9. LA ''UNIVERSIDAD DE LOS ABOGADOS" EN EL SIGLO XIX

El cultivo de las ciennas naturales es la señal de una época dirigida hacia la realidad, porque nos enseña a ver las cosas que nos rodean como son en sí, y a emplear todas las fuerzas del uni­verso en servicio de la voluntad humana. ( ... ) En cuanto a los estudios superiores y profesiona­les, pienso que para cultivarlos ventajosamente son precisas escuelas especiales; lo que en la Edad Media se llamó universidad, ha llegado a ser hoy una palabra sin sentido.*

DESDE mediados del siglo xrx, la cuestión de saber si el destino del latinoamericano no es ser algún día igual al norteamericano, ha ido adquiriendo para aquél cada vez mayor importancia. En nuestro siglo, José Vasconcelos ha elaborado alrededor de este problema una parte importante de su filosofía. 1

Según el mexicano Vasconcelos, la forma de vida del norteameri­cano se condensa en la imagen de Robinson Crusoe. En Robinson veía el fanatismo de resolver problemas, la capacidad de encontrar o descubrir sustitutos. Al "robinsonismo" opone Vasconcelos el "odi­seísmo" del latinoamericano, con su tendencia a preguntar siempre por gué y a proyectar concepciones generales y fantásticas.

En el "odiseísmo" encuentra Vasconcclos el marco para una pe­dagogía según la cual el docente, en su calidad de transmisor de normas, tiene gue asumir tanto la responsabilidad por la norma como por la transmisión de ella. Aventaja al estudiante: lo que para éste es autoridad, para aquél es responsabilidad. El sentido úl­timo de la profesión docente no consiste en transmitir el know how sino en asumir una responsabilidad sobre la base de tomar de-

* De la carta del emperador Maximiliano de México a su ministro de educación, don Manuel Si!iceo, del 11 de junio de 1865 (Julio Ramirez Rue­da, Historia jurídica de la Universidad de México, p. 180).

1 La aversión de Vasconcelos a los norteamericanos tuvo su origen en las primeras experiencias juveniles, cuando desde Piedras Negras concurria a la escuela en Eagle Pass, en Texas, al otro lado de la frontera. Ver, por ejem­plo, Húpanoamlrica frente a los nacionalismos agresivos de Europa y Estados Unidos, La Plata, 1934.

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Cistones personales que, a su vez, tienen fundan1entos éticos y tanl­bién estéticos.2

Estas reflexiones justifican, según Vasconcelos, la teoría de la di­ferencia fundamental entre el norteamericano y el latinoamericano. Para nosotros -independientemente del hecho de que naturalmente no existe "el latinoan1ericano" ni "el nortean1ericano", esta teoría es significativa como indicio de una autocomprensión social gue, a co­mienzos de nuestro siglo, alcanzó en la América Latina importancia general. S

"Abogados" y hacharéis

La filosofía de José Vasconcelos es un aspecto de la discusión del primer siglo de la independencia latinoamericana y, al mismo tiem­po, su superación en una nueva realidad revolucionaria. La filosofía de la "raza cósmica" designa la descripción, temporalmente últi­ma, de un campo de acción social y cultural cuya posición inicial se encuentra en el liberalismo ilustrado de la primera época.4 Entre

2 Es claro que Vasconcelos, apoyándose en las tradiciones "hispánicas" elaboró una posición contraria a la educación experimental de John Dewey, tal como éste la expone en su obra Democracy and education, Nueva York, 1916. Vasconcelos mismo la entiende como un caso ejemplar de "odiseísmo": el primer tomo de su autobiografía (de cinco tomos) apareció en 1935, en México, con el título de Ulises criollo. Agustin Fernández del Valle (La filosofía de José Vasconcelos, Madrid, 1958) ha realizado una completa ex­posición de la vida de Vasconcelos y la influencia de su doctrina filosófica. Como introducción, puede verse también José Bravo Ugarte, "Historia y odisea vasconceliana" (Historia Mexicana, El Colegio de México, julio 1960-junio 1961, pp, 533-556). Bravo Ugarte comenta, especialmente, las publi­caciones sobre temas hbtórioos.

3 Para mencionar algunos ejemplos, recordemos la obra de Eugenio María de Hostos y Bonilla (1839-1903), que estuvo tan estrechamente vinculada eon Puerto Ri<.:o, Santo Domingo y Chile. También hay que mencionar aquí a Justo Sierra (1848-1912), quien volvió a fundar la Universidad de México y cuyo escrito Evolución política del pueblo mexicano, México, 1910 (nueva edición, 1940), merece una referencia especial. También los Discursos a la nación mexicana, México, 1922, de Antonio Caso, pertenecen a este con­texto .. Finalmente, hay que recordar el fuerte antiamericani~mo de ~Iannel Ugarte (El porvenir de Amirica Latina, México, 1916), para tener una idea aproximada de la "actitud" general imperante en los primeros decenios de nuestro siglo.

4 Si hubiera que mencionar el nombre de un pensador que caracterice el punto de partida más remoto de un liberalismo mexicano independiente, ha­bria que señalar, ante todo, a José Luis Mora ( 1794-1850), como consecuen· cia de quien surgió la "mexicanización" del positivismo cle Comte.