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Agrocombustibles y SeguridadAlimentaria en Bolivia

Asociación de Instituciones de Promoción y Educación – AIPE

Calle Macario Pinilla Nº 525

La Paz- Bolivia

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Publicación con el apoyo financiero de:

ICCO y CORDAID

La Red AIPE cuenta con el financiamiento y apoyo de:

ICCO, Cordaid, Heifer International,

Intermón Oxfam y Ayuda en Acción

Primera Edición: Agosto, 2011

Dirección General:

Aquiles Dávalos S.

Aida Ruegenberg

Elaboración:

Diego Pacheco Ph.D.

Diseño y diagramación

www.salinasanchez.com

Impresión:

AGROCOMBUSTIBLES Y SEGURIDAD ALIMENTARIA EN BOLIVIA

3

ABREVIATURAS Y SIGLAS 5

PRESENTACIÓN 7

1. INTRODUCCIÓN 9

2. PRODUCCIÓN AGRÍCOLA EN BOLIVIA Y EXPORTACIONES 11

2.1 Datos generales sobre producción agrícola 11

2.2 La producción de soya 20

2.3 La producción de caña de azúcar 23

2.4 Análisis de las exportaciones de soya y caña de azúcar 25

3. POTENCIAL PRODUCCIÓN Y EXPANSIÓN DE AGROCOMBUSTIBLES 27

3.1 Datos generales 27

3.2 Análisis de la matriz energética 32

3.3 Producción de soya para biodiesel 40

3.4 Producción de caña de azúcar para bioetanol 44

3.5 Producción de agrocombustibles en los países de la región 48

3.5.1 Brasil 48

3.5.2 Colombia 52

3.5.3 Perú 56

3.6 Exportaciones de productos procesados de soya y caña de azúcar en Bolivia 59

Índice


4

4. ANÁLISIS DE ESCENARIOS 69

4.1 Políticas e intervenciones sobre seguridad alimentaria en Bolivia 69

4.2 Producción agrícola, seguridad y soberanía alimentaria nacional 70

4.3 Producción de oleaginosas y caña de azúcar y seguridad alimentaria nutricional 75

4.4 Estructura y sistemas agrarios resultantes de una situación

de producción de agrocombustibles 83

5. AGROCOMBUSTIBLES Y POTENCIALES VIOLACIONES

A LOS DERECHOS HUMANOS 88

5.1 Los Derechos Humanos 88

5.2 Derechos Humanos y agrocombustibles 89

5.3 Actuales violaciones a Derechos Humanos vinculados

a la producción de cultivos comerciales 93

5.3.1 Explotación en el trabajo de la zafra 94

5.3.2 Despojo o desalojo de tierras 95

5.3.3 Trabajadores sin contratos laborales 97

5.3.4 Duros préstamos a agricultores soyeros 98

5.4 Potenciales violaciones a Derechos Humanos vinculados a agrocombustibles 99

6. CONCLUSIONES 101


5

ACPM Aceite Combustible Para Motores

ANAPO Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas

BID Banco Interamericano de Desarrollo

CAINCO Cámara Nacional de Industria y Comercio

ENA Encuesta Nacional Agropecuaria

CIAT Centro de Investigación en Agricultura Tropical

CIOEC Comité Integrador de Organizaciones Económico Campesinas

FOBOMADE Fondo Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo

GEI Gases Efecto Invernadero

HA Hectáreas

IAG Ingenio Azucarero Guabirá

IBCE Instituto Boliviano de Comercio Exterior

INE Instituto Nacional de Estadísticas

INRA Instituto Nacional de Reforma Agraria

LIDEMA Liga de Defensa del Medio Ambiente

MBPD Millones de barriles por día

MW Mega Wats

MDRAyMA Ministerio de Desarrollo Rural Agropecuario y Medio Ambiente

TCO Tierra Comunitaria de Origen

TN Toneladas

UNAGRO Unión Agroindustrial de CAñeros

YPFB Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos

ABREVIATURAS Y SIGLAS


7

Presentación

¿Alimentos para las personas? o ¿alimentos para las máquinas?

Estas son las preguntas que las afiliadas de la Red de la Asociación de Institucio-nes de Promoción y Educación (AIPE) hacen junto a los grupos sociales con los que trabajan, de pequeños y medianos productores de alimentos, en su mayoría campesinos, colonizadores, indígenas y originarios, en un tiempo en que muchos intereses divergentes a los de éstos comienzan a responder la segunda pregunta justificando su opción por las máquinas, con agrocombustibles, como una opor-tunidad de desarrollo cuando el flagelo del hambre y la inseguridad alimentaria nutricional cunden imparables en el mundo, especialmente sumergido en una época crítica alimentariamente, de alza de precios y un insensible proceso de pro-ducción y comercio de alimentos.

Agrocombustibles, que en Bolivia pueden estar en una fase inicial de elaboración, pero desafían a la Red AIPE a conocer con datos directos respecto de su situación, por lo que con esta primera investigación pretendemos indagar y encontrar las ac-tividades vinculadas a su obtención y proyecciones, para tener argumentos sóli-dos que permitan, por ejemplo, trabajar en defensa de las eventuales violaciones del Derecho Humano a la Alimentación consagrado en la Constitución Política de nuestro Estado.

De esta manera, pretendemos que nuestro aporte al conocimiento y discusión que transparente los datos sobre la producción de agrocombustibles, afecte positiva-mente la toma de decisiones soberanas bolivianas, sin vulnerar la seguridad ali-mentaria y nutricional del país que para esto necesita del fortalecimiento de los sistemas alimenticios locales ya comprometidos con la degradación del medio ambiente y los recursos naturales, cada vez más expuestos a la generación de ga-ses de efecto invernadero como con la elaboración de agrocombustibles, los que para su fabricación demandan mayor desgaste natural y mayor energía de la que producen, además de tener, sin duda, origen transgénico.

Es por esto que las preguntas ¿Alimentos para las personas? o ¿alimentos para las máquinas? requieren una respuesta no ambivalente, urgente, de los bolivianos, de su Gobierno y Estado, con responsabilidad social, energética y ambiental.

G. Aquiles Dávalos S.DIRECTOR EJECUTIVO AIPE


9

1Introducción

Pese a que el debate global sobre los agrocombustibles ha alcanzado mayor importancia, princi-palmente en estos últimos años, la inclusión de combustibles de origen agrícola a la matriz ener-gética se remonta a principios del siglo XX, siendo su implementación efectiva una respuesta a los altos costos del petróleo originados por la disminución de la oferta mundial (Ballivián, 2008).

El término agrocombustible refleja con mayor precisión la connotación de que el componente esencial de la cadena de producción de carburantes tiene como origen la producción agrícola, en tanto que la denominación de biocombustible es un término amplio que cubre varias for-mas de combustible de carácter renovable (Ballivián, 2008). En este documento, por lo mis-mo, se usa el término de agrocombustible para referirse a combustibles renovables fabricados a partir de productos agrícolas, los mismos que son producidos en sistemas convencionales de agricultura.

Los agrocombustibles más conocidos y desarrollados son el etanol1 y el biodiesel2 que usan como materias primas diversos granos (maíz, trigo, sorgo, soya, canola, etc.) y la caña de azúcar, princi-palmente. Existe además lo que se conoce como biocombustibles de segunda generación que pro-vienen de la transformación de biomasa a líquidos, a través de dos formas básicas: (1) utilización de materiales celulósicos para convertirlos en etanol, y (2) utilización de gasificación y síntesis o transformación de biomasa a líquido. Sin embargo, estas tecnologías aún no son comercialmente viables y muchas de ellas se encuentran en una fase de experimentación (Choy, 2008).

1 El etanol es un alcohol que puede emplearse como combustible para actividades de transporte, en mezcla con la gasolina o como aditivo en ésta o en estado puro (denominado E100). En el segundo caso, ambos combustibles pueden mezclarse en porcentajes variables. Salvo en el Brasil es difícil encontrar etanol en estado puro para su uso como combustible y crecientemente se emplea como aditivo para oxigenar la gasolina estándar. El etanol se obtiene por fermentación anaeróbica de azúcares en una solución acuosa y con un proceso posterior de destilación, por lo tanto se obtiene a partir de materias primas con alto contenido de azúcar o almidón. Choy, G., 2008. Biocombustibles: Desarrollos recientes y su impacto en la balanza comercial, los términos de intercambio y la inflación en el Perú, Banco Central de Reserva del Perú.

2 El biodiesel es un combustible sintético líquido que se obtiene a partir de lípidos naturales que se lo puede fabricar a partir de cualquier tipo de aceite vegetal o grasa animal, incluyendo los aceites usados y desechados por los restaurantes. En su fabricación y en presencia de un catalizador, al aceite refinado (10 partes) se le añade metanol (Idem.).


10

En Bolivia los cultivos mas importantes que se podrían utilizar para la elaboración de bioetanol son la caña de azúcar y para la elaboración de biodiesel, son las especies oleaginosas como soya, girasol, y macororó (Bernal. et al., 2008), aunque también se plantea el uso de otros productos con alto contenido de aceite (jatropha, cuci o macororó). Sin embargo, el desarrollo de los agro-combustibles en nuestro país se encuentra todavía en un nivel bastante inicial.

Con el propósito de analizar la relación entre agrocombustibles y seguridad alimentaria en Bo-livia, este documento está dividido en seis secciones, incluyendo esta introducción. La segunda sección realiza un balance general de las potencialidades agrícolas de Bolivia, para luego intro-ducir un análisis más detallado de la producción de soya y de caña de azúcar, que se constituyen en las más importantes materias primas para la producción de biodiesel y bioetanol, respectiva-mente. Asimismo, se realiza un balance de las exportaciones que realiza Bolivia en materia de producción agrícola, con énfasis en las exportaciones de soya y caña de azúcar.

En la tercera sección se realiza se realiza una introducción a la problemática de los agrocombus-tibles a nivel mundial y en el país, y se presentan las principales características que hacen a las ventajas o desventajas de Bolivia para la producción de biodiesel o bioetanol. El análisis de la matriz energética es uno de los factores que dificulta la potencial producción y expansión de los agrocombustibles en Bolivia, ya que la misma favorece a un modelo energético basado en la pro-ducción de combustibles fósiles y gas natural. En esta sección también se desarrolla un análisis de las potencialidades de la producción de soya y de la caña de azúcar en Bolivia con relación a su transformación en biodiesel y bioetanol, respectivamente. Además se introduce un balance de los tres países en los países más importantes de América Latina (Colombia, Perú y Brasil) con respecto a la producción de agrocombustibles. Finalmente, se realiza un balance de las exporta-ciones de productos procesados en la región derivados de soya y caña de azúcar y su potencial vinculación con los mercados regionales y mundiales de agrocombustibles.

En la cuarta sección, se realiza un balance general de la seguridad alimentaria en Bolivia a la fe-cha, y un análisis del futuro escenario de seguridad alimentaria respecto a una situación hipoté-tica que favorezca la producción de biodiesel y bioetanol en el país. Esta sección también intro-duce un análisis respecto a cuál podría ser la situación de la estructura agraria en Bolivia en un escenario de incremento de la producción de agrocombustibles.

La quinta sección, evalúa brevemente cuáles son las violaciones a los derechos humanos que se producen en una situación de producción de agrocombustibles, y se evalúan algunos escenarios en los cuales se podrían estar afectando los mismos, y cuyo impacto podría ser más importante en un escenario de potencial producción de agrocombustibles en el país. Finalmente, en la sexta sección se presentan las conclusiones de este documento.


11

2Producción agrícola en Bolivia y exportaciones

2.1 Datos generales sobre proDucción agrícola

En Bolivia, los modelos de desarrollo implementados desde mediados del siglo pasado a la fe-cha se pueden dividir en tres períodos: a) el patrón de desarrollo nacional estatista (1953-1985), b) el patrón de desarrollo neoliberal (1986 a 2005), y c) el nuevo patrón de desarrollo producti-vo rural (2006 en adelante). Cada uno de estos modelos se caracteriza por un conjunto de medi-das políticas, económicas e institucionales que se vinculan con procesos diferentes de desarrollo de la producción agrícola y patrones de exportación de los productos agropecuarios.

El modelo nacional estatista (1952-1985) estableció una dinámica de desarrollo rural que se basó en la eliminación del trabajo servidumbral de las haciendas, en la diversificación de la pro-ducción y en la sustitución de las importaciones. En la práctica, a los “campesinos” se les entre-gó pequeñas superficies de tierras aunque se hizo muy poco para apoyarlos en su desarrollo in-tegral; por el contrario, se apoyó a la producción de cultivos empresariales en grandes extensio-nes agrícolas. En general, en esta época se apoyó casi únicamente al sector privado empresarial agrícola y ganadero.

Cuadro Nº 1

Modelos de Desarrollo rural en bolivia (1952-2008)

MODELO NACIONAL ESTATISTA(1952-1985)

MODELO NEOLIBRAL (1986-2005)

NUEVO MODELO DE DESARROLLO PRODUCTIVO RURAL (2006-Adelante)

Diversificación de la producción y sustitución de importaciones (producción nacional de alimentos) con la promoción de la agricultura en el oriente.

Incentivo al crecimiento de los cultivos industriales para la exportación.

Desarrollo rural integral con énfasis en la producción de alimentos básicos hacia la seguridad y soberanía alimentaria.

Visión agrarista del desarrollo rural (apertura de frontera agrícola).

Visión agrarista del desarrollo rural complementada con temas ambientales.

Visión integral del desarrollo rural.


12

Durante el modelo privatista neoliberal (1986-2005), se realizó un enorme esfuerzo para achi-car el rol del Estado, dejándole solamente funciones normativas y de regulación. Con este pa-trón se debilitó al Estado y se privatizaron las empresas públicas. En esta época se apoyó con más fuerza al sector privado agropecuario y forestal empresarial, sobre todo en el oriente del país, otorgándoles recursos económicos para hacer crecer la agroindustria rural exportadora. El pa-trón económico neoliberal desvalorizó el rol de los productores de alimentos y generó el signifi-cativo crecimiento de las superficies cultivadas y la producción de los productores agropecuarios medianos y grandes, o de la agricultura empresarial capitalista de las tierras bajas.

El nuevo modelo de desarrollo productivo rural (desde el 2006), pretende construir un patrón de desarrollo que respete la naturaleza, que ayude a alcanzar la seguridad y soberanía alimen-taria y que genere mayores ingresos para el conjunto de los actores rurales. Esta propuesta pre-tende tener un enfoque integral y sustentable, porque apoya a fortalecer el conjunto de las fun-ciones que cumplen la agricultura y los bosques como los principales medios de vida para la población rural y la base de su desarrollo económico, así como promover el aprovechamiento y protección de los recursos naturales renovables garantizando su regeneración futura.

De modo general, las actividades agropecuarias en Bolivia se han ido desarrollando en el marco de una economía dual: la economía agropecuaria campesina e indígena y la economía empresa-rial agropecuaria, aunque cada vez más existen situaciones diversas entre ambos extremos.

MODELO NACIONAL ESTATISTA(1952-1985)

MODELO NEOLIBRAL (1986-2005)

NUEVO MODELO DE DESARROLLO PRODUCTIVO RURAL (2006-Adelante)

Capitalismo de Estado (desarrollo de la agricultura comercial de mediana y gran escala).

Consolidación de la agricultura agroindustrial de mediana y gran escala.

Economía rural plural: estatal, mixta (público-privada) y privada-comunitaria.

Subsidios a la agricultura con créditos de fomento (Banco Agrícola de Bolivia, BAB).

Eliminación de subsidios y BAB, y promoción de servicios financieros privados.

Créditos con bajas tasas de interés (Banco de Desarrollo Productivo-BDP).

Incentivos de precios para ampliación de cultivos agroindustriales; protección de mercados internos; y desarrollo de industrias de procesamiento e infraestructura de acopio.

Apertura de mercados externos y promoción de exportaciones (devolución de impuestos, liberalización comercial y supresión de medidas de protección a la producción agrícola).

Intervención del Estado en rubros estratégicos; restricciones temporales a la exportación y autorización de importaciones de alimentos básicos con problemas.

Eliminación del latifundio en el occidente; formación del latifundio en el oriente, y promoción de asentamientos de colonización.

Entrega gratuita de tierras (medianas y grandes propiedades) para cultivos agroindustriales de exportación.

Consolidación de las propiedades trabajadas y entrega de tierras vía asentamientos comunitarios.

Fuente: MDRAyMA, 2007


13

mapa Nº 1

la economía agropecuaria campesina e indígena


sisteMas agropecuarios anDinos

Cultivos destinados a la producción de alimentos con sistemas de producción tradicional en proceso de transformación hacia sistemas con mayores insumos externos y vínculos con mercados urbanos.

PRoductos PRIncIPALEs PoR sIstEmA

Tradicionales: cereales, tubérculos y hortalizasEn expansión: frutas, leche, cárnicos y avícolas.

sisteMas agropecuarios (sub) tropicales

Economías diversificadas (agrícolas, pecuarias y forestales), y diferenciadas, con cambios graduales hacia sistemas de producción mas especializados vinculados a mercados urbanos y de exportación.


En sistemas diversificados: maíz, arroz, yuca, plátano, frutas, coca, ganadería y algunos no maderablesEn sistemas especializados: ganadería, frutas y madera.


14

mapa Nº 2

la economía empresarial agropecuaria


sisteMas agrícolas

Cultivos industriales con sistemas establecidos de rotación verano e invierno, con sistemas agrícolas predominantes intensivos en el uso de capital

PRoductos PRIncIPALEs PoR cAmPAñA

Verano: soya, sorgo, algodón, girasol, arroz, maíz.Invierno: trigo.

sisteMas ganaDeros

Predominio de ganadería extensiva de baja productividad en pastos naturales, aunque un mayor desarrollo de una ganadería semi-intensiva.


Extensivo: cría, recría y engorde para carne.Semi-intensivo: engorde para carne y leche.


15

En Bolivia se han presentado tres tendencias principales en la producción de alimentos en los últimos años: a) se ha presentado una reducción en la proporción de las superficies destinadas a cultivos orientados a la seguridad alimentaria, con relación al incremento de superficies destina-das a cultivos comerciales e industriales; b) se constata el decrecimiento de los cultivos de origen campesino-indígenas con relación a la producción comercial de productos industriales; y, c) la economía campesina, indígena y originaria, pese a las políticas desfavorables contra este tipo de actores económicos, todavía constituye una fuente importante de producción de alimentos bá-sicos para la población boliviana.

El siguiente Cuadro Nº 2 establece que las superficies de cultivo en las tierras altas se han veni-do reduciendo, mientras que en el caso de las superficies de áreas de colonización han crecido, aunque no en la misma medida de las superficies de cultivos empresariales, las que han tenido un significativo crecimiento con relación al resto.

Cuadro Nº 2

superficies cultivadas por tipo de productores

Detalle

Modelo Nacional Estatista(a 1985)

Modelo Neoliberal(al 2005)

Nuevo Modelo de Desarrollo Rural (al 2007)

Nº Has % Nº Has % Nº Has %

Campesinos de tierras altas 1.049.000 67% 910.000 -13% 950.000 4,0%

Campesinos de tierras bajas 325.000 21% 442.000 36% 443.000 0,2%

Cultivos empresariales de tierras bajas (medianos y grandes)

185.000 12% 1.070.000 478% 1.123.000 5,0%

Total 1.559.000 2.422.000 2.516.000


El patrón productivo implantado en el agro por el modelo neoliberal, desestructuró las capaci-dades del Estado para intervenir en el proceso productivo, provocó el desincentivo a la produc-ción de alimentos e impulsó la producción de cultivos industriales articulada a mercados de ex-portación, aumentó la dependencia alimentaria y la libre importación de los productos básicos alimentarios, apostó por el desarrollo de un solo actor rural y fomentó el deterioro de los recur-sos ambientales, generando desequilibrios económicos, ambientales, sociales y regionales.

Como se presenta en el Cuadro Nº 2 y Gráfico Nº 1, las superficies cultivadas en el país se han incrementado en aproximadamente 1 millón de hectáreas (55%) desde el año 1985, de las cua-les la mayoría han sido destinadas a cultivos empresariales. Actualmente se cultivan en Boli-via aproximadamente 2,5 millones de hectáreas, de las cuales aproximadamente 1,4 millones (54%) corresponden a los pequeños productores campesinos, indígenas y originarios del occi-dente y oriente del país, las que están destinadas a la producción de alimentos para el consumo de la población (cereales, frutas, tubérculos, y hortalizas) y 1,1 millones (44%) están destinadas a la producción de cultivos industriales empresariales (soya, algodón, sorgo y otros).


16

GráfiCo Nº 1

superficies cultivadas por tipos de productores (1980-2007)

0

200

400

600

800

1.000

1.200

1980 1982 1984

(mile

s de

hec

táre

as)

campesinostierras bajas

campesinostierras altas

cultivosempresariales

20061986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004

GráfiCo Nº 2

proporciones de la superficie total cultivada destinadas a grupos de cultivos

Fuente: En base a datos MDRAyMA, 2007


60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%

cereales Alimentosbásicos

Industrial otros

1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005


17

A mediados de los años 80 la proporción de tierras destinadas al cultivo de alimentos básicos con relación a la superficie total era de cerca el 91% mientras que la de cultivos industriales lle-gaba al 9% del total nacional. Para el año 2005 esta proporción cambió de forma importante, correspondiendo el 61% para alimentos básicos y el 39% para cultivos industriales.

Cuadro Nº 3

superficies cultivadas por tipo de producción

Detalle

Modelo Nacional Estatista (a 1985)

Modelo Neoliberal (al 2005)

Nuevo Modelo de Desarrollo Rural (al 2007)

Nº Hectáreas

Incrementoen %

Nº Hectáreas

Incrementoen %

Nº Hectáreas

Incrementoen %

Producción de alimentos básicos 1.423.000 91% 1.471.000 4% 1.527.000 4%

Producción de cultivos industriales 136.000 9% 951.000 600% 989.000 4%

Total 1.559.000 100% 2.422.000 2.516.000


Como se observa en el Cuadro Nº 3, la habilitación de áreas de cultivos para alimentos bási-cos tuvo un importante crecimiento durante la vigencia del modelo nacional estatista, contra un constante crecimiento de la frontera agrícola de tierras destinadas a la producción de cultivos industriales. El modelo neoliberal desequilibró completamente estos indicadores, es así que du-rante esa época (1986 - 2005) el crecimiento de áreas de cultivos destinadas a alimentos básicos casi se mantuvo constante (4%), mientras que el impulso dado a la producción de cultivos in-dustriales y de exportación hizo que el crecimiento de áreas de cultivo para estos rubros sea ex-tremadamente alto (600%).

Oleaginosas e industriales44,90%Tubérculos y raíces7,90%Forrajes3,75%

Cereales33,83%Estimulantes1,33%Frutales4,02%Hortalizas4,22%

Especies0,5%

Fuente: INE, 2010

GráfiCo Nº 3

porcentajes de volúmenes de producción al 2008


18

La última Encuesta Nacional Agropecuaria realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el año 2009 (Gráfico Nº 3) ha concluido que en el país la producción de oleaginosas y productos industriales alcanza a un total de 44,9%, mientras que los cereales están en el 33,8%, tubérculos en 7,9% y hortalizas en 4,2%, entre los más importantes, con un crecimiento en la producción del maíz y del trigo.

Los dos más importantes cultivos en Bolivia para uso industrial son la caña de azúcar y la soya. En el siguiente Cuadro Nº 4 se observa que la producción de la caña de azúcar (campaña 2007-2008) alcanzó a 7.458.808 toneladas, que supone un incremento del 17% con relación a la an-terior. Asimismo, se han producido se han producido 1.225.885 toneladas de soya en la misma campaña agrícola, aunque en una proporción menor al año anterior ya que los productores se inclinaron hacia la producción de girasol.

Cuadro Nº 4

producción en toneladas de principales productos

Producto 2001/02 2002/03 2003/04 2004/05 2005/06 2006/07 2007/08

cereales

Arroz 332.437 259.452 423.278 331.336 526.836 446.462 435.960

Cebada 66.550 68.300 69.955 72.636 73.996 75.226 47.010

Maíz 534.928 598.74 673.65 562.253 816.736 894.436 1.000.385

Quinua 23.299 24.179 24.936 24.688 25.201 26.873 28.809

Sorgo 104.614 169.798 126.196 154.143 245.58 293.478 436.133

Trigo 112.659 119.102 112.93 99.525 119.227 143.677 161.553

Hortalizas

Arveja 21.855 22.935 23.662 24.403 25.173 25.021 21.595

Haba 48.941 51.118 52.025 53.83 55.062 54.771 56.466

Tomate 102.321 112.825 117.613 122.121 127.678 126.215 52.324

inDustriales

Algodón 4.879 1.224 2.059 5.143 3.986 4.149 2.480

Caña de azúcar 4.714.488 4.908.804 4.916.541 5.328.016 5.112.222 6.201.125 7.458.808

Girasol 150 173.345 78 92 72.98 120.214 298.642

Maní 12.21 12.701 13.096 13.738 14.227 14.21 13.000

Soya 1.152.270 1.246.495 1.586.031 1.585.846 1.693.087 1.618.966 1.225.885

tubérculos

Papa 706.324 728.785 745.3 748.095 761.891 754.807 935.862

Yuca 335.131 345.85 354.962 362.866 370.482 371.28 243.988

Forrajes

Alfalfa 152.216 157.006 159.935 163.446 167.127 167.701 183.999

estiMulantes

Café 24.086 24.513 24.7 24.546 24.976 25.272 27.403


19

Producto 2001/02 2002/03 2003/04 2004/05 2005/06 2006/07 2007/08

Frutales

Banano 163.388 170.11 172.95 176.965 180.896 181.732 317.757

Plátano 396.89 413.175 423.612 432.818 443.369 443.819 445.898

Vid 27.761 29.358 30.783 32.246 33.313 33.552 23.668

Fuente: Datos MDRAyMA y Encuesta Nacional Agropecuaria, 2009

Durante los últimos años se constante una tendencia al incremento de la superficie de la caña de azúcar, girasol y soya. Como se observa en el Cuadro Nº 5, la superficie de la caña de azúcar ha ido creciendo de forma constante desde principios de la década del 2000, cuando se producían cerca de 90.000 hectáreas a las más de 150.000 hectáreas durante la campaña agrícola de 2007-2008. En el caso del girasol también se presencia un incremento importante desde las 135.000 hectáreas en el año 2000 a cerca de 260.000 en la última campaña agrícola. La superficie culti-vada de soya también se ha incrementado y actualmente se cultivan cerca de 900.000 hectáreas de soya en el país.

Cuadro Nº 5

superficie en hectáreas de principales productos

Producto 2001/02 2002/03 2003/04 2004/05 2005/06 2006/07 2007/08

cereales

Arroz 146.108 129.884 141.175 152.193 197.864 168.399 178.533

Cebada 88.569 89.476 90.325 90.918 92.083 92.619 55.302

Maíz 282.591 296.452 293.009 308.349 337.779 343.08 408.705

Quinua 37.223 37.817 38.289 38.649 39.302 42.431 50.356

Sorgo 42.718 60.547 55.548 72.049 80.051 95.052 134.327

Trigo 113.916 134.579 114.324 109.997 110.295 129.29 134.795

Hortalizas

Arveja 14.669 15.023 15.303 15.529 15.859 15.931 14.669

Haba 28.887 29.479 29.656 29.902 30.292 30.558 33.697

Tomate 7.710 8.249 8.556 8.856 9.068 9.117 5.142

inDustriales

Algodón 9.407 2.230 3.329 9.327 9.500 7.524 4.500

Caña de azúcar 94.176 103.175 105.705 107.207 108.309 115.862 151.139

Girasol 135.000 178.300 133.500 83.000 89.000 99.350 259.218

Maní 10.94 11.194 11.312 11.706 11.915 11.93 12.373

Soya 615.292 637.124 684.213 803.99 941.068 950.118 835.039

tubérculos

Papa 124.402 127.477 130.474 132.588 134.375 135.37 179.407

Yuca 34.57 35.214 35.547 35.883 36.366 36.432 28.650


20

Producto 2001/02 2002/03 2003/04 2004/05 2005/06 2006/07 2007/08

Forrajes

Alfalfa 21.935 22.281 22.588 22.814 23.303 23.339 29.623

estiMulantes

Café 24.691 24.845 25.02 25.129 25.518 25.535 29.334

Frutales

Banano 17.482 17.691 18.362 18.663 18.893 18.910 16.607

Plátano 40.109 41.16 41.732 41.221 41.792 41.920 34.396

Vid 4.336 4.536 4.691 4.8 4.898 4.942 4.032

Fuente: Datos MDRAyMA y Encuesta Nacional Agropecuaria, 2009

2.2 la proDucción De soya

La deforestación en las tierras bajas de Bolivia se ha desarrollado fundamentalmente en la re-gión denominada como “área de expansión”3 desde finales de la década de 1980, debido al rá-pido crecimiento de la producción de soya, que se expandió sobre los bosques deciduos. A la fecha, la soya continúa siendo uno de los principales productos causantes de la deforestación en Bolivia.

Al principio este grano fue producido por los menonitas (quienes arribaron al país en los años 70). Luego, la llegada al país de productores brasileros, incrementó aún más la producción de soya en las tierras bajas de Bolivia, hasta que alcanzó un área de aproximadamente 500.000 hec-táreas el año de 1996. La soya es cultivada en el área de expansión en el verano, en rotación con girasol, trigo y sorgo en invierno y en el área integrada se la produce en rotación con arroz en el verano (Mapa Nº 3).

El año 2000, los productores brasileros contribuyeron con cerca del 32% de su producción, 28% fue realizada por los menonitas, 27% por productores nacionales, 7% por japoneses y el resto por otro tipo de productores extranjeros (Brenes y Montenegro, 2001).

A la fecha, la producción de soya sigue creciendo en el país, la misma que depende convencio-nalmente de los mercados de productos alimenticios, fundamentalmente del exterior del país. Bolivia se beneficia de un acuerdo comercial que permite la exportación de este grano como alimento o aceite con tarifas reducidas a los países andinos (i.e. Venezuela, Colombia y Perú). Sin embargo existen suposiciones de que parte de estos productos podrían estar alimentando la producción de biodiesel en los países que compran la soya boliviana, como se explica en la siguiente sección.

3 Esta zona se extiende desde la localidad de San Ramón por el norte hasta Parabonó por el sur y desde El Tunás por el este hasta el Río Grande por el oeste.


21

El sector soyero opera en un mercado de relativa competitividad, debido al importante número de productores rurales involucrados en su producción, aunque su transformación en el sector está principalmente controlada por cuatro fábricas de aceite, tres de las cuales dependen de capi-tales extranjeros (ADM SAO, Gravetal, FINO e IOL-RICO) y dos empresas de comercio transna-cionales (Gravetal y Cargill). En Santa Cruz, el 77% de los productores de soya tiene superficies por debajo de las 50 hectáreas, un quinto tienen superficies que van entre los 51 y 100 hectáreas, mientras que solamente un 2% son productores de gran escala. Sin embargo, una significativa aunque indeterminada proporción de soya es producida por los productores de la última cate-goría (Brenes y Montenegro, 2001).

La producción de soya es altamente intensiva en el uso de capital, aunque muchas de las activi-dades productivas están mecanizadas. Por lo mismo, se emplea muy poca mano de obra, la mis-ma que tiende a ser relativamente especializada. Los propietarios de pequeña escala han inten-

mapa Nº 3

localización de la producción de soya en santa cruz, bolivia

Fuente: CAO, 2009


22

tado mecanizar sus operaciones agrícolas sin éxito por falta de capital para comprar maquinaria, por lo que dependen de contratistas para las actividades de la siembra y cosecha. Muchos de los productores de soya de pequeña escala son parte de una población que se asentó en la región como colonizadores o trabajadores temporales, sobre todo en los sectores cañeros y algodone-ros que luego tuvieron acceso a una parcela de tierra.

Los impactos ambientales de la producción de soya están directamente vinculados con la defo-restación, mostrando una tendencia exponencial en su crecimiento. Mientras que la deforesta-ción en el país fue de alrededor 80.000 hectáreas a mediados de 1980, se ha incrementado a más de 300.000 hectáreas en los últimos años. La expansión de la frontera agrícola, principalmente debido al incremento de la producción de soya como principal producto de verano, constituye la principal causa de la deforestación en las tierras bajas de Bolivia (Killeen et al., 2007; Pache-co, 2006) (Mapa Nº 4).

mapa Nº 4

Deforestación en santa cruz, bolivia, de 1989 a 2000

Fuente: Pacheco y Mertens, 2004


23

La expansión de la producción de soya ha conducido a algunos conflictos en la frontera agrícola, tomando en cuenta que la misma está asociada a un fuerte proceso de especulación en la tierra dirigida por el ingreso de productores brasileros para expandir la producción soyera (Urioste y Pacheco, 2001). Además, a lo largo del tiempo, la frontera de la soya se ha expandido sobre tie-rras de productores de pequeña escala y territorios indígenas, incrementándose la competencia sobre la tierra, particularmente en la provincia Guarayos (camino entre Santa Cruz y Trinidad). La tierra ha sido apropiada por productores soyeros de gran escala a través, muchas veces, de ocupaciones de hecho o expansión vía mercados de renta de tierras. Este proceso, sin embargo, no ha motivado la reubicación de poblaciones indígenas en la medida en que ellos han podido titular a su favor un área extensiva para satisfacer sus necesidades (Cronkleton et al., 2009).

La firma de tratados de Libre Comercio (TLC) de Perú y Colombia con Estados Unidos, la baja competitividad frente a Argentina y Brasil y la falta de incentivos para subir la demanda del mer-cado interno amenazan la producción de soya e impiden que se alcance una mejor posición en-tre los productores de la región (Perez et al., 2009).

2.3 la proDucción De caña De azúcar

La producción de caña de azúcar está localizada en el “área integrada” de las tierras bajas de Bo-livia4, donde los bosques ya han sido removidos desde los primeros años de la expansión de la frontera agrícola hace aproximadamente cuatro décadas atrás. La industria azucarera se inició en el país con la instalación de dos plantas de procesamiento de caña de azúcar bajo la propiedad del Estado a mediados de la década de los 50.

La producción de caña de azúcar se encuentra en un área aproximada de 150.000 hectáreas. Esta es un área suficiente para proveer con caña de azúcar al mercado doméstico, aunque ésta ha ido creciendo vinculada a la producción de alcohol, como se explica en la siguiente sección. Este crecimiento toma lugar en tierras destinadas a otros cultivos o áreas de pastoreo, aunque no ne-cesariamente en áreas forestales.

La producción de caña de azúcar se inició en el “área integrada” del departamento de Santa Cruz en las tierras bajas de Bolivia (Mapa Nº 5), que constituye una frontera agrícola antigua, cuya ocupación fue promovida a nivel gubernamental en las décadas de 1960 y 1970, como parte de un programa de sustitución de importaciones. La producción de caña se expandió lentamente sobre áreas de pastoreo localizadas cerca de las plantas de procesamiento, con poco o ningún impacto en deforestación. Durante la década de 1990 la superficie alcanzó un área equivalente a las 60.000 hectáreas y esta cantidad se duplicó hasta el año 2008, alcanzando un área mayor a las 150.000 hectáreas (OTAI, 2008).

4 Se extiende de sur a norte, desde Mora hasta Colonia Piraí y de este a oeste desde el Río Grande hasta Yapacaní.


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No han existido conflictos significativos alrededor de la producción de caña, tomando en cuenta que su producción fue estimulada en propietarios ya establecidos en las regiones y sobre tierras fiscales formalmente otorgadas a propietarios de mediana y gran escala, los que no compitieron con los productores de pequeña escala, quienes se movieron hacia áreas más húmedas para la producción de arroz (Thiele, 1995). Alrededor del 80% del total de productores son pequeños y medianos (con propiedades mayores a las 50 hectáreas), mientras que el resto son productores de gran escala. Sin embargo, los primeros cultivaron un área de solamente el 26% de la superfi-cie total el año 2008 (OTAI, 2008). Un grupo numeroso de propietarios, particularmente aque-llos localizados en las regiones de colonización antigua son parte de la cadena de producción de azúcar, organizados en asociaciones, y especializados en la producción de caña.

mapa Nº 5

ubicación de la zona de producción de caña de azúcar en el “área integrada” de santa cruz, bolivia

Fuente: CAO, 2009


25

La producción de caña de azúcar se encuentra dominada por cuatro empresas azucareras, dos de las cuales fueron originalmente empresas públicas, las que se privatizaron en la década de 1990 (La Bélgica y San Aurelio), mientras que dos continúan como empresas privadas (Guabi-rá y UNAGRO), las mismas que pertenecen a un amplio número de asociados, de los cuales la mayoría son productores de caña. Con la excepción de Guabirá, los propietarios de las plantas tienen tierras en las que siembran y cosechan caña de azúcar organizados en cooperativas y aso-ciaciones, quienes negocian cuotas y precios para vender su producción a las plantas. Para los nuevos productores es difícil ser incluidos en el sistema de producción de caña de azúcar, por lo que la expansión de tierras toma lugar en las parcelas que pertenecen a los miembros asociados, produciendo alguna concentración de tierras para la producción.

Estas cuatro empresas azucareras producen 415.000 toneladas de azúcar. Alrededor del 88% del total de de la caña de azúcar está destinada a la producción de azúcar, mientras que el restante 12% a la producción de alcohol (OTAI, 2008). La mayoría del azúcar y alcohol producidos son vendidos en los mercados domésticos. La empresa Guabirá tiene facilidades para procesar alco-hol anhidro5 que puede ser usado como un aditivo a la gasolina, el que es principalmente ex-portado (Barba, 2008), aunque el uso final de esas exportaciones es desconocido. En Bolivia no existe producción de bioetanol, con excepción de una pequeña producción de bioetanol en la planta de Guabirá.

La producción de caña ha demandado tradicionalmente una significativa cantidad de mano de obra para la cosecha bajo condiciones realmente precarias, sin embargo, en la actualidad, alre-dedor de la mitad de la cosecha de caña ya se ha mecanizado.

2.4. análisis De las exportaciones De soya y caña De azúcar

El Cuadro Nº 6 orienta respecto al comportamiento anual en el volumen y valor del conjunto de las exportaciones vinculadas con los productos de soya y caña de azúcar para tres años repre-sentativos (2005, 2008 y 2010). Existe en general una tendencia hacia la mayor concentración de las exportaciones en torta de soya que significa aproximadamente el 70% del volumen total exportado de los productos seleccionados al año 2010.

El segundo producto en importancia es el aceite de soya en bruto con el 14% promedio de las exportaciones de los productos seleccionados al año 2010. En lo que corresponde al alcohol, su exportación se ha incrementado progresivamente desde principios del 2000 llegando el año 2005 a 44.000 TN, subiendo a 85.000 el año 2008 y a 95.000 TN el año 2010.

5 El etanol es el alcohol etílico (C2H5OH) producto de la fermentación de jugos de caña u otros productos azucarados. Existen varios tipos de etanol, entre los que se encuentran los siguientes: a) comercial: EN, BG, Industrial, MG, todos hidratados (96%) o anhidros (99,8%), para consumo humano o industrial. (MI y ME); b) carburante: Alcohol anhidro como aditivo (mezcla) para gasolina (alconafta, gashol, alcolina) y alcohol hidratado (Brasil: motores alcoholeros y flexfuel); y desnaturalizado: Alcohol mezclado con gasolina, colorantes y otros para evitar su consumo humano, por lo tanto, libre de impuestos al consumo específico.


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Cuadro Nº 6

exportaciones de productos de soya y caña de azúcar (2006-2008)

Productos

2005 2008 2010

Volumen (Miles TN)

Valor (Millones $us)

Volumen (Miles TN)


Volumen (Miles TN)


Las demás habas (porotos, frijoles, frejoles) de soya (soja), incluso quebrantadas.

146,50 33,39 92,70 39,70 51,27 19,43

Harina de habas (porotos, frijoles, frejoles) de soya (soja).

79,60 18,08 56,18 25,74 88,53 34,21

Aceite de soya en bruto y sus fracciones, incluso desgomado.

192,35 97,28 115,10 122,59 203,90 165,07

Los demás aceites de soya (soja) y sus fracciones, incluso refinado, pero sin modificar.

24,87 17,06 — — — —

Azúcar de caña en bruto sin adición de aromatizante ni colorante, chancaca (panel).

1,53 0,82 0,84 0,64 1,11 0,84

Alcohol etílico sin desnaturalizar con grado alcohólico volumétrico superior o igual al 80%.

44,34 12,82 85,56 38,70 95,87 46,20

Los demás alcoholes etílicos sin desnaturalizar con grado alcohólico volumétrico inferior al 80%.

0,22 0,07 — — 0,06 0,04

Torta y demás residuos sólidos de la extracción del aceite de soya (soja).

1.087,78 214,22 812,12 272,50 1.052,86 328,23

Fuente: INE, elaborado por UDAPRO

Nota: (*) Arancelariamente el bioetanol está clasificado en la Subpartida NANDINA 2207.20.00.00 correspondiente a "Alcohol etílico

sin desnaturalizar con grado alcohólico volumétrico superior o igual al 80% vol. alcohol etílico y aguardiente desnaturalizados, de

cualquier graduación".


27

3Potencial producción y

expansión de agrocombustibles

3.1 Datos generales

A partir de la década de 1990 se ha presentado un crecimiento en la producción de agrocom-bustibles en el mundo, con énfasis en la producción de bioetanol y en menor medida del bio-diesel, como se observa en el Gráfico Nº 4. IBCE (2008) menciona que en el futuro la matriz energética mundial será muy diferente a la actual, que se encuentra dominada por los combus-tibles fósiles, tomando en cuenta que la participación de las energías renovables va cobrando cada vez mayor vigencia. Actualmente el desarrollo de los agrocombustibles representa el 1,7% de los combustibles consumidos en el mundo, con una tendencia a su expansión al 20% en el año 2020 (Idem.).

GráfiCo Nº 4

producción de bioetanol y biodiesel a nivel mundial

0

5

10

15

20

25

30

35

40

Pro

ducc

ión

bln/

litro

s

mundo (bioetanol) usA (bioetanol) Brasil (bioetanol)

usA (bioetanol) mundo (biodiesel)

1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005

usA (bioetanol)

Fuente: Tomado de Bioenergy and Agriculture: Promises and Challenges; Bionergy

in Europe, Oliver Henniges and Jurgen Zeddies, Dec. 2006


28

Los principales beneficios del uso de los agrocombustibles están asociados a su impacto medio-ambiental, tales como a la reducción de gases que producen el efecto invernadero y el calenta-miento global6, una menor contaminación del aire y una reducción de los residuos sólidos (por ejemplo, grasas). También se indica que el biodiesel reduce el monóxido de carbono neto en un 78% comparado al diesel del petróleo, por lo que la emisión del biodiesel es menos dañina a la salud humana que la del diesel del petróleo, teniendo impactos positivos sobre las emisio-nes del parque automotor, particularmente respecto de los gases de efecto invernadero, y que su impacto en la disminución de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) es muy grande al susti-tuir especialmente a los derivados del petróleo: diesel y gasolina (IBCE, 2008; Villarreal, 2007). Se menciona además que, en tanto que la provisión de petróleo mundial está sujeta a muchas fluctuaciones y subidas de precios, el desarrollo de fuentes alternativas que permitan reducir las importaciones de petróleo y mejorar la seguridad energética es importante para todos los países en términos de su seguridad energética, a lo que se suma el ahorro neto de energía que generan los biocombustibles (Choy, 2008).

Con respecto a las desventajas en la producción de agrocombustibles, se menciona la elevación del precio de los alimentos que sirven como materia prima para los agrocombustibles que tam-bién incide en el costo de otros alimentos, así como de la sustitución de las áreas de cultivo de productos alimenticios para el cultivo de los agrocombustibles (Cuadro Nº 7). También se men-ciona el elevado costo de producción de los agrocombustibles, con un importante impacto fiscal derivado de los subsidios, el posible incremento de emisiones contaminantes y otros impactos medioambientales derivados de la mayor demanda de fertilizantes, monocultivos y deforesta-ción, entre otros. Asimismo, se señala el costo por el requerimiento de modificaciones en los ve-hículos para la utilización del bioetanol (CIOEC, 2008; FOBOMADE, 2008).

Mientras que algunos autores reconocen que la dedicación de tierras cultivables a la produc-ción de agrocombustibles constituye en uno de los factores para el encarecimiento de precios de los alimentos y de la materia prima agrícola a nivel mundial, con el consiguiente impacto en los sectores más pobres que destinan la mayor parte de sus ingresos a la adquisición de alimen-tos, otros argumentan que estos sucesos no pueden atribuirse exclusivamente a la producción de agrocombustibles ya que existen otros factores quizá más determinantes que éstos, como lo fue la subida de los precios del petróleo o el incremento de la demanda por alimentos (Gaite y Gaite, 2008).

6 En cuanto a los combustibles, los derivados del petróleo son los más contaminantes, con 43 % del total, le sigue el carbón con 37 % y el gas natural con 20%. Estos porcentajes se desprenden más de la cantidad de combustible consumido, que de su origen.


29

Cuadro Nº 7

tipología de agrocombustibles

Combustible Materia primaReducción de gases

vs. petróleoCosto

Rendimiento por ha.

Tipo de tierra

EtanolGranos (maiz, trigo, remolacha)

Bajo-moderado Moderado Moderado Tierras aptas para cultivo

Etanol Caña de azúcar Alto Bajo Alto Tierras aptas para cultivo

Etanol Biomasa (celulosa) Alto Alto AltoTierras aptas para cultivo tierras marginales

Biodiesel Semillas oleaginosas Moderado Moderado Bajo Tierras aptas para cultivo

Biodiesel Aceite de palma ModeradoBajo-moderado

Moderado Tierras costeras

Biodiesel Biomasa Alto Alto AltoTierras aptas para cultivo tierras marginales

Fuente: Choy, 2008

En los sectores agrícolas empresariales de Bolivia se han realizado esfuerzos por promover la producción de agrocombustibles durante los primeros años del 2000, sin embargo la posición del actual gobierno contraria a la producción de agrocombustibles ha detenido su desarrollo. Las agrupaciones promotoras de la iniciativa de los agrocombustibles en Bolivia son en su ma-yoría instituciones relacionadas con la industria, comercio o sectores exportadores, agropecua-rios, como ser: ANAPO, IBCE y CAINCO. Entre las organizaciones que se oponen a esta iniciati-va están en primer lugar el Gobierno Nacional, aunque con contradicciones internas, organiza-ciones de productores como el CIOEC y otras redes de ONGs como FOBOMADE y LIDEMA.

La argumentación utilizada por los grupos que apoyan el desarrollo de estos emprendimientos agroenergéticos en Bolivia suele estar enmarcada principalmente en tres distintos lineamientos: a) la generación de nuevas dinámicas económicas derivadas del incremento de las exportacio-nes; b) la sustitución de las importaciones bolivianas de diesel oil; y c) los beneficios medio-ambientales de los agrocombustibles, principalmente debido a la reducción de emisiones equi-valentes de CO2 o GEI (Ballivián, 2008). Se sostiene que con la producción de biodiesel (so-bre la base de la soya) se podrá ofrecer más alimentos a la población, en tanto que el 80% de este producto es transformado en torta de soya, que no se emplea como materia prima para el agrocombustible. Con relación al fenómeno de la deforestación, se plantea que esto es algo que viene aconteciendo desde años atrás, por lo que no debe vincularse esta dinámica a la produc-ción de agrocombustibles. Se menciona que la actual superficie de cultivo permitiría abastecer el mercado interno de alimentos y la potencial demanda requerida de agrocombustibles en el país, y que adicionalmente puede garantizar la satisfacción de las demandas locales de provi-sión de energía7.

7 Entrevista a Miguel Barba, consultor experto en biocombustibles. Santa Cruz. Marzo 15 de 2010.


30

Por su parte, los críticos a los agrocombustibles presentan los siguientes argumentos en contra: a) su producción responde principalmente a los intereses económicos y energéticos del primer mundo y de los grandes importadores y consumidores de hidrocarburos basados en economías altamente intensivas en carbono; b) la producción de agrocombustible es causa del incremen-to de los precios de productos alimenticios; c) existe una relación directa entre los efectos de los agrocombustibles sobre los GEI y el cambio climático; d) tiene efectos negativos sobre los pe-queños productores del área rural; e) requiere de superficies de tierra cultivable extremadamen-te altas con acciones vinculadas a procesos de deforestación y sobreexplotación de los suelos; y, f) la energía invertida en la producción de agrocombustibles es más alta en comparación con la energía obtenida (CIOEC, 2008).

En Bolivia, la primera legislación que se aprobó sobre agrocombustibles fue la Ley Nº 3086 del 23 de junio del 20058, la misma que tiene ambiciones de regular y promocionar el uso domesti-co de mezclas de alcohol y gasolina, aumentando la proporción en la mezcla de forma gradual y progresiva hasta llegar al reemplazo del 25% en volumen en un periodo de 5 años. Luego, la Ley Nº 3207 promulgada el 30 de septiembre del 20059, dispone también la regulación de la mezcla gradual y progresiva de aditivos vegetales al diesel de petróleo hasta llegar a una proporción del 20%. Finalmente, la Ley Nº 3546 promulgada el 28 de noviembre del 200610, prevé la creación de la empresa “Complejo Agroindustrial de San Buena Aventura”, otorgando a dicho proyecto prioridad nacional con el objetivo de producir azúcar, etanol carburante y agrodiesel en base a la palma africana (Azogue y Justiniano, 2008).

Para el gobierno central no es prioridad la producción de agrocombustibles, ya que éstos son cultivados empleando considerables cantidades de insumos de combustibles fósiles (pesticidas y fertilizantes) y requieren de mucha energía en todo el proceso de producción (siembra, trata-miento, fertilización, riego, cosecha, transporte, distribución y procesamiento), energía que en la actualidad se obtiene del petróleo, por lo que tienen una energía negativa, es decir, usan más energía para producirlos que aquella que se obtiene de él, por lo que puede agravar el déficit de energía. Por lo mismo, como son tan pobres sustitutos al petróleo, no sirven mucho para resol-ver la crisis de energía (Bolivia, 2009b). Asimismo, entre los argumentos más específicos que ha presentado el Gobierno de Bolivia en contra de la producción de los agrocombustibles, tenemos los siguientes: a) existe una disminución en la producción de alimentos con relación al aumen-to de la población; b) existe un incremento en los precios de los alimentos que puede agravarse con la producción de agrocombustibles, mientras que la superficie destinada a la producción de alimentos va decreciendo; c) la ampliación de la frontera agrícola conlleva la pérdida de bos-ques tropicales y de su riqueza en biodiversidad; y d) porque no se cree que los agrocombusti-bles sean tan limpios de gases contaminantes (MDRAyMA, 2008).

8 Incorporada durante la presidencia del entonces presidente Eduardo Rodríguez Veltzé.

9 Promulgada durante la gestión del presidente interino Sandro Estefano Giordano Garcia.

10 Promovida en el congreso nacional por el partido del presidente Juan Evo Morales Ayma, aunque con poco conocimiento de las autoridades del partido de gobierno.


31

Sin embargo, existen contradicciones en el Gobierno Nacional con relación al tema de los agro-combustibles. Mientras existen posiciones en contra, como las anteriores, otras autoridades han mencionado que el mismo podrá ser puesto en discusión en el futuro11. Algo similar ha sucedido con relación al tema de los transgénicos, donde luego de una oposición férrea a éstos, se abrió la posibilidad de que el tema podría ser discutido y finalmente no se ha realizado ninguna acción concreta respecto a limitar el uso de los mismos (i.e. soya), cuyo se ha extendido en la mayoría de los productores del oriente, incluso con la participación del gobierno12. Actualmente, el sector empresarial del oriente bajo el liderazgo del IBCE, CAINCO, y la Prefectura del Departamento de Santa Cruz, están realizando esfuerzos para posicionar una mirada nacional más favorable hacia los agrocombustibles. Esto se realiza en el marco de un estudio denominado: “Biocombustibles Sostenibles”, realizado en una primera fase con el apoyo de Suiza y la segunda fase con el apo-yo financiero del BID13 (CAINCO e IBCE, 2008). En este estudio se pretende destacar los poten-ciales beneficios que pueden traer los agrocombustibles a la economía del país, enfatizando que además se desarrollaría en el marco de un enfoque que garantiza no dañar el medio ambiente ni atentar contra la seguridad alimentaria.

La producción de agrocombustibles en Bolivia se ve limitada por el enfoque de la matriz ener-gética del país, la misma que prioriza la producción de gasolina y GNV, así como el desarro-llo de estrategias para al abastecimiento de diesel vía producción, importación o refinación de crudo para su transformación. En este marco, el Plan Energético de Bolivia no ha considerado la introducción de biodiesel o bioetanol. Además, el diesel oil se encuentra subsidiado, por lo que cualquier alternativa de producción de biodiesel para el consumo en el mercado na-cional tiene que responder a un esquema de anulación de este subsidio, de otro modo resulta imposible competir con el precio subsidiado, como se analiza más adelante. El análisis que se realiza a continuación está vinculado a un escenario hipotético de producción de agrocom-bustibles en un escenario que toma como materia prima a la soya, en la medida en que este es el único producto existente en cantidades suficientes para su potencial transformación en biodiesel, así como el del bioetanol producido en base a la caña de azúcar, tomando en cuen-ta que experiencias con otros cultivos todavía no se han desarrollado en Bolivia, al menos de forma significativa14.

11 Es el caso del ex Viceministro de Ciencia y Tecnología Roger Carvajal en su exposición en el seminario de la CAINCO sobre agrocombustibles realizado el año 2008

12 La Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (EMAPA) no restringe la participación de productores de soya transgénica en sus programas.

13 Es curioso que este estudio haya contado con el aval del Ministerio de Planificación del Desarrollo del gobierno en la gestión 2007.

14 Excepción de la siembra de macororó en pequeñas superficies, aunque no están registradas en la Encuesta Nacional Agropecuaria del 2008.


32

3.2 análisis De la Matriz energética

La política hidrocarburífera boliviana promueve el desarrollo de una matriz energética, que se basa en la sustitución del uso de gasolina, diesel, GLP y otros combustibles líquidos por el gas natural (MPD, 2009). Sin embargo, esto sólo es posible en relación al parque automotriz, energía domici-liaria y sector industrial. Por lo mismo, la matriz energética considera constante la importancia del diesel para proveer con energía, sobre todo, al sector agropecuario. Sin embargo, esto tiene com-plicaciones vinculadas con el déficit de producción, las que se analizan a continuación.

La estructura energética del país así como el flujo energético que se desarrolla en el Balance Ener-gético Nacional (BEN) 15 para la gestión 2007, muestran a Bolivia como un país productor de hidrocarburos y exportador de gas natural, encontrándose la oferta interna de energía primaria compuesta principalmente por gas natural y petróleo condensado, representando éstos el 81%. El gas natural constituye la mayor fuente de energía primaria en Bolivia y más del 80% del gas natural que se produce es exportado. Asimismo, el 71,5% del consumo final está constituido por los hidrocarburos.

Bolivia es un país cuya base energética debería sustentarse principalmente en la producción y consumo de gas, sin embargo, respecto al consumo final de energía, como se muestra en el Grá-fico Nº 5, el energético de mayor consumo es el diesel oil, representando el 26% del total (Sec-tor Transporte, Agricultura, Pesca y Minería y el Sector Industrial). El gas natural es el energéti-co cuyo consumo representa un 18% del total (Sector Industrial, seguido de los Sectores Trans-porte, Residencial y Comercial). La biomasa16 es también uno de los energéticos de importante consumo, representando un 18% del consumo total de energía (Sector Industrial y Residencial). El consumo de gasolina especial representa el 14% del total y es utilizado en su totalidad por el Sector Transporte. La electricidad sólo representa un 11% del consumo de energía final. El consu-mo de GLP representa el 10% del consumo total y otros derivados de petróleo como el kerosene y jet fuel, representan sólo un 3% del consumo final de energía (MHE, 2010).

15 El mismo que proporciona una visión de las relaciones físicas del sistema energético en un período de tiempo histórico determinado, mostrando cómo la energía se produce, se exporta o importa, se transforma y es consumida por sectores económicos. Asimismo, hace posible calcular ciertas relaciones de eficiencia y hacer un diagnóstico de la situación energética de un país o de una región.

16 La biomasa (incluyendo leña, carbón, desperdicios forestales / vegetales / animales) es una fuente importante de energía en el área rural y en el sector industrial de Bolivia. La biomasa es utilizada para cocinar en el sector doméstico, para la generación de electricidad y en industrias que producen ladrillos, yeso, alfarería, arroz, etc. Sin embargo, el consumo de la biomasa está relacionado a la baja eficiencia, riesgos para la salud y la deforestación.


33

En la actualidad, la producción interna cubre la demanda de GLP y jet fuel; sin embargo, la de-manda de diesel oil y gasolina no llega a ser satisfecha por la producción nacional por lo que es necesario importar los mismos.

A objeto de observar la evolución de la producción, consumo, importaciones y exportaciones de energía a lo largo del período 2000 – 2007, a continuación se presenta un cuadro resumen de los Balances Energéticos correspondientes a este período histórico (Cuadro Nº 8).

En este balance se observa que la oferta total de energía primaria durante el período 2000 al 2007 se ha incrementado a una tasa de crecimiento promedio anual del 5,9%. El gas natural es el energético cuya producción se incrementó en mayor proporción con relación a los demás pro-ductos, principalmente a partir del año 2001, período en el que los volúmenes de gas natural en-viados al Brasil empiezan a aumentar alcanzando sus niveles máximos a partir del año 2005. La transformación total de energía secundaria se incrementó a una tasa promedio anual de 7,9%, donde los derivados de petróleo representan una mayor proporción dentro de dicha transforma-ción. También, las importaciones de energía, que corresponden principalmente a diesel oil, se incrementaron en los últimos años debido a limitaciones en la producción de este producto en el país y al aumento permanente de la demanda. El sector transporte se constituye en el sector de mayor consumo final de energía, mientras que el segundo sector de mayor consumo es el sector industrial. Para la gestión 2007, el consumo de energía del sector transporte representó el 39,5% del consumo total de energía y el del sector industrial representó el 28,5 % (MHE, 2010).

GráfiCo Nº 5

proporción del consumo final energético por tipo (2007)

GLP10%

Electricidad11%

Gasolina14%

Biomasa18%

Gas natural18%

diesel26%

otros derivados3%

Fuente: Plan Nacional de Desarrollo Energético 2008-2027


34

KBEP 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007TC

Promedio %

ener

gía

pr

iMa

ria

Crudo 11.457 12.906 13.059 14.218 14.432 18.229 17.510 17.710 6,8

Gas 23.082 32.621 41.597 46.276 62.519 76.168 81.227 86.421 21,4

Biomasa 5.215 5.208 5.202 5.195 5.276 5.339 5.465 5.524 0,8

Hidroenergía 1.488 1.649 1.706 1.539 1.664 1.521 1.669 1.796 3,1

Variación de existencias

173 -131 -225 675 -297 115 102 -38 8,0

Exportaciones 13.901 23.438 29..961 34.123 52.109 64.152 67.314 72.675 28,7

Nº aprovechado 1.561 1.038 1.680 1.571 867 783 533 458 -11,2

Oferta total energía primaria

25.953 26.876 20.697 32.209 30.617 36.438 38.126 38.280 5,9

Total transformación -18.563 -18.046 -19.806 -20.781 -22,658 -24.202 -24.816 -26.540 5,3

Consumo final energía primaria

7.346 7.312 7.606 7.820 8.242 8.735 9.335 10.063 4,6

ener

gía

sec

un

Da

ria

Refinerías de petroleo 10.111 13.758 14.537 11.926 16.365 17.081 17.448 17.839 10,0

Plantas de tratamiento gas natural

1.888 1.815 1.992 1.951 2.014 2.251 1.831 2.071 1,9

Centrales eléctricas 2.399 2.411 2.543 2.623 2.738 2.960 3.142 3.386 5,1

Total transformación 14.399 17.995 19.072 16.500 21.227 22.292 22.420 23.296 7,9

Consumo final energía secundaria

13.282 13.070 13.428 14.107 15.182 15.807 17.025 18.334 4,8

exportaciones 15.614 27.002 32.741 37.146 54.737 67.854 70.932 76.105 27,3

Gas natural 12.608 23.047 29.286 33.132 50.313 62.535 65.789 71.637 30,6

Pet. cond y / gasolina natural 1.293 941 675 991 1.796 1.617 1.526 1.038 3,6

Crudo reconstituido 1.713 2.654 2.790 3.023 2.628 3.465 3.618 3.372 12,1

Gasolina especial, blanca, aceite y grasas

0 0 0 0 0 237 0 0 0

iMportaciones 2.112 2.248 1.775 2.238 1.759 2.405 2.762 3.270 8,6

Diesel oil 2.033 2.205 1.722 2.184 1.702 2.406 2.761 3.219 9,1

Gasolina especial, aceites y grasas

79 41 53 54 58 0 1 51 0

consuMo Final De energía 20.628 2.382 21.035 21.928 23.424 24.542 26.360 28.396 4,7

Transporte 7.422 7.225 7.388 7.871 8.561 9.004 10.004 11.225 6,2

Industrial 6.573 6.427 6.646 6.778 7.096 7.350 7.724 8.093 3,0

Residencial 4399 4.484 4.648 4.762 5.053 5.247 5.431 5.587 3,5

Comercial 574 593 633 657 692 746 801 839 5,6

Agricultura pesca y minería 1.650 1.654 1.720 1.859 2.022 2.194 2.398 2.651 7,0

Fuente: Balance Energético Nacional, Serie 2000 – 2007

Cuadro Nº 8

balance energético 2000-2007


35

Cuadro Nº 9

Metas para el corto, mediano y largo plazo (porcentaje de participación de energéticos por sector)

Detalle EnergéticoSituación

2007Metas para

el 2012Metas para

el 2017Metas para

el 2027

Mezcla para la generación de electricidad

Hidro 39,0 27,5 22,2 50,2

Gas/diesel 59,0 71,4 69,2 44,8

Otros 2,0 1,1 8,6 5,0

Mezcla de energéticos para la industria

Gas 39,7 44,2 50,5 63,7

Biomasa 43,6 39,8 34,6 21,1

Electricidad 11,1 11,7 12,1 13,2

GLP+kerosén+ diesel oil

5,6 5,5 5,0 4,0

Mezcla de energéticos para uso residencial

Gas 2,8 16,5 24,0 32,0

GLP 49,0 39,9 33,2 25,2

Biomasa 27,0 20,0 18,0 15,0

Electricidad 20,3 22,7 23,9 26,9

Otros (kerosén) 0,9 0,9 0,9 0,9

Mezcla de energéticos para uso comercial

Gas 15,7 17,0 22,0 30,0

GLP 5,7 5,0 4,0 2,0

Electricidad 78,6 78,0 74,0 68,0

Mezcla de energéticos agricultura y minería

Electricidad 14,1 15,0 20,0 25,0

Diesel oil 85,9 85,0 80,0 75,0

Mezcla de combustibles para el transporte

GNV 13,6 19,3 26,0 48,6

Gasolinas 34,7 32,6 30,0 27,0

Diesel oil 43,9 40,3 35,0 16,6

Jet fuel 7,8 7,8 7,8 7,8

porcentaje de cobertura del parque automotor/población

GNV 11% 21% 26% 35%

Cobertura GN 4% 26% 44% 78%

Cobertura electricidad 65% 85% 92% 97%

Fuente: Plan de Desarrollo Energético, 2008-2027

Los balances de diferentes años muestran un sector energético bastante estático, excepto por la producción de gas natural que es el único energético que ha tenido un incremento impor-tante en su producción. En general, el consumo energético en todos los sectores ha crecido moderadamente, esto se observa principalmente durante el período 2000-2005, período en el cual la mayor parte del incremento en la producción energética ha sido destinada a la exporta-ción y no así al consumo del mercado interno, que ha crecido a una tasa promedio anual del


36

3,6% durante dicho período. Durante los años 2006 y 2007 se observa un mayor incremento del consumo energético total, con una tasa de crecimiento promedio del 7,7%. Durante este período, el diesel oil mayormente se utiliza en generación de electricidad y en el uso de ma-quinaria agrícola. Aproximadamente el 86% de la energía de los sectores de la agricultura y minería depende del diesel oil (Idem).

El Plan de Desarrollo Energético, calcula las metas para el corto plazo (2012), mediano plazo (2017) y largo plazo (2027). En estas metas, el diesel oil sigue constituyéndose en un importan-te recurso energético.

El Plan de Inversiones de YPFB (2010) presenta una relación entre oferta y demanda de hidrocar-buros líquidos al año 2026, determinando los déficits y excedentes para cada uno de los produc-tos terminados. Durante el periodo 2009-2015 la tasa de crecimiento proyectada de consumo de diesel oil es del 7%, disminuyendo el déficit de diesel oil de 12,4 Mbpd (53% de la demanda total) a 10,6 Mbpd el año 2012 y 9,2 Mbpd el año 2015, representando el 39% y 27% de la de-manda respectivamente (YPFB, 2010).

Cuadro Nº 10

proyección de oferta y demanda de diesel (2009-2015)

Concepto 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015

Demanda de diesel oil (Mbpd) 23,6 24,8 25,8 27,3 29,2 31,2 33,5

Oferta de diesel oil (Mbpd) 11,2 11,9 14,3 16,8 18,1 20,7 24,3

Superávit (+)/déficit (-) (Mbpd) -12,4 -12,9 -11,4 -10,6 -11,1 -10,5 -9,2

% superávit (+)/déficit (-) sobre demanda -53% -52% -44% -39% -38% -34% -27%


Para el periodo 2016-2026 la tasa de crecimiento es del 7%, incrementándose el déficit del com-bustible de 13,2 Mbpd a 71,4 Mbpd, lo que representa un incremento de 37% al 100% en lo que se refiere al porcentaje del déficit sobre la demanda total.

Cuadro Nº 11

proyección de oferta y demanda de diesel (2016-2026)

Concepto 2016 2018 2020 2022 2024 2026

Demanda de diesel oil (Mbpd) 36,0 41,0 46,9 54,0 62,2 71,4

Oferta de diesel oil (Mbpd) 22,8 21,4 18,3 13,0 1,1 0,0

Superávit (+)/déficit (-) (Mbpd) -13,2 -19,7 -28,7 -40,9 -61,1 -71,4

% superávit (+)/déficit (-) sobre demanda -37% -48% -61% -76% -98% -100%



37

De acuerdo al Plan de Inversiones de YPFB, la demanda proyectada de gasolina para el periodo 2009-2015 se incrementa en un 7%, registrándose déficits hasta el año 2012, para posteriormen-te contar con superávits desde el año 2013, en virtud de la planificada implementación de dos Unidades de Isomerización a partir de dicho año.

Cuadro Nº 12

proyección y oferta demanda de gasolina (2009-2015)

Concepto 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015

Demanda gasolina (Mbpd) 15,4 16,6 17,8 18,9 20,0 21,2 22,5

Oferta gasolina (Mbpd) 15,2 16,5 16,6 18,1 20,6 29,1 35,8

Superávit (+)/déficit (-) (Mbpd) -0,2 -0,1 -1,2 -0,8 6,0 7,9 13,3

% superávit (+)/déficit (-) sobre demanda -1% 0% -7% -4% 30% 37% 59%


Cuadro Nº 13

proyección de oferta y demanda de gasolina (2016-2026)

Concepto 2016 2018 2020 2022 2024 2026

Demanda gasolina (Mbpd) 24,0 27,5 31,6 36,3 41,8 48,1

Oferta gasolina (Mbpd) 34,1 32,7 29,2 23,0 8,4 5,7

Superávit (+)/déficit (-) (Mbpd) 10,1 5,1 -2,4 -13,2 -33,3 -42,4

% superávit (+)/déficit (-) sobre demanda 42% 19% -8% -36% -80% -88%


La nacionalización de los hidrocarburos asume como un nuevo paradigma del país la soberanía y seguridad energética, que tiene por objetivo la satisfacción de la demanda interna de hidrocarbu-ros. En este contexto, YPFB plantea una estrategia de abastecimiento del mercado interno que ade-más de asegurar que el consumidor cuente con los combustibles líquidos y GLP necesarios, mini-mice los costos por concepto de subvención por la importación de productos terminados y pueda generar ingresos favorables para el Estado manteniendo el comportamiento actual de los precios.

Para el corto plazo (2009-2015), el Plan de Inversiones de YPFB plantea dos estrategias: a) op-timización y ampliación de la capacidad de refinación de las actuales refinerías17, que permiten un incremento en la capacidad de refinación de 45 Mbpd a 96 Mbpd para el año 2015; y b) im-portación de productos deficitarios, fundamentalmente de diesel oil, para garantizar el abasteci-miento a la agroindustria y al transporte.

17 Contempla proyectos de Revamping de las unidades de Crudo, la implementación de una Unidad de Topping y una Planta de Reformación Catalítica entre otras actividades, con una inversión de $us 345 MM.


38

Aún concretándose los procesos de ampliación de la capacidad de las refinerías, se estima que a partir del 2015 se registrarían nuevos déficits crecientes de hidrocarburos líquidos, debido fun-damentalmente a la declinación de la producción a partir de dicho año y al ritmo de crecimien-to de la demanda (YPFB, 2010). En este contexto, YPFB se plantea una estrategia de largo plazo (2015-2026) que contempla el inicio de operaciones en paralelo, a partir del año 2015, de una Planta de GTL, para la producción de diesel oil ecológico, con el propósito de sustituir la impor-tación y la subvención de diesel oil importado y el primer módulo de tres de una nueva refinería para importar crudo para su procesamiento18. La planta de GTL de Bolivia sería la primera plan-ta comercial en América del Sur donde se convertirá el gas natural a hidrocarburo líquido, ma-yormente diesel oil19. Como se muestra en el Gráfico Nº 6, la entrada en operación de la Nueva Refinería y la Planta de GTL en la gestión 2015, permitiría una producción total de diesel oil en el país de 53,9 Mbpd que con relación a una demanda de 33,5 Mbpd, da lugar a la exportación de excedentes a partir de dicho año hasta el año 2025.

GráfiCo Nº 6

plan de abastecimiento de diesel oil 2009-2026 (estrategia de mercado interno)

Fuente: Plan de Inversiones YPFB, 2010

Nota: GTL (Chaco), producción de 12.750 Bbl/d de diesel oil

18 El crudo requerido es de aproximadamente 24° API, con el cual se obtendrían los siguientes rendimientos potenciales por producto: diesel oil = 65%; gasolina = 17% ; GLP = 5% y residuos = 13%

19 Los rendimientos de esta planta serían los siguientes: diesel oil = 85% y nafta = 15%.

0

10

20

30

40

50

60

70

80

200

9

2010

2011

2012

2013

2014

2015

2016

2017

2018

2019

2020

2021

2022

2023

2024

2025

2026

GtL

nueva refinería

Refinerías actuales

mbp

d

56,5

67,472,3

62,2

50,2

33,523,6

11,2

nueva refinería demanda do


39

En términos económicos, la importación de diesel oil hasta el año 2014 significa un gasto fiscal por concepto de subvención en relación al precio de mercado interno de $us 1.340 MM en cinco años (más de $us 250 Millones anuales). Con estos planes, a partir del 2015 en adelante (con ex-cepción del 2026), la importación de crudo permitiría producir volúmenes suficientes de diesel oil para el abastecimiento del mercado interno y volúmenes excedentarios, de los cuales se espe-ra obtener ingresos por concepto de su exportación de 5.000 millones de dólares (YPFB, 2010).

Cuadro Nº 14

impacto de la estrategia de largo plazo sobre el abastecimiento del diesel oil

AñoDemanda

(Mbpd)Oferta (Mbpd)

Déficit (-) / Superávit (+)

(Mbpd)

Porcentaje Déficit/Superávit

sobre dda.

Subvención ($us MM)

Ingresos por exportación

($us MM)

2009 23,6 11,2 -12,4 -53 155 0

2010 24,8 11,9 -12,9 -52 279 0

2011 25,8 14,3 -11,4 -44 272 0

2012 27,3 16,8 -10,6 -39 249 0

2013 29,2 18,1 -11,1 -38 198 0

2014 31,2 20,7 -10,5 -34 188 0

2015 33,5 56,5 23,1 69 0 929

2016 36,0 55,0 19,1 53 0 741

2017 38,5 54,5 16,0 42 0 622

2018 41,0 53,6 12,6 31 0 489

2019 43,8 52,7 8,8 20 0 343

2020 46,9 50,5 3,6 8 0 139

2021 50,2 67,4 17,2 34 0 667

2022 54,0 64,8 10,8 20 0 420

2023 58,0 60,1 2,2 4 0 84

2024 62,2 72,3 10,1 16 0 394

2025 66,6 71,3 4,6 7 0 179

2026 71,4 71,3 -0,2 0 3 0

PROM. 2009-2015 28 21 -6,5 -27 191 133

PROM. 2009-2026 42 46 3,3 2 75 278

Fuente: Plan de Inversiones de YPFB, 2010

Tomando en cuenta que la maquinaria agropecuaria funciona a diesel resulta importante para el país garantizar la provisión de diesel oil, ya que el biodiesel necesariamente tendría que ser mez-clado con este producto, mientras que el bioetanol solamente puede ser mezclado con gasolina.

En el país, sin embargo, no existen alternativas para producir biodiesel, si es que se continúa con la política oficial de producir o importar el diesel oil que se requiere para el consumo en el mercado nacional, más aún si esto sigue considerando la subvención a la venta del diesel oil. En otros países


40

la producción del biodiesel ha sido rentable y competitiva debido a la existencia de normas lega-les para la mezcla obligatoria de biodiesel con diesel oil, lo que al mismo tiempo se constituye en un mecanismo que garantiza mercado seguro para la producción de agrocombustibles (CAINCO e IBCE, 2008). En este contexto, podría suplirse la importación del diesel oil con la producción de biodiesel nacional, pero también tendría que retirarse la subvención al diesel oil para que sea com-petitivo, o parte de la subvención tendría que trasladarse a los productores de biodiesel.

3.3 proDucción De soya para bioDiesel

El biodiesel es un biocombustible renovable que sustituye al diesel que tiene como fuente al pe-tróleo y puede mezclarse en distintas proporciones con este. Las propiedades del biodiesel co-mercial dependen tanto del proceso de fabricación como de la naturaleza de la fuente (animal o vegetal) a partir de la cual se ha producido. Las principales materias primas para la obtención de biodiesel son: aceites vegetales comestibles nuevos, aceites vegetales comestibles usados, aceites vegetales no comestibles y grasas animales.

De acuerdo a CAINCO e IBCE (2008), el empleo del biodiesel presenta múltiples ventajas de orden técnico, económico, ambiental y social. Es una opción de reducción de la dependencia de combusti-bles en base a hidrocarburos, no requiere mayores modificaciones para su uso en motores diesel co-munes, es obtenido a partir de materias primas renovables dando solución al problema de potencial contaminación medioambiental, presenta un menor nivel de emisiones gaseosas de combustión no-civas como el dióxido de carbono (CO2) y posee una gran biodegradabilidad. Entre las desventajas, en el caso del biodiesel puro, se tiene que el biodiesel presenta ligeramente menos poder calorífico que el diesel y su almacenamiento no es aconsejable por períodos superiores a seis meses.

Cuadro Nº 15

rendimientos oleaginosos por cultivo (en litros y porcentaje)

Cultivo Rendimiento (litro/ha) Porcentaje de aceite

Aceituna (olivo) 1.200 - 1.400 12 - 30

Algodón 270 - 450 16 - 18

Arroz 700 - 900 18 - 21

Coco (copra) 2.100 - 2.510 52 - 60

Colza (canola, raps) 690 - 1.100 37 - 46

Girasol 700 - 1.100 39 - 48

Jatrofa (piñón) 950 - 1.680 24 - 26

Maní 700 - 1.000 39 - 48

Palma aceitera 3.000 - 5.900 18 - 26

Palta (aguacate) 2.200 - 2.800 10 - 30

Ricino (macororó) 620 - 1.200 42 - 45

Sésamo 490 - 700 38 - 40

Soya 350 - 520 17 - 19

Fuente: Gallo, 2007


41

Es importante mencionar que la soya es uno de los peores productos en cuanto a eficiencia para la producción de biodiesel. El siguiente cuadro presenta una relación del rendimiento litros/hec-táreas y el porcentaje de aceite de varios productos. Se observa que la soya presenta un máximo rendimiento de 520 lts/ha mientras que existen otros productos como el girasol que tiene un rendimiento de 1.100 lts/ha, el pilón de 1.680 lts./ha y finalmente la palma aceitera con el ma-yor rendimiento de 5.900 lts/ha.

La producción de biodiesel de otros productos que no sean la soya tienen que contemplar en primer lugar inversiones en la plantación de áreas extensas con productos como la jatrofa, cuci o macororó, existen costos derivados del crecimiento natural de éstos, así como riesgos que im-plica desarrollar plantaciones en las cuales no existen procesos sistemáticos de experimentación. Por lo tanto, un emprendimiento de esta naturaleza, al menos a gran escala, todavía se ve como poco probable en el corto plazo, por lo que las potenciales intenciones de producir biodiesel siguen descansando fuertemente en la soya, pese a sus considerables desventajas comparativas con relación a otros productos, como se mencionó anteriormente.

De acuerdo a algunos estudios, el factor más importante vinculado a decisiones de producción de biodiesel es el precio mismo del biodiesel, el cual tiene relación directa con el precio del die-sel, su competidor directo. El segundo factor tiene que ver con el rendimiento en la producción del biodiesel, es decir la eficiencia del proceso de transformación y, el tercer factor, también muy importante, está relacionado con el precio de los aceites, materia prima para producir agrocom-bustibles. Menor importancia tienen el precio de la glicerina subproducto del proceso, los cos-tos de inversión en la planta de producción, el precio del metanol que es un insumo del proce-so, el costo de operación (mano de obra), el costo del catalizador que es otro insumo menor y el costo de la energía requerida para el proceso de transformación (CAINCO e IBCE, 2008). Para otros, el componente más importante es el costo de la materia prima, seguido del precio que tiene el biodiesel, el cual dependerá de la normativa tributaria y otras aplicadas a los agrocom-bustibles20. En este contexto, un factor importante es el de la disponibilidad de la materia prima, que en el caso boliviano sería actualmente la soya ya que los otros productos existen solamente en pequeñas cantidades.

De acuerdo al Cuadro Nº 16, los costos de producción de la soya en Bolivia son de aproximada-mente 334 $us/ha (soya convencional campaña de verano), por lo que las ganancias fluctúan de acuerdo al precio internacional de este producto, aspecto que influye en el costo final del mismo en el mercado nacional. Las ganancias para el productor son estables ya sea que el producto sea destinado a la transformación de alimentos o al biodiesel en el mercado nacional o internacio-nal.21 Para la campaña de verano 2007-2008 tenemos un ingreso líquido para el productor de aproximadamente 546 $us/ha (propiedad promedio de 200 ha). Esta soya es luego comprada por el acopiador y transformada en aceite vegetal o hipotéticamente biodiesel en los países de destino.

20 Miguel Barba, entrevista a experto consultor en biocombustibles. Santa Cruz, Marzo 15 de 2010.

21 Tomando un costo de 215 $us/ha Costo de exportación en la bolsa de Rosario al 26 de marzo de 2010.


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Cuadro Nº 16

estructura de costos operativos y de producción soya convencional verano 2007-2008 (siembra directa)

DetallePropiedad de 200 ha. (100 km. de distancia)

Zona expansión

Zona integrada

PRODUCTIVIDAD (TM/Ha) 2,20 2,20

DESCRIPCIÓN $us./Ha. $us./Ha.

a - operaciones 97,65 108,15

A.1 Preparación del suelo 0,00 0,00

A.2. Siembra 15,15 15,15

Siembra 15,00 15,00

Preparación de Semilla (Mano de Obra) 0,15 0,15

A.3. Tratos culturales 37,50 48,00

Aplicación de Desecante; 2 aplicaciones 10,00 12,00

Aplicación de Herbicida pos emergente; 2 aplicaciones 10,00 12,00

Aplicación de Fungicida (Roya + Enfermedades Final de Ciclo) ZE 2.5; ZI 3 Aplic. 12,50 18,00

Aplicación de Insecticida (defoliadores) ; incluida con aplicación de herbicidas 0,00 0,00

Aplicación de Insecticida (chupadores); incluida con aplicación de fungicidas 0,00 0,00

Aplicación de desecante 5,00 6,00

A.4 Cosecha 45,00 45,00

Cosechadora 45,00 45,00

b - insuMos 210,17 228,67

B.1. Semillas / Mat. Siembra 50,20 50,20

Semillas 45,00 45,00

Tratamiento de Semilla (Fungicida+Inoculante) 5,20 5,20

B.2. Defensivos agrícolas 150,60 169,10

Desecante (2 Glif. +Adh. + 2,4-D); (2 Glif. +Adh. + 2,4-D+Starane) 50,00 50,00

Herbicidas pos emergentes 26,55 26,55

Fungicidas (Tri/Estr)+(Triazol/Benzimidazol); 2 aplicaciones 35,50 35,50

Insecticidas (Defoliadores) 12,55 12,55

Insecticidas (Chupadores) 8,00 8,00

Desecante 7,50 7,50

Otros Agroquímicos (fertilizantes foliares) 10,50 29,00

Costo Financiero de Insumos y Semillas (14% anual * 4 meses) 9,37 9,37

c- Después De la cosecHa 26,40 26,40

Transporte a Silos (12 US$/TM) 26,40 26,40

Costo Operativo (A+B+C) 334,22 363,22

Costo Total ($us/Ha) 334,22 363,22

Precio US$/TM 400,00 400,00

Ingreso (US$/Ha) 880,00 880,00

Resultado (US$/Ha) 545,78 516,78

Fuente: Informe CAO, 2008


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El aceite de soya que se vende en el mercado internacional es un commodity, por lo cual depen-diendo de las situaciones específicas de los países compradores el aceite crudo de soya puede ser transformado en alimento (aceite vegetal) o destinarse a la producción de biodiesel. El pro-ductor de biodiesel con base en la soya gana más si es que en el mercado internacional sube el precio del petróleo y baja el precio del aceite. Entonces, dependiendo de las fluctuaciones del mercado internacional de la soya el aceite crudo se transformará en alimento o en biodiesel. Lo propio debería suceder en el país, sin embargo, como se ha mencionado, por las condiciones es-tructurales negativas para la producción de biodiesel (subvención al diesel oil) y la ausencia de un mercado seguro éste no resulta ser todavía un buen negocio.

Los rendimientos en la producción de aceite son de aproximadamente 400 lts/tn en el mejor de los casos y de 90 lts/tn en el caso del biodiesel. Los costos de producción en la transformación del aceite y biodiesel no son significativamente diferentes, sin embargo, los precios de ambos productos en el mercado local si difieren notoriamente, por lo que no resulta un buen negocio producir biodiesel en lugar de aceite. Un cálculo aproximado de los costos de producción y de la ganancia esperada por producción de aceite y biodiesel (en base al aceite crudo) se presenta en el Cuadro Nº 17.

Cuadro Nº 17

costos comparativos de producción de aceite y biodiesel (en $us)

DetalleRendimiento

promedio lts/tn

Costos de producción por

litro

Precio litro mercado nacional

Ganancia neta por

litro

Ganancia neta por tn

Aceite 400 0,5 1,7 1,2 480

Biodiesel 90 (*) 0,45 0,4 -0,05 Negativa

Diferencia 310 -0,23 -1,3 1,43

Nota: (*) Tomando en cuenta el mayor costo, entendiendo que en una planta de producción de 100.000

lts./día, el costo de producción es de $us 0,38 por litro, en una planta de 46.000 lts., el costo de producción

es de $us 0,42 por litro y en una planta de 23.000 lts., el costo de producción es de $us 0,45 por litro.

Fuente: (Ugolini, s/f).

El rendimiento de la producción de un litro de biodiesel por tonelada de soya es menor con re-lación al aceite vegetal, por lo que la rentabilidad dependería de su menor costo de producción y de su mayor precio en el mercado nacional. Sin embargo, en los hechos la relación es la con-traria, ya que los costos de producción son mayores mientras que el precio en el mercado inter-nacional es menor. Entonces, un factor gravitante en el incentivo a la producción de biodiesel en Bolivia está relacionado con los incentivos actuales favorables al diesel.

Este es uno de los factores más importantes que ha impedido el desarrollo de emprendimientos empresariales vinculados a la producción de biodiesel en Bolivia, aunque por parte de los pro-ductores se menciona que la limitación principal no es la económica sino que es la ausencia de un marco legal.


44

La empresa Gravetal, comenzó hace tres años a explorar y desarrollar un proyecto de produc-ción de biodiesel para exportación, con el objetivo de dar mayor valor agregado a su produc-ción. El proyecto contaba con el financiamiento respectivo y con la selección de tecnología y la empresa ya tenía acercamientos avanzados con los compradores en mercados externos. El proyecto contemplaba una planta para la producción de 100 mil toneladas anuales de biodie-sel producidas a partir de aceite crudo de soya y una inversión de 20 millones de dólares ame-ricanos (Barba, 2008). Esta iniciativa empresarial se vio truncada con el cambio de dueños de la empresa.

FINO realizó varias investigaciones apoyándose en las Universidades bolivianas para analizar la factibilidad de producción de biodiesel en Bolivia y aprovechando la infraestructura con la que cuenta la empresa, aunque se desistió de realizar esta inversión. Según indicaban los ejecutivos de FINO, los capitales destinados a producción de biodiesel en Bolivia habrían sido destinados por el Grupo Romero para llevar a cabo esta iniciativa en Perú. El Grupo Romero, tiene entre sus activos la empresa Palmas del Espino, la que viene trabajando en un proyecto para la pro-ducción de biodiesel, a través de una planta de refinación y una de transesterificación de aceite crudo de palma que generaría 50.000 tn al año y que demanda una inversión de $us 9 millones (Barba, 2008).

Con el apoyo de la Prefectura del departamento de Santa Cruz y del Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT), el año 2008 se inició la ejecución del proyecto "Investigación para la producción sostenible de biodiesel con énfasis en los pequeños y medianos productores del De-partamento de Santa Cruz". El proyecto contempla trabajos en 22 municipios de 12 provincias, correspondientes a 6 zonas agroecológicas del Departamento de Santa Cruz. Los trabajos hacen énfasis en la selección de material genético de piñón (jatropha) y macororó (Ricinos) en base a la productividad y porcentaje de aceite. Como consecuencia, recientemente (marzo 2010) se ha puesto en marcha una primera experiencia del CIAT para instalar una planta modular de biodie-sel en el Departamento de Santa Cruz, de tecnología brasilera, con una producción de 250 litros día, constituyendo la primera experiencia formal en el país en lo que se refiere a la producción de biocombustibles (Garcia, 2010).

3.4 proDucción De caña De azúcar para bioetanol

Estados Unidos, Europa, Japón y varios países de centro y Sudamérica están implementando programas de mezcla de alcohol con gasolina en diferentes porcentajes. En Brasil el 100% de las gasolinas son aditivadas con hasta el 25% de alcohol anhidro y el 60% del parque automotor a gasolina tiene motores flexfuel (consumen gasolina aditivada ó alcohol hidratado en cualquier porcentaje). En Colombia todas las ciudades de más de 500 mil habitantes deben usar gasolina aditivada con alcohol, en un programa de incremento gradual (CAINCO e IBCE, 2008).

A nivel comercial los etanoles más usados son el metanol (o alcohol metílico) y el etanol (o alcohol etílico). En Bolivia, se producen distintos tipos de alcohol, como ser: alcohol medici-nal desinfectante (68 a 72º G.L.), alcohol de quemar (83°- 85° G.L), alcohol rectificado (96° G.L.), alcohol neutro, rectificado, extrafino, potable, o sin desnaturalizar (96º G.L.) y alcohol


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carburante mínimo (99º G.L.), llamado igualmente como anhidro, desnaturalizado, sin recti-ficar. Dependiendo de su contenido de agua el bioetanol puede ser alcohol hidratado y alcohol anhidro22 (Idem.).

De acuerdo a lo expuesto anteriormente, las materias primas para obtener alcohol son básica-mente de tres orígenes: a) productos ricos en sacarosa tales como la caña de azúcar, piña, remo-lacha azucarera y otros; b) productos abundantes en almidón (amiláceos) como el maíz; trigo; papa y yuca; y c) productos ricos en celulosa tales como las maderas y residuos agrícolas, que son conocidos como biocombustibles de segunda generación.

El bioetanol tiene ventajas y desventajas. Entre las ventajas se destacan las siguientes: es un pro-ducto energético de fácil producción, tiene grado de ignición mayor a la gasolina y presenta bajo nivel de emanaciones tóxicas y menores emisiones de dióxido de carbono que la gasolina. Entre las desventajas se destacan que para su utilización al 100% requiere modificaciones en el mo-tor de los vehículos y el hecho de que este producto es de difícil almacenamiento y transporte (CAINCO e IBCE, 2008). Los principales países importadores de bioetanol en el mundo son Es-tados Unidos, Japón, Alemania, Holanda, Reino Unido, Suecia y otros (CAINCO e IBCE, 2008). Bolivia exporta la mayor cantidad de alcohol a Holanda.

En Bolivia, la empresa Guabirá ha producido alcohol hidratado desde 1985 a 1992. Desde el año 1987 a 1990 se ha producido la alconafta corriente y super y desde 1993 al 2001 gasolina aditivada con 18% de alcohol anhidro. El año 2002 se promulgó el Reglamento 26276 de Cali-dad de Carburantes y Lubricantes (Gashol 6%) y el año 2003 la prohibición gubernamental de mezclar alcohol con gasolina. Finalmente, el año 2005 se aprobó la Ley N° 3086 (23/06/2005) que permite la mezcla de hasta el 25% de alcohol anhidro en la gasolina nacional, aunque esta Ley no se encuentra reglamentada, por lo mismo nunca se aplicó.

Algunos de los ingenios azucareros que se encuentran en el país visualizaron la oportunidad que ofrece el mercado mundial para la producción de bioetanol en tanto que el bioetanol otorga a las empresas ya instaladas una posibilidad de crecimiento y desarrollo mayor a la que ofrece el azúcar, debido a que el mercado interno del azúcar está saturado y a que el mercado externo de este producto es un mercado altamente protegido.

En Bolivia, las plantaciones de caña de azúcar han tendido a expandirse en los últimos años y el área total casi se ha duplicado desde la década de 1990. Mientras que el área absoluta de pro-ducción de caña de azúcar es relativamente baja su crecimiento relativo es significativo. Las prin-cipales razones vinculadas a la expansión de la producción de caña de azúcar son los buenos precios y algunas oportunidades para exportar a los países vecinos tomando en cuenta sus cos-tos de producción bajos. Otro factor que ha inducido a los propietarios a expandir sus áreas de producción de caña de azúcar está vinculado a las expectativas que tienen en el futuro cercano

22 Las combinaciones de bioetanol con gasolinas se identifican con la letra "E", seguida del número que indica el porcentaje del producto contenido por volumen en la mezcla del agrocombustible. De esta manera tenemos las mezclas conocidas como gasoholes o alconaftas, indicadas a continuación: E5 es la mezcla de 95% de gasolina con 5% de bioetanol y E10 es la mezcla de 90% de gasolina con 10% de bioetanol.


46

de acceder a mercados de alcohol. Del conjunto de la producción, el 10% ha sido destinado a la producción de alcohol durante la gestión 2007 mientras que en la siguiente gestión 2008 el vo-lumen ha subido ya al 12%, como se observa en el siguiente Cuadro.

Cuadro Nº 18

santa cruz: uso de la materia prima (en toneladas métricas)

GestiónAzúcar

tm.Alcohol

tm.Semilla

tm.Total tm.

2007 4.872.029 568.565 250.000 5.690.594

2008 5.331.464 750.455 6.081.919

Fuente: OTAI - Organización de Técnicos de la Agroindustria. Informe CAO, 2008

El ingenio Guabirá tiene un proyecto para la producción de bioetanol y si bien se desconoce si los demás ingenios tienen proyectos avanzados en esta dirección, se puede apreciar en los distin-tos foros y seminarios realizados a nivel nacional sobre agrocombustibles la presencia importan-te y el interés explícito de empresas como UNAGRO, San Aurelio y Santa Cecilia para producir alcohol y vender su producto tanto en el mercado interno como en el externo (Barba, 2008).

El Ingenio Azucarero Guabirá está expandiendo su capacidad de procesamiento de 12 a 45 to-neladas métricas de azúcar por día. Además, la capacidad para producir alcohol es equivalente a 700.000 litros por día, aunque su producción actual se acerca a los 500.000 litros por día. Esta misma empresa, como parte de sus planes de expansión, aumentará su capacidad para la pro-ducción de alcohol anhidro de su nivel actual de 30.000 litros por día a alrededor los 200.000 litros por día. Esas inversiones se están realizando con la expectativa de incrementar las exporta-ciones de alcohol fundamentalmente a los mercados europeos (IAG, 2009). Las otras empresas que están localizadas en Santa Cruz todavía no han instalado las facilidades para producir alco-hol anhidro. Por otra parte, el Gobierno Nacional tiene previsto invertir en dos empresas loca-lizadas en el Norte del Departamento de La Paz y en el departamento de Tarija. Las razones que llevan al gobierno a hacer dichas inversiones son las de garantizar la provisión de azúcar para el mercado interno a precio justo, aunque puede tener implicaciones en desplazar a los actuales ingenios hacia la producción de etanol una vez que las empresas del gobierno estarán dirigidas a cubrir el mercado interno de azúcar.

Actualmente los mercados que atiende el Ingenio Azucarero Guabira son los de Europa con un 80% de la producción, el peruano y chileno con un 10% y el mercado interno con un 10%. La producción de una zafra se planifica y se comercializa totalmente en función de los com-promisos contraídos. Guabira asegura que todo lo que se produce ya tiene mercado asegurado (IAG, 2009).


47

Esta empresa tiene la capacidad para realizar la deshidratación de alcohol, para ofertar un volu-men de 4,5 millones de litros y planea rehabilitar la misma para atender una demanda de míni-mo 20 millones de litros de alcohol, para lo cual debe realizar inversiones estimadas en indus-tria y logística de aproximadamente $us 2 millones y en campo de $us 2,5 millones. Tomando en cuenta que el financiamiento para estas inversiones no puede ser soportado en un 100% por Guabirá, los planes de este empresa son de que esta ampliación pueda ser apoyada por YPFB en forma de anticipos de fondos con cargo a entregas de producto, respaldada por un compromi-so de compra de alcohol anhidro por un período contractual de 5 años (ciclo vegetativo de la caña). En este plan de negocios Guabirá podría incrementar su producción a 30.000.000 de li-tros para la zafra 2011 (Idem.).

Cuadro Nº 19

Detalle de producción ingenio guabirá

Detalle Unidad de medida Gestión 2007 Gestión 2008 Gestión 2009

Capacidad de molienda TCD 13.000

TM/zafra 2.350.000 2.450.000

Capacidad de destilación Lt/dia 450.000

Lts/zafra 90.000.000 70.000.000

Capacidad de deshidratación actual (alcohol anhidro)

Lt/dia 30.000

Lt/zafra 4.500.000 4.500.000

Producción de alcohol Lts 64.500.000 66.000.000

Fuente: Ingenio Guabirá

Fuente: Guabirá, 2008

GrafiCo Nº 7

producción de alcohol en guabirá (en litros)

5.2

00.

00

0

7.2

00.

00

0

10.

200.

00

0

10.

40

0.0

00

9.1

80.0

00

8.4

00.

00

0

5.5

00.

00

0

7.6

65.0

00

13.

229.

00

0

16.

326.

00

0

27.

835.

00

0

31.

673.

00

0

37.

500.

00

0 53.

00

0.0

00

64

.650

.00

0

66.

215.

00

0

Litros

1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008


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Los dueños de Guabira consideran que la oferta para el 2009 es muy pequeña para los volúme-nes de gasolina vendidos a nivel departamental o nacional, sin embargo a partir de la zafra 2010, los volúmenes ofrecidos podrían disminuir significativamente el probable déficit a nivel nacio-nal en aproximadamente un 40%.

Este año comenzará a instalarse el ingenio sucroalcoholero Aguaí, a cargo del Grupo Roda, que apunta a consolidar desde el 2012 una producción anual de 100 millones de litros de alcohol, que será destinado fundamentalmente para la exportación. Roda sostiene que el nuevo proyecto apun-ta a procesar alcohol para el mercado de cosméticos, el farmacéutico, la industria química y la ali-menticia. El objetivo es producir 600.000 litros de alcohol por día, es decir 100 millones por año. Con ese fin, se ha previsto cultivar caña en 23.000 hectáreas para destinarlo a esta industria. La in-fraestructura será instalada en la población de Aguaí que está ubicada a 35 kilómetros al norte de la población de Mineros, en una zona de alta productividad agrícola con una superficie cultivada de 300.000 hectáreas. El Grupo Roda prevé que la fábrica comenzará a funcionar en mayo de 2012, lo que significa que se tendrían dos años para sembrar caña y montar la industria (Calle, 2010).

3.5 proDucción De agrocoMbustibles en los países De la región

3.5.1 Brasil

Brasil se encuentra entre los primeros países de la región que decidió participar en el desarrollo y promoción del agrocombustible. Las políticas de este país para incrementar la producción de biodiesel están vinculadas a las políticas de seguridad energética nacional en un contexto de sig-nificante expansión de los agronegocios debido a la relativa abundancia de tierras. Por lo mis-mo, la expansión de la demanda doméstica por el biodiesel y las inversiones en la industria del biodiesel están llevando a consolidar el sector agroindustrial de este país.

La industria del bioetanol no se consolidó en el Brasil sino hasta principios de los años 2000 con el incremento en los precios del petróleo y el rápido crecimiento en la demanda interna por el bioetanol, que se desarrolló principalmente por la adopción de los vehículos flex-fuel en el mercado nacional. Brasil está produciendo bioetanol basada en la caña de azúcar y la soya. La caña de azúcar es en el Brasil uno de los productos más importantes desde los perío-dos iniciales de la colonización, cuya área de cultivo se ha expandido de forma considerable debido a las políticas que han favorecido el crecimiento de la demanda doméstica de bioeta-nol y la actitud de los empresarios privados a través de la constante inversión en plantas de procesamiento (Mapa Nº 6).

Después de dos décadas este país mantiene una superficie sembrada con caña de azúcar igual a 5,87 millones de hectáreas, de las cuales 3 millones están destinadas a la producción de cerca de 16 millones de m3 de etanol, de los cuales se exportan 2 millones. El etanol brasilero avanzó en mercados internacionales importantes como India y Estados Unidos de Norteamérica (USA) y gana terreno en países hasta hoy con importaciones marginales como Nigeria, Corea del Sur y Japón. Actualmente, unos 5 millones de vehículos circulan en Brasil mediante mezclas de gaso-lina con alcohol o a partir del empleo exclusivo de este (Cabrera, s/f).


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mapa Nº 6

ubicación de las plantas de bioetanol

mapa Nº 7

ubicación de las plantaciones de caña de azúcar

Fuente: Manzatto, 2009

Fuente: IBGE, 2009


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La expansión del bioetanol en el Brasil ha motivado un debate intenso acerca de sus implica-ciones locales, nacionales y medioambientales. Por un lado, algunos arguyen que la produc-ción de bioetanol contribuye a la constitución de una fuente limpia de energía y al desarro-llo económico con poco impacto en la deforestación (Goldemberg et al., 2008), mientras que otros consideran que la producción de bioetanol induce a una mayor conversión forestal e in-crementa la presión de la tierra para usos agrícolas (BWC, 2009). En el Brasil se constata que la producción de caña se realiza en áreas agrícolas mientras que la producción de soya, que se desarrolla en el área amazónica, ha contribuido a la deforestación y concentración de la tierra (Mapas Nº 7 y 9).

Brasil desarrolló un programa para la promoción del bioetanol denominado ProÁlcool que condujo a la puesta en marcha del Programa Nacional para la Producción y Uso del Biodie-sel el año 2004 (Decreto Presidencial 5297), que se tradujo en la Ley Nº 11097 del año 2005. Los objetivos de este programa son: a) incrementar la seguridad energética del país reducien-do su dependencia en la importación de diesel extranjero que incrementó su precio desde el año 2000; b) promover la inclusión social y el desarrollo económico rural particularmente en el norte; y c) promover la sostenibilidad ambiental con la introducción de una fuente de energía renovable en la matriz energética brasilera (Garcez y Vianna, 2009; Nass et al., 2007; Pousa et al., 2007).

Este programa se puso las siguientes metas: la mezcla de un porcentaje mínimo del 5% de biod-iesel con diesel regular al año 2013; un período de transición (2005-2008), durante el cual una mezcla del 2% podría ser opcional, mientras que sería obligatoria a partir del año 2008; y otorgó a la Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP) la autoridad para regu-lar la industria del biodiesel.

Muchas de las plantas de biodiesel en el Brasil (62), que están distribuidas en todo el país, usan el aceite de soya como materia prima, aunque existen algunas en la Amazonía, muchas de ellas están localizadas en el Mato Grosso (Mapa Nº 8).

La política estatal promueve el incremento de la producción de biodiesel. Existen dos planes relevantes con relación al desarrollo del biodiesel en el Brasil, la Política Nacional de Energía (Ley 9478 de 1997) y el Plan Nacional de Agroenergía (2006-2011).

Desde el año 1990 al 2008 la producción de soya se incrementó de 11,5 a 21 millones de hec-táreas en todo el país con un promedio de crecimiento anual del 3,3%. La producción de soya en la región centro-oeste se concentró en el estado de Mato Grosso, expandiéndose de 3,9 a 9,4 millones de hectáreas (4,9% por año), constituyéndose en la región con una superficie cultiva-da de soya más extensa, con algunas áreas forestales convertidas a la agricultura. La producción de soya en el Matto Grosso ha sido promovida por la disponibilidad de tierra barata e inversio-nes públicas en caminos, conectando la región con los mercados de exportación. Esto también favoreció el arribo a la región de las más grandes compañías de granos del mundo (e.g., Cargill, Bunge, ADM) (Mapa Nº 9).


51

mapa Nº 8

ubicación de las plantas de biodiesel

mapa Nº 9

ubicación de la producción de soya

Fuente: Menani, 2008

Fuente: IBGE, 2009


52

La producción de soya en el Brasil es usada para su transformación en aceite y torta de soya, aun-que la más importante producción es la torta para la alimentación del ganado y una pequeña porción para la creciente demanda de biodiesel. Los mercados locales de soya y sus derivados son importantes en el Brasil, aunque una parte importante de la producción está dirigida a la exportación. Cerca de un 70% de la soya es procesada en el país, de la cual el 47% se consume en el Brasil y 60% como aceite de soya. La producción total de biodiesel en el Brasil es de 1.200 millones de litros y el 80% de la producción procede de aceite de soya. Se estima que una meta para mezclar el 5% de biodiesel en el combustible podría ahorrar cerca de $US 1,4 billones al año (CLAES, 2010).

Cuadro Nº 20

brasil: indicadores de producción de soya y biodiesel

Producción(2008)

Soya 59 MM toneladas (a)

Aceite de soya 6 MM toneladas (c)

Biodiesel 1.200 MM litros (b)

% de alimento para ganado 82% de aceite de soya (b)

Distribución

Mercado doméstico Mercado externo

Grano de soya (c) 70% 30%

Torta de soya (c) 47% 53%

Aceite de soya (c) 60% 40%

Biodiesel (b) 100%

Nº plantas (b)Brasil 62

Amazonía 15

Fuente: a) Basado en IBGE, 2009. b) Tomado de ANP, 2009. c) ABIOVE, 2010

3.5.2 colombia

Colombia está vinculada a la producción de agrocombustibles con tres productos básicos: la palma de aceite, la caña de azúcar y la yuca. El año 2001, la Ley Nº 693 estableció que la gasolina debería contener un 10% de etanol para el año 2006 y un 25% dentro de los próximos 15 años. Cuando la Ley fue promulgada, Colombia no tenía capacidad para la producción de etanol, y no fue sino hasta fines del año 2005 que el país empezó a producir etanol basado en la caña de azúcar (Toasa, 2009). Actualmente, con más de un millón de litros diarios, Colombia es el se-gundo productor de etanol en Latinoamérica después de Brasil (Economía, 2009). De acuerdo a ASOCAÑA, la producción de etanol, en base a la caña de azúcar, se incrementó en Colombia de 0 a 73, 8 millones de galones por año, desde fines del 2005 hacia fines del año 2007. A pesar de esta expansión, la producción de etanol en Colombia es solamente del 2% con relación a la producción en el Brasil (Toasa, 2009).

El documento oficial que contiene la política para la producción de biodiesel en Colombia fue aprobado el año 2008, una combinación del trabajo de los Ministerios de Minas y Energía, Agri-


53

cultura, Medio Ambiente, Comercio, Protección Social, Finanzas y Transporte. El principal ob-jetivo es desarrollar una estrategia para la producción de agrocombustibles de una forma soste-nible sin dañar el medio ambiente. Los principales planteamientos de este documento son: de-sarrollo de un proceso de ordenamiento territorial en las áreas de producción de agrocombus-tibles; desarrollar una certificación social y ambiental de los agrocombustibles; y no afectar las áreas de bosques naturales o de producción de alimentos. Se calculan un total de 17 millones de hectáreas disponibles para la producción agrícola en este país (Rodríguez, s.f.).

Colombia es el quinto productor de aceite de palma y uno de los primeros en América Latina, la misma que fue introducida por primera vez en este país en el año de 1932. Con los incentivos del gobierno para la promoción de este cultivo, el mismo ha crecido en las planicies de la costa y los llanos del sudoeste. En este contexto, la Federación de Productores de Palma (FEDEPALMA) ha jugado un importante rol en el desarrollo y fortalecimiento de la agroindustria basada en el aceite de palma. Como resultado, durante la década de 1980 el número de hectáreas de palma se tripli-có. Este país tenía 175 mil hectáreas de palma y el año 2009 había llegado a 400 mil hectáreas de palma. De este modo el aceite de palma constituye el 90% de aceites producidos domésticamente y el 60% de todos los aceites consumidos en Colombia (FEDEPALMA) (Colombia, 2009).

Más del 95% de plantaciones de caña de azúcar y plantas de etanol están localizadas en el Valle del Cauca (Toasa, 2009). De acuerdo a Arias (2008). El año 2007, el Ministerio de Agricultura avanzó en la implementación de una planta de etanol a partir de la yuca (Departamento de Su-cre) con la siembra de más de 8 mil hectáreas adicionales de yuca, asimismo promovió la ins-talación de una planta con capacidad para procesar hasta 50 mil toneladas anuales de aceite de palma (Departamento de César). Paralelamente, otras 4 plantas de biodiesel ubicadas en la Cos-ta Norte y en los Llanos Orientales entraron a operar dicho año, con una capacidad de procesa-miento anual de hasta 265 mil toneladas de aceite de palma. Este conjunto de iniciativas priva-das se supone significaron cerca de 70 mil hectáreas adicionales de palma africana. El año 2006 se instalaron otras tres nuevas plantas. Por su parte, ECOPETROL estructuró, en conjunto con socios privados, su propio proyecto de biodiesel con una inversión que supera los 20 millones de dólares (Magdalena Medio), con una planta con capacidad para procesar hasta 100 mil to-neladas adicionales de aceite de palma. El año 2009 se inauguró la planta de “Biocombustibles Sostenibles del Caribe S.A.” en Santa Marta para la producción de 100 mil toneladas métricas de biodiésel por año a partir del aceite de palma, así como la planta de Riopaila que empezó a pro-ducir 29.200 galones por día (Colombia, 2009).

Este conjunto de inversiones permitió a Colombia producir 383.000 galones por día, suficien-te para cubrir su demanda en todo el país a un nivel de mezcla al 10% de etanol (Toasa, 2009). En abril de 2008 cerca del 70% de la gasolina estaba mezclada con el 10% de alcohol. Colombia cuenta con una política de incentivos tributarios para la producción de agrocombustibles lo que ha contribuido al crecimiento de las plantaciones de palma de aceite, sumado a los créditos de Agro Ingreso Seguro23.

23 En la legislación tributaria actual la palma tiene 10 años de exención de renta, a partir del momento que empieza el período productivo.


54

Con relación al biodiesel, el año 2009 se encontraban terminadas dos plantas con una capaci-dad cercana a los 300.000 litros por día y estaban en construcción cinco más para una capacidad total de aproximadamente 1.800.000 litros día, las cuales emplearán aceite de palma como ma-teria prima. Se espera que los rendimientos de conversión a biodiesel a partir de palma de aceite sean de 4.600 litros por hectárea, por lo que la capacidad de producción de biodiesel de palma en este país será de 965.000 litros por día, distribuida en cuatro plantas ubicadas en la Costa At-lántica y centro del país. Dos de las plantas de producción entraron en operación el año 2008 con una producción cercana a los 290.000 litros por día (Colombia, 2009). En Colombia, el consumo de agrocombustibles está asociado con el sector transporte, pues obedece al compor-tamiento del consumo de Gasolina y ACPM (Aceite Combustible para Motores) del país, donde la participación del sector transporte en el consumo total de gasolina es del 97%, y ACPM par-ticipa con el 70%. Los programas de mezcla de agrocombustibles han permitido que en buena parte del territorio nacional se distribuya mezcla de 10% de alcohol carburante con gasolina y 5% de biodiesel con ACPM, y se mencionan nuevos proyectos para cubrir la totalidad de la de-manda nacional con los porcentajes establecidos y adicionalmente avanzar a porcentajes supe-riores (Idem.).

Por otra pare, en Colombia la fórmula de precios de los agrocombustibles es independiente del precio del petróleo y están vinculados a los precios de los productos de su cadena, lo que quiere decir que el etanol está vinculado al precio del azúcar y el del biodiesel al del aceite de palma. Esto significa que si se incrementa el precio del aceite de palma en la misma magnitud crece el precio del biodiesel, pero si baja el precio del aceite de palma por debajo de un piso el biodiesel nunca tiene un precio inferior a ese piso (Economía, 2009).

Cuadro Nº 21

uso de la tierra en colombia con proyecciones de la implementación del plan de agrocombustibles

Hectáreas 2007 2010 2019 % 2019Incremento

en Has.%

Incremento

Agrícola sin palma ni caña 4.027.291 4.103.096 4.313.653 3,79 286.362 7

Palma 326.033 404.937 2.122.300 1,86 1.796.267 551

Caña 40.000 80.000 1.000.000 0,88 960.000 2.400

Forestal comercial 262.551 353.720 1.355.124 1,19 1.092.573 416

Forestal protección 7.212.899 7.212.899 7.212.899 6,33 0 0

Pecuaria 38.866.386 33.897.991 24.654.285 21,64 -14.212.101 -37

Selvas 38.900.000 38.900.000 40.600.000 35,63 1.700.000 4

Parques nacionales 9.000.000 9.000.000 9.000.000 7,90 0 0

Ciudades, ríos y montañas 15.306.840 19.989.357 23.683.739 20,79 8.376.899 55

Fuente: Proyecciones de la Unidad Agrícola del DNP


55

En Colombia, el área cultivada, excluyendo la palma de aceite y la caña azucarera, no alcanza a 4 millones de hectáreas (menos del 3,5 % de la superficie del país). Para el año 2020 se planea contar con 1 millón de hectáreas sembradas con materia prima para fabricar alcoholes sustitutos de la gasolina y con 2 millones de hectáreas sembradas para fabricar biodiesel. Lo anterior implica sembrar 960 mil nuevas hectáreas con caña para etanol y 1,8 millones de nuevas hectáreas con palma de aceite para biodiesel. De esto se deduce que hacia el año 2019 se espera incrementar la superficie de la producción agrícola en un 7% mientras que la producción de palma tendrá un crecimiento de más del 550% y de la caña de más del 2.400% (Villarreal, 2007).

GráfiCo Nº 8

producción de caña de azúcar y etanol en colombia

3,0

2,5

2,0

1,5

1,0

0,5

00

20

40

60

80

2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

mil.

gal

s.

mil.

mtR

V

Azúcar (right axis)

Etanol

Fuente: USDA, 2009

En Colombia, los cultivos de palma de aceite se han ubicado predominantemente en tierras que antes se dedicaban a la ganadería o a los cultivos agrícolas. Algunas de las tierras actual-mente dedicadas a la palma aceitera corresponden a áreas donde tiempo atrás se ubicaban bos-ques naturales, pero ellas, como lo sugieren los resultados arrojados por la encuesta, habrían sido transformadas en una primera etapa para el desarrollo de la actividad agropecuaria (Bece-rra y Hoof, 2003).

Esto tiene efectos importantes en la provisión interna de alimentos para la seguridad alimenta-ria en este país. El potenciamiento de la producción de agrocombustibles en Colombia tiene im-pactos en el incremento de las importaciones de cereales que se han incrementado notoriamente en los últimos años, de menos de 2 millones de toneladas a principios de los 90 hasta más de 5 millones hacia fines de los 2000 (Villarreal, 2007).


56

La exportación de caña de azúcar también ha decaído en los años recientes debido a la poca dis-ponibilidad de tierra en el Valle del Cauca y al desvío de la caña a la producción de etanol desde el año 2004. Sin embargo, los promedios de crecimiento en la producción entre los años 1990 al 2007 se han elevado con relación al crecimiento del área, debido a ganancias en productivi-dad, que todavía hacen de Colombia uno de los países con mayores volúmenes de exportación de caña (Toasa, 2009).

De acuerdo a Toasa (2009), la producción de etanol no ha causado déficit en el mercado domés-tico nacional de caña de azúcar, sino solamente en la exportación, debido a que los precios de exportación de materia prima para azúcar son más bajos que los precios de azúcar refinada en el mercado local.

3.5.3 Perú

La matriz energética del Perú ha estado concentrada en una sola fuente (petróleo crudo). El Perú es un país deficitario en diésel aunque exportador de gasolinas. Actualmente, el Gobierno Na-cional peruano se encuentra en el proceso de cambiar la matriz energética bajo la estrategia de mayor consumo de gas natural y energías renovables (hidroenergía, energía geotérmica, eólica, solar y agrocombustibles). El déficit de diesel será atenuado con el ingreso del gas natural dirigi-do a la renovación del parque automotor y por el ingreso de biodiesel (Perú, 2007).

El Perú cuenta con una legislación básica que ha permitido el inicio del desarrollo de la indus-tria de biocombustible. Con la promulgación de la Ley Nº 28054 del 15 de julio de 2003 se bus-ca promover el desarrollo del mercado de agrocombustibles sobre la base de los mecanismos del mercado y de la libre competencia con el objeto de diversificar el mercado de combustibles.

0

Importación Producción siembra

6.000.000

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

200

0

200

1

200

2

2003

200

4

200

5

200

6

2007

5.000.000

4.000.000

3.000.000

2.000.000

1.000.000

200

8

200

9

2010

1.839.055toneladas

5.100.000toneladas

617.530hectáreas

GráfiCo Nº 9

producción e importación de cereales (hectáreas y toneladas)

Fuente: FENALCE


57

Según el Reglamento de la Ley de Promoción del Mercado de Biocombustibles, desde junio de 2006 se realizó la introducción de mezclas obligatorias de diesel con 2 y 5% de biodiesel (2009, 2011) y de gasolina con 7,8 % de etanol (2010). Reemplazar diesel con 5% de biodiesel represen-ta la producción de 60.000 hectáreas de palma aceitera para el año 2011 (Idem.).

Con este fin en el Perú se ha empezado a coordinar la formulación de los Reglamentos, Normas Técnicas e Identificación de zonas de producción sostenible en el marco del Programa de Pro-moción de Biocombustibles PROBIOCOM, que está integrado por varias instituciones (PRO-BIOCOM, 2008). El Reglamento de Comercialización de biocombustibles, promulgado en abril de 2007, establece las normas técnicas de calidad de agrocombustibles, los porcentajes de mez-cla y el cronograma de uso de los agrocombustibles.

La producción de etanol en el Perú está limitada actualmente a 13 plantas industriales con una capacidad total de 336.500 litros por día de etanol hidratado. No todas ellas se encuentran en operación, y la producción actual es de unos 30 a 40 millones de litros por año. Estas plantas generalmente se encuentran asociadas a un ingenio azucarero y utilizan la melaza como materia prima para obtener el alcohol (Perú, 2007).

Otros autores opinan que en la actualidad en este país solo existe la posibilidad de producir 50.000 litros/día, y aún contando con una infraestructura adecuada para producir alcohol an-hidro, la producción diaria en función de la melaza disponible sería sólo de 163.000 litros/día. Esto indica que el déficit real actual sería de 333.240 litros/día y en condiciones óptimas de pro-ducción este alcanzaría los 220.240 litros/día (Chávez, 2007).

A la fecha existen una variedad de iniciativas para la producción de etanol. Entre las más impor-tantes se pueden mencionar las siguientes: en la costa norte (programa de producción de Bio-combustible Etanol en la región Tumbes); la empresa Monder S.A.C. evaluó la utilización de sorgo dulce como materia prima para la elaboración de etanol; la empresa Maple Etanol S.R.L. presentó ante el Gobierno Regional de Piura una iniciativa para adquirir tierras eriazas de pro-piedad del Proyecto Especial Chira–Piura, que serían destinadas al cultivo de caña de azúcar para la producción de etanol automotor; el Grupo Romero tiene un proyecto para la producción de caña de azúcar en Piura (valle del Chira), con una superficie de 3.300 hectáreas y una inversión de US$ 40 millones; la Corporación Miraflores S.A. tiene un proyecto de producción de etanol a partir de caña de azúcar que se localizará en la provincia de Sullana (Piura); la Empresa Agrícola de Chira sembró 96 hectáreas de caña de azúcar (año 2006) en el predio de El Tambo (Amotape) como parte de un proyecto para la elaboración de etanol; la azucarera Pomalca firmó en marzo 2007 una alianza con la brasileña Dedini para construir una planta de etanol en Lambayeque; y asimismo, el Complejo Agroindustrial Cartavio ha instalado equipamiento para producir eta-nol anhidro (Perú, 2007).

En la selva, un consorcio formado por las empresas Coler & Colantonio de los Estados Unidos y Coimex del Brasil tenían un proyecto para la elaboración de etanol en el valle del Huallaga, Ciavasa Ucayali, con la participación de la empresa Industrial Participation Projects LLC. Global Concepts Internacional LLC., Millennium Development Concepts LLC (MDC) y Bifs Technolo-gies Corporation están desarrollando proyectos para la instalación de plantas de biodiesel y eta-


58

nol. El Consorcio Samoa Fiber Holding, de los Estados Unidos invertirá $us 100 millones en la producción de etanol de caña en Iquitos y Pucallpa. La empresa Agraria Azucarera Andahuasi tie-ne una concesión de 10.000 hectáreas en el pongo de Cainarachi (entre Tarapoto y Yurimaguas) para producir caña de azúcar (Idem.).

De acuerdo a información oficial del Gobierno peruano (2007) existen varias iniciativas de plan-tas de producción de biodiesel en Lima con fines de abastecimiento del mercado local y de ex-portación, las cuales sin embargo tendrían dificultades para operar debido a la escasez (o alto costo) de la materia prima ya que Perú es deficitario en aceites comestibles e importa un 60% de su consumo actual. Sin embargo, existen también inversiones en la transformación de aceites a biodiesel. Por ejemplo, Pure Biofuels empezó en febrero del 2007 la construcción de una planta de producción de biodiesel en el Callao, la cual producirá aproximadamente 180 mil toneladas de biodiesel por año, con planes de expansión a más de 500 mil toneladas a partir de fines del 2009 en base de palma aceitera (aceite a ser importado de Centro América); la empresa Biodie-sel Perú Internacional S.A.C., puso en marcha una planta en la provincia de Huarochirí, Lima (Biodiesel Perú Internacional, 2006) con materias primas de aceite de soya y aceite usado; la empresa Biocombustibles del Perú produce biodiesel a partir de aceites reciclados; Garodi tiene una planta de producción de biodiesel con una capacidad de aproximadamente 10.000 tonela-das por año con aceite crudo de palma de plantaciones sostenibles, aceite comestible reciclado y aceite de pescado. Asimismo, existen otras iniciativas en la producción industrial de aceites y también se ha ido avanzando en la producción de biodiesel a partir de la jatropha (piñón). La empresa Heaven Petroleum Operators ha desarrollado un esquema de plantaciones propias de 55.000 hectáreas de piñón (marco de negocios inclusivos con la SNV) y la implementación de plantas de extracción de aceite (Bio Agro Heaven del Sur S.A.C.), que incluye también aceite de palma y soya (Perú, 2007).

En el Perú los desafíos son los de aumentar la producción de etanol para su mezcla con gasolina y paralelamente disminuir las importaciones de azúcar. En consecuencia, el país afronta un grave problema: la superficie de siembra de caña de azúcar en la costa y los rendimientos por hectárea siguen muy bajos (Chávez, 2007). En base al máximo consumo interno de gasolina ocurrido el año 2004, se estima que sería necesario sembrar una superficie de 12.782 a 14.571 hectáreas de caña de azúcar para producir los 102 millones de litros de etanol requeridos exclusivamente a partir de caña de azúcar, asumiendo un rendimiento de 70 litros/tn de caña y rendimientos en-tre 114 y 100 tn/ha de caña respectivamente (Sanchez y Orrego, 2007).

Por otra parte, de acuerdo a estudios realizados por Petroperú el impacto de la producción de etanol no sería significativo respecto al objetivo de diversificar la oferta y demanda de combusti-bles. La demanda de gasolina al 2016 alcanzaría a unos 17,5 Mbd, que implicaría una reducción de casi 4 Mbd con respecto a la actualidad, debido a una mayor penetración del GNV y diesel en el parque automotor. La demanda de etanol al 2010 sería de 1,5 Mbd y decrecería a 1,4 Mbd en el 2016 (mezcla del 7,8%). Sin embargo, con la demanda de biodiesel ocurriría lo contrario, ya que conforme aumenta la demanda de diesel debería crecer en la proporcionalidad de la mezcla el consumo de biodiesel (Perú, 2007).


59

3.6 exportaciones De proDuctos procesaDos De soya y caña De azúcar en bolivia

A continuación se presenta una relación del conjunto del volumen exportado en los últimos años en Bolivia (en kilogramos) de productos procesados vinculados a la soya y caña de azúcar.

Del Cuadro Nº 22 se deduce que existen varias tendencias con relación a la exportación de los productos analizados. Con relación a la soya se evidencia un decrecimiento el 2007 del grano de soya, luego un ascenso e inmediatamente un descenso pronunciado. El aceite de soya en bruto presenta un decremento para posteriormente incrementarse hacia el 2010. La torta de soya si-guió el mismo comportamiento aumentando las exportaciones hacia fines del 2010. La caña de azúcar sufrió una disminución para posteriormente subir hacia los niveles de exportación regis-trados a mediados de la década, mientras que el único producto en el que se observa un creci-miento constante y progresivo es el del alcohol etílico sin desnaturalizar.

Cuadro Nº 22

exportaciones totales por volumen (en miles de toneladas)

Descripción de código 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Habas (porotos, frijoles, frejoles) de soya (soja), incluso quebrantadas para siembra.

0,05


146,50 70,18 66,17 92,70 125,73 51,27


79,60 78,86 79,18 56,18 85,16 88,53


192,35 202,84 169,11 115,10 183,93 203,90


24,87 26,30


1.087,78 1.122,34 1.041,04 812,12 962,04 1.052,86


1,53 1,19 0,62 0,84 1,11 1,11

Alcohol etílico sin desnaturalizar con grado alcohólico volumétrico superior o igual a 80%.

44,34 51,77 64,67 85,56 96,20 95,87


0,22 0,00 0,06

Fuente: Viceministerio de Comercio Exterior y Exportaciones, 2010


60

Los productos bolivianos se exportan a través de varias vías al océano Pacífico y al Atlántico. Una relación del volumen de los principales productos exportados el año 2009 indica que la torta de soya es exportada principalmente a través de Puerto Suárez-Corumbá y en menor me-dida por Arica y el Desaguadero, mientras que el aceite bruto en soya se exporta en igual volu-men por Puerto Suárez y el Desaguadero. En lo que se refiere al alcohol etílico la ruta preferida es el Desaguadero (58%) y luego Pocitos (Argentino) (Cuadro Nº 23).

Cuadro Nº 23

rutas de exportación de productos de soya y caña de azúcar (en millones de dólares)

Productos Vía de salida 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Habas (porotos, frijoles, frejoles) de soya (soja), incluso quebrantadas para siembra.

TAMBO QUEMADO 0,02


DESAGUADERO 20,95 7,08 9,60 27,09 41,24 19,15

PUERTO SUÁREZ - CORUMBA 12,44 8,10 7,13 12,58 6,24

TAMBO QUEMADO - ARICA 0,03 0,01 0,28

TAMBO QUEMADO - CHARAÑA - ARICA 0,55

TAMBO QUEMADO 0,00 0,01


BOYUIBE - FORTIN VILLAZÓN (PARAGUAY) 0,04

DESAGUADERO 15,92 17,77 21,48 25,59 31,74 33,99

PUERTO SUÁREZ - CORUMBÁ 0,98




UYUNI - OLLAGUE - ANTOFAGASTA 0,33

UYUNI - OLLAGUE 0,05 0,39


DESAGUADERO 39,75 46,88 54,84 41,13 69,28 76,72

PUERTO SUÁREZ - CORUMBÁ 55,63 55,80 55,65 81,38 65,44 82,49


YACUIBA - POCITOS 1,83 0,01

YACUIBA - POCITOS (ARGENTINO) 0,07 3,06 5,86


61

Productos Vía de salida 2005 2006 2007 2008 2009 2010


DESAGUADERO 11,65 13,45

PUERTO SUÁREZ-CORUMBÁ 0,01


ZONA FRANCA 0,06 0,14

YACUIBA - POCITOS (ARGENTINO) 0,04


BELLA VISTA - PISIGA - IQUIQUE 0,09

BOYUIBE - YACUIBA - POCITOS (ARGENTINA) 1,65

CHARAÑA - ARICA 4,10

DESAGUADERO 33,27 34,63 51,91 49,40 65,45 75,40

PUERTO SUÁREZ - CORUMBA 140,96 154,01 137,41 161,19 201,91 189,41




UYUNI - OLLAGUE 0,43 0,40




BELLA VISTA - PISIGA - IQUIQUE 0,43 0,52 0,77 0,66

PISIGA 0,01 0,56




Alcohol etílico sin desnaturalizar con grado alcohólico volumétrico superior o igual al 80%.

BERMEJO - ORÁN 1,14 1,25 2,18 1,55 2,33 2,13

BOYUIBE - FORTIN VILLAZÓN (PARAGUAY) 0,66

BOYUIBE - YACUIBA - POCITOS (ARGENTINA) 10,96

DESAGUADERO 8,59 13,79 15,91 21,53 23,54 27,14





DESAGUADERO 0,07

Fuente: INE elaborado por UDAPRO, 2011


62

A continuación se presenta los datos que corresponden a las exportaciones de aceite de soya en bruto, torta de soya y alcohol etílico (Cuadros Nº 24 y 25).

Para el año 2010, los principales países de importación del aceite de soya en bruto fueron Co-lombia y Venezuela, correspondiendo al primero el 46% y al segundo el 34%. Con relación a la torta de soya, el primer país importador fue Venezuela con el 54%, le siguió Perú con el 25%, luego Colombia con el 14% y Chile con el 6%. Cabe destacar que las exportaciones de aceite los años 2007 y 2008 estuvieron reguladas por el gobierno debido al incremento en los precios de este producto en el mercado interno, lo que ocasionó la promulgación del Decreto Supremo Nº 29480 que prohibió la exportación de aceite refinado de soya, aceite refinado de girasol y acei-te crudo de soya.

Cuadro Nº 24

exportaciones de aceite de soya en bruto (en millones de dólares)

Países 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Argentina 56,09 0,62 0,27

Barbados 0,49

Brasil 1,98

Chile 0,02 0,01 0,07

Colombia 70,39 59,32 44,02 43,35 84,22 76,06

Ecuador 1,88 8,97 26,80

Italia 0,00

Malasia 3,81

Países Bajos 0,08

Perú 0,44 2,68 5,17 7,09 5,55

República Dominicana 1,95 0

Venezuela 26,35 43,36 55,62 17,92 34,94 56,39

Fuente: INE, elaborado por UDAPRO, 2011


63

Cuadro Nº 25

exportaciones de torta de soya (en millones de dólares)

Países 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Argentina 5,11 50,83 0,34

Bélgica 0,10

Chile 8,59 7,83 15,75 20,79 25,17 20,71

Colombia 60,04 56,96 47,64 40,43 63,08 46,10

Ecuador 4,64 5,46 3,27 0,20

Estados Unidos 0,00

Perú 12,22 12,41 19,59 40,51 58,51 81,27

Venezuela 133,27 133,14 141,00 119,94 182,31 179,61

Fuente: INE, elaborado por UDAPRO, 2011

Cuadro Nº 26

exportaciones de alcohol etílico sin desnaturalizar (en millones de dólares)

Países 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Argentina 0,03 1,03

Chile 0,26 0,80 0,87 0,14 0,14 4,91

Colombia 4,50

Ecuador 1,32

Países Bajos 11,25 18,24 26,72 35,82 40,24 31,27

Paraguay 0,66

Perú 1,21 1,33 1,47 2,08 2,80 3,08

Suecia 0,08

Suiza 1,58

Uruguay 0,09

Zona Franca de Bolivia 0,00

Fuente: INE, elaborado por UDAPRO 2011

Con relación al alcohol etílico sin desnaturalizar, materia prima para la producción de bioeta-nol, el Cuadro Nº 26 muestra que para el año 2010 el 68% de la exportación se destinó a los Países Bajos, el 11% a Chile y el 7% al Perú, entre las cifras más significativas.


64

Queda claro con relación al alcohol que la producción nacional está directamente vinculada con su consumo como bioetanol en el exterior, mientras que las relaciones entre producción de soya en Bolivia y su articulación con mercados internacionales de biodiesel es más compleja. El acei-te crudo de soya es considerado como una materia prima importante tanto para la producción de aceite comestible como la producción de biodiesel. Dependiendo de las condiciones del mer-cado internacional y de las características específicas de cada país que compra este producto, el aceite crudo puede ser destinado como materia prima para ambos productos.

El Cuadro Nº 27 refleja los tipos de aceite exportados (peso bruto y peso neto), por las empresas del país hacia los mercados del exterior, destacándose que la mayor parte de las exportaciones de aceite son realizadas como aceite crudo de soya y de girasol, correspondiendo al primero el 50,8% y al segundo el 38,8%, haciendo un total entre ambos productos del 89,6%. Por otra par-te, sólo un 10,4% de la soya y girasol bolivianos son exportados como aceite comestible (soya o girasol) o refinado de ambos productos.

Cabe destacar que para la transformación del biodiesel a partir del aceite crudo sólo hace fal-ta un pequeño paso industrial, el mismo que fácilmente puede estar siendo realizado en el exterior con el aceite crudo proveniente de Bolivia. Asimismo, algunos expertos señalan que desde hace mucho tiempo el aceite crudo boliviano está siendo empleado en el exterior para la producción de biodiesel que se constata en los requisitos de aceite crudo que solicitan los compradores, los mismos que están dirigidos a la transformación en biodiesel. Los requeri-mientos de índice de yodo que se realizan para el aceite crudo boliviano hacen suponer que la mayor parte de las exportaciones está destinada a la producción de agrocombustibles en los países del exterior.

El biodiesel es proclive a oxidarse, es decir a reaccionar ante la acción del oxígeno sobre los áci-dos grasos. Este proceso se intensifica en la medida que aumenta la concentración de éstos. Esto se conoce como índice de yodo.

Cuadro Nº 27

exportaciones de aceite por tipos según peso bruto y neto (2009)

Tipo de aceite Peso bruto Peso neto

Aceite comestible soya o soya-girasol 13.863.945 13.021.365

Aceite crudo de soya 202.020.667 202.012.855

Aceite refinado de soya 24.696.414 23.494.359

Aceite comestible de girasol 2.143.620 2.024.716

Aceite crudo de girasol 154.376.122 154.376.122

Aceite refinado de girasol 2.703.940 2.658.340

Total 399.804.708 397.587.757

Fuente: MDRT, 2010


65

El Cuadro Nº 28 destaca las principales empresas exportadoras de aceite de Bolivia por tipo de aceite (comestible, crudo y refinado) para los dos productos analizados (soya y girasol). La principal empresa exportadora es Industria de Aceite S.A. (IASA) con el 35,2% de las ex-portaciones y en segundo lugar SAO con el 22,5%. Le siguen GRAVETAL e IOL con el 17,2% y el 16,3%, respectivamente. Estas cuatro empresas, las dos primeras nacionales y las otras venezolanas, llevan a cabo el 91,2% de las exportaciones, mientras que las otras cubren el restante 8,8%.

Cuadro Nº 28

peso neto de aceite por tipo y exportador (2009)

Exportadores

Tipo de aceite

Soya GirasolTotal

Comestible Crudo Refinado Comestible Crudo Refinado

SAO S.A. . 37.443.398 18.885.407 . 32.512.445 650.062 89.491.312

CARGILL Bolivia . 11.440.858 . . . . 11.440.858

Coop. Agr. Yapacaní . 54.000 . . . . 54.000

E.D. COM. Ltda . . . . 1.083.980 . 1.083.980

Alimentos Soya 15.435 . . . . . 15.435

Gravetal . 68.454.391 . . . . 68.454.391

H.S.G. . 15.102.450 . . . . 15.102.450

Ind. Aceite S.A. (IASA) FINO

12.691.180 40.300.996 . 1.912.716 84.989.402 . 139.894.294

IOL S.A. 314.750 22.682.422 4.388.952 . 35.402.295 2.008.278 64.796.697

Inter Trade . . . . . . .

Itika S.A. . 6.534.340 220.000 . . . 6.754.340

Mónica S.A. . . . 112.000 388.000 . 500.000

Total 13.021.365 202.012.855 23.494.359 2.024.716 154.376.122 2.658.340 397.587.757

Fuente: MDRT, 2010

El Cuadro Nº 29 detalla los países a los cuales se exportan los diferentes tipos de aceite, desta-cándose que la mayor parte se destina hacia Colombia, correspondiendo el 41,77% de las ex-portaciones, mientras que el 37,08% es dirigido a Venezuela. Las exportaciones a ambos países, por lo tanto, cubren el 78,85% del volumen exportado. El restante 21,15% se destina en propor-ciones menores a una diversidad de países de la región y del mundo, destacándose Perú con el 6,99%, Holanda con el 5,19%, Ecuador con el 3,73% y Estados Unidos con el 2,10%. Las expor-taciones a la Argentina y el Brasil son mínimas y comprenden el 0,25% y el 0,13% respectiva-mente del volumen total exportado.


66

Cuadro Nº 29

peso neto de aceite por tipo y país (en litros) (2009)

País

Tipo de aceite

Soya Girasol Total

Comestible Crudo Refinado Comestible Crudo Refinado

Alemania 58 . . . . . 58

Argentina . 993.632 . . . . 993.632

Brasil . . . . 500.000 . 500.000

Chile 4.356.755 . 181.240 190.772 . . 4.728.767

Colombia 5.986.968 110.729.344 12.450.588 1.454.776 34.297.535 1.148.140 166.067.351

Costa Rica . 85.450 . . 500.000 . 585.450

Ecuador 704.352 5.494.710 1.652.286 267.168 6.371.730 323.912 14.814.158

El Salvador . . . . 2.546.890 . 2.546.890

Estados Unidos . 1.690.810 . . 6.658.670 . 8.349.480

Níger 15.435 . . . . . 15.435

Holanda . . . . 20.653.780 . 20.653.780

Panamá . . 276.000 . 260.250 . 536.250

Perú 1.618.759 10.368.500 7.363.764 112.000 7.137.100 1.186.288 27.786.411

República Dominicana 24.288 2.543.070 . . . . 2.567.358

Venezuela 314.750 70.107.339 1.570.481 . 75.450.167 . 147.442.737

Total 13.021.365 202.012.855 23.494.359 2.024.716 154.376.122 2.658.340 397.587.757

Fuente: MDRT, 2009

A continuación, se presenta el Cuadro Nº 30 que introduce la relación de las empresas con los mercados de exportación. La mayoría presenta una relación diversificada de mercados con varios países. De las empresas señaladas anteriormente como las más importantes tenemos que IASA-FINO exporta sobre todo aceite comestible de soya y girasol y aceite crudo de girasol, mientras que SAO, Gravetal e IOL exportan aceite crudo de soya. Entre ellas, IOL exporta al Brasil sola-mente 500.000 lts. de aceite crudo de girasol.


67

Cuadro Nº 30

empresas exportadoras por países y tipo de aceite

Exporta-dores

País

Tipo aceite en Volumen (Litros)

Soya Girasol

Comestible Crudo Refinado Comestible Crudo Refinado Total

SAO S.A.

Chile . . 181.240 . . . 181.240

Colombia . 37.284.570 9.010.645 . 32.512.445 . 78.807.660

Costa Rica . 85.450 . . . . 85.450

Ecuador . 46.368 1.652.286 . . 323.912 2.022.566

Panamá . . 276.000 . . . 276.000

Perú . 27.010 6.757.133 . . 326.150 7.110.293

Venezuela . . 1.008.103 . . . 1.008.103

CARGILL Bolivia

Argentina . 993.632 . . . . 993.632

Colombia . 2.011.521 . . . . 2.011.521

Venezuela . 8.435.705 . . . . 8.435.705

C.A. Yapacaní

Perú . 54.000 . . . . 54.000

E.D. COM. Ltda

Venezuela . . . . 1.083.980 . 1.083.980

Alimentos Soya

Niger 15.435 . . . . . 15.435

GravetalColombia . 55.386.373 . . . . 55.386.373

Venezuela . 13.068.018 . . . . 13.068.018

H.S.G.Ind. Aceite S.A.

Colombia . 2.493.000 . . . . 2.493.000

Perú . 9.248.300 . . . . 9.248.300

Venezuela . 3.361.150 . . . . 3.361.150

Alemania 58 . . . . . 58

Chile 4.356.755 . . 190.772 . . 4.547.527

Colombia 5.986.968 . . 1.454.776 . . 7.441.744

Costa Rica . . . . 500.000 . 500.000

Ecuador 704.352 5.448.342 . 267.168 6.371.730 . 12.791.592

El Salvador . . . . 2.546.890 . 2.546.890

Estados Unidos

. 1.690.810 . . 6.658.670 . 8.349.480

Holanda . . . . 20.653.780 . 20.653.780

Panamá . . . . 260.250 . 260.250

Perú 1.618.759 . . . 6.749.100 . 8.367.859

República Dominicana

24.288 2.543.070 . . . . 2.567.358

Venezuela . 30.618.774 . . 41.248.982 . 71.867.756


68

Exporta-dores

País

Tipo aceite en Volumen (Litros)

Soya Girasol

Comestible Crudo Refinado Comestible Crudo Refinado Total

IOL S.A.

Brasil . . . . 500.000 . 500.000

Colombia . 13.553.880 3.219.943 . 1.785.090 1.148.140 19.707.053

Perú . 1.039.190 606.631 . . 860.138 2.505.959

Venezuela 314.750 8.089.352 562.378 . 33.117.205 . 42.083.685

Inter Trade Chile . . . . . . .

Itika S.A.Colombia . . 220.000 . . . 220.000

Venezuela . 6.534.340 . . . . 6.534.340

Mónica S.A.

Perú . . . 112.000 388.000 . 500.000

Total 13.021.365 202.012.855 3.494.359 2.024.716 154.376.122 2.658.340 397.587.757

Fuente: MDRT, 2010


69

4Análisis de escenarios

4.1 políticas e intervenciones sobre seguriDaD aliMentaria nutricional en bolivia

A lo largo del tiempo el término Seguridad Alimentaria Nutricional (SAN) ha sido utilizado en varios sentidos. En la década de los sesenta la atención mundial en este tema, se enfocaba fun-damentalmente a la oferta y almacenamiento de alimentos24. En la década de los ochenta se evi-denció que la oferta por si sola no era suficiente para asegurar que la población pudiera tener la posibilidad de acceder a los alimentos, comprendiéndose que la seguridad alimentaria no so-lamente depende de la cantidad de alimentos producidos y disponibles, sino también de otros factores de carácter económico, social y cultural. En la década de los 90s se define Seguridad Ali-mentaria Nutricional como el acceso físico y económico de las personas, a suficientes alimentos inocuos y nutritivos, para satisfacer sus necesidades alimenticias, a fin de llevar una vida activa y sana25.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) establece que toda persona tiene de-recho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial a la alimentación26, mientras que el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1996) ha establecido el reconocimiento de los Estados al derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluyendo la alimentación como de-recho fundamental de toda persona27, aspectos ratificados en la Cumbre Mundial sobre la Ali-mentación (1996).

La Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, en su artículo 16.II establece que toda persona tiene derecho al agua y a la alimentación y que el Estado tiene la obligación de

24 Durante la conferencia Mundial Alimentaria de 1974 se contemplaba la oferta alimentaria global como factor esencial para responder a la escasa disponibilidad de alimentos en algunas regiones de África y otros países con problemas de hambrunas.

25 Véase conclusiones de la Cumbre Mundial sobre Alimentación, 1996.

26 De acuerdo a lo establecido en el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

27 De acuerdo a lo establecido en el artículo 1 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) de 1966.


70

garantizar la seguridad alimentaria a través de una alimentación sana, adecuada y suficiente para toda la población. Asimismo, en su artículo 375 establece como deber del Estado los re-lacionados con la gestión sustentable de los recursos hídricos, cuencas, seguridad alimentaria y servicios básicos. En los artículos 405 y 407 establece que el desarrollo rural integral susten-table, en coordinación entre el Estado central con las diferentes entidades territoriales autó-nomas y descentralizadas, debe enfatizar y garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria, priorizando la producción y el consumo de alimentos de origen agropecuario producidos en el territorio boliviano.

El Plan Nacional de Desarrollo, establece que la Seguridad Alimentaría Nutricional con Sobera-nía es la base de la Soberanía Nacional y del “Vivir Bien”, definiendo que las políticas de segu-ridad y soberanía alimentaria serán un instrumento de desarrollo y fortalecimiento de la capa-cidad productiva para dotar oportunamente alimentos básicos y de consumo masivo a precios justos y dará prioridad a la producción diversificada de alimentos para el autoconsumo y para el mercado nacional, con énfasis en la producción agroecológica 28.

La Seguridad Alimentaria Nutricional debe garantizar el acceso oportuno de toda la población boliviana a alimentos inocuos, nutritivos y culturalmente apropiados en cantidad suficiente y calidad adecuada, que satisfagan sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida sana y activa. Lo anterior debe enmarcarse en principios soberanos del Esta-do para definir e implementar sus propias políticas y estrategias de producción, acopio, transfor-mación, consumo, importación y exportación de alimentos básicos, conservando y rescatando la diversidad productiva y cultural de nuestro territorio29. Sin embargo, en el marco de la sobe-ranía alimentaria también se incluye la preferencia hacia la valorización y el consumo de pro-ductos nacionales30.

4.2 proDucción agrícola, seguriDaD y soberanía aliMentaria nacional

La participación de la agricultura en el PIB desde 1990 ha tenido una tendencia sostenida al descenso, no por su reducción del volumen o valor de su producción, sino fundamentalmen-te porque otras actividades económicas tuvieron un mayor desarrollo que aquella (Campe-ro, 2008). La producción agropecuaria de Bolivia ha crecido a una tasa media de 3,2% entre 1996 y 2005 (un poco por encima del promedio latinoamericano). Las exportaciones agro-pecuarias y forestales pasaron de 111,8 millones de dólares en 2000 a 172 millones de dóla-res en 2005. Sin embargo, la producción de alimentos per capita apenas creció 1,1% entre 1996-2005 (Gudynas, 2007).

En este contexto, se ha constatado que en Bolivia si bien no existen problemas en el acceso y consumo de alimentos por parte de algunos grupos poblacionales, si existen regiones que

28 Véase Plan Nacional de Desarrollo (pág. 136).

29 Propuesta de Decreto Supremo del CONAN sobre el Derecho Humano a una Alimentación Adecuada.

30 Ley Nº 1333 de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional de Nicaragua de 16 de julio de 2009.


71

presentan enormes dificultades para producir y consumir alimentos en cantidades que les permitan satisfacer sus necesidades básicas de consumo.

El Ministerio de Planificación del Desarrollo (MPD), la Unidad de Análisis de Políticas Socia-les y Económicas (UDAPE) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) han presentado el año 2008 el documento “Diagnostico, Modelo y Atlas Municipal de Seguridad Alimentaria en Bo-livia” que permite comparar en el nivel municipal la Vulnerabilidad a la Inseguridad Alimen-taria (VAM), entre los años 2003, 2006 y 2007. En este análisis los municipios son clasificados en cinco categorías (VAM 1, VAM 2, VAM3, VAM4 y VAM 5), de las cuales los que tienen VAM 1 son las menos vulnerables a la inseguridad alimentaria y los que tienen VAM 5 son los más vulnerables. De este resultado se concluye que los municipios con mayor grado de vulnerabli-dad (VAM 4 y 5) llegan al 38% de los municipios del país. Por otra parte, una gran mayoría de los municipios (40%) se encuentran en un índice de Vulnerabilidad 3. En el otro extremo, solamente el 2% de los municipios del país presentan un menor grado de Vulnerabilidad a la Inseguridad Alimentaria31.

También, se ha constatado que el territorio con menor vulnerabilidad (NBI hasta 0,75) presenta los mayores grados de IDH, equivalentes a los más altos del mundo, y se establece que en tanto crece el nivel de insatisfacción de las necesidades básicas, éste tiende a bajar, hasta llegar al territorio con mayor vulnerabilidad que representa la casi absoluta insatisfacción de las necesidades básicas y en el que el IDH alcanza valores mínimos, equivalentes a los más bajos del mundo. En general, el desarrollo en Bolivia tiene un desempeño muy pobre, debido principalmente a la inequidad, que constituye el rasgo que con mayor profundidad caracteriza a la economía boliviana (MDPEP y MT, 2008).

En Bolivia, los requerimientos energéticos de una persona (FAO-OMS, 1985), implican que un hombre adulto requiere aproximadamente entre 2.700 a 2.800 kilocalorías/día y que una mujer adulta requiere aproximadamente entre 2000 a 2100 kilocalorías/día. En Bolivia, sin embargo, los datos agregados de disponibilidad promedio de alimentos muestran un descen-so de 1.130 Kgs/persona/año en 1999 a 1.115,9 Kgs/persona/año en 2005 y de 2.157 Kcal/persona/día en 1999 a 2.137 Kcal/persona/día en 2005 en términos de cantidad y energía res-pectivamente (Prudencio, 2008), lo que denota problemas en términos de seguridad alimen-taria de la población.

31 La vulnerabilidad de la población a la inseguridad alimentaria está dada por la diferencia entre el riesgo a presentar inseguridad alimentaria (carencia de servicios e infraestructura, presencia de desastres naturales y deterioro ambiental y productivo) y la capacidad de respuesta de la población para enfrentar ese riesgo. Definición extractada del Diagnóstico, Modelo y Atlas Municipal de Seguridad Alimentaria en Bolivia del Ministerio de Planificación del Desarrollo, Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas y Programa Mundial de Alimentos de 2008.


72

Las principales fuentes de energía alimenticia para la población boliviana son los cereales y el azúcar mientras que fuentes adicionales de energía son los aceites, tubérculos y frutas (Gráfi-co Nº 10). Sin embargo, el consumo promedio percapita/día difiere bastante según la región y departamento, siendo en algunos casos superior, y en otros, muy inferior. Así pues, mien-tras que en las ciudades de Cochabamba y Tarija el consumo diario promedio percapita es de 1.322 grs y 1.163 grs respectivamente, en las ciudades de Potosí y El Alto es de 850,60 grs y 828,96 grs respectivamente. En el área rural, ese consumo puede descender hasta los 811,29 grs (MDRAyMA, 2007).

En términos de soberanía alimentaria o capacidad productiva del país respecto a los alimentos que consumimos, a continuación se presenta el balance alimentario que contempla aquellos alimentos que tienen mayor consumo de la población (azúcar, arroz, harina de trigo, arroz, maíz, oleaginosas, papa y yuca), evidenciándose que no existen mayores desbalances entre la capacidad productiva y las demandas alimentarias en Bolivia, con excepción de muy pocos productos.

GráfiCo Nº 10

consumo de energía per cápita/día en kilocalorías

Cereales45,2%

Maíz7,4%

Arroz18,0%

Harina19,8%

FrutasPlátano 5,7%

OleaginosasAceite 7,8%

Azúcar34,3%

TubérculosPapa-Yuca 7,0%

Fuente: Elaborado sobre la base de información de la Dirección de Gestión de Riesgos - MDRAyMA,

Departamentos de Comercio Exterior y Cuentas Nacionales del INE, 2007


73

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5.0

05

59.3

245.

452

Tom

ate

10.1

8674

10.1

1215

.240

154.

107

11.8

6313

8.15

527

.815

Papa

135.

00

02.

150

132.

850

6.29

883

6.68

913

.949

797.

784

52.8

54

Yuca

41.0

00

7.36

033

.640

10.7

8736

2.87

548

294.

826

68.0

97

Soya

774.

271

67.4

4670

6.82

51.

680

1.18

7.46

617

8.43

512

5.0

2412

8.96

055

.685

60.8

7040

.00

012

8.69

374

2.90

9

Otr

os c

ulti

vos

693.

877

15.5

02

678.

375

tota

l2.

553.

100

164.

963

2.38

8.13

7

Carn

e de

res

6.36

816

4.44

512

914

30

9374

717

4.82

9-9

.816

Carn

e de

pol

lo25

4.80

084

,049

,30

0,9

241.

200

13.4

68

Fuen

te: M

DRA

yMA

, 200

8


74

A partir del año 1997, Bolivia de ser un país importador de alimentos, ha revertido esa tendencia y ha comenzado a acumular importantes superávits en la balanza comercial del sector. Escapan de esta situación algunos productos, siendo el más importante el trigo, se evidencia que el país continúa siendo altamente deficitario toda vez que su producción sólo alcanza a cubrir el 30% de la demanda nacional, así como el arroz cuando se tiene que recurrir al abastecimiento exter-no, fundamentalmente por problemas relacionados con aspectos climatológicos y el maíz por su desvío a países vecinos por su mayor precio. La región del Oriente boliviano es la que aporta en mayor proporción a la producción de cereales y hortalizas, en tanto que el valle y altiplano lo hacen en mayor medida a la producción de tubérculos (Gaite y Gaite, 2008).

Respecto a las importaciones de alimentos, se ha presentado un incremento del 191% entre 1999 y 2005, correspondiendo ese aumento sobre todo a las importaciones de trigo y harina de trigo, así como de sus derivados (fideos). En cambio, las exportaciones aumentaron un 198% entre 1999 y 2005 debido sobre todo a la soya y derivados (harina de soya y de girasol, aceite crudo y refinado), al azúcar, la castaña y en menor medida al maíz, quinua, café y cacao (Prudencio, 2008).

Por lo mismo, el balance alimentario en el país permite constatar que no existen mayores difi-cultades en la disponibilidad de alimentos, salvo la vulnerabilidad que representa el cambio cli-mático sobre la producción agrícola (Gaite y Gaite, 2008). Esto se observa en el Gráfico Nº 11.

GráfiCo Nº 11

grado de dependencia alimentaria (rDi)

Fuente: FAO

1990 1992 20041994 1996 1998 2000 2002 2006(p)

supe

rfic

ie

0.00

20.00

40.00

50.00

60.00

80.00

30.00

10.00

70.00

Harina de trigomaíz trigo

Papa cebolla tomate

Arroz

Zanahoria

rdi =importaciones

producción Nacional + importaciones - Exportacionesx 100


75

El índice de dependencia alimentaria muestra que Bolivia presenta una alta dependencia con rela-ción a la producción de trigo y sus derivados (harina de trigo). En los otros productos de la canasta familiar básica, en contraposición a lo que sucede en otros países de la región, no existe importan-te dependencia alimentaria. El caso del trigo (y la harina de trigo) supone un análisis especial ya que a pesar de ser un producto de consumo masivo en la población en general, con una demanda superior a las 500.000 tn/año, la producción interna es muy reducida (Prudencio, 2008).

Los fenómenos climáticos que se experimentaron en Bolivia durante las últimas dos campañas agrícolas (2006-2007 y 2007-2008) han tenido un cierto efecto en la producción existente en muchos cultivos. Durante la gestión agrícola 2006-2007, como consecuencia del fenómeno de “El Niño” y de “La Niña”, se registraron pérdidas con mayor magnitud en superficies cultivadas con soya, arroz, maíz y papa, así como en plantaciones de plátano. Durante la gestión agrícola 2007-2008 las pérdidas de superficies cultivadas con soya, arroz, maíz, yuca, caña y frejol mues-tran datos sobresalientes en relación a las de otros cultivos también mermados por el fenóme-no de “La Niña”.

Frente a esta situación, Bolivia presenta condiciones para producir y consumir los productos na-cionales que demanda. Sin embargo, esta situación puede variar radicalmente con la producción de biodiesel y bioetanol. A continuación se realiza un análisis en el cual se plantea que una poten-cial autorización a la producción de biodiesel no afectará a la situación de la estructura alimenta-ria nacional en el corto plazo aunque puede tener implicaciones en el mediano plazo. Asimismo un incremento en la producción de bioetanol puede tener importantes consecuencias, tanto en la seguridad como en la soberanía alimentaria nacional en el corto y mediano plazo, en tanto que pueden sustituirse de forma significativa las superficies destinadas a la producción de alimentos hacia la producción de bioetanol, creándose distorsiones en volúmenes de producción de alimen-tos básicos destinados al mercado interno con consecuencias en la disponibilidad y estructura de precios, pudiendo volvernos un país dependiente en algunos alimentos básicos.

4.3 proDucción De oleaginosas y caña De azúcar y seguriDaD aliMentaria nutricional

En Bolivia los cultivos existentes mas importantes y de mayor eficiencia, que se podrían utilizar para la elaboración de bioetanol son la caña de azúcar y para la elaboración de biodiesel las es-pecies oleaginosas (soya, girasol, y macororó). Estos productos también están orientados hacia la seguridad alimentaria del país, con excepción del macororó que no es un cultivo alimenticio. Otros cultivos que tienen aptitudes para la producción de bioetanol en el país, aunque con me-nor eficiencia son el arroz, cebada, maíz, sorgo, trigo, papa y yuca para bioetanol (Bernal. et al., 2008). Estos productos también compiten con la seguridad alimentaria (Mapa Nº 10).

Por las razones señaladas anteriormente se ha descartado en el corto plazo la producción de bio-diesel de otros productos que producen aceites (piñón y cuci) y se ha planteado que una estrate-gia de producción de biodiesel en Bolivia estará basada fundamentalmente en la soya. Con rela-ción al macororó se ha constatado que no existen importantes superficies de cultivo de acuerdo a lo establecido en la Encuesta Nacional Agropecuaria de 2008 (INE, 2009).


76

mapa Nº 10

potencialidad de las macroecoregiones y los departamentos para la producción de cultivos para agrocombustibles

SoyaGirasolAlgodónCastañaCusiTotaiPiñónMacororóPalma aceiteraCaña de azúcarSorgo dulce

GirasolSoyaPiñónMacororóCaña de azúcarSorgo dulce

ColzaSp nativas

Thola

RemolachaColza

Sorgo dulcePiñon

REFERENCIAS

Macroecoregión: TrópicoMacroecoregión: VallesMacroecoregión: AltiplanoMacroecoregión: Chaco

Fuente: Elaboración propia en base a datos de UDAPRO, 2009


77

De la producción de soya, el 20% del producto es destinado de forma directa a propósitos vin-culados con la seguridad alimentaria (usualmente como aceite comestible) y el 80% correspon-de a materia seca (como torta de soya) que es consumida por los animales, con implicaciones indirectas en la seguridad alimentaria. Entonces, la producción de biodiesel resta solamente al 20% de la materia prima que es consumida directamente como alimento (aceite crudo). A su vez, en Bolivia, de este 20% de producción, entre el 15 al 20% es destinado al mercado interno, mientras que el resto es exportado. Del total de aceite aproximadamente 415.000 toneladas son exportadas, una vez que se ha satisfecho con el consumo del aceite en el mercado nacional que cubre 70.000 toneladas (COPLA, 2008).

Por otra parte, la demanda en el consumo nacional de diesel asciende aproximadamente a 1.370.000.000 litros/año32. Se calcula que de este total, el sector agropecuario consume un 26% de este combustible, mientras que el sector oleaginoso y triguero tendría un consumo del 13%.

Cuadro Nº 32

Demanda de consumo nacional de diesel

Detalle Litros/año Porcentaje

Consumo nacional 1.370.000.000 100

Consumo departamento Santa Cruz 500.000.000 36

Consumo sector agropecuario 210.000.000 26

Sector oleaginoso y triguero 105.200.000 13

Fuente: Rolando Zabala (Gerente ANAPO)

El biodiesel usualmente se utiliza mezclado con el combustible tradicional (diesel). El biodie-sel se puede utilizar como combustible en un 100% o en cualquier mezcla, aunque la mezcla B20 (20 de biodiesel con un 80 por ciento de diesel de petróleo) se considera la mejor para el uso normal en los motores diesel convencionales por las mejoras de la calidad de aire (Choy, 2008). En este contexto, la producción boliviana de biodiesel proveniente de la soya tendría que ser mezclada con el diesel, por lo que en el futuro se requeriría seguir dependiendo en gran par-te del diesel importado.

La producción potencial de biodiesel en Bolivia a partir de la transformación de la soya pue-de calcularse a partir del volumen de producción obtenido de soya. Si se destina el conjunto de la soya boliviana para la producción de biodiesel tenemos que anualmente se podrían obtener 424.200.000 litros de biodiesel, cantidad que representaría el 30,9% año de la demanda total de diesel oil a nivel nacional (Cuadro Nº 33).

32 Considerando una demanda de 23.6 Mbpd (véase datos anterior sección) y 159 litros el barril.


78

Cuadro Nº 33

potencial producción de biodiesel en bolivia

Producto Superficie en has. (a) Litros/ha (b) Total litros

Soya de verano 700.000 420 294.000.000

Girasol de invierno 215.000 890 191.350.000

Soya de invierno 310.000 420 130.200.000

Total 1.225.000 615.550.000

Fuente: (a) Rolando Zabala (Gerente ANAPO) y (b) Crónica Rural

El crecimiento de la producción de soya depende de los mercados nacionales y regionales. Por lo tanto, mucho del crecimiento está vinculado a la demanda de otros países, sobre todo andi-nos, tomando en cuenta que Bolivia es un productor no competitivo en otros mercados debido, sobre todo, a los altos costos de transporte a los puertos de exportación.

En los últimos años, la producción de soya de mediana y gran escala se está desarrollando de forma muy significativa en una zona de producción denominada como “el Nuevo Norte”, que está localizada en el norte de Santa Cruz, en medio de dos fronteras de colonización. Esta ex-pansión está impulsada por la baja productividad en el sur de la zona de expansión, y debido al incremento de los precios internacionales del grano. Sin embargo, una mayor expansión está limitada en parte por los desincentivos provenientes del cambio en las políticas de tenencia de la tierra, limitaciones en el acceso al crédito para la producción de soya, irregular provisión de diesel para la siembra y cosecha, y la introducción de cuotas de exportación por parte del gobier-no central, como una medida para detener el incremento en los precios del aceite en los merca-dos locales.

Si nos referimos exclusivamente al área potencial en Bolivia para la producción de caña de azú-car y soya, la misma cubre en las tierras bajas un área potencial de aproximadamente 925.000 hectáreas, por lo que una buena parte de la actual producción de estos productos se encuentra por fuera de áreas con potencial para estos productos, de acuerdo a un estudio de UDAPRO so-bre las potencialidades productivas de Bolivia (UDAPRO, 2009). Esta área incluye los siguien-tes productos: soya, girasol, arroz y caña de azúcar en el Departamento de Santa Cruz. Los mu-nicipios en los que se localiza esta área están ubicados en las actuales áreas de expansión y área integrada.


79

mapa Nº 11

áreas de potencial productivo de soya, girasol, arroz y caña de azúcar en el Departamento de santa cruz

Fuente: Elaboración propia en base a datos de UDAPRO, 2009


80

La expansión de la soya en los últimos años se ha visto detenida por una política agropecuaria que solamente autoriza la exportación de aceite una vez que se ha satisfecho la demanda inter-na, con el objetivo de evitar déficits en la provisión de aceite vegetal en los mercados nacionales. Otro factor que limita paradójicamente la producción de soya es la limitada oferta de diesel en las épocas de siembra y cosecha, tomando en cuenta que el país es un dependiente de la impor-tación de este combustible. Por lo tanto, el sector agroindustrial, señala la importancia de pro-ducir biodiesel para sustituir la importación de diesel, para al mismo tiempo favorecer el creci-miento de la agricultura comercial.

La autorización para la producción de biodiesel podría provocar un incremento en la produc-ción de oleaginosas, ocasionando la ampliación de la frontera agrícola para garantizar la pro-ducción de biodiesel para el mercado interno y la exportación. El país podría cubrir una mezcla hasta el 20% de biodiesel y exportar el 10% restante, en caso de que solamente se produzca bio-diesel y se deje de producir aceite vegetal.

Por otra parte, para algunos autores, existe la posibilidad de al menos doblar la superficie actual-mente sembrada en Bolivia, sin necesidad de incursionar en áreas aptas para otros fines, ya que tan solo el 27% de la superficie apta para agricultura intensiva y extensiva está siendo utilizada. También, se argumenta, que existe un potencial amplio de tierras degradadas, deforestadas y/o en abandono, que podrían ser utilizadas para cultivos energéticos (Barba, 2008). Estas tierras podrían ser destinadas a la siembra del piñón, aunque la mayoría se muestra escéptico con este planteamiento. Los sectores agropecuarios del oriente tienen la propuesta de que se podrían re-forestar tierras degradadas con especies de palmas para la producción de frutas y semillas con alto contenido de aceites en hasta 500.000 hectáreas, con lo cual se podrían restaurar ecosiste-mas degradados, aunque se manifiesta que esto requiere de altos costos en tiempo e inversión de capital (Lorini, 2008). Sin embargo, para la mayoría, no cabe duda que un proceso de pro-ducción de agrocombustibles estará basado principalmente en la soya como materia prima, cuya superficie de cultivo se ampliará significativamente con la ampliación de la frontera agrícola en las áreas cercanas al camino en construcción Santa Cruz-Puerto Suárez.

Cuadro Nº 34

estimaciones producción de biodiesel

Detalle Litros/añoPorcentaje

de litros/añoNº hectáreas requeridas

producción biodiesel

Producción diesel oil 1.370.000.000 100 (*) 3.261.904

Déficit diesel oil 719.634.000 53 1.713.414

Actual potencial producción biodiesel (100% soya)

424.200.000 31 1.010.000

Fuente: Elaboración propia

Nota: (*) Considerando un promedio de 420 litros de biodiesel por hectárea


81

Para algunos autores la propuesta de substitución de los volúmenes de diesel de petróleo por agrodiesel requeriría de enormes cantidades de tierra agrícola. Ballivián (2008) calcula que se requeriría cultivar alrededor de 2.8 millones de hectáreas para la producción de soya, suficiente para cubrir el consumo total nacional de diesel a través del agrodiesel. Este conjunto de hectá-reas permitiría cubrir el 85% de la demanda nacional. De acuerdo a nuestros cálculos (Cuadro Nº 34), la intención de producir la totalidad de biodiesel para sustituir el consumo de diesel oil en el país requeriría de un total aproximado de 3.261.904 hectáreas, por lo que debería incre-mentarse la superficie de producción en más de 2 Millones de hectáreas, lo cual, sin embargo, es irrealista en términos de que el biodiesel usualmente no se emplea sin mezclar con el diesel oil. Esta suposición no toma en cuenta el abastecimiento de aceite comestible de soya en el país, as-pecto que será discutido más adelante.

Con relación a la caña de azúcar para etanol se ha planteado la propuesta de mezclar gasolina con bioetanol para cubrir parte del déficit nacional. Se ha estimado que el déficit de gasolina has-ta el año 2012 será aproximadamente de 1 Mbpd, que significa un déficit anual de 893.739.000 litros al año. La actual producción de alcohol anhidro del Ingenio Azucarero Guabira permitiría cubrir la mitad de dicho déficit (Cuadro Nº 35).

Cuadro Nº 35

estimaciones producción de bioetanol

Detalle Litros/añoPorcentajelitros/año

Nº hectáreas requeridas producción bioetanol

Producción de gasolina 893.739.000 100 (*) 12.767.700

Déficit actual gasolina 11.607.000 1 165.814

Actual potencial producción bioetanol (datos Guabira)

4.500.000 0.5 64.287

Fuente: Elaboración propia.

Nota: (*) Considerando un promedio de 70 litros de bioetanol por hectárea de caña de azúcar.

Hasta este punto, el análisis no ha considerado el consumo interno de aceite vegetal proveniente fundamentalmente de la soya y girasol. El país consume anualmente un aproximado de 70.000 toneladas de aceite, para lo cual se tendrían que destinar aproximadamente 38.889 hectáreas de superficie de cultivo. Sin embargo, si solamente el 20% de la producción de soya es destinado a la producción de aceite, en total se requerirán 194.445 hectáreas para la producción de dicho 20% de aceite vegetal. Por otra parte, para cubrir una potencial mezcla de biodiesel con diesel oil al 20% se requerirían 652.381 hectáreas. Esto hace un total de aproximadamente 850.000 hectá-reas que se requerirían para producir aceite vegetal y biodiesel para cubrir el mercado interno, el resto estaría destinado a la exportación (Cuadro Nº 36). Por lo que potencialmente no parecen existir potenciales problemas en el abastecimiento de productos alimenticios para el mercado interno con la actual superficie de cultivo de soya.


82

Cuadro Nº 36

estimaciones producción de aceite y biodiesel para el mercado nacional

Detalle Numero Unidad de Medida Hectáreas

Total potencial producción biodiesel 424.200.000 litros/año (*) 1.010.000

Demanda aceite de soya 70.000 toneladas/año (**) 38,889

Total hectáreas requeridas producción aceite vegetal 194.445

Potencial producción biodiesel al 20% 274.000.000 litros/año 652.381

Total hectáreas requeridas satisfacción mercado interno (aceite y biodiesel al 20%) 846.826

Nota: (*) Considerando un promedio de 420 litros de biodiesel por hectárea

(**) Contempla un rendimiento de soya de 1,8 toneladas por hectárea.

En teoría, los productores podrían transformar el aceite de soya para su consumo en el mercado interno, proveer con el 20% de biodiesel que requiere la mezcla de Diesel Oil, disminuyendo la importación de este combustible y contar con excedentes para la exportación, además de seguir exportando la torta de soya. Sin embargo, este escenario requiere que se transfieran las subven-ciones del diesel al sector de los exportadores.

Con relación al bioetanol, el país puede producir alcohol anhidro para abastecer al mercado in-terno, que requirió el año 2009 cerca de 11.607.000 litros, para lo cual se necesitaría contar con una superficie de cultivo de aproximadamente 165.814 hectáreas. Actualmente, el área de culti-vo de caña de azúcar es de 151.139 hectáreas. Frente a la demanda de alcohol anhidro para una potencial mezcla con gasolina al 10% se tendrían que producir 89.373.900 litros, lo cual reque-riría una superficie de 1.276.770 hectáreas. Actualmente el Ingenio Azucarero Guabira solamen-te podría abastecer el 0,5 del total del mercado interno de gasolina.

Tomando en cuenta que no existen restricciones para la producción y exportación de alcohol anhidro en Bolivia, las plantas procesadoras de este producto están vinculadas a las cadenas de producción de agrocombustibles de otros países. En este sentido, el crecimiento de la produc-ción indirecta de agrocombustibles en Bolivia está teniendo como resultado la expansión de las superficies para la producción de caña de azúcar y la instalación de plantas para el procesamien-to exclusivo de alcohol anhidro. Esto sí tendrá importantes repercusiones sobre áreas destinadas a la seguridad alimentaria, como se ha analizado anteriormente.

Actualmente los productores azucareros presentan precios altos para sus productos como azúcar así también como alcohol. Es así que el año de 2010-2011 se ha producido una importante crisis de azúcar en el país que ha hecho que el gobierno central requiera importar azúcar procesada de los países vecinos. Aún cuando la producción de azúcar en esta campaña fue mayor que el con-sumo nacional se presentó un déficit de azúcar de aproximadamente 1.200.000 quintales (de 50 kgs). Esto significó que el gobierno importe aproximadamente 700.000 quintales de azúcar a tra-vés de INSUMOS Bolivia. También el gobierno apoyó a la importación de 200.000 quintales de azúcar a través de los Ingenios. Entonces, el país importó cerca de 900.000 quintales de azúcar. De acuerdo a versiones del gobierno esta crisis del azúcar se presentó por el carácter especulativo


83

de las empresas que prefirieron vender el azúcar a precios altos en los mercados internacionales que en lugar del mercado nacional. Sin embargo, debe destacarse el incremento constante en la producción y exportación de alcohol, aspecto que no fue identificado por el gobierno como cau-sante de la crisis del azúcar del año 2010.

4.4 estructura y sisteMas agrarios resultantes De una situación De proDucción De agrocoMbustibles

Para entender la estructura agraria de un estado de situación que resulte de la producción de agrocombustibles es preciso, en primer lugar, comprender cual es el actual sistema agrario en lo que se refiere a las áreas de producción de caña de azúcar y soya. Supone comprender básica-mente cuales son los tipos de productores que participan de la producción y el sistema de tenen-cia de la tierra. En general, en las áreas donde se realiza la producción de caña de azúcar y soya, participan una diversidad de productores, en la medida en que se han combinado áreas de co-lonización agrícola con una mayoría de pequeños productores con sistemas de propietarios me-dianos y grandes. A la fecha, resulta difícil calcular la dimensión precisa de los diferentes tipos de productores en cada escenario.

Producción de caña (bioetanol)

Al año 2005, los productores de caña en Santa Cruz constituían 2.694 familias, mientras que en Bermejo comprendían entre 1.200 a 1.300 familias. Según el tamaño de la superficie cultivada, los productores se clasifican en grandes, pequeños y medianos (Cuadro Nº 37). El 67% de las fa-milias productoras de caña en Santa Cruz son pequeños productores y poseen entre 0,1 a 20 hec-táreas y el 19% son medianos productores que poseen entre 20,1 a 50 hectáreas. Los producto-res grandes de caña de azúcar representan el 15% de las unidades productivas y cultivan el 67% del total de área sembrada. Entre los grandes productores se encuentran las empresas UNAGRO (6.000 has en producción), Santa Cecilia y San Aurelio (Shadai y Dockweller, 2005).

Cuadro Nº 37

cantidad y tipo de productores cañeros en el trópico de santa cruz

Detalle Nº productores Porcentaje Nº hectáreas Porcentaje

Cañeros pequeños (0,1 a 20 ha) 1.800 66,8 14.632 15,7

Cañeros medianos (20,1 a 50 ha) 502 18,6 15.922 17,1

Cañeros grandes (50,1 y más) 393 14,6 62.587 67,2

Total 2.695 100 91.243 100

Fuente: Shadai y Dockweller, 2005. Basado en OTAI


84

Sin embargo sólo existen 1.340 productores registrados en Bermejo, es decir que en promedio cada productor tiene casi dos parcelas, probablemente como grupos familiares. La superficie cultivada anualmente en Bermejo fluctúa entre 11.000 a 12.000 hectáreas. De acuerdo al diag-nóstico socioeconómico del Triángulo de Bermejo (Bellota, 2000) sólo 214 familias (15%) con-centran aproximadamente la mitad de toda la tierra cultivable en la zona mientras que el resto de las familias (85%) poseen pequeñas y medianas propiedades. De ellas, 440 familias tienen propiedades inferiores a 5 ha que son consideradas insuficientes para generar una economía de subsistencia basada en el cultivo de la caña y más de un tercio de familias campesinas no tienen tierra propia, quienes cultivan caña al partido y venden su mano de obra.

El pequeño cañero en Bermejo cuenta con un ingreso de Bs. 530 por mes, situación que contras-ta con el mediano y grande productor. Por esta razón, el pequeño productor involucra su mano de obra en la cosecha y simultáneamente aprovecha la temporada de alta demanda de trabaja-dores para emplearse en los cultivos de los medianos y grandes productores. Otros propietarios rentan sus tierras por lo que reciben aproximadamente la mitad de los ingresos que obtendrían con la agricultura por cuenta propia (Bellota, 2000).

En una probable expansión del área de producción de caña de azúcar es probable que se produ-cirá un escenario de compra de tierras por parte de los productores grandes, lo que significará una reducción de productores que se dedican al cultivo de productos para la seguridad alimen-taria, aunque también es probable, como en el escenario anterior, que también se mantenga un buen universo de pequeños y medianos productores (menores a las 50 has), principalmente por los importantes ingresos que por la producción de caña de azúcar representa para los pequeños productores. En el área de ubicación de la planta alcoholera de Aguaí (municipio de Mineros) y de expansión del área de producción de caña de azúcar se ha identificado que existe un impor-tante grupo de propiedades más de tamaño mediano que oscilan entre las 1.000 a 10.000 hectá-reas (datos del saneamiento al 2006) (Mapa Nº 12).


85

mapa Nº 12

potencial zona de expansión de la caña en Mineros



86

Producción de soya (biodiesel)

En el caso de la producción de soya, la clasificación por tipo de productores divide a los agricul-tores en nacionales, los de origen brasilero, menonita, japonés, ruso y otros. Los mayores pro-ductores de soya durante la campaña de verano son menonitas, brasileños y nacionales. Esta situación cambia en la campaña de invierno. Por otra parte, no existen datos respecto a la pro-porción y tamaño de los productores nacionales. Sin embargo, una importante cantidad de pro-ductores pequeños (colonizadores) están dedicados a la producción de soya. De este modo, la producción de soya está conformada por un variado mosaico de productores.

De acuerdo a Pérez (2009) la base del desarrollo productivo de la soya es la gran propiedad, aunque tiene un segmento cuantitativamente importante de pequeños productores (predios no mayores a las 50 hectáreas) que va en aumento. Este grupo representa el 78% de los producto-res aunque su aporte a la producción total no sobrepasaría el 10% y se encontrarían en peores condiciones que los medianos y grandes productores. Este autor establece que el 36% de la su-perficie cultivada el 2002 correspondió a los extranjeros (29% exclusivamente a 250 producto-res brasileros), aunque cuando se incorpora a productores menonitas y japoneses esta propor-ción sube al 63%.

El Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) ha avanzado en el saneamiento en los peque-ños productores, por lo que en el siguiente mapa se observa que una importante cantidad de tie-rras en el área de producción soyera corresponde a pequeños productores aunque también existe una importante cantidad de tierras medianas.

Es posible que la expansión de la producción de soya se de en las tierras aledañas al camino San-ta Cruz- Puerto Suárez. Tomando en cuenta que esta no es un área de colonización, estas tierras están constituidas sobre todo por propiedades agropecuarias de tipo mediano. Haciendo facti-ble que mantengan esa su condición hacia delante, ya que en su mayoría no son tierras fiscales.

Actualmente casi la mayoría de los productores cultivan soya transgénica. La incorporación de los productores a este proceso se ha realizado de forma similar, aunque algunos mencionan que su incorporación ha sido más conveniente para los pequeños productores. Lo propio puede su-ceder con los agrocombustibles en la medida en que todos los productores, sin excepción de su tamaño o escala, podrían incorporar su producción de soya a los circuitos de comercialización de materia prima para su transformación en biodiesel.


87

mapa Nº 13

áreas saneadas de productores soyeros en el Departamento de santa cruz (al año 2007)



88

5Agrocombustibles y potenciales

violaciones a los derechos humanos

5.1 los DerecHos HuManos

En virtud a la noción de universalidad de los Derechos Humanos, la condición de persona es el único requisito para ser merecedores de la dignidad y por consiguiente de la titularidad de de-rechos; como efecto de la indivisibilidad de los Derechos Humanos la garantía de los Derechos Civiles y Políticos es condición indispensable para la realización de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y éstos, a su vez, garantía para la realización del Derecho Humano a una Alimentación Adecuada y viceversa, componiéndose así una unidad indivisible e interdepen-diente.

Los Derechos Humanos son inherentes a todo ser humano, tienen carácter universal, son inter-dependientes e indivisibles, además de complementarios. Por tanto, la alimentación adecuada como Derecho Humano se halla inseparablemente vinculada a la dignidad inherente de la per-sona humana, inseparable de la justicia social y es indispensable para el disfrute de todos los Derechos Humanos y el ejercicio de la ciudadanía.

El artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948 proclama lo siguiente: “Toda perso-na tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servi-cios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enferme-dad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circuns-tancias independientes de su voluntad”.

A partir de la suscripción de la Declaración Universal los Estados, entre ellos Bolivia, se han comprometido a respetar, proteger y garantizar los derechos económicos, sociales y culturales y como parte de ellos la alimentación a través de la suscripción y ratificación de diversos instru-mentos internacionales, así el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Cultu-rales reconoce el derecho a un nivel de vida adecuado el cual incluye a la alimentación. De la misma manera, el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en


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materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en su artículo 12. I. establece lo siguien-te: “Toda persona tiene derecho a una nutrición adecuada que le asegure la posibilidad de gozar del más alto nivel de desarrollo físico, emocional e intelectual”.

El contenido normativo del Derecho Humano a una Alimentación Adecuada ha sido definido por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas en la Ob-servación General 12 (OG-12), documento que establece que la alimentación adecuada se ejerce “cuando todo hombre, mujer, niña o niño, ya sea solo o en común con otros, tiene acceso físico y económico, en todo momento, a la alimentación adecuada y a los medios para obtenerla”.

Al haber ratificado Bolivia estos instrumentos, ha asumido voluntariamente tres tipos de obli-gaciones:

La a) obligación de respetar los Derechos Humanos exige que el Estado se abstenga de realizar actividades o adoptar medidas que puedan afectar el goce de los derechos, y la prohibición de vulnerar o lesionar esos mismos derechos.

La b) obligación de proteger los Derechos Humanos exigen que el Estado adopte las medidas necesarias para prevenir que actores privados vulneren la dignidad y derechos de otras per-sonas. Para ello debe implementar medidas legislativas que establezcan como ilícitas las vio-laciones a los derechos consagrados, así como la existencia de medios judiciales sencillos y eficaces para su protección. Asimismo, los Estados tienen la obligación de prevenir, investi-gar, sancionar y resarcir las violaciones a los derechos de las personas.

La c) obligación de garantizar los Derechos Humanos exige a los Estados la adopción de me-didas y la asignación de recursos en los ámbitos de la promoción, el diseño e implementa-ción de políticas, programas y sistemas de protección necesarios para la satisfacción de los derechos.

5.2 DerecHos HuManos y agrocoMbustibles

Detrás de las varias versiones a favor y en contra de los agrocombustibles no se puede negar que existe un marco geopolítico en el cual se mueven relaciones de poder fuertemente controladas por países considerados “desarrollados” y empresas transnacionales. Estas relaciones e intereses en la mayoría de los casos no son acordes a los principios y normas de derechos humanos que los Estados se han comprometido a garantizar, aún así innumerables ejemplos en diferentes paí-ses muestran que los gobiernos tienden a afianzar la noción de que los agrocombustibles traerán consigo “beneficios económicos y salud”.

Un principio mínimo de responsabilidad y compromiso con los derechos de sus habitantes y de cumplimiento de sus obligaciones internacionales debe llevar a los Estados a estudiar y conocer los posibles efectos de los agrocombustibles en torno a los Derechos Humanos y el Derecho a la Alimentación antes de promover políticas que los impulsen.

El principio de igualdad, fundamento ineludible de los Derechos Humanos, establece para los Estados la responsabilidad de proteger a las personas que están en especial situación de


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vulnerabilidad respecto al ejercicio de sus derechos garantizándoles la igualdad en el goce y disfrute de estos derechos así como la equiparación de oportunidades en los diversos ámbi-tos. Se trata de la adopción de las llamadas “medidas de acción afirmativa” que permiten la eliminación de desigualdades e inequidades entre los diferentes conglomerados sociales para hacer efectiva la igualdad en el campo de los derechos humanos.

Entre los potenciales problemas de los agrocombustibles, directamente vinculados a lo que son la violación de los Derechos Humanos, tenemos los siguientes: desalojos forzosos, pérdi-da de soberanía alimentaria, violaciones a los derechos a la tierra y territorio de pueblos indí-genas, discriminación en contra de la agricultura familiar, campesina e indígena, destrucción de la biodiversidad y sobreexplotación de los recursos naturales, derecho al agua, mayor dis-criminación contra las mujeres rurales, derechos de las empresas comerciales en la esfera de los derechos humanos y condiciones de trabajo precarias e inhumanas (FIAN, 2008; Monsalvi y Emanuelli, 2008).

La creciente producción de agrocombustibles en otros países ha demostrado la vinculación de éstos con los riesgos de que quienes se dedican a su producción tienden a controlar el territo-rio vinculado, el cual involucra no sólo a la infraestructura relacionada y las enormes zonas de cultivo que se ocupan sino también los recursos naturales y los seres humanos que lo habitan. (Monsalve et al., 2008)

Aunque los cultivos vinculados a agrocombustibles puedan beneficiar a determinados sectores de la población, el riesgo de perjuicio para los grupos más empobrecidos, y por ende los más vulnerables respecto a sus Derechos Humanos, es muy alto, y es precisamente a estos grupos a los que el Estado debe proteger con más empeño. Desde la mirada del derecho a la alimentación preocupa por ejemplo la situación de pequeños productores a quienes los tratados de Derechos Humanos les reconocen la garantía de acceso seguro a los recursos productivos.

Otro grupo vulnerable lo constituyen los sectores urbanos y periurbanos pobres que dependen de la compra de alimentos, ya que para ellos cualquier alza en los precios de los alimentos agu-diza aun más su ya precaria situación alimentaria. (Monsalve et al., 2008). Al desplazar los cul-tivos alimentarios por cultivos energéticos la oferta de alimentos tiende a reducirse lo que gene-ra un círculo de dependencia respecto de los productos y sistemas de producción ajenos a ellos, menoscabando la soberanía alimentaria del país.

Los instrumentos internacionales mencionados contienen obligaciones jurídicas vinculantes ineludibles para los Estados las cuales incluyen el acceso seguro a la tierra y otros recursos natu-rales para la producción de alimentos, la promoción de políticas que promuevan la oferta ade-cuada y suficiente de alimentos en todos los niveles, la garantía de alimentos económicamen-te accesibles, los Estados deben abstenerse asimismo de contaminar ilegalmente la atmósfera, el agua y la tierra, se considera una violación al derecho a la salud el que un Estado no adopte todas las medidas necesarias para proteger, dentro de su jurisdicción, a las personas contra las violaciones del derecho a la salud por terceros, respecto a las condiciones del trabajo digno, las condiciones tienen que ver con garantías de orden jurídico laboral (salario equitativo y razo-nable, la existencia de vacaciones, jornadas de trabajo legales, garantía de pago de prestaciones


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en caso de cesación del trabajo, etc.), así como de orden físico o infraestructural, referidas a las condiciones del lugar o puesto de trabajo: seguridad, limpieza del puesto laboral.

Las expectativas de lucro generadas por los agrocombustibles, tienden a desatar una fuerte de-manda de tierra y agua para expandir los monocultivos. Estas acciones también provocan con-flictos con las comunidades que viven en las regiones donde se expande la producción de agro-combustibles, las que se ven acosadas y forzadas por diferentes métodos para abandonar sus tierras. Esto también tiene consecuencias en lo que es el acceso a la vivienda, a la alimentación, territorio, a la salud, educación y al trabajo, entre otros derechos de las personas. Adicionalmen-te, el nuevo interés de agentes económicos, vinculados a los agronegocios, por comprar tierras, provoca el aumento de los precios, lo que permite a éstos controlar grandes extensiones de tierra (Monsalvi y Emanuelli, 2008). Como consecuencia, el aumento de la demanda de tierra y agua, debido a la expansión de los monocultivos energéticos, llevará probablemente a un aumento de los conflictos por estos bienes de uso común y a un mayor despojo de los recursos naturales a los que acceden los grupos rurales marginados (Monsalve et al., 2008). Por otra parte, mientras la agricultura industrial usualmente goza de subsidios, controla las mejoras tierras y tiene acceso a abundante agua e infraestructura vial y energética, la agricultura familiar campesina e indígena no tiene acceso suficiente y seguro a tierras de buena calidad, a suficiente agua de riego, se en-cuentra en área marginadas y remotas, y en general trabaja en condiciones sumamente precarias (Monsalvi y Emanuelli, 2008).

Un efecto probable de los agrocombustibles, que se extrae de la experiencia vivida por algunos países de la región, es el que se refiere a la migración de poblaciones desde zonas con activida-des económicas precarias, hacia aquellas de producción de agrocombustibles. Esto crea serios problemas de coberturas de servicios en estas zonas, que se reflejarían en las condiciones de vida y de inseguridad humana de los grupos de trabajadores y sus familias, que se irían asentando en torno a las regiones productoras (Gaite y Gaite, 2008). También, se menciona que cualquier forma de agroindustria conlleva a la producción masiva de algunos cultivos en específico, los cuales por ende forman extensas áreas de monocultivos, administradas por grandes capitalistas que se basan en el latifundio y la superexplotación de trabajo llegando incluso al trabajo escla-vo (ibid.).

Otra forma de discriminación en contra de los agricultores campesinos e indígenas son los que están relacionados a los modelos de agricultura por contrato. En éstos el agricultor recibe un préstamo para comprar semillas y productos químicos, mientras paga cuotas, así como gastos de administración, gestión y servicios a la empresa que los contrata. En estos casos, la empresa determina tanto el precio de las semillas y de los servicios, así como el precio al que compran los productos, a la vez que no se les permite a los productores vender su producción a otras em-presas. La mayoría de estas intervenciones están diseñadas de forma tal que los productores de pequeña escala dependen en el tiempo de las grandes compañías agrícolas que controlan la pro-ducción y los precios (Monsalve et al., 2008).

Existe abundante documentación sobre la erosión genética y la destrucción de la biodiversidad que causan los monocultivos, que a su vez están articulados a la producción de agrocombusti-


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bles. Los monocultivos precisan del uso intensivo de fertilizantes y pesticidas químicos, que des-truyen la biodiversidad, contaminan las tierras, los ríos, las aguas subterráneas y los manantiales (Monsalvi y Emanuelli, 2008). Como en otros países, en Bolivia, la expansión de la soya se ha dado sobre una reducción sistemática de bosque primario y con un uso no sostenible de estas tierras ya que el control ambiental del Estado es nulo (Perez et al., 2009).

Los monocultivos están además agotando las reservas de agua dulce, un recurso muy escaso. En lo referente al biodiesel, los investigadores indican que se requieren 14.000 litros de agua para producir un litro de biodiesel a partir de soja o colza, mientras que la cantidad media de agua necesaria para producir la misma cantidad de biodiesel a partir de la jatropha asciende a 20.000 litros (IICA, 2009). Por otra parte, la generación de materia prima a gran escala para los agro-combustibles (como la mayoría de las producciones agrícolas en grandes extensiones) puede implicar esforzar más la tierra y causar erosión, fomentar el monocultivo en grandes extensio-nes, incrementar el uso intensivo de químicos agrícolas y potenciar la lógica agroindustrial de producir para la exportación (Gaite y Gaite, 2008).

Existen reportes de que los monocultivos utilizados para agrocombustibles causan deforestación y que ésta a su vez suele asociarse a daños a la salud de las personas; cambios ecológicos abrup-tos o episódicos relacionados con cambios en la ocupación y el uso de tierras, la intensificación agrícola, explotaciones industrializadas, desplazamiento de comunidades, modificación de es-tructuras de entornos enteros y cambios en los ecosistemas son algunos de los causantes de en-fermedades infecciosas y zoonóticas.

De acuerdo a la Observación General 14 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Cultu-rales de la ONU el derecho a la salud está estrechamente vinculado con el ejercicio de otros de-rechos humanos y depende de éstos, en particular el derecho a la alimentación, a la vivienda, al trabajo, a la educación, a la dignidad humana, a la vida, a la no discriminación, a la igualdad, esos y otros derechos y libertades abordan los componentes integrales del derecho a la salud. El Comité interpreta el derecho a la salud, definido en el apartado 1 del artículo 12, como un de-recho inclusivo que no sólo abarca la atención de salud oportuna y apropiada sino también los principales factores determinantes de la salud, como el acceso al agua limpia potable y a condi-ciones sanitarias adecuadas, el suministro adecuado de alimentos sanos, una nutrición adecua-da, una vivienda adecuada, condiciones sanas en el trabajo y el medio ambiente, y acceso a la educación e información sobre cuestiones relacionadas con la salud.

Se han documentado en varios países graves violaciones a los derechos de los trabajadores, por ejemplo, plantaciones de caña de azúcar y palma de aceite que van desde la sobreexplotación de los mismos, hasta la prohibición de formar sindicatos, así como la imposición de trabajo forzado e infantil. Las condiciones laborales, especialmente en el sector de caña de azúcar, en general están sometidos a condiciones de alojamiento y alimentación extremadamente malas (Monsalvi y Emanuelli, 2008). Es extensamente reconocido que en este tipo de plantaciones se presentan pésimas condiciones de trabajo, salarios por debajo de los mínimos legales, sin contratos y sin seguro médico ni contribuciones a pensiones o vacaciones, y se mantienen los costes laborales bajos para aumentar las ganancias de las empresas (Gaite y Gaite, 2008).


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Por otro lado, diversas organizaciones sociales en algunos países, han venido advirtiendo de las consecuencias negativas de las políticas que promueven los agrocombustibles, con respecto al ejercicio de los derechos humanos a la alimentación, salud, trabajo y medio ambiente, en espe-cial de las comunidades campesinas, de las poblaciones tradicionales y de los trabajadores rura-les. En el Basil, la acelerada expansión de los cultivos de productos agrícolas para la producción de combustible, fomentada por políticas y recursos públicos, ha contribuido a agravar la situa-ción de la concentración de tierra, el desplazamiento de la producción de alimentos, la explo-tación excesiva de los trabajadores, la destrucción de bosques, la pérdida de fertilidad del suelo, la desecación de manantiales y ríos, la contaminación medioambiental, además de desvirtuar y debilitar las políticas diseñadas para garantizar los derechos humanos, tales como las políti-cas de reforma agraria, la demarcación de tierras indígenas y el apoyo a la agricultura campesina (Suarez, 2008).

Por lo mismo, se sostiene que es bastante probable que los agrocombustibles profundicen la alta concentración de los sistemas alimentarios en todo el mundo y aumenten de esta forma el con-trol corporativo de la cadena alimentaria y los recursos naturales (Monsalve et al., 2008).

Vemos entonces que la visión integral de los Derechos Humanos exige que los Estados adopten medidas también integrales de prevención y protección para evitar que se transgreda la dignidad de las personas al violar varios derechos a la vez.

Muchos Estados han asumido cómodamente la posición de “observadores” e incluso “facilita-dores” de actividades privadas que atentan contra el derecho a la salud, alimentación, trabajo, etc., de sus habitantes en mayor situación de vulnerabilidad, desconociendo la obligación inter-nacional asumida en torno a adoptar medidas para que los particulares no priven a las personas del acceso a sus derechos.

Frente a la problemática de los agrocombustibles corresponde al Estado boliviano aplicar el principio de precaución precautelando ante todo los derechos humanos y la vida digna de sus habitantes.

En contraposición, la sociedad, en su condición de titular de estos derechos debe asumir un rol de exigencia informada fortaleciendo a las organizaciones locales en su capacitación y ge-neración de estrategias que les permitan defender su territorio, asimismo es necesario forta-lecer los vínculos entre organizaciones de diferentes países para denunciar a nivel internacio-nal las violaciones a los derechos humanos y los impactos ambientales relacionados con los agrocombustibles.

5.3 actuales violaciones a DerecHos HuManos vinculaDos a la proDucción De cultivos coMerciales

Asumimos que la producción de soya y caña de azúcar en Bolivia presenta una estructura de producción que privilegia su vinculación a mercados internacionales de biodiesel y bioetanol, principalmente. En este sentido, resulta importante indagar que tipo de efectos tiene este tipo de producción sobre la violación a los Derechos Humanos.


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Vinculada a la producción de caña de azúcar se percibe que esta dinámica ha desplazado de forma marginal a los pequeños productores ya que en el proceso se han incorporado a los pro-ductores de pequeña escala propietarios de las tierras del lugar (muchos de ellos colonizado-res) y el cambio tecnológico ha reducido la explotación laboral que antes se ejercía sobre los zafreros.

La producción de soya que se desarrolla en áreas de expansión de la frontera agrícola tiene mayo-res efectos sobre el desplazamiento de tierras y bosques de los productores tradicionales, creán-doles mayor vulnerabilidad y problema en su seguridad alimentaria. Esto se debe a que la soya debe expandirse sobre áreas con terrenos fértiles y mayor humedad. En este marco, en Bolivia, se ha procedido al despojo de tierras a productores para la expansión de la frontera agrícola soyera, siendo el caso más representativo el de la región de Guarayos.

En el proceso mismo de la producción de soya se presenta el fenómeno de la presencia de traba-jadores sin contratos laborales, aún cuando, se requieren muy pocos trabajadores permanentes para el cultivo de este producto. Por otra parte, los productores están sometidos a duros présta-mos de insumos por parte de las casas comerciales o empresas transformadoras de la produc-ción. Sin embargo, esta última situación se realiza sobre productores que tienen ingresos muy por encima del promedio normal para un agricultor rural y están muy lejos de ser considerados campesinos pobres.

Pese a todo, esto crea un escenario latente de violación de Derechos Humanos en situaciones bastante específicas y en muchos casos circunscrita a familias concretas, que sin embargo, por el poco desarrollo en la producción de los agrocombustibles todavía no se ha traducido en un es-cenario de violación masiva a los mismos en grandes grupos poblacionales.

5.3.1 Explotación en el trabajo de la zafra

En el Departamento de Santa Cruz, una gran parte de los trabajadores locales son campesinos desplazados por productores agrícolas comerciales, otra parte proviene de familias que llegaron en los años 60, 70 y 80 como zafreros de otros lugares y se asentaron en áreas rurales y semi-ur-banas de Santa Cruz, otra gran parte son trabajadores parientes o conocidos de los colonos an-tiguos y, finalmente, migrantes de otros departamentos del país.

De acuerdo a LABOR/AOS (2001), en las décadas de 1970 y 1980, el número de trabajadores que llegaba a las plantaciones de caña y de algodón en Santa Cruz era de 70.000 a 80.000 personas. Esta cifra ha disminuido drásticamente debido a la mecanización de la producción agrícola y a la disminución de la siembra de algodón. El año 2004 había 16.000 zafreros de los cuales 14.000 eran migrantes y 2.000 trabajadores locales. A esta fecha, los zafreros y sus familias acompañan-tes procedían entre un 60% a 65% de los mismos departamentos productores de caña y el res-tante 35% al 40% procedían fundamentalmente de los departamentos de Potosí y Chuquisaca (Shadai y Dockweller, 2005).

Estas últimas son en general familias que migran temporalmente de comunidades ubicadas en las zonas andinas, áridas, frías y poco productivas de los departamentos de Potosí, Chuquisaca y de Tarija, que se dedican a la agricultura de subsistencia, y donde su mayor fuente de ingresos


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es la venta de mano de obra. De acuerdo a Dávalos (2002) el cambio radical de las condiciones de su hábitat habitual se convierte en el primer reto que enfrentan las familias zafreras, ya que al proceder de zonas altas con clima seco y frío, no están aclimatadas a altas temperaturas, la hu-medad, los cambios violentos de clima y la agresividad del clima tropical.

En la década de 1980, las condiciones de trabajo de los zafreros eran extremadamente duras (Zarzycki, 1985). Las viviendas de los campamentos que acogían a los zafreros y sus familias y que son proporcionadas por los propietarios cañeros, estaban construidas de manera precaria con materiales del lugar: techo de palmera, paredes de barro y piso de tierra. Asimismo, se carac-terizaban por su alto grado de hacinamiento.

La jornada de los zafreros se inicia temprano en la mañana y termina al final de la tarde. Cada zafrero corta entre dos a tres toneladas diarias, dependiendo de la calidad de la caña (producti-vidad). En la zafra existe una marcada división del trabajo, por la cual los varones adultos son zafreros y cortadores de caña, mientras que los niños, niñas y adolescentes, junto a las mujeres adultas, se ocupan de amontonar, pelar y, en menor proporción, cortar la caña, por lo que son considerados ayudantes bajo el apelativo de “cuartas”33. Por otra parte, están las niñas y mujeres adultas que se dedican a las labores de casa en forma exclusiva o combinándolas con las activi-dades en la zafra34 (Olave, 2003).

Actualmente se dice que más de un 50% de la producción de la caña de azúcar está mecanizada, por lo que no se necesita de muchos trabajadores temporales o zafreros, hecho que ha dismi-nuido la violación a los Derechos Humanos en esta región. Además, se manifiesta que el hecho de que éste ya no sea un tema tan publicitado se debe al hecho de que la Federación de Zafreros está copada por los contratistas o quienes se encargan de contratar a la mano de obra en la zafra y no por los propios zafreros35. Sin embargo, donde aún subsiste el trabajo temporal la situación de los zafreros es todavía precaria.

5.3.2 despojo o desalojo de tierras

Desde el año 1996, se desarrolla en el área rural del país el saneamiento de tierras para la regularización de los derechos propietarios. Este proceso se inició en el marco de la Ley Nº 1715 del Servicio Nacional de Reforma Agraria (conocida como ley INRA) y continúa con la Ley Nº 3545 de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria.

33 El apelativo de «cuartas» encubre una realidad de explotación que es ocultada tanto por los empresarios cañeros como por los contratistas, e incluso por los propios padres. Las mujeres, niños, niñas y adolescentes en general no contraen ningún tipo de contrato, por tanto no se les provee de equipos de seguridad, ni son tomados en cuenta para ningún beneficio social.

34 Los contratistas señalan que no contratan “menores” para las actividades de la cosecha, y los padres se reconocen a ellos mismos como zaferos y a sus hijos tan solo como ayudantes. Una ayuda sin la cual, los trabajadores adultos verían afectada gravemente su productividad, no alcanzaría a cumplir con el cupo asignado y lo que ganase tan solo le permitiría cubrir los gastos de alimentación de la familia durante la estadía en el campamento zafrero.

35 Entrevista a Gustavo Urquizu, PROBIOMA. Santa Cruz, 12 de marzo de 2010.


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La Ley Nº 1715 fue concebida bajo dos corrientes, la liberal y la social. La primera estuvo impul-sada desde organismos internacionales, como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, planteaba la apertura del mercado de tierras, la creación de un ente regulador sobre el mercado de tierras, el restablecimiento del catastro rural y la seguridad jurídica que permita garantizar la compra y venta de tierras. La segunda fue impulsada desde las organizaciones indí-gena-campesinas y planteaba la redistribución de la tierra para los que no la tienen o la poseen insuficientemente, la reversión de los latifundios que no cumplían la Función Económico Social y el reconocimiento de los derechos indígenas y campesinos en las Tierras Comunitarias de Ori-gen (TCO) (Pacheco y Rivero, 2009).

En el período que va de 1996 a 2005 el INRA se parcializó con los productores agropecuarios y ganaderos de mediana y gran escala y empresarios forestales, manipulando el proceso de sanea-miento a través de artimañas técnicas y jurídicas, situación por la que enfrentaron una fuerte re-sistencia de parte de las comunidades campesinas, originarias y pueblos indígenas36. Aunque al-gunos lograron titular con enormes dificultades sus tierras y territorios otros terminaron en peor situación que antes.

En el oriente del país, este proceso se caracterizó por la existencia de problemas asociados a la presencia de una multiplicidad de actores intentando controlar la mayor cantidad posible de tie-rras y bosques, a la presencia de derechos de propiedad sobrepuestos en el ámbito local y a las disputas entre los actores por mantener el control de estos recursos. Como consecuencia, se pre-sentaron conflictos entre medianas y grandes propiedades agrícolas y ganaderas y empresarios forestales con comunidades campesinas y pueblos indígenas.

Tomando en cuenta el proceso desordenado bajo el cual se ha realizado el proceso de sanea-miento de la propiedad agraria, en la práctica se ha desarrollado en las áreas de expansión de la frontera agrícola para la soya un avance de los productores sobre los bosques públicos y sobre aquellos de las poblaciones indígenas locales o de productores de pequeña escala. Por otra parte, en este proceso han quedado desprotegidas algunas comunidades originarias y “cambas” oriun-das del lugar (sin pertenencia a un grupo indígena mayor).

Tomando en cuenta que en el proceso de saneamiento cada quien reclama la mayor cantidad de tierras posibles, a algunas familias y comunidades les ha sido difícil consolidar derechos pro-pietarios sobre sus tierras y bosques, las mismas que fueron consideradas como tierras fiscales o entregadas a otros propietarios más influyentes. Es el caso particular de la comunidad San Juan de la Cruz (cerca a San Julián, Departamento de Santa Cruz), que al no adscribirse a ninguna TCO no ha podido legalizar sus derechos propietarios sobre las tierras que antiguamente po-

36 Esto llevó a la existencia de un conjunto de problemas en la implementación del saneamiento de la propiedad agraria, pudiéndose destacar entre los más importantes los siguientes: tardanza y denuncias de corrupción, alta burocracia y procedimientos operativo-técnicos complejos, poca incorporación de avances tecnológicos, alto costo, ausencia de recursos financieros y poca voluntad de los ejecutivos del INRA para cumplir con los planes, programas y disposiciones técnicas del saneamiento. Los resultados logrados en el saneamiento, que se inició el año de 1996, son limitados, aunque con importantes cambios en la nueva gestión de gobierno, lo que implica que éste es todavía un proceso en curso.


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seían y que fueron consideradas tierras fiscales, y como tal, estaban siendo sujetos de avasalla-miento tanto por parte de los colonizadores como de los empresarios. Pese a que resulta muy difícil cuantificar cuál es la dimensión de este fenómeno en las áreas productoras de soya y caña de azúcar, se puede deducir, sin embargo, que existen casos específicos y puntuales.

5.3.3 trabajadores sin contratos laborales

La producción de soya es una actividad que en su mayoría se desarrolla de forma mecanizada, sin embargo, también requiere, aunque en poca cantidad, de trabajadores temporales asalaria-dos. La mayoría de estos trabajadores no tiene formalizados sus contratos laborales, por lo mis-mo, es de suponer, que no reciben los beneficios que legalmente les corresponde.

La Constitución Política del Estado en su artículo 398 ha establecido lo siguiente: “se prohíbe el latifundio y la doble titulación por ser contrarios al interés colectivo y al desarrollo del país. Se entiende por latifundio a la tenencia improductiva de la tierra; la tierra que no cumpla la fun-ción económica social; la explotación de la tierra que aplica un sistema de servidumbre, semies-clavitud o esclavitud en la relación laboral o la propiedad que sobrepasa la superficie máxima zonificada establecida en la Ley. En ningún caso la superficie máxima podrá exceder las cinco mil hectáreas”(Bolivia, 2009a). Esta disposición y anteriores han creado conflictos para propietarios agropecuarios con trabajadores temporales o permanentes.

El Viceministerio de Tierras elaboró la Norma Servidumbral que define esclavitud, trabajo for-zoso y forma análogos (Resolución Biministerial 005/2007 y el Decreto Supremo Nº 29802 de 18 de Noviembre de 2008). De acuerdo a la Asociación Nacional de Productores de Oleagino-sas (ANAPO), en ambos instrumentos el Gobierno redefinió conceptos como esclavitud y servi-dumbre estableciendo arbitrariedades como que el padrinazgo (entre empleador y empleado) sería considerado como causal de servidumbre (Asturizaga, 2010).

Con el propósito de evaluar las consecuencias de la aplicación de esta norma, ANAPO realizó una encuesta entre sus afiliados. Los principales resultados son los siguientes: “a) los asociados cumplen con el pago de un salario por encima del mínimo nacional, pero en su mayoría no tie-nen contrato escrito; b) el 70% que pagaba por encima del mínimo nacional no contaba con recibos o planillas de pago; c) muchos eran padrinos de sus trabajadores o familiares de éstos; d) por inexistencia de oficinas de la Caja Nacional de Salud, o AFPs en el área rural, se veían im-pedidos de registrar a sus trabajadores; e) un porcentaje tiene trabajadores que no cuentan con cédula de identidad; y f) sólo uno de los encuestados no perdería su tierra por aplicación de la Norma Servidumbral, porque no tiene trabajadores dependientes” (Asturizaga, 2010).

De acuerdo a ANAPO ellos cumplen las normas laborales y si existen imposibilidades para su cumplimiento se debe a la ausencia efectiva del Estado en el área rural. De este modo, ANAPO y el Gobierno Nacional lograron concertar ajustes a la norma de tal modo de separar la esclavitud y servidumbre de los incumplimientos laborales. De este modo, la falta de cédula de identidad del trabajador, el no registro ante la Caja Nacional de Salud o AFP o la inexistencia de contrato escrito dejaron de ser causales de reversión, como se estableció en el nuevo Decreto Supremo Nº 0388 del 23 de Diciembre del año 2009.


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En el marco de este contexto de presión hacia los productores soyeros, los asesores jurídicos de ANAPO han elaborado 13 Consejos para el productor (como recomendaciones para aquellos que tienen más de las 50 hectáreas) de acuerdo al siguiente detalle: “1) regístrese como emplea-dor ante la Dirección del Trabajo; 2) registre a sus trabajadores ante la Caja Nacional de Salud y AFPs; 3) suscriba siempre contratos de trabajo por escrito, no se confíe de los verbales; 4) es-tablezca obligaciones claras al trabajador, a través del Contrato de Trabajo o un Reglamento In-terno; 5) tenga constancia escrita de cada pago; 6) pague siempre un salario igual o superior al mínimo nacional; 7) evite hacer préstamos de dinero a sus trabajadores; 8) evite contratar traba-jadores con familia, porque el gobierno puede pensar que trabaja todo el grupo familiar y que sólo paga al jefe de familia; 9) cuando llame la atención a un trabajador hágalo por escrito y con conocimiento de la autoridad administrativa laboral más cercana a su predio; 10) no contrate trabajadores sin cédula de identidad; 11) si tiene trabajadores con familia, prohíba que la mujer e hijos colaboren, porque pueden exigirle sueldo, o denunciarlo por trabajo infantil; 12) si du-rante las vacaciones el trabajador no quiere salir del predio, que lo declare por escrito para que funcionarios del Gobierno, no intenten demostrar vulneración del derecho de locomoción del trabajador; y 13) ante cualquier inspección del INRA, o de la Dirección del Trabajo, contáctese con su institución ANAPO” (Asturizaga, 2010).

De este modo, los productores soyeros han resuelto parcialmente los problemas derivados de la aplicación de la normativa agraria, aunque tienen todavía dificultades en lo que se refiere al re-lacionamiento con sus trabajadores.

5.3.4 duros préstamos a agricultores soyeros

Algunos de los productores de soya reciben préstamos por parte de las empresas de procesa-miento y transformación de la soya. Estas empresas tienen un comportamiento abusivo a tiem-po de realizar los contratos con los productores para obligar a que aquellos cumplan con los pa-gos a los que se están comprometiendo, precautelando los adelantos que la empresa les otorga ya sea en insumos, alquiler de maquinarias y/o compra de semillas, entre otros, que en muchos casos, comprenden sumas bastante elevadas.

Las empresas, por lo mismo, tratan de minimizar al máximo sus riesgos en estos préstamos que son adelantados a los productores. De este modo, las empresas han optado por realizar con los productores contratos de compra y venta de los bienes hipotecados, de tal modo que si no se les paga a tiempo, estas empresas cuentan con la documentación legal que les otorga los derechos propietarios sobre los bienes puestos en garantía.

Resulta difícil dimensionar el número y tipo de productores que reciben este tipo de préstamos de las empresas, aunque se puede asumir que es número importante debido al elevado capital que implica la siembra de la soya. Sin embargo, como se ha mencionado anteriormente, la ma-yor parte de estos productores no pertenecen a un estrato de campesinos pobres, ya que estos agricultores, por concepto de la producción de soya y otros productos, pueden generar ingresos muy por encima del promedio nacional.


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5.4 potenciales violaciones a DerecHos HuManos vinculaDos a agrocoMbustibles

Un porcentaje de la producción de soya y caña de azúcar en Bolivia está dirigido a la producción de agrocombustibles en mercados externos, sin embargo, la ausencia de una política guberna-mental que apoye a los mismos ha limitado fuertemente su desarrollo, aunque recientemente se observan mayores iniciativas vinculadas al incremento del cultivo de la caña de azúcar para la producción de bioetanol.

Estas iniciativas abren una situación donde el Estado Plurinacional de Bolivia debe aplicar el principio de precaución, debiendo precautelar ante todo los Derechos Humanos y la vida digna de sus habitantes. El incremento de las superficies de cultivo de caña de azúcar va a tener efectos sobre la sustitución de cultivos para la seguridad alimentaria lo que a su vez tendrá incidencia en el incremento de algunos precios y disponibilidad de alimentos de la canasta familiar en algunas Este impacto dependerá de la magnitud de superficie que pueda incorporarse a la producción de bioetanol para la comercialización en mercados externos, que, sin embargo, puede abarcar va-rios departamentos del país. Es posible también que este fenómeno absorba a los actuales pro-ductores rurales (pequeños y medianos) y desplace a los más pobres. Es de esperar que en estas regiones se presenten las características de violación a los Derechos Humanos que ya han sido registrada en otras parte del mundo con relación a la producción de agrocombustibles.

Tomando en cuenta que en Bolivia no existen restricciones a esta producción, la misma puede ampliarse de manera alarmante en los próximos años con efectos imprevisibles para la pobla-ción rural y periurbana pobre. Es posible que esto no tenga grandes impactos ambientales sobre la deforestación, en tanto que la expansión de este producto se dará sobre superficies actualmen-te de orientación agropecuaria pero sí otros relacionados con el uso de agroquímicos y fertilizan-tes que dañan la tierra y contaminan el agua.

La ampliación en la producción de soya para su transformación en biodiesel tiene consecuencias de otra naturaleza con relación a la violación de Derechos Humanos, aunque como el anterior, son procesos que se caracterizan por la tendencia hacia el monocultivo por lo que desplazan a lo productores rurales más pobres y absorben a los que tienen mayores capacidades. Asimismo, se caracteriza por absorber trabajadores rurales en poca cantidad muchas veces emparentados con los productores rurales aunque sin ninguna garantía jurídica y en condiciones poco dignas.

La expansión de la frontera de producción de soya se caracteriza por tener efectos devastadores sobre los recursos forestales, en tanto que la mayor parte de las veces se extiende sobre bosques naturales a través de prácticas de deforestación, con fuertes impactos en los ecosistemas natura-les, transformando paisajes a áreas de monocultivo. Sin embargo, no tiene impactos fuertes so-bre el incremento de los alimentos en tanto que no necesariamente compite con tierras dedica-das a la producción de alimentos sino con recursos forestales.

Una legalización de los agrocombustibles generaría un impulso inusitado en la producción de agrocombustibles que desataría procesos de violación a los Derechos Humanos a diferentes es-calas, en el marco de las características señaladas anteriormente. Es de suponer que esto provo-


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caría los impactos negativos detectados en otros países donde los agrocombustibles ya son una realidad. Bolivia no presenta condiciones particulares que eviten que esto suceda. Más al con-trario, es posible que la producción de agrocombustibles pueda incluso ser más devastadora en el país que en otros países del continente y del mundo, en tanto que los índices de pobreza son mayores en nuestro país que en el resto, ya que está comprobado que los más pobres son los más afectados por la producción de agrocombustibles. Por otra parte, están los procesos de ausencia de información, poco desarrollo y distorsiones en mercados, ausencia de oportunidades de tra-bajo en áreas urbanas y escasez de servicios y vulnerabilidades estructurales relacionadas con la presencia de graves índices de desnutrición en la población rural.


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6Conclusiones

Bolivia no ha ingresado a la producción de agrocombustibles debido fundamentalmente a la oposición del Gobierno Nacional, ya que se supone que esto podría ocasionar la reducción de superficies de cultivo destinadas a alimentar a la población, con implicaciones adicionales en la expansión de la deforestación y problemas sociales vinculados a la violación de los Derechos Humanos, entre los aspectos más importantes. Para contrarrestar esta opinión negativa, los pro-motores de los agrocombustibles en Bolivia, el sector agroempresarial, viene desarrollando un discurso positivo que se basa en los beneficios económicos de una producción sostenible de los agrocombustibles, que además supondría el no incremento de la frontera agrícola, la no com-petencia con las superficies de cultivo de alimentos y su desarrollo con una alta responsabilidad social y ambiental.

Bolivia se ha caracterizado en los últimos años por el incremento constante en la producción de caña de azúcar y soya, la misma que está dirigida a satisfacer el mercado interno y cubrir las de-mandas de exportación. Los mercados internacionales, sin embargo, son abastecidos de forma importante con productos que se presume están dirigidos a su transformación en agrocombus-tibles: alcohol anhidro y aceite crudo de soya. Por lo que, de cierta forma, la producción de soya y caña de azúcar boliviana estaría actualmente orientada a cubrir la demanda de los mercados internacionales de agrocombustibles, aunque en una dimensión difícil de calcular.

En Bolivia, la producción de agrocombustibles no es competitiva, debido a la puesta en marcha de una matriz energética que prioriza la producción e importación, cuando es necesario, de die-sel oil y gasolina, antes que la sustitución de la demanda importada de combustibles con bio-diesel y bioetanol, así como por la puesta en marcha de un esquema de subvención al precio del diesel oil. Es imposible para los productores de biodiesel ser competitivos en este escenario adverso. La producción de agrocombustibles en Bolivia supondría, por lo tanto, cambiar el en-foque de la matriz energética del país, transfiriendo las inversiones y subvenciones para la pro-ducción e importación de diesel oil y gasolina hacia los agrocombustibles.

Por lo mismo, la viabilidad de la producción de los agrocombustibles en Bolivia tiene que ver con aspectos legales y económicos, en tanto que los empresarios agrícolas esperan contar con una norma que garantice sus inversiones en el tiempo y porque las decisiones sobre participar o no en la producción de agrocombustibles tienen que ver con la rentabilidad que ello implica. A la fecha los empresarios agrícolas han identificado que el negocio más rentable en el escenario


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mundial es producir caña de azúcar para su exportación como alcohol anhidro, así como la ex-portación de aceite crudo para su empleo tanto en aceite vegetal como en biodiesel, de acuerdo al comportamiento del mercado internacional.

Bolivia es un país que tiene una importante capacidad productiva para lograr su seguridad ali-mentaria, con excepción del trigo, aunque existen algunos alimentos que se importan con regu-laridad. Este balance se ve deteriorado cuando se presentan fenómenos climatológicos. En un esquema de mezcla de biodiesel con diesel oil (al 20%) se estima que no existirían problemas en el abastecimiento del mercado interno con la actual superficie de cultivo de soya. Con rela-ción al bioetanol, una potencial mezcla de alcohol anhidro con gasolina (al 10%) requeriría un incremento significativo de la superficie de cultivo y ocasionaría el desabastecimiento de azúcar. Asimismo, implicaría la sustitución de importantes áreas de cultivo destinadas a la seguridad ali-mentaria por el monocultivo de la caña de azúcar.

Por último, este documento ha analizado el hecho de la potencial violación a los derechos hu-manos en un escenario de producción de agrocombustibles. Se deduce que entre los potenciales problemas se encontrará el desalojo de la población local de sus tierras, existencia de trabaja-dores sin contratos laborales, explotación en el trabajo de la zafra y duros préstamos a los agri-cultores. De estos, el problema principal sin lugar a dudas se debe a la ausencia de adecuadas condiciones laborales en zafra. Los otros problemas son más puntuales y se considera que no se pueden universalizar a un amplio sector poblacional. Por lo mismo, en Bolivia no estamos sien-do afectados con las violaciones a los derechos humanos que se presentan en situaciones donde la producción de agrocombustibles es ya una realidad.

El escenario mundial de producción de agrocombustibles en Bolivia, puede provocar una rápida expansión de la superficie de cultivos de caña de azúcar para la transformación de alcohol an-hidro para la exportación, produciendo un típico escenario de violación de derechos humanos vinculados este fenómeno, reduciéndose áreas destinadas a la producción de alimentos, incre-mentándose los precios de los alimentos y desarrollándose otro tipo de efectos sobre el despla-zamiento de trabajadores rurales, deterioro de condiciones de vida de la población local y ago-tamiento de los recursos naturales.

La crisis del déficit de azúcar presentada en el país el año 2010 es una señal de la cada vez mayor dificultad del gobierno nacional de controlar los mercados internos y las tendencias de los pro-ductores de orientar su producción hacia los mercados externos atraídos por los altos costos del azúcar y alcohol.


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