Adoremos el Metal No.29

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Revista de heavy metal

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Durante nuestro andar, solemos encontrarnos con personas que almacenan una asombrosa cantidad de datos, fechas y nombres. Pueden conocer casi cualquier banda, músico, canción o disco.

Esto puede ser interesante e incluso admirable. Sin embargo, cuando se vuelve un vehículo para acrecentar el ego, se transforma en una triste debilidad de la personalidad.

Creerse superior por tener más datos en la cabeza está lejos de ser “más metalero”. Olvidan que lo importante no es saber todo sobre alguna banda, sino disfrutar su música. No hay que preocuparse por no conocer una gran cantidad de bandas.

Nadie está obligado a conocer todo, pero sí a disfrutar los sonidos para que el tiempo tenga un mejor sabor.

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Plan para exterminar

Heavys

Durante el segundo lustro de los ochentas, surgió una ola de pánico hacia todo lo que tenía que ver con el Heavy Metal. Las personas aún tragaban con más facilidad los discursos manipuladoramente morales y religiosos de aquella época. El mundo ya comenzaba a pudrirse; digamos que eran los primeros signos del horroroso cáncer actual. En ese orden de ideas, el Heavy Metal fue tachado de ser un provocador de violencia en los jóvenes de aquel entonces. Muchos movimientos intentaron frenarlo, uno de ellos, fue el método de Greg Bodenhamer. Su técnica era simple: ejercer un control total de los padres hacia los hijos. Comenzó a usarse el término en inglés de: “de-metalize”, que en un español (muy liberal) podríamos traducir como: “desmetalizar”; es decir, hacer por cualquier medio que a los jóvenes ya no les guste el Metal. Para este señor, era necesario desmetalizar a la juventud pues creía que el Heavy Metal los volvía locos.

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Plan para exterminar

Heavys

Durante el segundo lustro de los ochentas, surgió una ola de pánico hacia todo lo que tenía que ver con el Heavy Metal. Las personas aún tragaban con más facilidad los discursos manipuladoramente morales y religiosos de aquella época. El mundo ya comenzaba a pudrirse; digamos que eran los primeros signos del horroroso cáncer actual. En ese orden de ideas, el Heavy Metal fue tachado de ser un provocador de violencia en los jóvenes de aquel entonces. Muchos movimientos intentaron frenarlo, uno de ellos, fue el método de Greg Bodenhamer. Su técnica era simple: ejercer un control total de los padres hacia los hijos. Comenzó a usarse el término en inglés de: “de-metalize”, que en un español (muy liberal) podríamos traducir como: “desmetalizar”; es decir, hacer por cualquier medio que a los jóvenes ya no les guste el Metal. Para este señor, era necesario desmetalizar a la juventud pues creía que el Heavy Metal los volvía locos.

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Adoremos el Metal > Plam para exterminar heavys

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Me encontré con un artículo fechado el domingo 19 de mayo de 1985 publicado en un diario de San Francisco. Se titula: Is it time to consider ‘de-punking and demetalizing’ some teens? Nue-vamente, si usamos un español poco ortodoxo, podríamos trai-cionar este título como: ¿Es momento de pensar en depunkear y desmetalizar a algunos adolescentes?. El artículo menciona una conferencia ocurrida en Pasadena, California donde varias personas hablaron acerca del supuesto efecto dañino del Heavy Metal y el punk en los jóvenes. A esa reunión fue Bodenhamer, quien muestra algunos casos de agresión en los que, según él, la música fue quien tuvo la culpa.

A continuación podrán encontrar un extracto de dicho artículo:

Se ven a sí mismos viviendo al límite con una ira desa-fiante. Los punks, rockeros e incluso los más agresivos, los metaleros, se crecen en sus ajustados pantalones negros de piel, con botas y guantes del mismo color, a veces adornados con cade-nas y picos.

Bailan con frenesí y adoran la ira tanto de la música como de los músicos de

tales bandas como: Suicidal Tendences, Septic Death, Nazi Punks, Slayer, Sex Gang Children y SocialDestruction.

Drogas, abuso de alcohol, imprudencia sexual, rituales satánicos, comportamien-tos indignantes y rebelión contra todas las formas de autoridad social son parte de esta cultura.

Para los extremistas, eso es una automutilación; como tatuarse caras felices en sus brazos con encendedores y ponerse lemas crudos en su ropa y brazos.

¿Es el punk y Heavy Metal una moda pasajera para la mayoría de los adolescentes? ¿Sólo una generación mostrando su antiapatía juvenil al sis-tema?

Plan para exterminar heavys

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Plam para exterminar heavys < Adoremos el Metal

¿O es un peligro para la sociedad que debe ser de-tenido a través de varias técnicas para desmetalizar y de-punkear, tal y como algunos miembros de la comunidad psiquiátrica lo recomiendan ahora?

La idea de que una pequeña parte de los fanáticos al punk y Heavy Metal se está saliendo de control va en ascenso. La expresión de su fe nihilista los lleva a cortes juveniles, hospitales men-tales y hasta a los cemente-rios. Se cree que deberían ser desmetalizados o depunkeados antes de que sea muy tarde.

Más de 150 padres de fa-milia, profesores, oficiales de policía y psiquiatras or-ganizaron una conferencia en Pasadena a principios de este mes (mayo de 1985) para discutir los potenciales

daños de la cultura punk y del Heavy Metal.

Se estudió de pies a cabeza toda la parafernalia del punk y Heavy Metal. En ella se contaron escalofriantes historias como la de un metalero de 15 años que destruyó los muebles de su hogar y golpeó a su madre en el rostro.

Un video llamado: Picos y estoperoles, también fue proyectado en donde se vio a mujeres arrancándose la ropa y ofreciendo sus cuer-pos a los músicos.

Con el nombre de: Sonido y Furia, esta conferencia (una de las primeras dedicadas al fenómeno del punk y Heavy Metal) fue auspiciado por el Centro de Entrenamiento de Vuelta al Control (Back in Control Trainin Center), fundado hace poco por

dos oficiales del Condado de Orange para orientar a los padres sobre cómo ser firmes con sus hijos.

Para los directores del cen-tro, Greg Bodenhamer y Darlyne Pettiniccio, el punk y Heavy Metal (en especial el segundo) son el enemigo público #1.

Sostienen que hay un vín-culo directo entre la música agresiva y el estilo de vida de los adolescentes suicidas, el homicidio y la auto muti-lación.

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Adoremos el Metal > Reseña

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ReseÑa: UndeR the GRey BanneR

Salió el nuevo disco de Dragonland. Muchos esperaban el nuevo trabajo de los suecos; una banda muy bien recordada por su disco Astronomy (2006), el que antecede a esta nueva entrega.

Desde antes se dijo que el disco sería la tercera parte de Las Crónicas de Dragonland, una historia que comenzó hace diez años en los dos primeros discos de la banda.

El disco es una obra de típico Power Metal. Por típico, me refiero a gastado. Es decir, el doble bombo dota de un increíble poder y velocidad a las canciones, pero las guitarras simple-mente no existen mas que para hacer acordes y para

Under the Grey Ganner (2011)

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Reseña < Adoremos el Metal

que no se escuche sola-mente la percusión. Lo único que le da melodía a las canciones es la voz. Aunque tiene toques orquestales que hacen algunas partes más dramáticas y fuertes, sólo se limitan a elementos que no fueron llevados a su con-sumación.

A pesar de eso, el disco tiene buenos lapsos. Shadow of the Mithril Moun-tains y Fire and Brimstone son piezas que varios fanáti-cos de esta rama segura-mente disfrutarán. Aunque

en ocasiones padece de lo previamente mencionado, su línea vocal es muy buena y atrapante.

The Black Mare merece una mención a parte. Es quizá de las más logradas en el disco. Varía en ritmos y su coro es quizá de los que me-jor funcionan, muy a pesar de seguir la misma fórmula de todo el disco (es decir, cantar los coros de menos a más).

El disco, conforme transcurre, se vuelve cada

vez más pesado. En un principio puede causar en-tusiasmo, sin embargo las mismas canciones te hacen ir perdiendo el interés paulatinamente. Uno debe poner todos sus sentidos (y sobre todo su tiempo) para poder apreciar en su en-tereza este trabajo.

Under the Grey Banner está lejos de ser el mejor disco de Dragonland. No supera a Astronomy, que es, hasta ahora, quizá la mejor pieza que tengan. Las crónicas de Dragonland tampoco tienen su cúspide en esta tercera entrega; parece que se pre-ocupan más por crear un en-torno y describir los lugares donde se gesta la historia que contar la historia en sí.

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En 1984, salió un documen-tal que mostraba el día a día de una banda a la que le sucedían todo tipo de des-gracias. Tenían una especie de maldición, pues cada baterista que tocaba ahí ter-minaba muerto de la forma más bizarra; desde ahogado en su propio vómito hasta por combustión espontánea. Dentro de otras cosas miste-

riosas, está el hecho de que en uno de sus conciertos no lograban encontrar el esce-nario para ir a tocar y dieron vueltas durante mucho tiem-po sin hallarlo. Todo esto fue documentado en: This is Spinal Tap, una cinta dirigida por Rob Reiner.

Esta obra es un falso docu-mental, o como muchos prefieren llamarlo en inglés: mockumentary. Es decir, cuenta una historia irreal en un lenguaje de documental que nos hace preguntarnos si lo que vemos en realidad está sucediendo o es ac-tuado.

La banda protagonista de este film es Spinal Tap. Al principio pretendían ser sólo una parodia, pero con el tiempo fueron adquiriendo una presencia más real. Su primera aparición fue en 1979, en la cadena ABC para el episodio piloto de un programa titulado: The T.V. Show, donde Rob Reiner era el director. .

Está compuesta por tres miembros: David St. Hub-bins, Nigel Tufnel y Derek Smalls. Claro que estos nombres son falsos, los actores que los interpretan son: Michael McKean, Chris-topher Gest y Harry Shearer respectivamente. Lo intere-

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sante es que estos actores son gringos y la banda es británica, así que hacen uso de un acento inglés muy peculiar.

Vale la pena ver el docu-mental, no sólo por la his-toria sino por las canciones que en ella podemos encon-trar. Algunas de ellas son en verdad muy buenas, algunos ejemplos son: Tonight I’m

Gonna Rock You, Hell Hole o la mismísima Stonehenge.

De acuerdo a la historia, el documental fue hecho por Marty DiBergi, quien años atrás los escuchó en un bar que ya no existe más. Más tarde, después de varios discos grabados, decide buscarlos y ver qué están haciendo ahora. Se encuen-tra con que ya no son tan

populares como antes y es ahí cuando se desencadena la diversión.

Esta película no fue muy bien aceptada cuando fue lanzada. Sólo a través del tiempo se fue haciendo de seguidores y hoy en día es un trabajo que se debe ver. Varios músicos han visto la película y han reído pues se han visto a ellos mismos re-

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flejados en los músicos por todas las cosas que deben pasar a lo largo de una gira.

Como dato curioso, en un capítulo de Los Simpsons, cuando Bart y Milhouse van a su primer concierto, se trata de una presentación de Spinal Tap que por llevarse a cabo en un estadio de hockey.

Si quieren ver el documen-tal, la forma más recomendable es a través de cuevana. Es completa-mente gratuito y con una resolución más que aceptable además de estar subtitulada. El único proble-ma es que deberán descar-gar un plug in.

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Comprar o no copmprar?¿A qué lugar se dirige toda la industria de la música? En el caso más específico del Metal, ¿qué pasará con las nuevas bandas que están por venir?

Desde hace unos 10 años aproximadamente, las ventas han disminuido de forma sustancial. Ya todos preferimos descargar dis-cos por internet. ¿Cuántos están dispuestos a pagar hoy en día por un disco?

Estoy seguro que aún hay gente cuyo bolsillo se lo permite. Pero hay tantas cosas que giran alrededor de eso que no podemos adquirir una postura abso-luta y decir: “¡compremos discos para ayudar a las bandas!”. No, no seamos tan simples.

Vayamos a las raíces de todo. Quien hace música,

“Las bandas (y espe-cialmente los músicos) deben recordar que la música no debe ser dinero

lo hace porque disfruta hacerla. ¡No puede ser más sencillo! En algún punto del tiempo, la ava-ricia hizo que los músicos comenzaran a crear músi-ca como si fueran máqui-nas y así vendieran sus obras. Existen casos en donde las bandas se ven

obligadas a firmar contra-tos comprometiéndose con las disqueras a grabar más de 1 disco en un determi-nado periodo de tiempo.

¿Qué es lo que ocasiona esto? El problema es que, si la banda no tiene las su-ficientes canciones como

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para hacer más de un dis-co, entonces debe ponerse a producir industrialmente música. Los resultados son nefastos; canciones sin sentimiento, aburridas e incluso el fin de la banda son algunas de las conse-cuencias.

Las bandas (y especial-mente los músicos) deben recordar que la música no debe ser dinero. Lástima de aquellos que han ven-dido su alma a los billetes. Pocas son las bandas que pueden darse el lujo de seguir vendiendo abis-males cantidades de dis-cos, pero para las nuevas agrupaciones que apenas buscan un lugar entre los

gustos de los heavys, la tarea es a lo sumo difícil.

Todo depende lo que deseen las bandas. Si quieren dinero, fortuna y bienes materiales, sim-plemente no la tendrán porque la gente va a preferir escuchar su tra-bajo en internet que com-prarlo de una vez (porque existe el riesgo de que no les guste).

Si quieren ser conocidos y admirados a través de su música, es muy posible que lo consigan porque cualquier persona con acceso a internet los podrá escuchar y así correrá su música por muchas partes.

El fanático del Metal (mu-chas veces insultado con el nombre de: consumi-dor), es mucho más que el proveedor de dinero de los músicos. No sólo es el que se encarga de que las bandas se pudran en riqueza monetaria. Tam-bién es quien escucha la música, la absorbe e in-tenta disfrutar la vida con esos sonidos. Pensar que la industria de la música se va a acabar por culpa de aquellas personas que prefieren simplemente escuchar música y no comprar cualquier disco que salga al mercado, es haber perdido la razón de toda expresión humana

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Tyran Pace es una banda de Heavy Metal alemana nacida en los ochentas. La banda cuenta con 4 dis-cos, sin embargo el último no fue hecho por ningún miembro de los tres prim-eros. Simplemente el guitarrista Oliver Kaufman vendió los derechos del nombre a otros músicos.

Destaca esta banda por ser la primer agrupación de Ralph Scheepers, quien más tarde ayudaría en las voces a Helloween (en lo que encontraban un vocalista).

Tiempo después, cuando Kai Hansen deja Helloween, lo llama para ser las voces de la primer alineación de Gamma Ray.

Debido a lo difícil que era viajar a los ensayos, deja la banda e intenta audicio-nar para Judas Priest (cuando deja Halford la banda) pero no lo con-sigue (el puesto se lo que-da Owens), así que forma Primal Fear años después.

Escuchar a Tyran Pace es escuchar la razón de mu-chas canciones de Primal Fear. Hablamos de una banda veloz, dinámica y poderosa.

Debido a la época, podemos encontrar can-ciones casi hardrcokeras como: Come Get It, que en verdad los hacen merece-dores de un pedestal. Fueron menos de 5 años los que pudo trabajar la

banda. En ese lapso lan-zaron tres discos: Eye to Eye (1984), Long Live Metal (1985) y Watching You (1986).

Conozcan esta buena pieza de heavy alemán. Fueron muy pocos los que se pudieron de dar el lujo de cuativarse con esta banda cuando aún estaba activa. Hoy sólo podemos disfrutar el increíble legado que dejó.

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El Metal no tiene la culpaCreer que quien escucha Metal es una persona agresiva es un terrible error

A lo largo de estos dos años, se ha remarcado en esta revista la impor-tancia de la música en nuestra forma de concebir el mundo. En efecto, una de las características más interesantes de la música, y sobre todo del Metal, es su capacidad de formar-nos una visión del mundo e invitarnos a profundas reflexiones. En muchas ocasiones, la música se convierte en un refugio donde podemos resguardarnos de alguna realidad.

Conocido es por todos ustedes que las canciones suelen revitalizar el estado de ánimo de quien las es-cucha. Es esa cualidad estética la que nos permite encontrar gozo aun

cuando alguna pieza hable de cosas tristes. Usemos un caso próximo: Eagle Fly Free de Helloween. La canción habla de que la humanidad está com-pletamente desquiciada. A pesar de eso, es una de las canciones más aplau-didas de esta agrupación.

Podemos decir que la música (en especial el Metal) es un creador de felicidad y bienestar, porque aún en los mo-mentos difíciles puede

iluminar el camino. Sin embargo, ¿alguna vez han pensado si ocurre lo con-trario? Digamos que una persona emocionalmente inestable escucha alguna canción que hable de muerte y destrucción (que abundan por todos lados). ¿Debemos preocuparnos por el comportamiento que podría tener esa persona?

Se tiene la arcaica con-cepción de que los aficio-nados al Metal suelen ser personas agresivas porque

”Una persona no se construye sólo por la música que

escucha”

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la música es agresiva. Si tomamos en cuenta que la música nos puede enseñar a ver el mundo de determi-nada manera, entonces es muy posible que eso suce-da. Sin embargo no debe-mos conformarnos con una postura tan pronta; es necesario ir más allá. Una persona no se construye sólo por la música que escucha; entran en juego una infinidad de factores. Esos factores determinan, a su vez, la manera en la que el sujeto absorberá la música.

Si un individuo creció en un ambiente familiar muy caótico, es posible que encuentre en la música una excusa para actuar de

manera agresiva (sobre todo si las letras así se lo dicen). Por otro lado, puede ocurrir que la músi-ca le signifique un escape a la realidad y encuentre las fuerzas para seguir adelante. Pero eso no va a depender de la música por sí misma, sino de todo su entorno social (esto es: amigos, familiares, barrio, etcétera).

Creer que por escuchar Metal las personas se transforman en emisa-rios del mal, es caer en un generalizado error. No es sólo el Metal quien los conduce, sino el ambiente en el que desenvuelven sus vidas. Antes de criti-car este increíble estilo de

música (porque eso es: música), es conveniente analizar otros factores an-tes.

Un mundo en donde gente muere de hambre y otros desperdician comida; don-de las personas duermen en la calle y otros tienen 5 casas; donde se matan por no pertenecer al mismo país; donde el dinero es el amo que justifica cualquier decisión y donde la madre naturaleza se vuelve un estorbo, resultaría normal pensar que hay gente con problemas de carácter. No podemos culpar al Metal por aquellos que explotan ante un panorama tan desolador.