Abel Fernadez Mejia - Poesia Dominicana (Desde Sus Inicios Hasta El Ultimo Tirano)

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Desde sus inicios hasta la muerte de Trujillo se recopila la poesía dominicana.Como esta variante especial de decir las cosas nos impresiona,nos despierta el interés, nos hace conservar la atención,y por lo tanto, nos fija la--memoria, la POESIA ha tenido diversasfunciones en la historia de la Humanidad.

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POESIA DOMINICANA (Desde sus inicios hasta la muerte del Último tirano)

Dr. Abel Fernández Mejía

Editorial TIEMPO, S. A. Santo Domingo, R. D.

1987

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POESIA DOMINICANA (Desde sus inicios hasta la muerte del Último tirano)

Dr. Abel Fernández Mejla

@Derechos Reservados 1987.Editotial TIEMPO, S k

Aristides García Mella No. 21 Santo Domingo, Rep. Dorn.

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I N T R O D U C C I O N

l . i QUE COSA ES LA POESIA?

Llamamos ' ~ o e s í a " a una manera especial de decir las cosas. Cuando hablamos corrientemente sólo 'ilos preocupa- m o s por lo que decimos, pero cuanto tratamos de hacer POE- SIA, en cambio, debemos preocuparnos más por la I.'ORMA c o m o decimos las cosas. Cuando u n enamorado dice: "tu eres el sol de m i vida'', en vez de expresar, simplemente: ' jjo te quiero", está empleando u n lenguaje poético sencillo, ele- mental, pero podemos afirmar que ha hecho POESIA porque se preocupó por "trabajar" el lenguaje, n o sólo por expresar algo, por decir algo.

A esta manera especial de decir las cosas, los GRIEGOS, la llarnaroil POESIA porque, en su idioma, la palabra 'Poie- sis " significaba ',creación' : ''elaboración':

DOS TEORIAS (síntesis):

*-Enunciado A) "Se ejerce la función poética del lenguaje cuan- do se subordina el contenido del mensaje a los elementos formales del mismo; en ella lo FORMAL (continente) es dominante, mien- tras el significado (contenido) juega un papel subsidiario, acceso- rio".

Autor: Roman JAKOBSON (1896-1982) Obra: "ENSAYOS DE LINGUISTICA GENERAL", París,

1963.

*--Enunciado B) "En la prosa el SIGNIFICADO determina y condiciona al SIGNIFICANTE, niientras en poesía el SIGNIFI- CANTE determina y condiciona al SlCNl FlCA DO".

Autor: Yuri TlNl ANOV ( 1894-1943) Obra: "EL PROBLEMA DE LA LENGUA I'OETICA"

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1.1 Y. . . ¿PARA QUE SIRVE LA POESIA?

Como esta variante especial de decir las cosas nos impre- siona, nos despierta el interés, nos hace conservar la atención, y por lo tanto, nos fija la--memoria, la POESIA ha tenido di- versas funciones en la historia de la Humanidad.

Aparece inicialmente, asociada al canto y al baile, entre los pueblos más primitivos ("salvajes"), para ser usada como recurso educativo. Así se conservaban las tradiciones cultura- les de la tribu en la memoria de los hombres. Luego, progresi- vamente, será utilizada, además, con propósitos mágico-reli- gisos y políticos. Todavía en la antigua Grecia los más famo- sos sabios preferían usar la poesía para expresar sus teorías, aunque ya por esa época la ciifusióii de la ESCRITURA (alfa- betos) le había quitado importancia coino medio Útil para preservar los valores culturales en la memoria de los pueblos.

La POESIA variará, en su aspecto y en sus funciones,. con los sucesivos cambios que marcan el progreso de la Hu- manidad. Durante la Antigüedad Clásica se separará del baile y, luego, durante el Renacitiiiento, dejará de ser cantada con acompañamiento musical. Pero continuará siempre estando al servicio de los intereses culturales dominantes, o, en las épo- cas de crisis, como expresión de las ideas contrarias que re- presentaran intereses sociales opuestos.

La POESIA de hoy se ha despojado del verso métrico y la rima, pero ha inventado NUEVOS recursos formales que le permiten continuar siendo, si ya no aquel afilado instrumento ideológico que fue antes, pero todavía un extraordinario E S PEJO que refleja nuestro dificil Mundo, agobiado de contra- dicciones económicas, sociales, culturales, políticas, morales, ideológicas, etc.

1 FICHA DE LECTURA: I 1 *.'El arte y la literatura, a partir del paleolítico, hasta el cine mo- (

demo y el arte de Picasso y Dalí, son considerados como floreci-

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miento siempre imprevisible, pero condicionado por el anibierite y por-una complicada combinación de premisas económicas y so. ciales".

Amold HAUSER: "HISTORIA SOCIAL DE LA LITE- RATURA Y DEL ARTE" Ed. Guadarrama, Madrid, España, 1976.

2. RAICES

Modernamente se acepta que los indígenas de América pertenecen a la etnia ("raza") mogoloides o xantoderma ("aniarilla"), llegados mayoritariamente desde Asia a través del Estrecho de Bering en sucesivas emigraciones, la última de las cuales correspondería al pueblo ESQUIMAL.

Culturalmente, en el momento de la conquista, los in- dios habían desarrollado sistemas sociales que iban desde el despotisnlo priniitivo (México, Perú), hasta comunidades neo- Iíticas (agrícolas) y paleolíticas (recolección).

Desde el punto de vista del idioma, los lingüistas nioder- nos (Mac Quown, Greenberg) señalan hasta 20 familias ("fi- luin") de lenguas diferentes que no parecen tener orígenes co- munes. Entre ellas el idioma esquimal ha podido ser clasifica- d o dentro del "filum" uralo-altaico, al cual pertenecen nume- rosas lenguas de Europa y Asia (lapón, magyar, samoyedo, manchú, etc.). E. SAPIR considera que el "filum" NA-DENE (indios de Norteaniérica) puede sei clasificado dentro de las lenguas sino-tibetanas (chino, birmano, etc.) y Georges DU- MEZIL señala (1 955) similitudes gramaticales entre el "filum" ANDINO-ECUATORIAL (quechua, araucano, guaraní, ara- wak, etc.) y ciertas lenguas uralo-altaicas. Y sólo los indios mexicanos (Aztecas, Mayas) desarrollaron sistemas alfabéti- cos (escritura).

La LITERATURA indígena era utilitaria, puesta directa- niente al servicio de intereses culturales básicos, educativos, niágico-religiosos, políticos, etc.

FICHA HIBLIOGRAFICA: Paul K~vet : "LOS ORICENES DEL HOMBRE AMERI- CANO".

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Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1960.

2.1 LOS TAINOS.

Los indios taínos (grupo lingüistico "arawak"), en el momento del Descubrimiento, se encontraban en la etapa cul- tural conocida como "revolución neolítica" (V. Gordon Chil- de: "PIECING TOGETHER THE PAST", Lond., 1956), es decir, vivían la etapa de transición entre una economía d e re- colección y un sistema basado en la agricultura, ejerciendo la caza y la pesca todavía en forma primitiva.

Los taínos cultivaron una literatura tribal, colectiva. re- presentada por narraciones mitológicas (Fray Roinán PanC. "RELACION SOBRE LAS ANTIGUEDADES DE LOS I'J- DIOS", 1498), y por el "areito", forma poética para ser can- tada y bailada. Sobre el AREITO, dice el comista Gonzalo Femández de Oviedo (1478-1 557) en su "HISTORIA GENE- RAL Y NATURAL DE INDIAS", que "es lo iiiisnio que no- sotros Ilamainos bailar cantando" y agrega que eran coino una especie de "libro o ineinorial que de gente en gente que- da, de los padres a hijos, y de los presentes a los venideros", señalando así su naturaleza indeterminada de literatura en la cual se unen la niúsica y el baile, y su caracter colectivo. de tradición oral.

Fray Bartolomé de Las Casas (1 474-1 566), en su "APO- LOGETICA HISTORIA DE INDIAS" declara: "la letra de sus cantos era referir cosas antiguas y otras veces niñerías, como 'TAL PESCADILLO SE TOMO DESTAMANERA Y SE HUYO' y otras seniejantes", y también se refiere a otro "que tenía muy buena sonada" y que cantaban "cuando se juntaban a rallar las raíces de que hacían el pan cazabí".

Los cronistas se empeñan en presentarnos a Anacaona (ana: FLOR, caona: ORO) no sólo coino "reina" dc la región de Xaragua, sino como "poeta". Realinente acliiellos invaso- res espaiioles evaluaban e identificaban, dentro d< los valores superestructurales de su propia cultura neo-latina y feudal. estas manifestaciones de una "cacica" que solo cantaba y bai- laba ''areiros" tribales que foniiaban parte de la tradición co-

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lectiva de su pueblo y que, por lo tanto, sólo interpretaba y no podía, de ningún modo, haber "creado" poesía.

*FICHAS DE LECTURA:

a) "No se conserva en Santo Domingo la letra ni la música de nin- gun areito. El llamado "Areito de Anacaona" ("lgi Aya Bongbe". "primero muerto que esclavo", según José Joaquín Pérez) es apó- crifo, según l o han demostrado Emilio Nau, Apolinar Tejera y Fernando Ortiz"'

Autor: Emilio Tejera - Obra: "INDIGENISMOS", Ed. Sto. Domingo, 1977.

B) "El único cantar que se cita como areito es de origen dudoso: lo recogió en Haití, durante la primera mitad del siglo XIX, Mr. William S. Simonise, nativo de la Carolina del Sur, y lo comunicó al Rev. Hamilton W. Pierson, quién lo publicó en la vasta recopi- laciónde Schoolcraft sobre los indios ("INFORMATION RES- PECTING THE HISTORY, CONDITION AND PROSPECTS O F THE INDIANS TRIBES O F THE UNITED STATES" collected and prepare. . . by Henry R. SCHOOLCRAFT, Filadelfia, USA, 1851160). La letra dice: "Ayá bombá ya bombé / Lamassam Anacaona / Van van tovaná doguC / Ayá bombá ya bomé / Lamassam Anacoana", (la transcripción de Schoolcraft está hecha en ortografía francesa, es decir, "aya bomba ya bombai. . . dogai.. AnaCoana. . .etc.)." Autor: Pedro Henríquez Ureña; "OBRA CRITICA", Ed. Fondo Cultura Ec. Mexico, 1960.

2.2 LITERATURA COLONIAL.

La literatura colonial florecerá, sin mucho vigor, alrede- dor de las cátedras escolásticas de la Universidad y los Con- ventos, siguiendo fiel y pesadamente los pasos de la retórica espaíiola. Oradores eclesiásticos y algunos poetas (Diego de Guzmrín, Leonor de Ovando, Elvira de Mendoza, Francisco Tostado de la Peña, Luis de Angulo, Baltazar Fernández de Castro, Tomasin de Leiva y Mosquera, algunos otros) nos de- Jan apenas más :iombre que poesía. Versos con mucha imita-

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ción y pedanter-la, en los cuales el metro se recuenta pero a veccs cojea, mientras la rima se amarra, se suelta, se arrastra y en ocasiones se les va de las manos, huyendo despavorida de estos poetas que habitan una colonia declarada oficialmente pobre de solemnidaci.

La NOVELA (considerada género subversivo y prohibi- da legalmente como ',vanas y mentirosas fábulas" por reales decretos de 153 1 y 1543) no se cultivará, por lo tanto, en las colonias españolas hasta después de 1810. Así es interesante notar que "DON QUIJOTE DE LA MANCHA", y toda la no- vela picaresca, sería leída en América a escondidas, y muchas llegarían de contrabando. . Y cuando se permite representar un "entremés" criollo a las puertas de la Iglesia, el autor (Cristóbal de Llerena) decide hacer crítica al gobierno y, en- tonces, es silenciado, expulsado . . . y punto.

La presencia juvenil de Tirso de Molina por el Convento de la Merced parece haber influido más en Tirso que en la cul cultura intelectual de la colonia. Otros simplemente nacieron o , también, pasaron de largo por Santo Domingo.

*FICHA BIBLIOGRAFICA:

Pedro Henríquez Ureña: "LAS CORRIENTES LITERARIAS EN AMERICA HISPANA Edit. Fondo de Cultura Económica, Méxi- co , 1969.

DECIMA Tomasina de Leiva y Mosquera (1 663-?)

Señor, en esta lección como Orfeo deleitáis, y asimismo aprovecháis en paremias Salomón; aquí a las divinas son esclavas ya las humanas letras, si fueron profanas; pues que combite este día haze tal sabiduría, sirvan, dejen de ser vanas;

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*NOTA

Doña Tomasina de Leiva y Mosquera fue hija del licenciado Fer- nano Díez de Leiva, médico y poeta sevillano que residió más de 45 años en la isla, dónde contrajo matrimonio con doaa María de Mosquera Montiel, muriendo en 1708, y habiendo publicado, en verso, su obra "ANTIAXIOMAS MORALES, MEDICOS, FI- LOSOFICOS Y POLITICOS" (1682), en cuyo "Pórtico" apare- cen las únicas composiciones conocidas de su hija, Da. Tomasina.

RCHA BIBLIOGRAFICA:

Gustavo Adolfo Mejía: "ANTOLOGIA DE POETAS DOMINI- CANOS", Santo Domingo, 1954.

2.3 LITERATURA POPULAR:

El origen de la DECIMA n o es popular, sino culto, por- que nació como poesía artificiosa, de salón y corte, antes de bajar al pueblo y que éste la hiciera suya. Está f o m ~ a d a por ESTROFAS de diez versos octosilabos cuya rima admite nu- merosas variantes. La inventó Vicente Espinel (1550-1624) en Espaíia, desde donde viajó a América durante el siglo XVII como innovación culterana. Y a finales de ese siglo andan ya escribiendo décimas en Santo Domingo los bien apellidados poetas Francisco Melgarejo y Ponce de León, el bachiller José Clavijo, Miguel Martínez y Mosquera, García de Carvajal y Campofrío, etc., los cuales se empeíían todos e n hacer gongo- rismo con cierto esfuerzo y algún retraso.

El siglo XVIII verá el nacimiento de una literatura con cierto sabor propio, escrita ya no sólo por nietos de conquis- tadores sino por "blancos de la tierra", o hijos de emigrantes canarios, como este Luis Joseph Peguero, banilejo autor de una "TRASUMPTADA HISTORIA. . "(1 762), y que también es poeta y maneja la décima como cosa propia, mientras nos conserva unas "SENTENCIAS CAMPESINAS" que comprue- ban la existencia de una cultura que ya no es simplemente im- portada sino popular y criolla, trasumptada y reburujada.

Pero será durante el siglo XIX cuando la "décima" se

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arregla, en forma todavía no completamente dilucidada, para adentrarse en la tierra y permanecer como expresión poética predominante en nuestras masas campesinas, hasta hoy, en que va siendo progresivamente desalojada por los nuevos gé- neros para consumo popular (radionovela, fotonovela, teleno- vela) etc.). Y no es que la DECIMA no fuera también expre- sión (y repetición) de la cultura dominante, sino que, como producto de explotación y abuso, no siempre se limita a repe- ti la ideología del explotador y, a veces, resulta duro testimo- nio de la miseria y el desamparo, como ésta, que se dice en campos del Sur: "QUE CONFUSION PARA UN POBRE / SIN PLATA NI QUE VENDER, / TIENE SU MADRE A LA MUERTE / Y DE PARTO SU MUJER / Y LA JUSTICIA A LA PUERTA / QUE LO VIENEN A PRENDER,/ EL CABA- LLO EN LA SABANA / QUE NO LE PUEDE VALER / Y TRES HIJITOS LLORANDO:/ PAPA, DEME DE COMER".

Otro género importante de nuestra literatura popular, junto a la "adivinanza" y el "refrán", lo constituye el CUEN- TO, en el cual resulta más evidente que en la décima la pre- sencia de los elementos restafricanos de nuestra cultura, Ile- gados en muchos casos p,or influencia haitiana, como dos per- sonajes, "BuquI'" y "Lepén", protagonistas frecuentes de esas narraciones en las que otros, como "Juan Bobo" y "Pe- dro Animal", parecen tener origen español, aunque a veces vi- ven situaciones venidas de otro u otros lugares. Y es que los aflos de unión con Haití (1822-44), al aminorar el rechazo a esos elementos populares, favorecieron la permanencia o in- greso de u n folklore con raíces africanas.

La investigación moderna descubre, en ese sentido, algu- na coplas de la época, llenas de un claro contenido clasista: "SO MERCE NO DICE / QUE YO SOY FEA? / PUE YO ME BA / Y BUQUE OTRA NEGRA / PA TRABAJA". . . "DICE MI SEÑORA / QUE ME BA A BENDE / A DORA ANA PONCE / QUE PRINGA CON MIE". . ."LEVANTATE NE- GRA / A JACE CAFE / -LEVANTESE UTE / QUE ETO NO SON LO TIEMPO / DE SU MERCE. // D I 0 SE LO PA- GUE / A PAPA BOYE / QUE NOJ DIO GRATI / LA LI- BERTE".

Meso Mónica (o Maese Mónica) fue un hijo de esclavos africanos que vivió entre los penúltimos años del siglo XVIII y los primeros del XIX, haciendo décimas propias y parece,

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que imitando coplas ajenas, puesto que hoy se ha descubierto que algunas, atribuidas aquí a Meso Mónica, han resultado facturadas por otros versificadores populares anteriores como el cubano6'Padre Carpacho" o contemporáneos, como el mexi- cano "Negrito Poeta" (José Vasconcelos), etc. Pero de todos modos, las décimas y otras cosas que se coniprueban como indudablemente suyas nosresultan ingeniosas, muy sabrosas y dominicanisimas.

Y los tremendos ajetreos políticos sucedidos entre 1 79</ 1822 van a dar nacimiento a muchísima poesía anóiiiiiia. re dondillas, ovillejos, ensaladillas, en las cuales identificamos ya nuestra identidad cultural tempranera.

DECIMA Luis Joseph Peguero (? - 1792)

Oh bomco sin segundo! Manso, fuerte y providente, que si no es por ti la gente más trabajara en el mundo: en darte mil gracias fundo este verso aborricado, por agua que me has cargado desde que estoy en Baní, pues si no fuera por t í creo me hubiera secado.

DECIMA PIDIENDO CASABE Meso Mónica (s. XVIII-XIX)

No es ningún asunto grave en el que os vengo a ocupar,

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pues sólo vengo a buscar una torta de casabe. En lo posible no cabe el que de ti yo me valga; y para que con bien salga si tu amistad me remedia, dame de una torta, media, que yo no busco una carga.

3. CULTURA DOMINICANA/LITERATURA DOMI- NICANA.

Aunque nuestra HISTORIOGRAFIA se haya empeñado en subrayar desmesuradamente los días iniciales de la CON- QUISTA y la COLONIZACION (Virreinato, etc.) las raíces básicas de nuestro presente arrancan del TRATADO DE BA- SILEA (1 7 9 9 , y las consecuencias, no sólo políticas sino so- cioeconómicas, resultantes.

La época colonial (1 505-1 795) vivirá las contradicciones del desarrollo de relaciones de producción precapitalistas dentro de una superestructura ideológica con características predominantemente feudales. Todo eso terminará porque el reino de Espafia ha cedido Santo Domingo a la República Francesa, dónde, desde hace ya seis años se ha iniciado la Revolución de 1789, que barrerá con la Monarquía Absoluta y los últimos resabios estructurales del feudalismo, todavía vi- gentes en España y sus colonias.

Los acontecimientos de 1801, 1802, aceleran la EMI- GRACION de la clase dominante colonial, la cual detentó el poder económico, el poder político y la cultura intelectual de la época. Muchos historiadores han minimizado la importan- cia de esa emigración, porque la han apreciado sólo en térmi- nos cuantitativos (numéricos), cuando cualitativamente signi- ficó la ausencia de la "intelligentsia" cultural del país, crean- do un vacío social que tardará mucho tiempo en ser ilenado, pero propiciando, en cambio, la renovación de las estructuras socioeconómicas de la antigua colonia espaiiola.

Luego los sucesos de 1 809, 182 1, y la etapa 1822144, marcarán hitos en la consolidación de una nueva clase domi- nante, con nuevas características socio-económicas y dividida

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3.1 NEOCLASICISMO, ROMANTICISMO.

en tres sectores: niercantil, maderero y hatero, de los cuales el mercantil será el más avanzado políticamente pero el hate- ro demostrará ser más fuerte.

La etapa 1822144 estará condicionada intelectualmente por el cierre (tras un fracasado intento de actualización polí- tica) de la antigua Universidad de Santo Tomás de Aquino, convertida en centro de agitación de intereses escolásticos, teologales y pro-"legitimistas". Los decretos iniciales de Bo- yer (nacionalización de la propiedad eclesiástica o absentista, y liberación definitiva de los esclavos) y las consecuencias ju- rídicas de la unión con Haití (extinción de la institución del "mayorazgo" y puesta en vigor de los CODICOS franceses de la Revolución) harán ya imposible el retorno de los viejos tiempos.

Y, aunque a partir de 1844 regresen algunos pocos inte- lectuales del "ancien regime" colonial (los Dávila Fernández de Castro, Angulo Curidi, del Monte, etc.) esa minoría limi- tará su influencia reaccionaria al terreno intelectual, ya que no podrán recobrar la base económica de su poder político, ya obsoleto, aún cuando funjan, a veces de consejeros de al- gunos figurones de la nueva clase dominante.

El NEOCLASICISMO había pasado por Santo Domingo apenas inspirando algunos pedantescos poeinas y fábulas al Dr. José Núñez de Cáceres (ODA A LOS VENCEDORES DE PALO HINCADO). El ROMANTICISMO inicialmente patrió- tio tendrá en Manuel María Valencia, José Fco. Picliardo, Fé-

*FICHA DE LECTURA: Q U I N T I L L A :

Ayer español nací, a la tarde fui francés, a la noche etiope fui, hoy dicen que soy inglés: ; n o sé qué será de mí!

Autor: Juan Vásquez (?-1805) Cura de Santiago de los Caballeros.

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lix María del Monte, y otra figura política, la de Juan Pablo Duarte, cultivadores con mejor intención que acierto, cosa que es apreciable en aquel estribillo a un proyecto de "Him- no Nacional" escrito por el Padre de la Patria: "LOS BLAN- COS, COBRIZOS, MORENOS, / MARCHEMOS ERGUIDOS / Y AL MUNDO MOSTREMOS / QUE SOMOS HERMA- NOS". Pero si la poesía de Duarte es patriótica, en esa época de la Primera República (1 844/61) encontramos muchos poe- ta de simples versos patrioteros.

*FICHA DE LECTURA: EL ROMANTICISMO

JUAN PABLO DUARTE (1813-1876):

A) "C ANC ION"

Que aunque al viento mil quejas lanzara ;de qué me valdría? La ruda, continua borrasca sombría que ruge tremenda en tomo de mí, la voz apagara. ¿No escuchas el cielo cual truena profundo? Pues es que si oyc siquiera mi acento se toma iracundo: Por eso al silencio niis penas le di, por eso a tu sanibra asilo pedí,

no hay ya para el alma alivio ni calma ni espera mi duelo humano consuelo. Todo, todo se negó a mi pena y, aun, la queja al corazón condena.

B) "LETRILLA"

Y t ú , mientras tanto, Sabrás ocultar A ellos y al niundo Mi acerbo pesar: Pues quiero, exhalando

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Mi triste querella, Que sola tú mires Mi lúgubre estrella, Y esconda tu sombra El triste existir; Y oculte en t u seno M i amargo decir.

C) CANTO DE GLJERRA

Quisqueyanos, sonó ya la hora De vengar tantos siglos de ultraje Y el que a Dios y a su Patria desdora Que en oprobio y baldón se amortaje.

No inás cruz que la cruz quisqueyana, Que da honor y placer el llevarla; Pero el vil que prefiera la hispana Que se vaya al sepulcro a ostentarla.

FELlX MAKIA DEL MONTE (1819-1899):

"SONETO A MI PATRIA" ;Allí está la I'olonia ainericana al poste del oprobio conducida; allí está la odalisca prostituida, Señora ayer y sierva a la mañana!

Sirena tropical dominicana; águila audaz al éter ascendida. en su vuelo caudal de niuerte herida por niano aleve y por traición villana. . .

'Qué de tu gloria fue, mustia heredera del infortunio y genio.peregrino que te robó a la bruma de ignea zona?

;Con tu sangre aplacar la saña fiera de vencedor sin lucha es tu destino, y a quien vil te engañó, ceñir corona!

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FICHA: 1 "El tema de la patria de formación, de sus anhelos, sus espe-

peranzas y desventuras, es el que pirmero cautiva la inspiración de los poetas dominicanos y así se manifiesta en el himno que, horas después de proclamada la independencia, escnbio Felix María del Monte:

"Al arma, españoles", dice la primera y más conocida ver- sión de ese himno, aunque el vocablo "españoles" fue sustituido despues por el de "patriotas".

Bibliografía: Max Henríquez Ureña, "PANORAMA HISTORICO DE LA LITERATURA DOMINICANA" Primera Edición, 1945, Rio Janeiro, Brasil.

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"DESENCANTO" Manuel Rodríguez Objío (1838-1871)

Cuando en las puertas del vivir pisamo% un paraíso su mansión creetilos; flores y esencias por doquiera vemos, y sólo espinas por doquier hallamos.

Cuando la meta juvenil tocamos, lauros y gloria conquistar queremos; tras el amor de la mujer corremos y al fin son humo que siguiendo vamos.

Cuando maduros, la prudencia guía de la ambición el fatigoso anhelo, que un puerto busca a la vejez sombría:

Y ya al tender la ancianidad su velo el eco fiel de la verdad retumba triste diciendo: "nada, muerte, tumba!"

FICHA BIBLIOGRAFICA: PRIMERA ANTOLOGIA DE POE- SIA DOMINICANA: José Castellanos: "LA LIRA DE QUISQUEYA"

Santo Domingo, 1874

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El ROMANTICISMO es un movimiento cultural que nace Europa (Alemania) a fines del siglo XVIII, se desarrolla en auge durante la primera mitad del siglo XIX y languidece en voces ais- ladas hasta el fin de siglo. Sus características se pueden resumir en pocas palabras: idealismo, exaltación de la fantasía y los valores subjetivos, exotismo, individualismo exacerbado y sentimentalis- m o desbordante. Libertad artística: unión de elementos dispares, utilización de todo tipo de versos, rimas y estrofas; nacimiento de la "prosa poética"; preferencia por el estilo expresivo dramático con tendencia al patetismo.

El ROMANTICISMO, en nuestro país, nacerá con La Trini- taria.crecerácon la república y sólo conseguirá derrotarlo el MODERNISMO ya en pleno siglo XX. La poesía roniantica do- minicana muestra tres directrices principales: el PATRIOTISMO, el INDICENISMO y el CRIOLLISMO.

3.1.1 EL INDICENISMO Y SUS CONTINUADORES.

El "lndigenisino" es u11 movimiento literario de origen cubano, fonnalinente situado dentro del ROMANTICISbIO, que llega al país con el regreso de algunos intelectuales~de la vieja clase doiiiinaiite colonial (hermanos Francisco Xavier y Alejandro Angulo Guridi), durante la Primera República, pero que se afinca y renueva con la Guerra Restauradora (1 863-65 ), significando una reacción contra lo espaíiol, pero buscando raíces no africanas, lo que constituirá en lo adelan- tc un persistente rasgo ideológico tle nuestra clase dominan- te. José Joaquín Pérez. uno de sus niejores exponentes, titu- lará "IGI AYA BONGBE" a uno dc sus poeiiias indigenistas; pcro la frase, de acuerdo a la invcstigación iiioderna (Feman- d o Ortiz, etc.), está lingüísticamente relacionada con nuestra cultura rcstafricana. Y en otro de sus poeiiias,"COCOLITO", le Ilaiiia "indio nuevo" a quien se evidencia como hijo d e un inmigrante negro, d e las islas. cortador de cafía.

Expresión clásica de esa ideología lo constituye la nove- la "ENRIQUILLO" (Manuel tle Jesús Galván), iin dramón de

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difícil digestión, escrito en el mejor estilo de la escuela ro- mántica y en el cual Ia idealización de personajes, situaciones y ambientes alcanza alturas poco igualadas. Es interesante constatar que el genealogista Carlos Larrazabal Blanco seíiala, entre los ascendientes de Galván no indios, siiio "pardos li- bres"' (exesclavos negros).

Y la temática indigenista y su extre~llado idealismo se- guirá persiguiendo aún a poetas cuya facturación formal es claramente rnodernista, porque habrá que llegar al Postumis- m o para que los indios desaparezcan de la literatura de un país cuyos últimos indígenas murieron en el siglo XVI.

JOSE JOAQUIN PEREZ (1 845-1 900):

A ) "LA TUMBA DEL CACIQUE"

Sobre la tumba del 'guerrero llora la vestal de los templos de Quisqueya, y en su lágrima ardiente y tembladora ya la luz del crepúsculo destella.

El t rono de un cacique era su asiento; ceñían un arco las triunfales flores, cuando uii conquistador, d e oro sediento, quiso liacer siervos los que halló seiiores.

Del Zemi ante el altar postrado un día, al resplandor de luz fascinadora, vio un genio del Turey que le decía- -" ¡Noble cacique!, por tu patria llora. . .

De otros climas vendrá con Iiierro y fuego para diezmar tus tribus inocentes, turbando con la guerra su sosiego, falange iniciia de implacables gentes".

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Y hoy la raza feliz y predilecta de los Ciguayos sin temor reposa, en miserable condición abyecta, sometida a una ley ignominiosa.

Padre Louquo: si el duelo empapa en llanto la mejilla que el beso del sol quema, sobre el sepulcro del guerrero en tanto el indio grabe misterioso emblema.

i Emblema de exterminio y de venganza; siniestro augurio del poder que un día lance al fondo del mar, con fe y pujanza, al que hoy celebra su sangrienta orgía!

Sacerdotisas de la grey esclava: i Llorad sobre la tumba del guerrero

que ayer blandiera la potente clava por redimirnos del poder ibero!

Monótono el tambor el eco lance al son de vuestro areito quejumbroso; y de las sombras en el reino alcance parassu alma el inmortal reposo.

B) "COCOLITO"

La tierra que contiene los despojos de aquella raza indómita y bravía dio su crudo color a este indio nuevo que tres anos no cuenta todavía.

En los ojos relámpagos de águila surgiendo en ellos, cual de selva oscura, y el cabello con rizos que se enlazan par¿ formar caótica espesura.

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La frente alza con el aire adusto hacia el cielo; y sus músculos fornidos parecen heclios en un torno hercúleo para ahogar, estrechando, a los vencidos.

No corre, vuela, y sin fatiga alcanza al más ligero can en su carrrera; es un niño titán que hacer prodigios de tiempos mitológicos espera.

i Y esos tiempos vendrán cuando en América no se quiera que un palmo sólo oprima la planta audaz de aventureros déspotas que bien se están en su nativo clinia!

"CAONABO" Bienvenido S. Nouel (1 874-1

Vedle! Robusto, musculoso, ágil, épico el gesto, los cabellos lacios, la frente erguida, endurecido el ceño, la faz surcada de viriles rasgos.

Vedle! Broncíneo, en desnudez completa, con brochetes de oro en cada brazo, con argollas de oro en cada muslo, con anillos de oro en cada mano.

Hosco, bravío, la pupila roja como la luz de un hacho, inmóvil, fija, cual si así pudiera, rompiendo brumas, incendiar los barcos. . .

FICHA BIBLIOGRAFICA:

César Nicolás Penson y otros:

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"RESENA HISTORICO CRITICA DE LA POESIA EN SANTO DOMINGO" escrita en 1891; publicada en 1980, Ed. Taller, Santo Domingo, con notas y adiciones de Vetilio

3.1.2. EL CRIOLLISMO

El "criollismo" idealiza la naturaleza, los hombres y las costumbres de la tierra. Es un movimiento encuadrado tam- bién formalmente (y temáticamente) dentro del ROMANTI- CISMO, y, como el Indigenismo, tiene raíces cubanas. Entre sus iniciadores dominicanos están Nicolás Ureña (padre de doña Salomé), José María González Santín, pero el más acer- tado será probablemente Arturo Pellerano Castro ("Byron") y la tendencia temática criollista todavía se prolongará, como sombra de crepúsculo, por mucho tiempo.

FICHAS DE LECTURA:

"CRIOLLA" Arturo Pellerano Castro (1 865-19 16)

Yo quisiera, mi vida, ser burro, ser burro de carga,

y llevarte en mi lomo a la fuente, en busca del agua

con que riega tu madre el conuco, con que tii, mi trigueña, te bañas.

Yo quisiera, mi vida, ser burro, ser burro de carga,

y llevar al mercado tus frutos, y traer para ti, dentro el árgana, el vestido que ciña tu cuerpo, el panuelo que cubra tu espalda, el rosario de cuentas de vidrio

con Cristo de plata, que cual rojo collar de cerezas

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rodee tu garganta. . . Yo quisiera, mi vida, ser burro,

ser burro de carga. . . Desde el dfa que en el cierre del monte,

cogida la falta el arroyo al cruzar, me dijiste

sonriendo: jme pasas?. . . y tus brazos cifíeron mi cuello, y al pasarte sentí muchas ganas de que fuera muy ancho el arroyo, de que fueran muy hondas sus aguas. . desde el día que te cuento, triguefia, yo quisiera ser burro de carga. . .

Y llevarte en mi lomo a la fuente, y contigo cruzar la caílada, y sentirme arrear por ti misma cuando,a vuelta del pueblo, te traiga el vestido que ciña tu cuerpo, el pafíuelo que cubra tu espalda, el rosario de cuentas de vidrio,

con Cristo de plata, que cual rojo collar de cerezas

rodee tu garganta. . ;Yo quisiera , mi vida, ser burro,

ser burro de carga!

"PAISAJE CAMPESTRE (NOCHE)"

Armando Alvarez Pifieyro (1 873-1930)

Recostado en la hamaca con indolencia tras las rudas labores de la faena, en los cielos me finjo la transparencia de los cálidos ojos de mi morena.

Las estrellas destilan su refulgencia

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en la atmósfera tibia, clara y serena; de los campos aspiro la grata esencia y me digo, soñando: "la vida es buena".

Mientras que en el reposo de mi destino lo ignoto y reservado no lo adivino, afuera, el perro ladra y el viento sopla.

Y hasta mi oído llega, desde el camino, la voz aguardentosa de un campesino que, a la luz de la luna, canta una copla.

"DOMINICANO LIBRE"

Emilio A. More1 (1 884-1 958)

Cuando llega el domingo, en la mañana, ensillo el potro rucio de más brío; cojo un gallo, concierto un desafío y marcho a la gallera más cercana.

Cruzo haciendo disparos, la sabana; me detengo en algún que otro bohío y dando vivas al caudillo mío me tomo cuatro veces la manaña.

Dos cosas me subyugan: la morena con que paso las noches en la plena y hace que el alma de entusiasmo vibre,

Y la voz, legendaria y palpitante, que responde al iquicn vive'! interrogante, llena de fe: idominicano libre!

3.1.3 EL POST-ROMANTICISMO

Post-románticos serán, entre otros, Enrique Henríquez,

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Pablo Pumarol, Juan Elías Moscuso, Emilio Prud'Homme, y doña Salomé Ureña de Henríquez, una de las voces poéticas de mayor nivel en nuestra literautra del siglo XIX. Su poe- ma "RU1NAS"destila un romanticismo lírico quc hubiera sido asombroso en la pluma de Enrique Heine, Byron o Shelley, casi cien años antes, pero ya durante la "belle epoque" nos resultaun poco tardía, toda esta meláncolica poesía. Pero el Patriotismo, el Indigenismo, el Criollismo y este Post-Roman- ticismo, produjeron sentimentales poemas enternecedores que nos han hecho sufrir y gozar desde los días de los bancos escolares y que forman parte de toda una pesada herencia cul- tural algo sensiblera, pero nuestra, nuestrísima. . . y hermosa.

FICHA BIBLIOGRAFICA:

Marcelino Menéndez y Pelayo: "ANTOLOCIA DE POE- TAS HISPANOAMERICANOS", MADRID, 1893:

"para encontrar verdadera poesía en Santo Domingo hay que llegar a D. José Joaquín Pérez y a Doña Salorné Ureíia de Henríquez, al autor de El Junco Verde y de Voto de Anacaona y de la abundancia Quisqueyana, -- en quien verdaderamente em- piezan las Fantasías Indígenas inerpoladas con los Ecos del Des- tierro y con las efusiones de La Vuelta al Hogar,- y a la egregia poetisa que sostiene con firmeza en sus brazos juveniles la lira de Quintana y de Gallego, arrancado de ella robustos sones en loor de la patria y de la civilización, que no excluyen más suaves tonos para cantar deliciosamente La Llegada del Invierno o para vatici- nar sobre la cuna de su hijo primogénito".

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* FICHAS DE LECTURA:

"MISTERIO" Pablo Pumarol (1 856-1889).

Indiana, yo te vi, tú me miraste

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con dulce languidez. El alma mía un suspiro lanzó. . . ¡Me cautivaste! Desde entonces. . no sé. . . más noche y día

con intimo lamento mi corazón te aclama. . .

Si no se llama amor esto que siento, ¿me dirás, dulce bien, cómo se llama?

"ADELANTE" Salomé Ureña de Henríquez (1 850-1 897)

Deja a las turbas resolver audaces de tus limpias acciones el tesoro, buscando con qué herir de tu decoro la austera dignidad. Que ni la envidia, ni ambición cobarde dentro del pecho generoso abrigas, ni los favores pérfidos mendigas del aura popular.

Tú, que del bien por la espinosa vía firme, tranquilo, imperturbable avanzas, y tus nobles y grandes esperanzas en el estudio ves; alta la frente, el ánimo sereno, fija la vista al porvenir soiiado, irás contra los golpes escudado de la pasión soez.

Irás, aunque se crucen a tu paso los escollos que el mundo opone al bueno, aunque apures la copa del veneno que es premio a la virtud. Que eliá como fanal que alumbra y guía, tras de las nieblas del presente oscuro, brilla en los horizontes del futuro de ti1 ideal la luz.

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¿Qué son a la conciencia del honrado los aplausos o el odio de un momento? Rumores que se pierden en el viento sin eco y sin valor. Sólo perdura en brillo permanente de la verdad la antorcha peregrina, y tú vas, a la luz que te ilumina, de la verdad en pos.

MI PEDRO Salomé UreÍía de Henriquez

Mi Pedro no es soldado; no ambiciona de César ni Alejandro los laureles; si a sus sienes aguarda una corona, la hallará del estudio en los vergeles.

i Si lo viérais jugar! Tienen sus juegos algo de serio que a pensar inclina. Nunca la guerra le inspiró sus fuegos: la fuerza del progreso lo domina.

Hijo del siglo, para el bien creado, la fiebre de la vida lo sacude; busca la luz, como el insecto alado, y en sus fulgores a inundarse acude.

Amante de la Patria, y entusiasta, el escudo conoce, en él se huelga, y de una caña, que transl'orma en asta, el cruzado pendón tremulo cuelga.

Así es mi Pedro, generoso y bueno; todo lo grande le merece culto; entre el ruido del mundo irá sereno, que lleva d e virtud germen oculto.

Cuando sacude su infantil cabeza

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el pensamiento que le infunde brío, estalla en bendiciones mi terneza y digo al porvenir: iTe lo confio!

'LA CANCION DEL AVARO" Enrique Henríquez Alfau (1 859-1 940)

Por galardón, Señor, me despojaste de la carga del oro que al avaro, por castigo impusiste. iGracias por este raro, por este paradójico contraste! i Gracias! Me exoneraste del oro con que a él lo empobreciste, del yugo con que a él lo esclavizaste iGracias! Así le hiciste

con el agobiamiento de esa carga, la entraña estéril, la abundancia triste, la casa grande y el hogar vacío, la noche corta y vigilia larga. . . iGracias te doy por tu piedad, Dios mío!

- -

"EL PRIMER B E S O Juan Elías Mosco Puello (1 866-1932)

Trémula de emoción bajó la frente; su aliento fatigoso resonaba como el viento en la hojas; la tez de sus mejillas se abrasaba al fuego que encendió el rubor en ella; suspiró de su amor en el exceso, y yo la dije con acento triste: - "¿es acaso un dolor el primer beso?. . .

- - -

ARTURO P E L L E R A N ~ CASTRO ("Byron"), (1 865-1 9 16)

EN EL CEMENTERIO

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Junto a una cruz, al expirar el día, una pobre mujer, de angustias llena,

sus lágrimas vertía. . .

Doli6 a mi corazón su amarga pena, y ante el sepulcro de la madre ajena llord la muerte de la madre mía.

AMERICA

Cántame el viejo canto, el viejo canto, el de las noas bravas,

el del aliento del pulmón de Hércules, del cmpujc de crccídas abwas

Cántame el viejo verso, el verso heróico, el de la musa trágica,

el del canto insurrecto en la manigua. el verso del clarín y de la diana.

¿No ves tefiirse en púrpura los cielos? ¿No ves la vieja guardia

de pie, como un titán, en la trinchera,, desceiíida del cinto el arma blanca?

¿No escuchas en el seno de las sombras la vibración de un arpa;

una voz que departe en las alturas con el viejo coloso de la fábula?

¿NO ves, en el levante, un punto de oro, una chispa que irradia,

una visión de luz adolescente como la virgen proyección de un alma. . .?

i Esa púrpura roja es el incendio, la aurora de otra patria!

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Esa legión que ciñe la trinchera es la legión titánica,

la misma de Pichincha y Ayacucho, la misma del Naranjo y de las Guásimas!

Ese canto en la sombra es la epopeya: ies Homero que pasa!

La musa de Junín que se despierta con su perfil de india americana!. . .

Cántame el viejo canto, el viejo canto, el de las iras santas. . .

Esa voz en la altura, ;es la del genio!. Bolívar que delira en la montaña.

Cántame e l viejo verso, el verso heroico, el himno de la patria,

el del canto insurrecto en la manigua, ;el verso del clarín y de la diana!

Ese punto de oro que en la sombra crece es el ojo del águila.

la pupila del sol de las Américas: i La Estrella Solitaria!

1 FICHA BIBLIOGRAFICA: I Abigail Mejía (1895-1941): "HISTORIA DE LA LITERA- TURA DOMINICANA", 1937:

"Después de tanto romanticismo en Francia, en Inglaterra en España, y por ende, en nuestro pequeñ'o país deconocido de los de allá; después de tanto lirismo peninsular y transoceánico; tras iniciarse yila música, honda y filosófica, de los vioIoncellos modernistas, surge este caso de poeta "criollista" verdadero que nos demuestra cómo la lira puede y debe aún pulsar una nota casi virgen: la americana, la nacional, y todo ello e n estilo tan persona-

G

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Iísimo que, en oyendo una de sus coniposiciones, todo el que haya leído algo de él podráexclamar: - Ahí está nuestro .'Byron", el de "criollas", de grato sabor bucólico, sin tener que imitar al "guajiroWde Cuba o Puerto Rico:

. . . Pues señor, en mi casa creyeron que y o era muy bruto,

porque andaba a pedrada en la calle, porque estaba en la esquina al insulto. porque a bolos jugaba descalzo

y , en vez de a las aulas y en vez de al estudio,

me iba a Güibia a pasarme las horas como un vagabundo. . ."

1 -

3.2 LA RENOVACION ESTI LISTICA: EL MODERNISMO

Luego resulta que llegará un día el fin de siglo, la "belle epoque" de la burguesía, y otro día será ya el siglo XX y de- sembarcará aquí, en Santo Domingo, con bombos y platillos. arpas y melopeas, el MODERNISMO, ese moviniiento litera- n o que anunciaron José Asunción Silva, Julián del Casal, José Marti, Manuel Gutiérrez Nájera, y que ahora, con Ruberi Da- río, Santos Chocano, Unamuno, Guillermo Valencia, Amado Nervo, Leopoldo Lugones, Juan Ramón Jiménez, Los Maclia- do, Porfirio Barba-Jacob, Carlos Sabat Ercasty.

Llegará como fuego artificial, incendiándolo todo, azu- leándolo todo, lienándonos el paisaje tropical (idíiicamente idealizado por los poetas anteriores) de palacios de malaquita y lapizlázuli, tesoros d e Golgonda, ópalos, cisnes en abundan- cia, Versailles, marquesas, hipsipilas, rebafíos de elefantes y camellcs de l á n b ~ i d a ~ cervices, etc.

El MODERNISMO tuvo aquí predecesores en los henna- nos Xafael y Gastón Deligne, pero su desembarco real ocurrió alrzdedor de 1901, di1 brazo de Pedro Henriquez UreRa, Tu- lio Cestero y Valentín Giró. De a h í en adelante nuestros poe- tas se llamarán ahora "vates" y se dedicarán ribuscar, entre al- coholes noctámbulos y amadas misteriosas, desenfrenada- mente, palabras invioladas y sutiles, rimas extravagantes,

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combinaciones métricas cargadas de musicaiidad ex6tica. estos poetas nuevos se llamarán Fabio Fiallo, Apolinar Perdo- mo, Federico Bermúdez, Osvaldo Bazil, Porfirio Hemera, Juan Tomás Mejía, Ricardo Pérez Alfonseca, Virgilio Diaz Ordofiez, Quiterio Berroa, Víctor Garrido, Juan Bautista La- marche, etc. Enrique Henriquez abandonará el post-romanti- cismo y se embarcará en la nueva moda. Y la dulcísima Alta- gracia Saviñón, antes de volverse irremediablmente loca, nos entregará su sutil pero irrompible "VASO VERDE". Un dia, Fabio Fiallo se retratará en París (desde luego!) junto a Dario y esa foto formará parte integrante de la literatura nacional, recogida y almacenada en "Pamasos" editados por entonces en Barcelona y París ( i desde luego!).

Luego con el tiempo, despuCs de una invasión norteame- ricana y una nueva tiranía, estos poetas modernistas, sobrevi- vientes generalmente laureados en múltiples concursos, "rei- nados", etc., terminarán, con algunas valientes y raras excep- ciones (Enrique Henríquez, Fabio Fiallo) haciendo obsequio sos panegíricos ,a Tmjillo; cambiando versos por embajadas, jugosos cargos, canongías. Así llenaron de Odaslamentables las "Páginas Literarias" de los periódicos y revistas de la epoca, al lado de los retratos inevitables del Excelentísimo Benefactor de la Patria y Jefe Insigne, el Benemérito Generalísimo y su Excelsa Familia.

* FICHAS DE LECTURA: 1

"DE LUTO" Gastón F. Deligne (1 86 1-1 9 13)

Tu oscuro traje, que en la noche late, fue maligna invención -por tal la tengo- de una de esas blancuras de abolengo

rabiosamente mate.

Una blancura astral de azules venas, c)

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como la tuya, inmaculada y suave, formada adrede con pulmón de ave y con pulpa de nardos y azucenas.

De ese luto, ¡cuán noble privilegio!, ¡cómo en halos gloriosos aurifica!, ¡qué elegancia a tus formas comunica!

y ¡qué porte más regio!. . Del traje negro, y de $U negro'broche,

surgen las líneas de tu faz, marmóreas, como el sereno sol de medianoche en lis desolaciones hiperbóreas.

Mi alma a tu paso atónita se inclina y en una muda imploración te adora. Y exclama el ditirambo: ¡triunfadora!,

y el corazón: ¡divina!

Pudiera ser de tu corpiño cierre, y pregonar tu imperio -no tu duelo-, algo vibrante y fúlgido que encierre todos los hipnotismos del anhelo.

Algo para hechizar para toda mirada; algo para obligar todo tributo; algo anormal en medio de tu luto,

¡una rosa inflamada!

FABIO FIALLO (1866-1942)

GOLGOTA ROSA

Del cuello de la amada pende un Cristo, joyel en oro de un buril genial, y aparece este Cristo en su agonia (:. .3

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dichoso de la vida al expirar.

Tienen sus dulces ojos moribundos tal expresión de gozo mundanal, que a veces pienso si el genial artista diole a su Cristo el alma de don Juan.

Hay en la frente inclinación equívoca, curiosidad astuta en el mirar, y la intención del labio, si es de angustia, al mismo tiempo es contracción sensual.

j Oh, pequeño Jesús Crucificado, déjame a m í morir en tu lugar, sobre la tentación de ese Calvario hecho en las dos colinas de un rosal!

Dame tu puesto, o teme que mi mano, con impulso de arranque pasional, la faz te vuelva contra el cielo y cambie la oblicua dirección de tu mirar.

FOR EVER

Cuando esta frágl copa de mi vida que de amarguras rebozó el destino, en la revuelta bacanal del mundo ruede en pedazos, no llordis, amigos,

Haced, en un rincón del cementerio, sin cmz ni mármol, mi postrer asilo y después, joh, mis alegres camaradas!.

seguid vuesto camino.

Allí, solo, mi amada misteriosa, bajo el sudario inmenso del olvido, ¡cuán corta encontraré la noche eterna

para soñar contigo!

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EN EL ATRIO

Deslumbradora de hermosura y gracia, en el atrio del templo apareció, y todos a su paso se inclinaron,

menos yo.

Como enjambre de alegres mariposas volaron los elogios en redor: un homenaje le rindieron todos,

menos yo.

Y tranquilo despuds, indiferente, a su, morada cada cual volvió, e indiferentes viven y tranquilos

todos jahy ! menos yo.

P L ENILUNIO

Por la verde alameda, silenciosos, ibamos ella y yo;

la luna tras los montes ascendia, en la fronda cantaba el ruiseñor.

Y la dije. . No sé lo que le dijo mi temblorosa voz. . .

En el éter detúvose la luna, interrumpió su canto el ruiseñor y la amada, gentil, turbada y muda,

al cielo interrogó.

¿Sabéis de esas preguntas misteriosas que una respuesta son?. . .

Guarda, oh luna, el secreto de mi alma, jcallalo, ruisefior!

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APOLINAR PERDOMO (1 882-1 9 18)

CANCION DE AMOR

Tu ventana está abierta. . .¿Estás dormida?. . ¡Quién pudiera saber a donde el vuelo

habrá alzado tu alma bendicida!. . . ¿Se ha fugado un momento de la vida para estar con los ángeles del cielo?. . . ¿O escoltada por blancos serafines, intangible, sutil, plena de olores. correteará, traviesa, en los jardines con el alma fragante de las flores?. . .

Tu ventana está abierta. Te importuna con sus caricias la nocturna brisa, mientras un rayo de la casta luna juega a besos de luz con tu sonrisa. iSueAas? iOh sí! Tú sueñas y sonríes. . . ¿Reproduce tu sueño algún instante de amor? ¿La hora del te amo vacilante que hizo un temblor extraño de rubíes, sobre tu boca breve e incitante? LO aquel idilio, cuando yo de hinojos contemplaba tu faz, y se tendía desde mis ojos a tus tiernos ojos como un puente ideal, por do venía, de tus caricias entre el vago arrullo, tu alma divina a perfumar la mía e iba mi amor a despertar el tuyo?. . .

Tu ventana está abierta. Es. ansiosas las flores que cuidaste en tu ventana por mirarte otra vez : para tus rosas

i tú eres más que la luz de la m,iñana!

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la que más blando susurrar de égloga derramó en el azul de mis mañanas, me dice con ternura que la olvide, que la olvide sin odios y sin lágrimas.

Ella, la que me ha dado más ensueños y más noches amargas, se aleja dulcemente como una vela blanca.

Yo, que llevo enterrados tantos sueños que cuento tantas tumbas en el alma, no sé por que sollozo y por qué tiemblo al cavar una más en mis entrañas.

LA FUENTE Porfirio Herrera (1 88 1-1 974)

Como una ninfa hilandera la fuente, hila que hila, canta alegre y risotera mientras su hilo destila.

Burlando la enredadera, asoma el sol la pupila, y adormilada y soñera la ve desnuda en la pila.

Ella prorrumpe en rumores, carminada de rubores al ver que el sol la está viendo,

salta esquiva entre la bruma, y mal vestida de espuma se va por la selva huyendo.

A LOS HEROES SIN NOMBRE Federico Bermúdez (1 884-192 1)

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Vosotros, los liuinildes, los del iiiontón salidos,, Iicroicos defensores de nuestra libertad. que en el desfiladero o en la llanura agreste cumplisteis la orden brava de vuesto capitán;

Vosotros, que con sangre de vuestras propias venas, por defender la patria manchasteis la heredad, hallasteis en la lucha la muerte y el olvido: la gloria fue, absoluta, de vuestro capitán.

Cuando el cortante acero del enemigo bando cebó su torpe furia en vuestra humanidad, y fuisteis el propicio legado de la tumba. sin una cruz piadosa ni un ramo funeral, también a vuestros nombres cubrióel eterno olvido: ¡Tan sólo se oyó el nombre de vuestro capitan. . .!

Y ya cuando a la cumbre de la soñada gloria subió la patria ilustre que fue vuestro ideal, en áureos caracteres la historia un homenaje rindió a la espada heroica de vuestro capitán.

Dormidos a la sombra del árbol del olvido, ¡Quién sabe en dónde el resto de vuestro ser está!

Vosotros, los humildes, los del montón salidos, sois panas; en la liza, con sangre fecundáis el árbol de la fama que da las verdes hojas para adornar la frente de vuestro capitán. . .

MI VASO VERDE Altagracia Saviñón (1 882-1 942)

M i vaso glauco, pálido y amado. donde guardo mis flores predilectas, tiene el color de las marinas algas, ticne el color de la esperanza muerta. . .

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Las flore tirstes, las dolientes flores en el agua de vaso se refrescan y bañan sus corolas pensativas en una blanca idealidad de perlas. y luego se van lejos. . . se marchitan abandonadas. pálidas, enfermas, muv lejos del cariiio de ese vaso que del color de la esperanza muerta. Y cuaiido sola, pensativa, herida por la etcrna nostalgia, siciito un perfume triste, moribundo. que 1 1 ~ 3 hasta mi alma. . . pienso en mis pobres flores, las marchitas, las enfeniias. dolientes y olvidadas. que aiitcs de marchitarse se despiden tristisimas y trágicas tie ese vaso de pálidos reflejos que es del color de las marinas algas. . .

Valentín Giró (1 883-1949)

E s c ~ c h a , encantadora fugitiva que interpretar mi corazón no quieres: tu palidez mortal me tiene enfermo v pieciento, al mirarte, que te mueres. . .

Es t3n débil tu cuerpo delicado, tu vida está de levedad tan llena que un hálito veloz puede quebrarte como un pétalo frágil de azucena.

Surgir parece a tu redor la niebla como parte envolverte en un misterio, y en tu camino palpitando dejas u n lejano runior de cementerio.

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1-irias esquilas en tu voz sollozan, blancor de leche en tu pupila vaga, y tu reír parece hilo de luna que en la espuna del mar vibra y se apaga.

Frágil, blanca de niebla, y errabunda como del aura leda suspendida, pareces una virgen tembolorosa del hondo seno de la tumba huida.

Frágil, blanca de niebla, y errabunda y cuanto más sutil y visionaria pasas por mi fantástico camino más pura es tu belleza funeraria.

Y más te quiero, fugitiva niña que temes al contacto de mi mano porque vamos, yo ardor, hacia la vida y tú, vapor de ensueño, hacia el arcano

VIRGILIO DIAZ ORDOÑEZ (1895-1968)

Vieja camisa rota; ya no hay quien te remiende.

Al mirarte de mi memoria brota un recuerdo que poco a poco enciende un fanal misterkjso en tu oscuro pasado y en el mío.

Yo te compré en un día muy lluvioso, húmedo, desolado, hosco y frío.

Al cruzar una esquina

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te vi arrinconada en la vitrina de una tienda de lujo. El sitio de notoria preferencia lo ocupaban caiiiisas de la seda más fina. licclias de rico género iiiiportado de China - caiiiisas para gentes que visten con decencia -

Tú eras de algodón; eras el llamativo disparate, el comercial modelo para coinparacióii: tú eras el baldón de aquel escaparate. Y mi intención fue recta; la habitual escasez de mi difícil plata te eligió predilecta: eras la más barata.

¡Qué extraña paradoja! Las finas y las buenas he o ído que se compran a veces por doccnas. Las que son como tú, no hay duda alguna. son d e esas que se compran una a una.

No lo recuerdo bien, pero es seguro que la primera vez te usé en un día de fiesta: quizás una mañana, en un domingo puro, y, después de aquel día, toda tu liistoria es ésta: de mis hombros cansandos al húmedo torniento de afanosos lavados, y luego, sin apenas gozar de algún descanso en el ariiiario, volver a las faenas d e mis cansados hombros y del servicio diario.

Más tarde se inició la imprecisa comedia de tu envejecimiento. Te desteñiste tanto que fingías, en rápida tragedia., palidecer de espanto.

Después te amenazó la injuria de un remiendo y, en callada amargura,

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junto con tu primer desgarradura lloraste hilachas de dolor. icomprendo!

Y entonces fue cuando afanosamente unas manos que tanto conociste hicieron sobre ti, pobre convaleciente, cien zurcidos que ahora son un recuerto triste.

Manos santas aquellas que a los dos nos cuidaron; que en silencio profundo, diáfano pensativo, apegaron a ti el botón fugitivo y, en mi alma, ¡cuánta herida dolorosa curaron!

Camisa: ¡quién dijera que habrías de durar más que la mano aquella que te solía cuidar! En tus zurcidosvive aún la huella de esas manos de paz, blancas y puras. Pobre camisa mía; ven comprende: ;para ser tan barata, cuánto duras! Tu bien sabes por qué mi llanto brota; ya no hay quien te remieqde. vieja camisa rota. . .

"AQUEL PAÑUELO BLANCO" Virgilio Martínez Reyna (1 885-1 930)

Aquel pañuelo blanco que me diste la noche que de amor te hablé al oído, es el amigo que en la ausencia triste mi llanto inagotable ha recogido.

¿Recuerdas? Con tus lágrimas hiciste la seda humedecer de su tejido, y al despedirnos, quedo, me dijiste: -"Líbralo de las nieves del olvido".

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Aquel pañuelo blanco, ;oh, Amada!, como en aquella noche enamorada, elcorazón que tanto te ha querido,

Obedeciendo a tu ideal reclamo, junto con los tesoros que más amo lo libro de las nieves del olvido!

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FICHA BIBLIOGRAFICA:

Osvaldo Bazil: "PARNASO DOMINICANO", Barcelona, España, 1915.

3.3 LA RENOVACION LINGUISTICA: VEDRI- NISMO/POSTUMISMO.

Si el "Modernismo", a pesar de todos los neologismos exoticistas, sólo significa una revoluciónestilística, ahora. en cambio, se trata de renovar el instrumento mismo de la li- teratura: el Lenbqaje. La subversión estilística se inició en Eu- ropa con el Pamasianismo (Leconte de Lisle, Herédia) y el Simbolismo (Verlaine Rimbaud, Mallarme); la revolución lin- güística en Poesía la iniciarán, dadaístas y surrealistas (Tristán Tzará, Apollinaire, Breton, Aragon. Eluard). La re- nevación estilística tenía un precursor: Charles Baudelaire; la renovación linbiiística, otro, el falso Conde de Lautréaniont.

Lo interesante del caso es que aquí, en Santo Domingo, la aparición de estos nuevos "isinos" es coincidente con los moviniientos europeos: nunca Iieinos vuelto a ser más actua- les. Esta subversión del lenguaje surge en Europa dentro del contexto de la Primera Guerra Mundial (1 9 141 18), aquí na- cen dentro de' una Primera Intervención Norteamericana (1916-24), y son la respuesta literaria a un mundo que vive, desde entonces, en crisis permanente.

3.3.1. VEDRINISMO. Aunque algunos pretenden que el "Vedrinismo" es ante-

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rior al "postumismo", y a lo mejor lo sca, la fecha dc 10 I I (como momento del parto) nos parece irreal, ya (lt11. \'¡gil Díaz sólo escribe su primer poema en versos libres ( " A ~ A -

BESCO") en 19 17. De todos modos el VEDRINISMO pasa desapercibido ante quienes sólo creen ver en todo esto un via- jero suello de drogado o el alambicado rebuscar de un scñor que desea Ilaniar, desesperadamente, la atención.

Luego Vigil Díaz, su solitario creador, quien declara en su poema "PROF1:SION DE FE", que desea: "VIVIR CERCA DE LOS ANIMALES Y MUY LEJOS DE LOS HOMBRES". . encontrará un discípulo, humano por cierto, en el cual la in- fluencia Modernista (patente en Vigil Díaz) ya no existe y la subversión es total: Zacarias Espinal. Ahora bien, la pregunta subsiste: ifué realmente Espina1 un "discípulo" de Díaz?, ¿fue "Vedrinista" Zacarias'!,. . . ¿influencias? ¿coincidencias? ¿locura) ¿afán o necesidad de notoriedad?.

FICHAS DE LECTURA:

TIMPANO DE LA MONTARA Vigil Díaz ( 1880-1 96 1 )

Mi querida, que es una negra retinta, dulce y armoniosa como el cuello de una citara de ébano, con pulpa de coco en la sonrisa y esencia de madrágora en los dobleces. me aguardó en la talanquera para decirme: "el cabrónha muerto".

En un lecho de piedras, junto a los corrales, pulido por su cuerpo velludo y rijoso, está tendido el padre y seRor del aprisco.

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La luna de anoche amortajó su cadáver. y el sol de esta mañana. calentó las esponjas de sus barbas patriarcales.

En los libros de amor de Publio Ovidio Nasón aprendió el arte de amar, y conquistó mil borregas con la sirynga de Pan

Para que no coman su Iúbrica carroña famélicos canes. le haremos exequias griegas en la sabana.

RAPSODIA (Vigil Díaz (1 880-1 96 1 )

Arboles de la villa blanca de San Carlos; uno, dos, tres, cuatro, cinco; cinco aortas llenas de sangre; cinco basílicas de misteriosas sombras donde descansa mi anímula desgarrada por las zarpas atorrantes de la hora; cinco ánforas de perfumes que lactan las blancas y azules serpientes de mis sueííos y mis quimeras; cinco jarrones de verdes y perfumados aceites de frescura; lámparas piadosas, jocundas a veces y a veces tris t isimas; estáticas a veces, y a veces móviles como velámenes; a veces repujadas de oro de estrellas o de plata lunar; estradivarios metafísicos, simbólico violoncelos! . . .al pasar el viento sus crines por la urdimbre de vuestros ramazones, he sentido el misterio de las selvas solitarias; n

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las arengas de Matatías, el guerrero bíblico; las quejas de Leopardi; las lágrimas de Kociusco; los siete sellos de Emerson y las crueldades de Marte; Arboles de villa blanca de San Carlos; en la armonía pitagórica de la alta noche, he sentido los festines de Ninive y Babilonia: he visto los estercoleros de Job y los círculos candentes del Dante : a Mercurio y Shylock pesando oro; a Moloch y Nemrod bebiendo sangre; a Ariel y el Marqués de Lafayette estribando el pegaso alado. . . Arboles de villa blanca de San Carlos; cipos fantásticos de mi nostálgica necrópolis ideal, yo he cincelado en vuestras cortezas y en mi alma: no hay que perder la esperanza. . .

SONETO 5 Lacarías Espina1 ( 1 90 1-1 933)

Junto al bárako euferio que apelista la diápesis narcótica de Hicrea, responza su emperámica Hitorbea la funcia de Kra-Zoma panevista.

Zigia-20,- Zelé,- Kranimia Hitea Karma Ozoramia de akelión panista que frunge su aponema panteista en zakos de ankoroma y Galilea.

Oh! Hiberazuima de Akirón-Retencio, los ásperos responsos del silencio en áulico$ aneikos de Kautega;

Hiperamant narcómana de infija, como un kromelio de Tebaida vieja

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en la noche boreal de tu sortija.

SONETO 7

Evoma una grotesca picalia de fumencia entre ámbares rituales y aspérides furtivos, ruterva abracadabra de anambios imprztivos en un negro crepúsculo de Gevia o de Florencia.

Y así, como un hilera de puntos suspensivos llaneando el horizonte de fúlgida indulgencia, atreven sus rambelas con rauda interferencia los hierosolimítanos luceros pensativos.

Gruga obsede a Kanalia, anerma su crolampo desde su abracadabra litúrgica Melampo que trasciende a Calipso en nitila Himakea.

Y en tanto Glión respenga su breve cordomiso, se abre como un sonoro y etéreo paraíso el rojo apocalipsis de Kibra y Casiopca.

+

FICHA BIBLIOGRAFIA:

Manuel Rueda y Lupo Hernández Rueda: "ANTOLOGIA PANORAMICA DE LA POESIA DOMINI- CANA CONTEMPORANEA" Santiago, R. D., 1972.

3.3.2 POSTUMISMO

El POSTUMISMO es otra cosa. Su profunda originalidad es resultante y no rebuscada. Su aparición (192 1) hace ron- cha y levanta escándalo, no sólo porque estos jóvenes poetas están rompiendo la retórica (moreno Jirnenes, 19 16, poema: "ASPIRACION") y declarándose en contra de todas las re- glas aceptadas y aceptables, del juego poético, sino porque sus fundadores pertenecen a la pequeña-burguesía provin-

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cial, cuando hasta este momento lapoesia dominicana habia sido ejercida, hegemónicamente, por miembros de nuestra culta y educada clase dominante. Se les dice "brutos" en pri- vado e "ignorantes" en público. Y se ríen de ellos en privado y en público.

Pero estos jóvenes provincianos se endurecen ante los ataques. Y forman cenáculo, no en Gascue o los alrededores del Parque Colón, o en la bucólica "Primavera", ni siquiera en "Ciudad Nueva", sino que, joh, horror!, les da por meterse en la proletaria "Villa Francisca" declarada por ellos, nada - más ni nada menos que "Colina Sacra". ¡Anatema!. Sin embargo, poco a poco algunos "apellidos" se acercarán con curiosidad al grupo.

Pero su verdadera originalidad reside, más que en el uso del verso libre, en el hecho de que estos poetas pequeño-bur- gueses hacen poesía utilizando para ello no la cultivada len- gua cultural-literaria de Castilla (tan amada por nuestros ro-

mánticos), ni los sofisticados neologismos Modernistas, sino el ESPAÑOL COLOQUIAL DOMINICANO. Así la "AMA- DA" (misteriosa y tenue) de los modernistas, se convierte, por obra de golpe y postumista porrazo, en NOVIA, simple- mente; una lánguida "tuberculosa" muere ahora vulgarmente "tísica" y también en Villa Francisca; el "té" inglés y moder- nista (por supuesto) se cotidianiza en "tisana" de hojas criollas (por supuesto): y, jah!, aparece el haitiano en nuestra poesía como ser humano, no ya el despreciado "mañé" de aquellos versos patrioteros de la Priniera República.

Y después de esta poesía en mangas de camisa, se hace difícil, ridícula. la superidealización de sentiiiiientos, indios o phisajes; se notará vacía la frasc rimbombante, la adjetivación superflua. la metáfora rebuscadísima. . . y lucen desteñidas la flora y la fauna de Darío.

EL HAITIANO Domingo Moreno Jiménes(n. 1894)

Este haitiano que todos los días hace lumbre en su cuarto

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y me llena las fosas nasales de humo; este haitiano que no puede prescindir de la cuaba, y prefiere tabaco del fuerte y aguardiente del malo. es bueno a su modo. y a su modo rico y a su modo pobre. ¡Benditos los seres que maltrata el hombre! ;Bienaventuradas las cosas humildes

que se yerguen siempre sobre polvo friío de todas las cosas!. .

ASPIRACION (Domingo Moreno Jimenes (1 894-1 985)

Quiero escribir un canto sin rima ni metro; sin armonia, sin hilación, sin nada de lo que pide a gritos la retóñca.

Canto que tubiera. sólo dos alas ágiles que me llevaran hasta donde quiere,

con su sed de infinito. en las noclies eternas volar el alma.

Canto que, como un río sereno, fuera diáfano; y en su fondo se vieran como piedras cambiantes, mis ilusiones, como conchas de nácar. mis pensamientos. como mugos perpetuos, mis ironías sobre los arenales de mi esperanza.

Y allí mostrarme todo como soy cn la vida y seré tras la muerte

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cuando la eternidad orle mi gloria con sus palmas de liiz!

SIESTA

La negra de los dientes blancos nie ha pronieito darnie una cita junto a los naranjos. a la hora de la uinbría, en el moniento que gorgean los pájaros.

Se fué por la avenida de las acacias. Y en tanto que unas cotorras la empalizada brincan y ella por el andén se va alejando, por mi memoria cruza la visión de o t ro cuadro, vivido hace unos meses en el campo.

La quietud y el bocliorno me van amodorrando, y ya siento en mis brazos su cintura y en mis labios sus labios: tiemblan cual uvas sus morados senos: y como un tronco al cual Iia herido un rayo cae su cuerpo por tierra. y en el bosque los ruidos cesan por un rato. Y ya desvanecido aquel mal sueño, con los ojos fijos en el término vago continúa mi impiedad, indiferente como si nada hubiera pasado.

TROZO DE PUEBLO Domingo Moreno Jimenes (n. 1894)

Esas casas de cana

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donde se respira felicidad. Esos albergues tímidos donde hasta la angustía es un silencio. Esa jovialidad de pecho joven que hace brava la gente. Esas canas de anciano que al sol vigilan virgenes. Esa tranquilidad d e perspectivas. Ese canturrear de la madrugada; ese respeto de la tarde; esa serenidad de la noche. . . Esos pasos ignorados de los héores por campos de ausencia y de muerte.

La tarde humeaba; el horizonte echaba chispas; al frente, unas luces, un poco distante. . .

( ¡Ay Bartolina, si yo volviera a verte como en la época de tu fresca hermosura!)

- - - -

Gladio Hidalgo (1 91 2-1937)

Por la cuesta de piedras va bajando mi entierro. . . Al amparo del sol, que arde tras la colina, llora de mansedumbre la tarde campesina; y al paso de una oveja que baja por el cerro viene doblando a muerto la voz de su cencerro. El acto n o es de duelo. La compañía mezquina, con la pesada carga, charlando se encamina hacia yo n o sé dónde. . .

Losladndos de u n perro turban la paz agreste. Y el acompañamiento, llevando el ataúd, sigue con paso lento ' tras el carro del sol, que la sombra destierra.

Mi ser, desde los cuernos de un gran cuartocreciente I

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S' ric,. sol)rc Ic iiiiiii~lo. J c la poiiip;i iiicoiisciciilc qiic sieiiibr~i J c g~ i sa~ ios el viciitrc J c la Tierra. . .

RAFAEL AUGUSTO ZORRILLA 1892-1 937)

"INFANCIA"

Dejé mis tristezas a la espalda. me fui al rosal; el camino de la montaña era largo; los flamboyanes estaban ruborosos y el perfume de las pomas era penetrante, más que nunca. El sol florecía sobre el lomo de las briznás jóvenes: ya la noche me recibió en la puerta de mi casucha triste; de la aurora en el blanco porcelana. leí: Imposible.

DE "LO INFINITO, U N GRANO DE ANIS Y YO" Andrés Avelino ( 1 900-1 974)

i,@idn Soy YO, para que pasen diariamente por mi puerta estas

nlismas nubes blancas? ;Qué tengo para que me visiten todas las mañanas este mismo sol, esta misina brisa y este mismo anhelo? ;Qué puedo y o dar. para que me brinde

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cstc buen árbol su sombra, esta flor su perfume, y esta noche su nímbada luz y su misterio? ;Que he hecho yo para merecer la amistad de este amigo, la sonrisa de estas palabras y el laurel de este silencio?

FICHA BIBLIOGRAFICA:

Alberto Baeza Flores: "LA POESIA DOMINICANA EN EL SI- GLO XX" Santiago, R. D., 1976.

"En 1922 la Imprenta La Cuna de América. de la capital dominicana,editó "DEL MOVIMIENTO I'OSTUMISTA", con 21 págs. 17 cm. Resulta indispensable para el estudio del Postumis- nio.

Primero aparecen los poemas y luego las declaraciones esté- ticas e históricas sobre el inovimiento."

3.3.3 LOS "NUEVOS"

Los "NUEVOS", un movimiento nacido en provincia (La Vega), serán los primeros en seguir las huellas postumis- tas: verso libre, ausencia de metáforas y uso del lenguaje colo- quial criollo, pero sin criollismo.

Y lo harán con sentido social, influidos algunos de ellos (Luis Manuel Despradel) por la poesía "negroide". (Nicolás Guillén, Palés Matos) que está entonces (piquitam, piquitam, piquitam) metiendo bulla (quencúyere, quencúyere, q u e n d - yere) por todo el Caribe y zonas aledañas.

Ruben Suro será el poeta mayor del grupo y el que to- mará la poesía con vocación de oficio. Su poema "PROLE- TARIO" levanta roncha y picazón que sólo su condición de hijo de familia propietaria e intelectual logra paliar. Es que nos encontramos ya por la difícil etapa de la tiranía trujillis- ta. Los "NUEVOS" se han iniciado por el aAo 1936: durará poco su quehacer. Pero habrán integrado el tema social a nuestra poesía.

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FICHAS DE LECTURA:

JUGUETE DEL CAÑAVERAL Rubén Suro (n. 19 16)

El azúcar de mi tierra tiene sabores amargos. . . ¡los jornales sor1 muy cortos

y los abusos muy largos!

El azúcar de mi tierra tiene sabores de hiel. . . ;al sudor que mal se paga

no se puede pedir miel!

El azúcar de mi tierra tiene sabores de sal. . . ila Antilla canta en la "mocha"

y sangra el cañaveral!

El azúcar de mi tierra tiene sabor de retama. . . iel negro de sol a sol y el blanco de siesta en cama!

El azúcar de mi tierra tiene colores muy blancos. . ¡las angustias se refinan

y el "over time" llena bancos!

El azúcar de mi tierra tiene colores muy pardos. . . ¡las ganancias son del yanqui

y del nuestro son los fardos!

El azúcar de mi tierra sabe lo mismo que yo,

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ique el de aquí sembró la caña y el de allá. . . la cosechó!

¡En cada saco de azúcar y en cada cañal de corte está la garra de un fúcar y está la sombra del Norte!

PROLETARIO Ruben Suro (n. 19 16)

Tus músculos se cansan, se agota tu sudor. . . siempre la misma historia: itriunfa tu explotador Esclavo resignado no sabes. lo que hacer y eres un nuevo Cristo: jel cristo del taller! Y yo que te presiento en mis limpias mañanas: rebelde visionario, rompedor de sotanas;

pródigo en inquietudes, hecho de "rojo" cuño, ¡que igual tumbas un idolo que levantas un puño!

Con impaciencia espero que en tu pobreza extrema,

esa sonrisa mansa se cambie en anatema. Seguro que no ignoras que un surco es cada

Antilla, iestan a fi abiertas, tú eres, pues, la semilla! ¡Aguarda al mesías, que aunque lo crean utópico,

saldrán un Karl M arx de América o algún Lenin del Trópico!

¡Acércate y escucha, que es bueno que lo sepas: i Londres será un desierto y Wall Street una

estepa! i Ah! entonces tus dolores se irán al precipicio,

y los que te engañaron verán su "día de juicio".

Poeta y Proletario. . . comunistas empeiios

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nos unen en la senda tras realizables sueños: i ¡tú, con el jornal largo y más corta la hora, yo, con que cada lira sea una ametralladora!!

BALADADELANEGRAPANCHA Luis Manuel Despradel( l9 15-1979)

Suda la negra, la negra Pancha, pasa los días, pasa las noches plancha que plancha, para que el negro Juanico Antonio, (su preferid o) luzca zapatos de dos colores, gaste corbatas y use sombreros de los mejores.

El sólo viste con trajes blancos de fino hilo a los que Pancha les saca brillo a fuerza de plancha.

Juanico Antonio. de dientes blancos. negro chembón. de pasa dura, piel d e azabache a negra Pancha ni una caricia, ni una sonrisa, ni un cariñito

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le brinda nunca.

Juanico Antonio se gasta todo, toda la plata que le consigue la negra Pancha plancha que plancha, con la "chopita" N3a-An toñita. fresca y bonita que por la plata le cede todo

Cuando de noche Juanico Antonio va de "parranda". la negra Pancha sigue en su oficio ¡plancha que plancha!

Y cuando viene ya de regreso de haber pasado con su "chopita" fresca y bonita toda la noche. a la morena que ya descansa sobre su "catre" el cruel Juanico no le prodiga ni una caricia, ni una sonrisa, ni un cariñito.

La pobre Pancha sufre que sufre por su desprecio.

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La pobre Pancha sin recomensa, la pobre Pancha que se ha pasado toda la vida. para que goce Juanico Antonio, ¡plancha que plancha!

FICHA BIBLIOGRAFICA:

Pedro Ren6 Contín Aybar: "ANTOLOGIA POETICA DOMINICANA", Santiago, R. D., 1943.

3.4 LOS "INDEPENDIENTES DEL 40"

Por aquellos años- ya la tiranía silenciaba el país y aisla- ba a los intelectuales, porque agruparse resultaba peligroso. No vamos ahora a hablar de aquella espeluznante tragicome- dia que ensangrentó el país. Vamos a seilalar a estos poetas que se les ha llamado "INDEPENDIENTES" porque realiza- ron su labor sin estar agrupados en un movimiento literario determinado.

INDEPENDIENTFjS uno de otro, comienzan a darse a conocer en el medio literario alrededor del año 1940 (aunque algunos habían publicado poemas y aún libros desde algún tiempo atrás), trabajan el verso por separado, pero coinciden en la inquietud social y, aunque muestran influencias diferen- tes, hay en todos una preocupación consciente por el aspecto formal de la poesía. Y demuestran tener amplias lecturas poéticas y no poéticas, muy actuales para su época. No regre- sarán al uso arcaizante ni excesivamente filigranado del lengua- je, ni trillarán los raidos caminos de la vieja retórica, pero tampoco usarán la cruda lengua coloquial postumista, ni na- die podrá nunca acusarlos de "prosaísmo": están tratando de crear, cada uno a su manera, una nueva lengua literaria nacio- nal. Su retorno a los tropos, su cultivo del ritmo, se realizan

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con la conciencia del artesano que no olvida la funcionalidad de su trabajo. Todo ese difícil equilibrio les va a situar, proba- blemente por largo tiempo, en las alturas mayores de la poéti- ca nacional.

Francisco Domínguez Charro, Pedro Mi., Héctor Inchá- ustegui Cabral, Tomás Hernández Franco, Manuel del Cabral, Carmen Natalia, Tulio Cestero Burgos, Octavio Guzmán Ca- rretero, algunos otros, conforman este grupo que nunca fue grupo porque les tocó vivir la soledad impuesta, y, a muchos, el exilio político o el alejamiento discreto. Probablemente sean, entre ellos, Manuel del Cabral, Pedro Mir y Tomás Her- nández Franco, las voces más altas de esta alta cordillera lite- raria de la Patria.

*FICHAS DE LECTURA:

EL FLAMBOYAN (Octavio Guzmán Carretero (1 9 15-1 948)

En el desborde la primavera diríase que insulta el supremo resumen de tu cólera al inviolado rojo de los ponientes cálidos.

Te asomas como un rebelde iniitil en la serenidad de los follajes, y eres, en el tibio escenario de los campos el abuelo feudal de los caminos. . .

-

AIRE NEGRO (Manuel del Cabral (n. 19 12)

Cantan los cocolos bajo los cocales. Ya la piel del toro muge en el tambor. Los temibles lirios de sus carcajadas: son furiosas lunas contra el nubarrón.

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Está fiero el cielo que cayó en sus ojos. Lucha con las ancas de la hembra el son. Por entre pestañas de los cocoteros cuchillos de vida le clava ya el sol.

Nórticos turistas mascan voces negras; piel color de rosa trópico quemó; pipas neoyorquinas, tufo de cerveza; (se tragó la dódak los Papá-bocó).

Las cocolas cantan cánticos calientes, cantos que retuercenvientres de alquitrán, y entre sus corpiños tiemblan cocos negros que a los cocolitos vida blanca dan.

Recia risa, a ratos, hace heridas blancas. Hoy su noche alumbran, y anda por su piel ya borracho el son. Más, la borrachera que entra por sus belfos, sale por los pies.

Y los dulces huesos de la dura caña no tienen más mieles ni más duros son, que la carne negra de la negra alegre que se alegra a golpes de tambora y sol.

Sube por su cuerpo de bestia divina fuerte olor a tierra. Su respiración viene como un viento del ciclón del Cosmos. (la emborracha el rito mucho más que el ron).

Sale ya del vientre del tambor la selva. Ya la piel del toro muge en el tambor. Y contra el silencio de sus ruidos roncos la negra desnuda parece una voz.

POEMA 20 Manuel del Cabra1 (n. 19 12)

Ahora que me sabe a palo en bruto

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tu primitivo olor, bajo la cáscara de tu párpado el ojo ya es un fruto.

Esta es la tierra, la que se te mete más allá del puñal que pequeñito siempre termina donde empieza el grito.

NEGRO SIN NADA EN TU CASA Manuel del Cabral (n. 19 12

Yo te he visto cavar minas de oro -negro sin tierra- ;

Yo te he visto sacar grandes diamantes de la tierra -negro sin tierra-.

Y como si sacaras a pedazos tu cuerpo de la tierra, te vi sacar carbones de la tierra.

Cien veces yo te he visto echar semillas en la tierra -negro sin tierra-.

siempre tu sudor que no termina de caer en la tierra.

Tu sudor tan antiguo, pero siempre tan nuevo tu sudor en la tierra.

Agua de tu dolor que fertiliza más que el agua de la nube.

Tu sudor, tu sudor. Y todo para aquel que tiene cien corbatas, cuatro coches de lujo, y no pisa la tierra.

Sólo cuando la tierra no sea tuya, será tuya la tierra.

POEMA 18 Manuel del Cabral (n. 19 12)

Qué bien, Compadre Mon, tu voz de mito se me ensanchaba, cuando me decía: -en aquel vientre me madura un grito-. a

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Y como si apedreara al tieiiipo humano, sale otra vez tu voz llena de pájaros, sube otra vez como enterrado grano.

Tú que no vuelves imitando al río. Más por el vientre aquel que hinchó tu goce, oye tu voz de nuevo el caserío:

-Nueve lunas lo van desenterrando. Es aquel grito que enterré dormido. Hoy está Dios más criollo trabajando-.

-Tendrá un caballo grande y siete novias, y n o verá la mar, ¿para qué verla? ¿Para qué, con u n potro, conocerla?-

Tu grito es corto, pero no es estreciio. La tierra es ancha, pero siempre cabe en lo que t e golpea dentro el pecho.

EL MUCHACHO MATADO E N LA FARMACIA Manuel del Cabra1 (n. 19 12j

El idioma llegó, dio cuatro voces, miró al muchacho con sus quince años; Y, después de balbucear en castellano, el muchacho entendió, le dio aspirina, luego el soldado, caprichoso, dudoso, negativo, libertino y cobarde, en inglés preguntó:

esto es veneno? Y la sonrisa del muchacho fue

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el papelito de su defunción: una bala en silencio escandaloso entró borracha al cucrpo del nativo que se quedó doniiido como cuando se iba de vacacioiics para ver la novia. Luego un cable del Pentágono diciendo: "liay que juzgarlo", Iiay que decirle al mundo que tenemos justicia. . . Sin embargo, yo se que el asesino está tranquilo; todas las noches lo ven entrar al cine, y el domingo les cuenta su aventura a los vecinos Mientras tanto. deja tu bicicleta, deja de usarla. Duerme. Ya sé que está inquieto debajo de la tierra, pero n o te preocupes. pequeño boticario, que ya ti3 tendrá tiempo para cobrar tu sueño. . . Nadie se pone viejo cuando espera dormido.

SED DE AGUA Manuel del Cabra1 (n. 19 12)

Aquí me encuentro, me dije, y empecé a sacar arena.

Luego vi el agua en el fondo, y en ella el cielo y mi cara.

Despues. . .

Me bebí el azul, pensando que mi sed no era de agua.

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Al K E DURANDO Manuel del Cabrai (n. 19 12)

¿Quién ha matado este Iiombre que su voz no está enterrada?

Hay muertos que van subiendo cuanto más su ataúd baja. .

Este sudor. . ¿por quién muere? ¿Por que cosa muere un pobre?

¿Quién ha matado estas manos? ;No cabe en la muerte un honibre!

Hay muertos que van subiendo cuanto más su ataúd baja. .

;Quién acostó su estatura que su voz está parada?

Hay muertos como raíces que hundidas. . . dan fruto al ala.

¿Quién ha matado estas manos. este sudor, esta cara?

Hay muertos que van subiendo cuanto más su ataúd baja. . .

SOLO Manuel del Cabra1 (n. 19 12)

De pronto toda la tarde la llena un brazo mendigo. Me voy acercando al brazo, y no hay nadie,

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y n o hay nadie. No encuentro nada. No hay nada. Sólo yo, desnudo y vivo, sin nada, existiendo solo.

CANTO TRISTE A LA PATRlA BIEN AMADA Héctor Incháustegui Cabra1 (1 9 12-1979)

Patria. . . y en la amplia bandeja del recuerdo. dos o tres casi ciudades luego, un paisaje movedizo. visto desde u n auto veloz: empalizadas baja y altos matorrales. las casas agobiadas por cl peso de los años y la miseria. la triste sonrisa de las flores que salpican de vivos carmesíes las diminutas sendas.

. . .una mujer que va arrastrando su fecundidad tremenda, un hombre que exprime paciente su iniitilidad. los asnos y los mulos, miserable coloquio del hueso y el pellejo: las aves de corral son pluma y canto apenas. el sembrado sombra, lo demás es ruina. . Patria es mi corazón u n acerico en donde el recuerdo va dejando lanzas de bien aguzadas puntas que una vez clavadas ttsn.iblorosas quedarán por los siglos de los siglos.

Patria, sin ríos.

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los treinta mil que vio Las Casas están naciendo de ini corazón. . . Patria, jaula de bambúes para un pájaro mudo que no tiene alas.

Patria, palabra hueca y torpe para mí, mientras los hombres miren con desprecio de los pies sucios y arrugados, y maldigan las proles largas, y en cada cruce de caminos claven una bandera para lucir sus colores nada más. . . Mientras el hombre tenga que arrastrar enfermedad y hambre, y sus hijos se esparzan por el mundo como insectos dañinos. y rueden por montaiias y sabanas, extraños en su tierra, no deberá haber sosiego, ni deberá haber paz, ni es sagrado el ocio, y que sea la hartura castigada. . . Mientras haya promiscuidad en el triste aposento campesino y sólo se coma por las noches, a todo buen dominicano hay que cortarle los párpados y llevarle por extraviadas sendas, por los ranchos, por las cuevas infectas y por las fiestas malditas de los hombres. . .

Patria. . . y en la amplia bandeja del recuerdo, dos o tres casi ciudades, luego, un paisaje movedizo, visto desde un auto veloz: empalizadas bajas y altos matorrales.

Page 67: Abel Fernadez Mejia - Poesia Dominicana (Desde Sus Inicios Hasta El Ultimo Tirano)

VIEJO NETRO DEL PUERTO e-

Fracisco Domínguez Charro (1 9 18-1 943)

Viejo negio de puerto, hace mucho que vengo mirando la oscura silueta de tu cuerpo manso deslizarse, en silencio, en las noches, del muelle a lo largo; p9r recintos cargados de sombra con t u fardo de penas a espaldas, yo te he visto escrutando, a lo lejos, algún raro misterio perdiendo en lo alto. . Y' te he visto, sumiso, responder al reclamo, -de ese grito silente de tu alma- cuando aspiras el humo de tu pipa en profundas y lentas bocanadas. . Y te he visto, también, deshilar el fulgor de tus ojos noctámbulos por las aguas plateadas. . ¡Viejo negro del puerto! Esta noche de niebla es propicia al rito mudo de tu fervor atávico; prende tu pipa fuerte, embriágate de trópico, sumergete en ti mismo y apura tu nostalgia. . . Escancia la tortura de tu alma en un festín inmóvil con tus ansias: Insúflate en la nada, penetra los abismos insondables, fija la indescriptible quietud de tu mirada, y acorta la jornada redentora de tu retorno al Africa. . .

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Viejo negro del puerto, retorna en el espíritu a tu selva sagrada. Embárcate en la leve piragua imaginaria de tu inconsciencia mártir, -y llora inconsolable- que en esta noche lánguida sólo un millón de estrellas verán correr tus lágrimas. . . Viejo negro olvidado; beodo iluso de agonías nocturnales; yo he visto: muchas veces, tu herida destilando llamaradas intensas de fuga ilusorias, y tus pupilas mansas se han teñido de selva en actitud fantástica. . ;viejo negro del puerto! ¿qué deseo te taladra? ¿Qué mística idolátrica penetra tus entrañas que, inmóvil como estatua, te embriagas del fulgor de mil estrellas lánguidas. . ..? . . .Inútilmente sueñas con tu retorno al Africa. Si pudieras tejer con tus brazos un pedazo de jungla flotante y dejarte arrastrar por 1 os mares. . . o tejer con clarores de luna un velamen muy blanco y extraño y dejarte impulsar por el aire: - ¡Qué aventura tan grande!- i9viejo negro del puerto/: i Quisiera consolarte!

TROPICO Tulio Cestero Burgos (1 920-1 958)

i Maraca.

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siesta en hamaca. . .! Campiíia que se desnuda por los mordiscos del sol; arroyo que es el tenorio de los naranjos en flor. .

i Maraca. siesta en hamaca. . .!

Clarin de gallo en ia valla : mugir de vaca y becerro:

fango con gruñir de cerdo; montes con color de cielo y entre ladridos de perros se va el cielo apolillando, y el eco nos trae los versos de los amores guajiros. . .

i Maraca. siesta en hamaca. . .! Llamarada en el bohfo,

rumba y tragedia bailando. . . iCampiila que se acurruca

por pudor ante los astros. . !

iMaraca. siesta en hamaca. . .! Olor a sexo que brama. . . Duelo de sexos que humean entre relinchos de potros. . . ¡Nalgas que apagan la tarde en la enramada, bailando. . ! Llamarada en el bohío. . . Timbal. . .. Pigmento en las almas. . .

Blancos y negros bailando. . . i Raza que se está forjando!

i Maraca, siesta en hamaca!

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SALUTACION A PANCHO ALEGRIA, CAPITAN DE GOLETA

Tomás Hemández Franco (1 904-1 952)

i Salud, don Pancho Alegría, buen capitán de goleta. matador de tiburones rico en naufragios y rutas; conocedor de los vientos -crucigramas de las islas-, buzo de la noche negra. buen hablador de dialectos. rezador de avemarías por aduaneros y puertos! i Salud, don Pancho Alegría, parrandero de tormentas, dormilón de calmas chichas. marrullero de corrientes! En la noche del Ozama no se te ve ni la cara -alquitrán de cara limpia luz de bengala. tan sólo los nombres que vas cantando: Puerto Plata. Las Bahamas, Aruba. la petrolera. Turkilán de sal estéril. Curazao de ron bueno. Paramaribo y San Thomas. Jamaica en costa de cocos y la muchachita aquella. capitán, dulce de penas. de San Juan de Puerto Rico. i Salud, don Pancho Alegría! Sin brújula se te va el alma recuerdo afuera. -El alma s í se te ve blanca de espuma en bahía

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gallardete de tu cuerpo. el alma si se te ve capitán Pancho Alegría. Maiiana -"pa Venezuela"- por los mares del ciclón irá alegre. capitán. Vendrás con lastre de piedras y con vientos de canción -alguna historia en tu casa. miles en el malecón- y en la taberna del muelle un solo trago de ron. i Salud, don Pancho Alegría.

buen capitán de goleta!

SI ALGUIEN QUIERE SABER CUAL ES MI PATRIA Pedro Mir (n. 19 13)

Si alguien quiere saber cuál es mi patria no la busque, no pregunte por ella.

Siga el rastro goteante por el mapa y su efigie de patas imperfectas. No pregunte si viene del rocío o si tiene espirales en las piedras o si tiene sabor ultramarino o si el clima le huele en primavera, No la busque ni alargue las pupilas. No pregunte por ella.

i ¡Tanto arrojo en la lucha irremediable y aún no hay quien 10 sepa! ¡Tanto acero y fulgor de resistir

y aún no hay quien lo vea!)

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No, no la busque. Si alguien quiere saber cuál es mi patria, no pregunte por ella. No quiera saber si hay bosques, trinos, penínsulas muchísimas y ajenas, o si hay cuatro cadenas de montañas, todas derechas, o si hay varios destinos de bahias y todas extranjeras.

Siga el rastro goteando por la brisa y allí donde la sombra se presenta, donde el tiempo castiga y desmorona, ya no la busque, no pregunte por ella. Su propia sangre, su órbita querida, su instantáneo chispazo de presencia, su funeral de risa y de sonrisa, su potrero de espaldas indirectas, su pufío de silencio en cada boca, su borbotón de ira en cada mueca, sus manos enguantadas en la fábrica y sus pies descalzos en la carretera, las largas cicatrices que le bajan como antiguos riachuelos, su siniestra figura de mujer obligada a parir con cada coz que busca su cadera para echar una fila de habitantes listos para la rueda, todo dirá de pronto dónde existe una patria moderna. Dónde habrá que buscar y qué pregunta se solicita. Porque apenas surge la realidad y se apresura una pregunta, ya está la respuesta.

No, no la busque.

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Tendria que pelear por elia. . .

Así vamos los pueblos de la América en mangas de camisa: No pregunte nadie por la patria de nadie. No pregunte si el plomo está prohibido, si la sangre está prohibida, si en las leyes está prohibida el hambre. Si resulta la noche y firmemente los labiregos saben el rumbo de la aurora, el curso de la siembra. Si los sables duermen por largo tiempo, si están prohibidas las cárceles. . . Porque apenas un crudo mozalbete desgranado enarbola la paz como un fragante pabellón infinito, en nombre del amor o de la juventud en medio de las calles, el látigo produce su rúbrica instantánea, su bronco privilegio. Porque apenas un escritor coloca sus telares en la página blanca y teje un grito y pide paz y pide voz o pide pan y luz para las sombras populares, para los barrios, para las niñas, para las fábricas, para los matorrales, cuando no es el ostracismo es el silencio, cuando no es el olvido es el gendarme. . .

Y así vamos los pueblos de la América tan numerosos y unos. No pregunte nadie por la patria de nadie. Ni en los países del mar o los océanos todos con sus hermosas capitales,

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ni en las ishs o los cayos matinales.

No pregunte si hay niinas infinitas, todas inagotables, y luchas por salvarlas del saqueo, todas con cadáveres. . .

Un aroma común, un aire justo de familia recorre nuestros ángeles, nuestros fusiles, nuestras metonimias. . . Un rostro amargo y una misma mano y unas tardes melancólicas de nuestras tierras crían los mismos sudores, los mismos ademanes y la misma garra sangrienta y conocida.

Nadie pregunte por la patria de nadie. Por encima de nuestras cordilleras y las líneas fronterizas, más rejas y alambradas que carácter, o diferencia o rumbo del perfil, el mismo drama grande, el mismo cerco impuro el ojo vigilante. Veinte patrias para un solo tormento. Un solo corazón para veinte fatigas nacionales. Un mismo amor, un mismo beso para nuestras tierras y un mismo desgarramiento en nuestra carne.

No, no pregunte nadie por la patria de nadie. Tendría que mudar el pensamiento y llorar solamente por la sangre. . .

Si alguien quere saber cuál es mi patria se lo diré algún día. Cuando hayan florecido los camellos en medio del desierto. Cuando digan que las mujeres bajan sus dos manos

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de la cabeza y la alzan en la brisa, cuando los trenes salgan a la calle el d 1 a de la fiesta con sus vías bajo el brazo y descanse el fogonero. Cuando la caña se desnude y rían los machetes en fuga hacia el batey dejando en paz las manos sorprendidas. Cuando todo milagro sea posible y ya no sea milagro el de la vida:

Cuando empiece a bajar esta marea de ignominia y deje al descubierto hacia la aurora el fondo firme de los pueblos. Día justo de enumerar las cordilleras y decir cuáles son las siete risas de la nueva semana y cuáles son los meses que contienen alegría.

Entonces se sabrá cuál es mi patria y mucha gente irá con sus camisas de todos los colores y ciudades.

Llenarán sus costuras con la firma nuestra, de nuestra libertad y entonces irAn a repartirlas. La llevarán al viento por los valles en todas las Antillas.

Dirán que somos libres y golosos, que gozamos del pan y de la espiga. Que cada hombre tiene dignidad, cada mujer sonrisa. Que tenemos la patria verdadera y Csta tambiCn será la patria mfa. Si alguien quiere saber cuál es mi patria se lo dirC ese dfa. Yo lo diré tocando la guitarra

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con mi novia bordada en la camisa, con botones de oro, blancos puños y una gran amapola sonreída. . .

Si alguien quiere saber dónde está ella yo lo diré ese día Ahora n o la buSque. No pregunte por ella todavía.

Pero el día fragante que lo sepa procure estar bien cerca y bullicioso, porque habrá patria grande para entonces y n o habrá ni un silencio de rodillas. . .

Si alguien quiere saber cuál es mi patria, lo diré en una tarde americana. Cuando el mundo se quite la cabeza y le arranque la espina innominada. Cuando el hilo de todas las fronteras teja como una alfombra todas las patrias. Y una risa inmensa recorra las montañas y haga hiuir como murciélagos despavoridos a los acorazados con sus arrogancias, con su larga cadena de oprobio que une nuestras gargantas y nos saca en sangre y pulpa las tierras perfumadas. . .

Y empiece entonces a inundar las calles tanta gente escondida dentro de su casaca, y las imprentas salgan a ver con el vientre lleno de libros y de portadas todos nuestros suburbios desde sus páginas y las madres alcen sus hijos hacia la luz de la aurora, sin guerra y sin amenazas. . .

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Día justo y solemne de contestar de cuanto goce se compone una patria. Cuáles son los veinte ruidos de la nueva batalla.

A quién le corresponde el apetito, a quién el gesto copioso y la guirnalda, qué colorido el del más ancho traje, qué ritmo el de la más noble carcajada. Cuáles bueyes y cuáles sementales en la exposición donde las frutas y las canastas. . .

Pero ahora nadie pregunte por la patria de nadie.

Y el día en que estalle la libertad suprema y soberana, procure estar bien cerca y bullicioso porque habrá una gran patria, una grande, inmensa, inmóvil patria para todos y no habrá ni un país para estas lágrimas. . .

SONETO DE LA NIÑA JOVEN Pedro Mir (n. 19 1 3)

Pues, la niña era joven, su alegría era joven, su pecho diminuto era joven y su ángulo de luto era joven, más joven todavía.

Conocida que fue, como el minuto contiene la dialéctica del día, su mirada frutal la contenía en cristal y en imágenes de fruto.

Sangre fina de fuego y rosas tiernas

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en el torpe delirio de las piernas suscitaban los vínculos y, pues,

Conocida que fue, ardiendo y sola, la noche la arrastró por la amapola con un hombre enredado entre los pies.

"NI UN PASO ATRAS" Pedro Mir (n. 1913)

Arbol de luna que obedece al clima en un sistema de nocturnidad, no permitas que el muérdago te oprima. Ni un paso atrás.

No permitas que el largo regimiento de los años del crimen pertinaz te toque el hombre con el pensamiento. Ni un paso atrás.

Que la alta flor que de tus ramas brota en este chapuzón de libertad, no pierda en miel ni la más breve gota. Ni un paso atrás.

Ni un paso atrás, soldados y civiles hermanados de pronto en la verdad. La vida es una sobre los fusiles, que no hay trincheras para los reptiles, de malos nuestros a extranjeros viles. Ni un paso atrás.

La libertad como un antiguo espejo roto en la luz, se multiplica más, y cada vez que un trozo da un reflejo el tiempo nuevo le repite al viejo: ni un paso atrás.

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Ni un paso atrás, ni un paso atrás, ni un paso de retorno al ayer, ni la mitad de un paso en el sentido del ocaso, ni un paso atrás.

Que en la lucha del pueblo se confirme, -sangre y sudor- la nacionalidad. Y pecho al plomo y la conciencia en firme. Y en cada corazón ni un paso atrás.

ODA HEROICA A LAS MIRABAL Carmen Natalia (1 9 17-1976)

No hubo blancura igual a su blancura. Nardo, azucena, lirio. . . magnolia de su carne. Carne hecha para el beso, fue pasto de las balas. Las Mirabal cayeron bajo el plomo cobarde.

No hubo dulzura igual a su dulzura. Los ríos se crecieron para llorar por ellas. Palomas con el pecho florecido en claveles. Las Mirabal cayeron de cara a las estrellas.

Ayudadme a subirlas al pedestal de piedra donde graba la historia los nombres de sus mártires. Ayudadine a decir qué cosa grande hicieron estas mujeres-cíclopes, estas mujeres-ángeles.

Allí donde más hondo fue el dolor de los hombres y niás honda la herida sangrante de la tierra, donde fue más profundo el surco de las lágrimas y más largo el llanto. . . allí bajaron ellas.

Allí donde más alto fue el grito de combate y más enhiesto el puño frente a las bayonetas donde más levantada fue la frase precisa y más erguido el pecho. . . allí subieron ellas.

Allí donde más lejos lleg6 la valentía y apuró el sacrificio su retama postrera,

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allí donde más lejos plantara el heroísmo su bandera de sangre. . . allí llegaron ellas.

El ojo de la bestia les siguió la pisada. Ojo y plomo a la espalda, como hacen los cobardes. La tierra abrió los brazos para ceilir sus cuerpos. Las Mirabal cayeron, taladas como árboles.

Las manos del verdugo deshojaron los nardos cortaron, como tallos, sus lenguas silenciadas. Las estrellas besaron su carne por vez última. Las Mirabal cayeron con el plomo a la espada.

Mas ya el nardo no es nardo, pues que se ha vuelto piedra. Piedra el enhiesto puño. Piedra la frente alta. Piedra el pecho y los ojos y la boca sin lengua. Las Mirabal cayeron para alzarse en estatuas. . .

Y sus bocas, sin lengua, han de seguir hablando y sus tres corazones palpitando en la piedra. Perennemente vivas en el alma del pueblo. Las Mirabal cayeron para volverse eternas.

3.5 LOS POETAS SORPRENDIDOS.

Recibieron el nombre de sa revista (publicada entre 1943 y 1947, "LA POESIA SORPRENDIDA", desde la que pretendieron hacer suya la poesía, convirtiéndola en algo mi- noritario, selectísimo, coto privado para uso y provecho pro- pio. Su preocupación (no siempre llevada a la práctica) por los aspectos estrictamente formales del poema llega a ser ob- sesiva. Y se decretó, desde lo alto, que la mayor parte de los "postumistas" (Moreno Zorrilla, Avelino) eran anti-poetas, etc. Su desmesurado amor a la metáfora nos hace preguntar si estos poetas "sorprendidos" no habrán confundido "metáfo- ra" con "poesía". . . mientras declaraban "el buen gusto" como aliado principal de los poetas (No XII, octubrediciem- bre de 1944).

Este esteticismo confesado choca violentamente contra

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toda pretendida filiación surrealista, limitada a algún que otro intento de escritura automática cuidadosameiite elaborada. Pero la revista hizo valiosa obra de difusión cultural, aunque son notorias la ausencia en sus páginas de nombres tan cono- cidos como los de Louis Aragón (uno de los fundadores del Surrealismo), Bertold Brecht, César Vallejo, Neruda, Nicolás Guillén, Miguel Hernández, etcétera.

Los nombres que firmaron la mejor poesía se llamaban Franklin Mieses Burgos, Manuel Llanes, Rafael Américo Hen- ríquez, Aida Cartagena Portalatín, Manuel Valerio, Manuel Rueda, Freddy Gatón Arce, Antonio Fernández Spencer, y otros, si no muchos, bastantes, porque el grupo fue numeroso.

Trataron de hacer una "poesía con el hombre universal" y al poner los ojos tan lejos, esa abstracción galáctica les im- pedía ver al hombre criollo, masacrado por los esbirrros del tirano.

Aída Cartagena será una de las voces más profundas del grupo, desde el cual sabrá buscar (y encontrar) una poesía fi- namente entroncada en los social, en la dura realidad de un paísaje no universal sino nuestro.

- -

*FICHAS DE LECTURA

ELEGIA POR LA MUERTE DE TOMAS SANDOVAL Franklin Mieses Burgos (1 907-1 976)

¿Quién ahora, llorando, te alzará desde el fondo solitario del mar, para sólo pensar desesperadamente en el vidrio desnudo de tu limpia sonrisa, o en aquella tu carne color de azúcar parda, después que los peces hambrientos se comieron el último paisaje de sol que había en tus ojos? jQuién ahora, llorando. te alzará desde el fondo solitario del mar? iOh, principe mulato de la verde escafandra! ¡Tronco joven de ceiba y corazón de nardo!

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Después que la muerte dejó sobre tus sienes una polar caricia de puñales de hielo. . .

Por esos ojos tuyos -dolor- por esos ojos tan llenos de luceros distantes y neblinas. Por esos ojos tuyos derramarán su llanto de alero las palomas; la noche que te clama sin cesar desde el cielo colgará sns crespones de sombras ateridas sobre un mundo salobre de guitarras y lonas.

Pero tú desde el fondo no la podrás mirar. No la podrás mirar porque ya se habrá ido el alba que alumbraba por dentro de tus ojos de terciopelo oscuro; porque ya se habrá ido sin campanas tu vida hacia una madrugada de sal y caracoles, más allá de la noche liviana de las algas, a donde -todavía- la luna no ha podido llegar para mirarte definitivamente dormido bajo el agua.

¡Arena y sólo arena para el ancla caliente de tus ingles desnudas: para tus ojos, sombras de los corales mudos!

¡Arena y sólo arena para enterrar tus sueños marítimos de nubes y de gaviotas blancas, sobre un cielo de coco nublado de sardinas!

jArena y sólo arena para hundirte en tu inmenso silencio terminado entre besos impuros de hermafroditas peces!

¡Ay! iQüe ya no habrá más música marina de acordeones

en tu lecho de limos y pleamares eternos! Sin un puerto posible para tu despedida,

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en la noche se fueron llorando las estrellas.

iOh, amante ineludible para quien la marisma tedía el más oculto fluir de sus mareas! porque ya las abejas que anidaban tus labios se habrán llevado toda la cera de tus besos.

iOh amante ineludible para quien la marisma tendía el más culto fluir de sus mareas! ¿Que has hecho con el rostro pálido de las lunas caídas en fondo solitario del már? ¿Qué has hecho con el rostro de amor

de aquellas lunas?

~Translucida y radiante como un cristal fino

dearnbulará tu sombra en torno a estas islas caribes que te dieron ese estupor de cielo mojado de aguardiente?

¿Quién ahora dolido escuchará tu voz herida de violetas,

y le dará a tu gesto de varón suicida todos los crisatemos crecidos en la tarde? En litoral amargo de llanto sin paiíuelos las verdes hojas anchas sacudidas por tropicales ráfagas de horno, te están diciendo adiós, y tú no miras. . .

CANCION A LA HORA PRESENTE Manuel Valeno (1 9 18-1 98 1)

Yo no estuve presente en días del amor, ni en días de la luz,

ni en días de la gracia. Yo no estuve presente en la hora de los frutos

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amargos ni en la hora de la lluvia fecunda. Yo no estuve presente en la hora de ese amor

que hace un dulce batallar de los sentidos.

Yo no estuve presente para contar las hojas de los árboles que cayeron

en el Otoño último. Es que marcho demasiado aprisa para detenerme

junto a las riberas de los ríos y para deternerme junto a este anchuroso mar

que n o tiene puertos.

Mi blanca osamenta erguida hacia su sombra como un frondoso árbol.

Mi alto esqueleto proyectándose en el tiempo como un desgarramiento de huesos y de siglos

podrá decir mi hora, mi presencia en la rosa y en el aire.

¿Cómo poblarte de auroras en este instante, si mi voz es sólo roca

clavada en el silencio? ; si yo n o estuve presente en días del amor, ni en

la noche callada del sosiego. Demasidas lluvias nos separan para tenderme

a la orilla de tu cuerpo como un liviano junco por el viento.

¿Cómo llamarte cosa apetecida si aun me falta el aliento para respirarte?

;Cómo te hablaría ahora de este cuerpo que es rosa madrugada

en el amplio sendero de mis versos? Si te hablará de esta barca que gira y gira en

tomo a las preguntas

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te nombraría paloma o agua deseada. Te nombraría trino alegre

renaciendo en el alba de mi sueño.

¿Cómo te hablaría ahora de esa barca que gira y gira en tomo a su naufragio

desde el día que sigue a la noche primera del delirio? Si mi voz es un grito desgarrado hacia adentro; si yo n o estuve presente en días del amor,

ni en días de la luz, ni en días de la gracia.

VA CANTANDO Rafael Américo Henríquez (1 899-1968)

Amarillos sus pezones Amarillas las estrellas de las charcas del sendero, Va descalza, va desnuda, va sin miedo cuesta arriba. Son sus huellas huellas vagas de una luna ya difunta. Canta un gallo. Cantan ciento. Amanece. Verde y rojo en el viento y en el filo de la sombra: colorido montañero. Algún día SUS pezones, y sus ojos, y sus manos serán joyas de silencio, serán tierra, serán nada. Monte arriba, con los ojos en las luces de la aurora, va sin miedo, va descalza, va desnuda, va ca.ntando.

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UNA MUJER ESTA SOLA Aida Cartagena Portalatín (1 9 18)

Una mujer está sola. Sola con su estatura. Con los dos ojos abiertos. Con los brazos abiertos. Con el corazón abierto como un silencio ancho. Espera en la desesperada y desesperante noche sin perder la esperanza. Piensa que está en el bajel almirante con la luz más triste de la creación. Ya izó velas y se dejó llevar por el viento del norte en fuga acelerada ante los ojos del amor. Una mujer está sola. Sujetando con sus sueños sus sueños. los sueños que le restan y todo el cielo de Antillas Seria y callada frente al mundo que es una piedra humana, móvil, a la deriva, perdido en el sentido.

de la palabra propia, de su palabra inútil. Una mujer está sola. Piensa que ahora todo es nada y nadie dice nada de la fiesta o el luto de la sangre que salta, de la sangre que corre, de la sangre que gesta o muere de la muerte. Nadie se adelanta, ofreciéndole un traje para vestir su voz que desnuda solloza deletreándose. Una mujer está sola. Siente, y su verdad se ahoga en pensamientos que traducen lo hermoso de la rosa. de la estrella, del amor, del hombre y de Dios.

POEMA DEL POLVO Freddy Catón Arce (1 920-)

PUEDE que por el tiempo, alguna vez, yo sienta este precioso engaño del aire, esta alma ligera y al peso de los frutos

arrinconada. esta nostalgia mínima y exacta de las hojas

que caen,

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- ¡todo esto,, Dios mio!-, y un dulce temblor que a la redonda de los

troncos ardorosos y viejos se llama el Otoño.

Pero entonces, esta vida tuya y mía, esta vida conquistada en el hombre y la mujer,

más que rescate eternidad callada en la raíces; esta vida vendrá a componerme el traje, a

ponerme un ojal en donde yo querrría el pecho fuerte, una mejilla fresca y otro canto.

- Sí, hermosa mía, esta vida de todos y ya nuestra.

Luego alguien dirá: es la muerte que pasa; lo pájaros oscuros a causa de los vientos del Sur y del Norte, a causa de la savia de los hijos carnales, y abandonados, perdidos en la tierra.

Más no podrá el tiempo cautivar las yemas de mis dedos

como ahora, porque el polvo es sagaz, y siendo presa vuélvese avariento con la muerte.

- Sí, hermosa mía, esta muerte de todos, casi nuestra.

DANZA Manuel Rueda (1 92 1)

Tú danzas corno yo a veces hablo: lanzando rayos.

A ratos el ciclo te toma de la mano y te lleva

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para que cumplas con tu alado deber de precipicio,

de árbol que recobra, girando, su apostura.

Quédate parada en un paso tuyo como en círculo de luna.

Quédate honda en tu verso de pisada. Quiero ver el movimiento con que desde

adentro piensas, el poblado minuto en que para avanzar, sueñas. Si llegas o te despides, destrenzando tus años, si vienes o si vas anegada en un curso de risueñas espumas, ceñida al ritmo agudo que te lleva de horizonte a

horizonte en una maternidad del mundo celebrado.

Danzando como quien labra una flor y en ella entra.

tú en la punta de un pie, oh cuán hermosa, dándole vértigos al tiempo, aconteceres, junto a nubes que le graban horas al cielo.

Corre, prívate de la razón, adelgaza la tierra, Hay muchas cosas que preguntar de t i al paisaje, a los insectos que a tu presión arriban en una doble faja de temblor silencioso. Cruzas y las ciudades se suspenden en el aire. Cruzas y el pez de la sangre sube a tu costado, a tus manos efímeras que deberían vivir sobre

tu pelo, avaras de constelaciones plenas.

Ligera campanada de pájaros sobre el amanecer,

respiras y un morir te desvanece, respiras de toda estrella y vuekes a circular por la rueca de tus senos multicolores. Tú tiene la misma contextura y los mismos

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huesos que la lluvia. Su mismo caer de abismo y su edad acalladora. Y como eres antigua y naciste sobre el primer

latido, las arpas y los pianos se acordarán de t í cuando

regreses en marfiles volando hacia la nada.

AS1 LA VIDA ES HOY

Antonio Fernández Spencer (1 922)

He amanecido. ¡Qué raro estar vivo otra vez! Se lo pregunto con ternura a mi mesa de trabajo. Ella no sabe nada. ¿Estoy vivo, por qué? Y es raro sentir el hueso que te besa un poco

¡Qué raro tengo el mismo peso de otros días amargos!

El camino es muy largo y la vida muy coita. Ella no sabe nada. i La pobre vida a golpes

va pasando! Me enamoré una vez; en el bolsillo tuve su

retrato lleno de primavera y de jamás.

Todos los días me asomo a la ventana y veo que la vida está muy bella, que es

imposible verte en otra primavera. Al sur daré mi corazón; será alondra cada gota de sangre de su voz. Está tranquilo. Calla bajo el sol.

He amanecido. i Qué raro que mis ojos vean, llenos de amanecer, que estoy ya vivo! La primavera ¿dónde está?

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Tal vez la tenga en el retrato aquel lleno de tiempo, Así la vida es hoy. . .

FICHA BIBLIOGRAFICA:

Manuel Rueda y Lupo Hernáiidcz Rueda: "ANTOLOGIA PANORAMICA DE 1-12 I'OESIA DOMINI- CANA CONTEMI'OKAN EA" Santiago, 1972

3.6 AUGE Y DECADENCIA DE UNA TIRANIA.

Despues dc 1 q40 o ('onfites). y hasta 1959 (desem- barcos por Coit\tdn~d, hldimon y Estcrc, Ilondo), l'rujillo iio tiene una opostción activa dentro ni fuera (Ir1 país. Ea io que podría llamarse la etapa "imperial" del tirano.

Ha ido acumulando títulos ridículos, condecoracioncs ostentosas y cadáveres, mientras se Iletia los bolsillos de dinero habido en todas las formas posibles. Se ha mandado a confeccionar un uniforme emplumado, copia del que usaba otro tirano criollo del siglo XIX("Li1ís"). Una "HISTORIA DE LA LITERATURA DOMINICANA" (escrita por J. Bala- guer) lo menciona como uno de nuestros grandes oradores y su mujer, la Excelentísima Primera Dama Doíia María de los Angeles Martínez y Alba de Trujillo y Molina, figura en esa misma obra como brillante dramaturga , ensayista, etc., aun- que todo el mundo sabe que manos ajenas les escriben los dis- cursos y los dramas, además de unas "Meditaciones Morales", llenas de frases como "la Sabiduría es lo mejor que existe. . ", que se leen en las escuelas a los alumnos. La cosa seria cómica si no fuera trágica, pues la represión está llegando a lo inaudi- to.

Todo libro impreso en el país debe serle dedicado, todo brindis deberá ser pronunciado a su persona, al oir su nombre todo dominicano deberá levantarse, apadrinar todo lo que se pueda apadrinar y se permite dar receta a los enfermos por- que 61 mismo está convencido de que tiene poder hasta para

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curar. La realidad se está tomando increíble y el aire se va haciendo irrespirable, pero, a pesar de eso y en medio de todo aquello, hay un grupo de jóvenes que comienza a tratar de hacer poesía.

3.6.1 LA GENERACION DEL 48.

La "Generación del 48" es un grupo que se inicia en una sección "COLABORACION ESCOLAR" (Diario El Caribe) auspiciada por dofía María Ugarte, en el año 1948, y que posteriormente logrará colarse en las páginas de los "CUA- DERNOS DOMINICANOS DE CULTURA", con dificultad y escogiendo los textos que puedan parecer inás inofensivos. Tienen lecturas prohibidas comunes, admiraciones comunes (Neruda, Vallejo, Miguel Hemández); serán poetas difíciles de una época difícil que escribirán poemas "publicables" y "no publicables", destinados unos a ser "depurados" (muchas ve- ces rechazados) por atemorizados redactores de periódicos y. revistas; otros para ser escondidos. ocultados y, a veces, con- vertirse en picadillo de papel o fuego. Pero, aún entre los ver- sos publicados resbala una definida conciencia social que no siempre pasa desapercibida a los censores.

Son voces muy diferentes pero coinciden en el rechazo a los postulados "sorprendidos" y buscan identificación y10 raíz en poetas anteriores nacionales y extranjeros sobre los cuales discuten con ardor, ya que no hay otros temas sobre los cuales discutir públicamente.

Alguien los definió una vez como generación de sobrevi- vientes, vencidos, vendidos, perdidos o muertos. Pero los sobrevivientes akn siguen el duro oficio de la poesía tratando de encontrar su voz definitiva para que mejor sirva a la inten- ción de lucha con que los motorizó la tiranía, aunque en dife- rentes direcciones y caminos.

Entre los muertos habría que citar a Juan Carlos Jime- nez (1 929-1 960), asesinado; a Ramón Cifré Navarro, desga- rrado por la vida y el alcohol; entre los que todavía cantan, discuten, gritan, a Rafael Valera Benítez, Víctor Villegas, Luis Alfredo Torres, Abelardo Vicioso, Abel Fernández Mejía,

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Máxinio Avilés Blonda, Alberto Peña Lebrón, Rafael Lara Cin trón, Rodolfo Coiscou Weber, otros.

*FICHAS DE LECTURAS:

LA BATALLA INEVITABLE Rodolfo Coiscou Weber (1 924)

En cada lágrima gota de sangre. Parto doloroso del triunfo y las ideas.

Contra balas, bombas, tanques, la libertad triunfante en calles y azoteas.

Y una sonrisa inmensa más inmensa que la isla, temblando, titilando en la nueva conciencia que tiene tanques en los pies, ametralladoras en los labios, y bombas en los ojos para defender el nacimiento que durante tres décadas esperó un pueblo.

PARABOLA DEL HOMBRE MUDO Máximo Avilés Blonda (1 93 1 )

Hermano de la voz rota, dulce hermano del silencio, hermano de la rosa que muere solitaria sin pedirle al rocío que refresque su muerte. Hermano del Silencio. ¡Hermano mío! Tus palabras no nacen. Mueren dentro de ti, siii liaocr iiacido. Y y o te digo dulce hermano, que a veces se mueren mis palabras. Tu silencio me habla. -Ese silencio amargo que anida en tu garganta,

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y que quiebra tus voces, y que ahueca tus gritos, Ese silencio duro que acalla tantas cosas!

Hermano de la estatua, y de la arena, donde solo nos hablan las pisadas!

Soplo de Dios sin voz para decir ternuras. Corazón que se quema sin expresar su fuego.

Hermano de la voz rota no intentes hablar, que no quiero oir tus gritos como campanas sordas.

Hermano del silencio!. Hermano mío! No quisiera decirte que tu voz es un sueño. Que tu voz.. . que la mía la de todos, son sueiios. . .

-Ya te he dicho otra vez hermano mío, que a veces se mueren mis palabras!

ELEGIA POR LA MUERTE DE UN AVE

Mhximo AvilBs Blonda (1 93 1)

¿Qué enlatada substancia, qué polvo cubrió al mundo cuando cesó tu canto tembloroso?

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!Oh, mensajero fiel de otras auroras! i Oh, ángel perseguido por la música! Silvador de la estrella. Prisionero. Cantador de la libertad que no tenías que comenzaba al borde de tu reja y nunca terminaba.

¡Tan pequefio es el mundo sin tu canto! ¡Tan lejano el amor sin el roce de tu ala! ¡Tan húmedo el alpiste sin tu pico! ¡Tan terrible el vacío que dejaste

que apenas cabe en él una palabra!

Tú debiste morir en una rama verde, o cantando en el hombro de una estatua. No debiste morir en este instante, puro cantor de ríos, que escapaste del plomo y de la flecha y quedaste entre rejas, prisionero, para mirar con tus vivaces ojos la música de un mundo que no sueAa.

No debiste morir en este espacio, en donde estamos muertos.

YO HE VISTO A MI PUEBLO LEVANTARSE Victor Villegas (1 924)

Yo he visto caer a mi pueblo muchas veces. Lo he visto en la infancia de su historia romper la tierra con sus manos, saciar la sed de los ilustres y la ciega ambición de los plebeyos; lo he visto alejarse de las minas comer lagartos y alimafías

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mientras el arcabuz y las espadas doblegaban sus flechas inocentes; pero entre tanta lluvia roja, tanto cielo y oro rojos, con su frente de sangre dura y dulce, lo he visto levantarse.

Yo he visto caer a mi pueblo muchas veces. SUS llanuI2S, SUS campos, las gaviotas que cruzan sus espumas los he visto manchados de extranjeros, de huella ajena, de cañones, de uniformes grotescos y cadáveres; han tratado de herir su lengua añosa con voces sin color y sin caminos, y en dilatada noche sin estrellas han querido aplacar su mar en furia: pero entre los fusiles y la muerte, el carcelero y las gendarmerías, con su apóstol de luz, de verbo y de pureza, lo he visto levantarse.

Yo he visto caer a mi pueblo muchas veces. En el hato, en las torres, en las ganaderfas, en la mano servil y en el pecho traidor de las medallas; han cambiado sus códigos, la bandera de todas sus sonrisas. han borrado su mapa y a otro mapa llevado sus costas y montañas, pero entre mariscales y decretos, a pesar de los sables y de la artillería, en medio delvicac y del machete, lo he visto levantarse.

Yo he visto caer a mi pueblo muchas veces, Clavado por verdugos en sus hijos de azúcar, en sus doradas playas,

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en SU plateada noche de recuerdos. Lo Iie visto callado en las ciudades cavar el aire y enterrar sus muertos, deambular en la sombra, en la sangrienta voz de los tiranos; pero entre tanta afanosa lluvia, entre el pulial y la celada, la cómplice justicia y los geófagos, lo he visto levantarse.

Yo he visto caer a mi pueblo muchas veces. Lo he visto sin sol, sin días, cubierto de alambradas, de vbmito en inglés, d e botas en inglés, d e aviones en inglés; lo h e visto desangrado en las cunetas, en las azoteas, en el jardín de sus crepúsculos: lo he visto destrozado por bazookas, cercenadas sus manos por granadas, quemados su luna, sus obreros, sus caflaverales y sus libros por el fuego de los acorazados; pero eritre tantos golpes, entre los enemigos del amor y de las flores, a pesar de los distribuidores de sombras y tinieblas, con sus hijos d e siempre, los amantes del mar y las estrellas, lo he visto levantarse!

CANTO DE AMOR A LA CIUDAD HERIDA Abelar d o Vicioso (1 930)

La ciudad n o se asoma más a las vidrieras ni habla sobre beisbol en las cafeterías. La ciudad está herida por los cuatro costados.

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Los elegantes barrios beben un vino lleno de pus amarga y en las chozas humildes el terror se dibuja sobre el rostro del hambre.

Por el Ozama bajan cuerpos de la esperanza sin que sea el tiempo justo para una dulce muerte y el mar es una línea flotante de cañones apuntando directamente al corazón.

Ah, el corazón de la ciudad latiendo a ritmo universal, el corazón herido, acorralado por los canes de presa que juegan por el mundo con la cola encendida en un triste pentágono de fuego.

Y todo porque el hombre quiere tener los labios cerca del pan, y todo porque el hombre quiere ver las vidrieras más hermosas que nunca y decir "buenas tardes" al amigo que pasa y enarnokr la brisa con palabras distintas arrebatadas al dolor.

Esto ya no se puede pedir en una isla de azúcar que amamante los lobos extranjeros sin que en seguida lluevan sobre sus calles puras los plomos a raudales.

Pero ya vendrá el día del amor. No lo dudes, amada mía, esposa mía, leve flor asustada en gestación de polen. Ya vendrá el día en que los huracanes populares detengan la agonía de un país que rechaza la noche con destreza.

El corazón de la ciudad no cesa de latir, y a su ritmo van creciendo los vientos que conducen a la acrora.

La ciudad ha poblado de luces el planeta

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y en sus patios revientan semillas de esperanza para la patria herida en primavera.

TORMENTA EN OTOÑO Juan Alberto PeÍía Lebrón (1 930)

Caminemos unidos o caminemos separados, vayamos de paseo o quedemos en casa lloremos o riamos miremos o cerremos los ojos a las cosas de este día, de este otofío que bien podría ser

(primavera o verano, si el tiempo ágil no fuese un simple muro en ruinas, un recipiente inútil de congoja donde cabe la muerte y el mundo hace girar sus rostros desolados, sus rostros ya marchitos: todo traduce una ilusión, una consciente..relación entre las formas simples de la palpable realidad.

Un paso hacia la vida conduce al mismo tiempo al sarcófago ciego de la muerte o a una siniestra habitación deshabitada donde un fantasma grita, o a la sorda agonia de pensar y callar, y puede acaso conducir al adiós, al umbral de la suerte que vigila en la sombra nuestros mínimos actos, nuestras conversaciones infantiles con máscaras que saben como gastar la poca ceniza <,ue les queda al borde del final.

Los hombres aman pocas veces, pero entre cada amor que pasa y su destino que nadie puede descifrar, ni los actores mismos del drama principal, ni el mirador alerta, queda un vacío apto para ser investigado, como curiosidad o simple pasatiempo cuando nada que hacer nos queda cada día o después de las copas que la noche nos obliga a tomar para buscar otro color perdido.

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Hay rostros decididos que, sin embargo, ocultan un gesto diferente, pero no menos verdadero, y todo sigue igual, lo mismo siempre, variando, renaciendo en relación constante; estos símbolos, estos ocultos mantos tienen su interés, porque son una fácil preceptiva, un útil dato para fijar la suerte del enigma que pocos saben cómo definir.

Todo esto y algo más, todo esto ocurre con la misma pasión con que damos un beso de despedida, con el mismo violento afán con que el ayer se mira y el maAana asoma, y no podemos decidir o elegir el instante en que ya nada ocurra, o, si ocurre no tenga mayores consecuencias queun suspiro, una lágrima fina dormida en un pañuelo, en perfecto compás con nuestro lento paso que mide la inmutable dimensión de la vida.

EL HOMBRE ACORRALADO Luis Alfredo Torres (1 935

Tocaba puertas, alzaba manos y papeles, el corrupto, el miserable, y hundía su podrida cabeza bajo el sol,

entre las gentes; pero la ciudad le negaba sus pájaros, el camarero la sonrisa y era inútil que buscara la compasión, la luz.

Andaba solo por las calles, retorcía sus manos sudorosas y miraba con miedo, con temor, a todas partes, como si de repente fuera a morir asesinado, como si de repente los ojos de alguien le cegaran.

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Entraba a los templos sigiloso, pero la noche d e los muertos le seguía (la noche trepidante que d e m b ó su orgullo) y en vano doblegó su frente, en vano clamó misericordia: los muros sólo respondían.

Y recordaba su altivez; entre las ametralladoras asesinas, su ademán cuando los sacrificios, las torturas, y h e aquí que los alegres pájaros traían un rótulo d e sangre con su nombre.

Pensar en estas cosas lo acercaba a los muros, a las bocas oscuras d e n o se sabe qué túnel

devorante y en tanto eran los cantos de vida y esperanza un fugitivo huía, alguien huía, de espaldas a todas las estrellas.

VERDAD A NUESTRA MANO Ramón Cifre Navarro (1 926-?)

Gota a gota vamos depositando nuestra pena en vasijas oscuras y humildes labradas a sollozos en la frente del tiempo.

Hemos llorado entera la orilla calurosa y sedienta del olvido, caminando la congoja que no termina nunca, llegado alguna vez al aire tibio que circunda de gozo el nacimiento de los pajaros.

Asistimos a nuestra diana muerte de modo imperturbable, con la sola premura del rumor de la brisa y la mirada suspensa del amor

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como un sonido claro que traduce nuestra misma inocencia.

Hemos cantado la vecindad de los árboles frondosos, acudido a la vera de la corrientes felices, levantados sinónimos de luz al margen de la noche cuya luna distante hace al hombre sediento.

Cargamos la vida triste en la cabeza desde el primer vagido desconsolado del tubérculo.

Así nos acercamos al callado viento, con paso equidistante del gozo y la tristeza, serenados de espuma vacilante y doliente, perdidos en la claridad que nos tiende la esperanza, sudorosos en la cerrada habitación de la existencia.

Esto se llama y ha de llamarse vida en nuestro idioma de colores dispersos.

Toda noción del mundo de este modo coincide con las trémulas manos, con las primeras hojas, con las últimas muestras de sangre de la nada.

Esto se llama, quiero que lo recuerdes, ha de llamarsevida por los siglos de los siglos.

También el amor nuestro toma hoy la parte qae le corresponde de la vida.

Basta con decirnos adiós y quitarnos el polvo del camino andado y seguir cada uno otros nuevos caminos.

CONOCIMIENTO DE LA MUERTE Rafael Lara Cintron (193 1)

BIEN podría soíiarte con los párpados verdes

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o con la luz miedosa de un suicida.

Bien podría soííarte disperso entre los pueblos, ingenio cuando alumbras los hombres de la noche que elaboran estrellas y codicias en el más dulce conocimiento de la muerte.

Bien podría soñarte, anior, creador corno a sabiendas, con los muslos crecidos enfrente de la tierra y con unos -mis labios- silbando una manera de evitar las cosechas de soldados heridos.

Bien podría soñarte, bien podría soñarte con los ojos (de Cristo

mirándose el costado. porque tal vez los tiempos preciosos de tus dedos suscitan las corrientes: el alba, los deseos, y este madrugar que persiste en mi rostro, y este fugitivo lucir, como lluvia o juguete, que no se aviene nunca con los peces y procura reñirse con los cielos.

Pero alguien me tiende tu mañana y a ratos te comprendo, y a ratos eres brisa igual que aquella nota de pradera y de sangre; que aquel cuarto de hora en agonía tendido a la ceniza concibiendo una hoguera de paz entre las hojas curvadas por tu nombre.

Pero alguien me llama a lo largo del cuerpo de las (savias,

porque lloras entero el sueño de raíces y nieblas de los (árboles

y un oscuro dolor temblando aquí en la huella.

Y un violento decir que aflora desde el aire: Oíd. Escuchad a mi hermano ahogado por la tierra.

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Y no puedo tenerte entre mis ojos: con los n~usculos turbios ni con esa tu luz miedosa de suicida.

BALADA Juan Carlos Jiménez (1929-1 969)

Este joven ha muerto: Ha muerto dulcemente en un encantamiento. Ha muerto porque, a veces, un hombre también muere.

Iba por los caminos llevando un libro entre sus manos, a veces se detenía para leer, a veces se detenía para llorar. ¿quién cerró sus ojos a la última luz del crepusculo? Cada tarde le vieron los pastores y las nubes acechar un lucero cuando caía en silencio, aspirar intensamente el fino aire hasta dejar lívidos sus labios y mirando el cielo entre sollozos suspiraba.

Este joven ha muerto. Hay en su corazón una rosa, una rosa que vibra bajo la luz en el aire sereno de un desierto, una rosa que sangra y está como cantando,, cantando para siempre en inviolable soledad,

OBREROS Lupo Hernández Rueda (1 930)

En los muelles, cargando la harina o la cosecha, guiando enormes palas o vigorosas gruas; en el campo, venciendo la espina y la sequía, con el colín, la azada o el arado;

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en el taller, la fabrica, en las minas, junto al hierro doblado, o donde el inar es la roca sin tiempo para el hombre, los jornaleros mueren gota gota, por el párpado, la espalda, el sobaco, los hombros, el sombrero, el cachimbo, la copa, y caen al muelle abrasado, caen a la tierra abierta, a las oscuras galerías. Poco a poco el sudor muere, poco a poco el hombre pasa, como el viento, como un río sin prisa, como un tren por las vegas del tiempo.

SERVICIO MILITAR Abel Fernández Mej ía (1 93 1 )

Vanios. Marchemos, Marchemos, hijos de la Patria herida, ensuciada, pisoteada, i Vamos! Marchemos, hijos d e la tiranía hermanos del desastre. Marchemos unidos por la vergüenza y el oprobio. ;Marchemos! Uno. Dos. Tres. Cuatro. Y ;rompan filas! Y ;viva el jefe! Sí, pero algún día. mailana. niarcliarenios (Un/dos! un /dos!) también por nuestra tierra (unidos, un/dos!) subiendo por las 101-iias, recorriendo los esteros, canlinando las sabanas, los haitises. las cafiadas, marcliarenios /un/dos!, un/dos!) unidos los obreros, estudiantes, los soldados.

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pescadores, campesinos, cortadores de la caña, hermanos ya en la paz, desfilando por las calles del trabajo, sin estos tristes falsos fusiles desarmados, con rifles de verdad, pero todos tomados de las manos.

PALABRAS PARA UNA MADRE MUERTA Abel Fernández Mej ía (1 93 1 )

Madre agua madrepan desconocida casi para mi hambre alimento suave que ya olvidó mi paladar pozo seco antes de saciar mi sed jcómo sofiarte (evocarte) si apenas no oivido tu dulzura lejana tu nombre bíblico y tu sabor-sabor aquel sabor tan tuyo inconfundible? Cierro los ojos (abro ahora las puertas del recuerdo) Y aquí viene tu figura frágil de maestra caminando por la tarde caminando ide prisa! en la mafiana hacia las clases (la Normal) luego sentada tiernamente junto a m i en las noches moviendo palabras suave moviendo los brazos llenos de pulseras clinc clinc aquellas manos largas los dedos con sortijas agitando cl recuero moviendo moviendo cl viento el tienipo telaraiias Iiasta dulce despcrtar un sonido a tierra-tierra recién mojada un olor a libros a tiza

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a libretas de práctica escolar y luego a tu alrededor todo un sabor a casa verdadera sabor a pan saliendo del horno recién hecho cocinado un olor a casa a sábanas limpias recién puestas a dulces trabajos de almidón y plancha y sonidos de casa un beso en maíiana ¡Buenos días! otro al atardecer ¡Buenas noches! Y luego nunca mas ya verte

solo lamentarte solo tratar de no olvidarte madreagua madrepan pozo secto tierra devastada sabor casi olvidado.

SEXTO ESCRITORIO AUXILIAR, A LA DERECHA, 1950. DIA: VIERNES

Y habiendo marcado la tarjeta, 8:00 A.M. puntualmente colgado cuidadosamente el saco en el perchero: buenos días, Don Manuel jcómo está Ud., Don Rafael Augusto? ¡hola, José! Luego desde aquí simple-

mente adivinando nubes, lejos el mar, afilando lápices, soñando, casi viendo velas verdeazular por la ventana, el mar. Luego el archiv. Sí, Don Ramón, jclaro', idesde luego! El archivo, luego los retratos, las paredes y las sillas giratorias, las mesas. Papel carbón largo. Bond Standard (2 resmas), la Copybook, el mar y sobre el mar las nubes, las gaviotas lejanas, y las paredes, el reloj TIC TAC, los alma- naques, C. A. Tabacalera, San Ra- fael: Monumento a la Excelsa Paz de Trujillo, C. por A. San Rafael. Un barco, el mar,

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carbonero, prisionero del destino en un puerto, Bécquer, las oscuras golondrinas y el Generalísimo Dr. Rafael L.Trujillo, nunca de perfil, siempre de frente y medallas, charreteras, el bicornio. El retrato de Twil lo Padre, La Divina Provindencia, Trujillo Hiio, Trujillo Madre, Trujillo Esposa, El Papa Pio XII, Trujillo El Hermano Presidente entre los clips, las má- quinas los papeles en la Gavetes de los escritorios y la benemérita sombra de TNil lo (Rafael Leonidas) El Benefactor, lejos el mar, peces, algas, redes pelícanos, allá lejos, el mar. ¡Despierta! EL COMUNISMO AMENAZA LAS SAGRADAS TRADICIONES DE LA FAMILIA CRISTIANA. EL COMU-

NISMO ACECHA TU MORAL TRUJILLISTA. EL COMUNISMO DESTRUYE

LOS VALORES

AUTOCTONOS DE NUESTRA SOCIEDAD. TRUJILLO: DEFENSOR DE LA DEMOCRACIA EN

AMERICA. ¡VIVA

TRUJILLO! y las paredes, los escritorios, lejos el mar, allá lejos, húmedos de sal, están los peces, los pelícanos, el mar.

"POEMA DE LA BUSQUEDA PRESENTE" Rafael Valera Benítez (1 928)

Se adueñan del crepúsculo las cosas. . .

La vida en tanto cubre sus pupilas con manos de viento herido por reproches. Yo estoy aquí. Vertical aún. Formando una ambulante cruz con mi sonrisa para morirme cada día.

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Hay un vuelo de palomas s angrando el alba.

Ellas n o saben que el alba es la niñez del día

-su n3ez con pétalos de fuego- su infancia hecha preludio para la fiesta de luz que se avecina. La fiesta de los frutos anhelosos, la fiesta

de las hojas ebrias de un alborozo verde. . .

(Ellas n o saben que el alba es una madre que presiente la cosecha).

Yo me pongo a pensar en muchas cosas y envejece de miel su nombre en mis palabras, envejecen los niños en mis ojos -pertenencia ilimitada de llanto- y además una muchacha triste con su diario vestido que no conoce hermanos,

único vestido en todo el sazonado fruto de su cuerpo.

Unico antifaz para el inédito vergel de sus encantos.

Yo estoy aquí, con lágrimas liablándome, queriendo ser lo mismo, lo inisnio que antes fuera en sus modales.

La vida en tanto, llora en los rincones de espaldas a la calle. . .

Contemporáneos, aunque no agrupados en esa "Genera-

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ción" que no es generación, sino poetas de diferentes motiva- ciones, contradicciones, admiraciones, tonos, acentos y proble- mas, son, crecidos para la misma época, los poetas Marcio Ve- loz Maggiolo, Enriquillo Rojas, Ramón Fracisco, José Goudy Pratt, Rómulo Medrano Marte, y Juan Sánchez Lamouth, una de las mejores voces de esa etapa "imperial" que terminó bruscamente con el sacrificio de los guerilleros de 1959.

Luego entonces, una noche de 1961, ajusticiaron al tira- no para que la Patria pudiera amanecer.

FICHAS DE LECTURA

ALUVION DE LA INFANCIA Enriquillo Rojas Abreu (1 920)

Soy el mismo de siempre. No aprendí nada nuevo en este mundo de hombres. Soy como un aluvión hecho de infancias muertas. No añadí ni un adarme de ciencia o arte humanos a este poco de instinto que Dios puso en mis manos. Me he quedado mirando la obra que otros hacen. No he tomado un fusil ni empujado arado. Todavía no he tenido mi primera batalla. Soy un comtemplativo de los cielos del Giotto. Soy el resorte roto de una voluntad muerta. Soy menos útil que una puerta. Soy menos funcional que una ventana, Soy menos que un camino. Soy menos que una herida. Soy menos que un sollozo.

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No hay duda, hermanos míos, me he quedado poeta.

TARDANZA Enriquillo Rojas Abreu (1 920)

En casa del anticuario sólo encontré esta mañana un asa griega sin ánfora y una vieja empuñadura sin espada. Se ve que llego tarde, siempre después del vino o la batalla.

ESTE DIA Ramón Francisco

Un día, un día cualquiera, un solo día, con la base del mundo quebrantada bajo los pies, junto a hombres jóvenes muertos, muy muertos junto un pedazo de sol en los labios y un poco de mar distante entre las manos.

Un día en que los r íos se humedecen y asoman sus cauces tímidamente, camino a las montañas. sin música en los ojos, flagelado por la lluvia que golpea las cabezas que duermen sobre las piedras, las cabezas no despertadas de este sueño encendido.

Un día solo, digo, en que basta un pedazo de silencio brevemente repartido como alimento amargo en que los huesos crujen por un frío que penetra sin aviso en los cuerpos. . . un día cuyas paredes desprendidas del tiempo pretenden ahogar en la garganta nuestra vida.

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Este día yo, cansado, me eclio a dormir sobre las secas hojas que el viento recostó sobre la tierra. y en este lecho al fin del plazo mi lento agotamiento. Me rebelo, bajo las sonibras de los árboles me rebelo y doy mi pecho al sol y a la brisa que traen tus manos reposadas.

Estc día tú me das en el rostro con una fuerza que estalla mis ojos de alegría y mi espacio se ensanclia bajo los pies y la tierra no basta. . .

Yo estaba allí, hundido entre las sombras, las manos tocando levemente la adulta frente, debajo de Iioinbres recientemente muertos, viendo caer la vida al lado de inis hombros sacudiendo una lucha desesperada con la muerte entre oscuras lágrimas que cubrían mi rostro.

Yo estaba debajo d e los sitios donde enterraron aquellos blancos cadáveres, con u n miedo en los ojos que me hacía girar sobre una danza helada.

Con u n angustia colgada de los párpados nostálgicos y con las manos frías, frías y vacías las manos, y cerradas.

De repente creí en esta rioche larga que envolvía en un velo doloroso a mi alma, de repente con mi deseo inmóvil me dejé navegar r ío de sangre dolorida abajo, de repente creí que esta ansia de vivir ya n o bastaba. . .

Pero u n día así, un día solo, u n día como este

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en que oigo rumor de músicas que llegan a encender estos pechos encerrados yo entonces ardo como una llamada dilatada y levanto en mis manos la vida que tú traes colgando de los labios. Este día, ya cansado, tú me haces dormir sobre un vasto lecho de risueñas hojas, y hundo mi rostro entre tus manos que recobran mis mejillas agotadas. y emerjo como una lluvia nueva que reconforta mis campos asolados.

En este día así, en fin, en este dia solo, tú le pusiste nombre a la sonrisa.

DESCRIPCION DE UN KINDERGARTEN Juan Sánchez Lamouth (1929-1 968)

A. B. C para los niños blancos el jardín de la alegría. para los niños negros, hambre, dolor y agonía; las aulas se ven unidas, pero están desunidas: este horrible kindergarten en el jardín de los muertos.

A. B. C. para los niilos blancos, cielos, juguetes, belleza. para los niños blancos, odio, sangre, desaliento:

A. B. C. ya los niños blancos escriben puedente, río, bicicleta, ya los niiíos negros escriben

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cadena, dolor, misería: n o sé por qué son tan tristes estas escuelas de América.

LO QUE MAS SE PARECE AL AMOR SOBRE LA TIERRA

La culebra es lo que más se parece al amor sobre la tierra. Más que el manzano y aquellas hojas anchas. oscura, oscura, oscura es la palabra amor cuando sabemos que una mujer nos suelda sus anillos. Yo n o quiero mirar el verde lienzo donde hay un río que eleva su comente en deseos de nidos y de frutas.

La culebra es lo que más se parece al amor.

Cuando el amor husmea la ruta de los besos. serpea y se enrosca en la madera de todos los olvidos.

Decir culebra y amor casi es lo iiiismo porque la culebra es lo que niás se parece al amor sobre la tierra.

LOS HOTELES BARATOS

Aquí se reorganiza nuevamente el dolor de los racimos; aquí lo poco es batante y los espejos huelen a tristeza; huéspedes sedientos gozan al olfatear las viejas copas.

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Son las últimas manos del juego de la vida, las últimas voces de los espiritistas, los últimos frutos de la tierra. Hoteles baratos, locales musicales de los duendes, aquí en los domingos no vuelan golondrinas: territorio de culpas habitado por la predilección de los tormentos; honda correlación de miembros empolvados, de beodos, ladrones y rameras. Aquí se ven los símbolos exactos de los que falsifican amuletos; el incubo y el súcubo florecen en los techos en donde nunca vuelan vientos frescos. Aquí hasta las arañas pertenecen a los sepultureros. Hoteles baratos, buhardillas de murciélagos, locales de cuchillos levantados, locales siempre sucios de secretos.

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I N D I C E

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......................... 1 . jQuC cosa es la poesía? 1 ................... 1 . 1. $ara que sirve la poesía? 2

.................................... 2 . Raíces 3 2.1 LosTaínos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.2 Literatura Colonial 5 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 3 Literaturapopular 7

3 . Cultura Dominicana/Literatura Dominicana . . . . . . . . . . . 10 . . . . . . . . . . . . . . . . 3.1 Neoclasicismo. Romanticismo 11

. . . . . . . . . 3.1.1 El Indigenismo y sus continuadores 15 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.1.2 El Cnoliismo 19

. . . . . . . . . . . . . . . . . 3.1.3 E1 Post-Romanticismo 21

. . . . . . . . 3.2 La Renovación Estilística: El Modernismo 28 3 3 La Renovación Lingüística: Vedrinismo/Postumis-

mo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.3.1 Vedrinismo 42 ........................ 3.3.2 Postumismo 46

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.33Los"Nuevos". 52

................. 3.4 os "Independientes del 40" 57 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 5 Los Poetas Sorprendidos 79

. . . . . . . . . . . . . 3 6 Auge y Decadencia de una Tiranía 89 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.6.1 La Generación del 48 90

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.6.2 Voces Sueltas 107