afectado por los jugosgástricos, ni tampoco molido por laspoderosas contracciones muscularesdel estómago de un animal marinode esas proporciones (lo anteriorbajo la hipótesis que Jonás estuvovivo todo el tiempo en el vientre delpez).

Probablemente Dios le pudo haberadecuado cierto estado fisiológico dealimentación por algunos días al ani-mal marino, como por ejemplo, elque suspendiese su ingesta ali-mentaria y digestión, luego de inge-rir a Jonás. También la «preparacióndel pez» pudo significar que Jonásquedase en la primera parte (prime-ra cámara) del estómago del animal

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que lo tragó, sin pasar a la segundacámara, que es la zona donde se li-beran los jugos gástricos (si es quefue una ballena o cachalote). Tam-bién hubo control sobrenatural al fi-nal de su relación con el «gran pez»,por cuanto el texto bíblico señala queDios le ordenó al pez que vomitase aJonás en tierra firme (2:10).

Algunos críticos escépticos argumen-tan que sería absurdo que Dios le or-denase a un animal que hiciese algo,por cuanto no entendería el idiomani sus códigos. Pero evidentementeque aquí no se trata de una ordenverbal, sino en la forma y código queel animal pueda entenderle, a aquelque fue ni más ni menos que su pro-pio Creador. Hubo además controlsobrenatural en el inicio y fin de latormenta, que estuvo a punto de ha-cer zozobrar la nave con los marine-ros que navegaban con Jonás.

¿Sobr¿Sobr¿Sobr¿Sobr¿Sobreeeeevivió Jonás en el vientvivió Jonás en el vientvivió Jonás en el vientvivió Jonás en el vientvivió Jonás en el vientrrrrreeeeedel "grdel "grdel "grdel "grdel "gran pez", o man pez", o man pez", o man pez", o man pez", o murió purió purió purió purió pararararara lue-a lue-a lue-a lue-a lue-go ser rgo ser rgo ser rgo ser rgo ser reeeeesucisucisucisucisucitttttado?ado?ado?ado?ado?Hay al menos tres hipótesis.

1. Jonás sobrevivió en un estado casinormal. Había suficiente oxígenopara que Jonás respirase en el enor-me tracto digestivo del animal, y ade-más no habría sido afectado por losjugos gástricos porque habría queda-do en la primera cámara del estóma-go del «gran pez». De todas formas

esta hipótesis requiere de interven-ción sobrenatural, dada la necesidadde que esta parte del estómago nohubiese realizado la acción de mo-lienda que hace habitualmente.

2. Jonás sobrevivió pero casi muerto.Jonás pudo haber padecido un cier-to tipo de catalepsia, debido, porejemplo, a un estado agudo de his-teria, la que habría dejado sus fun-ciones biológicas al mínimo y por tan-to no requería de mucho oxigeno, nide agua. En este estado puede encon-trarse consciente o inconsciente.

3. Jonás realmente murió en el vien-tre del «gran pez», y luego fue resu-citado por Dios, como ocurrió conotros personajes bíblicos. Esta hipó-tesis se ve respaldada en parte por laoración que hace Jonás donde diceque clama desde el Seol (Jonás 2:2)Sin embargo, en algunos salmos seusa también esta expresión de cla-mar desde el Seol, o estar en el Seol,en forma metafórica, sin que se estérealmente muerto, solo para dar a

EsEsEsEsEsttttta ca ca ca ca compleja hisompleja hisompleja hisompleja hisompleja histttttoriaoriaoriaoriaoriaesesesesestuvtuvtuvtuvtuvo siempro siempro siempro siempro siempre bajo ele bajo ele bajo ele bajo ele bajo elcccccononononontrtrtrtrtrol de Dios y por tol de Dios y por tol de Dios y por tol de Dios y por tol de Dios y por tan-an-an-an-an-ttttto co co co co caben situaciones so-aben situaciones so-aben situaciones so-aben situaciones so-aben situaciones so-brbrbrbrbrenaenaenaenaenaturturturturturales o milagrales o milagrales o milagrales o milagrales o milagro-o-o-o-o-sas.sas.sas.sas.sas.

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entender un estado de ánimo angus-tioso.

Pero un argumento fuerte respectoa que Jonás pudo haber muerto y re-sucitado radica en la comparaciónque hace el Señor de sí mismo conJonás respecto a su muerte y resu-rrección, la cual se ajustaría muchomás si Jonás muere y al tercer día re-sucita. Esto correspondería a «la se-ñal del profeta Jonás» (Lc. 11:29-30).Jonás pudo haber estado muerto enel vientre del pez, y luego haber re-sucitado al tercer día, así como Cris-to también estuvo muerto y resucitóen el mismo periodo de tiempo.

Nuevamente es necesario recordarque esta compleja historia estuvosiempre bajo el control de Dios y portanto caben situaciones sobrenatu-rales o milagrosas.

Para un cristiano esto no debiese serproblema, si se parte de la premisaque Dios es Omnipotente. Lo extra-ño sería que Él no pudiese elegir ypreparar un pez grande para que tra-gase y mantuviese a Jonás, y luegorecuperarlo, habiendo estado mediomuerto o realmente muerto.

Jesús, en Mateo 12:39-40, da a co-nocer que esta fuerte experiencia vi-vida por Jonás habría sido traumáticapara él. Fue como haber estadomuerto para luego volver a la vida (laseñal del profeta Jonás). Si Jonás real-mente murió algunos minutos u ho-

ras después de haber estado en elvientre del pez, habría tenido el tiem-po necesario para orar pidiendo per-dón y restauración, en medio de laoscuridad total, de la humedad, dela fetidez y sensación de ahogo porla falta de oxígeno en el estómago delgran animal marino, a partir de locual escribe después y da a conoceralgunos de estos detalles (Capítulo2).

El maEl maEl maEl maEl mayor pryor pryor pryor pryor problema de Jonásoblema de Jonásoblema de Jonásoblema de Jonásoblema de Jonásdentdentdentdentdentrrrrro del "gro del "gro del "gro del "gro del "gran pez", la necean pez", la necean pez", la necean pez", la necean pez", la necesi-si-si-si-si-dad de rdad de rdad de rdad de rdad de reeeeespirspirspirspirspirarararararEl mayor problema de Jonás en elvientre del «gran pez» debió ser laescasa presencia de oxígeno para res-pirar.

Las ballenas del Suborden Mysticeti(con barbas en vez de dientes parafiltrar el alimento), respiran a travésde dos orificios nasales (espiráculos),ubicados en la zona superior de lacabeza, en tanto los cachalotes(Suborden Odontoceti, cetáceos condientes) respiran por un solo orificionasal.

No obstante, el estómago está aisla-do de las vías respiratorias en estosdos grupos de animales, por lo queno llega oxígeno al tubo digestivo poresta vía.

Sin embargo, estos enormes anima-les ingresan un importante volumende aire a sus múltiples estómagos

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cuando sacan la cabeza fuera delagua para tragar sus presas.Este factor pudo estar presente almomento en que el «gran pez» tra-gaba a Jonás, y aportar con cierta can-tidad de aire, al menos para las pri-meras horas.Respecto a la presencia de aire en elestómago de tiburones es más difícilque se dé, por cuanto estos no su-ben a superficie frecuentemente atragar presas y con ello tragar tam-bién aire, como si lo hacen con fre-cuencia las ballenas.

Algunas dificulAlgunas dificulAlgunas dificulAlgunas dificulAlgunas dificultttttadeadeadeadeades adicionales adicionales adicionales adicionales adicionalesssssLas algasUna expresión del versículo 2:5, hagenerado ciertas dudas en algunosteólogos comentaristas («El alga seenredó a mi cabeza»), debido a queel contexto pareciera indicar queJonás se encontraba en el estómagodel animal marino. Sin embargo, niballenas ni cachalotes, ni menos ti-burones comen algas grandes (ma-croalgas).Dado el estilo poético de esta partedel Libro, pudiese ser entendidocomo una metáfora usada por Jonáspara describir las condiciones del fon-do marino que le habrían rodeado,pero también pudiese ser que la ins-tancia en que las algas se le enreda-ban en su cabeza haya sido real, an-tes de ser engullido por el «gran

pez», lo cual si tendría sentido dadoque las tormentas arrancan enormeszonas de bosques de macroalgas, consus discos de sujeción incluidos.Jonás pudo en su relato haber mez-clado instancias vividas dentro y fue-ra del gran animal marino.

Otras expresiones del mismo versí-culo 2:3, que reseña la oración de Jo-nás, tales como: «...y me rodeó la co-rriente, todas tus ondas y tus olaspasaron sobre mí», claramente estánreferidas al ambiente marino exter-no. Lo mismo podría colegirse con laexpresión relativa a las algas sobre sucabeza.

Los tres días dentro del "gran pez"es demasiado tiempo

Si se consideran tres días completos,se tiene un total de 72 horas. Sinembargo, pudiese ser menos de lamitad de este tiempo, y aún consi-derarse tres días debido a que los ju-díos contaban parte de un día o par-te de la noche como un día entero.

Si Jonás fue tragado por el «gran pez»una o dos horas antes de la media-noche del primer día, luego estuvotodo el día siguiente (segundo día), yen la mañana del tercer día el animalmarino lo vomita en algún punto dela costa, el tiempo total que habríaestado Jonás dentro del «gran pez»(en este escenario hipotético) habríasido solo de unas treinta horas.

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Escribiendo dentro del vientre del"gran pez"

Algunos comentaristas liberales se-ñalan que este libro no sería de Jonás,dado que no es verosímil que unapersona tragada por un pez se dedi-que a componer poesía en esas con-diciones. Pero esta crítica nace dequien no entiende las costumbres li-terarias de los autores bíblicos de laantigüedad.

El estilo literario utilizado hace pare-cer como si Jonás compone este Sal-mo dentro del vientre del pez, perolo más probable es que lo haya he-cho sano y salvo, tiempo después, re-viviendo aquellos dramáticos mo-mentos en que se hundía bajo lasolas, medio ahogándose, porqueaunque supiese nadar, los últimosminutos de la tormenta le habríanimpedido nadar bien, para luego sertragado por un monstruo marino.

Existen otras situaciones en la Bibliaen que se usa este mismo estilo lite-rario. Por ejemplo, en el Evangelio deLucas capítulo 1, cuando el ángel apa-rece a María y ella responde cantan-do el Magnificat. No es lógico pensarque ella compuso ese hermoso escri-to de forma inmediata.

Relatos acerRelatos acerRelatos acerRelatos acerRelatos acerca de "otca de "otca de "otca de "otca de "otrrrrros casosos casosos casosos casosos casossimilarsimilarsimilarsimilarsimilareeeees al de Jonás"s al de Jonás"s al de Jonás"s al de Jonás"s al de Jonás"Un primer caso trata de un hombrellamado Marshall Jenkins, quien ha-

bría sido tragado vivo por un cacha-lote en 1771, logrando sobrevivir, entanto que otro incidente similar serefiere a la odisea que habría vividoen 1891 el marinero James Bartley6.

Bartley habría sido tragado por uncachalote, que él mismo y otros com-pañeros de la tripulación ballenerahabían arponeado minutos antes. Elanimal marino habría sido captura-do algunas horas más tarde, y luegode abrir al cachalote para eviscerarlo,el marinero Bartley habría sido en-contrado vivo, pero inconsciente, enel estómago del animal. Luego de al-gunas semanas se habría recupera-do.

Este último caso habría sido publica-do el 22 de noviembre de 1896 porel diario New York Times. Sin embar-go, en 1990, el historiador EdwardDavis, del Messiah College de Grant-ham, Pensilvania, publicó un artícu-lo donde expone su investigación so-bre el hecho, y descubrió que el na-vío en el que viajaba Bartley, el Starof the East, no habría sido un balle-nero, y revisando las ediciones de laépoca del New York Times, tampocoencontró relato alguno sobre esteincidente. Además, en el barco inves-tigado por Davis, no habría existidonadie llamado James Bartley6.

Al no disponer estos últimos relatosde evidencias que surjan de fuentesprimarias, no resultan fiables, y no

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debiesen ser consideradas. Sin em-bargo, ambas leyendas han sido uti-lizadas por muchos años en escritosapologéticos, lo cual es lamentable.

La historia de Jonás tiene variadoselementos probatorios fuertes y vá-lidos, que la hacen totalmenteconfiable, sin necesidad de tener querecurrir a fábulas artificiosas. Si se escristiano, la historia de Jonás no ne-cesita de réplicas o casos similarespara aceptar su veracidad, principal-mente porque la corrobora el propioSeñor Jesucristo.

Efectivamente, el caso de Jonás talvez nunca podría llegar a repetirse ensimilares condiciones, porque hayvariables sobrenaturales que subya-cen en esta historia, como lo es la«preparación del gran pez» por par-

te de Dios para tragar, mantener y fi-nalmente vomitar a Jonás en la cos-ta.BIBLIOGRAFÍA1. Maier P. 1994. Josefo. Las obras esenciales.Editorial Portavoz (Pág. 171 y 172).2. Maluquer J. M. 1989. Tartessos, la ciudad sinhistoria. Tercera edición. Ediciones Destino,Barcelona. Pág. 59 a 79.3. Abad L. 1979. Consideraciones en torno aTartessos y los orígenes de la cultura ibérica.Archivo Español de Arqueología, 52.4. Sierra A. y Á. González. 2009. El calamar gi-gante. Editorial: CSIC y Catarata. ISBN: 978-84-8319-466-9. 120 Páginas.5. Bellido. J.J.; et al. 2006. primera cita de unayubarta Megaptera novaeangliae, (Borowski,1781) en el litoral español del Mar de Alborán.Galemys 18 (1-2)6. Davis E. 1991. A Whale of a Tale: Fundament-alist Fish Stories. Perspectives on Science andChristian Faith, 43:224-237.7. Berta A., J. Sumich and K. Kovacs. 2006.Marine Mammals, 2nd Edition: EvolutionaryBiology. Elsevier.

Oro, plata y piedras preciosas

Un misionero en África escribió: «He vivido cuatro años al interior deÁfrica. Treinta veces fui víctima de la fiebre. Fui atacado por leones,emboscado por nativos; comí cualquier cosa, desde hormigas a rinoce-rontes. Pero con gusto lo haría de nuevo, por la alegría de enseñar a laspersonas a conocer al Salvador que dio su vida por causa de ellas».

El gran misionero David Livingstone afirmó: «Las personas hablan delsacrificio que he hecho pasando tanto tiempo de mi vida en África. ¿Eseste un sacrificio que trae mucha paz al corazón y a la mente, y es unabrillante esperanza de un glorioso destino en el futuro? Fuera con talpensamiento. Digo, por el contrario, es un privilegio. Ansiedad, enfer-medad, sufrimientos y peligros pueden llevar al espíritu a vacilar, peroeso es solo transitorio. Todo ello no es nada, comparado a la gloria queserá revelada en el futuro. Nosotros no debemos hablar de sacrificio,cuando recordamos el gran sacrificio que él hizo al dejar la casa de suPadre en las alturas, y darse a sí mismo por nosotros».

À Maturidade

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Cartas de nuestros lectores

Toda bendición procede de Dios; por tanto, toda la gloria es para Dios.

AGUAS VIVASPara la proclamación del Evangelio y la edificación del Cuerpo de Cristo

N° 81 · Enero - Febrero - Marzo 2016.REDACCION: Rodrigo Abarca, Roberto Sáez, Marcelo Díaz, Gonzalo Sepúlveda, Álvaro Astete.

DISEÑO: Mario Contreras.

Fuente del SeñorFuente del SeñorFuente del SeñorFuente del SeñorFuente del SeñorCuán bendecido he sido al encontrar estafuente del Señor. Me bastó con ver unaedición especial sobre el tema específicode la Iglesia, y fue un gozo interior que nopuedo describir. Por lo que veo, ustedeshan avanzado en el Señor varios pasosmás. En su página percibo no solo la ben-dición de hermanos como Cristian Chen yStephen Kaung, sino también de muchosotros que están caminando en estas ver-dades de Dios.Byron Mansilla Rodríguez (Guatemala).

ComComComComComo un fo un fo un fo un fo un farararararoooooLa revista ha sido de tanta bendición parami vida, como un faro que alumbra conclaridad para entender las Escrituras. Gra-cias por tan grande revelación. Que la ben-dición continúe y Dios les guíe en la edifi-cación del cuerpo de Cristo.Yosbany Ávila (Cuba).

Visión del cieloVisión del cieloVisión del cieloVisión del cieloVisión del cieloSu revista es una joya de enseñanza parami familia e iglesia. Cada tema ha tocadoprofundamente mi corazón, en especialcuando se enseña de nuestro amigo elEspíritu Santo. Sin él, no es posible unaiglesia gloriosa y victoriosa. Sigan con esavisión que viene del cielo. Los cubanos

tenemos poca literatura; aun la Biblia senos hace difícil tenerla, pero nos sentimoscontentos por tener su revista. Muchasgracias, hermanos.William López Pérez (Cuba).

Bendecir y edificarBendecir y edificarBendecir y edificarBendecir y edificarBendecir y edificarSus escritos han sido de mucha bendiciónpara mi vida, para mi familia y ministerio.Tienen a disposición muchos recursos da-dos por el Señor, los cuales he comparti-do y han tenido el efecto de bendecir yedificar vidas en Cristo, ya que entiendoque el fin último es que el Señor los usepara edificar su iglesia.Andrés Felipe Vera (Chile).

Ríos de agua vivRíos de agua vivRíos de agua vivRíos de agua vivRíos de agua vivaaaaaAgradezco a nuestro Señor la bendición decontactarles por este medio y expresar migratitud a todos ustedes; también por suespecial servicio a favor de la edificacióndel cuerpo de Cristo. Son verdaderos ríosde agua viva que fluyen en medio del de-sierto espiritual de nuestro tiempo. Sien-to un vivo deseo de compartir con otrosque no tienen esta oportunidad, todo loque he recibido a través de este medio. ElSeñor ha ido añadiendo muchas cosas máscada día, y alabamos su nombre por eso.Alexis Safont (Cuba).