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LOS ESTUDIOS SOBRE EL PRIMER PERONISMO.Aproximaciones desde el siglo XXI

Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires Direccin Provincial de Patrimonio Cultural Archivo Histrico Dr. Ricardo Levene

Los estudios sobre el primer peronismo.Aproximaciones desde el siglo XXI

Raanan REIN / Carolina BARRY Omar ACHA / Nicols QUIROGA

La Plata/2009

Archivo Histrico de la Provincia de Buenos Aires Dr. Ricardo Levene Pasaje Dardo Rocha, 49 N 588 2 piso La Plata (1900) Tel/fax. 0221-4824925 y 427-5152 Correo electrnico: [email protected] Asociacin Amigos del Archivo Histrico de la Provincia de Buenos Aires Pasaje Dardo Rocha, 49 N 588 2 piso La Plata (1900) - Tel/fax. 0221-4824925 Correo electrnico: [email protected] Pgina web: www.amigoslevene.com.ar

Ficha catalogrfica (falta)

Todos los derechos reservados. No puede reproducirse ninguna parte de este libro por ningn medio, electrnico o mecnico, incluyendo fotocopiado, grabado, xerografiado o cualquier almacenaje de informacin o sistema de recuperacin sin permiso de los organismos oficiales que lo han editado.

PROVINCIA DE BUENOS AIRES Dn. Daniel O. Scioli Gobernador Dr. Alberto Balestrini Vicegobernador

INSTITUTO CULTURAL Lic. Juan C. DAmico Presidente Dr. Sebastin Berardi Secretario Ejecutivo Arq. Rubn E. Vera Director Provincial de Patrimonio Cultural Dr. Claudio Panella Director del Archivo Histrico Dr. Ricardo Levene

PRESENTACIN

El Archivo Histrico de la Provincia de Buenos Aires tiene como una de sus funciones la difusin de su patrimonio documental como as tambin la promocin de los estudios sobre la historia local y regional provincial. Desde su creacin en 1925 a instancias del Dr. Ricardo Levene, ha editado ms de un centenar de libros sobre procesos histricos regionales, origen y desarrollo de pueblos y partidos, transcripcin de fondos documentales que conserva, biografas de gobernadores y auxiliares descriptivos. Desde hace unos aos a esta parte, dicha poltica de divulgacin del pasado bonaerense -y por extensin nacional-, que comprenda desde los tiempos coloniales hasta comienzos del siglo XX, ha avanzado cronolgicamente. En efecto, se han abordado cuestiones histricas comprendidas entre las dcadas del 20 y del 50 del siglo pasado, sin desatender por cierto lo anterior. En esa lnea es que se llevaron a cabo y fueron publicados por la institucin estudios sobre el peronismo provincial, en consonancia con lo que viene sucediendo en otros mbitos universitarios y acadmicos. De este modo el Archivo Histrico da a conocer las exposiciones brindadas en el panel Perspectivas sobre el primer peronismo, integrado por Raanan Rein, Carolina Barry, Omar Acha y Nicols Quiroga, y coordinado por Mara L. Da Orden, en el marco del Primer Congreso de Estudios sobre el Peronismo: La Primera Dcada, realizado en la Universidad Nacional de Mar del Plata los das 6 y 7 de noviembre del pasado ao. Las mismas constituyen un aporte sustantivo al conocimiento, debate y reflexin sobre el fenmeno poltico y cultural del peronismo originario a travs de la historiografa ms reciente. A partir de aqu es de esperar que esta contribucin sea apreciada por investi-

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gadores, estudiantes universitarios, docentes, e incluso por aquellos interesados en temas histricos contemporneos. Dr. Claudio Panella

Director del Archivo Histrico de la Provincia de Buenos Aires

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INTRODUCCIN

Oscar AELO (UNMDP)

Qu es el peronismo? Qu fue el peronismo? Preguntas como estas han recorrido, y recorren, el panorama poltico e intelectual argentino e inclusive extra-argentino- desde hace ms de sesenta aos. Las respuestas han sido numerosas y variadas; los acuerdos bsicos y permanentes entre ellas, mnimos o inexistentes. Probablemente, la misma imposibilidad de ofrecer respuestas comprensivas a interrogantes de tan alta generalidad ha obligado, al menos a quienes se dedican profesional o vocacionalmente a estudiar al peronismo, a reformular las preguntas con cautela y humildad. Sin embargo, la mesura no est exenta de problemas. Un observador imparcial, que se dedicara a seguir la voluminosa y creciente cantidad de libros y artculos publicados en las dos ltimas dcadas alrededor del objeto peronismo, dejando de lado la dudosa posibilidad de que efectivamente pudiera hacerlo, sin duda se sorprendera ante la extrema diversidad de temas, enfoques, interpretaciones y conjeturas que de ese abanico podra extraerse. Habr llegado la hora de la sntesis de esta serie de conocimientos parciales? O es an la hora del anlisis? Cualquiera sea el voto no negativo sobre estas posibilidades y de ambas se ofrecen razones afirmativas- parece necesario parar la pelota un momento e intentar una mirada distanciada de este maremgnum de cosas que nos confunde a todos1. Planteado en trminos (un poco) ms acadmicos, las preguntas seran: qu sabemos acerca del peronismo? Y, cmo sabemos lo que sabemos? Porque en la literatura reciente sobre nuestro tema existen tanto respuestas

1 Las palabras entrecomilladas fueron vertidas por el dirigente sindical Amado Olmos a mediados de los aos sesenta, obviamente en referencia a otros problemas.

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nuevas a problemas nuevos, cuanto respuestas nuevas a problemas viejos (menos admirable sera encontrar respuestas viejas para viejos o nuevos problemas, y probablemente se encontraran). Pero en todo caso, un mapeo de la plyade de escritos existentes podra ofrecernos un punto de partida adecuado para formular o reformular los proyectos de investigacin a encararse o continuarse, se encaminen ellos hacia la sntesis o no. Los tres textos que componen este libro, escritos por Raanan Rein, Carolina Barry y Omar Acha y Nicols Quiroga, abordan cada cual a su manera- la ardua tentativa de disear una grilla de inteleccin de lo que hasta ahora sabemos, y de lo que dejamos de saber sobre nuestro particular objeto, circunscribindose al perodo de lo que ahora se denomina primer peronismo. Los matices diversos, los nfasis acaso divergentes, las posibilidades sugeridas por los autores, quedan a disposicin del anlisis crtico del lector. Por mi parte, me interesa indicar que el mbito en el que una primera versin de estos textos fue presentada en el Primer Congreso de Estudios sobre el Peronismo: La Primera Dcada, realizado en la Universidad Nacional de Mar del Plata los das 6 y 7 de noviembre de 2008; y en particular, quisiera resear brevemente cuando, como, por qu y entre quienes emergi la posibilidad de ese evento. La inquietud de organizar un Congreso cuya temtica rondara el primer peronismo surgi en el marco de las Jornadas Interescuelas/ Departamentos de Historia realizadas en Tucumn en septiembre de 2007, entre los coordinadores de algunas de las mesas dedicadas al tema y varios de los investigadores que presentaban (presentbamos) entonces sus trabajos. En rigor, en paralelo con esta inquietud, se haba presentado otra, que parta de la visualizacin de la dispersin existente entre investigadores y ncleos o equipos de investigacin que trabajaban la temtica en distintos puntos del pas. Bajo el supuesto que era necesario organizar algo que permitiera facilitar la comunicacin entre esos individuos y/o equipos, entre mesa y mesa de las Jornadas, entre exposicin y exposicin, febriles dilogos apurados por la escasez de tiempo con el que todos contba-

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mos, y por el calor tucumano- pusieron sobre el tapete la posibilidad de conformar una Red de Estudios sobre el Peronismo. La finalidad primaria de la Red, que fue cobrando forma a posteriori de lo relatado, en no menos febriles dilogos va correo electrnico, consiste en generar canales de vinculacin entre las personas que se dedican a la investigacin del tema, y en generar mbitos de debate donde las dispares lneas de investigacin existentes puedan ser confrontadas, o enfrentadas. Con esta perspectiva, pensamos que organizar un Congreso que tuviera por temtica central el primer peronismo se convertira en un primer paso para plasmar en la prctica las inquietudes que nos llevaron a conformar la Red; tambin era, de algn modo, una prueba de fuego, aunque no tuvimos mucha conciencia de eso al lanzarnos a organizar el evento. En todo caso, y no sin cierta premura, se propuso y acept designar una Comit Organizador que tendra a su cargo todas las tareas relativas a la organizacin del Congreso. Sus integrantes fuimos: Carolina Barry (UNTREF), Mercedes Prol (UNR), Omar Acha (UBA), Leandro Lichtmajer (UNT) y quien escribe2. El Comit Organizador realiz una convocatoria pblica para la presentacin de resmenes y ponencias, vehiculizada a travs de diversos medios y canales de difusin, principalmente acadmica (Clo, universidades nacionales, Departamentos de Historia, etc.), al tiempo que presentaba toda la informacin respectiva en la pgina web de la Red de Estudios sobre el Peronismo (http://redesperonismo.com.ar) La convocatoria tuvo un xito que super ampliamente las previsiones del Comit Organizador, en tanto fueron recibidos 120 resmenes al momento de culminar la fecha lmite de recepcin (30 de junio). Al momento de recibir las ponencias, como suele suceder, algunos de los autores de resmenes no enviaron sus trabajos; sin2 Con el propsito de articular la reunin en el marco especfico donde se desarrollara (la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata) se invit al Grupo de Investigacin Movimientos Sociales y Sistemas Polticos en la Argentina Moderna, dirigido por el Dr. Julio Csar Melon, a que co-organizara localmente el Congreso.- 13 -

embargo, el Comit Organizador recibi al finalizar el plazo para la recepcin de ponencias -15 de setiembre- la cantidad de 87 trabajos, provenientes de un amplio abanico geogrfico-acadmico, con una muy activa receptividad entre los investigadores residentes en el interior del pas. El Congreso se propuso, como objetivos principales, abrir un espacio de debate y reflexin crtica de las lneas de investigacin actualmente en curso sobre el primer peronismo y, al mismo tiempo, avanzar hacia sntesis provisorias de los conocimientos vigentes sobre el tema. Del mismo modo, se pretenda facilitar el intercambio de conocimientos entre los investigadores que se desempean en las universidades pblicas argentinas, con especial preferencia hacia aquellos que desarrollan sus labores en el interior del pas. Para su funcionamiento concreto, los organizadores dispusimos articular las mesas de discusin en torno a tres ejes: 1. Poltica y partidos; 2. Sociedad y cultura; y 3. Estado y polticas pblicas. En los tres ejes, la escala de anlisis poda ser nacional, provincial o local, con lo que se intentaba avanzar en la interrelacin necesaria entre conceptos o hiptesis tericas y datos empricos. Dada la cantidad de ponencias, funcionaron 14 mesas de discusin, distribuidas del siguiente modo: 6 en el eje Sociedad y Cultura, 4 en Estado y Polticas Pblicas y 4 en Poltica y Partidos. Como se contaba con dos das para realizar el evento (y sin mencionar aqu, ms que de pasada, los incontables problemas para conseguir espacio fsico en una Universidad colapsada como la marplatense), funcionaron en simultneo entre 3 y 4 mesas, tanto por la maana como por la tarde. Cada mesa cont con dos coordinadores, en su mayora miembros del Comit Organizador, pero en varios casos con invitados especiales3. En ellas se presentaron un promedio3 No quiero dejar de mencionar, al tiempo que agradecer, a los siguientes investigadores que coordinaron o co-coordinaron distintas mesas de trabajo: Alejandro Groppo, Gustavo Rubinstein, Juan Ladeuix, Nicols Quiroga, Patricia Berrotarn, Karina Ramacciotti, Silvana Ferreyra, Claudio Panella, Enrique Andriotti Romann, Adriana Kindgard y Germn Soprano.- 14 -

de 6 ponencias por mesa. Los organizadores decidimos que el Congreso funcionara sin comentaristas; en parte debido a la cantidad de trabajos existentes y al tiempo de exposicin que ello conlleva- y en parte debido a un criterio ms horizontal para debatir ideas. Con el propsito de facilitar el intercambio de opiniones, los coordinadores de cada mesa hicieron circular previamente las ponencias entre los miembros de la mesa. La experiencia con esta forma de funcionamiento an la estamos evaluando, ya que subsisten opiniones dispares. El trabajo concreto durante el Congreso, el alto nivel de receptividad en torno a la lectura y debate de las ponencias entre los ponentes de cada mesa, la diversidad de perspectivas analticas y trayectorias de formacin de los participantes redund indudablemente en el enriquecimiento intersubjetivo, y en el fortalecimiento de la comunidad acadmica que tiene como centro de su actividad investigadora el tema peronismo. Un segundo plano tiene relacin con el desarrollo actual y las potencialidades futuras de las investigaciones sobre el peronismo. En este caso, el Congreso consigui slo parcialmente realizar una puesta en comn de los conocimientos actuales, visualizando las lneas de investigacin consolidadas o en camino de serlo, o destacando los vacos o insuficiencias temticas, las aproximaciones provisorias y las posibilidades de desarrollo de nuevas lneas de investigacin. Este resultado parcial tiene relacin, en parte, con la imposibilidad material (de tiempo y espacio) de realizar una puesta en comn, siquiera en cada eje. Esta posibilidad, o acaso necesidad, ha quedado como una deuda pendiente que espera saldarse en el futuro4.4 Atendiendo al alto grado de entusiasmo demostrado por los participantes en el Congreso, al intercambio de enriquecedoras ideas y opiniones, y a la necesidad de fortalecer mbitos de discusin como el que vengo reseando, los miembros de la Red de Estudios sobre el Peronismo hemos decidido dar continuidad a la labor emprendida, habiendo ya establecido que dentro de dos aos se realizar un nuevo Congreso, en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, y probablemente ampliando el lapso temporal cubierto, con el propsito de iniciar el dilogo con aquellos investigadores cuyo tema de estudio es el peronismo, pero en su trayec- 15 -

Pero justamente, de algn modo esa ausencia de puesta en comn fue parcialmente subsanada a travs de la presentacin de los trabajos que ahora forman parte de este libro. En efecto, adicionalmente a las mesas de discusin del Congreso, se organiz un Panel bajo la consigna Perspectivas sobre el primer peronismo, siendo los expositores los autores de los textos aqu reunidos. La coordinacin del panel estuvo a cargo de la Dra. Mara Liliana Da Orden, investigadora de la Universidad de Mar del Plata; y he de decir que la presentacin pblica de una primera versin de estos textos que fueran especialmente preparados para el Congreso- gener un intenso debate, tanto entre los mismos panelistas como entre stos y el nutrido pblico asistente. Tengo la plena certeza que tambin el lector se sentir impulsado a debatir, as sea a la distancia, con Raanan, Carolina, Omar y Nicols. Quisiera cerrar esta introduccin agradeciendo a las personas e instituciones que nos facilitaron de un modo u otro la realizacin del Congreso. A la Agencia Nacional de Promocin Cientfica y Tecnolgica por el subsidio otorgado que nos permiti financiar buena parte de los gastos que insume organizar un Congreso. A la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata, en la persona de su Decana Cristina Rosenthal, por avalar acadmica e institucionalmente la realizacin del evento en sus instalaciones. A los compaeros de ADUM (Agremiacin Docente Universitaria Marplatense), en la persona de su Secretario General Miguel Ivorra, por habernos cedido gentilmente sus aulas durante los dos das del Congreso. A los colegas del Grupo de Investigacin Movimientos Sociales y Sistemas Polticos en la Argentina Moderna, por haber dedicado tiempo y esfuerzo en todas las tareas detrs de bastidores que garantizaron el normal funcionamiento del Congreso. Last, but not least, a todas y todos los investigadores que creyeron que el mbito por nosotros organizado mereca presentar el fruto de su creatividad y esfuerzo.

toria posterior a la primera dcada- 16 -

Salindome por un instante del marco del Congreso, un agradecimiento especial para el editor de este libro, Claudio Panella, por invitarme a colaborar con esta sucinta introduccin. A todos, muchas gracias. Mar del Plata, abril de 2009

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algunas notas acerca de la historiografa del primer peronismoRaanan REIN

DE LOS gRANDES RELATOS A LOS ESTUDIOS DE PEqUEA ESCALA:

Una rpida revisin de los catlogos en las bibliotecas universitarias ms importantes de Occidente revela que el peronismo es uno de los temas ms estudiados en la historiografa de Amrica Latina del siglo pasado. Quizs slo la Revolucin Mexicana y la Revolucin Cubana puedan competir en lo cuantitativo. En el marco de la historiografa argentina, el lugar de primaca del que goza este tema es aun ms destacado. La bibliografa parcial y no exhaustiva preparada por Laszlo Horvath y publicada por la Hoover Institution de la Universidad de Stanford en 1993, al cumplirse el cincuentenario del golpe de estado de junio de 1943, del que Juan Domingo Pern fue uno de sus artfices, incluye apenas 3392 tems1. En los ltimos 15 aos este nmero ha aumentado en forma exponencial, con una larga lista de libros y artculos publicados en la Argentina y en el extranjero, en castellano y en otros idiomas. Hoy en da es casi imposible seguir todo lo publicado acerca de este fenmeno poltico-social tan importante. La cultura popular y la produccin intelectual no-acadmica tambin reflejan esta continua fascinacin con el peronismo, evidente en pelculas y documentales, en exposiciones, musicales (como el reciente estreno de Eva con Nacha Guevara) y obras de teatro, todos los cuales aluden de una manera u otra al peronismo y su impronta en la sociedad argentina. Navegando por Internet, uno se encuentra con innumerables sitios, enlaces y referencias al peronismo. El inters no disminuye con el tiempo. Al contrario, parece que en los

1 * Originalmente publicado en la revista Temas de Historia Argentina y Americana, No. 4, 2009.- 19 -

ltimos aos viene aumentando de una manera amplia y bastante inusual. En su La larga agona de la Argentina peronista, escrito a principios de los aos noventa, en medio de la primera presidencia de Carlos S. Menem, Tulio Halpern Donghi se refiri al fenmeno peronista como un captulo cerrado. La impresin era que el entonces inquilino de la Casa Rosada estaba por asestar el golpe de gracia al legado de Pern. Sin embargo, parece que esta vez el eminente historiador, que acaba de publicar sus memorias, se equivoc2. Los Kirchner dieron la espalda al proyecto menemista y con este giro provocaron un renovado inters en el justicialismo y en la dcada peronista. De tal manera que, hoy por hoy, para poder entender el desarrollo histrico de la Argentina de la posguerra mundial, as como su situacin contempornea y su cultura poltica, es imprescindible volver la mirada al primer peronismo. Por qu tanta atencin? Se trata, quizs, de la bsqueda de un origen, de una idealizada etapa fundacional en el proceso de la formacin de la conciencia social argentina. O ms bien la genealoga de unas mticas buenas intenciones estatales frente a tanta desilusin institucional. No cabe duda de que el trauma de la dcada de los noventa, con el alto precio social de la poltica neo-liberal de Carlos Menem, est ntimamente ligado a la respuesta. La coyuntura poltica actual tambin favorece esta preocupacin casi obsesiva con el fenmeno peronista. Menem, por un lado, y los Kirchner, por otro, han pretendido seguir cada cual a su manera los pasos del lder legendario: en los medios de comunicacin una y otra vez se comparan distintas medidas y polticas de cada uno de ellos con el peronismo histrico de los aos cuarenta y cincuenta (ms recientemente en el tema del conflicto de los Kirchner con el agro). Asimismo, el fracaso de otro presidente radical (Fernando de la Ra) tambinLaszlo Horvath (ed.), A Half Century of Peronism, 1943 - 1993: An International Bibliography, Hoover Institution, Stanford University, 1993. 2 Tulio Halpern Donghi, Son memorias, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2008.- 20 -

contribuy al inters por los polticos peronistas y su capacidad de liderazgo y de movilizacin de las masas. En estos tiempos de crisis econmica mundial, cuando asistimos a la quiebra de algunos conceptos fundamentales del libre mercado y del capitalismo desenfrenado, no faltarn quienes aduzcan que un estatismo al estilo peronista podra ofrecer alguna alternativa relativamente atractiva para amplios sectores frente a la debacle financiera. Despus de todo, nadie puede negar que existe una funcin social del pasado y una constante relacin entre hechos pretritos y el relato de los mismos en el presente. De las distintas interpretaciones de este fenmeno clave de la historia argentina, la que lo identifica con otros movimientos populistas del continente sigue siendo la de mayor poder explicativo. No vamos a entrar ahora en las caractersticas del trmino populismo, considerado por algunos como el ms confuso en el lxico poltico moderno. Tampoco vamos a referirnos aqu a las races del populismo latinoamericano3. Lo que queda claro es que en los ltimos aos estamos siendo testigos del auge de un neo-populismo que ha contri-

3 La bibliografa acerca del populismo en Amrica Latina es vasta. Entre los trabajos ms destacados podemos mencionar: Gino Germani, Authoritarianism, Fascism, and National Populism, New Brunswick, 1978; Fernando Henrique Cardoso and Enzo Faletto, Dependency and Development in Latin America, Berkeley, 1979, Cap. 4; Michael L. Conniff, ed., Latin American Populism in Comparative Perspective, Alburquerque, 1982; Alan Knight, Populism and Neo-Populism in Latin America, Especially Mexico, Journal of Latin American Studies 30 (1998): 225248; Mara M. Mackinnon and Mario A. Petrone, comps., Populismo y neopopulismo en Amrica Latina, Buenos Aires, 1998; Michael L. Conniff, ed., Populism in Latin America, Tuscalosa, 1999; Carlos de la Torre, Populist Seduction in Latin America: The Ecuadorian Experience, Athens Ohio, 2000. Entre los trabajos ms recientes, vanse Carlos de la Torre, The Resurgence of Radical Populism in Latin America, Constellations, Vol. 14, N 3, 2007, pp. 384-397; Raanan Rein, Populismo, en Hugo Biagini y Arturo A. Roig (eds.), Diccionario del pensamiento alternativo, Buenos Aires, Biblos, 2008, pp. 418-420; Ernesto Laclau,, Hacia una teora del populismo, en Poltica e ideologa en la teora marxista, Mxico, Siglo XXI, 1978, pp. 165-233; idem, La razn populista, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, 2005.- 21 -

buido al renovado inters por el populismo clsico. Me explico: para entender mejor el fenmeno populista de hoy en da es imprescindible analizarlo en el contexto del surgimiento de los movimientos populistas en las dcadas de 1930,1940 y 1950. La ruptura representada por el neopopulismo de los aos noventa no debe confundirnos. Aunque sutil, lo cierto es que existe cierta relacin entre los proyectos de lderes como Juan Pern en Argentina, Getlio Vargas en Brasil o Lzaro Crdenas en Mxico y las propuestas polticas y sociales actuales de Hugo Chvez, Evo Morales o Rafael Correa4. Salvando las diferencias de tiempo y lugar, el neo-neopopulismo contemporneo no representa una novedad en la escena poltica latinoamericana sino, ms bien, constituye un regreso a una experiencia pasada y, segn algunos observadores, no del todo exitosa. Esto no significa que sea acertado describir a Hugo Chvez como una simple reedicin venezolana del liderazgo del argentino Juan Domingo Pern, o sea como si el populismo de hoy fuera poco ms que un simple caso de un cadver insepulto resucitado5. De la misma forma, tampoco podemos entender el fenmeno limitndonos exclusivamente a las circunstancias andinas. No obstante, las semejanzas discernibles entre los dirigentes populistas pasados y presentes han empujado a varios investigadores, sobre todo fuera de la Argentina, a intentar esbozar y analizar los rasgos esenciales tanto del populismo clsico, incluyendo el peronismo, como del no-tannuevo populismo de hoy en da. Nuevas aproximaciones a problemticas de antes Existen varias posibilidades a la hora de analizar las distintas corrientes en la historiografa reciente del peronismo: la anecdtica, el seguimiento de trabajos anteriores y lo que ellos apuntaban como vacos bibliogrficos, as como tambin la perspectiva personal ba4 Raanan Rein, De la Casa Rosada al Palacio de Miraflores: populismos de ayer y de hoy, en Araucaria (en prensa). 5 Santiago Ochoa Antich, en analitica.com, 28 de abril de 2003.- 22 -

sada en los aspectos estudiados por el autor de este ensayo. Mas antes de empezar este recorrido, voy a adelantar las conclusiones de este esfuerzo por delinear un mapa de este campo. En lneas generales, se puede decir que a lo largo de los aos el foco del debate se ha trasladado de los socilogos a los historiadores, de las perspectivas macro a las micro y de lo poltico a lo social. El nfasis inicial acerca de la supuesta ruptura y anomala que representaba el peronismo ha desaparecido prcticamente a favor de la continuidad y de su contextualizacin en el proceso histrico argentino. La imagen homognea ha sido reemplazada por un cuadro complejo y heterogneo. Desde la perspectiva de los estudios de gnero, las investigaciones sobre el peronismo han producido no solamente trabajos sobre el Partido Peronista Femenino, sino otros que tambin han explorado temas como la reproduccin, la maternidad, la infancia y las dinmicas familiares. Asimismo, la dimensin nacional, basada en la experiencia de la Capital Federal y sus alrededores, es decir la ptica metropolitana, ha dado lugar a distintas miradas provinciales, regionales y locales6. Con cierta exageracin se podra hablar de un desplazamiento de los grandes relatos y los modelos tericos a los estudios de pequea escala de la vida cotidiana bajo el peronismo. Lo que tenemos que preguntarnos es si no habr llegado el momento de articular las lecciones aprendidas de esta gran variedad de estudios especficos a fin de formular una renovada sntesis de este fenmeno tan importante que es el peronismo. Empiezo, entonces, con lo anecdtico y cuantitativo, lo cual tiene que ver con mi propia experiencia como editor primero, y co-editor despus, de la revista de estudios latinoamericanos de nuestra Universidad de Tel Aviv, Estudios Interdisciplinarios de Amrica Latina y el Caribe, mejor conocida por sus siglas EIAL. Sin duda influida por mis propios intereses acadmicos y la red de mis contactos personales, en el curso de sus casi veinte aos de existencia (el primer6 El programa del Primer Congreso de Estudios sobre el Peronismo: La Primera Dcada, que tuvo lugar en la Universidad de Mar del Plata en noviembre de 2008, confirma en muchos sentidos las conclusiones aqu expuestas.- 23 -

nmero sali a principios de 1990) la revista ha manifestado una cierta tendencia argentinocntrica y dado amplio espacio a los estudios sobre el peronismo. Hasta el momento se han publicado 38 nmeros, con un total de 254 artculos (no incluyo en esta lista los comentarios bibliogrficos): de stos, 30 versan sobre temas relacionados con la historia argentina del perodo 1943-1955. Es decir, aproximadamente el 12% de todos los artculos dedicados a todos los pases del continente latinoamericano a lo largo del siglo XX tratan de alguna manera acerca del peronismo, estando muchos de ellos abocados a lo que podramos caracterizar como estudios micro de distintos aspectos del movimiento en sus niveles nacional, regional y provincial. Pasando ahora al seguimiento de trabajos anteriores, pasar revista a una serie de publicaciones de carcter historiogrfico: el trabajo de Fritz L. Hoffmann, publicado en dos entregas durante la segunda mitad de los aos cincuenta en la prestigiosa y veterana revista norteamericana, Hispanic American Historical Review;7 los dos trabajos de Mariano Plotkin: el ensayo bibliogrfico publicado en castellano en EIAL a principios de los aos noventa y una versin posterior publicada en ingls en el tomo compilado por James Brennan a finales de la misma dcada8; el captulo introductorio, titulado El enigma peronista, escrito por Daro Macor y Csar Tcach para su volumen editado, La invencin del peronismo en el interior del pas9; dos trabajos historiogrficos escritos por Marcelo Rougier:

7 Fritz L. Hoffmann, Pern and After: A Review Essay, Hispanic American Historical Review, Vol. XXXVI, No. 4, noviembre de 1956; pp. 510-528; idem, Pern and After, Part II (Conclusion), Hispanic American Historical Review, Vol. XXXIX, N 2, mayo de 1959, pp. 212-233. 8 Mariano B. Plotkin, Pern y el peronismo: un ensayo bibliogrfico, Estudios Intersiciplinarios de Amrica Latina y el Caribe, Vol. 2, N 1, 1991, pp. 113-146; idem, The Changing Perceptions of Peronism: A Review Essay, in James P. Brennan (ed.), Peronism and Argentina, Wilmington, Delaware, 1998, pp. 29-54. 9 Daro Macor y Csar Tcach (eds.), La invencin del peronismo en el interior del pas, Santa Fe, Universidad Nacional del Litoral, 2003, pp. 5-31.- 24 -

uno, en colaboracin con Claudio Belini, sobre las polticas econmicas del peronismo y el otro, con Mara Ins Barbero, dedicado, entre otros temas, a la poltica exterior de los gobiernos de Pern;10 por ltimo, el ensayo historiogrfico de Alejandra Salomn, Los estudios sobre el Partido Peronista, que acaba de publicarse11. La sombra de la Revolucin Libertadora Fritz L. Hoffmann dedic sus ensayos bibliogrficos a la ola de publicaciones aparecidas en los meses y aos inmediatamente posteriores al derrocamiento de Pern. Escritos originalmente por exiliados polticos refugiados en Montevideo o Santiago de Chile, algunos de estos folletos y libros se publicaron aun antes de la cada del lder, con ediciones argentinas preparadas de prisa en cuanto lleg al poder la Revolucin Libertadora y estos exiliados pudieron volver a Buenos Aires. Para estos y otros autores que haban tenido alguna participacin en los eventos polticos entre 1943 y 1955, el peronismo representaba simplemente la acumulacin de una serie de hechos de corrupcin, manipulacin, represin, tortura y censura. Los ttulos de muchos de estos libros hablan por s mismos: Ayer fue San Pern: 12 aos de humillacin argentina; Doce aos de oprobio; Tnica de una traicin: Juan Pern y Eva Pern, agentes

10 Claudio Belini y Marcelo Rougier, Los dilemas de la historiografa econmica sobre el peronismo: certezas dudosas, vacos persistentes. Aportes para la construccin de una agenda de investigacin, en Jorge Gelman (coord.), La Historia Econmica Argentina en la Encrucijada. Balances y Perspectivas, Buenos Aires, Prometeo Libros/AAHE, 2006; Mara I. Barbero y Marcelo Rougier, La produccin historiogrfica respecto de las relaciones internacionales de la Argentina del perodo 1930-1955. Temas, problemas y enfoques recientes, en Ignacio Klich (comp.), Sobre nazis y nazismo en la cultura argentina, College Park, MD, Hyspamrica, 2002, pp. 129-156. 11 Alejandra Salomn, Los estudios sobre el Partido Peronista. Balance y propuestas acerca de la construccin poltica local en el mbito, en Javier Balsa, Graciela Mateo y Mara S. Ospital (comps.), Pasado y presente en el agro argentino, Buenos Aires, Lumiere, 2008, pp. 349-360.- 25 -

del nazismo en la Argentina; De la tirana a la democracia social, etc.12. Hoffman destaca el hecho de que el peronismo suscit el inters de acadmicos y periodistas extranjeros desde muy temprano y que tambin fuera de la Argentina haba un amplio pblico interesado en sus trabajos. Los libros de Robert Alexander y George Blanksten aparecieron estando Pern an en la Casa Rosada y sirvieron a varias generaciones de estudiantes e investigadores extranjeros de la Argentina durante muchos aos13. Lo mismo se puede decir acerca de la lamentable biografa de Eva Pern publicada bajo el seudnimo de Mary Main, The Woman with the Whip (un bestseller en los EE.UU. que, aos despus, sirvi como base para la pera-rock de Tim Rice y Andrew Lloyd Webber y luego, en 1996, para la pelcula de Alan Parker con Madonna en el rol protagnico)14. Entre los libros ms informados de este perodo, Hoffmann menciona a Arthur Whitaker, con su Argentina and the United States, y a Alejandro Magnet con Nuestros vecinos justicialistas15. Hoffman asignaba un

12 Ral Damonte Taborda, Ayer fu San Pern, Buenos Aires, Ediciones Gure, 1955 (1a. ed. Montevideo 1954); Juan Antonio Solari, Doce aos de oprobio, Buenos Aires, Bases Editorial 1956; Silvano Santander, Tnica de una traicin, Buenos Aires, Editorial Antygua, 1995 (1a. ed. Montevideo 1953); Amrico Ghioldi, De la tirana a la democracia social, Buenos Aires, Ediciones Gure, 1956). 13 Robert Alexander, The Pern Era, New York, 1951; George Blanksten, Perns Argentina, Chicago, 1953. 14 Mary Main (Foster), The Woman with the Whip: Eva Pern, Garden City, NY, Doubleday, 1952. La versin en castellano se public bajo el ttulo La mujer del ltigo: Eva Pern, Buenos Aires, Ediciones La Reja, 1955. Para una vieja bibliografa de trabajos sobre Evita, ver Gabriela Sontag, Eva Pern: Books, Articles, and Other Sources of Study: An Annotated Bibliography, University of Wisconsin, Madison, 1983. 15 Para la edicin en castellano, vase Arthur P. Whitaker, La Argentina y los Estados Unidos, Buenos Aires, Proceso, 1956; Alejandro Magnet, Nuestros vecinos justicialistas, Santiago de Chile, Editorial del Pacfico, 10a edicin, 1955 (1a. ed. 1953).- 26 -

valor documental a Los panfletos: su aporte a la Revolucin Libertadora y a Pern contra Pern de Orestes Confalonieri16. Al final de su primera entrega, Hoffman apunta a dos vacos en la literatura: primero, que apenas han sido estudiados los papeles desempeados por los radicales, los socialistas, los democristianos y otros grupos polticos en la resistencia. Este vaco ha comenzado a llenarse con distintos trabajos, entre los que se destaca el excelente estudio de Marcela Garca Sebastiani, Los antiperonistas en la Argentina peronista: radicales y socialistas en la poltica argentina entre 1943 y 195117. El segundo vaco, segn Hoffmann, era que el rol de Crdoba en la Revolucin carece de un escritor, una falta que ha sido suplida en parte por Rafael M. Capelluto con su 1955. Revolucin en Crdoba. Crnica de una cruzada cvico militar polmica, de reciente publicacin18. Plotkin, por su parte, dedica sus ensayos a los trabajos publicados mayormente en los aos sesenta y setenta y a las discusiones acerca de los orgenes, la base social inicial y la naturaleza del peronismo (fascismo, bonapartismo, socialismo nacional, etc.). Este autor

16 Flix Lafiandra (h), Los panfletos: su aporte a la revolucin libertadora, Buenos Aires, Editorial Itinerarium 1955; O. D. Confalonieri, Pern contra Pern, Buenos Aires, Editorial Antygua, 1956. 17 Marcela Garca Sebastiani, Los antiperonistas en la Argentina peronista: radicales y socialistas en la poltica argentina entre 1943 y 1951, Buenos Aires, Prometeo, 2005. Ver tambin sus artculos: The Other Side of Peronist Argentina: Radicals and Socialists in the Political Opposition to Pern (1946-1955), Journal of Latin American Studies, 35, 2003, pp. 311-339; Peronismo y oposicin poltica en el Parlamento argentino. La dimensin del conflicto con la Unin Cvica Radical (1946-1951), Revista de Indias, N 221, 2001, pp. 27-66; El Partido Socialista en la Argentina peronista: oposicin y crisis de representacin poltica (1946-1951), en Raaann Rein y Rosalie Sitman, El primer peronismo, op.cit., pp. 1-36; as como Marcela Garca Sebastiani (ed.), Fascismo y antifascismo. Peronismo y antiperonismo: Conflictos polticos e ideolgicos en la Argentina entre 1930-1955, Madrid, Iberoamericana, 2006. 18 Rafael M. Capelluto, 1955. Revolucin en Crdoba. Crnica de una cruzada cvico militar polmica, Crdoba, El Emporio, 2005.- 27 -

muestra cmo, poco a poco, aquella perspectiva que vea el fenmeno peronista como una patologa que no poda comprenderse por medios racionales, la cual supona una ruptura total en la historia de este pas sudamericano (Lillusion comique y La fiesta del monstruo de Borges, por un lado, y el Libro negro de la segunda tirana, por otro, son quizs los textos emblemticos en este sentido),19 fue cediendo el paso a interpretaciones que enfatizaban una continuidad entre el peronismo y el pasado, sobre todo con los procesos histricos de los aos treinta20. Asimismo, Plotkin analiza las tesis de Gino Germani acerca del tardo proceso de modernizacin que haba experimentado la Argentina y las migraciones internas del campo a la ciudad, siendo el peronismo uno de los resultados ms importantes de estos desarrollos histricos. Plotkin tambin encara el argumento acerca de la supuesta dualidad de la clase trabajadora en el momento del surgimiento del peronismo y la consiguiente brecha entre trabajadores viejos y nuevos, as como la disponibilidad de estas nuevas masas urbanas, fcilmente manipuladas por un lder carismtico como Pern21. El19 Jorge Luis Borges, Lillusion comique, Sur, No. 237 (noviembre-dicembre de 1955); Vicepresidencia de la Nacin, Comisin Nacional de Investigacin, Documentacin, autores y cmplices de las irregularidades durante la segunda tirana, Buenos Aires 1958, 5 vols. La versin abreviada de esta publicacin oficial, que se distribua masivamente, se titulaba Libro negro de la segunda tirana, Decreto Ley No. 14.988, Buenos Aires, 1958. 20 Sobre este tema ver tambin el excelente ensayo bibliogrfico de Emilio de Ipola, Ruptura y continuidad. Claves parciales para un balance de las interpretaciones del peronismo, Desarrollo Econmico, Vol. 29, N 115, octubre-noviembre de 1989, pp. 331-360. 21 Gino Germani, Estructura social de la Argentina, Buenos Aires, Raigal, 1955; idem, Poltica y sociedad en una poca de transicin, Buenos Aires, Paids, 1962. A partir de la segunda mitad de los 50, Germani se transform en la figura central de la sociologa argentina. Ver su interesante biografa: Alejandro Blanco, Razn y Modernidad. Gino Germani y la Sociologa en la Argentina, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2006; Ana Alejandra Germani, Gino Germani. Del antifascismo a la sociologa, Buenos Aires,Taurus, 2004. Vanse tambin Federico Neiburg, Ciencias sociales y mitologas nacionales. La constitucin de la sociologa en la Argen- 28 -

libro compilado por Carlos Fayt, con sus diversas interpretaciones alternativas del peronismo, recibe una mencin especial, a la vez que se destaca la importancia de El 45, el clsico de Flix Luna que desafi todas las explicaciones estructurales y esquemticas a favor de la contingencia de la historia y el complicado y confuso proceso histrico. Un lugar especial en este artculo est reservado para el breve libro de Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero, Estudios sobre los orgenes del peronismo, el cual refutaba tanto la supuesta dualidad de la clase trabajadora como las tesis de la ruptura que supuestamente representaba el peronismo, enfatizando el hecho que ste haba sido la consecuencia de un proceso cuyos orgenes se remontaban a la dcada del treinta y la complementariedad entre los objetivos de Pern y los de los dirigentes sindicales tradicionales, temas que seran elaborados posteriormente por Juan C. Torre22. La clase obrera dejaba, as, de ser considerada una vctima pasiva de las manipulaciones peronistas, mientras que los viejos sindicatos, como la Unin Ferroviaria y la Confederacin de Empleados de Comercio, con sus dirigentes tradicionales, asuman de pronto un papel clave en la configuracin de la alianza que cristaliz alrededor de la figura de Pern. La tradicin reformista del movimiento obrero argentino facilitaba las negociaciones y los acuerdos de intereses complementarios con el Estado. Por ltimo, Plotkin seala el aporte de Ernesto Laclau, quien buscaba la explicacin del xito populista en el nivel ideolgico y discursivo, y especficamente en la reformulacin del sujeto pueblo, desplazando el discurso poltico dominante que se haba basado en la articulacin de los conceptos de liberalismo y democracia.

tina y la invencin del peronismo, Desarrollo Econmico, N 136, 1995; dem, Los intelectuales y la invencin del peronismo, Buenos Aires, Alianza Editorial, 1998. 22 Miguel Murmis y Juan C. Portantiero, Estudios sobre los orgenes del peronismo, Buenos Aires, Siglo XXI, 1971; Juan C. Torre, La vieja guardia sindical y Pern, Buenos Aires, Sudamericana, 1990.- 29 -

La literatura con fines partidarios desvirtu la mayor parte de las publicaciones acerca del peronismo aparecidas en perodos anteriores. Sin embargo, en los ltimos aos, y por lo menos en el mundo acadmico, ya no hay lugar para conceptos que ven en el peronismo una suerte de parntesis, o de una ruptura en la historia argentina. Al contrario, la tendencia comn es entender al peronismo como parte de una continuidad con el pasado, de forma que los grandes debates acerca de la naturaleza y los orgenes del fenmeno --el por qu surgi el peronismo?-- en cierto modo ya no son relevantes. Si Plotkin lamentaba la escasez de trabajos importantes sobre muchos aspectos especficos del rgimen de Pern23, entre otros sobre el apoyo de los industriales al lder, la poltica ecnomica de los gobiernos peronistas y la Fundacin Eva Pern, ahora estos temas ya estn bien estudiados: los industriales, entre otros, por James Brennan y Anbal Juregui24; la poltica econmica, por Noem Girbal,

23 Plotkin, p. 124. Entre la primera y la segunda versin de su ensayo, Plotkin public su ya clsico Maana es San Pern (Buenos Aires, Ariel, 1993) sobre los rituales polticos, los medios de comunicacin y los mecanismos de socializacin poltica durante el primer peronismo. 24 James P. Brennan, Industrialists and Bolicheros: Business and the Peronist Alliance, 1943-1976, en idem, Peronism and Argentina, Wilmington Delaware 1998, pp. 79-123; Anbal Juregui, Empresarios y polticas de desarrollo en la Argentina y el Brasil, 1920-1955, tesis doctoral indita, Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Tandil, 2002; dem, Prometeo encandenado: los industriales y el rgimen peronista, en Patricia Berrotarn, Anbal Juregui y Marcelo Rougier (eds.), Sueos de bienestar en la Nueva Argentina: Estado y polticas pblicas durante el peronismo, 1946-1955, Buenos Aires, Imago Mundi, 2004, pp. 47-71. Para estudios anteriores, vase Joel Horowitz, Industrialists and the Rise of Pern, 1943-1946: Some Implications for the Conceptualization of Populism, The Americas XLVII, N 2, octubre de 1990, pp. 199-217; Cristina Lucchini, Apoyo empresarial en los orgenes del peronismo, Buenos Aires, CEAL, 1990; Jorge Schvarzer, Empresarios del pasado: la Unin Industrial Argentina, Buenos Aires, Imago Mundi, 1991; Judith Teichman, Interest Conflict and Entrepreneurial Support for Pern, Latin American Research Review 16, N 1, 1981, pp. 144-155; Scott Mainwaring, The State and the Industrial Bourgeoisie in Perns Argentina, 1944-1955, Studies in Comparative International Development 21, N 3, 1986, pp. 3-31; Graciela Swiderski, La UIA Sustitucin de importaciones o mercado- 30 -

Mario Rapoport y Marcelo Rougier25 -- aunque, tal como lo destacan en su ensayo Belini y Rougier, resulta inexplicable que no se haya escrito ningn libro abarcador sobre la economa del peronismo en las ltimas dos dcadas --, y la Fundacin Eva Pern por Martn Stawski, Carolina Barry, Karina Ramacciotti y Adriana Valobra, por citar solamente algunos ejemplos26. De todos modos, efectivamente parece que en los ltimos aos se ha ido tomando conciencia de la necesidad de analizar por medio de investigaciones empricas los distintos aspectos del peronismo: las polticas variadas de los primeros gobiernos peronistas; la imagen del lder y del movimiento en sectores tanto internos como externos; el papel jugado por diversos grupos, sectores y asociaciones enexterno? en Argentina en la paz de dos guerras, 1914-1945, ed. Waldo Ansaldi et al, Buenos Aires, Biblos, 1993; Eldon Kenworthy, Did the New Industrialists Play a Significant Role in the Formation of Perns Coalition, 1943-46? en New Perspectives on Modern Argentina, ed. Alberto Ciria, Bloomington, Indiana University Press, 1972; Dardo Cneo, Comportamiento y crisis de la clase empresaria, Buenos Aires, Pleamar, 1967. 25 Noem Girbal-Blacha, Mitos, paradojas y realidades en la Argentina peronista (1946-1955): una interpretacin histrica de sus decisiones politico-econmicas, Quilmes, Universidad Nacional de Quilmes, 2003; Marcelo Rougier, La poltica crediticia del Banco Industrial durante el primer peronismo (1944-1955), Buenos Aires, CEEED, 2001; Mario Rapoport et al, Historia econmica, poltica y social de la Argentina (1880-2000), Buenos Aires, Macchi, 2000. 26 Martn Stawski, El populismo paralelo: poltica social de la Fundacin Eva pern (1948-1955), en Patricia Berrotarn, Anbal Juregui y Marcelo Rougier (eds.), Sueos de bienestar en la Nueva Argentina: Estado y polticas pblicas durante el peronismo, 1946-1955, Buenos Aires, Imago Mundi, 2004, pp. 193-227; C. Barry, K. Ramacciotti y A. Valobra (eds.), La Fundacin Eva Pern y las mujeres: entre la provocacin y la inclusin, Buenos Aires, Biblos, 2008; Noem Castieiras, Fundacin Eva Pern. Desde sus orgenes hasta la muerte de Evita, Buenos Aires, Instituto Nacional de Investigaciones Histricas Eva Pern, 2001; Mariano Plotkin, Maana es San Pern, Buenos Aires, Ariel, 1994; M. Campins, H. Gaggero y A. Garro, La Fundacin Eva Pern, en AA.VV, Estado, corporativismo y accin social en Brasil, Argentina y Uruguay, Biblos-Fundacin Simn Rodrguez, Buenos Aires, 1992; Nestor Ferioli, La Fundacin Eva Pern, 2 tomos, Buenos Aires, CEAL, 1990.- 31 -

la formulacin y el diseo de distintas polticas (no solamente las fuerzas armadas y los sindicatos, como hacan los estudios de los aos 60, 70 y 80); la presencia e influencia del peronismo en la vida diaria de millones de personas de distintos sectores sociales, generacionales, polticos y tnicos. Alguien podra pensar que al dejar de lado las cuestiones macro, las grandes cuestiones, a favor de los estudios ms especficos de aspectos puntuales del peronismo, esta empresa tiene menos significacin. No necesariamente. A menudo los estudios de caso nos ofrecen nuevas miradas introspectivas a la vez que nos vuelven a recordar lo complejo y heterogneo que es cada fenmeno histrico de esta envergadura. De cara al interior Daro Macor y Csar Tcach, por su parte, distinguen tres fases en el estudio del peronismo: una, de interpretaciones ortodoxas, inaugurada por Germani en la segunda mitad de los aos 50; otra de interpretaciones heterodoxas, desarrollada a partir de los aos 70 por diversos autores que revisan los principales postulados de la teora germaniana; y una tercera, de interpretaciones extracntricas, que a diferencia de los anteriores fueron construidas por una nueva generacin de historiadores que comenz a trabajar a partir de mediados de los 80 en la reconstruccin gentica del peronismo en las provincias argentinas (p. 8)27. Es precisamente en esta ltima fase que el aporte de Macor y Tcach es notable: en sus propios estudios sobre las provincias de Crdoba y Santa Fe, en la revista Estudios Sociales de La Universidad Nacional del Litoral que dirigen y en el tomo titulado La invencin del peronismo en el interior del pas que compilaron.28 En su ensayo bibliogrfico, ambos historiadores27 Con respecto a los estudios regionales, los pioneros fueron Manuel Mora y Araujo e Ignacio Llorente en su compilacin El voto peronista: ensayos de sociologa electoral argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 1980, que inclua distintos estudios sobre las caractersticas del electorado peronista en varias provincias. 28 Csar Tcach, Sabattinismo y peronismo: partidos politicos en Crdoba, 19431955, Buenos Aires, Sudamericana, 1991; dem, Obreros rebeldes, sexo y religin- 32 -

enfatizan la importancia de los estudios provinciales para aportar nuevas miradas, material emprico y claves interpretativas para mejor entender el enigma peronista. Estos nuevos estudios del peronismo perifrico intentan explicar el surgimiento del movimiento en la mayora de las provincias argentinas, las cuales representaban un universo econmico y social que an no haba sido marcado por el proceso de industrializacin y donde las organizaciones gremiales eran dbiles. Todos destacan diversas lneas de continuidad entre los aos treinta y el perodo peronista. Los trabajos de Adriana Kindgard sobre la provincia de Jujuy analizan el crucial apoyo prestado al peronismo naciente por parte de un caudillo del yrigoyenismo local.29 Algo similar pasaba en Mendoza30. En el caso de Salta, se revela la alianza de Pern con un patriarca terrateniente, dueo de un ingenio de azcar, considerado como un enemigo oligarca de los obreros.31 Tambin en Crdoba y Santa Fe se nota la participacin de sectores tradicionales y conservadores en la emergencia del peronismo. En el caso de Tucumn, Gustavo Rubinstein destaca tanto el papel que le cupo al movimiento obrero provincial en el ascenso del peronismo como tambin la relacin conflictiva de este movimiento con Pern una vez que steen el origen del peronismo cordobs, en Daro Macor y Csar Tcach, La invencin del peronismo en el interior del pas, op. cit., pp. 33-55; Daro Macor y Eduardo Iglesias, El peronismo antes del peronismo. Memoria e historia en los orgenes del peronismo santafesino, Santa Fe, Universidad Nacional del Litoral, 1997; Daro Macor, Las tradiciones polticas en los orgenes del peronismo santafesino, en Macor y Tcach, La invencin del peronismo, op. cit., pp. 85-110. 29 Adriana Kindgard, Alianzas y enfrentamientos en los orgenes del peronismo jujeo, San Salvador de Jujuy, Universidad Nacional de Jujuy, 2001; dem, Ruptura partidaria, continuidad poltica. Los tempranos orgenes del peronismo jujeo, en Macor y Tcach, La invencin del peronismo, op. cit., pp. 163-212. 30 Yamile Alvarez, En torno a los orgenes del peronismo mendocino, en Macor y Tcach, La invencin del peronismo, op. cit., pp. 365-383. 31 Azcuena Michel, Esther Torino y Rubn Correa, Crisis conservadora, fractura radical y surgimiento del peronismo en Salta (1943-1946), en Macor y Tcach, La invencin del peronismo, op. cit., pp. 213-264.- 33 -

asumiera la presidencia de la Nacin32. Por su parte, Noem Girbal, con su conocido rigor metodolgico, arroja nueva luz sobre las relaciones entre el gobierno peronista y la provincia de Tucumn al analizar el uso del crdito oficial que, por un lado, benefici a los grandes propietarios del azcar pero que, por el otro, posibilit las mejoras salariales para los trabajadores de los ingenios33. Macor y Tcach cierran su ensayo con una importante conclusin: la tibieza de fe del peronismo en las virtudes de la democracia poltica no fue slo el resultado del estilo de liderazgo ejercido por Pern . La viabilidad de ese estilo tuvo mucho que ver con el peso de los factores tradicionales que estuvieron presentes en la gnesis del peronismo: Ejrcito, Iglesia Catlica en especial Accin Catlica, caudillos conservadores, e inclusive fracciones oligrquicas provinciales (p. 31)34. Aun as, no pasa desapercibida la ausencia de la provincia de Corrientes en el tomo de Macor y Tcach,35 y ms conspicua an resulta la omisin de referencia alguna a la provincia ms grande, la provincia de Buenos Aires, la cual ha merecido la

32 Gustavo Rubinstein, El Estado peronista y la sindicalizacin de los trabajadores azucareros, en Macor y Tcach, La invencin del peronismo, op.cit., pp. 319-363. 33 Noem Girbal-Blacha, Economa azucarera tucumana, empresarios y crdito en tiempos del Estado peronista (1946-1955), en Macor y Tcach, La invencin del peronismo, op.cit., pp. 265-317. 34 Sobre el peronismo y la Iglesia, vanse, entre otros, Lila Caimari, Pern y la Iglesia Catlica, Buenos Aires, Ariel, 1995; Susana Bianchi, Catolicismo y peronismo: Religin y poltica en la Argentina, 1943-1955, Buenos Aires, Prometeo, 2001; Loris Zanatta, Pern y el mito de la nacin catlica: Iglesia y Ejrcito en los orgenes del peronismo (1943-1946), Buenos Aires, Sudamericana, 1999; Miranda Lida, Catolicismo y peronismo: debates, problemas, preguntas. Boletn del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, N 27, enero-junio de 2005, pp.139-148; Ezequiel Adamovsky, La bendita mediana: los catlicos argentinos y sus apelaciones a la clase media, c. 1930-1955, Anuario IEHS, Vol. 22, 2007, pp. 301-324. 35 Ver el reciente estudio de Mara del Mar Sols Carnicer, La Argentina (casi) peronista. Las elecciones de 1946 en la provincia de Corrientes y la resistencia a la hegemona, EIAL 2009 (en prensa).- 34 -

atencin de varios investigadores en los ltimos aos,36 quienes han destacado las fricciones internas dentro de las filas peronistas y hasta los choques entre distintas concepciones de la poltica y el rol del Estado. La diversidad de la composicin del peronismo bonaerense se notaba tanto en el nivel de las lites como de las bases, y eso explica la existencia de varios proyectos polticos que competan entre s. Adems, por lo menos durante la segunda mitad de los 40, el Partido Peronista de esta provincia no pareca tan verticalista y autoritario, sino que, al contrario, se mostraba receptivo a una cierta representatividad y participacin37. Alejandra Salomn, en su ensayo historiogrfico, revisa primero los estudios sobre la conformacin y el funcionamiento del Partido Peronista hasta 1955. A diferencia de los trabajos anteriores, que solan aludir al partido como un mero instrumento en manos del lder carismtico y lo presentaban como un marco verticalista y monoltico,38 los estudios ms recientes pintan una imagen diferente,36 Ver, por ejemplo, los distintos trabajos en Julio Meln Pirro y Nicols Quiroga (comps.), El peronismo bonaerense: partidos y prcticas polticas, 1946-1955, Mar del Plata, Ediciones Surez, 2006; Oscar H. Aelo y Nicols Quiroga, Modelos en conflicto. El Partido Peronista en la provincia de Buenos Aires, 1947-1955, en Estudios Sociales, N 30, 2006; Oscar Aelo, Apogeo y ocaso de un equipo dirigente: el peronismo en la Provincia de Buenos Aires, 1947-1951, en Desarrollo Econmico, vol. 44, N 173, abril-junio de 2004; Oscar Aelo Un captulo en las luchas internas peronistas: la expulsin de Mercante, en Claudio Panella (dir.), El Gobierno de Domingo A. Mercante en Buenos Aires (1946-1952), La Plata, Archivo Histrico de la Provincia de Buenos Aires, 2005; Nicols Quiroga, El Partido Peronista en Mar del Plata: articulacin horizontal y articulacin vertical, 1945-1955, en Boletn del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, N 26, 2004, as como mi propio estudio: Raanan Rein, Pereparando el camino para el peronismo: Juan A. Bramuglia como Interventor Federal en la Provincia de Buenos Aires, European Review of Latin American and Caribbean Studies, N 67, december 1999, pp. 35-55. 37 Ver especialmente los trabajos de Oscar Aelo, Formacin y crisis de una lite dirigente en el peronismo bonaerense, 1946-1955, en ibid. 38 Germani, Poltica y sociedad en una poca de transicin; Walter Little, Party and State in Peronist Argentina, 1945-1955, Hispanic American Historical Re- 35 -

ms compleja y heterognea, de las estructuras partidarias peronistas, ya sea del Partido Laborista (que fue una expresin de autonoma del movimiento obrero),39 del Partido Peronista Femenino (que tena sus diferencias con el Partido Peronista masculino y donde se notaba un papel activo de las dirigentes intermedias)40 o del mismo Partido Peronista (con sus tensiones internas, entre otras cosas por la diversidad social y poltica existente en su seno)41. Sin embargo, tambin estos estudios se centran en el mbito nacional. Salomn elogia las nuevas interpretaciones, denominadas extracntricas, pero insiste que si bien estos trabajos son sumamente sugerentes, su nivel de anlisis es la provincia. mbito demasiado grande y complejo como para hacer generalizaciones en torno a la construccin de estructuras partidarias y liderazgos locales (p. 351). Y en las provincias, la mayora de estos estudios extracntricos se concentran en examinar las ciudades. Salomn propone volver la mirada a lo local y a lo rural. Efectivamente, la rpida peview, Vol. 53, N 4, 1973; Alberto Ciria, Poltica y cultura popular: la Argentina peronista (1946-1955), Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1983; Peter Waldman, El peronismo, 1943-1955, Buenos Aires, Hyspamrica, 1985. 39 Elena Pont, Partido Laborista: Estado y sindicatos, Buenos Aires, CEAL, 1984; Jos L. Beired, Trabalhadores e tenses polticas nas origens do peronismo. A questo do Partido Laborista, en Anuario del IEHS, N 8, Tandil, UNCPBA, 1993, pp. 89-103. Ver tambin las importantes memorias de Luis Gay, El Partido Laborista en la Argentina, Buenos Aires, Biblos, 1999. 40 Susana Bianchi y Norma Sanchis, El Partido Peronista Femenino, Buenos Aires, CEAL, 1986; Carolina Barry, Partido Peronista Femenino. La organizacin total, 1949-1955, Buenos Aires, Instituto Nacional de Investigaciones Histricas Eva Pern, 2001; dem, Las unidades bsicas del Partido Peronista Femenino (1949-1955), en Ramacciotti, Karina y Valobra, Adriana: Generando el peronismo: estudios de cultura, poltica y gnero 1946-1955, Buenos Aires, Proyecto Editorial, 2004; dem, El Partido Peronista Femenino: la gestacin poltica y legal, Nuevo Mundo/ Mundos Nuevos, Debates, 2007, [En lnea]; Mirta Lobato Cuando las mujeres reinaban Belleza virtud y poder en la Argentina del siglo XX, Biblos, Buenos Aires, 2005. 41 Moira Mackinnon, Los aos formativos del Partido Peronista (1946-1950), Buenos Aires, Siglo XXI, 2002.- 36 -

ronizacin de los mbitos rurales requiere un mejor anlisis, sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que en 1947 casi el 38% de los argentinos viva en localidades que contaban con menos de 2.000 habitantes, es decir en zonas rurales escasamente industrializadas, tradicionalmente ms conservadoras y dispersas. El reconstruir las dinmicas polticas locales a travs de un anlisis ms minucioso es una tarea apreciable, pero nada sencilla42. Bolicheros, policas y peluqueros han desempeado una funcin social y poltica clave en estas poblaciones, pero normalmente no han producido fuentes escritas que los historiadores podramos utilizar para nuestras investigaciones. Paso ahora a la perspectiva personal, la cual tiene que ver con mis propios trabajos y con los aportes y vacos con los que me he encontrado al trabajar sobre los siguientes aspectos del peronismo: la poltica internacional y la imagen exterior, la segunda lnea del liderazgo peronista, los estudios regionales sobre las caractersticas del movimiento en diversas provincias, varios aspectos culturales del peronismo, y finalmente la dimensin tnica. De cara al exterior Con respecto a asuntos de poltica exterior, cabe destacar que si bien el tema de la Segunda Guerra Mundial y la neutralidad argentina ha provocado mucho inters y dado lugar a la publicacin de un importante nmero de estudios,43 no puede decirse lo mismo acerca42 Para un avance en este camino, ver Nicols Quiroga, El Partido Peronista en comunidades locales. Mar del Plata, 1945-1955, tesis de maestra, UNMdP, 2007; dem, Las Unidades Bsicas durante el primer peronismo. Cuatro notas sobre el Partido Peronista a nivel local , Nuevo Mundo Mundos Nuevos, Debates, 2008, [En lnea]; Alejandra Salomn, Construccin y dinmica poltica del Partido Peronista desde una perspectiva local y rural: Chascoms, 1945-1952, en C. Panella, t. 3 (2007), op.cit., pp. 155-189. 43 Entre otros, vanse Randall Bernett Woods, The Roosevelt Foreign-Policy Establishment and the Good Neighbor: The United States and Argentina, 1941-1945, Lawrence, Kansas, 1979; Mario Rapoport, Gran Bretaa, Estados Unidos y las- 37 -

de las relaciones internacionales de la Argentina peronista; un punto destacado tambin por Mara Ins Barbero y Marcelo Rougier en su ensayo bibliogrfico sobre la produccin historiogrfica dedicada precisamente a las relaciones internacionales de la Argentina entre los aos 1930-195544. Lo ms novedoso e interesante en el estudio de las relaciones Argentina-EE.UU. es el trabajo de Glenn Dorn, con su gran base emprica45. Sin embargo, Dorn, al igual que Carlos Escud en trabajos anteriores, se limita a analizar distintos aspectos de estas relaciones durante la segunda mitad de los aos 40, enfatizando la presin econmica norteamericana sobre la Argentina y contextualizando estas relaciones bilaterales en el marco de la poltica interamericana de Washington. Para un estudio de las relaciones con EE.UU. que abarca toda la dcada peronista, nos quedamos con el libro de Mario Rapoport y Claudio Spiguel. En este buen documentado volumen, ambos autores insisten en una continuidad y homogeneidad en la poltica peronista hacia los EE.UU. duranteclases dirigentes argentinas, 1940-1945, Buenos Aires, 1981; Carlos Escud, Gran Bretaa, Estados Unidos y la declinacin argentina, 1942-1949, Buenos Aires, 1983; Jack E. Friedman, Los malos vecinos: las relaciones entre Estados Unidos y la Argentina durante la segunda guerra mundial, Crdoba, 1999. 44 Mara I. Barbero y Marcelo Rougier, La produccin historiogrfica respecto de las relaciones internacionales de la Argentina del perodo 1930-1955. Temas, problemas y enfoques recientes, en Ignacio Klich (comp.), Sobre nazis y nazismo en la cultura argentina, College Park, MD, Hyspamrica, 2002, pp. 129-156. Otro ensayo historiogrfico de importancia es el de Mario Rapoport, Problemas y etapas en la historia de las relaciones internacionales de la Argentina, en Historiografa argentina (1958-1988). Una evaluacin crtica de la produccin histrica argentina, Buenos Aires, Comit Internacional de Ciencias Histricas, 1990. 45 Glenn J. Dorn, Bruce Plan and Marshall Plan: The United States Intervention against Peronism in Argentina, 1947-1950, The International History Review, XXI, 2, 1999, pp. 331-351; dem, Perns Gambit: The United States and the Argentine Challenge to the Inter-American Order, 1946-1948, Diplomatic History, 26, 1, 2002, pp. 1-20; dem, Exclusive Domination or Short Term Imperialism: The Peruvian Response to U.S.-Argentine Rivalry, 1946-1950, The Americas 61.1, 2004, pp. 81-102; dem, Peronistas and New Dealers: U.S.-Argentine rivalry and the Western Hemisphere (1946-1950), New Orleans, University Press of the South, 2005.- 38 -

los aos 1946-1955, sin diferenciar entre dos perodos: primero de nacionalismo autrquico y estatismo en materia econmica y un tercerismo en la poltica exterior y luego, ya en los aos 50, de ortodoxia econmica y abandono de la tercera posicin46. Si bien la posibilidad de consultar archivos norteamericanos ampli el campo para los investigadores en los aos 80 y 90, no ha ocurrido lo mismo en el caso de las relaciones con la Unin Sovtica y los pases del bloque comunista, obviamente por razones idiomticas47. Donde s se han registrado algunos avances es en el mbito de las relaciones de la Argentina con sus vecinos, Uruguay y Chile, as como con la madre patria48. El libro de Juan Oddone incluye un importante apndice documental y enfatiza el peso de los EE.UU. en las relaciones bilaterales Argentina-Uruguay. Por su parte, el trabajo de Leonor Machinandiarena de Devoto tiende a exagerar las presuntas injerencias argentinas en la poltica transandina y examina las relaciones y las semejanzas entre Pern y Carlos Ibez, as como la identificacin de la senadora Mara de la Cruz Toledo con el peronis46 Mario Rapoport y Claudio Spiguel, Estados Unidos y el peronismo: La poltica norteamericana en la Argentina, 1949-1955, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1994. Ver tambin la tesis doctoral indita de Norma Delia Gonzlez, U.S.-Argentine Relations in the 1950s, University of Massachusetts, 1992; David M. K. Sheinin, Argentina and the United States: An Alliance Contained, The University of Georgia Press, Athens y Londres 2006, caps. 3-4. 47 Sobre este tema vense Mario Rapoport, Argentina and the Soviet Union: History of Political and Commercial Relations (1917-1955), Hispanic American Historical Review 66, 2, 1986, pp. 239-285; Isidoro Gilbert, El oro de Mosc. La historia secreta de las relaciones argentino-soviticas, Buenos Aires, Planeta, 1994; Monserrat Llair y Raimundo Siepe, Pern y las relaciones econmicas con el Este, 1946-1955, Buenos Aires, CEAL, 1997. 48 Raanan Rein, Entre el abismo y la salvacin: el pacto Pern-Franco, Buenos Aires, Lumiere, 2003; Mnica Quijada, El comercio hispano-argentino y el protocolo Franco-Pern, 1939-1949. Origen, continuidad y lmites de una relacin hipertrofiada, Ciclos, N 6, 1991, pp. 5-40; dem, Poltica migratoria del primer peronismo: las negociaciones con Espaa, Revista Europea de Estudios Latinoamericanos y del Caribe (Dic. 1989): pp. 43-65; Beatriz Figallo, El protocolo PernFranco: relaciones hispano-argentinas 1942-52, Buenos Aires, Corregidor, 1992.- 39 -

mo, al punto de considerarse la Eva chilena49. Otro avance que cabe mencionar aqu es el estudio del proyecto atmico del peronismo50. Dentro de la temtica de las relaciones internacionales, las polticas migratorias y las actitudes del gobierno hacia los inmigrantes y refugiados constituyen un campo especfico y polmico51. En este contexto, es imprescindible referirse al tema de la entrada, con relativa facilidad, de nazis en la Argentina. Los libros de Uki Goi, Pern y los alemanes: la verdad sobre el espionaje nazi y los fugitivos del Reich (Buenos Aires, 1999) y The Real Odessa: How Pern Brought the Nazi War Criminals to Argentina (London, 2002), si bien incluan muchos documentos inditos, no cambiaron radicalmente el panorama. El autor de este ensayo coincide con Ronald Newton, en su erudito libro de principios de los noventa, en que se ha exagerado

49 Juan Oddone, Vecinos en discordia: Argentina, Uruguay y la poltica hemisfrica de los Estados Unidos. Seleccin de documentos, 1945-1955, Montevideo, Universidad de la Repblica, 2003; Leonor Machinandiarena de Devoto, Las relaciones con Chile durante el peronismo, 1946-1955, Buenos Aires, Lumiere, 2005; Leonor Machinandiarena de Devoto y Carlos Escud, Las relaciones argentino-chilenas, 1946-1953 y las ilusiones expansionistas del peronismo, en Torcuato S. Di Tella (comp.), Argentina-Chile: Desarrollos paralelos? Buenos Aires, GEL, 1997, pp. 181-200. Un interesante estudio acerca de las relaciones con otros pases latinoamericanos es Silvia T. lvarez, La crisis de Guatemala (1954) y Hait (1991-1994): dos paradigmas de poltica exterior argentina, en Raanan Rein y Rosalie Sitman, El primer peronismo, op.cit., pp. 249-280. 50 David Sheinin, Nuclear Development and the Shaping of an Independent Argentine Foreign Policy, 1950-1990, EIAL, Vol. 16, N 2, 2005, pp. 37-62; Zulema Marzorati. La poltica atmica del gobierno peronista. Sus representaciones en el noticiero (1950-1955), ponencia presentada en las XI Jornadas Interescuelas/ Departamentos de Historia (Tucumn, septiembre de 2007); Mario A. J. Mariscotti, El secreto atmico de Humuel. Crnica del origen de la energa atmica en la Argentina, Buenos Aires, 1996; Jonathan D. Hagood, Why Does Technology Transfer Fail? Two Techonology Transfer Projects from Peronist Argentina, Comparative Technology Transfer and Society, Vol. 4, N 1, 2006, pp. 73-98. 51 Carolina Biernat, Buenos o tiles? La poltica inmigratoria del peronismo, Buenos Aires, Biblos 2007.- 40 -

mucho la amenaza nazi en la Argentina.52 No obstante, tambin Newton seal la complicidad de funcionarios de la cancillera y de las embajadas argentinas en Europa, que facilitaban la entrada de refugiados nazis y, con mayor magnitud, de jerarcas provenientes de los pases de Europa oriental. En total, el pas acogi a no menos de 180 criminales de guerra nazis y colaboracionistas. Aun as, Newton destaca no tanto los motivos ideolgicos de Pern para dejar entrar a muchos alemanes sino, ms bien, los pragmticos, sobre todo el esfuerzo por reclutar tcnicos y trabajadores calificados. Adems, al adoptar una perspectiva comparativa refirindose a otros pases, Argentina no parece un caso tan excepcional. En cuanto a la entrada de fascistas italianos a la Argentina de la postguerra, ahora s tenemos un cuadro ms comprehensivo gracias a los aportes de Federica Bertagna y Eugenia Scarzanella. Si bien muchos entraron en la Argentina peronista por distintos motivos que no tenan nada que ver con el rgimen imperante en este pas sudamericano, algunos lo hicieron impulsados por sus ideales relacionados con gobiernos fuertes y con un sistema econmico corporativo53. Ausencias: la dimensin tnica Mi propio estudio sobre las relaciones Argentina-Israel es el nico, hasta el momento, que ha destacado los lazos triangulares entre Argentina, Israel y la colectividad judeoargentina. En este sentido, constituye un trabajo pionero en el mbito de las relaciones internacionales de la Argentina en el perodo de posguerra, por ser el primero en introducir la dimensin tnica. Lo menciono aqu en vista

52 Ronald Newton, The Nazi Menace in Argentina, 1931-1947, Stanford, CA, 1992. Ver tambin el nmero monogrfico de la revista Ciclos N 19 (2000), titulado Los Nazis en Argentina: poltica y economa. 53 Federica Bertagna, La inmigracin fascista en la Argentina, Buenos Aires, Siglo XXI, 2007; Eugenia Scarzanella (comp.), Fascistas en Amrica del Sur, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, 2007.- 41 -

de los pocos estudios existentes acerca del peronismo y la etnicidad. Lamentablemente, muchos intelectuales en la Argentina han rechazado esta variable como una categora analtica importante. Un caso paradigmtico es el tema judo. De acuerdo a lo aceptado comnmente en la historiografa, a lo largo de sus aos en el poder Pern fracas en su intento de atraer el apoyo de sectores significativos de la comunidad juda argentina, pese a sus esfuerzos por erradicar el antisemitismo y el haber cultivado relaciones estrechas con el Estado de Israel. Los judos argentinos, en su mayora, segn nos dicen los comentaristas e historiadores, continuaron siendo hostiles a Pern54. Los numerosos esfuerzos del Lder por conquistar a la colectividad, por ejemplo mediante la creacin de la Organizacin Israelita Argentina (OIA), de tendencia properonista, supuestamente no rindieron los frutos esperados55. A poco tiempo de finalizada la Segunda Guerra Mundial, una vez que comenz a conocerse la magnitud de la hecatombe de los judos en el Viejo Continente, los judos argentinos, oriundos en su mayora de las zonas devastadas en Europa Oriental y Central,

54 Ver, al respecto, Raanan Rein, Argentina, Israel y los judos: De la particin de Palestina al caso Eichmann (1947-1962), Buenos Aires, 2007 (2da edicin ampliada), caps. 1-4; Susana Bianchi, Historia de las religiones en la Argentina: las minoras religiosas, Buenos Aires, 2004; Daniel Lvovich, Entre la historia, la memoria y el discurso de la identidad: Pern, la comunidad juda argentina y la cuestin del antisemitismo, Indice. Revista de Ciencias Sociales, N 24, 2007, pp. 173-188; Emilio J. Corbiere, Pern y los judos, Todo es Historia, N 252, 1988, pp. 6-35. 55 Sobre la OIA, ver Raanan Rein, El fracaso de la peronizacin de la colectividad juda, Nuestra Memoria, No. 25 (June 2005): pp. 173-182; Lawrence D. Bell, In the Name of the Community: Populism, Ethnicity, and Politics among the Jews of Argentina under Pern, 19461955, Hispanic American Historical Review, Vol. 86, N 1, 2006, pp. 93-122; dem, Bitter Conquest: Zionists against Progressive Jews and the Making of Post-War Jewish Politics in Argentina, Jewish History, Vol. 17, 2003, pp. 285-308; Jeffrey Marder, The Organizacin Israelita Argentina: Between Pern and the Jews, Canadian Journal of Latin American and Caribbean Studies, Vol. 20, Ns. 39-40, 1995, pp. 125-152; Leonardo Senkman, El peronismo visto desde la legacin israel en Buenos Aires: sus relaciones con la OIA (19491954), Judaica Latinoamericana, Vol. II, Jerusaln, 1993, pp. 115-136.- 42 -

manifestaron una comprensible sensibilidad hacia un gobierno con ciertas caractersticas que les recordaban a los regmenes de los recientemente derrotados pases del Eje. El apoyo de crculos nacionalistas y antisemitas a Pern en los inicios de su carrera poltica, as como su alianza con la Iglesia Catlica en la segunda mitad de los cuarenta, slo contribuyeron a fortalecer tal impresin. La identidad poltica de numerosos judos (la mayora de los cuales perteneca a grupos demcratas-liberales o de izquierda), tanto como su identidad socioeconmica (el grueso de los judos perteneca a las capas medias de la sociedad argentina), los condujo a expresar reservas con respecto a un rgimen que desarrollaba crecientes tendencias autoritarias y se identificaba con la mejora de las condiciones de la clase obrera argentina. El hecho de que Pern haya ido adoptando la lucha contra el antisemitismo como una parte integral de su poltica no logr modificar la suspicacia de los judos hacia su gobierno. Este cuadro no es falso, pero es ciertamente exagerado. No eran pocos los judos que apoyaban al primer peronismo. Es verdad que la mayor parte de la dirigencia de la comunidad organizada tena sus reservas con respecto al gobierno peronista y el movimiento justicialista, pero tampoco cabe duda de que distintos dirigentes judos dentro del movimiento trabajador (ngel Perelman, fundador en 1943 y primer secretario general de la Unin Obrera metalrgica56; Rafael Kogan, secretario general de la Unin Ferroviaria; Abraham Krislavin y David Diskin del sindicato de Empleados de Comercio),57 miembros de diversas asociaciones judas (tales como el Hospital Israelita Ezrah), intelectuales (el equipo responsable del suplemento cultural del diario La Prensa, ya bajo el control de la CGT, inclua a

56 Sobre su aporte a las manifestaciones obreras del 17 de octubre de 1945 y al naciente movimiento peronista, ver sus memorias: ngel Perelman, Cmo hicimos el 17 de octubre, Buenos Aires, 1962. 57 Krislavin lleg a ser Sub-secretario en el ministerio de Interior. Ver Raanan Rein, Bramuglia, op. cit., pp. 57-58. Diskin fue miembro del Consejo Directivo de la CGT (1946-1955) y diputado nacional (1952-1955). Ver su El compaero Borlenghi: su trayectoria, su integridad, su temple, Buenos Aires, 1979.- 43 -

Israel Zeitlin [Csar Tiempo],58 Ezequiel Korenblit, Len Benars y Julia Prilutzky Farny), abogados (como Liberto Rabinovich), hombres de negocios (Jos Ber Gelbard)59 y sobre todo gente comn no afiliada a las instituciones comunitarias se identificaban con el peronismo. As entraron judos a distintos organismos estatales, tales como la cancillera (Pablo Manguel, Israel Jabbaz y otros), de los cuales haban estado prcticamente excluidos anteriormente. Incluso en ciudades y provincias normalmente no consideradas peronistas, como Crdoba, era posible encontrar militantes justicialistas (el diputado Jos Alexencier o Ral Bercovich Rodrguez)60. Hacen falta estudios adicionales sobre los argentinos-judos y el peronismo, as como sobre argentinos-rabes o miembros de otros grupos tnicos y el movimiento justicialista. Por ejemplo, varios autores sostienen que la colectividad rabe-argentina, compuesta principalmente por sirio-libaneses llegados en las postrimeras del Imperio Otomano, era favorable a la candidatura de Pern en 1946. Sin embargo, tal afirmacin no ha sido demostrada en ningn estudio emprico, como tampoco lo ha sido el tema de la mejor integracin social y poltica de este grupo tnico durante la dcada peronista. Entre otras cuestiones que aparecen en mi libro sobre Argentina, Israel y los judos, especficamente en la discusin acerca de la abstencin argentina en la votacin en la ONU sobre la particin de Palestina, lo ms notable es la ausencia de Pern, por un lado, y las visiones opuestas del canciller argentino, Juan Atilio Bramuglia, y el58 Sobre Tiempo ver Eliahu Toker (comp.), Buenos Aires esquina Sabdo. Antologa de Csar Tiempo, Buenos Aires, 1997; Leonardo Senkman, La identidad juda en la literatura argentina, Buenos Aires, 1983, pp. 153-195. 59 Mara Seoane, El burgus maldito. Los secretos del ultimo lder del capitalismo nacional, Buenos Aires, 2003; Leonardo Senkman, Populismo y empresarios judos: actuacin pblica de Horacio Lafer y Jos B. Gelbard durante Vargas y Pern, Araucaria, N 15, 2006, pp. 46-76. 60 Csar Tcach, Neoperonismo y resistencia obrera en la Crdoba Libertadora (1955-1958) , Desarrollo Econmico, Vol. 35, N 137,abril-junio de 1995, pp. 63-82.- 44 -

embajador en la ONU, Jos Arce. El libro tambin analiza la imagen exterior del peronismo. No mucho se ha publicado al respecto. En un reciente volumen, Peronismo y prensa escrita, en colaboracin con Claudio Panella, hemos incluido cuatro artculos dedicados a la imagen del justicialismo en el New York Times, en la prensa inglesa, en los diarios espaoles y en los peridicos israeles61. Asimismo, cabe mencionar aqu la tesis doctoral de James Cane, sobre el rgimen peronista y los medios de comunicacin, que est en vas de publicacin62. Con respecto a la poltica econmica internacional, la reciente tesis doctoral de Claudia Kedar merece una especial atencin63. En ella, Kedar desafa la imagen de Pern como un lder que se opuso al Fondo Monetario Internacional por su identificacin con el imperialismo norteamericano, razn por la cual la Argentina no se hizo miembro del Fondo. El estudio de Kedar revela que, de hecho, hubo varios intentos por parte del gobierno peronista de llegar a un acuerdo con el Fondo, mas estos fracasaron debido a la desconfianza reinante en Washington y en crculos econmicos internacionales hacia la Argentina y el rgimen imperante.

61 Ver los artculos de Nicols Quiroga, Gwyn Howells y Raanan Rein en Raanan Rein y Claudio Panella (comps.), Peronismo y prensa escrita: abordajes, miradas e interpretaciones nacionales y extranjeras, La Plata, Editorial de la Universidad de La Plata, 2008. 62 James Cane, The Fourth Enemy: Journalism and Power in the Making of Peronist Argentina, 1930-1955, Pennsylvania State University Press (de prxima aparicin). Sobre el peronismo y la prensa ver tambin Mara L. Da Orden y Julio C. Melon Pirro (comps.), Prensa y peronismo: discursos, prcticas, empresas (19431958), Rosario, Prohistoria Ediciones, 2007; Claudio Panella y Marcelo Fonticelli, La prensa de izquierda y el peronismo (1943-1949): socialistas y comunistas frente a Pern, La Plata, Editorial de la Universidad de La Plata, 2007; Claudio Panella (ed.), La Prensa y el peronismo: crtica, conflicto, expropiacin, La Plata, Ediciones de Periodismo y Comunicacin, 2001. 63 Claudia Kedar, The Routinization of Dependency: Argentina and the International Monetary Fund, 1944-1977, tesis doctoral indita, Universidad de Tel Aviv, 2008.- 45 -

Los hombres detrs del Hombre En cuanto al estudio de la segunda lnea de dirigencias peronistas, parece haber un cierto hartazgo de biografas de Pern y Evita. Tenemos suficientes trabajos de este tipo, desde la biografa oficial escrita por Enrique Pavn Pereyra en 1953 hasta la biografa publicada por Joseph Page tres dcadas ms tarde y, en el caso de Evita, desde Borroni y Vacca hasta Marysa Navarro. A este respecto cabe mencionar tambin las obras de ficcin de Toms Eloy Martnez, La novela de Pern y Santa Evita, con su penetrante interpretacin de la vida de estas dos figuras y su papel en la historia argentina. Ya en mi Peronismo, populismo y poltica, publicado en 1998, plante la necesidad de examinar el aporte ideolgico y la funcin poltica que les cupo a varias personalidades que rodearon a Pern desde el primer momento, y creo que este trabajo alent a varios investigadores a seguir por el mismo camino. A m personalmente me interesaron sobre todo las figuras de Juan Atilio Bramuglia, Miguel Miranda, Domingo Mercante, Jos Figuerola y ngel Borlenghi64. Esta segunda lnea posibilit la victoria electoral de Pern en los comicios de febrero de 1946 y su afianzamiento en el poder, y jug un importante papel en la modelacin de la doctrina justicialista. De estas cinco figuras, la de Domingo Mercante ha despertado el mayor inters entre los investigadores, en parte, debido al libro poco crtico escrito por su hijo, as como por la impresionante labor promovida por el director del Archivo Histrico de la Provincia de Buenos Aires, Claudio Panella65. En una sociedad profundamente

64 Sobre los cinco, vase el primer captulo de mi Juan Atilio Bramuglia: bajo la sombra del lder. La segunda lnea de liderazgo peronista, Buenos Aires, Lumiere, 2006. 65 Domingo A. Mercante, Mercante: el corazn de Pern, Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1995; y los tres tomos compilados por Claudio Panella: El gobierno de Domingo A. Mercante en Buenos Aires (1946-1952): un caso de peronismo provincial, La Plata, Archivo Histrico de la Provincia de Buenos Aires, 2005-2007. Para otros aportes, vanse Graciela Mateo, El gobierno de Domingo Mercante: expresin singular del peronismo clsico, en Raanan Rein y Rosalie Sitman, El- 46 -

dividida en el plano poltico, la gestin de Mercante ha sido elogiada en los distintos estudios por su cariz ostensiblemente tolerante. En contraste con la figura autoritaria de Pern, a Mercante se lo presenta como un demcrata que permiti un mayor margen de libertad de prensa que el gobierno federal. Mientras que Pern se caracterizaba por una poltica de enfrentamiento con la oposicin, Mercante destacaba por su poltica de consenso. Esta actitud tolerante, junto con la imagen progresista que logr obtener su administracin, potenciaron considerablemente su popularidad. Algunas de las discrepancias que surgieron entre la administracin de Mercante y el gobierno nacional, inducidas tanto por las propias caractersticas de la provincia de Buenos Aires como por su estilo personal de liderazgo, estaban relacionadas, entre otras cosas, con el fomento de la actividad agropecuaria a la hora en que el gobierno central pona el nfasis en la promocin de la industria, como con las medidas, bien cautas, por cierto, y ajenas a una verdadera reforma agraria, a favor de una distribucin ms equitativa de la tierra, frente a la ausencia de una poltica agraria progresiva del gobierno central. Segn Blanco, la marcada insistencia del gobernador Domingo Mercante en la democratizacin de la propiedad rural... nos plantea como interrogante la posibilidad de que haya sido una estrategia poltica para crear redes clientelares que sustentaran un proyecto poltico alternativo al del gobierno nacional66. La gestin como gobernador del corazn de Pern, considerado por muchos de sus contemporneos como el posible heredero del jefe mximo (19461952), est considerada como una de las ms eficaces que conoci la

primer peronismo, op. cit., pp. 211-248; Carolyn A. Becker, Domingo A. Mercante: A Democrat in the Shadow of Pern and Evita, Xlibris Corporation, 2005. Incluso el rol pblico de su esposa ha recibido la atencin de los investigadores: Carolina Barry: Lealtades, partidos y latidos. Elena Caporale de Mercante y la creacin del PPF de la provincia de Buenos Aires, en Claudio Panella (comp.) El gobierno de Domingo Mercante en Buenos Aires, op. cit., vol.2, pp. 33-72. 66 Mnica Blanco, Peronismo, mercantismo y poltica agraria en la Provincia de Buenos Aires (1946-1955), Mundo Agrario, N 2, UNLP, 2001.- 47 -

provincia. Sin embargo, no siempre queda claro, despus de leer los distintos trabajos, cul era precisamente ese proyecto alternativo ni qu significaba este mercantismo. A veces pareciera responder ms al deseo de los investigadores de identificar un peronismo de tipo socialdemcrata que al anlisis de una realidad concreta. A diferencia del inters suscitado por Mercante entre los investigadores de los ltimos aos, no ha ocurrido lo mismo con la figura de su sucesor como gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Vicente Alo67. Una cierta glorificacin de Mercante ha contribuido a esta tendencia injustificada a ignorar a Alo y mostrarlo como el gobernador que se limit a cumplir fielmente las instrucciones emanadas de la casa presidencial, quien, a diferencia de Mercante, nunca representara un desafo para Pern. En palabras de Pablo Vzquez, La asuncin de Alo en territorio bonaerense, ms all de algunos aciertos en su gestin, tuvo como norte borrar de la memoria colectiva bonaerense todo vestigio de la administracin de Mercante y su equipo. Acusaciones, persecuciones, expulsiones del partido, crcel a Avanza, exilio forzado de varios funcionarios, marcaron el injusto final del proyecto ms exitoso en la gobernacin bonaerense68. El estudio de la segunda lnea confirma, asimismo, la tesis formulada por Torcuato Di Tella acerca de la alianza policlasista detrs de los regmenes populistas, como el peronismo, y subraya las expresiones regionales del movimiento, desplazando la imagen algo homognea de este fenmeno, cultivada durante aos tanto por peronistas como por antiperonistas, aunque por distintas razones y con67 Rodolfo Rodrguez, Carlos Vicente Alo: subordinacin y valor, La Plata, Archivo Histrico de la Provincia de Buenos Aires, 2007; Graciela Mateo, El cooperativismo agrario en la provincia de Buenos Aires (1946-1955): Carlos Alo y su apoyo al cooperativismo agrario, Mundo Agrario N 4, UNLP, 2002. Ver tambin el testimonio de Alo: C. Alo, Gobierno, proceso, conducta, Buenos Aires, 1969. 68 Pablo A. Vzquez, Peronismo vs. Mercantismo: fase final de la consolidacin hegemnica dentro del movimiento nacional. Anlisis y confrontacin desde la memoria, en Claudio Panella (comp.), El gobierno de Domingo a. Mercante en Buenos Aires, op. cit., vol. 3, pp. 193-217.- 48 -

otros fines. Al mismo tiempo, se revelan de forma ms clara las tensiones y las luchas internas dentro del rgimen y del movimiento: Pern deja de ser el lder todopoderoso, deus-ex-machina, para unos o diablo-ex-machina, para otros. Aos atrs, los estudios de Samuel Baily, L. Doyon, Walter Little, Juan Carlos Torre y otros, ya haban demostrado que ni siquiera los sindicatos estaban bajo el control total y absoluto de Pern69. Adems, los trabajos acerca de la segunda lnea destacan las distintas influencias ideolgicas sobre el peronismo naciente, sobre todo del socialismo, a travs de personalidades como Bramuglia y Borlenghi70. Juan Atilio Bramuglia y ngel Gabriel Borlenghi jugaron un papel clave al atraer a los dos sindicatos ms importantes en aquel entonces, la Unin Ferroviaria y la Confederacin de Empleados de Comercio, a la incipiente coalicin peronista. Los dos dirigentes, procedentes del Partido Socialista, influyeron tambin en la agenda social del movimiento y el rgimen justicialista. Sin embargo, mientras que la trayectoria de Bramuglia ya est bien documentada en su reciente biografa poltica, 71 no es el caso de Borlenghi. Este vaco historiogrfico es notable, pues, mientras que la mayor parte de las figuras de la segunda lnea del peronismo fueron retiradas de escena en forma gradual, a la par que Pern se vea obligado a hacer frente a diversas dificultades econmicas y polticas, Borlenghi permaneci en su puesto de ministro desde junio de 1946 hasta julio de 1955:

69 Casi treinta aos despus de presentar su importante tesis doctoral, Doyon public su libro en Buenos Aires, con bibliografa no actualizada pero que, aun as, constituye un importante aporte: Louise Doyon, Pern y los trabajadores: los orgenes del sindicalismo peronista, 1943-1955, Buenos Aires, Siglo XXI, 2006. 70 Sobre influencias socialistas en el peronismo, ver la tesis doctoral (lamentablemente indita y no traducida) de Idit Gil, Argentine Leftist Intellectuals, Nationalism and Social Justice (1894-1947): The Origins of Peronism?, Universidad de Tel Aviv, 1998; Carlos M. Herrera, Socialismo y revolucin nacional en el primer peronismo. El Instituto de Estudios Econmicos y Sociales, EIAL 2009 (en prensa). 71 Raanan Rein, Juan Atilio Bramuglia: bajo la sombra del lder, op. cit.- 49 -

un rcord de permanencia en cualquier ministerio, no solamente en el rgimen peronista, sino tambin en la historia poltica del pas. El nico libro dedicado a Borlenghi es el mal escrito, mal redactado y confuso texto de Enrique Pavn Pereyra72. Sobre Figuerola, que desempe un importante papel en el Departamento Nacional del Trabajo y su posterior transformacin en la Secretara de Trabajo y Previsin, no existe ni siquiera un borrador de este tipo. Tampoco Miguel Miranda, el mago de las finanzas de la primera gestin peronista, ha recibido suficiente atencin por parte de los investigadores. No todos los ministros y funcionarios en los primeros dos gobiernos de Pern merecen ser incluidos en mi definicin de la segunda lnea. Sin embargo, me voy a referir aqu a dos de estos ministros. Antonio Cafiero public sus propias memorias en varios libros, pero todava no se ha escrito una biografa de importancia sobre su figura y su rol poltico a lo largo de las ltimas seis dcadas. Lo nico que existe es el libro de Andrew McAdam, el cual deja mucho lugar para otros autores, entre otras cosas por abocarse principalmente a la Renovacin Peronista de la dcada de 80, presentando a Cafiero como un smbolo de la democratizacin del movimiento peronista en aquellos aos73. Otro ministro del primer peronismo que s ha recibido ms atencin por parte de los investigadores es Ramn Carrillo, el secretario y luego ministro de Salud Pblica durante los aos 1946-195474. En 2007 tambin se proyect un documental,

72 Enrique Pavn Pereyra, Borlenghi hombre de Estado, Buenos Aires, 1999. Ver tambin David Diskin, El compaero Borlenghi: su trayectoria, su integridad, su temple, Buenos Aires, 1979. 73 Andrew Mc Adam (con la colaboracin de Roger Gravil), Antonio F. Cafiero: el renovador, Buenos Aires, Corregidor, 1996. 74 Karina I. Ramacciotti, Las tensiones en la poltica sanitaria de Ramn Carrillo, en P. Berrotarn, A. Juregui y M. Rougier, Sueos de bienestar en la Nueva Argentina, Buenos Aires, Imago Mundi, 2004, pp. 229-268; R. Alzugaray, Ramn Carrillo, el fundador del sa