Acotaciones Filosoficas a La Hermeneutica Diatopica

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19 Impulso, Piracicaba, 19 (48): 19‑30, jul. – dez. 2009 Acotaciones Filosóficas a la “Hermenéutica Diatópica” de Boaventura de Sousa Santos Philosophical Remarks on Boaventura de Sousa Santos’ “Diatopic Hermeneutics” ESTEBAN VERGALITO Facultad de Ciencias Sociales, UBA, Argentina [email protected] SUBVENCIÓN Beca para formación doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina RESUMEN Desde una perspectiva filosófica, y en el contexto de los desafíos actuales para el diálogo intercultural, examinamos y evaluamos la noción de “hermenéutica diatópica” formulada por Boaventura de Sousa Santos. Primeramente, reconstruimos la categoría en estudio, partiendo de los supuestos conceptuales que la sostienen. Luego presentamos nuestras consideraciones críticas, destacando las fortalezas y debilidades que encontramos en ella. Para esta segunda tarea, retomamos ciertas problemáticas y líneas argumentativas desarrolladas por filósofos contemporáneos como Jürgen Habermas, Paul Ricoeur, Richard Rorty y otros. Palabras‑clave HERMENÉUTICA INTERCULTURALIDAD EMANCIPACIÓN TRADUCCIÓN INTERPRETACIÓN. ABSTRACT From a philosophical point of view, and in the context of current challenges for intercultural dialogue, we analyze and evaluate the notion of “diatopic hermeneutics”, formulated by Boaventura de Sousa Santos. We start reconstructing this category from the conceptual assumptions that maintain it. Then, we submit our critical considerations, underlining the strengths and weaknesses we find. For this second task we follow certain problems and argumentative lines developed by contemporary philosophers, such as Jürgen Habermas, Paul Ricoeur, Richard Rorty and others. Keywords HERMENEUTICS INTERCULTURALITY EMANCIPATION TRANSLATION INTERPRETATION.

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  • 19Impulso, Piracicaba, 19 (48): 1930, jul. dez. 2009

    Acotaciones Filosficas a la Hermenutica Diatpicade Boaventura de Sousa SantosPhilosophical Remarks on Boaventura de Sousa Santos Diatopic Hermeneutics

    ESTEBAN VERGALITOFacultad de Ciencias

    Sociales, UBA, [email protected]

    SUBVENCIN Beca para formacin

    doctoral del Consejo Nacionalde Investigaciones Cientficas

    y Tcnicas (CONICET), Argentina

    resuMen Desde una perspectiva filosfica, y en el contexto de los desafos actuales para el dilogo intercultural, examinamos y evaluamos la nocin de hermenutica diatpica formulada por Boaventura de Sousa Santos. Primeramente, reconstruimos la categora en estudio, partiendo de los supuestos conceptuales que la sostienen. Luego presentamos nuestras consideraciones crticas, destacando las fortalezas y debilidades que encontramos en ella. Para esta segunda tarea, retomamos ciertas problemticas y lneas argumentativas desarrolladas por filsofos contemporneos como Jrgen Habermas, Paul Ricoeur, Richard Rorty y otros.Palabras clave hermenUtiCa interCUltUralidad emanCipaCin tradUCCin interpretaCin.

    AbstrAct From a philosophical point of view, and in the context of current challenges for intercultural dialogue, we analyze and evaluate the notion of diatopic hermeneutics, formulated by Boaventura de Sousa Santos. We start reconstructing this category from the conceptual assumptions that maintain it. Then, we submit our critical considerations, underlining the strengths and weaknesses we find. For this second task we follow certain problems and argumentative lines developed by contemporary philosophers, such as Jrgen Habermas, Paul Ricoeur, Richard Rorty and others.Keywords hermeneUtiCs interCUltUrality emanCipation translation interpretation.

  • 20 Impulso, Piracicaba, 19 (48): 1930, jul. dez. 2009

    Introduccin

    E n el marco de su reflexin sobre los obstculos que la globalizacin neoliberal opone a la emancipacin social, el socilogo portugus Boaventura de Sousa Santos introduce la nocin de hermenutica diatpica, buscando ofrecer con ella un procedimiento de traduccin entre saberes pertenecientes a sistemas culturales diversos, as como un modelo para el dilogo intercultural.1 La propuesta cobra sentido a la luz de una de las intencionalidades rectoras de su obra: combatir el desperdicio de la experiencia a travs del rescate de fragmentos culturales olvidados, marginados o descalificados, tornndolos productivos para la renovacin de una teora crtica y de una poltica emancipatoria capaces de generar alternativas viables al orden global hegemnico.2 De ah, pues, la severa crtica que Santos dirige a las diversas figuras de la razn indolente,3 es decir, a las formas cercenantes de racionalidad que, especialmente en los dos ltimos siglos, la modernidad occidental ha erigido de manera excluyente, en detrimento de una racionalidad comprensiva y liberadora.4 Para el autor, tal concepcin mutilante sera slo superable por un concepto radicalmente distinto, a la vez multidimensional e intercultural, denominado razn cosmopolita.5

    En este contexto general se inscribe, pues, la sugerencia de Santos de una hermenutica diatpica. Su principal relevancia reside, a nuestro juicio, en el esfuerzo llevado adelante por el pensador portugus para elaborar herramientas categoriales y procedimentales destinadas a comunicar universos de significacin distintos, en una poca donde resulta urgente contar con esta clase de instrumentos para enfrentar los desafos que la globalizacin presenta a la convivencia social y poltica. La discusin de las condiciones de posibilidad ontolgicas, gnoseolgicas, cognitivas, sociohistricas, etc. de dicha comunicacin se ha vuelto hoy una instancia imprescindible en el camino a una integracin mundial que, desde la base de un reconocimiento mutuo, contenga y enriquezca a todas las expresiones culturales, y evite la imposicin de los cnones propios de algunas de ellas). Con su planteo, Santos procura hacer un aporte a este respecto que, creemos, merece ser considerado y analizado crticamente, en vistas a advertir sus fortalezas y debilidades para avanzar en la direccin indicada. Tal examen es el que encaramos en el presente trabajo, partiendo de una perspectiva filosfica y sirvindonos de lneas argumentativas expuestas por pensadores contemporneos de raigambre hermenutica, tales como Jrgen Habermas, Paul Ricoeur, Richard Rorty y otros.

    1 Cf. SANTOS, 2000, p. 269 283; 2004, p. 777 821.2 Este doble compromiso de Santos, simultneamente terico y prctico, es testimoniado tanto por sus investigaciones en campos diversos desde una perspectiva contra hegemnica (epistemologa, teora poscolonial, derechos humanos, democracia, movimientos sociales, universidad, etc.), como por su involucramiento en las problemticas de los pases del hemisferio Sur y su activa participacin en encuentros internacionales de pensamiento social alternativo (Foro Social Mundial y Foro Mundial de Teologa y Liberacin).3 stas son: la razn impotente, la razn arrogante, la razn metonmica y la razn prolptica.4 Cf. dem, 2003.5 Cf. dem, 2004, p. 779 781.

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    LaHermenuticaDiatpicaMientras que el vocablo griego tpos significa

    lugar, espacio o territorio, el prefijo di asociado a l mienta la idea de un recorrido por medio de, a lo largo de o por entre. En este sentido, la eleccin terminolgica de Santos es exacta para dar cuenta de aquello que quiere expresar: la diatopa constituye un movimiento de paso de un lugar a otro, un pasaje que conecta dos o ms regiones. Como sabemos por el contexto de la discusin, los mbitos a los que se alude aqu no son espacios fsicos, sino culturales, vitalmente significativos para los sujetos que forman parte de ellos, y, desde un punto de vista discursivo, campos semnticos.

    En la propuesta, tal como es formulada por el autor, el concepto de diatopa se ensambla con la nocin de hermenutica. Aqu debemos ser cautelosos, pues sabemos parafraseando a Aristteles que hermenutica se dice de muchas maneras.6 Desde los textos en que nos apoyamos, podemos colegir que Santos toma al trmino en un sentido genrico, entendiendo por l la capacidad de captar significados.

    Qu es, entonces, la hermenutica diatpica? Retomando las dos definiciones anteriores, diremos que ella consiste, bsicamente, en una relectura de los fundamentos de una cultura desde los de otra, y viceversa. Se trata, entonces, de un proceso recproco de traduccin de saberes, valores, creencias, concepciones, etc.7 De acuerdo con Santos, una interpretacin de este tipo conlleva el enfoque de una zona cultural a partir del prisma de una distinta, en el marco de un juego bidireccional que garantiza el intercambio entre ambas.

    Tres supuestos, complementarios entre s, sostienen el concepto as formulado: la relatividad, la incompletud y la diversidad culturales. En

    6 Basta echar una mirada rpida a un manual de historia de la hermenutica para constatar la disparidad que se da entre las concepciones hermenuticas existentes. Contrstese, por ejemplo, la concepcin nietzscheana, para la cual el intrprete impone un sentido a lo dado en el marco de un juego o interaccin de fuerzas, con la concepcin gadameriana, en la que el intrprete efecta una apropiacin del sentido a partir de su pertenencia a una tradicin y en el contexto de un dilogo. Cf. FERRARIS, 2000, p. 171 175; p. 238 249.7 La hermenutica diatpica, que es el procedimiento de traduccin en el plano cognitivo, tiene como correlato, a nivel de la accin, la traduccin entre prcticas y agentes sociales. La funcin de la primera es brindar inteligibilidad, articulacin y coherencia a la accin colectiva, en una direccin anti sistmica o contra hegemnica. Cf. SANTOS, 2004, p. 805806.

    palabras del autor, el nico hecho transcultural es que todas las culturas son relativas, entendiendo ante todo por este carcter relativo diversidad e incompletud.8 No obstante, para Santos, la asuncin de dichos presupuestos no implica en modo alguno la adopcin de un relativismo de principios que equipare linealmente los valores y las normas, y se interponga por tanto en el establecimiento de una poltica cosmopolita. De acuerdo con su argumento, las culturas son relativas por su disparidad mutua en el modo de responder a preocupaciones ltimas, pero, precisamente en ese sentido, son isomrficas: todas intentan solucionar el problema de su incompletud, y lo hacen considerando sus propias creencias como universales. De este tomar la parte por el todo proviene la mirada sesgada que cada cultura pone de manifiesto.

    Desde la perspectiva del pensador portugus, entonces, es justamente en esta forma comn donde afinca el dilogo intercultural y donde la hermenutica diatpica adquiere un papel indispensable, dado que la incompletud de una cultura slo se revela a travs de su comparacin con los topoi de otra:9

    El objetivo de la hermenutica diatpica no es (...) lograr la completud lo que es considerado como un fin inalcanzable sino, por el contrario, suscitar la conciencia de la incompletud recproca tanto como sea posible, mediante la participacin en el dilogo de la manera que se hara si se tuviera un pie en una cultura y otro en otra. De ah su carcter diatpico.10

    A esta prctica dialgica emancipatoria le son caras la tolerancia discursiva, la disponibilidad a incorporar conocimientos alternativos, la preferencia por saberes suprimidos y marginalizados, y sobre todo la disposicin a aceptar la condicin finita inherente al propio contexto cultural.11

    Un ejemplo concreto del procedimiento en cuestin lo encontramos en la contrastacin

    8 dem, 2000, p. 270.9 Cabe aclarar que estos topoi son tan incompletos como la cultura a la que pertenecen. Esto no impide su funcin reveladora, ya que esta ltima no deriva de la presunta completitud de los mismos, sino del ejercicio comparativo entre topoi de culturas diversas.10 Ibd, p. 275.11 Ibd, p. 274.

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    que Santos realiza entre el tpos de los derechos humanos individuales, caracterstico de la tradicin occidental, primeramente con el tpos del dharma de la cultura hind,12 y luego con el del umma del Islam. El resultado de ambas hermenuticas es la puesta en evidencia de una incompletitud recproca, visible gracias a la confrontacin de ambos topoi. As, desde el punto de vista del dharma, los derechos humanos carecen de una conexin entre el individuo y el todo o, ms exactamente, de un imperativo que obligue a los individuos a encontrar su lugar en el orden social y csmico, compensndose de ese modo el peso exclusivo que poseen sus derechos; desde la perspectiva opuesta, el dharma se revela como excesivamente anclado en la totalidad, e inclinado hacia una armona no dialctica que niega el valor del conflicto como camino necesario para rdenes ms ricos y que se desentiende de los derechos individuales, la libertad, la autonoma y la democracia. Correlativamente, el segundo ejercicio muestra que a partir del tpos del individuo es imposible fundamentar los vnculos solidarios necesarios para toda convivencia social, al tiempo que desde el tpos del umma se corre el riesgo de aceptar desigualdades aborrecibles, debido a su nfasis unilateral en los deberes, en detrimento de los derechos. Para Santos entonces,

    la debilidad fundamental de la cultura occidental, tal como es develada por la hermenutica diatpica, consiste en crear una dicotoma demasiado estricta entre el individuo y la sociedad, lo que la hace vulnerable al individualismo posesivo, al narcisismo, a la alienacin y a la anomia. De otra parte, la debilidad fundamental de las culturas hind e islmica consiste en que ninguna de ellas logra reconocer que el sufrimiento humano tiene una dimensin individual irreducible, que puede ser enfrentada de manera adecuada slo en una sociedad que no est organizada jerrquicamente.13

    12 El dharma, segn se sigue del texto de Panikkar que Santos cita, es un principio de unificacin de la realidad en trminos de totalidad, del cual dependen las nociones de justicia, moralidad, derecho y religin. Alude a la verdad, que es concebida como la consistencia interna de las cosas o las acciones en dicho contexto de totalidad. Cf. ibid, p. 275.13 Ibd., p. 276 277.

    En un artculo posterior,14 el autor introduce dos conceptos referidos a las condiciones implicadas en el procedimiento de traduccin que permiten completar la rpida caracterizacin de la hermenutica diatpica que aqu presentamos.15 Ellos son el presupuesto de la imposibilidad de una teora cultural general y la nocin de zona de contacto.

    La primera idea se sigue del principio de incompletitud: si toda cultura es por definicin incompleta, no hay lugar para una teora cultural general de validez universal. Para Santos, en cambio, solamente es posible un universalismo negativo o una teora general residual, entendida como una teora general sobre la imposibilidad de una teora general.16 De ah que al dilogo intercultural le sea inherente una tarea siempre parcial, provisoria y consensuada, como es la de la traduccin, y nicamente sta sea posible.

    El concepto de zona de contacto, por su parte, alude a la pregunta por el qu de la traduccin y al espacio en el que el mundo de la vida, los saberes y las prcticas de una cultura se encuentran, chocan e interactan con los de otra. La pertenencia a este mbito es dinmica, pues contenidos de una cultura que en un determinado momento se hallan excluidos de la zona de contacto pueden ms tarde pasar a formar parte de ella y viceversa , en virtud de las decisiones tomadas por cada prctica cultural y de un trabajo profundo de traduccin. Con todo, tal tarea de seleccin es un trabajo exigente, sin seguros contra riesgos y siempre a la vera de colapsar.17 Ella convive, adems, con una selectividad pasiva que resguarda en un lugar insondable elementos que, por haber estado vinculados a una opresin extrema durante largos perodos, se han vuelto impronunciables para una cierta cultura, y probablemente resistentes a toda sociologa de las ausencias.18 Por ltimo, la tarea de

    14 dem, 2004.15 Recordemos que cuando Santos habla de traduccin se refiere a la doble va de comunicacin intercultural que se da, por una parte, en la dimensin cognitiva a travs de la hermenutica diatpica y, por otra, en la dimensin de la accin por medio de la articulacin de distintas prcticas sociales y sus respectivos agentes (cf. nota 5).16 Ibd., p. 804 (traduccin nuestra).17 Ibd., p. 812 (traduccin nuestra).18 Sobre el concepto de sociologa de las ausencias y su correlativo de sociologa de las emergencias, cf. ibd., p. 798 801.

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    traduccin debe lidiar con la heterogeneidad presente en cada contexto cultural, que obliga a escoger qu tradiciones hacer ingresar a la zona de contacto y cules excluir de ella.

    Hasta aqu nuestro esbozo de los rasgos principales de la hermenutica diatpica. Demos paso ahora a su anlisis crtico.

    ConsideracionesCrticasComencemos destacando las dos fortalezas

    bsicas que identificamos en la propuesta de Santos, para abordar posteriormente las debilidades y los aspectos problemticos que advertimos en ella.

    En primer lugar, el concepto estudiado invita a una reflexin sobre las condiciones de posibilidad implicadas en las experiencias de entendimiento intersubjetivo, en especial las que se dan en relaciones de otredad radical, como es la que media entre las culturas de Oriente y Occidente. La cuestin no es nueva, pero adquiere originales matices e inditas dimensiones a la luz de los conflictos internacionales actuales y del decurso de cierta reflexin filosficohermenutica que tiende a poner en el centro el problema del vnculo entre alteridad e identidad.19 A este respecto, la intervencin de Santos posee la virtud de encontrarse simultneamente en concordancia con necesidades de la poca en que vivimos y con algunos de los principales derroteros de la filosofa hermenutica contempornea.

    En segundo lugar, el planteo de Santos no se reduce a una mera enunciacin de presupuestos conceptuales, sino que provee adems un procedimiento para llevar a la prctica el dilogo intercultural (identificar preocupaciones isomrficas entre dos o ms culturas y complementarlas entre s a partir de un cruce entre sus mejores aportes), una clave para orientar la interpretacin (la emancipacin social, a travs de la construccin de una razn cosmopolita) y pautas metodolgicas para facilitar la consecucin de buenos ejercicios interpretativos (qu, entre qu, cundo, quin y cmo traducir).20

    19 Pinsese, por ejemplo, en las vertientes del deconstruccionismo derridiano y de la hermenutica fenomenolgica ricoeuriana, para las que esta problemtica resulta medular. Cf. DERRIDA, 1987; 1994; 1997; RICOEUR, 1996. 20 Cf. SANTOS, 2004, p. 807 813.

    Con todo, notamos cierta tensin irresuelta entre la matriz emancipatoria del pensamiento social y poltico de Santos, dentro de la cual debe ser comprendida toda su produccin terica, y una nocin formal y procedimental como es la de hermenutica diatpica. Si en su formulacin uno de los presupuestos consiste en las luchas contra la opresin y el sufrimiento humanos, y uno de sus objetivos fundamentales es desarrollar criterios procedimentales interculturales para distinguir las polticas progresistas de las reaccionarias, el apoderamiento del desapoderamiento, la emancipacin de la regulacin,21 cabe al menos la pregunta por la validez de este trasfondo crtico, emancipatorio e iluminista,22 que adquiere el estatuto de ideal regulador de la conversacin y define con pretensin universalista contenidos polticos especficos antes de que los propios participantes lo hagan a travs de sus intercambios lingsticos. No podemos dejar de ver aqu una paradoja: si los criterios que estn presupuestos en el dilogo no solamente ataen a sus condiciones de posibilidad y de despliegue, sino tambin a la orientacin polticoideolgica que ste ha de tomar la cual, de ms est decirlo, es materia de opinin por parte de los que intervienen en la situacin dialgica , entonces se incurre en una intromisin en la autonoma de los participantes que da por tierra con la idea misma de un dilogo de iguales abierto a la crtica intersubjetiva.

    Con este sealamiento no estamos sugiriendo, sin embargo, que sea imposible sostener que ciertos principios y/o valores legados por la Ilustracin se encuentran necesariamente implicados en toda comunicacin de hecho, una teora de la accin comunicativa como la de Habermas da cuenta justamente de dicha implicacin .23 Simplemente afirmamos, en cambio, que establecer un nexo adecuado entre esos principios y la experiencia

    21 dem, 2000, p. 273.22 Si bien Santos formula una fuerte crtica a la modernidad occidental con su concepto de razn indolente, lo que rechaza de ella es principalmente su unilateralismo, no el legado de la Ilustracin (cf. dem, 2003). Las ideas mismas de emancipacin, crtica y cosmopolitismo, centrales en su obra, dan cuenta de su ntima filiacin con la tradicin iluminista. Aparece aqu una tensin en el planteo del autor, o al menos una dificultad no del todo visualizada, como resultado de someter a la racionalidad moderna a una crtica intensa con instrumentos y recursos heredados de ella.23 Cf. HABERMAS, 1992.

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    del dilogo comprensivo intercultural exige un desarrollo ms profundo del que Santos ofrece. De no ser as, el anclaje en la tradicin iluminista que, a nuestro juicio, merece ser conservado pierde vigor, porque depende de un punto de vista particular, como es el poltico ideolgico, en vez de ubicarse en uno universal, como son las condiciones pragmticas de posibilidad del entendimiento intersubjetivo mismo. Tal como Santos presenta las cosas, la orientacin emancipatoria constituye un agregado exterior a la hermenutica diatpica, en la medida en que no constituye un resultado necesario del ejercicio de esta ltima, sino un presupuesto suyo,24 lo cual vuelve a su propuesta vulnerable a una impugnacin que, desde la defensa de los propios principios ilustrados de libertad e igualdad, denuncie el procedimiento hermenutico diatpico como avasallante y arbitrario. Creemos que Santos podra cerrar este flanco para el ataque y resolver el conflicto latente en su argumentacin incorporando los elementos fundamentales de la teora habermasiana, que permite sustentar una conexin interna entre los valores iluministas de igualdad, libertad, crtica, etc., y la dimensin pragmticoilocucionaria de la comunicacin. Por lo dems, la recuperacin que el autor alemn efecta de la teora crtica y de la hermenutica filosfica se encuentran en plena convergencia con los lineamientos tericos capitales de la obra de Santos entre los que se destaca el comn inters emancipatorio de ambos , proveyendo al mismo tiempo una fundamentacin filosfica y un andamiaje conceptual mucho ms resistente a una eventual acusacin de dogmatismo, ideologismo y/o subjetivismo.25

    Pero las consecuencias contraproducentes de la tentativa de Santos no se detienen aqu. Al no dar cuenta debidamente de la conexin interna entre

    24 El autor es el primero en reconocerlo: la hermenutica diatpica no ocurre en un vaco social; ms bien, como un tipo especfico de nueva retrica, comparte con sta un prejuicio poltico a favor de la emancipacin (SANTOS, 2000, p. 277; el subrayado es nuestro). Al mismo nivel de presupuestos se ubican las actitudes que, segn Santos, van asociadas a ella: la tolerancia discursiva, la disponibilidad a incorporar conocimientos alternativos, la preferencia por conocimientos suprimidos y marginalizados, y la disposicin a aceptar la condicin finita inherente al propio contexto cultural (cf. ibd, p. 274).25 Como se ver ms adelante, la teora de Habermas no se halla exenta de crticas, pero retomarla permitira resituar la discusin en un plano de mayor complejidad y profundidad filosfica.

    hermenutica diatpica y orientacin emancipatoria, el intelectual portugus deja disponible su concepto a usos polticos distintos a los que l intenta asignarle. Esto puede explicitarse reconstruyendo el siguiente razonamiento: dado que el carcter emancipatorio de la hermenutica diatpica constituye un presupuesto de esta ltima, su justificacin no puede otorgarse ms que negativamente, a travs del carcter intrnsecamente indemostrable de todo punto de partida y la necesaria regresin infinita que sobreviene cuando se intenta ir ms all de l. Ahora bien, este modo de justificacin adjudica al inters emancipatorio el rango de mero presupuesto, autorizando irremediablemente a reemplazar el postulado que se ha escogido por uno diferente (y aun opuesto), puesto que, en definitiva, el nuevo principio no tendra un estatuto distinto del anterior sera tambin un presupuesto, aunque de signo diverso , y apelara al mismo mecanismo negativo de justificacin. En otros trminos, la hermenutica diatpica representa un instrumento al servicio de un proyecto emancipatorio, por lo que es este ltimo el que implica lgicamente a aqulla, y no al revs. De all que la misma formulacin de la cuestin traiga aparejado un efecto indeseable para Santos, a saber: que el procedimiento sugerido por l bien puede pasar a depender de un proyecto ideolgico antagnico al suyo.

    Ejemplificaremos esta situacin invirtiendo el ejercicio interpretativo de Santos que hemos reseado anteriormente. All, l sostiene que la debilidad ms importante de Occidente, tal como es develada por la hermenutica diatpica,26 es la oposicin tajante que introduce entre individuo y sociedad, la cual genera una inclinacin al individualismo posesivo, el narcisismo, la alienacin y la anomia, mientras que la debilidad central de las culturas hind e islmica estriba en su no reconocimiento del aspecto individual irreductible del sufrimiento humano, fruto de su organizacin social jerrquica. Ahora bien: qu hay en el concepto de hermenutica diatpica que devele indefectiblemente estos contenidos como debilidad, y no otros? Dicho a la inversa: sera imposible pensar, recurriendo

    26 dem, 2000, p. 276.

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    al mismo procedimiento comparativo que Santos emplea, que lo dbil en la cultura occidental sea su vocacin igualitaria y democrtica, y que la debilidad propia de las culturas hind e islmica radique en la nocin de totalidad que estructura sus cosmovisiones? En verdad, no hay nada en la nocin de hermenutica diatpica que, estrictamente aplicada, invalide esta interpretacin. El hecho de que Santos opte por otra lectura, se apropie de los contenidos emancipatorios de cada cultura y busque complementarlos, no prueba ms que eso: que el acto interpretativo consiste siempre en una eleccin entre varias hiptesis de sentido posibles. Como claramente lo ha enseado Ricoeur, un texto (es decir, una obra, una tradicin, un monumento, una cultura, etc.) se encuentra abierto a un nmero indefinido de lectores, los cuales pueden actualizar su significacin de maneras diversas, de acuerdo con la perspectiva que asuman frente a l, la manera en que prioricen sus temas, las claves de lectura que adopten, etc.27 En tal sentido, y para continuar utilizando el vocabulario de Santos, los topoi de las culturas occidental, hind e islmica, as como los de todas las dems culturas, son mltiples, en s mismos plurales, y pueden organizarse segn principios divergentes o contrapuestos.28 An los supuestos de relatividad, incompletud y diversidad culturales permaneceran intactos si, por ejemplo, se tomara como referencia para el contraste la jerarquizacin social del lado hind e islmico, y el individualismo del lado occidental, en el marco de un discurso neoconservador que integrase ambos ncleos de sentido con el fin de legitimar las diferencias de estatus econmico social por va de la culpabilizacin individual.29 En este caso, cada

    27 Cf. RICOEUR, 2001, p. 185. No slo la hermenutica filosfica ha colaborado en la toma de conciencia de la multiplicidad de lecturas de las que es pasible un texto. Tambin lo han hecho enfoques tericos ms o menos familiares a ella, como la teora de la semiosis social de Vern, la deconstruccin derridiana y la arqueologa foucaultiana. A este respecto, cf. VERN, 2004; DERRIDA, 1975; FOUCAULT, 2002.28 El propio Santos sostiene esto, cuando se refiere a la diversidad de tradiciones existente dentro de un mismo contexto cultural, en relacin con un mismo tpos. El autor lo ejemplifica con los casos ya citados de los derechos humanos occidentales, el umma islmico y el dharma hind, cada uno de los cuales se halla expresado al interior de su cultura respectiva por al menos dos versiones conflictivas entre s. Cf. SANTOS, 2004, p. 810.29 Pinsese en cierto discurso teolgico cristiano denominado de la prosperidad, funcional al neoliberalismo y sostenido actualmente en Amrica por numerosas iglesias neopentecostales de masas, que

    contenido mostrara la parcialidad del otro trmino de la comparacin y sera complementado por ste, aunque en una direccin exactamente contraria a la que persigue Santos. De ah que su nocin resulte un arma de doble filo en el plano poltico. Al igual que cualquier tipo de prctica hermenutica la diatopa es slo una de la muchas estrategias interpretativas posibles , ella acarrea una creatividad semntica inherente que torna intil cualquier esfuerzo por predeterminar el sentido que producir en un proceso de lectura concreto. La propuesta de Santos no se halla exenta, por tanto, del uso ideolgico diverso del que es susceptible todo instrumental hermenutico.

    Un tercer problema se relaciona con el carcter holista de los universos semnticos,30 el cual presupone la imposibilidad de aislar una idea de la red conceptual en la que se inscribe sin modificar fuertemente su significado, como parece sugerir el procedimiento hermenutico diatpico. En la medida en que todo entramado significativo posee la forma de una estructura, y no de una mera conjuncin de elementos, su recorte en segmentos trastoca profundamente a estos ltimos, pues su sentido depende de las relaciones que cada uno mantiene con el resto de los que componen el sistema de significacin. A este respecto, y retomando el ejemplo ya analizado, Santos debera explicar cmo es que el concepto occidental de derechos humanos podra ser mantenido sin cambios sustantivos separado de la distincin moderna individuo/sociedad, y cmo las nociones orientales de totalidad

    ensambla en una ajustada sntesis dichos elementos. El mismo apela a una antropologa individualista y culpabilizante que promueve en el creyente una bsqueda constante del xito econmico y deposita en l la responsabilidad absoluta de sus fracasos es decir, de su pobreza . Para este discurso religioso no es necesario ni siquiera solicitar ayuda a las tradiciones hind o islmica, pues la jerarquizacin socio econmica encaja perfectamente dentro de su propio esquema de pensamiento, como consecuencia necesaria lase: legtima, natural de la carencia de fe del ateo o de la debilidad de fe del creyente. Este ejemplo, si bien no constituye un caso de hermenutica diatpica intercultural, basta para demostrar la posibilidad, tanto lgica como fctica, de compaginar discursivamente jerarquizacin social e individualismo. 30 Este rasgo ha sido puesto de relevancia por el Wittgenstein de las Investigaciones Filosficas y, en el mbito de la filosofa de la ciencia, por la obra de Kuhn (para una ubicacin de estas intervenciones en el escenario epistemolgico postempirista, cf. SCHUSTER, 2002, p. 41 42). Asimismo, puede observarse un holismo semiolgico en la lingstica estructuralista de Saussure, que concibe a la lengua como sistema oposicional de signos. Cf. SAUSSURE, 2001, p. 127 146.

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    seguiran siendo las mismas fuera del contexto de una organizacin social jerrquica.

    A nuestro parecer, este dficit argumentativo es deudor de una concepcin algo simplificadora del fenmeno interpretativo. Extendiendo aqu un argumento de Rorty reconstruible, por lo dems, en trminos de cualquier postestructuralismo bsico , diremos que la interpretacin no consiste simplemente en una sntesis de elementos heterogneos, como parece entenderla Santos, sino en un complejo proceso de recontextualizacin que altera el sentido tanto de aquello que es interpretado como del nuevo contexto al que se incorpora.31 As, la recuperacin/apropiacin de ciertos componentes de una cultura no conserva intacto el significado que stos posean en su campo semntico de procedencia, sino que, debido al principio holista mencionado, su enlace a otro entramado preexistente transforma simultneamente a ambos. Desde esta perspectiva de inspiracin rortyana, nuestra relectura occidental de los contenidos de las culturas orientales sera, ms que una simple complementacin, como indica la hermenutica diatpica, un retejer las creencias y deseos ajenos en la red propia, a partir de una finalidad estipulada previamente.32

    Esta inclusin de Rorty al debate plantea, sin embargo, un nuevo problema, que podramos formular de la siguiente manera: en qu medida la recontextualizacin o rehilacin de creencias ajenas en la urdimbre propia est abierta a la alteridad? Es decir: hasta qu punto lo que se retoma de

    31 Sobre la interpretacin como recontextualizacin, cf. RORTY, 1996, p. 131 153.32 No reingresa aqu, de la mano de este planteo basado en Rorty, el mismo problema que adjudicamos a Santos ms arriba, vinculado al carcter presupuesto de la orientacin emancipatoria de la interpretacin? Respondemos negativamente, pues aunque en el pensamiento rortyano existe efectivamente un tlos liberal democrtico y pluralista que aspira a defender la proliferacin de concepciones y a favorecer una conversacin entre ellas, esa finalidad no se piensa como necesariamente implicada por un tipo especfico de procedimiento interpretativo tal el caso de Santos , sino como un punto de partida contingente. Este carcter desfundamentado y en ltima instancia decisionista del pensamiento rortyano es lo que lo acerca a autores como Derrida y Laclau, exactamente en la misma medida que lo separa de Habermas. Santos, por su parte, se mueve en un interregno ambiguo en el que ambiciona establecer un nexo necesario entre interpretacin intercultural y emancipacin, como Habermas, pero sin la fundamentacin pragmtico discursiva provista por este ltimo, al tiempo que pone en juego en su nocin de traduccin una versin simplificada del retejido de creencias de Rorty, pero sin las implicancias terico prcticas etnocntricas (en el singular sentido que el autor estadounidense le da a este trmino) y decisionistas necesariamente ligadas a ella.

    otra cultura produce, en lenguaje rortyano, una ampliacin del nosotros, y no una reduccin del otro a un nosotros previamente delimitado y fijo? A nivel semntico, la cuestin podra expresarse as: se da, en efecto, una incorporacin de nuevas significaciones que extiende la trama desde la cual se parte, o simplemente se releen las significaciones ajenas bajo trminos propios y predefinidos? La hermenutica diatpica de Santos, en tanto se presenta a s misma como un medio adecuado y recomendable para la comprensin intercultural, no resulta eximida de la obligacin de responder a esta serie de interrogantes.

    Las dificultades, empero, no terminan aqu. En una de las descripciones ya citadas del concepto que examinamos, Santos afirma que la participacin en el dilogo intercultural se da de la manera que se hara si se tuviera un pie en una cultura y otro en otra, y que de ello deriva su carcter diatpico.33 Ahora bien: es fcticamente posible tal ubicacin simtrica en la cultura propia y en la cultura ajena?34 Apelando al modo condicional de la frase, podra argumentarse en defensa del autor portugus que la misma reviste el carcter de un como si, esto es, solamente de una orientacin ideal, y no de una operacin efectiva en la prctica. Pero an dicha orientacin debera justificarse: nos es lcito y til postular una ubicacin en la cultura ajena, aunque sea meramente ficcional, cuando sabemos de antemano que no podemos prescindir de los condicionamientos que nos impone la cultura en la que estamos situados, y que la influencia de los mismos es altamente superior a la que puedan ejercer los de cualquier otra? Desde las principales corrientes del pensamiento contemporneo que asumen el giro interpretativo la hermenutica filosfica, la desconstruccin, el postestructuralismo, el pragmatismo rortyano y la teora crtica de Habermas sera imposible sostener el modelo diatpico tal como lo describe Santos, incluso en su versin atenuada del como si, por anclarse en una base insuficientemente perspectivista.

    Con todo, aun partiendo de tal presupuesto perspectivista subsiste un interrogante ms, vinculado

    33 SANTOS, 2000, p. 275.34 A este problema se suma, por supuesto, el de si sera adems ticopolticamente vlido y deseable hacerlo.

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    a la relacin entre particularidad y universalidad: es posible fundamentar la existencia de criterios, recursos y/o procedimientos que permitan trascender los propios estndares culturales de comprensin hacia formas de enjuiciamiento universalmente vlidas? Esta cuestin ha sido el eje de la ya clsica polmica entre Habermas y Rorty,35 en la que el primero ha respondido afirmativamente basndose en la nocin de pretensiones de validez,36 mientras que el segundo ha contestado negativamente, desde su concepto de etnocentrismo.37

    Por ltimo, y en relacin directa con dicha discusin, cabe preguntarse por la naturaleza de la tarea que lleva adelante el intrprete. Tambin aqu la confrontacin entre Habermas y Rorty resulta ilustrativa, y abre dos maneras de entenderla que se corresponden con los enfoques mencionados ms arriba: siguiendo a Habermas, el intrprete intercultural pondra en juego una participacin virtual desde la cual a la vez juzgara y comprendera los respectivos mundos de la vida de las culturas ajenas,38 mientras que, segn Rorty, simplemente entablara con ellas una conversacin conducida por el deseo de solidaridad.39 En el primer caso, se desarrollara una accin comunicativa que conllevara la apertura del dilogo a un auditorio universal, es decir, se lo expondra a la potencial participacin de cualquier sujeto capaz de lenguaje y accin, a travs de la crtica de pretensiones de validez; en el segundo, en cambio, se tratara de desplegar diversas acciones pragmticamente orientadas a la creacin de un terreno comn lo ms amplio posible, pero dentro de los lmites particularistas de una audiencia considerada competente.40

    35 Para una comparacin de las posiciones de Habermas y Rorty, cf. PREZ, 2002.36 Cf. HABERMAS, 1992, T1, p. 110 160. Cabe aclarar que, en Habermas, dicha trascendencia no consiste en desligarse del propio mundo de la vida, sino en acceder desde l a un mbito universal a partir del enjuiciamiento crtico de pretensiones de validez.37 Cf. RORTY, 1996, p. 15 56. 38 Cf. HABERMAS, ibd.39 Cf. RORTY, ibd.40 Para un mayor desarrollo de este segundo contraste entre ambos autores y de los conceptos involucrados en la polmica, cf. dem, 2000, p. 79 137.

    (In)Conclusin

    El examen de la propuesta de Santos ha dejado como saldo un conjunto de dificultades que requieren ser analizadas en profundidad antes de dar por justificado tericamente el concepto de hermenutica diatpica. Como se sigue del desarrollo anterior, existen mltiples aspectos problemticos vinculados a su fundamentacin filosfica e implicados en su uso (condiciones gnoseolgicas de posibilidad; utilizacin poltico ideolgica; rasgos hermenuticos y pragmticos; apertura a la alteridad; relacin universalidad particularidad; naturaleza de la tarea de interpretacin; etc.) que su autor tiende ms a dar por supuestos que a explicitar y desarrollar. A estos obstculos, de orden terico, se suman hoy los nuevos fenmenos sociales y polticos emanados de la crisis del sistema capitalista financiero global, que ponen en jaque la propia viabilidad prctica de un dilogo intercultural expansivo de orientacin emancipatoria, tales como la revitalizacin del racismo y la xenofobia, la creciente clausura de las fronteras nacionales y regionales, la reemergencia de integrismos tnicos y nacionalistas, y otros procesos reaccionarios y regresivos afines.

    Se plantea as, pues, la cuestin de hasta qu punto la nocin de hermenutica diatpica, concebida bajo el signo de una razn cosmopolita, puede resistir las crticas tericas y sortear los escollos contextuales presentes. En una palabra, si admite una resignificacin que le permita responder a las exigencias que se derivan tanto del estado actual de la reflexin filosfico hermenutica como de los efectos poltico ideolgicos negativos de la crisis del capitalismo globalizado. Pero, otorga la metfora geogrfica que subyace y da sentido a la idea de diatopa chances para una resemantizacin tal? De todos los que hemos sugerido hasta aqu, ste es, sin lugar a dudas, el interrogante ms acuciante que Santos debe afrontar.

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  • 29Impulso, Piracicaba, 19 (48): 1930, jul. dez. 2009

    Dados do autor

    estebAn neLson VergALitoProfesor en Filosofa/Magister en Investigacin en Ciencias

    Sociales (UBA, Argentina). Doctorando en Ciencias Sociales (UBA, Argentina). Doctorando en Filosofa

    (Universit Paris VIII Vincennes Saint Denis). Docente en la materia Principales Corrientes del Pensamiento

    Contemporneo, Ctedra Reigadas, Carrera de Comunicacin Social, Facultad de Ciencias Sociales, UBA, Argentina.

    Agradecimiento

    A Norma Giarracca, por su atenta lectura del borrador de este trabajo; a Daniel Jones y Germn

    Prez, por sus pertinentes y sugerentes comentarios crticos al mismo; a Santiago Faria, Mansur Azzam y Vernica Benavente, por su asesoramiento en las

    traducciones del resumen.

    Recebido: 2/12/08Aprovado: 8/4/09