Academia ·de San Carlos y N u e s tro s Pintores·de San Carlos Pintores AloCllción pronu'lciada...

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en este homenaje de la Escuela Na- cional de Artes Plásticas. nombre con que se ha rejuvenecido a la venerable y antigua Academia de San Carlos. en cuyas aulas y talleres comenzó Oroz- co su aprendizaje artístico. Creo que para todos ustedes será posible construir en su imaginación una figura augusta que simbolice a esta Institución. Con poco esfuerzo, además. la podréis ver llena de sereni- dad. enjugando sus lágrimas por la pérdida de. este ilustre hijo desapare- cido. Si la Academia llora la muerte de Orozco, es porque ella le debe pró- funda gratitud. En seguida sabrán la causa. La Academia, nombre que siempre se pronuncia con un aliento cariñoso, sirve todavía de vez en cuando para designar a la nueva Escuela de Artes Plásticas. Ella representa desde hace dos siglos la base y el símbolo de nuestra enseñanza profesional del ar- te plástico. Por ella han pasado todos los artistas que en alguna forma han agregado prestigio al nombré de Mé- xico en el campo del arte. Si repasá- ramos en eSte momento esos nombres preclaros. de los que han muerto y de los que viven. veremos que son nu- merosos. A pesar de haber escuchado el reproche de algunos de sus hijos. por todos ha sentido gran estima. pues ellos son los que le han dado la fama de que goza dentro y. fuera de ñuestro país. Con todas sus fallas la Academia. pues ella es obra de los hombres. siempre le ha sido útil a los pintores. y en sus épOcas más des- orientadas, ha servido cuando menos , para enseñar lo que ño debe hacerse en pintura. Orozco. como hombre cabal y a pesar de su -eterna rebeldía para todo 'conformismo. siempre se expresó con justeza de la Academia. A' Justino Fernández. el escritor a quien precisa- mente por haber tratado de explicarse a él mismo y no a Íos demás la obra de Orozco. le debemos el juicio más y por' consiguiente' más hUínanb sobre eUa¡ el artista le dijo. en una de las numerosas charlas que' tUvieron. lo siguiente: "Fabrés era un maestro respetable por todos motivos. sus métodos de enseñanza lograban disciplinar a sus discípulos y crearles un sentido pictórico apegado a la rea- lidad. en la práctica del dibujo se lle- gaba al extremo de hacer comparacio- nes entre los trabajos escolares y las fotografías tomadas desde el mismo punto de vista en que se colocaba el dibujante. Pero la Academia hizo un gran bien; sin ella. sin sus disciplinas. hubiera sido casi imposible llegar a los resultados presentes de la pintura." Estas ideas de Orozco reconociendo la utilidad de la Academia 'se encuentran expuestas. con juicios más certeros, en el capítulo de su Autobiografía en que relata su paso por ella; creemos que son la expresión sincera de un prtista. jlls'ro . 1:1 iiij5a CALIDAD CANTIDAD que no quede un solo mexicano sin ver, sin sentir. sin emocionarse. sin meditar sobre el mensaje humano y social que nos ha legado con un con- cepto universal a través de cualquiera de sus poemas murales. A nuestro juicio. este es el homena- je que está haciendo falta se tribute a Orozco, homenaje en el que debe par- ticipar todo México para que tenga un alcance nacional, para que el pue- blo pueda ver, con sus propios ojos. cómo este gran artista interpretó con la pintura sus ideas de las injusticias sociales, de la miseria. de la prostitu- ción, de la guerra y del caos. es decir el drama que vive nuestra sociedad actual, y llegue a comprender que su rebeldía, su sufrimiento y la amar- gura en que debate su propia vida. fué la misma que alentó la obra de este artista salido del pueblo y por lo mismo de profunda esencia me- xicana. Las palabras anteriores deben subs- tanciar el sentimiento de nuestra ex- presión personal en este homenaje. a lo cual nos obliga nuestra profesión y por haber escuchado en más de una ocasión ei consejo personal del maes- tl'O, en relación con los problemas de la educación artística. Mas si esta- mos aquí, no ha sido con 'el fin ex-_ elusivo de expresar este sentimiento personal, sino con la honrosa misión de expresar y hacer sentir la prl!séncí-a ·de San Carlos Pintores AloCllción pronu'lciada por el profesor Víctor M. RC'yes, en el homenaje a José Clemente Oro::co. organizado por la Dirección General de Difusión Cultural de la Universidad Nacional de México, la noche del 15 de noviembre de 1949, en el Anfiteatro "Bolívar" Academia N ue s tr os y Resulta de esta misión de los escri- tores de arte, que en el caso de Oroz- ca nos han dado tantas explicaciones. comentarios e interpretaciones sobre su vida y su obra. que fácilmente en- contramos en ellas una serie de con- tradicciones, algunas de ellas tan irre- conciliables entre sí, que para que el que se proponga tener una verdad so- . bre su pintura a través de las letras de molde, le parecerá imposible creer que exista tanto desacuerdo al juz- gar lo que, por otra parte, consideran como un arte, clara y perfectamente definido. Profundo conocedor de nuestra época y de sus hombres. sabía bien lo que decía; ahora podría com- probar que son muchos los que pre- fieren oír su pintura; para ello espe- ran con ansia la publicación de los textos autorizados por los mejores críticos sqbre arte, pero son muy con- tados los que han preferido hacer un corto o largo viaje para ir a contem- plar sus pinturas murales. Un dato estadístico que levantáramos en' este momento, nos demostraría que son contadas las personas que conocen el . "Apocalipsis" de la Iglesia de Jesús. Qué gran homenaje rendiríamos al genio y a la obra de Orozco y por consiguiente a la pintura mexicana, si en lugar de explicar a las gentes y re- ferirles cómo es una dé sus pinturas, en qué consiste la filosofía de su obra. etc., organizáramos una campaña para S OLO ha transcurrido breve tiem- po del tránsito del gran artista y hombre justo que se llamó José Cle- mente Orozco, a quien rendimos esta noche nuestro homenaje. uno más de los incontables que tendrá que seguir recibiendo. no sólo en nuestra patria sino en todos los países cultos que han sabido aquilatar el valor de la cultura de México. En este corto tiem- po se han dicho y mucho más escrito tantas opiniones sobre su vida y su obra, que sumadas a las otras que se dijeron cuando vivía. tal parece que ya no queda nada por decir de su vi- da. ni por explicar de su obra; y sin embargo, tenemos la seguridad de que todavía nos falta escuchar mucho más, tanto, como sean los hombres de buena fe que necesitan expresar su dolor por la falta del hombre, y tan- to como sean los críticos de arte que insistan en explicarse y explicarnos el arte de este genio florecido en la tierra nuestra. y a quien. por haber producido una obra de tanta eleva- ción, se le está reconociendo como uno de los valores auténticos de la pintu- ra universal. En esta ocasión nosotros no vamos a hablar del arte de José Clemente Orozco; ni podemos ni queremos. Lo primero nos lo impide la incapacidad de convertir en juicio y palabras la emoción. la interrogación que nos planteamos y el misticismo en que nos sumerge la contemplación, ya no di- gamos de aquellos poemas murales debidos a la mano de este artista. los que se encuentran. por ejemplo. en este mismo edificio, siílO el ver las repro- ducciones de esos poemas que la mecá- nica se ha encargado de difundir por todas partes. Esta incapacidad nues- tra se acentúa y se transforma en pro- pósito para no querer hablar de la pintura de Orozco. cuando además de la contemplación meditamos en las grandes verdades que con el verbo y algunas veces con la pluma fué sem- brando el genio de Orozco. cuando se servía de estos medios de expresión para darnos sus propias verdades. no sólo en relación con el arte de la pin- tura sino con todos los problemas del hombre y de la misma vida. Es una de estas verdades la que guía nues- tros pensamientos en esta noche. por- que es ella la única que nos puede explicar el por qué de las tantas pre- ocupaciones que vemos en los escrito- res por querer explicar un arte que, según ellos mismos dicen, no necesi- ta explicación alguna, lo cual no es más que una contradicción de las fun- ciones del arte en nuestra época. El genio de Orozco había visto ésta, co- mo otras tantas contradicciones del devenir de la cultura en la sociedad contemporánea. Nos explicaba alguna vez que los escritores de arte cumplen una misión, porque el público quiere cada vez más explicaciones acerca de la pintura, se rehusa a ver pintura. quiere oír pintura.

Transcript of Academia ·de San Carlos y N u e s tro s Pintores·de San Carlos Pintores AloCllción pronu'lciada...

en este homenaje de la Escuela Na­cional de Artes Plásticas. nombre conque se ha rejuvenecido a la venerabley antigua Academia de San Carlos. encuyas aulas y talleres comenzó Oroz­co su aprendizaje artístico.

Creo que para todos ustedes seráposible construir en su imaginaciónuna figura augusta que simbolice aesta Institución. Con poco esfuerzo,además. la podréis ver llena de sereni-dad. enjugando sus lágrimas por lapérdida de. este ilustre hijo desapare­cido. Si la Academia llora la muertede Orozco, es porque ella le debe pró­funda gratitud. En seguida sabrán lacausa.

La Academia, nombre que siemprese pronuncia con un aliento cariñoso,sirve todavía de vez en cuando paradesignar a la nueva Escuela de ArtesPlásticas. Ella representa desde hacedos siglos la base y el símbolo denuestra enseñanza profesional del ar­te plástico. Por ella han pasado todoslos artistas que en alguna forma hanagregado prestigio al nombré de Mé­xico en el campo del arte. Si repasá­ramos en eSte momento esos nombrespreclaros. de los que han muerto y delos que viven. veremos que son nu­merosos. A pesar de haber escuchadoel reproche de algunos de sus hijos.por todos ha sentido gran estima.pues ellos son los que le han dadola fama de que goza dentro y. fuerade ñuestro país. Con todas sus fallasla Academia. pues ella es obra de loshombres. siempre le ha sido útil alos pintores. y en sus épOcas más des­orientadas, ha servido cuando menos

, para enseñar lo que ño debe hacerseen pintura.

Orozco. como hombre cabal y apesar de su -eterna rebeldía para todo

'conformismo. siempre se expresó conjusteza de la Academia. A' JustinoFernández. el escritor a quien precisa­mente por haber tratado de explicarsea él mismo y no a Íos demás la obrade Orozco. le debemos el juicio másapa~ionac:io y por' consiguiente' máshUínanb sobre eUa¡ el artista le dijo.en una de las numerosas charlas que'tUvieron. lo siguiente: "Fabrés era unmaestro respetable por todos motivos.sus métodos de enseñanza lograbandisciplinar a sus discípulos y crearlesun sentido pictórico apegado a la rea­lidad. en la práctica del dibujo se lle­gaba al extremo de hacer comparacio­nes entre los trabajos escolares y lasfotografías tomadas desde el mismopunto de vista en que se colocaba eldibujante. Pero la Academia hizo ungran bien; sin ella. sin sus disciplinas.hubiera sido casi imposible llegar a losresultados presentes de la pintura."Estas ideas de Orozco reconociendo lautilidad de la Academia 'se encuentranexpuestas. con juicios más certeros, enel capítulo de su Autobiografía enque relata su paso por ella; creemosque son la expresión sincera de unprtista. jlls'ro..y~serfnQ- 1:1 iiij5a ~

CALIDAD

CANTIDAD

que no quede un solo mexicano sinver, sin sentir. sin emocionarse. sinmeditar sobre el mensaje humano ysocial que nos ha legado con un con­cepto universal a través de cualquierade sus poemas murales.

A nuestro juicio. este es el homena­je que está haciendo falta se tribute aOrozco, homenaje en el que debe par­ticipar todo México para que tengaun alcance nacional, para que el pue­blo pueda ver, con sus propios ojos.cómo este gran artista interpretó conla pintura sus ideas de las injusticiassociales, de la miseria. de la prostitu­ción, de la guerra y del caos. es decirel drama que vive nuestra sociedadactual, y llegue a comprender que surebeldía, su sufrimiento y la amar­gura en que debate su propia vida.fué la misma que alentó la obra deeste artista salido del pueblo y porlo mismo de profunda esencia me­xicana.

Las palabras anteriores deben subs­tanciar el sentimiento de nuestra ex­presión personal en este homenaje.a lo cual nos obliga nuestra profesióny por haber escuchado en más de unaocasión ei consejo personal del maes­tl'O, en relación con los problemasde la educación artística. Mas si esta­mos aquí, no ha sido con 'el fin ex-_elusivo de expresar este sentimientopersonal, sino con la honrosa misiónde expresar y hacer sentir la prl!séncí-a

·de San CarlosPintores

AloCllción pronu'lciada por el profesor Víctor M. RC'yes, en el homenaje a JoséClemente Oro::co. organizado por la Dirección General de Difusión Cultural dela Universidad Nacional de México, la noche del 15 de noviembre de 1949, en

el Anfiteatro "Bolívar"

AcademiaN u e s tr o sy

Resulta de esta misión de los escri­tores de arte, que en el caso de Oroz­ca nos han dado tantas explicaciones.comentarios e interpretaciones sobresu vida y su obra. que fácilmente en­contramos en ellas una serie de con­tradicciones, algunas de ellas tan irre­conciliables entre sí, que para que elque se proponga tener una verdad so- .bre su pintura a través de las letrasde molde, le parecerá imposible creerque exista tanto desacuerdo al juz­gar lo que, por otra parte, considerancomo un arte, clara y perfectamentedefinido. Profundo conocedor denuestra época y de sus hombres. sabíabien lo que decía; ahora podría com­probar que son muchos los que pre­fieren oír su pintura; para ello espe­ran con ansia la publicación de lostextos autorizados por los mejorescríticos sqbre arte, pero son muy con­tados los que han preferido hacer uncorto o largo viaje para ir a contem­plar sus pinturas murales. Un datoestadístico que levantáramos en' estemomento, nos demostraría que soncontadas las personas que conocen el ."Apocalipsis" de la Iglesia de Jesús.Qué gran homenaje rendiríamos algenio y a la obra de Orozco y porconsiguiente a la pintura mexicana, sien lugar de explicar a las gentes y re­ferirles cómo es una dé sus pinturas,en qué consiste la filosofía de su obra.etc., organizáramos una campaña para

SOLO ha transcurrido breve tiem­po del tránsito del gran artista y

hombre justo que se llamó José Cle­mente Orozco, a quien rendimos estanoche nuestro homenaje. uno más delos incontables que tendrá que seguirrecibiendo. no sólo en nuestra patriasino en todos los países cultos quehan sabido aquilatar el valor de lacultura de México. En este corto tiem­po se han dicho y mucho más escritotantas opiniones sobre su vida y suobra, que sumadas a las otras que sedijeron cuando vivía. tal parece queya no queda nada por decir de su vi­da. ni por explicar de su obra; y sinembargo, tenemos la seguridad de quetodavía nos falta escuchar muchomás, tanto, como sean los hombresde buena fe que necesitan expresar sudolor por la falta del hombre, y tan­to como sean los críticos de arte queinsistan en explicarse y explicarnosel arte de este genio florecido en latierra nuestra. y a quien. por haberproducido una obra de tanta eleva­ción, se le está reconociendo como unode los valores auténticos de la pintu­ra universal.

En esta ocasión nosotros no vamosa hablar del arte de José ClementeOrozco; ni podemos ni queremos. Loprimero nos lo impide la incapacidadde convertir en juicio y palabras laemoción. la interrogación que nosplanteamos y el misticismo en que nossumerge la contemplación, ya no di­gamos de aquellos poemas muralesdebidos a la mano de este artista. losque se encuentran. por ejemplo. en estemismo edificio, siílO el ver las repro­ducciones de esos poemas que la mecá­nica se ha encargado de difundir portodas partes. Esta incapacidad nues­tra se acentúa y se transforma en pro­pósito para no querer hablar de lapintura de Orozco. cuando además dela contemplación meditamos en lasgrandes verdades que con el verbo yalgunas veces con la pluma fué sem­brando el genio de Orozco. cuando seservía de estos medios de expresiónpara darnos sus propias verdades. nosólo en relación con el arte de la pin­tura sino con todos los problemas delhombre y de la misma vida. Es unade estas verdades la que guía nues­tros pensamientos en esta noche. por­que es ella la única que nos puedeexplicar el por qué de las tantas pre­ocupaciones que vemos en los escrito­res por querer explicar un arte que,según ellos mismos dicen, no necesi­ta explicación alguna, lo cual no esmás que una contradicción de las fun­ciones del arte en nuestra época. Elgenio de Orozco había visto ésta, co­mo otras tantas contradicciones deldevenir de la cultura en la sociedadcontemporánea. Nos explicaba algunavez que los escritores de arte cumplenuna misión, porque el público quierecada vez más explicaciones acerca dela pintura, se rehusa a ver pintura.quiere oír pintura.

CI-IERRY BURRI:LL CORP.

como destacados oradores también co­nocido's, entre ellos Julio César Tre­viña, de la Facultad de Derecho; con­tador público Leoncio .-\rana, finalistaen el concurso de oratoria de 1948 ycuya labor por Radio eniversidad esaltamente meritoria; b jO\'l:n poetisaNorma Lorena \Vellk~~. de la Facultadele Filosofia y Letras; li,'cllciado FIavio]~omero de Velasco. l~a f;lt'1 I rizar Las-

so, Genaro y Gonzalo Vflsquez Colme­nares, licenciado Héctor Pérez Ama­dor, Federico de Samaniego y Alvarez,Augusto Ferrer McGregor, HbracioBrindis Herrera, licenciado JoaquínNoris, Raymundo Vásquez ViIlalobos.y muchos más cuyos nombres sería lar­go enumerar.

Además cuenta este- grupo con lasimpatía de destacadas personalidadesen nuestro mundo uni vcrsitario, talescomo el licenciado don Luis Garrido,Rector de la Universidad; licenciadodon Salvador Azuela, licenciado donRaúl Carrancá y Trujillo, maestro donVicente Magdalena y otras personasde gran significación.

Ha sido distinguido este grupo conla designación que le ha hecho el señorRector de representar a la Universidadante la Organización de las NacionesUnidas, en donde a través de su De­partamento de Información se está pro­yectando una amplia lahor de divulga­ción de los altos fines que en bien dela paz del mundo persigue aquella or­ganización, contando en este aspectotambién con la colaboración del escritorecuatoriano doctor don Gregario Cor­dero 'León, quien presta valiosos servi­cios en la Embajada de su país acre­ditada en el nuestro.

El Grupo "Cultura y Universidad"

Recientemente se congregó en unrestaurante de esta capital un vigorosonúcleo de jóvenes universitarios inte­grantes del grupo "Cultura y Univer­sidad".

A raíz del Primer Concurso Inter­nacional de Oratoria de 1948 patroci­nado por El Universal, nació la idea deorganizar un grupo plenamente iden­tificado en espíritu y en acción, cuya

En nuestra gráfica aparecen algunos miembros del grupo "Cultura y Universidad", querecientemente celebraron el primer año de su fundación yo/ya actividad intelectual vasiendo cada vez más conocida. De pie, izq¡/ierda a derecha: un reportero de Excelsior; elestudiante de la Escuela Nacional de Jurisprudencia Julio César Treviiío; contador públicoLeoncio Arana Mendoza; licenciado Rafael Corrales Ayala, Director de la "evista Uni­versidad de México; Raúl Carrancá y Rivas, subcampeón nacional de oratoria de 1949;Rafael Irízar Lasso, de la Escuela Nacional Preparatoria. Sentados: un reportero deEl Universal; el periodista don Roberto Barrios; señorita Sara Carrancú; el joven poeta

y licenciado .[gaqum Noris y Víctor Manuel Flores Oleo.

actividad sana y honesta apenas se em­pieza a conocer. El ágape a que nosreferimos, tuvo por objeto celebrar elprimer año de labores del grupo y con­solidar los lazos amistosos de sus com­ponentes.

Su actividad de índole cultural vasiendo cada vez más conocida por me­dio de conferencias por Radio Univer­sidad y otra estación radiodifusora deesta ciudad, por pláticas de orientación

. social a grupos de obreros y campesi­nos, por sus sesiones de estudio deMesa Redonda que periódicamenteefectúan y que alcanzan mayor mag­nitud' a través de las principales Uni­versidades de nuestro país.

Los nombres de los principales in­tegrantes e impulsadores de este gruposon conocidos y comentados en nuestromedio universitario: Raúl Carrancá yRivas, cuya brillante labor en el campode la oratoria en este año lo .])evó a con­quistar el galardón de subcampeón na­cional, ·cuando apenas cuenta con 19años de edad; Rafael Corrales Aya­la, campeón internacional de oratoriade 1948 y Director de la revista Uni­versidad de México; Hugo Cervantesdel Río, subcampeón de la rama inter-

. nacional de 1949 y alumno de la Es­cuela .Nacional de Jurisprudencia, así

LA.

Mexicana 35-57-84.

Tels. Eric. 16-33-76.

Clan de ustedes alcanza la serenidadque se refleja en el rostro de las ma­dres de los héroes, porque la Acade­mia sabe que nadie hasta ahora la hahonrado con mayor alcurnia.

Ya no hay, y menos lo habrá en elfuturo, trazos biográficos de este ar­tista que no consignen en dos o tresrenglones sus antecedentes escolásticos,y con ello el nombre de la Academiade San Carlos pasa a la historia, unavez más, con un alcance universal.Ligada con el nombre de Orozco, ha­brá de figurar en las historias del arteuniversal. Esta es la gratitud de laAcademia al gran pintor de México.

Mas es necesario que esta gratitudse haga perdurable, y para ello, la Es­cuela Nacional de Artes Plásticas, laque ha venido a rendir este homenajea nombre de la venerable Academiade San Carlos, debe recoger las gran­des enseñanzas de Orozco para trans­mitirlas a todas las generaciones ve­nideras que pasen por sus aulas ytaHeres. Si estuviese en mis manos ha­cer algo, mandaría grabar en piedrao en bronce, para fijarla a la entradade la Escuela, una de las innumerables·lecciones que el maestro nos dejó ensu Autobiografía, con el fin de quesirva de iniciación a toda la juventudque pretenda seguir el aprendizaje dela pintura. Este párrafo, puesto en fu­turo, diría así: "Asistid primero a lostalleres para daros cuenta de 10 quehay que hacer para aprender a pintar,haced después este aprendizaje con te­nacidad, con verdadero encarniza­miento, con la determinación de quienquiere alcanzar un fin sin importarleel precio." Así la Escuela convertiríaeste homenaje en algo positivo, quela juventud del porvenir agradecerá,porque esta lección, teoría pedagógica,la más perfecta que conozco, sólo pu­do darla el genio de José ClementeOrozco.

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prender lo que debió a la Academia,y por esta comprensión nunca le pi­dió lo que ella no le hubiese podidodar: la personalidad.

Al escribir lo anterior nos hemospreguntado si con esto no estamos almismo tiempo rindiendo un homenajea la Academia; creemos que sí, y o ja­lá fuese comprendida nuestra sanaintención, que no va más allá del de­seo de valorizar todo lo que en unau otra forma ha sido un factor deldesarrollo del arte en México. Por­que si bien es cierto que los grandescreadores de nuestra pintura actualtuvieron la buena ventura de vivir loshechos políticos y el drama social enel cual nutrieron sus inquietudes yrebeldías para protestar contra lasprácticas académicas, bien miradas lascosas, esta rebeldía no fué contra lasprácticas disciplinarias, trabajando díay noche, que permitieron a esos ar­tistas aprender a dibujar, a dibujar deveras, sin lugar a duda, sino contralos malos métodos que sustituyeron alorden y a la disciplina y contra latrascendencia de este academismo enla función social del arte. Creo sin­ceramente, y por lo que sé del oficio,que esos artistas a que me he referido,sin la preparación académica que alabóOrozco, no hubiesen podido cuajaren la principal característica que dis­tingue a la pintura mexicana de nues­tros días: su sentído realista, formaly social. El dibujo académico les dióla correcta visión de las formas. lalucha político-socia}, el concepto cla­ro de la función social del arte.

Lo poco o mucho que Orozco ledebió a la Academia queda plenamen­te expresado en las ideas que expusoen vida sobre la enseñanza artística.

Ahora son mis humildes juicios losque pretenden interpretar el dolor yla gratitud de la Academia por el ar­tista ausente, dolor que en esa figuraque he tratado de fijar en la imagina-

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