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MADRID HISTÓRICO 50 Un elefante Texto: M. Carmen Velasco Pérez. Tratamiento de imagen Manuel Parejo Paulino Fondo gráfico: Archivo del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Por esta Villa y Corte de los Milagros, que es nuestro Madrid, pasearon varios ejemplares de elefantes: Aquellos que de lejanos países traían como presente los embajadores al monarca español del momento, aquellos que desfilaron con los circos que aquí actuaron y hasta el famoso “Pizarro” que, según cuentan, bebía en la mismísima fuente de la Cibeles. pasea por Madrid La historia de la naturalización 50-55 Elefante:Maquetación 1 16/10/07 17:04 Página 50

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Un elefante

Texto: M. Carmen Velasco Pérez. Tratamiento de imagen Manuel Parejo PaulinoFondo gráfico: Archivo del Museo Nacional deCiencias Naturales.

Por esta Villa y Corte de los Milagros, que es nuestro Madrid, pasearon variosejemplares de elefantes: Aquellos que de lejanos países traían comopresente los embajadores al monarca español del momento, aquellosque desfilaron con los circos que aquí actuaron y hasta el famoso“Pizarro” que, según cuentan, bebía en la mismísima fuente de laCibeles.

pasea por MadridLa historia de la naturalización

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Lo singular de este pa-seo es que el elefanteno lo hizo vivo, sinoque, una vez naturali-zado, fue transportado

desde el Jardín Botánico hasta el Mu-seo Nacional de Ciencias Naturales(MNCN), donde hoy se exhibe y esemblema del mismo.

El paseo fue extensamente docu-mentado: este es el relato textual y grá-fico de la caza, naturalización y tras-lado del “Elefante africano” del

MNCN.

EL ELEFANTEEste elefante, cazado en Sudán se natu-ralizó en el Pabellón Villanueva delReal Jardín Botánico, fue trasladado,desde el Paseo del Prado pasando porCibeles, Recoletos y Colón hasta llegara los Altos del Hipódromo; un aconte-cimiento recogido en numerosas foto-grafías, cuyos negativos estereoscópicosen vidrio se guardan en el Fondo Espe-cial: Sección fotográfica del Archivodel MNCN-CSIC.

EL DUQUE El elefante fue cazado por el Excmo.Sr. Jacobo Stuart- Fitz-James y Falcó,

Duque de Alba, padre de la actualDuquesa. El Duque, patrono

del Museo, donó la piel delelefante para que fuese na-

turalizado y exhibido en él.La caza mayor en África ha sido

un deporte muy extendido entre laaristocracia inglesa a la cual tambiénpertenecía el Duque de Alba en sucalidad de Duque de Berwick: uno delos documentos del Duque en el ex-pediente de esta naturalización delelefante es un besamanos bajo el tí-tulo de Duque de Berwick, de Alba yConde Duque de Olivares.

Desde los tiempos de su fundaciónpor el Rey Carlos III, el Museo fueprovisto de ejemplares para naturali-zar por la Real Casa, por el Zooló-gico y por los aristócratas cazadoreso ganaderos.(El elefante indio, el afri-cano, la jirafa, el toro de Veragua,son algunos ejemplos de estas natura-lizaciones de grandes mamíferos que

se exponen en el Museo)

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EL TAXIDERMISTAAcaba de llegar de Alemania, pensio-nado por la Junta para Ampliaciónde Estudios, Luís Benedito Vives, alque se había nombrado Taxidermistadel Museo y más tarde Escultor Ta-xidermista.

Luís Benedito Vives nace en Valen-cia en 1884. Su hermano José María lellama al MNCN para que le ayude enlos trabajos de taxidermia. El entoncesdirector del Museo, Ignacio Bolívar yUrrutia, advirtiendo la destreza del jo-ven Luís, solicita para él una pensióna la recién creada Junta para Amplia-ción de Estudios. Se le envía al Insti-tuto de Zoología de la Universidad deLeipzig en Alemania para aprender lanueva técnica de la “dermoplastia”conuno de los más afamados especialistasdel momento Herman H. ter Meer.

HERMAN H. TER MEER (LEIDEN 1871 - LEIPZIG 1934)A decir de sus biógrafos fue un pio-nero en el arte de la Taxidermia queél bautizó con el nombre de Dermo-plastia (del griego dermos=piel yplastia=formar). Proveniente de unafamilia holandesa de taxidermistasse trasladó de Leiden a Leipzig en1907. Fue el maestro de Luis Bene-dito y su consejero en la preparacióndel elefante.

La Universidad de Leipzig, dondetrabajó los últimos años de su vida, leha rendido varios homenajes, el úl-timo en el año 2004 con motivo del75 aniversario de su muerte. Libros:Becker, Christine: Wie ein zweitesLeben: der Tierbildner Herman H.ter Meer. Naturkundemuseum.—Leipzig-Passage Verlag, 2004 yVölkel, Hans: Ein Leben als Dermo-plastiker und Künstler. Herman H.ter Meer (1871-1934); Leipzig Uni-versitätsverlag. 2004.

PROTAGONISTASPero dejemos hablar a los protagonis-tas de esta historia, por un lado elDuque de Alba, cazador y donantede la piel y, por otro, el Taxidermistadel Museo, Luís Benedito.

El Duque envía una nota, escrita alápiz a Luís Benedito con los datos

del lugar y la fecha en que el elefantefue cazado: Elefante el 11 de Marzode 1913 en SERK JACK (Bor) (NiloBLANCO) Sudan. (1)

El 15 de noviembre de 1913 el Du-que envía un besamanos a Luís Bene-dito, remitiéndole las fotografías yampliaciones del elefante que le pro-metió (2)

Luís Benedito escribe en su me-moria sobre el proceso de naturaliza-ción:

En 19… El Duque de Alba hace unviaje á Africa con algunos amigos,

para realizar una cacería en plenaselva. Entre gran variedad de antílo-pes, jirafas, leones y un hermoso coco-drilo, trofeos que conserva en su Pala-cio de Liria, se pone al alcance de surifle un descomunal elefante al que damuerte. Piensa en nuestro Museo ydispone que los negros despojen de lapiel al elefante que rudimentariamenteabierta y preparada la ponen á secar.Seca y empaquetada llega á nuestroMuseo el 10 de Septiembre de 1913.

El traslado del Museo desde losbajos del Palacio de Biblioteca y Mu-

Foto del modelo en escayola del elefante.

Foto de la cacería donada por el Duque al Museo, en primertérmino y con salacof aparece Duque

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seos Nacionales en el Paseo de Reco-letos a los Altos del Hipódromo, susede actual, está reciente y reciente,también, el regreso desde Alemaniade Luís Benedito.

Al Museo le faltan los medios eco-nómicos e instrumentales para elmontaje del elefante. El Duque se im-pacienta. Se duda de lo aprendidopor Benedito y se propone que la pielregrese a Londres en donde el ele-fante será montado. Luís se resiste,quiere demostrar lo que él ha apren-dido de su maestro y amigo, “Mi de-

cisión por montarla es firme y entu-siasta”, escribe en su memoria. Sesiente responsable, quiere demostrarque no en vano la Junta para Am-pliación de Estudios le ha pensio-nado y que la confianza depositadaen él por el Director del Museo hasido merecida.

Pasan diez años…… Al fin, se haencontrado una solución: Con mo-tivo de las obras en el Pabellón cen-tral del Jardín Botánico (Pabellón Vi-llanueva), el elefante será montadoallí.

DIARIO DE LANATURALIZACIÓNLuís Benedito comienza un Diarioen el que va apuntando todas las pe-ripecias de la naturalización: “el 5 denoviembre de 1923: se sube la piel queestá doblada en los sótanos del Mu-seo”.

La piel se traslada al Botánico.Este paquete con la piel doblada pe-saba 600 Kg. por lo que fue necesariorecurrir a diez hombres y solicitar unmedio de transporte adecuado.

Una vez en el Botánico, se intentadesplegar, pero está tan seca que hayque sumergirla en una balsa que LuisBenedito ya ha previsto y ha man-dado construir: una balsa de cementocuyo diseño nuestro Taxidermista in-cluye en su diario.

En ella se sumergirá la piel, se sacade la balsa, se vuelve a sumergir va-rias veces, se cambia a baños de aguay sal, más tarde se añade alumbre albaño. Esta operación se va repitiendodurante semanas y cambiando siem-pre las aguas. La piel se va rebajandoy adelgazando para hacerla flexiblecomo una gamuza.

Como prueba de lo interesado queestá en ver al elefante en pie al cabode tanto tiempo, el Duque de Albavisita el local, comprueba sobre el te-rreno las dificultades que existen altrabajar en un espacio en obras, quese suspenden a medida que falta cré-dito, y sin techo que les cubra. ElDuque “ofrece influir en el Ministeriopara que a la posible brevedad se rea-nuden las obras”.

De nada debieron servir los buenosoficios del Duque ante el Ministerioya que el 24 de junio de 1924, Bene-dito apunta en su diario: “Como si-guen suspendidas las obras del localdel Botánico en que se ha de construirel elefante y nada concreto se sabe decuando se reanudarán dichas obras ymenos de cuando quedarán termina-das…”

En el mes de julio se reanudan lasobras del Botánico.

Benedito narra en su Memoria lasdificultades que presenta la piel:“Salvo innumerables desgarrones yagujeros de la piel que los negros, se-

Foto de los obreros mostrando el paquete con la piel

Foto del cráneo y de la armazón con tela metálica

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gún su costumbre hicieron con sus lan-zas al caer muerto el paquidermo”(Detalle fácil de apreciar en la foto dela cacería proporcionada por el Du-que).

Terminado todo el proceso, la pielse extiende sobre una de las praderasdel Jardín.

El P. Barreiro cronista del Museoen aquella época dice en su libroque el Duque donó la piel y el crá-neo, sin embargo, Benedito en suMemoria asegura: “De haberse tra-ído el cráneo ó simplemente un solohueso”.

… “Nuestro Museo no tiene el es-queleto de la especie africana” (4).

También recurre a la “colección zo-ológica que tiene Madrid en el Re-tiro”, pero que carece de la especieafricana: “Para este estudio he lo-grado reunir gran colección de foto-grafías y grabados de ejemplares vivosen variadísimas actitudes y diferentespuntos de vista…”

Ya se ha mencionado que, parale-lamente al montaje del elefante, en elJardín Botánico se procedía a levan-tar sobre la “estufa” principal, cono-cida como Pabellón de Villanueva,un segundo piso para laboratorios.(5)

De nuevo pasa el tiempo y se inte-rrumpe el montaje hasta que se cons-truya la techumbre del Pabellón.

“…empecé un modelo en barro re-ducido á escala… (V. imagen queacompaña a la pequeña biografía deLuis Benedito) se ha determinado laactitud en que ha de ser montado elgrande.”… “El armazón de esta figurade enorme tamaño ha de ser sólido yseguro”.

Tras estas peripecias, intenta con-vencer al Director del Museo de quelo más práctico es ir él mismo a Lon-dres y en quince días hacerse con lasproporciones del animal. El viaje nole fue concedido. Es entonces cuandorecurre a su maestro ter Meer solici-tando que le envíe las medidas de unelefante de la especie africana. El Sr.ter Meer le responde enseguida inte-resándose por el trabajo, le envía eldibujo con las medidas exactas de unesqueleto de elefante (hembra) “jun-

tamente con advertencias y consejosútiles…”

Una vez realizado el modelo apequeña escala, se hace un dibujo atamaño natural en una de las pare-des.

“Las fotografías del elefante inerte,que nos ha proporcionado el Duquenos son muy útiles para el estudio de lacabeza,” “ … hemos hecho en un mo-delo reducido á la décima parte …para ampliarlo construyendo con telametálica un cráneo á su tamaño natu-ral sobre el que hemos montado el ba-rro para modelar la cabeza”.

En la memoria escribe:“La cabeza del elefante africano es

de singular belleza. La forma de sucráneo y la calidad de su piel de unatosquedad rocosa le dan un aspecto demonstruo bondadoso no obstante lamalicia de sus claros y diminutos ojosque aparecen en medio de esa mole deabsurda forma, contribuyendo a su ra-reza el largo fuelle de su trompa quemueve hábil y lentamente”.

Se construye el armazón de ma-dera y hierro. Una vez hecho se cubrecon tela metálica y se realiza la escul-tura en barro. ¡Al fin! En abril de1928 puede colocarse la piel sobre laescultura acabada.

BIBLIOGRAFÍA(1) ACN0296/002: Memoria de

Luís Benedito sobre las labores demontaje en el Jardín Botánico dela piel del elefante africano, cazadopor el Duque de Alba en Sudán el11 de marzo de 1913, que fue do-nada por éste al Museo.ACN0296/003: Diario del escultor-taxidermista, Luís Benedito, delmontaje en el Real Jardín Botánicode la piel del elefante africano rega-lada al Museo por el Duque deAlba.

(2) ACN0296/001: Corresponden-cia del Duque de Alba con Luís Be-nedito e Ignacio Bolívar, relativa almontaje de la piel del elefante afri-cano donada por el Duque, expre-sando Benedito los inconvenientessurgidos por la falta de local ade-cuado en el Museo.

(3) Barreiro, Agustín J.: El MuseoNacional de Ciencias Naturales(1771-1935)/MNCN-CSIC.- Madrid:Doce Calles, 1992).

(4) En el Museo sólo existía el“elefante indio”, naturalizado entiempos de Carlos III por expresodeseo del Rey y procedente delPalacio de Aranjuez. Dicho ele-fante y su esqueleto pueden admi-rarse hoy en el espacio “Real Gabi-nete” del MNCN.

(5) En 1977, este segundo piso fuederruido y devuelto el Pabellón a suforma y destino originales. Hacepoco han comenzado nuevas obrasde restauración. ().

LA NATURALIZACIÓN EN NÚMEROS

Sobre esta naturalización hay varios expedientes, en ellos está la corres-

pondencia mantenida entre el Duque de Alba y Luis Benedito, y el

entonces Director del Museo, Ignacio Bolívar y Urrutia, así como la man-

tenida entre Benedito y Bolívar con Herman H. ter Meer.

En el expediente de cuentas figura el total del gasto que ascendió a

nueve mil ochocientas treinta y cuatro con diez, pesetas.

El montaje duró de 1913 a 1930 y se gastaron 75 quintales, equivalentes

a 300 arrobas, o sea, 3.450 Kg. de escayola; se emplearon en el baño para

ablandar la piel 1.104 Kg. de sal común, 600 Kg. de alumbre. A veces, traba-

jaron más de 10 hombres para trasladar la piel, levantar la cabeza y trans-

portar el elefante naturalizado.

Esperemos que el “Elefante africano” salga pronto del rincón a donde

se le ha confinado últimamente, mientras se monta la nueva exposición, y

esté otra vez a la entrada del Museo, dando la bienvenida a los visitantes:

imponiendo a los pequeños con su corpulencia y sirviendo de modelo en

sus fotos.

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1.- Ya en el exterior, se documenta el momento: el joven taxidermista, segundo por la izquierda, posa orgulloso de su obra. 2.- Fotografía del armazón con los obreros3.- El 22 de agosto de 1924, el Arquitecto de las obras del Botánico, Sr. Muguruza, ya había previsto que la salida del elefante del pabellón podríapresentar problemas y habría que pensar en una posible ampliación de la puerta. Lo que finalmente no fue necesario. Por la imagen puedeapreciarse que sale al milímetro. 4.- Cibeles, Palacio de Comunicaciones5.- Plaza de Colón.6.- Entrada al Museo. Álbum de Taxidermia, (no existe negativo)

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