7 Maestros Un Camino

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AGRADECIMIENTOS Me gustara ofrecer mi humilde agradecimiento a los siguientes maestros contemporneos que se tomaron un tiempo considerable para orientarme hacia una comprensin ms profunda del proceso de meditacin y me ofrecieron ideas espirituales propias que ahora se comparten en este libro. Ellos son: Alan Watts, Krishnamurti, Richard Alpert, Rebecca Oriard, Bill Gearhart, Rollo May, Hump1irey Osmond, Thakin Kung, Carlo Rogers, Birgitta Steiner, Kr1yananda y Samuel Lewls. Hay por supuesto muchos maestros reconocidos y no reconocidos en el camino de la meditacin, y estoy agradecido a todos los que han contribuido a una comprensin ms pro funda de cmo trabaja nuestra mente y cmo se experimenta mejor la meditacin.

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INTRODUCCIN MEDITAR CON EXITO Mira en tu interior y sintete en paz; libre de temores y ataduras conoce el dulce gozo del camino... BUDA Se dice que el valle de Ojai, plcidamente enclavado al pie de las montaas Topa Topa, a unos cincuenta kilmetros de Santa Brbara, en el interior, fue el corazn espiritual de la antigua civilizacin chumash que antao floreci a lo largo de la costa de California, en Estados Unidos. El destino quiso que la invasin espaola ocurrida en el siglo xvii aniquilase a los chumash, de suerte que durante doscientos aos el valle de Oj a permaneci prcticamente deshabitado salvo por unas cuantas familias de indecisos colonos espaoles y por la abundante fauna autctona. En 1906, a la edad de diecisiete aos, mi abuelo (que tambin se llamaba John Selby) se traslad desde su lugar de origen, prximo a Ventura, hasta el solitario valle de Ojal, donde se estableci como uno de los primeros ganaderos de la zona. En los aos subsiguientes, los vestigios de las energas espirituales de los indios americanos, sumados a la propensin natural de mi abuelo a lo mstico y la intensidad terrenal de tan extraordinario y bello entorno, despertaron en l una cualidad especial de consciencia. A medida que afluyeron ms pobladores, durante la primera mitad del siglo XX, se afianz en toda la regin su fama de ranchero dotado de una singular carga espiritual. En las dcadas de 1940 y 1950, cada vez ms personas llegaron a conocerlo y apreciarlo como maestro espiritual indgena del valle. La cadena de televisin CBS incluso envi, en los aos sesenta, un equipo de filmacin al rancho para rodar un especial de media hora de duracin sobre el silencioso sabio del valle. El abuelo, desde luego, simplemente se rea de tales atenciones y prosigui su discreta labor, impartiendo sus enseanzas por medio del ejemplo ms que de la palabra. Yo tuve la fortuna de vivir con mi familia en el rancho del abuelo durante buena parte de mi infancia, y sola dedicar casi todo mi tiempo libre a ayudarlo en sus quehaceres diarios; lo segua en silencio por los senderos de caza; aprenda a rer y no a maldecir ante las adversidades; cabalgbamos juntos por los robledales y las amplias praderas; permanecamos sentados sin hablar por espacio de media hora junto a los arroyos de rpidas corrientes; y descubr, por smosis, cmo aquel hombre mantena su mente deliberadamente serena mientras observaba el mundo sin juzgarlo, trataba a todas las criaturas de Dios con respeto y compasin, y se concentraba en ser bondadoso y receptivo en lugar de caer en los diversos miedos y egosmos humanos. Posteriormente estudi con algunos de los maestros ms renombrados y aprend sus tcnicas formales de meditacin. A decir verdad, sin embargo, gran parte de los conocimientos meditativos que compartir con ustedes en el presente libro son aquellos que experiment en las etapas tempranas de mi vida, al margen de cualquier mtodo organizado, mediante el sencillo ejemplo espiritual de aquel hombre humilde. Mi abuelo viva una vida verdaderamente interior y me ense que el camino espiritual hay que hallarlo fuera de todo dogma o doctrina religiosa separatista. Acaso lo ms importante en este libro, la enseanza meditativa que el abuelo dej grabada en mi alma, sea que la meditacin no es algo que hay que practicar una o dos veces al da; antes bien, es una atmsfera espiritual continua que ha de presidir cada instante de nuestra vida. En los momentos de excesiva agitacin, el abuelo sola hacer una pausa y se apoyaba en una cerca o se sentaba durante unos minutos hasta recuperar su porte radiante. Estos breves parntesis meditativos parecan constituir una parte esencial de su vida diaria. El abuelo tambin segua una especie de rutina formal de meditacin: casi siempre se levantaba al alba y, si la climatologa lo permita, se sentaba bajo su roble favorito mientras sala el sol. Con frecuencia, yo me levantaba a tiempo para acompaarlo en silencio mientras amaneca, disfrutando del especial estado de nimo que me embargaba cuando permanecamos juntos sin hablar durante quince o veinte minutos. Asimismo, el abuelo sola hacer un alto al caer la tarde para sentarse, relajarse... y ser, simplemente, mientras el sol desapareca. Durante sus meditaciones solares no se iba a ninguna parte; de hecho, una de sus principales caractersticas era la perpetua e intensa vinculacin que mantena con el momento presente.

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Haga una pausa y reflexione Tal vez desee detenerse un momento en este punto para reflexionar sobre las personas que pudieron ejercer en usted una profunda influencia espiritual mientras creca. Quines fueron? Qu aprendi de ellas? Siguen estando con usted interiormente?

Liberacin cognitiva Unas dcadas despus de que mi abuelo se trasladase al valle de Ojal, varias comunidades espirituales emigraron a aquella regin para establecer all sus escuelas y difundir sus enseanzas. Una de ellas fue la Sociedad Teosfica, que poco despus del cambio de siglo busc en la India hasta dar con un nio al que se identific como nuevo mesas del mundo, encarnacin viviente de Jess y de Krislina. Los tesofos trasladaron a jlddu Krlshnamurti a Europa y ms tarde, en 192 1, lo llevaron a Oj a para que madurase espiritual y fsicamente conforme alcanzaba la edad adulta. Mientras viva en los naranjales situados a pocos kilmetros de Ojai, Krishnamurti experiment su primer despertar; poco despus sorprendi a sus millares de devotos seguidores reflejando su identidad de nuevo mesas. Yo mismo me sent hondamente conmovido cuando, de nio, lo o hablar en los robledales de Ojal. Percib que ante m tena a un hombre que expresaba con palabras lo que mi abuelo manifestaba por medio de sus actos: esto es, que para alcanzar la paz de nimo y la claridad de visin debemos aprender a dominar la mente y sintonizar con nuestro ncleo interior, al margen de todo condicionamiento cultural y creencia religiosa. Despus de aquel primer encuentro con Krishnamurti, mantuve numerosas charlas y reuniones formales con l; hasta nuestro ltimo encuentro en Suiza, poco antes de su muerte; sus escuetas enseanzas me parecieron siempre las ms claras de cuantas impartiera cualquier maestro espiritual del mundo. En muchos aspectos, este libro constituye mi nueva manera de expresar, en un formato fcilmente accesible para la generacin actual, la sabidura meditativa y la liberacin cognitiva que Krishnamurti ense a todos cuantos lo escucharon; son ideas en las que se reflejan la veracidad de los antiguos maestros y el ejemplo inmediato de mi abuelo, ofrecidas ahora de una manera conceptualmente nueva, a fin de inspirar a la joven sociedad de nuestro mundo.

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Maestros vivos Una de las principales enseanzas de Krishnamurti consista en que lo ms conveniente para recorrer el camino espiritual no es convertirse en fiel devoto de un gur concreto, sino buscar nuestro propio ncleo interior y acceder as, directamente, a la sabidura imperecedera. Sin embargo, cuando yo era joven, me alent a viajar y explorar por m mismo las tcnicas y enseanzas de la vasta tradicin meditativa del mundo, para que viese claramente cun necesaria era una verdadera revolucin en nuestra

sociedad. Cuando uno se aventura en el mundo exterior, afirmaba, resulta evidente que debe producirse una revolucin total. Ha de surgir una cultura de distinta naturaleza. A menos que se d una profunda revolucin psicolgica, las meras reformas introducidas en la periferia surtirn poco efecto. Y esta revolucin psicolgica (para m, la nica revolucin) es posible a travs de la meditacin. Movido por dicho estmulo, empec, a la edad de diecinueve aos, a investigar y estudiar con varios maestros destacados, cada uno de los cuales posea una clave particular de los secretos de la meditacin satisfactoria, originada en las enseanzas de los antiguos maestros y tambin en sus propias ideas e inspiraciones. El presente libro es el resultado de esa exploracin realizada a lo largo de toda una vida. Al mismo tiempo, comenc a sentir una gran curiosidad por los aspectos cientficos de la experiencia meditativa y dediqu muchos aos a estudiar los elementos neurolgicos y psicolgicos formales de la experiencia espiritual. Dentro de este mbito de investigacion, uno de mis profesores, Alan Watts, especialista en filosofa zen y hombre brillante pese a sus imperfecciones, me desafi a continuar un proyecto clave que l haba iniciado: se trataba de identificar los principios psicolgicos fundamentales y los procedimientos comunes a todas las grandes tradiciones meditativas del mundo, para luego difundir esas enseanzas. Acept el desafo y al poco me involucr en investigaciones sobre la mente para el National Institute of Mental Health (NIMH); en las dcadas de 1960 y 1970 particip en una serie de influyentes estudios, centrados en la meditacin, que contribuyeron a arrojar luz sobre nuestra comprensin cientfica de la experiencia meditativa. Poco a poco, despus de muchos aos de investigaciones en esta direccin, comprend que, de hecho, todas las grandes tcnicas meditativas del mundo se basan en un entendimiento psicolgico unificado del funcionamiento de la mente y de los mejores pasos a seguir para proyectar nuestra consciencia hacia los mbitos ms profundos de la percepcin espiritual. En este libro se ofrecen las conclusiones esenciales de dichos estudios y se demuestra cmo los siete grandes maestros de la comunidad espiritual del mundo enseaban aspectos o fases clave del mismo proceso meditativo subyacente. Por qu es innovador este enfoque? Casi todas las culturas del mundo han desarrollado tradiciones relativas a la meditacin profunda, algunas de las cuales se remontan a la prehistoria. No hay, a buen seguro, nada nuevo bajo el sol en lo referente al proceso natural bsico que sigue la mente humana para abrirse, contemplar y fundirse con lo divino. Cualesquiera que sean nuestras creencias teolgicas o filosficas, la verdadera experiencia espiritual directa que se encuentra ms all de las ideas y los pensamientos humanos es universal. Por este motivo, el presente programa de meditacin es igualmente vlido tanto si se es cristiano como taosta, hind, budista, tesofo, cientfico, etc. Este programa revoluciona nuestra capacidad de aprender a meditar con xito prescindiendo de todo el dogma religioso, el ritual y la teologa que rodean la experiencia meditativa humana, a fin de que, as, aflore el proceso psicolgico subyacente que han enseado, a travs de los tiempos, los grandes maestros de meditacin del mundo. Mediante la investigacin de este proceso psicolgico comn que existe en todas las grandes tradiciones meditativas, mis colegas y yo hemos podido desarrollar un nuevo programa de meditacin que integra los diversos enfoques tradicionales en un todo emprico unificado. Son cuatro las innovaciones que hacen de Siete maestros, un camino un programa de meditacin nico e importante en la bsqueda de una experiencia y una comprensin meditativa ms profunda:

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INNOVACIN 1: LAS SIETE EXPANSIONES La mayora de los maestros espirituales coinciden en que conviene definir la meditacin como una expansin de la consciencia humana ms all de los planteamientos y las creencias vitales adquiridas, con objeto de encontrar directamente una realidad ms profunda. En nuestros estudios hemos descubierto que existen siete expansiones principales de la consciencia que se desarrollan de forma natural durante cualquier sesin de meditacin satisfactoria. La mente humana avanza, claramente, hacia la comprensin y el gozo espiritual mediante un proceso previsible cuando se ve libre de hbitos mentales, emociones perturbadoras o creencias restrictivas. Este proceso de expansin, que consta de siete pasos, est especificado en el programa de meditacin que se describe en Siete maestros, un camino.

INNOVACIN 2: UNA TCNICA PARA SERENAR LA MENTE Aprender a serenar nuestros inquietos y a menudo perturbadores pensamientos ha sido siempre un desafo fundamental. Mientras realizbamos investigaciones sobre la actividad mental en el NIMH, mis colegas y yo identificamos un proceso perceptivo especial que aquieta, de forma instantnea y previsible, el flujo de pensamientos en nuestra mente. Mediante este sencillo mtodo para sosegar la mente, usted podr avanzar hacia la meditacin profunda. INNOVACIN3: MTODO ABREVIADO Normalmente se considera que es necesario dedicar como mnimo media hora a la meditacin para que sta resulte efectiva. Sin embargo, hemos descubierto que esta suposicin no es psicolgicamente vlida. Aplicando nuevas ideas al proceso meditativo, hemos desarrollado un mtodo abreviado que puede realizarse en un lapso de tiempo extraordinariamente corto pero eficaz. Una vez que usted domine el proceso de expansin mental, ser capaz de llevar a cabo una meditacin completa en el periodo de tiempo del que disponga, integrando as, y de manera perfecta, la meditacin en todos los segmentos de su vida, por activa que sta sea. INNOVACIN 4: FRASES FOCALES Otra innovacin que presentamos y que har que usted aprenda a meditar de una manera ms fcil, efectiva y amena, es el empleo de siete frases focales, cuidadosamente pensadas, que ayudarn a su mente a concentrarse directamente en cada una de las siete expansiones. Una vez que haya superado el programa de aprendizaje inicial, estos dichos especiales estimularn de inmediato en usted toda la experiencia asociada a cada expansin. GUAS DE AUDIO EN LNEA Los lectores que dominen el idioma ingls pueden acceder al programa de audio para aprender a meditar que est disponible en la web www. 7masters. com. Para acceder a algunas reas del sitio web es preciso introducir los nmeros que se solicitan del ISBN de la edicin inglesa: 0-06-052251-8 (en ocasiones se hace referencia a la pgina 207 de dicha edicin). El proceso de aprendizaje Este libro es, en gran medida, un manual de aprendizaje ms que una disertacin filosfica. Mi principal meta consiste en lograr que domine usted cada expansin meditativa. A tal fin, cada captulo se cierra con un ejercicio de meditacin basado en la misma gua verbal que utilizo personalmente con mis alumnos y clientes.

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A lo largo de todo el libro, pretendo facilitarle la gua y la comprensin necesarias para situarle en el punto en que su propia experiencia meditativa interna despegue y vuele por s sola... cuando pueda sintonizar regularmente con su respiracin, serenar sus pensamientos, concentrarse en cada uno de los siete temas de meditacin y participar plenamente de la singularidad de su propio y siempre nuevo momento meditativo. Para ello, en cada captulo le doy a conocer a un maestro, un proceso de meditacin y una nueva experiencia interior, hasta que usted aprenda de memoria las siete expansiones meditativas, breves pero eficaces, que en conjunto constituyen un intenso, magnfico y completo programa de meditacin. Tambin en cada captulo le ofrezco varias pausas meditativas, parntesis en la lectura durante los cuales usted podr dejar el libro por un momento y ponderar o poner en prctica lo que acaba de leer; de este modo, su propia experiencia predominar sobre la reflexin intelectual a lo largo de toda la obra. Si para usted la meditacin es algo nuevo, necesitar bastante tiempo para explorar cada expansin antes de pasar a la siguiente. No hay prisa, ni urgencia, ni metas o logros finales. Lo importante es que dedique su atencin a experimentar completamente cada nuevo momento meditativo. Es posible que se no sea su caso y ya haya odo hablar de la experiencia meditativa en general, ledo libros sobre el tema o tal vez probado una o ms tcnicas tradicionales, pero sin haber encontrado una prctica espiritual que pueda considerar propia. Puede que, merced a estos conocimientos previos, sea capaz de avanzar ms rpidamente a travs del proceso de aprendizaje. Con todo, asegrese de tomarse su tiempo para comprender y experimentar plenamente las expansiones, una por una. Y pudiera aun ocurrir que usted ya haya recorrido un gran trecho en su viaje meditativo, pero busque una prctica diaria ms integrada y efectiva que ilumine su vida. Por favor, sintase libre de avanzar rpidamente por los pasajes que cubran un terreno que ya conozca... y, al mismo tiempo, procure hacer un alto para experimentar cada expansin tal como aqu se presenta. Si vive las experiencias y nuevas percepciones que surgen espontneamente a medida que avanza por este programa de meditacin de siete expansiones, descubrir una vida de revelacin y exploracin espiritual. Sintase libre de avanzar a su propio ritmo, y pronto ser capaz de recorrer sin esfuerzo todo el proceso de meditacin por s solo, sin necesidad de una gua externa.

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Meditacin abreviada Tradicionalmente, sobre todo en los mtodos hind y budista, se suele meditar una o dos veces al da, como mnimo durante media hora en cada ocasin. Sin duda este esquema es recomendable si uno puede reservarse tal cantidad de tiempo de la actividad diaria, y ser regular. Sin embargo, en la actualidad a muchas personas les resulta ms viable gozar de cinco momentos de meditacin al da, en lugar de sumirse en un periodo de meditacin prolongado. Asimismo, algunas personas gustan de detenerse durante un buen rato, mientras que otras, de distinto carc ter, prefieren mantenerse ms activas. Por ltimo, hay quienes, como es mi caso, disfrutan realizando una meditacin regular por la maana o por la tarde, durante un lapso de media hora a una hora, pero que tambin encuentran beneficioso hacer una pausa de cinco a diez minutos, varias veces al da, para realizar una meditacin breve que conduce rpidamente nuestra consciencia a un estado ms pacfico, perceptivo y afectuoso. Puesto que descubr hace mucho tiempo que las experiencias de meditacin abreviada poseen un enorme valor, en los ltimos tiempos he estudiado la forma ms efectiva de sacar partido con rapidez de los poderes rejuvenecedores de la meditacin. El programa de siete pasos que tiene usted en sus manos se denomina formalmente proceso de meditacin modular; modular porque cada una de las meditaciones constituye, por s misma, una meditacin breve pero completa. Al mismo tiempo, cuando se combinan en el orden adecuado, las siete meditaciones tambin funcionan como un todo a medida que uno va pasando de un tema a otro, profundizando cada vez ms conforme se aade un nuevo mdulo. Exploraremos con mayor profundidad cmo puede usted desarrollar su propia estructura ideal de meditacin, aquella que le permita concentrarse en el tema meditativo que tenga ms importancia para usted en cada ocasin. El objetivo es lograr que, con independencia de dnde se encuentre o del poco tiempo del que disponga, pueda volver su mente hacia su centro espiritual interno y recibir los innumerables beneficios de la experiencia meditativa. Este mtodo de meditacin, nico y tal vez radical, se basa fundamentalmente en la leccin que aprend primero de mi abuelo y luego de Krishnamurti; a saber: que nuestra meta espiritual no consiste en retirarnos a meditar una o dos veces al da, sino en aprender a vivir cada momento de nuestra vida en contacto con nuestro ncleo espiritual.

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Los siete maestros Quizs usted se pregunte por qu he elegido de entre los guas espirituales de todos los tiempos a los siete maestros que figuran en el presente libro. Es evidente que los cinco primeros -Patanjali, Lao-tse, Buda, Jess y Mahoma- fueron extraordinarios maestros que no slo me llegaron a lo ms hondo con sus enseanzas, ideas y tcnicas, sino que ocuparn eternamente un lugar excepcional en los principales movimientos espirituales del mundo. Los dos ltimos que he elegido, Gurdjieff y Krishnamurti, complementan a la perfeccin nuestro proceso meditativo porque, aparte de la especial influencia que ejercieron en mi comprensin de la meditacin, realizaron nuevas aportaciones y constituyeron ejemplos que han alentado el actual avance espiritual de la comunidad mundial. Como constataremos, todos los verdaderos maestros espirituales conducan a sus alumnos hacia la misma comprensin y experiencia definitiva: la plena inmersin en el ncleo de ser espiritual que todos compartimos y del cual extraemos nuestro sustento, sabidura, vitalidad y percepcin ms profundos. Permita que le d a conocer a estos siete maestros que, a lo largo de los tiempos o ms recientemente, han despertado mbitos espirituales de consciencia en un gran nmero de corazones en todo el mundo, y que continan influyendo directamente en nosotros a travs de la meditacin. Le presentar, al mismo tiempo, las siete frases focales que aprender y emplear durante sus meditaciones. Estas frases sern lo nico que tendr que recordar, despus del periodo de aprendizaje, para recorrer por completo todo el proceso de meditacin.

PATANJALI Hace casi cuatro mil aos, en la India, se inici el estudio formal de la meditacin por obra de antiguos maestros de yoga que avanzaron paso a paso, mediante la investigacin y la exploracin internas, hacia una concisa comprensin del funcionamiento de nuestra mente y del modo en que podemos emplear la meditacin para despertar nuestra consciencia espiritual ms profunda. Dos mil aos despus de tal hecho, un notable sabio llamado Patanjali reuni todas estas ideas y enseanzas y escribi instrucciones detalladas sobre el arte de la meditacin y la devocin en sus Yoga Sutras. Un punto clave en la enseanza de Patanjali era la idea de que el conocimiento de la propia respiracin resulta esencial para toda meditacin, y que ciertas tcnicas concretas de respiracin pueden alterar la consciencia en direcciones espirituales muy especficas. El trmino snscrito prana, que significa aliento o fuerza vital, ha sido un concepto fundamental a lo largo de la historia religiosa hind. De hecho, como veremos, casi todas las tradiciones de meditacin se centran en una profunda exploracin interna de la experiencia de la respiracin. Partiendo de las influyentes enseanzas de Patanjali sobre el pranayama (consciencia y control de la respiracin), aprenderemos la primera y esencial meditacin para volcar toda la atencin de nuestra mente en la experiencia de la respiracin. La expresin verbal de la primera expansin de nuestra meditacin de siete pasos ser: Estoy respirando libremente.

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LAO-TSE Hace tambin casi cuatro mil aos, comenzaba a surgir en las montaas de China la tradicin meditativa taosta, que paso a paso fue desarrollando rudimentarias ideas en lo relativo a cmo entrar en contacto con lo divino directamente a travs de la experiencia interior. En el mismo centro de la tradicin china de comprensin espiritual hallamos al antiguo maestro taosta Lao-tse, autor de uno de los textos espirituales ms ledos de la humanidad, el Tao Te Ching. Cuando empec a estudiar con Alan Watts, ste estaba casualmente terminando su propia traduccin del texto original en mandarn del Tao Te Ching. Mientras observaba los gratificantes esfuerzos de Alan con la labor de traduccin y asista a sus seminarios sobre el texto taosta, comprend que la meta definitiva del meditador taosta consiste, sencillamente, en serenar el flujo de pensamientos en nuestra mente, para de ese modo ser conscientes de la naturaleza completa y ms profunda de la vida. Partiendo de las palabras y sugerencias de Lao-tse, as como del mtodo general de meditacin taosta y zen, aprenderemos una tcnica sumamente prctica (que fusiona la antigua meditacin de la respiracin taosta con nuevas ideas cientficas) para acallar el flujo de pensamientos en nuestra mente a voluntad, a fin de descubrir de manera emprica el ncleo del poder y la belleza de la meditacin. La expresin verbal del segundo paso en nuestra meditacin de siete fases ser: Mi mente est ahora serena.

BUDA Siddhartha Gautama naci unos cien aos despus que Lao-tse, y cuatro siglos antes que Jess, en el seno de una acaudalada familia hind de la India. Experiment la iluminacin total cuando contaba veintinueve aos. Sus enseanzas fundamentales vienen a mostrarnos que todos estamos presos de ideas y actitudes crticas y temerosas que generan un sufrimiento crnico, y que slo mirando directamente estos hbitos mentales y asumiendo el control sobre el modo en que utilizamos nuestra mente, podemos liberarnos y dejar de generar ms sufrimiento. Su principal enseanza meditativa consista en que, mientras nos neguemos a acentar la realidad del momen to presente de forma inequivoca, no dejar de crecer nuestro trauma interior y, as, nos mantendremos distanciados de nuestra autntica naturaleza Buda. Los juicios crnicos y las negativas a aceptar el mundo tal como es convierten la existencia humana en un infierno en vida. Pero si controlamos la mente y los actos de una forma ms cercana a la realidad, podremos lograr que el sufrimiento de nuestra experiencia del momento presente se transforme en dicha. El tercer paso meditativo que estudiaremos en este libro se centra en aprender a aceptar la vida tal como es, en lugar de juzgar el mundo y a nosotros mismos como algo malo, errneo, incompleto o, sencillamente, no todo lo bueno que cabra desear. Mediante la aceptacin total de la verdad de quines somos realmente, podernos acercarnos e incluso alcanzar la liberacin del sufrimiento. La expresin verbal del tercer paso en nuestra meditacin de siete fases ser: Acepto el mundo tal como es.

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SIETE MAESTROS, UN CAMINO JESS Las enseanzas de jess pueden contemplarse desde muchas perspectivas distintas y han sido interpretadas desde el punto de vista teolgico por, literalmente, centenares de sectas y movimientos diversos. Para los fines que nos ocupan, no* necesitamos asumir ningn dogma teolgico en particular a la hora de comprender los fundamentos de la iluminacin que Jess ense. En lo concermente al camino meditativo, jess coincida bsicamente con Buda, Lao-tse y Patanjali en que estar en contacto con el aliento interior de Dios constituye un aspecto esencial del sendero espiritual; en que la paz de nimo y la serenidad interior son prcticas fundamentales que hay que cultivar; en que debemos dejar de juzgar la creacin de Dios y aceptarla tal como es; y, acaso lo ms importante, en que el amor es el epicentro de toda vida espiritual. La cuarta expansin de nuestro sendero meditativo se centra en las contundentes enseanzas de jess acerca del amor y el lugar excepcional que ocupa el corazn en la prctica espiritual. Nos inspiraremos en sus propias palabras sobre el tema del amor incondicional y aprenderemos a llevar dichas palabras a la prctica, conforme descubrimos cmo concentrndonos directamente en el centro de nuestro corazn podemos tornarnos ms rebosantes de amor en todas nuestras relaciones. La expresin verbal del cuarto paso en nuestra meditacin de siete fases ser: Me amo a m mismo tal como soy.

MAHOMA Desde el punto de vista meditativo, el gran don que Mahoma aport a su cultura islmica, que se inici en el siglo vi d.c., fue la certeza de que slo existe un nico poder espiritual infinito, de que dicho poder es, en ltima instancia, bondadoso y clemente y ve a todos los seres humanos como criaturas en esencia buenas y armoniosas. Una de las principales races de la palabra islam tiene el significado de paz. Esta paz se alcanza en la meditacin entregando por entero el propio ser a Al, permitiendo que el amor de Dios cure los diversos conflictos y decepciones de la vida, la confusiones de la mente y las emociones, de tal manera que la persona, la familia y la comunidad moren en Dios y florezcan en paz. La expansin meditativa a la que recurriremos para nuestra quinta meditacin es el proceso de entregarnos por completo a Dios (con independencia del nombre que se le d) y abrir nuestros corazones para recibir su contacto curativo, su gua y su amor infinito en nuestra vida diaria. Tal entrega, tal disposicin a recibir, nos conduce directamente al ncleo del despertar espiritual. Mediante esta entrega completa a la voluntad y la ayuda de Dios, se relajan los sentimientos negativos de miedo y ansiedad, y se disipan las hostilidades y los juicios relacionados con ellos. El resultado es una experiencia de profunda curacin y paz espiritual. La expresin verbal de la quinta expansin ser: Mi corazn est abierto para recibir la ayuda curativa de Dios.

GURDJIEFF Surgido en los siglos VIII y IX de ncleos judos, cristianos y musulmanes de Oriente Medio, as como de otras tradiciones msticas, el movimiento espiritual suf se difundi por toda Asia central y el este de Europa, y lleg hasta frica. De esta tradicin abierta, centrada en el jbilo, surgi una figura de gran influencia, el grecoarmenlo George Ivanovitch Gurdjieff, mstico y maestro de danzas sagradas y meditaciones cuya significacin e impacto sobre la comunidad espiritual del mundo apenas est comenzando a reconocerse y asimilarse. Una de las principales tcnicas derivadas de las enseanzas de Gurdjieff, conocida normalmente como recuerdo de uno mismo, encaja a la perfeccin en nuestro programa de meditacin. Esta tcnica de conocimiento profundo nos permite ser ms conscientes y sentirnos ms vivos en el momento presente. Se basa en lo que ya hemos aprendido en las cinco meditaciones previas y expande nuestra meditacin hasta abarcar no slo la experiencia interior, sino tambin la interaccin con el mundo que nos rodea. La expresin verbal de la sexta expansin ser: S quin soy.

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KRISFINAMURTI Krishnamurti nos conduce a la ltima expansin de nuestro viaje meditativo diario, en la cual, hallndose nuestra mente serena y completamente atenta al momento presente, permitimos que los pensamientos fluyan por ella de nuevo, teniendo claro que observamos nuestros pensamientos, en lugar de identificarnos con ellos. En este estado de consciencia expandida, descubrimos que nuestros Pensamientos suelen ser inspirados y de naturaleza mstica o perceptiva, y nos llevan a sbitas comprensiones que pueden transformar nuestra vida. En medio de tales inspiraciones, a menudo nos adentramos en un estado en el cual las palabras desaparecen y nos vemos inmersos en el gozo de la pura existencia en el momento presente. Habiendo explorado plenamente la expansin de nuestro proceso de meditacin, somos libres de entrar en un estado puro de unidad con lo divino y de hacerlo cada vez que meditamos, ya sea durante cinco minutos o durante media hora. Al completar la sptima expansin, descubrimos que hemos vuelto de nuevo al principio, y que simplemente somos conscientes de nuestra respiracin... en un estado de dicha. La expresin verbal de la sptima expansin ser: Estoy aqu, ahora, en estado de dicha.

Las siete meditaciones Quisiera ofrecerles una somera presentacin de las siete meditaciones que llegarn a dominar con este programa, de manera que conozcan el flujo de experiencias que conforman el proceso completo de meditacin. Vern que existe una progresin natural de la primera meditacin a la segunda, de la segunda a la tercera, y as hasta la sptima. De hecho, el orden y la progresin de estas meditaciones obedecen a una estricta lgica de carcter tanto psicolgico como espiritual.

LA CONSCIENCIA DE LA RESPIRACIN Casi todas las tradiciones meditativas comienzan (y en ocasiones terminan, como es el caso del zen) con la experiencia primordial de concentrar la atencin de la mente en el acontecer presente de nuestra propia respiracin. El proceso fisiolgico de la respiracin es, sin duda, la actividad vital ms necesaria e inmediata. Poseemos la capacidad de controlar nuestra respiracin a voluntad, y tambin de liberarla por completo, a medida que nos hacemos plenamente conscientes de los infinitos estados profundos de consciencia que surgen cuando mantenemos nuestra respiracion como principal foco espiritual.

SERENAR LA MENTE Mucha gente confunde el rezo, durante el cual hablamos con Dios, con la meditacin, durante la cual nuestra mente parlante y racional guarda silencio y penetramos en el universo de consciencia que slo existe cuando el flujo de pensamientos cesa temporalmente. Del mismo modo, con frecuencia se confunde la meditacin con la contemplacin, durante la cual reflexionamos (a menudo, con una mente muy activa) sobre el tema de la contemplacin. Serenar nuestra mente implica distanciarnos de los pensamientos que fluyen en ella y, a continuacin, acallarlos cuidadosamente. ste es el segundo paso esencial en una prctica meditativa completa; por fortuna, recientes investigaciones en el campo de la mente nos han aportado nuevos mtodos para alcanzar esta antigua meta.

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ACEPTAR LA VERDAD Una de las grandes facultades de la mente humana -y asimismo una de sus principales maldiciones- es la implacable capacidad de juzgar todo aquello que nos acontece a nosotros y al mundo que nos rodea. Hereda mos y establecemos creencias acerca de cmo considera mos que debe ser el mundo, y rechazamos todo aquello que no encaja en nuestro sistema de creencias. La meditacn requiere dejar a un lado temporalmente esa actividad crtica de la mente, de modo que nos sea posible ver la verdad con claridad, aceptar la realidad tal como es y liberarnos as del efecto cegador de ese talante evaluador crnico y de las aflicciones que acarrea.

EL DESPERTAR DEL CORAZN En pleno centro de nuestras siete prcticas meditativas se encuentra la extraordinaria cualidad del amor: la capacidad del corazn de despertar a niveles espirituales de compasin ms profundos. Una meditacin que no se centre en el amor no es meditacin en absoluto. Todas y cada una de las tradiciones espirituales del mundo conceden al amor una importancia crucial y consideran primordial la consciencia directa del ncleo del corazn. La ecuacin universal Dios es Amor constituye la base de la meditacin. Nuestro desafo consiste en dominar una sencilla pero profunda meditacin que aumente nuestra capacidad tanto de recibir como de transmitir amor en el mundo.

CURACIN EMOCIONAL Psicolgicamente, los seres humanos se hallan siempre ora en un estado de temor (contraccin), ora en un estado de amor (expansin). De nuestras habituales contracciones de preocupacin, miedo y aprensin dimanan todas las dems emociones negativas, tales como la ira, el odio, la depresin, la confusin, el pesimismo, etc. Es ms, cuando somos presa del miedo, sencillamente no podemos sentir amor. Comprendiendo este hecho, todas las grandes religiones nos ensean que debemos aprender a confiar en Dios, prescindir del miedo, vivir con fe y, en definitiva, no preocuparnos por el futuro o por la muerte en s. Ningn programa de meditacin es completo si no dirige regularmente nuestra atencin hacia nuestras emociones -sobre todo, hacia los pensamientos que generan sentimientos de temor- y nos ensea a prescindir de nuestros miedos, mediante el despertar espiritual, y a entrar en un estado ms elevado de amor incondicional. ste ser el objetivo de nuestra quinta meditacin. EL RECUERDO DE UNO MISMO La meta de toda meditacin consiste en cobrar una mayor conciencia de uno mismo, de recordar quines somos realmente en lo ms profundo. La sexta medita~ cin centrar especficamente nuestra atencin para que seamos conscientes, al mismo tiempo, tanto del mundo exterior como de nuestra presencia interior. Esta cualidad de consciencia interna y externa puede estimularse directamente por medio de un ejercicio meditativo especial de concentracin que desemboca en una sbita expansin de la consciencia. Asimismo, dicha meditacin resulta valiosa para mantenernos en un estado meditativo a lo largo de la actividad diaria, sea lo que sea lo que estemos haciendo. EXPERIMENTAR GOZO En las seis primeras expansiones de la consciencia, paulatinamente sintonizamos con nuestra respiracin y la liberamos, prescindimos de nuestras preocupaciones y serenamos nuestra mente, dejamos de juzgar lo que nos rodea y entramos en comunin con el eterno momento presente, abrimos nuestros corazones a nosotros mismos y nuestras almas al contacto curativo de nuestro Creador, y por ltimo experimentamos directamente nuestra propia presencia infinita. Por descontado, tras haber llevado a cabo estas seis expansiones de la consciencia, entramos en un estado de gozo, entendindose ste no como una idea o meta elevada, sino como una experiencia real. S, meditamos para sentirnos mejor, para experimentar un gozo absoluto, de forma regular. La ltima expansin alienta la entrega total al eterno momento presente: el acto interior definitivo necesario para alcanzar el gozo.

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Los beneficios Nadie hace nada sin que exista una motivacin, y la meditacin ha de abordarse, no cabe duda, con una idea clara del valor de la autodisciplina para mantener un foco espiritual en la propia vida. La meta de este nuevo mtodo de meditacin consiste en posibilitar que usted pueda dirigir a diario toda su atencin hacia las siete cualidades vitales de la existencia y proyecte regularmente la luz de su presencia espiritual ms profunda sobre todos los aspectos de la vida. El resultado directo de dirigir regularmente su atencin hacia estos temas y experiencias meditativos ser un hermoso despertar y una revitalizacin de toda su presencia mental, emocional y espiritual. Cuando practique las meditaciones en el orden en que aparecen en este libro, descubrir que puede experimentar una extraordinaria expansin de la consciencia prcticamente cada vez que realice una meditacin completa, ya sea por un espacio de tiempo breve de dos minutos o durante diez minutos, media hora o una hora.

Lo ms importante es que recuerde que debe dirigir toda su atencin en cada una de estas direcciones como mnimo una vez al da, de manera que su mente, su corazn y su alma mediten sin cesar y contribuyan, de este modo, a equilibrar y activar estas siete dimensiones esenciales de su vida. Como estudiaremos con mayor profundidad, la atencin es energa, y la atencin concentrada deliberadamente es poder manifiesto. Desarrollar el hbito mental de concentrar con regularidad toda su atencin meditativa en los temas espirituales ms importantes puede transformar todas las dimensiones de su vida. Lo nico que tendr que hacer es memorizar las meditaciones y familiarizarse ntimamente con ellas (esto lleva un par de semanas, a lo sumo) y despus buscar tiempo para practicar las expansiones a diario e ir despertando, cada vez en mayor grado, estas dimensiones de su vida. Podr elegir entre tres lapsos de tiempo de meditacin. Cuando disponga de media hora completa, le guiar a travs de un programa que dedica cuatro minutos a cada una de las siete expansiones. Cuando disponga tan slo de diez minutos, emplear el programa que invierte siete respiraciones en cada meditacin, lo cual, como constatar, puede inducir a una experiencia profunda por dems. Cuando disponga de apenas dos minutos, hallar, pese a todo, harto gratificante pasar un corto espacio de tiempo (dos respiraciones cada vez) concentrando todo su ser en cada una de las siete meditaciones, mientras recorre las siete frases focales y centra cuidadosamente su atencin, aunque sea de forma breve, primero en notar su respiracin, luego en serenar su mente, despus en aceptar el mundo que le rodea, en amarse a s mismo tal como es, en abrir su corazn para recibir, en saber realmente quin es y, por ltimo, en experimentar plenamente las respiraciones finales que le sitan en el gozo del momento presente. En resumidas cuentas: estas siete meditaciones, sea cual sea el tiempo que pueda dedicarles, le ayudarn a sentirse mejor, a ser ms afectuoso y despierto, y a gozar de mayor armona y xito. Conforme dedique tiempo a las meditaciones, stas irn convirtindose en una parte esencial de cada instante de su vida y se ir manifestando en usted, cada vez en mayor grado, su verdadero yo.

Experimentar directamente Antes de abordar el primer captulo, iniciemos el proceso especial de aprendizaje en el que ahondaremos juntos, explorando el sencillo procedimiento de desviar el todopoderoso foco de atencin de su mente de palabras e ideas, para dirigirlo hacia la ms inmediata experiencia vital posible para un ser humano: la de su respiracin momento a momento. En primer lugar, sin realizar ningn esfuerzo, tome consciencia de que, en este preciso instante, est centrando su atencin en leer estas palabras, en incorporar las palabras a sir mente y en extraer un significado del flujo de palabras. Ahora, mientras sigue leyendo estas instrucciones, deje que su consciencia abarque tambin las sensaciones inmediatas que experimenta al notar cmo el aire entra... y sale... por su nariz o su boca mientras respira.

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Dgase a s mismo: Soy consciente de mi respiracin. Y mientras sigue siendo consciente del aire que entra y sale por su nariz o su boca, sea consciente tambin de los movimientos respiratorios que tienen lugar de forma natural en su pecho y su vientre, mientras respira. Despus de leer este prrafo, puede cerrar los ojos y mantener concentrada la atencin de su mente en su respiracin. brase a una nueva experiencia que le llega desde el infinito potencial espiritual del momento presente.

CAPTULO 1 OBSERVAR LA RESPIRACIN: PATANJALI Una de las capacidades ms curiosas de los seres humanos es el inmenso potencial que poseemos para expandir nuestra consciencia de diversas formas que aportan una enorme comprensin, alegra, paz y satisfaccin a nuestra vida; sin embargo, la mayora de nosotros mantenemos nuestra consciencia en un estado rigurosamente constreido que nos distancia de nuestro potencial y naturaleza espirituales ms profundos. Uno de los principales ejemplos lo constituye la relacin que mantenemos con nuestra respiracin. Se sabe, desde hace milenios, que el simple hecho de ser conscientes de nuestra respiracin puede transformar nuestra vida para mejor. Es ms, no existe nada inherente a la condicin humana que nos impida dedicar parte de nuestra consciencia a la experiencia de la respiracin, momento a momento. Sin duda, nos sentiramos mucho mejor, y nuestra actividad alcanzara cotas mucho ms altas, si prestsemos a la respiracin la atencin que merece. Pese a ello, la mayora de nosotros permanecemos con la mente ajena por completo a la principal fuente de placer e inspiracin de nuestro cuerpo. Quiz la percepcin psicolgica ms importante en lo relativo a la meditacin sea que el despertar espiritual ocurre slo en la inmediatez del momento presente. De hecho, todas nuestras sensaciones y experiencias humanas suceden aqu y ahora. El momento presente es el nico marco en que nos encontramos tanto con nuestros sentimientos internos como con el mundo exterior; y nada nos afianza de manera tan profunda e inmediata al momento presente como la consciencia continua de la experiencia de la respiracin. ste es el motivo por el cual tantas tradiciones meditativas conceden a la consciencia de la respiracin un lugar preponderante en sus enseanzas. El principal factor que desva sin cesar nuestra atencin del momento presente es la tendencia de la mente racional a alejarse del aqu y el ahora y derivar hacia juicios, recuerdos, imaginaciones o reflexiones y hacia pensamientos abstractos sobre tales juicios. Impulsados por las constantes aprensiones y cavilaciones de nuestro aturdido ego, tendemos a pasar la mayor parte del da abstrados en pensamientos y emociones a menudo contradictorios: intentamos solucionar las dificultades para alcanzar el xito, nos preocupamos en exceso por el futuro, planeamos alguna maniobra romntica o empresarial, o tal vez soamos despiertos con nuestras prximas vacaciones. Nuestro primer desafo meditativo consistir, por lo tanto, en aprender cmo desvincularnos de la fijacin de nuestra mente racional en el pasado o en el futuro, cuando as lo deseemos, y recuperar un valioso espacio para la respiracin aqu y ahora. El flujo lineal de pensamientos, ya sea en nuestras mentes o en esta pgina, puede sin duda inspirarnos y ayudarnos a aprender procedimientos que abran nuestros corazones a la experiencia meditativa. Una vez que hayamos comprendido el procedimiento meditativo y cmo abordarlo, sin embargo, habremos de dejar a un lado todo pensamiento lineal y redirigir conscientemente nuestro foco de atencin hacia el momento actual. Ha advertido, en el mbito de su propia experiencia, cmo sus mejores momentos suelen ocurrir cuando es usted consciente de su respiracin y de todo su cuerpo en el momento presente? Esto se debe a que todas las sensaciones humanas cobran expresin a travs de la respiracin. Cuando usted suspira lleno de placer, por ejemplo, inspira y exhala profundamente con pasin y alegra; su respiracin se expande y produce una sensacin maravillosa en su pecho y su vientre cuando se encuentra usted satisfecho y contento. En este captulo, aprenderemos las tcnicas meditativas universales ms eficaces para lograr que

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sea ms consciente de la experiencia de la respiracin, momento a momento, de suerte que se sienta ms vivo y aqu.

Muchos consideran la meditacin una prctica que slo ha de realizarse cuando se dispone de tiempo libre para dedicarlo exclusivamente a ella. Es mejor ver la meditacin como un estado de consciencia que mantenemos en cada momento de nuestra vida. No hablemos, pues, de ser conscientes de nuestra respiracin en algn momento en el futuro cuando no estemos haciendo ninguna otra cosa. Hablemos de ser conscientes de nuestra respiracin en cada momento, como ahora, por ejemplo. En este mismo instante, tan slo precisa una sencilla expansin de consciencia para internarse en los infinitos mbitos interiores de la meditacin en la respiracin. Mientras lee estas lneas, deje simplemente que su consciencia se expanda, sin realizar ningn esfuerzo en absoluto, para que abarque tambin las sensaciones fisiolgicas que experimenta ahora mismo en la nariz o en la boca, mientras inspira... y espira... y vuelve a inspirar. Al tiempo que contina leyendo y respirando, descubrir que no tiene que dejar lo que est haciendo a fin de experimentar la expansin de consciencia. Ni ha de realizar esfuerzo alguno para expandir su consciencia de forma que vaya abarcando ms y ms aspectos del momento presente. Puede, simplemente, seguir leyendo estas lneas y, a la vez, ser consciente de su experiencia respiratoria interna. En su estado natural, la consciencia gusta de expandirse y de abarcar ms y ms, hasta percibir el todo. As pues, permita que el flujo de estas palabras le ayude suavemente a expandir la atencin de su mente hasta que sta abarque tambin la experiencia de la respiracin, la sensacin que produce el aire al entrar y salir por su nariz o su boca, las sensaciones del movimiento en su pecho y su vientre conforme respira. Mientras lee estas palabras y, al mismo tiempo, siente su respiracin, ya est meditando. Su consciencia se ha expandido, y seguir hacindolo a medida que su consciencia se mantenga en su respiracin y usted siga profundizando en la lectura del libro. En efecto, puede desarrollar esta capacidad fundamental de ser consciente de su respiracin en todo momento, sea lo que sea lo que est haciendo, para fusionar la meditacin en la respiracin y su vida, de manera que ambas formen un todo sin fisuras. Haga una pausa y experimente Despus de leer este prrafo, conviene que se detenga durante unos placenteros momentos y suelte el libro, prescinda de las palabras un rato, estrese, quiz, para centrar su consciencia en todo su cuerpo y sea, poco a poco, testigo de su propia respiracin; sintonice con las propias sensaciones que experimenta en la nariz (o en la boca) causadas por el aire al entrar.. y al salir.. y expanda su consciencia hasta que abarque los movimientos de su pecho y su vientre mientras respira. Permtase disfrutar; brase a una nueva experiencia. Los maestros de Patanjali No se sabe a ciencia cierta dnde naci Patanjali, ni se conocen muchos detalles de su vida personal. Vivi quizs un poco antes que Jess, o posiblemente un poco ms tarde. Es seguro que naci como mnimo unos cuantos siglos despus de Buda, porque sus escritos y sus enseanzas de yoga, esbozadas fundamentalmente en sus conocidos Yoga Sutras, estimularon un renacimiento de la prctica yguica hind tradicional algunos siglos despus de la revolucin espiritual de Buda. Dicha revolucin se haba extendido en la India unos quinientos aos antes de Cristo. Patanjali hizo revivir con fuerza la antigua tradicin yguica de la cultura hind e introdujo en esta tradicin una nueva tendencia meditativa que se difundi con rapidez. En las generaciones posteriores a la inspiracin inicial de Pataniali, surgiran docenas de influyentes maestros espirituales. An hoy en da, la mayora de los maestros de yoga atribuyen sus races meditativas a Patanjali, o bien a maestros influidos por l.

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Lo ms importante, sin embargo, es recordar que Patanjali codific y ampli una tradicin espiritual ya inmensa que se remontaba a, al menos, dos mil aos antes de que l escribiese los Yoga Sutras. India y sus alrededores fueron, casi con absoluta seguridad, la cuna de la tradicin meditativa del mundo. Imagine una cultura orientada hacia lo espiritual (no hacia lo material) en la cual las mentes ms brillantes de cada nueva generacin, a lo largo de cientos de generaciones, asumieron como ocupacin primordial el reto de observar, desde dentro, los mecanismos internos de la mente, el cuerpo, el espritu y el alma humanos. Cuando recurrimos a la tradicin meditativa hind, accedemos al ms completo estudio jams realizado sobre el fenmeno de la respiracin. Y, asimismo, participamos en esta investigacin continuada acerca de lo que acontece cuando el poder y la luz de la consciencia humana se concentran regularmente en el acto ms rtmico del cuerpo humano. Los pormenores de la respiracin En sus enseanzas, Pataniali trat desde los aspectos ms palmarios (pero vitales) de la respiracin hasta los ms sublimes. Es ms, hacia el final de sus Yoga Sutras, el maestro emprende algunas de las enseanzas msticas ms revolucionarias de la tradicin meditativa del mundo. Por comenzar desde el principio, Patanjali sugiere, en primer lugar, que se observe con detenimiento la experiencia de la respiracin reparando especficamente en: 1. cuando se aspira el aire (inspiracin); 2. cuando se expele el aire (exhalacin); y 3. cuando se contiene temporalmente la respiracin (suspensin). Como escribi en sus Yoga Sutras: Observando cada una de estas tres fases, tal como suceden de forma natural en el espacio y el tiempo, puedes aprender a hacer tu respiracin ms armoniosa.

La respiracin pranayama, tal como se ensea en la tradicin yguica, entraa concentrar por entero la consciencia en cada una de las tres fases de la experiencia respiratoria de manera sucesiva. Si observamos con ms detenimiento los detalles de la inspiracin, la exhalacin y la respiracin retenida, descubrimos en cada una de ellas un universo de matices experienciales. En el aprendizaje del pranayama se desarrolla, asimismo, la capacidad de controlar estas tres fases respiratorias durante la meditacin. Al variar de manera consciente la proporcin entre la velocidad a la que se inspira (se toma oxgeno) y la velocidad a la que se exhala (se expulsa anhdrido carbnico), uno puede cambiar de inmediato su estado energtico. Patanjali, siguiendo la ancestral frmula yguica de control de la respiracin, denomin la inspiracin con el trmino snscrito puraka, la respiracin contenida con el trmino kumbhaka, y la exhalacin con el trmino rechaka. Echemos un breve vistazo a cada una de estas tres categoras principales de la consciencia de la respiracin.

LA INSPIRACIN: PURAKA Mientras contina leyendo, fijese especialmente en sus inspiraciones a medida que respira; note cmo el aire entra por su nariz y su esfago, cmo su estmago se relaja y se mueve hacia afuera, cmo su pecho se expande y la parte superior de su espalda y su trax se proyectan hacia afuera. La inspiracin es, en esencia, un proceso de expansin. El msculo de su diafragma, situado debajo de los pulmones, se contrae hacia abajo, y los msculos de su trax se expanden para crear un vaco relativo en el interior de ambos pulmones, haciendo as que el aire exterior afluya hacia ellos. Por lo tanto, cada inspiracin representa la naturaleza expansiva bsica del universo.

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Haga una pausa y experimente Durante las prximas respiraciones, inspire fuerte y profundamente por la nariz, sienta cmo sus fosas nasales se ensanchan y se expanden para absorber ms aire, cmo su pecho se hincha rpidamente. Permanezca sentado o pngase de pie, ms recto, y note cmo su humor cambia cuando respira fuerte y profundamente.

LA RESPIRACIN CONTENIDA: KUMBHAKA El kumbhaka, o retencin de la respiracin, que tiene lugar cuando se han completado la inspiracin o la exhalacin, consiste en la pausa deliberada del flujo de aire al principio o al final del ciclo respiratorio, y en la retencin de dicho aire en los pulmones durante cierto tiempo, determinado normalmente por un sencillo mtodo de cuenta. En el punto lgido de la inspiracin, una breve retencin del aliento ayuda a los pulmones a absorber mucho ms oxgeno. Con este oxgeno extra, todo el sistema se energiza y se torna ms despierto. Contener el aliento despus de la exhalacin conduce a una experiencia cada vez ms profunda de vaco. En la tradicin budista zen, el aliento contenido despus de la exhalacin es de vital importancia para desprenderse de todo y vaciarse uno mismo de forma regular. En nuestra cultura, propendemos a estar llenos, no vacos. El lector descubrir que una meditacin regular centrada en el aliento contenido despus de la exhalacin posee enormes propiedades liberadoras. Haga una pausa y experimente Despus de leer este prrafo, deje el libro y experimente con el khumbaka durante unas cuantas respiraciones, conteniendo el aliento al final de la inspiracin y contando hasta 2 o quizs hasta 4; luego, al final de la exhalacin, cuente hasta 2 (o hasta 4)... Deje que las inspiraciones y exhalaciones vengan y vayan a la velocidad que sea necesaria, de forma natural. Observe este proceso respiratorio por espacio de unos ocho a doce ciclos. LA EXHALACIN: RECHAKA El tercer estadio de la meditacin en la respiracin, la exhalacin, es similar a la inspiracin en que ha de ser fluido y continuo. La exhalacin es muy importante en la meditacin porque refleja el vaciado no slo de los pulmones, sino tambin de la mente. Cuando se vace usted de aire, as como de los pensamientos y del sentido del yo habituales, con frecuencia sentir que su ego cede el control de su mente, permitiendo as una singular experiencia de renacimiento despertar que llega con la siguiente inspiracin. Puede tambin concentrarse en la exhalacin para expulsar sus tensiones emocionales mientras se vaca de sentimientos negativos, y experimentar luego una sensacin de renovacin con la siguiente inspiracin.

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SIETE MAESTROS, UN CAMINO

Haga una pausa y experimente Cuando haya ledo este prrafo, deje el libro un momento y experimente durante unas cuantas respiraciones, concentrndose en exhalaciones largas y relajadas; contenga asimismo la respiracin al final de cada exhalacin, constate cmo es derivar hacia el vaco y luego vaciarse de aire, de pensamientos, de usted mismo... antes de que llegue la siguiente inspiracin.

Pautas de respiracin No soy muy partidario de recurrir en exceso a las rutinas de respiracin controlada, porque nuestro principal objetivo es liberar la respiracin, no controlarla. Sin embargo, concedo un gran valor al control de la respiracin cuando se emplea de forma moderada. Dicho control, ejercido durante unos pocos minutos cada vez al principio de una sesin de meditacin, puede lograr que su respiracin quede libre de restricciones emocionales y, de este modo, liberarlo a usted. La principal tcnica yguica para definir una pauta respiratoria concreta consiste en contar hasta un determinado nmero en la inspiracin, contar de nuevo durante la retencin del aliento y hacer lo propio en la exhalacin. Por ejemplo, puede usted optar por inspirar hasta 2, aguantar la respiracin hasta 2, y exhalar hasta 4. Existen cuatro pautas principales de respiracin en la tradicin yguica, que pueden emplearse en cualquier meditacin para superar la respiracin tensa y establecer un ciclo respiratorio ms profundo. EQUILIBRAR LA RESPIRACIN Equilibrar la inspiracin y la exhalacin es una de las metas bsicas que se persiguen con el control de la respiracin. Este acto, en apariencia sencillo, tendr rpidas repercusiones en la totalidad de su ser. La forma ms comn de equilibrar la respiracin consiste en inspirar hasta 4, exhalar luego hasta 4 y repetir esta pauta durante, al menos, doce ciclos respiratorios, para as calmar y equilibrar por completo la inspiracin y la exhalacin. Si lo prefiere, tambin puede decir puraka... rechaka ... puraka... rechaka ... , en lugar de contar. A usted mismo le corresponde determinar a qu velocidad debe contar. Es usted quien debe establecer en todo momento el ritmo de su propia respiracin. Haga una prueba con este sencillo ejercicio de prana yama, durante ocho ciclos respiratorios: Inspire hasta 4; exhale hasta 4, y repita.

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EQUILIBRAR LA RESPIRACIN CONTENIDA En la tradicin yguica hind, se hace especial hincapi no slo en observar la respiracin mientras sta se produce, sino tambin en controlarla para inducir determinados estados fsicos y mentales. A tal fin, basta con modificar la cuenta en la meditacin respiratoria. Por ejemplo, otra variante a la hora de equilibrar la respiracin consiste en introducir breves pausas de retencin (kumbhaka) al principio y al final del ciclo respiratorio. Estas pausas transformarn enormemente su meditacin, generando experiencias momentneas de total inmovilidad en la respiracin. Compruebe su efecto. Asegrese de variar el ritmo de modo que ste le resulte cmodo:

Inspire hasta 4; retenga hasta 2; exhale hasta 4; retenga hasta 2.

RESPIRAR PARA ESTAR MS DESPIERTO Si desea cargarse de oxgeno e incrementar su capacidad de alerta, la siguiente pauta de control respiratorio surte un poderoso efecto. Inspire profunda y lentamente; retenga el aire unos momentos; exhale con rapidez; retenga el aire unos instantes y, a continuacin, repita este ciclo varias veces, volcando toda su atencin en la experiencia. Pruebe de seis a diez respiraciones para comenzar, y familiarcese con esta meditacin para estar ms despierto. Dedique algn tiempo a explorar esta pauta y descubra qu sensacin va producindole desde su interior hacia el exterior. Inspire hasta 6; retenga hasta 4; exhale hasta 2; retenga hasta 2.

RESPIRAR PARA CALMARSE Por el contrario, si desea calmarse de una manera ms inmediata, inspire con rapidez, retenga el aire durante un instante, exhale larga y lentamente y retenga el aire durante un tiempo ms prolongado. Contine y experimente con los efectos de la anterior pauta realizando este ciclo de respiracin tranquilizante de seis a diez veces: Inspire hasta 2; retenga hasta 2; exhale hasta 6; retenga hasta 4. Recorrer el camino Hasta siglos recientes, casi todos los seres humanos recorran considerables distancias a diario, corriendo o caminando, y tal vez haya sido ste el principal momento para meditar. A fin de despertar nuestro sentido de quines somos, es importante salir a pasear todos los das, siempre que sea posible, y transformar el simple acto de caminar en la sublime experiencia que constituye la meditacin en movimiento. Buda se refiri sucintamente al valor de la meditacin en movimiento: Son stas las cinco recompensas que obtiene quien practica la meditacin en movimiento: resiste el viaje a pie; aguanta el esfuerzo; se libera de la enfermedad; digiere bien aquello que haya comido y bebido, masticado y saboreado; y el grado de concentracin que adquiere mientras practica la meditacin en movimiento se prolonga durante bastante tiempo. Para demostrar que podemos meditar en cualquier sitio, mientras hacemos cualquier cosa, Buda seal que slo existen cuatro tipos de meditacin: la que se realiza

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OBSERVAR LA RESPIRACIN PATANJALI sentado, con la espalda erguida; la que se realiza tumbado boca arriba; la que se realiza de pie, sin moverse de un determinado lugar; y la que se realiza mientras se camina. La transformacin de la caminata (y de la carrera) diaria en una prctica meditativa ha sido siempre una tradicin espiritual. La meditacin en movimiento es, a todas luces, una meditacin respiratoria, por cuanto la respiracin resulta fundamental cuando se hace ejercicio. Existen varias tradiciones de meditacin en movimiento, unas complejas y otras muy sencillas. Yo prefiero las ms simples. Si me lo permite, le ensear la que practico con mayor frecuencia en sus diversas variantes, que se deriva de la tradicin yguica de Patanjali; es del todo sencilla y, al mismo tiempo, sumamente profunda.

MEDITACIN EN MOVIMIENTO CON PURAKA-RECHAKA Mientras camina, comience a reparar en el ritmo natural de su respiracin. Sienta cmo el aire entra y sale por su nariz o su boca, y cmo su pecho y su vientre trabajan para que afluya abundante aire a sus pulmones. Una vez que est profundamente concentrado en su respiracin, y camine a su ritmo normal, respire por la boca y empiece a susurrar rechaka mientras exhala y puraka mientras inspira. Puede pronunciar estas palabras en silencio, incluso slo pensarlas, o bien decirlas en voz alta. A continuacin, expanda su consciencia hasta que abarque las sensaciones que experimenta en los pies al caminar. Cuando expandirnos nuestra consciencia para que abarque dos o ms actividades al mismo tiempo, silenciamos de forma efectiva los pensamientos que fluyen en nuestra mente y pasamos a un estado claro de consciencia. Somos conscientes del conjunto de nuestro cuerpo y de nuestra presencia espiritual al mismo tiempo, sin albergar ningn pensamiento. Le animo a practicar esta meditacin en movimiento con puraka-rechaka todos los das, como parte esencial de su meditacin respiratoria.

MEDITACIN EN MOVIMIENTO CONTANDO LOS PASOS Cuando salga a pasear, advierta cuntos pasos da de forma natural durante cada inspiracin y cada exhalacin. A buen seguro, descubrir que da dos, tres o cuatro pasos cada vez que inspira, y el mismo nmero en cada exhalacin. A continuacin, empiece a contar los pasos durante la inspiracin, y despus durante la exhalacin, y emprenda la sencilla cantinela de uno, dos, tres... uno, dos, tres, o quiz de uno, dos... uno, dos. El acto de decir estos nmeros para s mismo le servir para ir acallando cualquier otro pensamiento que ronde en su mente. Haga una pausa y experimente Ahora que an tiene fresco en la memoria lo que acabamos de explicar, le animo a que se levante, dondequiera que se encuentre, y empiece a dominar esta sencilla meditacin caminando por el pasillo o dando vueltas por la habitacin. Empiece a caminar y a contar los pasos, y advierta cmo esta accin rtmica, acompaada de la vocalizacin susurrada, lo conduce de inmediato hacia un estado de nimo ms calmado, alerta y agradable.

Tomar asiento Uno sabe de forma natural qu postura fsica adoptar cuando se camina. Pero qu sucede cuando deseamos sentarnos a meditar? Hay una manera correcta de sentarse en la meditacin, o podemos simplemente repantigarnos como nos d la gana y obtener resultados ptimos?

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Los maestros de yoga tienen mucho que decir acerca de cmo tomar asiento, por utilizar su expresin. Patanjali nos ofrece una sencilla descripcin acerca de la postura idnea para meditar: La postura es firme y suave. En otras palabras, es preciso tensar los msculos, a fin de mantener el cuerpo erguido contra la atraccin de la gravedad, pero tambin necesitamos estar relajados, lo cual se logra guardando cierto equilibrio para permanecer erguidos realizando un mnimo esfuerzo.

El desafo que propongo al lector, de cara a los prximos meses y semanas, consiste en experimentar con distintas posturas sedentes, de forma que consiga sentirse cmodo durante un cierto periodo de tiempo, realizando el suficiente esfuerzo muscular para permanecer erguido y, al mismo tiempo, sintindose completamente cmodo en la postura adoptada, a fin de esforzase lo mnimo para mantenerse recto. En el Sutra Anapanasati (meditacin en la respiracin), Buda nos sugiere lo siguiente: El meditador, habindose retirado al bosque, a la sombra de un rbol o a una estancia vaca, se sienta con las piernas cruzadas y el cuerpo recto, y concentra su atencin en el frente. Siempre atento, el meditador inspira; siempre atento, el meditador espira. Pero cmo sentarse concretamente? Buda, en armona con la antigua tradicin de la disciplina yguica de la que proceda, recomienda sentarse con las piernas cruzadas y el cuerpo derecho. En uno de los mejores anlisis contemporneos sobre la respiracin, titulado Breath by Breath, Larry Rosenberg desarrolla esta breve sugerencia a fin de hacerla ms relevante para los meditadores occidentales. En lugar de emplear la tradicional postura con las piernas cruzadas, en Occidente algunas personas logran el mismo fin arrodillndose sobre un cojn o un banco, o sentadas en una silla. Los factores clave son la comodidad y la estabilidad. El mero acto de sentarse en una postura recta y estable, con calma y dignidad, tiene importancia en s mismo. Ms all de lo que se debe o no se debe hacer Si es usted principiante en la prctica de la meditacin y todava no ha probado a encontrar la postura meditativa ptima, le recomiendo que, en vez de obligarse a permanecer sentado conforme a algn patrn externo de meditacin clsica, se imponga la nica disciplina de sentarse con las piernas cruzadas, o en una silla de respaldo recto, durante cinco minutos al menos. En lugar de abordar el proceso meditativo con demasiadas nociones acerca de lo que se debe hacer y de los procedimientos correctos de la tradicin, limtese a sentarse y a observar lo que hace de forma natural. Al fin y al cabo, el objetivo de la meditacin no es obligarse a permanecer sentado, inmvil, o a adoptar una postura concreta. El objetivo de la meditacin es expandir la consciencia, ser completamente conscientes del momento presente, despertar y dirigir la atencin a nuestro ser ms profundo. Puede usted guardar cola en un McDonald's y estar meditando al mismo tiempo si hace lo posible por permanecer concentrado en su respiracin y percibir la totalidad de su cuerpo. Siempre que centre su atencin en el aqu y el ahora, y perciba su realidad interior y exterior sin juzgarla, estar meditando. Liberndose de la idea de que la meditacin requiere una postura en particular, uno es tambin libre para meditar mientras se desplaza al trabajo, permanece sentado en la oficina o se halla recostado en el jardn o en la playa. Suelo relajarme y sentarme en mi butaca para leer durante una hora, ms o menos, despus de un largo da, y me encanta tomarme de cinco a diez minutos para meditar en esa postura de absoluta relajacin. En realidad no existen motivos para no hacer regularmente una pausa, sea cual sea la posicin en que nos hallemos, aunque sea de pie en el metro, y recitar para nuestros adentros las frases focales con cada nueva respiracin a fin de entrar en una fase meditativa. Por supuesto, usted descubrir que sentarse con la espalda erguida contribuye a que la meditacin se torne ms profunda con mayor celeridad. Casi todos, cuando se conceden a s mismos libertad para adoptar la postura

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SIETE MAESTROS, UN CAMINO deseada, tienden espontneamente a realizar muchos movimientos al principio, pues dejan que su cuerpo sea libre de moverse como quiera. Pero, al final, el propio cuerpo se da cuenta de que sentarse erguido requiere un grado menor de energa y de atencin. As pues, se sentarn exactamente como sugera Buda, no porque se obliguen a s mismos a sentarse conforme a dictados ajenos, sino porque descubren, por s solos, su propia postura. sta es la esencia de un verdadero proceso meditativo: la menor cantidad posible de se debe o no se debe externos y el mayor espacio posible para experimentar, explorar y descubrir. Usted mismo dar con el proceso esencial de meditacin, puesto que ste guarda relacin con su personalidad y su discurrir vital concretos. Acabar estando erguido y cmodo, relajado y equilibrado porque se encontrar bien sentado de esa manera determinada, y porque cuando deje que su cuerpo se desenvuelva con libertad, ste progresar de forma natural hacia tal descubrimiento. Proyectar la atencin activa Cuando al fin uno est sentado en una postura mnimamente cmoda y erguida, qu debe hacer a continuacin? Patanjali y su tradicin yguica recomiendan que se proyecte la atencin activa. Atencin activa es una definicin larga que se pregona mucho en los crculos religiosos y de autoayuda actuales, pero no se deje intimidar por ella. Significa simplemente ser del todo conscientes de lo que acontece en el momento presente. Si est usted pensando, sea del todo consciente de que est pensando. Si est respirando, sea del todo consciente de que est respirando. Si est caminando, sea del todo consciente de que est caminando. En eso consiste la atencin activa. sta entraa ser conscientes de lo que experimentamos en nuestro entorno y, al mismo tiempo, ser conscientes de nosotros mismos como sujetos que lo experimentan. De modo que, cuando est usted sentado, sea consciente de que lo est y de todo lo que ocurre en el momento presente. En especial al comienzo de su sesin meditativa, puede seguir la recomendacin de Buda: Siempre atento, el meditador inspira; siempre atento, el meditador espira. Haga una pausa y explore Tmese algo de tiempo para explorar por s mismo cmo las distintas posturas hacen que cambie la experiencia de observacin de la respiracin. Despus de leer este prrafo, deje el libro un rato y permita que su cuerpo pase por los cambios pertinentes conforme explora varias posturas para meditar sobre la respiracin. Sintase libre de hacer lo que quiera -sentarse en el suelo, cambiarse de silla- para empezar a descubrir su propia postura meditativa.

Los tres pilares Hasta ahora hemos venido empleando el trmino meditacin en su sentido genrico ms amplio para referirnos al proceso mental de dirigir la mente de forma consciente a fin de enfocar nuestra atencin en direcciones que alientan la paz, la claridad y el despertar espiritual. Permtame compartir con usted otra serie de ideas de los Yoga Sutras y de la tradicin hind, donde las tres dimensiones fundamentales de la prctica meditativa se denominan concentracin, contemplacin y meditacin profunda. En esta interpretacin ms avanzada, la meditacin se refiere especficamente a la tercera y ltima etapa del proceso de tres-fases.

CONCENTRACIN Patanjali afirma al principio de sus Yoga Sutras que yoga es la capacidad de dirigir y fijar la actividad mental [ ... ) La concentracin consiste en fijar la mente en un objeto en particular. Al conseguirlo, el ser interior se establece a s mismo en toda su realidad. De lo contrario, uno se identifica con las actividades de la mente [ ... ) El control sobre las fluctuaciones de la mente nace de una prctica perseverante, constituida por el esfuerzo por alcanzar y mantener el estado de paz mental.

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En la visin de la meditacin en tres fases que presenta Patanjali, uno comienza empleando su fuerza de voluntad (disciplina) para fijar la atencin plena de su mente en la respiracin durante el momento presente. En este estado de concentracin, uno se centra en la va sensorial elegida, redirigiendo su consciencia hacia la experiencia de la respiracin cuando tienda a distraerse. Como ayuda adicional para concentrarse en la direccin que desee, puede usted decirse a s mismo: Estoy respirando libremente.

Haga una pausa y experimente Para experimentar su propio poder de concentracin, cierre los ojos y dirija el foco de su mente hacia las sensaciones fsicas que genera su respiracin. Sienta cmo el aire entra, sienta cmo sale, y cuando su atencin se distraiga vuelva a centrarla cuidadosa pero firmemente en el objetivo elegido, que es su respiracin.

CONTEMPLACIN Cuando se concentre en las sensaciones inmediatas de la experiencia de la respiracin, descubrir que su flujo de pensamientos habitual tiende a serenarse. Su mente pasar a centrarse en el tema que haya elegido (la respiracin, en este caso) y, a menudo, de forma intuitiva, comenzara a reflexionar -intelectual, emocional y simblicamente sobre la naturaleza subyacente de su respiracin. Es entonces cuando la concentracin muda en contemplacin, el segundo paso de la introspeccin espiritual. La tradicin contemplativa cristiana, por ejemplo, sugiere reflexionar sobre un versculo de la Biblia mediante la contemplacin profunda, lo que puede desembocar en una sbita percepcin del significado menos superficial de las palabras. En la prctica hind, el foco de concentracin puede ser la luz de una vela, la naturaleza del agua o la propia respiracin, observados desde todos los puntos de vista posibles. Cuando Jess dijo a sus discpulos y seguidores observad cmo crecen los lirios del campo, les sugera que meditasen sobre la naturaleza espiritual profunda de los lirios y penetrasen en los planos ms hondos de significado que, con frecuencia, se manifiestan a travs de tal contemplacin. La frase focal a menudo estimular, por s misma, la contemplacin. Estoy respirando libremente nos conducir a una reflexin fundamental acerca de lo que significa ser libre y respirar libremente, en contraposicin a controlar la respiracin. Haga una pausa y reflexione Detengmonos de nuevo y experimentemos directamente el proceso mental de la contemplacin. Sintonice con su propia respiracin, diga para s mismo estoy respirando libremente y reflexione sobre lo que en realidad significa respirar libremente; advierta cmo, despus de la siguiente exhalacin, si retiene el aliento, un sutil poder interior activar una nueva inspiracin en algn momento. Experimente este reflejo respiratorio que le mantiene vivo; compruebe cun profundamente puede escrutar la fuente de ese reflejo mientras observa el poder que le impulsa a respirar. Qu poder es se, y de dnde procede?

MEDITACIN PROFUNDA Despus de concentrarse en su aliento y de meditar sobre l, su mente llegar de forma natural al trmino de su indagacin, al menos de momento, y se serenar. Este cambio hacia una total quietud interior da comienzo al internamiento en la tercera dimensin de la introspeccin espiritual, la meditacin profunda.

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Esta experiencia comienza cuando acallamos todas las ideas y emociones asociadas a aquello en lo que nos hemos concentrado y avanzamos ms all del conocimiento conceptual, es decir, hacia un estado de consciencia en el cual simplemente estamos vivos en el momento presente y somos uno con el foco de nuestra atencin. Observamos sin juzgar y experimentamos lo que significa ser conscientes ms all de nuestras mentes racionales. En este estado, experimentamos sin esfuerzo la fusin de nuestra consciencia personal con una consciencia mayor, y entramos en verdadera comunin con lo divino ms all de todo concepto. Cul es la lnea divisoria entre la contemplacin y la meditacin? Tal como estamos empleando el trmino, la contemplacin es una indagacin mental e intuitiva sobre la naturaleza del punto focal elegido; para explorarlo, nos servimos del razonamiento y la asociacin cognitiva, as como de la memoria, la imaginacin y la reflexin intuitiva. La meditacin es la experiencia de la mente cuando se acalla la funcin cognitiva, cuando las asociaciones con el pasado y el futuro desaparecen y nos centramos plenamente en la consciencia expandida del momento presente. Es importante que, en los das, meses y aos venideros, usted dedique bastante tiempo a la contemplacin, por cuanto sta permite a la mente racional desempear un papel en el proceso de iluminacin. Segn yo lo entiendo, el despertar espiritual es, en ltima instancia, un proceso que consiste no en controlar la mente, sino en liberarla. En este proceso de liberacin, continuamos observando en profundidad lo que hace la mente, momento a momento, viendo todo lo que en ella ocurre. Y mientras observamos cmo la atencin de la mente deriva en una u otra direccin, cmo la mente contempla una sensacin, tema u objeto determinado, se produce el fogonazo de comprensin que nos lleva ms all. El maestro espiritual Osho lo expres as: Un hombre-ha de aprender una sola cosa: un nico paso y el viaje ha terminado. Ese nico paso consiste en hacerlo todo de forma atenta. Observa tu mente, tu cuerpo, tus actos. No pierdas al observador; as, no importar si se es cristiano, hind o budista. Un hombre capaz de hacerlo todo de forma plenamente consciente se convierte en un fenmeno luminoso. Haga una pausa y experimente Limtese a observar cmo se desarrolla el momento presente; experimente todo aquello que acuda a su consciencia: sonidos, imgenes, sensaciones, olores, pensamientos, emociones, texturas, movimientos... No haga ningn esfuerzo; no evale, juzgue ni reflexione; sea, simplemente, el observador... el testigo.

Liberar la respiracin Ya hemos visto algunos de los grandes dones con que la tradicin yguica de Patanjali nos ha obsequiado para que recorramos el sendero universal de la meditacin. Debemos comenzar siempre nuestras meditaciones, tal como Patanjali y la tradicin yguica sealan, enfocando nuestra atencin en direcciones y caminos concretos que resulten valiosos espiritualmente; sobre todo, en la experiencia de la respiracin. Esta tradicin concede, asimismo, una gran importancia a la disciplina, el esfuerzo y el control como requisitos previos para las experiencias meditativas ms liberadoras. En el sendero espiritual se requiere cierto grado de disciplina, independientemente de cules sean la tradicin o el enfoque que uno decida explorar. La frase clave de este captulo y de esta meditacin, sin embargo, no es estoy respirando de una manera controlada, ni estoy disciplinando mi respiracin, sino estoy respirando libremente.

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En la meditacin yguica uno de los objetivos primordiales es lograr el control ms absoluto de todas las actividades, inclinaciones, hbitos y reflejos fsicos, emocionales y mentales. La tradicin yguica aduce numerosas razones para conferir a la disciplina y al esfuerzo un lugar excepcional en la prctica espiritual, algo que yo mismo experiment a lo largo de mis aos de aprendizaje bajo la tutela de Kr1yananda, discpulo de Yogananda. No obstante, durante ese tiempo, me dedicaba a la vez a explorar la meditacin con Alan Watts y otros maestros de zen, y a aprender el gran valor de abordar la respiracin en la direccin opuesta a la del control: es decir, liberndola completamente. En un momento determinado, comprend de pronto cun valiosas son las ideas que Buda aport a la tradicin espiritual hind, sobre todo su insistencia en que limitarse a observar la experiencia de la respiracin, sin ejercer ningn control, es la herramienta ms poderosa para sumirse en la meditacin profunda. En nuestro mtodo meditativo, tras aprovechar las ideas yguicas sobre la disciplina de la mente para comenzar nuestra meditacin, dejamos atrs rpidamente tal disciplina y liberamos nuestra respiracin. A tal fin, durante la primera gua de meditacin de la respiracin, incluir tan slo la autodisciplina inicial precisa para que el lector se haga deliberadamente con el control sobre la capacidad de atencin de su mente, y la oriente en direcciones espirituales gratificantes; en este caso, hacia la experiencia de la respiracin. Introducir, asimismo, algunos pasos de respiracin controlada mientras compartimos las ventajas de las tcnicas de control basadas en el puraka-kumbhaka-rechaka. Por ltimo, le alentar a prescindir de todo control -salvo el necesario para concentrar de forma continuada su atencin en la experiencia respiratoria para que usted pueda observar cmo se produce su respiracin sin controlarla en modo alguno.

Despertar o luminacin De igual manera, la meditacin a menudo se entiende como un esfuerzo encaminado a una meta fijada en algn momento del futuro lejano, consistente en alcanzar un estado definitivo de consciencia totalmente trascendente denominado iluminacin. Quisiera dejar claro que el presente libro y su conjunto de meditaciones no pretenden empujar al lector hacia el objetivo de transformarse en un ser iluminado en grado sumo en un futuro a largo plazo. Estas meditaciones no se plantean el sendero espiritual como una sucesin lineal de logros meditativos orientados hacia una meta futura. Nuestro objetivo se centra en experimentar, en el momento presente, el proceso continuo de despertar espiritual, en lugar de soar con alcanzar un lejano estado ideal de iluminacin. En realidad, el despertar espiritual nunca ocurre en un momento del futuro. Ocurre tan slo aqu y ahora; incluso mientras lee usted estas palabras y es consciente de su respiracin al mismo tiempo, est experimentando un despertar espiritual. El proceso de recorrer el sendero espiritual es, en s y por s mismo, el despertar. Cada captulo y cada expansin meditativa de este libro estn concebidos para animarle a dar el salto y comprender que, en este preciso momento y lugar, sin necesidad de ms preparacin, disciplina o aprendizaje, ya est usted aqu. Simplemente preste atencin, fijese y lo ver. Los zen dicen: No ir a ninguna parte, no hacer nada. Lo nico que debe usted hacer es despertar a la realidad de que es un ser iluminado por naturaleza. Y, para despertar, tan slo debe prestar atencin al continuo y milagroso desarrollo del eterno momento presente.

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Como Ram Dass ha repetido sin cesar, no tenemos que hacer nada salvo estar aqu ahora. Alan Watts explor esta misma idea en un libro con el inequvoco ttulo de This Is It [hay trad. cast.: Esto es eso, Kairs, Barcelona, 1993]. El reino de los cielos est, en efecto, muy cerca. De modo que no perdamos tiempo pensando o preparndonos para nuestra futura iluminacin. Permitmonos a nosotros mismos despertar.. en este preciso momento.

OBSERVAR LA RESPIRACIN: GUA DE MEDITACIN 1 Permtame guiarle a travs de nuestro primer proceso formal de expansin de la consciencia, la meditacin de la respiracin que ha ido aprendiendo poco a poco en este captulo. En su forma completa, esta meditacin comprende>,de siete a ocho minutos de experiencia interior. Una vez que haya memorizado el proceso, puede prolongarlo durante ms tiempo o realizarlo ms rpidamente empleando una forma abreviada. Lo importante es que, mediante la disciplina de centrar regularmente su atencin en la respiracin, empiece a desarrollar el hbito espiritual de ser consciente de su respiracin cada vez con mayor frecuencia. El objetivo consiste en aprender a ser conscientes de nuestra respiracin durante gran parte del da, permitiendo as que un estado de consciencia profundo y meditativo presida su vida y rutina diarias. Para comenzar esta meditacin de la respiracin, pngase cmodo, preferiblemente sentado con la espalda recta, o bien tumbado boca arriba, o de pie. Reljese, pngase cmodo... y, sin hacer nada en absoluto, comience a notar cmo se siente su cuerpo... deje que su mente vague libremente... y advierta si su respiracin es tensa o relajada... irregular o fluida... no juzgue su respiracin, simplemente obsrvela... Procure permitirse realizar todos aquellos movimientos corporales que surjan espontneamente: sea libre de mover la cabeza... los brazos y las manos... el torso... de esta o aquella manera... respire por la boca unas cuantas veces... estrese si as se siente bien... alce las manos hacia arriba... bostece, quiz, con un largo y profundo suspiro... Y simplemente reljese... proceda a colocarse en una posicin cmoda y equilibrada mientras, sin realizar ningn esfuerzo, busca su postura para meditar.. respirando libremente... notando qu es lo que pide su columna vertebral... hallando una posicin equilibrada que le resulte cmoda para su meditacin... Llegado a este punto, puede centrar de nuevo la atencin en su respiracin... concntrese en la punta y el interior de su nariz... note la sensacin que produce el aire en su nariz o su boca... al entrar... y salir... conforme respira... Y, al mismo tiempo, expanda su consciencia, mientras sigue respirando, de modo que abarque los movimientos que siente en el pecho y el vientre... Ahora, durante un par de minutos, practique la respiracin equilibrada o Pranayama... inspirando hasta 4... reteniendo el aire hasta 2... exhalando hasta 4 ... y reteniendo hasta 2... inspire de nuevo hasta 4 ... retenga hasta 2... exhale hasta 4... retenga hasta 2 ... vuelva a inspirar hasta 4 ... retenga hasta 2... exhale hasta 4... retenga hasta 2 ... Prosiga usted solo este ejercicio de respiracin... Muy bien, ya puede dejar que su respiracin fluya libremente... permita que las inspiraciones y exhalaciones se produzcan por s solas... deje que su respiracin se detenga y empiece cuando lo desee... limtese a observarla, sin interferir de ningn modo en su movimiento y su fluir natural... slo concentre su atencin en el aire que entra... y que sale... por su nariz o su boca... y, a la vez, en los movimientos de su pecho y su vientre conforme respira.

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SIETE MAESTROS, UN CAMINO Diga para s estoy respirando libremente. Y durante los prximos minutos, si lo desea, puede reflexionar sobre lo que significa respirar... contemplar su experiencia de la respiracin desde todos los puntos de vista... indagar lo que significa hacer regularmente esos movimientos... ser una criatura que respira... Y ahora, cuando est listo, puede sumirse en la 1 1 dora quietud de la meditacin profunda mientras sigue concentrado en su respiracin, que fluye hacia el interior y hacia el exterior.. libre.

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CAPTULO 2 SERENAR LA MENTE: LAO-TSE No existe nada ms profundo en la meditacin que dominar el proceso de acallar nuestros pensamientos y entrar en un estado de quietud interior. Si pudiramos calmar a voluntad nuestras mentes crnicamente parlanchinas, no necesitaramos ninguna prctica formal meditativa en absoluto. Naturalmente, pensar no tiene nada de malo per se... siempre y cuando nuestros pensamientos no nos bombardeen a todas horas, privndonos de periodos de quietud mental que renueven nuestro nimo. La meditacin ofrece un saludable equilibrio entre el ajetreo del pensamiento incesante y la paz interior y la claridad de una mente sosegada. En este captulo, le animar a que comience a observar, tan a menudo como sea posible, los pensamientos que acuden de forma continua a su mente. Son pensamientos que le hacen sentir bien, que le alientan a participar en el mundo que le rodea, que le impulsan a la accin positiva? 0 sus pensamientos habituales se centran ms bien en preocupaciones, juicios crticos, antagonismos y conflictos? La cruda verdad, psicolgicamente hablando, es que la mayora de nosotros pasamos demasiado tiempo del da absortos en pensamientos negativos que estimulan directamente emociones interiores como la ira, la ansiedad, la depresin, la confusin, etc. Y la suma de esos pensamientos y emociones tiende a hacer estragos en nuestra vida, provocando problemas de salud relacionados con el estrs, conflictos en las relaciones, dificultades en el trabajo, as como tormento y confusin interior en nuestras almas. Cada vez que usted decida hacer una pausa y meditar, ya sea durante dos minutos, veinte minutos o dos horas, descubrir que afluye a su meditacin una ruidosa y avasalladora variedad de pensamientos que desean seguir dominando su mente. Los pensamientos alegres, positivos y afectuosos suelen acallarse de buen grado para permitirle entrar en estado de meditacin profunda. Sin embargo, los pensamientos preocupados o atormentados generalmente se niegan a desaparecer o a brindarle un momento de paz anmica. La voz interna de su ego insistir en que no dispone de tiempo para dejar de preocuparse o de trazar proyectos, en que es vital para usted seguir pensando a fin de resolver algn problema, hacer planes importantes o permanecer inmerso en su mundo conceptual interior, en vez de dejar de pensar y concentrarse en el mundo experiencial del momento presente. Hace milenios, entre los sabios de la cultura taosta que floreci en la antigua China, ya se haba identificado con acierto la mente racional crtica y analtica como autora no slo de las bendiciones especficamente humanas de la existencia, sino tambin de las maldiciones especficamente humanas. Dichos sabios comprendan con claridad que, abundando en pensamientos arraigados en la memoria, la imaginacin, las creencias y los supuestos, los humanos adquirimos una inmensa capacidad para razonar con lgica, reflexionar sobre experiencias pasadas y manipular el mundo en nuestro provecho. Sin embargo, dado que el pensamiento es una funcin de la mente que abarca el pasado y el futuro, tendemos a perder el contacto con la gran experiencia de participar espontneamente en el momento presente.

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SERENAR LA MENTE: LAO~TSE La meditacin tiene por objeto resolver el problema de la abstraccin, permitiendo que nos distanciemos por un tiempo del constante aluvin de pensamientos procedentes de nuestra realidad virtual interior y alcancemos una consciencia ms profunda. Aprendiendo a observar con calma los pensamientos que fluyen en nuestra mente, desvinculndonos de ellos, nos liberamos de la identificacin crnica con el limitado concepto que nuestro ego tiene de la vida, y nos abrimos a una sabidura, una percepcin y un enriquecimiento espirituales ms profundos. Acallando nuestra mente racional predominante, despertamos nuestra consciencia espiritual latente; librndonos de nuestras preocupaciones y angustias mentales, disfrutamos ms plenamente de la vida. En la tradicin taosta,