AD-0008/2011...9 2. Consumo de alcohol 2.1. Metabolismo del alcohol Cuando se consume una bebida...

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1. Conceptos generales 51.1. ¿Qué es el alcohol? 5

1.2. Definición y clasificación de bebidas alcohólicas 5

1.3. Concepto de grado alcohólico 6

1.4. La tasa de alcoholemia 7

2. Consumo de alcohol 92.1. Metabolismo del alcohol 9

2.2. Patrones de consumo en España 10

2.3. Clasificación de los consumos de alcohol 11

2.4. Tests de consumo de alcohol 13

3. Consecuencias del consumo no responsable de alcohol 15

3.1. Consecuencias inmediatas 15

3.2. Consecuencias a largo plazo del alcoholismo 17

3.3. Consecuencias sociales del alcoholismo 23

3.4. Consecuencias familiares 25

4. El alcoholismo 274.1. Tratamiento del alcoholismo 28

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1. Conceptos generalesEl consumo de bebidas alcohólicas es un hábito ampliamente extendi-do y culturalmente aceptado en la mayoría de las sociedades. De ahí la importancia de dar a conocer a la población las consecuencias del con-sumo no responsable de alcohol y así apoyar el consumo responsable o moderado.

1.1. ¿Qué es el alcohol?Cuando hablamos corrientemente de “alcohol”, nos referimos en con-creto a una molécula de la gran familia de los alcoholes, que es el eta-nol. El etanol es el alcohol puro más conocido por ser el contenido en las bebidas alcohólicas. Por ello, cuando hablemos de alcohol, por ser el término más extendido, nos estamos refiriendo al etanol.

El proceso por el que se obtiene el etanol, componente básico de las bebidas alcohólicas, es la fermentación anaeróbica (en ausencia de oxígeno) de los hidratos de carbono, proceso conocido como «fermen-tación alcohólica». Este proceso se lleva a cabo por la transformación del azúcar en etanol mediante la actuación de unas levaduras sobre ciertos frutos o granos, como la uva, la manzana, la cebada o el arroz.

1.2. Definición y clasificación de bebidas alcohólicas

Se entiende por bebida alcohólica aquella bebida en cuya composición está presente el etanol en forma natural o adquirida y cuya concentra-ción sea igual o superior al 1% de su volumen.

Existen dos tipos de bebidas alcohólicas: las fermentadas y las desti-ladas.

» Las bebidas fermentadas son las procedentes de frutas o de cereales que, por acción de ciertas sustancias microscópicas (levaduras), el azúcar que contienen se convierte en alcohol. Las bebidas fermen-tadas más comunes son el vino, la cerveza y la sidra.

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» Las bebidas destiladas se consiguen eliminando mediante calor, a tra-vés de la destilación, una parte del agua contenida en las bebidas fer-mentadas. El principio básico de esta acción reside en que el alcohol se evapora a 78 grados y el agua a 100 grados, por consiguiente tie-nen más alcohol que las bebidas fermentadas (entre 30-50 grados).

1.3. Concepto de grado alcohólico.La graduación alcohólica se expresa en grados y mide el contenido de alcohol absoluto en 100 cc, o sea, el porcentaje de alcohol que contiene una bebida; es decir, un vino que tenga 13 grados, significa que 13 cc de cada 100 cc son de alcohol puro, es decir, el 13%. Normalmente el grado alcohólico viene expresado en los envases como grados (º) o bien como porcentaje del volumen (vol%).

Para calcular el contenido en gramos de una bebida alcohólica basta con multiplicar los grados de la misma por la densidad del alcohol (0,8).

La fórmula sería la siguiente:

Gramos de alcohol = volumen (expresado en cc) x graduación x 0,8 100

Es decir, si una persona consume 100 cc de un vino de 10,5 grados, la cantidad de alcohol puro ingerida sería:

100 cc x 10,5 x 0,8 = 8,4 gr de alcohol puro100

La normativa de etiquetado, presentación y publicidad de los alimen-tos (Real Decreto 1334/1999, de 31 de julio) regula en España la comu-nicación del grado alcohólico de las bebidas.

A continuación vemos un ejemplo de cómo se indica el contenido de alcohol en la eti-queta de una bebida alcohólica:

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1.4. La tasa de alcoholemia.La tasa de alcoholemia es la concentración de alcohol en sangre o en aire expirado, esto es, la cantidad de gramos o miligramos que existen en un litro de sangre o de aire, respectivamente. La máxima concen-tración en sangre se alcanza entre los 30 y los 90 minutos después de haberse ingerido alcohol.

La tasa de alcoholemia que puede alcanzar una persona depende de una serie de variables como:

» La cantidad de alcohol ingerido: cuanto más se haya bebido, mayor será la cantidad de alcohol en sangre y en aire.

» El tipo de bebida que se consuma y la rapidez con que se ingiera.

» Si se ha comido o no.

» El peso de la persona: para una misma cantidad de alcohol ingerida, si el volumen del organismo en donde se ha de distribuir el alcohol es mayor, la concentración de alcohol alcanzada será menor.

» El sexo: dándose las mismas circunstancias, las mujeres tienen nive-les más elevados de alcohol que los hombres a igual peso corporal y cantidad de alcohol tomada (menor metabolismo del alcohol a nivel gástrico y menor proporción de agua en el organismo

» La edad: el consumo de alcohol suele afectar más a los menores de 25 años y a los mayores de 60.

La tasa máxima de alcoholemia permitida en la normativa de tráfico es la siguiente:

Conductor Tasa en Aire Tasa en Sangre

General 0,25 mg/l 0,5 g/l

Noverl 0,15 mg/l 0,3 g/l

Profesional 0,15 mg/l 0,3 g/l

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2. Consumo de alcohol

2.1. Metabolismo del alcoholCuando se consume una bebida alcohólica, pasa a lo largo del esófa-go, atraviesa el estómago y llega al intestino delgado. Aunque una pe-queña cantidad de alcohol pasa a la corriente sanguínea a través de la membrana mucosa, la mayoría del alcohol entra en la corriente san-guínea a través de las paredes del intestino delgado. A continuación la sangre, en su camino al corazón, traslada el etanol al hígado, donde se metaboliza hasta convertirlo en sustancias asimilables. Así, el etanol es transformado por las enzimas del hígado, primero en acetaldehído y después en acetato y otros compuestos;

La velocidad de absorción del alcohol determina la magnitud de sus concentraciones plasmáticas, así como la intensidad y duración de sus efectos. La concentración de alcohol en la bebida también influye, sien-do la absorción más rápida cuando tiene una graduación alcohólica mayor. Las bebidas alcohólicas que contienen gas carbónico (por ejem-plo el cava) o mezcladas con bebidas carbónicas (refrescos con gas), presentan también una absorción más rápida. Los alimentos, sin em-bargo, retrasan la absorción, produciendo concentraciones menores de etanol en sangre que cuando se toma en ayunas.

El alcohol se distribuye a través del agua del organismo de manera relativamente homogénea. Cuanto mayor sea el contenido de líquido del organismo, menor será la tasa de alcoholemia resultante ante una misma ingesta. De ahí que las personas de más peso tengan una tasa de alcoholemia menor, tras consumir la misma cantidad, que otra per-sona de menos peso.

Los hombres suelen tener una mayor proporción de agua y menor de grasas en la masa corporal que las mujeres. Esto –junto con otros fac-tores– determina que a igual peso y cantidad de alcohol, la mujer al-cance una tasa de alcoholemia superior.

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La mayor parte del alcohol ingerido (el 95 %) es eliminado del orga-nismo tras ser procesado por el hígado. Las personas sanas metabo-lizan el alcohol a una velocidad relativamente constante. El consumo no responsable de bebidas alcohólicas en cantidades elevadas –que es un uso de riesgo– favorece una cierta adaptación del organismo a sus efectos y el desarrollo de una tolerancia.

2.2. Patrones de consumo en EspañaEl profundo enraizamiento del consumo de alcohol en nuestra cultura ha propiciado en occidente el desarrollo de dos modelos clásicos de consumo de alcohol: el modelo mediterráneo y el modelo anglosajón.

» En el modelo mediterráneo, el contacto con el alcohol se inicia en el ámbito familiar; normalmente se consume vino u otras bebidas de baja graduación durante las comidas, dejando las bebidas de alta graduación para ocasiones especiales. La intoxicación aguda no suele darse y en el supuesto de darse sería una consecuencia no buscada en sí misma.

» En el modelo anglosajón o de consumo esporádico, preferentemen-te utilizan alcoholes de mayor graduación o grandes cantidades de cerveza. El contacto con el alcohol se inicia fuera del contexto fa-miliar y en este modelo el llegar a un estado de intoxicación es fre-cuentemente un objetivo en sí mismo.

En los últimos años se han observado en España cambios en los patro-nes de consumo. En este sentido es positivo continuar haciendo llama-mientos a la responsabilidad del consumidor.

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2.3. Clasificación de los consumos de alcoholDesde el punto de vista epidemiológico, es importante definir y deter-minar los diferentes consumos. El grado de riesgo no estará sólo rela-cionado con el nivel de consumo de alcohol, sino también con otros factores personales o ambientales.

Podemos distinguir diferentes tipos de consumo de alcohol.

» Abstención absoluta (5 a 10% de la población ). Consumo cero.

» Consumo de bajo riesgo. Este tipo de consumo es el más frecuente (entre un 65-70%). Se considera consumo de bajo riesgo el inferior a lo establecido por la OMS como consumo de riesgo, es decir, 20 gr/día de alcohol en mujeres y 30 gr/día en hombres, siempre que di-chas cantidades no sean ingeridas en situaciones de riesgo (durante el embarazo o infancia, en el trabajo, cuando se practica deporte, al conducir o manejar máquinas peligrosas, cuando se toman de-terminados medicamentos o en ciertas enfermedades, o ex depen-diente del alcohol, etc.).

» Consumo de riesgo (15%). Consumo superior a 20 gr/día en mujeres (140 gr/semana) y 40 gr/día en hombres (280 gr/semana) o el hecho de beber más de 40 ó 50 gr de una sola vez. También se considera consumo de riesgo el consumo inferior a estas cantidades pero inge-ridas en las situaciones de riesgo referidas en el apartado anterior.

» También se considera bebedor de riesgo aquella persona que con-sume gran cantidad de alcohol en poco tiempo,. Esta conducta, que en la literatura médica se conoce como “atracón” (binge drinking), es de alto riesgo.

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» Consumo perjudicial (6 a 7%). En el concepto de consumo perjudi-cial ya no intervienen las cantidades de alcohol ingeridas, sino los daños y repercusiones que ya ha provocado en el individuo. Para cada uno esta dosis nociva de alcohol es diferente en función de la edad, el sexo, el peso, antecedentes, etc. En general las mujeres son más vulnerables al consumo de alcohol y presentan daño en algún órgano a dosis menores que los hombres. Las personas con alguna otra enfermedad (diabetes, hepatitis crónica, depresión..) son tam-bién mas vulnerables y por tanto deben limitar aun más su consu-mo habitual.

» Consumo con dependencia (3 a 4%). Se considera dependencia cuando uno no puede dominar su consumo ni dejar de beber. Nor-malmente repercute negativamente sobre la vida del individuo. La dependencia provoca síntomas desagradables al poco tiempo (12-36 horas) de no haber bebido alcohol: la dependencia puede ser física (temblor, náuseas..) o psíquica (ansiedad, irritabilidad). Estos síntomas pueden llegar a ser muy severos y provocan un intenso deseo de volver a beber alcohol para calmarlos. Lo habitual es que coexistan la dependencia física y psiquica.

» Además se produce el fenómeno de tolerancia, siendo necesario au-mentar progresivamente las dosis de alcohol para obtener el mismo resultado.

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2.4. Tests de consumo de alcohol

e El alcohol es un producto al que todo el mundo tiene acceso en un

momento u otro.

Existen diferentes test que nos permiten conocer mejor nuestra rela-ción con el alcohol. En muchos casos estos cuestionarios son mejores que los test de laboratorio para detectar problemas con el alcohol. En-En-tre ellos encontramos:

» El test CAGE. Es un test de prevención de personas en riesgo. Permi-te, en cuatro cuestiones muy sencillas, detectar un comportamien-to potencialmente perjudicial para la salud. Su fiabilidad y validez ha sido bien documentada en diferentes medios (hospitales u otras áreas clínicas) y poblaciones. Representa, por tanto, un método efi-caz de screening en el abuso de alcohol.

» El test AUDIT (Alcohol Use Disorders Identification Test) es un pro-yecto de la OMS que ha sido validado en España, para detectar tanto consumos de riesgo como dependecia alcohólica. Es un test de pre-vención del consumo inadecuado del alcohol. Se trata de un cues-tionario autoadministrado que consta de 10 preguntas. Las 3 pri-meras hacen referencia a la cuantificación del consumo alcohólico (cantidad, frecuencia), de la 4 a la 6 comportamiento o actitud ante la bebida, la 7 y 8 reacciones adversas y las dos últimas problemas relacionados con el consumo de alcohol. El cuestionario se refiere a hechos durante el último año.

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3. Consecuencias del consumo no responsable de alcohol

3.1. Consecuencias inmediatas

3.1.1. Intoxicación etílica agudaTras la ingesta de alcohol, se producen a corto plazo una serie de efec-tos o síntomas, dependiendo de la dosis ingerida y de otros factores (edad, sexo, velocidad de ingestión de alcohol, etc…).

Los jóvenes y las personas no acostumbradas a beber son mas suscep-tibles a una intoxicación etílica aguda grave, que puede llegar a ser mortal.

» Fases de la intoxicación etílica aguda

› Fase de euforia y excitación (tasa de alcoholemia: 0,5g/L): locua-cidad, euforia, desinhibición, conducta impulsiva, sensación sub-jetiva de aumento de reflejos.

› Fase hipnótica o de confusión (tasa de alcoholemia: 2g/L): irrita-bilidad, agitación, somnolencia, cefalea, dificultades para hablar, descoordinación en el movimiento del cuerpo, apreciación inco-rrecta de las distancias, náuseas y vómitos.

› Fase anestésica o de estupor y coma (tasa de alcoholemia: 3g/L): lenguaje incoherente, disminución marcada del nivel de concien-cia y del tono muscular, incontinencia de esfínteres, dificultad respiratoria.

› Muerte por intoxicación etílica (tasa de alcoholemia por encima de 5g/L): shock cardiovascular, inhibición del centro respiratorio, parada cardio-respiratoria y muerte.

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» Recomendaciones ante una intoxicación etílica.

› La cantidad de alcohol que hay que beber para tener una intoxi-cación etílica aguda grave depende de las circunstancias de cada persona. Por tanto lo mejor es prevenirla y nunca sobrepasar una cantidad de alcohol en una sola vez de 40-50 gr ( lo que equi-valdría aproximadamente a 400-500 cc de vino, 800-1000 cc de cerveza, 200-250 cc de destilados). Cuanto más joven y menos se haya bebido previamente menos cantidad se debe beber en una sola ocasión.

› Si un compañero o amigo presenta síntomas de intoxicación eti-lica aguda:

› Se debe acudir a un centro sanitario y si no es posible llamar a los servicios de emergencia.

› Debe protegerse al individuo en caso de convulsiones para evitar lesiones estructurales.

› En individuos en coma, hay que mantener permeable la vía res-piratoria, colocándolo en posición semiincorporada para evitar aspiraciones de un posible vómito.

› En múltiples ocasiones existe policonsumo, por lo que debe des-cartarse también intoxicación por otras sustancias

3.1.2. ResacaSe define la resaca como el estado caracterizado por la presencia de al menos dos de los síntomas siguientes: cefalea, diarrea, falta de apetito, temblor, fatiga, naúseas, alteraciones cognitivas, visuo-espaciales, he-modinámicas, hormonales y disminución de la actividad ocupacional, que aparecen tras el consumo y metabolización completa del alcohol con graves repercusiones e interrupción del funcionamiento de las ta-reas diarias y de las responsabilidades. Beber demasiado en la noche anterior a la jornada laboral repercute de forma muy negativa sobre el rendimento laboral y sobre las relaciones con nuestros compañeros de trabajo.

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La prevalencia es muy elevada y paradójicamente es mayor en bebedo-res de consumo bajo y moderado de alcohol que en grandes bebedores. La ingesta de 1,5 a 1,75 gr/ kg de peso de alcohol (aproximadamente 5-6 bebidas en un varón de 80 kg y 3 –5 bebidas en una mujer de 60 kg) du-rante más de 4-6 horas, casi siempre va seguida de síntomas de resaca.

Para mejorar los síntomas de la resaca, lo mejor que se puede hacer es ingerir líquidos o alimentos fáciles de digerir que aporten vitaminas al organismo, especialmente vitamina B12. Por ello, aparte de agua, es muy recomendable tomar sopas, zumos de fruta o incluso frutos secos. Nunca tomar más alcohol, aunque erróneamente se crea que esto pue-de paliar los efectos de la resaca.

3.2. Consecuencias a largo plazo del alcoholismo

A largo plazo, el consumo excesivo de alcohol tiene un fuerte impacto sobre la salud, afectando a prácticamente todos los niveles del ser hu-mano: tanto a nivel físico como psíquico, perjudicando igualmente la vida social o profesional del afectado.

3.2.1. Patologías orgánicasLos daños producidos al organismo son numerosos y reales. Afecta prácticamente a todos los órganos. Aun cuando son bien conocidas las disfunciones que produce en el hígado, sin embargo debemos saber también que, tanto los ojos, el esófago, el cerebro, la piel o el corazón, pueden resultar severamente afectados por el abuso de alcohol. En todo caso, está claro que el consumo excesivo de alcohol produce da-ños físicos y desajusta el organismo.

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Los efectos tóxicos del alcohol pueden afectar a todas las funciones vitales. Además de al cerebro, que los incluiremos separadamente, de forma específica algunos órganos pueden verse afectados por el con-sumo abusivo de alcohol:

» Ojos. El nervio óptico puede verse dañado provocando una disminu-ción en la agudeza visual. Esto se traduce en una visión poco clara y con lagunas en el campo visual. Sólo afecta a un porcentaje bajo de personas dependientes del alcohol y sobre todo en personas entre los 40 y 70 años.

» Esófago. Un nivel alto de alcoholización puede provocar problemas de reflujo gastroesofágico. El tránsito alimentario normal (esófago ® estómago ® intestino) deja de funcionar correctamente. El bolo alimenticio es expulsado del estómago hacia el esófago, lo que favo-rece la penetración de agentes tóxicos a través de su mucosa, dando lugar a una inflamación del esófago (esofagitis). Esta inflamación puede evolucionar hasta convertirse en una úlcera. El abuso de al-cohol es el principal factor de riesgo para desarrollar cáncer de esó-fago.

» Piel. El alcohol produce dilatación de los vasos sanguíneos. La dila-tación de un grupo de capilares pueden producir rojez facial. Los angiomas estelares son lesiones vasculares benignas de la piel. Nor-malmente son signos de insuficiencia hepática.

» Corazón. El exceso de alcohol favorece la hipertensión arterial (lo que puede dar origen a accidentes vasculares cerebrales), insufi-ciencia y problemas del ritmo cardíaco. Aumenta el riesgo de parada cardíaca o de embolia. Hay que señalar que el alcohol es la tercera causa de hipertensión arterial, por detrás de la edad y el sobrepeso, pero por delante del consumo de tabaco y de la alimentación.

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» Hígado. El hígado es el órgano que depura el alcohol del cuerpo. Por ello es el órgano principalmente afectado por un consumo excesivo. La afección del hígado como consecuencia del alcohol está ligada a la cantidad de alcohol absorbida y a la duración de la intoxicación. Las lesiones observadas suelen ser proporcionales a la cantidad de alcohol ingerida y aparecen tardíamente (unos 10 a 20 años des-pués del consumo excesivo).

En las mujeres, la aparición de las consecuencias negativas del alco-hol sobre el hígado suelen ser a partir de los 5 años.

La esteatosis es la lesión más precoz del hígado. Es la lesión más constante en el bebedor crónico y no tiene ninguna manifestación clínica particular. Se suele descubrir por aumento de las transami-nasas en una analítica de rutina realizada en reconocimiento me-dico de empresa o en el médico de cabecera por otro motivo. Debe ser una llamada de atención para saber que el consumo de alcohol ya es excesivo y esta perjudicando. El daño es todavía reversible (la privación absoluta de alcohol lleva consigo una regresión total de la esteatosis y una regeneración del hígado).

La esteato-necrosis o hepatitis alcohólica sería el segundo estado de lesión de hígado. Puede evolucionar hacia una destrucción del tejido hepático si no se deja de beber. Las manifestaciones clínicas son múltiples: anorexia y adelgazamiento importante, fatiga, vómi-tos, pérdida de masa muscular. La mayoría de las veces si se deja de consumir alcohol, en menos de un año puede conseguirse la estabi-lización del hígado, incluso la regresión de las lesiones.

La cirrosis se caracteriza por la destrucción de las células del hígado. Esta destrucción es definitiva y las células ya no podrán regenerarse, dando lugar a un tejido fibroso no funcional. La cirrosis es una en-fermedad grave con una mortalidad alta a corto plazo. Además La cirrosis puede degenerar en cáncer de hígado, con una mortalidad de mas del 80% al año. Al igual que el resto de las enfermedades he-páticas, el diagnóstico del cáncer de hígado suele ser tardío, siendo los signos clínicos muy escasos durante su desarrollo.

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» Páncreas. El páncreas es una glándula digestiva que segrega las en-zimas necesarias para el proceso de la digestión de los alimentos. Cuando hay una inflamación del páncreas se habla de pancreatitis, que cuando es aguda puede originar la muerte en pocas horas o días en un 20-40% de los casos. La causa principal de pancreatitis es el consumo excesivo de alcohol.

» Estómago. El alcohol es la principal causa de inflamación del estó-mago. Los efectos varían según se trate de un consumo excesivo puntual o de un consumo excesivo crónico.

Para el supuesto de una dosis alta puntual, el alcohol puede ralenti-zar el vaciado del estómago y a dosis muy altas, puede provocar una inflamación del mismo, produciéndose grandes ardores, falta total de apetito y a veces vómitos con sangre.

Si el consumo excesivo es crónico, las hemorragias digestivas son frecuentes, como consecuencia de la ruptura de las varices esofági-cas o a alteraciones de la mucosa gástrica. Las hemorragias digesti-vas masivas pueden producir la muerte en pocas horas.

» Aparato urinario y genital. En el hombre el abuso de alcohol puede llevar consigo problemas de erección y/o de eyaculación. Incluso se observa una disminución de la libido. Además, el alcohol puede ser responsable de una atrofia testicular (el volumen de los testículos disminuye). A pesar de eso muchos hombres lo utilizan por el efecto desinhibidor que provoca en los primeros encuentros con una pare-ja nueva, sin saber que es una causa frecuente de impotencia y de eyaculación precoz.

En la mujer el alcohol puede inducir a una perturbación del ciclo menstrual. Puede asimismo producir atrofia de los ovarios, útero o vagina. El alcohol es realmente peligroso para la mujer embarazada, pudiendo producir en el feto el síndrome de alcoholización fetal que se caracteriza por un retraso psicomotor y anomalías tanto en el plano físico como psíquico del niño.

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3.2.2. Especial atención al sistema nerviosoEl consumo abusivo de alcohol afecta a la mayoría de los órganos, pero es el cerebro uno de los más afectados, produciéndose daños psicoló-gicos importantes, con multitud de síntomas asociados. Generalmente estos daños son irreversibles, sobre todo entre los jóvenes que abusan del alcohol.

Actividad neuronal.

El alcohol pasa directamente del aparato digestivo a los vasos sanguí-neos. Por vía sanguínea, en pocos minutos llega al cerebro. El alcohol hace que las membranas de las neuronas se vean perturbadas y ciertas enzimas dejen de funcionar correctamente. Esto explica el “efecto se-dante” del alcohol: la actividad neuronal se ve disminuida.

El estado de adaptación del cuerpo humano a un nivel de alcohol cró-nico y prolongado explica las consecuencias de una posterior abstinen-cia. Las neuronas se han habituado a ser menos reactivas, por lo que el organismo responde enviando más estímulos de excitación; por ello al principio de dejar el alcohol este fenómeno perdura llevando a un es-tado de excitación conocido como el síndrome de abstinencia. Pasados los momentos iniciales de la abstinencia, el organismo se readaptará a una transmisión neuronal normal.

Daños en el cerebro.

El mecanismo de la neurona es idéntico al de otras células. Para su buen funcionamiento y supervivencia, necesita las vitaminas B1 y B3. La alcoholización crónica lleva consigo carencias de estas dos vitami-nas, produciéndose una degeneración de la neurona que va a terminar por ser destruida.

Este daño cerebral es irreversible. Las capacidades intelectuales son definitivamente disminuidas. Los jóvenes están todavía más expues-tos, ya que los daños ocasionados por el consumo excesivo de alcohol van a perturbar de forma significativa el crecimiento y desarrollo de su cerebro.

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Síntomas de daño cerebral.

» Demencia alcohólica. La alcoholización crónica es la tercera causa de demencia. El abuso prolongado del alcohol puede provocar le-siones cerebrales dando lugar a síntomas muy similares a los de la demencia.

» Alucinaciones. Los bebedores pueden ser víctimas de ilusiones (sen-sación deformada a partir de un elemento sensorial real) o alucina-ciones (sensación percibida sin elemento sensorial real). La persona alcohólica es consciente de sus ilusiones, no siéndolo de sus alucina-ciones que pueden conducir a la persona a realizar actos delictivos, peligrosos para él o para su entorno.

» Accidente vascular cerebral. El alcohol es un factor de riesgo en los accidentes vasculares cerebrales (infarto cerebral o hemorragia ce-rebral). Asociado a otros factores de riesgo, tales como la hiperten-sión arterial, el tabaco o la diabetes, el riesgo es aun mayor.

» Perturbaciones del sueño. El abuso de alcohol afecta de forma nega-tiva tanto a la calidad como a la cantidad del sueño, incluso también entre personas que han dejado de beber. Víctima de falta de sueño y de un estado de vigilia de poca calidad, el individuo verá disminui-das sus capacidades durante la jornada.

» Problemas en el equilibrio. El alcohol perturba el funcionamiento del oído interno, cuyo papel es proporcionar la noción de equilibrio. Un exceso de bebidas alcohólicas puede ser el origen de pérdida de equilibrio o de vértigos.

» Polineuritis etílica. Esta dolencia se debe a las carencias en vitamina B producidas por el alcoholismo crónico. Se caracteriza por un dolor puntual preferentemente en las extremidades inferiores y con pro-blemas de sudoración. Se producen frecuentemente dolores, calam-bres, sensación de frío en las extremidades y debilidad muscular. Suele afectar a un 10% de personas dependientes del alcohol.

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» Delirium tremens. Es una afección neurológica muy grave, que pue-de manifestarse durante la abstinencia de una persona dependien-te del alcohol. Se caracteriza por un estado de gran agitación con temblores, fiebre y pérdida de la consciencia.

» Epilepsia. El alcoholismo es la primera causa de epilepsia sobreveni-da en el adulto. Las personas alcohólicas pueden presentar crisis de epilepsia ligadas a sus estados de abstinencia. Podría incluso produ-cirse, aunque raramente, durante una fuerte “borrachera”.

» Coma etílico. El consumo de una gran cantidad de alcohol en un corto período de tiempo, puede llegar a provocar un coma etílico. Se trata de un coma tóxico o metabólico, asociado a una debilidad muscular, dificultades respiratorias y bajadas de la tensión y de la temperatura corporal. El coma etílico es muy peligroso pudiendo provocar incluso la muerte.

3.3. Consecuencias sociales del alcoholismoEl alcoholismo puede tener numerosas repercusiones sobre la inser-ción social del individuo en la sociedad. Le puede volver a la vez violen-to, ansioso, depresivo y hacerle incluso sumirse en un estado grave de precariedad.

» Exclusión de la sociedad. La persona que bebe en exceso poco a poco se va excluyendo de la sociedad, se va marginando. El marginado es incapaz de asumir o de hacer frente a situaciones difíciles tanto para él mismo como para otras personas, por lo que necesita la im-plicación de otras personas (amigos, familia) en su vida cotidiana. El enfermo alcohólico tiende a un aislamiento social progresivo. Su necesidad de alcohol está por encima de todo. Se siente solo e in-comprendido y de hecho, se auto aisla del resto.

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Un período de dependencia alcohólica en un individuo le hace perder la mayoría de sus amigos y conocidos.

» Actitudes violentas. El alcoholismo puede producir en el individuo reacciones agresivas, facilitando incluso el paso a actos delictivos. Recordemos que el alcohol está presente en el 30% de las agresio-nes físicas y en dos de cada tres agresiones en la vida de pareja.

» Depresión. Aun cuando normalmente se piensa en los efectos eu-forizantes y estimulantes del alcohol, sin embargo el consumo de alcohol en grandes dosis y de forma crónica, a largo plazo conduce normalmente a un estado depresivo. En el 80% de los casos, dejar la bebida de forma definitiva es el único “tratamiento” para este esta-do depresivo.

Esta depresión es causada tanto por los efectos directos del alcohol sobre el cerebro como por las consecuencias nefastas del alcoholis-mo sobre la vida personal, social y profesional.

» Problemas de ansiedad. El consumo no responsable de alcohol pue-de de forma transitoria disminuir las sensaciones de angustia. Sin embargo, a largo plazo, la dependencia del alcohol aumenta los te-mores, los miedos y la ansiedad. Esta ansiedad inducida por dicho consumo se caracteriza por una sensación de miedo constante, in-justificado y siempre invalidante. También en este caso el único re-medio para calmar la ansiedad será el abandono de la bebida.

» Problemas cognitivos. El consumo continuado de alcohol genera todo un conjunto de problemas cognitivos que se van acentuando con el tiempo. Ya a corto plazo, tanto la memoria como la concentra-ción se ven enormemente perturbadas.

» Problemas en el entorno laboral. El consumo no responsable de al-cohol y el alcoholismo puede comportar ausencias repetitivas del trabajo, conflictos con los compañeros y superiores, riesgos para la seguridad laboral del consumidor y los restantes trabajadores, y res-ponsabilidades empresariales, y posibilidad de despido.

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» Pérdida de la vivienda. La pérdida de empleo, el endeudamiento, el aislamiento y la exclusión social, desembocan a menudo en la pér-dida de la vivienda por parte de la persona dependiente del alcohol.

» Accidentes de carretera. El consumo no responsable de alcohol es una de las causas principales de mortalidad en carretera, siendo responsable por sí mismo de cerca de un 30% del conjunto de los accidentes mortales. Si ninguno de los conductores hubiera bebido en el año 2008, se estima que se hubieran evitado unos 1000 acci-dentes mortales y ahorrado la muerte de unas 1200 personas.

3.4. Consecuencias familiaresEn un principio, el alcoholismo es un problema individual, pero con el paso del tiempo pronto se convierte en un problema familiar. Un clima de desconfianza, de inseguridad, de discusiones y de angustia suele ser la tónica en los hogares con problemas de alcohol.

» Maltrato. Los niños que conviven con personas dependientes del al-cohol suelen ser frecuentemente víctimas de maltrato. Éste puede ser físico o verbal o incluso puede llevar a una falta de interés por el niño, afectándole tanto a la alimentación, vestido, higiene, educa-ción, cuidados médicos, etc. En cualquier caso todas estas carencias causarán un fuerte impacto negativo sobre el niño y su desarrollo.

» Pasividad. La persona dependiente del alcohol no tiene motivación, se convierte en un ser pasivo y dependiente frente a su entorno. Se descuida (higiene, vestimenta, aspecto físico, modales, etc.) y deja de participar en las actividades familiares.

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4. El alcoholismoNuevamente hay que recordar que existe una diferencia fundamental entre el consumo responsable y moderado y el consumo no responsa-ble, el consumo excesivo y el alcoholismo, que se puede producir como consecuencia del consumo excesivo.

La Organización Mundial de la Salud define el alcoholismo como la in-gestión diaria de más de 50 gramos de alcohol en mujeres y de más de 70 gramos en hombres. Se considera una enfermedad crónica marca-da por la dependencia en el consumo no responsable de alcohol (el en-fermo no puede controlar la cantidad de alcohol consumido), pudiendo ser dependencia física o psíquica, aunque normalmente se dan los dos tipos. Interfiere con la salud mental o física y con las responsabilidades sociales, familiares o laborales. Causa, entre otros, problemas hepáti-cos, circulatorios neurológicos. Puede también causar daño al feto en las mujeres embarazadas que consumen.

Por tratarse de una enfermedad crónica, una vez que se ha desarrolla-do la dependencia, ésta se activa cada vez que se vuelve a consumir al-cohol. Por consiguiente, el tratamiento del alcoholismo tiene como ob-jetivo abandonar por completo y para siempre el consumo del alcohol.

Además, el consumo no responsable continuado puede producir:

» Tolerancia (necesidad de beber cada vez más cantidad de alcohol para conseguir los mismos efectos). Dependencia física: resultado de los fenómenos de neuroadaptación que han tenido lugar en el cerebro durante el proceso de consumo crónico del alcohol.

» Síndrome de abstinencia. El síndrome de abstinencia del alcohol se caracteriza por presentar molestias como náuseas (con frecuencia por la mañana), temblores (sobre todo en las manos) y ansiedad, que se calman cuando se bebe alcohol.

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Cuando el síndrome de abstinencia es más grave, pueden aparecer otros síntomas, como aumento de la sudoración y de la frecuencia cardiaca, inquietud y finalmente el Delirium Tremens (estado agudo fluctuante, caracterizado por la disminución del nivel de conciencia o confusión –delirium-, la aparición de alucinaciones –trastorno de la percepción en la que el sujeto ve animales, cosas, etc., que no existen- y el temblor.

4.1. Tratamiento del alcoholismoEn el caso de que una persona haya desarrollado alcoholismo como consecuencia de un consumo no responsable es necesario apoyar a la persona y tratarla para que recupere su salud.

El tratamiento del alcoholismo tiene una particularidad: debe ser el propio enfermo el que debe querer cambiar y hacer el esfuerzo para que su tratamiento tenga éxito. De lo contrario, el fracaso está asegu-rado.

El objetivo del tratamiento está orientado a motivar al paciente para que lo acepte, asi como mantenerle abstemio de por vida. Aunque el objetivo terapéutico de tratamiento será a largo plazo, para la recupe-ración integral han de plantearse objetivos a corto, medio y largo plazo.

A corto plazo, el objetivo es la desintoxicación (supresion de ingesta, evitación/superación del síndrome de abstinencia, tratamiento de la patología aguda asociada, si fuera necesaria intervención social).

En la mayoría de las ocasiones la desintoxicación tiene lugar en el en-torno ambulatorio. Implica la inmediata y total supresión del alcohol, lo cual supone, a su vez, prevenir o tratar el síndrome de abstinencia. Actualmente se dispone de numerosos fármacos con distintas propie-dades que hacen posible individualizar planes de tratamiento en fun-ción de las características particulares de cada paciente. Durante dicho proceso el paciente debe recibir un aporte hidroelectrolítico aecuado, además de vitaminas del grupo B, así como ácido fólico y/o hierro, si éstos fueran necesarios.

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El tratamiento farmacológico se centra, hoy en día, en fármacos de ac-ción tranquilizante.

A medio plazo, el objetivo es mantener la abstinencia absoluta por concienciación y decisión personal de la persona tratada. Esta es la única manera de resolver o al menos paliar el deterioro físico, psíquico y social.

También a medio plazo es la extinción de la conducta dependiente, ad-quiriendo hábitos personales y habilidades sociales en sobriedad. La deshabituación es un proceso complejo que requiere un tratamiento coordinado entre asistencia primaria y niveles especializados; llevará consigo un tratamiento farmacológico, la psicoterapia y grupos de au-toayuda.

A largo plazo, siendo el objetivo la recuperación integral, se intentarán consolidar las actitudes y hábitos adquiridos durante el tratamiento, fomentando el desarrollo personal.

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AD-0008/2011