601 - Illich, Iván - En América Latina ¿Para Qué Sirve La Escuela

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IVÁN ILLICH EN AMÉRICA LATINA ¿PARA QUE SIRVE LA ESCUELA? QUINTA EDICIÓN EDICIONES BÚSQUEDA BUENOS AIRES 1

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IVN ILLICH

EN AMRICA LATINA PARA QUESIRVE LA ESCUELA?

QUINTA EDICIN

EDICIONES BSQUEDABUENOS AIRES

NDICE

Qu quiere decir Illich?07Hacia un abismo de clases11Una nueva religin35La alternativa de la enseanza.47La necesidad de una revolucin cultural 69

Queda hecho el depsito que marca la ley 11.723Todos los derechos reservados. Ediciones Bsqueda S. A. Printed in Argentina Julio de 1973

EDICIONES BSQUEDACasilla 88, Suc. 331433 - Buenos Aires - Argentina

Este libro se termin de imprimiren el mes de octubre de 1985en los Talleres Grficos LITODARViel 1444 - Capital Federal

Qu quiere decir Illich?Monseor Ivn Illich y sus ideas sobre la cultura, la educacin y la accin de la Iglesia en esos terrenos, dieron lugar a una profunda controversia en el continente americano. Las ideas de Illich son realmente duras. Sin embargo, se es su estilo. Por supuesto, han provocado enojo y resentimiento. Pero sera lamentable que un tal resentimiento, aunque comprensible, oscureciera los urgentes problemas que l expone.Podemos entender mejor la posicin del autor, de este volumen si regresamos al otoo de 1956, cuando lleg a Puerto Rico como vicerrector de la Universidad Catlica. Uno de sus primeros pasos fue el de establecer el Instituto de Comunicacin Intercultural, un instituto de verano destinado al entrenamiento de religiosos y laicos norteamericanos para trabajar entre los puertorriqueos emigrados en masa a las ciudades norteamericanas. El entrenamiento en espaol consuma mucho tiempo del programa del instituto; pero monseor aclar que lo vital del programa era la comunicacin de una sensibilidad intercultural, la habilidad de percibir el significado que tienen las cosas para gente de una cultura diferente a la nuestra. El entrenamiento en el instituto se diriga a ayudar a los clrigos y religiosos de los Estados Unidos en su mayora provenientes de familias de la clase media de descendencia, irlandesa, alemana e italiana a apreciar los valores intrnsecos de los puertorriqueos para poder formarlos espiritual y religiosamente sobre sus profundos conceptos y sentimientos religiosos en vez de re-crearlos segn el patrn religioso norteamericano.En teora, pocos protestaran ante tal programa. Pero cuando ste se iba, descifrando en detalle, comenz a irritarse la sensibilidad nerviosa. Illich segua implacable ilustrando su mensaje con ejemplos concretos de las actividades de los religiosos norteamericanos en Puerto Rico. La controversia no se hizo esperar. En qu consista la controversia y cules eran los planteamientos?Parte de la controversia era el mismo Illich; su personalidad, su estilo, sus mtodos. El es un hombre extraordinariamente inteligente, le gusta tener gente inteligente a su alrededor y se le hace difcil ocultar su desprecio por lo que l considera estupidez. Es un genio poliglota: habla nueve idiomas casi sin acento y es un cosmopolita que se siente en casa en cualquier pas de Europa o del Hemisferio Occidental.El ex monseor Illich fue educado en Roma para trabajar en una oficina del vaticano; conoce a perfeccin el Derecho Cannico, la diplomacia y las ciencias polticas eclesisticas. Devora libros y puede leer ms en una noche que la mayora de los hombres educados en una semana. En Cuernavaca ha organizado una biblioteca que puede competir con cualquiera otra, en el campo latinoamericano, a excepcin de las colecciones ms especializadas de las grandes universidades. En conversaciones con expertos, absorbe informacin con una rapidez increble. Puede ser el hombre ms cordial en su trato, o brutalmente poner en ridculo o manifestar desprecio. Tambin tiene algo de descendencia juda que sabe explotar al mximo: durante una recepcin en Puerto Rico en honor de los oficiales del sindicato norteamericano AFL-CIO, asombr a los invitados citando habl con David Rubinsky y Jacob Potofsky en un yiddish perfecto.Tiene una visin de los cambios radicales que deben efectuarse en la Iglesia si es que sta ha de ser presencia de Cristo a los hombres del siglo XXI. Y est convencido de que dichos cambios no pueden ocurrir sin violencia a uno mismo y a veces a los otros. No he venido a traer la paz, sino la espada, dice el Seor. Se castiga con el trabajo hasta tal punto, que psiquiatras aficionados lo han llamado masoquista. De igual manera, castiga a los que trabajan con l. Si alguien, a pesar de toda buena intencin, parece estorbar el desarrollo que l cree necesario para la Iglesia y si la situacin exige combate, l cree siempre que debe combatirse. El es, y siempre ser, un signo de contradiccin y un foco de controversia.Juan Jos Rossi

Hacia un abismo de clasesEl mito liberal y la integracin socialDurante las dos ltimas dcadas, el concepto crecimiento demogrfico estuvo presente en toda conversacin relacionada con el desarrollo de Amrica Latina. En 1950, alrededor de doscientos millones de personas vivan entre Mxico y Chile, cifra equivalente a la poblacin total de Estados Unidos y Canad, en donde slo 15 millones lograron producir suficiente comida para todos sus conciudadanos y adems, para una buena parte del mundo. Dado el nivel tecnolgico de Amrica Latina, tenemos que 120 millones de campesinos subyugados por una agricultura primitiva, no lograron abastecer siquiera las necesidades de su poblacin total.Si damos por sentada la eficacia de los programas de control de la natalidad y de desarrollo de la tecnologa rural, seguramente para 1985 no existirn ms de 4 millones de agricultores que producirn alimentos para una poblacin total de 340 millones. Los 300 millones restantes quedarn marginados de la economa si no se les incorpora a la vida urbana o a la produccin industrial.Por otra parte, durante estos ltimos veinte aos los gobiernos latinoamericanos y la ayuda tcnica extranjera aumentaron su confianza en la eficacia de la escuela elemental, industrial y superior como un instrumento de incorporacin de los habitantes de barrios, rancheras y poblados, al mundo de la fbrica, del comercio, de la vida pblica. Se mantiene la ilusin de que pese a que se posea una economa precaria, la escuela podr producir una amplia clase media, con virtudes anlogas a las que predominan en las naciones altamente industrializadas. Hoy ya se hace evidente que la escuela no est alcanzando estas metas, y su ineficacia ha motivado un aumento en las investigaciones tendientes a mejorar el proceso de enseanza que se sigue en las escuelas y a adaptar los planes de estudio y la administracin escolar a las circunstancias concretas de una sociedad .en desarrollo. Pero dicha investigacin no es suficiente; se hace necesaria una revisin radical.En vez de estancarnos en un esfuerzo por mejorar las escuelas, lancmonos a analizar crticamente la ideologa que nos presenta al sistema escolar como un dogma indiscutible de cualquier sociedad industrial. Y al efectuar la revisin no deberemos escandalizarnos si descubrimos que posiblemente no sea la escuela el medio de educacin universal en las naciones en vas de desarrollo. Por el contrario, tal vez esto sirva para dejar libre nuestra imaginacin y crear un escenario de futuro en el que la escuela resulte un anacronismo.El problema es difcil e inquietante. La angustiosa carencia de alternativas que presenta el sistema tradicional escolar, hace que las discusiones tengan un matiz demasiado abstracto y de a ratos frustrante. Sin embargo, ellas nos hacen ms conscientes de la ineficacia de la escuela tal como funciona hoy. Se llega a la conclusin de que en Amrica latina la escuela acenta la polarizacin social, concentra sus servicios de tipo educativo y no educativo en una lite, y est facilitando el camino a una estructura poltica de tipo fascista. Por el solo hecho de existir, tiende a fomentar un clima de violencia.No existe reforma social sin signo poltico. Cualquier cambio real en el mtodo de admisin, en el plan de estudios y en la expedicin de certificados y ttulos, es polticamente discutible. Pero aqu proponemos mucho ms: el rechazo de la ideologa que exige la reclusin de los nios en la escuela. Esta afirmacin no sera esencialmente discutible, si no fuera considerada polticamente subversiva.La Alianza para el Progreso (de las clases medias)Hace una dcada los gobiernos americanos constituyeron una Alianza para el Progreso; o tal vez para frenar el progreso, aunque ms bien parece una alianza al servicio del progreso de las clases medias.En la mayora de los pases, la Alianza ha impulsado la sustitucin de una lite cerrada, feudal y hereditaria, por otra que se dice meritocrtica. Esta "nueva" lite se encuentra abierta solamente a los felices privilegiados que han obtenido un certificado escolar. Simultneamente, el proletariado marginado urbano (compuesto en parte por vendedores ambulantes, vigilantes de autos, boleros o lustradores de zapatos, y otros que prestan servicios menores) tuvo una tasa de crecimiento inmensamente mayor que la de las masas rurales tradicionales o la de los trabajadores sindicalizados, lo cual es seal de que cada da se ensancha ms el abismo que separa la mayora marginada de la minora escolarizada.La antigua y estable sociedad feudal latinoamericana est engendrando dos nuevas sociedades separadas, desiguales y slo presuntamente entrelazadas. La naturaleza de este distanciamiento representa un fenmeno nuevo, cualitativamente distinto a las formas tradicionales de discriminacin social de la Amrica Hispana. Es un proceso discriminatorio en paales que crece con el desarrollo mismo de la escolarizacin. La escuela es la niera encargada de que no se interrumpa el ensanchamiento de ese abismo. Resulta ilusorio, por ello, invocar la escolarizacin universal como medio de eliminar la discriminacin. Yo sostengo que la razn fundamental de la alienacin creciente de las mayoras marginadas, es la aceptacin progresiva del mito liberal: la conviccin de que las escuelas son una panacea para la integracin social.Arraigado en una tradicin, ya slida en el tiempo de los enciclopedistas, el hombre occidental concibe al ciudadano como un ser que pas por la escuela. La asistencia a clase sustituy la tradicional reverencia al cura. La conversin a la nacin por medio del adoctrinamiento escolar, sustituy la incorporacin a la colonia por medio de la catequesis.Con la ayuda del misionero, la colonizacin prepar a las Repblicas latinoamericanas para la adopcin de constituciones basadas en el modelo norteamericano, generalizando la conviccin de que todos los ciudadanos tienen el derecho y, por lo tanto, la posibilidad de entrar en la sociedad a travs de la puerta de la escuela. El maestro, como misionero de la escuela, encontr en Latinoamrica ms xito en las capas populares que en otras zonas de similar atraso industrial. El misionero de la colonia haba preparado la aceptacin de su sucesor.Tal vez esto explique por qu fue fcil para las izquierdas liberales conseguir aumentar las inversiones nacionales e internacionales en escolarizacin. De hecho, tanto los presupuestos como las inversiones privadas destinadas a la educacin, han ido aumentando rpidamente, y, a falta de una revisin radical, se prepara el terreno para un aumento ulterior totalmente desproporcionado en relacin al de otros sectores de inters nacional. Es el momento de analizar a fondo la cuestin.El sistema escolar ha venido a hacer el puente estrecho por el que atravesar ese sistema social que se ensancha da a da. Como nico pasaje legtimo para pasar de la masa a la lite, el sistema coarta cualquier otro medio de promocin del individuo y, mediante la falacia de su gratuidad, crea en el marginado la conviccin de ser l nico culpable de su situacin.La escuela: institucin anticuadaNo es paradjico afirmar que Latinoamrica no necesita ms establecimientos escolares para universalizar la educacin. Esto suena ridculo porque estamos acostumbrados a pensar en la educacin como en un producto exclusivo de la escuela, y porque estamos inclinados a presumir que lo que funcion en los siglos XIX y XX necesariamente dar los mismos resultados en el XXI. De hecho, ninguna de las dos suposiciones es cierta.Amrica Latina necesit tantos sistemas escolares como ferroviarios. Ambos abarcaron continentes, ambos impulsaron a las naciones ricas (ahora ya establecidas) hacia la primera poca industrial, y ambos son ahora reliquias inofensivas de un pasado Victoriano. Ninguno de esos dos sistemas conviene a una sociedad que pasa directamente de la agricultura primitiva a la era del jet. Latinoamrica no puede darse el lujo de mantener instituciones sociales obsoletas en medio del proceso tecnolgico contemporneo. Debe dejar que se desmorone el bloque del sistema educativo imperante, en vez de gastar energas en apuntarlo. Los pases industrializados segn los moldes del pasado pagan un precio desorbitante por mantener unidos lo nuevo y lo viejo. Este precio significa, en ltimo trmino, un freno a la economa, a la libertad, al desarrollo social e individual. Si la Amrica latina se empea en imitar esta conducta, la educacin, no menos que el transporte, ser privilegio de la crema y la nata de la sociedad. La educacin se identificar con un ttulo, y la movilidad con un automvil. Eso es precisamente lo que por desgracia est ocurriendo. Ni econmica ni polticamente pueden nuestros pueblos soportar la era del dominio de la escuela.El monopolio de la escuela sobre la educacinAl hablar de escuela no me refiero a toda forma de educacin organizada. Por escuela y escolarizacin entiendo aqu esa forma sistemtica de recluir a los jvenes desde los siete a los veinticinco aos, y tambin el carcter de rite de passage que tiene la educacin como la conocemos, de la cual la escuela es el templo donde se realizan las progresivas iniciaciones. Hoy nos parece normal que la escuela llene esa funcin, pero olvidamos que ella como organizacin con su correspondiente ideologa, no constituye un dogma eterno, sino un simple fenmeno histrico que aparece con el surgimiento de la nacin industrial.El sistema escolar es impuesto a todos los ciudadanos durante un perodo que abarca de 10 a 18 aos de su juventud con un promedio de 10 meses al ao con varias horas por da. El local escolar es el recinto encargado de la custodia de quienes sobran en la calle, el hogar o el mercado laboral. Cuando una sociedad se escolariza, acepta mentalmente el dogma escolar. Se confiere entonces al maestro el poder de establecer los criterios segn los cuales nuevos grupos populares debern someterse a la escuela para que no se los considere sub-educados. Tal sujecin ejercida sobre seres humanos saludables, productivos y potencialmente independientes, es ejecutada por la institucin escolar con una eficiencia slo comparable a la de conventos, Kibbutzim o campos de concentracin.Luego de distinguir a sus graduados con un ttulo, la escuela los coloca en el mercado para que pregonen su valor. Una vez que la educacin universal ha sido aceptada como la marca de buena calidad del pueblo escogido del maestro, el grado de competencia y adaptabilidad de sus miembros pasar a medirse por la cantidad de tiempo y dinero gastado en educarlos, y no mediante la habilidad o instruccin adquirida fuera del curriculum acreditado.La idea de la alfabetizacin universal sirvi para declarar a la educacin competencia exclusiva de la escuela. Esta se transform as en una vaca sagrada ms intocable que la Iglesia del perodo colonial. Se declar tan esencial para el buen ciudadano del siglo XIX saber leer y escribir, como ser bautizado lo haba sido en el siglo XVII. Parece ser que a la par con la electricidad se descubri la ley natural de que los nios deben asistir a la escuela. Las leyes correlativas se descubren ms fcilmente en los pases ricos. En marzo de 1968, el consejo superior de enseanza de la ciudad de Nueva York concluy que en 1975 el cien por ciento de los habitantes de 22 aos tendrn un mnimo de catorce aos de escolarizacin. Incluso los que han rechazado el sistema social en que viven debern aceptar el sistema escolar. Ni la prisin salvar al neoyorquino menor de 23 aos de la imposicin escolar.Se proyecta ya una sociedad en la que el ttulo universitario reemplazar a la alfabetizacin. De hecho, en Estados Unidos se considera a las personas con menos de catorce aos de escolarizacin como miembros subdesarrollados de la sociedad, confinados a los arrabales. Quien se rebele contra la evolucin del dogma escolar ser tachado de loco o subversivo. Esto ltimo lo es, efectivamente.Es necesario entender la escuela monopolizadora de la educacin en analoga con otros sistemas educativos inventados por sociedades anteriores. Pensemos en el proceso instructivo del aprendiz en el taller del gremio medieval, en la hora de la doctrina cerno instrumento evangelizador del perodo colonial, o bien pensemos en Les Grandes Ecoles con las que la Francia burguesa supo legitimar tcnicamente el privilegio de sus lites post-revolucionarias. Slo observando este monopolio en una perspectiva histrica es posible formularse la pregunta de si la escuela conviene hoy a la Amrica Latina.Cada uno de los sistemas mencionados surgi para dar estabilidad y proteger la estructura de la sociedad que los produjo. Estados Unidos no ha sido la primera nacin dispuesta a pagar alto precio subvencionando incluso sus propios misioneros con tal de exportar su sistema educativo a todos los rincones de la Tierra, buscando en su caso imponer The American Dream. La colonizacin hispana en Amrica con todo su aparato de catequizacin es un predecesor digno de tenerse en cuenta.La escuela como mana obsesivaEs difcil desafiar la ideologa escolar en un ambiente en el que todos sus miembros tienen una mentalidad escolarizada. Es propio de las categoras que se manejan en una sociedad capitalista industrializada, el medir todo resultado como producto de instituciones e instrumentos especializados. Los ejrcitos producen defensa, las iglesias producen salvacin eterna, Ford produce transporte... Por qu no concebir entonces la educacin como un producto de la escuela? Una vez aceptada esta divisa proveniente de una mentalidad cuantitativo-productiva, tendremos que toda educacin que pueda recibirse fuera de la escuela o fbrica educativa dar la impresin de ser algo espurio, ilegtimo y, ciertamente, no acreditado.La sociedad moderna tiende a creer en las soluciones masivas de sus problemas. Se trata de ganar guerras con una inmensa cantidad de bombas, de mover millones de personas con un sinnmero de cochecitos y de educar con cantidades industriales de escuelas. Estados Unidos es suficientemente rico para mantener listas un nmero de bombas mucho mayor del que se necesita para exterminar tres veces todas las cosas vivientes; para congestionar de autos el creciente pulpo de las carreteras; y para obligar a cada nio a 16.000 horas de escolarizacin primaria y secundaria al precio de 1,27 dlares por hora en Estados Unidos.Probablemente las naciones de Amrica Latina no sean lo suficientemente ricas para adoptar estos sistemas, aunque algunos de sus gobiernos actan como si lo fuesen. El ejemplo de las naciones desarrolladas hace que los peruanos gasten un notable porcentaje de su presupuesto en comprar bombarderos Mirage (supongo que para exhibirlos en algn desfile militar), y que los brasileos promulguen el ideal del family car (naturalmente slo para unos pocos). El mismo ejemplo consigue que absolutamente todos los gobiernos latinoamericanos (Cuba inclusive) gasten de una a dos quintas partes de su presupuesto en escolarizar, sin encontrar por eso oposicin.Insistamos por un momento en la analoga entre el sistema escolar moderno y el auto particular. Una economa basada en la idea de tener un auto es ya un idea latinoamericano, por lo menos entre los que al presente formulan la poltica nacional. En los ltimos veinte aos los gastos en carreteras, estacionamientos y toda esa otra clase de beneficios para los que poseen automvil propio, han aumentado cuantiosamente. Estas inversiones slo sirven a una minora nfima y, lo que es peor an, obstaculizan la instalacin de cualquier sistema alternativo, pues desde ahora predeterminan la orientacin de presupuestos futuros. Mientras tanto, la proliferacin de carros particulares, adems de dificultar en las calles el trfico de autobuses nico medio de transporte popular sin contar el subterrneo discrimina la circulacin de stos en las autopistas urbanas.Criticar estas inversiones en comunicaciones es permisible. Sin embargo, quien proponga limitar radicalmente las inversiones escolares y encontrar medios ms eficaces de educacin, comete un suicidio poltico. Los partidos de oposicin pueden permitirse el gestionar la necesidad de construir supercarreteras, puede oponerse a la adquisicin de armamentos que se oxidarn entre desfile y desfile, pero, quin en su sano juicio se atreve a contradecir la irrebatible necesidad de dar a todo nio la oportunidad de hacer su bachillerato?La escuela: tab intocableLa escuela se ha vuelto intocable por ser vital para el mantenimiento del statu quo. Sirve para mitigar el potencial subversivo que debera poseer la educacin en una sociedad alienada, ya que al quedar confinada a sus aulas slo confiere sus ms altos certificados a quienes se han sometido a su iniciacin y adiestramiento.En sociedades infra-capitalizadas, donde la mayora no puede darse el lujo de una escolarizacin ilimitada por ms que para los pocos que la reciben sea gratuita, el presente sistema implica la total subordinacin de esa mayora al escolarizado prestigio de la minora. En esta minora de los beneficiarios del monopolio escolar se encuentran los lderes polticos y los tcnicos de planificacin, independientemente de que sean conservadores, marxistas o liberales. Tambin forman parte de ella las nias mimadas de las universidades privadas y los cabecillas estudiantes de las huelgas universitarias. Todos estos grupos estn igualmente interesados en el mantenimiento del monopolio escolar. La nica divergencia gira en torno de quin debe gozar del privilegio y quin no.La escuela en el mundo de la electrnicaPara el ao 2000, el proceso de educacin formal habr cambiado, tanto en las naciones ricas como en las pobres. Las escuelas cesarn de dividir la vida humana en dos partes: la edad escolar para los discriminados por su inmadurez y la edad madura para los titulados por la escuela. La edad escolar durar toda la vida. A medida que un individuo se haga, ms maduro y capaz, se intensificar su educacin formal, convirtindose sta en una actividad de adultos, ms que de jvenes. Lo que se entiende hoy da para asistir a clase ser entonces obsoleto.Todos los sistemas sociales, especialmente las incorporaciones industriales y administrativas, asumirn la tarea de entrenar y especializar a sus miembros; prestarn una especie de servicio de aculturacin, concentrado en un aprendizaje relevante para el individuo, en vez de forzarlo a perder tantos aos de su vida aprendiendo cosas que no utilizar jams. La educacin no ser ya identificada con la escolarizacin, y ser posible el adiestramiento fuera del monopolio escolar.Ya es posible entrever las tendencias hacia esas metas. En Berkley o en la zona rosa de Mxico, la nueva generacin pide trabajo no alienante y poder de decisin a nivel de grupos pequeos donde tenga cabida la experiencia personal. En rebelda contra el sistema que los min, estos jvenes prefieren poder celebrar la experiencia de vivir, al achevement o logro, que es el de las generaciones pasadas. Es decir, se encuentran proclamando los mismos ideales que pretenden ser normativos tanto en China como en Cuba.El sistema escolar al encargarse de producir seres infantiles, consigue que stos se organicen para reaccionar contra el paternalismo de esa sociedad que insiste en mantenerlos nios declarndolos escolares. Constituyen dinmicamente una nueva clase universal carente de toda base de poder legtimo an no reconocida como tal. Los ideales de esta clase son de penetrante contenido humanista. Ideal que por ser utpico no deja de ser vehementemente sugestivo.Toda sociedad que hace de la experiencia humana su centro de desarrollo y es sta la sociedad que esperamos y soamos necesita distinguir tajantemente entre el proceso de instruccin y la apertura de la conciencia de cada individuo, entre adiestramiento y desarrollo de la imaginacin creadora. La instruccin es cada vez ms susceptible de planificacin y programacin, lo que no ocurre con la comprensin. Concibamos la instruccin como la cantidad de socializacin programa que un individuo necesita adquirir antes de ser admitido a un nuevo ambiente. Preveo un escenario de futuro en el cual resurgir el aprendizaje medieval. Cada ambiente o cada organizacin proporcionar la instruccin necesaria sus actividades. Esto lo hacen ya los sindicatos, las iglesias, los bancos, la industria, el ejrcito, y no la escuela. La persona se encuentra incitada a aprender porque se trata de cuestiones que le ataen personalmente. Es lo que Paulo Freir en Brasil llam conscientisago. Es la nica palabra aplicable.Sin embargo, podra y debera no ser as. La comprensin puede adquirirse de una manera cmoda y no estructurada, por medio de la cual el individuo se fuera conociendo ms a s mismo a travs del dilogo con las personas de su ambiente.El papel de la escuela en la evolucin hacia la utopa de finales de este siglo es diametralmente opuesto en las naciones ricas que en las naciones pobres. Las primeras invirtieron enormes cantidades de dinero en poblar sus tierras de escuelas, al mismo tiempo que construyeron las redes ferroviarias. Gastaron mucho ms an cuando descubrieron que necesitaban universidades adems de escuelas, las cuales construyeron al mismo tiempo que las autopistas. Piensan ser bastante ricas para terminar, en la prxima dcada, el proceso de poblar sus tierras de universidades construidas alrededor de un estacionamiento, ya que cada uno de sus jvenes est por tener automvil propio. Son tan ricas, que el aumento cuantitativo de escuelas no impide a primera vista el cambio social. Pero en mi opinin lo frena, principalmente por la despersonalizacin del individuo que tal escolarizacin implica. De intentar algo semejante, las naciones pobres sufrirn una desastrosa quiebra econmica mucho antes de aproximarse a este gnero de saturacin escolar. En Amrica Latina es irrealizable el lograr un promedio de doce aos de escolarizacin para todos los ciudadanos. Segn el ltimo censo no hay pas latinoamericano en el cual el 27 % de un curso escolar correspondiente a una edad determinada, vaya ms all del 6 grado ni en el que ms del 1 % se grade en la universidad. Y esto ocurre a pesar de que del 18 % a ms del 30 % de los presupuestos oficiales se invierten en las escuelas. Esta sola consideracin debera convencernos de la peligrosa ambigedad del mito de la escolarizacin universal. La imitacin del sistema escolar de la metrpoli capitalista constituye un peligro moral para sus colonias no menos que para sus ex colonias.1) Ni un control radical del crecimiento de la poblacin; 2) ni el mximo aumento posible del porcentaje presupuestal dedicado a la educacin; 3) ni ayudas extranjeras sin precedentes, podran asegurar a la prxima generacin latinoamericana un promedio de diez aos de escolarizacin, mucho menos uno de catorce. Esto por lo siguiente:a. En una poblacin joven como la de Amrica Latina particularmente en sus zonas tropicales, ni los programas ms radicales de control de la natalidad podran reducir el presente nivel de poblacin de las generaciones jvenes.b. No es posible aumentar arbitrariamente el porcentaje del presupuesto pblico que se invierte en escuelas. Las carreteras, el Seguro Social y el fomento industrial son fuertes competidores. Adems, para los prximos 15 aos ya podemos prever las tasas mximas de crecimiento de los presupuestos.c. Se habla mucho ahora de que el dinero gastado en Vietnam pudo mejor invertirse en escuelas en Latinoamrica. Y lo proponen no slo los idealistas que creen en el mito liberal, sino tambin los cnicos que saben muy bien que el monopolio escolar combate la insurgencia con mucha mayor eficacia que el napalm. Es importante observar, sin embargo, que un pas latinoamericano que utiliza ahora el 25 % de su presupuesto en escolarizarse, necesitara una ayuda extranjera del 150 % de su presupuesto total. Es dudoso que esto pudiera ser polticamente recomendable.Ms an: el problema no es slo que Amrica Latina carece de los recursos necesarios para aumentar suficientemente la escolarizacin. Al mismo tiempo su costo per cpita aumenta: 1) con la expansin cuantitativa del sistema (la tarea de la escuela se hace ms difcil y costosa a medida que penetra zonas ms distantes: las escuelas no son ms baratas por docena, para lo cual basta pensar que al aumentar el nmero sube tambin el costo administrativo y burocrtico, sin aludir a las ganancias que extrae de ah el sistema econmico dominante; 2) con tasas de perseverancia escolar creciente (por supuesto que cuesta ms un ao en la escuela superior que dos o tres en la elemental) ; 3) con un aumento en la calidad de la enseanza (no cuesta lo mismo ensear fsica utilizando un laboratorio en lugar de un pizarrn); 4) con las exigencias justificadas del personal docente (las asociaciones de maestros son ya, en muchos pases, los gremios profesionales ms poderosos, un poco anlogo al clero de la colonia; pero su agitacin es justificada: en 1963, el promedio de su salario en 14 pases de nuestra Amrica equivala a 60 dlares mensuales).Por tanto, sern muy pocos los que podrn gozar del status simblico y del uso de poder desptico que la escuela confiere. Es necesario considerar estos dos elementos.La escuela como smbolo de statusEse portentoso papelito llamado ttulo o diploma se ha convertido en la posesin ms codiciada. Recompensa principalmente a quien fue capaz de soportar hasta el final un ritual penoso; a la vez, representa una iniciacin al mundo del ejecutivo. El ideal de que cada persona tenga su auto y su ttulo ha producido una sociedad de masas tipo clase media. A medida que se van haciendo realidad, estos ideales se transforman en mecanismos que aseguran el sistema que ellos produjeron. Tanto el auto como el ttulo son smbolos de los esfuerzos correspondientes al perodo de industrializacin liberal. Representan logro y posesin individual.Toda sociedad necesita pagar un precio para conservar sus ritos. Brasil tiene su carnaval, Mxico su Guadalupe, algunos pases su revolucin. Y Estados Unidos tiene su graduacin. A pesar de ser populares, los ritos son normalmente obsoletos. La sociedad tiene que hacer sacrificios para que esos ritos, dioses e iglesias hereditarias, satisfagan parte del hambre del ser contemporneo. Los ricos pueden practicar ritos ms costosos y tienden a imponerlos a todos aquellos que quieran compartir el juego poltico, industrial e intelectual.Es absurdo que el simple hecho de que los Estados Unidos no puedan liberarse del costossimo ritual al ttulo y al coche, sea argumento para universalizar esta religin en Amrica Latina.Como todos los pases que llegan tarde a la industrializacin, Latinoamrica puede aprovechar las invenciones de las naciones industrializadas, pero no debe dejar que stas le impongan el sistema social de su tecnologa avanzada porque ser imposible financiarlo. Incluyo ah la endiosada escuela. No vale la pena que nuestras naciones provean de automviles y de ttulos a sus burguesas asimiladas a la burguesa internacional. Nuevos procesos eliminarn ambos smbolos en Estados Unidos mucho antes de que el 10 % de los latinoamericanos logre obtenerlos.La escuela: creadora de dspotasLa escuela, que ayud en el siglo pasado a superar el feudalismo, se est convirtiendo en dolo opresor que slo protege a los escolarizados. Ella grada y, consecuentemente, degrada. Por fuerza del mismo proceso, el degradado deber volver a sometrsele. La prioridad social se otorgar entonces de acuerdo al nivel escolar alcanzado. En toda Amrica Latina ms dinero para escuelas significa ms privilegios para unos pocos a costa de muchos. Este altivo paternalismo de la lite se formula incluso entre los objetivos polticos como igualdad (gratuidad, universalidad) en la oportunidad encolar. Cada nueva escuela establecida bajo esta ley deshonra al no escolarizado y lo hace ms consciente de su inferioridad. El ritmo con el cual crece la expectativa de escolarizacin es mucho mayor al ritmo con el cual aumentan las escuelas.El hecho es que cada ao disminuye el nmero de clientes satisfechos que se gradan en un nivel que se considere satisfactorio y aumenta el de los marcados con el estigma de la desercin escolar. A estos ltimos su ttulo de desertores grada para ejercer en el mercado de los marginados. La ayuda pirmide educativa asigna a cada individuo su nivel de poder, prestigio y recursos, segn lo considera apropiado para l. Lo convence de que esto es ni ms ni menos lo que merece. La aceptacin del mito escolar por los distintos niveles de la sociedad justifica ante todos los privilegios de muy pocos.No hay mucha diferencia entre los que justifican su poder en base a la herencia y los que lo hacen en base a un ttulo. En gran parte son los mismos. Las escuelas frustran s, a la mayora, pero lo hacen no slo con todas las apariencias de legitimidad democrtica, sino tambin de clemencia. A alguien que no est satisfecho con su falta de educacin se le aconseja que se supere. El remedio de la escuela nocturna o la educacin de adultos estn siempre disponibles: medidas ambas ineficaces para generalizar la educacin, pero sumamente eficaces para demostrar al individuo que es culpable de la discriminacin que sufre.La perpetuacin del mito escolar y su expansin hacia nuevas capas de la sociedad son tarea de la misma escuela. De este modo ella asegura su propio porvenir. En el caso de la escolarizacin no es verdad que algo es mejor que nada. Pocos aos de escuela inculcan una conviccin en el nio: el que tiene ms escolarizacin que l tiene una indiscutida autoridad sobre l.Las escuelas aumentan el ingreso nacional por dos razones opuestas, pero igualmente explotadoras del individuo: 1) Capacitan a la minora graduada para una produccin econmica mayor, pero sometida siempre a la mentalidad escolar; 2) Esta minora se vuelve tan productiva que se hace preciso ensear a la mayora a consumir disciplinadamente (lo cual se logra dndole alguna escolarizacin). As la escuela limita la vitalidad de mayora y minora, capando la imaginacin y destruyendo la espontaneidad. La escuela divide a la sociedad en dos grupos: la mayora disciplinadamente marginada por su escolarizacin deficiente, y la minora de aquellos tan productivos que el aumento previsto en su ingreso anual es muchsimo mayor que el promedio anual del ingreso de esa inmensa mayora marginada. El ingreso de sta tambin aumenta, pero, por supuesto, mucho ms despacio. La dinmica de la sociedad ensancha el abismo que separa a los dos grupos.Cualquier cambio o innovacin en la estructura escolar o la educacin formal segn la conocemos, presupone: 1) cambios radicales en la esfera poltica; 2) cambios radicales en el sistema y la organizacin de la produccin, y 3) una transformacin radical de la visin que el hombre tiene de s como un animal que necesita escolarizacin. Aun cuando se proponen devastadoras reformas del sistema escolar se ignoran estos supuestos. Y de ah que fallen, puesto que se toma como base el marco social que las sostiene, en vez de gestionarlo radicalmente.Las escuelas vocacionales consideradas como remedio al problema de la educacin en masa proveen un buen ejemplo de la limitada visin ante el problema de reformas escolares: 1) el que egresa de una escuela vocacional o tcnica se encuentra ante el problema de encontrar empleo en una sociedad cada vez ms automatizada en sus medios de produccin; 2) el costo operacional de este tipo de escuela es varias veces ms alto que el de la escuela comn; 3) su matrcula se nutre de estudiantes que ya han aprobado el sexto grado, estudiantes que, como ya hemos visto, son la excepcin. Pretenden educar haciendo una imitacin barata de una fbrica dentro de un edificio escolar.En vez de cifrar las esperanzas en las escuelas vocacionales o tcnicas, hay que comenzar por visualizar la transformacin subvencionada de la fbrica o planta industrial. En relacin a esto debe existir la posibilidad de: 1) hacer obligatorio el uso de las fbricas en sus horas no productivas como centro de adiestramiento; 2) que la gerencia emplee parte de su tiempo en la planificacin y supervisin de dicho adiestramiento; 3) la reestructuracin total del proceso industrial para lograr un proceso educativo. Si parte de las asignaciones presupuestarias empleadas ahora en el sistema escolar, se reorientase para promover el aprovechamiento del potencial educativo presente en el sistema industrial, los resultados podran ser enormemente mayores que los obtenidos al presente, tanto en lo educativo como en lo econmico. Adems, si tal instruccin estuviese disponible a todo aquel que la desease, sin tomar en consideracin la edad o si la persona ha de ser empleada por esa fbrica, la industria habra comenzado a asumir un papel muy importante que es ahora exclusivo de la escuela. Con esto ya estaramos bien encaminados a terminar con la idea equivocada de que la persona debe estar acreditada para el empleo antes de ser empleada y, por lo tanto, que la escolarizacin debe preceder al trabajo productivo. No hay razn alguna para continuar con la tradicin medieval de que los hombres se preparan para la vida secular cotidiana a travs de la encarcelacin en un recinto sagrado, llmese monasterio, sinagoga o escuela.Otro remedio que frecuentemente se propone para compensar las fallas del sistema escolar es la educacin fundamental de adultos. Paulo Freire ha demostrado en Brasil un nuevo medio de lograr la instruccin de adultos; el grupo de stos que logre interesarse en los problemas polticos de su comunidad puede aprender a leer y escribir en seis semanas de clases nocturnas. La eficacia de este programa se construye en torno de determinadas palabras claves que estn cargadas de sentido poltico. Se entiende por qu dicho plan ha tropezado con dificultades. Tambin se ha planteado que diez meses separados de educacin adulta cuesta tanto como un ao de educacin formal en la escuela; y, sin embargo, es mucho ms efectiva que la mejor de las educaciones escolares.Desafortunadamente, la educacin de adultos se visualiza como un medio para proveerle al indigente un paliativo para la escolarizacin que le falta. Habra que cambiar completamente la situacin si queremos visualizar la educacin como un ejercicio en madurez. Deberamos considerar un cambio radical en la duracin del ao escolar, reduciendo la sesin de clases a dos meses por ao, pero extendiendo el proceso educativo a los primeros veinte o treinta aos de la vida de un hombre.Mientras que otras formas de aprendizaje prctico en fbricas y cursos programados de idiomas y matemticas deben ocupar la mayor porcin de lo que habamos denominado como instruccin, dos meses al ao de educacin formal debe considerarse suficiente para permitir lo que los griegos denominaban schole, es decir, tiempo de ocio para la creacin. No sorprende que se nos haga casi imposible concebir cambios sociales de tan gran alcance como es el que se distribuya en nuevos patrones la funcin educativa de las escuelas. Encontramos igual dificultad al sugerir formas concretas por las cuales las funciones no educativas de un sistema escolar que va desapareciendo puedan redistribuirse. No sabemos qu hacer con aquellos a quienes denominamos nios, o estudiantes, y que hacemos ingresar a las escuelas.Es difcil prever las consecuencias polticas que estos cambios tan fundamentales puedan traer, sin mencionar las consecuencias en el plano internacional. Cmo podrn coexistir una sociedad con una tradicin de escuelas corrientes, con otra que se ha salido del patrn educativo tradicional y cuya industria, comercio, publicidad y participacin en la poltica es, de hecho, diferente? reas .que se desarrollan fuera del sistema universal convencional no tendran el lenguaje comn ni criterios de coexistencia respetuosa con los escolarizados. Dos mundos, tales como China y Estados Unidos, casi tendran que aislarse el uno del otro. Un mundo que tiene fe en la iniciacin ritual de todos sus miembros a travs de una liturgia escolar tiene que combatir todo sistema educativo que escape a sus cnones sagrados. Intelectualmente, resulta difcil acreditar el partido de Mao como una institucin educativa, la cual puede resultar ms efectiva que las escuelas convencionales de ms prestigio, por lo menos en lo que se refiere a ensear lo que es ciudadana. Las guerrillas en Latinoamrica son otro medio educativo que se malinterpreta y se usa indebidamente la mayor parte de las veces. El Che Guevara, por ejemplo, las vea como una ltima manera de ensearle al pueblo lo ilegtimo que resulta el sistema poltico que padece. En pases escolarizados donde la radio transistor ha llegado a todo pueblo, no debemos menospreciar las funciones educativas de grandes figuras disidentes y carismticas como don Helder Cmara en Brasil y Camilo Torres en Colombia. Fidel Castro describi sus primeras arengas como sesiones educativas.La mentalidad escolarizada percibe estos procesos solamente como adoctrinamiento poltico. No puede comprender el propsito educativo. La legitimacin de la educacin por las escuelas tiende a que se visualice cualquier tipo de educacin fuera de ella como accidental, cuando no como delito grave. An as, es sorprendente la dificultad con que la mentalidad escolarizada puede percibir el rigor con el cual las escuelas inculcan lo imprescindibles que son y, con esto, la inevitabilidad del sistema que patrocinan. Las escuelas adoctrinan al nio de manera que ste acepte el sistema poltico representado por sus maestros, incluso ante la insistencia de que la enseanza es apoltica.En ltima instancia, el culto a la escolarizacin llevar a la violencia. El establecimiento de cualquier religin lleva a eso. Al permitir que se extienda la prdica por la escolarizacin universal tiene que aumentar la habilidad militar para reprimir la insurgencia en Latinoamrica. Slo la fuerza podr controlar en ltima instancia las expectaciones frustradas que la propagacin del mito de escolarizacin ha desencadenado. La permanencia del sistema escolar actual puede muy bien fomentar el fascismo latinoamericano. Slo un fanatismo inspirado en la idolatra por un sistema puede, en ltimo trmino, racionalizar la discriminacin masiva que es la resultante de insistir en clasificar con grados acadmicos a una sociedad necesitada.Ha llegado el momento de reconocer la gran carga que las escuelas suponen para las naciones jvenes. Al hacer as podremos liberarnos y contemplar el cambio de la estructura social que hace a las escuelas necesarias. Yo no apoyo una utopa como la comuna china para Latinoamrica. Pero s sugiero que esforcemos nuestra imaginacin para construir escenarios que permitan una denodada reestructuracin de las funciones educativas en la industria y la poltica, cortos retiros educativos e intensa preparacin de los padres sobre educacin temprana. El costo de las escuelas no debe medirse solamente en trminos econmicos, sociales y educativos, sino tambin en trminos polticos. Las escuelas en una economa de escasez que ha sido invadida por la automatizacin, acentan y racionalizan la coexistencia de dos sociedades: una colonia de la otra.Una vez que se entienda que el costo de la escolarizacin es an superior al costo del caos, nos colocaremos al margen de un compromiso desproporcionadamente costoso. Hoy en Amrica Latina es tan peligroso dudar del mito de la salvacin social por medio de la escolarizacin como lo fue hace cientos de aos dudar de los derechos divinos de los Reyes Catlicos.

Una nueva religinTodos los hombres necesitan techo y comida; pero hay, por supuesto, necesidades no tan catlicas. Un ejemplo: hace tres siglos un certificado de bautismo era necesario para vivir en una colonia espaola. Hoy ya no lo es. Algunas necesidades se van de la misma manera que vinieron. La educacin es una de ellas. Si el mundo sobrevive, muy pronto ni la sentiremos.Hoy en da, un tercio de los seres vivos predica la necesidad de la educacin. Admiten, eso s, que algunas personas pueden sobrevivir sin ella, de la misma ni manera que otros sobreviven sin techo, pero resienten el despojo de ambos.Todo el poder terreno va rumbo a las manos de esta minora educada. La educacin sirve de justificacin para este privilegio que la minora dominante detenta y reclama. Cuando se le desafa, el educado responde como el mayordomo que no poda cavar, se avergonzaba de pedir, y por ello haca depender su futuro del valor de los certificados que obtena.Al final de la Edad Media la gente le dio la espalda a la realidad y deposit su confianza en los certificados que les conferan indulgencias. Hoy, en una poca de ilustracin evanescente, el hombre se confa a la adquisicin de algo llamado educacin.Educacin ha llegado a significar lo opuesto del proceso vital de aprendizaje que parte de un medio ambiente humano; un medio en el cual, casi continuamente, la mayora tiene acceso a todos los hechos e instrumentos que modelan sus vidas. Ha pasado a significar algo adquirible a espaldas de la cotidianidad, mediante el consumo de una mercanca y la acumulacin del conocimiento abstracto sobre la vida.Subrepticiamente, nuestra sociedad ha convertido la educacin en un proceso que fabrica capitalistas del conocimiento. Su valor se define en trminos de las horas de instruccin que alguien ha comprado con los fondos pblicos y la pobreza es medida y explicada por el fracaso, del hombre en consumir. En esa sociedad, los pobres son aquellos que se quedan a la zaga en educacin. El hombre rico, el capitalista del poder, apenas puede salvar la brecha que lo separa de Lzaro. Es ms fcil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para el hombre devoto de esa educacin retomar la perspectiva realista de los pobres.Histricamente, esta fe en la educacin creci a la sombra de la Alquimia. La educacin es hoy la versin contempornea de la piedra filosofal; con tocarla se refinan los elementos bsicos del mundo. Es el procedimiento mediante el cual los metales ordinarios son amasados a travs de sucesivas etapas hasta que brillan como el oro puro.El obispo Amos Comenio es justicieramente conocido como uno de los fundadores de la educacin moderna. Versado en alquimia, aplic el concepto y el lenguaje de ese Arte Secreto al refinamiento y la ilustracin de los hombres. Fue l quien provey un significado pedaggico al vocabulario qumico del progreso, el proceso y la ilustracin.Hoy, la fe en la educacin se ha convertido en una nueva religin mundial. La naturaleza religiosa de la educacin pasa casi desapercibida; tal es el ecumenismo de la fe en la educacin. La creencia alquimista de que la educacin puede transformar a los hombre para que encajen en un mundo creado por el hombre mediante la magia del tecncrata, se ha hecho universal e incuestionable, y encima es tenido por tradicional. Esa creencia es compartida por marxistas y capitalistas, por lderes de pases pobres y de grandes potencias, por rabinos y ateos y sacerdotes. Su dogma fundamental: un proceso llamado educacin puede aumentar el valor de un ser humano; resulta en la creacin de capital humano; llevar a todos los hombres una vida mejor.La gente ms generosa de nuestra era entrega su vida para educar a los .pobres. Inevitablemente, los educadores pueden contar con el respaldo de los poderosos, al igual que los misioneros espaoles contaban con el de la Corona. Despus de todo, el educador ensea a los pobres a sentirse incompetentes.Para seducir u obligar a los otros a aceptar su fe, el educador emplea el mismo rito en todas partes: la escolarizacin. La totalidad de los pases que pertenecen a las Naciones Unidas demandan de sus ciudadanos un mnimo de veinte horas de asistencia semanal durante un perodo de por lo menos cinco aos. La escuela es la primera iglesia en establecer tal exigencia.La liturgia escolar tiene las mismas caractersticas universalmente. Los nios son reunidos por edades. Se les hace asistir a los servicios en un recinto sagrado reservado con ese fin: la clase. Se les hace llevar a cabo tareas que producen educacin porque estn determinadas por un ministro ordenado: el maestro titulado. Se les hace progresar en la gracia que les concede la sociedad al moverlos de grado en grado.No tengo nada contra los maestros. Se cuentan entre los hombres ms dedicados, generosos y amables. Cabalmente, sus cualidades humanas se comparan con ventaja a las de cualquier grupo anterior de siervos profesionales de la religin. Sus servicios son mucho ms verstiles que los de cualquier sacerdote anterior. No hay enseanza particular para la cual falte un maestro. Pero lo que hoy llamamos educacin no es lo que tiene lugar entre un pupilo y un maestro. Lo que denominamos educacin es el servicio profesional que una institucin proporciona a sus clientes a travs del maestro profesional.El rito de la escolaridad constituye un poderoso curriculum escondido. Un curriculum que no depende de la intencin del maestro. Un curriculum que no vara con la materia enseada; llmese comunismo, lectura, sexo, historia o retrica.Lo primero que el nio aprende del curriculum oculto de la escolaridad es un viejo adagio, la corrupcin inquisitorial de la fe: extra scholam nulla est salus (afuera del rito no hay salvacin). Por su mera presencia en la escuela, el nio suscribe al valor de aprender de un maestro y al valor de aprender acerca del mundo. O sea: desaprende a considerar a cada persona como un modelo en potencia; desaprende a aprenderlo todo de la cotidianidad. En la escuela, el nio aprende a distinguir dos mundos: el real, al que algn da ha de entrar, y el sagrado, en el cual se le encierra para que aprenda. De la promocin o del progreso escolar, el nio aprende el valor de consumo interminable; la apetencia de grados que caducan anualmente. En la escuela aprende que su propio crecimiento vale la pena social slo porque es el resultado de su consumo de una mercanca llamada educacin.Durante generaciones hemos tratado de mejorar el mundo mediante una escolarizacin creciente. Hasta ahora se empeo ha fracasado. En cambio, s hemos aprendido que forzar a los nios a trepar una escalera sin fin no puede realzar la igualdad sino favorecer a quienes empiezan ms temprano, mejor alimentados, mejor preparados. S hemos aprendido que la instruccin obligada amortigua, en su mayora, un deseo de un aprendizaje independiente. S aprendimos, que al concebir el conocimiento como una mercanca, al empaquetarlo para su entrega al consumidor y al aceptarlo como propiedad privada de quien lo adquiere, estamos escasendolo cada da ms.Sbitamente la escuela va perdiendo su legitimidad poltica, econmica, pedaggica. Sbitamente, va siendo reconocida como un rito necesario para hacer tolerables las contradicciones de nuestra sociedad. Proceso de socializacin con miras a la conformidad con las demandas de una sociedad de consumo, la escuela sostiene el mito igualitario de nuestras sociedades al mismo tiempo que establece su estructura rigurosa de acuerdo con 16 niveles de desertores.La bancarrota escolar es una seal prometedora. Pero eso no significa an que quienes critican a la escuela hayan abandonado el sueo del alquimista. De la historia de la iglesia sabemos que la mera reforma litrgica no garantiza una renovacin teolgica. El resquebrajamiento de las escuelas puede conducirnos a la bsqueda de nuevos dispositivos educativos. Sin duda, al igual que anteriormente sucedi con otras iglesias, la escuela ser pronto desestablecida. Pero ello puede acarrear una apoteosis de la Educacin para el Progreso, y su estado final ser peor que el inicial. Podra llevar a un gigantesco esfuerzo por alcanzar fuera de la estructura escolar lo que obviamente ha fracasado dentro de la estructura escolar, a saber: una manera ms efectiva y universal de enlatar el aprender para vivir y ponerlo en el mercado mediante otros sistemas distintos al de la escuela. El resultado neto sera el mismo: el concepto segn el cual las personas deben ser educadas para vivir y que ello debe hacerse adquiriendo informacin sobre la realidad antes de enfrentarla.A menos que el desestablecimiento de la escuela lleve a una sociedad donde la educacin sea tambin reemplazada por una situacin que otorgue a los hombres acceso ilimitado al autntico aprendizaje para la vida, a menos que eso suceda paralelamente, la transferencia de la educacin de los salones escolares a otras instituciones de una sociedad de consumo aparejar inevitablemente una enseanza cada da ms creciente acerca de un mundo an ms alienado.Debemos mirar ms all de la actual bancarrota escolar. En el presente, la escuela restringe al saln de clase la competencia del maestro. Se le impide que reclame posesin sobre la vida entera de un hombre. La defuncin de las escuelas levantar esa restriccin y dar un semblante de legitimidad a la eterna invasin pedaggica del mundo privado de cada uno. Abrir las puertas a una contienda por el conocimiento en el mercado libre, lo cual nos conducir hacia la paradoja de una meritocrcia vulgar, aunque aparentemente igualitaria. Salvo si transformamos nuestro concepto del conocimiento, el desestablecimiento de la escuela llevar al altar un sistema creciente de meritocrcia que separa la enseanza de la certificacin, para casarlo con una sociedad comprometida en proporcionar una terapia pedaggica hasta que cada uno est maduro y listo para ser puesto en su nicho. Slo por nombre podremos distinguir una sociedad convertida en un inmenso saln de clases, de un manicomio general o una prisin universal. Hace 80 aos, Soloviev ya predijo que el Anti-Cristo sera un maestro.A menudo olvidamos que el trmino educacin es de cuo reciente. Era desconocido antes de la Reforma. La educacin de los nios fue por primera vez mencionada en francs en un documento que data de 1498. Por ese ao, Erasmo se estableca en Oxford, Savonarola era quemado vivo en Florencia, y Durero graba su Apocalipsis, donde nos habla con vigor del sentido de ruina inminente que se cea sobre el final de la Edad Media. En lengua inglesa, la palabra educacin apareci por primera vez en 1530. Es el ao del divorcio de Enrique VIII y de la separacin de la Iglesia Luterana de la Romana, en la dieta de Augsburgo. En Espaa y sus territorios pas un siglo ms antes que la palabra y la idea de la Educacin fueran comunes. Todava en 1632 Lope de Vega se refera a la Educacin como una novedad. Por otra parte, los centros para el aprendizaje existan antes de que el trmino educacin se incorporara al lenguaje corriente. Se lean los clsicos o el derecho; no se educaba sobre la vida diaria.Gutenberg descubri una tecnologa que ha puesto los libros al alcance de todos. Nosotros hemos descubierto la manera de interponer una monstruosa iglesia de maestros entre las personas y el libro. Ello ha trado como consecuencia una creciente inhabilidad para leer. Lutero nos puso la Biblia al alcance de la mano, pero tambin invent un mtodo de enseanza masiva: el catecismo, un curso programado de preguntas y respuestas. La Iglesia Catlica lanz la contra Reforma al congelar su doctrina en un catecismo propio. Los Jesuitas secularizaron la idea y crearon el Ratio Studiorum para sus universidades. Paradjicamente, este Ratio pas a ser el curriculum en el cual se formaron las lites de la Ilustracin. Y, finalmente, en la actualidad, las naciones-estados producen sus propias lites, a las cuales les est reservada la buena vida en la tierra; se les hace consumir educacin. Al pobre basta administrarle unas dosis menores del mismo consumo para ilustrarlo sobre su inferioridad predestinada.Resumo mi argumento: los reformistas trataron de extender el misterio de la revelacin divina sobre el reino por venir. Hoy, los educadores hacen depender de sus ministerios institucionalizados el descenso a la Tierra del Reino del Consumo Universal. El mito de la educacin universal, el rito de la escuela obligatoria y de una estructura profesional equilibrada para el progreso del tecncrata, se refuerzan unos a otros.Una vez que esto sea entendido, ya no ser posible tolerar ninguna complicidad de las iglesias cristianas con el culto de la Ideologa del Progreso.Cada comunidad cristiana organizada est hoy forzada a elegir una de tres polticas posibles: aferrarse a las escuelas; o destruirlas y aferrarse a la pseudo-religin de la educacin; o sentirse llamada a ser radical o profeta.1 - Si la iglesia persiste con sus escuelas, sus polticos se preocuparn de cmo aumentar el nmero de las mismas, de cmo mejorar su calidad, y de cmo proveer ms limosnas para el beneficio de los no escolarizados, tales como educacin correctiva, escuelas radicales, entrenamiento tcnico y dems.Los hombres previsores que se encuentren dentro de una iglesia que se embarque en esta poltica debieran sentirse inquietos por el vaivn y la creciente frustracin de sus trabajadores educativos.2 - Una iglesia puede tambin escoger el reconocimiento de la bancarrota de las escuelas, pero as y todo mantenerse comprometida con el mito de la educacin general entendida como artculo de consumo. De ser as, esa iglesia preconizar el desestablecimiento de las escuelas, una distribucin ms equitativa de los recursos educativos y la proteccin de los no escolarizados frente a la discriminacin de la cual son objeto en el mercado de trabajo o en la sociedad en general. Todas estas garantas son necesarias y la iglesia que las endose ser ciertamente acogida por otros movimientos ms progresistas.Pero una iglesia que haga esta eleccin, una iglesia que reconozca la inevitable bancarrota escolar pero no el carcter pseudo-religioso de la educacin, una iglesia tal se har inexorablemente cmplice de un futuro mundo feliz del consumo, porque los instrumentos educativos desescolarizados son slo nuevos mtodos de empacar y distribuir ms eficazmente la instruccin, nuevas formas de acumulacin de vida enlatada para satisfacer las formas diseadas por profesionales. Si la iglesia que adopta esa poltica no va ms all de la demanda por des-establecer las escuelas, se har cmplice del faran que ahora enreda a los esclavos en un mundo en el cual el progreso tecnocrtico se vuelve impersonal, opaco, contaminado.3 - Existe una ltima eleccin: leer las Escrituras, regresar a la ms pura tradicin de la iglesia y anunciar la llegada del Reino que no es de este mundo; del reino cuyo misterio tenemos el privilegio de conocer. Esta es una eleccin que cada uno de nosotros debe hacer si quiere seguir a Jess, y debe hacerla inclusive si la iglesia en la que tiene sus races ha incorporado el progreso de los pueblos como neologismo en el venerable latn.Es preciso denunciarla ideolatra del progreso y la contaminante escalada de la produccin y poner al descubierto la pseudo-teologa de la educacin concebida como preparacin para una vida de consumo frustrante. Es necesario recordar al hombre que Dios ha hecho bien el mundo y nos ha dado el poder de conocerlo y apreciarlo sin la constante necesidad de un intermediario. Tenemos s, despus de todo, la experiencia de que el hombre crece y aprende en la medida en que se compromete en una interaccin personal, ntima, siempre sorprendente, con los dems y en un medio ambiente significativo, en tanto que se encoge y arruga cuando es servido por funcionarios. Consecuentemente, debemos rehusar a cooperar en cualquier intento que busque crear un ambiente hecho por el hombre pero en el cual la vida de todos y de cada uno dependa del grado en que se haya sido cliente de una organizacin de servicios.Se necesita valenta para ponerle precio a un mundo claro y transparente, para determinar a qu costo la tecnologa puede ser puesta al servicio directo de las mayoras mundiales, permitindole a cada uno curarse, educarse, albergarse y transportarse, en lugar de poner la tecnologa al servicio del tecncrata que se siente orgulloso de proveer eternamente una medicina, una educacin, una habitacin y una transportacin, cada vez menores y cada vez ms caras.Un mundo que renuncie al espectculo de la tecnologa progresiva es un mundo que pone coto radical al consumo, de acuerdo al consenso de una inmensa mayora y al cabo para el provecho de todos. No tiene sentido proponer un ingreso mnimo hasta que no se tenga la valenta de aceptar que ello implica fijar un ingreso mximo. Nadie puede tener lo suficiente si no sabe cunto es suficiente. No tiene sentido advocar un mnimo de servicios mdicos, de instrumentos y de transportacin si no se afirma la necesidad de nivelar los mximos de servicios disponibles a cualquiera y por la razn que sea.Una forma tal de consenso anti-tecnocrtico se traduce fcilmente en la necesidad de la pobreza voluntaria de los pobres, tal como lo predicara el Seor. La pobreza voluntaria, el desprendimiento del poder y la no violencia, estn en el corazn del mensaje cristiano. Puesto que son sus elementos ms preciosos, son tambin los ms fcilmente corruptibles, ridiculizables o descuidables. Se necesita valenta para hacer de la renuncia, condicin fundamental para la supervivencia de la humanidad. Si predicamos el Evangelio inalterado y anunciamos la bienaventuranza de los pobres, entonces los ricos se nos reirn en la cara y los ricos en cierne se mofarn despreciativamente. Pero como nunca antes ha sucedido, el mensaje cristiano ms radical es tambin la poltica ms cuerda en un mundo que ve crecer vertiginosamente el abismo entre pobres y ricos.El Tercer Mundo tiene una responsabilidad crucial en la liberacin del mundo de sus dolos del progreso, la eficiencia, el PNB. Sus masas no son todava presas del hbito del consumo, y especialmente del consumo de servicios. La mayora de las gentes an se curan y se albergan y se ensean unos a otros y podran hacerlo de mejor manera si tuvieran herramientas ligeramente mejores. El Tercer Mundo podra abrir el camino en la bsqueda de un estilo de aprender para vivir, un estilo que ser la preparacin de los hombres para el cumplimiento de las necesidades autnticas en un contexto genuinamente humano. Sin lugar a dudas, estas naciones podran alumbrar el camino para el mundo tan desarrollado como decadente.Dos mundos se hallan frente a frente: la Babel de Rusia y el Egipto de Estados Unidos, ambos prisioneros de dolos comunes. Un Tercer Mundo cubre el resto del mundo. Es el del desierto. Dentro de los propios imperios crecen las tierras baldas de las favelas. Egipto y Babel son ambos impotentes de salvarse a s mismos. De la tirana de sus dolos slo pueden salvarlos quienes adoran en el desierto al Dios Vivo y Sin Nombre, quienes han renunciado a las ollas de Egipto.Pero de ninguna manera todos los que habitan en el desierto son miembros del Pueblo de Dios. Algunos bailan en torno al becerro de oro: fundan avanzadas del Imperio en las tierras yermas. Otros se rebelan contra Moiss y escogen a sus propios profetas para que los devuelvan a la servitud que sus padres abandonaron cuando expoliaron a los egipcios. Buscan una alianza para el progreso con Egipto. Y hay nuevamente otros que no son capaces de permanecer fieles a la vocacin divina. Desertan del Pueblo de Dios, se mueven hacia el Este y, como los judos, ungen a su propio Rey para ser sus siervos al igual que otros moradores de la Tierra.Ha llegado la hora de hacer saber el mensaje que nos ha sido revelado. Ha llegado la hora de anunciar que la liberacin de los ricos y de los ricos en ciernes, depende del Pueblo de Dios. Depende de quienes don Helder Cmara ha llamado Minoras Abrahmicas, y entre las cuales, los cristianos, digmoslos con rubor, parecen ser una excepcin.La liberacin slo puede provenir de quienes han elegido el desierto porque han sido puestos en libertad.

La alternativa de la enseanzaDurante generaciones hemos tratado de hacer el mundo en un lugar mejor, proporcionando ms y ms enseanzas, pero hasta ahora el esfuerzo ha fallado. Lo que hemos aprendido, en cambio, es que el forzar a los nios a subir a una escalera sin trmino fijo no puede estimular la igualdad, sino que debe favorecer al individuo que principia ms pronto, es ms sano o est mejor preparado; que la instruccin forzada apaga en la mayora de las gentes la voluntad de aprender independientemente; y que el conocimiento tratado como mercanca, entregada en paquetes, y aceptada como propiedad privada, una vez que se ha adquirido, siempre ser escasa.En respuesta, los crticos del sistema educativo, ahora estn proponiendo remedios fuertes y no convencionales que varan desde el plan de certificado que permite a cada persona comprar la educacin de su eleccin en un mercado abierto, para transferir la responsabilidad de la educacin de la escuela al medio y al aprendizaje en el trabajo. Algunos individuos anticipan que la escuela dejar de ser reconocida como institucin, igual que lo fue la iglesia en todo el mundo durante los dos ltimos siglos. Otros reformadores proponen reemplazar la escuela universal con varios nuevos sistemas que podran, segn ellos afirman, preparar mejor a todo el mundo para la vida de la sociedad moderna. Estas proposiciones de nuevas instituciones educativas caen en tres amplias categoras: la reforma del saln de clase dentro del sistema escolar; la dispersin de escuelas gratuitas por toda la sociedad, y la transformacin de toda la sociedad en un gran saln de clase. Sin embargo, estos tres enfoques el saln de clase reformado, la escuela gratuita, y el saln de clase mundial representan tres etapas en una educacin intensificada, en la cual cada paso amenaza con un control social ms sutil y penetrante que aquel al que reemplaza.Yo considero que el desconocimiento de la escuela como institucin se ha vuelto inevitable y que este fin de una ilusin debe llenarnos de esperanza. Sin embargo, yo creo que el final de la edad de la enseanza podra introducir la poca de la escuela mundial, que podra distinguirse solamente de nombre, de una cosa de locos mundial en la que la educacin, la correccin y el ajuste se volveran sinnimos. Por lo tanto yo considero que el deslumbramiento de la escuela nos fuerza a mirar ms all de su inminente funcin y enfrentarnos con alternativas fundamentales en la educacin. Una de dos, podemos trabajar para nuevos proyectos temibles y potentes que ensean un mundo que progresivamente se hace ms incomprensible y repulsivo para el hombre, o nosotros podemos establecer las condiciones para una nueva era en la cual la tecnologa sera utilizada para hacer a la sociedad ms sencilla y transparente, para que todos los hombres puedan una vez ms conocer la realidad y emplear los instrumentos que dan forma a sus vidas. En pocas palabras, podemos desconocer las escuelas como instituciones o podemos desescolarizar la cultura.Con objeto de ver claramente las alternativas a las que nos enfrentamos, primeramente debemos distinguir entre educacin y escolarizacin, que significa separar la intencin humanstica del maestro del impacto de la estructura invariable de la escuela. Esta estructura oculta constituye un curso de instruccin que para siempre permanece fuera del control del maestro o de su junta directiva de la escuela. Esta transmite irrevocablemente el mensaje que solamente por medio de la escolarizacin puede un individuo prepararse para la vida como adulto en la sociedad, que lo que no se ensea en la escuela es de poco valor, y lo que se aprende fuera de la escuela no vale la pena saberse. Yo le llamo el plan de estudio oculto de la instruccin, porque constituye el armazn inalterable del sistema, dentro del cual se llevan a cabo todos los cambios del plan de estudios.El plan de estudios oculto es siempre el mismo, independientemente de la escuela o del lugar. Requiere que todos los nios de una cierta edad se renan en grupos de cerca de treinta, bajo la autoridad de un maestro recibido, durante 500 1000 horas cada ao. No importa si el plan de estudios ha sido diseado para ensear los principios del fascismo, el liberalismo, el catolicismo, o el socialismo; o si el propsito de la escuela es el de producir ciudadanos Soviticos o de los Estados Unidos, mecnicos o doctores. No importa si el maestro es autoritario o tolerante, si impone su propio credo o ensea a sus estudiantes a pensar por s mismos. Lo que es importante es que los estudiantes aprendan que la educacin es valiosa cuando es adquirida en la escuela o a travs de un proceso de consumo graduado; que el grado de xito que el individuo disfrutar en la sociedad depende de la cantidad de aprendizaje que l consume; y que el conocimiento acerca del mundo es ms valioso que el conocimiento del mundo.Debe ser claramente comprendido que el curriculum (plan de estudio) oculto traslada el conocimiento de una actividad a una mercadera para la cual la escuela monopoliza el mercado. En todos los pases el conocimiento es considerado como la primera necesidad para sobrevivir, pero tambin como una forma de moneda ms lquida que los rublos o los dlares. Nosotros hemos estado acostumbrados, debido a los escritos de Karl Marx, a hablar acerca del alejamiento del trabajador de su trabajo en una sociedad de clases. Ahora debemos reconocer distanciamiento del hombre de su conocimiento cuando se convierte en el producto de una profesin de servicio y l se vuelve consumidor.Mientras ms aprendizaje consume un individuo, mayor es el caudal de conocimientos que l adquiere. El plan de estudios oculto, por lo tanto, define una nueva clase de estructura para la sociedad, dentro de la cual los grandes consumidores de conocimientos aquellos que han adquirido un gran caudal de conocimientos disfrutan privilegios especiales, altos ingresos y acceso a los instrumentos ms poderosos de la produccin. Esta clase de capital-conocimiento ha sido aceptado en todas las sociedades industrializadas y establece una razn fundamental para la distribucin de trabajos e ingresos. Este es un punto especialmente importante a la luz de la falta de correspondencia entre la instruccin escolar y la competencia profesional establecida en estudios, tales como el de Ivar Berg Educacin y empleos: El gran robo de la enseanza (Education and Jobs: The Great Training Robbery).El esfuerzo de poner a todos los hombres a travs de etapas sucesivas de ilustracin est profundamente enraizado en la alquimia, el Gran Arte de la Edad Media decadente. Juan Amos Comenius, obispo de Moravia, pansofista de estilo propio y pedagogo, es acertadamente considerado corno uno de los fundadores de las escuelas modernas. El se encuentra entre los primeros que propusieron siete o doce grados de enseanza obligatoria. En su Magna Didctica, l describi las escuelas como estratagema para ensear a todo el mundo y deline un plan para la lnea de ensamble de la produccin de conocimientos, que de acuerdo con su mtodo, hara que la educacin fuera ms barata y mejor, y fuera accesible para toda la humanidad. Sin embargo, Comenius no solamente fue un experto en eficiencia, l fue un alquimista que adapt el lenguaje tcnico a su oficio para describir el arte de educar a los nios. El alquimista pretenda refinar los elementos bsicos conduciendo sus espritus destilados a travs de doce etapas sucesivas de ilustracin, con objeto de que para su propio beneficio y el de todo el mundo, ellos pudieran ser transmutados en oro. Por supuesto que los alquimistas fallaron a pesar de las muchas veces que lo intentaron, pero cada vez su ciencia originaba nuevas causas de su fracaso, y volvan a intentarlo.La pedagoga abri un nuevo captulo en la historia del Arte Magno. La educacin se convirti en la bsqueda de un proceso alqumico que dara a luz un nuevo tipo de hombre, que se adaptara a un ambiente creado por la magia cientfica. Sin embargo, no importaba cunto cada generacin gastaba en sus escuelas, siempre resultaba que la mayora de las gentes eran incapaces de ilustracin por este proceso y tenan que ser descartadas como impreparadas para la vida en un mundo hecho por el hombre.Los reformistas de la educacin que aceptaron la idea de que las escuelas haban fracasado se clasifican en tres grupos. Los ms respetables son ciertamente los grandes maestros de la alquimia quienes prometen mejores escuelas. Los ms seductores son magos populares quienes prometen transformar cada cocina en un laboratorio de alquimia. Los ms siniestros son los nuevos Masones del Universo que quieren transformar el mundo entero en un inmenso templo de ilustracin. Notables entre los actuales maestros de la alquimia estn ciertos directores de investigacin empleados o patrocinados por grandes fundaciones que creen que las escuelas, si es que pueden ser mejoradas en alguna forma, podran tambin volverse econmicamente ms factibles que aqullas que ahora se encuentran en dificultades, y simultneamente podran vender paquetes ms grandes de servicios.Aquellos que estn principalmente interesados en la demanda de que el plan de estudios es anticuado o desatinado. De esta manera el plan de estudios est repleto de nuevos paquetes de Cultura Africana, Imperialismo Norteamericano, La libertad de la mujer (?) (Women's Lib), la Polucin o la Sociedad de Consumidores. La ilustracin pasiva est equivocada y lo es ciertamente as es que cortsmente permitimos a los estudiantes decidir qu y cmo ellos desean ser instruidos. Las escuelas son crceles. Por lo tanto los directores estn autorizados para aprobar clases fuera de la escuela, trasladando las bancas de la escuela a una calle de Harlem con trnsito desviado. La enseanza sensitiva se vuelve de moda. As nosotros importamos terapia de grupo dentro del saln de clase. La escuela que se supona ensear todo a todo el mundo ahora se convierte en todas las cosas para todos los nios.Otros crticos enfatizan que las escuelas hacen un uso ineficiente de la ciencia moderna. Algunos administraran drogas para facilitar que el instructor cambie la conducta del nio. Otros transformaran la escuela en un estadio para juegos educativos. Todava otros electrificaran el saln de clase. Si ellos son discpulos simplistas de McLuhnan, ellos reemplazan los pizarrones y los libros de textos con actuaciones de muchos medios; si ellos siguen a Skinner, ellos afirman que son capaces de modificar la conducta ms eficientemente de lo que pueden los practicantes del saln de clase fuera de moda.La mayora de estos cambios han tenido, por supuesto algunos buenos resultados. Las escuelas experimentales tienen menos holgazanes. Los padres tienen una sensacin de participacin mayor en un distrito descentralizado. Los alumnos designados por su profesor a un aprendizaje, frecuentemente resultan ms competentes que aquellos que permanecen en el saln de clase. Algunos nios mejoran su conocimiento del espaol en el laboratorio de idiomas, debido a que ellos prefieren jugar con las perillas de una grabadora de cintas a la conversacin con sus camaradas de Puerto Rico. Sin embargo todas estas mejoras operan dentro de los lmites pronosticables estrechos, ya que ellos dejan intacto el plan de estudios oculto de la escuela.A algunos reformadores les agradara sacudirse el plan de estudios oculto, pero raras veces lo consiguen. Las escuelas gratuitas que promueven ms escuelas gratuitas producen una visin de libertad, an cuando la cadena de asistencia es frecuentemente interrumpida por lapsos prolongados de holgazanera. La asistencia por medio de seduccin inculca la necesidad de tratamiento educativo ms persuasivamente que la asistencia renuente obligada por un oficial holgazn. Los profesores tolerantes en un saln de clase acolchado pueden fcilmente volver a sus alumnos impotentes para sobrevivir una vez que ellos salgan de la escuela.El aprendizaje en estas escuelas, frecuentemente se reduce nada ms que a la adquisicin de habilidades valiosas socialmente, definidas en este caso, por el consenso de una comuna en lugar de una disposicin del consejo directivo de una escuela. El nuevo presbtero es slo un sacerdote viejo amplificado.Las escuelas libres, para ser verdaderamente libres, necesitan satisfacer dos condiciones: Primero deben ser administradas en forma que prevengan la re-introduccin del curriculum oculto de la asistencia graduada y estudiantes recibidos que estudien a los pies de maestros titulados. Y, lo ms importante, ellos deben proveer una estructura en la cual todos los participantes el personal docente y los alumnos puedan liberarse de los cimientos ocultos de una sociedad escolarizada. La primera condicin es frecuentemente incorporada en los objetivos declarados de una escuela libre. La segunda condicin es reconocida solamente en raras ocasiones y es difcil de expresarse como la meta de una escuela libre.Es til distinguir entre el curriculum oculto, que ya describ, y los cimientos ocultos de la escuela. El curriculum oculto es un ritual que puede ser considerado como la iniciacin oficial a la sociedad moderna, institucionalmente establecida por medio de la escuela. Es propsito de este ritual ocultar a sus participantes las contradicciones entre el mito de una sociedad igualitaria y la realidad de conciencia de clases que ella ratifica. Una vez que son reconocidos como tales, los rituales pierden su fuerza y esto es lo que ahora le est sucediendo a las escuelas. Sin embargo existen ciertas suposiciones fundamentales acerca del crecimiento los cimientos ocultos que ahora encuentran su expresin en los ceremoniales de la escuela, y los cuales podran ser reforzados por lo que las escuelas libres hacen.Entre estas suposiciones est lo que Peter Schrag llama el sndrome de la inmigracin, el cual nos impele a tratar a toda la gente como si fueran recin llegados, que deben pasar a travs de un proceso de naturalizacin. Solamente consumidores certificados de conocimiento son admitidos a la ciudadana. Los hombres no nacen iguales, pero son hechos iguales por medio de la gestacin de el Alma Mater.La retrica de todas las escuelas establece que ellas forman a un hombre para el futuro, pero ellas no lo liberan para su tarea antes de que ha desarrollado un alto nivel de tolerancia para la forma de ser de sus mayores: la educacin para la vida, en lugar de en la vida diaria. Pocas escuelas pueden evitar hacer precisamente esto. Sin embargo, ellas estn entre los centros ms importantes de los cuales irradia un nuevo estilo de vida, no por el efecto que sus graduados tendrn, sino ms bien porque los mayores que eligen educar a sus hijos sin beneficio de profesores bien ordenados, frecuentemente pertenecen a una minora radical y porque su preocupacin acerca de la educacin de sus hijos los sostiene en su nuevo estilo.La categora del educador reformista es el que alega que el conocimiento puede ser producido y vendido ms eficientemente en un mercado abierto, que en uno controlado por la escuela. Estas gentes alegan que la mayora de las habilidades pueden ser adquiridas de modelos de habilidad, si el aprendizaje est verdaderamente interesado en su adquisicin; que los merecimientos individuales pueden proporcionar un derecho ms equitativo para la educacin. Ellos demandan una cuidadosa separacin del proceso por el cual es cuantificado y certificado. Estos me parecen testimonios obvios; sin embargo sera una falacia creer que el establecimiento de un mercado libre para el conocimiento constituira una alternativa radical en la educacin.El establecimiento de un mercado libre ciertamente abolira lo que ya anteriormente, llam el curriculum oculto del presente sistema educativo su concurrencia de una edad especfica a un curriculum graduado. Igualmente, un mercado libre al principio tendra el aspecto de contrariar lo que yo he llamado los cimientos ocultos de una sociedad escolarizada: el sndrome de inmigracin, el monopolio institucional, de la enseanza y el ritual de la iniciacin lineal. Sin embargo, un mercado libre en la educacin proporcionara al alquimista con innumerables manos ocultas para encajar a cada hombre en los mltiples, pequeos y estrechos nichos que una tecnocracia ms compleja puede proporcionar.Muchas dcadas de confianza en la escuela ha convertido al conocimiento en una mercadera, un producto comerciable de una clase especial. El conocimiento es ahora considerado simultneamente como una necesidad primaria, y tambin como la moneda ms preciada de la sociedad. La transformacin del conocimiento en una mercadera, est reflejada simultneamente en una transformacin correspondiente del lenguaje. Las palabras que anteriormente funcionaban como verbos se estn convirtiendo en nombres que designan posesiones. Hasta recientemente habitacin, ilustracin y an curacin designaban actividades. Ahora son comnmente concebidas como mercaderas o servicios para ser entregados. Hablamos acerca de la fabricacin de una casa o de la entrega de un servicio mdico. Los hombres ya no se consideran capaces de albergarse o curarse a s mismos. En esa sociedad las gentes llegan a creer que los servicios profesionales son ms valiosos que los cuidados personales. En lugar de aprender cmo cuidar a la abuelita, las jovencitas aprenden a hacer guardia en un hospital que no la admite. Esta actitud podra fcilmente sobrevivir al desconocimiento de la escuela, igual que la afiliacin a una, permanece como una condicin para la funcin despus de la adopcin de la Primera Enmienda. Es an ms evidente que las bateras de prueba que miden paquetes de conocimientos complejos podran fcilmente sobrevivir al desconocimiento de la escuela y con esto ira la compulsin de obligar a todo mundo a adquirir un paquete mnimo en el caudal de conocimientos. La medida cientfica del valor de cada hombre y el sueo alquimista de educar a cada hombre al lmite de su capacidad humana podran finalmente realizarse. Bajo la apariencia de un mercado libre, el pueblo mundial se convertira en un vientre ambiental en el que los terapeutas pedaggicos controlan el complejo cordn umbilical a travs del cual el hombre es alimentado.Actualmente las escuelas limitan la competencia del maestro al saln de clase. Ellas le impiden de reclamar toda la vida del hombre como su dominio. El fallecimiento de la escuela eliminar esta restriccin y dar una apariencia de legitimidad a la invasin pedaggica de toda la vida de la intensidad de cada quien. Abrir el camino para una lucha por el conocimiento en un mercado libre, el cual nos conducir hacia la paradoja de una vulgar, despus de todo, una aparente meritocrcia igualitaria. A menos que el concepto del conocimiento sea transformado, el desconocimiento de la escuela conducir a un matrimonio entre un creciente sistema meritocrtico que separa al conocimiento de la certificacin, y una sociedad obligada a proporcionar terapia para cada hombre hasta que est maduro para la edad de oro.Para aquellos que se subscriben al ethos tecnocrtico, cualquier cosa que sea tcnicamente posible debe ser puesta a la disposicin, cuando menos de unos cuantos, ya sea que la quieran o no. Ni la privacin ni la frustracin de la mayora cuenta. Si el tratamiento de cobalto es posible, entonces la ciudad de Tegucigalpa necesita un aparato en cada uno de sus principales hospitales a un costo que librara a una parte importante de la poblacin de Honduras de parsitos. Si hay velocidades supersnicas, entonces deber acelerarse el viaje de algunas. Si el vuelo a Marte puede concebirse, entonces deber encontrarse una razn fundamental para que aparezca como necesidad. En el ethos tecnocrtico la pobreza es modernizada: No solamente las viejas alternativas son bloqueadas por nuevos monopolios, sino que la ausencia de necesidades est compuesta por un creciente desarrollo entre aquellos servicios que son tecnolgicamente factibles y aquellos que de hecho estn a disposicin de la mayora.Un maestro se convierte en un educador cuando l adopta este ethos tecnocrtico. l, entonces, acta como si la educacin fuera una empresa tecnolgica, diseada para hacer que un hombre encaje en cualquier ambiente que cra el progreso de la ciencia. l parece estar .ciego a la evidencia que la constante obsolescencia de todas las mercaderas trae un alto precio: el aumento en el costo de capacitar gentes que los comprendan. l parece olvidar que el costo creciente de los instrumentos es comprado a un precio elevado en educacin. Ellos disminuyen la intensidad del trabajo de la economa haciendo imposible el aprendizaje en el trabajo o, por lo menos, un privilegio para unos cuantos. Por todo el mundo el costo de educar a los hombres para la sociedad sube ms rpidamente que la productividad de la economa, y pocas gentes tienen un sentido de participacin inteligente en el bien comn.Una resolucin contra aquellas formas de privilegio y poder que estn basadas en demandas al conocimiento profesional, debe principiar con una transformacin del conocimiento acerca de la naturaleza del saber. Esto significa, encima de todo, un cambio de responsabilidad de la enseanza y del aprendizaje. El conocimiento puede ser definido como una mercadera solo mientras se considere como el resultado de una empresa institucional o como la realizacin de objetivos institucionales. Solamente cuando un hombre recupera el sentido de responsabilidad personal por lo que l aprende y ensea, puede este hechizo ser deshecho y el enajenamiento del aprendizaje de la vida ser vencido.La recuperacin del poder para aprender o para ensear, significa que el maestro que se arriesga a interferir en los asuntos personales de alguna otra persona, tambin asume la responsabilidad de los resultados. En forma semejante el estudiante que se expone a la influencia de un maestro, debe aceptar la responsabilidad de su propia educacin. Para dichos propsitos las instituciones educativas si es que son necesarias idealmente toman la forma de centros convenientes donde uno puede obtener un techo del tamao apropiado sobre su cabeza, acceso a un piano o a una estufa, y a los discos, libros o transparencias. Las escuelas, les estaciones de TV, los teatros, y cosas por el estilo, son diseados principalmente para su uso por profesionales. El des-escolarizar a la sociedad significa, encima de todo, la negacin del status profesional para la segunda profesin ms antigua, o sea la de ensear. La certificacin de maestros ahora constituye una restriccin indebida del derecho a la libertad de expresin: la estructura corporativa y las pretensiones profesionales del periodismo, una restriccin indebida del derecho a la prensa libre. Las leyes de asistencia obligatoria interfieren con la libre asociacin. La des-escolarizacin de la sociedad es nada menos que una mutacin por medio de la cual un pueblo recupera el uso efectivo de sus libertades constitucionales: el aprendizaje y la enseanza por hombres que saben que nacieron libres, y no que recibieron como regalo la libertad. La mayora de las gentes aprenden la mayor parte del tiempo cuando ellas hacen lo que les agrada; la mayora de las gentes son curiosas y desean dar significado a todo aquello con lo que se encuentran; y la mayor parte de las gentes son capaces de un intercambio ntimo personal con otros, a menos que ellos estn embrutecidos por trabajo inhumano o hayan sido despedidos de la escuela.El hecho de que las gentes en pases ricos no aprendan mucho por su propia cuenta, no constituye una prueba de lo contrario. Ms bien es una consecuencia de la vida en un ambiente del cual, paradjicamente, ellos no pueden aprender mucho, precisamente porque est altamente programada. Ellos estn constantemente frustrados por la estructura de la sociedad contempornea, en la cual, los hechos sobre los cuales pueden basarse las decisiones se han vuelto evasivos. Ellos viven en un ambiente en el cual los instrumentos pueden ser utilizados para propsitos creativos, se han vuelto objetos de lujo, un ambiente en el cual los canales de comunicacin sirven a unos cuantos para hablar a muchos.Un mito moderno nos hara creer que el sentido de impotencia con el cual viven actualmente muchos hombres, es una consecuencia de la tecnologa que no pueden crear sino sistemas inmensos. Pero no es la tecnologa la que hace sistemas inmensos, instrumentos enormemente poderosos, canales de comunicacin unidireccionales. Todo lo contrari: la tecnologa propiamente controlada podra proporcionar a cada hombre la habilidad para comprender mejor su ambiente, conformarlo poderosamente con sus propias manos, para permitirle una completa intercomunicacin que antes no era posible. Ese uso alternativo de la tecnologa constituye la alternativa central de la educacin.Si una persona debe crecer, l necesita primero que nada tener acceso a las cosas, a los lugares y a los procesos, a los sucesos y a los registros. l necesita ver, tocar, echar a perder, agarrar todo lo que est cerca y tenga importancia para l. Este acceso es ahora en gran parte negado. Cuando el conocimiento se volvi una mercadera, adquiri las protecciones de propiedad privada, y as un principio intentado para guardar la intimidad personal, se volvi en una razn fundamental para declarar hechos ms all de los lmites para gentes sin las credenciales propias. En las escuelas, los maestros se guardan el conocimiento para s mismos, a menos que se adapte el programa del da. El medio informa pero excluye aquellas cosas que ellos consideran inapropiadas para escribirse. La informacin est encerrada en lenguajes especiales y maestros especializados medran con su re-traduccin. Las potentes estn protegidas por corporaciones, las secretas estn guardadas por burocracias, y el poder para mantener a otros fuera de los santuarios particulares ya sea galleras, oficinas legales, patios de desperdicios, o clnicas son celosamente guardados por