5. Artusi Monteverdi

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  • ERCOLE BOTTRIGARI (1531-1612)Il Desiderio, ovvero, De Concerti de Varii Stromenti Musicali (1594)

    ! Los sentidos se han vuelto locos. Y es el resultado que obtienen deliberadamente todos esos buscadores de novedades que, da y noche, se aplican sobre sus instrumentos para buscar afectos nuevos. No comprenden que los instrumentos ensean lo falso y que, una cosa es buscar a tientas por medio de los sentidos ciegos y otra, trabajar mediante la razn apoyndose sobre el sentido comn. Las nuevas reglas que estn ahora en vigor, y las nuevas maneras que de ellas se desprenden, hacen que la msica moderna sea desagradable al odo. Se oye una diversidad de sonidos, una mezcla de voces, un rumor de armonas insoportables a los sentidos [...]. Es verdad que la experiencia que tengo del arte me permite afirmar que el autor de esto no ha hecho jams nada bueno. Os lo digo francamente: estas composiciones on contrarias a todo lo que hay de bello y de bueno en el arte de la msica. Son insoportables al odo y lo hieren en lugar de encantarlo. El autor no ha tenido en cuenta los sagrados principio relativos a la medida y al fin de la msica. No comprendo cmo un msico se deja llevar a tales faltas que saltaran a los ojos de cualquier nio.

    GIOVANNI MARIA ARTUSI (1540-1613)LArtusi, ovvero, Delle imperfezioni della moderna musica (1600)

    [Artusi, cannigo de la iglesia de San Salvatore en Bolonia, fue un distinguido terico, conocedor del contrapunto pero de mentalidad reaccionaria. Las innovaciones que haban sido introducidas en la msica polifnica por compositores de la talla de Rore, Monteverdi y Gesualdo estaban ms all de su entendimiento. Esta obra muestra hasta dnde poda llegar en su lucha contra lo que l llamaba las imperfecciones de la nueva msica. Desde su limitado punto de vista, sin embargo, como ardiente defenso de la polifona tradicional. Artusi fue perfectamente consciente de que el madrigal de su tiempo haba comenzado a desintegrarse.]

    (LUCA) Ayer, seor, despus de haber abandonado a Su Seora, yendo hacia la plaza, unos caballeros me invitaron a escuchar ciertos madrigales nuevos. Complacido por la amabilidad de mis amigos y por la novedad de las composiciones, des acompa a casa del Signor Antonio Goretti, noble de Ferrara, joven virtuoso y gran amante de la msica como ningn otro que yo haya conocido. Me encontr all con el Signor Luzzasco y con el Signor Hippolito Fiorini, hombres distinguidos, junto a los que se haban reunido muchos otros nobles espritus versados en la msica. Se cantaron y se repitieron los madrigales, pero sin dar el nombre del autor. La textura no era desagradable pero, como ver su Su Seora, debido a que introduca nuevas reglas, nuevos modos y nuevos giros en las frases, resultaban duros y poco placenteros al odo. Y no poda ser de otro modo porque violaban las buenas reglas basadas por un lado en la experiencia (la madre de todas las cosas), por otro lado observadas en la naturaleza y, por otro, probadas mediante demostracin. Y debemos creer que estas deformaciones de la naturaleza y propiedad

  • de la verdadera armona se alejan del objetivo de la msica que, como dijo ayer Su Seora, es el deleite.

    Pero, para que podis considerar todo este asunto y darme vuestro juicio, he aqu los pasajes, dispersos aqu y all en los ya mencionados madrigales, que escrib ayer tarde para mi diversin.

    (VARIO) Signor Lucca, me traeis unas novedades que me asombran no poco. A mi edad, me complace ver un nuevo mtodo de componer, aunque me complacera mucho ms si viera que esos pasajes se basaban en alguna razn que pudiera satisfacer al intelecto. Pero, como castillos en el aire, quimeras sobre la arena, esas novedades no me placen. Merecen censura, no alabanza. Sin embargo, veamos los pasajes.G. M. ARTUSI 395

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    harsh to the ear, rather offending than delighting it, and to the goodrules left by those who have established the order and the bounds of thisscience they bring confusion and imperfection of no little consequence.Instead of enriching, augmenting, and ennobling harmony by variousmeans, as so many noble spirits have done, they bring it to such estatethat the beautiful and purified styIe is indistinguishable from the bar-baric. And all the while they continue to excuse these things by variousarguments in conformity with the style.

  • Observad cun spero y tosco es este pasaje que para sus mentes es exquisito. En el tercer ejemplo, en el silencio de mnima, la parte inferior choca con la superior en una semidiapente que hace que el cantor llegue a dudar de si est cantando correctamente o si est cometiendo alguna equivocacin. Todos los compositores han empleado este intervalo, pero de un modo diferente. Y digo de un modo diferente porque aunque lo emplean tanto en la primera como en la segunda parte del comps, llamadas arsis y tesis, no lo usan nunca despus de una ausencia de sonido, como Artusi demuestra en su Arte del contrapunto sino que le suele preceder una sexta o alguna otra consonancia.

    (LUCA) Nunca haba visto nu escuchado este intervalo en la manera en que lo usan esos compositores. Deben creer que el silencio de mnima equivale a una consonancia. Pero, como habis dicho, el odo no puede juzgar lo que no ha odo. Cipriano [de Rore] usa este intervalo en su madrigal Non gemme, non finora y Morales en su Magnificat de quinto modo , en el verso sicut locutus est, pero en la manera que ensearon los antiguos, de lo que han dejado miles de ejemplos. Y es verdaderamente maravilloso que los antiguos, con su gran industria y diligencia, ensearan el modo no ya de hacer consonantes aquellos intervalos que la naturaleza misma haba creado disonantes, sino de usarlos de manera que parezcan propiamente algo de su dureza y adquirir suavidad. Pero cuando, apartndose de la manera enseada por los antiguos se usan y se toman de un modo absoluto, no pueden producir un buen efecto [...].

    (VARIO) Nuestros antepasados nunca ensearon que las sptimas se pudieran usar absoluta y abiertamente, como ves que estos las usan en el segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto y sptimo ejemplos, ya que no le dan gracia a la composicin y, como dije antes, la parte superior no corresponde al conjunto, comienzo o base.

    (LUCA) Es otra paradoja.

    (VARIO) Si esta paradoja estuviera razonablemente basada en alguna razn, merecera mucha alabanza y podra llegar a durar eternamente. Pero est destinada a tener corta vida porque la demostracin puede solamente mostrar que la verdad est contra ella [...].

    No niego que descubrir cosas nuevas sea simplemente bueno, sino necesario pero decidme primero por qu razn desearais emplear esas disonancias como ellos las emplean. Si fuera para decir deseo que sean simplemente odas, pero que el odo no sea ofendido, por qu no usarlas al modo ordinario, conforme a la razn, de acuerdo con lo que han escrito Adriano [Willaert], Cipriano [de Rore], Palestrina, Porta [Constanzo?], Claudio [Merulo?], Gabrielli [Andrea], Gastoldi [Giovanni Giacomo], Nanino [Giovanni Maria], Giovanelli [Ruggiero] y tantos otros en esta Academia? acaso es que no han logrado originar asperezas para el odo?. Mira a Orlando di Lasso, Philippe de Monte y Giaches de Wert y podrs encontrar montones de ellas. Si no deseis que el odo sea ofendido por ellas encontraris la manera y el orden de su uso en estos autores [...].

  • (LUCA) La verdad es que todas las artes y ciencias han sido creadas bajo reglas pero, no obstante, dado que las disonancias se emplean en las armonas como algo no esencial, parece que los msicos creen tener derecho a usarlas a su antojo.

    (VARIO) No niego que las disonancias se empleen como algo no esencial en las composiciones [...] Las consonancias se usan libremente en las armonas por salto o por grados conjuntos, sin distincin, pero las disonancias, siendo de otra naturaleza, deben ser tratadas de otro modo. Este modo es demonstrado por Artusi en su Arte del contrapunto, pero no en la manera en la que lo hacen esos nuevos maestros [...].

    (LUCA) Piensan solo en satisfacer los sentidos cuidando muy poco de que la razn pueda juzgar sus composiciones.

    CLAUDIO MONTEVERDI (1567-1643)Il Quinto Libro de Madrigali (1605)

    Curiosos lectores:No os maravillis si doy estos madrigales a la prensa sin haber respondido primeramente a las objecciones que Artusi ha dirigido contra algunos pequeos detalles de ellos pues, hallndome al servicio de Su Alteza Serensima de Mantua no dispongo del tiempo que para ello se requerira. Sin embargo, he empezado a preparar una rplica para hacer conocer al mundo que no escribo mis composiciones al azar la cual aparecer tan pronto como la haya revisado y llevar el ttulo de Seconda Prattica, ovvero, Perfezioni della moderna Musica. Algunos, no sospechando que pueda existir otra prctica ms que la que ense Zarlino, se maravillarn de esto pero, con respecto a las consonancias y disonancias, que se convenzan de que hay otro punto de vista para considerarlas, diferente del ya establecido, y de que este otro punto de vista se justifica por la satisfaccin que procura a la razn y a los sentidos. He decidido decir todo esto para que nadie se apropie de la expresin Seconda Prattica y, adems, para que los espritus ingeniosos puedan conocer otras cosas nuevas relativas a la msica y adquirir la conviccin de que el compositor moderno construye sus obras sobre los fundamentos de la verdad. Que vivis felices.

    GIULIO CESARE MONTEVERIDeclaracin (1607)

    Algunos meses atrs, mi hermano, Claudio Monteverdi, hizo imprimier una carta y darla al pblico. Cierta persona, bajo el nombre ficticio de Antonio Braccini da Todi, se ha esmerado en hacer que pareciera para el mundo una quimera y una vanidad. Por esta razn, impelido por el amor que profeso a mi hermano y an ms a la verdad contenida en su carta, y viendo que l se dedica ms a sus cosas y se preocupa poco de lo que

  • dicen otros, y sinedo incapaz de soportar que sus obras sean tan injustamente censuradas, he determinado replicar a las objecciones lanzadas contra l, declarando con todo detalle que mi hermano, en su carta resumida en poco espacio, puede ensear a esa persona y a cualquier otra que le siga que la verdad que contiene es muy diferente de la que ella presenta en sus discusiones [...].

    Mi hermano dice que l no compone sus obras al azar porque, en este tipo de msica, es su intencin hacer de las palabras las dueas de la msica y no sus sirvientas. Y debido a esto, es de esta manera como debe juzgarse su obra en la composicin de la meloda. De esto, Platn habla como sigue: El canto est compuesto de tres cosas: palabras, msica y ritmo [...].

    Pero en este caso, Artusi toma ciertos detalles o, como l los llama, pasajes, del madrigal de mi hermano Cruda Amarilli, sin prestar atencin a las palabras, olvidndolas como si no tuvieran nada que ver con la msica, mostrandi dichos pasajes privados de sus palabras, de toda su msica y de todo su ritmo [...].

    Por primera prctica l entiende aquella que se inclina hacia la perfeccin de la msica. Es decir, la que considera la msica no dirigida sion directiva, no la sirvienta sino la duea de las palabras. Y eso fue fundado por aquellos hombres que compusieron en nuestra notacin msica para ms de una voz y luego ampliado por Ockeghem, Josquin Desprez, Pierre de la Rue, Jean Mouton, Crequillon, Clemens non Papa, Gombert y otros de aquellos tiempos, y fue luego perfeccionado por Messer Adriano [Willaert] en la composicin y por el muy excelente Zarlino en las ms juiciosas reglas.

    Por segunda prctica renovada primeramente en nuestra notacin por Cipriano de Rore (como mostrar mi hermano), continuada y ampliada no solo por los caballeros ya mencionados sino adems por Ingegneri, Marenzio, Giaches de Wert, Luzzasco, as como por Jacopo Peri, Giulio Caccini y, finalmente, por los ms finos espritus con el mejor conocimiento del verdadero arte, l entiende aquella que se inclina hacia la perfeccin de la meloda. Es decir, la que considera la msica no como la directora sino como dirigida y la que hace de las palabras las dueas de la obra. Por esta razn la he llamado segunda y no nueva. Y la he llamado prctica y no teora porque sabe que se refiere a la manera de emplear las consonancias y las disonancias en la composicin. No la ha llamado Instituciones musicales porque confiesa que no es capaz de realizar tal empresa y deja la confeccin de tan nobles escritos al Caballero Eercole Bottrigari al revereno Zarlino [...].

    Por el punto de vista establecida de considerar las consonancias y las disonancias, que se refiere a la manera de emplearlas, mi hermano entiende aquellas reglas del reverendo Zarlino que se encuentran en el tercer libro de sus Instituzioni, y que se dirigen a mostrar la perfeccin prctica del conjunto, no de la meloda, como claramente revelan los ejemplos que l da all y que muestran en msica real el significado de sus preceptos y

  • leyes, los cuales se ve que no toman en consideracin las palabras ya que muestran a la msica siendo duea y no sirvienta. Por esta razn mi hermano probar a su oponente y seguidores que cuando la msica es la sirvienta de las palabras el modo de empezar las consonancias no viene determinado por el punto de vista establecido [...].