6 piscicultura marina golfo de california

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ESTRUCTURA GENÉTICA Y CONSERVACIÓN. EL CASO DE LOS PINOS DE MÉXICO PÁG. 8 CONSERVACIÓN DE FAUNA EN PELIGRO DE EXTINCIÓN EN EL BOSQUE DE CHAPULTEPEC PÁG. 12 P I S C I C U LTURA MARINA Con embarcaciones altamente tecnificadas, avionetas, helicópteros e imágenes de satélite, los cardúmenes de atún son localizados en el mar dondequiera que se encuentren. Se tienden las redes, el cerco se c i erra, pocos logran escapar. El agua hierve con las violentas carreras de los atunes, que buscan inútilmente una salida. Luego son lentamente arrastrados hacia la costa, en un viaje que dura de una o dos semanas; los heridos y los débiles no resisten. La mortalidad es grande. NÚM. 61 JULIO DE 2005

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débiles no resisten. La mortalidad es grande. ESTRUCTURA DE CHAPULTEPEC CONSERVACIÓN DE FAUNA N Ú M . 6 1 J U L I O D E 2 0 0 5 Y CONSERVACIÓN. EN EL BOSQUE EL CASO DE EN PELIGRO DE MÉXICO LOS PINOS GENÉTICA DE EXTINCIÓN PÁG. 12 PÁG. 8

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ESTRUCTURA

GENÉTICA

Y CONSERVACIÓN.

EL CASO DE

LOS PINOS

DE MÉXICO

PÁG. 8

CONSERVACIÓN

DE FAUNA

EN PELIGRO

DE EXTINCIÓN

EN EL BOSQUE

DE CHAPULTEPEC

PÁG. 12

P I S C I C U LTURA MARINA

Con embarcaciones altamente tecnificadas, avionetas, helicóptero s

e imágenes de satélite, los cardúmenes de atún son localizados en el

mar dondequiera que se encuentren. Se tienden las redes, el cerco se

c i erra, pocos logran escapar. El agua hierve con las violentas

c a rreras de los atunes, que buscan inútilmente una salida.

Luego son lentamente arrastrados hacia la costa, en un

viaje que dura de una o dos semanas; los heridos y los

débiles no resisten. La mortalidad es grande.

N Ú M . 6 1 J U L I O D E 2 0 0 5

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En los últimos años, la pro d u c-ción comercial de peces (piscicultu-ra) ha aumentado en extensión geo-gráfica, variedad de especies yecosistemas utilizados, así como enp e rfeccionamiento tecnológico. Hoyes una actividad muy rentable en unactivo mercado en el que Japón es elprincipal destino. En México, la pisci-cultura comercial es joven (20 o 25años) y de menor escala que enotras regiones del mundo. Ésta seconcentra en especies de agua dul-ce, la mayoría exóticas (trucha euro-pea, Salmo gaird i n e r i, y americana o

M A R I O M O N T E F O RT E * Y M I C H E L I N E C A R I Ñ O * *

Ilustraciónesquemática del

arte de pesca“de cerco” del atún;

atunes atrapados en la red.

a rcoiris, O n c o ryhinchus mykiss; tila-pias africanas, O re o c h ro m i s s p p . ;variedades de carpa, C y p r i n u s s p p . ,etc.). La piscicultura marina en lamodalidad de engorda se está am-pliando en las costas del Pacífico:bahías de Ensenada, Magdalena yBanderas, e Isla Isabel. Los atunes,Thunnus albacare s y T. thynnus, y elj u rel, Seriola lalandi, son por el mo-mento las especies que se trabajan

os supervivientes pasarán de unospocos meses hasta uno o dos

años encerrados en jaulas flotantes,donde serán alimentados en abun-dancia. Engordarán, su carne alcan-zará el punto ideal de grasa paraelaborar exóticos sushi y sashimique satisfagan a algún gastrónomojaponés. Algunos empresarios seenriquecerán, pero el costo para elambiente marino y costero es enor-me. La sociedad local lo resiente ensus playas y su economía. ¿Será és-te el mejor modelo de desarro l l oacuícola para las costas mexicanas?

P E R S P E C T I VAS DE LA PISCICULTURA MARINAEN EL GOLFO DE CALIFORNIA

L

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en “ranchos” marinos. Se conside-ra a la piscicultura marina comouna opción de desarrollo costero yse está promoviendo fuert e m e n t ela inversión privada en este sectora c u í c o l a .

Piscicultura y medio ambiente:¿la pareja incompatible?La engorda es el método de pro-ducción más común en la piscicul-tura marina. Se capturan los pecesen el mar, se encierran en jaulas oc o rrales en los ranchos costeros yse les alimenta abundantementedurante varios meses. Las parc e l a sp roducen cantidades import a n t e sde desechos, tanto en forma di-suelta (amoniaco, urea y ácido úri-co), como particulada (alimento noconsumido y heces). Adicionalmen-te, la incidencia de enferm e d a d e s(evento común en situaciones deconfinamiento) re q u i e re el uso demedicinas que se vierten al mar enf o rma soluble o particulada. Ta m-poco es raro el uso de hormonas ycompuestos aceleradores de cre c i-miento y peso. Estas sustancias, in-dependientemente de su re l a c i ó ncon la salud de los seres humanos,afectan la naturaleza del agua al

ser excretadas por los peces. A es-tos contaminantes hay que agre g a raceites, combustibles, plásticos, so-brantes de material, pinturas anti-i n c rustantes, líquidos limpiadore s ,etc. Los desechos solubles modifi-can la calidad del agua y los par-ticulados tienden a depositarse enel fondo, afectando la naturalezade los sedimentos y las comunida-des vivas del lecho marino.

El potencial acuícola de Bahíade La Paz, en Baja California Sur,no ha pasado inadvertido. Hacia fi-nes de 2004 se habían autorizadosiete concesiones para instalar ran-chos marinos de atún aleta amari-lla, Thunnus albacare s, que ocupana p roximadamente 1 000 ha. Sep royectaban dos cosechas anualesde 20 000 toneladas. Adicional-mente, se autorizó la “pro d u c c i ó npiloto” de 50 toneladas de lobinahíbrida. Ésta es un cruce art i f i c i a le n t re la lobina blanca originaria delos grandes lagos nort e a m e r i c a n o s(M o rone chry s o p s) y la lobina raya-da del Atlántico noroccidental (M o-rone saxatilis). Según se combine elmacho o la hembra de una u otraespecies, se obtienen las variedades“sunshine” o “palmetto”.

Además había una veintena desolicitudes ante la Sagarpa y la Se-m a rnat para otros ranchos marinosde atún, jurel y la misma lobina, yuna presión insistente por parte deautoridades locales y federales paraque fueran aprobadas. Todas estasson empresas privadas de part i c i p a-ción principalmente extranjera. Eldestino prioritario es la export a-ción, que depende, casi en su tota-lidad, del mercado japonés.

El cálculo grueso de los dese-chos orgánicos que producirían lassiete concesiones de atún en su fa-se operativa es equivalente a los deuna ciudad con más de 150 0 0 0habitantes (La Paz tiene apro x i m a-damente 160 000 habitantes). En elM e d i t e rráneo, donde los cinco paí-ses pro d u c t o res de atún rojo expor-tan de 14 000 a 15 000 toneladasanuales al mercado japonés, lasconsecuencias ecológicas y socio-económicas que desde 1994 hanp rovocado las granjas atuneras seconsideran hoy desastrosas. Enefecto, casi todas las capturas de laflota atunera ahora se transfieren alos ranchos marinos. Esto afecta lafiabilidad de las estadísticas de cap-tura (un grave problema que dificul-

1. Imagen de Bahíade La Paz tomadadesde untransbordadorespacial; en laimagen “se coló”un satélite artificial.

2. Granja desalmón en la bahíade Vancouver.

3. Granja de lobinahíbrida, que iniciósus actividades afines de 2004 enBahía de La Paz.© J. José Ramírez

BAJA CALIFORNIA SUR

Bahía de La PazBahía de La Paz

El MogoteEl Mogote

Isla CerralvoIsla Cerralvo

Isla Espíritu SantoIsla Espíritu Santo

La Paz

N

1

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del atún (se necesitan entre 10 y 25kilogramos de alimento para pro d u-cir un kilogramo de atún), lo quea c a rrea un importante impacto eco-lógico. Además de la contamina-ción orgánica adicional, pro b l e m ade por sí alarmante en el Mediterr á-neo, el acaparamiento de espaciopor estos ranchos ha excluido a lapesca ribereña y a otras actividadesde acuacultura. Otros ejemplos si-m i l a res de esta problemática (inclu-yendo la invasión de especies exóti-cas y de híbridos) se observan en

ta los esfuerzos para administrar lapoblación de atún rojo del Atlánticooriental). El aumento en la deman-da está incrementando la pre s i ó npesquera por parte de las flotas dec e rco, hasta el punto de que tantola pesca como los ranchos sufren yaclaramente un problema de sobre-capacidad. La demanda de peque-ños peces pelágicos para engord a rel atún ha aumentado la presión so-b re sus poblaciones. Esto se agravap o rque la engorda es poco eficientedebido al bajo factor de conversión

Savannah, Brunswick y San Francis-co (EUA), Vancouver y San Lore n z o(Canadá), Eilat (Israel), Aqaba (Jor-dania), zona perlera japonesa en elMar de Japón, etcétera.

Por otro lado, la pisciculturamarina afecta negativamente a lasespecies que se utilizan para surt i rde alimento a las granjas (sard i n a ,anchoveta, arenque, macarela, an-choa, etc.). Mencionamos antesque esta pesquería afecta el equili-brio de recursos naturales, muchosde ellos ya deteriorados por so-b reexplotación, que a su vez re p re-sentan un eslabón de altísima im-p o rtancia en la cadena alimentariadel medio marino. En el caso deBahía de La Paz, se utilizarían apro-ximadamente 1 300 toneladas dia-rias de sardina en cada ciclo de pro-ducción (superior a la descarga portemporada de toda la flota sard i n e-ra del estado, según estadísticase n t re 1994 y 2001).

Los peces empleados en la pisci-cultura marina son capturados porpesca. Ésta a veces se realiza fuerade las épocas permitidas debido aque la producción en los ranchos escontinua y no está regulada por lasépocas de veda. Se apunta de pre-f e rencia hacia animales jóvenes queaún no se han re p roducido, a fin deque éstos no pierdan re s e rvas ener-géticas en sus funciones re p ro d u c t i-vas y engorden más rápido. Los re-p o rtes oficiales de captura son pococonfiables pues la mayoría de lase m p resas no informan con pre c i-sión. Se ha señalado que la pesque-ría en tales condiciones atenta con-tra la capacidad de renovación de lapoblación silvestre que, en la mayo-ría de los casos, ya está sobre e x p l o-

E n t re los peces dulceacuícolas destaca la producción de carpa, principalmente en China; demoluscos, el ostión, y de crustáceos, varias especies de camarón; entre los peces diadrómicos,el salmón es el más importante. En cuanto a los marinos, casi toda la producción es de atún.Modificado de: The State of World Fisheries and Aquaculture. Parte 1: World Review of Fish-eries and Aquaculture. Fig. 11, pág. 16, FA O, 2004.

Modificado de: The State of World Fisheries and Aquaculture. Parte 1: World Review of Fish-eries and Aquaculture. Tab. 1, pág. 3, FA O, 2004.

Producción mundial por medio de acuacultura en 2002

P roducción mundial (acuacultura y pesquerías) y su utilización, 1998-2003

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población manipulada, ni duranteel total de su vida. Tampoco hay ga-rantía alguna de que los peces fugi-tivos no se incorporen exitosamentea los ecosistemas, en detrimentodel equilibrio autóctono. Lo anteriorse ha señalado en numerosas espe-cies: salmón nativo del Pacíficoamericano, contaminado por la in-t roducción del salmón del Atlántico;

Atunes congeladosen el mercado depescado de Tsukiji,en Tokyo.

tada. En el caso del atún rojo delM e d i t e rráneo, el porcentaje dem o rtalidad durante el acarreo pue-de llegar a más de 50%. Muere nlos heridos en el cerco de captura,los que se lastiman durante el trans-p o rte y los que no resisten el viaje.Pocas empresas dan a conocer conexactitud esta mortalidad. La cose-cha de 18 000 a 20 000 toneladaspor ciclo en La Paz se re f i e re sólo alatún vivo. El promedio de capturatotal de atún en aguas de Baja Cali-f o rnia Sur entre 1994 y 2001 fue dea p roximadamente 15 000 tonela-das. La pesquería ha declinado no-tablemente, de 27 656 toneladasen 1991 a 4 992 en el año 2000. En2001 se incrementó el esfuerz op e s q u e ro, lográndose apenas unacaptura de 13 800 toneladas.

El atún de rancho se exporta en-t e ro y eviscerado, como lo re q u i e rela demanda. Son pocas las empre-sas que describen la forma en laque se deshacen de las vísceras.Tampoco hay información sobre elefecto ambiental que provoca estetipo de desperdicios. La cosechap royectada en Bahía de La Paz arro-jaría más de 1 300 toneladas ded e s p e rdicio por ciclo de pro d u c c i ó n ,lo que afectará el funcionamientode los ya insuficientes servicios mu-n i c i p a l e s .

La propagación de peces genéti-camente manipulados (principal-mente híbridos) y de especies exóti-cas, es también tema pre o c u p a n t e .Hay pruebas de contaminación ge-nética provocada por los especíme-nes escapados de las jaulas, así co-mo de competencia ecológica,cuyos efectos han sido fatales en laspoblaciones nativas. En ocasiones

los especímenes híbridos pueden“ rehibridizarse” con las poblacionesnativas y/o desplazarlas de su nichoecológico. Se ha argumentado quelos peces domesticados no lograns o b revivir en el medio, lo que mini-miza el riesgo antes mencionado,p e ro los tratamientos de esteriliza-ción o la creación de híbridos estéri-les no son 100% seguros en toda la

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Mercado deTsukiji. En este

mercado deTokyo, un solo

atún puede llegara venderse hasta

en 70 000 dólares.

i n t roducción y expansión en el Pací-fico americano de la lobina delAtlántico; invasión de híbridos delobina en lagos, cuerpos de aguacontinentales y áreas costeras; susti-tución de los peces nativos del Me-d i t e rráneo por especies intro d u c i-das, como S p a rus aurata e n t reotras; invasión nociva de tilapiasafricanas, carpa, lucio, trucha, etc.,en cuerpos de agua continentalesde Canadá, Estados Unidos, Méxi-co, América Central, Suramérica,Escocia, Unión Europea y Australia.

D e s a rrollo costero conpiscicultura: se puede, pero …El papel de la piscicultura en el des-a rrollo regional es un tema amplia-mente contro v e rtido en torno a losniveles de aceptabilidad de los im-pactos, los criterios para monito-reo, las estrategias para mitigar y/oc o n t rolar estos impactos, y la eva-luación del costo ecológico que im-plica el manejo irresponsable de losespacios. Sin embargo, en muchospaíses ya existen leyes estrictas parac o n t rolar la piscicultura marina ydulceacuícola (Japón, Australia,Unión Europea, Escocia, Israel, Es-tados Unidos, Canadá, Chile, etc.).En dichas legislaciones se estable-cen normas draconianas de pro t e c-ción ambiental, con especial firm e-za en la introducción comercial deo rganismos genéticamente mani-pulados y/o especies exóticas, y enel manejo de cuerpos de aguaa b i e rtos, part i c u l a rmente los coste-ros. Es notable que México no see n c u e n t re en la “lista segura” de laUnión Europea y de Estados Uni-dos, como proveedor de especiesnativas y/o genéticamente modifi-

cadas para propagación comerc i a l .Es evidente que la pro s p e r i d a d

de las empresas piscícolas deteriorala región donde se ubican las ope-raciones de crianza. El impacto noes sólo ambiental sino que puedeafectar otros ámbitos (socioeconó-mico, sanitario, legal, político, em-p resarial, infraestructura y logísticade servicios, estructura del merc a d ode consumo local o regional, etc.),incluyendo las actividades pro d u c t i-vas coexistentes. Por ejemplo, laacuacultura de especies nativas, aligual que la perlicultura, pierden enespacio disponible y calidad deagua. La pesca comercial (de atún yalimento para éste) se destina a losranchos atuneros y a la export a-ción, afectando a las plantas enla-tadoras, al mercado de consumolocal, regional y nacional, y a la pes-ca ribereña. La industria de re s t a u-rantes se ve afectada por la even-tual proliferación de “sushi-bars”que reciben el producto que no al-canza la calidad de exportación. Lase m p resas turísticas y ecoturísticas, ylos proyectos de macro d e s a rro l l o(marinas y hoteles), sufren por eld e t e r i o ro en la calidad visual delp a i s a j e .

La piscicultura mal planificadaes agresiva, de alto riesgo y de in-c i e rta sustentabilidad. Desde elpunto de vista ambiental, no es fá-cil establecer un diagnóstico ni defi-nir los criterios correctos para iden-t i f i c a r, calificar y cuantificar losimpactos, y menos aún, fijar el lími-te de lo aceptable. La ubicación yextensión de las áreas piscícolas de-penden de las características ocea-nográficas y morfológicas de los es-pacios costeros donde se ubican lasoperaciones. Con miras a la conser-vación y uso sustentable de Bahíade La Paz y del Golfo de Californ i a ,es vital examinar, de manera cuida-dosa y responsable, la planificaciónen espacio y tiempo del desarro l l oc o s t e ro sujeto a esta modalidadacuícola. Asimismo, por la dificul-tad mencionada, las empresas de-ben pagar el costo tanto de los es-tudios como del monitoreo de susimpactos una vez en operación.

En el caso de Bahía de La Paz,las condiciones oceanográficas ytopográficas son poco pro p i c i a spara el desarrollo de la pisciculturamarina en la modalidad y dimen-siones que se pretenden. La Bahíaes poco profunda y la mayoría de

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Sushi de atún.

los fondos no llegan a los 50 m .Además, el sistema de corr i e n t e sdominantes provoca que la masade agua tenga un largo tiempo deresidencia y se renueve lentamen-te. Esta dinámica tendería a acu-mular los desechos de los ranchospiscícolas en las playas municipa-les, desde El Mogote hasta Puert oBalandra, afectando manglare s ,poblaciones de coral duro, y en ge-neral a la flora y fauna que habitanen los únicos biotopos rocosos queexisten en Bahía de La Paz. Ade-más, el modelo productivo quep romueven las empresas no favo-rece a la estructura socioeconó-mica local. Entre los muchos indi-c a d o res, podemos señalar unalimitada creación de empleos bienremunerados, prácticamente nuloflujo al mercado local, compet e n c i a

con la pesca ribereña y la pesca de-p o rtiva, incompatibilidad con losplanes actuales de desarrollo turís-tico, deterioro del estado sanitariode las playas, obstáculos a la nave-gación, mala calidad de agua parala acuacultura de especies nativascomestibles (ostión de mangle,mano de león, almeja hacha, cho-colata, etc.) o de lujo (perliculturaen madreperla y concha nácar).

U rge por lo menos mitigar elimpacto de las granjas piscícolas enp roceso de instalación en Bahía deLa Paz, reubicándolas hacia una zo-na con menor vulnerabilidad en sucalidad ambiental y con poca o nin-guna influencia oceanográfica en laBahía (p. ej., Bahía El Sarg e n t o - L aVentana o costa occidental de IslaC e rralvo). Sería también convenien-te disminuir de siete a tres el núme-

ro de permisos autorizados y esta-blecer una cuota máxima total de7 000 toneladas por cosecha, esta-bleciendo además un estricto mo-n i t o reo en las áreas críticas y las zo-nas de influencia. Es vital pro h i b i rtodo intento de acuacultura comer-cial que implique la introducción deespecies exóticas y/o genéticamen-te modificadas en los ecosistemascontinentales y marinos, y ord e n a rel desarrollo acuícola integrado,considerando variables ambientalesy socioeconómicas más re a l i s t a s .

NotaEs necesario aclarar que el pre s e n t etrabajo es un resumen de la infor-mación contenida en 523 docu-mentos publicados en revistas cien-tíficas indexadas, re p o rtes técnicos,revistas y periódicos nacionales e in-t e rnacionales, información disponi-ble en internet, etc. Debido a limita-ciones de espacio, la lista dere f e rencias puede ser solicitada alprimer autor. Agradecemos al per-sonal de la Delegación Estatal de laS e m a rnat en Baja California Sur lasfacilidades de acceso a las manifes-taciones de impacto ambiental delas empresas pro p o n e n t e s .

* Centro de Investigaciones Biológicas delNoroeste, S.C. Mar Bermejo 195, Col. Playa PaloSanta Rita, 23090 La Paz, BCS.<[email protected]>

** Universidad Autónoma de Baja Califor-nia Sur, Departamento de Humanidades. Km 5,Carr. al Sur La Paz, BCS.

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Bosques de pinosen la Reserva de la Biosfera La Sepultura,

Chiapas.

rante cada evento, lo que sucedióen estas comunidades vegetales esque una especie que vivía en lasp a rtes altas de un cerro podía ex-panderse hacia cotas más bajas ycuando aumentaba la temperaturapodía moverse hacia arriba. Si latemperatura aumentaba demasia-do… se le acababa el cerro y se ex-tinguía de esa área, como sucediócon muchas especies.

Entonces lo que estamos estu-diando son especies de pinos quetienen rangos de distribución a di-ferentes altitudes de la Sierra Ma-dre Oriental, de la Occidental y delEje Neovolcánico, pre c i s a m e n t epara analizar cuál ha sido el efectode esos cambios climáticos en laestructura de las poblaciones y enla variación genética.

Por ejemplo, en el caso de P i-

nus stro b i f o rm i s, pariente muy cer-cano del P. ayacahuite, que vivee n t re los 2 000 y los 3 000 metro s ,sus poblaciones se han re d u c i d omuchísimo y hemos encontradomuy poca variación genética,mientras que en P. montezumae,una especie que crece a menor al-titud (2 4 0 0 - 2 8 0 0 m), encontra-mos mucha variación y pare c eestar como “floreciendo”. Quere-mos también estudiar otras espe-cies: juníperos, cipreses, incluso te-jocotes, para elaborar finalmenteun mapa de todos estos bosquesen donde se marquen las áreas cla-ve para la conserv a c i ó n .

Con estudios fitogeográficos,faunísticos y los nuestros hemosencontrado, por ejemplo, que enla Sierra Gorda en Querétaro o enTolantongo en Hidalgo o en la

Qué investigaciones estánllevando a cabo sobre los bosques de pinos?

Los bosques de pinos en Méxicoson fuente de agua para un grannúmero de personas: los del EjeNeovolcánico, por ejemplo, pro-veen a 30 o 40 millones de habi-tantes y albergan una gran diversi-dad biológica.

N u e s t ro grupo de trabajo, inte-grado por investigadores y estu-diantes de diferentes niveles, en sumayoría de doctorado, está tratan-do de definir cuáles son las áre a sfundamentales que debemos con-s e rv a r, tomando en consideraciónla historia de los bosques de pinos.

Voy a explicarlo. En los últimos4 0 0 000 años ocurr i e ron varioseventos de glaciación (disminucióny aumento de la temperatura) y du-

ESTRUCTURA GENÉTICA Y CONSERVA C I Ó N .EL CASO DE LOS PINOS DE MÉXICO

E N T R E V I S T A A D A N I E L P I Ñ E R O , * P O R F U LV I O E C C A R D I

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zona sur de la Sierra Madre Orien-tal, donde hay cañadas y cerrosque han estado muy aislados unosde otros, se conservan áreas en ex-tremo importantes; ahí hay locali-dades que tienen poblaciones an-cestrales de Pinus y también haymuchas especies endémicas.

Explíquenos cómo llevana cabo estos estudiosP r i m e ro hicimos una re c o n s t ru c-ción histórica de las relaciones dep a rentesco entre las especies, esdecir una filogenia, para determ i-nar cuáles son las especies más re-lacionadas entre sí; es algo así co-mo contar la historia del género .Lo hicimos con varios marc a d o re sn u c l e a res (que son genes que es-tán en el núcleo o en el cloro p l a s t oo la mitocondria y que de algunamanera te cuentan la historia; porejemplo, el núcleo de una célula demi cuerpo es una mezcla de los demi madre, de mi padre y de misabuelos; de igual manera las espe-cies tienen una relación ancestro -descendiente que se puede ver enlos genes); usamos, pues, ciert o sm a rc a d o res de núcleo y de cloro-plasto; algunos grupos como losp i ñ o n e ros nos costaron mucho tra-

bajo y tuvimos que hacer varios es-tudios para poder dilucidar las re l a-ciones. Todavía no las tenemoscompletamente claras, pero ya es-tamos cerc a .

Ya que hicimos esa primeraparte de filogenia empezamos aestudiar la estructura genética. Laprimera cuestión que se nos ocu-rrió, y la más lógica, fue: vamos aestudiar las especies raras mexica-nas. Algunas de ellas son los piño-neros mexicanos: otras son rarísi-mas, incluso morf o l ó g i c a m e n t e ,como Pinus nelsonii , P. maximarti -nezii, P. pinceana o P. rzedowskii.Estas especies tienen ciertas pecu-liaridades: los expertos en pinosdecían que eran híbridos de linajesmuy diferentes porque tienenunas características de un pino du-ro y otras de un pino blando. Enrealidad son linajes ancestrales,muy antiguos, esto es lo que te di-ce la filogenia.

Entonces, empezamos a traba-jar el grupo de los piñoneros; los ra-ros, como P. maximart i n e z i i, delcual se ha descrito una sola pobla-ción, P. rz e d o w s k i i, que vive ennueve poblaciones en Michoacán,P. nelsonii, con nueve poblaciones yP. pinceana, con 25 poblaciones.

Realizamos varios análisis y encon-tramos algo sorprendente: existeuna variación genética muy granded e n t ro de las poblaciones y de laespecie, lo cual parecería extrañopor que, por ejemplo, los 6 000 o7 000 individuos adultos de P. rz e-d o w s k i i que existen en las nuevepoblaciones tienen la misma varia-ción genética que P. sylvestris, quees el pino más abundante del mun-do. Eso nos sorprendió muchísimo.

¿Cómo determinan la variación genética?Utilizando algunos marc a d o res mo-l e c u l a res; al principio usamos isoen-zimas y luego montamos la técnicade microsatélites, que son como losm a rc a d o res que se usan en los jui-cios cuando se realizan estudios deD N A para determinar la patern i d a d .Encontramos mucha variación enestas especies de pinos; aunqueahora sean muy raros, en realidad eltamaño de la población, de seis,ocho o diez mil individuos es sufi-ciente para mantener esa variacióngenética. Así han vivido durante de-cenas de miles de años y por lo tan-to no están en peligro de extincióncomo nos imaginábamos desde elpunto de vista genético (aunque sí

Bosque de pinosen la cumbrede la Sierra La Laguna, en elextremo sur de lapenínsula de BajaCalifornia; alfondo se apreciael desierto, quellega al mar.

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Bosque de pino en la sierra Tarahumara,

en Chihuahua.

Diversidad de piñas oconos de pino: de

izquierda a derecha,Pinus quadrifolia,

P. nelsoniiy P. strobiformis.

demográfico). El punto clave es quegenéticamente pueden estar salu-dables pero, por ejemplo, en el casode P. rz e d o w s k i i los individuos sonmuy longevos, ya que tienen hasta200 o 250 años, pero en realidad loque estamos viendo son los sobre v i-vientes de los últimos 250 años.Una vez que esta generación mue-ra, si no hay recuperación de la po-blación se van a extinguir. Losp rocesos demográficos estocásticos(aleatorios), la variación que puedehaber en el ambiente o simplemen-te la variación en el clima los puedehacer muy vulnerables.

¿Cómo es que existe unaespecie, P. maximartinezii,que vive en una única población?Cuando estudiamos la filogenia deP. maximart i n e z i i descubrimos quesu especie hermana es P. pinceana.Este pino está distribuido en la Sie-rra Madre Oriental, la más ancestralde todas las sierras mexicanas. Es-tudiando sus poblaciones en un ejen o rte-sur lo que encontramos es

que las menos ancestrales están enel sur, lo que decíamos de la Sierr aG o rda y Tolantongo, y las más an-cestrales en el norte. Entonces,a p a rentemente el origen de la es-pecie está en el norte, se dispersóhacia el sur, estuvo muy amplia-mente distribuida durante una lar-ga época y su variación genéticademuestra que era una especiemuy abundante.

P. pinceana c rece en pequeñascuencas en las partes que dan haciael norte, las más húmedas; enton-ces cuando se presenta una épocaseca, las poblaciones se fragmentany ahora lo que vemos son casi dosespecies diferentes, la parte sur deP. pinceana y la parte norte. Esosson básicamente los procesos quep ro d u j e ron la especiación de P. ma-x i m a rt i n e z i i en Zacatecas.

¿ P e ro qué pasa con las especiesmuy abundantes, por ejemplocon P. cembro i d e s, la quep roduce el piñón que comemos?Realizamos un estudio con pobla-ciones en la Sierra Madre Oriental y

en la Occidental y encontramos al-go también sorprendente: ¡estospinos tienen menos variación gené-tica! Esa paradoja nos sugirió queel tamaño histórico de la poblaciónde P. cembro i d e s ha sido muy pe-queña: yo siempre digo que P. cem-b ro i d e s es como el ser humano delos piñoneros porque ha habidouna explosión demográfica, está entodos lados, sobre todo en los últi-mos 10 o 12 000 años, pero la va-riación genética no ha tenido sufi-ciente tiempo para acumularse enesta gran población.

En México también hay pinostropicales, como P. caribaea…pero los pinos son neárticos…Sí, los pinos se originaron en Chinahace unos 140 millones de años,cuando los continentes estabanmás o menos juntos y luego pasa-ron a América. El más ancestral delos pinos piñoneros mexicanos es P.n e l s o n i i, que se encuentra en nue-ve poblaciones de Coahuila, y susa n c e s t ros —y por lo tanto del re s t ode los piñonero s— son unos pinos

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que hay en el oeste de EstadosUnidos, que les llaman “foxtail pi-n e s” que son pinos que pare c e nfantasmas. Además son los máslongevos, como P. longaeva, yaque un individuo puede vivir 3 0 0 0o 4 000 años. Esa es toda una his-toria, y más o menos la tenemosre c o n s t ruida: sabemos que vinie-ron del norte, que vinieron de es-tos ancestros y que en los últimos50 o 60 millones de años dieron lu-gar a las 15 o 20 especies que hayen México.

P e ro la de P. caribaea es otra his-toria: sus parientes más cercanos es-tán en el este de Estados Unidos,que en el pasado remoto estaba uni-do a Cuba e incluso a Chiapas, y en-tonces esa región fue la que dio ori-gen a P. caribaea, que sería el únicopino que crece a bajas altitudes enAmérica. Hay otros pinos en el Cari-be que están emparentados con P.c a r i b a e a p e ro considerando que nohay pinos en el hemisferio sur, éstos,P. caribaea y sus parientes, serían lospinos más tro p i c a l e s .

Entonces, lo primero quehicieron fue tener una visiónde las poblaciones y de la his-toria de las especies, ¿y luego?El siguiente paso fue entender lae s t ructura genética de la especie

más abundante del grupo. Ahí to-do se cerró como un círculo. Unavez que teníamos ese conocimien-to ya podíamos, por ejemplo, fe-char el origen de las poblaciones,de las especies; en ese momentoya se volvió natural tratar de en-tender la dinámica de los ecosiste-mas actuales y también tratar dep royectar qué va a pasar con estaspoblaciones cuando cambie latemperatura. Nos llevó como seis osiete años hacer toda la filogenia ye s c l a recer la estructura genética.

Lo que queremos finalmente esdetectar las áreas de mayor con-centración de biodiversidad perotambién trabajar con un hidrólogopara poder estimar cuánta agua seconsume, por ejemplo, en el EjeNeovolcánico y cuánto se requeri-ría de bosques para poder concen-trar esa agua y no necesariamentetener que extraer agua del subsue-lo. Es el tipo de estimaciones quenecesitamos tener cuando se ha-gan los planes de reforestación,para saber qué genotipo usar. Laotra área muy especial que encon-tramos es la que llaman la Placa deJalisco, una zona antiquísima tam-bién, igual que la Sierra Gorda yTolantongo, y en esas dos regionespensamos que debe hacerse unesfuerzo especial para conservar

las poblaciones de pinos y de otrasespecies endémicas.

C reo que la biología mexicanaha dado un vuelco en los últimosaños y que la cantidad de inform a-ción que tenemos acerca de la bio-diversidad, la ecología, la biogeo-grafía y la conservación es enorm ey que estamos en un punto de sín-tesis en el ámbito nacional. Piensoque cuando se instituyó la Conabiore p resentó un parteaguas en la sis-tematización de la información ta-xonómica. Hoy día debemos sen-t a rnos a poner por escrito e incluiren las políticas pertinentes el cono-cimiento que posee la comunidadbiológica, porque estamos encon-trando patrones claros, re v e l a d o re sy simples que nos van a ayudar ahacer un manejo más racional delos ecosistemas naturales.

* Investigador del Instituto de Ecología,UNAM. <[email protected]>

Pinos en la barranca de la cascada deBasaseachic, enChihuahua.

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as crónicas del descubrimiento y la conquista de la Nueva Es-

paña abundan en narraciones quehablan de la riqueza biológica deesta extraordinaria región. En susCartas de Relación al emperadorCarlos V, Hernán Cortés describiócon detalle cómo al llegar a Tla-macas, o Paso de Cortés comoahora se le conoce, que es la par-te más baja entre los volcanes Po-pocatépetl e Iztaccíhuatl, observóun espectáculo que difícilmentehabría de olvidar. A lo lejos, en elfondo de esta cuenca hidrológica,se extendía una de las regiones

más hermosas y ricas en flora yfauna del país, en donde una seriede cinco lagos someros llamadosZumpango, Xaltocan, Te x c o c o ,Chalco y Xochimilco cubrían másde 150 000 hectáreas. En los lagosse mezclaban zonas de aguas cla-ras con zonas cubiertas por plan-tas acuáticas como tules, ninfas ypapas de agua, y abundaban lospatos, garzas, tortugas, ajolotes ypeces. Asentada en el centro delos lagos se extendía Tenochtitlan,la mayor ciudad de los aztecas,que al paso de los siglos habría dec o n v e rtirse en una de la metrópolis

más extensas y pobladas del plane-ta. Actualmente el Área Metro p o l i-tana de la Ciudad de México alber-ga 20 millones de habitantes.

El impacto ambiental de la ur-banización ha sido devastador. Loslagos, su fauna y su flora desapa-recieron paulatinamente, devora-dos por las tierras de cultivo y elcrecimiento urbano. En el siglo XX

las enormes obras de infraestruc-tura, como el drenaje profundo yel gran canal, que se construyeronpara evitar inundaciones en la ciu-dad, acabaron con los últimos ves-tigios de los lagos. Esa crisis silen-

L

C O N S E RVACIÓN DE FAUNA EN PELIGRODE EXTINCIÓN EN EL BOSQUE

DE CHAPULT E P E C

G E R A R D O C E B A L L O S * , J U A N C R U Z A D O * Y C L A U D I A C O L Ó N *

Vista aérea del lago

en el Bosque de Chapultepec.

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ciosa pasó casi inadvertida aun en-tre los científicos. Entre las espe-cies más afectadas se encuentranpeces y ajolotes. En los lagos habi-taban dos especies de ajolotes(Ambystoma mexicanum y A. ve-lasci), ranas (Rana tlaloci) y variospeces que incluían el pescadoblanco (C h i rostoma humboldtia-na), charales (Ch. jordani), juiles(Algansea tincella, Evarra eigen-manni, E. tlahuacensis y E. busta-m a n t e i) y mexcalpiques (G i r a r-dinycthys viviparu s). Todas eranampliamente utilizadas para elconsumo humano, y algunas co-mo los ajolotes y el pescado blan-co eran de plano codiciadísimas,por lo exquisito de su sabor. El pa-so del tiempo acabó con ellos, yen la actualidad la rana y los tresjuiles del género Evarra, que se co-nocían de Chalco y Xochimilco yuno de los cuales fue descubiertocientíficamente apenas en 1957,ya están extintos. El pescado blan-co y el juil (Algansea tincella) desa-parecieron de la región, aunquepersisten en otras zonas del Esta-do de México y Michoacán. Lasotras especies sobreviven en po-blaciones aisladas a lo largo de to-do el valle, asediadas por el avan-ce de la mancha urbana, laintroducción de especies y enfer-medades exóticas, y la contamina-ción. ¿Cuándo pasarán a ser partede las crónicas de libros históricos?

¿Pasará su desaparición inadverti-da como la de otras tantas espe-cies perdidas en los anales de lahistoria?

A pesar de lo complejo de la si-tuación, el final de esta historia noestá todavía escrito; parte de ella,que es una muestra de la plastici-dad, adaptabilidad y fortaleza dela naturaleza y sus especies, se des-arrolla en el corazón de la Ciudadde México, en el Bosque de Cha-pultepec. Este es el parque urbanomás famoso de la ciudad, por sersitio de una importantísima partede la historia del país ya que, porejemplo, allí se libró la batalla del13 de septiembre de 1847, en laque cayeron abatidos los NiñosHéroes defendiendo el último bas-tión de resistencia contra la inva-sión norteamericana. Durante másde 400 años, una parte considera -

ble del agua para la ciudad prove-nía de manantiales que brotabanen este sitio, y que formaban ungran lago. Actualmente Chapulte-pec es famoso también por sus ár-boles, su castillo, sus museos y suslagos, y recibe una afluencia demás de 7 millones de visitantes alaño.

Grande fue nuestra sorpresa aldescubrir recientemente que Cha-pultepec aún alberga una fraccióninteresante de su diversidad bioló-gica original ¿Quién habría deimaginar que en los bosques deeste parque, prácticamente aisla-do de otras áreas verdes, todavíase encuentran más de 100 espe-cies de aves y algunos mamíferoscomo cacomixtles, tlacuaches yardillas, casi ajenos al ajetreo delos miles de autos que circulan porlas avenidas que lo limitan? ¿Qué

… y Ambystomamexicanumrescatado del lago de Chapultepec.

© G. Ceballos

Ilustración de ajolote en el CódiceFlorentino…

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(en peligro de extinción), ajolotemexicano (protección especial) ylos acociles y ranas de Moctezuma(Rana montezumae, protección es-pecial, y C a m b a rellus montezu-m a e, cuya localidad tipo es el lagode Chapultepec). Estas especiesson endémicas, es decir exclusivas,del centro de México y actualmen-te habitan en muy pocas localida-des, por lo que están críticamenteamenazadas con la extinción. Elcharal se conoce de otros lagos enel valle de México, como el deXochimilco y el Nabor Carrillo. Elmexcalpique ha subsistido mejor ypersiste en bordos, presas y algu-nos lagos. El ajolote sólo se conocede Xochimilco, y ahora de Chapul-tepec. La probabilidad de extinción

de estas especies está dire c t a m e n-te relacionada con el número delocalidades en las que se encuen-tra, así que el redescubrimiento delas poblaciones en Chapultepec yel esfuerzo por mejorar la calidadde su hábitat re p resenta la espe-ranza de su persistencia a larg oplazo. ¿Durante cuánto tiempomás podrán ser observados enesos lagos, indiferentes al dramade su existencia?

La remoción de miles de tone-ladas de basura y fango del lechode los lagos, una tarea técni-camente compleja, implicó la re-moción temporal de la faunaacuática. En un estanque ubicadoen el Centro de Convivencia In-fantil se re u b i c a ron apro x i m a d a-

otros secretos esconde este bos-que milenario? Más sorprendentepara nosotros fue comprobar enlas aguas de bajísima calidad ycontaminadas con basura, la pre-sencia de organismos acuáticos enpeligro de extinción, vestigios detiempos mejores. Estas son buenasnoticias para la conservación, yaque implica que aun en paisajesdominados por actividades huma-nas es posible conservar una frac-ción de la diversidad biológica ori-ginal, incluyendo a veces especiesen peligro de extinción.

Las especies acuáticas fuero nre d e s c u b i e rtas al iniciarse el pro-yecto de recuperación del Bosquede Chapultepec, durante los tra-bajos del Plan Maestro a carg odel Grupo de Diseño Urbano(G D U) y el Fideicomiso Pro Bosquede Chapultepec, que contemplae n t re otros aspectos la conser-vación y restauración de la faunade Chapultepec, realizada por elG rupo de Fauna. El proyecto co-menzó en octubre de 2004 y fi-nalizó en abril de 2005. Su objeti-vo fundamental fue re v e rtir lasp recarias condiciones en que seencuentran los lagos, deteriora-dos por décadas de intenso uso ypoco mantenimiento, para asegu-rar la permanencia de las especiesn a t i v a s .

En Chapultepec persisten po-blaciones de charal, mexcalpique

Trabajos de rescate defauna acuícola del lago.

Arriba: © C. Colón

Abajo: © F. Gómez Sosa

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mente 13 000 ejemplares de mex-calpiques y charales, 500 acociles,500 renacuajos de rana y 24 ajolo-tes, capturados en lagos y canalescon chinchorros y atarrayas. Losanimales fueron cuidados pora p roximadamente cinco meses,mientras se realizaban los trabajosde dragado en lagos y canales; elestanque contaba con un sistemade aireación para re c i rcular y oxi-genar el agua, además de que eralimpiado constantemente paraevitar la aparición de hongos obacterias que pudieran afectar a lafauna acuática y se le suministrabaplancton del lago como alimento.El 12 de abril de 2005 fueron de-vueltos a los canales ranas y re n a-cuajos y al lago menor ajolotes,peces y acociles, con lo que con-cluyó el trabajo de rescate de lafauna acuática.

El caso de Chapultepec no es,a f o rtunadamente, único. En el va-lle de México se encuentran otro sp a rques urbanos y suburbanos queson refugio de una porción consi-derable de la fauna y flora de estaregión, que incluye especies endé-micas y en riesgo de extinción. Porejemplo, los lagos y canales de Na-bor Carrillo, Xochimilco, Zumpan-go y Tláhuac son refugio de milesde aves acuáticas migratorias, pe-ces y ajolotes. La re s e rva ecológicaEl Pedregal, un área de alre d e d o rde 140 hectáreas en la Ciudad Uni-

versitaria, alberga todavía 20 es-pecies de mamíferos como zorr a sgrises, cacomixtles y zorrillos, asícomo cientos de especies de aves,reptiles y anfibios, y plantas. Es no-table, por ejemplo, que era el úni-co sitio donde existía un pequeñocacto, Mammillaria sanangelensis,que ahora sobrevive en cautiverio yque se está tratando de re i n t ro d u-cir en el pedre g a l .

Esta tarde fría contemplamosel pequeño estanque art i f i c i a l ,ubicado en el Centro de Convi-vencia Infantil de Chapultepec, endonde se confinaron más de1 3 000 ejemplares de las dos es-pecies de peces. Es increíble queen ese pequeño espacio se pue-dan concentrar, sin ser muy apa-rentes, tantos peces. Pronto oscu-recerá. Los últimos rayos de luz sep i e rden en el horizonte. Nos aleja-mos lentamente del estanque, en-t re materiales de construcción ypolvo, manteniendo la esperanzade que este proyecto sea exitoso al a rgo plazo. Ante los lagos re s t a u-rados, las luces y el ruido del in-tenso tráfico de la ciudad —a sóloun par de cientos de metros dedonde nos encontramos— p a re-cen de otro mundo. Nos perd e-mos en el ruido de la noche con laesperanza de que nunca habrátanta oscuridad como para opacarla luz de la existencia de estas es-pecies olvidadas.

Lecturas recomendadasCeballos, G. y C. Galindo. 1984. Ma-

míferos silvestres de la cuenca deMéxico. (Publicación núm. 12, Ins-tituto de Ecología). Limusa-Institu-to de Ecología, México.

Ceballos, G. y F. Eccardi. 2003. Anima-les de México en peligro de extin-ción. Fundación Ingeniero AlejoPeralta y Díaz Ceballos, México.

Ezcurra, E. 1990. De las chinampas ala gran metrópoli. El medio am-biente de la cuenca de México. Se-rie La Ciencia desde México núm.91, Fondo de Cultura Económica,México.

Reyes Castillo, P. y G. Halffter. 1976.Fauna de la cuenca del valle deMéxico. Instituto de Ecología A.C.,México.

* Instituto de Ecología, UNAM

<[email protected]>

Charal (Chirostomajordani) del lago.

© G. Ceballos

L I B R O S L I B R O S L I B R O S L I B R O S L I B R O S

La CONABIO tiene un centro de documentación e imágenes con li-bros, revistas, mapas, fotos e ilustraciones sobre temas relacionadoscon la biodiversidad; más de 3 000 títulos están disponibles al pú-blico para su consulta. Además distribuye cerca de 150 títulos queha coeditado, que pueden adquirirse a costo de recuperación o do-narse a bibliotecas que lo soliciten. Para mayor información, llameal teléfono 5528-9172, escriba a [email protected], oconsulte los apartados de Centro de Documentación y de Publica-ciones en la página web de la CONABIO (www.conabio.gob.mx).

Explotando el mercado verde. Certificación y manejo de productos forestales no maderables

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Tel. 5528-9100, fax 5528-9131, www.conabio.gob.mx

Debido a su naturaleza diversa y a su complejidad socialy ecológica, no es fácil certificar que la recolección yp roducción de los recursos forestales no maderables seapegan a las normas internacionales de sustentabilidad.Sin embargo, más allá de estas dificultades, existeno p o rtunidades para promover prácticas ecológica y so-cialmente apropiadas para el manejo y comercio de es-tos productos mediante herramientas de merc a d ocomo la certificación; la aplicación de dichas prácticases el objeto de este libro. Se presentan casos de estudiode diferentes países, en los que no solamente se pro-fundiza en los procesos de certificación, sino que am-plía nuestro conocimiento sobre el manejo, re c o l e c c i ó ny comercialización de productos forestales no madera-bles. Algunos ejemplos de los productos que se estu-dian son: en Latinoamérica, el chicle, la nuez de Brasil yla uña de gato; en África subsahariana, la corteza debaobab; en Asia, el benjuí.

Este volumen es el séptimo de la colección "Pueblosy plantas", iniciativa del WWF, la UNESCO y los Royal Bo-tanical Gardens de Kew para mejorar la capacidad deconservación de plantas de base comunal en el mun-do. La edición estuvo a cargo de Patricia Shanley, AlanPierce, Sarah Laird y Abraham Guillén.

Para conocer más sobre la iniciativa Pueblos y plan-tas se puede consultar el sitio de internet <http://www.rbgkew.org.uk/peopleplants>