86. el tiempo lo dira
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Mayor información: [email protected] Visita nuestro sitio Web y suscríbete en nuestra lista de correos. Si deseas saber más sobre la Sabiduría Védica, visita Biografía del Autor: www.vrindavan.org/gm Biografía del Autor: www.vrindavan.org/gm Para Niños: www.damodara.de Para Niños: www.damodara.de Arte Consciente: www.consciousart.de Arte Consciente: www.consciousart.de Ecología y Vegetarianismo: www.elarmonista.com Ecología y Vegetarianismo: www.elarmonista.com Yoga Inbound - Tours India: www.yogainbound.org Yoga Inbound - Tours India: www.yogainbound.org Biblioteca Védica: www.vrindavan.org/biblioteca Biblioteca Védica: www.vrindavan.org/biblioteca www.sabiduriavedica.org www.sabiduriavedica.org o las siguientes páginas de Internet: 1 86 Colección Sabiduría Védica Colección Sabiduría Védica Por: Swami B. A. Paramadvaiti Por: Swami B. A. Paramadvaiti Tiempo Tiempo 3 4 2 lo dirá lo dirá El tiempo lo dirá El tiempo lo dirá ada pensamiento, cada palabra proferida y cada movimiento dejan una estela. A su C debido tiempo, estas acciones retornan a cada quien en forma de karma, que es la reacción respectiva –positiva, negativa o neutra– que encierra todo acto. La ley universal del karma es educativa, y no vengativa; básicamente, existe para que cada uno de nosotros pueda experimentar en carne propia lo que ha hecho a otros; es la cosecha de lo que hemos sembrado. Gracias al karma, entendemos que la vida es algo serio, y que con ella no se juega, ni con nadie. El sufrimiento o la felicidad que le causemos a los seres vivientes, retornará para mirarnos de frente y hacernos responsables. Debemos prestar mucha atención a todos nuestros actos. Pero, ¿bajo qué parámetros juzgar las acciones para conseguir así los mejores resultados? Sin duda alguna estos criterios los da la verdadera educación. Las antiguas Escrituras védicas nos dicen que hay tres formas de aprender: escuchando, viendo y sufriendo. Se considera de primera clase a aquellos que aprenden escuchando; de segunda clase, a los que no les basta escuchar, sino que necesitan corroborar las cosas; de tercera clase, a quienes se convencen de la verdad de algo sólo a través del sufrimiento. Independiente de que nuestra educación sea de primera, segunda o tercera clase, lo importante es elegir los lineamientos para nuestra formación. Esto es fundamental, pues los contenidos de nuestra educación nos ayudan a aclarar los conceptos, las reflexiones, las conclusiones, las incertidumbres, y a desarrollar una mentalidad. Con miras a la sólida educación de sus discípulos, los maestros de la cultura vaishnava recomiendan escuchar y obedecer a las autoridades. ¿Qué autoridades? El guru, el sastra y los sadhus. Según la sabiduría védica, estas tres autoridades pueden conducir nuestra educación en forma ejemplar. El guru es el Maestro Espiritual que enseña claramente los contenidos de las Escrituras sagradas o sastras, de las cuales el maestro no es independiente. A su vez, las Escrituras, que contienen las maravillas de la vida espiritual, no son independientes del guru, ya que un ser ejemplar debe explicarlas, interpretarlas y, sobre todo, enseñar y practicar fielmente sus preceptos. La tercera autoridad son los sadhus o los santos. La palabra sadhu designa a los practicantes genuinos de la vida espiritual, es decir aquellos que siguen la instrucción del maestro y de las Escrituras; dicho de otra manera, los que se han consagrado al guru y al sastra. Un sadhu es una persona digna de confianza, portadora de la sabiduría necesaria para jugar un papel importante en nuestra educación. Como se aprecia, guru , sastra y sadhu son autoridades espirituales que se complementan entre sí. Ahora bien, los mismos Vedas nos dejan ver que existe una cuarta autoridad: el corazón de cada uno. Hay que tomar muy en cuenta lo que nos dice el corazón, porque incluso la educación debe obtener su aprobación tras la introspección. No sobra decir que la autoridad del corazón es perfectamente compatible con las otras tres, las cuales nunca se contradicen. La contradicción sólo dejaría ver la presencia de un error o de la incomprensión del estudiante en proceso de formación. El sistema es perfecto, armónico y revela la verdad o tattva. Los sabios de la India declaran que el hombre debe buscar la verdad con todo el corazón, y ya vendrá el momento en que se verá el resultado de dicho esfuerzo. Como quien dice: el tiempo lo dirá. “Cada pensamiento, palabra y movimiento dejan una estela. A su debido tiempo, estas acciones retornan a cada quien en forma de karma.” El El “Gracias al karma entendemos que la vida es algo serio, y que con ella no se juega, ni con nadie. Todo sufrimiento o felicidad que causemos a los seres vivientes retornará para mirarnos de frente y hacernos responsables. ” “Gracias al karma entendemos que la vida es algo serio, y que con ella no se juega, ni con nadie. Todo sufrimiento o felicidad que causemos a los seres vivientes retornará para mirarnos de frente y hacernos responsables. ”
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Según la sabiduría védica, estas tres autoridades pueden conducir nuestra educación en forma ejemplar. El guru es el Maestro Espiritual que enseña claramente los contenidos de las Escrituras sagradas o sastras, de las cuales el maestro no es independiente. A su vez, las Escrituras, que contienen las maravillas de la vida espiritual, no son independientes del guru, ya que un ser ejemplar debe explicarlas, interpretarlas y, sobre todo, enseñar y practicar fielmente sus preceptos. 1 ElEl
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Cdebido tiempo, estas acciones retornan a cada quien en forma de karma, que es la reacción respectiva –positiva, negativa o neutra– que encierra todo acto. La ley universal del karma es educativa, y no vengativa; básicamente, existe para que cada uno de nosotros pueda experimentar en carne propia lo que ha hecho a otros; es la cosecha de lo que hemos sembrado. Gracias al karma, entendemos que la vida es algo serio, y que con ella no se juega, ni con nadie. El sufrimiento o la felicidad que le causemos a los seres vivientes, retornará para mirarnos de frente y hacernos responsables.
Debemos prestar mucha atención a todos nuestros actos. Pero, ¿bajo qué parámetros juzgar las
acciones para conseguir así los mejores resultados? Sin duda alguna estos criterios los da la verdadera educación. Las antiguas Escrituras védicas nos dicen que hay tres formas de aprender: escuchando, viendo y sufriendo. Se considera de primera clase a aquellos que aprenden escuchando; de segunda clase, a los que no les basta escuchar, sino que necesitan corroborar las cosas; de tercera clase, a quienes se convencen de la verdad de algo sólo a través del sufrimiento.
Independiente de que nuestra educación sea de primera, segunda o tercera clase, lo importante es elegir los lineamientos para nuestra formación. Esto es fundamental, pues los contenidos de nuestra educación nos ayudan a aclarar los conceptos, las reflexiones, las conclusiones, las incertidumbres, y a desarrollar una mentalidad.
Con miras a la sólida educación de sus discípulos, los maestros de la cultura vaishnava recomiendan escuchar
y obedecer a las autoridades. ¿Qué autoridades? El guru, el sastra y los sadhus.
Según la sabiduría védica, estas tres autoridades pueden conducir nuestra educación en forma ejemplar. El guru es el Maestro Espiritual que enseña claramente los contenidos de las Escrituras sagradas o sastras, de las cuales el maestro no es independiente. A su vez, las Escrituras, que contienen las maravillas de la vida espiritual, no son independientes del guru, ya que un ser ejemplar debe explicarlas, interpretarlas y, sobre todo, enseñar y practicar fielmente sus preceptos.
La tercera autoridad son los sadhus o los santos. La palabra sadhu designa a los practicantes genuinos de la vida espiritual, es decir aquellos que siguen la instrucción del maestro y de las Escrituras; dicho de otra manera, los que se han consagrado al guru y al sastra. Un sadhu es una persona digna de confianza, portadora de la sabiduría necesaria para jugar un papel importante en nuestra educación.
Como se aprecia, guru, sastra y sadhu son a u t o r i d a d e s e s p i r i t u a l e s q u e s e complementan entre sí.
Ahora bien, los mismos Vedas nos dejan ver que existe una cuarta autoridad: el corazón de cada uno. Hay que tomar muy en cuenta lo que nos dice el corazón, porque incluso la educación debe ob tener su aprobac ión t r a s l a introspección. No sobra decir que la autoridad del corazón es perfectamente compatible con las otras tres, las cuales nunca se contradicen. La contradicción sólo dejaría ver la presencia de un error o de la incomprensión del estudiante en proceso de formación. El sistema es perfecto, armónico y revela la verdad o tattva.
Los sabios de la India declaran que el hombre debe buscar la verdad con todo el corazón, y ya vendrá el momento en que se verá el resultado de dicho esfuerzo. Como quien dice: el tiempo lo dirá.
“Cada pensamiento, palabra y movimiento dejan una estela. A su debido tiempo, estas acciones retornan a cada quien en forma de karma.”
ElEl
“Gracias al karma entendemos que la vida es algo serio, y que con ella no se juega, ni con nadie. Todo sufrimiento o felicidad que causemos a los seres vivientes retornará
para mirarnos de frente y hacernos responsables. ”
“Gracias al karma entendemos que la vida es algo serio, y que con ella no se juega, ni con nadie. Todo sufrimiento o felicidad que causemos a los seres vivientes retornará
para mirarnos de frente y hacernos responsables. ”
Swami B. A. ParamadvaitiSwami B. A. Paramadvaiti
El guru es el Maestro Espiritual, que enseña claramente los contenidos de las Escrituras sagradas.
Los sastras o las Escrituras, por su parte, contienen las maravillas de la vida espiritual. El guru fidedigno las explica, interpreta y, sobre todo, sigue fielmente sus preceptos.
La palabra sadhu designa a los practicantes genuinos de la vida espiritual, o sea a aquellos que siguen las instrucciones de su propio maestro y del sastra; dicho de otra manera: un sadhu es aquel que se ha consagrado a su guru y a la verdad.
El guru es el Maestro Espiritual, que enseña claramente los contenidos de las Escrituras sagradas.
Los sastras o las Escrituras, por su parte, contienen las maravillas de la vida espiritual. El guru fidedigno las explica, interpreta y, sobre todo, sigue fielmente sus preceptos.
La palabra sadhu designa a los practicantes genuinos de la vida espiritual, o sea a aquellos que siguen las instrucciones de su propio maestro y del sastra; dicho de otra manera: un sadhu es aquel que se ha consagrado a su guru y a la verdad.
Guru - Sastra - SadhuGuru - Sastra - Sadhu
Las autoridades que nos permiten acceder a la verdad, proporcionan una educación que promueve el dharma (o la función natural y eterna del ser individual), el cual consiste en seguir las leyes establecidas por Dios y en servirlo con amor y devoción. Dharma es sinónimo de verdad. Servir a Dios , t en iendo presente sus deseos y recomendaciones, es lo que se denomina una comprensión integral del ser, pues dicha ocupación implica conocerse a sí mismo y estar versado en los pormenores para relacionarse amorosamente con el Creador y su creación. Si estudiamos las sagradas Escrituras y vivimos de acuerdo al dharma, seguramente tendremos una vida con profundos pensamientos y certezas.
El legado de la sabiduría védica, preservado por escuelas iniciáticas y consignado en libros tan importantes como el Mahabharata, el Ramayana y el Bhagavad-gita, muestra que el hombre, para ser feliz, debe ceñirse al principio del dharma. Como Dios es
el bienqueriente de todos los seres vivientes, seguir este principio significa vivir sin lastimar su propio cuerpo, sin atentar contra la vida, y siendo responsable de todo acto, evaluado a la luz de las autoridades, el bien absoluto y el amor universal.
En esencia, el dharma apunta al respeto de las relaciones y a la conducción de la propia vida con afecto y responsabilidad. Esto nos protegerá y nos ayudará a trascender el samsara (el ciclo del nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte), que se repetirá mientras haya deseos y karmas materiales. El dharma nos libera, el karma bueno o malo nos condiciona en el mundo material.
Existe una bella oración que invoca el anhelo del dharma. Se trata de la recitación de los Santos Nombres de Dios:
Hare KrishnaHare Krishna
Krishna KrishnaHare HareHare RamaHare RamaRama RamaHare Hare
“Oh mi señor, déjame ser un instrumento de tu amor”. Cuando esta oración es pronunciada con el corazón, Dios interviene en nuestra vida y beneficia la mente, la inteligencia y el alma.
En conclusión, el sonido de los Santos Nombres, las instrucciones del guru, el conocimiento del sastra, los consejos de los sadhus y la guía del corazón son invaluables para comprender el mundo y liberarse de sus reacciones y condicionamiento. Por la misericordia de Dios esto es posible. No obstante, uno tiene que desearlo.
Si entregamos nuestra vida a la voluntad de Dios, seremos abrazados por la bondad pura de la Divinidad y removidos del enredo material; además, los errores cometidos podrían ser eliminados por la amnistía trascendental, que se activa cada vez que Dios lo desea o algún gran devoto intercede por nosotros, como Srila Prabhupada, quien oró por que pudiésemos apreciar el mensaje de los Vedas y su iluminación. Gracias a él tocamos estos temas de la Sabiduría Védica. Según las enseñanzas de Srila Prabhupada, el tiempo dejará ver todo lo grandioso que puede lograr un devoto sincero a través del servicio a Dios.
