África Subsahariana

19
ÁFRICA SUBSAHARIANA: AÑO I DESPUÉS DE CHITA Antonio Rubio, marzo 2011 INTRODUCCIÓN El 24 de diciembre de 2011 murió –puede que por segunda vez- la mona Chita. No puedo alegrarme de la muerte de un chimpancé, pobre animal, pero sí de la muerte de un símbolo. Y es que el África Subsahariana, el África Negra de las huchitas del Domund, la de aquél negrito de la Canción del Cola-Cao, la de Los Conguitos, la del explorador o el misionero en la olla, ha sido y es en el imaginario colectivo occidental el lugar donde vivía Tarzán, el hombre blanco poderoso y dominador de los otros hombres, de los animales y del medio. Basta escuchar a Sarkozy en su ya tristemente famoso discurso de 2007 para darse cuenta de los poco que ha cambiado la idea: “El drama de África es que los africanos nunca ha entrado en la historia. El campesino africano, que durante miles de años, vive con las estaciones del año, cuyo ideal de vida es estar en armonía con la naturaleza, no conoce más que el eterno ciclo de tiempo marcado por la interminable repetición de los mismos gestos y las mismas palabras. En este mundo imaginario donde todo empieza siempre, no hay lugar para la aventura humana o para la idea de progreso. En este universo donde la naturaleza lo controla todo, el hombre se escapa de la angustia de la historia que el hombre moderno agarra pero permanece inmóvil en medio de un orden inmutable, donde todo está escrito de antemano. Nunca se precipita en el futuro. Nunca se llega a la idea de la repetición de inventar un destino. El problema de África está aquí. El desafío para África es entrar más en la historia. Es para sacar de él la energía, fuerza, deseo, voluntad de escuchar a su propia historia.” Discurso pronunciado por Nicolas Sarkozy, Presidente de la República Francesa, 26 de julio de 2007 en la Universidad Cheikh Anta Diop, Dakar, Senegal. El discurso completo aquí Esta visión del África Subsahariana (ASS) se complementa con otras percepciones del subcontinente que 1

description

Año I después de Chita

Transcript of África Subsahariana

Page 1: África Subsahariana

ÁFRICA SUBSAHARIANA: AÑO I DESPUÉS DE CHITAAntonio Rubio, marzo 2011

INTRODUCCIÓN

El 24 de diciembre de 2011 murió –puede que por segunda vez- la mona Chita. No puedo alegrarme de la muerte de un chimpancé, pobre animal, pero sí de la muerte de un símbolo. Y es que el África Subsahariana, el África Negra de las huchitas del Domund, la de aquél negrito de la Canción del Cola-Cao, la de Los Conguitos, la del explorador o el misionero en la olla, ha sido y es en el imaginario colectivo occidental el lugar donde vivía Tarzán, el hombre blanco poderoso y dominador de los otros hombres, de los animales y del medio. Basta escuchar a Sarkozy en su ya tristemente famoso discurso de 2007 para darse cuenta de los poco que ha cambiado la idea:

“El drama de África es que los africanos nunca ha entrado en la historia.   El campesino africano, que durante miles de años, vive con las estaciones del año, cuyo ideal de vida es estar en armonía con la naturaleza, no conoce más que el eterno ciclo de tiempo marcado por la interminable repetición de los mismos gestos y las mismas palabras.

En este mundo imaginario donde todo empieza siempre, no hay lugar para la aventura humana o para la idea de progreso.

En este universo donde la naturaleza lo controla todo, el hombre se escapa de la angustia de la historia que el hombre moderno agarra pero permanece inmóvil en medio de un orden inmutable, donde todo está escrito de antemano.

Nunca se precipita en el futuro. Nunca se llega a la idea de la repetición de inventar un destino. El problema de África está aquí. El desafío para África es entrar más en la historia. Es para sacar de él la energía, fuerza, deseo, voluntad de escuchar a su propia historia.”

Discurso pronunciado por Nicolas Sarkozy, Presidente de la República Francesa, 26 de julio de 2007 en la Universidad Cheikh Anta Diop, Dakar, Senegal.

El discurso completo aquí

Esta visión del África Subsahariana (ASS) se complementa con otras percepciones del subcontinente que flaco favor hacen a su desarrollo. Leamos por ejemplo las palabras de Javier Reverte en el epílogo de su libro El sueño de África (Alianza Editorial, Madrid, 1998):

“África, la mortalidad infantil once veces más alta que en Europa. África, una esperanza media de vida que no pasa de los cincuenta años. África, la superpoblación, la pobreza, el hambre, la incultura, la corrupción política, las epidemias, la explotación incontrolada, las drogas, los refugiados, la bancarrota, la sequía y la guerra. África, sin otra esperanza que el humanitarismo. África, las dictaduras asesinas y las democracias pervertidas. África, sin universo moral propio, destruido sistemáticamente por los europeos desde hace más de cuatrocientos años. África, el Tercer Mundo del Tercer Mundo. […] África, el horror del alma humana en el espejo.”

1

Page 2: África Subsahariana

Las palabras de Reverte son toda una lección del llamado Afropesimismo que impregna la mentalidad occidental y, lo que es peor, ha calado muy profundamente en el corazón de muchos africanos provocando la pérdida de su autoestima como seres humanos que terminan creyéndose incapaces de solucionar sus problemas si no es con la ayuda de Occidente. El fracaso de la intelectualidad africana, deslumbrada también en muchas ocasiones por el espejismo occidental, tampoco ayuda. Pero las visiones deformadas no acaban aquí. Existe también una mentalidad paternalista, caritativa, que hace de la erótica de la solidaridad su centro y que en poco contribuye a solucionar los problemas. En muchos casos, por el contrario, más bien ayuda a mantenerlos. En estas mentalidades, los africanos son seres irresponsables incapaces de cuidar de sus hijos o de trabajar para su desarrollo. Menos mal que aquí está el hombre blanco, el hombre occidental trabajador y responsable que vendrá a sacarlos del atolladero. Existe en todo este constructo una raíz de neocolonialismo mental que subyace peligrosamente oculta bajo un neocolonialismo económico que ya no se disimula por considerarlo, desde un punto de vista exclusivamente neoliberal, la única y justificada opción posible. Las palabras del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación al describir el objetivo del "Plan África" del Estado Español (2009-2012), son muy claras: “Reforzar y diversificar los intercambios económicos, así como fomentar las inversiones, sin olvidar la creciente importancia estratégica de la región subsahariana, y en particular el Golfo de Guinea, para nuestra seguridad energética y las oportunidades de negocio en el sector de hidrocarburos para las empresas españolas”. Para otros, el ASS y sus hambrunas constituye una especie de campo de exterminio desde donde seres salvajes desesperados amenazan con invadir Occidente. De ahí a las posturas xenófobas, a considerar estas regiones como una especie de cáncer de la Humanidad que hay que extirpar, hay un paso. Un paso muy corto. Si a eso añadimos la errónea interpretación darwinista que considera natural el predominio del fuerte sobre el débil, ya tenemos el escenario perfecto para la justificación de ese neocolonialismo del que antes hablaba. No obstante, como veremos al final de este trabajo, hay lugar para la esperanza. No para la falsa esperanza de los Mundiales de Fútbol (lo siento mucho Señorita Shakira, pero esto no es África) o la perspectiva economicista neoliberal de este artículo sino para esa “otra África posible” que espera el Foro Social Africano. Llama la atención, en cualquiera de los casos, la tendencia homogeneizadora de todas estas visiones. Desde una mentalidad europeísta histórica y culturalmente unificada, se interpreta el ASS como un único territorio administrativo también homogéneo. Pero el subcontinente posee una enorme diversidad (étnica, lingüística, política, religiosa, climática, etc…) y cada región, cada pueblo, tiene sus propios problemas y sus necesidades. Si en un solo país pueden convivir numerosas etnias, qué no será en el conjunto de los 45 estados que se incluyen en la región. No se pueden proponer medidas de desarrollo generalistas porque, en cada país, la situación es distinta. No se puede interpretar la realidad socioeconómica bajo un único modelo explicativo porque existen multitud de contextos en ocasiones contrarios. “África no es un país” como se nos advierte desde este blog. Salvando esta enorme diversificación ambiental y humana, en este trabajo sobre la región del África Subsahariana se exponen en primer lugar LOS DATOS ( del medio ambiente y de los medios social, humano y económico) y en segundo un análisis de LAS PERSPECTIVAS para un futuro.

2

Page 3: África Subsahariana

LOS DATOS

SITUACIÓN AMBIENTAL

Este es el mapa de los Puntos Calientes del Cambio Ambiental (Environmental Change Hotspots) ofrecido por UNEP en base a las detecciones de Google Earth (28 de febrero de 2012):

Habida cuenta de la diversidad climática de la Región del África Subsahariana, la distribución de las imágenes del deterioro a nivel mundial no puede ser más significativa. Hay problemas de sequía en las zonas desérticas de El Sahel septentrional, deforestación y pérdida de suelo en las sabanas de Kenia, pérdida de biodiversidad en el macizo Virunga de los gorilas en la niebla, contaminación petrolera en el Golfo de Guinea y lluvia ácida en los ecosistemas mediterráneos de Sudáfrica. Se da la circunstancia de que precisamente la región que menos ha contribuido al cambio climático es la que más sufre – y al parecer va a seguir sufriendo- las consecuencias de ese cambio y que es además la peor equipada para hacerle frente. Como nos muestra el Informe sobre Desarrollo Humano 2011 del PNUD, este año dedicado a la Sostenibilidad y a la Equidad, existe una fuerte correlación entre las emisiones de CO2 a la atmósfera y el valor del Índice de Desarrollo Humano (IDH) [Ver Fig.2.1 de la pag.28 de dicho Informe]. Ya veremos cómo el ASS mantiene los niveles más bajos del IDH del mundo y cómo la degradación ambiental y el cambio climático afectan a los entornos físicos y sociales, el conocimiento, los bienes y las conductas. En este sentido es significativo que Burundi ostenta el mínimo mundial de emisiones de CO2 per cápita (0,04 toneladas frente a las 53 de Qatar) siendo el país con la posición 185 de los 187 del IDH. O que en Burkina Faso, por ejemplo, el 92% de las personas económicamente activas depende directamente de los recursos naturales como medio de vida con sistemas de explotación rural que no provocan cambios sustanciales en el medio. Según el Informe sobre África del Panel Intergubernamental para el Cambio

3

Page 4: África Subsahariana

Climático en las Naciones Unidas, “El estado de Texas, con 23 millones de personas, emite más CO2 que los 720 millones del África Subsahariana”. También es el ASS el lugar donde las emisiones de partículas sólidas contaminantes ha disminuido más aceleradamente. Y ello no se debe a un control ambiental de las emisiones de la producción industrial, sino a un descenso en su actividad. Como consecuencia del cambio climático, precisamente los países más pobres han experimentado la mayor disminución de las precipitaciones anuales y el mayor incremento de su variabilidad. En el ASS las precipitaciones se ha reducido en 7mm (más del 7%) en los últimos años. De media, en los países más pobres y a nivel global, la disminución ha sido del 4% . También la variabilidad medida en volumen de agua caído ha variado mucho. Este hecho está provocando inundaciones no controladas en algunas zonas y/o periodos de sequía en otras. Con respecto a las inundaciones, su imprevisibilidad, unida a la falta de recursos materiales, técnicos o de formación, ha llevado a alrededor de 2,5 millones de personas del ASS a desplazarse entre los años 1960 y 2010. Según los datos, la región más afectada es la del África Austral. Para el intelectual mozambiqueño José Negrao, el problema de estos desplazamientos de refugiados ambientales sobrepasa los límites de la economía afectando al propio tejido social y cultural de las poblaciones afectadas. Las inundaciones provocan además los cambios en los regímenes hídricos y de embalse, la pérdida de suelo útil para la agricultura y la adaptación a otros medios de cultivo para los que la población no está preparada. Paradójicamente, junto a estas inundaciones algunas zonas están sufriendo periodos de graves sequías. Si partimos de la base de que en el ASS casi la mitad de los hogares (es decir, las mujeres y los niños) gasta más de 30 minutos diarios en la recogida de agua para el consumo humano, la higiene y el ganado; que se trata de regiones con un alto porcentaje de suelo agrícola y que algunas zonas son especialmente vulnerables ante la desertización, deforestación y la pérdida de suelo fértil por erosión, el problema se amplifica. Hay que considerar que la sequía afecta a 20 países africanos sobre todo del ámbito subsahariano. Además, la degradación de los ecosistemas, su contaminación y la tendencia a la insalubridad del medio, unida a las débiles inversiones en infraestructuras y escasas o nulas políticas de saneamiento (solo en 13 países de la zona está legalizado el derecho al agua), hacen que gran parte de la población tenga acceso a un agua poco o nada depurada. Cuando abordemos los problemas sanitarios debidos al deterioro del ambiente volveremos sobre el tema. De nuevo aquí la diversidad y la paradoja: en otras regiones, sobre todo del África Occidental y Central, el problema de la escasez de agua es mínimo, pero según la FAO en El estado de los recursos de tierras y aguas del mundo para la alimentación y la agricultura de 2011, inversores extranjeros están adquiriendo grandes extensiones de territorio – allí donde el agua no escasea – para la producción en monocultivo de materias primas destinadas a biocombustibles. De los 42 millones de hectáreas adquiridas para este fin en todo el mundo según datos de Banco Mundial, el 75% (32 millones) se corresponden con el ASS. La pérdida de suelo que afecta a los agricultores no solo se debe por tanto a causas ambientales sino que la propiedad de la tierra está cambiando de manos. Se sustituye el uso de las tierras de buena calidad con un potencial nutricional alto por otro uso económico cuyos beneficios no revierten en la población. Es el caso de los monocultivos de jatrofa en Mozambique, por ejemplo, planta no comestible cuya producción se destina a la fabricación de biodiesel. Los pequeños productores son los más vulnerables por su falta de recursos y formación y además son mucho menos tenidos en cuenta por las políticas agrícolas que benefician a los agricultores con tierras productivas y acceso al agua. En su informe, la

4

Page 5: África Subsahariana

FAO advierte de la necesidad de potenciar la agricultura de pequeña extensión tomando en cuenta que para el 2050 se estima un aumento en las necesidades nutricionales a nivel mundial de 70% debido al incremento general de la población. En la Región Subsahariana la estima es del 100% dadas las altas cifras de natalidad. Existe un estancamiento en las técnicas agrícolas por falta de modernización de las instalaciones y la ausencia de programas formativos para los agricultores. No obstante, aunque los datos apuntan a que las prácticas tradicionales pueden proteger los recursos naturales, a estos conocimientos se les suele restar importancia o simplemente se ignoran contribuyendo así a la desaparición de los saberes tradicionales. El calentamiento general del clima está aumentando la superficie cultivable en el hemisferio norte y disminuyendo la del sur. Los agricultores están obligados a aplicar prácticas insostenibles debido a las situaciones de pobreza, la falta de incentivos adecuados, la inseguridad de los derechos de tenencia de tierras y uso del agua, la falta de organizaciones locales y la ineficiencia de los servicios de apoyo (crédito y financiación rural, acceso a la tecnología…). El 22% de la población del ASS se asienta en tierras degradadas y se está produciendo un alarmante aumento de la deforestación. En la pasada Cumbre del Clima de Durban de finales de 2011 (COP 17) ya se advirtió que la explotación de los bosques a nivel mundial se está acrecentando con su consiguiente degradación. Las mayores pérdidas de masa forestal producidas entre 1990 y 2010 se están dando en América Latina, Caribe y África Subsahariana. Helen Gichochi, presidenta de la Fundación Vida Silvestre de África (AWF) advirtió en la citada Cumbre: “Las tasas de deforestación en África se están acelerando”. Estos sumideros de carbono protectores de la biodiversidad están siendo esquilmados por poblaciones que, empujadas por la pobreza, se adentran cada vez más en los bosques buscando un sustento que los cultivos ya inservibles (por erosión, contaminación, inundación, sequía…) ya no les ofrecen. No hay que olvidar tampoco que África es el mayor consumidor de biomasa como fuente de energía del mundo aunque la generación hidroeléctrica representa casi un 70% de la electricidad producida en ASS (excluida Sudáfrica que la obtiene de los combustibles fósiles). Por su parte, el aumento del nivel del mar, aunque se presenta con mayor impacto en el Pacífico y en Asia Oriental, está también afectando a regiones de tradición pesquera y a aldeas costeras cuyo modo de vida se ve alterado. En Ngomeni, un pueblo pescador a cien kilómetros de Mombasa, en Kenia, se han tenido que reconstruir ya varias veces las casas porque el nivel del mar sigue subiendo. Además las corrientes marinas se ven también afectadas por el calentamiento global: la corriente fría de Benguela, en las costas atlánticas de Sudáfrica, Namibia y Angola, otrora cargada de nutrientes y gran biodiversidad, está desplazándose hacia el Índico con consecuencias aún por determinar. La industria pesquera de la zona está desmantelándose por la escasez de recursos. La pesca artesanal tradicionalmente llevada a cabo por las comunidades autóctonas está a su vez siendo sustituida por industrias pesqueras extranjeras, sobre todo europeas. Más de la cuarta parte del pescado capturado por los pesqueros europeos procede de aguas no pertenecientes a la UE. España en este sentido es uno de los países que más colabora a esta pérdida de soberanía alimentaria. Considerando que unos 240 millones de personas del ASS están subnutridas (1000 millones en todo el mundo), la pérdida de recursos nutricionales no hace más que agravar el problema y las consecuencias a nivel social y humano son devastadoras. Sugiero en este punto la visualización del excelente documental La pesadilla de Darwin sobre los efectos de la globalización tomando como ejemplo la explotación industrial de la perca del Nilo que se está desarrollando en el lago Tanganica.

5

Page 6: África Subsahariana

SITUACIÓN HUMANA. SOCIEDAD Y ECONOMÍA

Dada la situación de deterioro ambiental vista anteriormente, no es de extrañar que la situación social y humana esté sufriendo también un declive. Es ya más que sabido que el entorno natural es un elemento más del sistema general de relaciones y que las perturbaciones de ese medio afectan directamente al resto de los elementos, es decir, a los entornos social y económico. Ya comentamos la fuerte correlación entre la contaminación atmosférica, por ejemplo, y el desarrollo de las sociedades. Desde este punto de vista, es interesante mencionar la llamada curva ambiental de Kuznets que demuestra precisamente esa relación entre desarrollo y calidad ambiental. Se trata de una curva en forma de U invertida, similar a la gráfica de distribución normal de Gauss, que muestra cómo los niveles de degradación ambiental empeoran hasta que se alcanza cierto nivel de desarrollo. A partir de ese momento, la curva comienza a descender. Evidentemente todos deseamos un entorno limpio y un medio natural “amable”, pero solo se trabaja en reducir los impactos negativos sobre el medio cuando la situación económica adquiere estabilidad y se tienen cubiertas las necesidades básicas de alimentación, sanidad, educación, etc. En este sentido se observa cómo en los países del norte la curva está en claro descenso ( lo que indica medidas de protección y conservación del medio) pero en los países del sur, y fundamentalmente en el África Subsahariana, la gráfica aún tiene tendencia ascendente. Hasta que no se consiga un nivel de desarrollo adecuado, la solución de los problemas medioambientales estará relegada a un segundo plano. Desde un enfoque sistémico, este planteamiento es erróneo. No se tiene en cuenta que para conseguir un correcto desarrollo es necesario la conservación del medio; que se trata de un mecanismo de retroalimentación negativo, homeostático, en el que causa-efecto se alternan. Conseguir cierto nivel de desarrollo y esperar que la conservación ambiental venga dada por él es un planteamiento claramente equivocado salvo que estemos identificando desarrollo solo con uno de sus elementos: el crecimiento económico. Para un auténtico desarrollo habría que trabajar simultáneamente en dos frentes distintos: la pobreza y el deterioro ambiental. Pero volvamos a los datos. Según el Informe sobre el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del PNUD de 2011, de los 187 países que componen el total, 45 se corresponden con un IDH bajo (en las posiciones del 142 al 187 de la tabla). De esos 45, 34 son del África Subsahariana ocupando además las últimas posiciones del ranking. Con IDH medio aparecen 9 países subsaharianos y con IDH alto 2: Seychelles en la posición 52 y Mauricio en la 77. La República Democrática del Congo es el país con el valor de IDH más bajo (0,286, posición 187) y Noruega el de valor más alto (0,943, posición 1). España por su parte aparece en el lugar 23 con un valor de IDH de 0,878. De los 34 países subsaharianos adscritos a los valores de IDH bajo, 18 han descendido en el último año y 3 han mantenido su posición. En el resto, 13, el valor de IDH se ha incrementado levemente. Por otra parte, desde un punto de vista general, la Región del África Subsahariana es la única a nivel mundial cuyo valor de IDH no llega al 0,5 (0,463) seguida muy de cerca por el Asia meridional con un global de 0,548. También es la región con mayores desigualdades entre sus países con respecto a los valores de IDH. En el Índice de Estados Fallidos 2011 publicado por Foreing Policy y Fondo por la Paz, 29 de los 60 países reseñados son del ámbito subsahariano y 12 de ellos ocupan las posiciones más críticas. Este Índice recoge valores socioeconómicos que inciden

6

Page 7: África Subsahariana

directamente en la gestión política de sus territorios como las presiones demográficas, los índices de desplazados y refugiados, el estado de los derechos humanos, los servicios públicos, la deslegitimación del Estado, etc… La inestabilidad política y el gran número de casos de corrupción y olvido de los derechos humanos en muchos gobiernos provoca desigualdades cada vez más acusadas entre las clases dirigentes y el resto de la población. El Informe 2011 del Observatorio para la Protección de los Defensores de los Derechos Humanos vincula la preocupación por los levantamientos en los países árabes desde finales de 2010 a un incremento en los casos de represión y violación de los derechos humanos. “Las autoridades de muchos países introdujeron restricciones cada vez mayores a la libertad de expresión y de reunión pacífica”. El número de golpes de estado indica la debilidad de sus políticas. Los enfrentamientos bélicos intra e internacionales parecen no tener fin. Muchas veces esta lucha política se alienta desde los intereses económicos de multinacionales extranjeras explotadoras de los recursos. Probablemente el caso más sangrante es la explotación de coltan que tiene sumida a la República Democrática del Congo en un conflicto “enquistado” donde los muertos se cuentan por centenares de miles mientras la comunidad internacional mira hacia otro lado. Tremendo documento francés en este video. La consecuencia directa de esta inestabilidad política y los conflictos armados es el desplazamiento de masas de población y la aparición por todo el ASS de campos de refugiados. La desestructuración social que ello supone no tiene fácil solución. Por supuesto, estos campos se establecen en los lugares ambientalmente más degradados o escasos en recursos. Las hambrunas, los graves problemas sanitarios y la falta de infraestructuras o recursos agrícolas o ganaderos, cuando no la propia persecución política o militar, amplifican la gravedad de los problemas. Los presupuestos generales de muchos estados, ya escasos de por sí, se invierten más en mantener ejércitos y sistemas de defensa que en el propio desarrollo del país. En la actualidad muchos de estos países poseen ejércitos numerosos y bien equipados, mucho más desarrollados que sus propias necesidades de defensa, mientras la población civil pasa hambre. En el Informe sobre la Población 2011 de la ONU se señala que la población africana está creciendo a razón de un 2,3% anual. (Asia crece al 1%). Esta explosión demográfica no sustentada en medidas sanitarias, educativas… está aumentando el número de personas en estado de necesidad. La esperanza de vida tiene una diferencia general de unos 20 años con respecto a los países ricos y crecen los niveles de mortalidad en niños menores de 5 años. La mujer es la gran perdedora al ser con su trabajo el soporte de millones de familias en toda África; sufre, además junto a los niños, las consecuencias de una sanidad deficiente. No hay que olvidar que el fenómeno de la superpoblación está directamente relacionado con la escasez de recursos. La Ecología nos enseña que las variaciones poblacionales dependen de la capacidad de carga y las condiciones del medio. En un medio hostil, con dificultades para obtener recursos, las especies tienden a tener muchos descendientes (estrategia reproductiva de la r) con el fin instintivo de que alguno sobreviva. A medida que el medio se dulcifica y se reduce la dificultad para obtener recursos, estas mismas especies adoptan otra estrategia reproductora (la de la k) teniendo menos descendientes pero cuidándolos más para asegurar su supervivencia. Contrastando los índices de natalidad de los países del norte y del sur, se comprueba este hecho. Lo interesante es la convicción de que en los países del África Subsahariana no son pobres porque son muchos, como nos hacen creer las políticas neoliberales sino que son muchos porque son pobres. Debemos eliminar la pobreza para conseguir

7

Page 8: África Subsahariana

una regulación de la población. Aunque ahora lo urgente es salvar vidas y mejorar las condiciones sanitarias y sociales, la solución a más largo plazo sería la eliminación de las carencias. Con respecto al índice de pobreza multidimensional que contempla no solo el nivel de vida de la población (el PIB básicamente) sino también otras dimensiones del bienestar no referidas a ingresos (salud, educación, privaciones ambientales) el ASS se encuentra, de nuevo, entre las regiones más desfavorecidas del mundo. Con respecto por ejemplo a las privaciones medioambientales (acceso al agua potable, saneamiento y falta de combustible), en el ASS el 99% de los pobres multidimensionales se ve afectado por al menos una y un 60% por las tres. Muchos de los países de la zona poseen un porcentaje de población en situación de pobreza extrema que supera el 50%. Unos 300 millones de personas viven con menos de un euro al día. En Níger, donde el 59,9% de la población se sitúa bajo la línea de pobreza (menos de 1,25 dólares/día), se considera que está en situación extrema el 81,8%. La pobreza incrementa la falta de equidad y limita el empoderamiento de la mujer. En estas sociedades rurales, las mujeres han sido y son en un alto porcentaje el soporte sobre el que se ha estructurado la sociedad. Ellas son las encargadas del trabajo agrícola, de la alimentación familiar, del cuidado de los niños y no menos importante de la transmisión de saberes. Aunque existe una tendencia alcista al empoderamiento de la mujer y cada vez es mayor su importancia en la toma de decisiones, aún hay mucho por hacer. Por ejemplo, el acceso a la atención de salud reproductora ha mejorado en la mayoría de las regiones y se va haciendo frecuente la aparición de sistemas de microcréditos para mujeres que van saneando situaciones muy desfavorables, pero la velocidad del cambio todavía es demasiado lenta habida cuenta de que se parte de niveles muy bajos. Los problemas de salud asociados a la situación de pobreza y deterioro medioambiental son tal vez la característica más destacada –y más terrible- del ASS. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la Región es la que más se aleja del cumplimiento de los Objetivos del Milenio relacionados con la sanidad (“Reducción de la mortalidad infantil, Mejora de la salud materna y Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades”: objetivos 4º, 5º y 6º). La esperanza de vida al nacer ha aumentado globalmente en las últimas décadas pero en muchos países del ASS ha sufrido un retroceso. Lo más significativo es que se amplían las distancias. En el ASS la esperanza de vida actualmente es más baja de lo que era hace treinta años. La irrupción de la pandemia de SIDA es en parte responsable, pero no hay que olvidar que para la OMS, el 28% de las enfermedades son atribuibles a un entorno degradado. En algunos países subsaharianos la tasa de infección por VIH afecta a más de un 30% de la población y, aunque parece que los incrementos de infectados se han estabilizado, aún se estima que hay unos tres millones de personas enfermas en la zona. Para toda África, el porcentaje de fallecidos por VIH/SIDA se corresponde con el 76% de las muertes a nivel mundial. A pesar de los avances, según AMREF, “solo el 30% de las mujeres africanas infectadas recibieron medicamentos antirretrovirales para reducir la transmisión de la madre al niño durante el embarazo, el parto y la lactancia”. A nivel mundial, aproximadamente el 90% de los niños infectados son subsaharianos. La mortalidad infantil debida a ésta y otras causas ha disminuido también en los últimos años gracias a políticas educativas y sanitarias acertadas (aumentó por ejemplo el uso de anticonceptivos externos) pero sigue ofreciendo datos escalofriantes (y vergonzosos para nosotros los ricos). Los índices de mortalidad infantil son uno de los mejores indicadores de los niveles sanitarios de un país o región. En África, más de la mitad de las muertes está

8

Page 9: África Subsahariana

relacionada con la malnutrición y de ellas, también la mitad son causadas por unas pocas enfermedades: infecciones respiratorias, diarreas, malaria, SIDA y sarampión. La malaria mata un millón de personas al año y el 90% en el África Subsahariana. Se calcula que cada 40 segundos muere una persona por malaria y el 95% son niños menores de 5 años que, junto a mujeres embarazadas constituyen la población más vulnerable. La neumonía y las diarreas siguen matando alrededor de 3,5 millones de niños menores de cinco años cada año; cada año, contraen el sarampión unos 30 millones de niños de los cuales medio millón morirá. (Disponemos de una vacuna eficaz contra el sarampión desde hace 40 años). La tasa de mortalidad materna en el ASS es de 900 por cada 100.000 niños nacidos (400 de media en todo el mundo), cifra que parece estar remitiendo muy poco a poco. La principal causa es la falta de atención prenatal y los partos domiciliarios sin atención sanitaria adecuada. Existe una estrecha correlación entre el personal sanitario –en número de personas dedicadas- y la probabilidad de supervivencia. En el ASS hay una escasez crítica de profesionales de la salud. Así, por ejemplo, en Uganda o Kenia existe un médico por cada 10.000 habitantes y en Tanzania ni siquiera se llega a esta cifra. La formación es fundamental y como apuntan los datos contribuye muy positivamente a las mejoras, pero existen bajísimos niveles educativos para toda la Región. La tasa de educación/alfabetización de adultos es del 61,1%; el índice de escolarización terciaria de un escaso 5,9%. Aunque en los últimos años la tasa de escolarización primaria ha aumentado hasta casi el 100%, el abandono escolar debido a las condiciones socioeconómicas es abrumador. Sin embargo, la relación entre educación y desarrollo no puede ser más clara. El problema es que la inversión en políticas educativas da sus frutos a medio y largo plazo y los esfuerzos económicos necesarios o bien no están al alcance de los gobiernos deficitarios o bien son “sacrificados” en aras de asegurar otras inversiones más urgentes o de resultados más visibles y rápidos. Desde otra óptica, el planteamiento de estas políticas educativas choca, además, con la propia diversidad étnica y cultural de muchos países. Unas medidas educativas generales dictadas desde el gobierno pueden ser útiles para algunos colectivos pero ineficaces para otros por no ajustarse a las necesidades de su realidad social. Y en el contexto de la educación, la formación de las mujeres ha demostrado ser un factor claramente beneficioso sobre las condiciones nutricionales, higiénicas y sanitarias de las pequeñas poblaciones y por ende, de la conservación de niveles de salubridad en el medioambiente circundante. No obstante, también cabe señalar que en muchos entornos rurales del África Subsahariana, es más apreciado su trabajo diario en el mantenimiento del hogar que los supuestos beneficios que se obtienen de su formación. Piénsese que la formación contribuye al empoderamiento femenino y sobre él también existen ideas que tienden a considerarlo “peligroso”. Este hecho, unido a las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) de “aplicar una política monetaria más restrictiva”, está haciendo estancarse las inversiones en educación. La recesión económica que está sufriendo la Región tiene como consecuencia la subida de los precios de los alimentos y los combustibles, el aumento de las tasas de desempleo por la paralización empresarial y la bajada de los precios de las materias primas para exportación. Según el FMI, estos parámetros conducirán a un aumento de la inflación y a un descenso del poder adquisitivo ya de por sí bajo. El colapso económico que se está viviendo en los países ricos y el descenso en las ayudas a la cooperación a él asociado, frenan los movimientos de recuperación

9

Page 10: África Subsahariana

económica de la última década sobre todo en los países de ingreso medio como Sudáfrica o los exportadores de petróleo como Guinea. En cualquier caso, una vez más existen enormes diferencias entre unos países y otros en lo que respecta a su velocidad de recuperación. Por otra parte, la recesión se sustenta en otros factores aparentemente externos a la economía. A modo de ejemplo, en el conjunto del África Subsahariana, la multiplicación de los casos de VIH/SIDA ha hecho disminuir el crecimiento económico entre un 2 y un 4%, pero la epidemia no se distribuye uniformemente sino que sus áreas de influencia son enormemente variables. El enorme peso de la deuda externa, dedicada ya a pagar los intereses de la propia deuda en lugar de la inversión en desarrollo, hace que los estados tengan que reducir gastos en los servicios públicos como la sanidad y la educación y la consecuencia es que la crisis económica continúa afectando sobre todo a los más pobres. El abandono del medio rural y la consiguiente pérdida de identidad cultural son consecuencias directas de esta recesión económica.

PERSPECTIVAS. EL RETO DEL FUTURO

El análisis de los datos no hace fácil hablar de perspectivas positivas sobre el futuro del África Subsahariana. Aunque parece estar dándose un incremento en los niveles de desarrollo, la sensación es que la lentitud de la recuperación será superada por la velocidad de aparición de problemas cada vez más acuciantes. Lo más probable es que la crisis del sistema capitalista que está viviendo Occidente termine por ralentizar aún más en los próximos años el despegue africano. Creo que la cuestión estriba en la orientación que le demos a ese despegue. Murió Chita, se fue Tarzán El colonizador y hoy más que nunca África depende de sí misma. Pero también hoy más que nunca África es la auténtica esperanza para el cambio hacia el desarrollo sostenible que deseamos. Sus tradicionales sistemas de apoyo familiar y comunitario; la juventud de su población y su necesidad de renovación, de abandono de la desesperanza; su diversidad étnica, religiosa y cultural, hacen de África una potencia mundial en los valores humanos. Si consiguiésemos mirar hacia ese lado humano en lugar de hacia el económico; si escuchásemos las voces de asociaciones como AMREF o la Fundación Annos; si tuviésemos el valor de aplicar las políticas de paz tantas veces promovidas desde la UNESCO; si apoyásemos la visión Panafricana que el Fondo Social Africano propone desde el lema “Otra África es posible”; si superásemos la deshumanización de los mercados capitalistas que consideran como única alternativa el turismo; si hiciésemos caso, en fin, a las miradas de tantos africanos y no a las carteras de unos pocos… probablemente el mundo cambiaría. Pero el cambio depende de TODOS nosotros. Cuando durante una entrevista le preguntaron a Gandhi: “¿Qué piensa usted de la civilización occidental?” Él solo respondió: “Sería una buena idea”. Sugiero aquí el documental de Daylimotion emitido por Tele-Sur África en busca de la esperanza.

10

Page 11: África Subsahariana

OTRAS REFERENCIAS Gonzalo Cabo, África Subsahariana, una verdad más que incómoda. Naider, 12.03.2007http://www.naider.com/ateneo/articulo_blog.asp?id=175

B. Osman-Elasha, Los impactos del cambio climático, la adaptación y los vínculos con el desarrollo sostenible en África. Depósitos de documentos de la FAO, 2008.http://www.fao.org/docrep/011/i0670s/i0670s03.htm

Óscar Escudero, 2009. Quitar la venda. Sobre el libro África más allá del espejo de Boris Diophttp://www.oozebap.org/text/libro_boris_diop.htm

Dídac P. Lagarriga, 2007. A propósito del libro Quién invade a quién. El Plan África y la inmigración, de Eduardo Romero.http://www.oozebap.org/text/plan_africa.htm

Eduardo Bidaurratzaga Aurre, 2007. Desarrollo humano en África Subsahariana: luces, sombras y perspectivas de la educación en la era de la globalización. UPV/EHU-Hegoa.www.hegoa.ehu.es/congreso/bilbo/komu/1.../7_Eduardo-Bidaur.pdf

Fondo Monetario Internacional, comunicado de prensa 2010.http://www.imf.org/external/spanish/np/sec/pr/2010/pr10164s.htm

Dídac P. Lagarriga, 2006. África, las ONG y la vulneración de la ética.www.oozebap.org/text/ ONG - etica - africa .htm

Center for International Forestry Research, 5.12.2011. La deforestación en África amenaza la capacidad de resistencia al cambio climático.http://blog.cifor.org/5783/nueva-ola-de-deforestacion-amenaza-la-capacidad-de-resistencia-de-africa-ante-el-cambio-climatico-dicen-expertos/#.T0uINIcVPGY

EFE. 11.12.2011. París habla de éxito en Durban.http://62.97.149.21/contenidos/noticias/paris-habla-de-exito-en-durban-porque-garantiza-la-continuidad-de-kioto

infoMED, 6.12.2010. África, agobio de dolencias asociadas al medio ambientehttp://boletinaldia.sld.cu/aldia/2010/12/06/africa-agobio-de-dolencias-asociadas-al-ambiente/

Veterinarios Sin Fronteras. Campaña “Paren, aquí vive gente” 2011.http://www.aquivivegente.org/component/search/?searchword=africa+subsahariana&ordering=&searchphrase=all

FAO. 2009. Foro de Expertos de Alto Nivel. Informe Cómo alimentar al mundo 2050.http://www.fao.org/news/story/es/item/35803/icode/

11

Page 12: África Subsahariana

Fundación Seminario de Investigación para la Paz. 2011. África Subsahariana, continente ignorado. Colección “Actas”,79http://www.seipaz.org/documentos/79.AFRICA_SUBSAHARIANA.pdf

Pambazuka News. Noticias africanas.http://www.pambazuka.org/en/

Jean Arsene Yiao,2009. África, entre mitos y realidad. http://www.slideshare.net/jujogarcia/mitos-y-realidad-de-frica

ATTAC TV. Documentales. Otra televisión es posible.http://www.attac.tv/category/documentales

Anay Cano y Suyeni Díaz (CEPRID), 2010. Crisis ambiental y cambio climático en África.http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article993

12