Adiós al mercado tradicional?

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18 Consumidor ¿Adiós al mercado tradicional? Por José Armando Aguilar Los mercados populares, los tianguis y, de paso, las "tienditas de la esquina" manifiestan una clara tendencia a la baja en su número de clientes. Aquí una breve explicación de estos históricos lugares de consumo y un acercamiento al porqué hemos cambiado nuestros hábitos al comprar. ¿Cuál será el futuro de estos negocios? ¿De verdad están condenados a desaparecer? Hábitos de consumo

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18 Consumidor

¿Adiós al mercadotradicional?

Por José Armando Aguilar

Los mercados populares, los tianguisy, de paso, las "tienditas de la esquina"manifiestan una clara tendencia a la bajaen su número de clientes. Aquí una breveexplicación de estos históricos lugaresde consumo y un acercamiento al porquéhemos cambiado nuestros hábitos alcomprar. ¿Cuál será el futuro de estosnegocios? ¿De verdad están condenadosa desaparecer?

Hábitos de consumo

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En el transcurso de la historia denuestro país, por causas económicas,demográficas y de carácter histórico,la Ciudad de México ha tenido unconstante predominio comercial y deabasto alimentario sobre el resto de losestados. Esta capacidad concentradorade los alimentos se manifestó desdeépocas prehispánicas: la gran Tenoch-titlán disponía en el mercado deTlatelolco de pescado fresco del Gol-fo, de frutas y verduras tropicales deTierra Caliente, además de los granosde la zona centro.

Luego de la granTenochtitlánSi bien los mercados que hoyvisitamos no son una evolución lineal,sí derivan directamente de los tian-guis de la época prehispánica. Peroa la llegada de los españoles losnuevos comerciantes se establecieronen la plaza mayor y de ahí se disper-saron a otros rumbos, de tal maneraque el esplendoroso mercado deTlatelolco perdió importancia.

Al triunfo de la guerra de indepen-dencia, las haciendas se mantuvieroncomo la unidad económica funda-mental, ya que controlaban el abasto.Pero con la consumación de la inde-pendencia, nuestro país comenzó unproceso de desarrollo capitalista, loque contribuyó a que se expandieranlas relaciones de carácter comercialy mercantil.

"Durante el desarrollo del comercioen el porfiriato –comenta el antropó-logo Hugo Azpetia– se trabaja en laformación y consolidación de muchosde los mercados en todo el territorionacional, pero será en la Ciudadde México donde éstos habrán deflorecer". Quizá el mejor ejemplo seael de la Merced, que se construyóen 1883 y fue el núcleo comercial másimportante del país durante casiun siglo hasta que, debido a la satura-ción que presentaba, se inauguróen 1982 la nueva Central de Abastos.

Es durante el periodo de 1940 a 1970que los mercados, tal y como los cono-cemos hoy día, tuvieron un gran peso;

sin embargo, el arribo de los super-mercados, que se consolidan en lasdécadas de los años 70 y 80, habríade significar una importante compe-tencia y el comienzo del declivede los mercados tradicionales.

Supermercados al alzaSegún datos del Instituto Nacionalde Estadística, Geografía e Informática(INEGI) recabados en los censoseconómicos de 1988, en la Repúblicaexistían 5 mil 756 supermercadoso tiendas de autoservicio, mientras queentre mercados, tianguis y otras con-centraciones había cerca de 11 mil 832bajo el rubro de "comercios de alimen-tos al por menor".

Para los censos económicos del año2004 el número de supermercadosy tiendas de autoservicio aumentóa 23 mil 183. Aunque el INEGI carecede datos actualizados sobre el númerode mercados, es evidente que elincremento en la presencia de super-mercados resta espacio y presenciaa los mercados tradicionales.

Foto José Rodríguez

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Aun así, los mercados y los tianguiscontinúan siendo la opción favoritade muchos, sobre todo de los consu-midores con menos ingresos. Estesegmento de la población adquiere enlos mercados públicos el 48% de lasfrutas y hortalizas que consumena diario, 61% de las carnes y susderivados, 81% del pescado, casila mitad de huevos y grasas y 65%de los granos y legumbres, de acuerdocon el libro del investigador FelipeTorres Torres, Alimentación y abastoen la Ciudad de México y su zonametropolitana, publicado en 1999.

El Distrito Federal, citado comoejemplo debido a su destacado pre-dominio en el abasto alimentario,cuenta en la actualidad con 312mercados públicos, donde alrededorde dos millones de consumidoresacuden semanalmente, en tanto quese contabilizan 1,012 tianguis sema-nales (144 al día).

Para la antropóloga GuadalupeRodríguez es indudable que ha crecidoel impacto que los supermercadostienen en la cultura alimentariay sobre la salud de los distintossectores socioeconómicos y culturales

La (in)conveniencia de la tradiciónUn caso paralelo al de los mercados y los supermercados es el de las "tienditas de laesquina" que también libran una batalla contra su "Sansón", las tiendas de conveniencia.La proliferación de estas últimas en el país ha provocado una auténtica crisis en lastradicionales tiendas de barrio o colonia, tanto así que la Asociación Nacional de Aba-rrotes Mayorista (ANAM) pronostica que podrían desparecer en los próximos 10 años.En la actualidad, el número de tiendas de conveniencia (tipo Oxxo, 7-Eleven y Extra)establecidas a lo largo del territorio nacional es de más de 42 mil 600, con un crecimientoconstante de 16.8% del 2002 a 2005. Mientras, se calcula que existen 750 mil estableci-mientos del giro del abarrote (detallistas, medios mayoristas y mayoristas). Aun así, lacompetencia parece dispareja, si consideramos que por cada tienda de autoservicio quese instala se ven afectadas al menos 50 tienditas en un radio de cinco km. "El tiempoque duran las tiendas detallistas al tener grandes autoservicios alrededor es en promediode 2.2 años", señala Arturo Monroy, director general de la ANAM.El panorama de los dueños de las tradicionales tiendas luce poco halagador, ya que no cuentancon recursos para mejorar las condiciones de sus negocios y modernizarse. Para el director de laANAM, no hay otra solución que capacitar a fondo a los integrantes de los negocios familiaresdetallistas, para que este sector comercial no desaparezca: "Al carecer de información del mercado,precios, promociones y descuentos, les es más complicado desplazar sus productos entre el públicoconsumidor. Y si a eso le sumamos que existe una apertura desmedida de negocios de tiendas deconveniencia, pues la competencia se vuelve mucho más complicada".

de consumidores urbanos: "La rápidaurbanización, el crecimiento demográ-fico que ha experimentado nuestro paísen las últimas décadas, el incrementodel poder adquisitivo (del consumo delos mexicanos en grandes y medianasciudades, que se refleja en el creci-miento de la demanda de alimentos),así como los avances de la tecnologíay de las vías de comunicación, sonfactores que explican el crecimientoe impacto de los supermercados en elmedio urbano de nuestro país".

Los mercados actualesDiversas son las explicaciones quepermiten entender la rápida expansiónde los supermercados en México. Dadoel crecimiento constante de la urbani-zación, grupos de trabajadores (sobretodo de clase media y media alta)se han constituido como fuertesdemandantes de los alimentos masifi-cados, estandarizados y relativamentebaratos que ofertan los supermercados.

Y así, aunque parezca obvio señalarlo,el consumo –ya sea en un mercadoo en una tienda de autoservicio– estáligado a factores de ingreso y dehábitos de compra: "A mayor nivel

Fuente Asociación Nacional de Abarrotes Mayoristas

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ineficientes, fallas en la administracióncomercial, condiciones sanitariasinadecuadas y falta de crédito a losconsumidores, entre otros.

A decir de la antropóloga Guadalu-pe Rodríguez, la inclinación de nues-tros hábitos de compra hacia lossupermercados se explica, al menos demanera parcial, "debido a la acentua-ción de una demanda diversificada, lacual obedece a cambios en gustos, die-ta, concepción de salud y prácticasalimentarias de los consumidores.En algunos casos, por ejemplo, buscan-do ingerir lo que parece más ‘prácticoy sano’, la gente sustituye las aguasfrescas por refrescos, asumiendo conello la falta de higiene de las bebidastradicionales. Los consumidores optanpor aquellas mercancías que se ofrecenen los supermercados, en detrimentode los alimentos sin conservadores quevenden en tiendas de abarroteso tianguis".

Por otro lado, señala la doctoraRodríguez que la incorporaciónde la mujer al mercado laboralse acompaña de una tendencia acomprar comida preparada en los su-permercados. En otros casos, las fami-lias combinan la compra de alimentosfrescos en los tradicionales mercados,dejando para el supermercado la ad-quisición de productos enlatadosy artículos no perecederos.

Para los especialistas es relevanteel papel de los medios de comunicación,que impactan de manera importanteen las prácticas de consumo y dieta

de los compradores. Habrá alimentosque se anuncian en televisión, queel consumidor optará por adquirir en elsupermercado ya que éstos difícil-mente se encontrarán en los mercadostradicionales.

¿Desaparecerán?En el consumo de hoy, éste es eldiagnóstico de los expertos paranuestros "enfermos" mercados: enMéxico, comenta la antropóloga Gua-dalupe Rodríguez, los supermercadosno han logrado, ni lograrán, despla-zar del todo las formas de mercadeotradicional que distinguen a nuestropaís.

De manera similar, Felipe Torres To-rres afirma en su libro: "A pesar de sudisminución real en el abasto, el co-mercio tradicional siempre cumpliráuna función importante en las nece-sidades básicas".

Por último, el pronóstico del doctorHugo Azpeita es que los mercados:"no desaparecerán porque son indis-pensables, son un vehículo para elconsumo y la distribución de los pro-ductos alimenticios y de todo tipo".

¿Y usted, qué opina? ¿Han cambia-do sus preferencias de consumo delmercado tradicional y la tienditade la esquina al supermercado?

Fuentes Entrevistas con la doctora Guadalupe Rodríguez y el doctorHugo Azpeita, miembros del Centro de Investigaciones y Estudios

Superiores en Antropología e Historia • Alimentación y abasto en laCiudad de México y su zona Metropolitana, Felipe Torres Torres,

gobierno del Distrito Federal, 1999 • Historia verdadera de laconquista de la Nueva España, Bernal Díaz del Castillo, editorial

Porrúa, décimo octava edición, 1999 • Historia General de México,tomo 1, Daniel Cosío Villegas et al., Centro de Estudios Históricos del

Colegio de México, 1981 • Revista del Consumidor, agosto de 1994• Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática

Foto José Rodríguez

socioeconómico, las frecuenciasde compra crecen en autoservicios,clubes de precios y minisúpers;en tanto que a menor nivel socioeco-nómico aumenta la frecuencia decompras en tiendas de abarrotes,mercados sobre ruedas y tianguis",señala en su libro Felipe Torres Torres,miembro del Instituto de Investiga-ciones Económicas de la UNAM.

El porqué de esto es muy simple:las familias pobres, debido a sus limi-taciones de transporte (al no tenerauto) recorren una distancia de com-pra no mayor a 10 cuadras, donde porlo general existe un conjunto de pe-queños comercios tradicionales capa-ces de garantizarles las compras del día(porque no hay dinero para acumularuna buena despensa), mientras quelas clases media y alta compran mayorvolumen de productos y de formamás espaciada, y disponen de autopara realizar sus compras (una como-didad más que brinda el autoservicio,el esta-cionamiento).

Hacia el súperAhora bien, ya que conocemosel cliente objetivo de los actuales"templos" del consumo, vale la penapreguntarse: ¿a qué se deben loscambios en los hábitos de comprade los mexicanos?

Existen un sinnúmero de factoreseconómicos, sociales, culturales. Aquímencionamos algunos de ellos:

En las tiendas de autoservicioel horario de compra se ha extendidoa casi todo el día (en algunas épocashay servicio las 24 horas), y si estolo conjugamos con el nuevo rol de lamujer en la sociedad (cada vez menosson amas de casa por haberse incorpo-rado al mercado laboral), pues este tipode tiendas resultan una excelenteopción para realizar las compras haciael final del día y de la jornada laboral.Algo que los mercados no ofrecen.

Por otro lado, hay inconvenientesen los mercados tradicionales, porejemplo, casi el 100% de las comprasque se realizan en ellos son de bajovolumen, hay también escasa o nulapublicidad, prácticas comerciales