Adivinanzas Refranes y Bombas

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ADIVINANZAS Un valiente domador que tiene la intrepidez de enseñar a la niñez. De celda en celda voy pero presa no estoy Cinco hermanos muy unidos que no se pueden mirar, cuando riñen aunque quieras no los puedes separar. Juegan en la cancha más altos que bajos; meten la pelota dentro de los aros Son mis colores tan brillantes que el cielo alegro en un instante. Soy una bola grandota, que gira constantemente, y que desea saber, dónde meter tanta gente. Si ya sabes quien soy yo eres muy inteligente. REFRANES Quien mucho abarca, poco aprieta A palabras necias, oídos sordos. Ojos que no ven, corazón que no siente. Al mal tiempo buena cara Hombre prevenido vale por dos

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ADIVINANZAS Un valiente domador que tiene la intrepidez de ensear a la niez.

REFRANESQuien mucho abarca, poco aprieta

De celda en celda voy pero presa no estoy

A palabras necias, odos sordos.

Cinco hermanos muy unidos que no se pueden mirar, cuando rien aunque quieras no los puedes separar.

Ojos que no ven, corazn que no siente.

Juegan en la cancha ms altos que bajos; meten la pelota dentro de los aros

Al mal tiempo buena cara

Son mis colores tan brillantes que el cielo alegro en un instante.

Soy una bola grandota, que gira constantemente, y que desea saber, dnde meter tanta gente. Si ya sabes quien soy yo eres muy inteligente.

Hombre prevenido vale por dos

BOMBASl Desde lejos he venido rodando como una tusa solo por venirte a ver nia ojitos de guatuza. Ella Si desde lejos llegaste a yo no me digas eso mejor and restregate esas costras del pescuezo.

Las mujeres de este tiempo son como el caf molido, apenas tienen quince aos ya quieren tener marido.

Los muchachos de este tiempo son como el caf tostado se la tiran de jailosos y andan todos acabados.

La mujer que ama a dos hombres no es tonta sino entendida si una vela se le apaga la otra ya est encendida.

Un hombre con dos mujeres de papo se pasa a veces no cumple con sus deberes y al final paga con creces.

Ayer me dijiste que hoy hoy me decs que maana, cuando me digas que s ya no voy a tener ganas.

Yo no te he dicho que s, indio curtido y mugroso; como bien lo ves a ti, no te quiero por piojoso.

Las muchachas de este tiempo son como los blancos quesos; pintaditas de la cara y chorreadas del pescuezo.

Los muchachos de este tiempo solo andan de aparentones con un arito en la oreja ms parecen maricones.