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Revista de Transferencia Científica EXPERIMENTIA ISSN 1853-905X

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Revista de Transferencia Científica

EXPERIMENTIAISSN 1853-905X

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Grupo de geobotánica y Fitogeografía - IADIZA - CONICETAv. Adrián Ruiz Leal s/n - Parque General San Martín [email protected]

Editor: Dr. Antonio D. [email protected]

Esta publicación de transferencia Científica cuenta con el aval acadé-mico de la Institución y de especialistas externos.

Tapa: cerco vivo de alpataco (Prosopis alpataco) como barrera infran-queable, Calingasta - San Juan

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Cerramientos vivos con especies nativas y exóticas rústicas

Cercos Vivos. Plantación y acondicionamiento para su uso

Dalmasso, Antonio D.Martín Almirón y

Natalia Arroyo

IADIZA- CONICET - UGAP (Unidad de Gestión Ambiental Payunia) Fundación CRICYT, Mendoza, 2011

Cerramientos vivos con especies nativas y exóticas rústicas

Cercos Vivos. Plantación y acondicionamiento para su uso

Dalmasso, Antonio D.Martín Almirón y

Natalia Arroyo

ISSN 1853-905X

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Prólogo

La iniciativa de comenzar con esta publicación, en el marco de las actividades de transferencia del Grupo de Geobotánica y Fitogeografía del IADIZA- CONICET, tiene que ver con la necesidad de promover en el medio los resultados, producto de las investigaciones sobre la vegetación y los recursos naturales de las zonas áridas y semiáridas. Existe abundante información y experiencias científi cas sobre la fl ora y los recursos naturales de la región que pueden ser aplicados a proble-mas concretos. En ocasiones la información generada no es accesible a vastos sectores de la población que requieren de prácticas sencillas y viables que den respuesta a problemas concretos de las zonas áridas y semiáridas del país. Esta aplicación también retroalimenta los trabajos de investigación en marcha y esti-mula la búsqueda de nuevas experimentaciones. Se requieren políticas de promoción y transferencia que permitan difundir los trabajos de ciencia y técnica con aplicación, no sólo a nivel gubernamental, sino de amplios sectores de la población, incluido el sector empresarial, en correspon-dencia con la demanda de la sociedad. El sector docente, por su propia dinámica, se encuentra ávido de bibliografía local y regional. Experimentia surge con el objetivo de llenar el espacio vacío existente en la transferencia de conocimientos de base aplicada, difundiendo los avances de los trabajos científi cos y tecnológicos con énfasis regional en las zonas áridas y se-miáridas del país.

Editor

Se agradece la colaboración del Técnico Francisco Fernández del Vivero de Geobotánica

y Fitogeografía- IADIZA- CCT

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Índice

Prólogo 3Resumen 5Summary 6Introducción 6Necesidad de intervenir la naturaleza 12Inventario de uso y experimentación 12Enredaderas y cercos separadores de ambientes 13Cualidades de un cerco protector 14Benefi cios 14Una especie de gran valor como cerco vivo y de uso caminero 15Cercado de potreros de cierta extensión según condiciones naturales 16 Tareas culturales de árboles, según especies 18Observaciones sobre cercos no recomendables 19Especies nativas de la regiónAcacia aroma (tusca) 20Acacia atramentaria (aromo negro) 22Acacia caven (espinillo) 23Acacia furcatispina (garabato) 25Acacia visco (viscote- tarco) 26Geoffroea decorticans (chañar) 28Parkinsonia aculeata (cina cina) 30Prosopis chilensis (algarrobo blanco) 32Prosopis fl exuosa (algarrobo negro o dulce) 34Prosopis sericantha (matorro) 36Bredemeyera colletioides (hualán) 37Capparis atamisquea (atamisqui) 38Grabowskya obtusa (oreja de gato) 40Plectrocarpa tetracantha (manca potrillo) 41Proustia cuneifolia (altepe) 42Tricomaria usillo (usillo) 44Schinus fasciculata (molle) 46Especies exóticasAcacia capensis (acacia africana) 48Agave americana (pita) 49Tamarix gallica (tamarindo) 51Elaeagnus angustifolia (arabia) 52Opuntia fi cus indica (tuna) 54Bibliografía 56

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Cerramientos vivos con especies nativas y exóticas rústicas

Cercos Vivos. Plantación y acondicionamiento para su uso

Proyecto:Evaluación de especies nativas para su uso como cercos vivos

Dalmasso, A.D. , Martín Almirón y Natalia Arroyo

Resumen

Cerramientos vivos con especies nativas y exóticas rústicas Cercos Vivos. Plantación y acondicionamiento para su uso

Existe un elevado potencial de uso de árboles, arbustos autóctonos y especies exóticas para su uso como cerco vivo. Son escasas las aplicaciones en el centro oeste argentino. Las especies propuestas presentan un crecimiento relativamente rápido, presencia o no de espinas, gran rusticidad a condiciones limitantes, ade-más son tolerantes a la poda. Se propone el uso de 20 especies nativas y 5 exóti-cas, considerando las condiciones ambientales limitantes. Se desalienta el uso de ciertas especies que se comportan como maleza y se recomienda aplicar nuevos criterios en la selección y ocupación de ambientes con grandes difi cultades para los cercos tradicionales. Se han rescatado los usos actuales de cerramientos ela-borados por los lugareños, reproducido las especies en el vivero del IADIZA y se tomaron mediciones específi cas de crecimiento.

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Summary

Live fencing with rustic native and exotic species. Living fences. Planting and arrangement for their use.

Trees, native shrubs and exotic species have a high potential for use as living fenc-es. Applications are few in central western Argentina. The species proposed have relatively rapid growth, presence or absence of thorns, rusticity against limiting drought, heat and soil conditions, are also tolerant to pruning. The use of a mini-mum of 20 native and 5 exotic species is proposed, considering the extreme envi-ronmental conditions in the region. Use of certain species that behave as weeds is discouraged, and new criteria are recommended for the selection and occupation of environments that pose great diffi culties for traditional fences. Current uses of enclosures made by locals have been rescued, species have been reproduced in the IADIZA’s nursery and species growth measurements were taken.

Introducción

Delimitar áreas y colocar barreras ante el ganado doméstico ha signifi cado una búsqueda constante en todas las culturas. En la República Argentina las formas de protección de los predios fue evolucionando, desde las zanjas construidas en 1705 para evitar el paso del ganado en el Río de La Plata, sirviendo además de protección para los montes y sembradíos, así como defensa para impedir el ac-ceso de los aborígenes a los nuevos dueños de la tierra. Fue Adolfo Alsina (1875), durante la presidencia de Nicolás Avellaneda, quien propuso este método de protección para evitar los malones, previo a la campaña contra los aborígenes (Sbarra, 2008). Durante mucho tiempo fue la zanja el único medio de lindar los terrenos al elevado costo de su construcción, por lo que el ofi cio de zanjeador fue muy demandado en la época. Sin embargo en el noroeste, la disponibilidad de recursos naturales como la piedra, hizo que desde 1560 (citado por Fray Domingo de Santo Tomás) nuestros aborígenes ya utilizaban los cercos de piedras de 1,2 m de altura, conocido como “pircas”, palabra quechua y aymara, que signifi ca “pared de piedra seca”. Prueba de ello es el Valle de Santa María y en Hualfín, en la provincia de Catamarca, donde se encontró un pircado de 70 km de largo por 2 km de ancho, pertenecientes a las culturas Santamariana y Ciénaga, fechadas entre los años 400 y 700 de nuestra era. También en el noroeste argentino fue muy común el uso del “tapeo” o “tapiales” para proteger los terrenos de uso agrícola, los corrales y como barreras para distintos usos. El tapeo consistía en el apisonado de tierra y restos vegetales en un encofrado de tablas, posteriormente compactado mediante el uso de pisones

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de madera dura. Aún son muy co-munes en poblaciones de zonas áridas del oeste del país (Foto 1).

Foto 1. Tapeo de uso común en la región oeste de Cuyo con fi nes de cierres perimetrales, Ro-deo, San Juan.

Otra estructura de defensa generalizada fue el cerco con ramas espinosas, muy común en las ecorregiones del Monte y del Chaco, como también el “palo a pi-que”, utilizado por las etnias de la sabana Africana y del Chaco Argentino (Morello et al., 2006).La zanja de la zona pampeana, que poseía serias desventajas como el desmorona-miento y la proliferación de animales indeseables (alimañas y otros), fue posterior-mente reemplazada por el uso de cercos vivos, que si bien requerían más tiempo y trabajo, en un mediano plazo se lograba un obstáculo más fi rme y duradero. A fi nes del siglo XVIII en Buenos Aires, Tomas Grigera, conocido como el “alcalde de las quin-tas” cercó con cactos espinosos sus huertas.La aplicación de los cercos vivos se expandió a extensiones de 2.000 hectáreas en campos en Lomas de Zamora, en las que se utilizó principalmente el tala (Celtis tala).Otras especies nativas utilizadas fueron el albaricoquillo (Ximena americana), el ñapindá –uña del diablo- (Acacia bonariensis) en su acepción aborigen- el molle (Schinus spp.), comunes en la ribera del Río de la Plata. Hacia la zona oeste se utilizaron especies como el churqui (Prosopis ferox), la tusca (Acacia aroma), el espinillo (Acacia caven), el chañar (Geoffroea decorticans) y la cina cina (Parkinsonia aculeata).También se introdujeron especies exóticas de probado uso, como ser: la pita (Agave spp.), cactos espinosos (Opuntia spp.), el naranjo espinoso (Poncirus trifoliata) y “osage orange”, introducido de norteamérica (Maclura pomifera), entre otras. Reynel Carlos. y León J. (1990), mencionan a los pueblos andinos como usuarios del maguey o pita (Agave americana) como cerco vivo protector.Posteriormente se implementó el alambrado que revolucionó el manejo del ganado, generando el parcelamiento de los campos. Impuesto en Inglaterra desde 1830, se aplica por primera vez en el país aproximadamente en el año 1845, en la huer-ta Santa María (Estancia de Richard Black Newton en Samborombón, al margen

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del Río de La Plata). Los postes más utilizados en aquella época histórica fueron realizados con madera de ñandubay (Prosopis affi nis), por lo que quizás haya sido el comienzo del signifi cativo impacto sobre esta especie del Espinal. Más tarde el uso de esta especie es complementado con postes de lapacho (Tabebuia sp.), caldén (Prosopis caldenia), coronillo (Scutia buxifolia) y quebracho colorado (Schinopsis spp.). Sin embargo, el uso del alambre con vegetación protectora con-tinuaba y en ocasiones se dejaba el cerco vivo y se retiraba el alambrado. A partir de 1878 se da a conocer el uso del alambrado de púa en la Sociedad Rural, el cual se va a expandir con difi cultades más adelante.El establecimiento del alambrado, si bien constituye una solución válida y durade-ra para los cierres perimetrales de campos y predios menores, representa costos, prácticamente inaccesibles para grandes sectores de la población. Esta situación se agudiza cuando se trata de regiones ambientales marginales, con muy escaso poder adquisitivo.Pese al potencial uso que poseen muchas especies autóctonas, como árboles y arbustos en cierres perimetrales de predios, son escasas las aplicaciones actuales en el medio árido cuyano. Muchos arbustos autóctonos con características im-portantes como crecimiento relativamente rápido, presencia de espinas, tamaño adecuado y que además son tolerantes a la poda, podrían cumplir esa función. Además, la adaptación a los distintos ambientes, la rusticidad y el bajo requeri-miento hídrico de estas especies nativas, posibilitarían el uso de esta técnica en distintos ambientes de la región cuyana.En otras regiones del país, como es el caso de la Patagonia, con gran frecuencia e intensidad de vientos, es común el uso de cercos como “paravientos” perpen-diculares a la dirección de las ráfagas, al solo objeto de generar un área de pro-tección. Para ello se usan cierres perimetrales con tablas de madera espaciadas para permitir la circulación parcial del aire y contribuir a la protección de huertos, jardines y entornos de viviendas (Brailovsky, 2009). Esta técnica es complementa-ria de los cercos vivos en condiciones extremas debida a los vientos.Los cercos vivos más comunes en Cuyo se restringen al uso de unas pocas espe-cies arbustivas exóticas, entre ellas el crataegus (Pyracantha coccinea), ligustrina (Ligustrum sinensis), ligustros (Ligustrum vulgare y L. ovalifolium), tuyas (Thuja orientalis y T. occidentalis), rosales (Rosa spp.), que presentan difi cultades por su elevada exigencia en suelo y riego. Algunas de ellas, como las “tuyas” son muy sensibles al ataque de pulgones, generando molestias por excreción de azúcares y atracción de dípteros. Si bien no son abundantes los cercos vivos con plantas anuales, se suele utilizar con frecuencia el “pinito japonés” (Kochia scoparia var. trichophylla), especie muy familiar y emparentada con la morenita que alcanza 1 m de altura y vegeta en terrenos con cierta salinidad. La abundante generación de semillas le permite

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reproducir el cerco al año siguiente, con solo remover el suelo.La selección e implementación de los cercos vivos, requiere de un marco fi losófi co que se aparte de los conceptos y técnicas del cultivo tradicional (altos insumos y energía), siendo necesario realizar un esfuerzo para aprovechar las condiciones naturales del medio en sus formas pasivas, de modo de propender a la genera-ción de barreras vivas en las zonas áridas.La escasez de bibliografía apropiada respecto a la técnica de cercos vivos, nos incentivó a realizar este aporte en la materia. A partir de este inventario de espe-cies con valor para el cerramiento vivo, se irán incorporando nuevas especies para responder a la demanda en condiciones ecológicas limitantes.

Una cerca viva es una hilera de árboles o arbustos que se establecen en el terreno para separar parcelas de cultivos y potreros o formar linderos entre propiedades (Ortiz, M. et al, 2000). Este vallado biológico puede tener múltiples usos, tales como el proteger montes frutales, huertas, viviendas, granjas, parquizaciones, terrenos con destinos diversos, im-pidiendo la incidencia de animales que puedan dañar el objeto de pro-ducción (Foto 2)

Foto 2. Predios cercados con chañares arbó-reos (Geoffroea decor t i cans ) , muy recomen-dables por su fortaleza y du-rabilidad.

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Los cercos vivos pueden cumplir múltiples funciones: una de las más conocidas es la de cerco protector, cuyo objetivo es asegurar el cierre de predios, actuando como barrera física ante posibles depredadores. Uno de los cercos más seguros lo constituye el garabato (Acacia furcatispina), como se observa en la Figura 1. La poda de las ramas se orientan de modo de cubrir los espacios libres del espaldero desde la base. A su vez estas ramas laterales con podas de nuevos brotes, permite la emisión de nuevos vástagos que densifi can el plano de la línea de barrera. Un cierre de estas características se torna infranqueable.

Como variante tenemos, los cercos para delimitar predios o separar espacios, donde no se requiere que sea una barrera física impenetrable, sino simplemente marcar un límite. Otro uso puede ser el cerco aromático, como condimento o me-dicinal, como proveedor de material como aditivo de los alimentos o de yerbas medicinales, mediante infusión. Cualquiera sea el objeto de construcción, los cercos vivos deben cumplir una función

Figura 1. El garabato (Acacia furcatispina) es un cierre protector de lento crecimiento con gran potencial de uso para determi-nadas zonas. a- poste b- alambre c- planta . Dibujo lateral derecho: 1- fruto, 2- infl orescencia, 3-Espina bífi da y 4- hoja.

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ornamental, equilibrada y de valor paisajístico con el entorno natural, ya que respon-den a intereses económicos, prácticos y estéticos, y fundamentalmente adaptados a la ecología del área donde exista la necesidad. Entre las ventajas comparativas de un cerco vivo con especies nativas, podemos men-cionar que una vez instalado persiste prácticamente sin costos de mantenimiento, ya que sólo se hacen intervenciones de poda, adecuando la expresión de copa de acuerdo al diseño deseado. Se mantiene prácticamente sin riego o con riego even-tual y nos delimita el espacio.Por razones prácticas se debe evitar la introducción de especies exóticas que demanden riego en las condiciones extremas de nuestras zonas áridas. La planta a establecer deberá ser seleccionada de aquellas especies presentes en el área pro-blema, lo que nos asegura su adaptación a las condiciones de sitio. Para los cercos protectores, será aquella especie que por sus características, reúna las condiciones de protección (ramas espinescentes, espinas, tallos vigorosos y le-ñosos, etc.), o bien según el uso, será el tamaño, densidad de follaje, valor ornamen-tal, color, hojas caducas o perennifolias, crecimiento y longevidad. La aplicación de los cercos vivos en el medio productivo busca una protección ante posibles depredadores. En ese caso se requiere que la especie a utilizar sea leñosa, con espinas y abundante ramazón, en lo posible no palatable para el ganado. Cuando el objetivo es un cierre con un criterio recreativo o estético, po-demos utilizar especies leñosas, semileñosas y aún herbáceas (enredaderas), sin espinas, con abundante follaje, que permita alcanzar un buen grado cubrimiento.Especies como el retortuño (Prosopis strombulifera), pese a su tamaño reducido, en condiciones de ambientes salinos, permite generar cierres de alta densidad, pudiendo adquirir alturas cercanas a 1,5 m, con freática alta. Existen otras especies adaptadas a distintas condiciones climáticas, que también poseen un uso potencial para cercos vivos, entre ellas el tintitaco (Prosopis torquata), la lata (Mimozyganthus carinatus), las cuales requieren de experimentación.Estos cierres perimetrales pueden ser resueltos a una altura que no interrumpa el campo visual del entorno, por lo que sugerimos no superar 1,20 m. Este desa-rrollo, en general se alcanza en escaso tiempo y lo llamamos “primer nivel”. Otra alternativa, son los cierres de protección superiores a 1,8 m o más de altura, que exigen mayor tiempo de espera según las especies seleccionadas. A este tipo de cerco lo llamamos “segundo nivel”. Este último busca ocultar las visuales hacia el interior del sector protegido.Cuando se utilizan árboles para el cerramiento de primer nivel, los inconvenientes se presentan con las numerosas podas a que deben ser sometidos para orientar la emisión de vástagos, además del engrosamiento del eje vertical (tallo) y del resto de las ramas que pueden provocar desviaciones del cierre. Esto se soluciona realizando la plantación en zig- zag siguiendo una zanja o surco profundo, lo que

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evita la desviación del alambre. También se puede realizar en línea de un lado, previendo el ensanchamiento del diámetro de tronco. Pese a estos inconvenien-tes, es posible lograr cierres prácticamente infranqueables. La aplicación de los cercos vivos en distintos medios productivos como de recrea-ción, busca una mejora en los predios (uso ornamental, medicinal, aromático, etc.) y una protección ante posibles depredadores.

Necesidad de intervenir la naturaleza

Si observamos el paisaje del entorno natural (el campo en condiciones de seca-no), podemos inferir que la participación del hombre ha sido fuertemente extrac-tiva, aprovechando la fauna, la fl ora y demás recursos naturales. En la mayoría de los casos, esta intervención ha sido negativa, modifi cando el paisaje, disminuyen-do la biodiversidad e incidiendo sobre su productividad futura. La cosecha superó la capacidad de producción de muchos de los recursos. El impacto provocado ha aumentado la superfi cie sin vegetación, degradando los suelos y llevando a nive-les de producción muy inferiores a la potencialidad del ecosistema, generalmente de producción muy limitada. El uso de la tierra, en continuo deterioro, generó situaciones muy alteradas, de difícil reversión.Urge en la actualidad una intervención planifi cada y decidida por mejorar y po-tenciar las condiciones del medio. Es necesario que las acciones de los poblado-res, respeten las características ecológicas locales, orientando su productividad en concordancia con las fuerzas de la naturaleza y refl exionando críticamente sobre las ventajas e inconvenientes en la adecuación del medio social y cultural con el natural.No se trata de resolver problemas en el breve plazo y respondiendo a las urgencias. Se requiere de una planifi cación que tenga como objetivo el mantenimiento del sistema productivo, en la búsqueda de una sustentabilidad productiva en el mediano y largo plazo.Es necesario que la intervención del hombre sea en adecuación al medio, optimizando el uso de los recursos naturales regionales por sus ventajas y por sus aportes en condiciones limitantes.

Inventario de uso y experimentación

En numerosas salidas a distintos sitios de Cuyo, se prestó especial atención a los usos de la vegetación como cercos vivos por parte de los lugareños. Una vez registradas, posteriormente se realizaron experiencias de reproducción de estas especies en vivero, ajustando la técnica de plantación adecuada, como así también el crecimiento en el tiempo y el desarrollo de las plantas. Se efectuaron

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registros sobre el comportamiento específi co en cierres perimetrales, sus venta-jas e inconvenientes.

Enredaderas y cercos separadores de ambientes

La presencia de alambrado o de mallas de cierres perimetrales en viviendas son los lugares ideales para el establecimiento de enredaderas. En ocasiones es po-sible observar especies semileñosas, algunas muy densas como la barba de viejo (Clematis montevidensis) (Foto 3), el tasi (Morrenia odorata) y otras, delimitando espacios, sin descuidar su valor ornamental. La distancia de plantación puede variar desde 0,50 m a 1 m entre plantas.Es el caso de la oreja de gato (Grabowskya obtusa) que por su consistencia y color de follaje (gris ceniciento), genera un cierre decorativo.

Foto 3. Cierre predial con el bejuco o barba de viejo (Clematis montevidensis), cuya densidad de follaje y el valor estético de sus fl ores y frutos brindan un límite predial aceptable, Calingasta, San Juan.

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En la Foto 4, se observa un cerco medicinal con el uso del té de bu-rro (Aloysia polystachya) como cerco vivo utilizado para infusión. Hemos observado también, con el mismo criterio, la implantación del “incayu-yo” (Lippia integrifolia) en la ciudad de Jáchal, San Juan.

Cualidades de un cerco vivo protector

Se recomienda que las plantas presenten las siguientes cualidades: Leñosa con ramas vigorosas que ofrezca una barrera difícil de atravesar Preferentemente con espinas o ramas espinescentes (dependiendo del objetivo) Follaje denso y perenne Crecimiento relativamente rápido De mediano a gran porte Acepte la poda No palatable para el ganado Tolerante a las plagasEstas cualidades de las especies a utilizar son ideales, sin embargo en sus distin-tos usos, es posible ampliar el número a otras especies con muy buenos resulta-dos, según el destino dado.

Benefi cios

Proteger los cultivos y limitar los potreros para los animales domésticos Generar barreras de vegetación y delimitación de determinadas áreas Ordenar los predios en sus distintos usos. Dar valor ornamental y decorativo a los espacios abiertos

Foto 4. Cerco vivo medicinal de “té de burro” (Aloysia polystachya) en Calingasta, San Juan.

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Una especie de gran valor como cerco vivo y de uso caminero

Nos referimos a la zampa (Atriplex lampa), la cual posee un gran potencial para generar cercos vivos en la demarcación de accesos a viviendas, industrias, parqui-zaciones en general (Foto 5). Este arbusto de color ceniciento posee la propiedad de concentrar las sales (ClK y ClNa) en las hojas y ramas en crecimiento. Esto le permite refl ejar la luz, comportándose como un señalizador de vías de acceso, tanto durante el día como en la noche (Passera, C. 1986 y Dalmasso et al., 2009). Esta especie no es indicadora de ambientes salinos, sin embargo se comporta como to-lerante con niveles de salinidad cercana a los 15 dS/m. Como sustituto de la zam-pa, en condiciones de elevada salinidad, el género (Atriplex) posee numerosas es-pecies con gran resistencia a las sales, entre ellas la zampa crespa (A. crenatifolia), zampa amarilla (A. spegazzini), zampilla (A. argentina), etc., que permiten ampliar el uso en condiciones extremas. Una especie exótica de buen comportamiento como cerco vivo es la “zampa australiana” (Atriplex nummularia), de hojas gran-des y de vástagos fi rmes, que soporta bien la poda.Su uso potencial en la separación de rutas o boulevares es muy promisorio, sin riego o con riego complementario en las primaveras secas. Una vez establecido, los costos de mantenimiento se reducen prácticamente a la limpieza o desmalezado. El cerco en línea es un señalizador muy aconsejable para separar las vías de circula-ción, especialmente durante las noches, por comportarse como luminiscente. Esta demarcación contribuye a prevenir la ocurrencia de accidentes. Su consistencia semileñosa no signifi ca un obstáculo al impactar sobre el arbusto.

Foto 5. Cerco vivo de zampa(Atriplex lampa), como vía de acceso hacia una bodega, parquizada con coirones, Tunuyán, Mendoza.

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Cercado de potreros de cierta extensión según condiciones naturales

La Región del Nuevo Cuyo, a excepción de la provincia de San Luis y parte de La Rioja, bajo condiciones sin riego, en general poseen escasas posibilidades de cerramientos con los árboles existentes, debido a que éstos se concentran en determinadas condiciones geomorfológicas o que el distanciamiento entre ellos difi culta el trazado alineado del alambrado. En los campos de la región del Monte, las posibilidades arbóreas se restringen fundamentalmente al uso del algarrobo negro o dulce (Prosopis fl exuosa) y al blanco (Prosopis chilensis). Si el potencial productivo y la densidad de la zona lo permiten, es posible contar con un estrato arbóreo (gracias a la presencia de agua subterránea). De este modo, se agregan en forma limitada el chañar (Geoffroea decorticans), el retamo (Bulnesia retama) y el molle (Schinus fasciculata), estos últimos en determinados y reducidos ambientes. Se aconseja aplicar el cerramiento en los llamados “potreros de reserva”, ubicados en áreas con mayor aporte hídrico y consecuentemente una mayor productividad. El uso de los árboles existentes y la complementación con medios postes, permite cerrar y utilizar estos potreros en los momentos de escasez de forraje y asegurar un largo período para la recuperación de las pasturas. Una vez seleccionado el predio a proteger aprovechando los forestales existentes, es posible realizar un cercado perimetral o potrero, el cual puede ser enriquecido con la implantación de la misma especie, siguiendo las líneas del perímetro de apotreramiento. Esta situación en general es limitada y se observa en los bañados, márgenes de ríos temporarios, en las cañadas entre médanos, donde la densidad arbórea aumenta. Se trata de zonas favorecidas por la humedad y que permiten el uso de los forestales como postes para el uso del alambrado. En general estos ambientes son valiosos desde el punto de vista forrajero y debieran ser cercados para un manejo ganadero regulado.En ambientes degradados, donde antes existían ejemplares de algarrobos, es posible restablecer la misma especie a partir de plantines, aplicando las tareas culturales adecuadas (tazas de recepción, poda de formación y riego eventual). A los 8 años de establecido podemos disponer de los “postes vivos” para alambrar, ya sea con sistema eléctrico (boyero eléctrico) o con cierre tradicional (5 hilos). Para ello se recomienda el cercamiento en línea, con forestales distanciados 15 m entre si. Esto tiene como ventaja el poder incorporar nuevos árboles con un fuste de altura no inferior al 1,30 m, los que serán proveedores de sombra, frutos y forraje. Presenta inconvenientes cuando el terreno manifi esta una topografía ac-cidentada, cuya solución es el establecimiento complementario de medios postes a mayor densidad y ubicados según el relieve.Se tiende un alambrado de apoyo, con dos o tres alambres galvanizados distribuidos

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según la Figura 2. El primer alambre a 30cm, respecto al nivel del suelo y el segun-do a 70cm (pudiendo ir un tercer alambre a 120 cm). Los medios postes deberán establecerse cada 10 m. Es un cerco vivo de protección muy efectivo y longevo, el que podría tener gran aplicación. Según la mansedumbre del ganado, se podrá recurrir al sistema de boyero o sistema tradicional.Otra especie de valor potencial para este uso lo constituyen el viscote (Acacia visco), con mayor requerimiento hídrico, donde se suman cualida-des como la rusticidad extrema y la firmeza de fuste.

De acuerdo con los resultados de la evaluación se destacan las cualidades de cada especie, así como su posible utilización en el cierre de predios. En todos los casos se recomienda que los tramos del cercado estén incluidos en una zanja o subso-lado, con las plantas en la brocha del surco (Foto 6). De esta forma se asegura la recepción de agua extra y los riegos eventuales son más efectivos. A los fi nes de dar una idea práctica del crecimiento diferencial de las distintas especies, para cada una se menciona la altura estimada en centímetros de creci-miento medio anual del cerco vivo, bajo condiciones adecuadas de atención.

Figura 2. Cercamiento de potreros utilizando los árboles existentes en sitios con cierta densidad de árboles. Complementación de tramos con medios postes.

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Tareas culturales de árboles, según especies

Es posible el uso de árboles ubicados estratégicamente para instalar un alambra-do perimetral. Una vez determinada el área a cercar, se deberán establecer me-dios postes en los tramos largos, realizando plantaciones de las especies elegidas para asegurar el futuro poste vivo.Esta práctica es mas fácil de implementar en el este de la provincia de La Rioja (Llanos Riojanos). En menor grado, también es posible aplicar este cerramiento en las llanuras ubicadas al este de las provincias de Mendoza y San Juan, y en forma más favorable, en las áreas conocidas como cañadas, donde la densidad de árboles es elevada, pudiendo contar con ejemplares ubicados estratégicamente.La utilización de 2 alambres electrifi cados o cinco alambres no electrifi cados, per-mite un cerramiento efectivo, siempre que se respete la topografía, con el agre-gado de medios postes complementarios y la introducción de nuevos ejemplares en el mediano plazo.Se recomienda el corrido del alambre con la colocación de clavos y material ais-lante. En el caso de fustes desviados, se recomienda anexar un medio poste, de modo de asegurar una bajada vertical para el paso de los alambres y su tensión. Estos clavos aplicados al fuste aseguran la fi rmeza durante tiempos prolongados,

Foto 6. Surcado que permite la plantación en la brocha del surco, favoreciendo la recepción y acumulación temporaria de agua en benefi cio de la planta.

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con un buen cerramiento del potrero. Este tipo de cierres en condiciones semide-sérticas, son recomendados cuando la densidad y continuidad de árboles nativos son elevadas, derivando en potreros más o menos puntuales, no pudiendo ser ex-tensivos a grandes superfi cies de la región. La disponibilidad de aguadas, permite utilizar estos ambientes como potreros de reserva para el ganado bovino.A continuación, se destacan las cualidades de cada especie en su empleo para el cierre de predios. Se consideran nativas y exóticas de probados resultados según condiciones ambientales.

Observaciones sobre cercos no recomendables

En esta región no se deberían usar los cercos de especies exóticas (origen europeo), tales como la rosa mosqueta (Rosa rubiginosa) y otras especies, zarzamora (Rubus ulmifolius), etc. en los ambientes de precordillera y media montaña, localizadas en las cercanias de arroyos o quebradas más húmedas, donde se manifi estan como in-vasoras. La presencia de potentes rizomas o tallos radicantes, hace que se transformen en malezas con gran poder de recubrimiento, afectando directamente la biodiversidad, ya que ocupan estos nichos, reemplazando a las especies nativas (Martinez Carretero y Dalmasso, 2006), como ocurre en Villavicencio, Potrerillos, Tunuyán, etc. Se expan-den a partir del sitio establecido y avanzan rápidamente en los alrededores de modo agresivo sobre la fl ora local. Los vientos, las aves y los mamíferos favorecen la disper-sión de la simiente. Es un caso demostrativo de incorporación antrópica de especies indeseables, con gran impacto sobre la vegetación local. En la Figura 3 se observan los niveles de crecimiento registrados para las especies recomendadas como cercos vivos, tanto nativas como exóticas.

Nos referimos a un número de especies nativas y exóticas de probados re-sultados en determinadas áreas ecológicas. Esta lista deberá ser ampliada en base a la experimentación de nuevas especies rústicas en condiciones limitantes; y para ello es necesario prestar especial atención a la vegetación autóctona cercana al área problema.

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Especies nativas de la región

Acacia aroma (tusca) -Figura 4-

Familia: Fabaceae. Subfamilia: Mimosoideae Origen: NativaPorte: De 3-7 m de altura, copa aparasolada, compacta y densa. Follaje: Caduco o semipersistente. Color verde brillante. Hojas: Compuestas, bipinnadas. Flores: Floración amarillo naranja vistosa.Fruto: Legumbre o vaina dura, castaño oscura. Crecimiento: 25 cm/año.Exigencias: Responde muy bien los escurrimientos temporarios. Se reproduce por semillas, las que deben ser escarifi cadas antes de sembrar.Recomendaciones: Establecido desde plantín, se recomienda una distancia de plantación de 1,5 m entre árboles. Manifi esta una ramifi cación abundante. Las

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Figura 3. Niveles de crecimiento en centímetros de las especies nativas y exóticas sugeridas para el cerramiento.

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podas deben asegurar la extensión de las ramas a ambos lados. Requiere un mí-nimo de 5 años para el primer nivel y de 8 años para el segundo nivel. Su hábito de crecimiento enmarañado y espinoso constituye una fuerte barrera.

Figura 4. Tusca (Acacia aroma)a- rama con hojasb- infl orescencia c- fl ord- gineceoe- frutof- semilla.

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Acacia atramentaria (aromo negro) -Figura 5-

Familia: Fabaceae. Subfamilia: Mimosoideae Origen: NativaPorte: De 3-9 m de altura, copa aparasolada, compacta y densa. Follaje: Caduco o semipersistente. Color verde claro. Hojas: Compuestas, bipinnadas. Flores: Floración menos vistosa que la especie anterior, también es denominado aromo negro.Fruto: Legumbre o vaina dura, negra, cuadrangular. Crecimiento: 15 cm/año.Exigencias: Prefi ere suelos arenosos y pedregosos. Aprovecha bien los escurrimientos temporarios.

Recomendaciones: Se repro-duce muy bien por semillas, las que deben ser escarifi cadas antes de sembrar. Establecido desde plantín, se recomienda una distancia de plantación de 1,5 m entre árboles. Acepta las podas, lo que permite extender la ramazón a distintos niveles. Presenta un crecimiento in-ferior que Acacia caven, sien-do necesario un mínimo de 7 años para el primer nivel y de 10 años para el segundo nivel. Su hábito de crecimiento cur-vo y enmarañado hace ideal la conducción para generar cer-cos vivos densos y seguros. La implantación es similar a A. caven.

Figura 5. Aromo negro (Acacia atra-mentaria)a-Rama con hojas e inflorescencias, b- florc- gineceod- frutoe- semilla.

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Acacia caven(Mol.) Molina (espinillo) - Figura 6-

Familia: Fabaceae. Subfamilia: Mimosoideae Origen: NativaPorte: Árbol bajo de 4 a 5 metros de altura, de copa amplia. Espinoso, con espinas blancas de hasta 2 cm de largo. Corteza vistosa surcada de color castaño oscuro. Follaje: Caduco o semipersistente. Color verde claro. Hojas: Compuestas, bipinnadas. Flores: Integra los conocidos aromos, con fl ores en cabezuelas, muy perfumadas. Florece en primavera. Fruto: Vaina leñosa, de color castaño oscuro a negro, de hasta 10 cm de largo, con numerosas semillas. Estos pueden persistir en el árbol o ser caducos, según la varie-dad de referencia. Crecimiento: 30 cm/año.Exigencias: Aprovecha bien los escurrimientos temporarios, siendo un árbol camine-ro por excelencia.Recomendaciones: Se reproduce por semillas, las que deben ser escarifi cadas antes de sembrar. Establecido desde plantín (1 año de vivero) se aconseja plantarlo a una distancia de 1,5 m a 2,0 m entre ejemplares para cerramientos densos e impenetra-bles. Es conveniente conducir la plantación en zig- zag, estableciendo los plantines en ambos lados del surco, de esta forma permite asegurar la tensión del alambre; o bien de un solo lado en el interior del predio. Se deben realizar podas de formación, buscando la elevación del fuste y la expansión de la copa en altura. Se estima que el árbol para su uso como poste vivo, en el primer nivel se logra a los 5 años y en el segundo nivel a los 8 años desde la plantación. Es un árbol de gran fi rmeza y longevidad, que asegura la protección del predio. Si bien el crecimiento de la especie es relativamente lento a partir de plantín, a los 5 años es posible contar con un cierre continuo y efectivo que impide el acceso de ganado y de acuerdo a la cobertura lograda, de animales menores. En el caso de cabras, que realizan ramoneo del espinillo, se comporta como tolerante ante los herbívoros, por su carácter leñoso y espinoso. Se deberá contemplar la reposición de fallas para ga-rantizar la continuidad del cerco.Un cierre así realizado es muy consistente, ya que el crecimiento del vástago principal va a adquirir un diámetro considerable, además de ser muy longevo.El trabajo de poda luego del primer año deberá realizarse con podón, facilitando la expresión tipo espaldero, conectando plantas vecinas y eliminando los laterales que dan hacia el interior y exterior del predio.

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Figura 6. Espinillo

(Acacia caven) a- ramas con hojas e infl o-

rescencias c- fl or

d- gineceoe- rama con

frutos e infl orescencias

f- semilla.

1 cm 1 cm

Escala

(f)

(e)

(b)(d)

(c)

(a)

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Acacia furcatispina (garabato) - Figura 7-

Familia: Fabaceae. Subfamilia: Mimosoideae Origen: Nativa Porte: Pequeño arbolito de hasta 4 m de altura, muy ramoso y espinoso.Follaje: Posee ramas zigzagueantes, que emiten en los nudos ramas cortas que en el extremo presentan potentes espinas de 2 púas extremas (espinas bífi das), ofreciendo una barrera de protección poco común.Hojas: Compuestas, caducas de color verde grisáceoFlores: Se agrupan en cabezuelas pedunculadas.Fruto: Vaina membranosa, aplanada y seca de color castaño claro.Crecimiento: 20 cm/año.Exigencias: Crece en terrenos poco profundos, pedregosos y limosos, pobres en materia orgánica de los piedemontes.Recomendaciones: Ge-nera barreras infranquea-bles en la protección de un predio. Su presencia es en los piedemontes, con suelos pedregosos. Posee un potente sistema radical. Establecido desde plantín se recomienda una distancia de plantación de 1,5 m entre plantas. Acep-ta las podas, lo que permi-te extender la ramazón a distintos niveles. Se estima una cobertura óptima en el primer nivel a los 8 años y en el segundo nivel a los 12 años. Si bien su creci-miento es relativamente lento, podemos afi rmar que es el cerco vivo más seguro e infranqueable que se puede construir. Se sugiere su uso en los am-bientes donde se encuen-tra naturalmente.

Figura 7. Garabato (Acacia furcatispina) a- rama con hojas e infl o-rescenciasb- fl or, c- gineceo, d- fruto, e- semilla.

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El garabato ofrece gran ramazón, las que permiten el ajuste de los alambres del espaldero, mediante la poda de formación. Responde rápidamente a la poda, ge-nerando numerosos vástagos, que posibilitan cubrir los espacios libres del cerco en forma muy efectiva. Se eligen dos ramas, una a la izquierda y otra a la derecha, sujetándolas a los alambres y formando un ángulo superior a 45º. El crecimiento es lento, dependiendo de la conducción de la planta y del tiempo establecido en el terreno. Con el tiempo y atendiendo a la limpieza lateral, se logra una barrera única, densa e impenetrable.

Acacia visco Lorentz ex Grises. (viscote) - Figura 8-

Familia: Fabaceae. Subfamilia: Mimosoideae Origen: Nativa del paísPorte: Árbol de 10 metros de altura, de copa amplia y aparasolada. Follaje: Caduco. Color verde claro. Hojas: Compuestas, bipinnadas. Flores: Flores en cabezuelas, de color amarillento. Fruto: Vaina aplanadas, de color castaño. Crecimiento: 50 cm/año.Exigencias: Tolera suelos pedregoso- arenosos de buen drenaje. Requiere de rie-gos complementarios.Recomendaciones: De fácil reproducción por semillas. Establecido desde plantín (1 año de vivero) se aconseja plantarlo a una distancia de 1,5 m entre ejemplares para cerramientos densos. La carencia de espinas es compensado con la fi rmeza del vástago. Para cercos vivos de primer nivel se alcanza a los 5 años y en el se-gundo nivel a los 7 años desde la plantación.Cuando se dispone de ejemplares abundantes de esta especie, se recomienda el uso de los fustes como sostén para alambrados. En este caso se deben realizar podas de formación, buscando la elevación del fuste y la expansión de la copa en altura. Es un árbol de gran fi rmeza y longevidad. Se comporta como tolerante ante los herbívoros.

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Figura 8.Viscote (Acacia visco)a- rama con hojas e infl orescenciasb-infl orescenciac- fl ord- gineceoe- frutof- semilla.

2 cm 2 cm

(b)

(a)

(c) (d)

(e)

(f)

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Geoffroea decorticans (chañar) - Figura 9-

Familia: Fabaceae . Subfamilia: PapilionoideaeOrigen: NativoPorte: Árbol de 3 a 7 m de alturaFollaje: Color verde glauco, cubre gran parte del ciclo primavero, estivo- otoñal.Hojas: CompuestasFlores: Color amarillo vistosoFruto: Es una drupa con un carozo central de cierta dureza.Crecimiento: 35 cm/año.Exigencias: Se adapta bien a suelos pesados como arenosos, manifestando bue-na respuesta al riego.Recomendaciones: Puede ser usada para cercos de primer y segundo nivel Esta-blecido desde plantín se recomienda implantarlo a una distancia de 1,0 m entre plantas para un cierre muy denso, siendo muy efectivo en impedir el acceso de animales. Para lograr este efecto se debe evitar el corte de la ramazón lateral desde la base, generándose una trama impenetrable. Presenta un crecimiento rápido, permitiendo alcanzar el cerco de primer nivel a los 4 años y el de segundo nivel a los 7 años. Acepta las podas, lo que permite extender la ramazón a distin-tos niveles. Especie muy rústica y excelente como barrera física.La poda se limita al corte de ramas que se separan a ambos lados de la línea del alambrado. El engrosamiento del tronco y ramas es menor que en los algarrobos, no provocando inconvenientes en el cierre. Un problema que podría generarse en cercos realizados con esta especie, es que emite raíces gemíferas, pudiendo generar nuevo árboles que se apartados del surco de plantación. Este inconveniente puede ser subsanado con el corte de los nuevos plantines y evitando las podas severas sobre los ejemplares establecidos.

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Figura 9. Chañar (Geoffroea decorticans)a- Ramas con hojas y frutos b- fl orc- pétalos desigualesd- androceoe- gineceof- semilla.

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Parkinsonia aculeata (cina cina) - Figura 10-

Familia: Fabaceae. Subfamilia: MimosoideaeOrigen: Nativa del paísPorte: Árbol de 3 a 7 m de altura, con copa en forma de sombrilla, con escasa densidad de follaje, lo que permite la incidencia de los rayos solares a nivel de dosel.Follaje: De color verde claro y brillante, de valor ornamental. Posee ramas provis-tas de una espina central y dos estípulas espinosas.Hojas: Compuestas que se comportan como caducas con una a tres pares de pinas, con estípulas espinosas.Flores: Abundantes en racimos axilares con fl ores de pétalos amarillos, el superior con manchas rojizas. Fruto: Largas vainas con los extremos aguzados, de color castaño oscuro.Crecimiento: 70 cm/año.Exigencias: Se adapta en suelos secos, pedregosos, pobres en materia orgánica, manifestando gran rusticidad. Soporta la inundación temporaria o ascenso de capas freáticas. Recomendaciones: Puede ser usada para cercos de primer y segundo nivel Es-tablecido desde plantín se recomienda establecer a una distancia de 2 m entre plantas. Presenta un crecimiento rápido, permitiendo alcanzar el cerco de primer nivel a los 3 años y el de segundo nivel a los 6 años. Acepta las podas, lo que permite extender la ramazón a distintos niveles. Es ideal para establecer cercos alrededor de viviendas de campo, por cuanto se logra un cierre denso y pintoresco. El engrosamiento del tronco y ramas es menor que en los algarrobos, no provocando inconvenientes en el tendido del alambra-do. Prácticamente no es consumida por el ganado.

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Figura 10. Cina cina (Parkinsonia aculeata), a- ramas con hojas y fl ores b- ramillete de fl oresc- fl ord- gineceo y androceoe- Pétalos des-iguales f- fruto g- semilla.

1 cm 1 cm 1 cm(a)

(b)

(c)

(e) (f)

(g)

(d)

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Prosopis chilensis (algarrobo blanco) – Figura 11-

Familia: Fabaceae. Subfamilia: Mimosoideae Origen: NativoPorte: Árbol mediano de 10 m en altura, de sombra amplia y más densa que el algarrobo. Follaje: Ramas fl exuosas, arqueadas, con pares de espinas nodales, de hasta 5 cm de largo.Hojas: Hojas compuestas bipinnadas, más largas y anchas que el algarrobo dulce.Flores: Racimos en espigaFruto: Legumbre coriácea a subleñosa, estipitada, amarillento claro, arqueado.Crecimiento: 70 cm/año.Exigencias: Necesita acceder a capa freática, siendo una especie más sensible al frío, sin embargo se han observado ejemplares muy tolerantes a las bajas tempe-raturas. Soporta la sequía y el uso de aguas saladas, preferentemente en suelos arenosos. Recomendaciones: Establecido desde plantín se recomienda una distancia de plantación de 3 m entre plantas. Las consideraciones son similares al uso de Prosopis fl exuosa, aunque más exigente en agua. Acepta las podas, lo que permite extender la ramazón a distintos niveles. Presenta un rápido crecimiento cuando juvenil que supera al algarrobo dulce, manifestando los mismos inconvenientes en cuanto al desarrollo del diámetro de tronco y de las ramas. Su conducción asegura un buen cierre protector excelente, con espinas potentes que lo hacen infranqueable.Se recomienda el mismo tipo de poda que para Prosopis fl exuosa. El crecimiento es relativamente rápido, dependiendo del tiempo establecido en el terreno. Se recomienda para cercos de segundo nivel, los que se alcanzan a los 5 años de establecido. La escasez de poblaciones densas, en ocasiones nos obliga a realizar plantaciones para asegurar el cerramiento en el mediano plazo.

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Figura 11. Algarrobo blanco (Prosopis chilensis) a- rama con hojas b- infl ores-cencia c- fl ord- gineceo e- fruto f- semilla.

3 cm 3 cm

(a)

(b)

(c) (e)

(f)

(d)

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Prosopis fl exuosa (algarrobo negro o dulce) –Figura 12-

Familia: Fabaceae. Subfamilia: Mimosoideae Origen: NativoPorte: Árbol de 8 metros de altura, de copa amplia. Espinoso y de gran toleran-cia a la sequía. Accede a napas freáticas de más de 20 m de profundidad.Follaje: Caduco o semipersistente. Color verde claro. Hojas: Compuestas, bipinnadas. Flores: Racimos densos en espiga, 6–14 cm de largo.Fruto: Fruto legumbre lineal indehiscente (lomento drupáceo), sabor dulce y rico en proteínas.Crecimiento: 50 cm/año.Exigencias: Muy ventajoso en forestaciones que accedan a napas freáticas, en gene-ral salinas, a las que responde a niveles de hasta 12 dS/m. Recomendaciones: Se recomienda su uso como “postes vivos” en ambientes con acceso a freáticas. De establecerse como arbusto requiere de numerosas inter-venciones de poda, con el agravante de engrosamiento del tronco y ramas, lo que conlleva a modifi car la línea del alambrado. Para evitar este inconveniente se separa 40 cm del alambrado o se planta en zig- zag a ambos lados de la línea. Es-tablecido desde plantín se recomienda una distancia de plantación de 3 m entre plantas. Acepta las podas, lo que permite extender la ramazón a distintos niveles. El crecimiento es relativamente rápido, dependiendo del tiempo establecido y del terreno. Es recomendable como cerco de segundo nivel, que es alcanzado a los 5 años aproximadamente. Su uso como cerco vivo continuo permite un efectivo cierre de los predios agrícolas.Sistema de poda: se deja un eje central hasta la altura deseada, efectuándose podas laterales con 10cm de restos de madera, que permitirán la emisión de vás-tagos que serán conducidos en forma curva sobre los alambres.Para un cerco vivo de primer nivel se recomienda el uso de la variedad arbustiva (Prosopis fl exuosa var. depressa), llevándolo a un primer nivel. Esta especie no re-quiere de capa freática y es extremadamente rústica, vegetando en equilibrio con los 200 mm de precipitación anual de la región.

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Figura 12. Algarrobo dulce (Prosopis fl exuosa) a- rama con hojas b- infl ores-cenciac- fl ord- gineceoe- frutof- semilla.

1 cm 1 cm 1 cm 1 cm

(a)

(b)

(c)

(d)

(e)

(f)

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Prosopis sericantha (matorro) – Figura 13-

Familia: Fabaceae. Subfamilia: Mimosoideae Origen: NativoPorte: Arbusto bajo hórrido con ramas terminadas en espinas.Follaje: Ramas muy espinosas de tonalidad grisácea.Hojas: Tempranamente caducas, sólo observables en brotes tiernos.Flores: Muy llamativas de color rojo sangre.Fruto: Vainas rojizas comprimidas, algo carnosas.Usos: Sus frutos son comestibles para el ganado menorCrecimiento: 25 cm/año.Exigencias: Se reproduce por semillas en vivero sin difi cultad. Muestra preferencia por los suelos arenosos. Es de bajo porte y sensible a las bajas temperaturas, por lo que se recomienda su uso como vivo en las zonas donde se encuentra presente

naturalmente.Recomendaciones: Es-tablecido desde plantín la distancia de plantación entre plantas es de 1,5 m. Responde favorablemente a las podas. Presenta un crecimiento relativamen-te rápido. Por su porte se aconseja su uso en el pri-mer nivel, orientando las ramas espinosas lateral-mente y en contacto con las plantas de la línea.

Figura 13. Matorro (Prosopis sericantha) a- ramas con infl orescenciasb- fruto.

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Bredemeyera colletioides (hualán) – Figura 14-

Familia: Polygalaceae Origen: NativoPorte: Arbusto espinoso de 2 a 3 m de altura, de color amarillento. Posee raíces gemíferas.Follaje: Ramas leñosas espinescentes muy punzantes.Hojas: Carece de hojas, realizando la fotosíntesis con sus tallos clorofílicos.Flores: Reunidas en pequeños tubérculos en la base de las espinas, color blanco amarillento.Fruto: Color verde abriéndose en dos valvas del cual penden las semillas.Crecimiento: 25 cm/año.Exigencias: Las comunidades en plenitud se expresan en grandes áreas de es-currimiento, en suelos de cantos rodados, pedregosos y arenosos, bien dre-nados. Manifi esta gran rus-ticidad frente a la sequía.Recomendaciones:Establecido desde plantín el crecimiento es lento y se recomienda en con-diciones especiales de sitios, similares a la distribución de la especie. En zonas montañosas medias con marcados desnive-les, es posible establecer cercos vivos de primer nivel a 1,5 m entre plantas, los cuales pue-den ser alcanzados a los 8 años. Dependiendo del vigor, puede extenderse a un segundo nivel.Sus ramas espinescentes y fi r-mes, pueden ser guiadas inter-conectando las plantas en línea y dirigiendo las ramas apicales a la altura estipulada. Su escasa oferta forrajera y el contenido en saponinas, hacen práctica-mente nula su palatabilidad, lo que puede servir como cierre

Figura 14. Hualán (Bredemeyera colletioides) a- rama con fl ores.

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en cercanías del ganado caprino. La protección, a pesar de ser una copa sin fo-llaje, genera una trama de abundante cantidad de ramas espinescentes que se comporta como una excelente barrera física.

Capparis atamisquea (atamisqui- matagusanos) - Figura 15-

Familia: Capparidaceae Origen: NativoPorte: Arbusto de 2 a 3 m de alto, leñoso con ramas rígidas y quebradizas.Follaje: Ramoso y de color verde oscuro. Hojas: Brevemente pecioladas, discolores.Flores: En racimos paucifl ores, poco conspícuas. Fruto: Baya.Crecimiento: 30 cm/año.Exigencias: Es común que acompaña siempre los algarrobales, comportándose como freatófi to y persistiendo en los ambientes degradados por la tala. Tolera altas y bajas temperaturas. Prefi ere suelos arenosos, tolerando los de textura fi na (limo arcillosos). Se reproduce por semillas.Recomendaciones: Establecido desde plantín se recomienda una distancia de plantación de 1,0 m entre plantas. Responde a las podas. El crecimiento es re-lativamente rápido. Se recomienda para cercados de primer nivel, alcanzando la altura a los 5 años, pudiendo extenderse a un segundo nivel, cuando accede a capa freática. Mediante poda se orientan las ramas en forma lateral, dejando los nuevos bro-tes para dirigirlos hacia la parte apical. Sucesivamente se continúa dirigiendo las guías hacia la parte apical, hasta alcanzar la altura del cerco.El crecimiento es relativamente rápido. Es posible obtener una valla de mediana resistencia, debido a que sus ramas son muy quebradizas, sin embargo el fuste central permite ofrecer resistencia y persistencia en el tiempo. Si bien es consumido por el caprino, cuando los plantines adquieren porte adulto, los daños por pastoreo no afectan signifi cativamente a los individuos.

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Figura 15. Atamisqui (Capparis atamisquea)a- rama con hojas, fl ores y frutos b- fl orc- frutod- semilla.

1,5 cm 1,5 cm

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Grabowskya obtusa (oreja de gato) -Figura 16-

Familia: SolanaceaeOrigen: NativoPorte: Arbustos de hasta 3 m de alto. Follaje: Color verde glauco es muy atractivo, lo que permite el contraste con los tonos verdes de otras plantas.Hojas: Orbiculares, pediceladas y de forma variable.Flores: Infl orescencias racimosas terminales, en ramas espinosasFruto: Carnoso conteniendo 2 semillas óseas.Crecimiento: 30 cm/año.Exigencias: Prefi ere suelos arenosos, aunque también vegeta en los limosos.Recomendaciones: Por su estructura de leño más frágil, se recomienda el es-tablecimiento sobre mallas y telas de cierre con carácter de cerco ornamental.

Esto es debido a que no ofrece gran resistencia como valla, si la comparamos con las especies anteriores. Una vez establecida como apoyante de mallas en lin-deros, persiste en equilibrio con las precipitaciones locales, prác-ticamente sin aportes extras de agua. Establecido desde plantín se recomienda una distancia de plantación de 1,5 m entre plan-tas. Acepta las podas, generan-do nuevas ramas. Presenta un crecimiento relativamente rápi-do, pudiendo alcanzar el primer nivel a los 4 años y el segundo a los 6 años. Al principio, en es-tado juvenil, se comporta como una enredadera con tallos en zig- zag y con el paso del tiempo las ramas adquieren característi-cas leñosas rojizas oscuras, aun-que quebradizas.Figura 16. Oreja de gato (Grabowskya obtusa)a- rama con hojas, fl ores y frutosb- fl orc- frutod- semilla.

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Plectrocarpa tetracantha (manca potrillos) - Figura 17-

Familia: ZygophyllaceaeOrigen: NativoPorte: Arbusto leñoso hasta 2 m de altura, posee raíces gemíferas.Follaje: Ramoso con abundantes espinas reunidas de cuatro, de donde deriva la especie (tetra: cuatro, cantha: espina).Hojas: Compuestas en la cercanía de las 4 espinas muy agudas.Flores: Solitarias en las axilas de las ramas, con pétalos amarillentos poco conspicuos.Fruto: Fusiforme y tomentoso.Crecimiento: 25 cm/año.Exigencias: Posee preferencia por suelos arcillosos y limosos, con niveles de alta sa-linidad. Tolera inundaciones periódicas, por lo que puede utilizarse en depresiones y condiciones extremas de la región del Monte.Recomendaciones: Sólo se reco-mienda en condiciones extremas de suelos de textura fi na y nive-les de salinidad que impedirían el uso de otras especies. Se sugiere para cercos de primer nivel a una distancia de 1,0 m entre plantas, alcanzando el poder de cubri-miento a los 8 años. Buena res-puesta a las podas. Se recomien-da división de ramas laterales en ambos sentidos hasta llegar al nivel buscado. Se alcanza un cercado muy espinoso e infran-queable. Posee raíces gemíferas, las que deben ser controladas con laboreo. Llena un vacío para su uso en condiciones salinas ex-tremas, donde prácticamente es muy difícil el uso de otras espe-cies.

Figura 17. Manca potrillo (Plectrocarpa tetracantha)

a- rama con hojas y fl oresb- hoja

c- fl ord- fruto.

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Proustia cuneifolia (altepe) - Figura 18-

Familia: Asteraceae (Compuestas)Origen: NativoPorte: Arbusto de hasta 3,5 m de alturaFollaje: Verde claro y brillante, caduco en invierno, con ramas fuertes y espines-centes.Hojas: Pecioladas y coriáceas, con márgenes dentado espinosos punzantes.Flores: Se manifi estan en panículas terminales multifl ora de color blanco, muy vistosas.Fruto: Aquenios trígonos con vilano blanco típicos.Crecimiento: 25 cm/año.Exigencias: Por sus condiciones ecológicas de ambientes riparios, exige suelos pedregosos con rápido drenaje y mayor tenor de humedad, por lo que su manejo es más limitado. Crecimiento relativamente lento. Recomendaciones: Establecido desde plantín, la distancia de plantación debe ser 1 m. Responde a las podas, emitiendo nuevos vástagos. Presenta un crecimiento mayor que Acacia furcatispina, pero inferior a los Prosopis. En condiciones ecoló-gicas adecuadas para la especie, el primer nivel requiere 5 años y el segundo nivel necesita 9 años aproximadamente. Se recomienda su uso en zonas montañosas con pendientes o llanos con suelos pedregoso- arenosos de buen drenaje. Mejor si estos ambientes se ven favore-cidos con aportes de escurrimiento. En primaveras secas se recomiendan riegos complementarios frecuentes (semanales) para acelerar el crecimiento y manifes-tación del follaje, el que es muy vistoso y atractivo. Alcanza la altura deseada y es fácilmente regulado con las podas. Sus hojas verde claro brillantes son muy vis-tosas, al igual que su fl oración blanca, destacan a esta especie como ornamental.En la formación del cerco se deben orientar las ramas desde la base, para asegu-rar un buen cubrimiento. Realizar podas permite generar ramas largas a distintos niveles, que se superponen con las plantas vecinas. De esta forma se logra un entramado muy efectivo que impide el acceso de animales. Durante los inviernos crudos, el comportamiento caduco del follaje deja una buena cobertura de ramas espinosas que continúan siendo efectivas como barrera.

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Figura 18. Altepe (Proustia cuneifolia) a- rama con hojas, fl ores y frutosb- fl or c- fruto d- semilla.

1 cm 1 cm

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Tricomaria usillo (usillo) – Figura 19-

Familia: MalpighiaceaeOrigen: NativoPorte: Arbolito intrincado y ramoso de hasta 1,5 m de altura.Follaje: Con ramas espinescentes de color verde glauco serícea.Hojas: Lanceoladas y pubescentes.Flores: Solitarias o de 2 a 3 terminales.Fruto: Nueces esferoidales densamente pilosas.Crecimiento: 25 cm/año.Exigencias: Prefi ere suelos arenosos, común en médanos de la provincia del Monte. También tolera suelos de textura media a fi na. Muy tolerante a la sequía y niveles intermedios de salinidad. La producción de semillas a nivel de plantas es baja, por lo que se deberían cosechar en zonas con abundantes ejemplares. De crecimiento lento cuando juvenil, muestra buena respuesta en plantas adultas. Generalmente se lo observa como arbusto por efectos del fuego, corte de leña y el pastoreo.Recomendaciones: Establecido desde plantín se recomienda una distancia de plantación de 1 m entre plantas. Se recomienda su uso para un cercado de primer nivel, el cual se puede alcanzar a los 5 años, generando un cerco de protección poco denso. Posee ramas espinescentes que es posible direccionarlas para una buena protección. La coloración verde glauca le da un colorido especial. Acep-ta las podas, lo que permite extender la ramazón a distintos niveles. Manifi esta tallos radicantes, lo que permite realizar mugrones seguros para cubrir fallas o espacios vacíos. Como es una especie palatable para el ganado caprino que des-punta los vástagos, se deberán resguardar los ejemplares plantados de un exceso de pastoreo, que pudiera resentir el rebrote.Las ramas apicales se deben orientar lateralmente con el objeto de conectar la ra-mazón entre si. El crecimiento es relativamente rápido, dependiendo del tiempo establecido en el terreno.

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Figura 19.Usillo (Tricomaria usillo) a- rama con hojas, fl ores b- fl orc- fruto.

1,5 cm 1,5 cm

(a)

(b)(c)

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Schinus fasciculata (molle) - Figura 20-

Familia: Anacardiaceae Origen: Nativo.Porte: Arbolito de 5 m de altura. En gran parte arbustizado por incendios.Follaje: Abundante verde oscuro y perenne. Ramas leñosas espinescentes.Hojas: Enteras, linear lanceoladas, con bordes redondeadosFlores: Abundantes en pseudoracimos laterales.Fruto: Drupas globosas de color azul oscuro.Crecimiento: 30 cm/año.Exigencias: Prefi ere suelos arenosos. Se reproduce bien en vivero.Recomendaciones: Se planta en líneas a una distancia entre plantas de 1,5 m. Se conducen sus ramas desde la base hacia ambos lados, permitiendo un vástago erecto que se bifurca en ramas laterales para asegurar un buen cubrimiento, así sucesivamente hasta alcanzar la altura deseada. Al ser perennifolio este arbus-to mantiene la cobertura durante todo el año (Foto 7). Además la presencia de ramas espinescentes asegura un cierre prácticamente impenetrable. Puede ser conducido sin inconveniente en ambos niveles, el primer nivel lo alcanza a los 4 años y el segundo nivel a los 6 años. A continuación se aprecia un molle utilizado como cerco vivo en el frente de una vivienda en Calingasta. Muestra buena sanidad y buen poder de cubrimiento.

Foto 7. Cerco vivo de molle

(Schinus roigii) en vivienda de

Calingasta, San Juan.

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Figura 20. Molle (Schinus fasciculata) a- rama con frutosb- fl or mas-culina c- fl or feme-nina d- fruto e- semilla.

1 cm 1 cm 1 cm

(a)

(b)

(c)

(d)

(e)

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Especies exóticas

Acacia capensis (acacia africana- acacia del cabo) - Figura 21-

Familia: Fabaceae. Subfamilia: Mimosoideae Origen: Sudáfrica.Porte: Árbol de 6 m de alturaFollaje: Ramoso, de color verde oscuro, con potentes espinas.Hojas: Compuestas, bipinnadasFlores: En cabezuela, localizadas en la base de las hojas superioresFruto: Legumbre aplanada y secaCrecimiento: 30 cm/año.Exigencias: Prefi ere zonas cálidas. Suelos arenosos y hasta arcillosos, siempre que

posean buen drenaje. Tolerante a la sequía. Se reproduce por semillas (previa escarifi cación) y también por estacas enraizantes.Recomendaciones: Establecido desde plantín se recomienda una distancia de plantación de 3 m entre plantas. Acepta las po-das, lo que permite extender la ramazón a distintos niveles. Ge-nera una cortina densa e impe-netrable. En Chile es muy usada como cortina protectora de los predios agrícolas, asegurando un cierre continuo infranquea-ble.El crecimiento es relativamente rápido, dependiendo del tiempo establecido en el terreno. El pri-mer nivel se logra a los 4 años y el segundo nivel a los 7 años.

Figura 21. Acacia africana (Acacia capensis) a- rama con hojas e infl orescenciasb-fl orc- frutod- semilla.

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Agave americana (pita) - Figura 22-

Familia: AgavaceaeOrigen: MéxicoEs indígena de México y centroamérica, ampliamente distribuida en las zonas cálidas y áridas tanto del Mediterráneo como de África y América. Porte: La planta alcanza hasta 2 m de alto. Follaje: Las hojas se expresan en una roseta maciza, con exposición de sus agui-jones en los márgenes y espinas apicales.Hojas: Pueden alcanzar más de 1 m de longitud, carnosas con aguijones en los bordes y espinas apicales.Flores: Al cabo de vegetar durante 7 a 20 años (según especie y condiciones ecológicas) emite un escapo fl oral de hasta 10 m de altura, con numerosas fl ores. En nuestro medio es polinizada por colibríes. Se comporta como especie mono-cárpica, ya que al fl orecer muere la planta madre y deja la simiente y numerosos hijuelos al pie. No hemos experimentado, pero según informantes clave, el corte del escapo prolonga la vida útil de los ejemplares.Fruto: Cápsulas con numerosas semillas.Crecimiento: 25 cm/año.Exigencias: Común su multiplicación a través de los hijuelos extraídos de las plantas senescentes. En general no palatable.Recomendaciones: Establecido desde plantín se recomienda una distancia de plantación de 1,5 m a 2 m entre plantas. Acepta las podas de hojas basales. Para permitir una mayor expansión y contacto entre las hojas, no es conveniente corte alguno. Sus hojas terminadas en aguijón signifi can, cuando adultas, una defensa difícil de atravesar. Además posee un valor ornamental destacable en los ambientes áridos (puede utilizarse la forma disciplinada, la que es más exigente que la común). Se sugiere el uso para el primer nivel. La distancia de 1,5 m entre individuos, permite a los 5 años una buena defensa como barrera.

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Figura 22- Pita (Agave americana).

a- planta adul-ta emitiendo el

escapo fl oralb- hoja

c- infl ores-cencia.

1,5 cm 1,5 cm

(a)

(b)

(c)

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Tamarix gallica (Tamarindo) - Figura 23-

Familia: Fabaceae. Subfamilia: Mimosoideae. Origen: Asia Menor, África y Europa mediterráneaPorte: Árbol de hasta 8 m de alturaFollaje: Ramoso y fl exible Hojas: Pequeñas, escamosas e imbricadas y perennesFlores: Blancas y rosadas en panojas terminalesFruto: Cápsulas ovoidesCrecimiento: 40 cm/año.Exigencias: Prefi ere suelos arcillosos, aunque también se adapta a los arenosos, tole-rando elevados niveles de salinidad y sequía. Soporta bajas temperaturas, comportán-dose como freatófi ta.Recomendaciones: establecido desde plantín se recomienda una distancia de planta-ción de 2 m entre plantas. Acepta las podas, emitien-do nuevos rebrotes, lo que facilita la conducción de la ramazón a distintos niveles. Se adecúa muy bien tanto al primero como al segun-do nivel. El primero se al-canza a los 4 años y el se-gundo a los 6 años. Acepta una menor distancia entre plantas y es posible obte-ner un cerco vivo perenne muy denso, efectivo como protector y de valor orna-mental.

Figura 23. Tamarindo (Tamarix gallica) a- Rama con inflorescencia

b- Inflorescenciac- Flor

d- Frutoe- Semilla

f- Hoja.

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Elaeagnus angustifolia (Arabia- Olivo de Bohemia) - Figura 24-

Familia: ElaeagnaceaeOrigen: EurasiaPorte: Árbol de hasta 8 m de altura con ramas espinescentes.Follaje: Ramas pardo oscuras y color plateado, que refl eja la luzHojas: Enteras de color plateado, verde claro en la cara superior y más claras en el en-vés. Se comportan como caducas en condiciones de bajas temperaturas.Flores: Amarillentas poco conspícuas, muy perfumadas. Fruto: Aquenios blancos Crecimiento: 50 cm/año.Exigencias: Vegeta bien en terrenos pedregosos, arenosos y limo arcillosos. Tolera el ascenso de capas freáticas salinas. Muy tolerante a las bajas temperaturas. Si bien es factible la reproducción por semillas, es común la multiplicación por estacas de 0,30 m de longitud en surcos; obteniéndose barbados de 1,20 m de altura, los que pueden implantarse a raíz desnuda en la época de receso invernal. Recomendaciones: Establecido desde plantín se recomienda una distancia de plan-tación de 1,0 m entre plantas. Tolera las podas y sus ramas son fáciles de conducir. Se sugiere su uso en el primer nivel, el cual se logra a los 3 años y un segundo nivel que se alcanza a los 5 años. Forma cercos vivos leñosos muy denso e impenetrables. Es el cerco vivo más utilizado por el hombre de campo del sur de Mendoza (crianceros) y en zonas de montaña, donde las bajas temperaturas son un factor limitante para otras especies.

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Figura 24. Arabia (Elaeagnus angustifolia)a- rama conhojas y fl oresb- fl orc- frutod- semilla.

1,5 cm 1,5 cm

(d)

(c)

(b)

(a)

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Opuntia fi cus indica (tuna) – Figura 25-Familia: CactaceaeOrigen: MéxicoPorte: De 1m a 2 m según las condiciones de clima y suelo. Follaje: Existen raquetas (tallos) con y sin espinasHojas: no posee, siendo modifi cadas y transformadas en penepes (o espinas) en las aréolas. Flores: De tamaño grande, con pétalos de colores vivos, muy visitadas por insec-tos.Fruto: Baya, denominada tuna o higo chumbo.Crecimiento: 35 cm/año.Exigencias: Cuando las precipitaciones no superan los 200 mm anuales, es con-veniente suplementarlo con riegos eventuales que lo lleven a 350 mm, obtenién-dose muy buena respuesta de crecimiento, fundamentalmente en las primaveras secas. Se utiliza en zonas semiáridas con cierta tolerancia al frío. Se afecta con temperaturas mínimas absolutas por debajo de – 8º, aunque es posible adquirir otras especies con mayor resistencia, variando la calidad del fruto.Recomendaciones: Establecido por vía agámica, se recomienda una distancia de plantación de 1,5 m entre plantas, lográndose a los 4 años un cerco con densi-dad en aumento. Acepta las podas, que consiste en extraerle las raquetas (tallos) y mantenerlas los niveles de altura sin difi cultad. Provee abundantes frutos. Se recomienda su uso para cercado de viviendas y de huertas, siendo recomendable el empleo de variedades con espinas cuando existe ganado, las que aseguran un cierre más efectivo.

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Figura 25. Tuna (Opuntia fi cus indica) a- plantab- raquetac- fl ord- frutoe- semilla.

3,5 cm 3,5 cm 3,5 cm

30 cm 30 cm

(d)

(c)

(e)

(b)

(a)

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Bibliografía citada y consultada

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Se terminó de imprimir el 28 de octubre de 2011en los Talleres Gráfi cos de Inca Editorial Cooperativa de Trabajo Ltda.Federico Moreno 2164/ 2188 (5500) Mendoza - República Argentina

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Cerco vivo con arabia (Elaeagnus angustifolia) en la ciudad de Malargüe, Mendoza.

Cerco vivo de tamarindo (Tamarix gallica) en vivien-da de Puesto, Agua del toro, Malargüe- Mendoza.

Cerramiento perimetral de predio con retamo (Bulnesia retama) en Quines, San Luis

Cerramiento perimetral de un cultivo agrícola con viscote (Acacia visco) en Luján, San Luis

Cerramiento de predio con

algarrobo blanco (Prosopis chilensis)

en Ruta Nac. 7. Alto Verde, San

Martín- Mendoza