Abono liquido

27
“Año de la Diversificación Productiva y del Fortalecimiento de la Educación” INSTITUTO SUPERIOR TECNOLÓGICO PÚBLICO “SUIZA” PRODUCCIÓN AGROPECUARIA CURSO : HORTICULTURA DOCENTE : FELIX DIMAS FAUSTINO CICLO : I TURNO : MAÑANA

description

Descripción, Generalidad, ConceptosHistoria sssssssssssssssdxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx dddddddddddddddddddddddddddddddddddddddd ddddddddddddddddddddddddd

Transcript of Abono liquido

“Año de la Diversificación Productiva y del Fortalecimiento de la Educación”

INSTITUTO SUPERIOR TECNOLÓGICO PÚBLICO “SUIZA”

PRODUCCIÓN AGROPECUARIA

CURSO : HORTICULTURA

DOCENTE : FELIX DIMAS FAUSTINO

CICLO : I

TURNO : MAÑANA

ALUMNO : MENA RODRÍGUEZ LEO.

PUCALLPA – PERÚ2015

INTRODUCCIÓN

El abono o fertilizante, es una sustancia que se agrega a la tierra para mejorar

sus condiciones, y a su vez los productos de la misma.

La aplicación al suelo de materiales orgánicos y de leguminosas para

proporcionar los nutrientes requeridos por las plantas se remonta a los

comienzos de la agricultura.

Antes de 1850 se creía que las plantas se alimentaban de sustancias

orgánicas, hasta que Liebig y otros investigadores demostraron que lo hacían

de agua y sustancias inorgánicas, principalmente de N, P y K. Desde ese

momento se comenzó a desarrollar la industria de los fertilizantes inorgánicos

simples, siendo ese desarrollo mucho más intenso luego de la Segunda Guerra

Mundial.

La gran demanda y utilización de los fertilizantes inorgánicos marginó la

utilización de materiales orgánicos como portadores de nutrientes, ya que

pueden tener de 20 a 100 veces más concentrados los elementos que los

abonos orgánicos. Además, son fáciles de aplicar, se necesita menos mano de

obra, no requieren los cuidados y tiempos necesarios para su

acondicionamiento, y sus efectos son visibles e inmediatos. Con esa

marginación de los abonos orgánicos se dio lugar a problemas ambientales

relacionados con el manejo de los mismos.

FERTILIZANTES

I. ABONO LIQUIDO

El abono líquido en medio de las diversas sustancias que pueden servir a la

fertilización de las tierras y que merecen ser recogidas por el cultivador es

preciso comprender los abonos líquidos, conocidos bajo las

denominaciones de agua de estiércol y orina de animales.

Orina de animales

La orina es un abono rico en nitrógeno. Se estima que un litro de orina

equivale a 20 g de nitrógeno.

La orina de los animales se puede colectar en los establos cuyo piso es

cementado. Es necesario que la orina se guarde en un recipiente con tapa

para evitar malos olores, moscas y que además se pierda su valor

fertilizante.

Para aplicar la orina como abono se debe diluir un litro de orina en 5L de

agua fresca. A continuación se asperja la dilución al follaje de las plantas. El

resultado se verá a los pocos días y su acción en las plantas es similar a la

que produce la urea.

Té de estiércol

El Té de estiércol es una preparación que convierte el estiércol sólido en un

abono líquido. En el proceso de hacerse té, el estiércol suelta sus nutrientes

al agua y así se hacen disponible para las plantas. En la preparación del té

de estiércol se cogen 25 lb en un saco de cualquier tipo de estiércol, se

coloca una piedra grande (para darle peso), se amarra bien el saco con una

cuerda luego se introduce el saco en un tanque con capacidad para 200 L

de agua, se tapa y se deja fermentar durante dos semanas. Al cabo de ese

tiempo se retira el saco quedando listo el Té de estiércol. Para aplicar este

abono debe diluirse una parte de Té de estiércol en una parte de agua

fresca y limpia, posteriormente se aplica en bandas a los cultivos o

alrededor de los árboles de frutales hasta donde se extienden las ramas.

También puede aplicarse este abono a través de la línea de riego por goteo

(200 L/ha) cada 15 días.

Manejo correcto de abonos líquidos

Para evitar percances y para la seguridad del trabajador es necesario seguir

algunas reglas para el uso de los abonos líquidos.

Cerciorarse del buen funcionamiento del sistema de fertirrigación y

comprobar si el tipo de abono que se va a utilizar es el apropiado. El equipo

de inyección y los elementos que estén en contacto con el abono

concentrado deben ser de materiales resistentes a la corrosión.

El depósito en donde se almacena el abono debe estar fabricado de

materiales resistentes al tipo de abono que se almacena. Debe estar

debidamente cerrado, asegurando entrada de aire para su vaciado.

En la salida del depósito debe haber un filtro de control que se limpiará

antes de cada aplicación.

Antes de descargar el abono hay que asegurarse que el depósito esté

limpio y que no contenga otro producto que pueda reaccionar con el abono.

En caso necesario consultar con nuestro equipo técnico.

Algunos productos deben ser diluidos en invierno para que no se formen

cristales en las noches frías.

Los depósitos deben estar instalados sobre una base firme y nivelada. Se

recomienda hacer alrededor una fosa, de tal manera que si se vuelca

accidentalmente el contenido, no se dañe el cultivo vecino.

En todo cabezal de riego deben instalarse válvulas de retención para evitar

el flujo inverso del agua con abono. Esta medida asegura que el abono no

se mezcle con el agua de sistemas vecinos en caso de retroceso por una

caída de presión imprevista.

En los grifos del sistema de riego deben colocarse carteles de advertencia

para evitar que alguna persona beba accidentalmente agua con abono.

Al finalizar el riego no debe quedar en el sistema nada de abono. Para esto

es necesario interrumpir el abonado con tiempo suficiente para el lavado

completo de todo el sistema. Se calcula que para asegurar este lavado

debe pasar por el sistema de riego un volumen de agua que sea 5-6 veces

mayor que la capacidad de la tubería.

Cuando se aplica el abono directamente al suelo se debe lavar todo el

equipo de aplicación con abundante agua.

En el momento de descargar el abono del camión a un depósito hay que

usar guantes y gafas de seguridad. Si alguna parte del cuerpo se moja con

abono, debe lavarse con abundante agua. Si entra en los ojos, éstos deben

lavarse durante 10-15 minutos con agua limpia y dirigirse a asistencia

médica.

Se debe proceder periódicamente a la limpieza de todo equipo.

Almacenamiento de abonos líquidos.

Corrosividad

La corrosividad es una característica que define en qué medida el

fertilizante ataca los diferentes metales. La corrosividad del abono líquido

está determinada por las materias primas que se utilizan en su fabricación.

Solución muy corrosiva: ataca a todo tipo de metal, incluso al acero

inoxidable.

Solución medianamente corrosiva: ataca al hierro, pero no al acero

inoxidable.

Solución no corrosiva: no ataca al hierro ni al acero inoxidable.

Como regla general se puede decir que todos los abonos con un pH menor

a 3.5 son muy corrosivos. Abonos con un pH mayor a 3.5 se consideran,

generalmente, medianamente corrosivos.

En todos los casos que el abono contiene cloro en un medio ácido, la

solución es muy corrosiva.

Depósitos

Los abonos líquidos deben almacenarse en depósitos apropiados,

preferentemente de polietileno de alta densidad. Los depósitos deben

instalarse en una superficie horizontal, plana y sin ningún resalte. El periodo

de almacenamiento difiere según los componentes y la concentración del

abono.

Para asegurar una buena gestión del abonado, es importante asegurar la

capacidad necesaria de almacenamiento para una semana en el momento

de mayor consumo de la campaña.

Temperatura de cristalización

Cada solución tiene una temperatura de cristalización que le caracteriza, la

que se determina en nuestro laboratorio. Esta depende de los componentes

del abono y de la concentración. Uno de los problemas más frecuentes de

almacenamiento es la cristalización del abono cuando bajan las

temperaturas, por lo que se debe evitar en lo posible guardar para el

invierno soluciones con temperatura de cristalización alta. En caso de tener

almacenado un producto con una temperatura de cristalización más alta que

la pronosticada se debe proceder a la dilución de dicho producto.

Los abonos en el invierno deben ser generalmente un 20% menos

concentrado

II. FERTILIZANTES GENERALES:

Un fertilizante es un tipo de sustancia la cual contiene nutrientes, en formas

químicas saludables y asimilables por las raíces de las plantas, para

mantener o incrementar el contenido de estos elementos en el suelo. Las

plantas no necesitan compuestos complejos, del tipo de las vitaminas o los

aminoácidos, esenciales en la nutrición humana, pues sintetizan todo lo que

precisan. Sólo exigen una docena de elementos químicos, que deben

presentarse en una forma que la planta pueda absorber. Dentro de esta

limitación, el nitrógeno, por ejemplo, puede administrarse con igual

eficiencia en forma de urea, nitratos, compuestos de amonio o amoníaco

puro.

Generalidades:

Un fertilizante es una sustancia destinada a abastecer y suministrar los

elementos químicos al suelo para que la planta los absorba. Se trata, por

tanto, de una reposición o aporte artificial de nutrientes.

Un fertilizante mineral es un producto de origen inorgánico, que contiene,

por los menos, un elemento químico que la planta necesita para su ciclo de

vida. La característica más importante de cualquier fertilizante es que debe

tener una solubilidad máxima en agua, para que, de este modo pueda

disolverse en el agua de riego, ya que los nutrientes entran en forma pasiva

y activa en la planta, a través del flujo del agua.

Estos elementos químicos o nutrientes pueden clasificarse en:

macroelementos y microelementos.

Los macroelementos son aquellos que se expresan como:

% en la planta o g/100g

Los principales son: N – P – K – Ca – Mg - S.2 3

Los microelementos se expresan como:

parte por millón = mg/kg = mg /1000 g

Los principales son: Fe – Zn – Cu – Mn – Mo- B – Cl.4

Producción de Fertilizantes:

En 1812 se fundó la fábrica de abonos y fertilizantes S.A. Mirat, en

Salamanca, España. Todos los proyectos de producción de fertilizantes

requieren la transformación de compuestos que proporcionan los nutrientes

para las plantas: nitrógeno, fósforo y potasio (NPK por los símbolos

químicos de estos elementos), sea individualmente (fertilizantes "simples"),

o en combinación (fertilizantes "mixtos").

El amoníaco constituye la base para la producción de los fertilizantes

nitrogenados, y la gran mayoría de las fábricas contienen instalaciones que

lo proporcionan, sin considerar la naturaleza del producto final. Asimismo,

muchas plantas también producen ácido nítrico en el sitio.

Los fertilizantes nitrogenados más comunes son: amoníaco anhidro, urea

(producida con amoníaco, nitrato de amonio (producido con amoníaco y

ácido nítrico), sulfato de amonio (fabricado a base de amoníaco y ácido

sulfúrico) y nitrato de calcio y amonio, o nitrato de amonio y caliza el

resultado de agregar caliza CaMg(CO3) al nitrato de amonio.

Los fertilizantes de fosfato incluyen los siguientes: piedra de fosfato molida,

escoria básica (un subproducto de la fabricación de hierro y acero),

superfosfato (que se produce al tratar la piedra de fosfato molida con ácido

sulfúrico), triple superfosfato (producido al tratar la piedra de fosfato con

ácido fosfórico), y fosfato mono y diamónico.

Las materias primas básicas son: piedra de fosfato, ácido sulfúrico (que se

produce, usualmente, en el sitio con azufre elemental), y agua. Todos los

fertilizantes de potasio se fabrican con salmueras o depósitos subterráneos

de potasa. Las formulaciones principales son cloruro de potasio, sulfato de

potasio y nitrato de potasio.

Se pueden producir fertilizantes mixtos, mezclándolos en seco, granulando

varios fertilizantes intermedios mezclados en solución, o tratando la piedra

de fosfato con ácido nítrico (nitrofosfatos).También es posible hacer

fertilizante de forma natural.

Clasificación de fertilizantes minerales

Se pueden clasificar según el estado físico en el que se comercializan:

Sólidos: muchos fertilizantes NPK, ureas, etc.

Líquidos: algunos fertilizantes NPK, aminoácidos, ácidos húmicos...

Además, encontramos otra clasificación en función de cuantos elementos

nutritivos tenga la formulación del fertilizante.

Administración y capacitación

Los impactos potenciales de los procesos de fabricación de fertilizantes

sobre el aire, el agua y el suelo, implican la necesidad de tener un apoyo

institucional, para asegurar que sea eficiente, la supervisión del manejo de

los materiales, y para controlar la contaminación y reducir los desperdicios.

Se debe capacitar al personal de la planta en las técnicas empleadas para

controlar la contaminación del aire y el agua. A menudo, los fabricantes de

los equipos, provienen la capacitación necesaria en cuanto a su operación y

mantenimiento. Se deben establecer procedimientos normales de operación

de la planta, para que sean implementados por la gerencia. Estos deben

incluir la pre-operación de los equipos que controlan la contaminación,

requerimientos en cuanto a la monitorización de la calidad del aire y el

agua, instrucciones a los operadores a fin de prevenir las emisiones

malolientes, y directrices con respecto a la notificación de las autoridades

competentes en el caso de una descarga casual de contaminantes. Se debe

mejorar el manejo de las sustancias tóxicas y peligrosas mediante el uso de

detectores alarmas etc. y capacitación especial ara el personal operativo.

Son necesarios los procedimientos de emergencia a fin de implementar

acción rápida y efectiva en el caso de que ocurran accidentes, (p.ej.,

derrames, incendios o explosiones mayores), que representen graves

riesgos para el medio ambiente o la comunidad circundante.

Frecuentemente, los funcionarios y agencias del gobierno local, así como

los servicios comunitarios (médicos, bomberos, etc.), juegan un papel clave

en este tipo de emergencia; por eso, deben ser incluidos en el proceso de

planificación. Los ejercicios periódicos son componentes importantes de los

planes de respuesta. (Ver la sección: "Manejo de Peligros Industriales",

para mayores detalles.)

Se deben establecer e implementar normas de salud y seguridad en la

planta, incluyendo las siguientes:

Provisiones para prevenir y responder a fugas casuales de amoníaco o

derrames fortuitos de Ácido sulfúrico, fosfórico o nítrico;

Procedimientos para reducir al mínimo el peligro de explosión del nitrato

de calcio y amonio;

Procedimientos para asegurar que la exposición a los vapores de

amoníaco y óxido de nitrógeno (plantas de fertilizantes nitrogenados), a

los vapores de di y trióxido de azufre, y a la neblina de ácido sulfúrico,

sea inferior a las normas fijadas por el Banco Mundial;

Un programa de exámenes médicos rutinarios;

Capacitación permanente sobre la salud y seguridad en la planta, y

buenas prácticas de limpieza ambiental;

(Para mayores detalles, ver Occupational Health and Safety Guidelines

del Banco Mundial, y los siguientes capítulo: "Manejo de Peligros

Industriales", "Manejo de Materiales Peligrosos", y Ubicación de Plantas

y Desarrollo de Parques Industriales.")

Se deben fijar normas para las emisiones y efluentes de la planta, de

acuerdo con los reglamentos nacionales, si existen; caso contrario, deben

establecerse de acuerdo a los lineamientos del Banco Mundial. Las

agencias gubernamentales que tienen la responsabilidad de monitorear la

calidad del aire y el agua, operar los equipos de control de la

contaminación, implementar las normas, y vigilar las actividades de

eliminación de desperdicios, pueden requerir capacitación especializada y

deben tener la autoridad y equipos necesarios. La evaluación ambiental

debe incluir la valorización de la capacidad local en este respecto, y

recomendar la incorporación, en el proyecto, de los elementos apropiados

de asistencia.

III. ELABORACIÓN COMPUST DE ABONO

El compost es un abono orgánico que resulta de un proceso avanzado de

descomposición biológica controlada. El objetivo de la aplicación de abono

orgánico es aportar al suelo materia orgánica en estado de descomposición,

la cual aporte nutrientes disponibles a las plantas.

Bajo condiciones naturales, los procesos de descomposición de la materia

orgánica también ocurren. Por esta razón no es raro que el lector se

pregunte: ¿Para qué, entonces, dedicarse a elaborar compost, invirtiendo

incluso recursos adicionales? Cuando sea ése el caso, se tiene razón al

plantearse esa y otras tantas preguntas que surgen de la inquietud por

conocer la importancia de los abonos orgánicos, y dentro de ellos el

compost. Ha de saberse, desde luego, que al realizar el compostaje se

persigue acelerar esos procesos, que en la naturaleza ocurren lentamente:

a la vez que suficientemente lento para mantener un equilibrio en

ecosistemas naturales, también bastante pausado para que los nutrientes

liberados en el proceso sean tan reducidos a través del tiempo como para

que las cosechas sean mínimas en el caso de los agroecosistemas.

El proceso de compostaje

Anteriormente se habló del aumento de velocidad en los procesos de

degradación durante el compostaje, aventajando en ese modo a la

degradación bajo condiciones naturales. Ese aumento se atribuye a la

acción de los microorganismos, que, bajo condiciones de humedad

moderada y a diferentes niveles de temperatura, se alimentan de los

materiales orgánicos y los devuelven en un estado más avanzado de

degradación.

En la etapa mesofílica actúan los microorganismos mesofílicos, que

prosperan a temperaturas entre 20 y 40 ºC. La temperatura aumenta

gradualmente y el pH al inicio baja debido a la generación de ácidos

orgánicos; luego empieza a aumentar ligeramente.

La segunda etapa es la termofílica, durante la cual actúan los

microorganismos termofílicos, a temperatura entre 40 y 70 ºC. El pH sube a

más de 8 y empieza a estabilizarse. Cuando la temperatura, que ha seguido

aumentando, sobrepasa los 60 ºC, los hongos mueren y el proceso es

protagonizado por bacterias y actinomicetos. En ningún caso se debería

dejar que la temperatura suba más de 70 ºC. Desde este punto, empieza a

bajar de nuevo para dar paso a la tercera etapa del proceso.

Durante la etapa de enfriamiento, que es la tercera, la temperatura baja a

un ritmo más o menos similar a cuando aumentaba, y el pH se sigue

estabilizando mientras reduce muy ligeramente con un valor alrededor del 8.

Una vez la temperatura baja de 60, inicia una recolonización de hongos que

se unen al proceso. La etapa de maduración es la última y durante ella la

temperatura y el pH acaban de estabilizarse. Diversos organismos animales

se incorporan al proceso, y se da la formación de ácidos húmicos y fúlvicos.

Al final, los materiales llegan a un estado de descomposición tal que es casi

imposible determinar su origen, y ya está listo el abono orgánico tipo

compost.

Preparación del compost

Al iniciar la producción de compost es necesario saber que este abono

puede elaborarse con los materiales que haya disponibles en la finca. Esta

observación va ante la frecuente situación de considerar que la producción

de compost es difícil y que requiere del uso exclusivo de equis materiales

ajenos a aquellos con los que se cuenta. Lo dicho no significa que cualquier

material, por el simple hecho de ser orgánico, generará un compost de

excelente calidad, sino que es posible elaborar el abono sin necesidad de

incurrir a gastos o esfuerzos extraordinarios en la búsqueda de materiales

especiales.

Antes de agarrar una pala, la primera pregunta a formularse es: ¿Qué

materiales orgánicos se generan en mi finca (estiércol, pulpa, hojas,

cáscaras, residuos de cosecha…)? Luego, ¿cuáles de ellos no están en la

finca pero puedo conseguir? Una vez respondidas esas dos preguntas, la

tercera puede ser: ¿cuánto abono quiero producir?, y seguidamente:

¿cuánto espacio debo (o puedo) dedicar para las aboneras? ¿Dónde

ubicarla?

Al momento de elegir la ubicación de la abonera, es preferible que sea

cerca de la parcela donde se va a aplicar posteriormente y/o de donde se

extraerán los materiales, para facilitar el manejo. Es recomendable techar el

lugar para evitar el contacto directo del sol y la lluvia sobre la(s) pila(s) de

compost. De la misma manera, se recomienda hacer zanjas de drenaje

alrededor del sitio para evitar que haya arrastre cuando llueva.

Una vez elegido y habilitado el sitio donde se montará la abonera, se

procede a agregar los materiales en capas diferentes hasta llegar a una

altura de 100 a 120 centímetros.

Los componentes pueden ser diversos, recordando que se requiere una

adecuada relación C:N, por lo que es necesario mezclar fuentes de

nitrógeno con fuentes de carbono, aportando así dos elementos que los

microorganismos necesitan de manera especial, el primero para la

formación de proteínas y el segundo como fuente de energía. La relación

recomendada al inicio es de aproximadamente 20:1 a 35:1, o sea 20 a 35

partes de carbono por cada una de nitrógeno. Una relación C:N demasiado

alta conllevará un proceso muy lento, pues se tendrán que degradar los

materiales que contienen mucho carbono, produciendo dióxido de carbono

(CO2), hasta regular la relación. Si por el contrario la relación es demasiado

baja, en el proceso se perderá mucho nitrógeno en forma de amoníaco

(NH3). Al final la relación C:N reducirá, llegando entre 10:1 y 15:1.

Normalmente la pila de compost contiene los siguientes materiales:

Estiércol (vacaza, caballaza, gallinaza, cerdaza, caprinaza)

Material vegetal (ramas, rastrojos, cáscaras, pulpas, hierbas). Es

preferible que sean leguminosas, dado su alto contenido de

nitrógeno.

Tierra de montaña, que sirve de inoculante, es decir que agregará

microorganismos a la pila de compost. Este componente puede ser

sustituido por la aplicación de caldos microbiales, que pueden ser

preparados en la misma finca o bien comprados (Efficient

Microorganisms, por ejemplo). Otra práctica común es emplear cierto

volumen de compost elaborado como uno de los componentes de las

nuevas aboneras, considerando que hay alta diversidad como

resultado del proceso de compostaje anterior y que los

microorganismos allí presentes están acostumbrados al proceso, por

lo que en gran parte sobrevivirán a las condiciones cambiantes por la

que pasarán durante la elaboración del nuevo abono. Así también se

evita causar un impacto negativo en el área de donde se extraería la

tierra –en caso que no se usara el compost maduro- cada vez que

empezara un ciclo de elaboración de compost.

Ceniza o cal dolomítica, que funciona como regulador del pH, pues,

sobre todo en la primera fase del compostaje, se generan ácidos

orgánicos que pueden crear condiciones intolerables por

microorganismos que son necesarios en esa etapa temprana del

proceso.

Agua, imprescindible para que puedan llevarse a cabo

satisfactoriamente todas las reacciones bioquímicas que ocurren

durante cada etapa del compostaje. Cuando se monta la abonera,

cada capa es humedecida antes de agregar la siguiente. La

humedad será de aproximadamente 50-60%. Si hay una humedad

muy baja, el proceso será demasiado lento, y si hay más agua de lo

apropiado, ésta ocupará el lugar del aire, creando, lógicamente,

condiciones anaeróbicas bajo las cuales puede haber pudrición y la

consiguiente llegada de organismos no deseados; además, se podría

generar mucho lixiviado que contaminaría el medio. Cuando se

hacen remociones a la abonera, también se agrega agua si es

necesario para regresar a los niveles deseados de humedad.

Algunos de los materiales pueden tener alto contenido de humedad,

y de esa manera pueden requerir menos aplicación de agua. Si la

humedad fuere demasiado alta o falta consistencia a la pila de

materiales, se puede agregar aserrín como uno de los componentes,

el cual además aportará alta cantidad de carbono.

Otra consideración muy importante es que mientras más pequeñas sean

las partículas de los materiales utilizados mayor será la acción de los

microorganismos, debido a que habrá más superficie de contacto. De tal

modo, el proceso se puede acelerar y el abono estará listo en menos

tiempo. Por eso se recomienda que los materiales sean picados al

menor tamaño posible. La abonera debe removerse cada cierto tiempo,

fundamentalmente para mejorar la aireación, mezclar los materiales y

regular la temperatura. En el apartado anterior –“el proceso de

compostaje”- se explicaba que la máxima temperatura será de 70 ºC;

para asegurar que sea así, es necesario hacer evaluación frecuente de

la temperatura, preferiblemente a diario. Si se encuentra que ha

aumentado demasiado, se debe hacer una remoción, facilitando así la

entrada de aire. Si paralelamente ha ocurrido una reducción de la

humedad a niveles muy bajos, entonces se procede a mojar hasta lograr

un nivel apropiado. De no darse la necesidad de mover por exceso de

temperatura, entonces se remueve cada 10-15 días.

Transcurridos 3 a 5 meses, el compost tendrá un color homogéneo,

oscuro; todos los materiales estarán descompuestos y generarán un olor

agradable, como la tierra de montaña; el volumen se habrá reducido

aproximadamente a la mitad del inicial. En ese momento, el compost

estará listo para ser retirado y aplicado.

CONCLUSIONES

n términos generales el uso de abonos y fertilizantes, beneficia al ser

humano, ya que como dicho antes estimulan una más rápida producción

de alimentos; pero no hay que usarlos de forma indebida o

indiscriminada ya que esto provocaría un severo daño a la naturaleza;

por eso es más recomendable ocupar los abonos naturales; y la ventaja

es que aunque ninguno de los 2 hay que usarlos con exceso, si usamos

el abono natural en exceso provoca también daño a la tierra pero no va

a ser tanto como lo harían los fertilizantes artificiales, por eso es mejor

usar y fomentar el uso de abonos naturales.

BIBLIOGRAFÍA

1. Materias Primas». Consultado el 2011.

2. Macronutrientes primarios.». Consultado el 2011.

3. Macronutrientes secundarios.». Consultado el 2011.

4. Micronutrientes». Consultado el 2011.

5. Planta de Fabricación de Abono Complejo». Consultado el 2011.

6. Carlos de Liñán Carral y Carlos de Liñán Vicente. (2015). VADEMÉCUM DE

PRODUCTOS FITOSANITARIOS Y NUTRICIONALES 2015. p. 832. ISBN

9788416389216.

7. Ginés Navarro. Química agrícola. Ediciones Mundi-prensa. p. 319-320.

ISBN 84-7114-905-2.

ANEXO

Abono liquido

Fertilizantes

Compost abono