5. la escuela alejandrina

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LA ESCUELA DE ALEJANDRÍA

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LA ESCUELA DE ALEJANDRÍA

A pesar de las persecuciones, o tal vez precisamente a causa de

ellas, el cristianismo siguió expandiéndose en Medio

Oriente, Asia Menor y Occidente.

Alejandría está situada en el delta del Nilo, en Egipto,

a la vista del Mediterráneo, en un lugar

estratégico para el comercio y la cultura.

Además fue una ciudad verdaderamente opulenta

y cosmopolita, lo que ayudó al desarrollo de la

filosofía en todas sus formas, y el cristianismo

no es la excepción.

Durante el siglo III fue el centro más activo

del pensamiento cristiano.

Como ciudad cosmopolita, Alejandría había

conservado la antigua religión de los egipcios y

el templo a Serápis la dominaba,

los cultos romanos se habían añadido al antiguo culto local

sin intentar suprimirlo,

y vivía ahí una comunidad numerosa de judíos

helenizados, que olvidaron el hebreo y tradujeron el Antiguo Testamento al

griego.

De hecho, hubo una escuela filosófica llamada

judaísmo alejandrino, cuyo más importante

representante había sido Filón.

Ahora estaba poblada también por cristianos, quienes constituyeron una nueva corriente de

pensamiento.

Alejandría fue el centro de enseñanza de

conotados gnósticos, como Carpócrates,

Basílides y Valentín.

Y en su calidad de centro de pensamiento cristiano, tuvo como habitantes a

san Clemente de Alejandría y a Orígenes, uno de los más preclaros pensadores cristianos.

Los pensadores alejandrinos se

preocuparon por presentar la “verdadera

gnosis”, es decir, el verdadero conocimiento que lleva a Dios, estos

es, el cristianismo.

SAN CLEMENTE DE

ALEJANDRÍA

Nació en Atenas en el año 150 y murió en el

215. Al parecer se convirtió

tempranamente al cristianismo y viajó para instruirse con diversos

maestros.

Encontró en Alejandría a Panteno, un cristiano

ortodoxo que lo instruyó en la doctrina y satisfizo

plenamente su curiosidad.

Al parecer Panteno, quien no dejó obra

escrita, era un verdadero sabio y

maestro de doctrina cristiana.

Clemente, después de la muerte de Panteno asumió la dirección y

enseñanza de su escuela,

se unió al presbiterio de Alejandría y en ocasión de la persecución del

202, salió de Egipto para refugiarse en Cesarea de

Capadocia.

Obras

Sus más importantes escritos son el Discurso de Exhortación a los Griegos (Protéptikos) producido

hacia el año 195, el Pedagogo y los Strómata

(Variedades).

La obra de san Clemente es unitaria, en el sentido

en que el primer libro, las exhortaciones, es

apologético y dirigido a paganos.

El segundo texto sirve para la

educación de los cristianos en la vida

activa,

y la última obra se orienta a la vida contemplativa, la verdadera gnosis.

DOCTRINA

La historia del pensamiento es semejante a dos

ríos que al principio son paralelos y luego se juntan.

Estos ríos son la filosofía griega y el judaísmo del Antiguo Testamento.

En su confluencia aparece el cristianismo que enriquece la unión de los dos anteriores y

hace que el pensamiento llegue a su culmen.

San Clemente no desprecia la

filosofía griega, sino la aprovecha.

Según él la filosofía es preparación para

el evangelio.

Cuando los hombres llegaron a elevados

niveles de pensamiento llegó el evangelio para llevarlos a niveles muy elevados de misticismo.

Por eso la verdadera gnosis es la fe ayudada por la reflexión filosófica.

El cristiano no necesita de teosofías ni de

explicaciones complicadas para adquirir el

conocimiento que lleva a la unión con Dios, le basta el evangelio y la reflexión.

Orígenes

Una de las mentes más preclaras en toda la historia de occidente (¿de la humanidad?) es

Orígenes.

Abordó prácticamente toda la temática de su

época y se adelantó a cuestiones de

tiempos muy posteriores,

como la predestinación, que fue discutida en el

transcurso de la reforma protestante, o la

posibilidad de creaciones sucesivas, tema propio de

la física actual.

Nació en Egipto en 184, muy

probablemente en Alejandría, de padre converso y mártir.

Fue discípulo de san Clemente a quien

sucedió en la dirección de la

escuela de Alejandría por un

tiempo.

Además viajó para estudiar con diversos

maestros, como Ammonio Saccas,

maestro de Plotino, junto con el mismo Orígenes.

Estudió a todos los filósofos que le fueron posibles,

incluidos Platón y Aristóteles,

sin embargo afirmó que la

verdadera filosofía es el cristianismo.

En su escuela siempre se estudió a todos los

filósofos, a fin de que el estudiante tuviera una visión de conjunto de todo el pensamiento griego y cristiano.

En uno de sus viajes a Grecia fue ordenado

sacerdote,

pero algunos consideran irregular su ordenación a causa de

su castración voluntaria para seguir el consejo evangélico de que se

debe vivir como eunuco,

algo al parecer contradictorio en el

maestro de la interpretación alegórica del

evangelio.

Fue expulsado de Alejandría por el obispo Demetrio

cerca del año 231, a causa de sus enseñanzas.

Fundó una escuela y una biblioteca en Cesarea de

Capadocia, de donde salió un gran número de pensadores cristianos

ortodoxos.

Al parecer murió en Tiro durante la persecución de

Decio, a causa de los tormentos padecidos.

El talento de Orígenes lo llevó a

sostener tesis adelantadas a su

tiempo y aventuradas desde el punto de vista

dogmático.

Tuvo detractores entre los padres más importantes, como Pedro de Alejandría

y san Epifanio,

incluso Teófilo de Alejandría reunió un

concilio para someter a juicio su doctrina, cuya condenación obtuvo.

Sin embargo también contó con

entusiastas defensores, como san Jerónimo y los

grandes capadocios.

Su obra fue amplísima, pero por su carácter de

perseguido por la misma iglesia, casi todos sus

escritos fueron destruidos.

La época moderna lo ha reivindicado y en la

actualidad lo tenemos como un pensador muy importante dentro del cristianismo antiguo.

Entre lo poco que se conserva, y que concierne directamente

a la filosofía, están Contra Celsum y De Principiis, ambas escritas en griego y tienen su

antigua, aunque no muy buena, traducción al latín.

Dios y la creación

Según Orígenes, el mundo puede ser eterno aunque de hecho es creado.

O bien, ha habido otros mundos y después habrá

más,

porque si Dios es omnipotente, no

podemos concebir que esa omnipotencia quede

ociosa por algún momento.

A eso se debe que, aunque libre de parte de Dios, la

creación es necesaria en

algunos aspectos,

ya que la omnipotencia de Dios se tiene que manifestar en su

creación.

El hombre y su libre albedrío

Si bien, el libre albedrío del hombre es causa de su caída, también es causa de

su regeneración.

El hombre es libre por su

capacidad de razonar.

El sujeto de imputabilidad es el

origen de los actos libres. Soy yo quien quiero,

actúo y juzgo, soy yo la causa de mi decisión.

La libertad fue la primera ocasión del mal, pero también

sigue siendo la condición necesaria

para el bien.

La aptitud para preferir el bien o el mal es

absolutamente indispensable para que el bien pueda llegar a ser, en verdad, nuestro bien.

Ahí se encuentra la

raíz de nuestra regeneración.