5 siglos de arquitectura y medicina en Barcelona

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Cinco siglos de medicina y arquitectura en Barcelona Rosina Gallego Ferran Morell

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5 siglos de arquitectura y medicina en Barcelona. 46 Congreso Nacional SEPAR Barcelona 2013.

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Cinco siglos de medicina y arquitectura en Barcelona

Rosina GallegoFerran Morell

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Ferran Morell

Jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitari Vall d’Hebron.

Catedrático de Medicina (Neumología) de la Universitat

Autònoma de Barcelona.

Rosina Gallego Arquitecta (ETSAB, 1980) especialidad edificación. Ejerce como profesional liberal especializada en rehabilitación y mantenimiento de edificios, así como en temas de sostenibilidad y bioclimatismo aplicados a la construcción.

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Cinco siglos de medicina y arquitectura en Barcelona

Rosina GallegoFerran Morell

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Editado y coordinado por RESPIRA-FUNDACIÓN ESPAÑOLA DEL PULMÓN-SEPAR. Calle Provença 108, bajos 2ª 08029 Barcelona.

© Copyright 2013. SEPAR © Copyright 2013 de Rosina Gallego y Ferran Morell

ISBN: 978-84-940708-8-4 Dep. Legal: B. 15603-2013

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La docenciaLos exámenes de suficiencia profesional. El Estudi General

De la Universitat de Barcelona a la Facultad de Ciencias Médicas

Resumen cronológico de hechos y datos relevantes

El hospitalDe los centros monásticos al Hospital General

Hospitales de pobres y enfermos en Barcelona.“Les Cases de Malalts”

El Hospital General: el Antiguo Hospital de la Santa Creu

Del antiguo Hospital de la Santa Creu al Hospital de la Santa Creu i Sant Pau

a. Antiguo Hospital de la Santa Creu

b. Sala de Enfermos. Naves este, norte y oeste

c. Casa de la Convalescència

d. Reial Col·legi de Cirurgia

e. Casa de Misericòrdia

f. Casa Provincial de Caritat

g. Casa de Maternitat i Expòsits de Les Corts

h. Hospital de la Santa Creu i Sant Pau

El médico y la Ciencia

Contexto históricoEdad Antigua

Edad Media

Edad Moderna

Edad Contemporánea

Índice9

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El prestigio de la medicina en Barcelona, y por extensión la de toda Catalunya, viene de lejos. Es fruto de la excelencia de profesionales de épocas anteriores que despuntaron en diferentes disciplinas y que dedicaron parte de su vida a la docencia y la práctica de la medicina.

Menos conocido es el hecho de que el ejercicio de la medicina tiene una fuerte influencia en la arquitectura de la ciudad, especialmente en la construcción de edificios sanitarios y docentes que se iban adaptando a las necesidades y a las concepciones médicas de cada momento. El patrimonio arquitectónico de Barcelona se ha enriquecido a lo largo de los años con la cons-trucción de hospitales, casas de caridad o facultades de medicina.

Gracias a ello, conservamos valores patrimoniales tan importantes como el recinto medieval del antiguo Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Un hospital que a principios del siglo XX se trasladó a los extraordinarios pabellones modernistas del arquitecto Domènech i Montaner, patrimonio de la Humanidad y actualmente en proceso de rehabilitación. También destaca el Hospita Clínic, institución médica y universitaria de referencia que, como Sant Pau, ha sabido adaptar sus instalaciones centenarias a las nuevas demandas de la investigación y la ciencia del siglo XXI. Además de tantos otros ejemplos de edificios de diferentes tendencias arquitectó-nicas al servicio de la medicina.

Cinco siglos de medicina y arquitectura en Barcelona profundiza sobre estos y muchos otros as-pectos y da protagonismo a todos estos lugares y edificios emblemáticos, testigos de la historia de la medicina en nuestra ciudad.

Este libro nos acerca a la excelencia de la práctica médica, pero sobre todo a la belleza y prac-ticidad de los edificios que se construyeron para ejercerla. Sin duda un interesante recorrido histórico por muchas construcciones donde se practicó y se impartió la medicina y donde en muchos casos aún perdura la misma actividad.

Prólogo

Excelentísimo Sr. Alcalde de Barcelona, Dr. Xavier Trias i Vidal de Llobatera

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Agradecimientos

Al Dr. Manel Escudé. Profesor de Historia de la Medicina en la Facultad de Medicina de la Universitat Autònoma de Barcelona. Por su revisión experta del contenido del libro.

A Gloria Gallego. Doctora en Humanidades y Ciencias Sociales. Profesora TU. UIB. Por sus aportaciones en el apartado del contexto histórico y su generosa colaboración.

A Montse Murillo. Administrativa del Servicio de Neumología del Hospital Universitari Vall d’Hebron. Profesional eficiente que, con tanto rigor e ilusión, nos ha facilitado el trabajo.

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Iniciamos los trabajos preliminares para la elaboración de este libro centrándonos en el Hos-pital, éste debía ser el hilo conductor. No obstante, nos parecía útil disponer de una breve introducción que nos ayudara a conocer los inicios del aprendizaje de la medicina. Así, nos adentramos en la Docencia: cómo se formalizó, cómo se gestionó, quiénes fueron los perso-najes irremplazables que en aquel momento histórico la impulsaron. A la vez, también parecía razonable recurrir a los Médicos, los grandes impulsores de la ciencia. Finalmente, nos pareció que debíamos hacer referencia al Contexto Histórico en el que se desarrollaron los hechos.

Se trata de un trabajo divulgativo en el que, a medida que avanzaba el proceso explicativo, nos hemos encontrado tan seducidos por el proceso histórico, que la arquitectura sólo aparece como un elemento físico en el que suceden los hechos. Más tarde, cuando los hechos se extin-guen, la arquitectura se convierte en el rastro o la evocación del pasado.

Sería muy satisfactorio que este libro pudiese ser útil y fuese capaz de sumergir al lector, por breves instantes, en el pasado de nuestra ciudad.

Rosina Gallego y Ferran Morell

Introducción

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La docencia de la medicina en BarcelonaDel Estudi General (s. XIV) a la Facultad de Medicina (s. XIX)

·1Los exámenes de suficiencia profesional. El Estudi General

·2De la Universitat de Barcelona a la Facultad de Ciencias Médicas

·3Resumen cronológico de hechos y datos relevantes

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·1Los exámenes de suficiencia profesional. El Estudi General

La licencia practicandi. El Estudi General. La Universidad.La Facultad de Ciencias Médicas.

El ejercicio de la medicina se ha ido regularizando a lo largo de los años hasta llegar a ser la prestigiosa y bien normalizada profesión de nuestros días. Veamos como ocurrió en Barcelona.

En 1282, en el Reino de Aragón, las Cortes Genera-les de Monzón instituyen el examen municipal de la aptitud profesional: licencia practicandi.

En 1300, Jaume II (1267-1327) funda el Estudi Ge-neral de Lleida en el que se impartía Derecho Civil y Canónico, Medicina, Filosofía, Arte y Teología.

En 1359, las Cortes Catalanas reunidas constitucio-nalmente en Villafranca y en Cervera instituyen dos condiciones para presentarse al examen público de aptitud profesional:

1. Poseer los libros ordinarios de medicina.2. Haber seguido las enseñanzas en un Estudi

General durante 3 años.

Según la reglamentación de los estudios médico-qui-rúrgicos en la Corona de Aragó (siglo XIV), la ense-ñanza teórica de la medicina se impartía en los Es-tudis Generals existentes en numerosas ciudades de la Corona (Montpellier, Lleida, Perpiñán, Barcelona, Huesca, etc.). Estas instituciones serían las futuras universidades. Los centros que tenían la categoría de Estudis Generals eran fundados por el Papa, el empe-rador o el rey, y debían tener una facultad de Artes y una superior de Teología, Derecho o Medicina.

En definitiva, los exámenes de suficiencia que garan-tizaban la capacidad profesional a finales del siglo XIV eran:

1. Los exámenes realizados en un Estudi General, que permitían en nombre del rey y/o del Papa, obtener los grados de la Facultad de Medicina que daban derecho a su ejercicio y que eran: pri-mer grado (batxiller), segundo grado (llicenciat) y el máximo grado (mestre) que equivaldría al ac-tual doctor.

2. Los exámenes para obtener la licencia practicandi consistían en superar un examen de conocimien-

tos para todos los que se decían y presumían de ser médicos. Se exceptuaba expresamente de esta disposición a todos aquellos que fuesen ilustres en medicina con el grado obtenido necesaria-mente en un Estudi General. El examen debía ser valorado por los prohombres de la ciudad: los veguers (jueces).

3. Los exámenes realizados por examinadores reales para conceder, en nombre del Rey, la licencia para ejercer la medicina y la cirugía, o únicamente di-versos aspectos de ella.

4. La justicia del Rey podía también comprobar si el médico o cirujano poseía la necesaria idoneidad y fidelidad para ejercer la ciencia de la medicina. En caso afirmativo, el Rey concedía la licencia sin examen para el ejercicio de la medicina mediante un proceso de sentencia judicial.

Existían además unas examinationes legítimas de ca-rácter inquisitivo y penal: destinados a poner de ma-nifiesto una eventual mala praxis profesional.

Los médicos más prestigiosos de la época eran los mé-dicos-cirujanos, al menos son los que se imponen en la Casa Real (Bernat Serra y Pere Ros, por ejemplo), hecho que estaba posiblemente condicionado por las frecuentes campañas militares. Los futuros médicos, como hemos mencionado, estudiaban medicina y cirugía en un Estudi General. Durante estos cursos, hacían un contrato con un cirujano para realizar las prácticas de cirugía. La separación de la enseñanza de la cirugía de los Estudis Generals en Montpellier en 1394, y cincuenta años antes en París, tiene como consecuencia, la desaparición de estos médicos-ciru-janos, y únicamente quedarán en el ejercicio de la cirugía, los simples cirujanos y los barberos cirujanos. En el último tercio del siglo XIV aparecen los phísico-cirujanos, que acostumbraban a ser médicos judíos.

En realidad, los cirujanos tuvieron que seguir un lar-go proceso hasta su reconocimiento y consolidación. En efecto, distintas ordenanzas a lo largo de los siglos XIV y XV regularon de forma más específica su pre-

Riera, M. (2004), Los exámenes de suficiencia, las constitucionesde Cataluña y las licencias del proceso judicial.

Gallent, M. Sanidad medieval en la península ibérica. Disponible en www.vallenajerilla.com/berceo/santiago/medicinacamino.htm

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1 / Sepulcro del rey Martí l’Humà en el Monestir de Poblet. Imagen de todocoleccion.net.

paración, al tiempo que contribuyeron a la consoli-dación de la profesión de cirujano.

Junto a los médicos que con una formación escolás-tica ejercían la medicina en Barcelona, encontramos también a las mujeres médico. Este ejercicio de la metgia de las mujeres, fue limitada en sus posibili-dades legales de ejercer la medicina en las Cortes de Valencia de 1329, al disponerse que se les permitiera curar sólo por “fuera” del cuerpo humano, pero no administrar medicinas internas. Su capacitación pro-fesional dependía de su eventual aceptación por los médicos reales.

Después de la fundación del Estudi General de Llei-da, en 1300, se van sucediendo por orden de puesta en funcionamiento: la fundación de los Estudis en Perpinyà (1350), Girona (1446) Barcelona (1450), Valencia (1499) y Mallorca (las llamadas Escoles Llullianas).

En 1401, el rey Martí l’Humà (Martí I d’Aragó) fun-da en Barcelona el Estudi General de Medicina, y en 1402, una facultad de Artes. Sin embargo, el Consell de Cent de la ciudad se negó, ya que creía invadidas sus competencias, igualmente el Estudi General de Lleida protestó, ya que esto rompería su virtual mono-polio de la enseñanza superior en la Corona d’Aragó. En Barcelona, debido a las disputas por el control de la enseñanza entre magistrados y obispos, se tiende a la unificación de las Escoles Majors y Novelles con los que en aquellos momentos contaba la ciudad.

En aquella época se impartían los siguientes estudios universitarios en Catalunya:

En Lleida, fundada por Jaume II en 1300, como úni-ca universidad de la Corona d’Aragó: Derecho Civil, Canónico, Medicina, Filosofía, Arte y Teología.

En Girona, creada en 1446 por Alfons el Magnànim: Retórica, Filosofía, Teología, Leyes y Medicina.

En Barcelona, fundada también por Alfons el Mag-nànim, en 1450: Teología, Filosofía, Canónico, Le-yes y Medicina.

En Tarragona, creada en 1572, por el Cardenal Gas-par Cervantes de Gaeta: Teología, Filosofía y Gramá-tica Latina.

En Vic fundada en 1599 por Felipe II de Aragón y III de Castilla: Filosofía. Felipe II le concedió el pri-vilegio de enseñar también Teología y otros grados de estudios.

En Solsona en 1620 había sido elevado a categoría de universidad el Colegio de los Dominicanos de San Miguel por bula del Papa Pau V (Teología).

En Tortosa, en 1645, el rey Felipe III de Aragón y IV de Castilla convierte en universidad el colegio que había sido fundado por el emperador Carlos V para educar a los moriscos.

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Fundación de la Universitat de Barcelona

Como hemos mencionado, en 1450, por un privile-gio del rey Alfons el Magnànim se crea el Estudi Ge-neral de Barcelona, es decir, la actual universidad. Se inaugura con previa bula del Papa de Roma y unifica todos los centros de enseñanza anteriores.

El Estudi incorporó algunas instituciones de ense-ñanza existentes, como la escuela de la catedral o las escuelas municipales. Por ello, esta universidad tuvo, al contrario que otras, un marcado carácter muni-cipal, con poco control por parte de la corona. En 1508, se dictan las primeras ordenanzas municipales que tienen que regir el Estudi General de Barcelona creado en 1450.

1536. Se establece la Universitat de Barce-lona en el Estudi General

La primera sede propia de la universidad fue el Estudi General de Barcelona, edificio inaugurado en 1536 (fecha en que se coloca la primera piedra), construido en la parte superior de La Rambla, junto a la muralla, en el umbral de lo que hoy es la Plaza Catalunya y el Portal de Santa Anna (actual calle Rivadeneyra - calle Santa Anna). Este edificio fue más tarde derruido.

Las clases se impartían en este Estudi General y, ade-más, en varios conventos que se localizaban mayori-tariamente en la zona alta de la actual Rambla entre las calles Bonsuccés y del Carme: Colegio de Cor-delles y Colegio de Betlem de los jesuitas. Por ello, a esta zona de La Rambla se denomina Rambla dels Estudis.

La Enseñanza de Medicina se imparte en el Hospital de la Santa Creu

Posteriormente, en el periodo comprendido entre 1701 y 1715, La Rambla, al igual que otros lugares de la ciudad, fue objeto de un intenso proceso de militarización, a cargo de los ingenieros militares de Felipe d’Anjou, convirtiendo el Estudi General, el

·2De la Universitat de Barcelona a la Facultat de Ciències Mèdiques

1 / Edificio del Estudi General de Barcelona.Pintura de G. Mosteyrin. S. XIX. MHCB.2 / Actual Iglesia de Santa Ana. Fue colindante con el edificio del Estudi General de Barcelona, Calle Rivadeneyra.

La Historia de la Facultad de Medicina de la Universitat de Barcelona del Catedrático de Medicina Legal: Dr. J. Corbella i Corbella (es.wikipedia.org/wiki/Universidad_de_Barcelona )

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Colegio de Cordelles y los astilleros de la parte baja en cuarteles militares. Hacia 1804, con las obras de urbanización de La Rambla y la demolición de su muralla, proceso que se inicia en 1774 en el Pla de Santa Mònica, estos edificios desaparecieron.

El Colegio de Cordelles, fundado por el notario Joan Cordelles en 1553, fue una institución gobernada por los jesuitas hasta 1767 (Imperial i Reial Semina-ri de Nobles de Cordelles). Adquirió gran prestigio en la formación de los hijos de las clases privilegia-das de Cataluña. Inicialmente se impartían clases de Gramática, Retórica, Filosofía y Teología. A partir de 1717, cuando la universidad se traslada a Cervera, los Colegios de Betlem y de Cordelles intentan suplir a las universidades catalanas. La cátedra de Matemá-ticas fue la primera en Barcelona asumida por Pere Cerdà.

Gran parte de los primeros miembros del claustro de la Universitat de Barcelona y que después formaron parte del de Cervera, eran antiguos alumnos del Co-legio de Cordelles. De los veinticuatro catedráticos que formaron el primer claustro, nueve de ellos eran jesuitas.

La victoria de Felipe V (1683-1746) en la Guerra de Sucesión al trono, en 1714, (tras la derrota definitiva de Cataluña y de los Austrias frente a los Borbones y Castilla) condiciona el traslado a Cervera de los estu-dios de Filosofía, Cánones y Leyes (como ya hemos dicho, permanecieron oficiosamente en Barcelona los de Medicina y Gramática, impartidos por los jesuitas).

Gracias a las gestiones de los dos comisionados que Cervera envía a la Corte y al apoyo de ésta a los Bor-bones, cinco días después de la capitulación de Bar-celona, el 16 de septiembre de 1714, el rey decreta el traslado de la universidad a la capital de la Segarra. Las clases en la Universitat de Cervera, comienzan el 7 de enero de 1715 con poco éxito de alumnado y sin catedráticos de renombre. Los tres primeros años de funcionamiento son considerados por muchos como un fracaso, y se plantea seriamente la conveniencia de

1 / Fachada barroca de la Iglesia de Betlem (1681-1732) del Colegio de los jesuitas (carrer del Carme-Rambla dels Estudis). Al lado de La Rambla, la Compañía de Jesús había levantado varios establecimientos a mediados del s. XVI. La iglesia primitiva se quemó en 1671 y mucho más tarde, en 1936, un incendio destruyó los interiores. El edificio está planteado según el tipo congregacional adoptado por los jesuitas para sus construcciones a partir del modelo de la Iglesia de Gesú de Roma, resuelto en un lenguaje churrigueresco.2 / Pasaje Hospital.3 / Verja que cierra el recinto.4 / Calle del Carme, 47.

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1 / Convento de Sant Francesc, donde se instala inicialmente la Universidad de Cervera en 1715.2 / Fachada principal de la Universidad de Cervera. Edificio inaugurado en 1762, año en que se inician las clases.

haber suprimido los estudios de Barcelona y Lleida. En efecto, costaba cubrir las cátedras con profesores de renombre ya que tenían que ir a vivir a una ciu-dad pequeña y los honorarios eran reducidos. Lo más difícil era encontrar maestros de medicina, ya que si daban clase en Barcelona ganaban un sobresueldo ejerciendo su profesión de forma privada.

En cualquier caso, la voluntad de Felipe V seguía siendo firme y el 11 de mayo de 1717 se publica el decreto por el que se nombra a Cervera como la úni-ca universidad de todo el Principado.

El deseo del rey Felipe V era crear una única uni-versidad catalana de alta ilustración que estuviera al servicio de la monarquía borbónica y a la altura de las mejores de Europa. Un condicionante de esta de-cisión fue, sin duda, mostrar su agradecimiento a los habitantes de Cervera que le habían apoyado en la Guerra de Sucesión española.

Sin embargo, a pesar de la disposición abolicionista borbónica, los estudios de medicina tal como hemos mencionado, se quedaron finalmente en la ciudad de Barcelona, si bien en una situación legal mal defini-da: la enseñanza de la medicina continuaba en una ciudad que no tenía universidad y que tampoco de-pendía de la de Cervera. En la práctica, las academias privadas permitieron la continuidad de los estudios de medicina en la ciudad, si bien los alumnos debían ir a examinarse a Cervera.

En 1760, se crea el Reial Col.legi de Cirurgia de Bar-celona (Carrer del Carme, 47), gracias al estímulo de Pere Virgili, quien ya anteriormente había creado, en 1748, el Real Colegio de Cirugía de Cádiz. Su creación era la respuesta a una importante necesidad sanitaria: la falta de cirujanos y el bajo nivel de for-mación de los médicos en las universidades literarias. Recordemos que en aquel entonces la medicina y la cirugía eran profesiones distintas. El Reial Col·legi de Cirurgia de Barcelona se instaló en el Hospital de la Santa Creu, lo que creó graves problemas de con-vivencia entre los profesionales dedicados a la ense-

ñanza y las perentorias necesidades asistenciales del hospital.

Entre 1762 y 1764 se construye un edificio colindan-te al Hospital de la Santa Creu dedicado a la ense-ñanza no clínica, que estaba dotado de una gran sala de anatomía: es el actual edificio de la Reial Acade-mia de Medicina.

A partir de 1767, se inicia una situación de decaden-cia en la Universitat de Cervera y surge un interés creciente por parte de Barcelona de recuperar la uni-versidad. En la ciudad ya se habían fundado centros de enseñanza que tendrían gran trascendencia: la Academia Real y Militar de Matemáticas, pionera en Europa, y el mencionado Reial Col·legi de Cirurgia de Barcelona, con un nivel muy superior a los estu-dios de Medicina que se impartían en Cervera.

Unos años más tarde, en 1786, se constituyó la Reial Acadèmia de la Medicina Pràctica de Barcelona. Por primera vez, se intentó unir las dos profesiones (mé-dicos y cirujanos) en una misma facultad. La Reial Acadèmia se encargó de dos cátedras de medicina clí-nica, cuyos primeros titulares fueron Francesc Salvà i Campillo y Vicens Mitjavila. Su constitución fue el embirón para que se pudieran llevar a cabo con-juntamente los estudios completos de medicina en Barcelona.

Fundación de la Facultad de Ciencias Médicas

En 1843, bajo el reinado de Isabel II (1830-1904) se crean las facultades de ciencias médicas de Madrid y Barcelona, se rescata la universidad perdida y la facul-tad oficial de medicina vuelve a Barcelona procedente de Cervera. Pere Mata (1811-1877, ilustre reusense, creador de la medicina forense, escritor, político li-beral, profundamente comprometido con el tiempo histórico que vivió) elabora un plan de estudios revo-lucionario, que reforma profundamente la estructura de los estudios de medicina. A través del Plan de Es-tudios, queda abolida la Enseñanza de la Medicina en

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los Colegios de Cirugía y en todas las universidades del Estado y se crean las facultades de ciencias médi-cas de Madrid y Barcelona, así como unas cuantas es-cuelas de segundo orden. Por primera vez, se organiza un plan de estudios estructurado, coherente y único para todas las facultades.

En Barcelona, la Facultad de Medicina queda ins-talada (1843) en el Reial Col·legi de Cirurgia del Passatge Hospital (entrada por el calle del Carme, 47), realizándose en el edificio obras de ampliación y adaptación. Hubo al mismo tiempo un traspaso de profesores del Col·legi de Cirurgia a la facultad e in-cluso los profesores que eran catedráticos del Col·legi pasaron a ser catedráticos de la nueva facultad.

Asimismo se incorporó una parte del profesorado del Colegio de Cádiz y dos profesores del Colegio de Pamplona. El Col·legi de Farmàcia, también se in-corporó temporalmente a la facultad, si bien al cabo de dos años se volvió a separar en una Facultad inde-pendiente.

Paralelamente, el Convent del Carme albergó el resto de las dependencias universitarias y acogió las facul-tades mayores de Teología, Cánones y Leyes y, pos-teriormente, Farmacia. La Iglesia del Carme estaba situada en el calle del Carme, 40, enfrente del edificio del Reial Col·legi de Cirurgia.

Fue fundado en 1292 por la orden carmelita. El re-cinto estaba formado por el convento, la iglesia y dos claustros. La orden tuvo problemas inicialmente al instalarse en la demarcación de la Iglesia del Pi. En 1333, se estableció un Estudi General donde se daba enseñanza superior a los miembros de la orden.

En 1835, el convento fue asaltado resultando muer-tos muchos religiosos. En 1838, los edificios pasan a manos del Ayuntamiento, que instala la Universidad hasta 1872. El edificio se vende en 1872, y en 1874 se derriban las construcciones y el solar se urbaniza. En 1871, la universidad se traslada al nuevo y actual edificio construido por el arquitecto Elies Rogent en la Gran Vía (Plaza Universitat).

1 / Fachada actual del Reial Col·legi de Cirurgia en el pasaje Hospital.2 y 3 / Grabado del antiguo Convento del Carme que ocupaba el solar del Carrer del Carme, 40 entre las calles Montjuïc y Dr. Dou.4 / Fachada actual de la Universitat de Barcelona.

Traslado de la Facultad al Eixample

Los primeros años de funcionamiento de la ante-riormente mencionada facultad fueron poco brillan-tes. Sin embargo, en 1888, la Exposición Universal coincide con un gran esplendor de la facultad tras la llegada de una generación de médicos jóvenes con mucha pasión y nivel, “la generación médica catala-na del 88”, que condicionó una mejora de la calidad y un entusiasmo por la enseñanza. Algunos jóvenes ampliaron estudios en Europa, se consolidaron algu-nas revistas médicas y se fomentó la deliberación.

Una de las consecuencias de este espíritu renovador es el obligado cambio del pequeño y viejo edificio de la facultad ubicada en el Hospital de la Santa Creu a uno nuevo en el calle Casanova, 149, en el Eixample Barcelonés, en donde también se construyó el nuevo Hospital Clínic.

La inauguración del Hospital Clínic se realizó en 1906. La lucha por una facultad y un hospital nuevo había durado casi 30 años, y ahora el hospital dupli-caba al anterior en superficie construida.

Mientras tanto continuaba el impulso de la medicina catalana. Cuando la facultad tuvo su nuevo hospi-tal se resolvieron las tensiones internas y, fue en este ambiente sosegado que algunas cátedras alcanzaron un gran nivel docente y científico. Entre los más in-signes profesores estaban: August Pi i Sunyer creador de l’Institut de Fisiologia, Pere Nubiola i Espinós impulsor de una buena escuela catalana de obstetri-cia, siguiendo el camino abierto por Miquel Fargas; y Francesc Ferrer i Solervicens un maestro en la clínica médica.

Durante la segunda república (1931-1936), se cons-tituyó la Universitat Autónoma, concretamente en 1933. Se produjeron, entonces, cambios profundos en la estructura docente, siendo lo más relevante la incorporación de un gran número de profesores que, sin pertenecer inicialmente a los escalafones docentes, tenía un gran nivel médico. En concreto, la Facultat de Medicina de la Universitat Autònoma

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1 y 2 / Imágenes del Hospital Clínic de Barcelona

incorporó a los jefes de servicio del Hospital de Sant Pau, con lo que la facultad duplicaba el número de efectivos docentes. Otra medida fue limitar el núme-ro de alumnos, multiplicando así su calidad docente. Los impulsores del cambio fueron August Pi i Sun-yer, Jesús Bellido i Golferichs desde el Instituto de Fisiología, y los hermanos Trias i Pujol como catedrá-ticos de cirugía. Todos ellos tuvieron que exiliarse en 1939 tras el golpe de estado del 1936.

Después de la guerra civil, tras el conocido como “el atroz desmoche” condicionado por el exilio o la expulsión tras el expediente del profesorado de la universidad española, se produjo un gran cambio de mentalidad y, a consecuencia de ello, el nivel docen-te, científico y asistencial empeoró.

Persistieron algunos focos importantes como la cá-tedra de medicina interna de Agustí Pedro i Pons de 1927 a 1968; quien creó una Escuela de Clínica Médica, y en 1943 impulsó la revista de Medicina Clínica, bien conocida en la actualidad. El Dr. Pedro Pons coordinó un gran tratado de patología médica y facilitó el desarrollo de dispensarios de especialida-des, al igual que hizo otro catedrático de medicina interna, el excelente docente Dr. Máximo Soriano.

En los años cincuenta se abren los grandes hospitales de la Seguridad Social, concretamente en Barcelona, el Hospital Vall d’Hebron (anteriormente Residen-cia Francisco Franco). En los años sesenta se creó una segunda Universidad en Barcelona, la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), con la apertura de otra Facultad de Medicina (1968).

En aquellos años y debido a la falta de planificación, se produjeron una serie de cambios que la universi-dad no tenía capacidad para resolver. El más grave de ellos fue la masificación: se llegó a cursos de 3.000 alumnos en primero y casi 2.000 en el último curso. La calidad docente evidentemente disminuyó. Se co-mentaba que había más estudiantes de medicina en España que en EEUU e Inglaterra juntos. Fue enton-ces cuando, para paliar la sobrecarga de estudiantes

de medicina, se hicieron conciertos con otros hospi-tales de la red pública para crear unidades docentes en el Hospital Germans Trias i Pujol, Hospital Vall d’Hebron y Hospital del Mar. Se crearon también delegaciones de enseñanzas de medicina en Lleida y Tarragona (trasladada después a Reus). Finalmente, se introdujo la limitación del número de estudian-tes (números clausus). Se planteó por primera vez la cuestión de la estabilización del profesorado y de la ampliación de las plantillas del profesorado estable: catedráticos, profesorado agregado, profesorado ad-junto y titulares.

El prematuro envejecimiento y deterioro del edifi-cio de la Facultad de Medicina de la Universitat de Barcelona (UB), obligó a la evacuación de la facul-tad en los años 1984-1985 hasta el mes de agosto de 1996; una vez finalizadas las obras de la primera fase, se pudo iniciar el curso 1996-1997 con la facultat reunificada después de trece años. La remodelación se inauguró el 18 de octubre de 1996 con un acto presidido por el entonces Conseller de la Generalitat de Catalunya, Xavier Trias i Vidal de Llobaterra.

Los otros grandes hospitales de Barcelona o ciudades colindantes, son el Hospital de Santa Maria del Mar, el Hospital de Bellvitge (Hospitalet de Llobregat), el Hospital Germans Trias i Pujol (Badalona) y el Hospital Parc Taulí (Sabadell).

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1 / Vista aérea del Hospital Clínic.2 / Vista aérea del Hospital Vall d’Hebrón3 / Fachada actual de la Factultad de Medicina de la Universitat de Barcelona.

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1282 / Examen de aptitud profesional Licencia prac-ticandi (Cortes Generales de Monzón).

1300 / Jaume II funda la Universidad de Lleida. En el Estudi General de Lleida se imparte: Derecho Civil y Canónico, Medicina, Filosofía, Arte y Teología.

1329 / Mujeres médicos: el ejercicio de metgia les permitía sólo curar por fuera del cuerpo humano.

1394 / Los Estudios Generales de Montpellier sepa-ran los estudios de medicina de los de cirugía.

1401/ El rey Martí l’Humà funda en Barcelona el Estudi General de Medicina y en 1402 una facultad de Arte.

1450 / Por privilegio del rey Alfons el Magnànim se crea el Estudi General de Barcelona de Medicina y Artes, unificando todos los centros universitarios.

1536 / Fundación de la Universitat de Barcelona.

1717- 1835 / Felipe V impone el cierre de la Univer-sitat de Barcelona y de las restantes de Cataluña, tras la derrota catalana de 1714. Traslado de la Universi-dad a Cervera.

1760 / Fundación del Reial Col·legi de Cirurgia de Barcelona. Entre 1762-1764 se construye un edificio adjunto al Hospital de la Santa Creu.

1786 / Se constituye la Reial Acadèmia de Medicina Pràctica de Barcelona.

1843 / Creación de la Facultat de les Ciències Mèdi-cas de Barcelona (edificio del Col·legi de Cirurgia).

1906 / Traslado de la facultad al Eixample (edificio actual del Hospital Clínic - Facultat de Medicina de la UB).

1933 / Se constituye la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Con la llegada de la dictadura franquista se deroga la Autonomía en 1939.

1968 / Creación de una nueva Facultad de Medicina en el seno de la recién reinstaurada UAB que se ubicó inicialmente en el Hospital de Sant Pau.

·3Resumen cronológico de hechos y datos relevantes

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El hospital

·1De los centros monásticos al Hospital General

·2Hospitales de pobres y enfermos en Barcelona. “Les Cases de Malalts”

·3El Hospital General: el Antiguo Hospital de la Santa Creu

·4Del antiguo hospital de la Santa Creu al hospital de la Santa Creu i Sant Pau

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·1De los centros monásticos al Hospital General

Pocos pondrían (hoy en día) en duda, que el me-jor sitio para estar si uno está gravemente enfermo es el hospital. El hospital se considera la institución más importante en atención médica, tanto para pobres como para ricos. A menudo se asume que eso siem-pre fue así, sin embargo, hasta hace poco la mayoría de la gente- especialmente si estaban enfermos – ha-brían luchado por no ingresar en un hospital. El hos-pital se asociaba con la pobreza y con la muerte. Grandshaw, L. (1989)The hospital in history.

Un hospital es, sobre todo, un lugar en el cual los miem-bros de la comunidad pueden obtener servicios desti-nados a devolverles la salud. Más recientemente, se ha convertido también en un lugar para la rehabilitación de gente físicamente incapacitada o donde los ancianos pueden reponerse. El hospital moderno es también un lugar de enseñanza, un centro de aprendizaje de futu-ros médicos, cirujanos y otros profesionales. Al mismo tiempo el hospital es con frecuencia un centro de investi-gación donde se amplía el conocimiento científico de las enfermedades.

En sentido sociológico, el hospital moderno es una gran y compleja organización, con una jerarquía de estatus y roles, derechos y obligaciones, actitudes, valores y fines...Coe, R.M. (1973). Sociología de la medicina.

Los historiógrafos medievalistas J. Agrimi y Ch. Cris-ciani, definen el hospital medieval como el “espacio instituido para realizar concreta, pública y gratuita-mente la obligación de la caridad”.

En el Medioevo las instituciones hospitalarias evo-lucionan de un espacio de carácter eminentemente religioso donde se ejercitan las obras de misericordia, a una institución inmersa en un proceso de medica-lización y laicización más acorde con las demandas de la sociedad.

Los hospitales medievales en Cataluña

La organización sanitaria de Cataluña fue, durante los siglos del medioevo, una de las más importantes del mundo occidental. El territorio catalán estaba cu-bierto de un número muy elevado de centros entre albergues, casas de beneficencia y hospitales. A conse-cuencia de las fusiones entre ellos, o de su abandono y destrucción a lo largo de los años, muchos de estos centros ya no existen o se encuentran en total aban-dono. El concepto de albergue se refiere a que, al caer la noche las ciudades cerraban sus puertas, quedando los caminantes foráneos con la vital necesidad de re-fugiarse en los alrededores o, en el peor de los casos, al raso.

A partir del siglo XI, debido a la masiva peregrina-ción a los lugares sagrados, los monasterios se vieron desbordados hasta el punto de que tener que atender a tantos caminantes impedía, tal y como ya hemos visto, el desarrollo normal de la vida monástica. La solución llegó con la fundación de hospitales. No se ha podido llegar a calcular el número exacto de es-tos establecimientos sociales; se cree que en Catalu-ña sobrepasaba ampliamente los dos centenares. Los hospitales fueron creados por la acción altruista de órdenes religiosas, por legados nobiliarios, subven-ciones reales, etc.

Esta organización hospitalaria cubría las zonas de mayor tránsito de la geografía catalana, desde el me-diterráneo hasta Aragón y desde el Ebro hasta Occi-tania. Los hospitales aparecen al borde de las rutas interiores de peregrinaje, en las principales villas, enlazando entre sí los grandes centros monacales, o también en los pasos de montaña que se encontraban en el recorrido.

Desde el año 1111 fecha de la fundación, en Cervera, de unos de los primeros hospitales, hasta mediados del siglo XV, cuando tuvo lugar la concentración o fusión de los nueve hospitales de Lleida en un solo centro, el antiguo Hospital de Santa María, se vi-vió en Cataluña una verdadera fiebre constructora de

Gallent Marco M. (1996). Historia e historia de los hospitales. UV. Revista d’Historia Medieval, 7.

Ávila Granados J. (2012). Los hospitales medievales de Cataluña. Historia de Iberia Vieja. Historia Medieval.

Generalitat de Catalunya. http://gencat.cat/Wikipedia. wikipedia.org/enciclopedia.cat/fototeca.cat

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centros hospitalarios, impulsada por las terribles epi-demias y las profundas desigualdades sociales.

¿Qué ha sido de ellos?

Algunos centros medievales catalanes aún mantienen su actividad asistencial, cumpliendo con su misión hospitalaria original como por ejemplo en Manresa, Vic y Olot.

Si la ciudad estaba amurallada, los hospitales se le-vantaban a extramuros para evitar que las epidemias entraran en la ciudad.

El Hospital Superior de Manresa fundado en 1260, que actualmente es el Hospital de Sant Andreu, fue una casa de acogida; las actuales instalaciones aún conservan la Sala Gótica y la fachada de la capilla originaria.

El Hospital de Vic fue fundado en 1348 en plena epidemia de la peste, gracias a la donación de Ramon Terrades (comerciante mallorquín) siendo utilizado como centro de asistencia general; fue ampliado en el s. XVI, conservando sin embargo su fachada, una amplía sala y la capilla.

El Hospital de Sant Jaume de Olot fundado en 1310 por Berenguer de Reixach y utilizado como hospital de peregrinos.

Otros hospitales se han transformado en sedes de importantes de instituciones docentes, culturales o científicas tales como: el Hospital de la Santa Creu de Barcelona (sede de la Biblioteca Nacional de Ca-talunya y de la Escola Massana de Artes Aplicadas, Visuales y Diseño) o el Hospital de Santa Caterina de Girona o el Hospital de Santa Maria de Lleida.

Este último se fundó auspiciado por los “paers” de la ciudad y por la reina Maria, esposa de Alfons El Magnànim. El Hospital de Santa Maria se fundó en el año 1454 al agruparse, como ocurrió también con

el Hospital de la Santa Creu de Barcelona, los pe-queños hospitales existentes en la ciudad.

El elemento identificador del edificio del Hospital de Santa Maria es el patio, alrededor del cual se or-ganizan todas las dependencias hospitalarias. Aún siendo un edificio que se adapta a las directrices del esquema del hospital medieval, se aproxima a la vez a las fórmulas del primer renacimiento en la pureza y simplicidad de sus fachadas. La escalera es el ele-mento más significativo del hospital, comparable en destreza estructural y calidad formal a la del palacio de la Generalitat o a la de la iglesia del Palacio de Santas Creus entre otras.

El antic Hospital de Santa Caterina de Girona, es un bellísimo edificio Barroco del siglo XVII. En este espacio se agrupan en la actualidad la mayoría de las dependencias administrativas de diversas áreas com-petenciales de la ciudad de Girona.

En 1211 la cofradía de Sant Martí de Girona compra unos terrenos en la actual plaza del Lleó, para cons-truir un nuevo hospital, se trataba del Hospital de Santa Caterina que, al parecer, ya estaba en pleno rendimiento entre 1225 y 1226; se decide levantar una iglesia adyacente con la autoridad episcopal del abad Sant Feliu, el cual propuso que fuese dedicada a Santa Caterina. Más tarde, en el año 1571, Felipe II lo nombra Hospital Real, hecho que testifica el escu-do a la entrada del patio. Este escudo significaba que atacar al hospital era sinónimo de atacar al rey. En el siglo XVI, las autoridades decidieron demoler el hospital para trasladarlo al interior de la ciudad. Las razones eran puramente defensivas. El 16 de mayo de 1666 el Obispo de la diócesis Josep Ninot coloca la primera piedra.

Algunos hospitales disponían de recinto amurallado como es el caso del Hospital de Olesa de Bonesvalls (Garraf ) fundado en 1262 por el noble Guillem de Cervelló. Se encontraba situado en una ruta que an-taño era muy transitada (camino real). Sus restos ar-

1 / Patio Gótico del Hospital Santa Maria de Lleida. Excelente exponente del gótico civil catalán del siglo XV y XVI.2 / Biblioteca Nacional de Catalunya. Antiguo Hospital de la Santa Creu de Barcelona.3 / Antiguo Hospital de Santa Caterina de Girona. Hospital Real. Edificio actual de la Generalitat en Girona.

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quitectónicos se consideran de los mas interesantes de Cataluña. En el interior del recinto se conserva un gran caserón con torre, el antiguo hospital, con elementos del siglo XIII, ampliado en época gótica y, conserva pinturas murales de los siglos XVI y XVII.

El Hospital de Montblanc, llamado también Hospi-tal de Santa Magdalena, fue erigido en 1342 y mo-dificado en los siglos XV y XVI próximo al recinto amurallado que envuelve la Vila Ducal, en el Raval de Santa Anna.

El hospital se estructura alrededor de un claustro central ligeramente modificado. La función inicial era la de cuidar a los pobres, peregrinos y enfermos; posteriormente, se instaló una comunidad de herma-nas que impartían clases, luego pasó a ser consultorio médico y, finalmente, se ubicó una empresa textil. En el siglo XX la Generalitat lo restauró y en la ac-tualidad es sede del Archivo Histórico Comarcal de Montblanc.

El Hospital de Espluga de Francolí, edificio gótico del siglo XIV, cubría con el Hospital de Montblanc cubrían entre ambos, la ruta de peregrinaje más im-portante de Cataluña hacia los grandes cenobios cis-tercienses (Monasterios de Poblet y de Santas Creus). En 1913, cuando fue disuelta la orden del Temple, la Casa Hospitalaria de l’Espluga se hizo con los bienes de la encomienda templaria de l’Espluga Sobirana. El establecimiento hospitalario mantuvo su actividad hasta mediados del siglo XIX. El edificio aloja en la actualidad la oficina de turismo, la biblioteca Mun-tanyola y diversas entidades.

El Monasterio de Santes Creus es uno de los gran-des conjuntos cistercienses que podemos visitar en la actualidad. Fundado en 1168, protegido por la no-bleza y los reyes, se convirtió en un centro espiritual de estudios y de colonización del territorio. La vida monástica se mantuvo ininterrumpidamente hasta 1835. En su iglesia se localizan las tumbas de Pere el Gran (1239-1285), Jaume II (1267-1327) y su Blan-ca d’Anjou (1283-1310).

1 / Restos aquitectónicos del Hospital de Olesa de Bonesvalls. Recinto amurallado, edificio y torre.2 / Fachada del Hospital de Montblanc y claustro central gótico. Imagen de montblancmedieval.cat.3 / Fachada del Hospital de Espluga de Francolí.

1 / Ruta del Císter de Santes Creus a Poblet. Imagen de rutasmedievales.blogspot.com.es.2 y 3 / Blanca d’Anjou y Jaume II.

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El Monasterio de Santa María de Poblet se encuentra en la comarca de la Conca del Barberá, resguardado en la vertiente norte de las montañas de Prades en Tarragona. Su valioso conjunto arquitectónico se en-cuentra entre los monumentos monásticos más im-portante de Europa. Contaba con la protección de la confederación catalana-aragonesa especialmente des-de que Pere III El Cerimoniós (1319-1387) hiciera del monasterio el panteón real de la dinastía. Poblet es el monasterio más grande de la ruta cisterciense y, de los dos masculinos, es el único que conserva comunidad de monjes. En 1991 fue declarado Patri-monio de la Humanidad por la UNESCO.

Los hospitales localizados en el litoral cumplían igualmente una necesaria función de albergue u hos-pital de caminantes. En 1201 se funda el Hospital de Sant Jordi d’Alfama, en 1308 se funda el Hospital de Perelló y en 1344 se funda el Hospital de Coll de Balaguer.

El Hospital de Sant Jordi d’Alfama, perteneciente a la orden militar de Sant Jordi d’Alfama (única orden militar fundada en Cataluña), estaba situado en el municipio de la Atmella de Mar en el golfo de Sant Jordi (Baix Ebre). En 1201, el rey Pere I de Cataluña y Aragón, el caballero Joan d’Almenara y el clérigo Martín Vidal fundan un castillo y un hospital, sede de un priorato de la orden.

Progresivamente la orden va abandonando el casti-llo y la defensa acaba siendo asumida por la ciudad de Tortosa. En 1575 la orden recupera el control del castillo, que posteriormente fue bombardeado en la Guerra dels Segadors (1650) por las galeras castella-nas. En el siglo XVIII el castillo participa en la pri-mera guerra Carlina. Sus ruinas se conocen en la ac-tualidad con el nombre de las “torres de Sant Jordi”.

La creación del Hospital de la Font de Perelló (Baix Ebre) fue iniciativa de Blanca d’Anjou (segunda es-posa de Jaume II) en 1308. Blanca d’Anjou mantenía un estrecho vínculo con Arnau de Vilanova que la re-quería para que realizase continuas obras de caridad.

1 y 2 / Vista aérea y nave central del Monasterio de Santes Creus, Tarragona. Imagen de Aviotec, comons.wikimedia.org.3 / Monasterio de Santa María de Poblet. Imagen de patrimoni.serviconca.org

1 / Coll de Balaguer.2 / El antiguo camino medieval de Coll de Balaguer, construido sobre los restos de la Vía Augusta.3 / Hospital de Sant Jordi d’Alfama.

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Al morir en 1310 la reina mientras daba a luz a su hija Violant, el rey Jaume II se ocupó de dar cumpli-miento al proyecto del hospital.

La antigua Vía Augusta pasa por algunos puntos jun-to a la playa que propició con tiempo el bandoleris-mo y más tarde el contrabando.

El camino medieval es un terreno angosto, sinuoso y de fuerte pendiente que obligaba a los viajeros a apearse de los carromatos para que los animales pu-dieran tirar del vehículo. Así se convertía en un lugar ideal para el asalto de los bandoleros.

Blanca d’Anjou consideró que era necesario un hos-pital que atendiera en este lugar a pobres, transeún-tes, peregrinos y enfermos para su protección.

La administración del hospital pasa por diferentes fases:

• De 1313 a 1314. Se ocupa de ella un fraile con-verso del Monasterio de Santes Creus.

• De 1314 a 1316. Se ocupa un laico: Ramón Sa-torre.

• De 1423 a 1443. Es encomendado a la orden de Jacopo d’Altospacio (orden originaria de Luca en Toscana).

• De 1443 a 1835. Asume definitivamente la ad-ministración de la institución la comunidad de Santes Creus.

El Hospital de la Font de Perelló no ha dejado nin-gún indicio de su existencia a excepción del nombre de una calle. Según Eufemià Fort, el hospital estaba situado en el pla de Perelló a la izquierda del edificio actual del Ayuntamiento.

El Hospital del Coll de Balaguer está situado en el Hospitalet del Infant población de Tarragona.

Fue fundado en 1344, para ofrecer alojamiento a los religiosos, viajeros y mendigos que transitaban por la ruta entre Barcelona y Valencia (por la antigua Vía Augusta romana).

El Coll de Balaguer constituye una barrera natural que corta la planicie de la costa y ha constituido his-tóricamente un punto militar estratégico.

El antiguo hospital fue fundado por el infante Pere d’Aragó i d’Anjou en noviembre de 1344; elige un lugar estratégico para levantarlo próximo al mar y al puerto natural de la desembocadura del rio Llastres y también próximo a una encrucijada de caminos de vital importancia para el comercio y el transporte.

El interés del infante iba más allá, emulando la acti-tud filantrópica de su madre, al fundar el Hospital de la Font del Perelló.

El resultado de aquella iniciativa fue un magnífico edificio con una apariencia más militar que hospita-laria; el lugar y la presencia de bandoleros exigían un inmueble defensivo. La estructura del edificio era de planta cuadrada de 55 metros de ancho, con un patio central, flanqueada por seis torres. Se trata de un mo-numento de gran interés del gótico civil catalán de robustas torres y de sobrios muros que lo convierten en una pieza única.

En la zona pirenaica del Vall de la Clusa (Rosellón) hubo 3 hospitales de paso que dependían: del mo-nasterio de Sant Hilari de Rasez, del monasterio de Arlés y del monsterio de Sureda, bajo cuidado de los monjes benedictinos, respectivamente. Todos ellos han desaparecido hoy y contaban con su correspon-diente capilla y edificio anexo.

Así pues, hasta el siglo XII los centros monásticos fueron los primitivos hospitales (hospitium xenodo-chium) para enfermos, pobres, viajeros o peregrinos. Se regían por el ideal religioso de la hospitalidad y la liturgia de la caridad. La medicina monástica pese a los condicionamientos religiosos, significó un paso decisivo en el desarrollo de las ciencias médicas: fue-ron centros de copia y traducción de importantes obras médico-científicas. Estos centros recogieron y comentaron la tradición didáctica, y sus boticas cons-

1 y 2 / La Vía Augusta, de 1500 km aproximados, fue la calzada más larga y eje principal de la red viaria en la Hispania romana. Iba de Cádiz a Roma: de Cádiz a Cartago atravesando Andalucía y de Cartago a Barcino pasando por Valentia, Sagunto y Tarraco. Imagen de historyspain-alonso.blogspot.com.es3 y 4 / La situación geográfica del Coll de Balaguer se caracterizó, durante siglos, por ser el único paso terrestre que comunicaba Cataluña con Valencia, seguía la ruta de los íberos, de los griegos y de los romanos.

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tituyeron lugares apropiados para estudiar las drogas para la confección de los fármacos necesarios en la práctica médica. Las autoridades eclesiásticas veían con temor como los monjes se apartaban demasiado del cumplimiento de sus votos por atender a sus de-beres de asistencia médica. Por lo que finalmente, las medidas restrictivas adoptadas por la Iglesia en diver-sos concilios con respecto al ejercicio de la medicina por los monjes, provocaron la desaparición de estos hospitales.

Desde el siglo XII hasta el primer cuarto del siglo XIV, la pérdida del monopolio didáctico monástico llevó a una laicización progresiva de la medicina, pri-mándose la introducción progresiva de la medicina escolástica. Las instituciones sanitarias abandonan el modelo médico hospitalario de las grandes abadías y se fomenta una nueva concepción más acorde con la ideología de la salud, es entonces cuando proliferan las fundaciones hospitalarias (pequeñas fundaciones o “Casas del Malalts”) creadas por la nobleza o por iniciativas particulares, laicas o eclesiásticas (episco-pales) y dirigidas por órdenes no estrictamente mo-násticas.

Desde mediados del siglo XIV hasta mediados del siglo XV se consolida el proceso secularizador de la institución hospitalaria y de las profesiones médi-cas. Es un paso determinante en la evolución hacia una nueva mentalidad socializante que lleva consigo un cambio de pensamiento respecto a la salud y a la marginación (pobres, vagabundos, huérfanos, etc.), elemento disonante y molesto para una sociedad que empieza a estabilizarse desde el punto de vista social.

A partir de mediados del siglo XV se produce una verdadera medicalización de los centros hospitalarios en transición hacia la modernidad. Las autoridades laicas (municipales, estatales, etc.) toman conciencia del importante papel de las instituciones hospitala-rias como centros de curación de las enfermedades. Se refundan los pequeños centros hospitalarios agru-pándolos en un Hospital General, ya que los centros pequeños afectados por dificultades económicas, epi-

demias, guerras, etc. se ven incapacitados para aten-der los servicios médicos que reclama la sociedad.

Este nuevo modelo de asistencia será controlado fi-nanciera y administrativamente por los poderes pú-blicos. La claridad en la gestión, la rentabilidad y la eficacia, serán los principales objetivos, a los que cabe sumar la inclusión de cuadros médicos y la especia-lización en función de las diversas patologías que se atiendan en ellos.

Como apunta Rosen (1985) en El hospital, sociología histórica de una institución comunitaria, “Este mismo periodo fue testigo de la asociación del hospital con la profesión médica, pero el médico aún no era parte del hospital y seguía siendo independiente. Esta asociación sirvió de base para otra tendencia que, a partir del siglo XVII en adelante, haría que la medicina aprovechara cada vez más el hospital para estudiar las enfermedades y para su propia educación práctica. La idea de que el hospital debía servir tanto para el tratamiento de los enfermos como para el estudio y la enseñanza de la medicina, iba a tener consecuencias extraordinaria-mente fructíferas en los siglos posteriores”.

La ciencia medieval. Actuación ante las pestes. Crisis de los siglos XIV y XV.

No se puede decir que la crisis global del siglo XIV y en especial la de su segunda mitad, fuesen causada por la peste, aunque sin duda contribuyó a acentuar-la. En cualquier caso confluyeron en esta época junto a la peste otras circunstancias y hechos funestos para la vida económica catalana como fueron: la gran ma-tanza de judíos de 1391 con la revuelta y asalto al Call (barrio situado al noroeste de la plaza Sant Jau-me entre las calles del Banys Nous, del Call y de Sant Doménech del Call) promovida por predicadores castellanos, y la fastuosidad de la corte del rey Joan I que agravó las dificultades económicas.

En 1424 la expulsión definitiva de los judios supuso un fuerte descenso de la población. Además, en 1492 con el descubrimiento de América los reyes Católi-

1 / Danza tradicional de la Muerte que se celebra en el municipio de Verges, Girona. Imagen de lavanguardia.com.2 / Médico alemán con vestimenta para prevenir el contagio de la peste (siglo XVII). El pico es una máscara de gas primitiva, rellena con sustancias que se pensaba alejaban la peste. Imagen de es.wikipedia.org/wiki/Peste.3 / Médico de la peste. Imagen de medbook.es/photo/medico-de-la-peste?context=user.

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cos confieren a Sevilla el monopolio del comercio con América, lo cual supuso un empobrecimiento adicional del puerto de Barcelona. La situación era decepcionante por cuanto la expedición de Cristóbal Colón se había financiado con bienes de la Corona Catalano-Aragonesa.

Los siglos de la Baja Edad Media estuvieron sin duda afectados por diversas enfermedades que, cuando adquieren carácter epidémico, pasan a convertirse en fenómenos de gran magnitud social y colectiva. La peste, entre otras muchas epidemias (tifus, lepra, sudor anglicus, ignis sacer) constituye una de las pan-demias que durante más tiempo y de forma más dura atacó al occidente europeo.

En realidad, en la Edad Media se usaba la palabra peste y plaga, para referirse a cualquier calamidad.

La epidemia de la peste negra viaja a Europa por la ruta de la seda desde la China. Los mercaderes la propagan hasta las costas del mediterráneo, siendo las ciudades más afectadas las portuarias y comercia-les. La peste negra, que asoló a Europa entre 1347 y 1400, fue la más mortífera de todas las epidemias. Se estima que la peste negra mató a un 30% de la población Europea, llegando en Catalunya a ser de un 40%, y de hasta un 60% en Marsella.

La peste negra se convirtió en una enfermedad en-démica con rebrotes periódicos cada seis a dieciocho meses durante casi dos siglos. Hasta el siglo XVIII la peste continuó visitando las ciudades europeas, aun-que afortunadamente cada vez con menor virulencia.

La medicina medieval se vio impotente contra la pes-te. La ignorancia sobre el agente causal de la enferme-dad y su mecanismo de propagación, llevó a cometer muchos errores, no sólo en el tratamiento de la enfer-medad sino también en los medios para prevenir el contagio. Los tratamientos se basaban al igual que en otras dolencias, en la alimentación, la purificación de la sangre, las sangrías y la administración de brebajes a base de hierbas aromáticas y piedras preciosas moli-das. Las medidas colectivas para prevenir el contagio

eran sobre todo de aislamiento, cerrando por ejem-plo los portales de la muralla o estableciendo cua-rentenas. Algunas medidas ineficaces se referían a la limpieza de torrentes, acequias, marjales, etc.; todas estas medidas venían acompañadas de otras órdenes de carácter conminatorio encaminadas a obligar a su cumplimiento.

Del ambiente de angustia existencial surgen grupos radicales como los flagelantes y, por contraste, sur-ge un vitalismo explosivo caracterizado por un gran desenfreno y por la pasión hacia los bienes terrenales.

Las consecuencias de estas epidemias fueron desas-trosas para la vida ciudadana, sobre todo en su as-pecto demográfico. No obstante, la comprensión de la enfermedad como hecho social, conlleva un cierto proceso de modernización de las actitudes colectivas e institucionales ante la salud y un cierto avance so-cial, cultural e incluso científico.

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Pobres y enfermos. Los documentos de la época utili-zan sistemáticamente ambos vocablos para aludir a los hospitalizados y es que de hecho no eran dos realidades diferenciadas, sino una sola expresada en dos términos distintos. Esto es perfectamente lógico ya que en la socie-dad medieval la enfermedad era una de las formas en que se manifestaba la pobreza. De ahí, precisamente, la importancia que tenían los hospitales para las clases populares, ya que, los ricos, cuando enfermaban podían recibir asistencia médica a domicilio, pero los pobres de-bían de acogerse a los hospitales para recuperar la salud.Baydal, V. (2012) Els hospitals de pobres i malalts a Barcelona i València (siglos XII-XVI).

Los colectivos marginales de la ciudad se localizaban en lugares determinados donde, a causa de la pobre-za, se rayaba en la delincuencia. En una carta real de 1408 vemos como se incluye en un mismo grupo, a los pequeños delincuentes y a los pobres que por algún defecto físico no podían trabajar; a todos se les sitúa cerca del actual Portal de l’Àngel (junto a la Pla-za de Catalunya), y en el llamado Portal dels Orbs. En esta zona vivían lisiados, ciegos, cojos y también prostitutas y alcahuetas; también cerca de allí, en la parte alta de la Rambla, estaba la Porta dels Bergants, lugar por donde se movían muchos desvalidos y que era centro de reunión de los jornaleros que busca-ban trabajo, que circunstancialmente se añadían a los grupos en cierta manera conflictivos.

Los hospitales eran lugares pensados para socorrer a ciertos colectivos con dificultades, pero no esta-ban pensados como espacios marginales, ya que se consideraba que disponer de un buen hospital daba prestigio a la ciudad. Los hospitales eran “una especie de talismán donde se practicaban las obras de mise-ricordia, mediante las cuales la ciudad, sin duda se preservaba de infortunios y males y los ciudadanos barceloneses por las limosnas hacían que se cumplie-sen estas cosas dichas y vivían en paz y concordia.” , afirma Teresa Vinyoles i Vidal (2003).

A finales del siglo XIV existían en Barcelona peque-ños centros hospitalarios o “Cases de Malalts”, que

habían surgido, en épocas anteriores de bonanza eco-nómica, especialmente de la mano de la Iglesia.

Se encontraban frecuentemente anexionados a una capilla y a un cementerio. Normalmente estaban ubi-cados en los arrabales, próximos a las puertas de sali-da y entrada de las murallas de la ciudad.

Describiremos resumidamente los centros hospitala-rios que existían en la ciudad en 1401. Los diferentes nombres de la institución, hacían referencia bien al fundador de la misma, o al uso que se le daba o a los santos a los cuales estaba consagrada. De aquellos pequeños centros hospitalarios, en la actualidad sólo se conservan las Iglesias o Capillas parroquiales a los que estaban adheridos junto a sus cementerios.

Hospital d’En Marcús (1166-1401) Calle dels Carders – Calle Montcada.

Dependía del municipio. Construido de 1166 a 1188 por el banquero Bernat Marcús para peregrinos y pobres.

El recinto lo formaban el hospital, la capilla y el ce-menterio. Estaba situado en la confluencia de las calle Carders (antiguo camino romano que atravesaba la ciudad de este a oeste) y la calle Montcada (ver gráfi-co al final del capítulo). Era un lugar muy transitado por ser vía de acceso a la ciudad para peregrinos y viajeros. Como era habitual en esta época, las dona-ciones y legados testamentarios fueron su principal fuente de sus ingresos y eran gestionados por el mu-nicipio.

La capilla es el único resto que queda del recinto ori-ginal. Posee una cripta del siglo XVII. Fue cofradía de “Los Troters” desde 1787. En 1860 se le añadió una planta. Los incendios de 1906 y 1936 acabaron de desfigurarla. La Reconstruyó el arquitecto muni-cipal Adolfo Florensa.

·2Hospitales de pobres y enfermos en Barcelona. “Les Cases de Malalts”

Baydal, V. (2012) Els hospitals de pobres i malalts a Barcelona i València (s.XII –XVI). http://harcajmv.blogspot.com.es/2012/11/els-hospitals-de-pobres-i-malalts.html

Conejo da Pena, A (2002) Assistència i hospitalitat a l’Edat Mitjana. L’arquitectura del hospitals catalans. Tesis Doctoral en Historia del Arte. Universitat de Barcelona.

Vinyoles i Vidal, T (2003). Espais marginals de la Barcelona del Baixmedieval. El món urbà a la Corona d’Aragó del 1137 als decrets de Nova Planta. Universitat de Barcelona.

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1 / Representación gráfica de los seis Hospitales o Cases de Malalts referidos en el Llibre de Taula de 1674. Por orden de izquierda a derecha: Hospital d’En Colom; Hospital d’En Vilar; Hospital de Sant Llàtzer; Hospital d’En Marcús; Hospital de Pere Desvilar y Hospital dels Peregrins.2 / Capilla del Hospital d’En Marcús.

Hospital de Sant Llàtzer (1141/1171-1906). Plaza del Pedró.

Denominado también: Hospital dels Masells, Casa de malalts y Hospital de Santa Margarida.

Dependía del Capítulo catedralicio. Tenía como fina-lidad la acogida y la atención de leprosos.

Fundado en el siglo XII y construido a las afueras de la ciudad por el obispo Guillem de Torroja, en el cruce de los caminos de Montjuïc y del Llobregat, muy próximo a la puerta de la Boquería y la puerta de Ferrisa.

En 1401 pasó a depender del Hospital de la Santa Creu. Una vez construido el tercer recinto de mura-lla, hubo intentos en el siglo XV para ubicarlo fuera de ella; si bien hasta el siglo XX no se conseguiría.

El hospital primitivo ocupaba toda una manzana en-tre las calles del Carme y del Hospital. En 1821 tras la supresión del cementerio, se procedió al derribo del atrio de la capilla para formar con ambos la actual plaza del Pedró. Al cerrar el servicio parroquial en 1913, las construcciones vecinas invadieron parte de la capilla. En la actualidad, el ábside en la actualidad se encuentra aprisionado entre dos edificaciones ve-cinales, en una pequeña plaza abierta a la calle Sant Llàtzer.

Los responsables del hospital eran dos hombres: un clérigo que se ocupaba de las cuestiones religiosas y un administrador laico que se ocupaba de las cuentas. De los enfermos se ocupaban dos mujeres, la ama de llaves y la sirvienta; no se preveía ningún profesional de la medicina y tampoco había previsión de gastos para medicinas o remedios. Administrativamente se contemplaba la prioridad para admitir a los enfermos (posiblemente debían faltar plazas). Todo ello hace suponer que había un grupo de mujeres que se ocu-paban de los enfermos por caridad; eran posiblemen-te “las beguines” que aparecen en el siglo XV, perso-nas que llevaban una vida religiosa en el mundo, al margen de cualquier regla o claustro.

1 / Capilla de la plaza del Pedró que pertenecía a la leprosería de Sant Llàtzer.2 / Ábside aprisionado entre las edificaciones.3 / Vista aérea del Hospital de Sant Llàtzer y de la antigua masía de Can Masdeu. Imagen de delasantacreuasantpau.blogspot.es.

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1 y 2 / Hospital d’En Colom. Actualmente el edificio se utiliza como sede de exposiciones municipal.

1 / Fachada de la Iglesia del Hospital de la Santa Creu. Antiguo Hospital del Canonge Colom.2 / Espacio donde se localizaban las dependencias adjuntas al Hospital del Canonge Joan Colom. Recinto formado por: hospital, iglesia, claustro y cementerio.

En el año 1906 se produce el traslado del Hospital de Sant Llàtzer, pasando los enfermos a ocupar una antigua masia (Can Masdeu) que previamente había sido adjudicada por subasta al Hospital de la Santa Creu. Todavía se pueden localizar sus restos en las afueras de la vila de Horta, en la falda de Collserola junto al actual Hospital de Sant Llàtzer que funcio-nó de 1902 a 1973.

Hospital d’en Colom (1219-1401) Calle Hospital, 56.

Denominado también Hospital de Sant Felip i Sant Jaume. Fue fundado en 1219 por Joan Colom, Ca-nonge de la catedral con la finalidad de acoger a po-bres y enfermos.

Un interesante inventario de los bienes del hospital publicado por Josep Mª Roca, proporciona un im-portante volumen de información a propósito de las características de este edificio. Contaba con un total de treinta y una camas y, entre otras dependencias, destacaban: una sencilla clausura limitada por cerra-mientos de madera, una capilla con altar, un celler, un patio, una despensa, una cocina, un establo, y diversas estancias para el personal y el servicio de la institución.

A principios del siglo XV (de 1401 a 1444) el edificio fue transformado y ampliado para convertirlo en la iglesia del Hospital de la Santa Creu que se encon-traba en los inicios de su proceso ejecutivo.

En 1728 se le encarga al arquitecto y escultor Pere Costa edificar una nueva fachada para esta iglesia del Hospital de la Santa Creu, con el fin de alinear el edificio con la calle Hospital. En 1730 se construye un ábside en el extremo septentrional.

Gracias a las obras realizadas en el siglo XX podemos apreciar su gran nave rectangular cubierta por una bóveda de cañón ligeramente apuntada y lisa, sin ar-cos de refuerzo.

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1 / Hospital dels Peregrins. Nave gótica del crucero del siglo XIII.2 / Blasón de Los Templarios.

Hospital dels Peregrins (1234-1646) Calle Santa Anna 27-29.

Denominado también Hospital de Sant Salvador o de Santa Eulàlia del Camp.

Dependía del municipio y estaba dedicado principal-mente a la acogida y atención de viajeros y peregrinos que llegaban a Barcelona. Estaba ubicado extramu-ros, junto al antiguo Portal Nou, y a los huéspedes se les proporcionaba cama durante tres noches, ali-mento y bebida.

Sus inicios datan de 1141 con la construcción de la casa del Santo Sepulcro de Santa Anna. A mediados del siglo XII se construye la iglesia. El edificio ac-tual conserva la estructura en planta de cruz griega, el ábside cuadrangular y las cubiertas con bóveda de medio punto ligeramente apuntado. Hacia 1300 se esculpió la puerta principal de la iglesia. En 1478 se construye el claustro inferior y la sala capitular. El monasterio no se organiza como tal hasta 1420 cuan-do dos comunidades de frailes se fusionan y fundan en la Casa del Sant Sepulcre un priorato que se llamó de Santa Anna y de Santa Eulalia.

En fecha anterior a 1234 un matrimonio formado por Benigne de Canet y Pereta construyeron cerca del Portal Nou una capilla dedicada a Sant Salvador y un hospital de pobres, cuyo gobierno cedieron al monas-terio de Santa Eulalia, por este motivo la institución sería conocida tradicionalmente como Hospital de Santa Eulàlia del Camp o de Sant Salvador.

El hospital fue demolido a mitad del siglo XV por los propios barceloneses con motivo de la guerra de Joan II, para evitar que cayese en manos de los enemigos debido a su ubicación. Fue reedificado rápidamente funcionando de forma ininterrumpida hasta que en 1646 fue definitivamente destruido.

El edificio del antiguo convento ha ido desaparecien-do a consecuencia de sucesivos derribos, el último en 1827. En la actualidad sólo permanecen la iglesia, el claustro y la que fue la sala capitular.

1 / Hospital dels Pelegrins. Cimborrio encima del crucero.2 / Claustro del siglo XV cuadrado con diez arcadas por lado. Arcos apuntados en planta inferior y rebajados en la superior.

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pobres que inicialmente eran cuatro. El 30 de julio de 1311, Pere Desvilar modifica el testamento aumen-tando el número de pobres que pasaron de cuatro a doce y paralelamente determinó que se habilitase una estancia como dormitorio, de forma que se pudiera ofrecer una cama a todo aquel que dada su situación extrema, no tuviese lugar para pasar la noche. El es-tablecimiento disfrutó de legados particulares que supusieron la principal fuente de sus ingresos. Con el tiempo el hospital fue quedando pequeño y ésta es la razón por la que en la segunda mitad del siglo XIV se decide rehacerlo por completo.

Al fusionarse los hospitales en el Hospital General de la Santa Creu, las dependencias del Hospital d’en Pere Desvilar son cedidas a particulares. En el siglo XVIII, con motivo de la guerra de Sucesión, Felipe V ordena la destrucción total del barrio de la Ribera para proceder a la construcción de La Ciutadella mi-litar. Esta decisión comporta la destrucción de más de ochocientas casas, entre ellas, conventos, iglesias y las estructuras del antiguo Hospital d’en Pere Desvilar.

Después de haber sufrido las durísimas epidemias de peste que azotaron a Europa de 1348 a 1400, estos pequeños centros se encuentran sin recursos, por ello las autoridades laicas deciden fusionar a estos peque-ños centros en uno sólo que sea capaz de atender los servicios que reclama la sociedad.

Este fue el origen y la razón de construir el Hospital de la Santa Creu.

El Hospital d’En Vilar (1256-1401) Plaza del Pedró - Calle Sant Antoni Abad.

Denominado también de Hospital de Sant Macià y vinculado al Capítulo de la Catedral.

El 24 de octubre de 1256, el canónigo Pere del Vi-lar establecía en su testamento la fundación de un hospital. La construcción se llevaría a término en un terreno que el propio testador había comprado en la plaza del Pedró, terreno muy próximo al Hospital de leprosos de Sant Llàtzer. Todos sus bienes pasarían igualmente a partir de aquella fecha al hospital y a sus pobres. En él se acogerían pobres y enfermos con especial mención a los marineros ancianos y enfer-mos. El hospital contaba con un departamento para hombres de tres naves y 22 camas, otra nave para mujeres de seis camas y varias estancias secundarias indispensables para el buen funcionamiento del hos-pital. Aún después de fusionarse con otros hospita-les en el Hospital de la Sant Creu, el Hospital d’En Vilar continuó funcionando como un apéndice del mismo ofreciendo acogida, cama, ropa y alimentos a toda persona necesitada.

No se localizan ningún tipo de restos arquitectónicos.

El Hospital d’en Pere Desvilar (1308-1841) Pla de Llull, barri de la Ribera.

Denominado también Hospital de Santa Marta o de l’Almoina, estaba administrado directamente por el Consell de Cent.

El 20 de abril de 1308 el ciudadano Pere Desvilar, armador de barcos y Conseller, dispuso en su testa-mento la fundación de un hospital para la atención de pobres. Se establece en un lugar ocupado por un oratorio y unas casas de su propiedad en el pla de Llull, en el suburbio denominado Vilanova (actual barrio de la Ribera).

La razón de ser de las pías almoinas era proporcionar alimento a la gente necesitada, pero no un espacio para dormir. Se daba de comer a un número fijo de

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Localización en el plano de la ciudad medieval del Hospital de la Santa Creu y de les Cases de Malalts

H. Antic Hospital de la Santa Creu (1401-1931) 1. Hospital d’En Marcús (1166-1401). Atención de peregrinos y pobres.2. Hospital de Sant Llàtzer (1171-1906). Acogida y atención de leprosos.3. Hospital d’en Colom (1219-1401). Acogida de pobres y enfermos. 4. Hospital dels Peregrins (1234-1646). Acogida y Atención de viajeros y peregrinos. 5. Hospital d’En Vilar (1256-1401). Acogida de pobres y enfermos (marineros ancianos, especialmente). 6. Hospital d’en Pere Desvilar (1308-1841). Atención de pobres.

3r recintoamurallado

2º recintoamurallado

1r recintoamurallado

La Rambla(Torrent de Collserola)

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Fundación del hospital. Unificación de centros hospitalarios

De los seis centros hospitalarios que existían en la se-gunda mitad del siglo XIV en Barcelona, tres estaban administrados por el municipio y tres por el capítulo catedralicio.

Durante las décadas centrales del siglo XIV, cuando la crisis fue más dura (la peste del 1348 y la crisis demográfica posterior), muchos de los hospitales ex-perimentaron graves problemas y, algunos de ellos, estuvieron a punto de desaparecer.

A principios de 1401, el Consell de Cent decide fun-dar un nuevo hospital que fusionase a los existentes en un único y gran centro. Para llevar adelante el proyecto, se nombra a una comisión encargada de negociar con la Iglesia y, en marzo del mismo año, se acuerda constituir el Hospital o Casa de la Santa Creu.

El rey Martí l’Humà (1356-1410) asiste al acto fun-dacional acompañado de su esposa Maria de Lluna (1358-1406). En documentos de la Cancellería Real se refiere que: “el rey Martí l’Humà hace donación de la piedra que había sido reservada para construir un palacio y que se encontraba delante de las Drassanes”.

La validación de la escritura fundacional del hospital se realizará el 19 de junio de 1404 por Joan Torró como notario público de Barcelona.

No es de extrañar la falta de representación del poder eclesiástico en el importantísimo acto fundacional ya que la participación económica del Capítulo Cate-dralicio en la construcción y mantenimiento del nue-vo hospital fue pequeña, por no decir casi nula, sobre todo en los primeros años. En cambio, el municipio y en especial la realeza asumieron un papel relevante.

·3El Hospital General: el Antiguo Hospital de la Santa Creu

1 / Martí l’Humà. Imagen de es.wikipedia.org/wiki/Martin_I_de_Aragon.2 / Maria de Lluna. Imagen de elinformalsegorbino.blogspot.com.

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Ubicación

A lo largo del último cuarto del siglo XIV, en el reina-do de Pere III El Cerimoniós (1319-1387), se acabó de construir la tercera muralla de Barcelona (la de la Ronda de Sant Pau y de Sant Antoni). Este nuevo recinto (el actual Raval) que se creaba entre las dos murallas, resultaba tan grande como el de la ciudad contenida propiamente dentro de la segunda mura-lla. Con esta actuación, no se pretendía ampliar la ciudad, ya que la muralla de la Rambla no se derribó hasta 1859, sino que el objetivo era proteger un espa-cio rural para que, en caso de sitio militar, estuvieran protegidos además del entramado social, también las huertas y el ganado, tan necesarios para la supervi-vencia. En esta zona de extramuros se ubicaban una serie de construcciones que necesitaban también pro-tección como el monasterio de Sant Pau del Camp, el convento del Carme, y los hospitales de Sant Llàtzer, d’En Vilar y d’En Colom.

El lugar parecía idóneo (entre huertos y fuera de la ciudad) para la ubicación del nuevo hospital. Se acordó así que el nuevo edificio se construiría en el solar ocupado entonces por el Hospital d’En Colom, entre el segundo y tercer recinto de las murallas de Barcelona.

Gestión

El hospital, administrado por la MIA (Muy Ilustre Administración) será regido, según el acuerdo, por dos canónigos electos y dos ciudadanos nombrados por los “Consellers”, todos ellos designados para ejer-cer durante dos años consecutivos. Los encargados de recaudar fondos eran dos administradores, uno laico y el otro eclesiástico.

Si hasta 1714 la hegemonía en la MIA la tuvo el brazo civil, durante el periodo borbónico hubo una evidente desafección de los concejales, tras eviden-ciarse un creciente poder religioso en la Junta, lo que condujo a transformar un hospital civil a un hospital religioso. Este hecho motivó que el papel de los mé-

dicos fuese menos relevante. De la misma manera, ya mucho más adelante, los cambios en la formación médica (durante el siglo XIX) llevaron a muchos mé-dicos a criticar el funcionamiento del hospital y la persistente subordinación del mismo a los intereses religiosos. De hecho, las inspecciones municipales de 1847 y numerosos escritos en la prensa cuestionaban la política asistencial de la Institución.

La aplicación de la Ley de Beneficiencia de 1849 y el Reglamento de 1852, pero sobre todo la desamorti-zación de una buena parte de su patrimonio rústico y urbano mediante las leyes de Madoz, pusieron en cuestión la independencia del hospital de los poderes públicos. Según esta Ley de Beneficencia, los “esta-blecimientos de Beneficencia debían ser públicos” y se establecía un sistema de gestión que controlaba el Ministerio de gobernación del reino de Isabel II.

Así pues, con el objeto de mantener la independen-cia del hospital, la administración favoreció su con-versión en hospital de beneficencia privada, estatuto que mantuvo durante largos años hasta la entrada en vigor de los acuerdos de la MIA y la Generalitat (provisional) de Catalunya en 1978. Estos acuerdos supusieron la entrada de la Generalitat de Catalunya en la administración del hospital y el consiguiente nombramiento por parte de ésta de su Presidente.

La enseñanza de la medicina. Traslado de la facultad y del hospital

Desde 1539, año en que se crea la Universitat de Bar-celona, hasta 1906, se mantiene la enseñanza de la medicina en el Hospital de la Santa Creu (excep-tuando en el periodo borbónico de 1717-1764 en que se clausuran todos los centros universitarios en Cataluña: Barcelona, Lleida, Girona, Tarragona, Vic y Tortosa).

Finalmente en 1764 vuelve la enseñanza al Hospital de la Santa Creu, pero esta vez en el edificio del Reial Col·legi de Cirurgia donde se inaugura el prestigioso teatro anatómico.

1 / Pere III el Cerimoniós (denominado el del “punyalet”). Imagen de diplomaticapuntcat.blogspot.com.es.2 / Pintura de Barcelona (vista desde Montjuïc) siglo XVI. En primer plano, zona de cultivos exterior al tercer recinto amurallado. Entre la segunda y la tercera muralla se localizan el Monasterio de Sant Pau del Camp y el recinto del Hospital de la Santa Creu. Imagen de Institut Cartogràfic de Catalunya: cartotecadigital.icc.cat.

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Posteriormente, en 1843, después de las obras de adaptación del edificio del Reial Col.legi de Cirurgia, se instala en él la nueva Facultad de Ciencias Médi-cas.

Más tarde, la generación de médicos catalanes de 1888 consiguen con su espíritu innovador, promover el traslado de la Facultad de Medicina del pequeño y viejo edificio, que había quedado ya obsoleto, al nuevo edificio del Eixample barcelonés. En efecto, la facultad se traslada al recinto del actual Hospital Clí-nic en 1906 y, por otro lado, el Hospital de la Santa Creu se traslada al Hospital de la Santa Creu i Sant Pau en 1931.

En 1926 el Ajuntament compra el viejo Hospital de la Santa Creu y procede a su reconstrucción.

La asistencia al enfermo en el Hospital de la Santa Creu. Donaciones

Durante el siglo XV las funciones básicas del hospital son las de ayudar al enfermo a comer, beber, mitigar el dolor y la infección. El hospital daba comida cada día a unas 1500 personas. La mortalidad en 1439 era de un 75% de los ingresados.

Por privilegio del Papa Benedicto XIII se autoriza en documento papal la administración de sacramentos a los enfermos del hospital y, a la vez, se concede permiso para enterrar a los muertos en el cementerio d’En Colom, como se venía haciendo anteriormen-te en la Casa de Malalts d’En Colom (lugar donde como hemos ya mencionado, se inició la construc-ción del hospital).

Están documentadas las innumerables donaciones que se hicieron para construir el hospital y posterior-mente para su mantenimiento: florines de oro, libras, “morabatines”, propiedades (casas, huertos, terre-nos), rentas, usufructos, materiales diversos (piedra de Montjuïc, maderas, cerámicas), cesión de esclavos o presos como jornaleros de obra, etc. Las donacio-nes procedían de la Corona de Aragón, del Papado,

del Consell, de caballeros, de ciudadanos o de mer-caderes y en ocasiones de Privilegios Reales como fue en el caso del Teatro Principal de La Rambla (el más antiguo de Barcelona).

El Teatro Principal (actualmente en fase de remodela-ción) se fundó en el año 1579 gracias a un Privilegio del rey Felipe II que permitía a los administradores del Hospital de la Santa Creu disponer de una sala, para la representación de música y de teatro para la recaudación de ingresos destinados a la institución hospitalaria. Estaba regido por una junta de canó-nigos que lo arrendaba al empresario que ofrecía las mejores condiciones. Se llamó Teatre de la Santa Creu hasta 1840 cuando recibió el nombre de Teatre Principal. En la planta superior tenía su sede el Ate-neu Barcelonès.

En el siglo XVI, acabadas las obras de la primera y se-gunda fase del hospital, su capacidad era de unas 400 o 500 plazas. La mortalidad, en comparación con épocas anteriores, había descendido hasta un 25% y la duración media de la estancia de los enfermos era de 21 días. Desde finales del siglo XVI, una entrada importante de ingresos era la provinente de la caridad directa, pero cuando era insuficiente, el Consell pe-día a los obispados que se hicieran colectas públicas para el hospital. Los Consellers hacían donaciones oficiales cada vez que se reunían las Cortes.

La actividad del Hospital General aumenta rápida-mente; en el año 1610 se efectuaron ya 5.000 in-gresos. Las condiciones asistenciales de las salas no permitían la convivencia de enfermos, expósitos y locos, lo que motivó que se derivaran a otros centros los leprosos, los enfermos mentales y los crónicos. En efecto, los enfermos leprosos fueron trasladados al Hospital de Sant Llàtzer de la plaza del Pedró (que se encontraba a 150 metros del Hospital de la San-ta Creu) y más adelante al Hospital de Sant Llàtzer de Collserola (Guineueta); los enfermos crónicos pasaron a la Casa de la Misericòrdia y los enfermos mentales fueron trasladados de un lugar a otro, hasta

1 / La Rambla y el Teatro Principal de Nicolás Chapuy (1842).

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que se inauguró el Hospital Mental de la Santa Creu también en la Guineueta.

En 1636 se incendiaron varias salas del hospital, ade-más se produjo el ingreso de unos 2.000 soldados a causa de la Guerra de los Treinta años entre Austria y Francia. El Conde Duque de Olivares mantuvo el ejercito real durante catorce años en Cataluña con los consiguientes abusos de la soldadesca, robos, ho-micidios, violaciones, etc. Los administradores del hospital pidieron al rey Felipe IV que les conceda privilegios de los que pudiera beneficiarse el hospital para compensar las pérdidas.

Tras la desamortización de Mendizábal en 1835 (des-amortización eclesiástica) y las leyes de Pascual Ma-doz, ministro de hacienda en 1852 (desamortización civil), el hospital se empobrece al perder gran parte de su patrimonio eclesiástico y civil (casas, huertos, etc.). Se calcula que ambas leyes expoliaron un 20% de la superficie de las tierras de España. De todo lo desamortizado el 30% pertenecía a la Iglesia, el 20% a la beneficencia y el 50% eran propiedades munici-pales. El ingreso conseguido por el Estado fue incluso el doble en la desamortización de Madoz que en la de Mendizábal.

Las tierras expropiadas eran luego compradas en subasta por los nobles y burgueses. Lo ingresado se utilizaba para amortizar la deuda pública del Estado.

La expropiación de las tierras comunales (las que podían ser utilizadas por todos los vecinos), supu-so que los jornaleros o campesinos sin la tierra que trabajaban, perdieran un valioso complemento para su precaria economía; este incremento de la pobreza suponía a su vez un incremento de las hambrunas y de las enfermedades.

Años más tarde, en 1924, el Estatuto Municipal de Calvo Sotelo derogó definitivamente las leyes sobre la desamortización de los bienes de los pueblos y con ello la desamortización de las Leyes de Madoz.

Hacia 1854 la situación era insostenible. El creci-miento de la ciudad llegó a colapsar el hospital. A final del siglo XIX, las tendencias higienistas reco-mendaban que los hospitales debían estar fuera de los núcleos urbanos. El edificio del hospital no admitía ya una ampliación que garantizase las medidas de hi-giene, especialmente por la falta de medios y por el hacinamiento a que estaban sometidos los enfermos; todo ello agravado por la insalubridad de la zona en la que se habían instalado nuevas industrias. Las salas de maternidad fueron entonces transferidas a la Casa de la Maternitat i Expòsits de la calle Ramelleres en el barrio del Raval. Como consecuencia de esta ex-trema situación, a finales del siglo XIX, el hospital se verá abocado a un traslado inminente.

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·4Del antiguo Hospital de la Santa Creu al Hospital de la Santa Creu i Sant Pau

A / Antiguo Hospital de la Santa CreuB / Sala de Enfermos. Naves este, norte y oesteC / Casa de la ConvalescènciaD / Reial Col·legi de CirurgiaE / Casa de MisericòrdiaF / Casa Provincial de CaritatG / Casa de Maternitat i Expòsits de Les CortsH / Hospital de la Santa Creu i Sant Pau

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AAntiguo Hospital de la Santa Creu Siglos XV-XVIIICalle del Carme, 56 - 47

Declarado Monumento Histórico-Artístico de Interés Nacional (3 de junio de 1931).En la actualidad acoge diversas instituciones culturales como son: la Biblioteca Nacional de Catalunya; las dos Bibliotecas Públicas: Santa Creu y Sant Pau; la Escola Massana (UBA); el Institut d’Estudis Catalans; la Reial Acadèmia de Farmàcia y la Reial Acadèmia de Medicina.

Como Hospital General para pobres y enfermos, se mantuvo activo aproximadamente 500 años (1457-1930) con 450 plazas disponibles. Nació del acuerdo entre el Consell de Cent y el Obispado con la finali-dad de agrupar las instituciones hospitalarias existen-tes (6 Casas de Malalts) en una sola, con el fin de ra-cionalizar el sistema hospitalario y su administración económica. En septiembre de 1401, el Papa Benedic-to XIII concedió la bula fundacional, confirmando así el acuerdo entre el Consell de Cent y el Obispado.

En el siglo XV el hospital estaba situado fuera de las murallas y rodeado de huertos. En el siglo XIX había quedado rodeado de industrias insalubres; a finales de este siglo, las tendencias higienistas limitaban el número de camas y recomendaban que los hospita-les estuvieran ubicados fuera de los núcleos urbanos. El hospital se desbordaba por el fuerte crecimiento demográfico; los enfermos estaban hacinados y las medidas higiénicas eran insuficientes. En 1926 el Ajuntament de Barcelona compra el hospital y se ocupa de su reconstrucción. En 1930 finaliza el des-alojo y en 1931 se traslada al Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, a los pabellones proyectados por Domenèch i Montaner en el Eixample (construido de 1902 a 1930).

El Hospital de la Santa Creu se ubicó en el Raval, en el lugar donde se encontraba el Hospital d’En Co-lom y sus patios circundantes. El proyecto, siguiendo el modelo medieval, disponía naves de dos plantas alrededor de un claustro rectangular. Al finalizar las naves de levante, norte y poniente, las escaleras mo-numentales estaban ya iniciadas en el espacio donde debía levantarse la cuarta nave. El claustro quedó sin cerrar y ésto permitió que el recinto creciera hacia el sur, hasta el límite que marcaba la calle Hospital.

Las obras se inician en 1401, y se ejecutan por fases durante los siglos XV-XVIII (gótico, renacimiento, barroco, neoclásico).

• Fase I (siglo XV). Nave de levante, parte de la norte, el patio claustral y la capilla.

• Fase II (siglo XVI). Nave de poniente, lo restante de la norte y las escaleras monumentales.

• Fase III (siglo XVII). Casa de La Convalescència que se anexionará al hospital por su nave norte. Nave sur de la calle Hospital.

• Fase IV (siglo XVIII). Reial Col·legi de Cirurgia.Unificación de fachadas en la calle Hospital. La restauración general del antiguo hospital y la ins-talación de la Biblioteca de Catalunya, la asume en 1990 el arquitecto municipal Adolfo Florensa.

Las tres naves góticas de dos plantas que forman un patio claustral en “U” sin cerrar, son el núcleo con el que se inicia la construcción del hospital; se edifican en el largo periodo comprendido entre 1401 y 1600.

La construcción se inicia en la nave de levante (1401-1406) para favorecer la comunicación con el hospital o “Casa de Malalts” del Canonge Colom. Este pe-queño hospital pasó a formar parte del Hospital de la Santa Creu, reconvirtiendo una de sus naves en la ca-pilla del hospital, después de realizar las consiguien-tes obras de adaptación de 1401 a 1444. De 1511 a 1600 se construyen la nave norte y la de poniente.

Para delimitar el espacio de uso hospitalario y pro-teger su recinto (de los colectivos marginales de la ciudad, que abundaban en esta zona) mientras las obras avanzaban hacia la calle Hospital (pero inte-rrumpidas por largos periodos de guerras, epidemias, hambrunas, etc.), se instaló una reja que mantenía cerrado el recinto del patio porticado, por su cara sur.

En la planta baja del claustro, en el ala de levante se ha habilita una sala donde se ofrecen espectáculos teatrales y una sala para actividades culturales (expo-siciones, conferencias, ciclos de cine, etc.).

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1 / Calle Hospital, 56.2 / Calle del Carme, 47.3 / Fachada de la capilla del hospital. Inicialmente “Casa de Malalts” del Canonge Colom.

Maqueta propiedad de la Biblioteca de Catalunya realizada por el arquitecto Joan Rodón para el proyecto de reforma de las naves en 1990.

1. Institut d’Estudis Catalans. Casa de la Convalescència, 1629-1680.2. Patio Claustral, 1406-1414.3. Reial Acadèmia de Medicina. Reial Col·legi de Cirurgia, 1762-1764.4. Biblioteca de Catalunya. Nave de poniente, 1511-1600. Salas de enfermos del hospital.5. Biblioteca de Catalunya. Biblioteca de Sant Pau y Sant Roc. Planta baja. Nave de levante, 1401-1406. Salas de enfermos del hospital.

6. Escola Massana. Conservatorio Municipal de Artes Suntuarias Massana. 7. Escaleras monumentales de Sant Roc y de la Caritat, 1585. Conducían a las grandes salas de enfermos de la planta superior.8. Chaflán, 1736-1749.9. Capilla, 1401-1444. Antigua Sala dels Malalts d’En Colom. Hospital del siglo XII.10. Unificación de la fachada, siglo XVIII. Edificio de oficinas de administración.

Maqueta del recinto hospitalario realizada en 1990

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1 y 2/ Capiteles góticos del claustro.3 y 5/ Las obras del claustro se iniciaron en 1406 bajo la dirección de Guillem d’Abiel, al cual se le impuso en el contrato su finalización para 1417. El claustro es de una planta y está realizado con arcos ojivales, bóveda de crucería con claves y contrafuertes adosados a los pilares.

4 / Una de las naves de la planta inferior del antiguo Hospital de la Santa Creu adaptada a las sala de las Bibliotecas públicas de Santa Creu (infantil) y de Sant Pau (adultos). Naves cubiertas por bóvedas de crucería con nervios y plementarias de piedra.

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1 y 2 / Puerta de acceso a los jardines de Rubió i LLuch desde la calle Hosptial, 56.3 y 6 / Ventana de reja renacentista de la antigua farmacia del hospital por donde se libraban los medicamentos; actualmente en este espacio tiene su sede la Reial Acadèmia de Farmàcia de Catalunya.4/ Escultura barroca de la Santa Creu (siglo XVII) sobre columna salomónica, réplica de la destruida en 1936.5/ Escola Massana, instalada desde 1935 en la nave renacentista de poniente del antiguo hospital. Centro vinculado a la UAB, especializado en Artes Visuales, Artes Aplicadas y Diseño; Bachillerato Artístico y Ciclos Formativos de Grado Superior.

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BSala de Enfermos. Naves este, norte y oeste Siglos XV-XVIAntic Hospital de la Santa Creu

Actualmente acoge la Biblioteca Nacional de Catalunya. Ocupa 8.820 m2 de superficie y dispone de un fondo de 3.000.000 de ejemplares.

En 1931 el Ajuntament de Barcelona cede el uso del Hospital de la Santa Creu para que sea sede de la biblioteca. De 1936 a 1939 se realiza el traslado de la antigua sede a las naves que habían ocupado los enfermos en el Antiguo Hospital de la Santa Creu.

En 1981, tras la aprobación de la Ley de Bibliotecas del Parlament, se convierte en la Biblioteca Nacional de Catalunya y asume la recepción, conservación y difusión del depósito del legado de Catalunya.

De 1991 a 1998 se llevan a cabo las obras de adap-tación de las naves góticas por el arquitecto Adolfo Florensa y se amplía la sede que ocupará la biblioteca, construyéndose un nuevo volumen que tiene acceso a la calle Egipcíaques.

1/ Nuevo edificio construido para la ampliación de la Biblioteca de Catalunya en 1998 y conectado a ella. Acceso por la calle Egipcíaques.

Maqueta del recinto hospitalario de 1990 del arquitecto Joan Rodón1. Nave este / 2. Nave oeste / 3. Nave norte / 4. Escaleras renacentistas / 5. Nuevo edificio (ampliación).

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3 y 4/ Imágenes de la Caritat y de Sant Roc (protector de la peste) en las escaleras renacentistas.5/ Nave de la planta superior del antiguo Hospital de la Santa Creu adaptada a sala de lectura de la Biblioteca de Catalunya (1991-1998).Estructura del siglo XVI. Arcos diafragmáticos de piedra, envigado de madera y cubierta de tejas cerámicas6/ Nave de la planta superior (antiguo hospital) ocupada por una de las grandes salas de enfermería.

De arriba a abajo: 1 y 2/ Escaleras renacentistas (1585) de Sant Roc (nave oeste) y de la Caritat (nave este); escaleras que conducían a las grandes salas de enfermos de las naves superiores. En la actualidad se accede por estas escaleras a la Biblioteca de Catalunya desde los jardines Rubió i Lluch.

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CCasa de laConvalescència 1680-1930Calle del Carme 47-49Antic Hospital de la Santa Creu

Edificio actualmente ocupado por el Institut d’Estudis Catalans.

La finalidad de esta “casa” era proporcionar un lugar de reposo a los enfermos del Hospital de la Santa Creu.

En 1629 los Consellers de la ciudad colocan la pri-mera piedra, iniciándose la construcción con el lega-do de Lucrecia de Gualba.

En 1655 los legados de Victòria Astor y Elena Soler junto al de Pau Ferran permiten finalizar el proyecto (imponiendo este último la dedicación a Sant Pau). Diversas causas paralizan la ejecución de las obras que concluyenen 1680:

• 1638. Incendio en el Hospital de la Santa Creu.• 1641-1653. Guerra dels Segadors.• 1650-1654. Epidemias de peste y hambruna.

En planta baja en el espacio que ocupaba el antiguo comedor de hombres está instalada una sala de la Bi-blioteca de Sant Pau. Desde el claustro, una escalera (cubierta por linterna) conduce a las salas de lectura de la Biblioteca de Catalunya que ocupaban las naves góticas del antiguo Hospital de la Santa Creu (salas de enfermos). En la planta baja se hallan salas adap-tadas para exposiciones y conferencias.

Se trata de un edificio tardo-renacentista. Los espa-cios de especial interés arquitectónico son: el patio y la capilla. El edificio se organiza en cuatro crujías alrededor de un sobrio claustro clásico con discretas concesiones barrocas (considerado el mejor ejemplar barcelonés de su tipo).

En el patio interior destaca la elegante arquería del claustro, ligeramente rebajada, sostenida en la planta inferior por pilares prismáticos, y en la planta supe-rior por pilares de orden toscano en arquería doble de medio punto. La planta superior está rematada por una baranda de barrotes de hierro anclada en pedes-tales. La cisterna central del patio, está coronada con la imagen de San Pablo. 1/ Hornacina con la imagen de Sant Pau, labrada

por Domènech en 1680. Calle del Carme - Calle Egipcíaques.

Ornamentalmente la galería inferior se singulariza por el uso de cerámica vidriada en sus paramentos, tanto en el perímetro del patio como en el zaguán de la entrada, con azulejos polícromos algunos de ellos representan escenas de la vida de San Pablo y fueron realizados en 1680 por Llorenç Passoles.

Desde 1931 es la sede del Institut d’Estudis Catalans.

Hernández-Cros J, Mora G, Pouplana X. (1989) Arquitectura de Barcelona.

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1 / La fachada, de sillares homogéneos, aparece carente de decoración (en oposición al interior del edificio), con huecos dispuestos ordenadamente y con una sobria puerta de entrada.2 / Frontal del portal con elemento barroco de mármol.3 / Imagen de San Pablo en el centro del patio sobre una cisterna labrada por Lluís Bonifaci en 1678.4 / En el patio interior destaca la elegante arquería del claustro, ligeramente rebajada, sostenida en la planta inferior por pilares prismáticos y en la planta superior por pilares de orden toscano en arquería doble de medio punto. La planta superior está rematada por una baranda de barrotes de hierro anclada en pedestales. La cisterna central del patio, está coronada con la imagen de San Pablo. 5 y 6 / Cerámicas vidriadasdel patio interior.

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DReial Col·legi de Cirurgia 1764-1786Calle del Carme, 47

Monumento Histórico-Artístico de Interés Nacional (1.951). Actual sede de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya.

El Reial Col·legi de Cirurgia se construye bajo el mandato de Carlos III entre 1762 y 1764, (situado junto al Hospital de la Santa Creu), proyectado por el arquitecto Ventura Rodríguez, gracias al impulso de Pere Virgili, que ya había creado en 1748 el Real Colegio de Cirugía de Cádiz.

El Reial Col·legi de Cirurgia contribuyó al progreso de la medicina impulsando la enseñanza basada en la práctica. Ha sido una pieza clave en la historia de la medicina en Cataluña.

• 1786: Se instala la Reial Acadèmia de Medicina Práctica de Barcelona (estudios de medicina y ci-rugía; asistencia y docencia).

• 1843: Se instala la Facultad de Ciencias Médicas de Barcelona, al volver la Universidad a Barcelo-na procedente de Cervera bajo el reinado de Isa-bel II. (Recordemos que en 1717 Felipe V había trasladado todas las universidades de Catalunya incluida la de Barcelona a Cervera).

• Desde 1929, es la sede de la Reial Academia de Medicina de Catalunya.

Este proyecto permitió al arquitecto Ventura Rodrí-guez adoptar el fórmula de la rotonda en un sistema funcional basado en la disposición de los asientos según anillos concéntricos y escalonados, que con-figuran un anfiteatro ascendente alrededor del lugar destinado a las operaciones. La simetría configura to-dos los espacios.

Posiblemente, la suntuosidad que se le ha querido conferir al espacio posteriormente, con la modifica-ción de los materiales: vidrieras coloreadas, dorados excesivos, tapizados en terciopelo, etc. desvirtúan la austeridad del proyecto inicial.

1 / Fachada de piedra tallada. La posición geométrica suple con creces la ausencia de ornamento. Las fachadas centran su composición en los dos grandes ventanales que iluminan el anfiteatro.2 / Placa conmemorativa del aniversario (VII centenario) de la muerte de Arnau de Vilanova: médico medieval de grandes conocimientos.

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1 / Pere Virgili (1699-1776) primer cirujano de cámara de Ferran VI, a la muerte de éste, recibió el encargo de su sucesor, Carlos III, de formar un Colegio de Cirugía en Barcelona según un reglamento establecido por la R.O. del 12 de diciembre de 1760.

2 / Placa conmemoriativa de la Fundación (Carlos III).3 / Mesa de disección (original) centrada bajo la linterna y en el anfiteatro.4 / Hornacina presidiendo el eje de acceso, busto del rey Alfonso XIII.

5 / Eje de acceso que divide el anfiteatro en dos semicírculos. En la hornacina superior, busto del rey Carlos III.6 / Anfiteatro. En el eje central, la mesa de disección. Los accesos se disponen simétricamente en planta. 7 / Linterna de la cúpula del anfiteatro.

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ECasa de Misericòrdia 1581-1884Calle Ramelleres, 17 Calle Elisabets, 10

Actual sede del Consell Municipal del Districte

Institución fundada en 1581 dedicaba a la acogida de pobres de todas las edades. Estuvo constituida hasta finales del siglo XIX por diferentes edificios conven-tuales que llegaron a configurar casi una manzana entre la calles de les Ramelleres y Montalegre y las de Valldonzella y Elisabets.

Las obras iniciales fueron sufragadas por Diego Pérez de Valdivia, eclesiástico y catedrático de la universi-dad. El Consell de Cent se responsabilizó del mante-nimiento y de la organización. Mientras se realizaron las obras el servicio de acogida se instaló en la Casa dels Àngels anexa al edificio del Convent dels Àngels actual. Los edificios de la institución fueron crecien-do sujetos a diferentes reformas y ampliaciones hasta que en 1699 (año en que se inauguró el convento de monjas de la calle de Montalegre) ocupaba ya una gran extensión. En el año 1771 se había convertido en un gran hospicio, y el Ajuntament determinó que la sección de hombres pasase al convento de Monta-legre que más tarde sería la Casa de Caritat. La Casa de Misericordia cedió en 1853 a la Casa Provincial de Maternitat i Expòsits unos antiguos locales (den-tro del recinto de la calle Ramelleres). Hasta 1884 permanecieron en ellos, fecha en que se realizó el traslado de la calle Ramelleres al Mas Cavaller de les Corts.

Casa de Misericòrdia: Casa dels Infants Orfes (1578), Casa Provincial de Materni-tat i Expòsits (de 1853 a 1884)

En el año 1578 se construyó la Casa dels Infants Or-fes, que pertenecía a la institución creada por Gui-llem de Pou en 1370 para acoger a niños huérfanos de las diócesis. Fue una institución ligada a la iglesia que aunque tuvo una larga continuidad en el tiempo sufrió muchos problemas económicos. La institución acogía entre 40 y 50 niños y niñas de entre 7 y 12 años. Se conserva la capilla en la calle Elisabets, edi-ficada en 1680 y reformada en 1785; es un templo de una sola nave cubierta con una bóveda de lunetas

y capillas laterales intercomunicadas. El resto de la Casa se demolió en 1995.

Actualmente el espacio está ocupado por el CIDOB Centre d’Estudis Internacionals de Barcelona.

El objetivo de la Casa Provincial de Maternitat i Ex-pòsíts era dedicarse a la acogida de niños abandona-dos y también de madres solteras. Diversos factores potenciaban el fenómeno de la orfandad, entre ellos podemos destacar las duras condiciones económicas y sociales de las clases más perjudicadas, la falta de métodos anticonceptivos y una moral religiosa dis-puesta a estigmatizar a los hijos tenidos fuera del ma-trimonio y de la planificación familiar general.

Cerca de la Casa de Misericòrdia se encuentra el Convent dels Àngels, un edificio tardo-gótico cons-truido con una fachada austera, prácticamente sin aberturas y sin elementos ornamentales a excepción del sencillo frontón soportado por pilastras de in-fluencia renacentista. En su interior encontramos una espaciosa nave conformada por arcos ojivales y capillas laterales entre los espacios dejados por los contrafuertes. En la actualidad es la sede del FAD (Fomento de las Artes Decorativas).

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1 y 2 / Fachada de la Casa de Misericòrdia, con el “torn” donde se depositaban desde el exterior los niños abandonados. Tenía un dispositivo rotatorio que permitía a las monjas recogerlos desde el interior.3 / Capilla dels Infants Orfes (1680). Calle Elisabets - Plaza dels Àngels.5 y 6 / Convent dels Àngels (1562-1566) Plaza dels Àngels. Anexo a la casa dels Àngels.

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FCasa Provincial de Caritat (I) 1803-1957Calle de Montalegre, 7 Calle de Valldonzella, 13-25

Actual sede del Centre d’Estudis i Recursos Culturals (CERC)

El actual edificio del CCCB y su colindante del CERC formaban un único recinto instituticional: la antigua Casa Provincial de Caritat.

El Centre d’Estudis i Recursos Culturals (CERC) está gestionado por la Diputació de Barcelona. El centro se ocupa de la difusión artística organizando exposiciones y dando soporte a los servicios y activi-dades culturales. En la planta baja se encuentran dos aulas, un auditorio así como un centro de informa-ción y documentación.

Orígenes y evolución

Desde 1362 hasta 1593 estuvo emplazado en el edi-ficio, un cenobio de monjas cartujas de Montalegre. De 1598 a 1769 se convirtió en Seminario Tridenti-no. En 1651 tuvo que ser abandonado por los bom-bardeos de la Guerra dels Segadors y por ello no se conserva ningún elemento del siglo XIV en su estado original.

De 1736 a 1749 se realizan obras de reconstrucción edificándose el cuerpo de la fachada, la iglesia de San-to Tomás y el excelente claustro Manning. El patio de planta cuadrada forma un claustro de dos plantas con arquerías dobles en la planta superior, sustentado por bellísimas columnas toscanas. Con estas cons-trucciones se restaura el seminario Tridentino, que posteriormente abandona el edificio para trasladarse en 1769 al Colegio de Belén.

La Junta de Misericordia pasa a ser propietaria del edificio abandonado y lo destina a hospicio. De 1803 a 1957 el recinto se utiliza como hospicio con el nombre de Casa Provincial de Caritat. En 1802 se inicia una etapa de ampliación que se verá interrum-pida en 1808 por la guerra de la Independencia y en 1833 por la Carlista (ver resumen en el capítulo de Contexto Histórico).

En 1868, la Diputación Provincial se hizo cargo de la institución. Tres años más tarde se instala la imprenta y una sala de baños para aprovechar la producción centralizada de las calderas de vapor.

En 1912, August Font construye la nueva iglesia, se realizan nuevos comedores y la gran sala de fiestas, modernizándose los servicios médicos y las instala-ciones higiénicas.

La institución desempeñó funciones de centro de beneficencia y acogió a lo largo del siglo XIX acti-vidades productivas muy diversa, realizadas por los hospicianos. Estos talleres servían para vestir y ali-mentar a la población asilada y como centro formati-vo al que los jóvenes se incorporaban como aprendi-ces o aprendizas, lo que posteriormente les permitía encontrar colocación. El taller más importante fue la “escuela imprenta” junto al de hilaturas.

El hospicio sobrevino en un laboratorio de experi-mentación técnica y de nuevas tecnologías fabriles que benefició a los comerciantes manufactureros bar-celoneses. Funcionó como una unidad de produc-ción activa dentro del proceso de industrialización de la Barcelona moderna, con una estrecha relación entre beneficio y disciplina en la búsqueda de una mano de obra flexible y barata apta para la práctica manufacturera.

1/ Crecimiento del recinto de la Casa de la Caritat a finales del siglo XIX ocupando la manzana: calle de Montalegre - calle Valldoncela - calle Ferlandina.

Hernández-Cros J, Mora G, Pouplana X. (1989)

Arquitectura de Barcelona.

Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB).

cccb.org./es/casa_caritat_al_cccb

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1 / Fachada de la Casa Provincial de la Caritat: calle de Montalegre - calle Valldonzella.2 / Claustro Manning (1743) plantas inferior y superior.3 / En la hornacina de la fachada encontramos una imagen de piedra de la Mare de Déu de Montalegre de finales del siglo XIV, considerada de las primeras imágenes de esta virgen.4 / Imagen de bronce de la Caritat.5 / Máquina de la “escuela imprenta” que se conserva en la planta baja del patio.6 / Taller de lampistería y hojaletería.

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FCasa Provincial de Caritat (II) 1803-1957Calle de Montalegre, 5

Actual sede del Centre de Cultura Contemporània de Barcelona(CCCB)

El CCCB es una institución multidisciplinar que tiene como temática principal la ciudad y la cultura urbana. Organiza exposiciones, conciertos, cursos, festivales, ciclos de cine, etc.

El actual edificio del CCCB y su colindante del CERC formaban un único recinto instituticional: la antigua Casa Provincial de Caritat.

En 1956 el edificio quedaría sin uso al trasladarse los servicios de la Casa de Caritat a las nuevas instalacio-nes de los Hogares Mundet, que la Diputación cons-truyó en el Valle de Hebrón. El edificio permanece 30 años desocupado mientras se debate una nueva propuesta de ocupación. En 1989 se crea el consor-cio formado por el Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona que aprueba la creación del Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB).

La dirección del CCCB encarga el proyecto a los ar-quitectos Helio Piñón y Albert Viaplana para la crea-ción de un moderno equipamiento cultural dotado de 15.000 m2 de superficie útil. El edificio se cons-truye de 1991 a 1993; en 1994 se inaugura oficial-mente y los arquitectos reciben los premios FAD y Ciutat de Barcelona de arquitectura. La intervención arquitectónica combinó una cuidada rehabilitación de los espacios recuperables con la creación de otros nuevos.

El nuevo proyecto organiza el edificio alrededor del antiguo Pati de Dones; se conservan tres alas del pa-tio (de cinco pisos) dispuestas en “U” y se sustitu-ye la cuarta (ala norte) por un volumen prismático de fachada acristalada donde se localizan el área de comunicación entre plantas (vestíbulo, ascensores y escaleras mecánicas) y los servicios. Un gran vestíbu-lo de 730 m2 situado debajo del patio e iluminado a través de la enorme cristalera nos permite entrar al edificio; el vestíbulo sirve de entrada principal y es también espacio polivalente para la organización de diferentes acontecimientos. El recorrido por las escaleras mecánicas nos aproxima, sin embargo, de

nuevo a través de la cristalera a las fachadas del patio antiguo en sus diferentes niveles.

Las salas de exposiciones están distribuidas en las plantas segunda y tercera, ambas de unos 1200 m2. El patio es un espacio donde se programan activida-des culturales (musicales, teatrales, etc.). En la planta baja se encuentran la recepción, las oficinas, la tienda y las aulas utilizadas para conferencias y cursos.

En la intervención arquitectónica se repararon las fa-chadas exteriores y las del patio recuperándose la de-coración de esgrafiados y las aplicaciones de mayóli-ca. Se conservaron las bóvedas de ladrillo, las grandes arcadas y los pilares de sillares de piedra vista.

1 / La Casa de la Caritat fue creciendo a medida que los requisitos y la economía lo permitían, hasta el año 1890, en que se consolidó un gran recinto de casi dos hectáreas de superficie, delimitado por la fachada principal de la calle Montalegre entre las calles Valldonzella y Ferlandina.Hernández-Cros J, Mora G, Pouplana X. (1989)

Arquitectura de Barcelona.

Centre de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). www.cccb.org./es/casa_caritat_al_cccb.

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1 / Fachada antigua de la Casa de la Caritat. Calle de Montalegre.2 / Fachada actual del CCCB y CERC. Calle Montalegre.3 / Pati de les Dones del antiguo hospicio.4 / Pati de les Dones del CCCB.5 / Imagen del Arcángel San Miguel matando un dragón.6 / Al establecerse una comunicación a través del edificio (en planta baja) entre la calle Montalegre y la plaza Joan Corominas, el patio se transforma en una plaza de uso público donde se realizan todo tipo de actividades culturales.7 / Voladizo superior con vistas al patio.8 y 9 / Fachada del CCCB de la calle de Montalegre.10 / Mirador desde el Pati de le Dones del CCCB.

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GCasa de Maternitat i Expòsits de Les Corts 1884-1980Travessera de les Corts, 131-159

Actualmente dedicado a equipamientos públicos de la Generalitat de Catalunya.

Actualmente, el recinto de la Maternitat de Les Corts es un gran espacio ajardinado con diferentes equipamientos públicos destinados a escuelas, servi-cios administrativos, la sede de la Conselleria de Sa-nitat de la Generalitat (Pabellón Ave María), y el Ar-xiu Històric de la Diputació (Pabellón de Lavaderos y Calderas). Su origen se encuentra a finales del siglo XIX, cuando acogió por traslado la nueva Casa de Maternitat i Expòsits, dedicada a la acogida de niños abandonados y también de madres solteras.

En 1878, la Casa de la Misericòrdia adquiere el Mas Cavaller, una antigua finca situada en les Corts de Sarriá (junto al actual campo del F.C. Barcelona) con la finalidad de trasladar las dependencias de la Casa de la Maternitat i Expòsits que se encontraba en el Raval (calle Ramelleres, 17) en unos deficientes loca-les inmersos en las condiciones insalubres de la ciu-dad industrial. El traslado al Mas Cavaller se realiza en 1884. A partir de esta fecha, se inicia el proyecto para la construcción de los edificios de la nueva Casa de Maternitat i Expòsits como hemos dicho, vincu-lada a la asistencia de niños abandonados y a hospital maternal.

El recinto proyectado inicialmente por el arquitecto Camil Oliveras i Gensana se construyó entre 1883 y 1957. En total se realizaron 17 edificios en cuya pro-yección y ejecución colaboraron cuatro equipos de arquitectos. El proceso ejecutivo fue siguiendo una transformación que respondía a la situación política, económica y social, así como a la mentalidad y espí-ritu de cada época.

Por encargo de la Diputación, los proyectos se iban modificando y ejecutando en función de las posibili-dades y siguiendo el programa higienista establecido por los médicos Rull, Cabot y Rodríguez.

Se establecen cuatro fases ejecutivas:

I Fase (1883-1898)

Arquitecto: Oliveras i Gensana. Colaboradores: Ge-neral Guitart y Bori i Gensana.

En esta primera fase se desarrollaron el Pabellón de Lactancia, el Pabellón Ave María (destete), el Pabe-llón de Enfermedades Infecciosas y el Pabellón de Lavaderos y Calderas.

Se utiliza la obra vista y la piedra en severa compo-sición. Las razones de economía y la sobriedad del planteamiento no le impiden realizar soluciones de gran interés y riqueza formal, como en la entrada del Pabellón de Destete o en sus vestíbulos. Su lenguaje expresivo enlaza con la corriente modernista.

En las naves de los pabellones se alcanzan cotas de gran modernidad como las jácenas metálicas de ce-losía que descargan los forjados resueltos a base de revoltones dejados vistos.

El Pabellón de Lactancia (1890-1892), destinado a menores de dos años, daba cabida a unas 220 perso-nas: 160 lactantes y 60 nodrizas.

Las condiciones en que llegaban los recién nacidos eran muy diversas, pero muchos presentaban graves deficiencias alimentarias y de higiene. La superviven-cia de estos recién nacidos dependía de las nodrizas, que se encargaban de alimentarlos. A parte de las in-ternas que amamantaban a los más pequeños, las no-drizas externas se ocupaban de ellos en su domicilio hasta los cinco años en que eran devueltos a la Casa de la Maternitat.

Desde 2003, es la sede de diferente áreas de la Dipu-tació de Barcelona: Igualtat i Ciutadania, Promoció Económica i Ocupació, Delegació de Turisme y un organismo de Gestió Tributària.

El Pabellón Ave María o de destete (1891-1896) tenía capacidad para 180 personas: 120 niños y 60 niñas. Desde 1983, el Pabellón Ave María es la sede Ajuntament de Barcelona. w110.bcn.cat/ArxiuMunicipal

Continguts/Documents/Fitxers/Material Didactic La Maternitat

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1 / Detalle del estuco policromado en el vestíbulo del Pabellón Ave María.2 / Pabellón de lactancia 1890-1892. 3 / Escudo en el Pabellón Prat de la Riba. Cruz de la iglesia sobre fondo de la Diputació de Barcelona y corona real.4 / Jardines de acceso al recinto.5 y 6 / Testero del Pabellón de Lactancia y galería cubierta de comunicación con el Pabellón Prat de la Riba.

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de la Conselleria de Sanitat de la Gene-ralitat de Catalunya.

Los arquitectos Bosch, Cuspinera y Bo-tey recibieron en el año 1983 el premio FAD de restauración por esta interven-ción.

Las instituciones benéficas contribuye-ron a paliar la marginalidad y el abando-no de menores. A finales del siglo XIX la infancia ocupaba un papel central en las preocupaciones sociales, educativas, médicas e higienistas con la aparición de las primeras medidas legislativas e institucionales de protección social y laboral. Por los informes de los prime-ros años de la institución se deduce que las condiciones en que vivían los niños abandonados eran muy duras, incluso se menciona la utilización de los expósitos como mano de obra barata.

Los pabellones de Enfermedades Infec-ciosas (1893-1894) se dedicaron a en-fermería de los niños y niñas internados en pabellones separados. Entre los niños mayores de 2 años, las enfermedades in-fecciosas y las exantemáticas eran mayo-ritariamente las causas de las defunción. Se adaptaron medidas constructivas para favorecer el aislamiento térmico de los pabellones como fueron la construc-ción de doble tabiquería en las paredes exteriores y de una cámara aislante en la cubierta.

Desde octubre de 2003 estos pabellones acogen diferentes servicios de la Dipu-tació: Direcció de Serveis d’Urbanisme i Habitatge, l’Institut de Gestió Urba-nística i Activitats Locals y l’Institut d’Habitatge Local.

1 y 2 / Pabellón Ave María. Detalles constructivos del testero y de la fachada principal.

3 / Fachada principal del Pabellón Ave María.4 / Detalle del vestíbulo de la entrada. Estuco policromado en el zócalo.5 / Pabellón de Enfermedades Infecciosas.

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1, 2 y 3 / Pabellón de Lavaderos y Calderas. Desde 1987 acoge el Arxiu Històric de la Diputació de Barcelona según un proyecto del arquitecto Norman Cinnamond.

El Pabellón de Lavaderos y Calderas (1893-1895) estaba situado entre los pabellones de lactancia y los de infec-ciosos. Era el núcleo de desinfección (estufas), de lavado, de suministro de agua potable y de electricidad. La hi-giene era prioritaria para disminuir la mortalidad. La institución encarga un informe en 1882 sobre las condiciones higiénicas que debe reunir el nuevo cen-tro. Debería llegar un caudal suficiente de agua potable (que la ciudad no podía suministrar) y se debían construir depó-sitos para la red residual, para el lavado y desinfección. Desafortunadamente, hasta el año 1914, la red de agua de la ciudad no estaba clorada ni estaba ga-rantizada su potabilidad.

El edificio estaba construido en planta baja y terrado para tender la ropa. Los cerramientos verticales permitían la en-trada de luz y un buen soleamiento.

II Fase (1898-1906)

Arquitecto: Bori i Gensana. Colabora-dor: General Guitart.

En esta segunda fase se desarrollaron el Pabellón Prat de la Riba; el Pabellón de las Hermanas; el Pabellón de Cocina y el Pabellón de Depósito de Cadáveres, Autopsias y Laboratorio.

La obra de Bori i Gensana forma parte de la arquitectura de transición entre el Modernismo y el Noucentisme.

Los pabellones Prat de La Riba y de las Hermanas (1908-1920) son dos edi-ficios formados por tres alas en forma de “U” de tres plantas de altura, que envuelven un patio abierto hacia la Tra-vesera de les Corts. En estos edificios se

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alojaban diversos servicios polivalentes: dependencias de las Germanas de la Caritat, dependencias admi-nistrativas y departamentos para los niños mayores. La Casa de la Maternitat fue pionera en la intro-ducción, en el año 1913, del método de educación Montessori.

Actualmente, estos pabellones están ocupados por las oficinas del Servei Català de Salut y el Institut IES de Les Corts.

Debido a la distancia que separaba el Pabellón de la Cocina (1900-1901) de los otros pabellones, el pro-yecto proponía unas galerías subterráneas que fueron acabadas en 1901 por donde circulaban sobre vías unas vagonetas que transportaban las comidas.

El pequeño Pabellón de Depósito de Cadáveres, Autopsias y Laboratorio (1904-1906) estuvo inicial-mente concebido como casa del capellán del recinto. Hacia 1940 se trasladó el depósito mortuorio a otro pabellón que fue destruido posteriormente. En para-lelo, en 1960, el laboratorio bacteriológico se traslada a un pabellón que también fue destruido.

Finalmente este pequeño pabellón se remodela en el año 2000 para acoger las oficinas del Organisme de Gestió Tributària (ORGT) de la Diputació de Bar-celona.

III Fase (1920-1942)

Arquitecto: Josep Goday.

En esta fase se desarrollaron el Pabellón Blau y los Pabellones Helios.

Son construcciones dentro del espíritu revivalista del Noucentisme, cuyos muros exteriores fueron decora-dos con esgrafiados de tipo Ochocentista.

El Pabellón Rosa (1920-1925) fue proyectado para unificar los servicios destinados a mujeres sin re-cursos y a madres solteras o embarazadas en secre-to. Estaba equipado con 112 plazas para madres y 14 para el personal facultativo. Hasta 1920, el 80%

1 / Pabellón de Prat de la Riba, 1908-1920.2 y 3 / Pabellón de la Cocina, 1900-1901.4 / Pabellón de Cadáveres, Autopsias y Laboratorio, 1904-1906.

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1 , 2 y 3 / Pabellón Rosa. Entrada principal, fachada trasera y volumetría exterior.

de las mujeres asistidas en el Pabellón Rosa eran solteras. Las madres solteras que daban a luz en la Maternitat debían amamantar a sus hijos al menos durante un periodo de cinco semanas.

El edificio mantuvo los servicios ma-ternales hasta 1974. En el año 1989, se hizo una rehabilitación interior para instalar las oficinas del COOB Barce-lona ‘92, según proyecto de Norman Cinnamond.

El Pabellón Blau y Policlínica (1928-1942) se construyó con retraso respecto a lo planificado y las obras no se acaba-ron hasta 1942. Su nombre responde al tono azulado del revestimiento cerámi-co de su cúpula central. El proyecto pre-veía una diversificación de servicios con una casa maternal para mujeres casadas, destinados a obstetricia y ginecología, una policlínica con consultorios, admi-nistración, biblioteca, dependencias de médicos y un pabellón para pacientes infectadas. Funcionaba de forma autó-noma. Entre 1870 y 1900 se empezaron a aplicar los principios de antisepsia y las nuevas técnicas en anestesia y cirugía en los hospitales, hechos que contribu-yeron a reducir de manera considera-ble la mortalidad materno infantil. En 1947, siendo jefe interino el Dr. Santia-go Dexeus i Font se practicó la primera epidural de España.

Desde 1975, con la creación de la Se-guridad Social, se fue creando una im-portante red hospitalaria pública que ofrecía un servicio médico público y gratuito para toda la población, no sien-do imprescindible el mantenimiento de esta casa maternal. En el año 1993, la

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Diputació cedió la gestión del Pabellón Blau al Hos-pital Clínic.

El nombre de Pabellón Helios I (1933-1935), Helios II y Helios III (1989) hace referencia al sol, ya que fue proyectado para aprovechar al máximo los bene-ficios de los rayos solares. Fueron construidos para tratar a los niños tuberculosos.

Destaca su estilo racionalista de líneas simples, estilo que no era habitual en las construcciones de Josep Goday. La planta ocupa una superficie rectangular de 47x19 metros. La edificación coincide con la lu-cha antituberculosa que emprendió el gobierno de la República entre 1931 y 1933 con la promoción de nuevos dispensarios de prevención infantil y de sanatorios.

Se instalaron todos los servicios necesarios para im-pedir el contagio: dormitorios, aulas, salas de enfer-mería, de operaciones, de curas y un gran solárium.

Posteriormente, hasta 1970 el pabellón se utilizó como centro de neonatología.

Tras su reconversión, desde 1994 se ubica en él un Centro de Atención Primaria (CAP).

IV Fase (1953-1957)

Arquitecto: Manuel Baldrich i Tibau.

En esta fase se desarrolló el Pabellón Cambó.

Este edificio de estilo racionalista fue la última edi-ficación que se construyó en el recinto, ubicandose en el espacio previsto por Josep Bori para construir la iglesia y las galerías de comunicación entre los Pa-bellones Prat de La Riba y de las Hermanas, en la entrada (sur) al recinto por la Travessera de Les Corts.

Francesc Cambó dejó un legado de dos millones de pesetas para la Casa de la Caritat y la misma canti-dad para la Casa de la Maternitat. Se utilizaron para ampliar la sección infantil con este pabellón que al-bergaba a 144 niños de dos y tres años.

En la Casa de la Maternitat i Expòsits se recogían los niños abandonados (legítimos o ilegítimos) con la intención de buscarles una casa de acogida. También ingresaban otros niños que, por problemas econó-micos, habían sido abandonados en la calle. Muchos de ellos eran visitados por los padres biológicos y en algunos casos incluso los recuperaban pasada la pri-mera infancia.

A partir de 1958, muchos niños dejaron de ser ex-pósitos, con la promulgación de una nueva ley, que permitía la adopción plena de los niños, y la pérdida de la patria potestad de los padres biológicos.

En 1991 se instala en este pabellón la Escola Univer-sitària de Biblioteconomia Jordi Rubió i Balaguer y en 1998, la sede de COM Ràdio.

Inauguración de los Hogares Mundet

En octubre de 1957, se inaugura el gran complejo asistencial de la Casa Provincial de Caridad Ana Gironella de Mundet, que fue su benefactora, más conocida como Hogares Mundet.

La creación de los Hogares Mundet afectó directa-mente al futuro de la Casa de Maternitat i Expòsits de Les Corts. Con el tiempo se redujo la población infantil de la Casa, acortándose el tiempo de perma-nencia de los niños en la sección de destete, para tras-ladarlos al nuevo equipamiento ubicado en el área del Vall d’Hebron.

La sección maternal de les Corts impartía una im-portante labor docente y se había consolidado entre la población como un servicio público pionero en las especialidades de Obstetricia, Ginecología y Pedia-tria.

En 1985, la Diputació aprueba el Plan de Ordena-ción de la Casa de la Maternitat que transformó el espacio interior en un parque urbano y las construc-ciones en edificios públicos destinados a equipamien-tos y servicios, concentrando todas las actividades hospitalarias en el Pabellón Blau.

1 y 2 / Pabellón Cambó. Fachada de la Travessera de les Corts.

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1, 2 y 3 / Vista aérea y fachada sur del Pabellón Blau y jardines del antiguo recinto hospitalario.

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HHospital de la Santa Creu i Sant Pau 1916-2009Calle Sant Antoni Mª Claret Calle Cartagena

Declarado Monumento Histórico-Artístico de Interés Nacional (16 de mayo de 1978)Premio FAD de Restauración 1980 por su intervención en el Pabellón de la Mercè a los arquitectos Víctor Argentí y Antoni González.Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (1997)

Inicios y gestión

En octubre de 1898, los testamentarios de Pau Gil, un banquero residente en París que había legado la cantidad de cuatro millones de pesetas para construir un hospital modélico en Barcelona, adquieren con este fin 36.000 m2 de terrenos en el Guinardó.

A continuación, se convoca un concurso para elegir arquitecto y resulta ganador Lluís Domènech i Mon-taner arquitecto de gran prestigio profesional, cultu-ral y político.

Domènech i Montaner (1850-1923) fue un estudio-so del arte. Entre sus obras se cuenta con la extensísi-ma Historia general del Arte de 1886, también fue un docente de larga trayectoria en la Escuela de Arqui-tectura de Barcelona. Su obra es una combinación de racionalismo constructivo, una potente e interesante ornamentación inspirada en la arquitectura hispano-árabe y de un delicado dominio de las líneas curvilí-neas típicas del Modernismo.

El Hospital de la Santa Creu i Sant Pau junto al Hospital de Pere Mata de Reus (del mismo autor) son los mayores conjuntos de arquitectura Moder-nista del mundo.

Sus obras se inician el 15 de enero de 1902, pero a mediados de 1911 se agota el legado. De las 46 edi-ficaciones previstas, sólo se habían construido ocho y además, aún estaban pendientes de realizarse los acabados de carpintería.

Los testamentarios negocian con la administración del antiguo Hospital de la Sant Creu, llegando al acuerdo de transferirles los derechos del legado de Pau Gil, a cambio de continuar la construcción del nuevo hospital, que pasaría a llamarse de la Santa Creu i Sant Pau.

En abril de 1913, se formaliza la cesión y se proce-de a adquirir el resto de terrenos necesarios, 145.470 m2 equivalente a nueve manzanas del Eixample. Las obras se reanudan con ritmo regular gracias a las continuas donaciones, legados y ayudas económicas

de particulares. Con lo conseguido en la venta del antiguo Hospital de la Santa Creu al Ayuntamiento (5.000.000 pesetas) se construye la iglesia, el pabe-llón central, las cocinas, la farmacia y otras depen-dencias de servicio. Con el importe de la venta tam-bién al Ayuntamiento por 1.750.000 pesetas de la antigua Casa de Convalecencia se construye la nueva Casa de Convalecencia en el recinto del Hospital de Sant Pau.

La estructura de los pabellones está diseñada para se-parar hombres y mujeres. Los pabellones para hom-bres llevaban nombre de santos y los de mujeres de santas y vírgenes.

En todo caso, de los 46 pabellones inicialmente pre-vistos sólo se levantaron 19.

En 1916 empieza a funcionar el hospital en el pa-bellón Sant Salvador, para las consultas del doctor Freixas. La inauguración oficial tiene lugar el 16 de enero de 1930 con la presencia de Alfonso XIII.

El hospital fue concebido para disponer de todos los servicios dentro del mismo recinto aislándolo de la ciudad. Domènech i Montaner ideó un hospital in-novador: lo distribuyó simétricamente en 10 pabello-nes conectados a lo largo de más de un kilómetro por galerías subterráneas que concentraban los servicios, debajo de las plantas de los pabellones.

Es importante señalar la habilidad incluso a nivel ur-banístico en potenciar la escala humana que domina todo el conjunto en cuanto a la volumetría que ocu-pan los pabellones y su relación con los recorridos peatonales y las zonas ajardinadas.

Los edificios del conjunto son todos distintos, aun-que surgidos de un mismo patrón. Es interesante el tratamiento de los testeros de los edificios, incluyen-do unos volúmenes cilíndricos que distraen la per-cepción del volumen real de la edificación.

Hernández-Cros J, Mora G, Pouplana X. (1989) Arquitectura de Barcelona.

Web delasantacreuisantpau.blogspot.es

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1 / Torre del Reloj (Pabellón de Administración).2 / Maqueta del recinto.3 / Vista del eje central desde la cubierta del Pabellón de Administración.4 y 5 / Inauguración oficial, 1930. Alfonso XIII (con sombrero), Pere Domènech (a la izquierda de las fotos) entre otras autoridades. Imágenes de desantacreuasantpau.blogspot.com.6 / Plano de planta donde se marca la red de galerías subterráneas.7 / Galería subterránea de comunicación entre pabellones y quirófanos.

Recinto del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau

a. Pabellón de Administraciónb. Sant Jordic. Sant Salvadord. Sant Leopolde. Sant Rafaelf. Sant Manuelg. Cocinas generalesh. Conventoi. Antigua farmaciaj. Montserratk. La Mercèl. El Carmem. La Puríssiman. Santa Apol·lòniao. Pabellón Central (quirófanos)p. Iglesiaq. Sant Fredericr. Santa Victorias. Pabellón de Convalescencia

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Fases constructivas

I Fase (1902 - 1912)

Periodo propiamente Modernista que asumió Lluis Domènech i Montaner.

Se construyeron los pabellones: Pabellón de Ad-ministración, de Reconocimiento, de la Purísima, del Carme, de la Mercè, de Sant Salvador, de Sant Leopold y de Montserrat.

Es característica de esta fase la revitalización de las técnicas tradicionales en los aspectos estructurales y decorativos. En los aspectos estructurales, la utiliza-ción sistemática de la bóveda de ladrillo es el elemen-to que determina la configuración de los espacios dándoles unidad. En los aspectos decorativos, destaca la gran calidad de los tratamientos ornamentales re-sueltos a base de estilizaciones florales y aplicaciones cerámicas.

II Fase (1913 - 1930)

En una segunda etapa, fallecido ya Lluís Domènech, las obras fueron continuadas por su hijo Pere Domè-nech que tuvo que enfrentarse a la difícil tarea de dar continuidad a la obra de su padre en un momento en que los intereses artísticos y culturales se habían mo-dificado y no correspondían a los del Modernismo.

Lluis Domènech anexionó la fachada barroca (1737-1747) de la Iglesia de Santa Marta (que debía de-molerse para dejar paso a la Vía Layetana en 1911), en cuyo proyecto estaba también trabajando. Santa Marta es la patrona de los cocineros.

Las edificaciones de Pere Domènech fueron: el edi-ficio central de cocinas, el convento, la farmacia, la iglesia y la casa de convalescencia, que se apartan del Modernismo derivando hacia un eclecticismode esti-los, tendencia a los esquemas compositivos góticos, barrocos e incluso de influencia mozárabe como en la nave de la iglesia.

1 y 3 / Pabellón de Sant Rafael. La nave estaba dedicada a dormitorio común; en uno de los extremos se localizaban unos departamentos específicos: la sala de día, vestíbulo y office y la sala del médico; el otro extremo con entrada propia estaba destinado a los enfermos que necesitaban aislamiento.2 y 4 / Detalle de las torres.

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1 /Pabellón Montserrat. Enfermería de mujeres.2 / Cúpulas cubiertas con baldosas en forma de escamas y exuberante aplicación de la cerámica en las chimeneas y pináculos.3 y 4 / Edificio de cocinas generales. Fachada actual e interior de la cocina, 1925. Lluís Domènech i Muntaner anexionó la fachada barroca (1734-1747) de la Iglesia de Santa Marta, que debía demolerse para dejar paso a la Vía Layetana en 1911, en cuyo proyecto también trabajaba. Santa Marta es la patrona de los cocineros.5 y 6 / Nave interior de la iglesia, edificio ecléctico de Pere Domènech, influenciado posiblemente por el esquema compositivo gótico de la nave de Santa María del Mar. Las tres naves, por su configuración, provocan la impresión de estar en un templo de nave única por su amplitud y luminosidad.7 / Grupo escultórico de Pau Gargallo en la cubierta del edificio de cirugía (en remodelación).8 y 9 / Detalles escultóricos del púlpito de la iglesia y de la fachada.

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Colaboradores: arquitectos, artistas y artesanos

Podemos remarcar el papel tan interesante que, en el conjunto del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, desempeñaron los distintos artistas y artesanos que colaboraron en su construcción.

Lluís Domènech, además de la colaboración de su hijo, contó con la ayuda del arquitecto Catà que se ocupaba de los aspectos técnicos de detalle y de la marcha económica y administrativa de las obras. Colaboraron, además, los arquitectos Eusebi Bona y Puig i Janer.

El gran escultor Pau Gargallo realizó la mayor parte de las figuras que ornamentan las fachadas. Francesc Modolell realizó la escultura arquitectónica o deco-rativa. Francesc Labarta proyectó la mayoría de los plafones decorativos que fueron realizados por Mario Maragliano.

Calidad y belleza constructiva

Todos los edificios de la primera fase proyectados por Domènech i Montaner presentan soluciones in-teresantes de gran destreza arquitectónica y belleza, desde los espacios arquitectónicos y las soluciones es-tructurales, hasta los detalles constructivos y motivos decorativos.

Los elementos que más sorprenden por su excelente trabajo son: el vestíbulo del Pabellón de Administra-ción, por su compleja composición ascendente y su articulación con los espacios contiguos; la original Sala de Actos por su singular estructura arqueada, y también los espacios ocupados por la biblioteca y la secretaría, situados simétricamente en los extremos de las alas del pabellón.

La calidad de estos espacios y en especial el alarde de su compleja solución estructural es enfatizada por la penetración de la luz natural a través de las grandes aberturas dispuestas en la parte alta de las paredes de

cerramiento. En la actualidad está vedado el acceso a este pabellón por las obras de restauración que se llevan a cabo en todo el recinto, en un proceso de recuperación de los espacios y volumenes originales, cuyo plazo de finalización está previsto para el 2017.

La pieza que caracteriza el recinto hospitalario es, sin embargo, el Pabellón de Enfermería. El conjunto armoniza y ordena el recinto y a la vez le confiere singularidad.

La tipología de pabellón más repetida es planta baja y semisótano. La pieza principal es una nave de planta basilical con una cubierta está formada por una su-cesión de ocho arcos ligeramente apuntados con siete bóvedas intercaladas.

Traslado del hospital al nuevo edificio en la zona norte del recinto

En 1930, cuando se realizó el traslado del Hospital de la Santa Creu se iniciaron las inevitables obras de adaptación de lo que se había construido hacía ya dos décadas. Desgraciadamente, se intentó densificar el hospital; ello conllevó una compartimentación de espacios en planta y en algunos casos hasta se gana-ron plantas en altura. Los técnicos que dirigieron las obras no supieron respetar, posiblemente por necesi-dades de programación, los espacios genuinos impo-niendo como criterio prioritario la concentración de enfermos, en un momento de escaso aprecio cultural por el Modernismo.

Este proceso degenerativo culminó en 1961 con la construcción del edificio de la Fundación Puigvert, edificio de siete plantas que además engloba uno de los pabellones de enfermería.

En el año 2003 las dificultades de logística y la nece-sidad de unificar los servicios en un mismo edificio, hicieron que se construyera un nuevo hospital dentro del recinto hospitalario.

Se iniciaron, pues, las obras para este nuevo gran edificio proyectado por Esteve Bonell, Silvia Barbe-

1 / Pabellón de Administración2 / Vestíbulo interior.

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rá, Josep Lluís Canosa, Josep Mª Gil y Francesc Rius, en el extremo norte del actual recinto. Se trataba de substituir progresivamente los servicios ubicados en los antiguos pabellones modernistas y dejarlos libres de pacientes y actividad sanitaria.

El 3 de julio de 2009 se inauguró defi-nitivamente el nuevo edificio formado por bloques en disposición radial (blo-ques de hospitalización que ocupan 46.878 m2 de superficie) comunicados entre sí y con un bloque central (activi-dad ambulatoria que ocupa 36.022 m2 de superficie), que se alinea a la calle del Mas Casanovas.

En el techo del bloque E del nuevo hos-pital se encuentra una pista de aterrizaje de helicópteros medicalizados que fue inaugurada el 15 de julio de 2010. Des-de el helipuerto se accede directamente a la UCI, urgencias o quirófanos me-diante ascensor, sin necesidad de otro vehículo terrestre.

1 / Bloques de hospitalización del nuevo edificio del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Disposición radial.2 / Bloque central de actividad ambulatoria.3 / Bloque E con pista de aterrizaje.

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El médico y la CienciaMédicos impulsores de la ciencia Médica. Aportaciones

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·1El médico y la Ciencia

Médicos impulsores de la ciencia médica. Aportaciones.

Introducción

La historia de los hospitales no es la historia de sus escenarios. Es, sobre todo, la historia usualmente anónima de las gentes que habitaron y dieron vida a los edificios, así como de aquellos que disfrutaron y “padecieron” sus terapias y tratamientos. Es también parte de la historia de los profesionales sanitarios: la de los cirujanos, internistas, farmacólogos y tera-peutas; la de los cuidadores seglares y los religiosos; enfermeras, practicantes y matronas poco visibles, que implementaron sus destrezas y conocimientos de forma vocacional, técnica o profesional, siendo los predecesores de los profesionales actuales.

Se presenta a continuación una brevísima síntesis so-bre la evolución de los recursos científicos de la Medi-cina disponible entre el siglo XIV y el XX, y una tabla que identifica a los profesionales más destacados de la Ciencia Médica relacionados con Barcelona. Han sido seleccionados entre los que implementaron no-vedades, hicieron descubrimientos o crearon escuela.

El listado de médicos se estrar de una fuente que el Colegio de Médicos de Barcelona ofrece en libre ac-ceso a través de Internet, y que ha contado con la co-laboración de 44 autores, historiadores de la ciencia o de la medicina. A partir de dicha fuente, que ofrece una información biográfica amplia de cada profesio-nal, se ha clasificado a los médicos seleccionados de forma cronológica (fecha de nacimiento) y por espe-cialidades.

Colegio Oficial de Médicos de Barcelona. Galería de Médicos Catalanes. Disponible en www.galeriametges.cat (consultada el 6.05.2013).

Calbet JM, Corbella J. (1982). Diccionari biogràfic de metges catalans. Barcelona.

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MÉDICOS DESTACADOS EN BARCELONA Y CATALUÑA

Arnau de Vilanova (1240 -1311) Impulsor de la medicina “Galénica”. Médico medieval de grandes conocimien-tos. Profesor de la Escuela Médica de Montpellier. Desarrolló tratados de medi-cina difundidos por Europa, de sanidad, farmacología, antídotos, etc. Médico de cámara de Pere II, Alfons III y Jaume II. Primer catalán universal. Teólogo, filósofo, enciclopedista. Representante máximo de la medicina durante la Edad Media. Coetáneo de Ramon Llull. Probable inspirador del Estudi General de Lleida que fue la primera universidad catalana, contemporánea a las de Montpe-llier, Bolonia y Oxford.

Jaume d’Agramunt (?-1349) Escribió, en catalán, El régimen de preservación de pestilencia en 1348.

Bernadí Muntanya de Montserrat

(?- 1558) Autor de un famoso texto de anatomía en 1551.

Joan d’Alós i Serradora (1617-1695) Catedrático de Anatomía del Estudi General de Barcelona. Difusor de la teoría de la circulación de la sangre, 1694. Primera obra sobre el corazón en España.

Gaspar Casal Julián (1680-1759) Médico gerundense, considerado el primer epidemiólogo español. Realizó estu-dios sobre la sarna, el asma, la lepra. Descubridor de la pelagra.

Pere Virgili i Ballvé (1699-1776) Fundador del Reial Col·legi de Cirurgia de Barcelona, 1760. Gran figura de la cirugía y fundador del Colegio de Cirugía de Cádiz en 1748.

Francesc Puig i Pallàs (1720-1797) Figura destacada del Colegio de Cirugía de Barcelona.

Francesc Canivell i de Vila (1721-1797) Maestro de cirujanos. Escribió el Tratado de heridas de arma de fuego,1789.

Antoni Gimbernat i Arbós 1734-1816 Organizador de los Estudios de Cirugía en España. Profesor de Anatomía del Colegio de Cirugía de Barcelona, siendo cirujano mayor y director del mismo. Viaja al extranjero pensionado por los gobiernos de los hospitales de París, Londres, Edimburgo y Ámsterdam.

Vicenç Mitjavila i Finosell 1759-1805 Dedicado al periodismo médico, funda la revista Semestre Médico Clínico, 1803.

Francesc Carbonell i Bravo

(1768-1837) Botánico, farmacéutico. Promotor de la nueva química.

Pere Castelló i Ginestà (1770-1850) Renovador de los Estudios Generales de Medicina.

Antoni Cibat i Arnautó (1771-1811) Imparte clases de física experimental en el Col·legi de Medicina de Barcelona. Introductor de la Física Moderna.

Josep Salvany i Lleopart (1778-1810) Primer médico catalán dedicado a la Salud Pública. Participó en la expedición llamada “la vacuna antiviruélica” en América.

Mateu Josep Bonaventura Orfila i Rotger

(1787- 1853) Fundador de la Toxicología.

Manuel Codorniu i Ferreras

(1788-1857) Fundador de la Medicina Miliar.

Pere Mata i Fontanet (1811-1877) Nuevo plan de estudios de medicina. Político liberal.

Periodo del siglo XIV al siglo XVIII (Baja Edad Media–Edad Moderna)

Acontecimientos. Implantación de la Medicina Ga-lénica de los 4 humores. La ciencia era empírica y ejercía la ciencia práctica.

Tratados. Estudios de los higienistas. Textos de Ana-tomía. Estudios botánicos, farmacológicos, antídotos.

Instituciones asistenciales. Hospitales de campaña (heridos de guerra), Lazaretos (hospitales para aislar a los apestados por la peste bubónica, la lepra, tuber-culosis, etc.).

En Barcelona eran la Casa de Malalts, la Casa de Caritat, la Casa de la Misericòrdia, la Casa de Nens Pobres i Orfes, el Hospital General y la Casa de la Maternitat i Expòsits, entre otros.

Enfermedades. La asistencia a las enfermedades in-fecciosas (las epidemias y las pestes bubónica, amari-lla, boga y pigota) y la desnutrición en los niños. La causa principal de las enfermedades era la falta de hi-giene, las guerras, los movimientos migratorios, etc.

Ejercicio profesional. Médicos de cámara (para asis-tencia de los reyes y la corte), médicos de guerra, los primeros cirujanos, profesores de los llamados estu-dios, higienistas, epidemiólogos, botánicos.

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MÉDICOS CREADORES DE ESCUELA - INNOVADORES O FUNDADORES

Salvador Cardenal i Fernàndez (1852-1927) Creador de la Escola de la Moderna Cirugía Catalana.

Francesc Vidal i Solares (1854-1922) Primer Hospital Pediátrico de Cataluña: “Hospital dels Nens Pobres”, 1892.

Francesc Carbonell i Bravo (1768-1837) Promotor de la nueva química e introductor de la antisepsia.

Pere Nubiola i Espinós (1878-1956) Creador de una importante Escola d’Obstetrícia Catalana.

August Pi i Sunyer (1879- 1965) Fundador del Institut de Fisiología de Barcelona, que fue el departamento más brillante de la medicina catalana. Considerado, después de Arnau de Vilanova, la principal figura de la historia de la medicina catalana.

Jesús Maria Bellido i Golferichs (1880-1952) Figura destacada de la Escola de Fisiologia Catalana.

Josep Cornudella i Capdevila (1895-1985) Creador del Servicio de Tisiología en el Hospital de Sant Pau.

Santiago Dexeus i Font (1897-1973) Renovador de la obstetricia catalana quirúrgica. Analgesia obstétrica.

Agustí Pedro Pons (1898-1971) Internista creador de la Gran Escola Catalana de MI.

Francesc Duran i Reynals (1899-1958) Desarrolló la teoría vírica del cáncer

Conrad Xalabarder i Puig (1899-1979) Fundador de la Sociedad de Tisiología y director de los “Dispensaris Blancs” (antilosos).

Josep Mª Sala i Ginabreda (1903-1976) Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital de Infecciosos.

Antoni Puigvert i Gorro (1905-1990) Creador de una importante Escola d’Urologia.

Adolfo Ley i Gracia (1908-1975) Fundador de la neurocirugía catalana.

Júlia Coromines i Vigneaux (1910-2011) Introductora del psicoanálisis en Cataluña.

Eugeni Bruguera i Talleda (1914-1973) Fundador e impulsor de la anestesia catalana.

Agustí Pumarola i Busquets (1920-1987) Maestro en microbiología y parasitología médicas en Cataluña.

Jaume Rotés i Querol (1921-2008) Pionero de la reumatología española.

Pere Farreras i Valentí (1926-1968) Pionero de la hematología clínica en España.

Gonçal Lloveras i Vallès (1926-2003) Brillante endocrinólogo (profesor, gestor y científico).

Periodo del siglo XIX y XX. Acontecimientos Se crean de las estructuras médicas.

Instituciones: la Academia de Ciencias Médicas, el Colegio de Médicos, los Sindicatos de Médicos; se fundaron las Sociedades Médicas Catalanas. Se inicia la publicación de Revistas Médicas.

Reial Acadèmia de Medicina. Construcción de los nuevos hospitales (el Hospital de Sant Pau y Hos-pital Clínic). Inauguración de los grandes hospitales de la Seguridad Social (Hospital de Vall d’Hebron, Hospital de Bellvitge y Hospital Germans Trias i Pu-jol). Hospitales de especialidades (Antituberculosos de Terrassa en Torrebonica. Leproserías en Son Llàt-zer, entre otros). Construcción de la Universitat de Barcelona, la Universitat Autònoma de Barcelona, la Universitat de Reus, la Universitat de Lleida y la Universitat Pompeu Fabra en Barcelona. Apertura de centros de investigación adjuntos a los hospitales.

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MÉDICOS-PIONERAS

Martina Castells i Ballespí (1852-1884) Una de las primeras médicos de España. Publica artículos pediátricos. Imparte clases en La Academia “para la ilustración de la mujer”. No llega a ejercer ya que murió de parto en el primer embarazo a los 31 años.

Elena Maseras Ribera (1853-1900) Estudia medicina de 1872-1878. No le permiten examinarse de la licenciatura hasta 1881. No ejerce de médico y se dedica finalmente a la pedagogía.

Dolors Aleu i Riera (1857-1913) Primera doctora en medicina de España. Rompedora de moldes sociales, intelectuales y morales. Reivindica en su tesis la educación de la mujer, que se publica en Independencia Médica en 1883.

HIGIENISTAS - EPIDEMIÓLOGOS

Pere Felip Monlau i Roca (1808-1871) Introductor del “higienismo” en España. Impulsor del derribo de las murallas de Barcelona.

Joan Viura i Carreras (1851-1933) Pediatra higienista.

Antoni Riera i Villaret (1865-1931) Catedrático de Anatomía Descriptiva y Embriología. Fue defensor de la dosimetría en Cataluña.

Josep Roig i Raventós (1883-1966) Difusor de los conceptos higiénicos de la puericultura.

MÉDICOS GESTIÓN SANITARIA - MEDICINA SOCIAL

Antoni Trias i Pujol (1891-1970) Impulsor de la Facultad de Medicina de la Universitat Autònoma de Barcelona.

Pere Calafell i Gibert (1907-1984) Impulsor de la pediatría social.

Ignasi M. Aragó i Mitjans (1916-2012) Pionero en planificación sanitaria y gestión. Editor de estudios sobre hospitales.

Josep Espriu i Castelló (1915-2002) Impulsor del cooperativismo sanitario.

Jordi Gol i Gurina (1924-195) Líder en el campo de la medicina social.

Francesc Abel i Fabre (1933-2011) Médico jesuita, adalid de la ética médica.

CIRUJANOS–TRAUMATÓLOGOS-ANESTESISTAS

Josep Ribera i Sans (1852-1912) Innovador de la cirugía infantil en España.

Salvador Cardenal i Fernàndez (1852-1927) Creador de la escuela de la moderna cirugía catalana.

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Joan Puig-Sureda i Sais (1880-1978) Considerado el primer cirujano de su época. Primera toracoplastia de España.

Manuel Corachán i Garcia (1881-1942) Cirujano general. Profesor de Patología Quirúrgica de la Universitat Autònoma de Barcelona. En 1933 preside el Sindicato de Médicos de Cataluña. En 1936 es nombrado Conseller de Sanitat i Assistència Social de la Generalitat de Catalunya.

Joaquim Trias i Pujol (1888-1964) Enseñanza de la Cirugía en la Universidad.

Josep Trueta i Raspall (1897-1977) Innovador del tratamiento de las heridas de guerra. Exiliado, fue catedrático de Ortopedia en Oxford. Descubre la doble circulación renal. Publica más de 200 trabajos científicos.

Pere Gabarró i Garcia (1899-1980) Iniciador de la cirugía plástica en España. Funda la Sociedad Catalana de Plástica y Estética.

Jaume Raventos i Pijoan (1905-1982) Exiliado al Reino Unido, descubridor del fluotano.

José Miguel Martínez (1907-1998) Introductor de nuevas técnicas anestésicas como la intubación traqueal y los barbitúricos intravenosos.

Gerard Manresa i Formosa (1907-2002) Renovador de la cirugía torácica en Cataluña.

Adolfo Ley i Gracia (1908-1975) Uno de los fundadores de la neurocirugía catalana.

Pere Piulachs i Oliva (1908-1976) Maestro. Catedrático de Cirugía y humanista.

Moisés Broggi i Vallès (1908-2012) Jefe del equipo médico de las Brigadas Internacionales. Implantó los quirófanos ambulantes (camiones acondicionados para operar a los heridos). Cofundador del primer servicio de urgencias de 24 horas en España, en 1935, en el Hospital Clínic

Josep Paravisini i Parra (1912-1990) Pionero en cirugía cardíaca en Cataluña y España (marcapasos).

Eugeni Bruguera i Talleda (1914-1973) Fundador e impulsor de la anestesia en Cataluña.

Dionís Montón i Raspall (1916-1979) Anestesiólogo (Oxford-Fleming).

Fernando Collado i Herrero (1916-2004) Destacado traumatólogo.

Francesc Barnosell i Nicolau (1918-2006) Primer médico rehabilitador en Cataluña.

Antoni Viladot i Pericé (1922-2001) Extraordinario conocedor de la cirugía del pie.

Josep Llovet i Tapies (1930-2004) Neurocirujano.

Fernando Vidal i López (1943-1998) Introductor en España de las “clínicas del dolor”.

Carles Margarit i Creixell (1950-2005) Pionero en el trasplante hepático (NY., Pittsburg). En 1990, participa en el primer trasplante de pulmón con éxito de España (Hospital Universitari de Vall d’Hebrón). En 1992 realiza el primer trasplante de hígado “split” en España.

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INTERNISTAS

Joan Giné i Partagàs (1836-1903) Iniciador de la medicina científica y moderna en Cataluña. Impulsó la creación del Hospital Clínic de Barcelona.

Bartomeu Robert i Yarzàbal (1842-1902) El clínico de más prestigio de la segunda mitad del siglo XIX. Catedrático de Patología Médica.

Pere Esquerdo i Esquerdo (1851-1922) Internista más destacado en Barcelona al inicio del siglo XX.

Agustí Pedro i Pons (1898-1971) Creador de la gran escuela de internistas catalanes.

Joan Vicancos i Lleida (1928-1990) Clínico excepcional.

CARDIÓLOGOS

Joan Gibert i Queraltó (1907-1998) Crea la primera Escola de Cardiologia Catalana (París-Viena-Alemania).

NEUMÓLOGOS

Eduard Xalabarder i Serra (1869-1972) Impulsor del Patronat de Catalunya per la Lluita contra la Tuberculosi. Primer director del dispensario antituberculoso de España (Dispensaris Blancs). Impulsor del Sanatorio Torrebonica, Terrassa.

Jacint Reventós i Bordoy (1883-1968) Practica el primer neumotórax artificial de España. Jefe de Servicio de Tisiología II del Hospital de Sant Pau. Catedrático de Tisiología de la UAB, 1932. Prototipo de médico clínico con numerosísimos pacientes visitados en su consulta. Humanista, amigo de Picasso y muchos otros artistas y literatos contemporáneos.

Lluís Sayé i Sempere (1888-1975) Iniciador en España de la vacuna antituberculosa (BCG). Creador de la revista Archivos Españoles de Tisiología, 1919. Pionero de la vacunación antituberculosa. Primer presidente de la Societat de Tisiologia de Barcelona, 1930. Primer Catedrático de Tisiología. Dispensario Radas, Poble Sec. Muy reconocido en Francia, Dinamarca, Argentina, EEUU, etc.

Josep Cornudella i Capdevila (1895-1985) Realiza su actividad con pacientes de tuberculosis. Servicio de Tisiología, 1930. Primer Servicio de Aparato Respiratorio (MIA), 1956. Broncoscopia, 1942 y Exploración Funcional Pulmonar, 1957. Divulgación de cursos del aparato respiratorio.

Conrad Xalabarder i Puig (1899-1979) Luchador contra la tuberculosis. Investigador pionero de la microscopia electrónica en España. Director de los Dispensaris Blancs patrocinados por La Caixa. Fundador de la Sociedad de Tisiología.

Gerard Manresa i Formosa (1907-2002) Ya citado como excelente cirujano torácico. Pionero en la exéresis pulmonar. Creador de la Escuela de la Clínica-Sanatorio de Nostra Senyora de la Mercè.

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Francesc Coll i Colomé (1919-1993) Broncólogo, fundador de SEPAR y de su Fundación Respira.

Albert Agustí i Vidal (1925-2004) Jefe de Servicio de Neumología del Hospital Clínic de Barcelona en 1972. Introductor de la espirometría y del funcionalismo pulmonar. Creador de un activo y prestigioso grupo de neumología.

ENDOCRINÓLOGOS

Rossend Carrasco i Formiguera (1892-1990) Introductor de la insulina en Europa. Trabaja en el equipo del Dr. Pi i Sunyer colaborando en sus investigaciones con el New England Deaconess Hospital y el laboratorio de Macleod de Toronto.

Gonçal Lloveras i Vallès (1926-2003) Brillante endocrinólogo, profesor, excelente comunicador, gestor y científico. Humanista interesado en todas las artes.

PEDIATRAS

Martina Castells i Ballespí (1852-1884) Publica artículos pediátricos. Imparte clases en La Academia “para la ilustración de la mujer”.

Francesc Vidal i Solares (1854-1922) Promotor del primer hospital pediátrico de Cataluña, Hospital dels Nens Pobres. Introduce el concepto de la higiene y profilaxis de las enfermedades infecciosas que se conocen en Europa.

Lluís Cardona i Fornells (1881-1956) Pionero en la industria de la alimentación infantil (preparados lácteos).

Josep Mª Sala i Ginabreda (1903-1976) París-Montpellier-Zurich. Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital de Infecciosos. Edita dos volúmenes del Tratado de enfermedades infecciosas en la infancia. Colabora con médicos europeos y americanos.

Pere Calafell i Gibert (1907-1984) Impulsor de la pediatría social.

Àngel Ballabriga i Aguado (1920-2008) Basilea-Estocolmo-París. Neonatología. Investigador y gestor con más de 250 publicaciones en revistas internacionales.

Francesc Prandi i Farràs (1928-2011) Introductor del concepto medicina extra-hospitalaria.

URÓLOGOS

Josep Mª Bartrina i Thomas (1877-1950) París. Primer médico en Barcelona que practica un cateterismo uretral endoscópico. Las glándulas peri uretrales toman el nombre de glándulas Bartrina-Motz.

Antoni Puigvert i Gorro (1905-1990) Visionario creador de una notable escuela de urología.

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OBSTETRAS–GINECÓLOGOS

Joaquim Bonet i Amigó (1852-1913) Primer presidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB). Gozó de gran prestigio social.

Miquel Àngel Fargas i Roca (1858-1916) Padre de la ginecología catalana.

Jaume Queraltó i Ros (1868-1932) Director de la primera revista médica catalana La Ginecología Catalana, 1898.

Pere Nubiola i Espinós (1878-1956) Creador de la Escola d’Obstetrícia Catalana (fórceps y cesárea).

Santiago Dexeus i Font (1897-1973) Renovador de la obstetricia catalana quirúrgica. Analgesia obstétrica.

FARMACÓLOGOS - FISIÓLOGOS - ANATOMO-PATÓLOGOS - HEMATÓLOGOS

José de Letamendi i de Manjarrés (1828-1897) Catedrático de Patología General en 1878, Madrid. Preside el Ateneu Català. Defensor de la teoría vitalista en medicina. También fue favorable al acceso de la mujer a los estudios de medicina.

Jaume Ferran i Clua (1851-1929) Impulsor de la medicina de laboratorio. Descubridor de la vacuna contra el cólera.

Lluís Celis i Pujol (1887-1941) Patólogo. Presidente de la Académica de Ciencias Médicas.

Frederic Duran i Reynals (1899-1958) Teoría de la etiología vírica del cáncer.

Francesc Duran i Jordá (1905-1957) Primer método de conservación de la sangre para transferir.

Eugeni Bruguera i Talleda (1914-1973) Impulsor de la anestesia en Cataluña.

Josep Laporte i Salas (1922-2004) Farmacólogo, político y gestor académico. Conseller de Sanitat de 1980 hasta 1988.

Pere Farreras i Valentí (1926-1968) Pionero de la hematología clínica en España.

Josep Font i Franco (1953-2006) Experto internacional en enfermedades autoinmunes sistémicas.

PSIQUIATRAS

Antoni Pujadas i Mayans (1812-1881) Pionero en la psiquiatría española. Fundador del Institut de Sant Boi.

Baldiri Net i Figueras (1833-1894) Dedicación a enfermos en el Institut de Sant Boi.

Artur Galceran i Granes (1850-1919) Persona más destacada de la psiquiatría catalana de su tiempo. En 1883, organiza el I Congreso de Psiquiatría de España.

Ramon Sarró i Burbano ( 1900-1993) Catedrático de Psiquiatría en Barcelona, 1949-1971.

Joaquim Alier i Gómez (1907-1968) Psiquiatra brillante. Exiliado.

Júlia Coromines i Vigneaux (1910-2011) Introductora del psicoanálisis en Cataluña.

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OFTALMÓLOGOS

Lluís Carreras i Aragó (1835-1907) Diseñó instrumentos de oftalmología e introdujo la cocaína como anestésico ocular.

Ignasi Barraquer i Barraquer (1884-1965) Fundador de la Clínica Barraquer. Inventor de la facoeresis.

Hermenegild Arruga i Liró (1886-1972) Aportó el método “Arruga“ para la extracción de la catarata.

NEURÓLOGO

Lluís Barraquer i Bordas (1923-2010) Conocimientos enciclopédicos en neurología.

DERMATÓLOGOS

Josep Mª Roca i Heras (1863-1930) Cultivó la dermatología y la urología. Destacado historiador de la medicina.

Xavier Vilanova i Montiu (1902-1965) Dermatólogo internacional. Fundador de una gran escuela. Descubridor de la vasculitis nodular migratoria o enfermedad de Vilanova.

PLANIFICACIÓN SANITARIA - GESTIÓN - MEDICINA SOCIALJosep Salvany i Lleopart (1778-1810) Primer médico catalán dedicado a la salud pública.

Antoni Trias i Pujol (1891-1970) Impulsor la creación de la primera Universitat Autònoma.

Josep Espriu i Castelló (1915-2002) Impulsor del cooperativismo sanitario.

Ignasi M. Aragó i Mitjans (1916-2012)Pionero en planificación sanitaria y gestión. Editor de estudios sobre hospitales.

Jordi Gol i Gurina (1924-1985) Líder en el campo de la medicina social.

Francesc Abel i Fabre (1933-2011) Jesuita, médico en ética médica.

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Contexto histórico

·1Edad Antigua

·2Edad Media

·3Edad Moderna

·4Edad Contemporánea

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·1EdadAntigua

La fundación de Barcelona se establece a partir de los primeros asentamientos de los íberos layetanos en Montjuïc (siglo V a.C.), montaña que daba protec-ción a un puerto natural. La ciudad fue enlace de rutas comerciales de los fenicios, griegos, cartagineses y romanos. Estos últimos, establecieron una peque-ña colonia dependiente de Tarraco, a la que llamaron Barcino, entre los años 15 y 10 a.C. El emperador Claudio II fortificó el recinto de la ciudad aumentan-do sus defensas con torres y reforzando las murallas. El Forum romano, el cruce del Cardo y el Decuma-nus (calle más larga) se situaban en la actual Plaza de Sant Jaume (sede hoy de la Generalitat de Catalunya y del Ajuntament de Barcelona). Todavía hoy pueden verse en su localización original, restos de la antigua muralla romana y algunas columnas del templo de-dicado al culto imperial de César Augusto (siglo I), establecido en el punto más alto de la ciudad amura-llada, que se conocía como Mons Taber que datan de finales del siglo III.

El Forum romano era un recinto construido de plan-ta rectangular con esquinas achaflanadas siguiendo el trazado de tipo galo con 1.270 metros de perímetro y una ciudadela hacia el mar. El Decumanum Maxi-mus (calle más larga, hoy calle de la Ciutat y calle del Bisbe) tenía 825 metros. Iba desde la Porta Praeto-ria (Plaza Nova) hasta la Porta Decumana en la plaza Regomir. El Cardo Máximo (550 metros) iba desde la Porta Principalis Dextra (entre las actuales calles del Call y Ferran) hasta la Porta Principalis Sinistra (Baixada de la Llibreria con la Plaza de l’Àngel). La muralla fortificaba el asentamiento del Mons Taber frente a las eventuales incursiones de las hordas ger-mánicas.

En el siglo XIII, Jaume I permitió que se practicaran aberturas en la muralla y se pudieran apoyar cons-trucciones, al mismo tiempo que ordenó la construc-ción de una nueva muralla para proteger los subur-bios más cercanos y ampliar el recinto de la ciudad. Entre 1837 y 1877 se derribó casi la mitad del perí-

1 / Fragmento de la muralla romana. Se observan las dos torres cilíndricas que flanqueaban la Porta Praetoriana (final siglo III) de entrada a Barcino, recrecidas en altura en el siglo XII (Plaza Nova). Los lienzos de las murallas se reforzaban con torres habitualmente rectangulares. Las torres que flanqueaban los accesos eran de planta poligonal o circular (como las de la Porta Praetoriana).2 / Fragmentos de la muralla). Se observa como sobre el muro romano se han edificado numerosas construcciones medievales, levantadas sobre bóvedas del siglo XIII, cada dos torres contiguas.

metro de la primera muralla romana para efectuar diferentes reformas urbanas.

La muralla quedó cubierta por las edificaciones me-dievales que llegaron a ocultarla, volvió a resurgir a fi-nales del siglo XIX cuando se derribaron las casas que la cubrían para construir la fachada de la catedral.

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1 / Superposición del perímetro de la muralla sobre la trama de la ciudad. Museu d’Història de Catalunya.2 / Plano de la muralla de Barcelona. Vila/Casassas, 1974.

PuertoLa Rambla

Vía LayetanaPlaça Catalunya

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1 y 2 / Se observa como el aparejo de las torres, en el cuerpo bajo se hizo en sillares cuadrados (opus recticulatum), mientras la construcción del cuerpo alto se levantó posteriormente con pequeños bloques de piedra calcárea. Entre ellos existía una moldura claramente delimitada. Los huecos de ventana de la fotografía son del siglo XVI. La construcción de los muros bajos se realizó según el sistema romano utilizando paredes de sillería que actuaban como un encofrado y que después se rellenaba con mortero y con cascajo.3 / Estatua eqüestre de Ramón Berenguer III. Fragmentos de muralla de la Plaça Ramón Berenguer (en la Vía Layetana actual). Las cinco torres y paños de muro constituyen el fragmento mejor conservado de la muralla.

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·2Edad Media

Tras la caída del Imperio Romano (año 476) se es-tablecieron los visigodos, que permanecieron, hasta la llegada, por una parte de los musulmanes des-de el sur (año 716), que denominaron a la ciudad Barshaluna y la dominaron durante más de cien años, y por otra, los carolingios (año 801) que entraron por el norte, y la convierten en la capital del Condado de Barcelona. Este condado se integró en el territorio de la cristiandad tras continuos avances y retrocesos (Almanzor toma la ciudad en el año 844), y se dota a la ciudad de un recinto amurallado más amplio y nuevos portales (Santa Anna, Porta Ferrisa, Porta Junqueras).

Se denominó Marca Hispánica al territorio tomado por los carolingios a los musulmanes al sur de los Pirineos, desde Pamplona hasta Barcelona. Estos te-rritorios se estructuraron en condados, entre ellos el de Barcelona. En el siglo X sólo quedaban bajo este dominio, la zona limitada por los Pirineos y la deli-mitación de los ríos Llobregat, Cardener y Segre, que se extendía hasta el mar.

Los condados emancipados de la dinastía franca (ca-rolingios), son la base de la nacionalidad catalana. En el año 872 se independizan primero los conda-dos occidentales de Catalunya y posteriormente los orientales. La dinastía de los condes de Barcelona la inicia Guifré el Pilós (840-897). Fue su nieto Bo-rrell II (927-992) quien reunificó en su persona los condados catalanes, iniciando la independencia del país de la servidumbre al rey franco Hugo Capeto, y quien establece una política de alianzas con el Cali-fato de Córdoba. La dinastía catalana regirá la vida de Cataluña, hasta la muerte sin descendencia de Martí l’Humà (1356-1410).

Els Usatges de Barcelona, cuya primera atribución documental data de 1173 (hay quien les otorga ma-yor antigüedad), son el referente de las normas y costumbres del derecho catalán al uso. Los prime-ros textos en catalán que se han conservado, datan de mediados del siglo XII (traducción del Forum

1 y 2 / Páginas d’Els Usatges y de las Homilies d’Organyà. Museu d’Història de Catalunya.3 / El rey Jaume I y las Corts Catalanes. Miniatura de 1495 de las Constitucions de Catalunya. Arxiu de la Corona de Aragó.

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1 / Sepulcro del Conde de Urgell en una dependencia del Castillo de Xátiva. Imagen de spaincenter.org.

Iudicum visigodo), aunque habitualmente se atribuye esta condición pionera a las Homilies d’Organyà.

La unión de Cataluña y Aragón surge a partir de la alianza matrimonial del Compte de Barcelona, Ra-món Berenguer IV (1113-1162) y Petronila, o Pero-nella, de Aragón (1136-1173), hija de Ramiro II de Aragón, el Monje (1086-1157), quien dio a su hija el reino de Aragón en plena propiedad, no en dote. Ramón Berenguer IV entró a gobernar el reino veci-no con el título de Príncipe de Aragón y Conde de Barcelona. Cada pueblo conservó sus instituciones y su idioma. Fue el hijo de ambos, Alfonso II el Casto (1157-1196), el monarca que asumió todos los títu-los y la dignidad real tras la muerte de su padre y la abdicación de su madre.

Jaume I el Conqueridor (1208-1276) en 1244 esta-bleció la línea divisoria entre Aragón y Cataluña en el río Cinca. A partir de esa fecha, las Cortes de cada territorio se reunieron de forma separada. Este mo-narca heredó por línea paterna la corona de Aragón, el condado de Barcelona (incluidos los de Girona, Osona, Besalú y Cerdanya) y por línea materna el se-ñorío de Montpellier. Jaume I conquista a los musul-manes Medina Mayurga (1229), las Pitiusas (1235) y Valencia (1238).

En su último testamento Jaume I (1262) reparte sus posesiones entre sus hijos, dejando a Pere el Gran (1240-1285) el reino de Aragón, el reino de Va-lencia y Cataluña. El infante Jaume (1276-1311), Jaume II de Mallorca, recibe el Reino de Mallorca, el condado del Rosellón, el condado de Cerdanya y los territorios que conservaba en Occitania (Baronía de Omelodes, Vizcondado de Carlat y el Señorío de Montpellier), que conformaban el Reino de Mallor-ca. El reino de Mallorca se reincorpora definitiva-mente a la Corona de Aragón en 1349, tras la batalla de Llucmajor, en la que muere y es vencido Jaume III de Mallorca (1315-1349) por las tropas de su her-mano Pere el Cerimoniós (1319-1387). Además de la expansión mencionada sobre los dominios musul-manes, los monarcas de Aragón y Cataluña habían

abierto, a finales del siglo XIII y principios del siglo XIV, nuevas vías marítimas con la integración de Si-cilia, la formación de los ducados catalanes en Grecia y manteniendo la aspiración de dominar Cerdeña. Además de caballeros, los reyes contaron tanto para estas empresas fronterizas como para las empresas marítimas, con la participación de los almogávares, un ejército de infantes, bajo el mando de Roger de Flor, Roger de Llúria o Bernat de Rocafort.

La expansión del territorio supuso grandes oportuni-dades para los negocios marítimos que fueron muy disputados con los genoveses. Una vez arrebatados los territorios a los musulmanes, las disputas y acuer-dos territoriales se establecieron con el papado y los vecinos fronterizos naturales: Francia y más tarde Castilla.

En cuanto a la organización administrativa, hay que señalar que en 1265 se organizó en el municipio de Barcelona, el Consell de Cent con funciones legislati-vas y administrativas y el Petit Consell con funciones legislativas y consultivas. Les Corts Catalanes inicia-das también por Jaume I se concretan bajo el reinado de su hijo Pere el Gran (1283). Tenían poder legisla-tivo y eran convocadas por el rey. Representaban a los poderes eclesiástico, militar o de la nobleza y el real o de las villas. El gobierno de Barcelona era respetado por el rey y considerado un privilegio de la ciudad.

Las Constituciones Catalanas eran las leyes propues-tas por los condes de Barcelona y aprobadas por las Corts. Pere el Gran crea en 1285 una moneda de pla-ta conocida como croat barceloní o xamberg, que se acuñó durante siglos. Los últimos fueron emitidos en Barcelona a principios del siglo XVIII.

La denominación de Principado de Cataluña (Catha-lonia), que procede del término jurídico latino prin-cipatus, señala el territorio que a partir del siglo XIV, está bajo jurisdicción de Les Corts Catalanes. No era un reino, sino una agrupación de condados bajo una jurisdicción común, cuyo soberano era el rey de la Casa de Aragón.

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La Diputación General de Catalunya o Generalitat de Catalunya (1359) de origen recaudatorio y nom-bramiento real, fue desde su inicio, juntamente con el Consell de Cent y la monarquía, una de las tres piezas clave del sistema de poder. La Generalitat se fue asentando a nivel político y simbólico como re-presentación de Cataluña, y como un modelo polí-tico constitucionalista opuesto al poder absoluto de las monarquías. Su primer presidente fue nombra-do por las Corts Catalanes celebradas en Cervera en 1359, bajo el reinado de Pere III el Cerimoniós. La Generalitat de Catalunya la formaban tres diputados representantes de los tres brazos (eclesiásticos, nobles y militares) y tres auditores de cuentas.

En el siglo XIV Barcelona tenía unos 40.000 habi-tantes y en Cataluña vivían unas 400.000 personas. La ciudad era un centro comercial y portuario. Se ex-portaban lanas, cueros, productos agrícolas, mineros y se comerciaba con esclavos sarracenos. Se impor-taban especies y drogas de oriente, cereales, azúcar y algodón. De ahí la importancia de la buena gestión de la hacienda, encomendada a la Generalitat.

Como se ha dicho, Martí l’Humà muere en 1410 sin descendencia. Al no haber nombrado heredero, según el Compromís de Casp (1412), los territorios aragoneses pasan a la dinastía Trastámara, a Fernan-do de Antequera (1380-1416), que era uno de los seis aspirantes al trono de Aragón. De hecho, se trató de un consenso previo a la reunión, controvertido históricamente, y que dio paso al conocido levanta-miento en armas del representante catalán, el Comp-te d’Urgell, otro de los aspirantes, que se consideró injustamente desposeído, pero al contar con pocos apoyos fue fácilmente hecho prisionero y encarcela-do. Murió cautivo en Xàtiva en 1433.

En el siglo XV la expulsión de los judíos (1424), su-puso una medida funesta para la economía catalana. Se vivieron alzamientos de los payeses contra los se-ñores (1461), estalló una revolución y se produjeron fuertes enfrentamientos entre la Corona y las institu-ciones del gobierno catalán (Generalitat) que había

organizado un ejército contra los campesinos (remen-ses) (1462-1472). La ciudad es sitiada y finalmente acepta la rendición, jurando el monarca nuevamente las Constituciones de Cataluña. En 1475, los Reyes Católicos unen las coronas de Castilla y Aragón, co-ronas que a la muerte de Isabel I (1451-1504) vuel-ven a separarse.

1/ Castillo de Xàtiva donde muere cautivo en 1433 el Compte d’Urgell. Imagen de spaincenter.org

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1 / Maqueta del Corpus de Sang. Museu d’Història de Catalunya.2 / Corpus de Sang de Antoni Estruc i Bros, 1907. Museu d’Art de Sabadell.

·3Edad Moderna

Tras el Descubrimiento de América (1492), los Re-yes Católicos confieren a Sevilla el monopolio del comercio con América, teniendo como consecuencia el empobrecimiento del puerto de Barcelona. El em-perador Carlos I (1500-1558), nieto de Isabel y Fer-nando (1452-1516) fue el primer monarca de la casa de Austria (Hausburgo). Su fabulosa herencia reunió, entre otros muchos, todos los territorios de Castilla y Aragón. El emperador hizo frente, con una durísima represión a las revueltas de las Germanies, en Valen-cia y Mallorca, y que tuvieron alguna repercusión en Cataluña. Tras estos enfrentamientos se centraliza el poder real. Su labor fue seguida por su hijo Felipe II (1527-1598), quien durante su reinado vence a los turcos en Lepanto (1571). También durante su reinado, Barcelona sufre una epidemia de peste que asola el Mediterráneo (1589) y que provoca la muer-te de una cuarta parte de la población, unos 11.000 barceloneses.

En 1609, Felipe III (1578-1621) decreta la expul-sión de los moriscos, unos 4.000 de los cuales fue-ron trasladados a las costas africanas. Más tarde la lucha contra el bandolerismo en las zonas rurales, los abusos de los validos del rey y las obligaciones que impone Felipe IV (1606-1665) provocó, que se orga-nizaran revueltas de los payeses catalanes en protesta a los desmanes ocasionados por las tropas, como ro-bos, homicidios y violaciones. Entre las obligaciones que causaban más descontento estaban la exigencia de incorporar a los ejércitos reales levas de soldados catalanes y la obligaron de alojar a decenas de miles de soldados que debían luchar contra los franceses, quienes en 1635 habían declarado la guerra a España en el contexto del conflicto territorial europeo de-nominado Guerra de los Treinta Años (1618-1648).

La Guerra dels Segadors (1640-1652) supuso la respuesta ante el coste excesivo de la Guerra de los Treinta Años, y los abusos del Conde-Duque de Oli-vares (Felipe IV), que recluye en prisión a dos conse-llers y al diputado militar de la Generalitat. Un grupo

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de campesinos los libera y se dirigen a las Drassanes donde matan al lugarteniente (Corpus de Sang).

La Generalitat, encabezada por el Canonge Pau Cla-rís, pidió protección a los franceses y firmó un pacto por el que, a cambio de protección, se le ofrecía al rey francés ser nombrado Compte de Barcelona. Tras continuos enfrentamientos y batallas entre el ejército hispánico y las fuerzas catalanas (el ejército francés incumple el pacto de ayuda), agravados por una nue-va epidemia de peste (1650-1654), en 1659 se sella el Tractat dels Pirineus (1659) por el que Francia se anexiona Rosellón con su capital, Perpiñán, y parte de La Cerdaña.

La Guerra de Sucesión (1701-1713) que, a la muerte sin descendencia del monarca Carlos II, enfrentó a los defensores del pretendiente de la Casa de Borbón frente a los defensores del pretendiente de la Casa de Austria, ambos nietos de Luis XIV de Francia por línea materna, fue nuevamente un conflicto interna-cional. Los territorios de Castilla defendían al preten-diente Borbón y los de la antigua corona de Aragón al pretendiente de la casa de Austria, quien prometía mantener las instituciones y fueros propios de aque-llos que lo defendieran. En el curso de la guerra, en 1705 el Archiduque Carlos de Austria juró solemne-mente las leyes y privilegios del Principado.

A pesar de la firma de la Paz de Utrecht, otorgando el trono de España al pretendiente Borbón (Felipe V, 1683-1746) y dando fin a al contienda entre las potencias europeas implicadas, en España el conflicto armado persiste y no se da por finalizado hasta 1715 con la pérdida de las instituciones y derechos propios de los mallorquines. El año anterior, el once de sep-tiembre de 1714, fecha en que se conmemora la Dia-da o Fiesta Nacional de Cataluña, Barcelona capitula ante las tropas borbónicas de castellanos y franceses bajo el gobierno de Felipe V. La ciudad sitiada resiste heroicamente durante 14 meses, bajo las órdenes del General Villarroel y de Rafael Casanova del Consell Municipal, quien resultó herido durante las refriegas. Finalmente Barcelona sucumbe al asalto de sus de-

fensas y es derrotada por un ejército muy superior numéricamente. La capitulación de la ciudad supuso el final de los fueros de Cataluña.

La incidencia de las guerras, junto a las epidemias y hambrunas a las que se vio sometida Barcelona supuso un descenso de la población. La ciudad, en 1717 tenía algo más de 30.000 habitantes, lo que representó una regresión demográfica del 25%. Por el contrario, el siglo XVIII supuso una importante recuperación demográfica. La población de Catalu-ña prácticamente se dobla, concentrando la mayor parte de sus habitantes en la costa (Maresme), y en Barcelona y su periferia. La capital catalana creció hasta aproximarse a los 100.000 habitantes en 1800 y 250.000 habitantes en 1854, más del doble.

Felipe V, nieto de Luis XIV de Francia, fue el primer rey de la dinastía borbónica. Tras la victoria del mo-narca francés, se inicia un periodo de fuerte represión para los catalanes quienes, en parte se exilian y en parte se acomodan a la nueva situación, participando en la nueva sociedad borbónica. El monarca abolió las constituciones y las instituciones catalanas, cuyos bienes fueron expropiados. El Consell de Cent y la Generalitat se centralizan. La administración de Es-paña en 21 provincias (Real Decreto 23-XII-1713). Se prohibe el uso del catalán en los pleitos y en las escuelas.

El 16 de enero de 1716, una real cédula se refería al decreto de “Nueva Planta de la Real Audiencia del Principado de Catalunya”. Este decreto de nueva planta, establecía las bases que regulaban la domina-ción borbónica en el Principado dando preeminencia al poder militar del capitán general sobre las insti-tuciones civiles. Felipe V se otorgaba una soberanía absoluta (que se mantuvo hasta la Constitución de 1833), sin restricción alguna, reservándose la facul-tad de concebir, derogar y cambiar las leyes. En 1717, Felipe V ordenó la construcción de la Ciutadella Mi-litar de Barcelona, un gran arsenal con el que se trata-ba de mantener el control militar de la ciudad.

1 / Decreto de Nova Planta. (Museu d’Història de Catalunya).2 / Pau Clarís. (Museu d’Història de Catalunya).

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1 / Plano de Barcelona en la Baja Edad Media.2 / Plano de Barcelona del siglo XVIII, donde se incluye la Ciudadela y el barrio de la Barceloneta.

En ocasión del acceso de Carlos III (1716-1788) al trono en 1760, los representantes de las capitales de la antigua Corona de Aragón (Barcelona, Zaragoza, Valencia y Palma de Mallorca) pidieron una revisión del régimen de nueva planta y un retorno parcial a la situación anterior a la Guerra de Sucesión. Se alega que la implantación de la legislación castellana ha-bía llevado “imponderables males”, quejándose muy especialmente de la represión de la lengua catalana. El absolutismo centralizado borbónico del monarca ilustrado, no atendió la solicitud.

Carlos III por el contrario, sí liberalizó el comercio con América, lo que supuso la proliferación de in-dustrias y el desplazamiento temporal de miles de catalanes a América. Antoni Simón atribuye “la base del arranque industrial de Catalunya que se dio en el siglo XVIII a dos procesos paralelos: en primer lugar, la expansión de un conjunto de manufacturas tradi-cionales, que se especializaron territorialmente y, en segundo lugar, al auge de una manufactura algodone-ra que anunciaba el inicio de una actividad industrial centralizada y una nueva organización capitalista del trabajo”. La expansión de la manufactura del algo-dón fue tal, que en los primeros años del siglo XIX (1804), en Barcelona había 230 fábricas dedicadas a esta actividad.

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·4Edad Contemporánea

1814-1820 Primer periodo absolutista del Gobierno de Fernando VII

1820-1923 Trienio liberal

1823-1833 Segundo periodo absolutista de Fernando VII

1833-1868 Reinado de Isabel II

1833 Renaixença: Movimiento cultural de renacimiento de la Lengua y la Literatura catalanas

1835,1852 Desamotización de bienes eclesiásticos

1843-1853 Década Moderada. En 1845, nueva Constitución

1851 Concordato con la Santa Sede

1854-56 Bienio progresista

1856-1868 Periodo moderado

1868-1874 Sexenio revolucionario

1868 Revolución de septiembre. Isabel II destronada

1869 Nueva Constitución

1870 El General Prim, presidente del Gobierno, muere en atentado

1871-1873 Reinado de Amadeo de Saboya

1873 I Primera República

1874-1923 Restauración borbónica. En 1875 nueva Constitución

1885 Pacto de El Pardo de alternancia política liberales-conservadores

1891 Creación de la Unió Catalanista

1892 Bases de Manresa a favor de un régimen autonómico en Cataluña.

Se impone el Modernismo europeísta y crítico con La Renaixença conservadora

1898 Pérdida de las colonias

Regeneracionismo

En 1808 Francia declara la guerra a España (Guerra de la Independencia) con la invasión de las tropas francesas. En 1812, Cataluña cae bajo el poder de Napoleón, quien separa el territorio catalán de Espa-ña para anexionarlo al Imperio francés. En el mismo año, las Cortes de Cádiz promulgan una constitu-ción liberal e innovadora de carácter centralista. Al año siguiente, Napoleón pacta con Fernando VII y las tropas francesas salen de España, finalizando la guerra en el 1814.

España vive en esta época una sucesión de aconteci-mientos marcados por una gran inestabilidad política y social, que caracteriza al siglo XIX y a la primera mitad del siglo XX. Veamos primero un resumen cro-nológico de los acontecimientos:

CRONOLOGÍA (1814-1978)*

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1923-1930 Dictadura del General Primo de Rivera

1924 Derogación de las leyes desamortizadoras

1928-1931 Creación de Acció Republicana de Catalunya por Rovira i Virgili

1931 Elecciones municipales con victoria de Esquerra Republicana de Catalunya

Alfonso XIII abandona España

II República (1931-1936)

Elecciones constituyentes generales en España. Azaña presidente del gobierno (1931)

El 17 de abril, la República Catalana promulgada por Francesc Macià, se convierte en Generalitat de Catalunya.

El Parlamento español aprueba el Estatuto de Cataluña el 9 de septiembre de 1932

1936-1939 Golpe de estado y Guerra Civil

1939-1975 Franquismo

Represión de los sectores democráticos y de izquierdas. Exilio republicano

Nuevo periodo constitucional. Transición

1977 Se restablece provisionalmente la Generalitat de Catalunya

1978 Nueva Constitución que estructura España como un Estado de Autonomías

1979 Las Cortes Españolas aprueban el Estatut de Autonomia, refrendado por el pueblo catalán.

1980 Restauración del autogobierno

* Elaboración propia a partir de KINDER Hermann, HILGEMANN Werner. Atlas histórico Mundial (Vol II). De la Revolución francesa a nuestros días. Madrid: Istmo; 1992 y CARR Raymon (2006). Op. Cit.

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Al finalizar la Guerra del francés o Guerra de Inde-pendencia (1808-1814) se inicia el periodo absolu-tista fernandino, caracterizado por la represión y el terror hasta la muerte del monarca en 1833. Este año señala otro periodo belicista suscitado de nuevo por la cuestión dinástica. El desacuerdo entre los isabe-linos, seguidores de Isabel, única hija del monarca fallecido, y los carlistas que apelando a la tradición, defendían la subida al trono de un varón (el herma-no del monarca, el Infante Carlos María Isidro) fue el detonante de las Guerras Carlistas (1833-1872). Las tropas isabelinas del General Espartero se acaban imponiendo a las tropas carlistas, e Isabel II se man-tiene en el trono hasta la Revolución de 1868. Buena muestra de la implicación de los catalanes en el con-flicto, especialmente en la zona rural, es el hecho de que en 1837, todos los obispos catalanes, a excepción del de Barcelona, eran del bando carlista y que la op-ción defendida por éstos tenía un carácter federalista.

Durante la regencia de Isabel II, para hacer frente a las revueltas iniciadas por el descontento de los obre-ros fabriles contra el pago de los derechos de consu-mo a las puertas de la ciudad, el regente, el general Espartero ordena el bombardeo de Barcelona (1842) desde Montjuïc. Paradójicamente, las defensas de la ciudad se usaron contra ella misma, siendo destruidas total o parcialmente 462 casas, fueron fusiladas 19 personas y los barceloneses fueron fuertemente mul-tados. Al año siguiente, de nuevo para hacer fren-te al descontento social (revuelta de la Jamància) el General Prim repite el bombardeo de la ciudad, esta vez desde Gracia. Como indica Albert Balcells, “en esos años, la burguesía catalana, que vio peligrar su posición dominante en el propio territorio, se ple-gó temporalmente al centralismo que consolidaba la reacción política contra la amenaza de la revolución democrática”.

El descontento social del siglo XIX continua en el siglo XX con la Semana Trágica (1909), que empezó con una convocatoria de huelga general como mues-tra de rechazo ante el envío de 40.000 soldados ca-

talanes a Melilla, reclutados entre los que no podían pagar la redención del servicio.

El anarquismo revolucionario y anticlerical fue to-mando cuerpo en la cuidad desde finales del siglo XIX hasta la Guerra Civil de 1936, procurando sor-tear la represión de Primo de Rivera. Los aconteci-mientos posteriores con la implantación de la dicta-dura franquista son bien conocidos.

Para concluir esta breve introducción histórica, cabe señalar los movimientos culturales catalanes que ca-racterizaron el siglo XIX: la Renaixença, el Moder-nisme y el Noucentisme. Los dos últimos de gran trascendencia en la construcción de la ciudad y las modificaciones urbanas que afectaron a la fisonomía de Barcelona en el siglo XIX.

En el plano arquitectónico y urbanístico, cabe desta-car el derribo de las murallas impulsado por el higie-nista Pere Felip Monlau, quien bajo el lema “¡Abajo las murallas!” capitalizó la necesaria sensibilización social para hacer posible el proyecto. Barcelona había pasado de 83.000 habitantes en 1818, a 187.000 en 1850. El hacinamiento en la ciudad era insoporta-ble y no se concibió otro modelo de esponjamiento urbano, que el derribo de sus tradicionales murallas. Barcelona quería transformarse en una capital euro-pea y necesitaba nuevos espacios para la industria, la vivienda y la movilidad. Otro factor de gran impor-tancia que impulsó su derribo fue la carga simbólica que implicaba la muralla, claramente vinculada al antiguo régimen y a la represión militar impuesta en el año 1714.

El siete de agosto de 1854 se inician los trabajos de derribo por Real Orden del Gobierno Central que finalizaría en 1873 para la muralla de tierra y en 1882 para la muralla de mar.

El único fragmento importante que quedó en pie fue el asociado a las Drassanes (edificio dedicado a la fabricación y reparación de embarcaciones) que en aquel momento era cuartel militar y no se tocó.

1 y 2 / Portal del Ángel, puente delante de la muralla. Las torres de Canaletes y la de Sant Sever. Grabados de 1850. Imágenes de barcelonaimatgesambhistoria.blogspot.com.es/2011/07/barcelona-1805-las-calles.htlm.3 / Grabado de la muralla marítima de Barcelona de Onofre Alzamora. Vista del frente marítimo, hacia el Besós. Al fondo, viviendas d’En Xifré. 4 / Fotografía de la muralla marítima. Vista desde el frente marítimo hacia el Llobregat, al fondo Montjuïc.Imagen de barcelofilia.blogspot.com/2011/01/la-muralla-delmar-1427-1881.htlm.

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1 / Murallas junto a las Drassanes. Carrer del Portal de Santa Madrona. 2 / Cubierta de las Drassanes. Museu Marítim de Barcelona.3 / Puerta actual de Santa Madrona. Vista desde el interior de la muralla.4 / Maqueta de las Drassanes, donde se marcan la segunda y tercera murallas de la ciudad y la de mar. Museu Marítim de Barcelona.

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En 1859 se aprueba el Plan Urbanístico de Idelfons Cerdà de “Ensanche y Reforma” de Barcelona, co-nocido como el Pla Cerdà. La actual urbe moderna, la capital industrial, nace de la cuadrícula que ideó Cerdà para el Eixample (Ensanche) de la ciudad.

El proyecto tuvo una larga y difícil gestación. La ciu-dad estaba amurallada y el derribo de las murallas era decisión del gobierno central. El plan urbanístico ganador del concurso, convocado por el Ajuntament para el Eixample de Barcelona, fue el del arquitecto urbanista Antoni Rovira i Trias. Su propuesta consis-tía en un proyecto radial partiendo de una plaza al final de La Rambla.

Sin embargo, por presiones políticas del gobierno central se impuso el proyecto de Cerdà. Las estra-tegias geométricas que despliega en su proyecto de “Ensanche y Reforma de Barcelona” son muy diver-sas aunque siempre están coordinadas entre sí.

El proyecto estudia diferentes composiciones de manzanas formadas por bloques dispuestos paralela-mente o formando cuadrángulos que permiten según esta disposición de los bloques, el acceso y el uso del espacio libre del interior de las manzanas para jardi-nes, etc.

Ildefons Cerdà propone un proyecto racionalista ba-sado en cuadrículas o manzanas de casas de 114 m x 114 m con una anchura viaria de 20 m. La cuadrí-cula se va extendiendo desde los límites de la ciudad hasta los municipios próximos de Gràcia, Sarrià, Sant Martí de Provençals, Sants o Poble Sec. Todos estos lugares se fueron anexionando a Barcelona. El Plan Cerdà se anticipa a las problemáticas del tráfico 50 años antes de la existencia del automóvil.

Su preocupación obsesiva por conseguir una rela-ción equilibrada entre edificaciones y espacio libre, aproxima la obra de Cerdà a la idea de la ciudad ela-borada por el Movimiento Moderno.

En 1888, se derriba el arsenal de la Ciutadella edifica-do por Felipe V y, en su lugar, se construye el parque

1 / Plano de los alrededores de Barcelona, proyecto de su reforma y ensanche, 1859.2 / Implantación de la trama de cuadrículas de 114 x 114 metros.

del mismo nombre, que actualmente alberga el Par-lament de Catalunya. Fue el año de la I Exposición Universal que con gran éxito se celebró en la ciudad.

En 1908, se inicia la apertura de la Vía Layetana cu-yas obras duraron cinco años. Fue diseñada por Ilde-fons Cerdà como vía para enlazar de forma directa al nuevo barrio del Eixample con el puerto (vía de comunicación principal del siglo XIX).

Cerdà centralizó su trabajo en el crecimiento de la ciudad fuera de las murallas. En 1899 se volvió a im-pulsar su ejecución con la aprobación del Plan de Re-forma Interior de Àngel Baixeras.

La demanda de la burguesía instalada en el Eixample y la preocupación de tener que contener los moti-nes dentro de una trama densa de calles estrechas, hizo recuperar el proyecto. El inicio de la obra es in-augurado por Alfonso XIII y el presidente Antonio Maura el 10 de marzo de 1908. La construcción se divide en tres tramos de los que se responsabilizan Lluis Doménech i Montaner, Josep Puig i Cadafalch y Ferran Romeu. Para financiar las obras, por primera vez, los políticos municipales establecen un puente entre ellos y los banqueros, mediante un contrato de tesorería con el Banco Hispano-Colonial.

El desmonte supuso abrir una brecha de 900 metros de largo por 80 metros de ancho. Esta reforma com-portó la destrucción de 2.199 casas y de numerosos palacios medievales, más de 10.000 personas tuvie-ron que buscar otro lugar para vivir. Algún edificio se pudo rescatar y trasladar a otras zonas de la ciudad. Las ventajas sin duda eran higienistas, en aquellas ca-llejuelas en donde nunca entraba el sol se hizo llegar una bocanada de aire fresco, pero el conjunto único formado por callejuelas medievales quedó definitiva-mente maltrecho. La nueva vía suponía una nueva imagen de Barcelona dedicada a los edificios oficiales y espacios de oficinas. Ocupados por empresas de lo-gística y exportación que atendían las necesidades de los negocios de la burguesía instalada en el Eixample.

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La construcción del metro impulsada por el arqui-tecto municipal Pere Falques supuso una mejora im-portante para la ciudad que no estaba prevista en el proyecto y que se inauguró en 1926.

La segunda Exposición Universal se celebró en 1929 y supuso un nuevo éxito para la ciudad con la urba-nización de la montaña de Montjuïc.

El transporte de Barcelona se origina en el siglo XIX y principios del XX. Barcelona contó con la primera línea de tren del Estado en 1848, que comunicaba Barcelona y Mataró. En 1872, el primer tranvía a ca-ballos circulaba desde la Boqueria (La Rambla) hasta Josepets (actual Plaza de Lesseps). La electrificación de los tranvías se realiza entre 1899 y 1907. La pri-mera línea de metro de Barcelona une desde 1924, las plazas de Catalunya y Lesseps.

Ya en el siglo XX otro gran acontecimiento deporti-vo, los Juegos Olímpicos, celebrados en el verano de 1992, abrieron Barcelona al mar, la dieron a conocer al mundo y modificaron su skyline. Esa línea de cielo de una ciudad actualmente acosada por la profunda crisis socio económica, pero que trata de seguir man-teniéndose hospitalaria, activa y capdavantera (líder) gracias a la enorme resistencia, ingenio y capacidad de trabajo de sus gentes.

1 y 2 / Imágenes de la construcción de los túneles del metro de la Vía Layetana. Imagen de spanishralway.com/2012/07/02/metropolitana-de-barcelona.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

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8. Gran Enciclopèdia Catalana. Ed. Enci-clopedia Catalana S.A. Barcelona; 1975.

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Colaboran:

Fundació Catalana de Pneumologia