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ACIDOS NUCLEICOS

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ACIDOS NUCLEICOS

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La imagen de la portada ha sido extraida del google images.

Raúl Muñoz González.

[email protected]

Nos dirigimos a la corporación.

Portadores de ácidos nucleicos

somos algún posible error

en el proceso de la información

que viaja por el espacio.

Eterna melodía nocturna:

las lágrimas de los corazones

que se descubren por el cielo

llenando con su luz un vacío.

Sobre la piel o bajo la piel

sin límites crece el sueño.

LA PENITENCIA DEL HUEVO

Desparramado en paredes y retratos

vive el cigoto su condena gaseosa

soñando un cielo y su propio rostro.

Respira por sucesivas generaciones

inmaculado cuando infecta la lengua

con los delirios de una alquimia.

Anhela contemplar un caleidoscopio

de rostros petrificados por su bóveda

ese cielo infinito y siempre vacío.

Hablamos por la yema de sus labios

derramando proteicas palabras

que buscan una sólida sentencia.

Así cumplimos nuestra condena

aún tratando de hallar una voz

que sea propiamente nuestra.

Alguien dibuja en un muro la raíz oculta de la encía

adivinando el gesto de un macabro juego de sombras,

dando presencia a la inquietante figura de-construida

que persigue a la razón atribulada por el insomnio.

Poesía:

Incólume transcripción

de los ácidos nucleicos;

el conjunto de proteínas

que conforman poemas

replicando la vida.

Tras la pizarra las amebas

alargan sus pseudópodos.

Hasta aquí todo es normal

también la voz del maestro.

Crecen las células por las placas de petri;

traspasan la mirada e infectan la lengua.

Ya sólo resiste el vidrio: mostrándose frágil,

escampa los cultivos liberando al lenguaje.

Avanzo.

Sin demora se pronuncia una infección:

dulces llagas crecidas por el agua del río.

Te tengo entre los capsómeros: ya te deslizas

y no te sujetan estas palabras huecas y vacías.

Avanzamos.

No se distinguen nuestras pieles

si nos deshacemos de los órganos

siendo sólo la matriz del Pleroma

que se reproduce sin descanso.

Avanzamos hacia los cultivos

tan floridos como necesarios

para poblar bocas despobladas.

Los humanos defecan

se extrañan entre ellos.

Sus huesos incendian misterios:

sostienen una descomposición

cuando una sombra decapitada

deambula por la aurora.

Liban la ternura y el espanto.

Aman el insomnio de la nieve

vertida por los cuencos vacíos.

Y envidian la soledad de la luna

dormida entre metales preciosos.

Viaja su blancura errática

por la caravana del sueño.

Un animal poético es un autómata

y su lengua es un cortocircuito

de pájaros muertos que vuelan

y se estrellan con los borrachos.

Una máquina diseñada para morir

ahorcada entre sus propios cables,

entre canciones que agonizan

por las lágrimas de un elefante:

verdadera musa y único animal

que comprende el sufrimiento.

No me responden las piernas.

Algo anda mal con la sangre

atrapada en balsas de aceite;

con los mudos circuitos

que vertebran la costilla

a la carne siempre fresca;

la ira de tantos cartílagos

a susodichas articulaciones.

Algo anda mal con el miedo

que trabaja a oscuras, incapaz

de abandonar la fábrica sucia.

Pero, ¿qué clase de horror

arma siempre a oscuras?

Algo anda mal si preguntamos

por el diseño de una máquina

fabricada para enterrarnos.

¿Dónde está el límite?

Hace días que no me encuentro.

Hasta las paredes me retan

para que siga buscando.

¿ Dónde están los muebles?

Hace días que no me siento.

¿ Por qué no encienden las luces?

( piensa una idea vacía ).

Un paso más y serás mío

parecen decir los espejos

cuando retrocedo asustado.

La historia encontró al hombre

arrodillado frente a un cadáver;

sus manos sostenían la costilla.

Había olvidado su condición

y quería comenzar de nuevo.

Mantiene erguida una impotencia.

Y descansa en la luz del poema

que todavía no ha sido escrito.

La luz atraviesa hasta los océanos y poco importan

enjambres de sentencias devorándose a sí mismas

si aún hierven las sombras por los oscuros abrazos.

Poco importa que no me encuentres bajo los párpados

o al final de una playa ceñida a la espuma de los besos

si ya me apergaminé cual silencio de serpiente a tu piel.

Qué importan los pasos que se hunden en un mar profundo

si la arena siempre recuerda la luz que atraviesa la mirada

devolviendo la paz a una memoria incorpórea e inmaterial.

Cuando trato de encontrar sentido a mi vida,

desentierro mi propia sombra, y me ilumina

la memoria de mis días sin recuerdos.

Absorto, sin comprender nada en absoluto,

vuelvo a enterrar mi cabeza en el olvido.

¿Quién mueve los hilos?

Las palabras no mueven montañas

no hay necesidad más allá del silencio.

Quienes temen morir se someten al tiempo.

No hay un antes o un después.

No hay discurso posible;

sólo cuerpos imposibles.

Fragmentos de luz;

ojos embalsamados;

una pluma inútil.

Aprendo a amar

cayendo hacia abajo;

creciendo hacia arriba,

como el árbol.

El dolor de las ramas

sacude mis sombras.

Empuja el aire roto

una materia rota.

Ni siquiera me atrevo a mirar

el cuchillo con el que corto el pan.

Soy una alucinación;

no hay nada

más allá de mi boca.

Me aturden tantas palabras

con sus posibles significados.

El rostro azul de mi madre

desencajado por el llanto:

la música de las palabras

que no acabo de entender.

No sé si el frío se hace o lo tengo.

Hay zozobras, espeluznantes silencios.

Pero no, no habla el silencio.

Tú hablas -esperas imposibles-.

Olvidas sin saber.

Mi vida es un error; cada día

se equivoca el mismo espejo.

Pasean por las ramblas

uno a uno. Línea a línea,

se difuminan en espirales

por la oquedad del tiempo.

Son la caída que sostiene

la imperfección del grito.

No comprendo el sin fin

que acaricia el horizonte;

la claridad dando a luz

por mis ojos apagados.

La belleza figura en espejos

empañados por la mentira;

ahora la verdad se difumina

en el rostro del desconcierto.

Me rozaron las zarpas de la vida; su gemido azul

ahora duerme en mi corazón. Y ya no es posible

que hable el silencio.

AGUJAS

I

Clavar la aguja

hasta el fondo

de la pupila;

y que hable

el miedo.

II

Ya la aguja incandescente atravesó mi lengua.

Ahora supura el azufre por el tejido epitelial,

cuando los ojos alcanzan a ser los senos

pero la boca aún se nutre, en la necesidad.

En la carne clavó su aguijón

la poesía no comprende límites.

III

Ya solloza mi piel; las agujas

se clavan en la huella del frío.

¿Qué hago con la nieve

amputada en mi sangre?

¿Cómo es posible sembrar

de nuevo sin semillas?

Ella es tan fría y tan callada

que ahora vive dentro de mí.

Mis brazos -caídos e indefensos-

todavía no se han derramado.

Y podría decir de quién se trata

pero es más bello el silencio.

Soy un hombre. Cuando me ves

sonríes a mi dolor y te alegras,

entre mis sueños, por un final.

Hacia mi huyes de la verdad.

Eres un ángel. Cuando yo te miro

tiemblo de emoción y me lamento,

entre tus plumas, por un beso.

Hacia ti huyo del frío de la justicia.

Somos todo cuanto imaginamos

tras la huída de nuestros cuerpos.

La mujer sin zapatos ordeñó un tiempo de color violeta

posado sobre nuestros labios, mudos de tanta ternura.

Hubo un estallido de mariposas saliendo del cubículo

un suave relámpago correspondido por nuestro amor.

Nos diluimos en el sueño de sucesivas generaciones:

ahora no conseguimos despertar de esta fabulación.

La belleza aturde al cisne,

y aun así flota en el sueño

ahogando vértigos de agua;

como la justa enfermedad

pasa sin hacer ruido.

Los cuerpos que ahora se aniquilan

arrojados al vértigo de una mirada;

el imposible de una iglesia rota

entre infinitos cristales de sal:

el mar soñando una fisonomía.

El error de los cuerpos:

la exactitud del vértigo.

UNIDAD DE LOS CONTRARIOS

Salpicadero del colchón,

tiemblas por tu cabeza

abombada de matices;

superfluos ademanes.

Tú, gendarme en pijama,

con pistolitas de goma,

vienes con hambre;

te voy a dar luz sola

penumbra incierta.

Y me besarás la frente

declarándome muerto

mientras me desarmas

(no es cierto porque

no tienes autoridad ).

Esos que te llevan preso

no saben lo que hacen

tú tampoco lo sabías

cuando me disparaste.

Sí sabías que no arribaríamos a puerto

siempre amarrados a alguna norma.

Que finjan el respeto por un funeral

su alegría porque nos llevan presos.

¡Ah lágrimas de cocodrilo

que albergan resentimiento!

Ah esta unidad manchada de sangre

ya casi no me reconozco en el espejo

pero dices que soy yo. Y que olvide

quién disparo a quién...

-Qué importa eso ahora -insistes

mientras me señalas con el dedo-

¡céntrate por este maldito espejo!

-¡Por el amor de dios! -me lo invento-

¡No se te ocurra declararme la guerra!

¿ Qué será del cuerpo

que nos cogió cariño

a pesar de las riñas?

¡Baja esa pistola

no voy a disparar!

Ya han tapiado su frente.

Volé la tapa de sus sesos.

Ya he pagado con mi vida.

¿Qué más quieren los ángeles

que orinan sobre mi tumba?

Antes de hablar jugaba

con fuego a las canicas

y estampaba la mierda

en la sombra derruida.

Dios reía a carcajadas

y con su enorme chorra

apagaba las luces.

Se rehusaba a amar

su propia creación.

La poesía duerme

y nunca despierta.

Dime algo, pronto.

La cama está fría

cuando despierto.

Su terrible lengua

fecunda silencios.

Va de flor en flor:

olvida los nombres.

Su razón: la urticaria

de la piel evanescente.

Olvida la culpa: lengua

de serpientes ancianas

asomadas a sus ojos;

no más que uvas pasas

en su frente ya hundida,

cuando mutila palabras

y pronuncia la belleza.

Solloza, oculto en la madroñera;

entierra los días de sol, no recuerda

a qué sabe toda una vida ya vivida.

Los oídos destilan sus pasos

agónicos en la fermentación.

Liba el sueño la luz por su ombligo

y él cae hacia el fondo de sus ojos.

El amor lo despierta a media noche,

como si fuera una flor: la única flor

que sobrevive al sueño.

Ahora desciende la temperatura:

tras clavarme sus uñas, se lamenta;

resopla por mis pupilas erizadas.

Ahora se retira de su país olvidado

y me quiere llevar consigo. Quiere

diluirse en el hierro de la sangre,

salir de mi cuerpo abandonado

y esculpir la fisonomía del dolor.

ESCRIBO

La verdad golpea esta sangre

mendiga en la sien del tiempo.

La mentira se escribe a sí misma.

Es cierto que ahora escribo

aunque no me comprendan.

Este poema es un avecilla desnutrida

un simple manojo frío de temblores

en los oscuros ovillos emplumados.

Abriguen la delicadeza despiadada

de la luz que camina hacia la muerte.

No dejen que muera de frío el sueño.

Soy el idealista empedernido

que se sacude de la historia

porque no halla la cronología

de su propia muerte.

Declaro como único testigo

único verdugo y único culpable.

Soy la víctima abrumada

por la vergüenza.

CONTEMPLACIÓN

Un hombre absorto

se mira en el espejo:

ayer agua saltando

hoy detenido reflejo.

Atrapado en el frío

crepita por el hielo;

un corazón implora

sin hallar consuelo.

Una y otra vez, se pierde la memoria

por un laberinto de venas y arterias

-indisolubles raíces-.

Abrazado a su tiempo espera

una muerte hecha a medida.

Naufraga por su propia sangre. Y

aunque ama su propia derrota

no comprende los motivos.

Dios está lleno de mierda

y aun así cree en el vacío.

ÉTICA A PLATÓN

La célula no calcula ni tiene principios

sólo responde a la finalidad de la vida.

CÉLULAS MADRE

Pensamos ojos por células

e intercambiamos un fluido

atravesando la membrana,

que ahora te nombra:

elefante por el caracol

oculto en la campana

-exudado de ti mismo-.

Dos trenzas te sostienen

ningún rostro te ampara

y piensas

que si no fueras campana

no descansaría un elefante

en la concha de un caracol.

Descerebrado eres orificio

que vigila el paso de la luz .

Acecha un ojo

por tu otra vida;

tantas células

te desfiguran.

PARACETAMOL

Aunque tomaba paracetamol, los resultados negativos de las analíticas no confirmaban su

intenso dolor. No resultaron visibles los virus que mordían su carne. Despacito y con

mucha paciencia, habían suplantado su personalidad, ahora lo obligaban a bajarse los

pantalones para que le clavaran una aguja alegre, que rebosaba mili-litros de un fluido

viscoso (normalmente enfrentado a las voces) llamado risperdal. Cuando se encontraba

desnudo en medio de las ramblas, buscando el dedo de colón, estaba aún muy lejos de su

enfermedad; entonces era un hombre sano buscando su lugar en un mundo enfermo. Aún

los virus no habían oído hablar de él. Son ellos quienes alimentan sus peores sueños;

ahora convertidos en carne, suplantan la voz -el verbo- y alimentan cepas de virus

malbaratados, no aquellos originales que trajeron la poesía desde Saturnus; otros virus

artificiales de laboratorio que se replican por los aplausos, infectando una Jam, o

cualquier otro evento donde se acostumbra a manipular la palabra con fines benéficos.

Aquel hombre ,desnudo y encolerizado, sobrevive enfrentado al paracetamol que toma

cada ocho horas; son fuertes los gritos de las articulaciones y las punzadas en su cráneo.

Son gritos de desesperación porque algo nuevo esta naciendo, pero duele;

¡Joder sí duele!

DE CUERPO AUSENTE

Viajo por el cielo:

es la noche el frío

acueducto de luz.

Solo un pájaro en mi cabeza

entierra su canto en la nieve.

Y créeme no volverá el sol.

Si no lo viste subir

¿por qué esperas?

¿Cómo estar seguro

si un ángel no llora,

y esta niñez rebelde

te obliga a persistir

en el oro indeciso?

Ah el silencio aplazado.

Ah esas manos tan pequeñas

que acarician un destino incierto.

Ah tanta noche que arropar

y la infancia que no regresa.

¿Cómo amar el insomnio

enterrado sin un cuerpo?

Sigue aunque no encuentres.

Está bien que ames

estas alas rotas sin ningún valor:

otrora la luz que te despeinaba.

Contempla un paisaje alucinado

por la materia oscura de la niñez;

aprecia la luz de tu propia tumba.

¿Allí te ocultas ?

Es posible, pero

no dejes de cantar;

me siento tan pequeño

envuelto en tanto vacío.

La bóveda del acero

arropa este corazón.

Y no quiero estrellas

que no pueda tocar.

Un paso insalvable nos separa:

tenemos tanto frío si amamos

esta noche de cuerpo ausente.

ERROR DE CÁLCULO

No comprendes a la mujer

que te empuja.

Oíste hablar de la fertilidad

y fuiste a buscar la belleza.

Consideras un error caer.

No alcanzas a comprender

la infinitud de una mirada.

OVULACIÓN

Me hizo bien la saliva encaramada a los tobillos

de aquel beso sumiso lanzado a la mujer ausente.

Por un pelo escapé de unas espadas,

que blandían un silencio de derrotas

urdidas en la doble hélice del ADN.

Me tendí en el estandarte de un mar

enjabonado por la ovulación del día

que aún contaba las olas.

Extensa luz que no acierta:

el silencio, como una llave,

aún me quisiera fecundar;

pero estoy cansado, y aquí

no acabo de encontrarme.

Tengo algo que no es mío

pero lo cuido con esmero,

como si aún fuera posible

hallar la palabra precisa

que abra una cerradura.

No vuela la mariposa. Ahora la verdad

destiñe el contorno de sus alas. Ya conoce

la belleza de la flor: su propia enfermedad.

Con las manos que parto el pan

abrigaré la condición humana.

Así se haga barro mi cuerpo

y la palabra profane símbolos

que ocultan lo innombrable.

Hay que tener la santa indecencia

de arrojar nuestros ojos al fuego,

arrancándole a ella las palabras.

Así es la poesía que se presenta

tras ser violada por el lenguaje.

Voy a vaciar tu cerebro,

a ver si el sol deja de ponerse

sobre tu lengua estercolada.

Me excitan tanto estos días

enajenados en mi cuchara.

AMNIOCENTESIS

Saben a plomo los huesos si cantan,

huelen a mañanas las pieles del oro;

resulta tan agradable el caballo ciego,

que te mira boca abajo mientras trota,

y alegre gimotea senos endurecidos

enhebrando los pezones del marfil.

Esto será luego del llanto oscurecido,

antes vendrán mandriles de estrellas

vociferando un luto de materia oscura,

partiendo la fiesta blanca de la luna.

Antes luego después, una lanzadera

apretada a tu carne, enjuta al desafío

de la gravedad pesada en tu corazón;

un ave cual bujía encendida de odio

anida en tus cornisas, ahora tamiza

el anclado vuelo entre la turbia piel,

que miras por el reojo de la cuchilla.

Hierve en la lengua un espeso silencio

escarbando la materia gris de tus días;

escampa la tormenta los alfileres rotos,

cosiendo plumas vencidas por el vuelo

de tu cuerpo ausente, vaciado de luz.

Enjundias sus pichones de escarlata

mancillando tu vocabulario ampuloso,

no más reproduces su sino en tu sino

y esperas su caída cayendo al vacío.

En esta trasnochada ira de placenta

ardiente en el alumbramiento tardío,

aquel que no acometerás, sin antes

volar por la ventana del octavo piso.

Aun así, cuánta hermosura endurecida,

a golpe de sal bruñida y nítido estiércol,

que solventa la problemática de un sol

confundido con un caballo, y tan ciego

que resopla por el algodón del fuego,

desnudando la belleza de una madre:

yegua cándida paciendo luna amada.

Astro imperfecto del día aborrecible,

sepas tañir en el vientre de tu mujer

una canción encunada de estrellas.

Pueda mirar por los ojos del caballo

la amniocentesis del tiempo, absorto,

detenido en mi posible nacimiento:

Sepa juntar sus labios la distancia.

Hierve un vacío cuerpo sin piel.

Los dedos amoratados se hunden en la yema del huevo, apuntalan

las últimas nubes que asaltan la claridad de las miradas nocturnas.

Se dilatan las pupilas de las rapaces, como si quisieran sostener

la mandíbula desencajada del animal que emite sonidos extraños

mientras agoniza en un lento y sonoro bramido de color violeta.

Si fuera posible vislumbrar

el manto rojo de las estrellas

devoradas por el firmamento;

la noche que huye despavorida

cuando se encienden las bujías.

Pero no es posible contemplar

la inquietud de tanto silencio.

Queda la luz, en la víscera, cuando se enfría un cuerpo.

LA VERRUGA

I

Siete clavos ardiendo apuntalan

la verruga.

No puedo incendiar la habitación,

acaso sí pueda reventar los tímpanos

al sapo que me mira,

me mira como si yo fuera

un objeto extraño.

II

Muestro la verruga

para una analítica.

Si otros la miran,

quién sabe, tal vez

podrían borrarla.

Miren atentamente;

a todos os lo ruego

encarnecida-mente.

SOLO, EL ENAMORADO

Se produce el desgarro en el tejido que regurgita églogas,

vomitadas como pájaros que se enganchan a las antenas.

Se enredan los hilos a los ojos que perdieron el rumbo

y se diluyen los labios en hermosos silencios.

En un cuerpo vacío, solo, queda el enamorado.

Azules, tus entrañas, desertan.

Tu calavera redime sumariosy sopla el velamen de la luz.

Desafías a tu empapelada cabeza;palpitas por esta pena de muerte.

Enterrado, plomo que no comienzani acaba contigo.

Limpia tus armas henchidas de amor.

No asumes esta derrota. Aplazas deudas cuando me desafías,perplejo frente a una bifurcación de vasos in comunicantes.No hierve la sangre si no entregas un corazón a plazo fijo.Si atizas al fuego por la herida de un sol, nunca sabrásquién venció a quién -la mentira es un pozo sin fondo-.

No descifrarás nuestras intenciones porque no hablas por este acertijo.

Nadie puede interpretar tus gesticulaciones cuando hacemos el amor.

Tanta luz, versada, circula por las raíces,levanta coníferas; la sangre del bosque,exhausta, cae sobre la pradera de oídos afinados en la ovulación de la tierra.

No tiene cuerpo visible para la literaturaporque pervive oculta por el sotobosque.

Su naturaleza inflama los cloroplastos,dulcifica la vegetación, por la alegoríaintroduce su cabeza en la electricidad.

Su voz incandescente es el preludio

de tantas células madre.

CIPRESES

Un borracho arroja las piedras al cementerio,

en vano trata de despertar de un largo sueño.

Otros lo esperan en el bar, con enormes ojeras,

acechan a la muerte vestida como una puta.

¿ Adónde van a parar las piedras arrojadas

por el aire de un cementerio siempre vacío ?

Los muertos están en el bar bebiendo en silencio,

y nadie los puede ver;

son como la cintura quebrada de los cipreses

siempre mecidos por la embriagada ausencia

que orea sus nombres.

SER

He cavado hacia adentro:

no ha sido esta crueldad

arquitecta de los días.

Estando tan oscuro aquí,

he apartado este cuerpo:

contenedor de los vacíos.

Y he usurpado su lugar.

No he sido hasta ahora.

CONJURO

Arrancó los ojos del espejo:

devoraba la hiel de un sapo

cuando escupía sarpullidos.

Habían suplantado a su madre:

sintió cuán extraña es una vida

ya sin nadie que te reconozca.

EUTANASIA

Ejecuten toda belleza

con un claro desprecio,

bien merecido si atina

y es del todo sincero.

Si la condición es asesina,

cedo un cuerpo torturado

por este inocente lamento,

vaciado de toda verdad.

Tan lento es el puñal

que clavan sonriendo.

TELEOLOGÍA

El pensamiento lineal describe los labios

pero no comprende los besos.

La savia vital de las lenguas desemboca

en un sólo propósito indivisible.

EL VIGILANTE

I

Llega por este silencio

y me ofrece su espalda:

pasa la sangre turbia

como la canción rota

que no quiero cantar.

Así pasa de largo

y no la miro a los ojos

pero cuento las voces

entregándome a ellas.

Oigo al cansancio

cuando me acecha:

acaricio su rostro

y cierra mis ojos

el vigilante.

El hambre descerebrada

despelleja toda la carne;

enfría mis extremidades

cuando me lleva consigo.

II

Aquel manso vino manchando la frente; el rumor de la sangre por toda misa;

el cuerpo incomprensible, infatigable mente resuelta por la hondura del agua;

canto del frío arrancando banderas mientras un límite inexistente me señala

y tal vez sea el segundero empotrado a la lluvia, parecido a un Ángel sin pan

tan dichoso al olvidar los motivos que me llevaron a encontrarme.

Antes del solsticio contemplaba escudos inamovibles pero nunca preguntaba

a qué se debía aquel abandono de la tierra, la ingravidez de aquella serpiente

alimentándose de las tripas mientras luchaba por desprenderme del miedo;

más acá del sol todo era una angustia indeterminada buscando mi rostro.

Tuve que errar un presagio: sin responder por un nombre callaba mi orgullo.

Entonces andaba más adentro y tampoco reconocía mis pasos, pero amaba

la voz inconsistente de la nostalgia, crecida como la hiedra por aquel muro

donde siempre me lamentaba sin encontrar respuesta alguna, hasta que

embriagado, el vigilante bajó la guardia; entonces pude abandonar la guarida

-no sin antes beberme todo el veneno- atravesaba su mirada perdida. Y así

bien hallado por este sueño poco importa quién es quién.

LA CORPORACIÓN

La huella de los nudillos en el tabique.

Parecía una virgen pidiendo clemencia;

en el umbral del arco, sujetando el aire,

lloraba una nube abombando mi puerta.

Sin ceder al ácido de la tormenta

acaricié al ángel vestido de demonio.

Renaciendo me cagué

y ensucié la entrada al paraíso.

En el sanscrito metieron mi dolor de barriga.

En el recibidor hablaban una lengua extraña.

Vinieron a reclamar a una familia. Y golpearon;

con fuerza aporreaban mis oídos supurantes:

querían llevarme, había que pagar un tributo

por un polvo echado a la ceniza, medio roto.

También había un rostro de piedra en la salita,

acompañado por un cortejo de extraterrestres

que lo llevaban preso por su exceso de ira.

Encendí las velas para pedir al rayo

que no me partiera, como se parte

una persona que solo quiere amar.

Aquel deseo opuesto al nacimiento

fue sancionado por La corporación,

mientras velaba por mi propia vida.

QUIÉN

Sueño un monte de espuma:

blanca nieve en mis huesos.

Amo el ojo de cristal tallado

en un hormiguero celestial.

El pájaro con su pico triste

afina un canto de pestañas.

Y la flor ausente de ti

crece por tu garganta.

Su pétalo vierte un vacío

abonando tantos silencios.

Escarbas en una tumba.

Te ausentas de ti mismo:

así descubres quién eres.

LABIOS

Nítida desembocadura de la vida, atrapada en un color convincente, cual pétalo replegado en carne viva; en la frontera, al abrigo de la sangre, cierra el paso a la luz hiriente.

Abre paso a la sonrisa; el asombrodesafía a la soledad, y parte en dos el escudo del mar librado a la batalla, desafiante ante un ocaso intangible.

La flor resuelta por la unión tangible de dos almas, dos mitades, un solo cuerpo ardientemente desvelado: centinela del beso.

MANDALA

Mucho antes de dibujar mi primer círculo

ya lo albergaba todo.

Luego vino el sentirme solo, y sólo sentir

una ínfima parte del todo.

ANIMÁCULOS

La piel no advierte ni frío ni calor

entre una y otra línea del tiempo;

desprovista de bujías, poco a poco,

se adhiere a un cuerpo como hierba

crecida en el muro blanco del frío.

Se ausenta la intención, sola queda

la tenue luz cuando vacila la lengua

entre el cielo y la tierra, muy lejos,

siempre lejos del rumor del agua,

cuando ésta figura en los espejos

buscando su razón de ser.

Oí crecer al deseo, asombrado

por los recovecos de la entraña,

mas no era aún ni siquiera sombra,

margen o tangente que mide distancias

auscultando la risa floja de las nubes,

y por ende el gran vacío del mar.

Los volví a encontrar con ojos de niño,

y su tibieza recurrente encharcaba mis días;

me parecían indescriptibles, mucho más

que el cielo invitándome a pintar un bosque

azarosamente poblado en mi boca.

Mas comprendo aquel imposible cofre

abandonado para siempre sin límite alguno

ni forma precisa para colorear.

De ahí la tristeza de la nuca vuelta hacia la tierra;

la inmóvil roca cuando mira de cerca la impureza;

un ocaso deforme por sus garras inadvertidas,

estiradas más allá de los límites de la melancolía

donde nace una pena tallada en metal precioso,

ávida de una noche oscura sin apenas lágrimas.

Ocultábase sin mí este cuerpo mío

infinito de infancias irreconocibles,

pertrechadas con ásperos atuendos.

Solo un niño coronado de sin sabores,

allí desterrado como un lucero

que esperase el abrazo del tiempo.

Él, que tembloroso palpa en el útero de la melancolía,

tratando de hallar la forma de aquellos seres extraños:

Animáculos corporizados en una infancia tan triste.

Si acaso rompieras aguas

se detendrían los peces,

el tiempo sería una pecera.

Tú quizás el pez globo.

Aunque también es posible

que no recuerdes quién soy.

La belleza se declara

siempre imperfecta

me conmueven sus alas

rotas por el infinito.

La deformidad de mi rostro

me muestra la única certeza:

volver a intentarlo de nuevo.

EL LOCO

Me muestra una herida

como ese jardín sin luz

donde sólo en ocasiones

se adentran los amantes,

y sienten el cálido rumor

de otras vidas pasadas

que lloran sobre las hojas

donde se acuestan.

El loco mira lo profundo

todo aquello que no dicen

cuando al fin se aman.

Un borracho da vueltas:

sobre sí mismo pivotan

genealogías del alcohol.

Y las piedras extasiadas

petrifican el delirio azul

cuando vomita esta hiel:

embriaguez circular

de toda melancolía.

Hallé ciega a una mentira

escrita en un hormiguero.

Aquí entierro la vergüenza

pero mi cabeza sobresale;

tendré que pisarla más

por si alguien me lee.

SIN SER VISTO

Renegaron de ti quienes

te escuchan en silencio.

Aguda e incomprensible

lengua sin articulaciones.

Solo contemplas el vacío:

transfusiones de órganos

igual que peces de fuego

girando por el diafragma;

entre la vigilia y el sueño

tus paSOS se detienen;

puedes pasar es oscuro

no hay nadie mirándote;

sólo parpadea un riñón,

recién implantado calla

como el mismo diablo.

Levántate y ve a orinar

toda la deuda aplazada,

graba el miedo circular

del fuego en la costilla;

olvida la sed de peces

hundidos en la entraña

mientras poco a poco

mueres por una boca

tras morder silencios,

que no te pertenecen

( no quieras verlos).

EQUILIBRIO

La gotita bien equilibrada

sobre el hombro del pan,

bajo el acero del cuchillo,

despunta por mis dedos

que señalan este vaso.

Gota a gota una cintura,

sin intermedio de arena,

consiente en una herida

por fabricar este cuerpo

que termina conmigo.

Tro ci tos impertinentes

con fecha de caducidad

entre ellos se encadenan

sujetando el vacío caen

go ti ta

tras

go ti ta

por

un

po e

ma . . ...

CUERPO AUSENTE

La apoptosis se pronuncia clara

porque es amuleto ensimismado

sin encontrar el féretro de la luz

sin rostro ni enjambres de la lira

por una sed inerte de los cielos.

Mal recordeme el niño idiotizado

mazorca aturdida por las brasas;

la soleada ribera sin banderines

ni fratricidas amapolas. Tal así

quierome piélago sin proporción

rotura obturada odiando grilletes;

advirtiendo a las nubes del olvido

amado por la lluvia sin propósito.

Abrazome letrina aqueste olvido

quedeme hecho un traje sin mí;

sin el lunar la espalda desmiente

si balbucea un lenguaje prestado:

la inoportuna sonrisa del difunto.

Embriagome mi propia ceguera

aquesta culpa no usa de espejo;

con el odio partiendo el paladar

se pronuncia aqueste querubín.

Trunqué en bálsamo la verdad:

el sepulcro vacío de la infancia

amaba unas manos sin límites

que otrora acariciaban plumas.

Dormiame sin decirle adios:

enterrándome desenterraba

a quien ahora no reconozco.

ESTE NO SABER ME PRESIENTE

Tiempo soñado no es un más

por el umbral venido a menos

me preocupa quedarme quieto

anterior a una membrana

a la misma gota de lluvia.

Si acaso un suspiro inmóvil

ahora sostiene esta bóveda

espejo piedad contemplación

detenida por estas sombras

mi propia manera de amar

algún rostro lluvia pausada

que corresponda a mi voz.

Este no saber me presiente

custodiado por este olvido

aquí injerta esta carne viva

se pega al hueso la aurora

aún estoy por llegar a Ser.

Aún arde una desaparición

el recuerdo de la oscuridad

que corresponde al silencio.

Hace tanto frío

cuando al fin

me abrazas.

No quisimos

encontrarnos,

pero al fin

entra la luz

y somos cenizas.

AUTÓMATAS CELULARES

No te dividas más solo quiero ser la célula madre...

I

en una pantalla conviven los contrarios disparando desde lo más alto hacia lo más bajo oviceversa. Se abrazan a oscuras destruyendo lo que más aman. Hay muros que pareceninfranqueables pero nos llega el perfume de quienes están afuera si somos el contorno dela lluvia, la misma luz que abarca al tablero. No sé por qué pero me toca mover ficha...

II

... esperamos que llegue un poema en forma de imágenes donde los protagonistas nohablan y resultaban audibles por las ropas que visten, los gestos, la música de su silencioy, sobre todo, el fondo donde se mueven sus figuras. Tal vez queremos ser un recipientedonde todo cabe, no rompernos hablando a un muro. Nos juntamos porque tenemosmiedo de desaparecer en el paisaje por donde transcurre el tiempo deteriorando nuestroaspecto físico e incluso algo, tan evidente, como sonreír. Olvidamos aquello que más nosmolesta tomando distancia del paisaje: el mismo poema. Construimos una fortaleza vacía.Allí esperamos...

III

lo que nos separaba entonces es este poema: un abrazo recorriendo distancias queresultan incomprensibles. Si en alguna ocasión estuvimos juntos, no llegamos a encontrarlas palabras en nuestro corazón o callamos entonces por miedo. Quién sabe hasta quepunto resulta del todo imposible, a veces, amar a quien más quieres...

IV

a veces sólo llega el ruido como una cáscara vacía pero creemos en las palabras queesperan. No somos tan variables si miramos al cielo buscando a nuestros seres queridos, obien nos movemos en un película muda pedaleando sin frenos ni bicicleta. El que unoelija ser bueno no quiere decir que vaya a hacer el bien tampoco nos elige el mal parahacer su obra. Algún hombre tendrá que mostrarse perplejo por no hallar certeza alguna:un camino de regreso. Queremos tener libertad de movimientos cuando nos ordena laquietud. Tal vez somos la única respuesta. Quién sabe…

V

cuando nombro la sed todos me responden agua y cuando miro a los ojos no saben quédecir. Acaso la verdad se responda a sí misma. Es posible partir el corazón a la reina eincluso el jaque al rey, que no queremos matar. Nos podemos encontrar tan lejos el unodel otro como para perpetrar el asesinato sin derramar gota alguna de sangre. Esto lo séporque intento mostrar la verdad apagando la sed...

VI

la luz viaja por las arterias remontando la oscuridad. Nada sabemos cuando nos urgeencontrarnos con nuestro propio fantasma...

VII

aquí adentro nos embarga un profundo placer porque seguimos contemplando unnacimiento. No es cuantificable el dolor ni la dicha de ese cuerpo cuya envergadura realaún desconocemos tampoco hay manos suficientes para sujetar su cabeza cuando sedesprende entre las nubes. Nos miramos esperando encontrar alguna variable queexplique la vida. Algunos dicen que somos puntos atrapados en la red invisible de unmismo programa, sin embargo ¿cómo aliviar esta inquietud cuando uno se siente tanvivo?

VIII

no es el miedo. La culpa es la que abandona la partida. Olvidamos su cuerpo cuandovimos pasear a aquel hombre; como si se tratara de un verso interminable, caminaba porel paisaje vacío. Algunos dijeron que teníamos que hablar más claro otros lloraban frentea un muro pidiendo perdón. Y un niño despertó queriendo ser un poema. No es el miedo.Se trata de encontrar las palabras apropiadas...

IX

nos aferramos al amor por la ley de la gravedad. Somos la variable de una ecuacióncalculando distancias frente al espejo...

X

nuestras pieles se arrugan pero sonreímos y aunque aquí no llueve encontramos laspalabras siempre sedientos por saber qué ocurre cuando movemos la ficha de un a otrocasillero: de mano en mano nos pasamos la inquietud como niños sorprendiendo a suspadres. Somos imprevisibles cuando armamos un sueño que otros habrán de descifrar.Nos encontraremos al final del viaje comenzando de nuevo. Hay leyes que no precisan deescrituras ni programas sofisticados mas se cumplen por propia iniciativa...

XI

...Hablaba con los leopardos que desdoblaban un mensaje en cintas codificado. Era unpríncipe buscando su lugar en el trono cuando encontré copias de mí mismo. Ahora hablocon el corazón pero no me entienden...

XII

... una hormiga va

y entierra su cabecita,

sólo vemos la antena.

Dicen que no piensa

hacer un hormiguero,

esa oscura catedral

de donde salen más

y más hormigas

como perlas sucias

de la misma oración.

Los granos de arena

llueven en avalancha

mientras se adentran

cegadas por un ideal

tal fuera la inocencia.

Encontramos orden

en cualquiera gesto

por cruel que resulte,

por ejemplo devorar

todo a nuestro paso.

Acaso la belleza

sea un acto reflejo;

elemento químico

hermanado.

XIII

...es el bucle de la cibernética

la palabra que no se reconoce

y repite su nombre en el espejo

mientras contesta un eco lejano

que resulta más cercano mientras

más y más se aleja repitiendo

el mismo humo de un cigarro

que busca el vacío del fumador

que se busca a sí mismo cuando

busca la palabra que se busca

por los ecos de una pantalla

donde no se reconoce porque

busca lo que no quiere encontrar

mientras imagina otro cuerpo

dentro de su propio cuerpo

otra voz que interpela su voz

dentro de un espejo atrapado

se bebe al pez que se bebió

la sed inútil de una imagen.

HECHIZO

Esto que ahora escribes

es tu misma repetición.

Y en tanto te desprendes

versa la sombra escrita;

te lleva la lástima te sientes

cansado cuando contemplas

el odio el vuelo detenido

la pluma mudada del mohín

que quisiera recordarte.

Nada quisieras más que la muerte,

pero has de amarme ¿cómo si no

reconocer nuestro mismo final?

Venció un entierro

a plazo fijo nombras

los días ausentes;

el bolígrafo la libreta

aquella mochila

la pluma abatida

codiciada por ti,

y los prismáticos

mirando de lejos.

Más pequeño te hacías

más oscuro el camino

de quien no encuentra.

Erróneamente expulsado

hacia quien no te quiere

regresas ensimismado.

Siguen hablando contigo

desmenuza un grito el auditorio;

te sonríe la clausura del Sol

comienza a oscurecer de verdad

y este traje te queda muy estrecho

la gloria del olvido te achucha,

pero una vez ido besas el pez

y no es posible hablar sin voz.

Si te nombro piedra calentada

eres insignificante alucinación

infinitud de la angustia

que no halla su finitud.

Si te ausentas de ti mismo

arrancándote a tiras la piel

sólo alcanzó a pronunciar

el miedo inmóvil el silencio

que viaja de mano en mano;

este pan hecho de olvido.

Te presentas avergonzado de frío

-nada tiene que ver con la muerte

se trata de una poderosa razón

sedimentada por esta asfixia-.

Te crees muy duro

pero quieres llorar

y no hay lágrimas.

Me conmueve la arena en tus ojos;

soledad solidificada en mis manos,

espejos por la noche consternados

que te miran sin saber qué decir.

Así es que proclamamos la libertad

el regreso tras ser derrotados

la claridad de horizontes desangrados

besando los huesos tibios del Sol.

Por el fin de tus días

vuelvo a saber de ti:

celebro

que me despreciaras.

Regresas por el frío

sin piel; en carne viva,

venerado diamante.

EL IDIOTA

Siempre a oscuras, palpar

una distancia; levar anclas,

amar, aunque te duela tanto,

caminar tejiendo los copos;

las manos, inertes, velando

un arrullo invisible -mente

sin análisis ni beneplácito.

Y con todo ello, a la vuelta,

chupar un miedo a ese sol,

saturado por los algodones;

aún descorazonado, pacer

malas hierbas que gravitan

por las pieles temblorosas;

solo, afinar oídos de arena

y licuar sedosas páginas

desflorando los venenos.

Caminar a oscuras, tan solo,

coronar un viejo cansancio;

lecho de tantas sonrisas,

como estrellas olvidadas

sonriendo por los mares,

bebiendo la risa infantil.

Lágrima tendida a secar,

sueño blanco que pasa

sin calmar sed alguna,

corteza que resbalas

por los anillos del sol;

triste arlequín sin piel,

desgarbada promesa

arando los latifundios.

Trasnochado, me amas,

arrugas mi desconcierto

por la tierra tan baldía;

empeñado por la belleza,

te asomas al día, y besas

mis labios infantiles

ocultos por el paisaje.

La paz ciega del idiota

por toda noche oscura,

y un ejercito de niños

por toda luna vencida,

y los colores del mar:

sus barcos de mentira

llevando mi sangre.

Por un sueño blanco

naufraga el idiota.

Diametral-mente opuesta a ti

esta voz es sólo el eco

de la inocencia sin principio ni final

la eterna concatenación significante

donde exasperas.

Esta tupida red de tubos

que transfiere tu sangre

y no te deja caer,

te sujeta sin control alguno

ni remedio posible ( me temo

que hallaste a quien buscabas ).

Trazaste huesos inmóviles en el vacío

de un solo plumazo se te iba el cuerpo.

Ahora ¿cómo es posible la recuperación

en medio de semejante aridez tubular

que simula la circulación de la nada?

Ahora te queda el insomnio

pegado a los huesos

y esta fiebre que enciende

la piel pegada a tu silencio.

Olvidaste mentir a los muertos.

FRÍO

El espíritu pegado a los huesos

la carne troceada por los días

el charcutero que ríe a carcajadas

y con su enorme cuchillo

apaga todas las luces;

y aún me abrazas suplicando

que no te abandone

no comprendes la rendición

no amamantas una desdicha

te abandonas a las palabras;

cuando ya no estoy

ocultas el cuchillo

enciendes la luz

revuelves espejos

soñando la blancura

de un copo de nieve,

tan vacío y tan puro,

rodeas un imposible

quieres redimir al frío.

Las palabras tienen memoriay contemplasla Branquia del Pez en la gargantaoscura por la benevolencia del mar.

Se parte el paladar en la lengua.

UNO ES EL AMOR

No me han faltado motivos para aprenderNi hubo suficiente pan para tantas manosNi hubo suficientes bocas para tanto amorHe coloreado mis propios límites por el cuerpoUno es el amor y entre todos se hace posibleDonde la cordura no alcanza se vive el sueñoTanta es la alegría de quien se siente acogidoAmado por quienes no han sabido engañarseNo falto a la razón si digo lo que ahora sientoPorque estas lágrimas ya no me pertenecen No necesito ninguna excusa para estar locoSimplemente es algo hermoso ser humanoLlevar la piel curtida por tantos pesaresY aún así tener un corazón tan inmensoQue se sale de toda norma Tan sólo comprender quiénes somosNo me faltan motivos para amarPorque es posible, aquí y ahoraSentir la vida por vuestras pieles

El agua remanso de tantos ojosCalmando esta sed tan humana.

Han sembrado la luz.Y la luz es la materia:lengua del esternón;amargura angelicalabriéndose al dolor,destrozando la vida.

Sucio desguace,pecho tan vacío;tremendo ángelsin llanto infantil.

Si puedes oírmellévame pronto;pesan tus alas

si lloras por mí.

Esta luz es la doblez del acero. Hiervecomo un bien escaso, fulge sin herirme.Me aprieta el corazón y ensaliva la carne:

Ora un destello, sin espinas, me amamanta retoza por tantos símbolos, tantos colofones.

No ocupa este cuerpo pero, paciente, esperaun inefable alumbrar sin dolor, sin sombras.Espera el desvanecimiento, coronar la sangresin cerebro, lamer la grasa de las pupilas;proclamar el vacío, fortaleciendo al aire.

Haciendo los destrozos a la verdad,intenta abrir una tumba y vaciarme; sin derramar gota alguna de mí, intenta la cópula con el pánico.

Ahogada por un pesar, sigilosa-mente,arranca el esternón y tira suave-mentede mi cabeza en desarrollo:

la misma idea.

POR TODA SANGRE

La decadencia de hablar en primera persona no requiere de sacrificio alguno, más biendiscurre por la distancia.

Eres mal visto por una lengua errática que asemeja cristales de luna bajo arrecifes decoral. No es cierto que hubiera un tiempo de vides, y extensas aceitunas levantando laalfombra de la nieve, como si acaso fuera posible desenterrar las columnas, inamoviblesal ruido de cacerolas, pucheros u otros enseres dedicados a la cocina; con la carne crudacolgando de los pezones, y las agujas midiendo el pulso del diafragma mientras la belleza-agazapada entre las ruinas- trama un paraíso perdido.

No hay manera de detener un nombre propio, pero repite conmigo una distancia, yrómpete, definitivamente, en tus propias manos. Los restos que queden de ti son tu bienmás preciado. Imagina que fácil es caminar y que de repente caiga un ojo, cuando no unaoreja. Qué metáfora más hermosa recoger el ojo derecho mientras cae el izquierdo, obien, aguantar la oreja derecha y escuchar la suave caída de tu nariz. Y echarte los pies alhombro y descubrir que tu boca sigue quieta, que ni siquiera se movió, conmovida porplumas que pintorrean los labios, humedeciendo la corriente que calcifica los huesos.

Ser momia antes de ser enterrado. Regalarte acertijo, siempre a punto de ser descubierto,pero por los azares absuelto: roca pulverizada o embebido mineral.

Te reto a encontrar el latido azul de un corazón mientras hundes tus manos en mi pecho.

Nos hallaremos en la partición del olivo, una vez encendida la chimenea, nosreplicaremos por los libros de historia, y una mentira será la dulce esperanza.Encenderemos las velas y seremos hermosos y tan inocentes como la parafina. Ahítos deviajar por los continentes, comprimiremos la distancia, como si fuéramos pastillas,eructando, increparemos a las brujas por los alfabetos.

Cuando escarbes en tu nariz y dejes de buscar petróleo, seremos el mismo aceite. Ypuede pasar que vuelva la fiebre aún con más insistencia y no sea suficiente el mercurio,y arda hasta el mismo demonio.

Mi querido niño idiota, revélate aún más idiota si cabe, y todavía más zurdo si tuvierasque partir los espacios vacíos: la distancia entre una u otra palabra. Si llegas aencontrarme resbalando por el vidrio, como un moco pegado a un caracol, quiero queacaricies mis antenas. Si me escuchas de verdad, habla en voz queda para deshacer laconcha.

Pon este silencio patas arriba y no dejes que se haga una bola la cochinilla. Ingiere envaso limpio la palpitación del mercurio; arráncale todos los números con la línea roja detu lengua idiotizada. Tírate en plancha desde las axilas, colgado por los pelos -bichitomás travieso que el demonio-.

Aún eres la baba inmadura, sostienes en tu pico la guirnalda y una cesta de saliva, repletade círculos perfectos. Y me escribes sin pena ni gloria, tampoco escrúpulos.

Siempre en el epicentro de la granada, a punto de explotar, sujeto una boca inconcebibley te alimento con la cuchara de aluminio.

Tiemblan los abedules, a punto ya de cagarse en todos tus muertos, pero aplasto aún máslas vertebras del cielo para que te llegue el resplandor de mis latidos.

Imprimo un corazón en el tallo preciso de la mancha: poema escrito por otros

fondo inagotable plenitud y alegoría

por toda sangre.

Escribo con mala baba porque este poemaes un muerto haciéndome las maniobrasde reanimación.

Y estampa mi cabeza, una y otra vez, me gritahundiendo sus manos en mi pecho, me hablay mete su lengua por mis intestinos.

La sombra pasea con globitos de colores;me quiere llevar, pero hay una resistencia.

Y esta baba insulsa va más lenta que el caracol.Aquí adentro hace frío y las noticias son azules.

Este caracol muere demasiado rápido.

La mirada sin tiempo algunome miraba a los ojos y sonreía.Pareciera amarga esta certezade hallar un cuerpo sin fisuras,y plantar una idea sin cabeza:

uno no sabe qué decir.

Tan ajena la apuntalo y me duele la cabeza.Si fuese una lágrima me prendería de ella.

Prendiendo el túnel,al final, todos veríanquién arde sin fin.

Tan ajeno me apuntalo y nunca despierto.

El pesado metal me abrasa;intuyo una luz sin horizontesincorporado a un espejismo.

Yerra una idea en su fragua.

He visto la sombra, no ceja un empeño;como un presagio, el corazón en la boca,ha dicho la luz. Y la noche era un espejo.

He visto la sombra.Y es un niño -ha dicho la lunamirándome al espejo.

Soñaba un hombre despierto.

Por la florida vegetación del valle, amabael tiempo sin calendario: la mujer desnuda.Al abrigo del seto, peinaba la piel del oro.Un rayo de luz alcanzaba el fin de sus días.

Mientras el sol derramaba todo su amor,llenando las copas y calentando el mar,una sirena salía del sueño del hombre.

Mientras la luz bañaba todo su cuerpo,resbalaba la vida por sus piernasy los árboles lloraban por su piel.

Mientras se replicaba a sí mismo

soñaba un hombre despierto.

Sabes lo que digo, y por ello no piensastumbar la luz.

Te mantienes firme como el mar.

No tienes opción, el miedo no es útil,de nada sirve escribir tantos poemas.

Los botones desabrochadosásperos relives de la tersuraazul eléctrica e impoluta.

Las manos de la venturapor el territorio blancohallando el consuelo.

Algún rostro abrasadootro hombre resueltohallando la finitud.

Del hueso nutrido,su mixtura inasiblea la carne pegada,no de la costilla, del actola fe ciega y torturadasin jardín ni ojos ni espejos,de algo tan humanoque se entrega a la lunaesperando al día,tal vez alguna miradaque pudiera englobar

de todo y de nada

os quiero hablar.

Mi infancia es una puerta blancacon rejas de acero, y la muerteque quiere salir, y yo que quieroentrar porque se me hace tarde.

En la trastienda del colegiohay un espacio de sombras,torturados montones de arenavan cayendo como poemas;la belleza gime, desconsolada,me arranca el corazón,lo deja allí, todos pasan

sigo en el mismo rincónni entro ni salgo, aquícon mi corazón pisado.

No terminan de gritar

por mis oídos brotael claro manantialque calma la sedde tantas rejas.

CEMENTERIO

Otros te piensan no saben qué decir si llegana un pueblo blanco lívido atril de tantas flores.

Dama de mis días ellos te piensan conmigo y fíjate que andan descalzos y llevan flores y sienten su vida volar mientras se abrazan.

No comprenden mi amor lo lejos que se encuentran no imaginan tanta abundancia en tan poco espacio.

Pienso en blanco y negronada gano y nada pierdo.

Empatado en la confusiónsigo sin saber quién eres.

Hacia adentro he visto los nublospájaros de metal que aterrizaban.He lamentado encontrarme solo.

Hacia afuera he sentido una penaescuchando pájaros emplumadosde los que te sorprenden amando sin saber hacia dónde te diriges.

Hacia el fin de mis días tan solo queriendo ser el mismo paisajehe comprendido esta soledad

para entonces estaban lejoslas gaviotas por el horizonte

Llevan el peso de la nieveatuendos que hablan por sí mismosvan en pareja o encadenadostambién se presentan en racimos.

LLevan el olvido del mostoespejos interiores descosidosla piel aún dibuja la tela desgastada por los relievesmientras alguien enciende una lámpara

y unas manos sin límites ni contornosempujan la hierba hacia el interior de la luzsus gestos uterizan el volumen de la tierra

páginas inmemoriales se deslizan por los sentidos.

Llevan una imagen donde no quepofrotan los pezones lilas de la lunatrazan una tangente sin círculosclavan sus encías en el espejo de la nocheson pacientes en esta lentitud mientras giranpor una hormigonera de nubes.

Llevan un globo terráqueo como única bandera.

Vendrán, de dos a tres, cortados por el mismo filo de tus díaspor la misma noche sonámbula.

Vendrán sin lentes de aumentosin flor ni camisa de floresni tan siquiera una aurora,solos, los tábanos por la risa noctámbula enrojeciendo el luto de los cementerios;

y, de siete a tres, se ahogaran los pecespor tantos relámpagos, tantas voces mudasaprendiendo de la muerte; sin amuletossaldrán a tu paso como un sólo corazón palpitando en tu pecho sin enterrarte.

Tantas preguntas como espejostanto odio como ansiolíticos;no verás más que esporas, sus ojosinmóviles te suplicarán ser uno mismo.

No consideres, hijo mío, tantas pavesasdifuntas palomas por este padre nuestro;no sirvas a la verdad sin estar roto,aunque se presenten tantos fantasmascomo vísceras soñadas por un cuerpo.

¿ Escuchaste una piel quemada por tus huesosla tersura del sol blanqueando tantas guerras ?

No eres digno de la mentira, nada te sucedesi eres sincero ni tan siquiera estás muertocuando me hablas al oído.

Ya quisieras, hijo mío, ya quisieras tus floresalbergando hasta siete cabezas polinizadas;ser la brillante receta del psiquiatra boboconvidándome a mi mismo entierro.

Ya, hijo mío, no me golpees la pelota de gusanosmientras acaricio tu cogote y tragas las palomitasantes de que enciendan las luces y lapiden esta tumba tan vacía-te reirás, pero no encuentro la cabeza-

Del tres al cuarto, como papel de fumarcriatura de la luna sin crisol ni lágrimasimplosionan tus miedos en la estrellarobas los peldaños de la única escaleraprofanas el silencio circular de la leche -insulsamente- te replicas a ti mismo.

Pero has de saber aunque no quieras ser, hijo mío,que en un símbolo todo cabe; no está en tu cabeza,es más, no hay diferenciaentre tu entierro y el mío

entre mentir o decir lo que ahora piensas.

Se desprende de las nubessin ser consciente de su luzderriba todas las defensas,de nuevo acaricia las pieles.

La belleza de una gota de aguala encontramos mientras llueve

y nos mojamos por dentrosi hablamos con el corazón.

Salió al fin por una balaotra cosa no quedó de él,pero salió y quiso amara quien lo asesinaba.

Salió ileso de sí mismosin un poema deseadoamó al mismo verdugo,aquel que tanto amabaa su misma víctima.

Salió un corazón ilesono quedaba más sangre.

Y encontró el silencio.

El hombre que junta sus manostiene tanto que olvidar.

Mientras respira por el diafragmapuede oler un cuerpocomo si se tratara de su propio cuerpo;puede decir una oracióncomo si acaso existiera Dios.

La perla extasiada en la boca de su madreamamanta un deseo sin objeto alguno

cuando el hombre da a luz.

El coñac consumía el rubor de sus labios mientras la luna proyectaba el film rodando por el fractal de los besos. Desterrados de un lugar común se abrazaron como una tuerca pasada de rosca e hicieron el amor

por la hoja de la cuchilla.

Las encías blancas del solhan sido un mal augurio.

En el fregadero de lágrimashe cultivado la flor granate

no me quedan más dientes.

Quien escribe está desnudoy no encuentra la ropa.

Un pueblo repobladoatrinchera mi boca.

¡Alto! No pienso entregarmeaquí no quedan más armasno hay quien se defiendano hay a quien disparar.

Una lengua repoblada;vinieron igentes lluvias,tejas y humo y plieguespor donde escampabanlos pájaros hambrientospor la boca del mar.

¿ Quién canta ?

Verbo que no aspas la sed,que ni me tienes ni te tengo.

Aun si me desnudo,una mentira mientemientras me agotopor la misma fuente;sin sellar un pactopervive esta bocaembebida.

No han sido mis díasel sucio vertederodonde ahora te busco.

Si he llegado hasta aquíno se ha cumplido una profecía:devuélveme las lágrimasy abandona una lengua muerta.

¿ Quién te dijo que hablan los muertos ?

Si no he velado tu suertees porque no me doblegoa teoría alguna,mas respondo a la finalidad de la vidasin estar sujeta a ningún programa.

Hueles a abandono y estás sucioy no te quedan excusaspara alargar un entierro.

Si he conquistado una derrotano te revuelques husmeandotanta inmundicia injustificada.

Necesitas ayuda,respira muy hondomientras retiro suavemente la hojay el acero abandona las vísceras.

Y piensa que nos tenemos el uno al otro:cuerpo mío ahora te habito sin prejuiciosmientras nos amamos a las afueras.

Será lenta la caídade tantas lágrimasconforme el deseose difumina por el vacío: vertedero donde exudan tantos cuerpos soñados.

Mientras regresamos aún estamos a tiempode mostrar las manos manchadas de sangre.

No queda nadie al otro lado del espejo.

Una vida olvidada, como un rumorque entroniza la eternidad,responde por el crimen perpetrado.

Un símbolo no perdonapero tampoco condena.

Estamos en paz:deslizo mis manos por la músicadel arma blanca;

te acaricio exhalando la culpa.

LA SONATA

De metal, de callado ruido, materia impoluta,música del órgano que construye la moradadonde celebrar la benevolencia de un padre:tierna templanza asida al tiempo, sin historia,arrullo del sol levantado por el aire, esta miel,sus labios benditos cuando tocan la sonata.

Todo el pesar reunido en la misma tierraque el padre siente contemplando al hijo,pobre palomo, entre sus brazos, dormido:cosecha bienhallada y necesidad de la vid,ventura del gozo y necesidad del espíritu.

Amor conmovido por el horizonte,tierna melodía que besa al retoño;oración inclinada a cantar la vidaentregándose a la puesta del sol,cuando despierta este palomoconsumido por la misma llama

Que consume al mismo padre.

No quiso ver un ángel:

¿cuándo pasó la muertecerrando sus ojos?

Mano de santo, tomo distancia:Veo cómo sale el colibrí y liba,por los oídos del tiempo, la cera:Turbia miel que encuentra la boca,tumefacta e inútil por tanto polen,blasfemias y líneas más anchas;túneles oscuros como la garganta,o la cicuta de la diosa del fuego.

Y la flor en la baba del querubín,atónita por la misma misa negra.

Unidos en matrimonio, los árbolesmueren por los anillos de Saturnusque devora a su hijo: una alegoría

porque sí, ha llegado la primavera.

La paz soñada del lenguajeremite al hilo una filiación

por las formas geométricasla singularidad del miembro;

un imposible olvida su acciónqueda en manos de la justiciaque opera con gasas, algodóny una larga aguja hipodérmica.

Quedan las hondonadasque sostienen la cabeza;la música del sacerdotecomo una red invisible;la branquia que cimbreadesmenuzando el soplo;

pálpitos imperfectos,que, descorazonados,no hallan una verdad.

Quedan los ojos abiertosesta inocente aparienciade todo lo que no soy.

Estoy a oscuras.

Una voz no engañahabla hablando sin sabersi me hablas o te hablo.

No quedan más mentirasni muros donde suplicar.

Queda la incertidumbre.

Habitamos espaciossin alcanzar a vernos.

Te volverán a matary volveré a enterrartelas veces que haga falta.

No son suficientes golpesaún no siento un tubo de aceroel vértigo de la mentira me sabea poco. ¿ No pueden golpear aún con más fuerza mi rostro ?

La mierda que llevo en la tripasabe a poco, no tienen suficiente con derribarme sin piedad.

¿ Nadie piensa escupir?

A veces me detengohago sonar la flauta sin aire;cepillo las crines del caballoalineo su salvaje inocenciala blanca espuma del mar;computo el silencio del relojque enamorado se deshacemientras ordeno la quietud.

Y la mano atiza la densidadfornida de arrepentimientosamputada por una mentira.

Consumado a media noche de espaldas a la luna líquidasin la complicidad del tiemposin la turbación del ahorcado;cuando la muerte es amabley habla una lengua redimida,me embriago de la angustiaque obtura tantos agujeros:

abismos donde me asomocuando se detiene una voz.

A altas horas chirría la nochela luna menstrua el insomniomancha la cristalera del cielocuando se derrama la sangre.

La pupila inmensa del odioentumece la saliva; los besos de judas tiemblanentre tremendos algodonesarropados por tanta ternuraapuntalan tantos deseosen magistrales asesinatos.

He enterrado el cuerpocreo que nadie me viopero no estoy seguro.

Pretendo despistar al odioporque me han prometidoolvidar el crimen perfecto,si cumplo la pesada laborde enterrar sus cuerpos.

Salgo a un entierro por nocheesta vida no vale tanta tierra.

Burdo y tosco acercamiento a la realidad, el de la poesía;simpático ombligo del sueño, el poema, que se atragantay con razón, cuánta razón es necesaria hoy más que nunca.

PRIMAVERA

La información ha sido paciente en los límites.

Ya puedes abrir las ventanas y cerrar los ojos.

Los fantasmas han poblado la bocano es necesaria una mente analítica;el miedo es firme en los laboratorioslos cultivos florecen por las barrigas.El efecto placebo restituye mariposaslas cosquillas saturan y pueden volarrendir tributos a la fantasía del color.

La células han sido pacientes en los límites.

Ya puedes amar la alucinación de tus días.Ahora eclosionan los tejidos por las mieles,la música del silencio deshace membranas.La voz de un muerto resulta más audible;el miedo de los intestinos halla la finitud;las lenguas reverdecen y expulsan flores,tempranas estrellas deshacen los labios,el polen trasvasa los ácidos por la saliva;los minerales derriban la última defensa,la idea que se desprende de ti, sutura,dulcemente desconcha la materia gris.

¿Recuerdas el día que lloraba un muerto?

Entonces, entre la espada y la paredsin pronunciarte, golpeabas sus oídos.

Y él no sabía qué decir, y tú tampoco.

Habéis sido pacientes en los límitessin discernir entre la vida y la muerte.

Así pervive la idea, siempre indecisa.

En cada golpe errandosin encontrar un eslabón.

Tan cerca pero tan lejossin comprender un final

sin pedirnos perdón.

Creo en la verdadpero no tiene ojos.

No descubroquién miente.

Apago la luzy dejo dormir

al sueño.