A renacionalizar la industria eléctrica

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¡A RENACIONALIZAR LA INDUSTRIA ELÉCTRICA! ¡Vamos a ganar! José Antonio Almazán Glz. Jubilado del SME 10 de enero de 2012

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Abajo las altas tarifas electricas y arriba la nacionalización

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¡A RENACIONALIZAR

LA INDUSTRIA

ELÉCTRICA!

¡Vamos a ganar!

José Antonio Almazán Glz. Jubilado del SME

10 de enero de 2012

¡A renacionalizar la industria eléctrica!

José Antonio Almazán Glz.

Con incrementos superiores a 125 % en el precio medio de la tarifa doméstica,

entre 138% y 144% en tarifa industrial, 107% en tarifa comercial, 81% en agrícolas y 83%

en servicios, del 2000 a la fecha, la electricidad en México se ha convertido en una

mercancía de lujo que coloca a más de 31 millones de usuarios domésticos en la

disyuntiva mensual de “pagas la luz o comes”, contradiciendo una de las muchas

promesas incumplidas de Calderón quien en 2006 se comprometió a bajar el precio de la

electricidad. Estos desorbitados incrementos colocan a México en el rango de los países

con las tarifas eléctricas más caras del mundo —muy por encima del incremento del Índice

Nacional de Precios al Consumidor (59%) y del “crecimiento” de los salarios mínimos

(54%) en los últimos 11 años— Todo ello a consecuencia de la creciente privatización de la

industria eléctrica iniciada por el priísta Carlos Salinas de Gortari en 1992 y en virtud de la

cual CFE avanza hacia una bancarrota similar a la provocada, deliberadamente, para

extinguir a Luz y Fuerza del Centro y golpear criminalmente al SME. Los únicos “ganones”

son las empresas privadas extranjeras, como Iberdrola, Mitsubishi, Unión Fenosa, cuya

sola presencia vulnera el párrafo sexto del artículo 27 Constitucional. Los perdedores son

la Nación y el Pueblo de México. En este contexto, hablar de renacionalización de la

industria eléctrica y una tarifa eléctrica justa, pareciera remontarnos a los años 60, cuando

las ligas de consumidores electricistas y el SME, expresando el descontento popular, pero

también de sectores empresariales, demandaron y lograron con el gobierno del

presidente Adolfo López Mateos la Nacionalización Eléctrica.

El problema de las altas tarifas eléctricas en México se remonta a mediados de los

años 70, pero se acentuó a partir de la década de los 80, con la imposición del modelo

neoliberal en México, iniciado por gobiernos del PRI. Sin embargo, el mayor mérito les

corresponde a los gobiernos de Fox y Calderón. Al primero por su arbitraria y antipopular

tarifa Doméstica de Alto Consumo (DAC) y al segundo por el golpe fascista asestado al

SME, calificándolo como una de sus grandes reformas estructurales. Los números hablan

por sí mismos. Pagada en dólares y con ingresos promedios 8 veces superiores a los

salarios mexicanos, en diversos estados de nuestros vecinos del norte, el precio de las

tarifa doméstica e industrial es más barata que en México. Pero no solo frente al imperio

del norte: en países de mayor pobreza o mejor distribución del ingreso, como Haití,

Nicaragua, Venezuela, España, Francia, Brasil, Ecuador, el precio de la electricidad es más

bajo que en nuestro país.

Una revisión de las finanzas de la CFE de 2000 a la fecha muestra el terrible

impacto de la privatización. Con pérdidas crecientes en sus resultados financieros y de

explotación, una deuda de 603 mil millones de pesos, CFE enfrenta un catastrófico futuro

que en unos años la llevarán a la quiebra ó a convertirse en una “sucursal” de cobro al

servicio de las empresas españolas, japonesas, estadounidense, etc, que ya controlan más

del 50 % de las plantas de generación en México. Por el contrario, las únicas beneficiadas

con el desastre eléctrico de CFE y las altas tarifas eléctricas son las empresas privadas

extranjeras que acumularán ganancias de 1 billón, 320 mil millones de pesos para los

próximos 20 años.

La última calificación de calidad en el suministro de energía eléctrica

(interrupciones y fluctuaciones de voltaje) del Foro Económico Mundial en su Global

Competitiveness Report 2011-2012 coloca a CFE con 4.3 puntos (en una escala de 1 a 7)

de un total de 142 países. Muy por debajo de Reino Unido y Francia (6.7), Canadá (6.7),

Barbados (6.3), Estados Unidos, España y Uruguay (6.0), Chile (5.8), Costa Rica, Namibia

(5.6), Trinidad y Tobago (5.5), Panamá (5.3), Colombia (5.2), Guatemala (5.1), Puerto Rico

(5.0), Perú y Brasil (4.9), El Salvador (4.8), Irán y Turquía (4.7), Egipto (4.6), Gambia (4.4).

Salta a la vista que el slogan “CFE, empresa de clase mundial” es solo un recurso

publicitario para ocultar su corrupción, desastre financiero y pésimo servicio.

El problema de las desorbitadas tarifas eléctricas y del futuro de la industria

eléctrica en México no tiene solución en el marco actual del neoliberalismo y de la

creciente privatización eléctrica. La palabrería del PRI que medra políticamente con el

problema solo busca obtener votos, pues avalaron la extinción de Luz y Fuerza y apoyan la

privatización. Tampoco se resuelve con exhortos de diputados y senadores dirigidos a un

gobierno insensible a los reclamos del pueblo. Resolver el asunto de las elevadas tarifas

eléctricas requiere de cirugía mayor. Comenzando con la Renacionalización de la industria

eléctrica en estricta aplicación del artículo 27 constitucional, dando por terminada los

ilegales permisos otorgados al capital privado y aboliendo la contrarreforma a la Ley del

Servicio Público de Energía Eléctrica promovida por Salinas de Gortari en 1992.

Otorgando energía eléctrica gratuita a los sectores de la población con consumos

bimestrales menores a 200 KW. Derogando la antipopular Tarifa DAC. Cancelando los

adeudos pendientes a millones de usuarios domésticos, derivados de los cobros locos de

CFE. Suspendiendo los ilegales cortes de luz. Reduciendo el precio de las tarifas eléctricas

un 50% y congelando su precio para reactivar el mercado interno. Y por supuesto

derogando el inconstitucional decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro.