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4 SANTO DOMINGO, RD. AÑO CXXVI. EDICIÓN Nº 35,577. MARTES, 10 DE MAYO DEL 2016 Economía&Negocios SECCIÓN D | wsjamericas.com K rispy Kreme, cadena estadounidense de donuts, acordó ser adquirida por JAB Holding, firma de in- versión con sede en Luxem- burgo de la familia alemana Reimann, por unos US$1.350 millones. JAB ha estado comprando activamente empresas minoristas, de alimentos y de productos de consumo, con especial énfa- sis en cadenas de cafeterías, como Peet’s Coffee & Tea, y fabricantes de cafeteras, como Keurig Green Moun- tain, que compró en 2015 por US$13.900 millones. Krispy continuará sus operaciones como empresa independien- te, pero dejará de cotizar en bolsa, dijeron las compañías. u Tyson Foods, el mayor procesador de carnes en EE.UU., está considerando la compra de negocios de pollo o alimentos preparados fuera de ese país, dijeron ejecutivos de la empresa. La compañía quiere expandirse internacionalmente en mo- mentos en que su mercado interno está en auge. Tyson reportó un alza de 39% en la ganancia del trimestre que finalizó el 2 de abril, a US$432 millones, gracias a la buena rentabilidad de sus operaciones de pollo, cerdo y alimentos preparados. u China adoptó nuevas medidas para impulsar las exportaciones, incluyendo un llamado para que los ban- cos otorguen más créditos a exportadores rentables y de pequeña escala, mayores re- bajas a los impuestos al valor agregado y el recorte de las tasas de interés a corto plazo para seguros de crédito de exportación. El gobierno dijo que las medidas respondían a una perspectiva en dete- rioro del comercio. En abril, las exportaciones chinas cayeron 1,8% frente al mismo mes de 2015. u Takata, el fabricante japonés de las bolsas de aire en el centro de un masivo llamado a revisión, estima que perdió US$121 millones en el año que terminó en marzo, debido a los costos relacionados a un defecto que causa que las bolsas ex- ploten y esparzan metralla. El problema ha sido ligado a al menos 11 muertes. Las pér- didas y costos podrían subir ya que la cifra proyectada no toma en cuenta los llamados a revisión más recientes. La empresa reportará resulta- dos el miércoles. u T-Mobile, operador de telefonía celular de EE.UU., firmó un acuerdo de roaming con la estatal Empresa de Te- lecomunicaciones de Cuba, el cual permitirá servicios de voz, texto y datos a los clientes estadounidenses que viajen a la isla desde mediados de año. T-Mobile dice que tiene más clientes con ascendencia cubana que cualquier otro operador celular en EE.UU. Sprint y Verizon ya ofrecen servicios de roaming en Cuba y AT&T negocia un pacto similar. Envíe sus comentarios a: [email protected] 7 7 What’s News i i i © 2016 Todos los derechos reservados wsjamericas.com En línea >> TERRY O’NEILL/GETTY IMAGES El autor Rich Cohen señala que los Rolling Stones funcionan como una de las empresas más dinámicas, rentables y perdurables del mundo y destaca las principales razones de su éxito. Lecciones de negocios de los Rolling Stones A pesar de haber prometi- do durante años que reducirá su exceso de capacidad industrial, China está redoblando sus es- fuerzos para mantener a flote fá- bricas no rentables, agravando la sobreoferta de materiales básicos que inunda la economía global. Por Brian Spegele, en Beijing, y John W. Miller, en Pittsburgh La sobreproducción china de acero, aluminio, diésel y otros bienes industriales ha empujado los precios a la baja y perjudicado a sus competidores, contribuyen- do a la pérdida de miles de em- pleos en Estados Unidos y otros países. La persistente asistencia del gobierno chino a las fábricas ha desatado asimismo un brusco au- mento de las disputas comerciales y el sentimiento proteccionista, especialmente en EE.UU., donde el comercio se ha convertido en uno de los temas candentes de la campaña electoral. De acuerdo con un análisis de The Wall Street Journal de em- presas chinas que cotizan en bol- sa, Beijing dedica miles de millo- nes de dólares a otorgar ayuda en efectivo, subsidios de electricidad y otros beneficios a sus producto- res de acero, carbón, paneles sola- res y productores de bienes como cobre y químicos. Uno de los beneficiarios, Alu- minum Corp. of China, o Chalco, anunció en octubre el cierre de una fundición en la provincia de Gansu que procesaba 500.000 to- neladas al año. Los ejecutivos an- ticiparon miles de despidos. No obstante, el gobierno de Gansu, según los empleados, re- dujo en 30% la factura eléctrica de la planta, la que la salvó. En Europa, los trabajadores han protestado contra las importacio- nes de acero chino. Australia ha in- vestigado el presunto dumping de paneles solares, acero y otros pro- ductos chinos, e India ha aumen- tado sus aranceles a las importa- ciones de acero tras una oleada de importaciones baratas de China. En los primeros tres meses del año, EE.UU. inició siete investiga- ciones sobre supuestas prácticas de dumping o subsidios estatales a mercancías chinas, la mayor cifra trimestral al menos desde 2003, se- gún el gobierno estadounidense. Este año, el Departamento de Comercio de EE.UU. impuso aran- celes de 266% al acero laminado en frío de China, después de que U.S. Steel Corp. atribuyera a Bei- jing una pérdida de US$1.500 mi- llones el año pasado, el cierre de su último alto horno en el sur del país y miles de despidos. A finales del mes pasado, U.S. Steel presentó una queja contra China en la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU. acusán- dola de manipulación de precios, transbordo a través de terceros países para eludir aranceles y ci- berespionaje tecnológico. El Mi- nisterio de Comercio de China, que ha instado a las autoridades de EE.UU. a rechazar la queja, dijo que las acusaciones de violación de la propiedad intelectual carecen de “fundamento en los hechos”. China niega hacer dumping (vender un producto por debajo de su costo con el fin de ganar cuota de mercado), y pide a EE.UU. y la Unión Europea que revisen sus po- líticas proteccionistas. Añade que ha clausurado plantas y pretende seguir haciéndolo y que despedirá hasta 1,8 millones de trabajadores del acero y del carbón. Una forma de determinar cuánto apoyo Beijing brinda a sus empresas es examinar la de- claración de subvenciones en las presentaciones que las compa- ñías deben hacer a las dos princi- pales bolsas de valores del país, en Shanghai y Shenzhen. The Wall Street Journal ana- lizó los documentos de cerca de 3.000 empresas chinas en 2015, se- gún las cuales la ayuda del gobier- no se elevó el año pasado a más de 119.000 millones de yuanes, o más de US$18.000 millones, en compa- ración con cerca de 92.000 millo- nes de yuanes en 2014. Los subsidios reportados au- mentaron aproximadamente 50% desde 2013, según el proveedor de datos Shanghai Wind Informa- tion Co. Otros países, incluyendo EE.UU., ofrecen un apoyo sustan- cial a sectores en problemas. Los expertos dicen que China es menos transparente acerca de sus subvenciones y más inclina- da a utilizarlas para promover exportaciones. El gobierno ha reiterado que cerrará fábricas innecesarias, pero no ha cum- plido su promesa. La necesidad de reducir la ca- pacidad en China ha sido evidente desde hace bastante tiempo. Más del 40% de las principales side- rúrgicas arrojaron pérdidas en el primer semestre de 2015, según la Asociación de Hierro y Acero de China. El Ministerio de Industria y Tecnología de la Información, que supervisa la siderurgia, dijo a The Wall Street Journal en 2014 que las autoridades estaban “en el proceso de implementar” las re- ducciones de capacidad. La producción de acero crudo de China cayó 2% interanual en 2015 a cerca de 804 millones de toneladas. De todos modos, ex- pertos estiman que otros 200 mi- llones de toneladas, alrededor del 25% de la producción de acero chi- no, deberían ser eliminadas para restaurar el equilibrio del merca- do. El año pasado, las exportacio- nes de acero chino crecieron 20% a 112 millones de toneladas, según la oficina de aduanas. Un informe presentado el año pasado por U.S. Steel Corp., Nu- cor Corp. y el sindicato United Steelworkers para demandar la imposición de aranceles de im- portación al acero laminado chi- no, destaca 44 programas de sub- venciones de Beijing. Esto incluye siete programas que les otorgan a las siderúrgicas terrenos, hie- rro, carbón y energía a muy bajo costo o gratis; ocho que ofrecen préstamos con descuento; 15 de exenciones tributarias y 11 que conceden dinero en forma directa. “Es el conjunto de prácticas que mantienen vivas a estas empresas zombi”, dijo Roger Schagrin, abo- gado de los fabricantes de acero de EE.UU. Un caso similar es el del com- bustible diésel, donde las expor- taciones chinas aumentaron casi 80% en 2015 respecto de 2014, se- gún datos de aduanas. Dada la dé- bil demanda interna, Beijing eli- minó restricciones para que los refinadores privados pudieran exportar combustible. Las compañías chinas de ener- gía no han realizado grandes des- pidos. El gigante de refinación Chi- na Petroleum & Chemical Corp., o Sinopec, cuya ganancia neta cayó 30% en 2015, dijo a The Wall Street Journal que no ha eliminado em- pleos desde fines de 2014, cuando los precios del petróleo comenza- ron a caer, y que “no tenía ningún plan para futuros despidos”. La empresa emplea a unas 351.000 personas. En 2015, la producción de alu- minio de China se elevó a 32 mi- llones de toneladas, el doble que en 2005. Las exportaciones pa- saron de 2,6 millones a 6,7 millo- nes de toneladas durante el mis- mo lapso, un alza que contribuyó a la caída de 40% de los precios mundiales del commodity en los últimos cinco años. Las tensiones por la pérdida de empleos reflejan frustraciones res- pecto del incumplimiento de China a las promesas que hizo cuando se integró a la Organización Mundial del Comercio en 2001. Según los datos de la OMC, China represen- tó alrededor del 25% de todas las medidas antidumping reportadas entre 1995 y 2014, más que cual- quier otra nación. EE.UU. repre- sentó alrededor de 5%. —Kersten Zhang y Yang Jie en Beijing contribuyeron a este artículo. La ayuda de Beijing a las estatales chinas exacerba el exceso global P�� W�� C��RIO DE JANEIRO—Hace siete años, cuando se inició un nuevo esfuerzo policial comunitario en algunos de los barrios más violen- tos y descuidados de esta ciudad, residentes como Denise Moraes da Silva tenían esperanzas. Después de abordar favelas más pequeñas, cientos de policías en tra- je de combate y vehículos blindados ingresaron en 2012 a su vecindario, Complexo do Alemão, una de las fa- velas más grandes de Rio. El obje- tivo de la “Unidad de Pacificación de la Policía”, o UPP, era quitarles el control a las pandillas de narcotrafi- cantes armadas y despejar el cami- no para que haya calles más seguras y mejores servicios públicos. Lo que siguió fueron períodos de relativa calma salpicados por tiroteos feroces entre traficantes y la policía. Los residentes a me- nudo quedaban en medio del fuego cruzado. Una de las víctimas fue el hijo de 20 años de Da Silva, Caio, conductor de mototaxi. Un juzga- do local falló que el policía que le disparó y lo mató, hace dos años, lo hizo de forma accidental. “Cuando empezó la pacificación, creí que iba a ayudar. Pero desafor- tunadamente eso no pasó”, dice Da Silva, empleada bancaria de 51 años. “Antes de las UPP, había tráfico (de drogas), sí, pero no tiroteos a diario. Se podía caminar sin miedo”. Incidentes como el que cobró la vida del joven Da Silva han erosio- nado la confianza del público en las UPP. Otros problemas también pla- gan la iniciativa bandera de la ciu- dad en seguridad pública. Aunque algunas de las favelas han registra- do una mejoría en seguridad, otras han vuelto a caer en la violencia a medida que bandas delictivas se han reagrupado y los recortes de presupuesto han obligado a la po- licía a reducir su actividad. El negocio de las drogas que se había detenido o que se había limi- tado al bajo mundo ahora florece abiertamente en muchos barrios. Tiroteos entre policías y trafican- tes, o entre pandillas rivales, son co- munes en favelas antes calmas cer- ca de las playas más populares de Rio. Sólo en abril, al menos 11 per- sonas murieron en tiroteos con la policía, muchos en áreas de las UPP, según Amnistía Internacional. “Ya había evidencia del debili- tamiento del modelo de las UPP. Lo que está pasando hoy, creo, es que la situación se ha vuelto grave”, dice Silvia Ramos, profesora especiali- zada en seguridad pública de la Uni- versidad Cândido Mendes, de Rio. El deterioro de las UPP no podría producirse en un peor momento para el gobierno, que está invirtien- do fuerte en seguridad para los Jue- gos Olímpicos, cuya ceremonia de inauguración será el 5 de agosto. Para proteger un estimado de 500.000 turistas y deportistas, el país desplegará 85.000 agentes, más del doble de los que usó Lon- dres en 2012. Sin embargo, no se sabe lo que sucederá después del evento. En su candidatura original para ser anfitrión, los organizado- res locales prometieron una “segu- ridad ampliamente mejorada” en Rio como un beneficio duradero. No obstante, las estadísticas más recientes no son alentadoras. En marzo, los robos en las calles de Rio aumentaron 29% comparado con el año previo, según el estado. En Leblon, uno de los barrios más exclusivos de la ciudad, narcotra- ficantes rivales han protagoniza- do batallas armadas e incluso han lanzado granadas, aterrorizando a los residentes. En las áreas de las UPP, la cifra de muertes violentas, incluyendo muertes por la policía y homicidios, se elevó 55% interanual en el primer semestre de 2015, según los datos más recientes disponibles. “El verdadero legado sería usar los megaeventos para trasformar la situación de seguridad de Rio”, dice Ignacio Cano, profesor de so- ciología de la Universidad Estatal de Rio de Janeiro. “En ese aspec- to, creo que el avance ha sido muy limitado”. Pricilla Oliveira, una comandan- te del programa UPP, reconoce que en algunas áreas los tiroteos han aumentado, pero señala que la vio- lencia general ha descendido desde que empezó la iniciativa, en 2008. “Considerando la complejidad del programa y que no se han plan- teado otros para controlar la delin- cuencia en las áreas más violentas de la ciudad, considero (el desem- peño de las UPP) excelente”, aseve- ra Oliveira. “Claro, como cualquier programa de esta magnitud, necesi- ta ser enmendado a medida que sur- jan dificultades con el tiempo”. La iniciativa de las UPP fue lan- zada con bombos y platillos a fines de 2008, promocionada como un nuevo modelo policial que traería paz a partes de esta extensa ciu- dad desde hace tiempo ignoradas. La calma en las calles, según la teo- ría, permitiría la prestación de me- jores servicios de salud, educación y tratamiento de aguas residuales, a la vez que atraería más inversión privada y empleos. Después de cierto éxito inicial en favelas más pequeñas, y con la ayuda de donantes privados, el pro- grama se expandió de forma veloz. Las autoridades, sin embargo, dicen que el crecimiento fue demasiado rápido y que el gobierno municipal no pudo cumplir las promesas de mejores servicios públicos luego del ingreso de la policía. La crisis económica de Brasil también ha perjudicado el progra- ma. Los donantes privados desapa- recieron y una brutal recesión ha re- ducido la financiación pública. En marzo, José Beltrame, se- cretario de seguridad del estado de Rio de Janeiro y un gran proponen- te de las UPP, anunció US$571 mi- llones en recortes al presupuesto de seguridad. El funcionario aña- dió que las nuevas inversiones en esta materia serían “prácticamen- te cero”. Los residentes atribuyen buena parte de los problemas del progra- ma al comportamiento hiperagresi- vo de los policías de las UPP. Algunos han aparecido en vi- deos manipulando evidencia. Los residentes dicen que algunos agen- tes de las UPP usan tácticas de mano dura, incluyendo el derribamiento de puertas sin orden judicial o el in- greso a fiestas sin invitación para apagar la música. Oliveira señala que la policía ha establecido una línea telefónica para que los residentes presenten sus quejas. Las promesas incum- plidas de la ciudad sobre las escue- las, el agua potable y opciones de transporte público han agravado el resentimiento. La iniciativa de las UPP “era una oportunidad para cambiar la men- talidad de toda una generación”, dice Erika Robb Larkins, profesora de estudios brasileños de la Univer- sidad de Oklahoma, quien ha escrito un libro sobre las favelas. “Eso se desbarató bastante rápido”. El programa de las Unidades de Pacificación de la Policía comenzó a fines de 2008. La paz en las favelas, una meta olímpica en duda La empresa china Chalco pudo seguir operando una fundición gracias a los incentivos que ofreció el gobierno. Las empresas siguen invirtiendo en la producción de acero, aluminio y otros commodities IMAGINECHINA/CORBIS FABIO TEIXEIRA/PACIFIC PRESS/GETTY IMAGES

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4SANTO DOMINGO, RD. AÑO CXXVI. EDICIÓN Nº 35,577. MARTES, 10 DE MAYO DEL 2016Economía&Negocios SECCIÓN D |

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Krispy Kreme, cadena estadounidense de

donuts, acordó ser adquirida por JAB Holding, firma de in-versión con sede en Luxem-burgo de la familia alemana Reimann, por unos US$1.350 millones. JAB ha estado comprando activamente empresas minoristas, de alimentos y de productos de consumo, con especial énfa-sis en cadenas de cafeterías, como Peet’s Coffee & Tea, y fabricantes de cafeteras, como Keurig Green Moun-tain, que compró en 2015 por US$13.900 millones. Krispy continuará sus operaciones como empresa independien-te, pero dejará de cotizar en bolsa, dijeron las compañías.

u Tyson Foods, el mayor procesador de carnes en EE.UU., está considerando la compra de negocios de pollo o alimentos preparados fuera de ese país, dijeron ejecutivos de la empresa. La compañía quiere expandirse internacionalmente en mo-mentos en que su mercado interno está en auge. Tyson reportó un alza de 39% en la ganancia del trimestre que finalizó el 2 de abril, a US$432 millones, gracias a la buena rentabilidad de sus operaciones de pollo, cerdo y alimentos preparados.

u China adoptó nuevas medidas para impulsar las exportaciones, incluyendo un llamado para que los ban-cos otorguen más créditos a exportadores rentables y de pequeña escala, mayores re-bajas a los impuestos al valor agregado y el recorte de las tasas de interés a corto plazo para seguros de crédito de exportación. El gobierno dijo que las medidas respondían a una perspectiva en dete-rioro del comercio. En abril, las exportaciones chinas cayeron 1,8% frente al mismo mes de 2015.

u Takata, el fabricante japonés de las bolsas de aire en el centro de un masivo llamado a revisión, estima que perdió US$121 millones en el año que terminó en marzo, debido a los costos relacionados a un defecto que causa que las bolsas ex-ploten y esparzan metralla. El problema ha sido ligado a al menos 11 muertes. Las pér-didas y costos podrían subir ya que la cifra proyectada no toma en cuenta los llamados a revisión más recientes. La empresa reportará resulta-dos el miércoles.

u T-Mobile, operador de telefonía celular de EE.UU., firmó un acuerdo de roamingcon la estatal Empresa de Te-lecomunicaciones de Cuba, el cual permitirá servicios de voz, texto y datos a los clientes estadounidenses que viajen a la isla desde mediados de año. T-Mobile dice que tiene más clientes con ascendencia cubana que cualquier otro operador celular en EE.UU. Sprint y Verizon ya ofrecen servicios de roaming en Cuba y AT&T negocia un pacto similar.

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El autor Rich Cohen señala que los Rolling Stones funcionan como una de las empresas más dinámicas, rentables y perdurables del mundo y destaca las principales razones de su éxito.

Lecciones de negocios de los Rolling Stones

A pesar de haber prometi-do durante años que reducirá su exceso de capacidad industrial, China está redoblando sus es-fuerzos para mantener a flote fá-bricas no rentables, agravando la sobreoferta de materiales básicos que inunda la economía global.

Por Brian Spegele, en Beijing, y John W. Miller, en Pittsburgh

La sobreproducción china de acero, aluminio, diésel y otros bienes industriales ha empujado los precios a la baja y perjudicado a sus competidores, contribuyen-do a la pérdida de miles de em-pleos en Estados Unidos y otros países.

La persistente asistencia del gobierno chino a las fábricas ha desatado asimismo un brusco au-mento de las disputas comerciales y el sentimiento proteccionista, especialmente en EE.UU., donde el comercio se ha convertido en uno de los temas candentes de la campaña electoral.

De acuerdo con un análisis de The Wall Street Journal de em-presas chinas que cotizan en bol-sa, Beijing dedica miles de millo-nes de dólares a otorgar ayuda en efectivo, subsidios de electricidad y otros beneficios a sus producto-res de acero, carbón, paneles sola-res y productores de bienes como cobre y químicos.

Uno de los beneficiarios, Alu-minum Corp. of China, o Chalco, anunció en octubre el cierre de una fundición en la provincia de Gansu que procesaba 500.000 to-neladas al año. Los ejecutivos an-ticiparon miles de despidos.

No obstante, el gobierno de Gansu, según los empleados, re-

dujo en 30% la factura eléctrica de la planta, la que la salvó.

En Europa, los trabajadores han protestado contra las importacio-nes de acero chino. Australia ha in-vestigado el presunto dumping de paneles solares, acero y otros pro-ductos chinos, e India ha aumen-tado sus aranceles a las importa-ciones de acero tras una oleada de importaciones baratas de China.

En los primeros tres meses del año, EE.UU. inició siete investiga-ciones sobre supuestas prácticas de dumping o subsidios estatales a mercancías chinas, la mayor cifra trimestral al menos desde 2003, se-gún el gobierno estadounidense.

Este año, el Departamento de Comercio de EE.UU. impuso aran-celes de 266% al acero laminado en frío de China, después de que U.S. Steel Corp. atribuyera a Bei-jing una pérdida de US$1.500 mi-llones el año pasado, el cierre de su último alto horno en el sur del país y miles de despidos.

A finales del mes pasado, U.S. Steel presentó una queja contra China en la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU. acusán-dola de manipulación de precios, transbordo a través de terceros países para eludir aranceles y ci-berespionaje tecnológico. El Mi-nisterio de Comercio de China, que ha instado a las autoridades de EE.UU. a rechazar la queja, dijo que las acusaciones de violación de la propiedad intelectual carecen de “fundamento en los hechos”.

China niega hacer dumping(vender un producto por debajo de su costo con el fin de ganar cuota de mercado), y pide a EE.UU. y la Unión Europea que revisen sus po-líticas proteccionistas. Añade que ha clausurado plantas y pretende seguir haciéndolo y que despedirá hasta 1,8 millones de trabajadores del acero y del carbón.

Una forma de determinar cuánto apoyo Beijing brinda a sus empresas es examinar la de-claración de subvenciones en las presentaciones que las compa-ñías deben hacer a las dos princi-pales bolsas de valores del país,

en Shanghai y Shenzhen.The Wall Street Journal ana-

lizó los documentos de cerca de 3.000 empresas chinas en 2015, se-gún las cuales la ayuda del gobier-no se elevó el año pasado a más de 119.000 millones de yuanes, o más de US$18.000 millones, en compa-ración con cerca de 92.000 millo-nes de yuanes en 2014.

Los subsidios reportados au-mentaron aproximadamente 50% desde 2013, según el proveedor de datos Shanghai Wind Informa-tion Co. Otros países, incluyendo EE.UU., ofrecen un apoyo sustan-cial a sectores en problemas.

Los expertos dicen que China es menos transparente acerca de sus subvenciones y más inclina-da a utilizarlas para promover exportaciones. El gobierno ha reiterado que cerrará fábricas innecesarias, pero no ha cum-plido su promesa.

La necesidad de reducir la ca-pacidad en China ha sido evidente desde hace bastante tiempo. Más del 40% de las principales side-rúrgicas arrojaron pérdidas en el primer semestre de 2015, según la Asociación de Hierro y Acero de China.

El Ministerio de Industria y Tecnología de la Información, que supervisa la siderurgia, dijo a The Wall Street Journal en 2014 que las autoridades estaban “en el proceso de implementar” las re-ducciones de capacidad.

La producción de acero crudo de China cayó 2% interanual en 2015 a cerca de 804 millones de toneladas. De todos modos, ex-pertos estiman que otros 200 mi-llones de toneladas, alrededor del 25% de la producción de acero chi-no, deberían ser eliminadas para restaurar el equilibrio del merca-do. El año pasado, las exportacio-nes de acero chino crecieron 20% a 112 millones de toneladas, según la oficina de aduanas.

Un informe presentado el año pasado por U.S. Steel Corp., Nu-cor Corp. y el sindicato United Steelworkers para demandar la imposición de aranceles de im-

portación al acero laminado chi-no, destaca 44 programas de sub-venciones de Beijing. Esto incluye siete programas que les otorgan a las siderúrgicas terrenos, hie-rro, carbón y energía a muy bajo costo o gratis; ocho que ofrecen préstamos con descuento; 15 de exenciones tributarias y 11 que conceden dinero en forma directa. “Es el conjunto de prácticas que mantienen vivas a estas empresas zombi”, dijo Roger Schagrin, abo-gado de los fabricantes de acero de EE.UU.

Un caso similar es el del com-bustible diésel, donde las expor-taciones chinas aumentaron casi 80% en 2015 respecto de 2014, se-gún datos de aduanas. Dada la dé-bil demanda interna, Beijing eli-minó restricciones para que los refinadores privados pudieran exportar combustible.

Las compañías chinas de ener-gía no han realizado grandes des-pidos. El gigante de refinación Chi-na Petroleum & Chemical Corp., o Sinopec, cuya ganancia neta cayó 30% en 2015, dijo a The Wall Street Journal que no ha eliminado em-

pleos desde fines de 2014, cuando los precios del petróleo comenza-ron a caer, y que “no tenía ningún plan para futuros despidos”. La empresa emplea a unas 351.000 personas.

En 2015, la producción de alu-minio de China se elevó a 32 mi-llones de toneladas, el doble que en 2005. Las exportaciones pa-saron de 2,6 millones a 6,7 millo-nes de toneladas durante el mis-mo lapso, un alza que contribuyó a la caída de 40% de los precios mundiales del commodity en los últimos cinco años.

Las tensiones por la pérdida de empleos reflejan frustraciones res-pecto del incumplimiento de China a las promesas que hizo cuando se integró a la Organización Mundial del Comercio en 2001. Según los datos de la OMC, China represen-tó alrededor del 25% de todas las medidas antidumping reportadas entre 1995 y 2014, más que cual-quier otra nación. EE.UU. repre-sentó alrededor de 5%.

—Kersten Zhang y Yang Jie en Beijing contribuyeron

a este artículo.

La ayuda de Beijinga las estatales chinas exacerba el exceso global

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RIO DE JANEIRO—Hace siete años, cuando se inició un nuevo esfuerzo policial comunitario en algunos de los barrios más violen-tos y descuidados de esta ciudad, residentes como Denise Moraes da Silva tenían esperanzas.

Después de abordar favelas más pequeñas, cientos de policías en tra-je de combate y vehículos blindados ingresaron en 2012 a su vecindario, Complexo do Alemão, una de las fa-velas más grandes de Rio. El obje-tivo de la “Unidad de Pacificación de la Policía”, o UPP, era quitarles el control a las pandillas de narcotrafi-cantes armadas y despejar el cami-no para que haya calles más seguras y mejores servicios públicos.

Lo que siguió fueron períodos de relativa calma salpicados por tiroteos feroces entre traficantes y la policía. Los residentes a me-nudo quedaban en medio del fuego cruzado. Una de las víctimas fue el hijo de 20 años de Da Silva, Caio, conductor de mototaxi. Un juzga-do local falló que el policía que le disparó y lo mató, hace dos años, lo hizo de forma accidental.

“Cuando empezó la pacificación, creí que iba a ayudar. Pero desafor-tunadamente eso no pasó”, dice Da Silva, empleada bancaria de 51 años. “Antes de las UPP, había tráfico (de drogas), sí, pero no tiroteos a diario. Se podía caminar sin miedo”.

Incidentes como el que cobró la vida del joven Da Silva han erosio-nado la confianza del público en las UPP. Otros problemas también pla-gan la iniciativa bandera de la ciu-dad en seguridad pública. Aunque algunas de las favelas han registra-do una mejoría en seguridad, otras

han vuelto a caer en la violencia a medida que bandas delictivas se han reagrupado y los recortes de presupuesto han obligado a la po-licía a reducir su actividad.

El negocio de las drogas que se había detenido o que se había limi-tado al bajo mundo ahora florece abiertamente en muchos barrios. Tiroteos entre policías y trafican-tes, o entre pandillas rivales, son co-munes en favelas antes calmas cer-ca de las playas más populares de Rio. Sólo en abril, al menos 11 per-sonas murieron en tiroteos con la policía, muchos en áreas de las UPP, según Amnistía Internacional.

“Ya había evidencia del debili-tamiento del modelo de las UPP. Lo que está pasando hoy, creo, es que la situación se ha vuelto grave”, dice Silvia Ramos, profesora especiali-zada en seguridad pública de la Uni-versidad Cândido Mendes, de Rio.

El deterioro de las UPP no podría producirse en un peor momento

para el gobierno, que está invirtien-do fuerte en seguridad para los Jue-gos Olímpicos, cuya ceremonia de inauguración será el 5 de agosto.

Para proteger un estimado de 500.000 turistas y deportistas, el país desplegará 85.000 agentes, más del doble de los que usó Lon-dres en 2012. Sin embargo, no se sabe lo que sucederá después del evento. En su candidatura original para ser anfitrión, los organizado-res locales prometieron una “segu-ridad ampliamente mejorada” en Rio como un beneficio duradero.

No obstante, las estadísticas más recientes no son alentadoras. En marzo, los robos en las calles de Rio aumentaron 29% comparado con el año previo, según el estado. En Leblon, uno de los barrios más exclusivos de la ciudad, narcotra-ficantes rivales han protagoniza-do batallas armadas e incluso han lanzado granadas, aterrorizando a los residentes.

En las áreas de las UPP, la cifra de muertes violentas, incluyendo muertes por la policía y homicidios, se elevó 55% interanual en el primer semestre de 2015, según los datos más recientes disponibles.

“El verdadero legado sería usar los megaeventos para trasformar la situación de seguridad de Rio”, dice Ignacio Cano, profesor de so-ciología de la Universidad Estatal de Rio de Janeiro. “En ese aspec-to, creo que el avance ha sido muy limitado”.

Pricilla Oliveira, una comandan-te del programa UPP, reconoce que en algunas áreas los tiroteos han aumentado, pero señala que la vio-lencia general ha descendido desde que empezó la iniciativa, en 2008.

“Considerando la complejidad del programa y que no se han plan-teado otros para controlar la delin-cuencia en las áreas más violentas de la ciudad, considero (el desem-peño de las UPP) excelente”, aseve-ra Oliveira. “Claro, como cualquier programa de esta magnitud, necesi-ta ser enmendado a medida que sur-jan dificultades con el tiempo”.

La iniciativa de las UPP fue lan-zada con bombos y platillos a fines de 2008, promocionada como un nuevo modelo policial que traería paz a partes de esta extensa ciu-dad desde hace tiempo ignoradas. La calma en las calles, según la teo-ría, permitiría la prestación de me-jores servicios de salud, educación y tratamiento de aguas residuales, a la vez que atraería más inversión privada y empleos.

Después de cierto éxito inicial en favelas más pequeñas, y con la ayuda de donantes privados, el pro-grama se expandió de forma veloz. Las autoridades, sin embargo, dicen

que el crecimiento fue demasiado rápido y que el gobierno municipal no pudo cumplir las promesas de mejores servicios públicos luego del ingreso de la policía.

La crisis económica de Brasil también ha perjudicado el progra-ma. Los donantes privados desapa-recieron y una brutal recesión ha re-ducido la financiación pública.

En marzo, José Beltrame, se-cretario de seguridad del estado de Rio de Janeiro y un gran proponen-te de las UPP, anunció US$571 mi-llones en recortes al presupuesto de seguridad. El funcionario aña-dió que las nuevas inversiones en esta materia serían “prácticamen-te cero”.

Los residentes atribuyen buena parte de los problemas del progra-ma al comportamiento hiperagresi-vo de los policías de las UPP.

Algunos han aparecido en vi-deos manipulando evidencia. Los residentes dicen que algunos agen-tes de las UPP usan tácticas de mano dura, incluyendo el derribamiento de puertas sin orden judicial o el in-greso a fiestas sin invitación para apagar la música.

Oliveira señala que la policía ha establecido una línea telefónica para que los residentes presenten sus quejas. Las promesas incum-plidas de la ciudad sobre las escue-las, el agua potable y opciones de transporte público han agravado el resentimiento.

La iniciativa de las UPP “era una oportunidad para cambiar la men-talidad de toda una generación”, dice Erika Robb Larkins, profesora de estudios brasileños de la Univer-sidad de Oklahoma, quien ha escrito un libro sobre las favelas. “Eso se desbarató bastante rápido”.

El programa de las Unidades de Pacificación de la Policía comenzó a fines de 2008.

La paz en las favelas, una meta olímpica en duda

La empresa china Chalco pudo seguir operando una fundición gracias a los incentivos que ofreció el gobierno.

Las empresas siguen invirtiendo en la producción de acero, aluminio y otros commodities

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