A mis 49

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A mis 49... Hoy quiero regalarme una hermosa luna llena Una brisa silbando secretos a mis oídos Recibir retumbos de esta tierra madre que me vio crecer Palabras y gemidos de quienes brotaron de mi vientre. Hoy quiero desde lo más profundo de mi cavidad torácica, gritar Gritar a la vida palabras de silencio. Tú, Higuerón, que te extiendes hacia el cielo y hacia el centro de Gaia, Tú, Jiñocuave, que desprendes absolutamente todas tus hojas, seguro que con el año nuevo, nuevas hojas te brotarán. Tú, bosque de cipreses, que se tuercen con la fuerza del viento, resistiendo ser doblegados. Tú, guayabo, que todas las mañanas escuchas el canto de las vocales. Tú, Quina, tú, Frida, ... Tú, naturaleza que corres verde por mi sangre, como la linfa. Que hoy, más que nunca, brote miel y néctar de mis poros Que la luz del cosmos me invada Que se contagien todas mis células de la energía de amor Y que mi aliento llegue hasta los confines del Universo. Penetrar mis dedos en tu fértil tierra Arraigar a manos cerradas un puñado de humus Desbordando entre mis dedos su riqueza de frutos Cristalinas aguas corren por entre mis meridianos energía que fluye desde el centro de mi ser regando campos donde crecen nuevos frutos. Hoy quiero ser hoy, ayer y mañana Hoy quiero ser vida, muerte y resurrección Hoy quiero ser tu y yo Hoy quiero ser unidad contigo por siempre. San José, 28 de enero de 2002

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Poema escrito por Irene Chaverri

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A mis 49... Hoy quiero regalarme una hermosa luna llena Una brisa silbando secretos a mis oídos Recibir retumbos de esta tierra madre que me vio crecer Palabras y gemidos de quienes brotaron de mi vientre. Hoy quiero desde lo más profundo de mi cavidad torácica, gritar Gritar a la vida palabras de silencio. Tú, Higuerón, que te extiendes hacia el cielo y hacia el centro de Gaia, Tú, Jiñocuave, que desprendes absolutamente todas tus hojas, seguro que con el año nuevo, nuevas hojas te brotarán. Tú, bosque de cipreses, que se tuercen con la fuerza del viento, resistiendo ser doblegados. Tú, guayabo, que todas las mañanas escuchas el canto de las vocales. Tú, Quina, tú, Frida, ... Tú, naturaleza que corres verde por mi sangre, como la linfa. Que hoy, más que nunca, brote miel y néctar de mis poros Que la luz del cosmos me invada Que se contagien todas mis células de la energía de amor Y que mi aliento llegue hasta los confines del Universo. Penetrar mis dedos en tu fértil tierra Arraigar a manos cerradas un puñado de humus Desbordando entre mis dedos su riqueza de frutos Cristalinas aguas corren por entre mis meridianos energía que fluye desde el centro de mi ser regando campos donde crecen nuevos frutos. Hoy quiero ser hoy, ayer y mañana Hoy quiero ser vida, muerte y resurrección Hoy quiero ser tu y yo Hoy quiero ser unidad contigo por siempre.

San José, 28 de enero de 2002