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INTRODUCCIÓN Los estudios sobre el caciquismo y la política durante la Restauración han sufrido una profunda renovación. Desde que Varela publicará su obra “Los amigos políticos” 1 , la visión sobre el poder y su ejercicio ha sufrido un enorme vuelco 2 . La historiografía reciente considera el poder de una manera pluriforme, cuestio- nando una visión en la que el poder lo osten- ta el Estado, al que obedecen el resto de ins- tancias y ciudadanos. Se afirma que el poder es relacional, y se construye a partir de las interrelaciones con el entorno y la sociedad, y no basándose en una relación de mero sometimiento y dependencia del cacique 3 . Un poder ejercido en equilibrio, entre la ten- sión de satisfacer, atender y defender los intereses locales, y la de ejecutar y desarro- llar las decisiones estatales, ayudando a con- solidar el poder central 4 . Esta visión ha supuesto prestar una mayor atención a lo local, como espacio fundamental donde se desarrolla, ejercita y vive el poder político, espacio de relaciones donde la presión y el diálogo de la sociedad con el “intermediario político”, es observa- ble y analizable 5 . Desde esta perspectiva contamos ya con algunos estudios para el caso palentino 6 . PITTM, 89, Palencia, 2018, pp. 89-113, ISSN 0210-7317 A MÁS CACIQUE, MENOS AYUNTAMIENTO. LA ARTICULACIÓN DEL PODER LOCAL EN PALENCIA ENTRE 1875 Y 1923 Fco. Javier de la Cruz Macho Doctor en Historia RESUMEN: El poder político, durante la Restauración es pluriforme, construyéndose a partir de interrrrelacio- nes con el entorno y la sociedad. El poder es una relación de equilibrio entre el Estado y los ciudadanos, en el que caciques y Ayuntamientos actúan de intermediarios. La ciudad de Palencia ejemplifica bien ese carác- ter de mediación del Ayuntamiento y del cacique, permitiendo mostrar las direrencias que suponen el prota- gonismo de uno u otro. PALABRAS CLAVE: Palencia, Poder político, Caciquismo, Ayuntamiento. THE MORE CHIEFTAINS, THE LESS LOCAL GOVERNMENT. THE ARTICULATION OF THE LOCAL GOVERNEMENT IN PALENCIA BETWEEN 1875-1923. ABSTRACT: The political power during the restoration of the Spanish Monarchy (in 1873) is multifaceted, and was built from interrelationships within the social setting. Power is a relationship of balance between the State and the citizens, where chieftains and city councils act as mediators. The city of Palencia is a good example of the mediation character of the city council and chieftains, thus showing the differences that the prominen- ce of one or the other involve. KEY WORDS: Palencia, Political power, Chieftainship, Local government.

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INTRODUCCIÓNLos estudios sobre el caciquismo y la

política durante la Restauración han sufridouna profunda renovación. Desde que Varelapublicará su obra “Los amigos políticos”1,la visión sobre el poder y su ejercicio hasufrido un enorme vuelco2.

La historiografía reciente considera elpoder de una manera pluriforme, cuestio-nando una visión en la que el poder lo osten-ta el Estado, al que obedecen el resto de ins-tancias y ciudadanos. Se afirma que el poderes relacional, y se construye a partir de lasinterrelaciones con el entorno y la sociedad,y no basándose en una relación de mero

sometimiento y dependencia del cacique3.Un poder ejercido en equilibrio, entre la ten-sión de satisfacer, atender y defender losintereses locales, y la de ejecutar y desarro-llar las decisiones estatales, ayudando a con-solidar el poder central4.

Esta visión ha supuesto prestar unamayor atención a lo local, como espaciofundamental donde se desarrolla, ejercita yvive el poder político, espacio de relacionesdonde la presión y el diálogo de la sociedadcon el “intermediario político”, es observa-ble y analizable5. Desde esta perspectivacontamos ya con algunos estudios para elcaso palentino6.

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A MÁS CACIQUE, MENOS AYUNTAMIENTO. LA ARTICULACIÓN DEL PODER LOCAL EN PALENCIA ENTRE 1875 Y 1923Fco. Javier de la Cruz MachoDoctor en Historia

RESUMEN: El poder político, durante la Restauración es pluriforme, construyéndose a partir de interrrrelacio-nes con el entorno y la sociedad. El poder es una relación de equilibrio entre el Estado y los ciudadanos, enel que caciques y Ayuntamientos actúan de intermediarios. La ciudad de Palencia ejemplifica bien ese carác-ter de mediación del Ayuntamiento y del cacique, permitiendo mostrar las direrencias que suponen el prota-gonismo de uno u otro.PALABRAS CLAVE: Palencia, Poder político, Caciquismo, Ayuntamiento.

THE MORE CHIEFTAINS, THE LESS LOCAL GOVERNMENT. THE ARTICULATIONOF THE LOCAL GOVERNEMENT IN PALENCIA BETWEEN 1875-1923.ABSTRACT: The political power during the restoration of the Spanish Monarchy (in 1873) is multifaceted, andwas built from interrelationships within the social setting. Power is a relationship of balance between the Stateand the citizens, where chieftains and city councils act as mediators. The city of Palencia is a good exampleof the mediation character of the city council and chieftains, thus showing the differences that the prominen-ce of one or the other involve.KEY WORDS: Palencia, Political power, Chieftainship, Local government.

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No es de extrañar que el profesor Vare-la, años más tarde, afirmase de la Restaura-ción que

“… los caciques son mucho más intere-santes que los lugares donde no haycaciques. El problema de este país noera Gamazo, sino las regiones donde nohabía gamazos y donde prácticamentelo que había era el barullo de Gober-nación. Es decir, un país donde la atoníasocial era grande y donde interesesestructurados eran muchas vecespequeños, había zonas importantes delpaís donde la presencia del Ejecutivoera absolutamente abrumadora, y habíaotros como Castilla donde eso estabamás equilibrado y los intereses locales,caciquiles o no, sí tenían un peso mayory por lo tanto el equilibrio en la discu-sión de poder con el poder central eraun poco más equilibrado7”

Pero incluso esta afirmación del profesorVarela Ortega no termina del ser del todoacertada. La no existencia de un cacique, notiene por qué suponer un caos, ni una falta dedefensa de los intereses locales, ni incluso undesequilibrio en las relaciones entre poderestatal y poder local. Porque la cuestión esque el poder no se ejercitaba desde el Estadoy desde los partidos, sino desde abajo, desdelas demandas locales y estas podían articu-larse a través de la figura de un cacique obien a través del propio poder municipal.

En este artículo pretendemos mostrar, nosolo esa construcción del poder desde abajo,sino que la articulación de las necesidadeslocales puede partir desde el Ayuntamientoo desde el cacique, ambos intermediarioseficaces de los intereses locales. Si bien, la

existencia o no de una cacique supone unaserie de diferencias, que trataremos de mos-trar, en cuanto a la caracterización socio-profesional que compone el Ayuntamiento,el protagonismo del Ayuntamiento y lainversión municipal/estatal en la ciudad. Esadiferencia podríamos expresarla con la ideaque da título a este trabajo: “a más caciquemenos Ayuntamiento”, sin que ello supongauna merma en la articulación del poderdesde abajo.

Para ello analizaremos en dos bloquesdistintos a los alcaldes y su gestión munici-pal entre los periodos 1875-1902 y 1902-1923. El primero sin la presencia de un caci-que en la ciudad, y el segundo bajo la direc-ción de Abilio Calderón como diputadopalentino y líder del partido conservador enPalencia. Este análisis nos permitirá ver ladefensa de los intereses ciudadanos enambos periodos, el cambio que se produceen el liderazgo de los mismos y la pérdidade protagonismo del Ayuntamiento.

2.- LOS ALCALDES DE LA RESTAU-RACIÓN

Desde el 8 de enero de 1875 al 1 deenero de 1902 ocuparon el sillón, de laalcaldía municipal de Palencia, 18 personasdurante 21 alcaldías (Román Vélez en dosocasiones y Pedro Romero en tres).

2.1.-Caracterización socio-económica delos alcaldes del periodo. Empresariosdinámicos y grandes propietarios urba-nos.

No existe un sector profesional claveque permita caracterizar a este grupo, sien-do su rasgo más característico su diversifi-cación inversora y productiva. Ejemplificabien al grupo Pedro Romero Herrero, dueño

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de una fábrica de telares, otra de embocarvinos, producción de yeso, serrería demadera, despacho de negocios, sistema dediligencias, casetas de baño, constructor,funcionario en Hacienda, representante deTabacalera, cofundador de bancos y periódi-cos, etc.… Al igual que Pedro Romeromuchos de los alcaldes de este periodo mez-clan actividades industriales, comerciales yde servicios, condición a la que sólo parecenescapar aquellos que desarrollan una profe-sión en base a su titulación universitaria.

De hecho podríamos dividir a los alcal-des de este periodo en dos grupos, uno vin-culado al mundo productivo y comercial,con una gran diversificación inversora,equivalente a 2/3 de los alcaldes del perio-do, y otro grupo, que conformaría casi elotro tercio de alcaldes, dedicado únicamen-te a su actividad profesional.

Dentro de esta diversidad tiene una cier-ta relevancia el sector vinculado con la hari-na, ya que diez de ellos mantienen algunaactividad relacionada con la venta-especula-ción de harina o elaboración de pan. Res-pecto a los profesionales, destaca el ejerci-cio de la abogacía.

De especial relevancia es el análisis delas propiedades urbanas de este grupo dealcaldes. Tenemos registradas al menos 175propiedades urbanas, la mayoría de las cua-les son edificios completos. Eso supone quela media es de casi diez propiedades urbanaspor alcalde. No obstante hay importantesdiferencias entre el principal propietarioLuis Martínez de Azcoitia, con más de 30propiedades, y Eduardo Raboso, que notenía ninguna, dada su movilidad laboralderivada de su condición de catedrático deinstituto. La siguiente tabla nos muestra elreparto de propiedades urbanas por alcalde.

Fuente: Elaboración propia

Podemos observar que 11 de los 18alcaldes, casi las 2/3 partes, tienen 5 o másfincas urbanas en la ciudad, fincas que,como decimos, son de gran tamaño ya quesuelen ser propietarios del bloque entero.

Estas casas están situadas en las princi-pales calles de la ciudad. 75 de ellas se sitú-an en calle Mayor Principal, plaza MayorPrincipal, Don Sancho y Burgos. Es decir noson propiedades marginales. El resto decasas se ubican también en algunas de lasmejoras calles de la ciudad: Ramírez, SanJuan, Tarasca, Marqués de Albaida, Corre-dera8, Plaza de León, Virreina, San Miguel yalrededores, Plaza de la Catedral etc.…

Además la mayoría de estos alcaldesaparecen en las listas de principales contri-buyentes de la ciudad que publica el Ayun-tamiento, algunos de ellos entre los 20 pri-meros contribuyentes. Son, por lo tanto, per-sonas con un elevado perfil económico den-tro de la ciudad.

2.2.-Alcaldes del turno, Ayuntamientosajenos al mismo

Respecto a la ideología de los alcaldes,ésta va a respetar el turno establecido, dán-dose un empate técnico entre los alcaldespertenecientes al canovismo o liberalismoconservador y los pertenecientes al sagastis-mo o liberalismo progresista, ya sea comofusionistas o gamacistas. De los 18 alcaldesdel periodo 8 fueron conservadores y 8 pro-gresistas. Dos son las excepciones a esta

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Nº de fincas 0 2 2 4 5-9 10 ó +

Nº de alcaldes 1 2 3 1 3 8

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situación, la alcaldía republicana de CiriloTejerina9 y la del Tradicionalista NazarioPérez Juárez10. Nazario fue elegido concejalel 1 de julio de 1899, con tan sólo 68 votos,siendo el concejal electo con menor númerode votos11 y nombrado alcalde con no pocasdificultades.

Teniendo en cuenta estos dos hechos, sirealizamos una comparación entre el colorpolítico de la alcaldía y el del gobierno,vemos una concomitancia casi absoluta.

Por lo tanto los alcaldes respetaron elturno de forma pacífica y legal y los alcaldesejercieron su cargo en virtud del nombra-miento de gobierno. Sólo en los inicios delperiodo se dieron dos alcaldes fusionistasbajo un gobierno conservador, el primero de

Pedro Romero, con carácter interino y elsegundo el de Higinio Martínez de Azcoitia.Ambos habían pertenecido a la Unión Libe-ral durante el Sexenio Revolucionario.

Que en las alcaldías se respetase el turnono quiere decir que éste tuviese una trasla-ción automática en los resultados electoralesde las contiendas municipales. De hecho elconservadurismo estuvo casi siempre enminoría y, aunque los mejores resultadoselectorales los obtuvo el progresismo, lapresencia de partidos ajenos al turno fuesiempre constante y destacada, como pode-mos ver en la siguiente tabla.

Esta presencia de partidos ajenos alturno, así como la decadencia del partidomoderado en la ciudad, se pone claramente

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de manifiesto en la siguiente tabla que sinte-tiza los resultados de las elecciones a conce-jales de este periodo.

Queda claro que el número de conceja-les que no pertenecen a los partidos delturno es elevado ya que supone la terceraparte de la representación total que corres-ponde, mayoritariamente, al partido republi-cano, ya que sólo 6 son del partido carlista y5 independientes. El número de concejalesrepublicanos durante el periodo es inclusosuperior al de conservadores.

Por lo tanto mientras el color político delas alcaldías respetará, con algún breve inci-so, el turno establecido en el gobierno nacio-nal, la composición del Ayuntamiento es, sinembargo, más plural. No es este un casoexclusivo de la ciudad de Palencia, sino quees un fenómeno observable en Ayuntamien-tos de otras localidades como Manresa16,Valladolid17, Alicante18, ciudades sobre lasque existen estudios y valoraciones sobre losresultados en las elecciones municipales yque cuestionan esa visión del caciquismoque desde arriba tiende sus redes hasta elúltimo rincón, a la vez que cuestiona la des-movilización ciudadana como estructura deplausibilidad del caciquismo.

2.3.-La gestión de la ciudadDurante estos años el Ayuntamiento

llevó a cabo una frenética actividad destina-da a mejorar urbanísticamente la ciudad.Los sucesivos Ayuntamientos desarrollaron

una ingente labor alineando calles, mejoran-do las aceras, las bajantes,… Las alineacio-nes no se hicieron sólo aprovechando lasobras de reparación de casas de particulares,sino que el Ayuntamiento tomó la iniciativa,expropiando casas y solares. Esa gran canti-dad de expropiaciones permitió que lascalles de la ciudad adquiriesen un ciertoorden y presentasen un recorrido más linealen vez de ser sinuosos paseos. Las fachadasde las casas pasaban a estar a la mismalínea, sin crear recovecos ni entrantes. Laciudad se armonizaba.

Es en esta época cuando las acerasempiezan a embaldosarse. Desde 1884 la ciu-dad cuenta con aceras embaldosadas. En1888 será la Calle Mayor la que vea como susaceras se embaldosan19, al igual que el reciéninaugurado templete del Salón. La marchadel embaldosado será luego imparable reco-rriendo otras calles de la ciudad: Corredera,Estrada, Misericordia, Plaza de la Catedral,etc.… A principios del siglo XX buena partede las aceras de la ciudad tenían baldosas.

Estas medidas fueron complementadascon otras como la eliminación de estercole-ros, de las zonas donde el agua se estancaba,la obligación de colocar bajantes, las mejo-ras en la canalización del agua y el aumentode la construcción de alcantarillas.

Pero no sólo fueron normas urbanísticaso reformas y mejoras de las calles, sino queeste periodo vivió la fiebre constructora másimportante de todo el periodo. Las obras

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Fuente: Elaboración propia

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públicas realizadas por el Ayuntamiento fue-ron muchas y de gran envergadura.

Una de las primeras obras fue la coloca-ción de un monumento en la Plaza de Leónpara reemplazar el dedicado a Copeiro yBarroso, fusilados durante el reinado de Isa-bel II acusados de conspiración revolucio-naria.

En 1875 se culminaron las obras delPabellón del Mercado de Granos, situado enla Plaza de la Maternidad que en 1890 fuevendido a la Diputación para convertirlo enuna estación enológica.

Se retomó también la actividad cons-tructiva del nuevo Consistorio, tomándoseposesión del mismo el 1 de septiembre de187820. Poco después se construyó en él unacapilla a San Juan Bautista y se colocó unreloj en su fachada21. El final de las obrasdel ayuntamiento supuso también el arreglodel entorno, en concreto de la Plaza Mayor,la cual se convirtió en plaza ajardinada,dotándola de bancos y farolas22.

En 1892 vería la luz la construcción deun Cuartel para la Guardia Civil que se ubi-cará en la Avenida de San Pablo, fuera delperímetro amurallado. Se daba tambiénsolución a un problema derivado desde lacreación de este cuerpo de seguridad, aldotarle de un cuartel, mejorando sensible-mente sus condiciones.

Otro espacio objeto de atención fue elParque del Salón Isabel II. En 1881 se cons-truyó una fuente ornamental, se dotó al jar-dín de una valla que lo delimitaba y se cons-truyó un pórtico de hierro con base de pie-dra en su acceso. Entre 1885 y 1887 se llevóa cabo una mejora de los jardines con lacontratación de un jardinero que los super-visó y se encargó de su rediseño. Además seamplió el número de bancos existentes y se

dotó a la bancada corrida de piedra de unrespaldo de hierro. También se encargó laconstrucción, al fundidor local Petrement,de un Templete donde desarrollar los con-ciertos de música y un Kiosco en el que ser-vir refrescos tan demandados en los días deverano.

Entre 1888 y 1891 el Salón se amplióprimero con la incorporación del terreno delantiguo tinte de Maldonado y posteriormen-te con el derribo de la antigua ermita deRocamador. Más adelante, tras ser adquiri-das las Eras del Mercado, también se incor-poraron al terreno del Salón, aunque, dadoel auge que los “velocípedos” iban teniendoen Palencia se decidió construir un velódro-mo en esos terrenos. También en este espa-cio se instaló un invernadero que alimentarade plantas al parque.

Otra obra de singular importancia fue laconstrucción de una Plaza de Abastos. Fueen 1894 cuando se aprobó su construccióndefinitiva quedando la ejecución de los pla-nos y del proyecto a cargo del arquitectomunicipal Juan Agapito Revilla. Se inaugu-ró bajo la alcaldía de Emilio Romero, dotán-dola del mobiliario necesario y de luz eléc-trica. Además en las afueras del Arco delMercado se levantó un nuevo matadero,sacando este servicio del perímetro amura-llado de la ciudad, ganando en higiene. Selevantaron también unas nuevas paneraspara el Pósito.

Hay que añadir el surgimiento de nuevascalles como la conversión del Patio de Cas-taño en zona de paso, o la apertura de lacalle Don Miro. Importante en este aspectofue el derribo de los martillos del conventode San Francisco comunicando la PlazaMayor y la Plaza de la Maternidad.

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En el ámbito educativo la actuación fueenorme. Se creó una escuela de párvulos decarácter municipal que atendiese a las/oshijas/os de los jornaleros y trabajadores. Seinició la edificación de un nuevo local paraescuelas en el arrabal de Paredes del Monteen 1880 y se puso en marcha una escuela deArtes y Oficios, iniciativa surgida del Ate-neo.

Muchos de los edificios donde se alber-gaban las escuelas eran viejas casas alquila-das que contaban con pésimas condicionesque continuamente necesitaban de mejoras.Ello llevó al Ayuntamiento a plantearse unamejora en las condiciones de las Escuelas,construyendo dos nuevos edificios que aco-gerán a los alumnos del segundo distrito yde la Puebla. Fue esta la gran obra educati-va del momento. El 4 de septiembre de 1886se inauguró el primer grupo escolar, sede delactual colegio Jorge Manrique. A finales de1897 se ponía en marcha el grupo escolar dela Puebla, actual de Modesto Lafuente, quesupuso también una mejora del entorno delParque del Salón que veía desaparecer algu-nas casas ruinosas y en mal estado, surgien-do un edificio de bella factura que mejorabael entorno.

El crecimiento de la población, aunqueno excesivo, pero sobretodo la mayor preo-cupación por la higiene, así como las nece-sidades crecientes de agua en la pequeñaindustria local, derivadas de la incorpora-ción de las máquinas de vapor, hicieron delaumento del caudal de las aguas, una nece-sidad permanente. Tadeo Ortiz llevó a cabouna mejora de las cañerías, sustituyendo lasantiguas de barro por otras de hierro, seconstruyó además un depósito de aguas y serealizó una nueva distribución de fuentespor la ciudad, aumentado el número de lasmismas y mejorando su ubicación23. Esta

importante obra se culminó el 27 de agostode 1880. El aumento de las fuentes puso enevidencia, sin embargo, la carencia de agua.Por ello pronto se empezó a trabajar en labúsqueda de nuevos manantiales.

La búsqueda dio resultados positivos,localizando unas importantes fuentes en elpáramo de Autilla. Rápidamente se iniciaránlas obras, complicadas ya que el proyecto eraambicioso, al ser necesario construir unasgalerías para conducir el agua desde lasfuentes de Autilla hasta la ciudad, donde seconstruirían unos depósitos que recogeríanel agua de dichas fuentes, así como los de lasotras zonas de aprovisionamiento, como elColmenar de Ramírez, desde donde se distri-buirían a toda la ciudad. Aunque el proyectose inició en 1881 no fue hasta 1890 cuandose inició la construcción de los depósitos,una vez que las galerías estuvieron activas,aunque no concluidas. Los depósitos inicial-mente se dotaron de tres arcadas, aunqueposteriormente se ampliarían hasta las cua-tro, y es que las necesidades de agua no para-ron de crecer durante este tiempo. Fué en1896 cuando se recibieron las obras de la pri-mera y segunda arcada del depósito. A fina-les de 1897 el proyecto se culminó.

El aumento del caudal y la mejora de lastuberías habían posibilitado otra mejora enla ciudad, con la llegada del agua a los pro-pios domicilios, aunque en principio esteservicio sólo estuvo al alcance de las empre-sas y organismos oficiales y, posteriormentea los ciudadanos con la instalación de lospertinentes contadores. Llegado el agua alos domicilios particulares y creadas nume-rosas alcantarillas en la ciudad, se inició lainstalación de excusados en las casas, nove-dad que se extendió rápidamente por lasprincipales calles de la ciudad.

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Otra mejora que vivió la ciudad fue lainstalación de la luz eléctrica, sustituyendoal viejo e ineficaz alumbrado de petróleo.Planteado el tema en 1888 por Felino Fer-nández de Villarán, no fue hasta 1890 cuan-do se inició el proceso, quedando en manosde la “Sociedad Eléctrica Palentina”. Elproyecto se culminó el 8 de mayo de 1891cuando la Sociedad Eléctrica concluyó lainstalación.

El proyecto de luz eléctrica no quedóestancado sino que empezó a sufrir una con-tinua transformación, primero ampliando laluz a todas las zonas de la ciudad y las horasde iluminación. La luz eléctrica llegará tam-bién a los organismos oficiales, primero alAyuntamiento y la Diputación, luego a otrasinstituciones como la Escuela de Dibujo y ala Sociedad Económica de Amigos del País.Poco a poco se fue introduciendo en lascasas.

El Estado colaboró mínimamente enesta fuerte remodelación que sufrió la ciu-dad de Palencia. Ya durante el Sexenio sehabía aprobado la cesión del Puente Mayoral Estado que finalmente realizó la mejorade dicho puente ampliándolo y consolidán-dolo, pero también se encargó de la mejorade las travesías que rodeaban la ciudad, laque unía Valladolid con Allende el Río y lade Valladolid-Santander que recorrían elperímetro urbano.

2.4.- La defensa de la ciudad por los alcal-des. Defensores de la ciudad y sus intereses.

De notable podemos calificar la actitudde los alcaldes en la defensa de los interesesde la ciudad frente al Estado. Fue la Restau-ración un periodo de alcaldes profundamen-te comprometidos con su ciudad, defensoresy valedores de los intereses de la misma.

No dudaron en viajar a Madrid, tantasveces como fuese necesario, ni en batallarjurídicamente, o presentar la dimisión comomedida de presión. Tomaron incluso deci-siones contrarias a la ley. Y no sólo mantu-vieron esta actitud frente al gobierno, sinotambién frente a la Compañía de Ferrocarril,o frente al gobernador.

Los Diputados y Senadores por la provin-cia de Palencia no tuvieron una relevanciaespecial. Apenas aparecen mencionados en lasActas Municipales ni en la Prensa, y en las reu-niones que el alcalde y concejales mantienenen Madrid, nunca son invitados por el Ayunta-miento. Tampoco se requiere desde el Ayunta-miento el apoyo de estos representantes.

Una de las pugnas más destacadas delAyuntamiento con el gobierno, y conHacienda, fue el pago del impuesto de con-sumos y otras cargas fiscales. El Ayunta-miento vivió siempre al límite derivado delas fuertes exigencias de Hacienda, de ladeuda acumulada con anterioridad y de lasgrandes obras que acometió durante esteperiodo, además de los cambios normativosen la legislación hacendística que supusie-ron el arriendo del impuesto de consumo.

El Ayuntamiento batalló desde 1875 lacuantía asignada por consumos al conside-rarla muy elevada. Se formaron comisionesque negociaron con el gobierno y la Hacien-da, amenazaron con dimitir, enviaron escri-tos, sufrió el Ayuntamiento la incautacióndel impuesto de consumos, etc... El conflic-to y la pugna fueron constantes hasta que en1890, tras quince años de enfrentamiento, elEstado cedió e impuso una cuota de impues-tos muy inferior a la cobrada hasta elmomento.

También tuvo éxito el Ayuntamiento conla reclamación de dos deudas. Una de

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28.000 pts. por un exceso en lo cobrado porHacienda, que consiguió le fuese reconocidaen 1889, y finalmente cobrada en 1892. Otrade 30.000 pts. por el cobro del impuesto dealcoholes que había recaudado el arrendata-rio de consumos sin entregar la parte corres-pondiente al Ayuntamiento. El 7 de abril de1893 Hacienda tuvo que devolver esadeuda.

Y aún ganaría una demanda más. El 10de octubre de 1894 se resolvía un conten-cioso en marcha desde 1875. Haciendareclamaba el pago del 20% de propios de1869 a 1872. En la resolución la deuda sedaba por prescrita y el Ayuntamiento severía libre de esta carga.

Pero no sólo contra la Hacienda pugnóel Ayuntamiento. Lo tuvo que hacer tambiénfrente al gobernador civil, por el reglamentode la Caja de Ahorros y Monte de Piedad24.El 9 de agosto de 1878 el Ayuntamientoaprueba los estatutos y el reglamento y seelevan al gobernador civil para que dé suaprobación, tramite premio a su traslación algobierno para su sanción definitiva. Elgobernador denegó dicha aprobación, por loque el proceso quedaba paralizado. Lapugna duró tres años, tras conseguir elAyuntamiento la aprobación de los estatutossin hacer las modificaciones exigidas por elgobernador, ya que el reglamento inicial seajustaba a la ley.

El ramal del Canal de Castilla supusootro litigio entre el Estado y el Ayuntamien-to. La empresa del Canal de Castilla recla-maba al Ayuntamiento constantes obras dereparación y mantenimiento del Canal. ElAyuntamiento se negó sistemáticamente aellas, alegando que el ramal era propiedaddel Estado y que, por lo tanto, a él le com-petía su mantenimiento. Esta vez los juicios

no duraron tanto y el Ayuntamiento no tuvoque presionar, sino sólo cursar la consi-guiente reclamación a la vez que se negabaa las demandas de la empresa del Canal. El8 de agosto de 1879 la Dirección General deObras Públicas dictaminó que el Estado erael propietario del ramal que unía el Canal deCastilla con la ciudad de Palencia. Se pusofin así a esta polémica y el Ayuntamiento sevio libre de unos gastos de los que nuncaquiso hacerse cargo, al no ser de su compe-tencia.

Se litigó, y mucho, contra la Compañíade Ferrocarriles del Noroeste, a la que en sumomento se entregó una lámina de más dedos millones de reales de deuda pública queserían convertidos en obligaciones de lacompañía (3/4) y en títulos al portador (1/4).Sin embargo el proceso no se llevó a cabo yla compañía, o al menos su director FaustoMiranda, se quedó con la lámina y no entre-gó los intereses que la misma generaba alAyuntamiento. El problema se complicócuando el gobierno se incaute de la compa-ñía del Ferrocarril del Noroeste en 1878,tras haberse anulado la concesión que tenía.En 1879 la Compañía se declaraba en quie-bra y el Ayuntamiento decidió hacerse pre-sente en la Junta de Acreedores que tendríalugar el 16 de Octubre, reclamando elimporte de la lámina entregada a FaustoMiranda por valor de 2.256.648 rs. y 62 cén-timos ante el notario. En esta ocasión elAyuntamiento no consiguió nada. El proce-so fue largo, el Estado tuvo que asumir lasdeudas de la Compañía, pero las continuasreclamaciones del Ayuntamiento fueronestériles. El proceso quedó olvidado por elAyuntamiento, envuelto en una marañalegal difícil de solventar.

Además de estos temas el Ayuntamientoconsiguió también paralizar el traslado de

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las oficinas del ferrocarril instaladas enPalencia a la vecina León en 1880, plantótambién cara al Estado cuando decidió tras-ladar la Audiencia a Carrión de los Condes,consiguiendo su remisión a la Ciudad, en unconflicto derivado de la pugna entre los abo-gados y el Estado. Consiguió tambiénexcluir de la desamortización el Monte de laciudad, popularmente conocido comoMonte El Viejo, además de numerosos pas-tos y terrenos, en un proceso que inició en1888 y que culminará diez años después en1897, periodo ante el que el Ayuntamientono desfalleció en su empeño, respondiendoa todas las demandas de informes que se lecursaron y manteniéndose firme en la pro-puesta inicial.

Pero no sólo ante el Estado u organis-mos de ámbito estatal el Ayuntamiento tuvoesta actitud, sino también ante sus propiosvecinos, defendiendo las servidumbres depaso sobre el Prado de la Lana, ante el inten-to del gremio de fabricantes de lana deimpedir el tránsito de personas y carretaspor el mismo. El Ayuntamiento llevó a jui-cio esta demanda, al igual que el intento deocupación de los terrenos de los Barredospor Cándido Germán. El Ayuntamientopugnó por dichas propiedades y, en amboscasos, la justicia reconoció la propiedadmunicipal.

3.- LOS ALCALDES ENTRE 1902-1923.Durante este periodo se desarrollaron 16

alcaldías, ocupadas por 14 personas, ya queHermenegildo Gandarillas y Luis Hurtado

Rodríguez, la ocuparon, respectivamente, endos ocasiones.

3.1.- Caracterización socio-económica delos alcaldes del periodo. Una gran diver-sidad y un menor estatus económico

Los alcaldes de este periodo no respon-den a un perfil profesional concreto, sinoque la diversidad es el rasgo que los carac-teriza, tal y como vemos en la siguientetabla.

Lo primero que llama la atención es lareaparición de dos sectores que habían prác-ticamente desaparecido en la representaciónpolítica local. Uno es el de los grandes pro-pietarios, y otro el de la fabricación de man-tas, prácticamente ausente durante todo elsiglo XIX.

Tampoco el sector de la harinería tienela pujanza anterior. De los dos representan-tes uno proviene de la familia Martínez deAzcoitia, asociados desde antiguo al comer-cio de granos y harinas. El otro es SoteroMiguel Antolín que era un comerciante hari-nero menor.

El grupo que más destaca es el de profe-siones liberales, ya que tenemos tres aboga-dos, un médico y dos agentes de seguros (enotros). A este grupo podríamos añadir aGenaro Colombres Astudillo, consideradocomo gran propietario, que era procurador,agente de negocios y administrador de fin-cas, por lo que este sector sería el más des-tacado de todos los nombrados. Los aboga-dos mantienen una tendencia, que se habíainiciado con anterioridad, de progresivo

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Fuente: Elaboración propia

Harinas Abogados Médicos Comerciantes Propietarios Fabricantes Otrosmantas

2 3 1 1 2 2 3

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aumento, en directa relación con la comple-jidad legislativa que iba adquiriendo la orga-nización del Estado y, por ende, la vida polí-tica25.

Junto a ellos un comerciante (TomásAlonso, dueño del comercio de los Rioja-nos) y el dueño de una fundición, MarianoGallego26.

Por lo tanto dispersión en la actividadprofesional es la tónica dominante, aunqueexiste un cierto predominio de las profesio-nes liberales.

A pesar de esta aparente diversidad, tie-nen un rasgo en común que, además, lesdiferencia de los del periodo anterior. Lamayoría de estos alcaldes, especialmente lospertenecientes al partido conservador, noestán entre los principales contribuyentes dela ciudad. En las listas que el Ayuntamientopublica con los 80 principales contribuyen-tes, no aparecen de forma continua los alcal-des conservadores27, a diferencia de los dosliberales, Tomás Alonso y Mariano Gallego.No están los alcaldes conservadores entrelas mayores fortunas de la ciudad. Eso nosupone afirmar que el partido conservadorno cuente con ese tipo de personas en susfilas. De hecho si analizamos el conjunto deconcejales conservadores de ese periodo,descubrimos personalidades de mayor rele-vancia social y económica. Sin ánimo de serexhaustivos, y a modo de ejemplo, podemoscitar, de entre los concejales conservadoresdel periodo, a Domingo Cantuche Barco28,José Monteoliva García29, Manuel Polo Sán-chez30, Julio Polanco31 o Pablo ValcárcelAbad. Ninguno de ellos fue promovido a la

alcaldía, en favor de otras personas con unstatus socio-económico inferior.

Los alcaldes de este periodo tampoco secaracterizaron por tener un gran número depropiedades urbanas. En la mayoría de loscasos sólo disponían de su domicilio fami-liar y, en el caso de comerciantes y fabri-cantes, del edificio que albergaba su nego-cio.

3.2.- El fin del respeto al turnismo. Si en la etapa anterior de la Restauración

había habido un equilibrio entre conserva-dores y liberales en la alcaldía, en esteperiodo ese equilibrio se rompe. Entre 1902y 1923 se suceden 14 alcaldes, de los cuales11 pertenecen al partido conservador, dos alpartido progresista y uno a Alianza Liberal.Los alcaldes del partido conservador ocupa-rán la alcaldía durante 16 años, mientras quelos del partido liberal tan sólo durante 5años y medio. El representante de AlianzaLiberal, Francisco Simón Nieto, ocupará elcargo apenas durante un mes, tras la dimi-sión del anterior alcalde y su ascenso alcargo derivado de su condición de primerteniente de alcalde.

Sin entrar en muchas consideracionessobre la adscripción ideológica de cada pre-sidente de gobierno y alcalde, agrupándolosbajo la genérica denominación de Conserva-dor o Progresista, podemos comparar la per-manencia de ambos postulados políticos enel gobierno nacional y en el Ayuntamiento.

Esta comparación nos muestra bien a lasclaras que hubo una mayor representaciónde los conservadores en el Ayuntamiento

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Años de gobierno Años en la alcaldíaConservadores 12 años 16 años

Progresistas 9 años y 6 meses 5 años y 6 meses

Fuente: Elaboración propia.

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palentino, medida en años, que la quecorresponde con el ejercicio del gobierno dela nación. Dicho de otra manera, en el Ayun-tamiento palentino, en el nombramiento dealcalde no se respetó el turno. Este incum-plimiento del turno, algo que no había sidohabitual hasta 1902 en el Ayuntamientopalentino, fue ejercido por los conservado-res. En la tabla de arriba podemos compro-bar por periodos el color político del gobier-no nacional y el del ayuntamiento.

Vemos como en los periodos en los queel partido conservador tiene el poder a nivel

nacional, también ostenta la alcaldía en elAyuntamiento, mientras que en los periodosen los que son los liberales los que ostentanel poder nacional, mantienen la alcaldía enla ciudad sólo en dos ocasiones, de 1909 a1913, y de 1915 a 1917. Este hecho es posi-ble gracias a la mayoría del partido conser-vador en el Ayuntamiento a lo largo de todoel periodo, invirtiéndose la tendencia quehabía predominado en la ciudad hasta 1902.Si prestamos atención al número de conce-jales obtenidos por cada partido en los dife-rentes procesos electorales, obtenemos losresultados mostrados en la tabla siguiente:

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Fuente: Elaboración propia

Fuente: Elaboración propia

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El dominio conservador es absoluto,siendo la fuerza con mayor representacióndesde 1902. El total de concejales conserva-dores durante el periodo es de 130, mientrasla suma del resto de fuerzas no supera los90.

Este cambio de tendencia obedece a dosrazones. Por un lado el desplazamiento delos Martínez Azcoitia y toda su red de rela-ciones hacia el maurismo de la mano deAbilio Calderón, fruto de los vínculos esta-blecidos entre ambas familias, al contraermatrimonio Valentín Calderón con PilarMartínez de Azcoitia Herrero. Por otro seproduce una elevada manipulación de losresultados electorales en las eleccionesmunicipales, necesaria para, posteriormen-te, asegurar los resultados en las eleccionesa diputados a Cortes y la victoria de AbilioCalderón en las mismas. No es de extrañar,por lo tanto que en este periodo aparezcancontinuas quejas sobre el fraude electoral enlas elecciones a concejales en la prensa32 yen las sesiones municipales33.

La dependencia de Abilio Calderón esplenamente reconocida por los concejalesconservadores y por los propios alcaldesque no dudan, el día de su nombramiento, enagradecer a Abilio su cargo, conscientes dela deuda que contraían con él34.

3.3.-Pobre papel del Ayuntamiento en lavida de la ciudad.

Durante el primer tercio del siglo XX laciudad de Palencia experimentó un impor-tante crecimiento demográfico. Entre 1900y 1930 la población de la ciudad se incre-mentó en casi unas 8.000 personas, lo quesupuso un crecimiento del 50%, a pesar delas elevadas cifras de mortalidad, que tenían

que ver con la existencia en la ciudad deInclusas y centros de beneficencia35.

El crecimiento del número de habitan-tes, conllevó la necesidad de derribar lasmurallas de la ciudad, ya muy cuestionadasdesde la llegada del ferrocarril36. Bajo laalcaldía del liberal Tomás Alonso Alonso seprocedió a derribar la muralla paralela alferrocarril, desde la Puerta de León hasta lacalle Corredera. Otro alcalde liberal, Maria-no Gallego, derribó el tramo que desde laPuerta de León discurría hasta la carreterade Grijota. El siguiente alcalde, el conserva-dor Carlos Martínez Azcoitia, aprobó elderribo del pequeño tramo de muralla res-tante, desde la carretera de Grijota hasta elrío Carrión. Este proceso de derribo de lasmurallas conllevó también la desapariciónde la Puerta del Arco del Mercado37.

En la zona de la Puerta de León se derri-bó la antigua ermita de los caracoles, despe-jando la zona y permitiendo admirar el ábsi-de del convento de San Pablo. Además secreó una zona ajardinada conocida popular-mente como “Jardinillos”.

Todos estos derribos supusieron laampliación del casco urbano y su urbaniza-ción, que quedó en manos de la iniciativaprivada.

Además de esta ampliación de los espa-cios urbanos, la ciudad vivió un continuoproceso de mejora de su organización. Lasalineaciones de calles fueron una constante alo largo del periodo, aunque su ritmo fue másintenso durante algunas alcaldías, especial-mente bajo Ignacio Martínez de Azcoitia yTomás Alonso Alonso, lo que está tambiénrelacionado con la duración de sus mandatos.

Con ambos también se crearon nuevascalles al calor del proceso de ampliación delespacio urbano. Por otra parte continuaron

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la labor de mejora del firme de la ciudad,introduciéndose el asfalto en la calle MayorPrincipal.

Pero si analizamos los proyectos cons-tructivos, éstos fueron muy escasos duranteel periodo. El siglo se iniciaba con la culmi-nación de un proyecto anterior, el caminoentre Autilla y Palencia, costeado entre laDiputación y el Ayuntamiento. Será éste elúltimo proyecto de comunicaciones en elque el Ayuntamiento tenga un papel primor-dial, no sólo en relación al impulso y gestióndel proyecto, sino también en la financia-ción.

Se creó también un campo de “sport”,obra impulsado por el alcalde Carlos Martí-nez de Azcoitia en su primer mandato.Campo de corta vida, ya que apenas 6 añosdespués Severino Rodríguez Salcedo entre-gó los terrenos que ocupaba dicho campopara que el Estado construyese un nuevocuartel, denominado Alfonso VIII.

Y el proyecto más importante del perio-do fue el de la traída de aguas. El aumentode la población hizo que volviese a ser nece-sario un aumento en el caudal de aguas. Yaen 1898 se habían iniciado los estudios paraaumentar la traída de aguas y el alcantarilla-do. El proyecto, diseñado por el arquitectoJuan Agapito Revilla, fue presentado el 8 deNoviembre de 1899. La falta de recursos delAyuntamiento, y la dimisión del arquitectomunicipal unos meses después, tras sernombrado arquitecto municipal en Vallado-lid, hicieron que este proyecto no se convir-tiese en realidad. Unos años más tarde, bajola alcaldía de Ignacio Martínez de Azcoitia,se conseguieron los fondos necesarios parasu ejecución al destinar una partida donadapor Carlos Casado del Alisal y solicitar unempréstito. A tal fin se rescató el proyecto

diseñado por Agapito Revilla, inaugurándo-se las obras el 4 de septiembre de 1908. Elproyecto aumentaba la cantidad de agua quellegaba a la ciudad, tomándola, además delos puntos habituales, del río Carrión.

Ese mismo año, completado el aumentodel caudal y la mejora de la red de distribu-ción, se llevó a cabo la mejora y ampliacióndel alcantarillado, a la vez que entre los ciu-dadanos aumentaba la introducción del aguaen los propios domicilios y la construcción deexcusados particulares, con la progresiva eli-minación de pozos negros y sumideros. Dehecho el 13 de marzo de 1914, bajo la alcal-día de Arturo Ortega Romo se ordenó el pro-gresivo cierre de los mismos, en todas aque-llas calles que contasen ya con alcantarilla.

Salvo este proyecto de traída de aguas,el Ayuntamiento no lideró ni impulsó,durante esos años, ningún gran proyecto deobra civil. Pobre balance en comparacióncon los años precedentes.

3.4.- El impulso de la ciudad por parte delEstado. La mediación de Abilio Calderón.

Pero si la actividad del Ayuntamiento, encuanto a inversión pública y construcción deobra civil fue muy escasa, distinto fue elpapel del Estado durante este periodo. De lamano de Abilio Calderón, y de su paso sobretodo por la Dirección General de ObrasPúblicas, llegaron a Palencia, multitud deinversiones.

En el plano educativo Palencia vio larecuperación de las enseñanzas de Magiste-rio en 1903, al reinstaurarse los estudios enla ciudad, lo que supuso la reapertura de laescuela práctica. También el Estado conce-dió la creación de una Escuela de Artes yOficio. En 1904 se inició la reparación delas escuelas de Paredes del Monte y, sobre-

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todo, la gran obra educativa de este periodo,la edificación de un nuevo Instituto deSecundaria, que a la postre diseñará Jeróni-mo Arroyo, inaugurado en 1915.

Respecto a las comunicaciones, el reciénterminado camino entre Autilla y Palenciafue convertido en carretera. Lo mismo ocu-rrió con el camino entre Villamuriel y Palen-cia, que incluía la construcción de un Puen-te de Hierro para cruzar el Carrión en ellugar donde se encontraba el desaparecidopuente de madera38. También se llevó a caboel arreglo de la carretera entre Palencia yValladolid.

Respecto al ferrocarril se construyeronunos nuevos muelles en la estación delNorte, y se aprobó la construcción del tramode ferrocarril secundario entre Palencia yVillalón de Campos39. Aunque aparecía yaen el proyecto de ferrocarriles secundariosde 1888, su construcción se retrasó. Fue en1909 cuando la “Sociedad Española deFerrocarriles Secundarios” solicitó permisopara ejecutar el proyecto de Ferrocarril porTierra de Campos. Su construcción le fueadjudicada el 5 de enero de 1910 y se inau-guró oficialmente el 1 de Julio de 1912.

Relacionado con el tema de las comuni-caciones está la construcción del edificio deCorreos, obra exigida desde el gobierno y enel que el papel municipal se limitó a lacesión de los terrenos. El edificio, diseñadopor Jacobo Romero, hijo del exalcalde PedroRomero, adquiría el aspecto de un Palacio deplanta paralepípeda y con un gran alero.

Fruto también de la inversión del Estadofue la inauguración de la red telefónica inte-rurbana bajo el mandato de Tomás Alonso,que ponía en comunicación a la ciudad dePalencia con el resto de ciudades medianteel hilo telefónico, casi cuarenta años des-

pués de que la red intraurbana se hubiesepuesto en funcionamiento por iniciativamunicipal.

Otros proyectos, propuestos y financia-dos por el Estado, fueron una Granja Expe-rimental, una estación ampelográfica, lasferias agrícolas y ganaderas. Palencia vivióun frenesí constructivo y de obras públicas,acompañado de importantes obras particula-res, con un gran desarrollo y crecimiento dela ciudad.

En todas estas obras el Ayuntamiento ysus alcaldes estuvieron ausentes, más allá dela gestión en relación a permisos de obras odotación de espacios que el desarrollo de losmencionados proyectos exigía. El Ayunta-miento nunca demandó dichas obras algobierno, ni envió comisiones para solicitar-las o agilizarlas. Tampoco urgió a su desa-rrollo, ni pretendió acortar los plazos o faci-litar financiación, salvo alguna intervenciónpuntual con el edificio de Correos.

Muchas de ellas, fueron aprobadas, agi-lizadas o impulsadas por iniciativa de AbilioCalderón y así se hacía constar en la prensay en las sesiones municipales, al agradecerpúblicamente a Calderón sus gestiones y supreocupación por la ciudad.

3.5.- La NO defensa de los intereses de laciudad por el Ayuntamiento y la confian-za en su diputado.

En el primer cuarto del siglo XX, sevivió un silencio casi absoluto por parte delAyuntamiento palentino, en sus reclamacio-nes frente al Estado. Confiado en la fortale-za de su diputado, Abilio Calderón, el Ayun-tamiento no elevó ninguna queja ni deman-da al Estado, ni creó ninguna comisión paradefender los intereses municipales, bienfuese reclamando ante las demandas del

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Estado, o bien exigiendo algunas iniciativasSólo en una ocasión se rompió ese guion

con motivo de la demanda de traslación dela estación de Venta de Baños a Palencia.Resulta llamativo que al frente del Ayunta-miento estuviese, en esos momentos, unalcalde liberal, Tomás Alonso Alonso,quien, en marzo de 1911, se trasladó aMadrid para interesarse por el tema, en laúnica ocasión durante este periodo en queun alcalde viaja a Madrid a gestionar direc-tamente unos asuntos de interés para la ciu-dad. El empeño de la compañía de ferroca-rriles del Norte en ampliar la estación deVenta de Baños, suponía un hándicap a losintereses municipales de lograr, un día, elansiado traslado del nudo ferroviario vente-ño. Las gestiones del Ayuntamiento, sinembargo, no obtuvieron éxito y en juliollegó la noticia de que el gobierno habíaanulado la ley de las Cortes de 1873 queaprobaba el traslado de la estación de Ventade Baños a Palencia.

El Ayuntamiento en pleno reaccionó enla sesión del 8 de agosto de 1911, protestan-do y presentando su renuncia, además deconvocar una manifestación popular contradicha anulación. No hubo reuniones delAyuntamiento, ni el 11, ni el 16 ni el 23 deagosto por inasistencia de todos los conceja-les. Tan sólo el secretario da testimonio,durante esos días, de la ausencia de reunio-nes y de la falta de asistencia de los conce-jales. El 24 se recuperó la normalidad, nosin antes leer el escrito del gobernador en elque se informaba a los concejales de que elabandono de sus puestos podía ser constitu-tivo de delito y podían sufrir las sancionespertinentes.

Esta fue la única ocasión en que elAyuntamiento defendió directamente sus

intereses ante el gobierno, sin recurrir aintermediarios, a imitación de lo que sehabía hecho en el último cuarto del sigloXIX, manteniendo además una actitud defuerza y presión, aunque sin éxito.

Por el contrario Abilio Calderón mantu-vo una actitud de defensa de los interesesmunicipales, participando activamente en lademanda de traslado de la estación del ferro-carril de Venta de Baños a Palencia y apo-yando todos los asuntos relativos a la ciu-dad, consiguiendo aumentar las inversiones,o simplemente agilizarlas, además de obte-ner ayudas ante algunas desgracias acaeci-das en la ciudad. No es de extrañar que elpropio parlamento le acusase, en 1912, dehaber invertido cinco veces más en Palenciaque en cualquier otra ciudad durante el ejer-cicio del cargo de Director General de ObrasPúblicas.

La ciudad, el Ayuntamiento y la pobla-ción empezaron a mirar al gobierno buscan-do soluciones, y sobre todo a mirar a AbilioCalderón, convertido en factótum e impul-sor de la ciudad, creador de la expresión de“Todo por Palencia y para Palencia” y dealguna manera del palentinismo político. ElAyuntamiento se convirtió en una caja deresonancia de los parabienes que Abilioconseguía para Palencia. Abilio se convirtióen el defensor de los intereses de la ciudad,en el articulador de las demandas del poderlocal, papel que abandonó el Ayuntamiento.

4.- CONCLUSIONESComo hemos expuesto, los intereses

locales estuvieron siempre bien articuladosy defendidos bien fuese desde el Ayunta-miento en el último cuarto del siglo XIX obien desde el diputado en el primer cuartodel siglo XX.

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El último cuarto del siglo XIX fue laépoca dorada del municipalismo palentino.Nunca hasta entonces el Ayuntamientohabía desplegado una actividad constructivatan frenética como hemos puesto de mani-fiesto. Por el contrario el papel del Estadofue escaso.

Por el contrario en el primer cuarto delsiglo XX la dinámica se invirtió. Sólo ungran proyecto por parte del Ayuntamientovio la luz durante este periodo, el de lanueva traída de aguas. Sin embargo la inver-sión del Estado en la ciudad fue enorme taly como hemos descrito. El Ayuntamientoperdió protagonismo, y lo ganó el Estado,de quien emanaron múltiples mejoras ybeneficios para la ciudad por medio de laintermediación de Abilio Calderón, graciasa los cargos que ocupó como Ministro deFomento o Director General de Obras Públi-cas o, simplemente, desde su condición dediputado.

Sin embargo este cambio de protagonis-mo afectó fuertemente a la configuracióndel poder local pudiendo resaltar:

a.- El perfil socio profesional de los alcal-des:

La mayoría de los alcaldes de los prime-ros veinte años del siglo XX, presenta unperfil inferior a sus predecesores, sobretodoen cuanto a su patrimonio, riqueza y propie-dades urbanas. Si en el último cuarto delsiglo XIX la mayoría de los alcaldes seencuentran entre los 20 primeros contribu-yentes de la ciudad, no así los del primercuarto del siglo XX, que no aparecen entrelos 80 primeros, a excepción de los alcaldesdel partido liberal. Son los alcaldes conser-vadores de este segundo periodo, personasdependientes de Abilio Calderón que, en la

mayoría de los casos, van a obtener su pres-tigio y relevancia política de su vinculacióncon Abilio, a diferencia de sus predecesoresque ya eran personas de gran relevanciasocio-económica al acceder al cargo.

La excepción es Demetrio Casañé, muyconocido por su gran fábrica de mantas. Sinembargo Casañé ejerció brevemente la alcal-día, apenas dos meses, a pesar de haber sidoelegido concejal en tres ocasiones. Otras per-sonalidades como César Gusano, acrecenta-ron su fama tras su paso por la alcaldía.

Pensamos que Abilio Calderón prefirió,para el cargo de alcalde, a personas de“segunda fila” que no pudieran hacerle som-bra o convertirse, desde la gestión munici-pal, en un posible rival en la dirección delconservadurismo en la provincia de Palen-cia. Así, recurriendo a estas figuras de bajoperfil, o bien poco interesadas en la política,evitaba un posible rival. De hecho, uno delos primeros alcaldes del periodo fue Igna-cio Martínez de Azcoitia, a quién se “retiróal Senado”, evitando su continuidad al fren-te del Ayuntamiento, donde recibía halagosincluso de sus rivales políticos, siendo unapersona muy joven con posibilidades dehacer carrera política.

Sólo así se explica que personas comoHermenegildo Gandarillas o Arturo Ortega,alcanzasen la vara de la alcaldía, o queEduardo Calderón Martínez de Azcoitia,ausente prácticamente de la vida socialpalentina, sea alcalde durante dos años, sinque nunca hubiese manifestado un graninterés en la ciudad, que abandonó tras laalcaldía para establecerse en Madrid.

Estas personas contrastan fuertementecon los dos alcaldes liberales. Tomás Alon-so Alonso, dueño del comercio de Los Rio-janos, de gran popularidad y éxito, no en

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balde se encontraba entre los principalescontribuyentes de la ciudad. Mariano Galle-go por su parte, aliado con Jerónimo Arro-yo, impulsó una serie de establecimientosindustriales destinados a la construccióncuya proyección superó los ámbitos local yprovincial.

Por el contrario, durante el periodo ante-rior encontramos como alcaldes a personali-dades de la talla de Pedro y Emilio Romero,Higinio, Agustín y Luis Martínez de Azcoi-tia, Tadeo Ortiz, Cirilo Tejerina, ValentínCalderón, Román Vélez, por nombrar sólolos más conocidos que permanecen en lamemoria colectiva de la ciudad, y que seencontraban entre los principales contribu-yentes de la ciudad, ocupaban puestos dedirección en los espacios de sociabilidad ytenían una importante vinculación con laprensa.

b.- El falseamiento de la representaciónmunicipal

Si durante el último cuarto del siglo XIXel turnismo en el cargo de la alcaldía se res-petaba, independientemente de quién osten-tase la mayoría, no ocurrió esto bajo elperiodo caciquil. También hemos vistocomo los resultados de las elecciones muni-cipales no arrojaban mayorías abrumadorasentre 1875 y 1902, con una fuerte presenciade partidos ajenos al turno, incluso mayorí-as republicanas, y con una ausencia de que-jas sobre la manipulación electoral. En elprimer cuarto del siglo XX se produce unaabrumadora mayoría conservadora, casi unpleno de alcaldes conservadores y una grancantidad de críticas sobre el falseamiento delas elecciones municipales, ya que el controldel Ayuntamiento resultaba clave para la“fabricación” de los resultados de las elec-

ciones a diputado, donde radicaba el interésde Abilio Calderón.

Esta dinámica política supuso un altoprecio para la ciudad. Por un lado la mani-pulación de los resultados electorales de laselecciones municipales, elemento clave paraasegurarse el posterior control del distritoelectoral, por otra unos Ayuntamientos queno representaban la pluralidad de la ciudady en los que la mayoría conservadora noprecisaba del pacto con otras formacionespolíticas, siendo la garantía de éxito y pervi-vencia en la política municipal el acata-miento de las directrices calderonianas y elensalzamiento del líder.

De hecho en el último cuarto del sigloXIX los cargos de teniente de alcalde serepartían entre las diferentes formacionespolíticas, fruto de la ausencia de mayoríasclaras, llegando los republicanos a ocupar elpuesto de primer teniente de alcalde envarias ocasiones, lo que les permitirá el ejer-cicio de la alcaldía ante la ausencia delalcalde. Situación impensable en el sigloXX donde la mayoría conservadora actuócomo un rodillo ocupando todos los cargos.

c.- De la iniciativa a la inanición del Ayun-tamiento. La dependencia del diputado.

Si en el último cuarto del siglo XIX elAyuntamiento batalló lo indecible paradefender lo que consideraba legítimo, o con-seguir beneficios para la ciudad, con lairrupción de Abilio Calderón se entró en unadinámica de dependencia. El Ayuntamientodejó de ser el referente en la defensa de losintereses de la ciudad ante el gobierno–salvo una ocasión durante una de las alcal-días liberales– y el motor del cambio y delas mejoras urbanas. La ciudad, el Ayunta-miento y la población, confiaron la resolu-

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ción de sus necesidades a la acción delgobierno, a través de la intermediación deAbilio Calderón, convertido en defensor delos intereses palentinos. La ciudad perdiódinamismo, sus élites se acostumbraron aesperar del gobierno en vez de reclamar porsí mismas mejoras para la ciudad, dado elpoder del diputado en el gobierno y los car-gos que ocupó.

Se generó una cultura de dependencia.El Ayuntamiento se volvió pasivo. Confió lamarcha de la ciudad a la gestión de Calde-rón, abandonando cualquier iniciativa pro-pia, sin realizar demandas ni peticiones algobierno. Al fin y al cabo, si Calderón for-maba parte del gobierno como ministro ocomo director general, sus “dependientes”palentinos no iban a comprometer al gobier-no de su “líder” con demandas o peticionesque no se pudiesen cumplir y que diesenalas a los adversarios. Resultaba más renta-ble esperar la dádivas y luego ensalzarlas.

El Ayuntamiento abandonó así un papelde mediador y defensor de los intereses de laciudad que había ejercido hasta el momento,papel que fue asumido por Calderón, redu-ciendo al Ayuntamiento a gestor de los asun-tos cotidianos y a altavoz de los éxitos quepara la ciudad conseguía el “más palentinode todos los palentinos”.

No en balde la figura de Abilio Calderónes la más nombrada en las actas municipalesdesde 1902 hasta 1923.

En este sentido, a los alcaldes de finalesdel siglo XIX les faltó un mediador en elgobierno que hubiese facilitado sus deman-das o que les hubiese ayudado a encauzarlaspara un mejor desarrollo de la ciudad, con-siguiendo más beneficios de parte delgobierno y abriendo la ciudad a unas posibi-lidades mayores como las que Calderón

aportó a la ciudad. En el siglo XX, sinembargo, la existencia de este mediadordotó a la ciudad de importantes inversionesy recursos, sin duda beneficiosos paraPalencia, aunque cabe preguntarse si eranlos que los ciudadanos y sus élites deman-daban.

En definitiva:Las necesidades y defensa de la ciudad

estuvieron bien articuladas (lo que no signi-fica que se consiguiese todo lo que la ciudaddemandaba), desde el inicio de la Restaura-ción hasta la dictadura de Primo de Rivera.Esa articulación correspondió al poder local,en el último cuarto del siglo XIX, y al dipu-tado Abilio Calderón durante el primer cuar-to del siglo XX. En ambos casos se pone demanifiesto esa dimensión relacional delpoder, y la construcción del poder desdeabajo en la España de la Restauración. ElEstado se veía obligado a pactar con lospoderes locales, bien fuesen los Ayunta-miento o un diputado, que actúan comointermediarios entre la ciudadanía y el Esta-do. El caso de Palencia ilustra bien estasituación.

NOTAS1 José VARELA ORTEGA, Los amigos políticos, Par-

tidos, elecciones y caciquismo en la Restauración,Madrid, Marcial Pons, 2001.

2 Carlos DARDÉ, La nueva historia política: “De“Los amigos políticos” a “Las élites de la Restaura-ción”“, en Pedro CARASA SOTO, (Coordinador): Lamemoria histórica de Castilla y León, Historiogra-fía castellana en los siglos XIX y XX, pp. 460-464,Salamanca, Junta de Castilla y León. Consejería deEducación y Cultura, 2003.

3 “…la “artificialidad “ de la política restaura-cionista, al menos en cuanto se refiere a la caracte-rización de sus élites, queda en entredicho. Estaconclusión del análisis social de los principales pro-

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tagonistas de la vida política, no es precisamentealgo menor ya que trasciende el ámbito de lo socialpara señalar un rasgo fundamental -y contrario altópico- del conjunto del sistema político de la Res-tauración. Aquella fantasmagoría a la que se refirióOrtega lo sería quizás en lo relativo a la falta de ciu-dadanos que se sintieran identificados y apoyaranactivamente el sistema, a la anemia de la opiniónfavorable al mismo, pero no en cuanto al arraigo yla representación de los intereses locales en el Par-lamento.” Carlos DARDÉ, La nueva historia política:De “Los amigos políticos” a “Las élites de la Res-tauración”, En Carasa Soto, Pedro (Coordinador):La memoria histórica de Castilla y León, Historio-grafía castellana en los siglos XIX y XX, pp. 460-464, Salamanca, Junta de Castilla y León. Conseje-ría de Educación y Cultura, 2003, pág. 464.

4 Baste simplemente a modo de ejemplo:- Salvador CRUZ ARTACHO, “Clientelas y poder en

la Alta Andalucía durante la crisis de la Restaura-ción”. En Hispania. Nº 201 pp.: 59-74, Enero-Abril1999.

- Mercedes CABRERA; y Fernando del REY REGUI-LLO, “De la Oligarquía y el Caciquismo a la políticade intereses. Por una relectura de la Restauración”.En Manuel SUÁREZ CORTINA (Ed.), Las máscaras dela libertad. El liberalismo español 1808-1950. pp.289-325. Marcial Pons Historia. Fundación Práxe-des Mateo Sagasta. Madrid, 2003.

-Aurora GARRIDO MARTÍN, “Clientelismo y loca-lismo políticos en la Cantabria de la Restauración”.En Ayer. Nº 3 pp.: 187-202, 2007.

- Pedro CARASA SOTO (Dir.), Élites Castellanas dela Restauración. Una aproximación al poder políti-co en Castilla. II Tomos. pág.: Tomo I: 566; Tomo2: 556. Junta de Castilla y León. Consejería de Edu-cación y Cultura. Salamanca, 1997.

- Pedro CARASA SOTO (Dir.), El poder local enCastilla, Estudios sobre su ejercicio durante la Res-tauración (1874-1923), Valladolid, Secretariado dePublicaciones e Intercambio editorial, Universidadde Valladolid, 2003.

5 Pedro CARASA SOTO (Dir.), El poder local enCastilla, Estudios sobre su ejercicio durante la Res-tauración (1874-1923), Valladolid, Secretariado dePublicaciones e Intercambio editorial, Universidadde Valladolid, 2003.

- Pedro CARASA SOTO, Ayuntamiento, Estado ySociedad: los poderes municipales en la Españacontemporánea, Valladolid, Ayuntamiento de Valla-

dolid, Instituto Universitario de Historia Simancas,2002.

- Joseba AGIRREAZKUENAGA, y Susana SERRANO,Bilbao desde sus alcaldes: diccionario biográfico delos alcaldes de Bilbao y gestión municipal en tiem-pos de revolución liberal e industrial, Vol. 1.: 1836-101; Vol. 2.: 1902-1937, 2 Tomos, Bilbao, Ayunta-miento de Bilbao, 2003.

- Eliseu TOSCAS, “El estudio de las estructuras depoder local en el siglo XIX: aspectos metodológi-cos”, En Hispania, Nº 201 pp. 37-50, Enero-Abril1999.

- Manuel MARTÍ, ''Poder local y evolución socialen el País Valenciano del siglo XIX'', En Hispania,Nº 201 pp. 51-58, Enero-Abril 1999.

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6 Fco. Javier de la CRUZ MACHO, “Un siglo en elAyuntamiento.”, “La presencia de la familia Martí-nez de Azcoitia en el poder local de Palencia (1834-1936)”, En Investigaciones Históricas, Nº 32 pp.173-194, 2012.

- Fco. Javier de la CRUZ MACHO, Élites políticaslocales (1868-1902), Diccionario y estudio prosopo-gráfico de los alcaldes de la ciudad de Palencia,Palencia, Diputación Provincial de Palencia, 2010.

- Fco. Javier de la CRUZ MACHO, 'Poder político yreacción ciudadana. El Sexenio Revolucionario en la

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ciudad de Palencia”, En PITMM, 80 (2009), pp. 255-308.

- Fco. Javier de la CRUZ MACHO, “Renovación delas élites políticas locales. El sexenio revolucionariocomo renovación del ayuntamiento palentino”, enReevaluaciones. Historias locales y miradas globa-les, 2-3-4 de julio de 2009, Cariñena, pp. 273-285.

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- Juan VILLA ARRANZ, Las élites y el poder en lacrisis del primer tercio de siglo. Relaciones socialesy actores colectivos en Palencia (1914-1936), 2Tomos, Valladolid, Universidad de Valladolid.Facultad de Filosofía y Letras, 1997.

- Juan VILLAARRANZ, ''La base social del poder enuna elite en el primer tercio del siglo XX'', En Inves-tigaciones Históricas, Nº 15 pp. 19-38, 1995.

7 José VARELA ORTEGA, La Historia Política: lagénesis de “Los amigos políticos”, En CARASA SOTO(Coordinador): La memoria histórica de Castilla yLeón, Historiografía castellana en los siglos XIX yXX, pp. 458-459, Salamanca, Junta de Castilla yLeón. Consejería de Educación y Cultura, 2003.

8 Una calle muy mejorada desde el derribo de lamuralla y las casas apoyadas en la misma, colindan-te al Paseo del Salón.

9 Cirilo Tejerina ejerció como alcalde interinoentre el 30 de Noviembre de 1888 y el 1 de Enero de1890, en su condición de primer teniendo de alcalde.

10 El caso de Nazario Pérez Juárez, vinculado alTradicionalismo, aunque con fuertes relaciones conel conservadurismo, presenta otra justificación. En1899 presentó su candidatura como independientepara las elecciones municipales. Todo hace pensarque el partido conservador, falto de personalidadesde renombre en la ciudad recurriese a él en el últimomomento, como una persona de cierto prestigio en laciudad. Nazario no deseó incorporarse de forma ofi-cial al partido conservador, aunque el pacto con elmismo y sobre todo con el gobernador no pasó inad-vertido para la prensa de la época, como refleja ElDía de Palencia: “Ayer tarde, cuando se acercaba lahora de entrar en máquina nuestro periódico, llegó atodos los corros políticos la noticia de la presenta-ción de la candidatura de D. Nazario Pérez Juárez.La noticia está plenamente confirmada y sobre elladiremos lo que se cuenta de público, aunque sin res-ponder de la exactitud de tales informes. La indica-

ción de esta candidatura se debe, de manera perso-nal y exclusiva al Sr. Gobernador Civil de la provin-cia. Dícese que dicha autoridad ha recibido delGobierno, en cuanto a las elecciones municipales, elencargo de procurar candidatos que cuenten conarraigo y prestigio en la población, cualquiera quesea la fracción política a que pertenezcan, y que,teniendo en cuenta las simpatías de que goza y lasexcelentes condiciones que reúne el Sr. Pérez Juárez,le rogaron con gran empeño que diese su nombrecomo candidato a concejal. Se agrega que el Sr.Pérez Juárez se negó en absoluto a lo que se le pedíay que fue necesario apelar a todo género de razona-mientos para vencer la resistencia que oponía dichoseñor. Al fin pudo contarse con el asentimiento y elSr. Pérez Juárez se presenta candidato por el distritode la Puebla. La candidatura no tiene carácter polí-tico de ninguna especie, puesto que, aunque dichoseñor figura como afiliado al integrismo, la presen-tación obedece de modo directo a la iniciativa parti-cular de que hemos hablado y se funda exclusiva-mente en las relevantes condiciones personales decandidato” (El Día de Palencia, 4-5-1899). El DiarioPalentino, al día siguiente, ponía de manifiesto laverdadera vinculación política del candidato que,aunque bajo la etiqueta de independiente “se presen-ta a las elección de 1899 por el gobierno”. (El Dia-rio Palentino, 5-5-1899) Lo cual confirmaría El Díade Palencia el mismo día, al afirmar que “Según elindicado rumor, la designación del Sr. Pérez Juárezcomo candidato a concejal, obedece al propósito deotorgarlo, de Real Orden, la presidencia del futuroAyuntamiento.” (El Día de Palencia, 5-5-1899)

11 Lo que parece desmentir toda la informaciónsobre el arraigo y popularidad con que contaba en laciudad. Además, la siguiente persona con menornúmero de votos, Isidoro Fuentes García, tambiénpresentado como independiente, casi le duplicaba ennúmero de votos, al obtener 122.

12 Procedía de la Unión Liberal.13 Procedía de la Unión Liberal.14 Aunque como hemos expuesto con anteriori-

dad, vinculado al tradicionalismo habiendo pactadopreviamente con los conservadores su acceso a laalcaldía.

15 Carl. = Carlistas, Cons. = Conservadores, U.L.= Unión Liberal, Fusio. Gam. = Fusionistas y Gama-cistas (incluye los antiguos progresistas y el PartidoConstitucional), Re. Fed. = Republicanos Federales(incluimos a los demócratas, que son los que enPalencia forman el partido Republicano Federal),

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Rep. Pos. = Republicanos Posibilistas, Dem.-Prog. =Demócratas-progresistas, Radi. = Partido Radical,Inde. = Independientes, Des. = Desconocidos.

16 Estos dos mismos hechos: no coincidir la mayo-ría del ayuntamiento con la mayoría del gobierno yla decadencia del partido conservador, coinciden conla evolución política del Ayuntamiento de Manresadurante la Restauración. Rubí i Casals, MaríaGemma: ''Les bases de dades al servei de la proso-pografia. L'Univers polític de Manresa durant elSexenni Democràtic i la Restauració borbònica a tra-vés dels electes municipals'', En Cercles d'historia,Nº 10 pp. 174-200, Enero 2007.

17 “Un caso como el de Valladolid muestra comoen la España de la Restauración no siempre se cum-plían a rajatabla los designios de los gobiernos enmateria política, ni siquiera electoral, lo que noimplica que Valladolid fuese una provincia emanci-pada políticamente, sino sometida al control políticode unas élites que contaban con capacidad para pro-mover unos liderazgos y mantenerlos a pesar de lapresión gubernamental, pero esto no respondía a unadecisión libre de la sociedad, sino a la capacidad delas élites para condicionar dicha voluntad por todoslos medios a su alcance.” Cano García, Juan Anto-nio, Gamacistas y Albistas, La vida política en Valla-dolid durante la Restauración, Valladolid, Universi-dad de Valladolid, 2008, pág. 242.

18 “Una simple confrontación entre los resultadoselectorales de las tendencias antidinásticas en laselecciones de diputados y en las de concejales per-mite constatar que la política local ofrecía un terre-no mucho más propicio y unos objetivos mucho másalcanzables para las mismas que los que se dabanen unas elecciones a diputados, condicionadas nosolamente por los mecanismos del «encasillado» ydel pacto entre los partidos dinásticos sino, sobretodo, por el peso muerto de una circunscripción enla que los resortes caciquiles, el fraude y la presióngubernamental resultaban mucho menos neutraliza-bles que en la capital” Salvador FORNER, y MarianoGARCÍA, Cuneros y Caciques, Alicante, PatronatoMunicipal del V Centenario de la Ciudad de Alican-te, 1990, pág. 17

19 AMP, Actas Municipales, 11-5-188820 “… se encaminaron al Palacio Consistorial en

el momento en que el Relox público de la repetidaIglesia (San Francisco) hacia sonar la primera cam-panada de las once. Al llegar al pie de la escalinataque da acceso al pórtico del suntuoso edificio lasverjas de los tres arcos que le cierran fueron abier-

tas, se izó en él la bandera nacional y el estallido delas bombas y el toque del histórico y tradicional cla-rín anunciaron que el Ayuntamiento como tal pasa-ba por primera vez su planta en la Casa que desdeeste día había de ser la morada de la representaciónpopular”. AMP, Actas Municipales, 1-9-1878. Lasobras paralizadas desde hacía años se pudieron reto-mar tras haber llegado a un acuerdo con el contratis-ta de las mismas para dar por finalizado el contratoy volver a subastar las obras. Sobre este particular sepuede ver: Barreda Marcos, Pedro-Miguel: ''Crónicade una pesadilla municipal: La construcción delConsistorio de Palencia'', en PITTM, 72 (2001), pp.127-164.

21 Este es el diálogo que Alonso de Ojeda, recreacon motivo del robo del reloj de San Francisco porparte de los franceses y la supuesta colocación de unreloj en el ayuntamiento tras ese acontecimiento,algo que no ocurrió, sino muchos años después.“Cada campanada que desgrana es como si asiste anuevos usos y costumbres que ha traído la revolu-ción. Cambian los sentimientos, cambian las ideas ycambian hasta los vestidos. Empiezan a desaparecerlas calzas atacadas y los caballeros del lugar -elseñor galeno, el señor boticario, el señor escriba-no...- lucen los fraques azules con dorados botonesy el pantalón llamado «colan» bien ajustadito a lolargo de las piernas.Con la nueva ropa se ha metido de rondón el enci-

clopedismo y en la tertulia del boticario liberaloide,cuando suenan las campanadas del Consistorio, haysignificativos guiños volterianos:-Ya somos nosotros los que damos la hora. ¡Que

rabie el Cabildo!” José ALONSO DE OJEDA, Palencia en el siglo XIX,

Sucesos y menudencias que hacen Historia Palenti-na, Palencia, J. Alonso, 1949, pp. 14-15.

22 El autor del plano del ajardinamiento de laPlaza Mayor fue Lorenzo Romero, hijo del entoncesalcalde Pedro Romero.

23 Esta obra surge de una propuesta del alcalde dela ciudad el 15 de enero de 1880 en la que se pide alarquitecto haga un estudio para arreglar el sistemade distribución de aguas y sus fuentes. (Actas Muni-cipales, AMP) Se completará con otra del concejalOrtiz Vega del 5 de Febrero en la que se exponía:“Tan luego como las ocupaciones y el tiempo lo per-mitan la corporación municipal utilizando el perso-nal facultativo de que dispone, mandará estudiar latraída de las aguas desde la parte superior de lapresa del Canal de Castilla en Calahorra hasta

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donde la parte facultativa crea deban hacerse losdepósitos de distribución que en concepto del pro-ponente deber ser á la parte Norte de la Estación delNoroeste en una de las colinas que hay en dichositio” (El Crepúsculo, 5-2-1880). El 6 de febrero de1880 se aprueba la propuesta y se empiezan a ejecu-tar los estudios pertinentes (Actas Municipales,AMP) El proyecto de traída de aguas y de sustitu-ción de las cañerías de barro por las de hierro seaprobó en la sesión del 14 de Enero de 1880 (ActasMunicipales; AMP) y el contrato con López Dorigase aprobó el 24 de febrero de 1880 (Actas Munici-pales; AMP). La prensa palentina lo acogió conagrado. El Crepúsculo en su edición del 28 de febre-ro de 1880, se alegraba de la sustitución de la cañe-rías de barro por las de agua con la siguiente “copli-lla”: “Y en vez del gusto arcilloso / que en las aguasse sentía / con la férrea cañería / lo tendrán ferrugi-noso/ Un aplauso estrepitoso / al Municipio yoopino / debe el pueblo Palentino / por obrar do unamanera / que hará saber a cualquiera / si está bau-tizado el vino.”

24 AMP, Actas Municipales, 5-6-187825 No obstante estas agrupaciones son siempre

difíciles y poco claras en sus límites, ya que ¿no sonacaso comerciantes los especuladores de harina? Silos considerásemos como tales, aumentaría el grupode comerciantes, donde podríamos incluir también aArturo Ortega Romo, que mantuvo un almacén demaderas.

26 Las demandas de la cámara de comercio o decomerciantes en particular, al Ayuntamiento duranteeste periodo, se suceden, focalizándose en las infra-estructuras de comunicación: ferrocarriles, carrete-ras, correo postal y telégrafo.

27 Pueden aparecer una vez en un año, pero desa-parecen al siguiente, fruto de la inestabilidad de susnegocios o actividades económicas.

28 Afamado joyero palentino, que se había hechocargo de la reparación del Teatro Principal, lo que levalió el aprecio general de la ciudad.

29 Una de los principales contribuyentes de la ciu-dad. Militar retirado de gran prestigio con varias cru-ces al mérito en su haber.

30 Uno de los comerciantes más prestigiosos de laciudad, casado con una integrante de la familia Mar-tínez Azcoitia y cuyo hijo casó con una hija de Abi-lio Calderón.

31 Integrante de una de las familias más relevantesde la ciudad y casado con una hija de Valentín Cal-derón, por lo tanto sobrino político de Abilio.

32 “En dos de los distritos se presentaba el mismonúmero de candidatos que de concejales que se ele-gían, pero los amigos de unos y otros trabajabancon el mismo ahinco y el mismo entusiasmo que si setratara de una lucha en que peligrara el éxito dealguno de los contendientes…” (…) “El diputado áCortes nuestro querido amigo don Abilio Calderón,respondiendo a los deseos de la opinión de Palen-cia, presentó a seis amigos de gran prestigio (Día dePalencia, 6-XI-1905)”

“…No faltaron las conferencias, cabildeos,comentarios y proposiciones. Los diferentes elemen-tos políticos cambiaban impresiones y hubo intentosde arreglo. Con el jefe provincial del partido con-servador celebraron detenidas conferencias algunoselementos liberales y republicanos. Era difícil llegara un acuerdo después del fracaso de las gestionesllevadas a cabo días antes.” exponía el Día dePalencia antes de la elecciones, incluso explicabalas bases sobre las que se discutía: “…cinco con-servadores, dos liberales, dos republicanos, unsocialista y el puesto restante para carlistas e inte-gristas (Día de Palencia, 6-XI-1911).”

El 19 de noviembre de 1915, el Progreso de Cas-tilla publicaba un artículo titulado “Procedimientosconservadores calderonistas” poniendo de manifies-to las artimañas conservadoras para conseguir votos,cesando incluso a un dependiente de consumos porhaber votado a los liberales. El 20 del mismo mes, elconservador Hermenegildo Gandarilla, negaba taleshechos en las páginas de El Diario Palentino, ya enmanos calderonianas.

33 En el Ayuntamiento también aparecen quejas yreclamaciones sobre los resultados electorales, comola del 15-XII-1911 (AMP, Actas Municipales) pre-sentada por los republicanos y desestimada, y eso apesar de que en el distrito del Consistorio la urnahabía sido rota derivado de los disturbios ocurridosen el local de las elecciones. El 1-1-1914, (AMP,Actas Municipales) el concejal obrero Pastor acusaal alcalde de haber trabajado en contra de la candi-datura socialista, y los republicanos se retiran ante laelección de tenientes, al considerar que estos yaestán designados con anterioridad. El 16 de octubrede 1917 (AMP, Actas Municipales) se acusó alalcalde de haber presionado a los empleados delAyuntamiento para que votasen a favor del partidoconservador.

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34 Valga como referencia los dos testimoniossiguientes:

- Demetrio Casañé, el cual “....dar las gracias alGobierno de S.M. por el honor que le dispensaba alnombrarle Alcalde de esta Capital, así como alDiputado a Cortes por este Distrito Excmª SeñorDon Abilio Calderón, por haberle indicado parapuesto tan distinguido.” AMP; Actas Municipales,21-11-1913.

- Arturo Ortega toma el cargo y dice que agrade-ce al Gobierno su nombramiento en primer lugar“...y después al Hijo predilecto de esta Ciudad celo-sísimo representante suyo en Cortes el Excmo. Sr.Don Abilio Calderón por haberse dignado hacer lle-gar mi humilde nombre a las gradas del Trono dedonde emanan supremo honor...” AMP; ActasMunicipales, 1-1-1914.

35 Benjamín GARCÍA SANZ, “Evolución de lapoblación de Palencia (1857-1980)”, en Julio GON-ZÁLEZ (coord.), Historia de Palencia, Vol. II. EdadesModerna y Contemporánea, pp. 234-249, Palencia,Excma. Diputación Provincial de Palencia, 1984. Elautor pone a la vez de manifiesto que el 30% de lamortalidad de la capital palentina viene de las Inclu-sas y los centros de beneficencia.

36 Fco. Javier de la CRUZ MACHO, “De espaldas alrío. La incidencia del ferrocarril en la expansiónurbana de la ciudad de Palencia”. PITTM, 81,(2010), pp. 231-250.

37 Al respecto puede verse: Fco. Javier de la CRUZMACHO, Centenario del derribo del Arco del Merca-do 1. Diario Palentino (5-3-2009), y Centenario delderribo del arco del Mercado 2. Diario Palentino (6-3-2009),

38 Fco. Javier de la CRUZ MACHO, “Centenario delPuente de Hierro”. Diario Palentino, 27-3-2011.

39 Fco. Javier de la CRUZ MACHO, “El Tren Burra.Centenario de su inauguración”. Diario Palentino,1-7-2012.

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