Adlan PraeviloCada vez que te sientes cerca a una fogata debes de tener una buena historia que contar para que el fuego sea feliz y nos acompañe toda la noche, esta es la mía:

Nací en una ciudad llamada “Corentor” al norte de aquí, ahí mi familia tenia una gran tienda donde ofrecían telas y alfombras traídas de todas partes, ahí mi familia vivía muy bien, yo nací ahí pero no disfrute nada de ella, los días en esa ciudad fueron hermosos para mi familia con la única excepción de los “Tarachon” una familia rival que hacía mucho tiempo atrás celaba la posición de mi familia, estos con ayuda del oro lograron adueñarse de la tienda de mi familia por un juicio trucado… mi padre dice que el clérigo encargado de dictar sentencia estaba comprado… algún día descubriré la verdad, bueno así de fácil perdieron la casa y la tienda y no les quedo de otra que viajar.

Con el tiempo llegamos a la ciudad costera de “Anátaron” bello pueblo mecido por el sonido de las olas y con la sal que agradaba tanto a mi madre, ahí crecí yo y mis hermanos, el mi menor nació ahí como trato de que triunfaríamos otra vez, mis hermanos son realmente únicos, “Epic” el mayor siempre fue raro, no jugaba con otros niños ni se peleaba con ellos, por el contrario pasaba sus días en el mercado viendo a los magos ir y venir ayudándoles a cargar sus cosas mientras averiguaba sobre cómo hacer volar una taza o chamuscar una vela con fuego que no ardía, bueno con el tiempo creció y fue enviado a una escuela de magia, a mí también me enviaron a una pero esas cosas no son para mí, mi hermano menor “Pacu” se quedo encargado de la tienda de la familia y yo… bueno serví mucho tiempo a un gran “cazador de hombres” llamado “Rovertilio” un señor entre los grandes capas de atrapar hasta al más fiero de entre todos los delincuentes que se atrevían a dejarse ver y que tuvieran una buena cantidad sobre sus cabezas, ahora le debo mucho, el me saco de esa escuela donde solo leía cosas que ni me interesaban y repetía palabras sin sentido, en casa todo lo que mi abuelo decía se cumplía pero esa vez no, el vino, “Rovetilio” llego al pórtico de mi casa a pedirme como ayudante, eso me dijeron, se imagina yo ayudante de ¡“Rovertilio”! no lo podía creer, de pequeño era mi héroe, una vez logra atrapar a un orco que avía masacrado a toda una familia sin ensuciarse apenas de sangre, yo vi como las aplasto con su maza y “Rovertilio” lo avía atrapado, ese orco era capaz de matarte de un golpe…

Bueno me estoy distrayendo el vino y un día sin más me saco de la escuela y me llego a su casa ahí aprendí el arte de la “caza de hombres” era como cazar animales solo que los animales no hablan ni te intentan mentir, ellos solo son animales pero los hombres mienten y suplican cuando saben que ya no pueden ocultarse por que el amigo, amante o familiar los ah vendido por el precio correcto.

E caminado y e visitado a mi familia y no tengo miedo de decir mi apellido ahí a donde voy porque el que se mete con mi familia se mete conmigo… además mi familia sabe cuidarse muy bien, han sobrevivido muy bien hasta ahora y seguirán hacia adelante mucho tiempo mas, ahora estoy solo andando por esta ciudad en búsqueda de alguna pobre alma que se haya perdido y no encuentre el camino a la cárcel así que “Thomas” no me hagas más difíciles las cosas y tírate al suelo con las manos extendidas…