A Las Maestras, Con Cariño

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“A LAS MAESTRAS, CON CARIÑO” efraínrojasbruschetta “El MRM obtiene la adhesión de numerosas maestras, las relegadas por el machismo de los radicales y que son, sin embargo, las más entusiastas, las hacedoras de comida en los plantones, las que se enfrentan a policías, granaderos y agentes judiciales (valentía de género). Son ellas el contingente que, apenas representado en los puestos de dirección (relegamiento de género), aporta la militancia más constante. Las distingue la esperanza en la independencia sindical, la lucha por el aumento salarial como recuperación de la vida cotidiana, el hartazgo ante las depredaciones sindicales.” (Carlos Monsiváis, “El Movimiento Revolucionario del Magisterio) De acuerdo con el Estudio Internacional sobre la Enseñanza y el Aprendizaje (TALIS), de la OCDE (el “club de los países ricos” al que Salinas nos coló por la puerta de atrás para insertarnos según él “por la puerta grande” en el neoliberalismo, con las nefastas consecuencias ya conocidas), en datos del 2013, el 54 % del magisterio nacional son mujeres, con un promedio de 42 años de edad, un promedio de 16 años de experiencia laboral e impartiendo clases a un promedio de 33 estudiantes. 40% tiene empleo de tiempo completo y 76% tiene contratos permanentes, además de que en los puestos directivos la proporción de género se invierte: el 59 % de los directores son varones. Obviamente, estos “datos duros” tienen que matizarse, pues además de la tendencia al maquillaje de las cifras oficiales y el sesgo que las investigaciones de los organismos neoliberales tienen, para efectos del análisis cualitativo hay condiciones reales que revelan el sentido más profundo de la realidad global: así, hay casos de maestros de escuela secundaria que llegan a atender hasta 700 alumnos en distintos planteles. Puede decirse en justicia que, así como un solo caso de violación a los derechos humanos pone en cuestión todo un sistema de justicia, la existencia de casos de telesecundarias sin energía eléctrica, escuelas sin maestros (no solo en áreas rurales), edificios escolares sin condiciones mínimas de equipamiento e higiene, etc., ponen en cuestión el sistema educativo en su conjunto, en tanto se considera el derecho a la educación un derecho humano básico

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Reconocimiento a las maestras mexicanas y planteamiento de un sindicalismo de género en el magisterio.

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A LAS MAESTRAS, CON CARIOefranrojasbruschetta

El MRM obtiene la adhesin de numerosas maestras, las relegadas por el machismo de los radicales y que son, sin embargo, las ms entusiastas, las hacedoras de comida en los plantones, las que se enfrentan a policas, granaderos y agentes judiciales (valenta de gnero). Son ellas el contingente que, apenas representado en los puestos de direccin (relegamiento de gnero), aporta la militancia ms constante. Las distingue la esperanza en la independencia sindical, la lucha por el aumento salarial como recuperacin de la vida cotidiana, el hartazgo ante las depredaciones sindicales.(Carlos Monsivis, El Movimiento Revolucionario del Magisterio)

De acuerdo con el Estudio Internacional sobre la Enseanza y el Aprendizaje (TALIS), de la OCDE (el club de los pases ricos al que Salinas nos col por la puerta de atrs para insertarnos segn l por la puerta grande en el neoliberalismo, con las nefastas consecuencias ya conocidas), en datos del 2013, el 54 % del magisterio nacional son mujeres, con un promedio de 42 aos de edad, un promedio de 16 aos de experiencia laboral e impartiendo clases a un promedio de 33 estudiantes. 40% tiene empleo de tiempo completo y 76% tiene contratos permanentes, adems de que en los puestos directivos la proporcin de gnero se invierte: el 59 % de los directores son varones.

Obviamente, estos datos duros tienen que matizarse, pues adems de la tendencia al maquillaje de las cifras oficiales y el sesgo que las investigaciones de los organismos neoliberales tienen, para efectos del anlisis cualitativo hay condiciones reales que revelan el sentido ms profundo de la realidad global: as, hay casos de maestros de escuela secundaria que llegan a atender hasta 700 alumnos en distintos planteles. Puede decirse en justicia que, as como un solo caso de violacin a los derechos humanos pone en cuestin todo un sistema de justicia, la existencia de casos de telesecundarias sin energa elctrica, escuelas sin maestros (no solo en reas rurales), edificios escolares sin condiciones mnimas de equipamiento e higiene, etc., ponen en cuestin el sistema educativo en su conjunto, en tanto se considera el derecho a la educacin un derecho humano bsico y una garanta constitucional fundamental, adems de una obligacin del Estado. Cuando las recomendaciones de los organismos internacionales neoliberales en el plano educativo vienen presionando por un enfoque productivista, tecnocrtico y privatizador de la educacin, considerndola un producto que el estudiante compra de acuerdo a su calidad y potencialidad competitiva, y la reforma educativa peanietista se pliega a ese dictado, el panorama queda claro. Y quedan claras las razones de nuestra resistencia.

En este panorama, interesa resaltar la perspectiva de gnero. Son relativamente pocos los estudios y datos estadsticos que se conocen sobre las condiciones concretas de las maestras no solo en el plano laboral, sino en su cotidianidad total y en su perspectiva existencial como un todo. Cmo se vive y se percibe la doble jornada, hasta triple cuando adems hay que estudiar para salir a flote en la competencia por los puestos? Cmo se vive el acoso, la discriminacin, el machismo, la violencia de gnero a menudo manifestada en el imaginario y el comportamiento del alumnado, los paterfamilias y la familia propia, la comunidad toda, adems de directivos y colegas? Qu repercusiones tiene esto en la salud mental y fsica, la autoestima y el proyecto de vida, la solidaridad o competencia de gnero y entre gneros? En el sentido mismo de la docencia?

En el marco de las reivindicaciones y la lucha, cunto de esto se reproduce en la cotidianidad militante, y cunto se reconoce, se concientiza y est cambiando? En el gremio ms numeroso de Latinoamrica, el magisterio mexicano, donde por simples datos estadsticos estamos ante un contingente gigantesco de mujeres trabajadoras, un bloque social cuya importancia histrica a nivel continental no parece percibirse todava, qu tan lejos o cerca se est de una feminizacin consciente (urgente y necesaria) de las perspectivas y prcticas de lucha, de la visin de mundo, del replanteamiento de los paradigmas y tareas por impulsar? Hay quien siga diciendo que la perspectiva feminista divide los movimientos sociales, o se abren paso, al fin y justamente, quienes asumen que para cambiar la manera de cambiar es indispensable repensar nuestros caminos, para que al fin, el cambio sea integral, dentro y fuera, y el cambiar no sea sustituir, sino transformar y transformarse, recuperando nuestra voz mujer, para identificarnos?

Gremio con voz de mujer? S, y de varones que no tengan miedo de asumirlo.

Campanas de palo / repican en la soledad. Letras de plvora y piedra / que el tiempo amontonar.Pobrecita patria en flor! Hasta aqu lleg mi amor.(Mara Elena Walsh)https://www.youtube.com/watch?v=zbRUydl2l14

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