¡Adiós, Tortuga!Un cuento escrito por Rafael Ordóñez e ilustrado por David Sierra

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Tortuga abrió la ventana y dejó que entrara la luz del sol en casa. Vio como

las hojas de los árboles se movían suavemente.

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Entonces, pensó en Conejo y se acordó de lo mucho que le gustaban

las cometas a su amigo.

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Hacía un buen día para volar cometas, así que Tortuga decidió construir

una para Conejo.

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Pero, justo antes de terminar de montarla, pensó en cómo podría decorar

la cometa.

—¡Ya sé, dibujaré la cara de Conejo! ¡Seguro que se lleva una sorpresa!

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Cuando acabó la cometa, Tortuga recogió las pinturas y salió de casa

para buscar a Conejo.

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De pronto, vio a una tortuga gigante volar por encima de las copas

de los árboles. ¡Menudo susto! Aunque, después de mirarla durante un rato,

se dio cuenta de que la cara de la tortuga se parecía mucho a la suya…